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Universidad Nacional Autónoma De Honduras

Centro Universitario Regional Nor-Oriental

UNAH-CURNO

Asignatura:

Microeconomía

Catedrático:

Lic. Jovel Espinal

Presentado por:

Stephany Michell Rodríguez 20182200270

Lugar Y Fecha:

Juticalpa, Olancho

24 de septiembre del 2020


Estructura económica de Honduras
Honduras posee una economía poco diversificada, basada en la exportación de
bienes en particular productos de la maquila textil, productos agrícolas y
agroindustriales y los servicios turísticos. El Banco Central de Honduras (BCH)
indica que el aporte del sector servicios al producto interno bruto (PIB) en 2010 fue
de 70%; de la industria manufacturera de 17%; y de la agricultura de 12%.
También las remesas contribuyeron a la economía nacional con un estimado de
2,594.1 millones de dólares. La dinámica poblacional y las altas tasas de natalidad
y fecundidad reportaron un estimado de 8.04 millones habitantes en 2010, con una
población económicamente activa (PEA) de 37%, empleándose el 72% en
agricultura, silvicultura, pesca, manufactura, comercio y servicios profesionales. En
el período 2007-2009, estos rubros habían mostrado un crecimiento sostenido de
5-6%, a excepción de la manufactura, cuya tasa de empleo decreció 3.22% en
2009. Los problemas surgidos por la crisis económica mundial y la nacional de
2009 se asocian al decrecimiento de todos los sectores de la economía nacional,
con niveles idénticos a los de 2007 y 2008. Honduras pasó así de tener un
crecimiento sostenido de 6% (2004-2007), a una desaceleración en 2008 y una
contracción económica de -2.1% del PIB en 2009. La inserción de Honduras en el
proceso de globalización ha ocasionado que numerosas empresas nacionales,
proveedoras de grandes empresas internacionales, estén perdiendo terreno en
materia de competitividad frente a las extranjeras, debilitándose con ello las
cadenas productivas nacionales. Al respecto, el economista Porter (1999) ha
señalado que la estrategia corporativa, en estas circunstancias, ha de tender a la
asociatividad productiva y a la integración hacia adelante, creando una
organización con procesos que agreguen valor a la materia prima y/o al producto
del eslabón productivo de la empresa proveedora.
Un aporte sustancial para la caracterización de la economía hondureña es el
análisis que los economistas Jeffrey Sachs y Michael Porter realizaron sobre las
potencialidades del país, materializado en el documento Honduras en el siglo XXI.
Una agenda para la competitividad y el desarrollo sostenible. Ellos identificaron
cuatro clústeres de competitividad basados en las ventajas comparativas de los
recursos naturales y la posición geográfica de Honduras: el ensamblaje ligero
(maquila y similar), el agro-negocio de alto valor agregado (primarios y
secundarios), turismo y las industrias forestales. En cuanto al subsector forestal,
se sabe que ha sido ampliamente estudiado, pero con escasa consideración al
momento de la toma de decisiones. De 112,492.15 km2 que tiene el territorio
continental hondureño, 65,982.89 km2 son aptos para el manejo forestal (59%).
Sin embargo, la actividad agrícola es la que sigue ocupando, cada vez más,
amplias extensiones de suelos con vocación forestal. Con todo, el subsector
forestal ha logrado un crecimiento económico importante, con un ingreso ejemplar
de 86.7 millones de dólares en 2010, del cual, no obstante, el 60% ha resultado
del consumo interno, que es positivo en tanto se apunte a la sustitución de
importaciones. La importancia de este subsector es reconocida por el Estado,
asumiendo desde hace tiempo la tarea de identificar oportunidades de inversión
público-privada, especialmente en estos rubros: manejo del recurso forestal,
sistemas agroforestales, plantaciones de caoba, eucalipto y teca,
aprovechamiento de biomasa, elaboración de casas prefabricadas y tableros de
aglomerado, y producción certificada. Al abordar los agro negocios conviene
entender la cadena del café no sólo por su aporte y contribución al PIB agrícola y
al PIB nacional, sino también por su impacto en la distribución de la riqueza
generada en la cadena, puesto que participan miles de personas en las acciones
de producción, transporte, beneficiado y comercialización. Las estadísticas
oficiales establecen que el café representa un valor cercano a la tercera parte de
la producción agropecuaria consolidada del país. El Instituto Hondureño del Café
(Ihcafe) ha señalado que esta cadena aportó en 2011 el 8% del PIB, y el 30% del
PIB agrícola (Ihcafe, 2012). La cadena maicera también tiene importancia social y
económica puesto que garantiza parte de la seguridad alimentaria. Según el
Programa Nacional de Agro negocios (Pronagro, 2009), los granos básicos
representaron en 2010 el 13.3% del PIB agrícola (5.42% de dicho PIB
correspondió a la cadena del maíz). Un dato importante al respecto es que, del
total del suelo con vocación agrícola, sólo un 18% es apto para el cultivo de
granos básicos. En otro orden de ideas, se señala que la cadena de maíz, junto a
otros cultivos de cereales, representó para ese mismo año unos
300,000 empleos permanentes (BCH, 2011). Además, se estima que de 500,000
parcelas de cultivo de granos básicos que existen actualmente, el 72% es utilizado
para el autoconsumo. Un cambio significativo en este subsector se registró en
2008, cuando las importaciones de maíz se redujeron a 7,722 millones de
quintales en comparación con los 9,617 quintales de 2007, como producto de un
incremento de la cosecha 2008-2009, que significó un crecimiento productivo de
22.02%. Dentro de los agro negocios también se abordó la cadena hortofrutícola,
la que generó ingresos por un valor de 4,802 millones de lempiras (al precio
corriente) en 2010, por concepto de venta de legumbres, hortalizas y frutas, que
representa el 1.65% del PIB y el 14.23% del VAB (Valor Actual Bruto)
Agropecuario. Los rubros más fuertes en el grupo de exportaciones a precios FOB
(puesto en el puerto de embarque) correspondió ese año al banano (335.4
millones de dólares), al melón y sandía (42.9 millones de dólares) y la piña (18.1
millones de dólares). En la generación de ingresos, la cadena acuícola contribuyó
al PIB con el 5.25% en 2007 (594.09 millones de dólares, de los mismos, 205.6
fueron resultado de la exportación). El BCH (2011) reportó que en 2010 el
camarón cultivado aportó un ingreso de 57.63 millones y la tilapia 521.7 millones
de dólares, por la venta de 16.5 millones de libras. En cuanto a la generación de
empleos, esta cadena ofreció en 2008 más de 93,000 empleos, beneficiando a
157,750 personas en forma indirecta. La producción del subsector agroindustria
alimenticia se enfoca en suplir las necesidades del mercado nacional. Tan sólo la
industria aceitera y de vegetales orientales tiene una disposición a suplir
necesidades de mercados internacionales. Sin embargo, el mercado interno no
está saturado, por lo que sigue siendo necesario la importación de esos productos,
con excepción del tomate procesado (concentrado, salsas) y chile picante (chile en
salmuera). En 2010 la producción agroindustrial seleccionada alcanzó una
producción de 22,923 millones de lempiras a precios corrientes lo que representa
el 46.17% del VAB manufacturero y el 7.88% del PIB. El subsector de la
agroindustria alimenticia incluye a las empresas que agregan valor a los productos
lácteos, cárnicos, marinos y/o acuáticos, conservas de frutas y vegetales, bebidas
y fermentados; y se halla encadenado a los subsectores agropecuario y pesquero,
que son los proveedores de insumos de materia prima tanto para este subsector,
como para los mayoristas de productos frescos y procesados y del turismo.

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