Estructura económica de Honduras Honduras posee una economía poco diversificada, basada en la exportación de bienes en particular productos de la maquila textil, productos agrícolas y agroindustriales y los servicios turísticos. El Banco Central de Honduras (BCH) indica que el aporte del sector servicios al producto interno bruto (PIB) en 2010 fue de 70%; de la industria manufacturera de 17%; y de la agricultura de 12%. También las remesas contribuyeron a la economía nacional con un estimado de 2,594.1 millones de dólares. La dinámica poblacional y las altas tasas de natalidad y fecundidad reportaron un estimado de 8.04 millones habitantes en 2010, con una población económicamente activa (PEA) de 37%, empleándose el 72% en agricultura, silvicultura, pesca, manufactura, comercio y servicios profesionales. En el período 2007-2009, estos rubros habían mostrado un crecimiento sostenido de 5-6%, a excepción de la manufactura, cuya tasa de empleo decreció 3.22% en 2009. Los problemas surgidos por la crisis económica mundial y la nacional de 2009 se asocian al decrecimiento de todos los sectores de la economía nacional, con niveles idénticos a los de 2007 y 2008. Honduras pasó así de tener un crecimiento sostenido de 6% (2004-2007), a una desaceleración en 2008 y una contracción económica de -2.1% del PIB en 2009. La inserción de Honduras en el proceso de globalización ha ocasionado que numerosas empresas nacionales, proveedoras de grandes empresas internacionales, estén perdiendo terreno en materia de competitividad frente a las extranjeras, debilitándose con ello las cadenas productivas nacionales. Al respecto, el economista Porter (1999) ha señalado que la estrategia corporativa, en estas circunstancias, ha de tender a la asociatividad productiva y a la integración hacia adelante, creando una organización con procesos que agreguen valor a la materia prima y/o al producto del eslabón productivo de la empresa proveedora. Un aporte sustancial para la caracterización de la economía hondureña es el análisis que los economistas Jeffrey Sachs y Michael Porter realizaron sobre las potencialidades del país, materializado en el documento Honduras en el siglo XXI. Una agenda para la competitividad y el desarrollo sostenible. Ellos identificaron cuatro clústeres de competitividad basados en las ventajas comparativas de los recursos naturales y la posición geográfica de Honduras: el ensamblaje ligero (maquila y similar), el agro-negocio de alto valor agregado (primarios y secundarios), turismo y las industrias forestales. En cuanto al subsector forestal, se sabe que ha sido ampliamente estudiado, pero con escasa consideración al momento de la toma de decisiones. De 112,492.15 km2 que tiene el territorio continental hondureño, 65,982.89 km2 son aptos para el manejo forestal (59%). Sin embargo, la actividad agrícola es la que sigue ocupando, cada vez más, amplias extensiones de suelos con vocación forestal. Con todo, el subsector forestal ha logrado un crecimiento económico importante, con un ingreso ejemplar de 86.7 millones de dólares en 2010, del cual, no obstante, el 60% ha resultado del consumo interno, que es positivo en tanto se apunte a la sustitución de importaciones. La importancia de este subsector es reconocida por el Estado, asumiendo desde hace tiempo la tarea de identificar oportunidades de inversión público-privada, especialmente en estos rubros: manejo del recurso forestal, sistemas agroforestales, plantaciones de caoba, eucalipto y teca, aprovechamiento de biomasa, elaboración de casas prefabricadas y tableros de aglomerado, y producción certificada. Al abordar los agro negocios conviene entender la cadena del café no sólo por su aporte y contribución al PIB agrícola y al PIB nacional, sino también por su impacto en la distribución de la riqueza generada en la cadena, puesto que participan miles de personas en las acciones de producción, transporte, beneficiado y comercialización. Las estadísticas oficiales establecen que el café representa un valor cercano a la tercera parte de la producción agropecuaria consolidada del país. El Instituto Hondureño del Café (Ihcafe) ha señalado que esta cadena aportó en 2011 el 8% del PIB, y el 30% del PIB agrícola (Ihcafe, 2012). La cadena maicera también tiene importancia social y económica puesto que garantiza parte de la seguridad alimentaria. Según el Programa Nacional de Agro negocios (Pronagro, 2009), los granos básicos representaron en 2010 el 13.3% del PIB agrícola (5.42% de dicho PIB correspondió a la cadena del maíz). Un dato importante al respecto es que, del total del suelo con vocación agrícola, sólo un 18% es apto para el cultivo de granos básicos. En otro orden de ideas, se señala que la cadena de maíz, junto a otros cultivos de cereales, representó para ese mismo año unos 300,000 empleos permanentes (BCH, 2011). Además, se estima que de 500,000 parcelas de cultivo de granos básicos que existen actualmente, el 72% es utilizado para el autoconsumo. Un cambio significativo en este subsector se registró en 2008, cuando las importaciones de maíz se redujeron a 7,722 millones de quintales en comparación con los 9,617 quintales de 2007, como producto de un incremento de la cosecha 2008-2009, que significó un crecimiento productivo de 22.02%. Dentro de los agro negocios también se abordó la cadena hortofrutícola, la que generó ingresos por un valor de 4,802 millones de lempiras (al precio corriente) en 2010, por concepto de venta de legumbres, hortalizas y frutas, que representa el 1.65% del PIB y el 14.23% del VAB (Valor Actual Bruto) Agropecuario. Los rubros más fuertes en el grupo de exportaciones a precios FOB (puesto en el puerto de embarque) correspondió ese año al banano (335.4 millones de dólares), al melón y sandía (42.9 millones de dólares) y la piña (18.1 millones de dólares). En la generación de ingresos, la cadena acuícola contribuyó al PIB con el 5.25% en 2007 (594.09 millones de dólares, de los mismos, 205.6 fueron resultado de la exportación). El BCH (2011) reportó que en 2010 el camarón cultivado aportó un ingreso de 57.63 millones y la tilapia 521.7 millones de dólares, por la venta de 16.5 millones de libras. En cuanto a la generación de empleos, esta cadena ofreció en 2008 más de 93,000 empleos, beneficiando a 157,750 personas en forma indirecta. La producción del subsector agroindustria alimenticia se enfoca en suplir las necesidades del mercado nacional. Tan sólo la industria aceitera y de vegetales orientales tiene una disposición a suplir necesidades de mercados internacionales. Sin embargo, el mercado interno no está saturado, por lo que sigue siendo necesario la importación de esos productos, con excepción del tomate procesado (concentrado, salsas) y chile picante (chile en salmuera). En 2010 la producción agroindustrial seleccionada alcanzó una producción de 22,923 millones de lempiras a precios corrientes lo que representa el 46.17% del VAB manufacturero y el 7.88% del PIB. El subsector de la agroindustria alimenticia incluye a las empresas que agregan valor a los productos lácteos, cárnicos, marinos y/o acuáticos, conservas de frutas y vegetales, bebidas y fermentados; y se halla encadenado a los subsectores agropecuario y pesquero, que son los proveedores de insumos de materia prima tanto para este subsector, como para los mayoristas de productos frescos y procesados y del turismo.