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RAUL ZIBECHI Y EL MOVIMIENTO SOCIAL: ANÁLISIS ACADÉMICO A

PARTIR DEL TEXTO “PRESERVAR Y COMPARTIR".

Federico Vidal Echeverría

Resumen.

El presente ensayo analiza las posturas académicas presentadas por el profesor


Raúl Zibechi con respecto al fenómeno de los movimientos sociales en América
Latina, con el objeto de comprender las dinámicas políticas relacionadas con las
organizaciones sociales en todo el territorio latinoamericano. Para ello, el ensayo
se desarrolla de manera explicativa y argumentativa basado en el texto “Preservar
y compartir: bienes comunes y movimientos sociales”. Donde se expone las
relaciones de poder social a partir de las experiencias sociopolíticas de la región.
Como resultado de dicho análisis se expone las posturas teórico-prácticas más
importantes dadas en el texto para así entender el fenómeno sociopolítico en la
experiencia colombiana, en particular.

Palabras claves: organización social, movimientos sociales, dinámicas políticas,


Latinoamérica, fenómeno socio-político.
Introducción.

Pensar las dinámicas políticas en el movimiento social latinoamericano es pensar


las distintas formas de expresión y de manifestación social. Para ello, se hace
pertinente comprender las posturas académicas e interpretativas que expone el
profesor Raúl Zibechi (en co-autoría con Michael Hardt) en el texto titulado
“Preservar y compartir: bienes comunes y movimientos sociales”. Es así que, el
presente ensayo académico pretende responder a las inquietudes presentadas a
lo largo de la lectura individual del texto antes citado.

Ahora bien, comprender los matices políticos del Movimiento Social desde la
postura del profesor Zibechi es adentrar a las corrientes mismas que dichos
movimientos sociales ahondan en hechos sociales. Para ello, el profesor se
concentra, principalmente, en los problemas medioambientales; la explotación de
los recursos naturales ha generado un despertar de la lucha social por la
protección de la naturaleza y en contra del cambio climático, fenómenos que han
sido acompañados por: “el desplazamiento forzoso de millones de personas, la
aniquilación de la biodiversidad o el impacto sobre el cambio climático” (Zibechi &
Hardt, 2013, p. 10). Además del problema medioambiental, se analiza las posturas
políticas que los movimientos sociales aplican para llevar a cabo acciones de
resistencia como parte del derecho a la manifestación pacífica dentro de las
democracias latinoamericanas.

La dinámica política de los movimientos sociales en Latinoamérica varía según las


condiciones históricas y he aquí donde el presente ensayo pretende exponer
desde el pensamiento del profesor Zibechi. Entender que las dinámicas de
estructuración social dentro de los movimientos sociales son cambiantes a medida
que las relaciones de poder así lo determinan.

El texto a analizar es una compilación de ensayos como de entrevistas realizadas


al profesor Zibechi. En la primera parte se presenta una entrevista 1 de Michael
1
Según el texto citado, la entrevista fue publicada originalmente en la revista académica de la Universidad
de Duke bajo el título “New Ways of Doing: The Construction of Another World in Latin America. An
interview with Raul Zibechi”. Para mayor información consultar el capítulo 1 “La sociedad otra en América
Hard hacia el profesor Raúl Zibechi; la segunda parte, se encuentra un ensayo tipo
ponencia que intenta comprender las dinámicas políticas del mundo global,
pensado los tipos de resistencias sociales a lo largo de América Latina, un ensayo
nutrido y cargado de accionar político. Por último, está una carta escrita de Zibechi
para el subcomandante Marcos.

Se presenta, entonces, la estructura del ensayo: la primera parte está referencia


sobre los tipos de movimientos sociales que analiza el profesor Zibechi en el texto
estudiado, características y sus avances a partir de la acción política; segundo, el
análisis teórico-práctico de las argumentaciones de Zibechi desde la realidad
social misma en el contexto colombiano y tercero, la conclusión.

MOVIEMIENTOS SOCIALES: CARACTERIZACIONES Y ACCIONES


POLÍTICAS.

Los movimientos sociales se caracterizan por ser un actor político que busca la
reivindicación de los derechos ciudadanos en todas las esferas sociales. La
construcción de una vida con dignidad y con igualdad social. Frente a ello, el
profesor Zibechi (2013) identifica claramente que la forma de organización social
de dichos movimientos sociales han sido cambiantes, pues “la diferencia entre los
movimientos sociales de la actualidad y aquellos que podríamos llamar
tradicionales es que los movimientos más “nuevos” no son organizaciones
“estadocéntricas” (p.16). La estructura de la organización social dentro de los
movimientos sociales es similar a las instituciones del Estado, donde existe un
sujeto político que lidera y dirige las actividades desarrolladas por la organización,
es un estado piramidal dentro de las organizaciones sociales: “Me refiero a
instituciones que generan burocracia, división jerarquica del trabajo y estructuras
de poder dispuestas de modo piramidal” (Zibechi & Hard, 2013, p. 16).

Se equivoca Zibechi al caracterizar a dichas organizaciones sociales, se entiende


que, en la realidad organizativa del Movimiento Sindical colombiano, son los
grandes dirigentes de las centrales obreras quienes entran en el proceso de

Latina” por Michael Hard y Raúl Zibechi del texto “Preservar y compartir: bienes comunes y movimientos
sociales”. 2013
negociación con instituciones del Estado para llevar a cabo un acuerdo entre las
partes cuando existe un conflicto laboral (caso el tema del aumento salarial anual).
Pues, al considerar que, “en los movimientos sociales de la actualidad en América
Latina no existe una estricta división entre la dirección y sus bases, entre quienes
dan las órdenes y quienes las ejecutan, entre el saber y el hacer” (Zibechi & Hard,
2013, p. 16). Este enunciado desconoce la forma de jerarquización política que se
presenta dentro de las organizaciones sociales que nutren al movimiento social.
La base social no hace parte de las esferas del juego político cuando las partes
entran en estado de concertación.

Es en el movimiento sindical donde mayormente se identifica dicha


caracterización: la jerarquización social dentro del movimiento social. Así lo da a
entender Zibechi (2013).

El viejo movimiento sindical, por ejemplo, además de estar basado en la


representación, tiene una organización fordista y taylorista. Aunque la
siguiente afirmación puede pecar de simplista, el viejo movimiento sindical
tuvo un desarrollo paralelo al del capital, que, a su vez, tuvo un desarrollo
paralelo al del Estado. Esto último puede observarse en la práctica, por
ejemplo, cuando se organizan grandes reuniones. Los movimientos
sindicales tienen una disposición jerárquica: el lugar más importante es una
mesa junto a la que se sientan los dirigentes que ordenan y dirigen las
asambleas; la "masa" ocupa físicamente un nivel más bajo, escucha de
manera pasiva y solo puede hablar cuando es autorizada por la mesa. En
América Latina, ese tipo de organización jerárquica dejó de ser la más
activa y creativa' Las nuevas organizaciones son más pequeñas. Sus
equipos dirigentes no están tan separados de las bases y, en muchos
casos, la dirección se ejerce de manera rotativa (p. 16).

La forma de organización estructural que describe Zibechi (2013), logra entender


que: la jerarquización social es característica de las grandes organizaciones
sociales, pues, es una forma de que las complejas estructuras societales puedan
llegar a todas las esferas sociales que hacen parte de dicho movimiento social. Es
a partir de la jerarquización donde el grupo base deja de ser la parte visible para
convertirse en un exponente comunicador de sus realidades. Zibechi (2013) lo
explica de la siguiente manera: “Las relaciones que se establecen en estas
reuniones son directas, persona a persona, de cara a cara y sin intermediarios” (p.
17). Es así como se estructura las organizaciones de base, donde la palabra se
convierte en acción cuando su dirigencia actúa con las instituciones
gubernamentales. Este tipo de experiencia es visible en los movimientos
indígenas.

Resistencia social y autonomía: caracterizaciones del movimiento social en


su accionar político.

Otra de las caracterizaciones dadas en los movimientos sociales es la resistencia


social. Se entiende que, la resistencia es una acción política que hace parte del
movimiento social para transmitir el descontento colectivo frente a un hecho
político (ya sea por parte del gobierno de turno o por la empresa). La resistencia
es decirle al otro que existe un descontento social y que la “armonía” del espacio
social ha sido “intervenida” al punto de que la institución dominante (Gobierno, por
ejemplo) debe de escuchar las partes dominadas (organizaciones sociales).

Resistir es crear otras formas de acción política, es construir desde lo alternativo


otras esferas políticas contra el establecimiento. Fenómeno que ha caracterizado
el movimiento social-rural en América Latina (los zapatistas en México, Indígenas
Mapuche en Chile, Los Sin Tierra en Brasil, los indígenas del Cauca en Colombia).
Resistir, también, es promover otras formas de vidas diferentes a la cultura
dominante. Esta forma de resistencia es un resultado macro-estructural de las
políticas neoliberales en Latinoamérica. Claramente Zibechi (2013) describe que
“las diferentes formas de resistencia han asimilado la ventaja de eludir la
burocracia” (p. 18). Esa forma de “eludir la burocracia” (Zibechi & Hard, 2013, p.
18) hace parte de la autonomía social, característica propia de las organizaciones
sociales “nuevas” en América Latina.

La lucha por la tierra, es decir, la recuperación de la tierra es una forma de


promover la autonomía en un territorio, es, una forma de participación social, es un
accionar político. Zibechi (2013) lo describe de la siguiente manera: “se trata de un
abajo que no se deja domesticar fácilmente porque busca de modo inorgánico una
forma de mantener su autonomía” (p. 35). He aquí el reflejo mismo de la
resistencia acompañado de la autonomía, donde el dominado actúa políticamente
para atacar al que domina, es la pugna que se presenta en los conflictos sociales
a partir de la ejecución del poder político frente a los fenómenos de participación
política.

La realidad social de América Latina denota que existe distintas sociedades, la


sociedad rural, por ejemplo, maneja otras formas de interacción social y, por ende,
de impartir sus formas de orden social. Es, en la sociedad rural (específicamente),
donde el tipo de organización va acorde a lo vivido en los movimientos indígenas.
Zibechi (2013) explica que:

En nuestra realidad existe siempre la convivencia de dos sistemas (aunque


la palabra sistema no termina de definir cabalmente lo que quiero decir
porque implica una simetría). Por un lado existe una sociedad oficial,
hegemónica, de herencia colonial con sus instituciones, sus modos de
hacer, su justicia y sus leyes. Pero hay otra sociedad. Proviene de las
remotas áreas rurales, se organiza en comunidades y repite el esquema
cuando se afinca en las amplias periferias urbanas. Esta sociedad otra tiene
otros modos y formas de organizarse, tiene su propia justicia, sus formas de
producción y toda una organización para tomar decisiones, que se
desenvuelve de manera paralela o al margen de la sociedad establecida (p.
39).

He aquí la exposición clara de la autonomía y la resistencia, visualizada en el


movimiento indígena colombiano. Es una sociedad que no busca un Estado
paternalista, sino, más bien, el reconocimiento histórico y político de sus formas de
estructura social para llevar a cabo las prácticas sociales milenarias. Una sociedad
que imparte sus leyes desde el pensamiento milenario, donde su sentir de la vida
es opuesto a la cultura dominante. Entender lo anterior es considerar que existen
hetero-sociedades.
Es así que, la aplicabilidad de la autonomía (en los movimientos sociales rurales,
por ejemplo) ha llevado que comunidades rurales (esas “sociedades otras” que
llama Zibechi) generar espacios de participación social propios de dicha
comunidad cuya finalidad ha sido enfocada en atacar la presencia cultural de la
occidentalización, pues, en la situación actual de globalización, donde los
significados de identidad, autonomía y cultura en defensa del territorio como
madre se quedan ahogados en ese espacio, las posturas indígenas en defensa
del territorio, los derechos ancestrales y las ideas para una vida más digna con
reciprocidad hacia la madre tierra, se entrelazan y exponen a la luz del milenio la
importancia social, política y cultural de los significados de territorio, practicas
espaciales, espacios de representación y representación del espacio.

La forma de reivindicación política, de hacerse visible ante el mundo dominante,


es una forma de resistencia. El reconocimiento de la diferencia es el principio
político de los movimientos indígenas actualmente, toman la autonomía como
herramienta política para hacer valer dicha reivindicación política. Zibechi (2013)
intenta categorizar esta realidad rural desde el pensamiento “de-colonial”
ahondando en conceptualizaciones que explican de algún modo la realidad aquí
estudiada: el movimiento social en América Latina. La sociedad otra.

Comprender que la movilización social orquestada por estas formas “nuevas” en el


movimiento social latinoamericano busca promover otras formas de relación social
con respecto a: Estado-organización social. Relaciones de poder que están bajo
conflicto a partir de las resistencias sociales.
A modo de conclusión.

Existen diferentes formas de reivindicación social en los movimientos sociales de


América Latina. Dichas formas están estrechamente relacionas con la idea de
expresar el modo de vida a partir de la cotidianidad social, no es denuncias
sociales para la calidad de vida, es crear otra forma de vida sin la dominación del
Estado. Las expresiones culturales por parte de la sociedad “olvidada” es una
forma de crear esferas de participación política, fomentar dinámicas de poder
distintas a lo establecido aporta al fenómeno de la autonomía social.

Entonces, se logra entender que el movimiento social no es un cuerpo que busca


“llamar la atención” para que el Estado suministre “ayuda”. El movimiento social
actual busca implantar otras formas de vida: hetero-sociedades. El respeto a la
diferencia es una bandera que el movimiento LGBTI ha tomado como la voz
política, pero, también es la voz política del movimiento indígena. El derecho a la
vida digna es la bandera de los universitarios, pero es igual la bandera del
movimiento sindical. Lo anterior, da a entender que la manifestación social “nueva”
no es la demanda, es la autonomía.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Zibechi, R. & Hard, M. (2013). Preservar y compartir: bienes comunes y


movimientos sociales. Primera editorial. Buenos Aires: Mardulce.

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