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El maravilloso hecho de que hoy en día, y a pesar de los constantes cambios

que se suscitan en el ambiente, haya a nuestro alrededor tanto que vivenciar,


observar, explicar y entender, se convierte en un impulso para todos aquellos
pequeños científicos que movidos por una curiosidad incesante buscan dar
respuestas y soluciones a diversas situaciones que aún no han sido resueltas
(VanCleave, 1998, p.12).

El estudio de las ciencias naturales, las ciencias de la salud y la tecnología son


medios que permiten descubrir aspectos inimaginables de los seres vivos y de
otros tantos componentes del Universo. Al involucrarnos nosotros como
docentes y al involucrar a los alumnos en la experimentación de estas ciencias
es posible indagar en espacios y lugares poseedores de una gran riqueza de
conocimientos, de fenómenos, de energía, de cultura y de historia, de allí la
importancia de propiciar escenarios ricos en actividades curiosas,
emocionantes e inquietantes, a fin de motivar a los niños a desarrollar la
práctica exploratoria y con ello entusiasmarlos a cuestionar y comprobar
conceptos que se dan por hecho.

La enseñanza deseable debe estar orientada a promover la formación integral,


la visión y el pensamiento global de los educandos dentro de un ambiente real
que le permita a éstos dar respuestas a sus situaciones cotidianas. Por tal
motivo hay que tener muy presente a la hora de planificar actividades,
estrategias o diversas herramientas de trabajo, que el principal sistema de
apoyo en el que puede sustentarse la acción escolar lo constituye el recurso
humano, integrado por docentes, alumnos, padres y representantes y algunos
otros miembros de la comunidad educativa, por cuanto a través de todos éstos
se comparten y generan experiencias potencialmente significativas para los
alumnos y su aprendizaje.

Sin duda alguna que entre todos los agentes de la educación el mayor grado de
compromiso y responsabilidad recae en los docentes, pues con su preparación
y disposición al trabajo son los llamados a crear puentes dinámicos de
conocimiento entre las nuevas informaciones y las potencialidades de los
alumnos. Los esfuerzos de los docentes hoy en día deben estar encaminados a
orientar a las nuevas generaciones en la construcción de aprendizajes, a
aprender a comprender situaciones problemáticas y buscar sus posibles
soluciones, a participar activamente en la toma de decisiones y en la
contribución hacia una escuela, una comunidad, una sociedad, un país y un
mundo mucho mejores.

La labor de orientar satisfactoriamente a grupos de alumnos no es una tarea


fácil de desarrollar para los docentes, pero afortunadamente existen muchas
herramientas e instrumentos de trabajo que permiten que el proceso de
enseñanza-aprendizaje sea más enriquecedor, activo y participativo tanto para
los alumnos como para los educadores. Para ello es necesario integrar el
currículo a la vida de los alumnos, a su realidad extraescolar, es indispensable
vincular las labores escolares con las necesidades, carencias e intereses
sociales.

Entre algunas de las herramientas de trabajo de las que puede disponer el


docente para incentivar y potenciar el contacto de los alumnos con nuevas
informaciones se hallan los juegos y los experimentos, pues éstos resultan ser
en muchas oportunidades vivencias gratificantes tanto para ellos como para su
entorno; los juegos expanden la posibilidad de interactuar en diferentes
escenarios, de comprender el mundo que nos rodea, así como también conocer
y entender muchos de los comportamientos de los adultos. Los experimentos
hacen lo propio ayudando a los alumnos a vivir experiencias relacionadas con
las labores del hogar, de laboratorios, de centros médicos, de talleres, de
ferreterías, etc., constituyéndose así como los medios que permiten dar
sentido a diversas reacciones y situaciones que se suscitan a diario y que a
veces equivocadamente sentimos que distan mucho de nuestra realidad.

A propósito de la pertinencia y la potencialidad de la implementación de los


juegos y experimentos en el trabajo y en el contacto diario con los alumnos,
nos permitimos hacer alusión a una experiencia llevada a cabo en el tercer
grado de la primera etapa de Educación Básica, en el área de Ciencias de la
Naturaleza y Tecnología, que tuvo como base central el trabajo con el Bloque
de Contenido "Sol-Tierra-Luna" y específicamente el desarrollo del contenido
conceptual "Mezcla", que está propuesto en el Currículo Básico Nacional.

Las actividades que se realizaron durante el desarrollo de este tema tuvieron


como referencia la utilización de experimentos concretos muy cercanos a los
alumnos, de manera tal que una vez obtenidos los resultados los mimos niños
pudiesen encontrarles vinculación con sus conocimientos y experiencias
previas y, sobre todo, utilidad.

Todas las actividades que se presentan a continuación fueron practicadas en


un salón de clases de 35 alumnos de una escuela pública de la ciudad de
Caracas y tuvieron como propósito común permitir que los alumnos, a partir
de la manipulación de elementos sencillos que se encuentran en el hogar, en la
escuela y en la comunidad, separaran sustancias componentes de mezclas o
produjeran nuevas mezclas.

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¿Cómo obtener clorofila?

La primera de las actividades consistió en la extracción de la clorofila de las


hojas de algunas plantas, específicamente de espinaca. Para ello es necesario
tener a la disposición: hojas de espinacas, alcohol, vasos plásticos, paletas de
helado, pincel, hojas blancas de papel, colador.

El propósito planteado al inicio de la actividad fue presentar a los niños un


experimento relacionado con uno de los procesos de extracción de la clorofila
de las hojas de las plantas.

Y a partir de éste, se establecieron tres objetivos específicos:

- Identificar y seguir los procedimientos para extraer la clorofila de hojas de


espinaca.

- Manejar nociones de soluto y solvente.

- Con la sustancia obtenida elaborar dibujos alegóricos a la Semana de la


Conservación, para ser colocados en la cartelera.

El procedimiento fue el siguiente: A cada uno de los alumnos se les


entregaron hojas de espinaca, las cuales colocaron a remojar por espacio de 5
minutos en vasos plásticos junto a una pequeña cantidad de alcohol. Luego se
trituraron las hojas con ayuda de paletas de helado. La mezcla se dejó
macerando hasta el siguiente día con la finalidad de que el líquido se volviese
más verde y espeso, para luego proceder a colarlo. Este tipo de experimentos
puede hacerse con variedad de hojas de plantas para así obtener líquidos de
diversos colores.

Los alumnos mostraron interés y admiración en la realización del


experimento, cada uno de ellos obtuvo su propia solución de clorofila y pudo
constatar algunos de los conceptos que ya anteriormente se habían manejado
como: soluto, solvente, mezcla homogénea.

La realización de esta actividad, además de permitir el contacto de los


alumnos con ejercicios prácticos que ayudan a comprender de manera más
dinámica los procesos de mezcla, también permite elaborar trabajos artísticos
como fue el caso de la elaboración por parte de los alumnos de dibujos de
hojas de plantas, para luego con la ayuda de un pincel colorearlas con la
solución y de esta manera construir un árbol en la cartelera para celebrar la
Semana de la Conservación.

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Polvos misteriosos

Luego del trabajo realizado con la clorofila, la segunda actividad denominada


"Polvos Misteriosos" (Cenamec, 1998, p. 179) se orientó hacia la elaboración
de una serie de experimentos con cinco polvos comunes (sal, azúcar,
bicarbonato de sodio, maicena y yeso). Se trata de mezclar cada uno de estos
materiales con otros como: agua, vinagre, yodo, y a partir de los resultados,
reconocer las propiedades de las mezclas obtenidas, así como el efecto que
ciertos componentes producen entre sí.

Previamente se estableció un propósito principal como fue el de promover el


trabajo grupal y con ello el trabajo y aprendizaje cooperativos, el intercambio
de ideas y experiencias dentro de un ambiente de experimentos en donde se
reconozcan y manejen las nociones básicas de las sustancias, las mezclas y las
mezclas tóxicas.

Y a partir de éste, se establecieron tres objetivos específicos:

- Que a través de experimentos, los alumnos identifiquen los componentes de


varias mezclas, sus propiedades, sus reacciones.

- Que puedan diferenciar las mezclas heterogéneas de las homogéneas y las


mezclas tóxicas de las no tóxicas.

- A partir de la elaboración por parte de los propios niños de plastilina,


realizar trabajos artísticos.

Para dar inicio al trabajo se dividió el grupo de alumnos en subgrupos de


cinco niños (5) cada uno, a los cuales se les proporcionaron cinco (5) vasos
con sus respectivos removedores y una pequeña cantidad de cada uno de los
polvos, así como una especie de ficha de registro, en la cual se hallaba un
cuadro esquemático en donde se colocaron el nombre de todas las sustancias a
mezclar al lado de un espacio en blanco, con la finalidad de que los alumnos
hiciesen las anotaciones respectivas de cada una de las mezclas elaboradas.

Una vez realizados los experimentos y culminadas las fichas de registro, se


realizó en el pizarrón un cuadro similar al que estaba en la hoja, en el cual se
anotaron todos los resultados que los grupos de alumnos obtuvieron. La
actividad fue acompañada de preguntas como: ¿qué diferencia una sustancia
de la otra?, ¿por qué creen qué pasó…?, ¿cómo se podría separar…?, ¿algunas
sustancias al mezclarlas, reaccionan igual? Algunas de los resultados fueron:
el bicarbonato de sodio reacciona con el vinagre, y se produce un gas; la
maicena reacciona con yodo para formar un material de color azul oscuro; el
yeso con el agua se convirtió en una mezcla compacta; y la sal se disolvió en
el agua y se dejó reposar al sol durante un día, lo que resultó en que el agua se
evaporara y quedaran partículas de sal en el fondo del vaso. También sucedió
que en algunos casos, por una u otra razón o combinación, bien fuera por
exceso o escasez de utilización de algunas sustancias, los resultados de las
mezclas no fueron iguales en todos los grupos; mientras que, además, uno de
los grupos optó por unir todas las sustancias obteniendo una mezcla pastosa,
oportunidades que se aprovecharon para compartir los procedimientos
utilizados y las experiencias.

A partir de estos fenómenos y del intercambio de experiencias se pudieron


establecer las diferencias entre las mezclas homogéneas y las heterogéneas,
así como las mezclas que se pueden consumir y manejar de aquéllas tóxicas
que producen daño a nuestro organismo. De una manera menos explícita,
también se dio inicio en la noción de reacción química.

Éste es un ejemplo de la ficha de registro que fue utilizada para anotar todas
las reacciones e impresiones de los alumnos en el proceso de mezclar
diferentes sustancias:

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Hagamos plastilina

La tercera actividad estaba referida a la elaboración de un material que para


los niños siempre resulta muy atractivo: "plastilina". Los pasos para la
obtención de esta mezcla son muy sencillos, pues se trata solamente de unir
los ingredientes: harina de trigo, un poco de sal, agua, unas gotas de aceite de
cocina.

Estos ingredientes pueden tener una variante, con la cual se le daría mejor
aspecto a la plastilina, y consiste en agregar un poco de témpera de diferentes
colores al agua de la mezcla. Pero esto es opcional y habría que tomar en
cuenta a los alumnos que pudiesen resultar alérgicos a estas sustancias, ya que
a diferencia de los experimentos anteriores en donde los alumnos no debían
tener contacto en sus manos con estos materiales, aquí deben manejar y
amasar su propia mezcla.

Los alumnos mostraron atracción de querer realizar la mezcla, algunos se


reunieron en grupos, utilizaron diversos colores, ellos mismos se encargaron
de agregar las medidas exactas para obtener la mezcla consistente, y los
resultados fueron muy productivos. Luego de la obtención del material se
compartieron las experiencias así como las propiedades de los componentes al
inicio del proceso y las propiedades luego de la mezcla.

Esta actividad, además de estar íntimamente relacionada con el área de


Ciencias de la Naturaleza y Tecnología, fue aprovechada para el área de
Educación Estética, ya que como los alumnos se encontraban trabajando sobre
el proyecto de los recursos naturales, específicamente las plantas, se les
sugirió realizar con la plastilina en una cartulina pequeña el modelado de una
planta, señalando en cada caso sus partes: raíz, tallo, hoja, flor, fruto. Así
como en ésta, la plastilina puede ser aprovechada para la realización de
diversas prácticas artísticas: modelados, figuras, etc.

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Una práctica saludable con flúor

La última de las actividades relacionadas con el contenido de las Mezclas se


denominó "Una Práctica Saludable", ya que se fundamentaba en la
elaboración de un enjuague bucal con flúor casero a partir del cual se organizó
una rutina de limpieza bucal con los alumnos. Lo más recomendado era
realizar la limpieza cada quince días en las primeras horas de la mañana o de
la tarde, ya que debe pasarse al menos una hora después del enjuague sin
ingerir alimentos. La elaboración y utilización del enjuague se hizo
respetando la norma y cada quince días, una hora antes del receso, al menos
tres de los alumnos se encargaban de triturar las pastillas, hacer la mezcla y
repartirla a sus compañeros.

Para la elaboración de esta preparado se requiere de dos pastillas de fluoruro


de sodio, ½ litro de agua, un envase con tapa muy limpio para realizar la
mezcla y vasos plásticos. Los pasos a seguir son muy sencillos: en el envase
triturar las pastillas y agregar el agua, colocar la tapa y agitar hasta que el
líquido tome un aspecto espumoso. Luego de obtener la mezcla, repartir una
pequeña porción en un vaso plástico a cada niño, hacer el enjuague
manteniendo el líquido en la boca por espacio de tiempo de un minuto, y
finalmente botar el líquido.

Este tipo de práctica, además de contribuir con la salud y el aseo personal,


propició motivación en los alumnos a la hora de participar en la elaboración
del enjuague, ya que tenían la posibilidad de producir algo útil, interesante y
necesario, tanto para cada uno de ellos, como para el resto de sus compañeros
y para los miembros de su hogar.

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Algo más para compartir

El diseño bien sea de planes, proyectos o inmersiones temáticas debe incluir


dentro de sus aspectos: los recursos a emplear, los procesos de recolección de
información para posteriormente emitir los juicios de carácter valorativo de
los procesos de aprendizaje e intercambio de los alumnos, así como también
la evaluación de todas y cada una de las actividades y estrategias utilizadas
para el desarrollo de los contenidos, su receptividad y pertinencia para el
grupo de alumnos y el docente.

A continuación se resumen brevemente cada uno de estos tres aspectos:

Los recursos de los que se dispuso fueron en primer lugar los conocimientos
de los alumnos y de la (s) docente (s); y el recurso del espacio. Dentro de los
recursos materiales, encontramos: sal, azúcar, bicarbonato de sodio, maicena,
yeso, vinagre, yodo, harina, vasos plásticos, pitillos, témpera, paletas de
helado, cartulinas, hojas de registro.

Gran parte de la evaluación se realizó a medida que se desarrollaron las


actividades, a través de heteroevaluaciones, autoevaluaciones y
coevaluaciones a medida que se compartió con los alumnos y a medida que
ellos compartieron entre sí. Y una vez realizado el recuento de lo visto y
practicado, se les preguntó sus apreciaciones sobre las actividades, lo que más
les atrajo, lo que ellos consideraban debía ser reforzado y lo que consideraban
podía mejorarse, todo ello con la finalidad de reconocer la significatividad del
contenido, las actividades y las estrategias empleadas.

Se valoró en primer lugar las actitudes a la hora de realizar trabajos en equipo,


entiéndase el seguir instrucciones, disposición, colaboración, respeto,
solidaridad, interés; también se evaluaron las fichas de registro que cada uno
realizó de acuerdo a los resultados de las mezclas y de los experimentos, los
trabajos artísticos referentes a las plantas así como la participación en las
actividades.

En relación a las actividades y estrategias empleadas para favorecer el proceso


de enseñanza-aprendizaje se pudo considerar que los alumnos demuestran
mayor disposición al trabajo y a compartir sus experiencias si se toma como
punto de referencia ejercicios y prácticas divertidas cuyos productos ellos
vislumbren como útiles o por lo menos que les sirvan en un primer momento
para satisfacer su curiosidad.
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