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Actividad evaluativa- Eje -3 Educación ambiental

DESARROLLO DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN GRUPOS POBLACIONALES DE


ADULTOS

Linda Ríos Monterroza y Jorge Pérez Vides

La educación ambiental es un proceso de transformación de las relaciones del ser


humano con el medio ambiente, esta debe impartirse a todos los sectores de la sociedad
como mecanismo de cambio de conocimientos y patrones de comportamiento que
provoquen la internalización de la protección al medio ambiente (Rengifo et al 2012).

Cada grupo poblacional tiene distintas formas de relacionarse con el medio


ambiente, la heterogeneidad de relaciones con el medio ambiente, sumado al
conocimiento tradicional de las comunidades en función del uso de los recursos naturales,
hace que se deba buscar la mejor forma como un grupo poblacional adquiere los
conocimientos que permitan generar el proceso de adopción de comportamientos
favorables a la protección del medio ambiente. Conforme a ello es válido interrogar ¿Qué
formas o corrientes de educación ambiental se plantean para distintas relaciones entre el
ser humano y el medio ambiente?, ¿cuál sería la mejor forma de abordar la educación
ambiental desde la relación antropocéntrica del hombre y el medio ambiente?

Como todo, la educación ambiental también ha sido permeada por diferentes


corrientes, dependiendo de los momentos históricos en los que se inscribe y esto por
supuesto también determina la forma en que es llevada a cabo en los diferentes
escenarios (Osorno, 2016). Según Sauvé, (2005), existe alrededor de 15 corrientes, de
las cuales 6 se encuentran vigentes y en permanente ajuste desde el punto de vista
conceptual y teórico.

Entre las corrientes tradicionales se encuentra: La naturalista, que está centrada


en la relación con la naturaleza y se compone de tres tendencias, la primera, se relaciona
con el hecho de aprender sobre la naturaleza, la segunda con las mismas experiencias
que se pueden tener con la naturaleza y la tercera, a través del arte, lo espiritual y lo
afectivo (Sauvé, 2004; Osorno, 2016).

La conservacionista, está dirigida a la conservación de recursos naturales, es la


gestora del cuidado ambiental para elevar la conciencia ecológica y desarrollar
comportamientos favorables de manera equitativa en el área social (Aldaz y García,
2019). La estrategia o modelo pedagógico que ilustra esta corriente, es la educación para
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el consumo y la implementación de la reutilización, reciclaje y reducción de recursos


(Avendaño y Trujillo, 2014).

La corriente de pensamiento que asume la atención de los problemas ambientales


y crea un marco conceptual teórico para poder difundir y convertir generadores de
conocimientos para que sean transmitidos a través del sistema educativo y generar un
cambio de actitud colectivo, es llamado, pensamiento resolutivo (Aldaz y García, 2019).

Según Sauvè, (2004) La corriente sistémica, reconoce el medio ambiente como un


sistema compuesto por diferentes elementos que se relacionan y dependen unos de
otros. Entre las estrategias de la corriente, se encuentra las acciones al aire libre donde
se identifican problemas ambientales y con base al proceso interdisciplinario se decide
(Avendaño y Trujillo, 2014).

Las corrientes científicas integran muchas veces el enfoque sistémico y resolutivo,


encontrándose así con las corrientes anteriores, la diferencia es que posee un enfoque
cognitivo y reconoce el medio ambiente como un fenómeno problemico; entre tanto, su
modelo pedagógico es la inducción de hipótesis a partir de observaciones y en la
verificación de la hipótesis por medio de nuevas observaciones o experimentación, en
general, la elaboración de un proyecto para solventar un problema planteado (Aldaz y
García, 2019; Avendaño y Trujillo, 2014).

Por último, encontramos la corriente humanista que tiene como prioridad la


actividad humana en el medio ambiente, con relación directa entre naturaleza y cultura
que se relacionan históricos, política y económicamente como un patrimonio y que se
convierten en aliados entre la creación humana y la naturaleza (Avendaño y Trujillo,
2014).

La formación en grupos poblacionales teniendo en cuenta las corrientes de


pensamiento son claves para despertar la conciencia ambiental, siempre y cuando se
haga necesario la identificación, la optimización de la calidad de vida y el entorno,
asumiéndola como una práctica política promotora de valores que inciten al mejoramiento
social, el pensamiento crítico y la acción emancipadora., así mismo, conocer la intención
central, la concepción dominante del medio ambiente; los enfoques privilegiados y las
estrategias pedagógicas que involucre de forma correcta el concebir y poner en practica la
noción de la corriente acorde (Blanco y Tovar, 2008)
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Una de las principales condiciones en las que varía el pensamiento de los grupos
poblacionales sobre el ambiente, es el contexto geográfico y la cotidianidad como un
escenario de habituación, en donde se supone que la justicia se evidencia como un deber
(Cardozo, 2013).

La obra “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry, distingue diferentes


personajes al momento que el principito recorre una región de asteroides, el primero de
ellos es un Rey el cual refleja el pensamiento antropocéntrico, todo gira alrededor de su
presencia y su racionalidad, todo en ese planeta se hacía de acuerdo a las órdenes
razonables del rey, este enuncia que “La autoridad descansa, primeramente, en la razón”,
esta frase es la representación propia del razonamiento Cartesiano el que enuncia que la
superioridad del hombre sobre todas las demás formas de vida, es otorgada por el don
supremo de pensar.

En esta clase de grupos poblacionales, prima la racionalidad, es por ello que en


principio la mejor forma de persuasión es la razón. Por tanto, la corriente científica sería la
mejor forma de razonar en función de la educación ambiental, que tenga elementos de
comprensión de las relaciones causa y efecto de los problemas medio ambientales son la
forma para inducir al cambio de pensamiento. El modelo pedagógico que logra la
inmersión en la corriente científica es en primera instancia la exploración del medio, la
observación de los fenómenos, la emergencia de hipótesis, la verificación de hipótesis y
por último la concepción de una solución a la problemática o de mejora ante la situación
planteada. (Goffin y Boniver, 1985; Sauve, 2010).

Otro de los personajes del principito que además de demostrar características


antropocéntricas, no posee ninguna relación con lo que posee, en este caso el hombre de
negocios, el cual dice ser poseedor de millones de estrellas, las cuales solo cuenta,
desconociendo las realidades de las mismas, no tiene ninguna relación con el medio
ambiente que posee, que según lo rodea, en este caso las estrellas.

La dimensión humana corresponde un medio de vida, con sus dimensiones


históricas, culturales, políticas, económicas etc, la cual crean un valor simbólico a los
recursos que nos rodean, la corriente humanista le puede enseñar al hombre de negocios
que el patrimonio no es solamente las estrellas, la educación ambiental bajo esta corriente
resalta los elementos de una experiencia cognitiva, sensorial y afectiva con el recurso que
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dice poseer y poder convertirse una persona útil para los fines de protección de su
recurso, para este caso los recursos naturales (Sauvé, 2005)

En conclusión, la educación ambiental en grupos poblacionales de adultos debe


dirigirse hacia la comprensión de su realidad y al despertar de la conciencia del mismo
que le permita identificarse como ser posibilitador de cambios.

Referencias

Aldaz, G. L. N., & García, M. C. (2019). Corrientes de pensamiento en la educación


ambiental y ámbitos de aplicación. Revista de Ciencias de la Educación, Docencia,
Investigación y Tecnologías de la Información CEDOTIC., 4(2), 221-239.

Blanco, A. I. C., & Tovar, M. G. (2008). Impacto de un programa Educativo Ambiental


aplicado para promover la participación ciudadana en la Zona Costera del Estado
Miranda. Revista de investigación, 32(64), 103-134.

Cardozo, L. S., & Aguilar, E. (2013). Representaciones sociales en ambiente y educación


ambiental de diferentes grupos poblacionales en la localidad de Chapinero. Hojas y Hablas,
(10), 128-148.

Rengifo, B., Quitiaquez, L., & Mora, F. (2012). La educación ambiental una estrategia
pedagógica que contribuye a la solución de la problemática ambiental en Colombia. XII
Coloquio internacional de Geocrítica, 16.

Osorno, M. M. P. (2016). Corriente naturalista de la educación ambiental analizada bajo el


contexto colombiano, como una oportunidad para el desarrollo sostenible. Cuadernos de
Educación y Desarrollo, (69).

Paz, L. S., Avendaño, W. R., & Parada-Trujillo, A. E. (2014). Desarrollo conceptual de la


educación ambiental en el contexto colombiano. Revista luna azúl, (39), 250-270.

Sauvé, L. (2004). Una cartografía de corrientes en Educación Ambiental. texto académico


1. Porto Alegre, Montreal, Canadá: Artmed.

Sauvé, L. (2005). Uma cartografia das corrientes em educaçao ambiental. (p. 17-46). In
Sato, M. et Carvalho, I. (Dir.). Educação ambiental - Pesquisa e desafios. Porto Alegre :
Artmed.
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Sauvé, L. (2010). Educación científica y educación ambiental: un cruce fecundo. Enseñanza


de las ciencias: revista de investigación y experiencias didácticas, 28(1), 5-18.

Goffin, L. y Boniver, M. (1985). Pédagogie et recherche – Éducation environnementale à


l’école: objectifs et méthodologie – Application au thème de l’eau. Direction générale de
l’organisation des études.Ministère de l’Éducation nationale

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