Está en la página 1de 5

Acerca del marco teórico, este, es un proceso que ayuda a los investigadores a formular

lo que se quiere descubrir y cuales son las preguntas que se necesitan para obtener una
respuesta a ellas, además, gracias a su implementación no solo se determina que es lo
que se pretende aportar con el desarrollo de la investigación, sino que también establece
las variables a estudiar y la relación existente entre las mismas. Es por ello que se
realiza dicho proceso, evitando así, el riesgo de preguntar sin tener idea realmente de lo
que se quiere saber.

Es en el marco teórico que se da una cavilación sobre como otros investigadores han
formulado el problema, la manera en que realizaron su investigación e interpretación y
los resultados que obtuvieron. Todo esto se da a través de la revisión literaria y es por
ello que se logra enunciar lo que se quiere indagar.

Hecha la definición del marco teórico y establecido lo que se puede lograr a


través de él, es preciso fijar la atención ahora en lo que se conoce como el problema de
marco teórico dado que es allí donde existe la posibilidad de que presente los siguientes
escenarios:

 Ausencia de consenso sobre la teoría: es cuando no existe una definición única


de la teoría. Autores como Cañas y Fernández (1994), afirman que en la teoría
debe existir una relación lógica entre las hipótesis y los conceptos de manera que
ninguno quede expuesto de manera aislada.

 Superposición entre la revisión bibliográfica y el marco teórico: en este caso es


importante realizar la revisión de la literatura relacionados con los antecedentes
del problema a la vez que se adopta una teoría o se desarrolla una nueva
perspectiva teórica.

 Divorcio entre la teoría y la investigación: Esto puede darse por dos razones, la
primera cuando existe poca correspondencia entre el marco teórico y los
resultados obtenidos de la investigación, dado que la teoría pueda ser
excesivamente abstracta y carecer de hechos concretos que la sustenten; y la
segunda, cuando se confunde el pensamiento teórico que se tenga en el momento
con una aplicación mecánica que al final no hace ninguna aportación en cuanto a
lo que ya se conoce del tema.

Finalmente, se puede decir, en base a lo anteriormente expuesto la importancia


que tiene una correcta elaboración del marco teórico, debido a que solo a través de él se
plantean problemas, se orienta la investigación (de ser necesario) a una reformulación
de problemas, se establece la lógica entre los enunciados o hipótesis y, por último,
permite que se ilustre en el proyecto los puntos de vista que han tenido diferentes
autores sobre el tema.
3. Las hipótesis
Aquí estamos, en términos muy simples, hablando de una sospecha, de una intuición, de
una posible explicación, en base a reflexiones sobre las respuestas posibles a nuestras
preguntas.
Plantear hipótesis no siempre es lo más adecuado porque implica formular la
investigación de cierta forma, y con una explicación o “apuesta” absolutamente
articulada. A veces, sin embargo, uno no está en estas condiciones. Puede ser, entonces,
que una hipótesis restrinja porque el tema es más complejo y “multidimensional” o el
conocimiento previo que se tiene es aún vago o involucra sospechas compuestas de toda
una gama de facto-res; también porque no se tienen todos los elementos para determinar
causas probables o porque finalmente se quiere entender ciertas relaciones o describir
ciertas motivaciones no transparentes para los involucrados. Pueden darse casos en que
la investigación tiene un énfasis inductivo porque se quiere formular y explicitar
algunas dimensiones de una realidad compleja. En esta situaciones uno puede recurrir a
las preguntas. Partir con preguntas, en lugar de hipótesis, no es menos “científico” y
académico pero sí exige que las preguntas se formulen bien y con precisión: “¿Cómo es
el mundo del siglo XX?” no es, por ejemplo, una pregunta que tiene la capacidad de
guiarnos en lo que se investiga. “¿Cómo interpreta la gente de cierta edad/clase/ barrio,
etc. el concepto de ‘derecho’ o ‘democracia’?” es ya más preciso.
La distinción entre preguntas e hipótesis no es absoluta; muchas veces una propuesta
tiene elementos de ambos, como también nociones inductivas y deductivas. Por esta
razón, algunos elementos a los que nos referiremos valen para ambos.
a) Tienen que “contener” y cubrir las unidades de análisis; quién y qué se va a
investigar: familias, individuos, viviendas, opiniones, instituciones, categorías de gente
como políticos, campesinos, jóvenes urbanos, etc.
b) Deben incluir las variables; las características que se pretende investigar: de
los individuos, sus opiniones o experiencias, su nivel de escolaridad, etc.; para el caso
de instituciones: sus niveles de coordinación, su imagen, etc.
Incluir los elementos lógicos de la relación que se pretende investigar: cuánto más
esto más del otro, sin estímulo externo, con o sin organización interna, si hay migración,
más difícil o fácil de construir confianza entre los nuevos vecinos, etc.
Con estas aclaraciones previas, podemos ver ahora, con mayor detalle, algunos de los
temas directamente relacionados a las hipótesis.
3.1. Definición
Una vez formulado un problema o varios, se procede a plantear las hipótesis que guían
la investigación a realizarse (Ejemplos 15-23). Una hipótesis es una tentativa de
explicación mediante una suposición o conjetura verosímil, destinada a ser probada por
los hechos (Ander-Egg, 1972: 20). Tiene, por tanto, el carácter de sugerencia (Cañas y
Fernández, 1994: 81), un intento provisional de explicación e interpretación. Es un
esbozo de respuesta (Barnadas, 1991: 41-42) y, como tal, puede haber una hipótesis o
varias. La hipótesis es una elaboración específica de una proposición (ver Ejemplo 18),
que permite establecer relaciones entre hechos, intentando explicarlos (Tamayo y
Tamayo, 1995: 101).
Es importante señalar que la hipótesis no es una explicación gratuita planteada
al azar. Se plantea y desarrolla a partir del conocimiento y reflexión teórica que se ha
realizado, y es en función de ello que se establece una explicación tentativa porque se
considera que es la dirección más adecuada y pertinente (Quivy y Van Campenhoudt,
1998: 113).
3.2. Requisitos de las hipótesis y lógicas de confirmación y rechazofalsabilidad de
las hipótesis
Las hipótesis deben:
Tener consistencia lógica: es decir, estar lógicamente formuladas.

Tener consistencia con el cuerpo de conocimientos existentes: es decir, estar


relacionadas al estado del conocimiento sobre el tema en particular.

Poder ser contrastables o sometidas a la experiencia: es decir, tienen que ser verificadas
con datos empíricos, los que están, a su vez, controlados
por determinadas técnicas (Cañas y Fernández, 1994: 92-93). Se dice contrastable
cuando se puede comparar lo que hemos formulado con lo que observamos en la
realidad a través de la investigación (Cañas y Fernández, 1994: 82). Esta
contrastabilidad se aplica fundamentalmente a los estudios que recurren a técnicas
cuantitativas. En esta medida, se dice empíricamente contrastable cuando las variables
pueden ser medidas y mensuradas (Mayntz et al., 1976: 41).
Existen, sin embargo, dos problemas:
Como sucede frecuentemente, muchas de las hipótesis no pueden ser observadas
directamente sino a través de una serie de operaciones o razonamientos deductivos,
razón por la cual se habla del método hipotético deductivo.

Después de la tarea de contrastar, el investigador puede llegar a no rechazar la


hipótesis, es decir, según Popper, a corroborarla provisionalmente, pero nunca se podría
verificarla o desecharla definitivamente (Cañas y Fernández, 1994: 77-79). Existen
hipótesis que no pueden confirmarse, de tal manera que sólo se podría analizar su
falsedad refutándolas, mientras que otras hipótesis no se podrían refutar (Cañas y
Fernández, 1994: 97).

La discusión sobre las posibilidades de “verificar” o no una hipótesis han estado


también en el corazón del debate sobre las ciencias sociales. En general, se acepta que
hay dos lógicas en el trabajo con hipótesis: la que busca confirmar la hipótesis y la que
rechaza y falsifica la hipótesis.
De acuerdo al razonamiento al que acabamos de hacer referencia, nunca
podríamos estar seguros de la confirmación de una hipótesis pero sí de su refutación.
Desde esta perspectiva, una hipótesis es considerada científica siempre y cuando cumpla
con los requisitos de falsabilidad, por cuanto las hipótesis serán válidas mientras no
logren ser refutadas.
3.3. Importancia de las hipótesis
La utilidad e importancia de las hipótesis radica en que:
Son instrumentos de trabajo que introducen coordinación en el análisis al
relacionar los hechos (Ander-Egg, 1972: 20). La hipótesis inicial, la hipótesis de
trabajo, es, desde esta perspectiva, una guía y no la conclusión del trabajo porque la
investigación puede negarla, transformarla, complicarla, etc. Claude Bernard decía al
respecto:

Si se experimentara sin idea preconcebida se iría a la ventura; pero, por otra parte
(...) si se observa el experimento con ideas preconcebidas, se harían malas
observaciones y se estaría expuesto a tomar las concepciones del propio espíritu
por la realidad (Cit. por Zubizarreta, 1983: 88).
Desde que se señalan articulaciones, la hipótesis debe indicar directamente o
indirectamente el tipo de observaciones y las relaciones que se realizarán (Quivy y
Van Campenhoudt, 1998: 131).
Constituyen un hilo conductor de la investigación porque orientan la elección de
los datos y se constituyen en los criterios de selección de los datos (Quivy y Van
Campenhoudt, 1998: 114).

Verifican si el contenido conceptual y factual de la hipótesis es ratificado por la


realidad investigada o ésta desmiente o corrige aquélla. Se trata, por tanto, de confrontar
la hipótesis con el material informativo acumulado. Si una hipótesis no ha sido
ratificada, la comprobación de un fracaso es tan importante como la confirmación. La
verificación no supone, sin embargo, que se esté demostrando la verdad y la causa
absoluta.

Ayudan a establecer las variables (Ejemplos 16 y 18) a estudiar y las relaciones


que existen entre ellas (Tamayo y Tamayo, 1995: 109).

3.4. Hipótesis como tentativas de explicación e hipótesis como relaciones entre


variables
A título simplemente analítico, puede ser útil diferenciar las hipótesis como tentativas
de explicación en general, de las hipótesis que de manera más específica introducen una
correlación, usualmente estadística, entre dos variables.
En ambos casos se necesita argumentar la hipótesis porque, de lo contrario,
constituye una simple opinión sin fundamentos, una afirmación que no tiene nada que
permita sustentarla. Para que una hipótesis pueda guiar la investigación y convertirse en
tesis debe acompañarse de argumentos que tienen como objetivo legitimarla,
apoyándose para ello en el razonamiento y en la investigación. Las hipótesis deben
responder, por tanto, a la problemática, preguntas y objetivos que hemos planteado.
3.5. Procedimientos para el planteamiento de las hipótesis
Es conveniente distinguir cuatro etapas en el procedimiento de las hipótesis (Singleton y
Streits, 1999: 54):
Formulación de las hipótesis.

Deducción de las consecuencias de la hipótesis.

Análisis, a través de la observación, de las hipótesis. A esta parte se la llama


también contrastación empírica; es decir, se analiza a través de la investigación si las
consecuencias o deducción de las consecuencias observacionales se confirman o no en
la realidad estudiada.

Conclusiones sobre la hipótesis en base a las observaciones.

En este procedimiento se recurre, por tanto, a un razonamiento deductivo (en el


primer punto y en el cuarto) e inductivo (en el segundo y tercer punto).

También podría gustarte