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La conciliación extrajudicial es un mecanismo para la solución de conflictos, por el medio del

cual dos o más personas asistidas por un tercero neutral y calificado denominado conciliador,
llegan mediante un trámite breve y económico a un acuerdo sobre diferencias en las cuales
tengan libre disposición, en asuntos sobre derechos civiles, comerciales, societarios, de
responsabilidad civil o de familia. El trámite se inicia con la presentación de la solicitud al
centro de conciliación, luego el conciliador designado por el centro de conciliación, las cita a
una audiencia para que expongan sus argumentos en relación con el conflicto y también para
proponer fórmulas de arreglos. Para terminar se hace una acta de acuerdo que debe contener
obligaciones claras, expresas y exigibles, el acta tiene los mismos efectos de una sentencia
cuyo cumplimiento se puede exigir ante un juez. El trámite también puede concluir porque
alguna de las partes citadas no se presenta en las audiencias o porque no llegan a un acuerdo,
caso en el cual se deja una constancia que sirve a las partes como requisito para presentar un
demanda. La conciliación es un trámite confidencial y de bajo costo, que el noventa por ciento
de los asuntos se resuelve en la primera audiencia. Conflictos más comunes atendidos en los
centros de conciliación: fijación de pensión de alimentos; indemnización por daños y perjuicio;
obligaciones de dar, hacer y no hacer; división y partición; desalojos; liquidación de sociedad
de gananciales; problemas vecinales y temas de tenencia y régimen de visitas.

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