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Resumen-comentario al capítulo Recitativos del libro de Alan Montgomery: Opera coaching

En este capítulo Montgomery define el recitativo, desde el recitativo secco con continuo. Me parece
interesante porque en el musical también aparecen pasajes parecidos, además de el acercamiento de
la voz hablada a la cantada que puede beneficiarse de este entrenamiento. (Por ejemplo: Chicago:
Míster Celofán va desde el hablado, algo así como el recitativo seco: Si en un montón de gente
véis..., el acompañado y el aria: Celofán...)

En la página empieza a hablar de la aproximación del cantante al recitativo y de diferentes


enfoques:

En la ópera como en el musical suele ser desatinada, intentando aprenderlo desde la notación
rítmica para luego intentar darle libertad.

Comenta la antigua costumbre de interpretar los recitativos lo más rápido posible. Lo hace
equivalente a recitar a Shakespeare lo más rápido posible, como si la velocidad fuera el
criterio de la calidad, sin tener en cuenta los significados o las situaciones dramáticas. La
velocidad correcta debe estar gobernada por el tempo natural del habla, lo que significa que
si una línea o frase necesita ser más lenta nada impide al cantante/actor tomarse ese tiempo;
y lo mismo pasa si se necesista ser más ágil.

Normalmente los compositores no establecen una velocidad para el recitativo. Asumen que el
cantante buscará el carácter, velocidad, inflexiones, a partir del texto que interpreta.

La manera de estudiar el recitativo de entre las tradicionales que considera más acertada es la que
comenta del teatro inglés en las óperas de Händel, donde los recitativos se ensayan hablándolos y a
lo largo de los ensayos el pianista poco a poco va introduciendo acordes y la curva melódica hasta
aproximarse a lo escrito.
Así pues Montgomery aboga por un acercamiento inicial puramente textual, y después de recitar el
texto con libertad, se entiende que dándole sentido, intenciones, etc... volver al texto musical, a los
ritmos escritos por el compositor y comprobar a qué palabras el autor da énfasis o no, cómo es el
ritmo y sus cambios y a qué responden: si por ejemplo hay un ritmo general de corcheas y cambia a
negras, encontrar la razón para hacerse cargo de ella.

En el recitativo accompagnato, como “Deh, vieni non tardar”, el cantante tiene cierta libertad, pero
menos que en el recitativo secco, pued ha de permanecer cerca de los ritmos escritos. (En Míster
Celofán: Y no hace falta ni cacarear, todo el mundo puede alardear) Aquí la orquesta se suele
utilizar para subrayar el texto cantado y la dinámica suele tener una función de puntuación o
anticipación de la siguiente frase. Por otro lado los silencios en este estilo de recitativo suelen ser
sumamente expresivos.

Para trabajar este estilo de recitativo aconseja partir de la interpretación hablada, dando a cada frase
el máximo de significado posible. Teniendo en cuenta que en ópera se canta en idioma extranjero
explica una transición desde la lengua materna al idioma de la obra, pasando por estados
intermedios. Como en el secco, la acentuación es dependiente de las palabras que son
lingüísticamente más importantes o decisivas.

El volumen no tiene porqué muy grande, pero sí suficiente. No es necesaria una línea especialmente
legato, particularmente el recitativo secco requiere una articulación no ligada.

Señala que incluso en el verismo, como en Puccini, los pasajes que se asemejan a recitativo aunque
no posean la libertad rítmica del recitativo clásico deben mantener el sentido de un diálogo real.

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