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Derecho Comercial y Laboral

TÍTULOS DE CRÉDITO

Los títulos de crédito constituyen una de las má s importantes creaciones del derecho comercial y un
significativo aporte a la formació n de la economía moderna. Se ha dicho que los títulos de crédito se han
convertido en instrumentos de representació n y movilizació n de la riqueza, aportando la certeza, la
rapidez y la seguridad que requiere el trá fico mercantil en el mundo actual.

La idea de título de crédito, que corresponde a la traducció n literal de la expresió n alemana “wertpapiere”,
rememora un documento que no só lo acredita la existencia y contenido de un derecho, sino que lo
constituye y sirve para su transferencia, por lo que se ha afirmado que estos documentos incorporan o
materializan un derecho en su texto.

Sobre esa base, una parte importante de la doctrina, apoyá ndose en la legislació n italiana, ha elaborado
una noció n esencial o restringida de título de crédito, señ alando que se trata de un documento
transferible cuya posesión es necesaria para ejercer el derecho literal y autónomo que en él se
representa.

Sin embargo, en los juristas alemanes ha predominado una concepció n má s amplia del título de crédito,
afirmando que se trata de un documento que incorpora un derecho de carácter privado de tal forma
que para su ejercicio es necesaria la posesión del documento. Obviamente, esta noció n alude a
aquellos documentos cuya tenencia es necesaria para ejercer el derecho que representan,
independientemente de si el mismo documento es necesario o no para transferir ese derecho.

Contenido del Título de Crédito

El título de crédito constituye un vehículo privilegiado de circulació n. En efecto, el contenido del título de
crédito puede ser: representativo de dinero, de mercaderías o de representació n social.

 En el TÍTULO DE CRÉDITO REPRESENTATIVO DE DINERO, la prestación consiste,


precisamente, en pagar una suma de dinero a su vencimiento, de lo que se deriva que:

a) Permite realizar actos de cambio o trá fico mercantil, prescindiendo de la moneda;


b) Como se trata de una promesa con pago diferido, puede circular, igual que la moneda, mediante la
circulació n del título que la contiene;
c) Al postergarse la exigibilidad de la deuda, se realiza asimismo la funció n de crédito;
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d) El acreedor, si lo desea, puede cambiar el valor futuro que representa la promesa de pago diferido por
un valor presente, mediante la operació n de descuento.

En consecuencia, un título de crédito representativo de dinero puede cumplir la funció n de reemplazar a


la moneda, de realizar la circulació n con pago diferido, de permitir la obtenció n de crédito o de servir de
base para un descuento.

 En el TÍTULO REPRESENTATIVO DE MERCADERÍAS la prestació n contenida en el documento


consiste en exigir al obligado la entrega de determinado bienes. Este título permite, mediante la
transferencia del documento, transferir mercaderías sin necesidad de efectuar la tradición
material de ellas, sin desplazamiento físico de las mismas. Esto significa:

a) una fá cil y mayor circulació n de los bienes;


b) otorga certeza, rapidez y seguridad al trá fico de mercaderías;
c) evita demoras en la celebració n de los contratos;
d) realizar la tradició n de los bienes en cada caso.

Entre los títulos representativos de mercaderías figuran la carta de porte, el conocimiento de embarque y
los certificados warrants.

 Finalmente, los TÍTULOS DE PARTICIPACIÓN SOCIAL son aquellos que reconocen


determinados derechos, ya sea de asociado o de acreedor, de la entidad que los emite.
Mediante el título, el poseedor puede ejercer los derechos que ese instrumento le confiere; pero
también puede cederlo, transfiriendo con su cuota social todas las prerrogativas inherentes a su
calidad de socio. Esta es otra forma de facilitar la circulació n.

Definición de título de crédito

Se ha definido por la doctrina a los títulos de crédito, llamados también títulos de valores, como aquellos
documentos que representan o incorporan a su materialidad un derecho patrimonial y autónomo
que habilita a su portador legítimo para exigir del deudor su cumplimiento a la fecha de su
vencimiento.

De la definició n anotada, se desprenden los elementos que configuran al título de crédito:


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a) El documento es indispensable para dar origen al derecho, para su conservació n y disposició n. Si


no existe el documento, no es posible hacer efectivo el derecho contra el deudor, ni transferirlo a
un tercero ni darlo en garantía y, por lo mismo, toda operació n relativa al derecho deberá
consignarse en el título para que produzca sus efectos.
b) La incorporación, que consiste en la unió n indisoluble del título con el derecho que representa, es
el má s fundamental de los elementos de los títulos de crédito; si ya se expresó que sin el
documento es imposible hacer valer el derecho que en él se consigna, es porque sin el documento
no existe el derecho.
c) A su vez, el derecho consignado en el título de crédito, llamado “derecho documental”, desde el
momento que pasa a formar parte del título mediante la incorporació n, estará ligado al documento
para siempre, corriendo su misma suerte, de manera que si el documento se destruye o se pierde,
desaparecerá también el derecho incorporado en él, a menos que su titular tome las providencias
del caso, medidas que se analizará n en su oportunidad. En consecuencia, la posesió n del
documento da título, fundamenta y legitima la posesió n del derecho.

En los títulos de crédito, hay una preponderancia del documento sobre el derecho contenido en ellos, que
los distingue de los títulos ordinarios o constitutivos. En los títulos ordinarios, el documento es algo
accesorio respecto del derecho mencionado en ellos, por lo que la titularidad del derecho decide también
la pertenencia del documento. En cambio, en los títulos de crédito, lo accesorio no es ya el documento
sino el derecho, de manera que el derecho sobre el documento determina la pertenencia del derecho
mencionado en él y que la posibilidad de ejercer ese derecho depende de la conservació n del mismo
documento.

Estructura del título de crédito

Los elementos del título de crédito son, fundamentalmente, dos: a) el documento en cuanto soporte
material, bien mueble, y, b) la declaració n obligacional representada en el documento, que constituye su
contenido econó mico. Estos dos elementos, al reunirse, dan origen al título de crédito, que no es
solamente la suma de los dos sino que representa el nacimiento de un ente nuevo que ingresa a la vida
jurídica.

a. El soporte o sustrato material: el título de crédito es una cosa mueble. Pertenece a la categoría
jurídica de los bienes muebles, debido a la materialidad del papel que contiene a este instrumento
documental. Luego, como cosa mueble, puede ser objeto de relaciones jurídicas materiales como
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tenencia, posesió n, usufructo, propiedad e, incluso, puede ser objeto de reivindicació n, como lo
señ ala el Art. 82 de la Ley N° 18.175, Ley de Quiebras.
b. La declaració n documental: ya se dijo que el título de crédito contiene una declaració n documental
con valor econó mico. La declaració n documental puede tratarse como fuente de una obligació n o
como representació n documental.

Contiene un vínculo representado que posee la naturaleza de un crédito, vale decir, un derecho a exigir
una prestació n con contenido econó mico. Este puede consistir en pagar una suma de dinero, entregar
ciertas mercaderías o disponer de ciertas prerrogativas o derechos. Los elementos del derecho
representado en esta declaració n documental, considerados jurídicamente, son una deuda y un crédito.

Para distinguir mejor: El documento es una cosa representativa de un hecho, generalmente de una
declaració n; el título de crédito es un documento representativo de un derecho de crédito. Esa es la
naturaleza de la declaració n documental en tanto representació n documental.

La legitimación de los títulos de crédito.

La legitimació n es “la propiedad que tiene el título de crédito de facultar a quien lo posee para
exigir del suscriptor el pago de la prestación consignada en él y de autorizar a este último para
pagar válidamente su obligación, cumpliéndola en favor del primero”.

El acreedor se legitima exhibiendo el título; si carece de él por cualquier causa, nada podrá hacer para
legitimarse aunque realmente sea propietario del título y pueda demostrar por otros medios su cará cter
de propietario. La legitimació n representa para el acreedor una gran ventaja, porque para justificar su
derecho y poder ejercitarlo, esto es, para quedar legitimado, le basta con exhibir el título, sin necesidad de
demostrar que es propietario del mismo y, por consiguiente, titular del derecho que lleva incorporado.

Como opera la legitimación según el título

 En los títulos nominativos, esto es, aquellos que se expiden en favor de una persona determinada,
la legitimació n produce sus efectos cuando el propietario los ha adquirido mediante su ley de
circulació n, vale decir, cumpliendo con el mecanismo de la cesió n, ya sea con la aprobació n del deudor
cedido o a través de su notificació n.
 En los títulos a la orden, esto es, aquellos en los que se consigna una obligación contraída a la
orden de una persona determinada, se debe distinguir entre dos situaciones:
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a) En primer lugar, es propietario del título y, en consecuencia, legitimado, el beneficiario del mismo, o
sea el que como tal figura en el texto del documento;
b) En segundo término, se considera propietaria a la persona que justifique su derecho mediante una
serie no interrumpida de endosos, que constituyen la forma como circulan.

En el primer caso, el título no ha circulado, en tanto que en el segundo, ha entrado ya en circulació n.

El poseedor de un título a la orden que lo presenta a su cobro sin que haya sido endosado, no só lo prueba
que está legitimado, sino que acredita también que es propietario del mismo.

A su vez, el tenedor que lo presenta al cobro habiéndolo adquirido no del suscriptor directamente sino a
través de un endosante, no demuestra su derecho de propiedad sobre el título, sino que acredita
exclusivamente su derecho a cobrar del deudor la respectiva prestació n, comprobando que es aquella
persona cuyo nombre cierra la serie de endosos que figuran en el documento. En este caso, no puede
decirse que el tenedor del título sea también su propietario; pero el suscriptor tiene derecho a reputarlo
dueñ o, por cuanto si cumple la obligació n respecto de él queda liberado definitivamente. Este es el
verdadero significado de la legitimació n.

 En los títulos al portador, esto es, aquellos documentos que, sin tener la designación del acreedor,
permiten al que los presente exigir la prestación en ellos contenida, su cesió n se hace entregando
el título, con lo cual la legitimació n se simplifica enormemente. Este es el ú nico requisito formal para
obtener la legitimació n.

Características de los títulos de crédito

Para tratar el tema, se hace necesario distinguir entre las características esenciales y comunes a todos los
títulos de crédito, vale decir, la necesariedad, la literalidad y la autonomía, y las características
particulares de algunos títulos de crédito, esto es, la abstracció n y la formalidad.

Características comunes a todos los títulos de


créditos

1. LA NECESARIEDAD.- Es la característica esencial del documento; significa que es imprescindible


tener el título para detentar y disponer del derecho documental representado en él.
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El fundamento de la necesariedad radica en la especial estructura del título de crédito, constituida por
elementos vinculados entre sí. El hecho que la declaració n documental esté conectada indisolublemente al
documento, justifica esta relació n de necesariedad entre ambos, de manera que el portador debe contar
con el documento para ejercer el derecho. Dicho de otra forma, el derecho documental só lo puede nacer,
existir y ser ejercido por el legítimo portador del documento. Debido al cará cter necesario del documento,
el acreedor no puede suplir con otro instrumento jurídico la carencia de posesió n del título para disponer
del derecho.

Esta característica de la necesariedad, esencial y comú n a todos los títulos de crédito, permite cautelar los
valores de certeza, rapidez y seguridad propios de esta clase de títulos.

2. LA LITERALIDAD.- Los títulos de crédito se caracterizan por ser documentos literales, en el sentido
que su contenido, extensió n y modalidades dependen exclusivamente del tenor del título.

La evolució n del título de crédito permitió que los documentos que llevaban incorporado un derecho
perdieran su carácter meramente probatorio para transformarse en documentos constitutivos de un
derecho autó nomo. Este derecho autó nomo subsiste por la condició n exclusiva del documento,
destruyéndose para siempre la dependencia del derecho confesado.

Desde el momento en que el derecho documental deviene autó nomo, en cuanto a que deja de ejercer su
funció n simplemente probatoria, surge esta nueva categoría de títulos.

Entonces, si el derecho consignado en el título nace del título al cual se incorpora, es obvio que la
redacció n del documento da la medida de su contenido, de su extensió n y de sus modalidades, vale decir,
que el tenor del título sea decisivo al respecto y que sus cláusulas sean su ú nica norma y alcance. En virtud
de esta característica de literalidad, se producen los siguientes efectos:

 El acreedor no puede exigir ni percibir má s de lo expresado en el título;


 El acreedor no puede valerse de elementos jurídicos que no estén literalizados en el documento;
 El carácter literal supone un compromiso de atenció n para las personas que intervienen en el
documento, vale decir, que cada cual debe atenerse a lo escrito en el título para determinar sus
derechos y obligaciones;
 Cualquiera de los sujetos intervinientes que no cumpla con este compromiso de atenció n sufrirá
un perjuicio a sus intereses.
 La literalidad otorga certeza, rapidez y seguridad a los títulos de crédito;
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 La literalidad adquiere su mayor significado cuando el documento circula en manos del portador
de buena fe, porque éste só lo cuenta al recibir el título con lo expresado en su texto.

3. LA AUTONOMÍA DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO .- En el derecho comú n, la circulació n de los créditos


entre cedente y cesionario implica una sucesió n a título particular, que origina una transmisió n
derivada, con todos sus efectos: limitaciones, excepciones, vicios. En el derecho cambiario, se logró la
derogació n del principio romanista de la cesió n de créditos.

El cará cter autó nomo de un título de crédito se explica porque el titular del mismo lo adquiere en forma
originaria, esto es, su derecho no deriva del cedente sino que nace nuevo en el cesionario, al recibir el
documento segú n su ley de circulació n. El nuevo titular no es sucesor del sujeto que le transfirió el título
de crédito, sino que lo adquirió en forma originaria. En consecuencia, el portador ejerce un derecho
propio, distinto e independiente de las relaciones jurídicas existentes entre los anteriores poseedores del
título y el deudor.

Características particulares de algunos títulos de


créditos

1. TÍTULO DE CRÉDITO ABSTRACTO. Se dice que es aquel documento cambiario que, por estar
desvinculado de su causa, no alude a la relació n fundamental y, que en caso de hacerlo, es irrelevante.

La abstracció n se produce respecto de los portadores de buena fe, pero no en relació n con quienes
celebraron el negocio causal. Se debe señ alar que no es que los títulos de crédito carezcan de causa-fin;
simplemente que ella se presume en el contorno cambiario, resultando irrelevante respecto del portador
de buena fe, que no intervino en la relació n fundamental.

Como no existen obligaciones sin una fuente de la cual emanen, el carácter abstracto que informa a este
tipo de relació n jurídica se dirige al título de crédito y no a la obligació n misma. Mientras la causa-fuente
nunca puede estar ausente, la causa-fin puede faltar. Siendo irrelevante la causa-fin, ella no afecta el
derecho del portador legitimado para demandar el pago del título, haciendo abstracció n de la relació n
fundamental de la que no fue parte.

A su vez, el deudor, por estar vinculado con el portador só lo por la relació n documental unida al título, no
tiene otras excepciones que no sean las que emanen del propio documento.
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Los títulos de crédito abstractos son completos, en cuanto a que las relaciones cambiarias quedan
determinadas por su contenido literal, sometido en determinados casos al cumplimiento de algunos
requisitos formales, como ocurre con el Art. 1° de la Ley N° 18.092, respecto de la letra de cambio.

2. LOS TÍTULOS DE CRÉDITO ABSTRACTOS FORMALES .- se oponen a los títulos de crédito causales,
que son aquellos que pueden mencionar en su texto la causa o relació n subyacente que motivó su
emisió n. En este caso, la causa tiene relevancia en la medida que se haga referencia literal a ella.

Si la causa no se encuentra referida en el tenor literal del título, no puede hacerse valer en el ámbito de las
relaciones cambiarias. Estos títulos se llaman “no formales” o “incompletos”, porque en alguna medida la
cuantía, modalidad y eficacia se encuentran complementadas por una referencia a la relació n fundamental
que motivó su libramiento, como es el caso de los bonos que hacen referencia a la escritura de emisió n y a
la escritura fundacional de la sociedad emisora.

Clasificación de los títulos de crédito

Los títulos de crédito admiten diversas clasificaciones, siendo la principal aquella que los divide
atendiendo a su contenido o a la forma en que se han emitido.

De acuerdo al primer criterio, el CONTENIDO del título de crédito lo constituyen los derechos de crédito
pecuniarios incorporados en él. Aquí se distinguen tres grandes categorías de títulos de crédito:

1. TÍTULOS DE PAGO, TAMBIÉN LLAMADOS EFECTOS DE COMERCIO .- Cuando el título de crédito


obliga al deudor a una prestació n consistente en pagar una suma de dinero, recibe el nombre de “título
de pago” o “efecto de comercio”. Pertenecen a esta clase de títulos la letra de cambio, el cheque, el
pagaré a la orden, la carta orden de crédito y la libranza (orden de pago que se da, ordinariamente por
carta, contra alguien que tiene fondos a disposició n del que la expide, la cual, si es a la orden, equivale
a la letra de cambio).

2. TÍTULOS REPRESENTATIVOS DE MERCADERÍAS.- Cuando el título de crédito incorpora el derecho


de disposició n sobre determinadas cosas materiales, pasa a llamarse “título representativo de
mercaderías”. La posesió n del título equivale a la posesió n de las mercaderías que en él se especifican,
por lo cual transfiriendo el documento se transfieren las mercaderías, de tal suerte que la circulació n
de ellas es reemplazada por la circulació n del título, con las ventajas que ello representa en rapidez y
en economía. Pertenecen a esta especie de títulos los certificados o vales de depó sito en almacenes
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generales, llamados “warrants”, las cartas de porte, los conocimientos de embarque y las facturas,
entre otros.

3. TÍTULOS DE PARTICIPACIÓN SOCIAL, TAMBIÉN LLAMADOS VALORES MOBILIARIOS O TÍTULOS-


VALORES.- Cuando el título de crédito conlleva un conjunto de derechos de diversa naturaleza,
inherentes a la calidad de socio de la entidad emisora, o al carácter de acreedor de ella, toma el
nombre de “título de participació n social” o también de “título valor” o “valor mobiliario”. Pertenecen
a esta clase de títulos las acciones de las sociedades anó nimas, los bonos emitidos por esas mismas
sociedades y los pagarés emitidos por las instituciones pú blicas, como el Banco Central o la Tesorería
General de la Repú blica.

De acuerdo al segundo criterio, la FORMA COMO EL DOCUMENTO SE EMITE determina con menor o
mayor precisió n al beneficiario del derecho documental y simultá neamente constituye la base para
determinar su ley de circulació n y, en consecuencia, la forma como se legitima el poseedor del documento.
Aquí también se distinguen otras tres categorías de títulos de crédito:

1. TÍTULOS AL PORTADOR.- Son aquellos que se emiten sin mencionar al beneficiario o, que
mencioná ndolo, se les agrega la expresió n “al portador”. Constituyen la expresió n má s cabal de la
propiedad mobiliaria, identificá ndose plenamente con las cosas muebles, lo que a su vez fundamenta
que su circulació n debe efectuarse por la entrega del documento.

Basta la simple tradició n del documento para quedar legitimado en el ejercicio del derecho, por lo cual los
requisitos de legitimació n de un título al portador son só lo dos: a) Posesió n del título y b) presentació n
del documento al deudor o sujeto requerido de pago.

2. TÍTULOS A LA ORDEN.- Son aquellos que, extendidos esencialmente a nombre de determinada


persona, facultan a ésta de manera implícita o expresa, a transmitirlo sin intervenció n del deudor.

No hay fó rmulas sacramentales para crear esta clase de títulos. Si el documento lleva las palabras “a la
orden”, se está dejando constancia expresa que se trata de esta clase de título. Por el contrario, hay
constancia implícita cuando en la redacció n del documento se empleen términos que hagan incluir
tá citamente la expresió n “a la orden”.

Los títulos a la orden circulan mediante el endoso, que es una declaració n escrita al dorso del documento,
firmada por quien la otorga.
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Los requisitos de legitimació n de un título a la orden, son tres: a) posesió n del documento; b)
presentació n del documento al sujeto requerido de pago y, c) cadena ininterrumpida y regular de endosos.
Se agrega como un cuarto requisito la identificació n personal del portador; si el portador no se identifica,
no puede ejercer los derechos del título.

3. TÍTULOS NOMINATIVOS.- Son aquellos que se giran a favor de determinado sujeto y en los que
tanto su emisió n como sus sucesivas transmisiones deben inscribirse en el registro del emisor. En
estos títulos, el creador de ellos ha querido mantener el control del nombre del tenedor y con ese fin
los emite a un nombre individual.

Los requisitos de legitimació n de un título nominativo, son cuatro: a) posesió n del título; b) presentació n
del documento al deudor; c) cadena de traspasos y anotació n de los traspasos en el registro del emisor del
título y, d) identificació n del portador.

Ademá s de esta clasificació n principal, que atiende al CONTENIDO O A LA FORMA DE LOS TÍTULOS DE
CRÉDITO, existen otras referidas al tipo de persona que los emite; a su origen civil o mercantil; a si
admiten o no fraccionamiento o, a si se emiten individual o masivamente.

1. TÍTULOS PÚBLICOS O EFECTOS PÚBLICOS Y TÍTULOS PRIVADOS .- Atendiendo a la


persona que los emite, los títulos de crédito pueden ser pú blicos o privados.

De acuerdo al Art. 68 del Có digo de Comercio, bajo la denominació n de efectos pú blicos se comprenden: 1.
Los títulos de crédito contra el Estado reconocidos como negociables; 2. Los de establecimientos pú blicos
y empresas particulares autorizadas para crearlos y hacerlos circular; 3. Los emitidos por los gobiernos
extranjeros, siempre que su negociació n no se encuentre prohibida.

Los títulos de crédito privados son los que emiten los particulares.

2. TÍTULOS CIVILES Y COMERCIALES.- Atendiendo al carácter civil o mercantil de la relació n


jurídica que les da origen, los títulos de crédito se clasifican en civiles o comerciales. Sin embargo hay
que tener presente que de acuerdo a lo previsto en el Art. 3°, N° 10, del Có digo de Comercio, las
operaciones sobre letras de cambio, pagarés y cheques y sobre documentos a la orden son
comerciales, cualquiera que sean su causa y objeto y las personas que en ellas intervengan. Se trata,
como ya se explicó en su oportunidad, de una mercantilidad formal, que no da lugar a los actos mixtos
o de doble cará cter como tampoco a la aplicació n del principio de lo accesorio. En estas condiciones,
los títulos de crédito civiles son ahora una excepció n frente a los mercantiles.
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3. TÍTULOS UNITARIOS Y TÍTULOS MÚLTIPLES.- Son títulos unitarios aquellos que no pueden
fraccionarse y mú ltiples los que admiten fraccionamiento.

4. TÍTULOS MASIVOS Y TÍTULOS INDIVIDUALES.- Esta clasificació n atiende a la forma de


emisió n del título. Son masivos las acciones y bonos; son individuales las letras o los cheques.

5. TÍTULOS CON SOPORTE MATERIAL CARTÁCEO Y TÍTULOS INFORMÁTICOS O DE


REPRESENTACIÓN ELECTRÓNICA.- Como ya se expresó respecto a los elementos de su estructura,
el título de crédito está integrado por un soporte material, el documento, cosa mueble, y por una
declaració n de contenido obligacional incorporada en ese soporte. Estos son los títulos de crédito
que hemos tratado y que ahora se llaman con soporte material cartá ceo, para distinguirlos de la
nueva categoría que ha surgido en nuestro tiempo, en la cual el soporte material se sustituye por una
anotació n en cuenta, que se asienta en un registro informá tico o electró nico. Ley Nº 19.799 (D.Of.
12.04.2002) sobre documentos electró nicos, firma electró nica y servicios de certificació n de dicha
firma.

EL PAGARE

La Ley Nº 18.092, de 14 de enero de 1982, que dicta nuevas normas sobre letra de cambio y pagaré,
dedica su Título I a la letra de cambio, y al pagaré su Título II, el que concluye en el Art. 107, señ alando que
“en lo que no sean contrarias a su naturaleza y a las disposiciones del presente Título son aplicables al
pagaré las normas relativas a la letra de cambio”.

Definición

El Art. 766 del Có digo de Comercio, derogado por la Ley 18.092, definía al vale o pagaré como “un escrito
por el que la persona que lo firma se confiesa deudora a otra de cierta cantidad o valor de dinero y
se obliga a pagarlo a su orden dentro de un determinado plazo”. Agregaba que si el pago debía
hacerse en un lugar distinto de la residencia del deudor, el pagaré tomaba el nombre de pagaré a
domicilio.
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La Ley 18.092, no reemplazó ni mantuvo la definició n de del Có digo de Comercio, limitá ndose a indicar, en
sus Arts. 102 y siguientes, el contenido formal del documento que lo comprende y sus requisitos de fondo.
Doctrinariamente se define al pagaré como un documento escrito que contiene una promesa, no
sujeta a condición, de pagar una cantidad determinada o determinable de dinero al beneficiario, a
su orden o al portador, obligando a la persona que lo suscribe, a los endosantes y a los avales de
una u otros.

Producción o creación del pagaré

En la producció n del pagaré só lo interviene su suscriptor, que es la persona que confiesa la deuda,
firma el documento y es el primer obligado a su pago. De acuerdo a las normas generales, debe
tratarse de una persona capaz de obligarse y poseer la libre administració n de sus bienes.

En el pagaré, ademá s del suscriptor, puede estar designada la persona del beneficiario, que es el acreedor
de la suma que se promete pagar. También de acuerdo a las normas generales, basta que el beneficiario
tenga capacidad de goce.

Cuando el pagaré contiene la clá usula “a la orden” puede circular mediante endoso, y en ese caso
figurará n en el documento endosante y endosatario.

Finalmente, aunque creado el pagaré por la sola voluntad del suscriptor, pueden intervenir también
avalistas que garanticen el pago del documento por su emisor o por los endosantes.

Aspectos formales del pagaré

El pagaré es un acto solemne, contenido en un documento, cuyas enunciaciones está n determinadas


expresamente por el Art. 102 de la Ley Nº 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré, bajo la sanció n que si
el documento no las cumple no vale como pagaré (Art. 103).

Las enunciaciones que debe contener el pagaré


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Como ya se expresó , el Art. 102 de la Ley 18.092 señ ala que el pagaré debe contener las siguientes
enunciaciones:
1. La indicació n de ser pagaré, escrita en el mismo idioma empleado en el título. Se trata de una
novedad de la Ley 18.092, ya que no existía en el Có digo de Comercio, destinada a reafirmar esta
clase de título de crédito.
2. La promesa no sujeta a condició n, de pagar una determinada o determinable cantidad de dinero .
Es el objeto del pagaré, que permite clasificar a este título de crédito en la categoría de efecto de
comercio. Esta pasa a ser una enunciació n esencial, de modo que si la promesa no sujeta a
condició n se refiere a otra cosa que a una cantidad determinada o determinable de dinero, no es
un pagaré sino otro documento o bien un título de crédito distinto al pagaré.
3. El lugar y época del pago.- Esta es una enunciació n no esencial, por cuanto la Ley, en este mismo
nú mero 3, ofrece reglas supletorias al señ alar que “si el pagaré no indicare el lugar del pago, se
entenderá que éste debe efectuarse en el lugar de su expedició n”, y que “si no contuviere la fecha
de vencimiento, se considerará pagadero a la vista”.

En lo referente a su vencimiento, depende de la forma en que el pagaré se haya extendido, la que segú n el
Art. 105 puede ser “a la vista, a un plazo contado desde su fecha y a un día fijo y determinado”.
La misma disposició n añ ade que “El pagaré puede tener también vencimientos sucesivos, y en tal caso,
para que el no pago de una de las cuotas haga exigible el monto total insoluto, es necesario que así se
exprese en el documento”, agregando que “Si nada se expresare al respecto, cada cuota morosa será
protestada separadamente”.

4. El nombre y apellido del beneficiario o la persona a cuya orden se ha de efectuar el pago o la


indicació n de que es pagadero al portador.- Esta enunciació n es esencial y determina la manera en
que el pagaré va a circular, lo que dependerá de la forma en que se emita.

Si el pagaré se emite nominativamente, será transferible mediante la cesió n de créditos; si se emite a la


orden, se traspasará mediante el endoso; si se gira al portador, circulará por la entrega manual.

5. El lugar y fecha de expedició n.- Esta enunciació n es importante para determinar la capacidad del
emisor al momento de crear el pagaré, la que como ya se expuso, debe ser una persona capaz de
obligarse y poseer la libre administració n de sus bienes, condiciones que se rigen por las normas
generales del derecho comú n.
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Esta menció n también interesa para determinar el lugar del pago, ya que si esa menció n se omite, de
acuerdo al Nº 3 anterior, se debe entender que el pago debe hacerse en el lugar de expedició n del pagaré.
Asimismo, el lugar de expedició n del pagaré determinará la ley aplicable.

6. La firma del suscriptor.- Esta es una enunciació n esencial, ya que la firma del suscriptor puesta en
el documento revela su intenció n de obligarse.

No obstante, de acuerdo a su Art. 104, la Ley 18.092 permite que “bajo la responsabilidad del suscriptor,
su firma podrá estamparse por otros procedimientos que se autoricen en el reglamento, en los casos y con
las formalidades que en él se establezcan”.

Sanción por falta de enunciaciones en el pagaré

Repitiendo la norma del Art. 2º respecto de la letra de cambio, el Art. 103 señ ala, en relació n al pagaré,
que “el documento que no cumpla con las exigencias del artículo precedente, no valdrá como pagaré”.

Sin embargo, segú n ya se expresó , el Nº 3 del Art. 102 contiene reglas supletorias para el caso de haberse
omitido el lugar y/o la época del pago, por lo cual esas no serían menciones esenciales que, al faltar
acarreen la nulidad del pagaré.

En efecto, si el pagaré no indica el lugar del pago, se entenderá que debe hacerse en el lugar en que el
pagaré fue emitido; a su vez, si lo omitido es la fecha de vencimiento del pagaré, se considerará pagadero
a la vista.

EL CHEQUE

La primera ley reguladora del cheque fue la Nº 3.845, de 8 de febrero de 1922, sustituida por la Ley Nº
7.498, de 17 de agosto de 1943, cuyo texto que había experimentado numerosas modificaciones, fue
refundido, coordinado y sistematizado por el D.F.L. Nº 707, de 21 de julio de 1982, del Ministerio de
Justicia, publicado en el D.O. de 7 de octubre de ese añ o, conocido como Ley sobre Cuentas Corrientes
Bancarias y Cheques.
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Concepto

El Art. 10, inc. 1º, de la Ley sobre Cuentas Bancarias y Cheques, expresa: “El cheque es una orden escrita
y girada contra un banco para que éste pague, a su presentación, el todo o parte de los fondos que
el librador pueda disponer en cuenta corriente”. Aunque esta definició n só lo pone de manifiesto la
relació n entre el girador y el banco librado, dejando la posibilidad que si alguno de los supuestos de esa
relació n, como sería la falta de fondos o la inexistencia de la cuenta, el cheque dejaría de ser tal, en el inc.
2º del mismo artículo la ley señ ala que el cheque es un documento pagadero a la vista, que cualquier
menció n contraria se tendrá por no escrita y que el cheque presentado al cobro antes del día en que
aparece girado es pagadero el día de su presentació n, lo que derrumba la existencia legal del cheque a
fecha.

Esta es la gran diferencia entre el cheque, medio de pago a la vista, y la letra de cambio, instrumento
esencialmente de crédito.

Sin perjuicio de la definició n legal o de las doctrinarias, que son muchas, el cheque, que después del dinero
constituye, en nuestro país, el medio de pago má s comú n junto a la tarjeta de crédito, es un documento
que contiene una orden de pago, por una suma fija de dinero, dirigida al banco individualizado en
él, firmada por la persona que mantiene fondos en ese banco, a través de un contrato de cuenta
corriente.

En el cheque existen dos relaciones jurídicas: una, entre el girador del documento y el banco girado, y la
otra, entre el girador y el beneficiario del documento.

La primera relació n jurídica, entre el girador y el banco, es una cuenta corriente bancaria, mediante la cual
el banco se obliga a cumplir las ó rdenes de pago (cheques) que emite el titular de ella, llamado también
comitente, cuentacorrentista, cliente o girador, hasta concurrencia de los fondos depositados en ella o
hasta el monto del crédito convenido entre el banco y el titular de la cuenta. A este vínculo entre el banco y
el titular de la cuenta corriente se le ha llamado relació n intrínseca.

En consecuencia, la cuenta corriente bancaria puede ser de depó sito o de crédito. Esta ú ltima ha caído en
desuso, transformá ndose en una simple apertura de crédito, que el banco abre en la misma cuenta
corriente del titular, acreditá ndole un crédito por la cantidad y el plazo convenidos.
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El titular abastece la cuenta corriente mediante depó sitos en dinero efectivo, o en documentos
representativos de dinero girados a la vista, tales como cheques, vale vistas o pagarés de otros bancos, o
hace uso de la apertura del crédito para cubrir los montos que excedan sus depó sitos.

Las ó rdenes de pago que envía el titular de la cuenta corriente al banco son emitidas a través de
formularios especiales, con serie y nú meros determinados, que proporciona el mismo banco de manera
gratuita pero cobrando un impuesto que los grava, llamados “talonarios de cheques”.

La segunda relació n jurídica es la que se produce entre el girador y el beneficiario del documento. Este
vínculo puede tener su origen, a su vez, en una relació n jurídica subyacente de la cual emana la obligació n
de pagar una suma de dinero, denominada relació n extrínseca.

Al pagar el banco un cheque a su beneficiario, está cumpliendo con la relació n intrínseca que lo liga con su
cliente pero, al mismo tiempo, está extinguiendo la relació n extrínseca que une a su cliente con el
beneficiario del cheque. Esta extinció n intrínseca y extrínseca de las obligaciones se manifiesta en los
Arts. 11, inciso 3º, y 37, del D.F.L Nº 707, de 7 de octubre de 1982, que fija el texto refundido, coordinado y
sistematizado de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques.

En efecto, señ ala el inc. 3º del Art. 11 de esta Ley que “El cheque dado en pago se sujetará a las reglas
generales de la letra de cambio...”. Esta norma hay que vincularla con la contenida en el inc. 2º, del Art. 12,
de la Ley Nº 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré, que indica: “El pago de una letra emitida, aceptada o
endosada para facilitar el cobro de una obligació n o para garantizarla, la extingue hasta concurrencia de lo
pagado”.

Por su parte, el Art. 37 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, expresa: “El cheque girado
en pago de obligaciones no produce la novació n de éstas cuando no es pagado”.

Por el contrario, cuando el banco contra el cual se gira el cheque rehú sa su pago, porque no se cumple con
algú n supuesto de la relació n intrínseca, como en el caso má s frecuente en que no haya fondos suficientes
y disponibles en la cuenta, tampoco se satisface la relació n extrínseca, la que vincula al titular de la cuenta
con el beneficiario del cheque.

Sin embargo, el hecho que no se obtenga el pago del documento ante el banco librado no significa que el
cheque haya perdido su eficacia ante el girador, el que se mantiene obligado a su pago frente al
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beneficiario, quien ejercerá las acciones civiles y criminales que la ley le acuerda. Esto confirma el
carácter de título de crédito del cheque, que impone al que lo suscribe (girador) el cumplimiento de la
obligació n que conlleva o relació n documental que representa.

Función económica del cheque

Ya se ha expresado que el cheque se usa, fundamentalmente, como medio de pago sustituto del dinero.
Esa funció n se cumple cuando el banco contra el cual se gira lo paga al beneficiario.

Para cumplir la funció n de medio de pago, es esencial que el cheque se entienda como un documento a la
vista, vale decir, que se pague a su presentació n al banco. Pero, simultá neamente, el cheque usado como
medio de pago sirve también como medio de prueba de haberse realizado el pago, cuando efectivamente
ha sido pagado por el banco librado.

Por otra parte, el cheque también es un medio de pago por compensació n, la que puede ser interna o
externa, dependiendo si un cheque se deposita en el mismo banco contra el cual ha sido girado o en un
banco distinto.

En el caso de la compensació n interna, el banco, mediante anotaciones contables, determina el saldo


correspondiente de las cuentas respectivas, cargando en la cuenta del girador el valor del cheque, y
abonando dicho valor en la cuenta del portador o beneficiario.

La compensació n externa tiene lugar al final de cada jornada bancaria, cuando los bancos compensan
entre ellos las sumas en que son, recíprocamente, acreedores y deudores por los cheques depositados en
ellos. Se conoce como “Cá mara Compensadora”.

También el cheque se emplea como forma de efectuar transferencias de fondos, las que tienen lugar
cuando el banco abona en la cuenta corriente del titular el importe de un “cheque cruzado”, el que só lo
puede cobrarse a través de un banco.

Asimismo, el cheque se puede extender a la orden del propio girador, como forma de retirar fondos de su
propia cuenta corriente, mecanismo que se usa cada vez menos por la existencia de los cajeros
automá ticos.
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Utilidad del uso del cheque para el cliente

El uso del cheque representa para el cuentacorrentista diversas utilidades: a) disponer de dinero, sin
arriesgarse a llevarlo consigo en cantidades considerables; b) mediante la cuenta corriente bancaria
inherente al cheque, el banco otorga al cliente, para sus obligaciones con terceros, un servicio de caja y un
servicio contable; c) ademá s, aunque esto es má s teó rico pese a contemplarlo la ley, los bancos pueden
abonar intereses por el dinero depositado en las cuentas corrientes (Art. 8º, D.F.L. Nº 707, de 7 de octubre
de 1982).

Utilidad del cheque para el banco

La utilidad para los bancos de mantener miles de cuentas corrientes es manifiesta. a) cobra por la
mantenció n de la cuenta; b) cobra por los servicios anexos a la cuenta corriente: impresió n de cartolas,
informe de saldos, uso del cajero automá tico, uso de sobregiro, etc.; c) utiliza los dineros depositados
prestá ndole a otros clientes, cobrá ndoles por ese servicio.

Menciones que debe contener el cheque

Como los demá s títulos de crédito, el cheque debe emitirse de acuerdo a determinadas enunciaciones
señ aladas por la Ley. Al respecto, el Art. 13 indica cuales son estas menciones:

a) EL NOMBRE DEL LIBRADO. Es una menció n esencial, que indica que el cheque só lo puede emitirse
contra un banco. En la prá ctica, el nombre del banco está impreso en cada cheque que integra el
respectivo talonario. Como ya se dijo que el cheque es pagadero a la vista, no requiere de la
aceptació n del librado (el banco).

b) EL LUGAR Y LA FECHA DE LA EXPEDICIÓN . El lugar de giro no es una menció n esencial en el


cheque, porque si no se indica, la ley lo presume extendido en la plaza en que funciona la oficina sobre
la cual se giró el cheque (Art. 13, inc. 6º).
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En todo caso, el lugar del giro es importante para determinar la caducidad del cheque. De acuerdo a lo
dispuesto en el Art. 23, incs. 1º y 2º, el portador debe presentarlo al cobro dentro del plazo de sesenta
días, contados desde su fecha, si el banco librado estuviere en la misma plaza de su emisió n, y dentro de
noventa días, si estuviere en otra. Este plazo será de tres meses para los cheques girados desde el
extranjero. Se debe tener presente que los plazos de días son de días corridos. Sin embargo, los cheques
caducados pueden revalidarse, si así lo expresa y lo firma al reverso el girador.

En cuanto a la fecha del giro, no puede faltar. Es fundamental para establecer la capacidad del girador,
quien puede estar privado de la administració n de sus bienes, y también la fecha es determinante para
contar el plazo de la presentació n al cobro del cheque, esto es, 60 días, 90 días o tres meses, segú n los
casos.

c) LA CANTIDAD GIRADA, EN LETRAS Y NÚMEROS . Constituye el objeto del título y siempre debe
referirse a una suma fija de dinero, que puede ser en moneda nacional o extranjera, dependiendo de
tipo de cuenta bancaria contra la cual se emite.

Cuando hay diferencia entre la suma expresada en letras y la cantidad señ alada en nú meros, los bancos
protestan el cheque “por mal extendido”, lo que constituye una doble falta: por un lado, esa no es causal de
protesto y, por otro, de acuerdo a lo prescrito en el inc. 3º del Art. 11, debe en este caso sujetarse a las
reglas generales de la letra de cambio, las que segú n dispone el Art. 6º de la Ley sobre Letra de Cambio y
Pagaré, valdrá la suma escrita en palabras en caso de diferencia.

d) LA FIRMA DEL LIBRADOR. La firma muestra la intenció n del girador de emitir el cheque y de
obligarse a su pago. Es la causa de la obligació n incorporada al título. Só lo se exige la firma del
librador, no son necesarios su nombre ni sus apellidos, aunque en la prá ctica existen los llamados
“cheques personalizados”, que individualizan al girador.

De acuerdo al Art. 13, incs. 7º y 8º, los bancos pueden autorizar a determinadas personas para estampar
en sus cheques, mediante procedimientos mecá nicos, la cantidad girada y la firma. Para los efectos civiles
y criminales, la firma estampada mecá nicamente se entiende manuscrita por la persona cuya rú brica ha
sido reproducida.

Finalmente, el Art. 16, Nº 1º, de la Ley hace responsable al banco librado si la firma del librador es
visiblemente disconforme con la dejada en poder del librado para cotejo.
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Diversas clasificaciones de los cheques

El cheque admite distintas clasificaciones, dependiendo de la persona del beneficiario, de la finalidad


perseguida por el librador, de la manera como puede ser cobrado o de la forma como es emitido para su
circulació n.

1. ATENDIENDO A LA PERSONA DEL BENEFICIARIO, el cheque puede ser extendido a favor del mismo
girador, a favor del banco girado o a favor de un tercero, sea persona natural o jurídica.

2. ATENDIENDO A LA FINALIDAD PERSEGUIDA POR EL LIBRADOR , el cheque se puede girar en


comisió n de cobranza o en pago de obligaciones.

 CHEQUE MANDATO O EN COMISIÓN DE COBRANZA. Este cheque representa un mandato


mediante el cual el girador encarga al beneficiario (mandatario) que presente el cheque al banco
para su cobro. Como se trata de una comisió n de cobranza, por lo que en el cheque el girador ha
escrito la expresió n “para mí”, el beneficiario recibe el dinero que el banco paga por el cheque,
pero só lo percibe la suma para entregarla al girador, su mandante. De acuerdo al Art. 12 de la Ley
de Cheques, se presume que el tenedor de un cheque girado en comisió n de cobranza ha entregado
la suma cobrada al librador si éste no deduce acció n judicial dentro de los quince días siguientes.

Este tipo de cheque se rige por las normas especiales contenidas en los Arts. 12 y 36 de la Ley sobre
Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques y adicionalmente por las reglas generales del mandato y en
especial de la diputació n para recibir (Art. 11, inc. final, ú ltima parte).

 CHEQUE EN PAGO DE OBLIGACIONES. Este es el cheque de mayor uso. Se le reconoce porque no


lleva escrita la expresió n “para mí”. Al respecto, el inc. 4° del Art. 13 de la Ley de Cheques, señ ala:
“Si se omitieren las palabras “para mí”, se entenderá girado en pago de obligaciones o
estipulaciones equivalentes”. El cheque dado en pago de obligaciones se sujeta a las reglas
generales de la letra de cambio, salvo en lo dispuesto en la Ley de Cheques (Art. 11, inc. 3°).

3. ATENDIENDO A LA MANERA COMO PUEDE SER COBRADO , el cheque puede ser extendido
cruzado, para cobrarlo mediante depó sito en un banco, o no cruzado, si se puede cobrar por caja. A
su vez, el cheque cruzado puede ser simplemente cruzado o doblemente cruzado, llamado también
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cruzado especial, en la medida que no indique el nombre de un banco en especial o, por el contrario sí
señ ale el banco só lo ante el cual debe ser depositado para su cobro.

4. ATENDIENDO A LA FORMA COMO ES EMITIDO PARA SU CIRCULACIÓN , el cheque puede ser


nominativo, a la orden y al portador.

 CHEQUE NOMINATIVO. Es el cheque que se extiende a una persona determinada, sin facultar ni
expresa ni tá citamente su circulació n, borrá ndole las clá usulas “a la orden” y “o al portador”. Para
ceder este tipo de cheque es necesario recurrir a las normas de la cesió n de créditos personales
contenidas en los Arts. 1901 y sigs. del Có digo Civil. Adicionalmente, el Art. 14 de la Ley de
Cheques permite que un cheque nominativo pueda ser endosado a un banco en comisió n de
cobranza, lo que el banco lleva a cabo depositando el cheque en la cuenta corriente del endosante.

 CHEQUE A LA ORDEN. En este caso, el cheque contiene el nombre del beneficiario pero aunque se
le ha borrado la clá usula “o al portador”, se ha mantenido la clá usula “a la orden”, por lo cual el
beneficiario puede transferirlo mediante un endoso translaticio de dominio. De acuerdo a lo
indicado en el Art. 13, inc. 3°, de la Ley de Cheques, a la circulació n del cheque a la orden se le
aplican las normas sobre el endoso de la letra de cambio, contenidas en los Arts. 17 a 32 de la Ley
N° 18.092.

 CHEQUE AL PORTADOR. Este cheque no designa a la persona del beneficiario, o si la designa,


mantiene la cláusula “o al portador” y circula por la entrega material del documento.

Los efectos jurídicos del cheque

Son las obligaciones y derechos que se generan entre el beneficiario y el girador o entre el girador y el
banco. Las obligaciones del beneficiario son dos:

a) OBLIGACIÓN DE PRESENTAR EL CHEQUE AL COBRO . Tanto el beneficiario original como quien


llegue a ser un portador legítimo del cheque, tienen derecho a cobrar la cantidad indicada en el
documento. Para lograrlo, es indispensable presentar el cheque al cobro dentro de los plazos que
indica la ley.
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De acuerdo a lo indicado en el Art. 23 de la Ley, el portador de un cheque debe presentarlo al cobro dentro
del plazo de 60 días, contados desde su fecha, si el banco librado está en la misma plaza de su emisió n y
dentro de 90 días si estuviere en otra. Este plazo es de tres meses para los cheques girados en el
extranjero (incs. 1° y 2° del Art. 23 de la Ley de Cheques).

Añ ade la disposició n (inc. 3°), que “el portador de un cheque que no reclame su pago dentro de los plazos
señ alados perderá su acció n contra los endosantes. En el mismo caso el portador perderá su acció n
contra el librador si el pago se hace imposible por hecho o culpa del librado, posteriores al vencimiento de
dichos plazos”.

Estos plazos son de días corridos pero se aumentan con los días há biles durante los cuales el banco
librado hubiere suspendido, por cualquier motivo, sus operaciones y pagos (Art. 23, inc. final).

b) OBLIGACIÓN DE PROTESTAR EL CHEQUE POR FALTA DE PAGO . Cuando el cheque no es pagado


por el banco girado, se debe dejar constancia fehaciente del hecho y el portador está obligado a exigir
el protesto para conservar y ejercer las acciones civiles y penales en contra del girador.

El protesto es un acto escrito, que está sujeto a las siguientes formalidades:


 Debe estamparse al dorso del cheque o en una hoja de prolongació n adherida a él;
 Debe expresar la causa por la cual se rechaza el pago;
 Debe indicar la fecha y hora del protesto, con el propó sito de determinar el plazo de prescripció n
de las acciones;
 Debe contener la firma y/o timbre del banco librado;
 Debe realizarse al momento de la negativa de pago.

Al protestar el cheque por falta de pago, el portador está en condiciones de accionar en contra del girador
y de los endosantes. Sin embargo, como no interviene ningú n ministro de fe en el protesto, al contrario de
lo que ocurre con la letra de cambio cuando se protesta requiriendo personalmente al obligado, lo que la
transforma en título ejecutivo, en el caso de un cheque protestado debe “prepararse la vía ejecutiva”,
notificando judicialmente al girador o al endosante, en su caso. Asimismo, el protesto del cheque es
indispensable para incoar un juicio criminal en contra de su girador, fundado en alguna de las causales
señ aladas en el Art. 22 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques.
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Tanto la acció n ejecutiva contra los obligados al pago de un cheque protestado, en el procedimiento civil,
como la acció n penal, en el procedimiento criminal, prescriben en un añ o, contado desde la fecha del
protesto (Art. 34 Ley de Cheques).

Diferente a la letra de cambio y al pagaré, el cheque tiene só lo un motivo de protesto, la falta de pago (Art.
33, inc. 1º). Sin embargo, el banco librado puede aducir diversas causales, algunas contempladas en la ley
y otras impuestas só lo por la prá ctica, para no pagar un cheque:

 1ª FALTA DE CANCELACIÓN. Si falta el timbre o la firma de cancelació n del beneficiario, el banco


rehú sa el pago del cheque por carecer el documento de alguna de esas formalidades. Esta causal só lo
tiene lugar en los cheques que se echan por el buzó n de canje, porque el pago por ventanilla só lo se
obtiene si se cancela el cheque (se firma atravesado en el anverso) por quien se presenta a cobrarlo.
 2ª FALTA DE PORTADOR LEGÍTIMO. Tiene lugar cuando pretende cobrar el cheque una persona
que no es su legítimo portador, como por ejemplo en un cheque nominativo.
 3ª CHEQUE MAL EXTENDIDO. Ocurre cuando al cheque le faltan requisitos de tal, como si estuviera
roto o enmendado (Art. 16, Nº 2º), o cuando no corresponde al talonario de la respectiva cuenta (Art.
16, Nº 3º).
 4ª CHEQUE FALSO. Los bancos se niegan a pagar un cheque cuando la firma es visiblemente
disconforme con la registrada en el banco (Art. 16, Nº 1º).
 5ª FIRMA DISCONFORME. Parecida a la anterior, esta causal tiene lugar cuando la firma puesta en el
cheque, aunque no visiblemente disconforme, le ofrece dudas al banco.
 6ª CHEQUE CADUCADO. El banco rehú sa el pago del cheque por que se presentó al cobro fuera de
plazo (Art. 24).
 7ª ORDEN DE NO PAGO. Puede darla el portador o el girador. Si proviene del portador tiene carácter
suspensivo. Si proviene del girador, puede ser legítima o no. Para ser legítima, debe fundarse en
alguno de los casos señ alados en el inc. 2º del Art. 26 de la Ley de Cheques. Cuando la orden del
girador no es legítima, el banco debería pagar el cheque pero en la prá ctica lo protesta por “orden de
no pago”.
 8ª CUENTA CERRADA. Tiene lugar cuando se presenta al cobro un cheque sobre una cuenta corriente
que está cerrada. Hay que distinguir entre diversas situaciones: a) si se han reservado fondos, el banco
debe pagar el cheque; b) si el cheque se ha girado antes del cierre y se presenta al cobro después de
cerrada la cuenta pero estando vigente en los plazos, el cheque deberá pagarse si hay fondos o
protestarse por falta de fondos si no los hay o por cualquiera otra causal que corresponda aunque
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haya fondos; c) si el cheque se ha girado con posterioridad al cierre de la cuenta, debe protestarse por
cuenta cerrada, sin má s.
 9ª FALTA DE FONDOS. Es la causa má s frecuente y tiene lugar cuando no existen fondos o créditos
disponibles suficientes en poder del banco para pagar el cheque (Art. 22, inc. 1º).

También se mencionan como causales de protesto la falta de firma del girador, requisito indispensable en
el documento, de acuerdo al Art. 13 de la Ley de Cheques, y la falta de firma registrada, situació n que hace
imposible que el banco verifique la autenticidad del documento.

Las obligaciones del girador

Como ya se expresó , el girador de un cheque está vinculado con el banco, mediante el contrato de cuenta
corriente bancaria, y con el beneficiario a quien generalmente le entrega el cheque en pago de una
obligació n.

Las obligaciones del girador para con el banco, son


las siguientes:

 Proveer de fondos suficientes al banco librado, ya sea depositando dinero u otros documentos de pago
o haciendo uso de una línea de crédito convenida con el banco. Só lo en estas condiciones el banco
puede cumplir con su obligació n de pagar los cheques. Si el cuentacorrentista gira sin fondos, el banco
unilateralmente puede cerrarle la cuenta.
 Girar los cheques de los talonarios proporcionados por el banco.
 Verificar la serie y los nú meros de los talonarios de cheques que el banco le proporciona. En la
prá ctica esto lo hace el empleado del banco al entregar el talonario al cliente.
 Cuidar que el talonario de cheques no se extravíe. De acuerdo al Art. 17 de la Ley de Cheques, só lo el
librador es responsable si su firma es falsificada en cheque de su propia serie y no es visiblemente
disconforme.

Respecto del beneficiario


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La ú nica obligació n del librador es responder del pago del cheque en todos aquellos casos en que el banco
no lo haya hecho. Esto se deriva de la calidad de título de crédito del cheque, que obliga a la persona que
lo emite a cumplir la prestació n econó mica contenida en el documento.

Responsabilidad del banco por un pago anormal del cheque

En contra del banco puede reclamar el portador legítimo del cheque que fue pagado a otra persona y el
cliente en cuya cuenta corriente se debitaron impropiamente los fondos para pagar un cheque.

En el caso del portador legítimo, puede reclamarle al banco el pago del cheque a otra persona que lo
presentó al cobro, cuando se notificó la pérdida, hurto o robo del cheque y a pesar del aviso del portador o
de la orden del juez (Arts. 26, inc. 2º, Nº 3º, y 29 Ley de Bancos). También el portador legítimo puede
reclamar al banco el pago de un cheque, cuando se acredite que el endoso fue falsificado y el banco lo pagó
a persona desconocida. En los dos casos el banco debe indemnizar al portador legítimo; sin embargo,
ambos casos también son de extraordinaria ocurrencia.

En el caso del cliente que reclama un descuento indebido en su cuenta corriente, por el pago de un cheque
que no debió hacerse, cualquiera que sea el motivo, el banco debe restituirle los fondos debitados por su
negligencia.

Pago de un cheque falsificado

De acuerdo al Art. 16 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, el banco librado es
responsable en los siguientes casos:
1º Si la firma del librador es visiblemente disconforme con la dejada en el banco para cotejo;
2º Si el cheque tiene raspaduras, enmendaduras u otras alteraciones notorias, y
3º Si el cheque no es de la serie entregada al librador.

A contrario sensu, el cuentacorrentista responde si la firma fue falsificada en un cheque de su propia serie
no era visiblemente disconforme, o cuando las raspaduras, enmendaduras o alteraciones no eran notorias.

Requisitos de eficacia del cheque


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Son las condiciones que debe cumplir el cheque para que tenga pleno valor. Estos requisitos dependen del
banco librado, del girador y del documento mismo.

a) EFICACIA RESPECTO DEL BANCO. El cheque es eficaz cuando se cobra ante el banco competente, el
que aparece en el cheque. Para que eso ocurra es necesario que el banco se encuentre en el ejercicio
de su giro, porque el giro puede haberse suspendido por decisió n de la S.B.I.F. o por otra causa, o
haber concluido por quiebra, liquidació n o disolució n. Sin embargo, el cheque mantiene su eficacia
respecto del girador y de los endosantes.
b) EFICACIA RESPECTO DEL GIRADOR. Significa que el cheque debe haberse girado por una persona
capaz, que tenga la libre administració n de sus bienes. La interdicció n por demencia o disipació n, la
quiebra o la muerte del girador son sucesos que eliminan la eficacia del cheque girado después de
ellos.
c) EFICACIA RESPECTO DEL DOCUMENTO MISMO . Significa que el cheque debe cumplir con todas las
condiciones formales de su emisió n (nombre del librado, lugar y fecha de expedició n, cantidad girada
en letras y nú meros y firma del librador = Art. 13) y ademá s ser girado contra una cuenta corriente
existente y provista de antemano de fondos o créditos disponibles suficientes = Art. 22 Ley de
Cheques) y no estar roto o enmendado.

Delitos relacionados con el cheque

Con ocasió n del giro o de la utilizació n del cheque, pueden cometerse diversos delitos: giro fraudulento de
cheque, llamado comú nmente “giro doloso de cheque”; estafa; falsificació n; abuso de firma en blanco y
tacha de firma auténtica.

a) GIRO FRAUDULENTO DE CHEQUE. Este delito requiere, para que se configure, realizar una
cualquiera de las conductas descritas en el Art. 22 de la Ley de Cheques, seguida de la omisió n de
consignar fondos trascurrido el plazo señ alado en el mismo artículo.

La conducta cualquiera puede ser una de las siguientes:


 Girar el cheque sin tener previamente fondos suficientes y disponibles en la cuenta corriente;
 Retirar los fondos disponibles después de expedido el cheque;
 Girar sobre cuenta cerrada o no existente;
 Revocar el cheque por causales distintas de las señ aladas en el artículo 26.
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Derecho Comercial y Laboral

Cualquiera de estas situaciones va a producir el rechazo del banco a pagar el cheque, obligando al
portador a requerir su protesto.

A su vez, la omisió n del librador consistirá , frente a cualquiera de esas situaciones, en no consignar fondos
suficientes en la cuenta corriente del tribunal para atender al pago del cheque, de los intereses corrientes
y de las costas judiciales dentro del plazo de tres días contados desde la notificació n judicial del protesto
del cheque al girador.

b) ESTAFA. El uso de un cheque ajeno puede ser constitutivo del delito de estafa, cuando alguien engañ a
a otro, con á nimo de defraudarlo, utilizando un cheque del cual no es beneficiario ni portador legítimo.

c) FALSIFICACIÓN. En virtud de lo dispuesto en el Art. 197, inc. 1°, del Có digo Penal, en relació n con el
Art. 193 del mismo Có digo, son aplicables a quienes falsifican la firma del girador o alteran el nombre
del beneficiario o la cantidad girada en un cheque, las penas prescritas en el inc. 2° del Art. 193 de
dicho Có digo. Las mismas penas se aplican al que hiciere uso malicioso del instrumento falsificado
(Art. 198, Có digo Penal).

d) ABUSO DE FIRMA EN BLANCO. Esta situació n puede darse en infinidad de documentos. Para el caso
que no ocupa, el delito se comete cuando el cheque se extiende con la sola firma del girador, sin llenar
las demá s enunciaciones. La sanció n está determinada por el Art. 470, N° 3°, del Có digo Penal, que
hace aplicables las penas del delito de fraude señ aladas en el Art. 467 del mismo Có digo, “a los que
cometieren alguna defraudació n abusando de firma de otro en blanco y extendiendo con ella algú n
documento en perjuicio del mismo o de un tercero”.

e) TACHA DE FIRMA AUTÉNTICA. El Art. 43 de la Ley de Cheques señ ala que “Cualquiera persona que
en la gestió n de notificació n de un protesto de cheque tache de falsa su firma y resultare en definitiva
que dicha firma es auténtica, será sancionada con las penas que se contemplan en el artículo 467 del
Có digo Penal, salvo que acredite justa causa de error o que el título en el cual se estampó la firma es
falso”.

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