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Títulos de Crédito

El fundamento de la actividad mercantil es la circulación de bienes, servicios o


derechos de un patrimonio a otro, es decir, la actividad mercantil se encuentra
destinada al tráfico de valores patrimoniales.

En la circulación destacan dos aspectos:

a) La velocidad.

b) La Cantidad

Se entiende por cantidad la suma de valores que se transfieren en un


determinado tiempo; por velocidad, se entiende la rapidez del movimiento de la
cantidad de bienes en circulación.

Por su parte, el Derecho Comercial es el encargado de dar forma al tráfico de


los objetos mercantiles, regulando tales formas y protegiendo los intereses que se
encuentran en juego. Básicamente son dos los instrumentos jurídicos que facilitan la
circulación: el contrato y los títulos de crédito.

El título de crédito, al incorporar en su contenido una prestación que puede


exigirse al obligado a su vencimiento, constituye un vehículo privilegiado de
circulación. Este título puede ser representativo de dinero, de mercancías o de
participación social.

En el título de crédito representativo de dinero la prestación consiste


precisamente en pagar una suma de dinero, con lo cual permite realizar actos de
cambio sin moneda, sustituyéndola en cierta medida. Además, como en él se contiene
una promesa de pago diferido se posterga con ello la exigibilidad de la deuda,
realizándose, en esta forma, la función de crédito. Al encontrarse contenida en un
documento, el título puede circular a través de la circulación del título que la contiene.

El título representativo de mercaderías permite que se le exija al obligado la


entrega de determinados bienes. Lo importante de estos documentos es que mediante
la transferencia del documento se permite transferir las mercaderías sin que sea
necesaria la tradición material de las mismas, con lo cual se le da, al tráfico de
mercaderías, seguridad, rapidez y certeza.

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Los títulos de participación social, por su parte, son aquellos que reconocen
determinados derechos, ya sea de asociado o de acreedor, de la entidad que los
emite. Mediante el título, el poseedor puede ejercer los derechos que éste le confiere,
pero también puede cederlo, con lo cual transfiere su cuota social con las
prerrogativas de carácter institucional o pecuniario que le entrega el título en su
calidad de socio. De esta suerte también facilita la circulación 1.

La letra de cambio es, precisamente, un título de crédito representativo de


dinero. Ella nace como consecuencia de la necesidad de sortear las dificultades que
representaba el sistema tradicional de circulación, que se realizaba por medio de la
cesión de derechos y la delegación los cuales eran medios insuficientes e inseguros
para las necesidades del tráfico mercantil. Por estos motivos se requería de un medio
que tuviera las características de certeza, en la existencia del crédito al tiempo de la
adquisición del documento; rapidez, en las negociaciones que se suceden en la
circulación del crédito; y seguridad, en la ejecución final del título.

El origen histórico de la Teoría General de los Títulos de Crédito culmina a


fines del siglo XIX con la publicación de las obras de Vívante, quien en su Tratado de
Derecho Comercial elaboró la teoría general de títulos de crédito que se basa en la
evolución que las letras de cambio tuvieron durante le época medieval y en el derecho
consuetudinario. La obra de Vívante lo que hace es detectar e identificar aquellos
conceptos que son distintos a los del derecho Civil creando así la teoría general de los
títulos de crédito.

La letra de cambio nace para responder a una necesidad jurídica concreta que
es el traslado jurídico de dinero papa poder cumplir una obligación en un lugar distinto
de aquel en que se celebra la convención. Los títulos de crédito vienen a llenar una
sensible necesidad en el tráfico mercantil, que era la poca seguridad y rapidez e
insuficiencia de la cesión de créditos personales la cual no es útil en materia
comercial.

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Sandoval López, Derecho Comercial. Títulos de crédito, contratos mercantiles y operaciones bancarias.
Tomo II.

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Concepto de Título de Crédito

Los títulos de crédito son documentos que llevan incorporados un derecho


material y autónomo que se puede ejercer por el portador legítimo contra el deudor a
la fecha de su vencimiento.

Para Jaime de Solminihac, los títulos de crédito son documentos negociables


que llevan incorporado el derecho literal y autónomo que confiere al portador legítimo
contra el deudor el obtener de éste a su vencimiento, la solución o pago de la
obligación que en ellos se da cuenta.

El crédito supone la existencia de un acreedor y de un deudor respecto de los


cuales existe un vínculo y prestación que crea derechos y obligaciones las que son de
orden económico.

El crédito es un elemento propio del comercio, ya sea tanto desde el punto de


vista de del otorgar como desde el punto de vista de la comerciabilidad del mismo,
como también desde el punto de vista de la garantía y de la cesibilidad del crédito.

La materialidad del crédito, es decir, el hecho que esté contenido en un


documento es necesario para el nacimiento del crédito y también para su disposición,
por lo cual toda operación relativa al título mismo es necesario que sea contenida
dentro del título para que pueda producir efectos. La posesión del documento decide
de modo soberano le titularidad del crédito que él contiene.

En materia civil, el título es en algunos casos un elemento de prueba y en otros


es una solemnidad. Por otra parte, en materia comercial no se puede hablar de
créditos sin la existencia de un título o documento.

De esta forma podemos decir que el título de crédito es el “ documento que


permite al tenedor legítimo ejecutar, contra el deudor, al vencimiento del mismo, el
derecho literal y autónomo de que da cuenta el título”.

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Características de los Títulos de Crédito

I. La Necesariedad del Título:

Es la principal característica del título de crédito ya que es indispensable la


existencia del documento para que su legítimo portador pueda ejercer el derecho que
da cuenta el título frente al deudor.

Desde otro punto de vista, el deudor sólo debe pagar la obligación a quien sea
el legítimo tenedor del título, quien deberá entregarlo o restituirlo al deudor, al darse
cumplimiento la obligación. Es esencial la necesariedad, pues no hay ejercicio del
derecho para el acreedor sin el título de crédito y no puede concebirse un título de
crédito sin el derecho individualizado en el título. De esta forma el título y el derecho
son consubstanciales: El título sirve de soporte o vehículo para el derecho que ostenta
el acreedor.

Dentro de la necesariedad del título podemos distinguir el carácter constitutivo


que tiene el título, es decir, el crédito nace en virtud del documento. Y por otra parte,
se reconoce el carácter ejecutivo ya que sólo quien se encuentre en posesión del
título puede ejercer el derecho que se contiene en él. Por último se desprende de la
necesariedad, el carácter dispositivo, por medio del cual se puede disponer del título
siempre que sea el legítimo portador del mismo.

De estos elementos confluyen precisamente en lo que se conoce bajo el


nombre de TÍTULO DE CRÉDITO, que es en buenas cuentas el resultante de la
concentración o integración recíproca del documento y el derecho o declaración
documental que consta en ese mismo documento.

El documento tiene diversas funciones, una de ella es servir como un elemento


probatorio de la vinculación jurídica. El documento es en todo caso autónomo de ésta,
ya que la relación jurídica existe por sí sola aún si falta el documento y pueda
acreditarse de otra manera.

En segundo término, el documento puede ser determinante en la existencia de


la relación jurídica. Así aparece en aquellos actos en que es necesario que la voluntad
se manifieste en forma escrita, como ocurre en los actos solemnes en que la
solemnidad radica en la escrituración.

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En ciertos casos, el instrumento escriturado sólo es necesario para crear la
relación jurídica, pero una vez que ésta se ha generado, pueden subsistir en forma
independiente el documento y la relación jurídica ya creada.

Pero es sin duda la situación de permanencia entre el documento y la relación


jurídica, la que interesa en la noción teórica de los títulos de crédito. Precisamente los
títulos de crédito se nutren del concepto de elemento consubstancial que existe entre
la relación jurídica y el título o documento que consigna esta relación jurídica. Se
habla así del concepto de “incorporación”, esto es, “la unidad indisoluble del título de
crédito con el derecho que representa.

Consecuentemente, el título de crédito resulta escriturado en el documento.


Este es en si una cosa mueble, específicamente, un papel escrito que tiene el carácter
de instrumento y en el que se le ha incorporado una declaración documental que
consta en ese mismo documento.

En síntesis, el efecto más destacado del carácter necesario del título de


crédito, considerado como documento, es que el derecho en él representado sólo
puede nacer, existir y ser ejercido exclusiva y excluyentemente por su legítimo
portador.

II. La Literalidad

Ésta consiste en que los términos o el tenor en que está extendido el título,
determinan su contenido, alcance y modalidades. En otras palabras, la extensión,
monto, modalidades y cualquier otra circunstancia relativa al documento debe constar
en él mismo, vale decir, que todas las condiciones del crédito deben estar escrituradas
en el mismo documento en que se contiene el crédito, al igual que cualquier
circunstancia que lo afecta, con lo cual si no está en el título no existe 2.

En consecuencia, la forma de escrituración permite establecer hasta que punto


el deudor está obligado y cual es recíprocamente el derecho del acreedor para cobrar
al deudor.

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Sin perjuicio de esta característica hay una excepción en materia de letras de cambio ya que el aval, que por
regla general debe constar en la letra o en una hoja de prolongación adherida a ella, puede constar en un
instrumento separado y que, obviamente, estará fuera del título.

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Sobre esta base, el acreedor no podrá exigir ni percibir una cantidad diferente
ni condiciones diversas a aquellas que consten expresamente en el título. Por su parte
el deudor, está enmarcado en su obligación a aquello que esté literalmente expuesto
en el documento.

Derivación del concepto de literalidad, es la facilidad de circulación del


documento, ya que, el portador del documento tiene un crédito conforme a lo que se
expresa textualmente en el título, y el deudor, deberá ceñirse a efectuar la
presentación en él contenida. Se cumple con este presupuesto el objetivo de dar a los
títulos de crédito los elementos certeza, rapidez y seguridad, lo que facilitará la
confianza en el título y con ello su circulación.

III. Autonomía de lo Títulos de Créditos

El derecho que adquiere el portador del título es de carácter originario, vale


decir, no interesan las relaciones jurídicas que hayan existido con anteriores
portadores del mismo. En otras palabras, hay una prescindencia de la relación jurídica
subjetiva, al adquirente del título de crédito le “nace un derecho nuevo” que no
proviene del titular anterior.

La autonomía se da también respecto del acreedor originario y no sólo


respecto del cesionario. De esto deriva un principio que es la inoponibilidad de las
excepciones, es decir, al cesionario del crédito no se le pueden oponer las
excepciones personales que el deudor tiene o tenía contra el cedente, sólo son
oponibles aquellas excepciones que emanan de la naturaleza del título.

Por otra parte, podemos decir que la autonomía se refiere a que el titular lo
adquiere en forma originaria, lo que equivale a decir que su derecho no emana del
derecho del tradente sino que nace ex novo en el adquirente al recibir el documento
según su ley de circulación, no importando las relaciones que hayan existido entre
anteriores portadores del documento. En otras palabras, el titular anterior sólo efectúa
la tradición del título, pero el nuevo titular o adquirente, adquiere el derecho
documental que se encuentra circunscrito al documento mismo, prescindiendo de las
personas o relaciones personales anteriores.

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IV. Abstracción de los Títulos de Crédito.

Se entiende por título abstracto, el documento que está desvinculado


totalmente de su causa, sin hacer mención a la relación conexa o causal que pueda
haberlo generado, es decir, se prescinde de la relación jurídica fundamental. En caso
de hacer mención a la relación causal, esta carece de relevancia.

La abstracción sólo produce efectos respecto de los portadores o tenedores


legítimos de buena fe, pero no puede aplicarse respecto de quienes celebraron el acto
o contrato que conforma el negocio causal.

La abstracción implica prescindir en un sentido objetivo de la relación causal en


relación al adquirente o tercero de buena fe.

La abstracción implica prescindir en el aspecto subjetivo de las personas o


relaciones personales que existieron con anteriores portadores del título. Por ello, que
el deudor no puede oponer al portador las excepciones de carácter personal, respecto
de los anteriores titulares o antecesores del documento.

Sólo son oponibles al documento o título, aquellas excepciones que emanan de


la naturaleza del título.

V. Negociabilidad del Título de Crédito

Hemos visto como el crédito o derecho proveniente del acto causal, se


incorpora al título, formando un todo en que ambos son consbstanciales. El derecho
incorporado se materializa en el título o documento, el que de esta forma adquiere un
valor y relevancia que no tenía por sí solo, pasando a convertirse en una cosa nueva
respecto de la cual puede efectuarse toda clase de negociaciones como son la
compra, venta, cesión, transmisión por causa de muerte, donación, constitución de
prenda, ser objeto de depósito, etc.

Esta cosa nueva se asimila al trato que la ley da a las cosas muebles y se le
aplica en consecuencia en términos generales, las normas que rigen esta clase de
bienes y naturalmente la legislación propia de los títulos de crédito.

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Forma de Adquisición de los Derechos sobre el Título y Extinción de
éstos.

1) Adquisición de los Derechos:

En cuanto a la adquisición de los derechos sobre el título, sin entrar en la


legitimidad, estos pueden provenir de una adquisición originaria por apropiación,
usurpación expropiación, etc. En forma derivada, los derechos sobre el título se
adquieren por transferencia efectuada por entrega, cesión o endoso.

Desde luego como hemos dicho, al consignarse la adquisición originaria, no se


ha calificado la legalidad del procedimiento ya que, evidentemente no están ajustadas
a derecho, ni la apropiación ni la usurpación.

2) Extinción de los Derechos.

En cuanto a la extinción de los derechos, esta puede ser de carácter absoluto o


bien una extinción relativa.

Se habla de extinción absoluta en el caso que el título se destruya sea en


forma accidental o voluntaria, y en el caso que la destrucción vaya a la par con la
extinción de la obligación incorporada en el documento.

Se llama extinción relativa la que se produce en los casos de pérdida, robo,


hurto o extravío del documento.

La extinción de los derechos sobre el título y los propios que genera el


documento son relativos ya que el juez, por medio de un decreto y cumpliendo con las
normas de procedimiento, puede dejar sin efecto el valor de este documento el que
pasa a ser reemplazado por otro que cumple idéntica finalidad al que se ha perdido,
robado, hurtado o extraviado.

La extinción es también relativa en los casos de fraccionamiento de títulos que


se dividen en varios otros y cuando se proceda a la conversión de varios títulos que se
refunden en un solo documento.

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Los derechos llamados emergentes del título mismo o propios del documento,
nacen como nuevos para el adquirente o nuevo titular, por ello, no se pueden oponer
al último titular o portador las excepciones personales que procedía oponer a los
titulares o portadores anteriores del documento.

Derechos Emergentes, Adquisición y Extinción.

Los derechos emergentes, pueden adquirirse relativamente por los modos de


adquirir que establece el Derecho Común.

Los derechos que están vinculados consubstancialmente al documento, se


extinguen amén de la destrucción del documento, por el pago, la novación, la
confusión, la renuncia al cobro del crédito o remisión y por la prescripción.

Clasificación de los Títulos de Crédito

Los títulos de crédito admiten una serie de clasificaciones que pasamos a enumerar y
explicar.

1. Según la clase de negocio que le haya dado origen pueden ser:

A) Títulos de crédito civiles.

B) Títulos de crédito mercantiles.

A) Títulos de crédito civiles:


Son aquellos que se refieren a una acreencia de naturaleza civil.
Ejemplo: El crédito proveniente de un mutuo civil.

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B) Títulos de crédito mercantiles:
Son aquellos que emanan de obligaciones mercantiles y es asimismo
mercantil el documento que contiene la obligación fundamental.
Ejemplo:Letra de Cambio; Pagaré.

2. Según el contenido del documento o al objeto de la prestación:

A) Representativos de dinero o efectos de comercio.

B) Representativos de mercaderías.

C) De participación social o valores mobiliarios.

A) Títulos representativos de dinero:


Son aquellos en el deudor esta obligado a una prestación que consiste
en pagar una suma de dinero.
Se denominan también títulos de pago o efectos de comercio.
Se caracterizan por ser títulos negociables, expresándose su valor en
moneda de curso legal, lo cual fija los derechos del acreedor y la obligación
del deudor de pagar la suma de dinero que ellos expresan y en el plazo que
se indica en el título.
Ejemplo:
La letra de cambio, el pagaré, el cheque, la carta orden de crédito.

B) Títulos representativos de mercaderías:


Son aquellos que incorporan el derecho sobre determinados bienes
muebles, es decir, cosas materiales susceptibles de ser negociadas.
Ejemplo:
Los conocimientos de embarque, las facturas, los Certificados o Vales
de Depósito en Almacenes Generales de Depósito Warrants, la carta de
porte, etc.
Estos documentos representativos de mercaderías, son característicos
en el sentido que quien tiene la posesión del título que las representa, tiene la
posesión de las mercaderías que se indican en el título; esto permite
negociarlas sin necesidad de su desplazamiento físico, bastando para ello, la
transferencia de título.

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C) Títulos de participación social o valores mobiliarios:
Son aquellos emitidos por personas jurídicas sean éstas públicas o
privadas, que otorgan al partícipe asociado o acreedor de la entidad emisora,
una serie de derechos en contra de ella, generalmente convenidos con el
emisor, y que se caracterizan por su Negociabilidad.
Ejemplo:
Acciones de sociedades anónimas, bonos o debentures, los pagarés
reajustables emitidos por el Banco Central, etc.
Los valores mobiliarios pueden ser emitidos al portador, en forma
nominativa, esto es, indicando el nombre del titular, o bien, a la orden del
asociado o acreedor que se individualiza precedido de la expresión “a la
orden de”.

3. Según en contra de quien se ejerzan:

A) Títulos de crédito Público.

B) Títulos de crédito Privado.

A) Títulos de crédito Público:


Se llaman Títulos de crédito Público o Efectos Públicos, los títulos de
crédito contra el Estado reconocidos como negociables; los de
establecimientos públicos y de empresas particulares autorizadas para
crearlos y hacerlos circular y los emitidos por los gobiernos extranjeros,
siempre que su negociación no esté prohibida.
La definición se encuentra en el Art. 68 de Código de Comercio.
Ejemplo:
Pagarés emitidos por la tesorería General de la República, los pagarés
reajustables emitidos por el Banco Central, los bonos de deuda externa, etc.

B) Títulos de crédito Privados:


Son los títulos emitidos por entidades privadas.
Ejemplo:
Acciones de una sociedad anónima, los bonos o debentures, las letras de
cambio, etc.

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4. Según la forma de extenderse.

A) Títulos al portador.

B) Títulos a la orden.

C) Títulos Nominativos.

A) Títulos al portador:
Son aquellos emitidos sin designar en el texto de título el nombre del
beneficiario o bien, si se menciona éste, se le agrega la expresión “o al
portador”.
Esta clase de títulos permiten la identificación total del derecho
incorporado con el título mismo. Son de fácil circulación, pues basta la
tradición del documento para transferirlo sin necesidad de endosarlo o
cederlo según las reglas de cesión de créditos. Estos créditos pueden haber
nacido a la vida comercial como un crédito al portador o bien a través de un
endoso en blanco adquirir este carácter.
Estos títulos tienen algunos inconvenientes que pueden suscitarse en
caso de extravío y en el ejercicio de la acción reivindicatoria, cuando el dueño
ha perdido la posesión de éstos, resultando la imposibilidad de
individualizarlos o determinarlos para poder entablar esta acción eficazmente.

B) Títulos a la orden:
Esta clasificación se refiere a la forma en que se puede hacer la
transferencia del crédito, la cual se hace a través de la firma o endoso del
documento. En este tipo de título el titular aparece individualizado precedido
de la expresión “a la orden de”.
El endoso puede ser de varios tipos, siendo el más común el traslaticio
de dominio, el cual puede ser regular, que lleva la firma del endosante, el
nombre del beneficiario y la fecha en que se realizó el endoso; o en blanco,
que lleva sólo la firma del endosante. La diferencia entre uno y otro es que el
documento que ha sido endosado de manera regular sólo puede ser
endosado nuevamente por medio de un nuevo endoso regular, en cambio el
que ha sido endosado en blanco se puede hacer circular sin necesidad de un
nuevo endoso sino que a través de la entrega del título ya que en éste no se

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designa la persona del beneficiario del endoso, con lo cual se transforma un
documento a la orden en un documento al portador.
El endoso junto con transferir el dominio vincula al endosante con el
endosatario y éste último pasa a ser el legítimo titular del título y puede
ejercer los derechos que emanan del documento, por la posesión del título.
Lo exhibirá a su endosante y a los obligados al pago por la secuencia de una
cadena regular no interrumpida de endoso que los transforma en codeudores
solidarios de obligación.
En el caso de estos documentos, además, no sólo se responde por la
garantía de derecho sino que también por la de hecho, es decir, por el pago
efectivo de la prestación que se contiene en le título, siendo responsable
tanto quien endosó el documento como quien lo emitió.

C) Títulos nominativos:
Son aquellos en que aparece debidamente individualizado el titular del
documento por su nombre y apellidos precedido de la expresión “páguese a”.
En ciertos casos, se inscriben además en el registro de la entidad emisora.
Estas clases de títulos implican una alteración al crédito en cuanto a su
transferencia ya que sólo se pueden transferir según las reglas de la cesión
de créditos personales. En este tipo de cesión el cedente sólo va a responder
de la garantía de derecho siendo necesario notificar al deudor,
transfiriéndose el crédito con todos sus accesorios y excepciones personales
contra el cedente.
En relación con la compensación, el Art. 1659 del Código Civil establece
que el deudor que acepta la cesión sin reserva no puede oponer como
excepción la compensación que hubiera podido oponer al cedente. Por otra
parte, en materia comercial se pierden las excepciones si éstas no se
reservan por el deudor al momento de la notificación del crédito.
Para considerarse legítimo titular de estos títulos, es necesario
poseerlos, presentarlos al emisor o deudor, justificar su tenencia por una
serie de cesiones de derechos o serie regular de traspasos y debida
inscripción en su caso en el Registro de la entidad emisora del título, esto es,
del “transfer” (registrar las transferencias del título nominativo en el registro
de la entidad emisora).
Finalmente, el titular debe identificarse adecuadamente ante el deudor
que debe efectuar el pago.

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5. Según la forma de emisión.

A) Títulos de emisión masiva.

B) Títulos de emisión individual.

A) Títulos de emisión masiva:


Son aquellos que se emiten en grandes cantidades.
Ejemplo:
Acciones, bonos o debentures.

B) Títulos de emisión individual:


Son aquellos que se emiten por unidades.
Ejemplo:
Cheques.
Sobre este particular es conveniente tener presente que el banco no
entrega cheques sino que es el cuentacorrentista el que emite los cheques al
firmarlos y completarlos con todas las menciones que exige la ley. El banco
sólo se limita a entrega a sus clientes los formatos de cheques convenidos en
el contrato de cuenta corriente bancaria.

6. Según si puedan o no fraccionarse.

A) Títulos unitarios.

B) Títulos múltiples.

A) Títulos unitarios:
Aquellos que no admiten división o fraccionamiento.
Ejemplo:
Letra de cambio.

B) Títulos múltiples:
Aquellos que pueden dividirse o fraccionarse.

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Ejemplo:
Los cupones de los bonos, que la entidad emisora paga al titular
comprendiendo amortización e intereses del capital.

7. Según su relación causal.

A) Títulos de crédito abstractos.

B) Títulos de crédito causados.

A) Títulos de crédito abstractos:


Que son aquellos que se encuentran absolutamente desvinculados de
toda relación conexa o causal que los pueda haber generado.
Ejemplo:
Letra de cambio, pagaré.

B) Títulos de crédito causados:


Son aquellos que mencionan en su texto la causa o relación que generó
la emisión del título.
Ejemplo:
Los debentures mencionan la escritura de emisión y los datos referentes
a la escritura de constitución de la sociedad emisora.

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Legítimo Titular del Título de Crédito.

Los títulos de crédito facultan a quien lo posee según “la ley de su circulación”
para exigir del obligado, el pago de la prestación que da cuenta el título.
Por su parte el deudor, de pagar válidamente su obligación a quien ostente el carácter
de legítimo titular por la posesión del título y la exhibición del documento
correspondiente, en el que se consigna el crédito.

Es importante “la posesión del título de crédito”, por cuanto dentro de las reglas
del derecho, “el poseedor es reputado dueño mientras otro no justifique serlo”. En
estas circunstancias, quien tiene la posesión del título tiene también el carácter de
aparente titular, con lo cual queda exento de su obligación de acreditar su carácter de
acreedor y el deudor queda liberado de la deuda pagando al poseedor del título aún y
cuando no sea éste en definitiva el verdadero titular del derecho.

Sin perjuicio de lo anterior, el deudor deberá cerciorarse que el pago efectúe


es liberatorio, pues de lo contrario, quien paga mal paga dos veces y en estas
condiciones podrá verse expuesto al cobro del crédito si no ha extinguido
debidamente la obligación.

Legitimación de los Títulos de Crédito.

La legitimación de los títulos de crédito varía según las leyes de circulación de


los títulos.

En los títulos nominativos, el adquirente deberá haber adquirido el título


cumpliendo con las reglas que la ley da para esta clase de acreencias, esto es, entre
el cedente y el cesionario mediante la entrega del título. Respecto del deudor cedido y
terceros, mediante la aceptación del deudor o su notificación hecha en forma lega.

En los títulos a la orden, debemos distinguir dos situaciones:

Si el beneficiario primitivo no ha hecho circular el título, se refunden en el


poseedor el carácter de legítimo titular del documento y propietario del derecho o
crédito contra el deudor.

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Si el título ha circulado por la vía del endoso, el último endosatario o tenedor
del título, acredita mediante la posesión, el derecho a cobrar al deudor el crédito
respectivo. Basta justificar su tenencia frente al deudor mediante la cadena serie de
endosos que figuran en el documento. Sin embargo, en estricto derecho si algunos de
los endosos son falsos, o el endosante no podía transferirlo por alguna incapacidad,
no se identificará la posesión del título con la propiedad del derecho correspondiente.
No obstante, en general, la investidura formal que tiene el último endosatario,
aparentemente le otorgará el carácter de titular y propietario del derecho que se
incorpora al título.

El derecho cambiario en honor a la seguridad del tráfico de los títulos de crédito


ha establecido la legitimación por la posesión del documento sin remontarse a la
propiedad o titularidad del derecho que se ha incorporado en el mismo documento.

En los títulos al portador, el portador legítimo ha adquirido normalmente el título


por la entrega hecha por un portador anterior. Cualquiera fuere la forma de adquirir del
título, el deudor deberá pagarlo a quien lo presente, tomando las precauciones
adecuadas para la identificación de este portador.

Cesión de los Títulos de Crédito.

La cesión de los títulos de crédito es la convención por medio de la cual el


acreedor o cedente transfiere su crédito a otra persona, el cesionario, en virtud de un
título traslaticio de dominio. Se encuentra regulada por el Código Civil y por el Código
de Comercio.

La cesión de créditos personales regulada por el Código Civil se utiliza para los
créditos nominativos y ella se puede hacer a cualquier título, oneroso o gratuito, pero
siempre se perfeccionará con la entrega material del mismo y sólo producirá efectos
frente a los terceros y frente al deudor en la medida que el cesionario notifique al
deudor o bien que el deudor acepte la cesión. En caso que no se notifique la cesión o
bien que el deudor no la haya aceptado, éste le podrá pagar al cedente o el crédito
podrá ser embargado por los acreedores del cedente ya que la cesión es inoponible
por incumplimiento de las formalidades exigidas.
Al cederse un crédito la cesión se realiza con todos sus accesorios salvo las
excepciones personales del cedente al cesionario; por otra parte, el deudor conserva
todas las excepciones que tenía contra el cedente, salvo la de compensación que

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para ejercerla debe reservarla al momento de la notificación. Lo mismo sucede si es
que no se aceptó la cesión del crédito.

Por último, el cedente sólo responde por la existencia del crédito al momento
siempre que aquella haya sido hecha a título gratuito. En ningún caso su
responsabilidad se extiende a la solvencia del deudor sin que haya un pacto expreso
respecto de este punto, y aún existiendo esta cláusula sólo responderá de la solvencia
al momento de la cesión, no respecto de la solvencia futura del deudor. Además, la
responsabilidad del cedente sólo se extiende al beneficio que éste haya obtenido por
la cesión, salvo que haya un acuerdo distinto.

De lo anterior se desprende que el cedente sólo responde por la garantía de


derecho y en ningún caso por la garantía de hecho que equivales a que efectivamente
se pague el crédito. Por último, debemos señalar que la cesión de créditos regulada
por el Código Civil sólo se utiliza para ceder los créditos en propiedad y no para
transferirlos en cobranza o en garantía, como lo es el endoso.

La cesión de créditos mercantiles, por otra parte, se aplica para aquellos títulos
que no son endosables y se aplican para su cesión las reglas que da el Código Civil.
La única diferencia es que las excepciones para hacer valer al cesionario el deudor
debe hacerlas presentes al momento de la notificación siempre que ella no aparezca a
la vista del documento ya que si es así se pueden oponer al cesionario.

Además, se desprende de la normativa que regula la cesión de los créditos


mercantiles que ella sólo se aplica a los títulos nominativos ya que para los otros
títulos se aplica el endoso, si es un título al portador, o bien la entrega material, si es
un título nominativo.

Personas que intervienen en la Cesión.

Podemos distinguir tres sujetos que intervienen en la cesión:

1. El Cedente:
Es la persona que por medio de la cesión transfiere su título de crédito.

2. El Cesionario:
Es la persona que por medio de la cesión o transferencia adquiere el título de
crédito.

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3. El Deudor Cedido:
Es la persona del deudor del crédito, esto es, el obligado al pago del
documento quien, en virtud de la cesión pasa a tener un nuevo acreedor.

La Cesión de los Distintos Tipos de Títulos de Crédito

I. Cesión de Créditos Nominativos

Como habíamos señalado, los créditos nominativos son aquellos en los cuales
aparece debidamente individualizado el nombre del acreedor o beneficiario, de modo
que sólo pueden ser cobrados por la persona que aparece así designada en el
documento.
En el caso de la cesión de estos títulos, específicamente en lo que se refiere a
su perfeccionamiento, debemos hacer una distinción:

1) Cesión entre el cedente y el cesionario.

2) Cesión respecto del deudor cedido y terceros

1) Cesión entre el cedente y el cesionario:

La cesión de un crédito personal, a cualquier título que se haga no tendrá


efecto entre el cedente y el cesionario, sino en virtud de la entrega del título (Art.
1901 Código Civil).

La cesión requiere para que surta efecto entre cedente y cesionario, que se
verifique entre ambos la entrega o tradición del título.

Si no existe título, deberá dejarse constancia que no hay un documento que


compruebe la calidad de acreedor.

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Si el crédito consta de escritura pública, deberá entregarse copia autorizada
de ella. Si el derecho cedido es materia de juicio, deberá hacerse referencia al
juicio o pleito correspondiente.

En todo caso, en el respectivo contrato o cesión de derechos debe dejarse


constancia que el título se entregó por el cedente al cesionario y que el cesionario
lo recibió a su entera conformidad.

2) Perfeccionamiento de la cesión respecto del deudor cedido y terceros

Respecto del deudor cedido y terceros, para que la cesión surta efectos y se
perfeccione, es necesario que se le notifique al deudor cedido por el cesionario la
cesión o sea aceptada por éste (Art. 1902 Código Civil).

a) Notificación al Deudor:
Las normas para notificar al deudor son distintas en el Código Civil y en el
Código de Comercio.
De acuerdo al Código Civil, la notificación debe hacerse con exhibición del
título que llevará anotado el traspaso del derecho con la designación del cesionario
y bajo la firma del cedente (Art. 1902 Código Civil).
Conforme al Código de Comercio, señala que tratándose de créditos
mercantiles, la notificación debe hacerse por un ministro de fe.
La notificación debe hacerse por intermedio de un ministro de fe con
exhibición del respectivo título para lo cual basta el simple requerimiento del
cesionario (Art. 162 incs. 2º y 3º del Código de Comercio).

b) Perfeccionamiento de la Cesión por la Aceptación del Deudor Cedido:

La otra forma de perfeccionar la cesión respecto del deudor cedido, es la


aceptación de éste, la que puede ser expresa o tácita.

 Aceptación Expresa:
Es aquella que el deudor cedido efectúa en términos formales y explícitos,
concurriendo en el acto de la cesión, o bien, manifestándola en los mismos
términos en un instrumento separado, en que se haga la debida referencia.

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 Aceptación Tácita:
Consiste en un hacho que la suponga, como la litis contestación o
contestación de la demanda al cesionario del derecho, un principio de pago al
cesionario, etc. (Art. 1904 Código Civil).

Efectos de la Cesión de Créditos en el Traspaso de las Excepciones.

Los efectos de la cesión de créditos son diferentes según si la cesión se ha


perfeccionado respecto del deudor cedido por notificación o por aceptación.

1. Excepciones si la cesión se ha perfeccionado por aceptación del deudor cedido:


Purga de las Excepciones Personales.

Si la cesión entre el cedente y el cesionario se ha perfeccionado por medio


de la aceptación del deudor cedido, esta cesión “purga las excepciones
personales” que el deudor podía oponer al cedente.

Consecuentemente no podrá oponer al cesionario, su nuevo acreedor, la


excepción de compensación que habría podido oponer al cedente. En ese sentido
el Art. 1659 inc. 1º del Código Civil establece: “el deudor que acepta sin reserva
alguna la cesión que el acreedor haya hecho de sus derechos a un tercero, no
podrá oponer en compensación al cesionario los créditos que antes de la
aceptación hubiera podido oponer al cedente”.

Sin embargo, a pesar de no poder oponer las excepciones personales que


tenía contra el cedente al cesionario, podrá oponer a éste las excepciones reales,
esto es, aquellas que emanan del título de crédito mismo, como son la nulidad, la
falsedad de la firma, etc.

2. Excepciones si la cesión se ha perfeccionado por notificación al deudor cedido:


Excepciones Reales y Personales.

Si la cesión se ha perfeccionado respecto del deudor cedido por notificación,


el deudor cedido podrá oponer al cesionario, su nuevo acreedor:

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 Las excepciones reales, esto es, las que emanen del título de crédito.

 Las excepciones personales, que podía hacer valer en contra del cedente.

Al efecto, el Art. 163 inc. 2º del Código de Comercio dispone: “las excepciones
que aparezcan a la vista del documento o que nazcan del contrato podrán oponerse
contra el cesionario, en la misma forma que habrían podido oponerse contra el
cedente”.

Formas de Oponer las Excepciones Personales.

Denominadas también ocultas o que no resultan del título de crédito mismo, y


que se encuentran tratadas tanto en el Código Civil como en el Código de Comercio.

De conformidad al Código Civil, las excepciones que no resulten del crédito


mismo, puede el deudor cedido oponerlas en cualquier momento al cesionario.

En el Código de Comercio tratándose de cesión de créditos mercantiles, la


regla es diversa. En efecto, el deudor a quien se notifique la cesión y que tenga que
oponer “excepciones que no resulten del título cedido”, deberá hacerlas presentes en
el acto de la notificación, o dentro de tercero día a más tardar so pena de que más
adelante no serán admitidas (Art. 163 inc. 1º).
En todo caso, el deudor cedido puede oponer al cesionario, su nuevo acreedor,
las excepciones personales que tenga en contra suya.

Privilegios y Accesorios del Crédito.

La cesión de un crédito comprende sus fianzas, privilegios e hipotecas, vale


decir que, conjuntamente con traspasarse el crédito por medio de la cesión, se
traspasan las garantías de éste como son, las fianzas e hipotecas y los privilegios
inherentes para su cobro.

“La cesión del crédito no traspasa las excepciones personales del cedente”
(Art. 1906 del Código Civil).

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Debió decir la cesión del crédito, no traspasa al cesionario las acciones
personales que tuviere contra el deudor cedido el cedente.

En el Código se advierte un error ya que, en lugar de decir acciones, se dice


que no se traspasa “las excepciones personales del cedente”. En efecto, quien opone
las excepciones personales es el deudor cedido y lo que ocurre es que éste no puede
oponerlas a su nuevo acreedor, el cesionario.

Garantías que responde el Cedente al Cesionario.

Previamente a la determinación de las garantías que responde el cedente, es


necesario precisar las clases de garantías.
En doctrina se distinguen:

1) Las Garantías de Derecho.

2) Las Garantías de Hecho.

1) Garantías de Derecho:
Son las que se refieren a:

 La existencia de un crédito.

 El dominio del crédito que tiene el cedente.

2) La Garantía de Hecho:
Se refieren a la responsabilidad del cedente por la solvencia presente y
futura del deudor.

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Garantía de Derecho.

En esta clase de créditos el cedente responde al cesionario sólo de la garantía


de derecho, es decir, de la existencia del crédito y del dominio que del crédito tiene el
cedente.

Por excepción, el cedente responde al cesionario de la garantía de hecho,


cuando así se ha estipulado. De modo que todo lo referente a responsabilidad sobre
la solvencia presente y futura del deudor debe pactarse expresamente.

Al efecto, el Art. 1907 del Código Civil establece: El que cede un crédito a título
oneroso, se hace responsable de su existencia al tiempo de la cesión, esto es, de que
verdaderamente le pertenecía en ese tiempo; pero no se hace responsable de la
solvencia del deudor, si no se compromete expresamente a ello; ni en tal caso se
entenderá que se hace responsable de la solvencia futura, sino sólo de la presente,
salvo que se comprenda expresamente la primera; ni se extenderá la responsabilidad
sino hasta concurrencia del precio o emolumento que hubiere reportado de la cesión,
a menos que expresamente se haya estipulado otra cosa.

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