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ANALISIS JURISPRUDENCIAL- SENTENCIA C-086 DE 2016.

ESTUDIANTE

NELLYS PIEDAD ROMERO DE AGUAS

DOCENTE

DR CHICA

TEORÍA GENERAL DEL PROCESO


UNIREMINGTON

PROGRAMA DE DERECHO

MONTERÍA

3 DE ABRIL DE 20202019
MODELO ANÁLISIS DE PROVIDENCIA JUDICIAL
I. Identificación de la sentencia.
No. de Sentencia: C-086/16
Despacho Judicial que la profiere: Corte constitucional
Magistrado Ponente: JORGE IVÁN PALACIO PALACIO
Lugar y Fecha: Bogotá D.C., veinticuatro (24) de
febrero de dos mil dieciséis (2016).
Radicación: Expediente D-10902
Accionante/Demandante/ejecutante: Alejandro José Peñarredonda Franco
y Helena Carolina Peñarredonda
Franco.
Demandado/Ejecutado/Acusado/Norm Artículo 167 (parcial) de la ley 1564
a Acusada/Accionado: de 2012
Medio de Control/Proceso/Acción: Acción pública de
inconstitucionalidad
Naturaleza del proceso: Constitucional.
II. Fundamentos de Hecho y de derecho.
Caso: Los accionantes consideran que el
artículo 167 (parcial) de la ley 1564
de 2012, también conocido como
código general del proceso, vulnera
el derecho fundamental de la tutela
judicial efectiva; ya que le permite al
juez arbitrariamente disponer
respecto la carga dinámica de la
prueba, lo cual a juicio de los
demandantes es inconstitucional ya
que esta es una obligación del
operador de justicia.
Pretensiones Declarar la inexequibilidad de la
palabra “podrá” del artículo 167 del
código general del proceso por
vulnerar los artículos 2, 29, 228 229
superiores que versan sobre el
derecho fundamental de la tutela
judicial efectiva
Problema Jurídico: ¿acaso la norma procesal que
faculta al juez a distribuir la carga de
la prueba entre las partes de acuerdo
con las condiciones en que se
encuentren para hacerlo, al utilizar la
expresión “podrá”, y no la
expresión “deberá”, vulnera el
derecho a la tutela judicial efectiva
(artículos 2º, 29, 228 y 229 de la
Constitución).?
 

III. Decisión.
CORTE CONSTITUCIONAL.
Respuesta al problema jurídico Considera la corte constitucional que
la norma demandada en ningún
momento viola el derecho
fundamental de la tutela judicial
efectiva.
Fundamentos (ratio decidendi): Previo análisis la corte constitucional
decide que la norma demandada no
vulnera el derecho fundamental de la
tutela judicial efectiva,
fundamentándose de la siguiente
manera:
En lo concerniente a la configuración
de la carga dinámica de la prueba
debe decirse que atiende su
inspiración teórica, fundada en los
pilares de solidaridad, equidad
(igualdad real entre las partes),
lealtad y buena fe procesal, todos
ellos reconocidos en la Carta Política
de 1991, donde el principio “quien
alega debe probar” cede su lugar al
principio “quien puede debe probar”.
Su ejercicio por parte del juez es, en
consecuencia, manifestación de una
competencia plenamente legítima
bajo el prisma de un Estado Social de
Derecho.
 
En la regulación aprobada por el
Legislador este decidió -también de
manera deliberada y consciente- no
fijar un catálogo cerrado de episodios
en las cuales puede tener cabida la
carga dinámica de la prueba. Por el
contrario, dejo abierta esa posibilidad
al juez, “según las particularidades
del caso”, para lo cual mencionó solo
algunas hipótesis: (i) la posesión de
la prueba en una de las partes, (ii) la
existencia de circunstancias técnicas
especiales, (iii) la previa y directa
intervención en los hechos, (iv) el
estado de indefensión o de
incapacidad de una de las
partes, “entre otras circunstancias
similares”.
Prosigue la honorable corte
constitucional en párrafos siguientes
exponiendo que:
el Legislador facultó a los jueces para
evaluar las circunstancias de cada
caso y definir si se dan o no los
supuestos genéricos para recurrir en
ciertos casos a la carga dinámica de
la prueba. Esta decisión resulta
comprensible y completamente
válida, no solo ante la dificultad para
anticiparse a nuevas situaciones en
una sociedad que presenta
vertiginosos cambios –algunos tal
vez inimaginables-, sino porque son
los contornos de cada situación los
que permiten evaluar si la igualdad
entre las partes se ha visto o no
comprometida y se requiere de
la “longa manus” del juez para
restablecerla.
Es importante recordar que la
intervención del juez en la distribución
de las cargas probatorias no tiene
cabida únicamente en ejercicio de sus
poderes oficiosos para decretar y
practicar pruebas. En efecto, la norma
permite que sean las propias partes
quienes hagan un llamado expreso al
juez, ante la cual el funcionario
judicial debe inexorablemente
pronunciarse en forma expresa y
debidamente motivada, bien para
acoger la solicitud o bien para
rechazarla.
 
Por lo tanto no es arbitrario otorgarle
al juez cierta discrecionalidad para
establecer cuando aplicar o no la
carga dinámica de la prueba, es más
esta decisión deliberada se tomó
para no limitar o encerrar los casos
en los que se pudiese implementar.
Aclaración de voto: La magistrada Gloria Stella Ortiz
Delgado, expresa que aun cuando
comparte la decisión tomada por la
sala debe puntualizar su posición en
relación con una afirmación
contenida en la sentencia de la
referencia.
En el capítulo en el que se analiza la
exequibilidad del aparte acusado se
afirma que por regla general, aplica el
principio del onus probandi, “sin
embargo, este postulado no es
absoluto por cuanto admite al menos
dos excepciones que la misma ley
contempla, a saber (i) la carga
dinámica de la prueba y (ii) los
hechos notorios y las afirmaciones y
negaciones indefinidas.”
Considera la magistrada que la carga
dinámica de la prueba no debe
observarse siempre como una
excepción a la regla general, sino
como una forma de flexibilización del
ordenamiento jurídico colombiano en
materia probatoria; porque en
ocasiones los jueces se enfrentan a
circunstancias en las que la
desigualdad entre las partes del
proceso exige que se distribuyan las
cargas y en esos casos la inversión
de la carga probatoria será la regla
general aplicable. Así pues, en
algunos casos el operador judicial
tiene el deber de hacer efectiva la
igualdad de armas en el proceso y la
realización de este deber no es una
excepción, sino constituye la regla
general.
IV. Comentarios del autor.
La carga dinámica de la prueba se configura como uno de los grandes aciertos
descritos dentro del código general del proceso, el aparte demandado por
inconstitucionalidad del artículo 167 de la ley 1564 de 2012 se configura como
una verdadera garantía en favor de las partes, pues no circunscribe a un grupo
cerrado de casos la utilización o implementación de la carga dinámica de la
prueba; la interpretación realizada por los actores en el presente proceso es
completamente errónea, pues justamente lo que ellos consideran que se está
vulnerando al dotar al juez de discrecionalidad para determinar las situaciones
en la cuales invertirá la carga de la prueba es lo que el legislados desde el
primer momento buscó proteger, hablamos obviamente del derecho
fundamental de la tutela efectiva.
Consecuentemente comparto en cabal forma lo resuelto por la honorable corte
constitucional en el presente caso, ya que los operadores judiciales son los
encargados de impulsar el procedimiento civil y por lo tanto deben ser capaces
de determinar cuando una parte se encuentra en mejor condición que la otra
para probar determinados hechos, para ello se encuentran dotados de las
máximas de la experiencia y la sana critica.

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