PROPUESTAS A

LA POLÍTICA DE
REGENERACIÓN
URBANA EN CHILE

DOCUMENTO PARA
POLÍTICA PÚBLICA

Agosto, 2020 / Nº11

PROPUESTAS A LA POLÍTICA DE

PROPUESTAS A
LA POLÍTICA DE
REGENERACIÓN
URBANA EN CHILE
PROPUESTAS A
LA POLÍTICA DE
REGENERACIÓN
URBANA EN CHILE

© Centro de Desarrollo
Urbano Sustentable
CEDEUS

Autores
Clara Mareschal
Luis Fuentes
María Inés Ramírez
DOCUMENTO PARA
Sebastián Rodríguez
POLÍTICA PÚBLICA

Cómo citar este documento:

Mareschal C., Fuentes L.,

Ramírez M., Rodríguez S.
(2020). Propuestas a la política
de regeneración urbana en Chile.
Documento para Política Pública
Nº11. Centro de Desarrollo
Urbano Sustentable, Santiago.

Atribución-NoComercial 4.0
Internacional (CC BY-NC 4.0)
Primera edición,
Agosto 2020 / Nº11
2 CENTRO DE DESARROLLO URBANO SUSTENTABLE
PUNTOS CENTRALES INTRODUCCIÓN

PUNTOS CENTRALES INTRODUCCIÓN

Las políticas públicas de regeneración urbana Las políticas públicas de regeneración urbana
tienen como objetivo mejorar áreas degradadas tienen como objetivo abordar el problema de
de la ciudad, por lo cual son muy relevantes la degradación social, económica y física de la
para la equidad urbana. En base a la revisión de ciudad. Dichas políticas han sido implemen-
la experiencia internacional de los modos de tadas en Chile por el Ministerio de Vivienda y
gestión de las políticas en el área, se discute el Urbanismo (MINVU), en zonas con déficits de
estado actual y se proponen recomendaciones estándares urbanos, físicos y del tejido social
a la política de regeneración urbana en Chile. (División de Desarrollo Urbano, 2016). Sin
embargo, se ha cuestionado si este proceso
considera una perspectiva integral, tomando
en cuenta aspectos no solo económicos, sino
que también sociales, culturales y ambientales
en su gestión (Iraegui, 2015).

A partir de la revisión de las experiencias de

Inglaterra y Estados Unidos, países con una larga
trayectoria en los modos de gestión de políticas
de regeneración urbana, este documento busca
contribuir en esta área, proponiendo recomen-
daciones generales a la gestión de las políticas
públicas de regeneración urbana en Chile.

San Pedro de la Paz, Concepción. Fuente: Archivo CEDEUS.

4 Santiago, Chile. Caio Silva. 5

CENTRO DE DESARROLLO URBANO SUSTENTABLE DOCUMENTO PARA POLÍTICA PÚBLICA
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Green de Chicago, Estados Unidos, Jet Lowe.
ANTECEDENTES
Desde mediados del siglo pasado, tanto Estados Unidos
como Inglaterra han llevado a cabo procesos enfoca-
dos en resolver la problemática del deterioro urbano,
impulsando políticas de regeneración urbana (Carmon,
1999; Hall, 2015). Estos casos se presentan como expe-
riencias de aprendizaje valiosas aun cuando vienen de
realidades diferentes a la de nuestro país. Si bien estas
medidas fueron una solución en algún momento, luego
mostraron falencias y recibieron críticas, presentando
una oportunidad para profundizar las discusiones
respecto a este tema. De este modo, en ambos casos
se permitió transitar hacia una mayor inclusión de
actores, redistribución y finalmente, la búsqueda de la
equidad social. En este sentido, se busca dar valor a los
resultados de este aprendizaje iterativo en el contexto
de la realidad chilena.
En el caso de Estados Unidos, la atención en los pro-
blemas urbanos comienza con la ley “Housing Act”
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de 1949, cuyo objetivo fue entregar fondos fiscales a
las entidades locales para regenerar áreas destruidas
eliminando las propiedades en mal estado (Teaford,
2000) y preservando las áreas centrales (“dowtown
preservation”) (Hyra, 2012). Entre 1950 y 1974 se de-
molieron cerca de 2.500 vecindarios en 993 ciudades
(Fullilove, 2005), donde la mayoría de las residencias
eran viviendas antiguas y casas unifamiliares en las que
habitaban afroamericanos. Solo entre 1950 y 1960, casi
un millón y medio de personas se mudaron a distintas
ciudades, en lo que James Baldwin denominó como “la
remoción de los negros” (1963).
Las políticas públicas del “old urban renewal” en Estados
Unidos no resolvieron el deterioro urbano ni la pobreza.
Más bien, lo que hicieron fue un traslado de la pobreza a
otras áreas de la ciudad, creando segundos guetos (Hirsch,
1998; Hyra, 2012) y provocando traumatismo emocional
y psicológico severo en las personas desplazadas por
la destrucción de sus redes sociales y comunidades
(Fullilove, 2005). Considerando esto, entre 1992 y 2007
REGENERACIÓN URBANA EN CHILE
se implementan los programas HOPE VI y la iniciativa que incluían la eliminación de los obstáculos políticos
“Enterprise Zones” (EZ), con la finalidad de revitalizar y fiscales al desarrollo; la creación de oportunidades de
ciudades del país, demoliendo viviendas públicas en inversión para el sector privado a través de proyectos
dificultades, atrayendo a las familias de clase media a de regeneración enfocados en la propiedad; subsidios
nuevos barrios de ingresos mixtos e incentivando el del sector público; y la creación de riqueza en lugar de
movimiento de capital comercial privado hacia el centro su redistribución (Dorling, 2006).
de la ciudad (Hyra, 2008). Cerca de $80.000 millones
de dólares destinó el Departamento de Vivienda y
Desarrollo Urbano de los Estados Unidos para estimu-
lar la reurbanización económica de las comunidades
negras de bajos ingresos, teniendo como resultado la
demolición de 163.393 unidades de vivienda pública
en 139 ciudades durante este periodo (Hyra, 2012).
El caso de Inglaterra se ha caracterizado por un fi-
nanciamiento gubernamental, una implementación
llevada a cabo por actores locales, en ciertas áreas del
país, y una narrativa de falla de mercado para explicar
el declive económico, físico y social (Dorling, 2006).
En particular, el gobierno de Margaret Thatcher entre
1979 – 1990 diseñó políticas de regeneración urbana
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Bajos de Mena, Puente Alto. Fuente: Archivo CEDEUS.
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Las principales críticas a estas políticas apuntan a la
escasa definición del problema urbano y la escala de
respuesta; poca coordinación entre los departamentos
de gobierno; el corto plazo de las políticas para abor-
dar problemas de largo plazo; pensar que la inversión
privada en propiedades beneficiaría a las comunidades
desfavorecidas; y finalmente, relación jerárquica entre
el gobierno central y autoridades locales, excluyendo
a estos últimos de la toma de decisiones (Tallon, 2010;
Oatley, 1995).
A pesar de que existe un reconocimiento de que
las políticas de principios de los 90 intentaron crear
asociaciones multisectoriales, incluir la opinión de la
comunidad en el proceso de regeneración urbana
(Butler, 1991), y otorgar fondos según la calidad del
proyecto, se constata una reducción del beneficio a
grupos desfavorecidos de la población (Tallon, 2010).
En este contexto, y bajo el gobierno de Tony Blair entre
1997 – 2007 se impulsa la política denominada “The
Third Way”, cuyo objetivo fue integrar a los individuos
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REGENERACIÓN URBANA EN CHILE
y hogares desfavorecidos en la economía general a
través de intervenciones de oferta, que incluyeron
mejorar las habilidades y el conocimiento, establecer
vínculos entre los desempleados y los empleados, y
garantizar el pago de los trabajadores a través de la
reforma fiscal. Sin embargo, en 2010, el gobierno de
David Cameron disuelve dichas políticas por conside-
rarlas burocráticas y sobre centralizadas, adoptando el
modelo denominado “The Big Society Model”, donde
el diseño de los proyectos de regeneración urbana es
transferido a las autoridades locales, disminuyendo así
el gasto público y la presencia del gobierno central,
lo que se ha traducido en una menor presencia del
Estado y un número menor de iniciativas en la materia.
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Vista Santiago Sector Suroriente, Cerro Panul, Daniela Pizarro.
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Bajos de Mena, Puente Alto. Fuente: Archivo CEDEUS.
ESTADO ACTUAL DE LA POLÍTICA PÚBLICA
Para entender la política de regeneración urbana en
Chile es necesario comprender la política de vivienda
del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), or-
ganismo que llevó a cabo una producción masiva de
vivienda social durante los años 80 y 90 (Delgado, 2013:
41), y que a mediados de los 90’s evidenció falencias
y problemas de índole cualitativo en términos habita-
cionales. Estos problemas están asociados al entorno,
a las condiciones de habitabilidad del interior de las
viviendas, y al proceso de desplazamiento forzoso
de personas a la periferia de la ciudad que generó
marginalidad urbana (División de Desarrollo Urbano,
2016). En este período surgen algunas iniciativas que
se aproximan a la idea de regeneración urbana, como
el Programa Chile Barrio en 1999, el Programa Chile
Solidario en 2000, y el Programa de Superación de
la Pobreza Urbana.
Sin embargo, dichas iniciativas carecían de inter-
sectorialidad y visión territorial. Considerando estas
falencias, durante el primer período presidencial de
Michelle Bachelet (2006 - 2010) se produce un cambio
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de perspectiva, donde no solo se busca mejorar la
vivienda como infraestructura, sino que se plantea la
recuperación del barrio y su entorno articulando distin-
tos ministerios. Así, el MINVU crea el Programa Quiero
Mi Barrio, iniciando su implementación en 200 barrios
de 80 comunas en las 15 regiones del país buscando
generar mayor integración a través de la recuperación
de espacios públicos, mejores condiciones de entorno y
relaciones sociales fortalecidas (Delgado, 2013). Quiero
Mi Barrio continúa en la actualidad con el nombre
de Programa Recuperación de Barrios, planteándose
“contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de
los habitantes de barrios que presentan problemas de
deterioro urbano, segregación y vulnerabilidad social,
a través de un proceso participativo de recuperación
de los espacios públicos y de los entornos urbanos de
las familias” (Delgado, 2013: 43).
Otro programa fué Condominios Sociales Segunda
Oportunidad, el que buscó promover el ejercicio de
deberes y derechos de los copropietarios, mediante
la rehabilitación y mejora de espacios compartidos en
los condominios sociales (Delgado, 2013). El programa
ofrece un subsidio habitacional con distintas opciones
CENTRO DE DESARROLLO URBANO SUSTENTABLE
para las familias: (a) trasladarse a otro sector; (b) realizar
obras de reparación y/o mejoramiento en los bienes
comunes; (c) formar comités de administración de las
copropiedades, capacitación a los residentes y sus
comités de administración en torno a los derechos y
deberes de la vida en copropiedad (Delgado, 2013).
Este programa se aplicó en un comienzo en sólo cuatro
conjuntos habitacionales, dos en la Región Metropoli-
tana, correspondientes a Francisco Coloane en Puente
Alto y Parinacota en Quilicura; uno en Vicuña Mackenna
en Rancagua; y otro en Brisas del Mar en Viña del Mar.
Una de las acciones más importante del programa
Condominios Sociales de Segunda Oportunidad fue
la masiva demolición de bloques, lo que generó una
disminución importante del stock de viviendas, al tiempo
que se incrementó en el precio de viviendas sociales en
el mercado (Jimenez, 2017). Dado que para demoler un
block de vivienda se requería del consentimiento del
90% de los propietarios, adicionalmente se generaron
conflictos entre los vecinos y se fragmentaron varias
organizaciones comunitarias. Al no contar con planes
maestros respecto a la recuperación y usos de los
espacios despejados tras las demoliciones, los vecinos
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REGENERACIÓN URBANA EN CHILE
que decidieron permanecer en los lugares intervenidos
vieron fuertemente deterioradas sus condiciones de vida.
Así, el programa recibió una evaluación bastante crítica
por parte de la DIPRES ya que se observó ausencia de
avances significativos en el desarrollo de sus interven-
ciones en períodos superiores a 3 años de ejecución
Así es como surge el programa de Regeneración de
Conjuntos Habitacionales de Viviendas Sociales,
que reemplaza al programa de Segunda Oportunidad
asumiendo los proyectos iniciados por su antecesor.
Tiene por objetivo regenerar conjuntos habitaciona-
les de viviendas sociales altamente deteriorados o
irrecuperables, incluyendo su respectivo su entorno,
seleccionados de acuerdo a lo establecido por el D.S.
Nº18 de 2017. En la práctica, el programa no cuenta
con una orgánica más allá del decreto que lo origina,
y articula recursos de distintas fuentes y partidas pre-
supuestarias. Dada la complejidad de su abordaje y
que aún no haya finalizado ningún proyecto de los que
están en curso, se presenta la oportunidad de analizar
sus fortalezas y debilidades.
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PROPUESTAS A LA POLÍTICA DE
RECOMENDACIONES
La experiencia de Inglaterra y Estados Unidos en ma-
teria de políticas de regeneración urbana muestra que
existen algunos aspectos que son de gran importancia,
no solo para profundizar en la discusión, sino para
tomar aprendizajes factibles de aplicar a la realidad
chilena y que se presentan a continuación:
Primero, es necesario definir claramente el proble-
ma urbano, la escala de respuesta y el plazo de la
acción. Estas tres medidas se visualizan en el proceso
de gestión que se ha llevado a cabo en las políticas de
regeneración urbana en Inglaterra y Estados Unidos,
países que con el tiempo han intentado y logrado en
menor o mayor grado resolver ello. A nivel nacional, el
Programa Condominios Sociales Segunda Oportunidad
del MINVU ha definido como unidad de análisis el barrio,
llevando a cabo su gestión y dando respuesta en esta
escala, en un periodo que ha considerado diferentes
gobiernos durante la última década.
Segundo, se evidencia que, en la experiencia inter-
nacional revisada, el carácter multisectorial es un
aspecto clave para el buen desarrollo de la gestión
de las políticas de regeneración llevadas a cabo.
Como caso ilustrativo de ello, a principio de los años 90
en Inglaterra se crearon asociaciones multisectoriales
para resolver la falta de coordinación y cooperación
entre los organismos del Estado (Butler, 1991).
Tercero, en ambos se reconoce la importancia de la
inclusión de la comunidad local en el proceso de
regeneración urbana llevado a cabo, para así no excluir
a las autoridades locales y la comunidad de la toma de
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REGENERACIÓN URBANA EN CHILE
decisiones (Oatley, 1995; Tallon, 2010). Si bien, en los
programas propuestos por el MINVU en los últimos
años consideran la participación de actores locales,
es necesario fortalecer dicha participación a lo largo
del proceso y en las diferentes etapas de desarrollo
de los programas que intervienen los territorios que
precisamente habita la comunidad local.
Cuarto, es fundamental entender que la vivienda no
solo representa el ámbito físico, sino que trasciende
a aspectos psicológicos y sociales. La experiencia
internacional mostró que, en el caso de Estados Unidos,
las políticas que trasladaron población a otras áreas
de la ciudad provocaron traumatismo emocional y
psicológico severo en las personas desplazadas por
la destrucción de sus redes sociales y comunitarias
(Fullilove, 2005). Considerando ello como elemento
contextual, resulta fundamental conocer los anhelos
y las necesidades de las diferentes familias y las prefe-
rencias y expectativas residenciales de los individuos
(Delgado, 2013), para así abordar los graves problemas
psicosociales, espaciales y ambientales que presen-
tan los conjuntos habitacionales internacionales
revisados, y también, en poblaciones en el país, donde
se ha reconocido la ausencia de tales aspectos
CENTRO DE DESARROLLO URBANO SUSTENTABLE DOCUMENTO PARA POLÍTICA PÚBLICA 13
PROPUESTAS A LA POLÍTICA DE
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www.cedeus.cl
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