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Adan y Eva como Principios de Anima y Animus

Cuando evocamos el concepto de lo masculino y lo femenino, se nos viene la imagen de la


pareja primordial, es decir Adán y Eva. Ambos personajes cabe mencionar son personajes
que van a representar de forma arquetípica la unión de los dos sexos, por ser la primera
pareja, así mismo al ser el primer matrimonio van a fundamentar las bases de la conducta
que deben tener los varones y las féminas, Adán tomando la base del que domina a la
hembra, y Eva la imagen de la mujer sumisa al varón pero a la vez el prototipo de
ingenuidad, la cual la sociedad aun busca mostrarnos en las mujeres sumisas.

Carl Jung, en sus textos nos dio a conocer sobre dichos arquetipos, el Ánima por ejemplo
viene siendo el concepto de que cada mujer tiene algo de la esencia masculina, mientras
el Animus corresponde al lado femenino que mora en cada hombre. Ambos arquetipos
deben ser vistos como modelos de numinosidad en el universo del inconsciente colectivo,
ya que van a determinar no solo el comportamiento colectivo de la humanidad, si no
también van a obrar en la sexualidad humana.

La numinosidad del Anima y el Animus se representa en el Arcano número VI del Tarot


(carta conocida como: Los Amantes), y es que en esta carta se puede apreciar una
representación de la pareja primordial siendo unida con lo divino, cabe acotar que el
modelo de Tarot que nos da un mejor simbolismo de Anima y Animus viene siendo la del
Tarot Rider, pues ahí se nos muestra a la pareja primordial, siendo unidos por una imagen
que puede interpretarse como un ángel que bendice dicha relación, otros autores afirman
es la imagen del creador bendiciendo la dichosa unión.

En el concepto de lo Inconsciente colectivo es destacable que no solo es Adán y Eva


quienes van a corresponder a dicha representación, se debe aclarar que en el campo de la
mitología existen varias parejas primordiales que son la semilla de la humanidad. En la
mitología egipcia tenemos las figuras de Geb y Nut, quienes vienen siendo los Adán y Eva,
de dicho panteón mitológico. En la mitología incaica tenemos a Manco Capac y Mama
Ocllo, quienes son la pareja que va promover la fundación del imperio incaico. En la
mitología hindu tenemos el matrimonio de Shiva con Shakti, quien en su forma demoniaca
se transforma en Kali y en sus representaciones esta domina al dios de la destrucción, es
decir al señor Shiva. En la mitologia griega podemos ver que una serie de parejas cuyas
alianzas van a aumentar el panteón de dioses de la cultura helenica, partamos por Zeus y
Hera, pasando por Marte y Afrodita, Paris y Helena, y por último la relación de Hermes y
Afrodita. Cabe decirse que la relación de Hermes y Afrodita, ambos tuvieron un hijo al que
llamaron como Hermafrodito, el nombre de dicho vástago es la fusión de los nombres de
ambos dioses, en la historia del mito de Hermafrodito es destacable que su imagen sea la
representación perfecta de lo que se entiende de integrar lo sagrado masculino con lo
sagrado femenino, ya que este personaje obtiene las cualidades de ambos sexos, por
haberse negado a recibir al amor de la ninfa Salmacis, quien en su deseo de amor lujurioso
pidió a los dioses unírsele a dicho hombre, lo que dio origen a un ser que compartía los
dos sexos (masculino y femenino).

Es vital ver la imagen de Adán y Eva como una ayuda para poder comprender el
simbolismo de los arquetipos del Anima y el Animus, ya que ambos comparten la
característica principal de conducirnos al proceso de individuación, o llevarnos a la
realización personal ya que estos tienen como objetivo el descubrimiento del verdadero
ser, siendo ambos de de gran utilidad, además ambos nos hablan de nuestra propia
constitución psíquica a través de nuestros gustos, miedos, fantasías, esperanzas y sueños.
El Anima y el Animus no son solo nuestro complemento, sino parte de lo que debemos
tener en nuestro interior, para lograr comprender y poder unificarnos en la propuesta
alquímica del hermafroditismo del espíritu o mejor dicho, de la asexualidad alquímica y
lograr una mejor comunión con el matrimonio de nuestros lados opuestos.

El Animus o aspecto femenino, el cual es un arquetipo que es representado por Eva, desde
un plano del inconsciente colectivo, logra de una manera ser representado por un
arquetipo de gran importancia en el pensamiento social y es el de la Madre (es necesario
comentar que la pareja primordial en el concepto general, son también conocidos como
nuestros primeros padres). Eva como la imagen de la Madre, o mejor dicho la figura de la
Madre, debe ser colocada no solamente como una figura que engendra, sino como la que
cuida y nutre al hijo o a los hijos. Debe ser también vista y comprendida como la que cuida
y nutre. Así mismo como la figura de la mujer madura y ama del hogar, y alguien diferente
que logra ser una conocedora de los problemas sociales y una hábil consejera (es
importante reconocer que en el arquetipo de la Madre dentro del Animus, recalca el
concepto que Eva al recibir la Manzana del Edén y ser la primera en probarla recibe el
conocimiento de la Sofía es decir la Sabiduría), pero también al ser Eva la primera en pecar
y recibir varios castigos, sabe lo que puede pasar y lo que luego acontecer, por lo que su
imagen de consejera no solo se basa en los conocimientos adquiridos sino por su
experiencia.

El Ánima o aspecto masculino, es el arquetipo que va a ser representado por el hombre


primigenio es decir Adán. Este arquetipo se le relaciona con el aspecto instintivo y físico, el
poder bruto, mayormente con la imagen y estereotipo del hombre musculoso o atlético
con una ciega y alta energía sexual, cabe decirse que esto se debe mayormente que Adán,
fue el último en probar la sabiduría de la Manzana del Edén, y quizás esto explica porque
el hombre muchas veces se comporta como un ser a veces irracional que racional a
diferencia de su compañera. Adán si es estudiado desde un aspecto psicológico es
manipulable y a la vez se le es impuesto un solo castigo divino, el de trabajar duro, y es
que quizás el mismo Dios sabía que Adán era un ser con naturaleza bruta lo que el castigo
de labrar la tierra viéndolo de un modo es el trabajo del burro (el animal de carga, que a la
vez simboliza en el inconsciente colectivo al hombre incapaz de razonar y que los trabajos
pesados le son gratamente impuestos por su misma condición ignorante). Pero esta
cualidad de la imagen del ser bruto no va para todos los hombres, ya que Adán al haber
probado una parte de la Manzana del Edén, y al haber aprendido de su error, logra
desarrollar la inteligencia, lo que le permite ser un ser consciente lo que le permite
desarrollar un pensamiento que le ayudara a conocer y a comprender los diversos campos
intelectuales y laborales (sobre todo aprender el arte del castigo que le fue impuesto, así
mismo ver de forma inteligente que su castigo no debe ser tomado como una
condenación).

Los arquetipos del Anima y Animus que son representados como ya se ha dicho por Adán y Eva,
cuentan con un lugar, el cual logra interconectarnos con lo inconsciente colectivo, como lo
menciona el Dr. Car Jung a través de su Psicología Analítica (o también conocida como el
Psicoanálisis Junguiano). Ambos arquetipos de Ánima y Animus, no deben ser insultados y
tampoco tomados a la ligera ya que conforman parte de nuestras conductas y comportamientos,
estos son una parte de un universo que va más allá de cualquier comprensión. Lo que hay que
destacar es que dichos arquetipos universales deben ser siempre tomados como herramientas que
nos permitan lograr nuestro propio desarrollo y nos ayuden a evitar la esclavización social y
espiritual que nos es impuesto por la sociedad. Debemos lograr apreciar al Anima y Animus como
elementos que se unifican tras la tormenta como lo hicieron Adán y Eva luego de recibir el castigo
divino, ya que esto es un simbolismo para elevar nuestra llama interna a superar las dificultades,
así mismo se deben contemplar ambos arquetipos como símbolos, pero no como “símbolos
cualquiera”, sino como los Elementos que nos liberan de lo interior para conectar con lo exterior y
viceversa ya que es ahí donde radica el valor de ambos.

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