Está en la página 1de 13

Arcano XVIII La Luna

En el avance del camino de la trinidad astrológica dentro del mazo del Tarot, contamos
con una carta que nos representa la necesidad de protección celestial y espiritual para la
humanidad, a la par que simboliza aquellos misterios de lo sagrado femenino, como lo fue
la carta de La Papisa, por lo que este arcano viene siendo el de La Luna, una carta que en
parte va a simbolizar el lado nocturno en su ascenso y que conlleva a un proceso de
reflexión personal tanto para el paciente como para el psicoterapeuta, por lo que la
experiencia en esta carta puede ser compartida por ambos, pues algunas veces dentro de
una terapia suele pasar que el terapeuta se proyecta en la figura presente del paciente, la
cual puede hacerle recordar su pasado.

Este arcano ha contado con una serie de cambios gráficos en su representación, si bien la
imagen clásica es la de dos perros aullando o ladrando, dos torres, una langosta y la luna,
esto no siempre fue así, por ejemplo en el Tarot de Carlos VI, se puede lograr apreciar la
presencia de dos astrólogos mirando y estudiando al astro de la Luna (la cual se halla en
cuarto menguante), esta carta perteneciente a un antiquísimo modelo de Tarot y que por
cierto se encuentra incompleto, puede simbolizar a aquella necesidad que tiene el ser
humano por desear estudiar su lado oscuro e incluso buscar mejorar cuando las cosas se
hallan por terminar, pero bueno, el ser humano por lo usual siempre busca redimirse
cuando este se encuentra en catástrofe, de hecho la iglesia católica, señala que uno puede
hallar la salvación el último día de la muerte de uno, en caso halla pecado demasiado y
este realmente “arrepentido”, no obstante, tampoco sería raro ver pecadores que si
llegase a darse el aclamado apocalipsis bíblico, estén arrepintiéndose el día del Juicio Final
luego de una vida de pecado y excesos. No obstante el hecho de que la luna se halla en
cuarto menguante, nos indica que la oscuridad o la Sombra representada dentro de las
cartas del Tarot se está por finalizar logrando otorgar el inicio de la luz, dentro del Tarot.

El autor Rafael Urbina, señala lo siguiente de este arcano: “El reflejo de nuestro yo
interno. La Luna representa la sombra de nuestra realidad, la mente inconsciente y los
miedos ocultos. Nos habla de lo incierto o lo engañoso, pero no para asustarnos o
confundirnos, sino para beneficiarnos al tratar de entender lo que no vemos. Una vez que
la luz se desvanece, podemos prestar atención a lo que llevamos dentro, ocultamos o
reprimimos. La Luna nos lleva a conectar con nuestro mundo interior, a identificar
ilusiones para poder dar paso a lo real”.

La Luna como astro por ejemplo influye mucho dentro de nuestro comportamiento, y esto
debido a que nuestro organismo es totalmente de agua, mejor dicho somos 80% agua, por
lo que si analizamos el principio de que cuando hay luna creciente y luna menguante, las
tendencias a tener comportamientos “pacíficos” o en “estado de relajación”, son posibles
de darse, esto debido a que la Luna al tener un control como satélite, ejerce fuerza sobre
todo organismo acuoso, de hecho los marineros como los científicos marinos señalan que
en los periodos creciente y menguante de la Luna, se le llama tiempo de mareas muertas,
debido a que la luna ejerce inactividad. No obstante cuando hay Luna Nueva y Luna Llena,
la actividad es mayor tanto para el mar como para el organismo humano, por ejemplo en
estas fases lunares la actividad es llamada Marea Viva, por lo que en nuestro sistema
orgánico, es decir, nuestro cuerpo, el metabolismo cambiara y por lo tanto también
nuestro comportamiento. Cabe decir que psicológicamente estamos débiles en el periodo
de menor inactividad psicológica es decir el cuarto menguante y cuarto creciente, por lo
que no sería raro que un sujeto se halle altamente susceptible en caer en una depresión
en tiempos de Luna Menguante o Creciente.

Ahora el hecho de que la Luna, pueda regular a nuestro cuerpo como también a nuestra
psique, nos hace considerar el hecho de que este astro, pueda contener relación con el
proceso alquímico, de hecho si notamos para atrás todo este proceso que ha existido a
partir de las cartas de la Sombra en el Tarot es decir contando desde el arcano XIV hasta el
XVI, uno puede notar el proceso alquímico de la Nigredo, mientras que los arcanos XVII y
especialmente el arcano XVIII (La Luna), se presenta el proceso de la Albedo, por lo que el
arcano XIX para adelante serian los arcanos de la fase de Rubiedo, no obstante, el Dr. Carl
Gustav Jung, en “Psicología y Alquimia” nos comenta: “El negro, nigredo, es el estado
inicial, o como propiedad de la prima materia, del caos, o de la massa confusa, de
antemano existente o creada por descomposición (solutio, separatio, divisio, putrefactio)
de los elementos. Presupuesto el estado de descomposición, como sucede en ocasiones,
entonces se produce una unión de las contraposiciones mediante la unión de lo masculino
con lo femenino (coniugium, matrimonium, coniunctio, coitus) y aparece la muerte del
producto de la unión (mortificatio, calcinatio, putrefactio) con el ennegrecimiento
correspondiente. Desde el nigredo, el lavado (ablutio, baptisma) conduce o directamente
al emblanquecimiento, o el alma (anima) que ha salido del cuerpo a causa de la muerte es
reunida de nuevo con el cuerpo muerto para dar vida a éste, o los muchos colores (omnes
colores, cauda pavonis) conducen a uno sólo, el blanco, que contiene todos los demás.
Con esto se alcanza la primera meta principal del proceso, concretamente el albedo,
tinctura alba, terra alba foliata, lapis albus, etc., que ha sido tan sumamente elogiado por
muchos como si la meta se hubiese alcanzado en realidad. Es el estado plateado o lunar,
el cual, sin embargo, debe ser elevado hasta el estado solar. El albedo es, en cierto modo,
el crepúsculo; el rubedo es ya la salida del Sol. La transición al rubedo constituye el
amarilleamiento (citrinitas), el cual, como se ha mencionado, decae con posterioridad.
Después sale el rubedo directamente del albedo mediante aumento del fuego hasta el
grado máximo. Lo blanco y lo rojo son reina y rey, que también pueden celebrar en esta
fase sus nuptiae chymicae”. No obstante dentro de la opus alquímica que si bien sabemos
la Albedo guarda relación con el astro de La Luna, y por lo tanto el proceso de sanación
psíquica se halla en un “blanqueamiento” o “purificación”, debemos recordar que “La
naturaleza femenina de Mercurio se corresponde con la Luna”, esto debido al hecho de
que el elemento del Mercurio, es un elemento trasmutador, y la Luna, en gran medida es
un astro que transmuta la psique humana.

No obstante vale la pena recordar un pasaje estudiado por Jung, en su trabajo de estudio
sobre la alquimia, donde nos menciona otros concepto sobre la Luna, otorgados por un
antiguo alquimista, el cual comparto a continuación: “Por ejemplo, en la obra de Senior
Zadith nos encontramos con el siguiente pasaje: «La Luna llena es el agua filosofal y la raíz
de la ciencia. Pues la Luna es la soberana de la humedad, la piedra perfecta y redonda y el
mar, de lo que he comprendido que ésta (Luna) es la raíz de esta ciencia oculta.» La Luna
es aquí (como Isis), como soberana de la humedad, la prima materia en forma del agua; y
así la madre del hydrolithus (piedra de agua): un sinónimo del paralelismo entre la lapis y
Cristo. Al ser utilizadas múltiples veces como idénticas la scientia y la prima materia, la
scientia o sapientia es idéntica con la Luna como el principio femenino, de lo que resulta la
doctrina gnóstica de la «Sofía» como madre o esposa de Cristo”. Es importante hacer
mención dentro de la obra “Mysterium Coniunctionis”, Jung nos refiere acerca del
significado de este astro dentro del opus alquímico, señalando lo siguiente: “La Luna es,
como ya se ha mencionado suficientemente, la contraparte del Sol, por eso es fría,
húmeda, de una luz débil hasta la oscuridad, femenina, corporal, pasiva, etc. Su papel más
significativo estriba en ser la compañera en la unión. Es como la divinidad femenina de
esplendor mediano, la amante. Ya Plinio la llama "astro femenino y suave". Es hermana y
novia, madre y esposa del Sol”.

Para comprender cierto misterios simbólicos que envuelven a este arcano bastaría con
conocer lo que refieren algunos autores, por ejemplo comparto un concepto esotérico de
parte de un autor anónimo que nos explica acerca de este arcano: “El pálido rostro de
nuestro satélite se refleja en un pantano donde un enorme cangrejo devora todos los
residuos para que el agua no pierda su pureza. Cerca de la orilla, dos perros (la
constelación del Perro mayor y la del Perro menor) vigilan el camino de la Luna y le
advierten con sus ladridos que no se separe de su órbita. Representan a los defensores del
orden, de la propiedad y del inconsciente, como testimonia la presencia de las dos torres,
erguidas a modo de centinela. Ni siquiera la imagen del cangrejo es casual: de hecho, con
su marcha atrás recuerda el recorrido de la Luna en el cielo, aparentemente inverso
respecto al del sol”. No obstante la junguiana Sallie Nichols, en su libro Jung y el Tarot, nos
refiere lo siguiente: “En la Luna, la atracción regresiva de la Madre Naturaleza está
simbolizada por el cangrejo de río que vive en las profundidades y que anda hacia atrás,
por los alaridos de los perros y por la misma luna, los cuales parecen succionar las
energías del héroe, dejándole totalmente debilitado para cualquier acción que se
proponga. La Diosa Luna es bruja, y a su vez embruja. Como Luna puede convertir a un ser
en “lunático”. Al igual que Circe, su magia puede convertir a los hombres en cerdos y, al
igual que Medusa, su mirada hipnótica puede paralizar la voluntad”.
Como ya dije hay diferentes versiones de este arcano, incluso le cambian el nombre a esta
carta por ejemplo en el Tarot Egipcio esta carta es conocida con el nombre de “El
Crepúsculo”, mientras que en el Tarot del Sol, se nos presenta a este arcano con el
nombre quechua de “La Killa”, su auto Rafael Urbina, nos menciona: “La Killa duerme en la
oscuridad de la noche, ocultando con ella todos los secretos que guardamos. El mar se
mueve suavemente, representando la vastedad del inconsciente y la profundidad de
nuestros sentimientos. Una gran actividad ocurre bajo el agua, pero suele ser difícil de
observar. Un perro aúlla mirando a la Luna, simbolizando nuestro lado dócil y manejable;
un lobo marino lo acompaña desde las rocas, siendo este nuestro lado salvaje y difícil de
domesticar. Necesitamos transitar la noche para llegar a la claridad de la luz del sol”. Y en
lo personal coincido con mi compatriota Rafael Urbina, en el sentido que esta carta puede
simbolizar este lado salvaje del ser humano, debido al hecho de que el hombre guarda
aun dentro de su psique un lado primitivo o animal, basta con analizar que guardamos dos
cerebros animales, el reptiliano y el mamífero (según la teoría de Paul Mclean), los cuales
también fueron estudiados por el psicólogo junguiano, Robín Robertson. No obstante el
concepto de poseer algo animal en nuestro ser, nos puede hacer recordar bajo la
contemplación de esta carta, la leyenda del Hombre Lobo, la cual nos recuerda que un
hombre tras ser mordido por un lobo, se convierte en bestia lupina, luego de contemplar
los rayos de la luna llena. No obstante con el avance del tiempo la enfermedad del
hombre lobo es conocida como “Licantropía”, la cual es un tipo de psicosis, donde el
sujeto cree sentir que se convierte en un lobo, para luego pensar que se ha convertido en
uno, esto debido a los efectos de alguna sustancia alucinógena e incluso por algún
problema cerebral. No obstante, la figura salvaje del lobo, en lo personal puede ser
contemplativa a la búsqueda de libertad, dentro del inconsciente, un ejemplo personal,
fue mediante la experiencia de un par de sueños, donde tanto la Luna, como la imagen del
lobo han estado presentes.

En el primer sueño, que tuve, y que relato a continuación, tenía un promedio de 20 años
de edad, cuando ocurrió este, en dicha proyección onírica yo me veía más o menos por un
camino de jardines de la universidad donde estudie mi primera carrera (de Ciencias de la
Comunicación, previa a mi carrera de Psicología), pero la locación se haya cubierta por el
manto de la noche, la cual presentaba al frente mío una enorme y bella luna, la cual yo
seguía y corria hasta que me convertía en un lobo. El segundo sueño fue curioso porque
un individuo pretendía asesinarme pero yo me transformaba en un lobo y lo asesinaba, mi
transformación se debía también al baño de la luz de la luna, que me prevenía de mi
muerte en el sueño. Las interpretaciones generales de estas proyecciones, era una
necesidad de libertad que quizás no poseía por el compromiso de estudiar una carrera
algo pesada como Ciencias de la Comunicación, donde te exigen trabajos, por otro lado la
esencia de la música metal se proyectaba en este sueño, debido a que algunas bandas de
Black Metal (como Marduk, Watain y Satanic Warmaster) las cuales escuchaba por el año
2010, tenían portadas o simbologías de lobos. Esta analogía del lobo y la luna dentro de mi
sueño en parte me hace asociar que el arcano de La Luna, se manifestó de alguna manera
en mi sueño, no como una imagen directa como se ve en las cartas, pero si con sus figuras
principales, las cuales son luna y la figura canina (cabe decir que en no todos los modelos
de Tarots, aparece el tercer elemento, el cual es la langosta o cangrejo). Ahora la figura
del hombre lobo con la luna resulta algo curioso, recordemos que el Dr. Jung en el libro de
“Mysterium Coniunctionis”, señala: “La alegoría astral del hombre antiguo y medieval se
basa, calladamente o a viva voz, en el presupuesto de una causalidad astrológica;
consecuentemente, el Sol produce constancia y sabiduría. La Luna, cambio y necedad
(incluso locura)”, lo expresado por Jung, por ejemplo nos puede llevar a la reflexión de
que cuando uno se halla lucido, uno se halla conexión con el día y por lo tanto con el sol,
pero cuando la mente se halla en decadencia, uno cae en la caída nocturna la cual nos
puede llevar a conectar con la Luna y volvernos lunáticos, quizás esta sea la razón por la
que la licantropía como un tipo de locura encuentra su manifestación durante las noches o
al menos en algunos sujetos, lo cual alimento en la edad media las leyendas de convertirse
en lobo durante las noches, por lo que esto al menos en lo que vi en mis sueños, es ya
señal de que se haya dentro de lo inconsciente colectivo. Por otro lado me gustaría
compartir con el lector una traducción que hice por el año 2016, acerca de la historia de
un famoso hombre lobo llamado Peter Strubb, la cual se halla en el libro “El Libro de la
Bruja Lunar” escrito por Michael W. Ford, donde se nos dice: “"...Peter Stubb fue también
un licántropo conocido que vivió en Alemania en el siglo XV. Stubb afirmó que el "diablo"
le había dado un cinturón hecho de piel de lobo, que él se colocaba y que
automáticamente lo transformaba en un lobo. Asesinó a numerosas personas hasta que
fue capturado y ejecutado también. Nadie ha encontrado el cinturón hecho de piel de
lobo hasta ahora. Esto corresponde a un extracto de un folleto alemán que difunde los
males de la licantropía varios cientos de años: Un verdadero discurso declara la
condenable vida y muerte de Peter Stubb, un malvado hechicero, que a semejanza de un
lobo, cometió muchos asesinatos hace veinticinco años, donde mato y devoro a hombres,
mujeres y niños con esta práctica diabólica. Quien por el mismo hecho fue tomado y
ejecutado el 31 de octubre de 1589 en la ciudad de Bedbug, cerca de la ciudad de Colonia
en Alemania. "Desde la ciudad de Bedburg hasta Colonia, en la parte alta de Alemania,
surgió Peter Stubb, que desde su juventud estaba muy inclinado al mal. Se entregó a la
práctica de las artes malvadas desde los doce años hasta su muerte. Se consumió en el
condenable deseo de la magia, la necromancia y la brujería, conociendo muchos espíritus
infernales y demonios. Al final vendió su alma al diablo a cambio de una vida llena de
placer carnal. A diferencia de otros hombres malditos, este vil hechicero deseaba al diablo
pero sin obtener riquezas ni promoción ni ningún otro placer exterior. Solamente
deseando ser una de las mentes más crueles y sanguinarias, pidiendo al diablo que
pudiera trabajar la malicia en los hombres, mujeres y niños en forma de bestia. Así podría
vivir sin temor o peligro a su vida y ser desconocido como el perpetrador de las
sangrientas empresas que pretendía cometer. Reconociendo a este maligno espíritu como
un instrumento apto para realizar daño y destrucción. Entonces el diablo le dio a Peter
Stubb un cinturón, que poniéndoselo alrededor de él lo transformaría inmediatamente en
un lobo hambriento. Este lobo demoníaco era fuerte y poderoso, con grandes ojos que en
la noche brillaban como marcas de fuego. Su cuerpo de lobo era enorme, con una gran
boca ancha con los dientes más afilados y crueles. Tan pronto como se quitase el cinturón
las garras como clavos largos y afilados se volverían manos humanas de nuevo y parecería
como si él nunca hubiese cambiado de forma humana. Peter Stubb estaba muy contento
con esta forma. La forma que él podía asumir y que estaba bastante de acuerdo con su
naturaleza. Este don demoníaco no fue de ninguna manera problemática porque era
ligero de peso y se escondía fácilmente. Procedió a ejecutar varios asesinatos más
abyectos y viles, ya que si alguna persona le desagradaba, tenía sed de venganza. Tan
pronto elegía a sus enemigos o presas que paseaban por el campo o por la ciudad, este vil
hechicero, en forma de lobo, los acechaba y nunca descansaba hasta que él hubiese
arrancado sus gargantas y rasgado sus articulaciones en pedazos. En poco tiempo había
desarrollado tal gusto por la sangre, que en su desprendimiento, la convirtió en su mayor
placer y deleite. En varias ocasiones viajaba a través de las calles de Colonia y Bedburg, en
busca de víctimas para saciar su demoníaca sed de sangre. En aquellos lugares que Peeter
subió y bajó, fue donde vio a una criada y una señora a las que codició. Al escoger a sus
víctimas, pensaba sacarlas de la ciudad o seguirlas, para luego violarlas y luego, en su
forma de lobo, cruelmente asesinarlas. A menudo sucedía que mientras caminaba fuera
de los campos, él espiaba siempre a cualquier grupo de doncellas jugando, o a doncellas
ordeñando sus vacas, Stubb con su cinturón de lobo corría sin demora ante ellas. Mientras
el resto escapaba, él seguramente se aferraría a una, y una vez satisfecha su lujuria,
terminaba matando. Stubbe tenía una hija, la cual era una doncella joven justa, su nombre
era Beel Stubb. Se decía que era muy hermosa. Beell Stubb también fue víctima de los
deseos lujuriosos de su padre, ella ni siquiera estaba libre de su perversión y deseo. De
acuerdo con el diablo este envió a Peter Stubbe, un súcubo, un elemental, que estaba en
una carne hermosa y surrealista. Esta mujer estuvo con él durante siete años, y una vez
que Stubb fue servido, ella desapareció. Esto no vaciló a Peter Stubb, pues él continuó sus
cambios de licántropo y comenzó a derramar sangre cada día. El siguiente asunto es sobre
una nota especial de la maldad de este abominable hechicero. Viendo a una joven
apropiada para tener un hijo, ella engendró a un varón. Este niño le dio mucha alegría,
llamándolo comúnmente la felicidad de su corazón. Sin embargo, como él favoreció a su
hijo, la bestia dentro de él tomó el control y derramó la sangre de su único hijo varón. Un
día llevó a su hijo y le dijo que regresaría. De repente, la sombra del lobo encontró a su
propio hijo y lo mató cruelmente. Una vez que el horrible acto fue hecho, el lobo abrió el
cráneo del niño y se comió sus cerebros. Su carrera duró muchos años, llena de violencia,
asesinato y licántropía diabólica como de brujería. Pronto las ciudades de Colonia,
Bedburg y Sperad, viéndose tan gravemente en peligro de extinción y estando
completamente aterrorizadas, siguieron caza a esta bestia. Finalmente pudieron atrapar a
la bestia, y esta se quitó el cinturón de lobo y volvió a su forma humana. Los cazadores
pensaron que era un demonio en forma humana, sin embargo pronto se enteraron de que
su casa estaba cerca y que había vivido allí durante años. También había admitido las
muertes y que practicaba la brujería. También se descubrió que su hija lo había ayudado
junto con su amante Katherine Trompin. Sus juicios fueron aprobados el 28 de octubre de
1589 de tal manera que Peter Stubb fue atado a un estante y sus miembros desgarrados el
31 de octubre de 1589. Su hija y señora, fueron quemadas en la hoguera el mismo día. Es
el objetivo del Coven Maleficia no tolerar la violencia o el daño a otros, sino presentar la
elección de la exploración de la sombra y la comprensión individual y el poder. Ahí no es la
búsqueda de miembros, ya que son pocos y están escondidos, como el sueño del hielo
azul que se forma en las ventanas en una noche fría. No hay templo establecido, más allá
de los individuos que practican según su propia voluntad y deseo. El resultado del mal uso
de la licantropía es el poder siempre negativo si es que el hechicero usa la ley de "Haz lo
que quieras...". En otras palabras, si transgrede los derechos de vida y alegría de otros
individuos, entonces es algo malo, a menos que sea provocado o dentro de un aspecto de
combate mágico. Nuestros sueños de brujas son el de caminar en las filas de la noche para
siempre. El vampirismo astral y la licantropía se pueden obtener una vez que el brujo y la
bruja sean capaces en ser adeptos en las artes del Sabbat de las brujas. Esto demandará
mucho en el área de la disciplina, el dominio de sí mismo y la voluntad para obtener tales
poderes, sin embargo, ¡la recompensa es diez veces mayor para tal desarrollo! Los
cuentos del hechicero que en secreto deja su carne para tomar la forma de un animal o el
espíritu vampiro para celebrar con el Señor de los Cuernos o el Dios Negro de la
Iluminación y la vida sobre la tierra será una vez más susurrada en los pasillos de los
muertos, nuestro tipo nunca se extinguió y nunca nos fuimos, llevamos nuestra sangre
lineal de bruja a través de las agonías del tiempo y el espacio, Cubriendo la tierra de nuevo
en secreto. Yelg Paterson y el mayor de los hechiceros míticos existe a través de los que
toman en su esencia y mente al mismo brujo que pasa por el linaje astral, al cual su gran
patrimonio es obtenible para su trabajo futuro”.

Ahora al analizar esta leyenda notamos que la figura del Diablo, se encuentra presente por
lo que uno debería considerar que la carta de la Luna, más que una carta que puede
simbolizar la albedo, esta podría ser una carta de la Sombra o el lado oscuro del Tarot,
debido a los siguientes factores, en el arcano XIII, notamos en el Tarot Rider, que la escena
se halla en momentos que el sol está por morir, no obstante en cartas como La Templanza
del Tarot Andino, la escena del ángel haciendo la mezcla alquímica (que podría ser
asociada con el Solve et Coagula) es realizada en la noche, la carta de El Diablo, notamos
transcurre en el infierno (pero en el tarot Rider, la carta tiene un fondo nocturno como la
noche), el arcano de La Torre se presenta dentro de un escenario nocturno dentro de la
carta del tarot Rider, no obstante el arcano de La Estrella, como el de La Luna, tienen su
actividad en la noche, por lo que toda manifestación inconsciente de La Sombra dentro de
la psique del sujeto, puede manifestarse en este arcano, quizás esto lo aleja del concepto
lumínico de que este arcano puede proyectar lados claridad o creatividad en el
consultante, pero claro todo va a depender de las cartas escogidas o proyectadas durante
la consulta y otorgar una buena interpretación psicológica.

Analizando figuras y símbolos dentro de los diferentes modelos de tarot, la carta de La


Luna, dentro del Tarot Rider, es una de las que posee una exquisita carga de símbolos, por
lo que analizar cada uno de estos será enriquecedor para comprender los misterios de
dicho arcano, por ejemplo si uno analiza el semblante de la luna, uno comprende que la
figura nos presenta el misterio y la calma de lo femenino. El hecho de que la Luna se halle
en Cuarto Menguante, nos habla de que la inspiración puede ser un misterio que nos
puede llevar al autoengaño. Los rayos de luz de La Luna, nos habla de la fuerza, la alta
proyección creativa, energética y armónica femenina. Las lenguas de fuego nos hablan de
la protección que nos conecta con lo divino. Las columnas nos habla de que podemos
atravesar la sabiduría y que debemos buscar a la consciencia superior. El perro de esta
carta es un símbolo del instinto del amor. El Lobo nos habla del instinto de la acción. El
cangrejo o langosta nos habla de la tendencia sin nombre que yace más profundamente
que la bestia salvaje (según Waite, es la encarnación de todos nuestros demonios y
miedos) y el agua nos habla de que aprendemos a sanar desde el amor.

La simbología básica de esta carta nos explica, que este arcano representa al magnetismo,
a la intuición, a la receptividad, a la imaginación, a los sueños y a las premoniciones. Con
respecto a los tres planos de la psique, contamos que en el plano psicológico la carta nos
habla de la hipersensibilidad, de los complejos y traumas del inconsciente del paciente,
mientras que en posición invertida, esta nos habla del temperamento neurótico y la
angustia. En el plano mental, esta nos habla del autoengaño, los delirios, los sueños y la
superchería que se haya en la mente del sujeto, pero en posición invertida esta nos habla
de las fobias, culpas, miedos, el estado de paranoia y las pesadillas que atormentan al
paciente. En el plano emocional, la carta nos habla de los sentimientos contradictorios y la
melancolía presente en la vida del paciente, en posición invertida, esta nos habla de
enfermedades de origen psicosomático y también a la depresión.

El XVIII, el cual como sabemos es el numero que acompaña este arcano, obtiene una
interpretación cabalística, otorgada por el mago Eliphas Levi, quien dice: “Este número es
el dogma religioso, con toda su poesía y todo su misterio”. Este concepto en parte se
puede alejar del concepto nocturno de las figuras del arcano de la Luna, no obstante, hay
que señalar que puede traernos a la mente ciertas imágenes del Cristo, representado
dentro de ciertas pinturas medievales como aquella que es conocida como El Señor de los
Milagros, la cual se halla en Lima, y que en el cuadro se ve a un Cristo crucificado en la
noche con una luna en cuarto menguante a la mano izquierda del cuadro. Por otro lado el
hecho de que este número guarde conexión con el dogma nos hace recordar a cierto
pensamiento del Dr. Jung, donde nos dice: “Las confesiones son formas codificadas y
dogmatizadas de las experiencias religiosas originales. En ellas, los contenidos de la
experiencia han sido santificados y, por regla general, han pasado a formar parte de un
rígido edificio doctrinal que con frecuencia presenta una gran complejidad. La práctica y la
recreación de la experiencia original se han convertido en rito e institución inmutable. Tal
cosa no tiene por qué coincidir con su conversión en un fósil sin vida, y en muchas
ocasiones -en algunas de ellas durante siglos- un gran número de personas puede vivir la
experiencia religiosa de esta forma, sin sentir en ningún momento necesidad perentoria
alguna de modificarla. La Iglesia católica, por ejemplo, a la que tan frecuente es acusar de
formalista, admite que el dogma es una realidad viva y que, por ello, su formulación
puede experimentar una cierta evolución y alteraciones. El efímero de los dogmas no está
prefijado de antemano y puede verse acrecentado con el paso del tiempo. Del ritual debe
decirse otro tanto. Sin embargo, todos esos cambios y modificaciones están determinados
por el marco de la experiencia original, y este hecho contribuye a afianzar un género
especifico de contenido dogmatico y unos determinados valores afectivos. Teniendo
presente esto último, incluso el protestantismo, el cual se habría desvinculado en
apariencia casi por completo de la tradici6n dogmatica y del ritual codificado,
fraccionándose por dicho motivo en mis de cuatrocientas sectas diferentes; incluso el
protestantismo, repito, estaría obligado a confesarse, por lo menos, cristiano, y expresarse
dentro del marco arrojado por la convicci6n de que Dios se reveló en Cristo, el cual
padeció por la humanidad. Todo ello define un marco determinado con unos contenidos
determinados, los cuales no pueden ser vinculados ni ampliados con ideas y valores
budistas o islámicos. Pero, pese a todo, es indudable que, de la misma manera que
Buddha, Mahoma, Confucio o Zaratustra representan fenómenos religiosos, Mithra, Atis,
Cibeles, Mani, Hermes y muchas religiones exóticas pertenecen también a esta misma
categoría. Al psicólogo, si adopta una actitud científica, no le es lícito prestar atención al
hecho de que cada una de esas confesiones pretenda ser la única depositaria de la verdad
definitiva. Lo que ha de hacer es dirigir su atención a la dimensión humana del problema
religioso, pues el objeto de sus reflexiones viene dado por la experiencia religiosa original
y no por lo que las distintas confesiones hayan hecho después con ella”.

Este signo bajo la astrología guarda relación con los signos zodiacales de Cáncer y Piscis,
los cuales son signos de agua, es decir el sujeto puede ser alguien emocional, no obstante
puede ser un individuo que guarda conexión con su inconsciente, incluso logra ser un
artista o un loco (esto último debido al hecho de que el loco es un sujeto que vive en el
inconsciente, y se aleja de lo consciente), por otro lado al ser un sujeto de agua, por medio
de la carta, esto guarda relación con lo maternal y lo sagrado femenino, pues hay que
recordar que el arcano de La Papisa es un arcano que tiene una cercanísima relación con
el arcano XVIII. La letra hebrea que acompaña a La Luna es Tzadeh, la cual es una letra que
invita a conectar con lo dual (lo consciente y lo inconsciente, lo masculino y lo femenino,
lo consciente y lo inconsciente o lo solar con lo lunar). El axioma de la carta es “Sea tu
caridad granero inagotable, y tu paciencia no menos inagotable que tu caridad”, mientras
que el consejo es “Hay que confiar en la intuición y callar a tiempo”. Esta carta como ya he
indicado guarda relación con la Albedo alquímica, por lo que por su valor ya nos indica
cómo se halla ubicado el paciente en su mejoría.

También podría gustarte