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Bioética y principio de Beneficencia

Por: Luisa Fernanda Ortega Penagos

La bioética, bios, vida y ethos, ética, “nace como una actuación multidisciplinaria cuando los
científicos además de dominar y transformar la naturaleza logran un dominio y una capacidad de
transformación del mismo ser humano” 1. Este término podría decirse abarca un campo muy
relevante que permite la reflexión y el análisis de la supervivencia del ser humano en cuanto a su
desarrollo, es decir en cuanto su deber ser o hacer, haciendo frente a las realidades de la ciencia, la
investigación y el desarrollo; podría pensarse que es con base a esto que aparecen los principios de
bioética presentándose como recursos utilizados principalmente para dar razón sobre el asunto
moral enfocado siempre sobre el respeto de la vida.

De acuerdo a lo anterior no cabe duda de la importancia de dichos principios, en este caso quisiera
hacer un enfoque específico sobre el principio de beneficencia que a mi parecer aborda una
importante “tesis” que implica no solo la intención si no el actuar también, pero no desde la pasión
sino desde la razón. Este principio dicta o refiere a la obligación de hacer el bien no desde el
sentimiento si no desde lo esencial, es decir promoviendo en la persona la conciencia, la libertad y
la capacidad para convivir armónicamente con los demás; podría decirse que este principio impele a
contribuir con el bienestar y garantizar la dignidad humana.

Ahora bien, este principio apela a la razón, al saber, es decir, se conforma desde la intención de lo
que es y no de lo que se quiere que sea, no da lugar para interpretar a este desde el sentimiento
personal que refiere a lo que el individuo considera como bien para el mismo; si no que este se debe
expresar más allá de un deseo o sentimiento y por esa razón se presenta tan imprescindible en el
actuar profesional donde el imperativo ético es no perjudicar a otros intencionalmente, pero escala
también a hacer el bien a partir de soluciones antes las necesidades humanas sin dejar de lado la
siempre intención de hacer el bien a la totalidad de la persona.

Pienso que este principio humaniza el que hacer del hombre desde el accionar de su disciplina
profesional, alejándolo del egocentrismo y obligándolo a pensar en el otro desde la razón y a partir
de situaciones y argumentos válidos que permitan a este poner en función el principio sin atentar a
su propio bienestar e integridad.

1.TREVIJANO ETCHEVERRIA, MANUEL. ¿Qué es la bioética? Salamanca: Sígueme, 1998. P.


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