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El allanamiento es una conducta o acto procesal que implica el sometimiento por

parte del demandado o de quien resiste en el proceso, a las pretensiones de quien


acciona. Como puede fácilmente observarse es una conducta característica del
demandado o resistente respecto de las pretensiones del actor dentro del proceso.
La pretensión es una figura eminentemente procesal, que consiste en realizar una
manifestación de voluntad ante el ente jurisdiccional, para hacer valer un derecho o
pedir el cumplimiento de una obligación.
Allanamiento

-Por ejemplo cuando un litigio es de cuantía sumamente alto, siendo más conveniente para uno
satisfacer la pretensión que afrontar los gastos que implica el desarrollo de un proceso.

Lo mismo ocurre en razón de la admisión total o parcial de los hechos, ya que el sujeto procesal que se
allana si bien puede someterse a la pretensión, puede no aceptar los hechos expuestos por la otra parte
(especialmente si son falsos o afectan su honor).

--Por ejemplo: “para el allanamiento del terreno vamos a utilizar varias máquinas que nos ha cedido el
municipio”, “con la derrota del número uno del ranking y la lesión del tenista sueco, el joven jugador
asiático se encontró con el allanamiento de su camino hacia la final”, “en el allanamiento realizado en la
casa del acusado, la policía halló dos armas de fuego”.

Prieto-Castro y Ferrándiz, “el allanamiento es una manifestación de
conformidad con la petición contenida en la demanda, hecha por el demandado al contestar a
ella o en otro momento. Por el allanamiento, el demandado reconoce la existencia del derecho
pretendido por el demandante”.

Caracteres del Allanamiento 
 Constituye un acto dispositivo. Es un típico acto procesal que produce efectos en el
derecho material.
 Es unilateral del demandado.
 Sólo puede recaer sobre derechos disponibles.
 Sólo origina la conclusión del proceso por sentencia cuando es total.

“... El allanamiento regulado por el artículo 330 del Código Procesal Civil constituye una institución
procesal, unilateral, puro [sic] y simple, y por su propia naturaleza no admite condiciones o
modalidades, las que son propias de los actos bilaterales, pues requieren aceptación de la contraparte y
por tanto los alcances del allanamiento no pueden extenderse más allá de los límites permitidos por la
ley; es decir que, el allanamiento consiste en el sometimiento a la pretensión del actor y sólo puede
tenerse como objeto las relaciones jurídicas disponibles; esto es que aquéllas sean transigibles o
renunciables, y en general que [...] en aquellas no estuviera comprometido el orden público.

REQUISITOS

Son requisitos del allanamiento los siguientes:

• Debe ser expreso. El allanamiento no se presume sino que tiene que ser explícito, preciso y
categórico, esto es, que de la declaración que se haga se desprenda indubitablemente la
voluntad de someterse a la pretensión planteada en contra de quien lo practica. La necesidad
de que el allanamiento sea expreso está prevista en la primera parte del artículo 330 del
Código Procesal Civil.
• Debe ser incondicional. El allanamiento tiene que ser un acto puro y no sujetarse a condición
alguna. “... No debe contener reservas, ni limitaciones, ni reparos procesales...” (FALCON,
1978: 248). De lo contrario, dicho acto se desnaturalizaría al carecer de sus notas peculiares de
sometimiento y
renuncia.

• Debe ser oportuno. El demandado puede allanarse a la demanda en cualquier estado del
proceso, revio a la sentencia. Así lo establece el primer párrafo del artículo 331 del Código
Procesal Civil.
Hay que distinguir la oportunidad del allanamiento como requisito de eficacia del mismo,
representada en el momento indicado en el párrafo precedente, de la oportunidad en que
debe producirse el allanamiento para fundar una exoneración de costas y costos, que es, en
este último caso, hasta antes de que venza el plazo para contestar la demanda.

• Debe ser total. “... El allanamiento será eficaz en la medida en que comprenda la integridad
de la pretensión del actor. Si hubiere acumulación objetiva de pretensiones, podrá
haberallanamiento total y por ende eficaz si cumple los demás requisitos, con relación a una
de ellas, en la medida en que la comprenda plenamente; respecto a las restantes, las mismas
mantendrán su incolumidad. Desde este punto de vista el allanamiento habrá sido total
respecto de una pretensión parcial en cuanto al conjunto...” (FORNACIARI, 1987, Tomo I: 137).

Si es total el allanamiento, el Juez expedirá sentencia inmediata. Si fuese parcial, el proceso


seguirá su curso en cuanto a las pretensiones que no fueron comprendidas en el allanamiento.

• Debe el sujeto procesal que se allana legalizar su firma ante el auxiliar jurisdiccional. Esta es
una formalidad exigida por el artículo 330 -primer párrafo- del Código Procesal Civil.
• No debe estar afectado el allanamiento por alguna causal de improcedencia

El artículo 332 del Código Procesal Civil prevé determinados casos (como la falta de capacidad,
la afectación del orden público o las buenas costumbres, la presunción de existencia de fraude
o dolo procesal, etc.) que generan la declaración judicial de improcedencia del allanamiento (y
la continuación forzosa del proceso), los mismos que serán vistos más adelante.

SUJETOS PARTICIPANTES. Participan del allanamiento aquellos contra quienes se formula


alguna pretensión. Pueden, entonces, allanarse tanto el demandado como el demandante
(este último tratándose de la reconvención), el denunciado (en caso de denuncia civil: art. 102
del C.P.C.), el sucesor procesal (art. 108 del C.P.C.) y, en fin, todo aquel que actúe como parte
en un proceso.
Tienen potestad para allanarse a la pretensión las personas susceptibles de comparecer por sí
mismas a un proceso (que pueden disponer de los derechos que en él se hacen valer) o sus
representantes (convencionales, legales o judiciales), siempre que éstos cuenten con
facultades especiales o expresas para ello o estén autorizados normativa o judicialmente para
hacerlo. Es de destacar que es válida la designación o actuación de apoderados judiciales
conjuntos para el acto de allanamiento (art. 68 -último párrafo- del C.P.C.).

OPORTUNIDAD. Por ser el allanamiento una postura típica frente a la demanda, se acostumbra
realizarlo al tiempo de contestarse aquélla, dentro del escrito correspondiente de contestación.
Constituye así una de las respuestas posibles del demandado.

No obstante lo expresado, por el contenido mismo del acto es admisible el allanamiento en momento
posterior al señalado precedentemente y anterior al dictado de la sentencia.
Precisamente, el artículo 331 -primer párrafo- del Código Procesal Civil dispone que “el demandado
puede allanarse a la demanda en cualquier estado del proceso, previo a la sentencia”. La oportunidad a
que hace referencia dicho numeral tiene que ver con el límite temporal máximo para que sea eficaz el
allanamiento, porque, a efecto tan sólo de la exoneración de costas y costos, puede el sujeto allanarse a
la pretensión dentro del plazo para contestar la demanda (art. 413 -parte final- del C.P.C.).

ALCANCES. Según Gimeno Sendra, “… dicho acto de disposición (allanamiento) puede ser total o
parcial. Es total, cuando el demandado reconoce todas las pretensiones, declarativas y de condena, del
actor y manifiesta su disposición a cumplir voluntariamente con todas las prestaciones. Es parcial,
cuando dicho reconocimiento se limita a determinadas pretensiones (así, ante una pretensión mixta, el
demandado reconoce la declarativa, pero no la de condena) y no a otras o cuando existiendo una sola
pretensión la conformidad se circunscribe a un solo pronunciamiento (así a la principal de condena, pero
no a la de pago de intereses y costas)…”

(GIMENO SENDRA, 2007: 255). “Tan solo el allanamiento total produce la finalización anormal del procedimiento
(…), debiendo, en el parcial, continuar el procedimiento contra los demás” (GIMENO SENDRA, 2007: 255).

IMPROCEDENCIA

Existen casos en que el allanamiento resulta ineficaz, sobre todo cuando la renuncia al derecho
de oposición pone en peligro intereses ajenos o superiores a los de las partes.

El allanamiento no es vinculante para el Juez, quien lo declarará procedente o no, para lo cual
tendrá que examinar o tener en cuenta si se observaron las formalidades de ley, la
renunciabilidad del derecho y el eventual perjuicio a terceros, ya sea en el ámbito meramente
privado o en su más amplia significación. El análisis que efectúe el magistrado acerca del
allanamiento se extiende a la conducta de los sujetos procesales, tratando así de determinar si
existe simulación de por medio, dolo o fraude procesal. En resumen, debe el Juez examinar la
procedencia del allanamiento y decidir en consecuencia, bien admitiéndolo o bien
rechazándolo. El artículo 332 del Código Procesal Civil está referido a la improcedencia del
allanamiento y establece que:

“El Juez declara improcedente el allanamiento y ordena la continuación del proceso cuando:

1. El demandado no tiene capacidad para disponer del derecho en conflicto;


2. El apoderado o representante del demandado carece de facultad para allanarse;
3. Los hechos admitidos requieren ser probados por otros medios, además de la declaración de
parte;
4. El conflicto de intereses afecta el orden público o las buenas costumbres; El conflicto de
intereses comprende derechos indisponibles;
5. Habiendo litisconsorcio necesario, el allanamiento no proviene de todos los demandados;
6. Presume la existencia de fraude o dolo procesal;
7. Advierte que la sentencia a dictarse va a surtir efecto frente a tercero no emplazado; o
8. El demandado es el Estado u otra persona de derecho público, salvo que su representante
tenga autorización expresa”.

EFECTOS

El allanamiento, como acto unilateral de disposición que es, se perfecciona sólo con la
declaración de voluntad de quien lo realiza, sin que se precise del consentimiento de la
contraparte (lo cual no obstante que la última pueda observarlo, especialmente si no reúne los
requisitos para su configuración o por otras consideraciones que lo desnaturalizan y, por ende,
la perjudican en vez de beneficiarla).
En consecuencia, producido el allanamiento y no encontrándose afecto a ninguna causal de
improcedencia (por lo que es declarado procedente), se afecta el estado de controversia, el
mismo que desaparece, correspondiendo la expedición inmediata de la sentencia. “... Ese acto
volitivo (allanamiento) tenderá a eliminar el contraste de voluntades y obviamente incidirá en
el contenido de la sentencia”

El allanamiento, una vez declarado procedente, carece, pues, de fuerza decisoria y, además, no
exime al magistrado de dictar sentencia. El artículo 333 del Código Procesal Civil preceptúa al
respecto que “declarado el allanamiento, el Juez debe expedir sentencia inmediata, salvo que
éste no se refiera a todas las pretensiones demandadas”. Esto último significa que el proceso
seguirá su curso en caso de allanamiento parcial (lo que incluye la hipótesis del allanamiento
del actor respecto de la reconvención). Dicho numeral es concordante con el inciso 3) del
artículo 322 del Código adjetivo, el cual señala que concluye el proceso con declaración sobre
el fondo cuando el demandado se allana al petitorio.

RECONOCIMIENTO: Reconocimiento judicial (proceso civil) El reconocimiento judicial


es un medio de prueba mediante el cual el tribunal “examina por sí mismo algún lugar,
objeto o persona” para el debido “esclarecimiento y apreciación de los hechos”
(artículo 353.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 7 de enero de 2000).

El reconocimiento strictu sensu es el instituto procesal mediante el cual el sujeto que lo


practica declara expresamente que acepta no sólo la pretensión, sino también la certeza o
autenticidad de los hechos y la fundamentación jurídica en que dicha pretensión se sustenta.

Según Gelsi Bidart, “... sería un acto declarativo del demandado, reconociendo, señalando su
conformidad o indicando que entiende fundada (fundabilidad de) la pretensión.
Un acto declarativo de la conformidad, de hecho y de derecho, de ésta, con la realidad y con el
orden jurídico que le es aplicable...” (GELSI BIDART, 1975: 501).

El Código Procesal Civil, en el primer párrafo de su artículo 330, establece al respecto que el
demandado puede expresamente reconocer la demanda, en cuyo caso, “... además de aceptar
la pretensión, admite la veracidad de los hechos expuestos en la demanda y los fundamentos
jurídicos de ésta”. Como se puede observar, dicho numeral dispone como elementos
tipificantes del reconocimiento los siguientes:

• Aceptación de la pretensión.
• Admisión de los hechos expuestos en la demanda.
• Admisión

El reconocimiento debe hacerse mediante una declaración expresa, no pudiendo ser


manifestado tácitamente. Además de ser expreso, el reconocimiento es un acto formal que
precisa de la legalización de firma de quien lo practica ante el auxiliar jurisdiccional (primera
parte del art. 330 del C.P.C.). El reconocimiento es un acto unilateral, pues no precisa del
consentimiento de la parte contraria. Puede tener lugar hasta antes de expedirse la sentencia
de primera instancia (luego de ella simplemente se producirá su acatamiento) y tiene como
principales efectos eliminar el estado de controversia y acelerar, por ende, la expedición del
fallo (siempre que el reconocimiento fuese procedente).

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al reconocimiento, ha establecido lo


siguiente:
“... La demanda y su contestación son piezas principales del proceso y el Juzgador no puede
omitir considerar lo que las partes reconocen en dichos escritos...” (Casación Nro. 3748-2000 /
Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7457).

“... Siendo el allanamiento o reconocimiento de la demanda un acto expreso no se puede


considerar que el mismo pueda ser procedente de modo tácito, de lo contrario se estaría
contraviniendo el texto expreso del artículo 330 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
1263- 2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002,pág. 9016).
OPORTUNIDAD

El reconocimiento puede representar una posición típica que el demandado puede adoptar
frente a la demanda (o que el actor puede tener en relación a la reconvención), por lo que
suele acontecer en la etapa postulatoria del proceso, al tiempo de contestarse aquélla (o la
reconvención, tratándose del demandante).

Sin embargo, por el contenido mismo del acto, se admite el reconocimiento producido en
momento posterior al indicado líneas arriba y anterior a la expedición del fallo. Al respecto, el
primer párrafo del artículo 331 del Código adjetivo establece que “el demandado puede
allanarse a la demanda en cualquier estado del proceso, previo a la sentencia”. Si tenemos en
cuenta que el último párrafo del artículo 330 del Código Procesal Civil señala que “el
reconocimiento se regula por lo dispuesto para el allanamiento”, entonces, podemos colegir
que la oportunidad que prevé el ordenamiento procesal para la realización del allanamiento es
la misma para el reconocimiento.

La oportunidad aludida en el numeral 331 -primer párrafo- del Código Procesal Civil tiene que
ver con el límite temporal máximo para que sea eficaz el reconocimiento, porque, a efecto tan
sólo de la exoneración de costas y costos, puede el sujeto reconocer la demanda dentro del
plazo que tiene para contestarla (art. 413 -parte final- del C.P.C.).

ALCANCES

Se dice que el reconocimiento puede ser completo o incompleto, cuando conjuntamente con
él se da cumplimiento a la prestación exigida o no se cumple ésta en forma simultánea,
respectivamente.
El reconocimiento, considerado en sí mismo, es, por lo general, total, al comprender no sólo a
la pretensión formulada en contra de quien lo realiza, sino también los hechos expuestos en la
demanda y la fundamentación jurídica, los cuales son admitidos expresamente. Pese a ello,
nada obsta que pueda producirse un reconocimiento parcial, que se materializará cuando el
reconocimiento de los hechos y de su fundamento legal esté referido a una o más
pretensiones
(no a todas), también reconocidas o aceptadas. Esto último se desprende de la parte final del
artículo 331 del Código Procesal Civil, el cual dispone que “procede el allanamiento respecto
de alguna de las pretensiones demandadas”. Dicho numeral es aplicable para el caso del
reconocimiento por mandato del último párrafo del artículo 330 del Código Procesal Civil que
establece que “el reconocimiento se regula por lo dispuesto para el allanamiento”.

EFECTOS. El reconocimiento, como acto unilateral de disposición que es, se perfecciona sólo
con la declaración de voluntad de quien lo realiza, sin que sea necesaria la anuencia de la parte
contraria (lo cual no impide que la última pueda hacer reparos, sobre todo si no reúne los
requisitos para su configuración o contiene innovaciones respecto del planteamiento fáctico y
jurídico expresado en la demanda). Por lo tanto, realizado el reconocimiento, si no le afectase
causal alguna de improcedencia, desaparecerá el estado de controversia, expidiéndose la
sentencia inmediatamente después de la resolución que lo declara procedente.

El reconocimiento no extingue la pretensión, manteniéndose ésta intacta aunque adquiere


mayor fundamento a causa precisamente no sólo de su aceptación sino también de la de los
hechos y de la normatividad alegados en la demanda. El reconocimiento -aun si es declarado
procedente- no tiene carácter imperativo o decisorio, siendo imprescindible la expedición de la
sentencia para la adquisición de los efectos deseados por el actor al formular su demanda, vale
decir, la declaración de certeza y la condena respectiva, y, también, la obtención de la cosa
juzgada que hará irrevisable el asunto debatido en juicio.

Asimismo, el reconocimiento (o su declaración de procedencia) no pone término a la relación


jurídica procesal, extinguiéndose ésta con la sentencia correspondiente.

El artículo 333 del Código Procesal Civil dispone sobre el particular que “declarado el
allanamiento, el Juez debe expedir sentencia inmediata, salvo que éste no se refiera a todas las
pretensiones demandadas”. Dicho numeral se entiende aplicable para el reconocimiento por
así
establecerlo el último párrafo del artículo 330 del citado Código que señala que “el
reconocimiento se regula por lo dispuesto para el allanamiento”.

De la lectura del artículo 333 del Código Procesal Civil se puede apreciar que, de haber
reconocimiento total por parte del demandado, se pondrá fin al proceso inmediatamente con
la sentencia respectiva. Ello es concordante con el inciso 3) del artículo 322 del Código
adjetivo,
el cual señala que concluye el proceso con declaración sobre el fondo cuando el demandado
reconoce la demanda. Del artículo 333 del Código Procesal Civil se desprende, además, que en
caso de reconocimiento parcial (lo que incluye la hipótesis del reconocimiento de la
reconvención que pueda hacer el actor), es decir, cuando no comprende a todas las
pretensiones, el proceso seguirá su curso.

TRANSACCIÓN

Monroy Cabra conceptúa a la transacción como “... el acto dispositivo en que una de las partes
cede cierta porción del derecho que cree tener. Pero es natural que la transacción no puede
referirse sino a cuestiones dudosas o controvertidas...” (MONROY CABRA, 1979: 391).

El Código Procesal Civil regula este instituto en el Capítulo III (“Transacción judicial”) del Título
XI (“Formas especiales de conclusión del proceso”) de la Sección Tercera (“Actividad
procesal”), en los artículos 334 al 339. Puntualizamos que la normatividad civil es supletoria de
la procesal en materia de transacción, de conformidad con lo preceptuado en el artículo 338
del Código Procesal Civil.

El artículo 1302 del Código Civil define a la transacción de la siguiente manera:

“Por la transacción las partes, haciéndose concesiones recíprocas, deciden sobre algún asunto
dudoso o litigioso, evitando el pleito que podría promoverse o finalizando el que está iniciado.

Con las concesiones recíprocas, también se pueden crear, regular, modificar o extinguir
relaciones diversas de aquellas que han constituido objeto de controversia entre las partes.

La transacción tiene valor de cosa juzgada”.


Existe litisconsorcio cuando en
un litigio una o ambas partes
están compuestas por varios
sujetos. Clases de Intervención
de Terceros; Espontánea o
voluntaria; es facultativa de su
propia libertad.

TRANSACCION

Es un modo de extinción de las


obligaciones por vía de excepción.
Es un acto jurídico que permite
extinguir obligaciones dudosas o
litigiosas, por medio de
concesiones recíprocas de las
partes, o sea por un arreglo o
acuerdo entre ellas.

La carta de desistimiento es un
documento por medio del cual indicamos que deseamos dar por concluida alguna
tarea, actividad o responsabilidad. En cierta forma es decir que nos retractamos de un
negocio, contrato o responsabilidad generada por un documento o acuerdo escrito o
verbal.
Desistimiento en materia civil. Terminación anormal de un proceso por el que el actor
manifiesta su voluntad de abandonar su pretensión, pero sin renunciar al derecho en
que la basaba, es decir, que tiene la posibilidad de poder plantear la misma litis
posteriormente.

Diversos autores y países elaboran sus propias tipologías del desistimiento. El


caso español y mexicano lo conciben de formas distintas, por poner un ejemplo. En lo sucesivo, se
presentará un listado de los distintos tipos de desistimiento que se pueden encontrar en la literatura:
Desistimiento total, es decir, la posibilidad de que el proceso finalice antes de que se dicte sentencia.
Desistimiento parcial, es decir, que se plantee el escenario de que la continuidad del proceso respecto
de las intenciones que no son objetivo del desistimiento en sí.
Desistimiento unilateral, es decir, aquel que es producido antes de que el demandado sea llamado a
responder ante el proceso legal.
Desistimiento bilateral, es decir, aquel que se da en casos donde la carta es pasada al demandado a
fines de oposición, en caso que se crea adecuado.
¿Qué es desistimiento de la pretension?
Desistimiento del Proceso y de la Pretensión.
Etimología y concepto. “La palabra desistimiento describe la acción y efecto de desistir. ...
Dentro del Derecho Procesal, el desistimiento denota la acción de apartarse de la demanda o,
más bien, enuncia el abandono de la acción.

El abandono constituye cualquier acto de dejar de lado o descuidar cualquier elemento,


derecho o persona que se considere en relación con otro individuo. Desde el punto de vista
legal, el abandono siempre hará referencia al descuido de una persona o un bien a manos de
otra. Así, hablamos del abandono que comete un padre frente a su hijo, o de quien detenta la
propiedad frente a un bien. Sin embargo, desde el punto de vista procesal advertiremos que el
abandono tiene una connotación vinculada al procedimiento propio de quien lo inició.

Teniendo en cuenta ello, el abandono se erige como una de las formas anormales de
conclusión del proceso, que surge como consecuencia de la inactividad o inacción de las partes
en el proceso durante determinado lapso de tiempo que determina la perención de la instancia.
Cabe precisar que esta misma figura es recogida en otras legislaciones bajo la denominación
de caducidad de la instancia.

“Se entiende por abandono del procedimiento aquella sanción que la ley impone al
demandante negligente como consecuencia de la inactividad de todas las partes que figuran
en el juicio por el término y en las condiciones que señala la ley, y cuya alegación es conocida y
resuelta incidentalmente por el tribunal que conoce actualmente el litigio” (RAMIREZ: 2000, p.
25).

Existen dos elementos esenciales en esta figura como lo son el tiempo y la inactividad procesal,
que conlleva a una sanción o consecuencia por parte de la norma procesal que declara la no
continuación del proceso. Para nuestro Tribunal, “El abandono es una de las formas especiales de
conclusión del proceso que extingue la relación procesal y que se produce después de un periodo de
tiempo en virtud de la inactividad de las partes.” Ejemplos: en los procesos de divorcio, nulidad de
matrimonio y responsabilidad civil)

¿Qué es la conclusión anticipada del proceso?

Acerca de la extinción anticipada del proceso sin declaración sobre el fondo, hace estas
afirmaciones.

El proceso se extingue en cuanto haya alcanzado su punto final que normalmente está
constituido por el pronunciamiento de una providencia de fondo, por la cual el juez dispone en
cuanto a la tutela jurídica pedida.

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