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Desarrollo

Distinguido participante:

Redacta un ensayo argumentativo sobre facultades exclusivas del Notario Público


y los modos en los que puede comprometer su responsabilidad en el ejercicio de
sus funciones, dando ejemplo de distintas situaciones jurídicas.

Introducción

Desde siempre, los notarios han tenido atribuciones que son exclusivas ya que
sus funciones así lo requieren, sin embargo, luego del 2015 con la nueva ley de
notarios, se han asignado mayores facultades a este profesional, las cuales se
describen a continuación.

La exclusividad de las facultades de los notarios

De acuerdo con la ley número 140-15 del 7 de agosto de 2015 que regula el
“Notariado e instituye el Colegio Dominicano de Notarios”, los notarios adquieren
en esta nueva ley la categoría de “oficiales públicos instituidos por el Estado, para
recibir, interpretar y redactar los actos, contratos, declaraciones, y hacer
comprobaciones de hechos que personalmente ellos ejecutan, a los cuales les
otorga la autenticidad inherente a los actos de la autoridad pública y los dota de
fecha cierta, de conformidad con la ley” (art. 16). Ratifica que “el Notario es un
profesional del derecho, a quien la Suprema Corte de Justicia nombra, el Poder
Ejecutivo otorga exequátur y el Colegio Dominicano de Notarios registra para
ejercer la función legal y válidamente” (art. 17), y de forma “vitalicia” de acuerdo al
párrafo del mismo artículo.
Según el artículo 51: «Facultad exclusiva del notario. En los términos y alcances
de la presente ley se consideran asuntos comprendidos en la facultad exclusiva
del notario, mediante el ejercicio de su fe pública».

Entre los actos notariales obligatorios están la de instrumentar embargo, desalojo


y protesto de cheques. Estas actuaciones eran antes facultad de los alguaciles,
así se explica en sus párrafos 1, 2 y 3.

Esto implica que esta ley estableció la adjudicación a los notarios de nuevas
funciones que tradicionalmente han sido exclusivas de otro sector auxiliar del
sistema judicial, el tema de las competencias territoriales para el sector
inmobiliario, la frágil línea divisoria de sus funciones como notario y como
abogado, la falta de un plazo que permita la adecuación de intuiciones estatales a
las disposiciones establecidas en esta nueva ley, la creación de un colegio que ya
existe, la publicidad que tendrían los testamentos al registrarlos en una entidad
pública contraviniendo el secreto notarial son entre otras, las áreas bastantes
conflictivas que hay que reevaluar.

Por otro lado, la responsabilidad del notario se fundamenta en dos principios:

1) En relación directa con el estricto y fiel cumplimiento del oficio notarial que debe
desempeñar el notario, cumpliendo con todos los deberes generales que le
impone la función.

2) en referencia a la responsabilidad que debe tener el notario ante las personas


que le solicitan sus servicios, a quienes no puede defraudar la confianza que en él
hayan depositado; ya que en el caso de defraudarla, la consecuencia es que se le
hace responsable por los daños y perjuicios provocados.

Los notarios pueden comprometer su responsabilidad en tres aspectos:

Habrá responsabilidad civil cuando el notario, faltando a los deberes propios de su


actividad incumpla obligaciones que tengan origen convencional o legal, por
acción u omisión, culposa o dolosa, y que la misma produzca un daño que le sea
imputable según las reglas de la causalidad, un ejemplo de estos seria por
provocar daños y perjuicios en virtud de una actuación notarial morosa, negligente
o falta de técnica notarial.

Habrá responsabilidad penal por la falsedad en escritura pública o privada


contemplada en los arts. 145 y siguientes del Código Penal y 239 y 240 del Código
de Procedimiento Civil, por estafa o fraude sancionado por el art. 405 del Código
Penal y por abuso de confianza que penaliza el art. 406 del Código Penal. Y
responsabilidad disciplinaria siempre que haga cualquier prohibición e
incompatibilidad de su ejercicio, por desconocer el derecho y se extralimitarse en
sus funciones, así como omitir el cumplimiento de los deberes ético-jurídicos
establecidos en la ley.

Conclusión

Los notarios tienen una gran responsabilidad civil y de ellos dependen muchos
factores de formalidad de los documentos que les solicitan sus clientes y es su
deber no comprometer su responsabilidad penal, civil o disciplinaria.

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