APUNTES PASTORALES

Autor : Pastor Luis Alberto Cárdenas Padilla

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Introducción

El presente documento tiene como objetivo compartir semanalmente

algunos de los mensajes que han sido predicados por el pastor Luis
Alberto Cárdenas Padilla en la Confraternidad Cristiana Ekklesia, con el
propósito de brindarle a los lectores la oportunidad de recibir el
mensaje de Dios y servir de apoyo a predicadores y líderes eclesiásticos
interesados en la sana predicación.

Deseamos con todo el corazón sea Dios derramando bendiciones

sobre la vida de los lectores y de esta manera siga extendiéndose el
mensaje de las buenas nuevas de salvación a la humanidad.

2 Timoteo.4:1-2

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a

los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que
prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”

Pastor
Luis Cárdenas Padilla.

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Verdades existentes en el milagro de los diez leprosos

Lucas. 17:11-19
“11. Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
12. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales
se pararon de lejos
13. y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús¡, Maestro, ¡ten misericordia de nosotros!
14. Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras
iban, fueron limpiados.
15. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a
gran voz,
16. y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
17. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve,
¿dónde están?
18. ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
19. Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.”

Introducción
Es increíble todo lo que podemos aprender cuando abrimos nuestro corazón a
la palabra de Dios e interiorizamos en nuestro ser su poder transformador. Al
reflexionar acerca del pasaje de los diez leprosos en el evangelio de Lucas, pude
discernir en él la condición del hombre que desconoce a Jesucristo como medio
de salvación; ciertamente el ser sin cristo está condenado a existir en las sobras y
separado del creador, al comparar a estos leprosos con la humanidad caída, con
aquellos que caminan en esta vida sin Cristo, encuentro una gran similitud que a
continuación enumerare, en primer lugar, hablemos de la lepra.

1) Estaban enfermos de lepra, también conocida en la actualidad como la

enfermedad de Hansen es una enfermedad infecciosa crónica producida por la
bacteria Mycobacterium Leprae (bacilo ácido-alcohol resistente) que afecta,
especialmente, al sistema nervioso periférico, la piel, la mucosa de las vías
respiratorias superiores y los ojos. Se caracteriza por la aparición de úlceras
cutáneas, falta de sensibilidad en la piel y debilidad muscular, lo que representa
para el infectado un deterioro constante de su salud hasta llevarle la muerte.
De igual manera, la sociedad sin Cristo se encuentra sumida en la putrefacción
de su propia corrupción y carnalidad, el apóstol Pablo habla de los síntomas o
características de esta putrefacción espiritual cuando escribe en la epístola de
Gálatas.5:19-21

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“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios.”

Ciertamente el pecado desde la perspectiva de nuestro creador es la más

grande de todas las enfermedades que pueden afectar al ser humano.

Hoy en día la sociedad se encuentra enferma pretendiendo una restructuración

moral sin Dios quien es la fuente del bien y la santidad moral, la humanidad ha
perdido valores y principios además del temor a Dios como Señor y Salvador.
El mundo actual asume su estilo de vida como un logro social en el que prima
el individualismo y la carnalidad disfrazado de humanismo, sin darse cuenta que
aquello que pretende usar como estandarte de logros es en realidad una
enfermedad moral que nos aleja cada vez mas de nuestro creador.
Pero esto no solo pasa a los que no profesan la fe en Cristo y aunque es triste y
vergonzoso reconocerlo esta enfermedad de inmoralidad y falta de temor de Dios
está afectando a muchos que se hacen llamar creyentes, ya que siguen en muchos
casos aferrándose al pecado no confeso y a la ilusión ilógica de la doble
moralidad de nosotros como creyentes, tal como la lepra no hace acepción de
personas el pecado sigue siendo pecado tanto para creyentes como para los que
no lo son y al igual que la lepra destruye y consume al que lo practica. 1 Juan 3:8-
9
“8 
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para
esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
9 
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios
permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.”

Al igual que la lepra el pecado es altamente contagioso cuando se expone

constantemente a él lo que lamentablemente termina por generar separación
entre los contagiados y aquellos que no lo están, la lepra obliga a aislar a los
enfermos de la sociedad para evitar la propagación de la misma.
Dentro de las leyes de salubridad mosaicas encontramos como debían ser
tratados los enfermos de lepra en ese contexto de tiempo, según la ley de Moisés
los enfermos debían ser excluidos de la comunidad y alejados de sus familiares y
amigos, Levíticos.13: 45-46
“Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta,
y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! Todo el tiempo que la llaga estuviere en él,
será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.”

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De la misma manera en que la enfermedad de la lepra separa al individuo de

los seres a los que ama, declarándolo impuro, el pecado nos separa del único ser
que nos ama verdaderamente y en gran manera, ejemplo de esto es posible
encontrarlo en los inicios de la humanidad en el libro de Génesis cuando por el
pecado el hombre no solo se hizo acreedor de la muerte espiritual que implica la
separación de su creador siendo expulsado del Edén. El profeta Isaías lo confirma
al decir que nuestras iniquidades hacen separación entre Dios y el pecador.
Isaías. 59: 1-2 “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha
agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre
vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su
rostro para no oír.”
El apóstol Pablo escribió a la iglesia de Roma lo siguiente: “por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” Romanos.3:23
Es el pecado nuestra enfermedad, una enfermedad que nos aísla y separa del
creador y su gloria, pero entonces ¿cómo puede el pecador procurar su sanidad?
Tal cual lo hicieron los leprosos de Lucas, Luc.17:13 “y alzaron la voz, diciendo:
¡Jesús!, ¡Maestro!, ten misericordia de nosotros!”, No hay otra forma por la cual la
humanidad sea regenerada, no hay otro medio por el cual seamos reconciliados
con nuestro creador; por eso es necesario que la humanidad clame a Cristo como
lo hicieron aquellos diez hombres leprosos.

El hombre sin Cristo está perdido, el mismo Jesús lo dijo en Juan.15: 5-6 “Yo
soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no
permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los
echan en el fuego, y arden.”

3) Talvez los diez leprosos deambulan de una ciudad a otra, de un lugar a otro
buscando compasión y aceptación por parte de aquellos que se cruzaban en su
camino, pero su condición hacía imposible algún acercamiento y siendo
despreciados por aquellos a los que clamaban ayuda.
Al igual que para aquellos hombres que habían sido desahuciados por
sociedad y por sus familias, había una sola persona a la que acudir, esa era la
persona de Jesucristo el salvador, hoy sigue siendo Jesucristo la única esperanza
de la humanidad, sólo Él es quien puede limpiarnos del pecado restaurando
nuestras vidas y relación con Él acercándonos a Dios.

Pablo, hablando de esto, nos dice en la epístola de los Efesios.2:12-13 “En aquel
tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la
promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Ahora en Cristo Jesús, vosotros que

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en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de
Cristo.”

En otras de sus epístolas el apóstol Pablo hablándole a Timoteo dice:

1Timoteo.2:5-6 “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio
testimonio a su debido tiempo.”
El mismo Jesús dijo “… Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí.” Juan. 14:6
No habrá reconciliación con El Padre, sino es por medio de Cristo Jesús, el
mismo Lucas quien narra el acontecimiento de los diez leprosos, escribe en su
tratado a Teófilo “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Hechos.4:12.
Si de verdad queremos ser limpiados de nuestra inmundicia y nuestra
putrefacción espiritual, debemos acercarnos al único que puede hacer algo por
nosotros. Pablo nos dice que cuando aceptamos a Cristo en nuestras vidas,
somos nuevas criaturas. 2Co 5:17 “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
El profeta Isaías nos dice que seremos restaurados y renovados, Isaías 1:18
“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como
blanca lana.”

4) En los acontecimientos narrados por Lucas acerca de los diez leprosos es

posible ver el agradecimiento y la adoración como una respuesta lógica a la
salvación, pero también es posible ver el desagradecimiento y falta de
reconocimiento hacia Cristo que nos ha ofrecido el don más grande, nuestra
redención, el saber que somos regenerados es suficiente motivo para elevar
nuestras alabanzas y adoración a nuestro amado Salvador, de la misma manera
en que lo hizo el hombre que había sido sanado de su lepra.
Luc.17:15-16 “Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando
a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era
samaritano.”
Sin embargo, es triste ver que son muchos los que hoy asumen una actitud
alejada de la adoración y del reconocimiento de aquel que merece nuestra
adoración, esta actitud de desagradecimiento es característica de aquellos que se
limitan a recibir, pero no a dar; el orgullo es antagónico a la humildad y a la
adoración. Pablo nos motiva a que siempre seamos humildes despojándonos de
aquello que limita nuestra comunión con Cristo. Filipenses.2:5-11

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Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó
a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo
nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,
y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para
gloria de Dios Padre.
Procuremos agradecer a diario por aquello que nos ha brindado Dios en Cristo,
Salmos 107:1-2
“Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. Díganlo
los redimidos de Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo,”

5) Es bueno notar que no importa nuestra nacionalidad, sexo, raza o nuestro

pecado, la salvación es extensible a todos los que reconocen a Jesucristo como
Señor.
El hombre sanado era samaritano, de un pueblo enemistado con Israel y con
una forma diferente de culto a Dios, pero cuando decidió creer en cristo se hizo
partícipe de la gracia salvadora de Dios.
Como lo dice Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.”

El apóstol Pablo haciendo referencia a esta gracia ofrecida escribe a Tito.2:11-14

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los
hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos,
vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí
un pueblo propio, celoso de buenas obras.”

Es necesario volvernos a Cristo buscando salvación y agradeciendo por ella

por medio de la adoración y reconocimiento diario de la obra que nuestro Señor
ha hecho en nosotros.
Como Conclusión es posible recordar las palabras del apóstol Pedro “…Señor,
¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” Juan 6:68, por esta razón
ruego, sanes y liberes nuestras vidas del pecado y la condenación y nos acerques
a ti en Cristo por tu inmenso amor y justicia evidenciada en la cruz. Amen

Pastor, Luis Cárdenas.

Autor : Pastor Luis Alberto Cárdenas Padilla

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El Reverendo Luis Alberto Cárdenas Padilla, nació en la ciudad de
Barranquilla – Colombia, el 26 de octubre de 1974, hijo del capitán de
aviación, Alfonso Cárdenas Bernal y Yudys Padilla Canedo. Su infancia la
vivió junto a sus abuelos maternos y tíos, criado con buenos principios
y valores.  A la edad de 8 años viaja a Venezuela, radicándose en
Ciudad Ojeda, Estado Zulia, donde terminó sus estudios de
Bachillerato. Conociendo del Señor Jesucristo a la edad de 15 años en
la iglesia Peniel, posteriormente comienza a congregarse en la iglesia La
Gran Comisión, en la que pastoreaba el Ministro Reverendo Elio López. 
Inicia en su adolescencia sus estudios básicos de Teología, a sus 17
años es nombrado como pastor de jóvenes y director de la escuela
bíblica teológica de la Iglesia La Gran Comisión, responsabilidad
desempeñada durante 3 años. Realizó estudios teológicos en el
entonces IBC de la ciudad de Barquisimeto Edo. Lara. El 22 de abril de
1994 es ordenado al ministerio pastoral de la mano de su Pastores Elio
López, Isabel de López, Ender Vicuña y Keira de Vicuña.
Funda la Congregación Comunidad Cristiana Emanuel en Ciudad Ojeda Venezuela, la cual se fusionó con la
comunidad del mismo nombre, dirigida por la pastora Ruth Vásquez Sánchez, siendo esta de rápido crecimiento y
multiplicación, dando origen a varias iglesias. Al tiempo realizó estudios en Psicopedagogía en la Universidad
Rafael María Baralt y profundizó sus estudios teológicos en el IBC, Instituto Bíblico Central en Barquisimeto Estado
Lara Venezuela.
Por voluntad de Dios y situaciones adversas, y al ver algunos de sus familiares sin Cristo, decide regresar al lugar
de nacimiento para predicarles la salvación a su familia y con la convicción de fundar una congregación en la
ciudad de Barranquilla. En el año 2006 contrae Matrimonio con Gisselle Andrea De La Cruz Torres, consolidando
de esta manera sus ministerios. Realiza en la ciudad de Barranquilla homologación de sus estudios teológicos
obteniendo el título de Lic. En Filosofía y Ciencias Religiosas, en el Seminario Mayor, Escuela de Teología y
Ciencias religiosas de la Iglesia Anglicana del Caribe y la Nueva Granada.  A la par, adquiere en la Corporación
Educativa Mayor de Teología y Humanidades, Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales, el titulo Licenciado en
Sagrada Teología. Se le reconoce por parte del Seminario Teológico John Knox de la Iglesia Presbiteriana
Reformada de Colombia como Dr. En Teología Pastoral. En la actualidad realiza homologación de la carrera de
psicología en la Universidad Nacional.  En el Politécnico Superior de Colombia realizó diplomados en Psicología
educativa y Gestión Educativa. El Reverendo Luis Cárdenas se ha desempeñado en varias instituciones educativas
de la ciudad de Barranquilla en cargos tales como Capellán, Psicoorientador, Coordinador de Convivencia –
Académico y Rectoría.
De esta manera en el año 2000 funda la Confraternidad Cristiana Ekklesia, alcanzando su personería jurídica
especial febrero de 2011, constituyéndose así la Escuela Bíblica Teológica Ekklesia, la cual se encuentra en la
actualidad en proceso de acreditación ante la secretaría de educación del distrito de Barranquilla. Actualmente el
Pastor Luis Cárdenas brinda apoyo, ministerial, consejería y cobertura jurídica y asesoramiento espiritual a varias
iglesias y pastores asociados a la Confraternidad de Iglesias Cristianas Ekklesia.

Confraternidad Cristiana Ekklesia

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