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D I R I G I D A POR LOS
RR. P P . C A R M E L I T A S DESCALZOS
CON APROBACIÓN
TOMO I V - A Ñ O 1903
REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
ÍOMIENZA á correr el año
de gracia de 1903, y des-
pués de consagrar á j e -
" ^ i i f ^ s ú s , Rey de los siglos in-
-^ mortal é invisible, nues-
tro primer pensamiento y el latido
primero de nuestro corazón, envia-
mos también á nuestros amables
lectores el saludo de la fraternidad
cristiana, y les deseamos felicida-
des y prosperidades todos los días
del año que acaba de empezar.
Invocando el Santísimo nombre
de Jesús, que es amable sobre to-
dos los nombres, en el cual está la
A f i o l V - f l á m . 61 salud y la redención del mundo, é
implorando la protección de la Au-
1.° de Enero de 1903 gusta Reina del Carmelo, vida,
G>T<9~ dulzura y esperanza nuestra, co-
menzamos los trabajos del pre-
EL MONTE CARMELO
...¡Eheu! fugaces,
Postume, Postumo labuntur anni.
(HORACIO)
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1 ^ ^^§)df
ENSAYO LITÚRGICO
SOBRE EL OFICIO DE
tra Madre; que su doctrina, de- alabanza con que el mundo en-
clarada divina y celestial por la tero celebra el valor teológico y
Iglesia, sea nuestro ordinario ali- el mérito literario de las obras
mento, y el cuidado que nosotros de la incomparable mística, hon-
sus hijos pongamos en practi- ra y gloria del Carmelo refor-
carla, sea nota armoniosa, que mado, la grande y seráfica Te-
añadamos al concierto de admi- resa de Jesús.
ración, de reconocimiento y de
Fr. Srocaráo áe iesús Mam.
EN LA ERMITA
Fatigado del viaje
en la mitad del camino,
vi una solitaria ermita
coronando un montecillo.
Subí la árida pendiente,
llegué á la cumbre rendido,
por una ventana abierta
vi un austero crucifijo
y una lámpara que ardía
con resplandores mezquinos.
Fui á quejarme de mi cruz;
pero me quedé corrido,
porque en lo interior del alma
sentí que decía Cristo:
¿Y yo, hijo mío?... ¡ya ves!
siempre en la Cruz, hijo mío!...
Luis Bam de Vin
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINIIIIII
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IX
(CONTINUACIóN)
hora que espero verme libre de ella. Quisiera expresar lo que ahora
sufre mi corazón, empero me es de todo punto imposible. Es preciso
haber atravesado por este sombrío túnel para tener una idea de su
obscuridad. Sin embargo, voy á ver si por medio de una compara-
ción me doy á comprender:
Me hago la suposición de que he nacido en un paíe envuelto en
constantes y densas nieblas; jamas he podido contemplar el risueño
aspecto de la naturaleza ni he podido gozar del más insignificante
rayo del sol. Es muy cierto que desde mi infancia oigo hablar de
estas maravillas; sé que el país que yo habito no es mi propia patria
sino otro hacia el cual debo de aspirar sin cesar un momento. Esto
no es una historia inventada por un habitante del pais nebuloso, es
una verdad indiscutible, porque el Rey de la patria donde brilla el
sol habitó treinta y tres años en el país de las tinieblas Mas ¡ay!
las tinieblas no comprendieron que Él era la luz del mundo. (1)
Empero, ¡oh Señor! vuestra hija ha comprendido vuestra divina
luz, y os pide perdón por sus hermanos incrédulos; y apesar de las
tinieblas que me envuelven, exclamo de lo íntimo de mi corazón:
Señor, vos me colmáis de alegría por todo cuanto hacéis. Porque ¿pue-
de haber mayor gozo que el que resulta de sufrir por vuestro amor?
Fr. E. i. F.
(Se continuará)
(1) Joan, 1.
4.-X^.-*u, ¿ jg ^
^(gV
EL ESTUDIO DE LA RELIGIÓN
III1IIIIIIIIIIIIIII1IIII
VII
Sentido del axioma «Fuera de la religión nadie puede salvarse.»
Ahora bien, ¿qué se necesita para salvarse? Nada más que es-
tar en gracia de Dios al morir, ó sea, la unión de la gracia con la
muerte. La máxima de que "Fuera de la Iglesia nadie puede sal-
varse„ debe entenderse sólo de los que voluntaria y culpablemen-
te mueren separados de la religión. Se concede la vida eterna á todos
los que con la gracia de Dios obran el bien, ó á los que habiendo
obrado el mal, se arrepienten de él antes de la muerte, sean'cató-
licos, ó herejes de buena fe.
Para que no se ex-
trañen algunos senci-
llos lectores, es preciso
confesar con los mora-
listas, que puede haber
errores inculpables en
todas las materias, y
por consiguiente hasta
los hay en materias re-
ligiosas.
San Agustín viene
en apoyo de esta doc-
trina con el peso de su
autoridad indisputable.
No debemos condenar,
dice el sabio apologis-
ta, como herejes á los
que profesan errores
perniciosos, si no los
defienden contumaz-
m e n t e , y procurando
buscarja verdad, es-
tán dispuestos á abra-
ConventodePP. Carmelitas de El Soto (Patio) Z a r l a t a n p r o n t o COmO
se les descubra.
Salviano, presbítero de Marsella, ese Jeremías del siglo V., al
hacer una pintura gráfica de los vándalos, abunda en el mismo
sentido. Son herejes, dice, pero sin saberlo; nosotros poseemos la
verdad, mas ellos creen que también la poseen. Hceretici ergo
sunt, sed non scientes; veri tas apud nos est, sed illi apud se -esse
prcesumunt.
Aun esclarece con más alto magisterio esta verdad^el Papa Pío
IX,citado por el teólogo Franzelin,De Ecclesia Christi, tesis XXIII.
Por fe divina se ha de creer que fuera de la Apostólica-romana
Iglesia, ninguno puede conseguir la salvación. Pero igualmente
debemos confesar que no se ha de imputar á culpa alguna delante
de Dios, á los que tienen ignorancia invencible de la verdadera
religión.
EL ES1ÜD10 DE LA RELIGIÓN 21
t-J\A^£)f§)-v
wlftHWÍSl.
modo que serán cuatro los maestros, todo esto por mandato del go-
bierno, de modo que ahí tan ilustrados y con tanta civilización man-
dan cerrar las escuelas de los religiosos, y aquí, con menos ilustra-
ción, pero con más sentido práctico manda el Gobiernoque es infiel,
que se ensanchen las escuelas de los religiosos.
Es verdad que estas obras que tengo de hacer piden gastos que si
en realidad no son grandes, para mí sonde mucha consideración, pero
coníío en la Providencia que sabrá, despertar algunos corazones.
De V. R. afmo. her.
Fr. Mciio M.*
C. D. M. A.
ODA CRISTIANA
Cuando el dulce cazador
Me tiró y dejó rendida,
En los brazos del amor,
Mi alma quedó caída,
Y cobrando nueva vida
De tal manera he trocado,
Que mi amado es para mí
Y yo soj- para mi amado.
Tiróme con una flecha
Enherbolada de amor,
Y mi alma quedó hecha
Una con su criador:
Ya yo no quiero otro amor,
Pues á mi Dios me he entregado ,
Y mi amado es para mí
Y yo soy para mi amado.
Sta. Teresa de Jesús
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiii
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^cl^<¿M^M.^-^
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SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
y por otros varios Capitulares,- terminando esta acto solemne con un tele-
grama de felicitación á Su Santidad.
El día 20 del presente recibirá la sagrada orden del subdiácono nuestro
Hermano Fr. David de la Inm. Concepción que á mediados del mes de Octu-
bre último partió de N. colegio de Burgos para Roma con los RR. P P . Car-
los de la V. del Carmen y Silverio de Santa Teresa.—El Corresponsal.—Ro-
ma, 18, de Diciembre.
I—n<v-(£)Y(3)w\*—»
CtfÓNÍCA *****
• • • • •
«El muudo católico se prepara, pues, á festejar esta fecha (el Jubileo
Pontificio) oon el ardiente sentimiento Je fe que ha acompañado siempre á
los grandes acontecimientos religiosos... En ese concierto unánime, los
obreros y los proletarios de todo el mundo, unidos en un solo sentimiento
de gratitud y en un alionto supremo de adhesión, deben, con indisoluble
y ardiente solidaridad, agruparse en torno de la cátedra augusta de quien
ha sabido con mano varonil comunicar un impulso eficaz al movimiento so-
cial cristiano, del que únicamente puede esperarse la regeneración moral y
económica del proletariado. Cuando en los campos y talleres se levantó el
grito del pueblo, miserablemente oprimido por coaliciones de intereses
económico políticos, León X I I I fué el primero que, escuchando la voz de
los humildes y desgraciados, afrontó la gran cuestión social que amenaza-
ba quebrantar hasta en sus cimientos el edificio de la humana confraterni-
dad; por eso el augusto Pontífice pasará en justicia á la historia con el glo-
rioso título ,de Padre de los obreros.
»E1 Comité ha resuelto, á semejanza del antiguo Senado romano que
mandaba grabaren bronce las leyes más importantes, perpetuar en tres ta-
blas de bronce la doctrina social de León X I I I que se desprende d e s ú s
tres memorables Encíclicas sobre la cuestión obrera. Dichas tablas forma-
rán parte principal de un monumento que se elevará en San J u a n de
Letrán, la Iglesia madre de todas las Iglesias del orbe, para anunciar á
las futuras generaciones la libertad del proletariado, reivindicada por
León XIII.»
RESUMEN POLíTICO.—Poco movimiento político se ha notado en esta úl-
tima quincena, debido á las vacaciones de Navidad, y á la expectación y
excitación y ansiedad que produce en todas partes la tradicional lotería
con sus premios extraordinarios.
Ha sido muy elogiada la conducta del Gobernador civil de Madrid, señor
Sánchez Guerra, quien ha iniciado una campaña enérgica contra el juego
y otras inmoralidades; sin pararse en barras, el señor Gobernador no ha
tenido inconveniente en advertir primero y detener después al general
Borbón y Castellví, por ser éste presidente de un Círculo en el que no se
acataron las órdenes del Gobernador referentes á la prohibición del juego.
Esto ha producido los naturales disgustos, pero todas las personas sensatas
han aplaudido unánimemente la noble conducta y la energía del señor Sán-
chez Guerra, que ha sido también elogiada por el señor Silvela y el señor
Maura, prometiéndole éstos secundarle. Vemos con gusto que la cristiana
campaña iniciada por el señor Gobernador de Madrid comienza á ser imita-
da por otros Gobernadores de Provincias, debido á las instrucciones reci-
bidas del Ministro de la Gobernación señor Maura. Si prosperasen estos
buenos propósitos, algo podría esperarse en orden á la moralidad y regene-
ración de España.
La nota del Vaticano contestando al Gobierno en lo referente á la Re-
forma del Concordato ha sido examinada en Consejo de Ministros, pero no
se ha dado á la publicidad, sin duda porque parece que el Vaticano no se
muestra muy propicio en acceder á las pretensiones del Gobierno español.
También es asunto de actualidad y la nota palpitante en la prensa espa-
ñola y extranjera la detención de la familia Humbert, los célebres estafa-
dores franceses verificada en Madrid. La cuestión Humbert se ventilará
extensamente en la vecina República y promete ser muy ruidosa,
Dinora Coppinger
llllllllllllllllllllllllllllll
III
¿podré resistir el peso que pretendo empujada por la agitación del espí-
echar sobre mí? ¿y si no puedo resis- ritu en que se encontraba; volvió á
tir? ¿si no me acompaña la salud? mirarse en el espejo, arregló un poco
¿no se mudará mi modo de pensar? sn soberbia cabellera, pero se detuvo
Se levantó con presteza de la mece- á pensar, ¿para qué quiero yo todo
dora en "que estaba sentada y se pu- esto, si la hermosura tiene que venir
so á "dar vueltas en su apo- á ser pasto de gusanos? Si todo esto
sentó con precipitación. No hay que se pasa y me he do encontrar anto
pensar ya en esto, ya está dado Dios con solas mis obras ¿para qué
el paso, adelante, dijo entre si con quiero asombrar al mundo con lo que
energía. ¿Pero cómo resistir al saber yo pudiera ser; y excitar por unos
que mis pidres están llorando mi días la admiración de aquellos que
ausencia mientras vivan? podré te- quienes nada me importa?
ner valor al saber que cuantos me Quédese, pues, á un lado, de una
han amado están sufriendo por mí? vez para siempre, cuanto en este
¡Qué triste situación la mía! Dio otra mundo me puede cautivar cuanto
vuelta en el aposento como loca se en este mundo puedo amar ó temer,
miró con detención en n a gran espe- y Santa Teresa me dé fuerza para
jo que tenía delante y vio que'estaba poner en práctica mi proyecto,
más hermosa que una rosa de Mayo, <jr ¡sr .¡ai m
pues parecía que toda la sangre de ^"' *• ®" **•
sus venas la había subido á la cara,
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44 EL MONTE CARMELO
El Programa de Teresa
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^ig[ff]iiiiiiiii'iiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiMiiiiiii'iiiii'''''iiiii»iii'iimiiMuiiiiniiiniiiiiiuiiiic^tf.
PENSAMIENTOS
Somos muy libres, esto es, hacemos lo que se nos antoja; por
eso nuestra vida es un sobresalto, porque tememos que á alguien se
le antoje hacer una hecatombe.
Somos muy libres; y en frente del periódico sectario que se re
vuelca en los lodazales de todos I03 vicios y mancha con ¡a calumnia
las frentes puras y en frente del orador demagogo que predica la
48 EL MONTE CARMELO
-H-Ejl-il-HHgl-ll-Bl-il-il—P-íl-ü-H-H-p-B-B-
IX
(CONTINUACIóN)
(1) Luc. X I .
(2) I. Cor. IV.
(3) Luc. XI.
(4) Mat. V.
SOR TERESA DEL NIÑO JESÚS 51
menos simpatías; una no puede menos de sentir más inclinación
hacia una hermana que hacia otras. Pues bien, Jesús me dice que
debo de amar á esta hermana, que he de rogar por ella, aun cuando
en su modo de proceder manifieste bien á las claras que no me ama,
porque: «Si amáis á los que os aman ¿qué mérito hay en eso? los
pecadores también aman á quienes los aman» (1). Y no basta un
amor platónico, es^preciso que^'el amor soa práctico
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y isHlt) isjafi) •sJEA ^*)Kt ^JEf* AÍÍ
SIN ESPUELAS
itiiiiiiiiiiiiiiuiiiiii ^
ROMANCES HISTÓRICOS
—Matárades á Bellido
Si ficieras como bueno,
Que no ha faltado quien dijo
Que tuvisteis asaz tiempo...
X-*Jg?gp-N->
¿ifíf*
IfEM^s.
(CONTINUACIóN)
Había aquí dos religiosos de la ordeu del Carmen. El uno tiene dos
títulos de honor: es Obispo de Babilonia y Cónsul francés de Bag-
dad. Es muy querido, tanto por los mahometanos como por los cris-
tianos. Su compañero es tinibién una persona muy benemérita, co-
mo en general he visto que lo son todos los Padres de esta.Orden.
Todos los religiosos que vienen aquí saben ordinariamente algo de
medicina, lo que les granjea la protección de los Turcos. Estos mi-
sioneros se dedican, no tanto á la conversión de los mahometanos,
que apenas se puede lograr, como á persuadir á los cristianos orien-
tales á reconocer al Papa como Jefe de la Iglesia.»
1769. «En el año de 1769, el día 10 de Diciembre, María bija
de Abdélmenech (nombre árabe que significa servidor de Cristo) re-
galó á nuestra Iglesia de Bagdad un precioso cáliz de plata con su
patena, con la condición de que después de su muerte se celebraran
misas por su alma. Pesa este cáliz con su patena tres libras y tres
onzas.—Fr. Manuel de S. Alberto, C. D., Obispo de Babilonia.»
Escuela, en T r i c h u r (Malabar).
P. P l á c i d o P.León Sacerdote Indígena
(Véase el número anterior)
1773. Grande peste. En aquel año murieron los cuatro carme-
litas que teníamos en Bagdad y dos en Bassorá. Lée?e en el libro de
Bassorá: El día 20 de Abril (1733) llegó de Babilonia la triste noti-
cia de la muerte del R. P. Ángel de Sta. Ana y Fr. Claudio de San
José, Carmelitas Descalzos, acaecida el día 27 de Marzo de resultas-
de la pestilencia. Además el día 4 de Abril murió también de la
MISIONES CARMELITANAS 61
(COTINUACIóN)
eos aprobados por ella.» Más adelante, en la segunda parte, se lee: «Los Re-
verendísimos Ordinarios harán cumplir exactamente á los clérigos la obli-
gación de estudiar el canto llano Vigilen mucho los Reverendísimos Or-
dinarios sobre los párrocos y rectores do iglesias, para que no permitan eje-
cuciones musicales contrarias á las prescripciones de este reglamento, va-
liéndose, según su arbitrio y prudencia, de las penas canónicas contra los
desobedientes.»
A pesar dé las muy sabias reglas é instrucciones que este reglamento
contiene sobre la música que ha de usarse en las funciones eclesiásticas y
medios para promover el estudio de la música sagrada y para evitar los abu-
sos, todavía continúan la dificultades para quo esta importantísima parte
de la liturgia católica sea observada con relativa exactitud, ya que no con
todo rigor. Así pues, nada es de extrañar que la Comisión para la música sa-
grada restablecida por Su Eminencia el Cardenal-Vicario y sancionada por
la Suprema Autoridad pontificia, sea una bella esperanza pira el culto cató-
lico y motivo por tanto de singular regocijo p i r a todos los que se interesan
por el mayor esplendor y brillo de nuestras funciones sagradas, por la li-
turgia romana, por la reforma de la música sacra y restauración del canto
gregoriano tradicional.
¿Qué resultados prácticos conseguiremos con esta Comisión? No lo sabe-
mos; el tiempo que es el que mejor resuelve todos los problemas y todas las
cuestionos, por intrincadas que sean, se encarga de contestar á estapregun"
ta. Nosotros lo que sabemos es que la elección de los individuos que la com"
ponen, no ha podido ser más acertada. Veámoslo.
M. Mattoni: es uno de los sochantres de la capilla Ginlia en San Fedro,
donde, á la vez, desempeña el cargo de archivero. También es profesor
de canto gregoriano en el «Liceo Musical» de Roma. Su Eminencia lo ha
nombrado do la Comisión en representación de todos los sochantres de las
iglesias de Roma.
El barón Kanzlor es un arqueólogo de primer orden y músico de mucha
estima por sus profundos conocimientos en la ciencia del divino arte. Este
sabio arqueólogo profesa gran amor y admiración á las melodías gregoria-
nas publicadas en Solesmes por los RR. P P . Benedictinos en sus libros li-
túrgicos, tal como el Liber Oradualis, Usualis, Antiphonarius y otros. Mereció
la honra de preparar los coros del famoso oratorio Natale del Bedentore del
maestro Porosi, cumpliendo su cometido maravillosamente y coadyuvando
por tanto al nuevo triunfo del joven y célebre compositor, obtenido en
Como.
Alejandro Parisotti: es secretario de la «Academia de Santa Cecilia» y
muy distinguido profesor de canto. En otro tiempo dirigió los conciertos
de la antigua «Sociedad romana». Como autor de obras musicales dei género
religioso merece ser respetado, y. en prueba de ello, citamos la «misa de ré-
quiem» publicada ya, con aplausos del público, y ejecutada con verdadero
éxito en la Iglesia de la Minerva para los funerales dol príncipe Aldobran-
dini. Sin embargo, donde más so distingue el maestro Parisotti es en la
critica musical y en el buen gusto que ha demostrado siempre en sus apre-
ciaciones musicales; es finalmente, una garantía y una esperanza inequívo-
ca del buen impulso que dará por su parte á la acción de la nueva Comisión.
Felipe Capocci: es uno de los más célebres organistas de nuestra época y
como tal ha ejercido grandísima influencia acerca del uso del órgano en las
iglesias do Roma, En efecto, puedo asegurarse quo al presente todo lo que
SECCIÓN MUSICAL 65
Fr.M. F. 8lo.
(Se continuará)
^ * S ^ * ^ * ^ * ^ S £ ^ » P ^ i ^ a c v^lC^mT'etttr7 S^éW^Jp^éJKS'T
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
(1) Conferenza XV, part. i.' (1) S. Carol, Conc. Prov. IV.
SECCIÓN CANÓNICO-LITÚSGICA 67
canto. A este propósito prescribe una y según el Decreto de 10 de Ene-
constitución sinodal, que copiamos ro de 1852 todo el Ofertorio y Post-
literalmente y dice: Organi sonus can- comunio. Puede así mismo hacerse
tum adjuvet et comitelur, nnmquam au- alguna pausa en el Credo, ut cantores
tem illum fragoribus opprimat, sepe- paululum quiescant, pero sin omitir
liaique cantantium voces, atque verbo- artículo alguno. (1)
rum sonum, nevé absonit et refelleñda La sagrada Congregación prohibe
permutatione, organi pulsatio pars po- terminantemente acompañar con el
tissima evadat, et cantus accesoria. TJt órgano al Celebrante en el canto del
organi intervalla (intermedios) unum Prefacio y Pater noster. (2)
Ínter et alterum versum, qui a choro ca- En cuanto á los Maitines, Vísperas
nuntur, in Missis, sequentiis, hymnis, y demás horas canónicas se ha de
canlicis etpsalmis, sacrón Liturgia legi- decir que si hubiere poca gente en el
bus sint conformia, expresse et severe coro pueden alternarse los salmos,
mandamus.... in solemnioribus quoque himnos y cánticos, siempre que al-
festivitatibus. brevia esse deberé, et pa- guno recite en voz clara la parte que
rum plus perseverare, quam cantum no se canta, sin embargo, dice el Ce-
versiculi prcecedentis. (í) remonial de Obispos con los Autores:
Además la S. C. de E. proscribe to- Regulare est, sive in Vesperis, sive in
do abuso en contrario, cuando dice: Matutinis, sive in Missa, ut primus
Concentus músicos in tantum spatium versus canticorum et hymnorum, etpa-
protrahendi, ut Sacerdotes otíosi diutius riter versus hymnorum in quibus genu-
ad altare distracti hmreant, et Cosremo- flectendum est, ut in Te ergo qucesu-
niarum ordo inflectatur, ita ut, non mu- mus, Tantum ergo, guando ipsum Sa-
sica Missos cce'erisque sacris functioni- cramentum est super altare, et símiles
bus, sed Missa música famuletur. De cantentur a choro; ita etiam Gloria Pa-
los demás instrumentos músicos, di- tri, etiamsi versiculus immediate pros-
ce el Papa Benedicto XIV: Adhi- cedens fuerit a choro pariter decanta-
beantur solummodo ad vim quamdam tus; idem servatur in ultimis versibus
verborum cantui adjiciendum, ut magis hymnorum.
magisque audientium mentibus eorum
sensus infigatur, conmoveanturque fide- *
lium animi ad spiritualium rerum con-
templationem, et erga Deum, divina- Uso del solideo. El solideo no es
rumque rerum am*rem incitentur. (2) otra cosa que un pequeño (aunque
Puestos estos antecedentes dire- impropiamente llamado)bonete,par-
mos con los Autores que en todas bus püeuSf&e forma redonda, que sir-
las Misas cantadas cuando se toca el ve á los eclesiástieos para cubrir la
órgano pueden alternarse los Kyries, tonsura clerical, ó sea la parte supe-
Gloria, el Tracto y parte del Gra- rior de la cabeza. Si bien es verdad
dual, secuencia, Sanctus y Agnus Dei, que se conocía en tiempo de san J e -
siempre que se reciten en voz clara y rónimo, opinan algunos que no se
con ol órgano todas las palabras, (8)
BIBLIOGRAFÍA
CONFUSIÓN ESPANTOSA
¿Ignora usted que hay épocas en la Historia del mundo, en que el mun-
do padece un estrabismo intelectual y moral, y en que ve torcidas y como
de través todas las cosas? ¿Ignora usted que ha comenzado para el mundo
una de esas épocas tremendas?...
Mayores cosas verá usted, si Dios no se apiada de nosotros. Verá usted
á la mentira levantarse serena, y decir á la verdad:—Yo soy la verdad, y tú
eres la mentira. A los calumniadores decir A los calumniados:—Nosotros
somos los calumniados, vosotros sois los calumniadores.—Nadie distingui-
rá lo justo de lo injusto, lo honesto de lo deshonesto, la verdad del error,
ni la virtud del vicio. Y todos se preguntarán unos á otros, como Pilato al
Señor:—¿Qué cosa os la verdad? ¿Qué significan esos nombres?—Y, como
Pilato, el mundo no recibirá respuesta, hasta que, descendiendo do lo alto
un rajo de luz, se ilumino de súbito esta obscurísima noche, y tomen su
vuelo hacia el Oriento las palomas, y hacia el Oecidento las arpías.
Donoso Cortés.
CARTA DH ROMA.—Muy Rvd. P. Director: En la capital dol Orbe cristia-
no donde más inmediatamente se deja sentir la bonéñja influencia de la
Religión católica, es también donde las sectas protestantes y las sociedades
masónicas, en connivencia infame con los gobiernos, trabajan con más de-
cidido y diabólico empeño por corromper y descristianizar al pueblo cre-
yente, echando mano para el logro de sus criminales intentos de medios
los más inmorales y provocativos.
Recientemente el Soborano Pontífice en carta dirigida al Cardonal Vi-
cario, lamentándose de la libertad que en Roma gozan estos propagandistas
sectarios é impíos, ha nombrado una comisión de eminentísimos Cardena-
les que entienda en los medios más adocuadns y convenientes para contra-
rrestar el influjo de tan perniciosas doctrinas, corrompedoras de toda moral,
y conservar en su integridad y pureza las saludables máximas y princi-
pios católicos.
Como fruto práctico é inmediato de los trabajos llevados á cabD por osta
comisión puede ser considerado el acto religioso, edificante y conmovedor
que el día 21 de Diciembre próximo pasado se celebró por disposición del
Cardenal Vicario, Mons. Reepighi, en la Iglesia de N. M. Santa Teresa de
Jesús.
Celosos sacerdotes y religiosos, ejemplares damas y nobles caballeros ve-
nían tiempo hacía trabajando por recoger y educar en los piincipios católi-
cos á muchos jóvenes que abandonados do sus padres en lo que á la parte
religiosa so refiere, yacían en la más lamentable ignorancia, careciendo
por completo de toda instrucción católica y expuestos á ser víctimas de la
herejía protestante, que en los niños se ceba de una manera espantosa.
Merced á perseverantes y activos trabajos catequísticos, en los cuales
han tomado no pequeña parte nuestros Superiores Generales, cien de estos
infelices estaban ya suficientemente dispuestos y convenientemente instrui-
dos para recibir el día 21 del mes pasado la primera comunión, que había
de servirles como de preparación próxima al augnsfo é inefable misterio de
la Natividad de nuestro adorable Redentor.
El día veinte del citado mes, nuestro Excmo. Arzobispo, M. Dionisio de
Santa Teresa, les administró el sacramento de la confirmación. A las ocho de
la mañana del siguiente día el Cardenal Vicario celebraba en el altar de
Santa Teresa el santo sacrificio de la Misa, mientras que un sacerdote con
suaves y encendidos afectos preparaba aquellos tiernos corazones que por
CRÓNICA CARMELITANA 71
t_w<g|(3^v^
CffÓHÍCA *****
• • • • •
IV i
hasta las gradas del altar donde le y encerrarse entre cuatro paredes
esparaba el Cardenal Hughes con un hasta el día de la resurrección gene-
libro en la mano. ral, esperando que la trompeta del
Aquí fué donde el Cardenal expu- arcángel dé la orden de levantarse.
so en sublimes rasgos la grandeza Antas de arrojarse la señorita
del catolicismo, su verdad, su divi- Coppinger á esta última titánica lu-
nidad, y el heroísmo de la jovon que cha, creyó necesario invocar la di-
se consagra á Dios. Los rasgos de su vina gracia, por cierto que todo era
elocuencia conmovían tanto al au- necesario para sa'ir triunfante en el
ditorio, su acento de íntima con combate que le esperaba. Arrodilla-
vioción, sus profundas razones ex- da, pues, todavía ante las gradas del
puestas con claridad y la autoridad altar, levantó al cielo sus ojos, sus
que su persona y su profundo saber manos, su mente y su corazón, y de-
daban á su palabra, tenían tan ab- rramó ante el altar del Dios de las
sorto al auditorio, que ei en aquel eternidades las amargas aguas que
mismo momento noadjuraroD todos iban rouniéndose en rededor de su
los concurrentes la herejía protes- magnánimo espíritu.
tante, fué porque el Cardenal creyó «Dios de inmensa bondad, dijo en
máa oportuno dejar esta hermosa profun lo silencio Dinoraclavadoslos
cosecha para otra ocasión,y conten- ojos en ol crucifijo del altar, Dios de
tarse por entonces con sólo sembrar bondad y de compasión, arrojad el
la preciosa semilla del catolicismo. rayo de vuestra luz y de vuestro po-
Ya empezaba la conversión de Di- der sobre el alma de esta infeliz
nora á dar exquisitos frutos; pero criatura. Las candidas ilusiones
dejemos esta materia para otra oca- mías de ya pasados tiempos, los sue-
sión. ños que fueron inocentes en mi cu-
El Cardenal Arzobispo de New- na y culpables en la primavera de
York habló también con elocuencia mi existencia, los tibios rayos de una
arrebatadora y unción celestial, do luz, que un día fascinaron mi mente
la paz .del alma en el retiro. En. la y cautivaron mi fantasía, han des-
alegre calma de una celda estrecha, aparecido ante mis ojos. No quiero
decía dirigiéndose á Dinora, mur- lanzarme á e npresas soñadas ni á
murarán tus labios el himno eterno los delirios en que el hombro en lu-
de la oración, y ese himno de tus la- cha altanera se atreve á desobede-
bios que brindará á tu alma el des- cer á vuestros designios. Aquí estoy
canso y la dulzura, será la música dispuesta á escuchar vuestra palabra
que te acompañará en tu veloz ca- bendita: pero, para que la voz de esa
rrera hasta el puerto de la salva- palabra halle resonancia en lo más
ción. Tú, que tras la reja do un can- profundo de mi alma, infundid valor
cel levantarás generosa tu virgínea en mi corazón, para salir trinnfante
frente, los sueños de tus pensa- en la lucha que se me presenta. Ha
mientos, los latidos de tu corazón y llegado el momento de romjier la
la incesante plegaria de tu alma, en- dorada cadena con que un mundo
vuelta en la flotanto nube de perfu- fascinador me ha tenido cautiva y
mado incienso, ante el trono del que me quiere cautivar para siempre.
todo lo ve, deja á un lado los abro- Aceptad el sacrificio que os hago de
jos de este mundo estéril, y descan- mi libertad y d>3 mí vida toda y de-
sa tranquila orlada de resplandores, rramad vueRtra luz sobre mis ama-
mirando en tus ensueños dorados el dísimos padres, sobre mi familia to-
eterno alcázar á donde se dirijen da y sobre todo ese pueblo que no os
tus pasos. conoce.»
El Cardonal Hughes terminó su Dinora se levantó de su reclinato-
discurso dirigiendo á Dios una tier- rio con ánimo resuelto, y se dirigió
na plegaria por la perseverancia de á la puerta de la Iglesia. Allí la es-
Dinora y por la conversión de la eraba su familia, y la esperaba tam-
ciudad de Bostón al catolicismo.
Pero se acercaba el momento
E ién algo más de lo que se temía. En
aquel momento acababa de llegar de
del último y más terrible do los Pensilvania Benjamín Loveland, su
golpes. La última despedida. Dino- antiguo novio, dispuesto á impedir,
ra tañía que levantarse de las gra- á todo trance, la entrada de Dinora
das del altar, salir por la puerta en el convento. Apenas se acercó és-
principal de la iglesia, despedirse de ta á la puerta, cuando millares de
sus padres de una vez para siempre, pañuelos blancos aparecieron y se
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS 79
sacudieron en el aire, saludando á' darle aire con los abanicos. Les su-
Dinora, y despidiéndose de ella para plicó Dinora que la llevaran á un
siempre; la gente de la plaza, de las lugar ventilado que estaba muy cer-
calles próximas, de los balcones y ca de la puerta de clausura; hició-
ventanas do las casas vecinas, no ronlo así, muy lejos de ocurrírseles
pronunciaban otra palabra que Ja- el pensamiento de Dinora; pero ape-
rervelfor ever. Adiós para siempre. nas se vio en el lugar indicado,
Dinora contestó al saludo dicien- cuando en un abrir y cerrar de ojos
do: for ever: para siempre. Pero en el se les excurrió de las manos y se
mismo momento la abrazó su padre entró en clausura, dejando frustra-
llorando á gritos y mezclándose las dos todos los planas de Loveland
lágrimas del padre con las lágrimas su prometido, y dando término á las
de la hija; su madre, sus hermanos, excesivas muestras de cariño de sus
sus parientes todos se abalanzaron padres.
sobre ella, llorando como si la lleva- A los pocos momentos, dentro de
ran á destierro perpetuo ó á cadena las rejas de hierro se veía una joven
forzada,y si Dinora no quedó asfixia- religiosa carmelita, llamada herma-
da 6 ahogada ó prensada á fuerza de na Dinora de Santa Teresa, y un
tanto apretado abrazo, fué por un ilustro purpurado la estaba dicien-
milagro. Su hermoso vestido quedó do: «Has triunfado hija del alma.
ajado por completo, los encajes ro- ¡Adiós flor nacida sobre las olas de
tos y muchos de sus brillantes esta- la mar y transplantada al jardín pa-
ban sembrados por el suelo. cífico de Santa Teresa. Dirige tus
Mientras tanto, Benjamín Love- aromas hacia el cielo y esconde tus
land acercaba el coche al lugar de colores de las miradas de un mundo
los interminables abrazos, para en fugaz.»
un momento dado meterla en él y La hermana Dinora de Santa Te-
llevársela á casa; pero ni Loveland, resa escuchaba en silencio aquellas
ni el Cardenal, ni la policía pudo palabras y las guardaba en su cora-
arrancar á la joven de los brazos de zón.
hierro do su padre, y ningún esfuer- Un general se acercaba y se des-
zo hubiora bastado para librarla do pedía de este modo «Adiós, hija y
medio de tanto cariño cruel, si el que seas feliz.» Y una generala la
Cardenal Hughes no hubiora tenido decía «Adiós hija, qua yo me mue-
una ocurrencia feliz."8. E. en lengua ro.» Y un amante la repetía: «Adiós
que los circunstantes no entendían, mi alma, que me desespero.» Y la
pero que Dinora la conocía, dijo á és- hermana Dinora de Santa Teresa,
ta que se hiciera la desmayada antes les respondía con cara sonriente:
de que llegara el caso de quedarse «Adiós, y que Dios os acompañe; en
asfixiada realmente. en mi corazón os guardaré á todos
En el mismo momento puso Dino- sin olvidarme en toda mi vida ni un
ra en ejecución el pensamiento del solo momento y aquí me tendréis
Cardenal. Puso sus ojos en blanco, para siempre.»
hecho su cabera lánguidamente ha- Un día llegará, empero, día gran-
cia atrás y sus manos hacia abajo, de y terrible en que un arcángel di-
y en voz apagada dijo: «me ahogo.» rá: Levantaos muertos. Entonces
Como Dinora sabía representar muy salílrá Dinora del convento é irá á
bien estos papeles cómicos, todos unirse con sus padres al valle de Jo-
creyeron que se ahogaba, todo era safat.
Fr. $ úe S. ¥.
R I- P.
Después de una aguda enfermedad, santamente sufrida, se ha dormido
en el Señor el joven colegial dol Carmelo de Begoña, Fr. Modesto d é l a
Virgen del Carmen, á la edad de veinte años.
El Carmelo de la tierra ha perdido un religioso: el Carmelo del cielo
ha adquirido un ángel.
La inocencia brillaba aún en sus ojos, la pureza coloreaba sus labios,
el candor y la virtud ceñian su frente.
Era modesto, con esa naturalidad con que la modestia se manifiesta en
los que no saben lo que es pecado.
Se sonreía con esa ingenua dulzura con que se sonríe la niñez inocente.
Por eso cuantos le miraban experimentaban el dulce encanto que pro-
duce la vista de la santidad.
Por eso sus superiores y maestros, sus compañeros y condiscípulos le
querían como querríamos á los ángeles si se nos aparecieran en la tierra.
Flor cuyas hojas nunca se ajaron, cuya lozanía nunca se marchitó, que
nunca perdió su perfume, ha sido trasplantada á los jardines de la gloria.
Blanca paloma que nunca enlodó sus alas en los fangales del mundo, ha
elevado el vuelo y ha penetrado en la celeste región
Los ángeles le han tomado por compañero suyo y le han llevado consigo
al Empíreo.
La Princesa del Carmelo le ha introducido en sus gloriosos tabernáculos.
Mientras su padre y hermanos, sus superiores y compañeros lloran su
ausencia, los ángeles se regocijan, y aleteando en torno suyo, bendicen á
Dios que le ha agregado á las celestes jerarquías.
Que allá, en las eternas montañas del Carmelo celestial donde goza do
Dios, se acuerdo de nosotros; y el pensamiento de su felicidad inefable con-
suele á los que le aman y vierten tiernas lágrimas sobre su tumba.
A. M.
María del Carmen
paseé por las olas del mar, y puse mis pies en todas las
partes de la tierra, y en todos los pueblos; y en todas las
naciones tuve el supremo dominio. Yo sujeté con mi poder
los corazones de todos, de los grandes y de los peque-
ños. (1) Y así era razón que fuese: debía de ser Sobera-
na de todas las criaturas la que llevó en su virginal seno
y dió al mundo á Aquél por quien todas las criaturas
fueron hechas.
Su nombre es MARÍA, es decir, Estrella del Mar, y
ninguno se pierde en los mares alterados, turbulentísi-
mos de la vida, si se deja guiar por esa Estrella ruti-
lante.
Su nombre es MARÍA, que significa Mar de amargu-
ra, porque esta inocentísima Virgen es también la Ma-
dre de los Dolores; asociada á la obra divina de la Re-
dención del género humano, debió apurar hasta las he-
ces, como su divino Hijo Jesús, el cáliz de las amar-
guras.
Su nombre es MARíA es decir, Luz que disipa las
tinieblas de la duda, del error y del pecado; por eso la
llamamos también la Maestra de todos los doctores, y
el trono de la Sabiduría eterna. Y así era razón que
fuese, porque llevó en su seno virginal y dió al mundo
la Luz verdadera que ilumina átodos los hombres.
Su nombre es MARÍA, es decir, Esperanza, porque es
Madre nuestra amantísima, Madre de gracia, y Ma-
dre nuestra misericordiosísima. "¡Oh Virgen!—excla-
maba un Santo—Yo no tengo ninguna otra esperanza
que la que pongo en Vos, y esta me basta... Yo os sa-
ludo, pues, oh María, paz, alegría y salvación del mun-
do; yo os saludo, oh gloriusísima Mediadora, yo os sa-
ludo amable conciliadora del Universo!,, Y el dulcísimo
Bernardo se expresaba de esta suerte: "Queridos hijos
míos: ¿Sabéis cuál es la escala de los pecadores, cuál
es mi mayor esperanza, cuál es el motivo verdadero de
(1) Eclesiástico, cap. XXIV, vers. 7, 8,9, 10 y 11.
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^agraMHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIinilllllllllllllllllllllllllHMIIIIII^
Y dicho queda con esto que Ja que había sido predestinada para
enjugar nuestras lágrimas, y parte tan activa había de tomar en la
reparación del género humano, no se habíi de eximir de esta ley del
penar. Los destinos de la madre y los del hijo corrían á la par, y
uno y otra debían alimentarse con el pan del dolor. Por eso cuando
Jesús toma sobre sí la responsabilidad de todas las iniquidades, de
todos los crímenes y de todos los pecados de la humanidad, María
no rehusa la parte que le cabe en el cáliz de la pasión, se asocia á la
ley del dolor y acompaña á su Hijo hasta el Gólgota.
La primera prueba de esta verdad nos la ofrece María en el mis-
terio de su Purificación.
Un acto heroico de humildad lleva á la Virgen á presentarse al
templo como pecadora, como si la concepción de la misma Santidad
hubiera podido manchar su corazón inmaculado; y cuando las glori-
ficaciones del Hijo del Eterno, reveladas á un anciano, iban á coro-
nar todo el mérito de su humildad profunda, una profecia aciaga
llena de amargura su corazón de madre y viene como á eclipsar toda
su gloria.
%Esle Niño, le dice el profeta de Dios, será un signo de contradic-
ción levantando en medio de los pueblos, y tu misma álmi será traspasa-
da con la espada del dolor.»
María recibe á su divino Hijo, y con él el cáliz de la amargura
que el Señor en su misericordia se dignó enviarle. Ella comprendía
toda la acerbidad de su dolor, sabía que la espada había traspasado
su amante corazón y que el dolor venía á amargar todas las delicias
y consuelos que le ofrecía la vista del Hijo del Eterno Padre, pero
Ella se humilla más en la presencia del Señor, y allá en el fondo de
su corazón ofrecía al Eterno las primicias de su sacrificio con la
misma resignación que días antes aceptara la maternidad divina,
con el Hágase tu voluntad.
Verdaderamente la virda de los santos ostá llena de misterios y
penalidades, como la del pecador de manchas y de crímenes. María
estaba predestinada para crecer en la tribulación, como la rosa entre
espinas, y el anciano Simeón, inspirado por Dios, abriendo ante
Ella el libro de los padecimientos de Jesús, traspasa su alma con la
espada del dolor y anega su corazón en un mar de amargura.
Desde ese momento Jesús se trocó p¡ ra María de un manantial
de dichas y felicidades en una fuente fecunda de amargura. Ella le
meció en sus brazos pero leía en su frente la profecía de Simeón, y
contemplaba todos los pasos de su dolorosa pasión con aquel silencio
profundo que revela toda la expresión del dolor, y toda la ternura de
una madre afligida.
88 E L M O N T E CARMELO
<^^0^0^-(^^^^-(^^0^^^^^^^-0%-r
<B) 19
A JESÚS
>¿^IT=^
XI
(CONTINUACIóN)
f l í J E V ñ S ÜÜCHS S O B R E Iifl CARIDAD
(1) Y más bien por «1 fervor y méritos de la que era Madre de novicias
sin título honorífico.
Fr. E. I F.
(Se continuará)
SIN ESPUELAS
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
ROMANCES HISTÓRICOS
III
(CONTINUACIóN)
A LUIS, MI HIJO
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-9**g- -^m- -ae*- -s»«g"«eíe-«@g- -esse- -ssaé- -«ess- -^«s- -9s»s- -ease-
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
SOBRK LAS CORONAS, ROSARIOS Y CRUCiES
En la Misa solemne cantó las glorias del Divino Niño nuestro querido
Jefe de Redacción R. P. Luis de la Virgen del Carmen, haciendo resaltar,
en su hermoso discurso, el origen y el carácter carmelitano de la devoción
al Niño Jesús de Praga.
Termináronlos cultos con un devoto Ejercicio al Niño Jesús y con el
canto de los villancicos.
Son muy consoladores los notables progresos que va haciendo en el
mundo católico la simpática devoción al Niño Jesús de Praga, tan útil y
provechosa á los fieles.
ORDENES SAGRADAS.—El día 25 del pasado, el limo. Arzobispo de Verá-
poly Monseñor Bernardo de Jesús, ha conferido la Sagrada Orden del Sub-
diaconado en nuestro Convento de Alba de Tormes á once colegiales de
aquella Comunidad, ordenando también de Minoritas á otros dos religiosos.
Damos muy sincera enhorabuena á los nuevos ordenados.
A ULTRAMAR.—El 19 del pasado ha embarcado en este puerto con rumbo
á América el R. P. Demetrio del Cjrazón do María, para dedicarse á los tra-
bajos apostólicos en nuestro Convento de Puerto-Príncipe.
Lleve feliz viaje nuestro querido hermano.
NECROLOGíA.—Despaés do una penosa enf3rmedad sufrida con verdade-
ra rosignación cristiana y señales do extraordinario fervor, ha fallecido en
Burgos nuestro querido amigo don Joaquín Quintana Gutiérrez, Decano
del Colegio de notarios. Católico ferviente y cumplido caballero, el señor
Quintana jamás tuvo enemigos y en todos sus actos brillaba siempre la
honradez. En el ejercicio de su cargo demostró el inteligente Notario un
exquisito celo y una caballerosidad á toda prueba. Dadas estas excelentes
condiciones, no es de extrañar que todos sus conocidos fueran amigos, y
todos sus amigos admiradores, como se lo han patentizado en el curso de la
breve enfermedad que le ha llevado al sepulcro, confortado con los sacra-
mentos déla Iglesia y las bendiciones de todos los suyos.
A su hijo político y nuestro buen amigo don Ramón Pérez Cecilia, her-
mano de nuestro querido P. Director, así como á toda la familia del finado
acompañamos en el sentimiento.
—En el Convento de Carmelitas Descalzas de la Imagen en Alcalá de
Henares, falleció la Hermana Antonia del Sagrado Corazón de Jesús, á los
75 años de edad y 42 de vida religiosa.
—Confortado con todos los auxilios de la Iglesia ha fallecido en Burgos
el virtuoso é ilustrado sacerdote don Teodoro Llnch- Por su celo, laborio-
sidad y carácter bondadoso se había captado las simpatías do todos los bur-
galeses, entro los cuales ha sido sentidísima su muert» Los Carmelitas le
tenían entre sus mejores amigos y conservarán perpetuamente su memoria
con gratitud.
— En las Carmelitas Descalzas de Grajal de Campos ha fallecido la Her-
mana María Josefa del Sagrado Corazón de Jesús, á los 62 años de edad y
20 de vida religiosa en nuestra Sagrada Orden.
—A la avanzada edad do 72 años, de los cuales pasó 55 en la religión,
falleció, en el Convento de Carmelitas Descalzas de Vich, la Hermana Ma-
ría Carmen del Sagrado Corazón de Josús.
- - E n Almería, ha fallecido santamente la virtuosa señora doña Fran-
cisca Palero, Viuda de Ramírez, suscriptora de E L MONTE CARMELO.
112 EL MONTE CARMELO
•o-
NUEVA IGLESIA
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Dinora Coppinger
• ••••lili MI II
V.
Que para entrar en el cielo no era »Os saludo, pues, desde esta 9an-
necesario ni encerrarse en un con- ta casa y os suplico no tengáis pena
vento, ni cortarse el pelo, pero que de mí, pues me encuentro en la po-
era necesario de un modo absoluto sesión de lo que tant > deseaba.»
creer lo que creen los católicos y E-ta carta de la Hermana Dinora
practicar lo que ellos practican. de ¡ata. Teresa vino á completar la
Aquella conversación fué inte- obra que el Cardenal había empeza-
rrumpida por una carta quo se reci- do, y el fruto de las oraciones de la
bió en aquel momento dirigí Ja á to- Hermana Dinora y del Cardenal
dos los allí reunidos. Era una'carta Hughes fué magníficamente satis-
de la Hermana Dinora que se ex- factorio, aún mucho más satisfacto-
presaba en estos términos: rio d<) lo quo se esperaba.
«Mis Padre3 y amigos: En estos Un año más tarde veíanse entrar
momentos en que mi siento feliz, co- todos loe días á oir misa en el con-
mo no me he sentido nunca, quiero vento do las carmelitas un respeta-
manifestaros mi corazón y el gozo ble caballero y su señ>ra. Aquel ca-
que me inunda por todas partes. ballero y aquella señora eran los
Perla de oro ma siento dentro de la modelos y el tipo del verdadero ca-
concha de naoar. Las horas que se tólico. Se confesaban y comulgaban
deslizan serenas y pasan tranquilas,' to los los meses y no había virtud
tocando apenas mi vida, me parecen do que no fueran ejemplares. Eran
como aromas dulcísimos que la sua- el General Coppingor y su esposa.
ve brisa do los mares trasporta ante El ejemplo de estos dos esposos
m), recreando dulcemente mis sen- había sido imitado por muchos de
tidos. Las torres y los castillos, lo sus parifntrs, y antes de que la Her-
mismo que las chozas y los alcaceres, mana Dinora hiciera su Profesión,
las lLanuras y los montes, los cam- hab f a en Bostón crecido número de
pos y las ciudades con todos sus en- familias católicas.
tretenimieutos, me dan fastidio y Las figuras más salientes de estas
repugnancia ante la dulce calina conversiones fueron las tres amigas
que se siente en esta soledad en quo do Dinora, pues así como fueron.las
el mismo Dios so encarga de hacer que más la persiguieran y con más
compañía al alma. airitud atactron la resolución do su
¡Ah! cual pálida virgm que cruzi amigabas! fuurnn las que mejor la
el mundo en un instante, como uno imitaron después. Pero de esto tra-
de esos ensueños vagos, tímidos, fu- taremos más tarde.
gaces que desaparecen en un mo- ¿(Jomo pisó la Hermana Dinora su
mento, así desaparecerá ésta que ha año'd» noviciado? Si dijéramos que
« d o vuestra amiga; pero cuando mi las luchas más terribles que la Her-
cadáver frío sea conducido al sepul- mana Dinora sufrió en toda su vida,
cro y mi alma, cual velo flotante, fué en su noviciado, parecería in-
sea trasportada ál cielo p ir brisas creíble. Sin ombargo. oso quo parece
angélicas, ¿podréis vosotros acorap i- increíble es una verdad, lili mundo
ñarme? ¿nos veremos un día reuni- había dejado do perseguir á la que
dos? ¿nuestra amistad podrá ser pa- se había escapado do sus garras; pe-
ra siempre? ¿podremos darnos un ós- ro al escaparse Dinora de las garras
culo eterno? Una cosa os es necesa- del mundo, vio que el demonio la
ria: adjurar el protestantismo y abra- tendía sus redes, y con t i n t a astucia
zar el catolicismo, abandonar las ti- fueron tendidas esas rodos que casi
nieblas y abrir las puerta3 a la luz, se vio á punto de sucumbir.
dejar á un lado á Lutero y someter- Parecía que hasta el mismo Dios
se en todo al sucesor de San Pedro. se había alejado de su sierva para
«Si yo tuviera la dioha de veros hacerla probar desde un principio el
entrar en el seno de la Iglesia cató- amargor de su cáliz. Es verdad que
lica, mi gozo sería inefable, pues po- las fuertes impresiones que la Her-
dría decir que desde ese momento, mana Dinora había recibido los días
nuestra amistad empezaba á ser antes de su entrada en el convento
eterna, me vería en la seguridad do habían sido muy fuertes, pero para
DO separarme do vosotros jarnos, y todo oncontraba fuerza entonces; el
al veros romper las cadenas con que abandonar á su familia y todo cuan-
Satanás os tiene atados, entonaría to pudiera causarle algún placer en
un himno de triunfo á Jesucristo el mundo, le era muy fácil, porque
Bey de la verdad. Dios en su bondad infinita daba va-
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS 119
lor á BU sierva para que pudiera sa- pasaba dentro de su alma. Sin em-
lir triunfante en aquellos lances pe- bargo, de vez en cuando se notaba
ligrosos, pero una vez dentro del en sus facciones algo de profundo y
convento cortó Dios la corriente de de íntimo que pasaba en sus aden-
aquellas gracias, el cielo se la volvió tros, pero como estas señales suelen
de bronce, la divina luz escondióse ser comunes con más ó menos inten-
de su vista, los sentimientos de su sidad en todas las vocaciones, no se
corazón se convirtieron en arideces, le dio impoitancia.
la claridad de su inteligencia en ne- Dos meses cabales duró aquella
gras tinieblas y la certeza de su vo- agonía, después de los cuales des-
cación en duda amarga é insopor- apareció todo, como arrancado por
table. una mano invisible. Parecía que el
Cuando una alma se encuentra en ángel del consuelo habia dicho á la
este estado, cuando el eepíritu de Hermana Dinora «Levántate y an-
Dios quiere purificar una alma de la da» Lo cierto es que Dinora so en-
escoria de que está envuelta ó algún contró cambiada por completo, ni
tanto manchada, es espantosa la sabía lo que le pasaba, casi ni se co-
prueba á que la somete. Aquellos nocía á sí misma.
días de prueba se convierten en un ¡Qué hermoso suele ser este cam-
purgatorio real y verdadero, se con- bio del estado de prueba al estado
vierten en un horno el más voraz y del descanso! La faz divina se le pre-
ardiente, como que allí tiene que pu- sentó clara y sonriente, desaparecie-
rificarse el oro de aquella alma ron todas las dudas, el acierto de
que más tarde está destinada á en- su vocación claro é inspirado, una
trar en íntima unión ton Dios. alegría inmensa se extendía por to-
Tales fueron los primeros días del da su alma y por todo su cuerpo; su
noviciado de la Hermana Dinora. porvenir se le presentaba risueño y
Parecíale que se habia equivocado tranquilo, la cojapañía do las her-
en su vocación, creía que el espíritu manas dulce y agradable, y el con-
del mal la había traído á aquel lu- vento como una antecámara del cie-
gar para hacerla desesperar. El acu- lo, donde no cabía de gozo y de con-
dir á Dios en la oración la servía de tento. Pasaba horas enteras en la
mayor tormento; la lectura espiri- oración, absorta en la contemplación
tual se le hacía casi incomprensible; de las grandezas divinas, y la comu-
no hallaba gusto en nade; le parecía nión se le convirtió en un manantial
que las paredes la apretaban y el te- de inefables consuelos.
cho se le venía encima. Ensólopensar Son inexplicables las alegrías (Jfle
que allí dentro de aquellas paredes el alma siente cuando se encuentra
tenía que pasar toda su vida lo pare- bajo la influencia do la gracia visi-
cía desmayarse, y todo su porvenir tada por el rocío del consuelo divi-
se le presentaba oscuro y lúgubre. no. Tanto lo fué en la Hermana Di-
¡Qué terrible es esta prueba, sin nora, que no cesaba de dar gracias á
embargo bastante común en las jó- Dios por los beneficios que de au di-
venes novicias! No hay que extrañar vina mano había recibido; acordába-
nada, porque el demonio hace enton- se do su antiguo compañero de viaje
ces los últimos esfuerzos, para arran- Pranchi, cujo escapulario milagro-
car del santuario aquellas almas so había sido la causa de su conver-
que con sus plegarias arrancarán sión al catolicismo, y no se cansaba
más tarde tantas almas de las garras de bendecir á Dios por aquella santa
de Lucifer. y feliz casualidad que tantos prodi-
La Hermana Dinora tenía que gios había obrado en ella.
arrancar muchas, muchísimas de las Pero la Hermana Dinora no se
manos del astuto tentador, así que contentaba con bendecir á Dios de¡
no es nada extraño el que ella tu- palabra y por un puro sentimentalis-
viera que sostener aquella terrible mo del corazón, sino que, poniendo
lucha con su enemigo, con quien ya manos á la obra, empezó la obser-
so había empezado á luchar cuerpo vancia regular con tal entusiasmo y
á cuerpo. exactitud, que hubiera podido servir
Durante tido este tiempo mostró de modelo á la religiosa más fervo-
la Hermana Dinora un exterior com- rosa y observante. Nadie era más
placiente, un rostro alegre, y una puntual que ella en todos los actos
conversación amena, y no dio á en- de comunidad y tan fervorosa en to-
tender en su exterior nada de lo que dos ellos que desde el momento en
120 EL MONTE CARMELO
Fr. g as g. ¥.
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11 n 1111111 n 111 ii i n 11 ii 11111111111111 I I I I I I I I I H I I I I I I imiiiiiiiiiiiiiiMuiininiiinniiif;
NTTESTRA NOBLEZA
sus tesoros; y nos asombran los progresos del arte y los inventos de
la ciencia; y abrimos los ojos para ver la suntuosidad de las ciuda-
des fabricadas de oro y plata y mármoles riquísimos; sepamos que
todo esto, y cuanto de hermoso y deleitoso se guarda en el universo,
sombra tan sólo es de lo que Dios ha puesto en el interior del hombre,
qua es el ser más noble del universo visible. Porque á todas las otras
criaturas hermoseó Dios como de paso, cuando, según la poética
frase del cantor de la Noche Oscura,
Mis gracias derramando
Pasó por estos sotos con presura
Y yéndolos mirando
dejó en todos, los seres un rastro de vestigio de su grandeza y poder
de su sabiduría y amor con las demás virtudes divinas. Pero en el
alma del hombre puso belleza de más subidos quilates, y la ennoble-
ció y levantó cuanto sufrirlo puede una criatura; porque tomándola
Dios con HUS mismas divinas manos, la envolvió de su gloria, y en-
derezando hacia ella la luz de su rostro santísimo, la figuró á su estilo
y talle y la asemejó á sí mismo y estampó en ella la imagen de su
naturaleza y de su ser.
«Hagamos al hombre», dijo Dios después de criar los cielos y la
tierra,» hagamos al hombre á nuestra imagen y semejanza.
Lo que hasta entonces á la voz creadora de Dios había ido sa-
liendo de la nada al ser, copia era, ciertamente, y participación de
perfecciones divinas, barruntos y asomadas de la majestad y grande-
za y poder del supremo Hacedor; pero un retrato ó imagen de lo que
es Dios en sí, en criatura ninguna se había aun esculpido. Sólo en la
obra del sexto día quiso Dios hacer gala y generoso alarde de lo
más exquisito de su bondad y sabiduría; y cuando estuvo ya figurado
y tallado aquel pedazo de tierra que Dios había cogido del bajo
suelo, y descubría ya las hermosísimas facciones de hombre, sopló
el Creador en él el espíñtu de vida, y quedó hecho el hombre ima-
gen y semejanza divina, y tomándole Dios de la mano, como compa-
ñero y amigo, le llevó al paraíso y le dio posesión de sus riquezas y
de sus deleites.
Tal fué el amor inenarrable de Dios Criador y Señor nuestro,
que quiso que nos llamáramos y fuéramos de verdad hijos suyos (1)
porque su virtud generadora está en nosotros (2), y su generación
es la que nos conserva (3). Dios, dice San Pedro, nos ha dado tales
(1) I. Joan. I I I .
(2) Id. II.
(3) Id. V.
NUESTRA NOBLEZA 127
y tan preciosos dones que hemos pasado á ser consocios de su di-
vina naturaleza (1); y el mismo Dios, por boca del Real Profeta, dijo
de las almas en gracia: dioses sois vosotros é hijos del Excelso.
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(1) Il.Petr. I.
(2) Nombr. do Cristo, lib. 2.° Príncipe de Paz.
12B éL MONTE CARMELO
(1) Exolam. 18
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XI
Dos hermanos'sacerdotes.—Lo que ella entiende por estas palabras del li-
bro de los cánticos: «Atraedme»—Su confianza en Dios.—Una visita del
cielo.—Halla su reposo en el amor.—Llamamiento á todas las pe-
queñas almas.
í'» •A
como Nuestra Madre Sauta Teresa de Jesús, ser «hija déla Iglesia»
y rogar por todas las intenciones del Vicario de J C. porque ese es
el fin de mi vocación.
Un día, después de recibir la comunión, Jesús me dio á compren-
der estas palabras del Cántico: «Atraedme, corramos tras el olor de
vuestros perfume.*.» Oh Jesús, es muy cierto que atrayéndome á mí,
atraéis á las almas que yo amo.
Esta simple palabra «Atraedme» basta. Sí, cuando una alma se
ha dejado cautivar por el olor de vuestros perfumes, no va sola, sino
que arrastra todas las almas que ama; consecuencia natural de su
atracción hacia vos.
Bien lo sabéis, oh Dios mío, yo no deseo ni ambiciono otra gloria
que amaros.
El amor llama al amor, el mío se lanza hacia Vos, quisiera cal-
mar el abismo que lo atrae, pero ¿qué es sino una gota de rocío per-
dida en el Océano? Para amaros como Vos me amáis, era preciso
que me prestaseis vuestro mismo amor, y entonces mi alma repo-
saría.
Oh Jesús, yo os pido que améis á los que me habéis dado como me
amáis á mí misma.
Si algún día en el cielo veo que los amáis más que á mí, yo vas
alegiaró de eso, porque sus méritos así lo exigen; mas aquí abajo,
no puedo concebir otro amor que el que me habéis prodigado, sin
méritos de mi parte.
Un sabio dijo: «Dadme una palanca con su punto de apoyo y
levantó el mundo.» Lo que Arquímedes no pudo obtener porque pe-
día una cosa que no redundaba para gloria de Dios, los santos lo
conseguirán plenamente. El Todopoderoso les dio un punto de apo-
yo: El mismo, El solo, por palanca la oración abrasada de amor di-
vino, y de este modo es como han levantado el mundo, y así es co-
mo lo levanta y la levantará hasta el fin del mundo.
Me resta deciros lo que entiendo por el olor de los perfumes del
Bien Amado.
Toda vez que Jesús subió á los cielos, no puedo hacer otra cosa
que seguir las huellas que dejó en este mundo ¡Ahí y cuan resplan-
decientes son estas huellas, ¡y qué perfumes despiden! No hay más
que recorrer con la vista las páginas del Evangelio, y en cada una
de ellas se verán dichas huellas despidiendo una luz vivísima que
ilumina los entendimientos y un olor suavísimo que recrea los sen-
tidos.
Fr. E. S. F.
(Se continuaré)
ItoiyiiiiigÉ •j 5)neJ 5¿Ew AjKyii!M& •?}£?* -'JE?? •yfi?' ^3E^^iI^-?M!?-?M?^M*v/E35)T
SIN ESPUELAS
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
ROMANCES HISTóRICOS
V
Ya la luna hasta el zenit De pronto paróse el rey
En su carroza ha subido, Y ojos aplicó, y oídos
Desde allí sobre la tierra Hacia atrás; el compañero
Derrama sus rayos tibios. En tono de pique dijo:
En dos casquetes de acero —Más parece que á una cita
Y en espadas de lo mismo, De amores hoy acudimos,
Del luminar de la noche Según lo que receláis
Refleja el pálido brillo. Y que tenéis, imagino,
Son de dos aventureros Mucho miedo; y á fe mía,
Que en silencio y con sigilo Quenohayporqué,puesconmigo
De los reales castellanos Vais, señor, bien escudado.
Para Zamora han salido. —¡Miedo yo, bellaco, indigno?
Las guardias al conocerlos Marcha aprisa, que al infierno
No pudieron impedírselo, Que vayas, allí te sigo.
Que uno mostró ser el rey —No digo tanto, señor,
Con ademanes altivos. Sino que al veros esquivo,
Ambos con gran sobresalto De mi palabra dudando
Sigiendo van su camino, Cuando yo anhelo.—¡Por Cristo!
Porque escuchados ser pueden, Que el tiempo vuela, y deseo
O porque pueden ser vistos. Ver cuanto antes el postigo.
Y aunque mucho van hablando Redobla el paso que el diablo
Sus palabras no hacen ruido; Coge á los que no handan listos.
Se pierden sordos sus ecos —Os obedezco... Muy pronto
En los senos del abismo. Llegaremos á ese sitio.
Pero ¡ay! que siempre el in- Ligera capa de cal
(fierno Tapa la entrada; en olvido
Deja abierto algún resquicio Yace desde luengos tiempos,
Por donde á sus servidores Desalojado asimismo
Les paga con un castigo. Está; nadie le defiende:
Aprisa los dos marchaban Si el cielo nos es propicio,
Sin hallar ningún peligro, Por él mañana en Zamora...
Mas denunciaba la luna —Dejad de hablar, por ¡Dios
Sus bultos con tenue brillo. (vivo!
Y seguidme lo que resta,
136 EL MONTE CARMELO
ate itc' 4r *tf "ir & $t *jf "i/ "ít 'ítt út itf alf- ate >fr ale alf i^^Jtittatealf-ífcaiP-ífcste-ílf-afc-^ilff^tP-attafrA
xxn
(CONCLUSIóN)
mucho curando á los enfermos, y queda ileso por ,1a protección di-
vina. Nada digo de los millares de infantes infieles que ha bautiza-
do. Esto lo sabremos en el cielo.
1881. En este año fué construida de nuevo (5.a vez desde la
fundación de la misión) nuestra iglesia de Bassorá, y el año siguien-
te nuestro viejo convento de Bagdad fué derribado, y reemplazado
por uno nuevo muy bonito.
1884. El P. Prefecto Apostólico compró en Amara, villa cons-
truida sobre las márgenes del Tigris, entre Bagdad y Bjssorá, un
terreno bastante capaz y construyó una casa con el fiu de fundar
más tarde una misión en aquel lugar.
Desde luego abrió una escuela de niños, y encargó á un sacer-
dote oriental el educarlos á coste de la misión.
1886. El 6 de Diciembre de 1886, el que escribe estas líneas
llegó á Bagdad, con un compañero, el P. Fr. Manuel de la Virgen.
Veníamos los dos del convento de Calahorra, de que somos aún
conventuales... in partibus infidelium.
Padro Santo acababa de conferirle, cargo que á pesar de todo aceptaba muy
gustoso y con nacimiento do-gracias.
Manifestó después el tierno amor que á su querida Orden profesaba, y
que en lo sucesivo, con más razón que nunca, trabajaría cuanto estuviese
de su parte por la prosperidad de su Orden, y porque se conserve vivo en
ella el espíritu de la Santa Madre y el amor tradicional al Soberano Pon-
tífice y á la Religión Católica.
Terminó diciendo que todos podían acudir á él con ilimitada confianza
porque estaba dispuesto á probar con los hechos cuánto es lo que se inte-
resa por el florecimiento de la ilustre Reforma de Nuestra Santa Madre.
»Mi protección—añadió el Cardenal—se extenderá no sólo á la Orden en
«general, sino á las Provincias, á los Conventos, á los Religiosos y á las Re-
ligiosas, que soliciten mi protección. En fin, trabajaré cuanto esté de mí
«parte por demostrar que soy verdadero hijo agradecido de mi gran Madre
«Santa Teresa de Jesús.
Es imposible que yo pueda decir á V. R. la impresión de gozo que causó
en todos el hermoso discurso de Su Eminencia: todos quedamos" edificados
y llenos de consuelo.
Terminó la ceremonia con el canto del Te Deum y la Bendición del
Cardenal.
Ha sido ésta una de las funciones más hermosas y patéticas que he
presenciado. Suyo afmo.—El Corresponsal.
. Roma 3 de Febrero de 1903
E L MONTE CARMELO se congratula de tan fausto acontecimiento, y eleva
al ilustre purpurado el testimonio de su cariño filial y de su adhesión in-
quebrantable.
E L SK. ARZOBISPO DE VERáPOLY, EN ALBA DE TORMHS.—R. P. Director
de E L MONTE CARMELO.—El 28 del pasado salió de esta el Reverendísimo
señor Fr. Bernardo de Jesús, Carmelita Descalzo, Arzobispo de Veránoly,
después de haber permanecido en esta Villa de Alba de Tormes casi dos
meses. Para que los lectores de su ilustrada revista tengan una idea de las
fiestas con que ha sido obsequiado el ilustre Carmelita, voy á hacerle una
breve reseña. Llegó á esta Villa Ducal el 1 de Diciembre del año pasado
en compañía del R. P . Provincial y el P . Prior de Osma, siendo esperado
on la estación por nuestro amadísimo P. Prior; los demás religiosos de la
comunidad Albense le esperaban en la iglesia; una vez que hubo llegado el
señor Arzobispo se cantó la solemne Salve Carmelitana', después de la cual
el Prelado dio la bendición al numeroso público que se había reunido en
la Iglesia; inmediatamente el Reverendísimo P . Bernardo fué á visitar el
sepulcro de la Santa, donde permaneció largo rato postrado ante la tumba
de su Madre Sta. Teresa de Jesús. El día siguiente, festividad de la Inma-
culada Concepción, dio la comunión general en la Basílica á todos los se-
ñores y señoras que componen la conferencia de San Vicente de Paul y á
los mendigos y pobres de la villa. Por la tarde el colegio de teólogos de
este Convento obsequió al limo. Señor con una magnífica y hermosísima ve-
lada literario musical, sobresaliendo en ella los discursos pronunciados en
vascuence, castellano y latín y hermosas poesías latinas y castellanas; la
parte musical resultó excelente, llamando la atención del Prelado un himno
á tres voces y una plegaria del estilo del célebre Palestrina con la letra de
«O quám speciosi pedes evangelizantium pacem», cantada magistralmonto por
148 EL MONTE CARMELO
los jóvenes colegiales; tan agradablo acto se dio en dos partes, terminando
la primera con un precioso diálogo en verso y la segunda con un magnífico
juguete cómico titulado 'Después de descarrilar*, alusivo á la terrible ca-
tástrofe que ya conocen los lectores de nuestra revista. En esto momento el
señor Arzobispo no pudo menos de reclinar su cabeza sobre el pecho de
N. P. Provincial, que estaba á su lado, y verter consoladoras y agradecidas
lágrimas; terminó la velada con un magnífico y elocuente discurso pronun-
ciado por el señor Arzobispo, dando á todos las más expresivas gracias por
los elogios que le hablan tributado y pidiendo le dispensasen no fuera más
largo, puesto que estaba hondamente conmovido y su lengua no podía ma-
nifestar lo que sentía su corazón; la velada tuvo lugar en un espacioso sa-
lón adornado al efecto de una manera elegante y primorosa por varios co-
legiales de este colegio; estaba iluminado con multitud de arañas y varios
focos eléctricos.
El día 10 Pontificó el Edmo. Prelado en la iglesia de la Santa y por la
tarde después de la exposición y rosario, el R. P . Estanislao de la V. del
Carmen con la elocuencia que le es tan natural, pronunció un admirable
y fervoroso discurso, tomando por tema las palabras del coronado vidente
Misericordia Domini quia non sum consumptus»; terminado el sermón el Ilus-
trísimo P. Bernardo vestido con los ornamentos pontificales y ante la pre-
sencia real de Cristo, Victima amorosa, entonó conmovido el «Te Doum»,
precioso himno que continuó la capilla de músicos; esta función fué dedi-
cada i. Nuestra Santa Madre en acción de gracias por haber salido ilesos el
Ilustre Carmelita y otros tres religiosos del terrible accidente que les acae-
ció en las Indias y que ya es de todos conocido. Al día siguiente el colegio
teológico Albense celebró en honor del Rdmo. Prelado Carmelita una con-
clusión teológica tratando y discutiendo á maravilla la difícil é inescruta-
ble materia de la «Predestinación»; este acto duró más de tres horas, du-
rante las cuales Monseñor estuvo muy atento y con una satisfacción admi-
rable.
El día 21 por la mañana dio la profesión solemne á un religioso de esta
comunidad y el 22 á una religiosa carmelita. En las Vísperas, Maitines y
Misas de Navidad y Reyes oficio de Pontifical el señor Arzobispo, y todas
las tardes del Octavario que durante las Navidades hemos celebrado, asis-
tía de capa magna ó de capisayos, así es que este año ha resultado solemní-
simo; los sermones los han pronunciado los eminentísimos oradores Nues-
tro M. R. P . Provincial y el P. Estanislao; no hay para qué decir que tanto
á estas fiestas, como á todas las que ha presidido Monseñor Bernardo, el
pueblo Albense ha contribuido admirablemen te, no siendo capaces de con
tener el numeroso gentío ni nuestra iglesia, ni la Basílica de la Santa.
El dia 15 de Enero administró el Arzobispo el sacramento de la confirma-
ción en el cercano pueblo de Navales, confirmando á unos cuarenta niños
del pueblo; el Rdmo. Prelado fué recibido con un verdadero delirio y con
un entusiasmo indescriptible, siendo objeto de vivas aclamaciones y de nu-
merosas pruebas de cariño; Monseñor quedó muy agradecido sobre todo al
dignísimo señor Párroco, á Jos señores Médico y Maestro, al señor Alcalde
y á don J u a n Antonio Plores, suscritor de nuestra revista y padre de un
religioso y religiosa de nuestra orden y de un P. Jesuíta; dicho señor don
J u a n Antonio hospedó en su casa al Ilustre Carmelita; acompañaron al se-
ñor Arzobispo en tan solemne fiesta Nuestro amadísimo P. Prior y tres Pa-
CRÓNICA CARMELITANA 149
Volvamos, pues, los ojos á esta nueva casa de Dios para bendecirle y
alabarle, y fijemos la vista en los Carmelitas que van á levantar este tem-
plo a la Virgen Inmaculada, á cuyo amor y culto viven consagrados. No
hay qué decirlo que yo quifjro á los Carmelitas, decía conmovido el Prela-
do—¿no los he de querer?—yo siento hacia ellos especial afecto, no sólo por
los Padres de esta Eesidencia, que al fin como particulares pasan y hoy son
unos y mañana otros, sino porque todos son representantes de la insigne
Orden Carmelitana que & través de los siglos va predicando las glorias y el
amor do la Madre de Dios. Todos agradecidos á sus trabajos, debemos ayu-
darles con nuestro concurso material y moral para que sobre esta primera
piedra se levanten pronto las que han de componer y coronar el edificio
que hoy so empieza. Así lo espero del pueblo de Santander que tan acen-
drado amor profesa á los Carmelitas, y cuando esta esperanza se convierta
en hermosa realidad, yo tendré mucho gusto en dirigiros otra vez la pala-
bra desde la Sagrada Cátedra del nuevo templo el día que se abra al culto.
Terminó su elocuentísimo discurso nuestro venerable Prelado pidiendo
á todos una oración á la Santísima Virgen por la salud del señor Arzobispo
do Vorápoly, para que pueda volver á las Indias á difundir la luz del Evan-
gelio, y rogando al mismo ilustre Prelado de la Orden Carmelitana que
diese su bendición á los allí congregados.
Hízolo así el señor Arzobispo de Verápoly, y con esto se dio por termi-
nado el solemne acto, que seguramente dejará en cuantos á él concurrieron
muy gratos recuerdos.
Quiera el Señor que no sufran ningún entorpecimiento las obras, y que
en el plazo prefijado se abra al culto la nueva iglesia que ya comenzó á
edificarse con la bondición y colocación de la primera piedra por el vene-
rable Arzobispo de Verápoly.
Visita á Corbán.— Al día siguiente de la bendición de la primera piedra
de nuestra nueva iglesia, nuestro venerable Arzobispo Monseñor Bernardo
estaba invitado para ir á visitar e) Seminario Cjnoiiiar de Corbán, y en
efecto allá se dirigió por la tarde acompañado del Excmo. señor Obispo
de la Diócesis, del canónigo don Jacinto Iglesias, R. P. Provincial de Na-
varra, del R. P . Constancio, P . Elíseo, P . Ángel María y P . Simeón. Lle-
gados á Corbán fué recibido el ilustre Prelado á la puerta de la antigu sun-
tuosa morada de Jerónimos, por el señor Rector y todo el Claustro de Pro-
fesores, con quienes entró en el Seminario donde le esperaban formados
todos los seminaristas. Acto continuo se dirijieron todos al magnífico salón
de actos y allí se celebró una brillante velada en honor del Rdmo. Arzo-
bispo de Malabar. La capilla de Música del Seminario cantó un himno
patriótico español que agradó mucho á su lima. Después el docto profe-
sor don Antonio Gutiérrez improvisó una poesía saludando á Monseñor
Bernardo en nombre de todos los profesores y seminaristas de Corbán, y
recordando, con frases de gratitud para Dios, el milagro de haber salido
Su lima, ileso de la terrible catástrofe do Mangapanán. Otro colegial leyó
otra poesíajíy al fin el venerable Arzobispo dirigió su autorizada y respeta-
ble palabra á los seminaristas, diciéndoles que se complacía de verse entre
ellos, en medio de un número de jóvenes levitas tan considerable como
no se ve nunca en la India, y les agradeció las muestras de cariño y res-
peto con que le habían recibido. Vosotros, les dijo, formáis una milicia bajo
el mando de vuestro limo. Prelado, y tendréis que reñir recias peleas con-
154 EL MONlE CARMELO
tra la ignorancia y el error, yo rogaré á Dios para que en estas batallas lo-
gréis muchas victorias y sea cada uno de vosotros un capitán que lleve
por el mundo desplegadas las banderas de Cristo que es nuestro camino,
nuestra verdad y vida. Dióles después su bendición, y en compañía del se-
ñor Rector y Profesores recorrió el Seminario, admirando la belleza y gran-
diosidad de aquel edificio y las excelentes condiciones que reúne para la
vida del estudiante eclesiástico. Después de haborlo visitado todo deteni-
damente, se despidió, altamente satisfecho de la excursión de aquella tarde.
Al siguiente día, muy de mañana nos dejó nuestro venerable Padre, sa-
liendo para el Soto en compañía del M. R . P. Provincial de Navarra, del
R. P . Constancio y del P. Elíseo, siendo cariñosamente despedido por to-
dos los Padres de la Comunidad.
El R. P. Provincial de Castilla.—Hemos temido el gusto de hospedar entre
nosotros durante unos días al M. R. P. Provincial de Castilla P . Sebastián
de Jesús María y José que vino á ésta acompañando á Su Excelencia el
Arzobispo de Verápoly y con motivo de la colocación de la primera piedra
de nuestra nueva Iglesia.
En honor del Niño Jesús de Praga.—El día 30 de Enero se celebró por los
Colegiales de S. Teología de nuestro Carmelo de Begoña una solemne fun-
ción en honor del Santo Niño Jesús de Praga en el precioso y artístico
Oratorio del Colegio dedicado á esta tierna y simpática advocación.
Fué como una fiesta de familia, santa y alegre, solemnísima y expansiva,
en la que los sentimientos de amor y devoción al Divino Niño, objeto de
aquellos cultos, parecían tomar cuerpo y hacerse ostensibles en los suaves
perfumes del incienso, en las esplendentes luces de los cirios, en las armo-
niosas notas de la música; fiesta en la que reunida toda la Comunidad á los
pies del milagroso Niño de Praga y entre los esplendores que brotaban de
la hostia eucárística, era como una vislumbre de las fiestas de la gloria,
con el incienso de la caridad consumada, con las luces de la visión beatí-
fica, con el incesante Santo, Santo, Santo que se canta al pie del trono del
Omnipotente.
Por la mañana se cantó, perfectamente interpretada, por un nutrido coro
de colegiales, la admirable Misa en do menor á cinco voces de Gouno 1 ofi-
ciando en el altar el R. P . Subprior del Colegio, asistido por el M. R. P. Prior
de Begoña y el R. P. Atanasio del S. C. de Jesús, Segundo Defiaidor Pro-
vincial, que accidentalmente se hallaba aquellos días en dicho convento.
Por la tarde se cantaron las vísperas solemnes del dulce Nombre de J e .
sus con el brillante himno Jesús dulcís memoria á cinco voces de F . Riga; y
después del inspirado terceto Cor Jesu amore flagrans de Mariconi cantado
magistralmente y con mucho sentimiento religioso por el susodicho P. Ata-
nasio y los colegiales H.° Hilario de Santa Teresa y H.° José Joaquín de la
Virgen del Carmen, subió al pulpito el joven colegial H.* Antonio María
de Jesús á hablar del Santo Niño Jesús de Praga y de su dulcísimo Nombre
y con la elocuencia del amor, que es la más persuasiva de todas las orato-
rias, expuso lo que significa el Nombro de Jesús y cómo le conviene por
inefable manera al Verbo encarnado, porque cuando ni la ley natural con
todos los esfuerzos de las inteligencias paganas de los más grandes sabios
de la antigüedad, ni la ley de Moisés con sus ritos imponentes y la severi-
dad de sus preceptos, pudo salvar al género humano, le salvó Jesús, piado-
so samaritano que á la humanidad caída, y llagada regeneró y levantó y
CRÓNICA CARMELITANA 155
curó con la salvación más abundante y rica y amorosa. Y esta salvación que
ha de pe'rpetuarse hasta el fia de los siglos, decía el joven orador, se mani-
fiesta en estos tiempos de indiferencia glacial que hiela los corazones y co-
rrupción espantosa que mancha las almas, se manifiesta en la senoilla y
tierna devoción del Niño Jesús de Praga que, cual sonriente y florida pri-
mavera, viene á devolver á los espíritus la lozanía de la santidad y la
frescura de las virtudes que les habla arrebatado el invierno de corrupción
y de vicios. Esta devoción que ha nacido en los claustros carmelitanos y
que recuerda las finezas del niño Jesús á los Carmelitas de Praga, apode-
rándose de los corazones juveniles, es un elemento y una esperanza de sal-
vación para la sociedad. Vivamos con esta esporanza, terminaba, y ya que
el Niño Jesús se ha dignado escoger como asilo suyo y de su devoción los
Conventos del Carmen, guardémosle, custodiémosle, como prenda de salva-
ción temporal y eterna.
Digno coronamiento de esta hermosa fiesta fué la bendición del Santí-
simo Sacramento sobro todos los allí reunidos y postrados de hinojos, mien-
tras la armoniosa voz de los colegiales hacía oír los últimos acordes del
Tanfum ergo y del Laúdale Dominum omnes gentes.
El que á vuela pluma traza estas lineas y que tuvo el gusto de hallarse
presente á esta solemne fiesta, repito desde aquí su felicitación y enhora-
buena á los colegiales de Begoña, y les recuerda, como despedida, las últi-
mas palabras del orador de aquella tarde: Guardemos y fomentemos la de-
voción Carmelitana del Niño Josús de Praga, que ella es el símbolo y la
esperanza de nuestra salvación.
NEUROLOGíA. —La H.a Joaquina del S. C. de Jesús.—Hace poco más de un
año se publicaba en E L MONTE CARMELO una reseña de la edificante y.con-
movedora ceremonia de consagrarse á Dios con los votoy sagrados de Reli-
gión una esposa y madre de dos hijos, la Hermana Joaquina del Sagrado
Corazón de Jesús, Elícegui de Aizpuru; y en aquella reseña se decía: la
Hermana Joaquina vino á este mundo con la predestinación de monja.
Hoy completando aquella reseña, inclinados ante sus despojos mortales,
hay que añadir: la Hermana Joaquina del S. C. de Jesús vino á este mun-
con la predestinación de santa. Y toda su vida tuvo obras y virtudes de tal
que la hicieron á los ojos de los ángeles y del mundo esposa santa, madre
santa, monja santa, y hoy creemos que goza ya en el reino de Dios del
premio de la santidad.
Plazo breve ha trascurrido entre la profesión religiosa de la Hermana
Joaquina y su muerte edificante que ha acaecido en Toro el día 2 de Febre-
ro, fiesta de la Purificación de Nuestra Señora; pero en ese plazo, de poco
más de un año, los ángeles han terminado de entretejerla corona de su vir-
tud y de su santidad.
Muchas cosas podríamos referir de sus admirables virtudes en el claus-
tro en el que vestida del hábito de Santa Teresa se consideraba como el ser
más feliz del mundo; de su santa paz y espiritual alegría, de su sencillez,
de su afabilidad, de su humilde trato con todas las Religiosas: las monjas
estaban edificadas viondo sus heroicos ejemplos, y la querían con predi-
lección y cariño especial como correspondía á su virtud.
Su muerto ha sido como había sido su vida: en ella se han manifestado
los sentimientos cuyo enlace tanto admiraba á todos los que la conocían:
el puro amor de Dios y de la observancia de toda la regla carmelitana,
Í5é t¡L MONTE CARMELO
relacionen con las mismas, á fin de que las tropas puedan tomar parte en
ellas siempre que las necesidades del servicio no lo impidan.
Es do creer que esta notable disposición del ministro de la Guerra esté
inspirada por el mismo emperador, el cual no oculta las simpatías que sus
subditos católicos le merecen, como lo ha demostrado por actos recientes
de que la prensa se ha ocupado, así en Alemania como fuera de ella. Es un
síntoma importante que armoniza manifiestamente con otros que asimismo
se vienen registrando en otros Estados oficialmente protestantes, como la
Gran Bretaña, Holanda, Suecia y Noruega y otros, que por modo visible van
aproxim ándoso á ]a Iglesia católica, fenómeno providencial que viene 6.
compensar ccn crece s la paladina ingratitud con que están procediendo
ciertas naciones hasta ahora apellidadas católicas y que tan injustamente
pagan los muchos y grandes beneficios y particularmente España.
como no hay religión sin culto, éste no puede suprimirse: talps son mis
ideas de «filósofo espiritualista», que proclamé en el Senado la víspera de
asumir el Poder, y sólo después de proclamarlas consentí en aceptar esta
carga; ahora repito mi profesión de fe, y si la mayoría no está conforme con
ella, no tiene más que decírmelo, y me apresuraré á dimitir, pues no quie-
ro ni puedo gobernar más que con arreglo á esos principios respetuosos de
la Religión.»
«Este fué, en resumen, el insólito lenguaje del Presidente del Consejo;
lenguaje que al principio sumió en el más profundo estupor á la Cámara, y
que al final obtuvo su plena aprobación, por 815 votos contra 194, figurando
entre los primeros buen número de los que siempre votaron contra el Mi-
nisterio, y constituyendo los segundos los que hasta ahora lo habían apo-
yado incondicionalmente; es decir, produciéndose una radical dislocación
de la mayoría.» •
RBSUMBK POLíTICO.—El interés de la política on estos últimos días no
ha estado precisamente en los aitos del Gobierno: aparte de las disposicio-
nes emanadas del Ministerio do Gracia y Justicia y del Ministerio de la
Guerra prohibiendo sean atendidas las cartas de recomendación para los
asuntos referentes á dichos departamentos, nada que sea digno de anotarse
podemos consignar.
La familia liberal fusionista sigue con sus reunioneg, on las que van
significándose cada vez más las ambiciones de los mis notables de sus pro-
hombres. Bien podemos decir que el partido liberal está de hecho fraccio-
nado en seis, según las diversas tendencias que van manifestándose: hay la
tendencia monterista, la tendencia moretista, la tendencia de los sngastinos
puros, la tendencia de los indefinidos, y la tendencia de los radicales.
Tantas modificaciones se introdujeron on el programa del señor Mon-
tero Ríos quo apenas quedó en él parte sana. En conformidad con las obser-
vaciones hechas, se redactó un segando pr >grama que fué leído y puasto á
discusión en otra reunión do exministr03. L i s principales modificaciones son
estas: En el párrafo relativo á las libertades consignadas en la Constitución
so hace nota* la necesidad de suprimir las limitaciones que establees la ley
de ?0 de Junio de 1887 que regala el derecho de asociación.
La libertad de asociación es una aspiración del partido libsral, mas de-
be realizarse paulatinamente. Respecto al sufragio universal el programa
se contenta con decir que se acudirá á los medios necesarios para salvar'el
principio del régimen representativo. Acorja de las relaciones internacio-
nales se encarece la necesidad de reconstituir las energías nacionales has-
ta que pueda España ocupar el rango que por su importancia le correspon-
de en el concierto de las naciones. En cuanto á las cuestiones sociales, el
partido liberal no es socialista, es liberal puro y nada más. En lo que se ro-
fiere á la enseñanza, el E,stado está en el deber de atender á la educación
pública y es conveniente conservar las inspecciones páralos establecimien-
tos de enseñanza libre.
Sé ve desde luego quo este programa es un conjunto do vaguodades, re-
dactado sin duda en esta forma con el fin de quo todos pudioran firmarle
sin dificultad, como, en efecto, así suéedió.
L \ enférmela! del señor Duque de Totuán tuvo el fatal desenlace, que
ya so preveía, y la agrupación política que acaudillaba se disgregará afi-
iándose la mayoría de sus personajes on el partido consorvador.
X E ^
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EL MONTE CARMELO f É
4 • 65 o
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Marzo de 1903niiiiiiiiiiiiiniiii i IV. ¡i§
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A S. S. LEOK XIII
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M A R Í A DEL, C A R M E N
<?J\(4af¿o ¿f ¿Sáculo,
Rosario y Báculo de Sta. Teresa, que se veneran en|Avila ¿^
L.0 Q U E SOMOS
Vuelva el polvo á la tierra do donde
salió, y el espíritu vuele á Dios, que
le dio el ser. (Ecles, Cap. 12 v. 7.)
OMOS POLVU.
Por más que la vanidad y el orgullo nos
quieran persuadir olía cosa, no dejaremos
de ser polvo.
Podrá el hombre contemplarse en la inmensa
altura á la que, sobre todos los seres de la creación,
le elevara su Divino Hacedor, pero siempre será ver-
dad que es polvo. Eusalce cuanto quiera su dignidad
y su ser y aduzca como pruebas de la grandeza de
su poder y valía las transformaciones que se realizan en su persona^
y con todo siempre permanecerá indeleble aquella fatal sentencia
que el Eterno escribiera en su frente: eres polvo.
Somos, pues, polvo y no un polvo fijo y estable, sino un polvo
que'hoy es y mañana no aparece, un polvo que ayer se elevó hasta
la altura de los cielos y hoy baja hasta el abismo del sepulcro y en
un mismo día vive y muere, un polvo que figura y es olvidado, sube
y baja, es y no es, sin que la velocidad del tiempo que nos saca del
polvo para tornarnos á él, nos dé apenas lugar á pensar en 1.) que
somos.
¿Pero somos solamente polvo?
Qué respuesta se ha de dar á esta pregunta es lo que se discute
entre los representantes de do3 poderosas escuelas, motivando esa
desesperante lucha que viene á perturbar la paz y tranquilidad dé
168 EL MONTE CARMBLO
9. f.
CARMELITA DESCALZO
.y* -s^JK^Jl—.^¿^
-9*S6- -«©35- -*@ss- -^se-^se-e^g- -eK«g- -ss^e-ssoíe- •«»&• -ssae- -
O- D- C-
XI
Dos hermanos sacerdotes.—Lo que ella entiende por estas palabras del li-
bro de los cánticos:«Atraedme» —Su confianza en Dios.—Una visita del
cielo.—Halla su reposo en el amor.—Llamamiento á todas las pe-
queñas almas.
' (CONTINUACIóN)
M
EL ESTUDIO DE LA RELIGIÓN
llllllilllllllllllllllllllllll
VIII
Más sobre el axioma «Fuera de la religión católica nadie puede salvarse»
Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al cono-
cimiento de la verdad. Supuesta esta verdad infalible, ha dado á
todos los hombres los medios necesarios y suficientes para que
consigan el destino final.
No todos tienen obligación de ser consumados teólogos, profun-
dos filósofos, sublimes oradores y grandes estadistas; pero todos
deben profesar la religión católica, y los doctores de ella saber res-
ponder á las dificultades que se pueden presentar á cada paso.
Entre estas dificultades no es la menor la que versa acerca del
sentido del axioma que estamos estudiando.
Si fuera de la religión nadie puede salvarse, y Dios quiere que
todos se salven ¿qué decir de los paganos á quienes no se ha pre-
dicado el Evangelio, de los niños que mueren sin bautismo, y de
los bautizados por los herejes?
Antes de contestar á estas preguntas vamos á explicar todavía
el concepto de la salvación exclusiva en la religión católica.
Un racionalista avanzado y de tonos muy exaltados, hace te-
rribles cargos á la Iglesia, porque, según él, condena á las llamas
eternas al mahometano, al persa, al indio, al chino, es decir, la
mayor parte del género humano, porque la casualidad no los hizo
nacer cristianos.
No puede interpretarse peor, ni tan mal siquiera, la mente de
la Iglesia acerca de la salvación de los hombres. Los citados en el
párrafo anterior irán al infierno sin remedio, si cometiendo graves
pecados mueren impenitentes, pero no por la razón, el motivo ó la
casual que invoca el racionalista, no por haber muerto por un error
inculpable y sólo corporalmente fuera de la Iglesia.
Supongamos, como dice el racionalista, que el mahometano,
el indio, el chino se condenen; todavía falta probar que se han
condenado por el mero hecho de no pertenecer á la Iglesia. La Igle-
sia nunca ha negado la salvación á los infieles, idólatras y paganos,
si hallándose en una ignorancia invencible de la verdadera reli-
gión, y obrando el bien que les dictaba su conciencia, han muerto
en estado de una justicia natural. Tampoco hubo jamás entre los
teólogos cuestión ó duda acerca de este punto, como hace obser-
var el sabio Augusto Nicolás.
Í82 EL MONTE CAJRMELÓ
SECCIÓN CANONICO-LITURGICA
SOBRE LAS CORONAS, ROSARIOS Y CRUCSS
(OOTINUACIóN) (1)
Hoy al conceder la Santa SeJe Papa Pío IX, es decir, que basta que
la facultad de aplicar las indu'gen- una de las personas tenga en sus ma-
cias á objetos piadosos, la extiende nos el rosario para que las demás
también para las coronas de Santa puedan participar también de las in-
Brígida. A una misma Corona preoa- dulgencias, como diremos al tratar
toria, consto ésta do cinco ó do seis, en particular sobre esta materia.
de dic z ó de quince misterios pueden Muestro Santísimo Padre, el Papa
aplicarse las indulgencias de la Co- León X I I I extendió este Indulto a
rona de los Cruciferos, del rosario de los crucifijos del Vía Crucis á favor
¡Santo Domingo y de Santa Brígida de todos los fieles que, reunidos y
por la semejanza que tienen en su teniendo solo una persona el crucifi-
forma; pero a la Corona del Señor, ó jo en la mano, rezasen los veinte Pa-
de los Camaldulenses, de las cinco dre nuestros y Ave Marías, lucrari
Llagas, do los Siete Dolores etc. no valeant iudulgentias Vios Crucis, licet
se les pueden aplicar las indulgen- manu non teneont Crucifixnm benedic-
cias del rosario de Santo Domingo, tiim ac sufficiat ul una tantum persona
ni de la Corona de Santa Brígida ex communitate illum manu teneat,
porque n a d a s e asemejan en i-u for- cmterique omites se componant pro ora-
ma; sin ombargo, á to las y á cada tionejaciem'ü uní cum persona qua: te-
una de ellas, sin distinción, pueden net Crueifixam. (Rescripta aut. 447.)
aplicarse las indulgencias Apostóli- Respecto de la meditación de los
cas. misterios, diremos que, cuando con
Un mismo objeto es apto para re- las debidas licencias se aplicaren al
cibir diversas indulgencias, pero rosario de la Stma. Virgen las in-
para su consecución és preciso repe- dulgencias Brigidianas y Apostólicas,
tir las condiciones iterables. (Deoret. para ganar éstas no t-e requiere la
aut. 240). Un anillo con Aie¿ nudos meditación de los misterios. (Decret.
no puede reputarse como rosario ó 273); se requiere sin embargo, la me-
Corona preoatoria, ni se le pueden, ditación, si Coronal benedicantur cum
por consiguiente, aplicar las indul- indulgentiis pro recitatione Rosarii (ib.)
gencias propias del rosario. (2.) Ninguno de estos objetos piadosos
Cuando varias personas rezan en puede venderse, ni so puede recibir
común ó reunidas cualquiera de estas nada por su valor material, después
coronas no ganan las indulgencias de indulgenciados; ni como limosna,
concedidas á las mismas si no la tie- etc. (1)
nen en las manos. El rosario de San- Corona del Señor. La bendición de
to Domingo goza, sin embargo, do esta Corona está reservada á los
privilegio especial, concedido por el Monjes Camaldulenses, y aunquo
BIBLIOGRAFÍA
Los NIñOS MAL EDUCADOS, por Fer- obra para que nuestros lectores ten.
nando Nicolay, abogado del cole- gan alguna idea de su importancia.
gio de París. Obra premiada por la Son los siguientes: Retratos de niños
Academia de Ciencias morales y po- mal educados. — Diversos métodos de
líticas, indispensable á los padres y educación doméstica.—La autoridad y
á los maestros, y necesaria para la corrección.—La fisonomía y el ca-
cuantos se interesan por la cultura rácter.—Influencia de la alegría en la
y por la moral. educación.—Ideas de los niños respeelo
Acaso no se ha publicado en estos á la felicidad.— Percepciones, faculta-
últimos tiempos un libro de tanta des y sentimientos del niño.—La educa-
actualidad como éste que anuncia- ción en la cuna.—Principales defectos
mos. Libro de teorías y de prácti- del niño. —Los niños indiscretos.—El
cas, de problemas y de soluciones amor paternal.—El amor filial.-—La de
acerca de la importantísima tesis de nigración.—La Maledicencia.—La res-
la educación doméstica, social y re- ponsabilidad legal del niño y de los
ligiosa de los niños. padres.—Las causas hereditarias.—Ni-
Este libro —dice su autor—ha sido ños prodigiosos y «frutos pasos». El ex-
escrito para aquellas familias, muy ceso de trabajo.—El Hipnotismo y la
numerosas todavía, que se proponen Pedagogía.—Examen de algunos siste-
dar á sus hijos una verdadera edu- mas.—La educación de los padres «por
cación, y que se consideran obliga- los hijos.»—Por qué hay tantos niños
das á rendir cuenta de su misión an- mal educados.
te Dios, la Sociedad y su propia con- A la importancia de estos asuntos,
ciencia. y al estilo ameno, casi siempre hu-
Bajo la influencia d é l a inocente morístico con que el autor los desa-
mirada de los niños que nos rodean, rrolla se debe el éxito extraordinario
y con el pensamiento henchido del que ha obtenido la obra en todos los
respeto que nos merece ese algo san- paises, y es de esperar que obtenga
to y puro que denominamos su can- esta misma benévola aceptación en-
dor—continúa el autor—escribimos tre los españoles.
estas páginas, algunas veces un tan- Forma un magnífico volumen en
to severas. Sin embargo, deseamos 8.° mayor, de 480 páginas, esmera-
demostrar á nuestros lectores que se damente impreso con caracteres
puede ser serio sin melancolía-.., así nuevos en papel superior. Precio en
como se puede ser formal sin grave- rústica, 5 pesetas. Lujosamente en-
dad. Y ¡cómo no sonreír al hablar de cuadernado en tela inglesa flexible,
'la infancia! rótulos en oro y filetes en color, 6
Ponemos á continuación los epí- pesetas.—(Justavo Gili, Editor, Bar-
grafes de los 18 libros de que constata celona, Consejo do Ciento, 255.
BIBLIOGRAFÍA 187
L A SAGRADA EUCARISTíA CONTEM- Bien necesitado anda el mundo
PLADA AL MíSTICO RESPLANDOR DEL de ostos alimentos espirituales, y
SALTERIO DE DAVID á TRAVéS DE LAS con todo interés recomendamos la
VIRTUDES TEOLOGALES, por la señori- obra á nuestros lectores.
ta Soledad Arroyo.—Esta obra es de Muy de veras agradecemos á la
gran interés para las personas devo- ilustre escritora el ejemplar que
tas del Augustísimo sacramento del nos ha enviado.
Altar. El Venerable Obispo de Pa- Está de venta en las librerías ca-
lencia le dedica una hermosa carta- tólicas al precio de seis reales.
prólogo de la que entresacamos los
VIDA DEL ANGéLICO MAESTRO SAN-
siguientes conceptos. E l asunto (de
TO TOMAS D E AQUINO, PATRONO DB
la obra) es digno de ser tratado por
LA JUVENTUD ESTUDIOSA, por el Padre
persona que tenga profundos cono-
Fr. Manuel de Marta Sainz O. P.—Es
cimientos teológicos, ascéticos y mo-
este un libro escrito con una encan-
rales, además de haber meditado
tadora sencillez, y en el que resalta
profundamente los conceptos subli-
el cariño del autor hacia el Ángel de
mes del Salterio de David; y cierta-
las Escuelas: «Solo vá á ser mi hu-
monte que todo esto manifiesta la
milde trabajo—dice en la Introduc-
autora del referido trabajo en las
ción—un desahogo del alma, y u n
hermosas páginas que ha dedicado á
recuerdo á los jóvenes estudiantes
labor tan importante. Porque en esta
de quienes Santo Tomás es Patrono
obra aparece toda la economía de la
y Abogado celestial.»
Redención, después de poner de ma-
nifiesto lo que son los divinos atri- Libro muy titil á toda clase de
butos cantados por el Real Profeta lectores, lo es muy en particular á
en sus inimitables versículos de los la juventud estudiosa, á la que está
Salmos; y tomando como base y fun- especialmente dedicado. ¡Quiera el
damento de todo cuanto enseña en Santo Protector de las Escuelas ca-
este libro, las tres virtudes teologa- tólicas decimos con el autor, que los
les, F e , Esperanza y Caridad, de- heroicos ejemplos do sus virtudes,
muestra que la Sagrada Eucaristía leídos en las páginas de este folleto,
es la luz única que puede alumbrar sean poderosos para encender en la
la inteligencia y el bien sumo que inteligencia de los jóvenes la luz de
llena nuestro corazón. la sabiduría cristiana, para que fe-
cundado el corazón con la virtud y
Además de esto, analiza y estudia esclarecido el entendimiento con la
las virtudes propias de la vida cris- ciencia, sea el joven un arco iris de
tiana y los obstáculos y peligros que esperanza y un retoño y renuevo
á ella se ofrecen á diario, y coma que produzca á su tiempo flores y
coronamiento digno de la obra no frutos de regeneración y de prospe-
se olvida de la perfección de la vida ridad!
r e l i g i o s a , porque reponiendo su
Esta obra está excelentemente
esencia en los tres votos de Pobreza,
impresa en la Tipografía de El Santí-
Castidad y Obediencia, la ensalza y
simo Rosario en Vergara, y está de
eleva hasta Iss alturas de los cielos
venta en las principales librerías.
cuando al alma se comunica el Es-
píritu Santo con sus dones y precio-
sísimos carísmas.
«-«^Y^- J
CARTA DE BOMA.—M. R. P . Director de E L MONTE CARMELO: Tratándose
de una gloria Carmelitana á la vez que española, no dudo dará cabida en
las columnas de su ilustrada Revista á esta mi pálida reseña, para que Es-
paña entera y especialmente á los que nos ha cabido en suerte nacer en
el suelo bendecido por la "Virgen del Pilar, tengamos algún conocimiento
de u n Carmelita insigne, honra y prez de la hidalga tierra aragonesa. •
Hay en Roma u n célebre establecimiento conocido con el nombre de
Penitencia de la Santa Cruz de la Lungara, cuyo fin es recoger á las jóvenes
arrepentidas y á otras que por razón de la edad y demás circunstancias de
que se ven rodeadas en el mundo, están en peligro inminente de perder la
candida ñor de la purez-i. ¡áu fundación (año de í 615) se debe al ardoroso
celo del V.'P. Domingo de Jesús Maris, carmelita descalzo, nacido en Cala-
tayud á 16 de Mayo de 1559. Dirigen actualmente la casa las Hijas de
Nuestra Señora de la Caridad del buen Pastor de Angers, ejerciendo el
oficio de Superiora la Rda, M- Sor María de Sta. Modesta, hermana del
Emmo. Cardenal Vicario, Mons. Respighi. Tantos son los benéficos resulta-
dos que en Roma ha producido en el curso de los siglos la fundación
del V. P . Domingo, que ha sido mil veces elogiada por los Sumos Pontí-
ces como Paulo V, Gregorio XVI, Pío I X y León X I I I .
Estas religiosas llevadas de su amor al V. carmelita, haciendo conside •
rabies sacrificios pecuniarios y con la valiosa cooperación del R. P. Marce-
lino de Sta. Teresa, del Convento de Sta. María de la Scala, han podido eri-
gir al Venerable un monumento precioso consistente en un busto tallado
en marmol, sobre una ménsula do la misma materia, obra de reconocido
mérito escultórico, debida al famoso Zanazio, autor de la célebre imagen
de San Pedro que tanto llama la atención á los que visitan el Vaticano.
Con este motivo se organizó para el 16 de Febrero, día en que murió el
Venerable Padre, una brillante velada lírico-literaria que perpetuase y die-
se á la inauguración del monumento la importancia que merecía. Presidié-
ronla Su Emma. el Cardenal Matchi y el caballero noble don Adolfo Cal-
vi, que representaba al Príncipe don Carlos Torlonia, Protector de la Casa.
La velada se dividió en tres actos. Dióse comienzo al primero, con la' Salve,
ó Diva, precioso dúo de soprano y contralto del maestro Capocci. A conti-
nuación pronunció u n elocuente discurso el R. P . Marcelino de Sta. Teresa;
terminado el cual, entre los estruendosos aplausos del numeroso y selecto
público, que llenaba el magnifico salón, profusamente iluminado, se descu-
brió el busto del V. P . Domingo, mientras el nutrido coro cantaba el Lau-
CRÓNICA CARMELITANA 189
date Dominum de Gounod. Salieron después los RR. P P . Luis Meddi y To-
más Viñas de las Escuelas Pías que cantaron en dos magníficas poesías, en
italiano y latín, las glorias del V. P . Domingo, á quien los hijos de San
José de Calasanz consideran como su segundo padre, por lo mucho que
. ayudó al Sto. Fundador y á sus compañeros, precisamente en los críticos mo-
mentos en que la nueva é ilustre Religión calasancia parece iba á sucumbir
bajo el peso de las tremendas contradicciones que el demonio por todas
partes suscitaba para ahogar en sus principios á este insigne vastago de la
Iglesia católica. Otros muchos discursos se pronunciaron en este primer ac-
to que se terminó con un bonito monólogo, dicho con inimitable gracia
por una niñita de ocho años.
La soberbia composición Forza del destino, del maestro Verdi, inauguró
el segundo acto. Seguidamente leyó un R. P. Escolapio una poesía en cata-
l.'n; otra hermosa del académico Pedro Durantini; un discurso en Holandés
el P. Plácido de Santa Teresa y un precioso diálogo por dos niñas angeli-
cales. Todos estos discursos estiban muy bien compuestos y fueron muy
aplaudidos; sin embargo, los muchos españoles que allí presentes estába-
mos, sentíamos una necesidad, notábamos un vacío, echábamos de menos
una cosa que era del todo indispensable para que la función saliese con
todo el esplendor y brillantez posibles. Habíase hablado en italiano, látin,
alemán, holandés, catalán, francés, y aun no se había dejado oir allí la
hermosa lengua de Santa Teresa y de San J u a n do la Cruz. Mas estas nues-
tras ansias, que eran vivísimas, las vimos plenamente satisfechas al apare-
cer en el estrado ó plataforma los RR. PP. Silverio de Santa Teresa y
Wenceslao del Stmo. Sacramento. Permitidme, decía con voz clara y pene-
trante el R. P. Silverio, dirigiéndose al escogido público que le escuchaba,
permitidme que después de haber resonado en este local los sublimes acen-
tos do la lengua de Cicerón, de Dante, de Fenelón, de Schiller, ha-
ble yo ahora en el divino lenguaje de Santa Teresa de Jesús, de San
J u a n de la Cruz, del V. P. Domingo de Jesús María. Delirantes aplau-
sos p i r parte del auditorio contestaron á estas hermosas y atentas palabras,
ávidos todos de oir la sublime lengua de Santa Teresa. Y habló y pronun-
ció el R. P. Silverio un elocuente discurso, como no se podía esperar menos
de un hijo de Santa Teresa que se entusiasma y enardece ante la magní-
fica realidad que se despliega á su vista, frente á aquella figura del Vene-
rable Padre que rodeado de gloria inspiraba á su mente ideas bellísimas y
arrancaba á su corazón rasgos sublimes de la más arrebatada elocuencia.
Sus primeras dulcísimas frases las dedicó á la Virgen Stma. del Pilar y al
noble reino de Aragón cuna del V. Padre, como es dicho. Consideró después
al insigne Carmelita como instrumento que la Providencia escogió para
llevar á la práctica los altísimo inefables fines que Santa Teresa se propuso
al reformar el Carmelo.
Describió con los rasgos más vivos y enérgicos la famosa batalla de Pra-
ga, en la que el R. P . Domingo acaudillaba el ejército católico consiguien-
do la más completa victoria de los protestantes que perdieron con la batalla
toda su influencia en el Imperio Austríaco. Ponderó también por manera
elocuentísima otro de los bellos ideales realizado por el V. P. Pues al misino
tiempo que los corifeos del protestantismo, abrasados en el fuego de sus
torpes concupiscencias rompieron el velo del pudor entregándose á los más
desenfrenados deleites, Teresa fundaba sus conventos donde la virginidad,
la castidad, la modestia, han sido miradas siempre como bellas azucenas,
190 EL MONTE CARMELO
el uno ni la otra hablaron una sola buscado la muerte, pero que ésta
palabra; la voz se les ahogaba en la huía do él, como ave que huye del
garganta.—Es ílla, dijo ál¡—oe él,dijo gavilán, que las heridas que acaba-
ella. Pero cada uno hablaba para sí ba do recibir las había recibido
y no mostraba nada á ¡m interlocu- por (.u gusto, porque quería mo-
tor.—No es ella, continuó su monólo- rir desesperado,—porque me metí
go el herido, no es ella, no puede temerariamente en medio de la re-
ser, estoy delirando; mientras tanto friega de donde salí con tres balazos.
la hermana de la Caridad había caí- Sor Lucrecia reprendió cariñosa-
do de rodillas sin saber cómo ni por mente sus temeridades, pues que el
qué, como movida por un misterioso militar bien puede ser valiente sin
resorte, y adorr ba con profundo res-
peto lt s misterios de la Providencia temeridad y arrojado con prudencia;
que son inescrutables. pero ¿quién es el hombre para opo-
nerse á los designios de Dios y bus-
—¿Eres tú? preguntó con energía el car en la privación de su existencia
herido y moribundo capí tan.-La mis- una feliciad imposible? Dios da al
ma; contostó el ángel arrodillado. hombre la existencia para quo la
—¿Eres Lucrecia?--Sor Lucrecia me conserve, y mientras Dios da la vida
llamo y Mies Lucrecia me llamaba, al hombre está obligado á vivir.
volvió á contestar el mismo ángel. —Asi lo comprendo, respondió el
— ¿Quién te trae aquí?- La Providen- capitán con voz lastimera, pero lo
cia de Dios contestó Sor Lucrecia. hecho está hecho, aunque creo que
Aquí estuvo el capitán en silencio el Ser Supremo tendrá compasión
un gran rato, y al fin exclamó: de mí.
--¡OhDiosde los tremendos juicios,
ahora comprendo que tus designios —Sí, el Ser Supremo tendrá com-
son incomprensibles.Y adoro vuestra pasión de tí, pero es preciso quo la
Providencia y la razón del ser de las luz de la verdad ilumine las tinie-
cosas! Qué ciegos estamos ó qué di- blas i'e tu alma. '
ferente es el modo que tenemos de — ¿Pero qué tinieblas son las quo
ver las realidades, cuando el rayo tienen que ser iluminadas por la
de la luz divina ilumina los secretos luz do la verdad?
de nuestra mente y cuando un mun- —Las tinieblas del protestantismo:
do de mentiras nos propina en copa contestó con íntima convicción Sor
de oro el veneno que nos ha de ma- Lucrecia.
tar. ¡Oh Dios de inmensa bondad, — lis verdad contestó el capitán
dentro de breves instantes tengo James Fielding; demasiado cierto es
que presentarme ante tu rectísimo que el protestantismo no es otra co-
tribunal; si mis caminos han sido sa que tinieblas. Hoy creemos una
torcidos, ¿es todavía tiempo de ende- cosa, mañana otra, pasado mañana
rezarlos? ¡Ah! meteoros quo n< s des- nada, y el otro qnoremos creer algo,
hacemos en el aire, nos atrevemos á y no sabemos en qué creer ni á
desobedecer vuestros mandamientos, quién creer ni á qué atenernos.
pero para perdonar los fxtravíos do Aquí le explicó Sor Lucrecia todos
la nada que es el hombre, está la mi- los puntos de la religión católica
sericordia del todo que sois Vos. que tenía que creer y practicar en
Suene pues tu voz, Dios Omnipo- adelanto. A lo cual ningún incon-
tente, y decid á este arrepentido lo veniente puso el capitán James Fiel-
que ha da hacer y el camino que ha ding, antes al contrario, afirmó quo
de seguir, en su corazón siempro había creído
Sor Lucrecia escuchaba aquella todo lo que enseña la religión cató-
plegaria arrasada en lágrimas de lica;—poro ahora,dijo con determina-
gozo, y así lo habló á su antiguo ción, no sólo estoy dispuesto á creer
amante con tanta bondad, con tanta sino también á practicar lo que los
ternura y emoción, que ésto no ha- católicos enseñan ¡Qué temores sien-
cía sino derramar abundantes lá- to al toner que presentarme ante un
grimas. Dios á quien nadie puede engañar!
Manifestó Jamos Fielding á Sor ¡Ah! dentro do breves momentos
Lucrecia que desdo el momento en habré dado cuenta á Dios de toda
que habían roto sus relaciones, él mi vida empleada en la práctica del
había llevado una vida do desespe- vicio, dentro de riocas horas ya no
ración, que por todas partes halla existiré yo, y no por eso cambiarán
SOLACES Y B N T R E T E N I M I B N T L S 199
su curso los sucesos del mundo; so- que se borren mis manchas con la
bro mi sepulcro pasarán la indife- sangre que gotea de la cruz sacro-
cia y el olvido, y nadie derramará santa del Redentor.
una lágrima sobre mi tumba, ni de- En vano trabajaba Sor Lucrecia
positará una flor sobre mi sepulcro. en consolar al capitán moribundo
Pero no es esto lo que temo ni lo con tiernas y consoladoras reflexio-
que me preocupa. Hay otra cosa que nes. Cuanto puede tener una mujer
mo preocupa mucho más, muchísimo de tierno y de compasivo, tenía Sor
más, y es el salto, el terrible salto, Lucrecia, y en su corazón grande
el salto mortal que tengo que dar encontraba consuelos para los más
desdo los umbraies del sepulcro has- apurados lances. Sin embargo, J a -
ta los umbrales de la eternidad. ¡Ah! mes Fielding se hallaba tan ator-
en l o s momentos de desengaños mentado á causa de su último aten-
crueles y de situaciones frías, el tado de suicidio, que en vano se bus-
hombre suspira por la paz de los se- caban medios de consolarle.
pulcros silenciosos, ¿a dónde va á
parar nuestro espíritu? qué clase de Sor Lucrecia llevaba en su maleta
paz viene á ser 6u herencia? ¿qué de viaje una pequeña imagen de la
presentimientos son estos que tengo Virgen del Carmen que le había re-
en el fondo de mi ser? galado su amiga,hermana Dinora de
Santa Teresa, en Bostón; acordarse
¡Ah! Lucrecia, desde el momento de ella y sacarla al instante fué cosa
que te reconocí, desde el momento de un momento. Colocóla sobre una
que to vi con ese traje, y desde el mesa junto a l a cama del herido y
momento que me convencí de que le hizo á éste tan tiernas y conmo-
casi no pertenecías á este mundo; vedoras reflexiones sobre las bonda-
una brillante antorcha se ha encen- des de esta Madre de misericordia,
dido dentro de mí, y esa antorcha ha que el enfermo parecía cobrar fuer-
iluminado los mundos invisibles de zas y reanimarse como si sus malos
mi espíritu y los abismos sombríos fuesen desapareciendo; el enfermo
cuya claridad no he visto hasta comenzó á derramar lágrimas de ter-
ahora. Creo, pues, todo lo que onse- nura y do gozo, y tanta confianza to-
ña la iglesia católica, como lo he mó en la protección de esta Madre
croido hasta ahora, aunque no lo de misericordia que aquel que tanto
haya practicado. Creo que la reli- temblaba al pensar que tenía que
gión de Jesucristo es la católica y presantarse en ol tribunal do Dios,
que el protestantismo no es otra cosa un momento después estaba desean-
que un pretexto para poder vivir sin do que llegara la muerte cuanto
remordimientos de conciencia. antes.
¡Oh Ser de quien penden todos los
seres, causa de todas las causas y Sor Lucrecia cogió un escapulario
principio sin principio de todas las de la Virgen del Carmen, y en falta
existencias! Tú que diste al viento de sacerdote so le impuso ella misma
sus fúnebres cantares y que entre al enfermo. Ambos á dos,á cual más
las sombras de la nada hiciste ro- fervientes, suplicaban á Dios que les
dar mares y mundos. Tú, que al re- llevase cuanto antes al cielo.
correr esos mundos on la esfera, pol-
vo de estrellas levantas ante tus
plantis; escucha la triste plegaria Pocos momentos habían pasado
que próximo á presentarse ante tí, después de esta commovedora cere-
eleva el pobre corazón mío. Piedad, monia de imponer el escapulario al
„ Dios de .los afligidos; los remordi- herido capitán y... oyóse un suave
mientos do mi alma cual mares qui ruido como de la cuerda de un ins-
levantan sus turbias ondas en terri- trumento músico... Sor Lucrecia ca-
ble guerra, quieren sepultarse on la yó de frente hacia la mesa en que
eterna noche del abismo yerto; apre- estaba la pequeña imagen, parecía
tad» cadena de serpientes quiero que iba á besarla... su cara quedó pá-
ahogar mi corazón doliente; poro tu lida... un momento más tarde quedó
Dios misericordioso, no permitas blanca como su misma toca, otro mo-
que la amargura de mis delitos mo mento después vióse que por aquella
arroja al negro abismo de la deses- blanca toca corrían cinco gruesas lí-
peración, envía el rayo de tu con- neas de sangre, pasó un momento
suelo sobre esto desgraciado que más y aquella sangro corría por el
ante tí se humilla contrito, y haz suelo y salía por debajo de la puerta
200 EL MONTE CARMELO
Fe. S. g. $.
A UNA VIRTUOSA
miiiiiit m u
LEÓN XIII
SU ULTIMA VOLUNTAD
IIIIIIIIHIIIII
á^/
AS tradiciones carmelita-
nas nos hablan del culto
que se daba á la Virgen
r
"^^í^jP María en el Santo Monte
^ * Carmelo, nuevecientos
años antes de la era cristiana.
Elias Tesbita, -el Profeta celador
de la divina honra, había visto y
había venerado á la Virgen^María
en el símbolo de una nube. Elias
la vio en espíritu de profecía, y la
vio en toda su gloria, en la pleni-
tud de sus privilegios y sus gra-
cias, la vio en el triunfo de su Con-
cepción Inmaculada, la vio en la
gloria de su Divina Maternidad, la
vio Madre de todos los hombres,
a vio ensalzada á lo más resplan-
L
deciente y hermoso de los cielos,
202 EL MONTK CARMELO
^m oJt^
ÉÉMÉÉJÉÉÉÉÜÉÉMÉÉÉÉ
(5
E L VICARIO P A R L E R O
Humorismo TEt^Esiñfio
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NAZARETH
;i. pie del monte Tabor y sobre las verdeandes llanuras que se
* extienden desde San Juan de Acre hasta Seforis, reposa
tranquila y sosegada como modesta violeta á la sombra del cor-
pulento cedro, una humilde ciudad que lejos de ostentar orgullosa
altivos torreones, artísticos muros, ó ciclópeas ruinas, se ciñe, á
guisa de matrona oriental, con ondeante y poética cerca de viñas,
higueras y granados, que más que muro, presenta el aspecto de un
caprichoso parque, sin duda alguna para significar que lo que su
perímetro encierra no es una fortaleza, sino, una flor. Tal es la
traducción que los etimologistas dan á Nazareth, en hebreo Nasra,
que, como he indicado, quiere decir flor, sin duda alguna para sig-
nificar á la bendita entie todas las mujeres que la dio resonancia
eterna con las perfumantes esencias de las virtudes de su alma.
Muchos son los Santuarios que la coronan. Allí está convertido
en Iglesia el antiguo taller de San José, donde el Santo Patriarca
amasara con el sudor de su frente el pan bendito conque se ali-
mentaba la Sagrada Familia. Allí está, también trocada en Iglesia,
merced á la piedad de Santa Elena y á las liberalidades de Tan-
credo príncipe de G ililea, la sinagoga donde el Salvador explicaba
todos los sábados con admiración de cabios y plebeyos los libros
santos. Allí está honrado con un santuario el sitio por donde la
emulación y la envidia trataron de despeñar al Hombre-Dios.
Allí está cubierto de ruinas el lugar donde se dio á la Virgen la
noticia de las injusticias que trataban de hacer con su hijo, y que
del sobresalto que en aquel entonces recibió María, conserva el
nombre del "Temblor de la Virgen.,, Allí está la fuente á donde la
más bella de todas las nazarenas, envuelta í\ usanza oriental con
su anchuroso manto, iba á buscar el agua que había de refrigerar
á todo un Dios. Y sobre todo, allí está, como una concha sin perla
NAZARE1H 211
el venerando santuario de la Anunciación do se levantaba modesta
y humilde la pobre casiia que los ángeles trasladaron á Italia, (1)
como una flor que se arranca del tallo sobre el que rompiendo su
botóu de nácar desplegó su corola, y en la que se realizó el más
alto, el más sublime, el más bello y el más trascenclenial de todos
!A1TE, MARIA¡
(EN EL DÍA DE LA ANUNCIACIÓN)
iiiiiiiiiiiiiiiiuiiiiit
para ante los elementos católicos que allí tanto bullen y pululan y
rivalizan y preponderan.
Pero, lanzada la idea á los vientos, no era posible dejar de se-
cundarla, pues se presentaba cual hermosa planta quo demanda un
palmo de tierra y un pequeño espacio de aire con que vivir y flore-
cer y fructificar en un terreno erizado todo él de espinas enemigas,
donde su flor y aroma celestiales, contrastando admirablemente con
lo pestífero é infernal de las sectas enveuenadas, había de embalsa-
mar el corrompido ambiente, convidando á los hijos de la muerte
con el exquisito fruto de una regeneración á la vida de hijos de
Dios. El pensamiento, pu^s, de dicha solemnidad en un tal lugar ofre-
cía interesantísima perspectiva, y desde luego se abrió camino por
sí misma, y ya hoy ce presenta halagüeña en actitud de trocarse bien
pronto en una realidad sorprendente, maravillosa, extraordinaria,
preciosísima.
Nuestros fervorosos y ejemplares católicos cottayenses, á quienes
exclusivamente corresponde el mérito de la iniciativa, me propusie-
ron su proyecto. Llenóme de regocijo, lo vi caer cual rocío divino en
un campo des-lado, pensé que la Providencia nos brindaba con una
conquista, y que el Buen Pastor, en actitud de salir de nuestra casi-
ta, se disponía á posesionarse pública y solemnemente de la vistosa
coliu: sobre que la ciudad se sienta gozando de frescas auras oceá-
nicas. Sus tiernas ovejas solicitaban permiso y apoyo para acompa-
ñarle y ovacionarle y glorificarle por primera vez de aquella tuerte.
Ni qué decir tiene que me creí honrado y feliz en facilitar y promo-
ver la más brillante realización de un pensamiento, que desde el pri-
mer momento encarnó en nuestras almas y entusiasmó todos nues-
tros corazones.
El domiugo, día 1.° del corriente, tuvimos una reunión formal de
todos nuestros prohombres, que por cierto cabían en un cuarto bien
chico, y me preguntaba yo: ¿será posible que de esto pnñadito de
benditos salga co«a digna del grandioso pensamiento?... Porque todos
conveníamos en que la naturaleza del motivo y las especiales circuns-
tancias dt-1 lugar exigían á porfía realizar un acto grandioso ó no ha-
cer nada, toda vez que una manifestación mediana sería para perder
terreno y retroceder muchos pasos en la marcha d p l catolicismo.
Díjose que, aunque éramos pocos, era preciso aparentar mucho
y hacer resonar en la pliza misma central de la ciudad la doctrina y
la fe acerca del Pontificado Romano, á les barbas mismas de los más
renegados cismáticos y de los protestantes más encarnizados ¡Y era
valor el de nuestro pusillus grex! Resolvióse, en efecto, que se cele-
brase una gran procesión al centro de la ciudad, donde se levantaiía
un arco triunfal y se predicaría patético sermón en inglés (oh, el in-
gles., es aquí el non plus ultra). Por fortuna, contamoa entre nosotros
con uu Padre Irlandés quo llenará perfectamente este punto del pro-
grama: así lo esperamos.
Pero en una festividad tan pontifical era imprescindible alguna
mitra. ¡Ah! ¡cuánto hubiera gozado de asistir personalmente nuestro
amadísimo Arzobispo; él, que, siendo todavía profesor en el Semina-
rio de Putémpaly, empezó á establecer y dar traza á este Distrito ó
2l() ÉL MüNTK CAkMBLÜ
Fr. /. ¥.
Ernácnlara, 10—TI—03.
,K
—2^
necido ocioso, la ignorancia del caDto no hubiera sido ni tan grande, ni tan
común.» Y Amberger se explica así: «En verdad, cualquiera que entro en
el campo de la liturgia, está obligado á conocer del mejor modo posible el
canto litúrgico, y á practicarlo según prescribe la Iglesia, como está obli-
gado á observar con toda exactitud las rúbricas por obligación de su está-
do.» En el mismo sentido se expresan Janssen, Selbst. Krutscheck, D. Po-
thier, D. Kienlo, Thalhofer, el Obispo de Ratisbona, Durandus, Ilaberl y
otros muchos autores. Mas el escritor Meister, compendia la doctrina de
de todos en las siguienies palabras: «El canto eclesiástico es parte esencial
del culto; su historia es parte de la historia misma de la Iglesia; por tanto el
conocer su importancia desde el punto de vista histórico y litúrgico, es
parte de la ciencia' teológica.»
. . (1) Véaso E L MONTE CARMELO, números 63 y 64, páginas 109 y 127 res-
pectivamente.
CttÓNÍCA MUSICAL 219
ÍV. E. de i. ¥.
(1) Véase E L MONTE CARMELO, núm. ?A, pág. 387.
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SECCIÓN CAKONICO-LITÚRGICA
SOBRE LAS CORONAS, ROSARIOS Y CRUCES 0 )
(CONTINUACIóN)
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J g t _ . i l f • f , « i » * > - A " • > - J r f ^ l W & S ^ i - i * • ! - • > « J * • ! • - i t - • • > _ » P ^ K
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I'
EN ROMA
INSTANTÁNEA
iiiimii
naron en un precioso y artístico Álbum las firmas de todos los que comul-
garon en aquella Iglesia el día 3 del actual. Las firmas pasaron de cinco mil,
y el Álbum se envió, con expresiva dedicatoria, á. Su Eminencia el Carde-
nal Rampolla, Secretario de Estado de Su Santidad.
E N HONOR DEL V. P . F r . DOMINGO D E J E S ú S MARíA.—La prensa católica
del Imperio Austro-Húngaro ha hecho brillantes reseñas de la velada que
se celebró en l a capital del Orbe Católico en honor del V. P . Domingo de
Jesús María, y de la cual dio cuenta á los lectores de E L MONTE CARMELO
nuestro sincero amigo, el ferviente católico y aventajado artista don Ge-
rardo Villacián.
Una señora Duquesa muy influyente en Austria, y cuyo nombre calla-
mos por no ofender su extremada modestia, ha pedido con particular empe-
ño los discursos y poesías que en la velada se pronunciaron, para que tras-
ladados á su lengua patria, puedan los muchos devotos que en aquel vasto
Imperio tiene el Venerable Padre, leer tan preciosas composiciones y re-
novar con su lectura los recuerdos y entusiasmos por el V. Carmelita.
Quiera el Cielo que esto sea un paso más para proseguir la causa de
Beatificación del V. Padre, incoado ha ya tanto tiempo.
NUESTRO PADRE GENERAL—De Nuestro M. E . P . General sabemos que
arribó felizmente á últimos del mes pasado al Pireo, de donde se trasladó á
Atenas, dispensándole el Vicario Apostólico un muy afectuoso recibi-
miento.
E L CARDENAL SANCHA.—Nos comunican de Roma que Su Eminencia el
Cardenal don Ciriaco Sancha y Hervás, Primado de España, ha visitado á
Nuestros Superiores Mayores en la Casa Generalicia.
NECROLOGíA.—En las Carmelitas Descalzas de Antequera ha fallecido la
R. Madre María de la Concepción del Patrocinio, Priora de aquella vene-
rable Comnidad; religiosa de grandes virtudes y muy querida de todas sus
hermas en religión; su muerte que ha sido la de los justos ha sido muy sen-
tida en aquella población. A su distinguida familia y á la Comunidad
acompañamos en su justo dolor.
—En Burgos falleció santamente el anciano y respetable señor don Pe-
dro Rodrigo Justo, á los 83 años de edad; era hermano del que fué digní-
simo Arzobispo de Burgos, limo. Anastasio Rodrigo Justo, y la Reverenda
Comunidad de aquella ciudad le contaba entre sus mejores amigos y bien-
hechores.
—En las Carmelitas Descalzas de Vieh ha fallecido la Hermana Ana
María del Santísimo Sacramento á los 73 años de edad y 52 de bien apro-
vechada religión.
—En el Convento de Carmelitas Descalzas de Salamanca ha pasado á
mejor vida la Hermana Angela de los Dolores á los 40 años de edad y tre-
ce de Religión.
—En las Carmelitas Descalzas de Ecija falleció la Hermana Trinidad
del Santísimo Sacramento á los 62 años de edad y 13 de vida Religiosa.
¡Descansen en la paz del Señor!—R. I. V.
CARTA DH BOMA.—Muy R. P. Director de EL
MONTE CARMELO.
El entusiasmo que estos días reina en la ciudad
eterna es indescriptible. Los católicos venidos de
todas las partes del mundo, han dado una prueba
inequívoca dól arraigo de sus creencias y de su
amor sincero y profundo al Vicario do Jesucristo.
La solemnidad que ha eclipsado á todas las de-
más por su extraordinario brillo y esplendor, ha
sido, á no dudarlo, la del tres de Marzo, en que se conmemoraba el Vigési-
mo quinto aniversario de la coronación de S. 8. León X I I I . Desde las pri-
meras horas de la mañana se notaba en la capital extraordinaria agitación.
Las calles hervían de gente. La circulación de los coches hacíaso muy
difícil. Muchedumbres inmensas se divisaban en las inmediaciones del
Vaticano. La tropa estaba acampada en la espaciosa plaza do Pan r e d r o
para mantener el orden y evitar cualquier accidente lamentable. Por entre
los dos cordones de soldados colocados junto á la gradeiía que da acceso á
la Basílica, iban pasando uno á uno los que habían podido adquirir billete
de asistencia. La Gendarmería Pontificia cuidaba del interior del Templo
Las HH. de la Caridad y varios médicos bajo la dirección dol Doctor Lap-
poni estaban allí preparados para prestar en caso necesario los auxilios de
la ciencia.
La Basílica aparecía lujosamente adornada. Preciosísimos damascos ga-
loneados de oro cubrían las grandes pilastras dol templo; de las bellísimas
arcadas de marmol pendían tapices de seda de valor incalculable; millares
de focos de luz centelleaban en las altísimas bóvedas, como centellean las
estrellas del firmamento en noche serena; del sepulcro de los S¡S. Apóstoles
ascendía en espiral gigantesco el humo del incienso, que esparciéndose por
las espaciosísimas naves, lo llenaba todo de suavidad y fragancia. Las tri-
bunas también se habían adornado con exquisito gusto.
En la Tribuna de los soberanos estaban: 8. A. It. la Princesa Vitoria,
heredera del trono de Suecia y Noruega; 8. A. R. la Princesa Matilde de
Borbón; 8. A. R. la Gran Duquesa Paulina de Sajonia-Weimar-Eisenach;
S. A. el Duque Roberto de Parma, S. A. la Princesa de Siechtenstein, y los
SS. Príncipes, Maximiliano de Badén y J u a n de Windschgraetz.
En la Tribuna del Excmo. Cuerpo diplomático acreditado cerca de la
S. Sede, ocupaba el primer lugar el Excmo. señor Conde de Almodóvar,
Embajador extraordinario de 8. M. Alfonso XIII. Seguíale el Príncipe
Mirko de Montenegro, y los demás Embajadores que las potencias tienen,
cerca del Soberano Pontífice.
CRÓNICA GBNEKAL 235
t-^jJ§^^~»
Dinora Coppinger
'"-*4Í&
gacia
en pasaba sus ratos de oración, y
las prácticas de sus devocio-
diese á su hijo la educación más es-
merada que una madre puede dar al
nes ordinarias; allí rezaba todos los hijo de sus entrañas.
días el rosario y la estación del san-
to escapulario, allí iba á visitar á su Diana tenía siempre á su lado á
Madre, como llamaba á la Virgen José á fin de enseñarle, lo mismo en
del Carmen, todas las veces que sa- teoría como prácticamente, todo
lía de casa, y allí volvía cuandotor- cuanto fuera necesario para formar
naba de su viaje: la primera obra de un ferviente católico. Hacíale rezar
la mañana era ir á la capilla á ofre- en su compañía, enseñábale todo lo
cer las obras del día, y la última por concerniente á las prácticas diarias
la noche á dar gracias por los bene- de religión, á fin de que José-forma-
ficios recibidos. ra un justo concepto de aquello mis-
mo que practicaba. A la verdad, no
Cuando Diana hablaba de la Vir- parecía que José llevase á mal
gen del Carmen, su conversación aquellas solicitudes de su madre;
era en extremo entretenida; nunca pero en lo que menos pensaba José
se cansaba de referir la historia de mientras rezaba, ó mientras escu-
los muchos milagros que la Virgen chaba, al parecer con atención, las
del Carmen había obrado por medio exhortaciones y pláticas de su ma-
de su santo escapulario, y reuniendo dre, era en Dios: su intención era
en su casa durante las noches del muy distinta.
invierno á todas aquellas familias
trabajadoras que estaban al cuida- José conocía muy bien que cuan-
do de aquéllas quintas y palacios, tas veces le viera su madre rezar
les hacía unas exhortaciones tan fer- con atención ó mostrar deseo de al-
vientes, con tanta unción y convic- gún ejercicio espiritual, le regalaba
ción del alma, que al cabo de algún alguna golosina, ó le pagaba con
tiempo tuvo el consuelo de ver que alguna merienda extraordinaria, ó
muchos de aquellas sencillas gentes le dejaba salir á paseo montado á
adjuraban el protestantismo entran- caballo; y cuando quería conseguir
do llenos de entusiasmo en el seno alguno de estos objetos, ya sabía
de la Iglesia católica. cuál era el medio: mostrar el deseo
En lo que más cuidado puso Dia- de ir á rezar, ponerse de rodillas de-
na, fué en la educación de su hijo lante de la imagen de la Virgen del
José, quien, si es verdad que no era Carmen, ó mostrarse complaciente
de mala índole, era sin tiuda alguna con los deseos de su madre. Desde
el muchacho más travieso que ha entonces tenía conseguido todo lo
nacido en los Estados Unidos. No que deseaba.
era desobediente, ni rebelde á los José era muy juicioso delante de
mandatos de su madre, pero en cam- su madre, pero tan pronto como de-
bio la engañaba cuantas veces ha- jaba de estar en su presencia y salía
blaba con ella. de casa, ¿cuál era su comportamien-
L a s madres difícilmente creen na- to? Parece increíble pero era una
da contra sus hijos; en cambio siem- verdad; no había perro ni gato que
pre están dispuestas á creer cuanto al ver á José no se echara á correr
de bueno se les refiera de aquellos más que de prisa; porque sabían
que son sangre de su sangre y pe- muy bien, por experiencia, que la
dazos de su corazón. No hay madre pedrada venía encima. Un día ma-
á quien no le parezca que su hijo es tó dos gatos de dos pedradas, ó los
e) más hermoso, el más inteligente, derribó al suelo como muertos. De
el más dispuesto para todo lo bueno; otra pedrada rompió la jaula de un
si en cambio alguna vez por casuali- canario echando á volar el pájaro,
dad hace algo de malo, es por las y rompió dos cristales. Después de
malas compañías. Siempre tienen la estas hazañas se fué muy edificante
culpa las malas compañías, el hijo no á su casa, y llamando á su madre di-
la tiene nunca, al menos así lo en- jo á esta con mucha formalidad que
tiende la madre. los muchachos de ahora no tenían
Algo de esto pasaba con Diana ninguna educación ni crianza; que
madre de José; pues éste, para aqué- uno sólo había matado dos gatos y
lla, era el niño más listo y el de me- roto una porción de cristales, y que
jor índole que ella hubiese conocido después de todo habían tenido la po-
en toda su vida. Sin embargo, esto ca vergüenza de echar la culpa al
no era un obstáculo para que Diana mismísimo José, cosa que no puede
P0LACE8 Y ENTRETENIMIENTOS 239
como si el día del juicio viniera en- su objeto. El desenlace final ó el fin
cima. en que viene á parar nuestro perso-
Alarmóse pues toda la ciudad, se naje, tanto más.admirable vendrá á
acudió á los cuarteles, el ejército se ser, cuanto sus principios ó sus me-
puso sobre las armas, la infantería dios menos lo daban á entender.. Pe-
cogió el fusil, los artilleros se aga- ro así se muestra más patenté la in-
rraron á sus cañones y la caballería tervención sobrenatural," cuanto los
se halló montada en un momento. medios naturales menos relación
¿Dónde están los sublevados? era la parecían tener con el objeto conse-
pregunta que se hacía en todas par- guido.
tes. Pero nadie había visto á los su- L a devoción hipócrita de José,
blevados. ¿Hacia donde se han diri- parecerá de ningún valor ante la
gido los sublevados? ¿quién es su je- Virgen del Carmen para que esta
fe? Se volvía á preguntar, pero la misericordiosa Madre 'consiguiera
verdad era, qué nadie había visto á de su Hijo favor alguno para nadie.
los sublevados ni el color que te- Sin embargo entre las muchas de-
nían ni la cara que llevaban. vociones hipócritas tan frecuentes
Entonces se tomó la determina- entre los hombres, suele haber de
ción de que la caballería hiciera un vez en cuando, alguno que otro
recorrido por todas las calles de rasgo de sinceridad, y de aquellos
Washington; y en efecto, el regi- iequeños rasgos de sinceridad, sue-
miento eje caballería de Alabama Í e valerse esta buena Madre para
hizo el tal recorrido y... no hubo na- ejercitar sus bondades para con
da; y se convencieron todos de que los que tanta necesidad tienen
no había habido nada; pero ¿quién de ellos. Todavía no es tiempo de
fué el autor de aquella alarma? To- manifestar en qué vino á parar el
davía hoy es el día en que en W a s - hijo de Diana Hireland, pero si el
hington se desconoce el autor de la lector tiene suficiente paciencia pa-
hazaña;. r a continuar leyendo la relación de
Aquella misma tarde .se dirigían nuestra verídica historia, le asegu-
tres muchachos hacia Little Virgi- ramos que tendrá un motivo más
nia refiriendo la hazaña que habían para admirar las misericordias de
realizado y pensando en el modo có- la Virgen del Carmen para sus
mo habían de sacar la merienda á devotos.
Diana, madre de uno de ellos. Otro motivo entre los muchos que
Diana no sabía lo que había pa- tenemos para detenernos en estas
sado, hasta que los muchachos cuyo menudencias, es para que las tan-,
capitán era su hijo, le contaron lo dres de familia se convenzan una
acontecido, por supuesto, callando vez más, de que sus hijos no suelen
quiénes fueran los autores, y otras ser, por lo general, ni tan devotos;
muchas circunstancias. Los mucha- ni tan sencillos, ni tan listos como á
chos tan devotos y tan juiciosos pi- ellas les suele parecer, sino que
dieron á Diana licencia para ir á muy al contrario por lo general, los
arrodillarse ante la Virgen del Car- hijos, lo mismo en santidad como en
men á dar las gracias, por haberles el talento, no llegan á la mitad de lo
librado del peligro en que se halla- lo que creen ellos. Y puede muy
ron de ser arrollados por las turbas. bien realizarse la verdad de aquel
Diana les concedió aquella gracia, refrán que dice: "de diñero y santi-
y en recompensa de su devoción, dad la mitad de la mitad. „
dio de merendar á aquellos tres po- No crean pues las madres á sus
brecitos devotos. hijos tanbonachonameñte como Dia-
Estas noticias que damos tan mi- na Hireland, la cual en medio de
nuciosamente sobre los hechos del sus virtudes, tenía este defecto ma-
hijo de Diana Hireland y otras mu- ternal, como otras muchas madres.
chas más que,Dios mediante, hemos No estará demás aconsejar á és-
de dar sobre el mismo asunto y"so- tas, que si quieren saber lo que es
breel mismo individuo,tienensu finy su hijo, pregunten á la vecina y lo
que aquélla les diga es la verdad.
Fr. g. de S. ¥.
(Se continuará)
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' • " / ' • ' S í Z ^ : ' - - • • • • ' • ' • • v . - ' f f ! ? T * ? T ' ! T * W f f r * ? ^ ^
Hecce Homo
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F U E N T E DE YIDA
tes quiere que nos lleguemos cabe El, quiere Pero en va-
no, Jesús ha inclinado la cabeza y ha muerto.
¡Ha muerto Jesús!
Todos hemos sido reos de tan horrendo deicidio. ¡Todos hemos
levantado nuestro brazo contra el Justo! ¡Todos somos culpables!
No en balde la naturaleza, avergonzada de nuestro crimen bus-
có el escondite de las tinieblas, envolviéndose con las sombras de
una noche anticipada.
Los ángeles mismos cubrieron sus rostros con sus y alas, no se
atrevieron á contemplar los suplicios del Hombre-Dios.
El Padre tomó venganza de nuestro crimen, 3- nuestro crimen
apuró toda su malicia para atormentar á Jesús.
Queda, pues, la justicia de Dios satisfecha y la maldad del hom-
bre reparada, porque la venganza ha sido proporcionada al crimen.
¡El Inocente ha muerto por todos! ¡Su Madre queda atribulada!
¡Grande es como el mar su amargura!
Pero María es la representante de la Misericordia. A ella
debemos acudir en busca de perdón y misericordia.
¡Perdón, pues, Madre querida, perdón y misericordia! ¡Hemos
pecado contra el cielo y contra Vos! ¡Pero perdón, Madre querida,
perdón y misericordia! No tenemos en nuestro favor más que la
súplica de vuestro Hijo, y si algo vale esa sangre preciosa que por
nosotros ha derramado, por ella os pedimos perdón y misericordia.
¡Perdón, pues, Madre querida, perdón y misericordia!.
¡Perdón!
¡Perdón!
¡Perdón!
M. ¥.
Carmelita, Descalzo
v
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EL, CIPRÉS D E LOT
Fr. Martín.
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XII
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JESÚS MORIBUNDO
Dios!!... ¡de ese Dios que no se olvida de la florecilla del campo, vis-
tiéndola con regias galas!... ¡De ese Dios que da alimento á los in-
constantes pajarillos!... ¡¡Abandonado de ese Dios, incansable Pro-
videncia!!... No, no: eso es un imposible. O esto es blasfemo, ó es el
misterio más sublime de la insondable ciencia del Altísimo.
¡¡Pero, blasfemia en los labios de Jesús!!... Perdón, Víctima pre-
ciosa, perdón!... Benditos sean tus humildes labios que nunca se
abrieron sino para perdonar; benditos sean tus hermosos labios, que
nunca se abrieron sino para revelarnos misterios de amor.
Su última palabra es un eco extraño; pero ¿es que Jesús se que-
ja del abandono? No, no: escuchemos atentos: «Dios mío, para qué
me has abandonado?—¡Ah!... ¡oara qué!... No crea el mundo que en
la violencia del dolor, que en el delirio de su febril agonía cambió
inconscientemente en *Por qué» con la expresión *Para qué*
Ese misterioso ser que agoniza, ha querido significar un pensa-
miento profundo con ese *Para qué» que nos extraña. Volved la vis-
ta hacia el ladrón arrepentido, y en su frente tranquila, en medio de
su martiri'i, hallaréis la explicación. ¡Jesús está abandonado en su
agonía, para que los suyos no lleguen á estarlo en su hora suprema...
¡Misterios sublimes del Reinado de Jesús!
Pero la escena se complica.
Los verdugos se faeron, después de haberse repartido los despo-
jos de la Víctima. El silencio empieza á ser imponente en torno del
patíbulo. Los grugos de espectadores se dispersan mirando al espa-
cio con expresión de miedo... ¡Ah, sí!... Ese Cielo, antes despejado y
puro, acumühVahora vapores que se condensan en nubes plomizas"
de bordes desgarrados y figuras siniestras; el horizonte, antes esplen-
doroso, se presenta amenazador y tétrico.
Pero, ved: allí hay un grupo que desafía los furores de los ele-
mentos que amenazan desencadenarse. A pocos pasos de la Cruz en-
sangrentada hay un grupo de hombres de mirada torva, de barbas
hirsutas, de actitud burlesca, y de labios sesgados por risa sareásti-
ca. Más cerca hay un Centurión con sus soldados, custodiando á los
reos. Más cerca aun, dos mujeres y el discípulo Juan que acompaña
á la Mujer misteriosa. Estos no tienen más mundo para sus ojos lle-
nos de lágrimas que el cadáver de Jesús.
¡¡Cadáver!!... no: miradle... aun vive. Su pecho estertoroso y ja-
dtante se mueve á saltos precipitados; su cabeza ha caído como es-
piga cortada por la segur, sobre su hombro ensangrentado; sus em-
pañados ojos no tienen ya brillo; sus entreabiertos y cárdenos labios
titilan con tembló*-nervioso; sus miembros se estremecen al contac-
to asperísimo' de la atmósfera con sus nervios delicados, que descu-
brieron las heridas desgarradas.
¡Y vive'... ¡Y vive aun ese « Varón de angustias»'... ¡Y aun tiene
fuerzas para exclamar con acento cavernoso!:
—Tengo sed.
¡Sí, pobre víctima desgarrada!... la fiebre que te consume secó tu
lengua y agrietó tu9 labios...y. . ¡¡pobre abandonado!!., ¿no habrá
para tí ni una gota de agua fresca que lo refrigere?
Pero,., ¡ah, sí!... ¡¡gracias, Dios míoü... Un rasgo de compasión
JESDS MORIBUNDO 263
¡MATER DOLOROSA!
«vuelo hacia las cosas de lo alto para buscar en Dios su reposo. ¡Oh deliciosa
»morada donde no llega el ruido del huracán y que te elevas, como fuerte
«roca, para resistir á la tempestad! Cuántas veces abrirás tus puertas para
«recojer las palomas fugitivas del gavilán y que no encontrando donde po"
»ner el pie buscan el arca para salvarse del diluvio en que peligran sus
»almas,
«¡Regocíjate, oh pueblo mío! Faltaba á tus altares la hermosura del Car-
amelo, á tus colinas las espinas penitentes, á tus valles las azucenas y los
«huertos cerrados; ya tendrás noche y dia el perfume del incienso y los cán-
«ticos sagrados alternarán en la callada noche con las ecos de las sonoras
«aguas y la suave música del viento.
«Mensajeras de los Cielos! llevad á Dios la plegaria del que sufre y ofre-
«ced bálsamo al que herido solicita tu consuelo y que al oir la campana
«del Monasterio vuelva sobre sus pasos el que, ciego, caminaba á perderse
«en el abismo.
» Nosotras os ofrecemos nuestros corazones, cual tierna virgen, para re-
»cibir la buena semilla de la enseñanza y de los buenos ejemplos. Llevados
»del amor, visitamos un dia, en piadosa peregrinación, vuestro Santuario
>de Curimón; ahora que vivís entre nosotros escucharemos cada dia las loc-
aciones de las Hijas de la insigne Doctora Santa Teresa de Jesús, y nues-
»tros corazones pertenecerán, como el corazón de las hijas, á su Madre.
«Lluevan á vuestra llegada las flores que son el símbolo del amor y re-
«gocijo de nuestros corazones.»
Al terminar, una lluvia de flores cayó sobre las cabezas de las Carmeli-
tas que, conducidas por el Párroco Pbro. don E. Quiterio Guerzalaga, en-
traron en la iglesia, precedidas de la Cruz alta. Profusión de luces y de
flores adornaba sus altares, y toda estaba arreglada con exquisito gusto y
esmero. En la nave central estaban preparados asientos para las religiosas.
El Rdo. Padre Superior de los Carmelitas Descalzos de Santiago Fray
Ernesto de Jesús, nos hizo oir desde el pulpito su voz elocuente y entu-
siasta. ¿Y 4 quién mejor le correspondía dar espansión á la alegría, al en-
tusiasmo, á la gratitud y á la'diversidad de sentimientos que en esos ins-
tantes llenaban los corazones, que al que, hijo de la misma Madre, había
compartido las esperanzas y las incertidumbres de sus hermanas é hijas á
un mismo tiempo en Religión? En breves palabras, dio á conocer al pueblo
que le escuchaba, el beneficio que Dios le concedía, enviándole con las H i -
j a s predilectas de Su Madre Santísima las bendiciones del Cielo. Les expli-
có cómo el sacrificio, la inmolación voluntaria de esas almas amantes iban
á ofrecerse cada, día, para pedir el remedio para todos los males, el consue-
lo para todas las penas de la vida, la salud para los que sufren. Con su pa.
labra autorizada, encomió la perfección que guardan las Carmelitas en
la observancia extricta de sus Reglas; dijo, quo ellas venían á traer el per-
fume de las virtudes de su Seráfica madre, á ser un ejomplo vivo de ese
dechado celestial de perfección; que ellas no pedían, ni ambicionaban otra
cosa que un rincón, una celda, donde poder amar é inmolarse contínuamen-
mente por su Dios. Solicitó para ellas la protección y amparo de ese pue-
blo que las recibía con júbilo, con regocijo y entusiasmo, y agregó que su
corazón se ensanchaba de goza y de alegría al ver que los rayos de las
glorias de su Madre Santa Teresa de Jesús resplandecían sobre sus hijas
las humildes Carmelitas quo le escuchaban. Con expresiones de profunda.
270 EL MONTE CARMELO
triunfo á través de este ameno Valle, pasando por los aróos de verde rama-
je que estaban colocados en ol trayooto. E a t r j oatos arcos resaltaban por
su buen gusto los puestos á la puerta de la iglosia por las escuelas, y los
que adornaban la fachada del acreditado hotel «Pepina», donde se colocó
también un altar para la Virgen del Carmen y paró la procesión unos mo-
montos, durante los cuales subió el ít. I'. Ángel María á uno de los balco-
nes del hotol, y desdo allí pronunció una fervorosa arenga terminando con
entusiastas vivas á la Virgen del Carmen, mientras de debajo de las andas
de la Virgen salían una bandada de blancas palomas con lacitos rojos al
cuello, y revoloteaban sobre la cabeza de las circustantes. La vuelta al
templo presentaba un grandioso aspecto, imposible do describir: la Virgen
del Carmen pas> con sobírana majestad por entre la apiñada mu-
chedumbre que doblaba la rodilla delante de ella, y penetró eji la parro-
quia entro los acordes de la marcha Real. Pocos momentos después el Re-
verendo P. Constancio dirigiendo su voz desde ol pórtico á la muchedum-
bre que llenaba el templo y á la que so apiñaba fuera de él, se despidió del
pueblo y autoridades d¡ ndo a todos las más oxpresivas gracias por la coo-
peración con que habían concurrido al éxito de la misión.
Este éxito ha sido sorprendente. Los reverendos Padres Misioneros han
manifestado, al despedirse, qua iban complacidísimos del resultado obteni-
do. EL pueblo también se ha mostrado tan satisfecho, y con el trato de los
PP. Misioneros les había cobrado un cariño tan grande, junto con el respe-
to y veneración que «stos Padres se merecen, que muchos lloraban cuando
llegó el momento de despedirles en la estación.
El lunes, como digno remate de la Misión, se celebró un solemne fune-
ral por los fieles difuntos de esta Parroquia, en especial por su inolvidable
y llorado cura don Aureüano Gándara (q. e. p. d.), y por la tarde regresa-
ron á su Residencia de Santander los P P . Misioneros, siendo despedidos
entre vivas y aclamaciones por el clero, autoridades, escuelas y muchísima
gente de todas las clases sociales.
Merecen plácemes y cumplida enhorabuena, en primer lugar, el dignísi-
mo y virtuoso señor cura párroco de Solares don José Martínez Ruíz, que
tanto celo ha desplegado por- dar to Ja la brillantez posible á esta Misión; y
en general, todo el clero del Areiprestazgo, con su respetable Arcipreste á
la cabeza, que han cooperado valiosamente á dar esplendor á estos ejerci-
cios; la corporación municipal y demás autoridades, que todos los días asis-
tían al templo; las escuelas de niños y niñas, las jóvenes de Solares, Val-
decilla y demás pueblos comarcanos, y cuantos elementos han contribuido
al éxito de las Misiones.
Solares 25 de marzo de 1903.
UN MONTAñéS
NECROLOGíA.—En la Residencia de los PP. Jesuítas de Santander, ha fa-
llecido el Superior de la misma R. P. José María Vinuesa y Zurbano, cau-
sando su mnerte honda pena en todos los que le conocían. Poseía el Padre
Vinuesa relevantes prendas de virtud, de celo y de ciencia, y empleó toda
su vida en servicio de la gloria de Dios. Su nombre era conocido en todas
partes y tenido como una de las glorias más legítimas del pulpito español
Junto con ol brillo y respeto que le daban sus eminentes dotes, poseía tal
dulzura en su trato que atraía á sí los corazones. En la conducción de su
cadáver y on sus funerales ha dado Santander público testimonio del ca-
276 EL MONTE CARMELO
riño y simpatías que sentía hacia el esclarecido hijo de San Ignacio. Reite-
ramos á los RR. PP. Jesuítas nuestro senWmiento por pérdida tan irrepa-
rable, y sírvales de consuelo la consideración do la gloria perdurable que á
su llorado hermano le habrán valido los méritos de su virtud y los trabajos
de su celo.
—Después de larga y penosísima enfermedad, rindió su alma á Dios,
confortado con los auxilios espirituales el que en vida fué respetable ca-
ballero don José Azcona de la Sierra. La cristiana resignación con que
ha soportado la terrible dolencia que ha conducido sus despojos al sepul-
cro y su alma á la presencia de Dios, y la tranquila conformidad con
que se'sobreponía á los agudísimos dolores que lo atormentaban de conti-
nuo, es la mpjor apología que puede hecerse dol finado. Que Dios Nuestro
Señor haya acogido en su seno el alma del finado, por la cual suplicamos á
nuestros loctores que unan sus oraciones á las nuestras, y quiera Conce-
der á la familia, que en estos momentos llora la pérdida de un ser querido,
la resignación que necesita para sobrellevar tan rudo golpe.
- - H a fallecido también en Santander la virtuosa señora doña Tomasa
Rodríguez Casanueva, hermana do nuestro querido amigo don Crisanto Ro-
dríguez, dignísimo Secretario de Cámara de este Obispado, á quien, así co-
mo á todos sus parientes, acompañamos en el sentimiento.
—En la misma población ha entregado su alma al Señor la rospetable se-
ñora doña Florontina Galán y Estrada, Viada do Conde. Encomendamos su
alma á Dios, y compartimos con toda su distinguida familia la amarga
pena de esta pérdida.
—También tenemos el sentimiento do anunciar á nuestros lectores el
fallecimiento de la Exorna, señ'ira doñi María do la Gloria de Bessón y Pa-
lacio de A s i ñ i , acaecido en Burgos, después de recibir los Santos Sacra-
mentos y la Bendición de Su Santidad. Fué la finada señora de grandes
virtu le3 y muy bienhoch )ra de nuestra Orden, y nunca olvidarán su grata
momoria nuestros Padres de Burgos, que mis do cerca que otros pudieron
experimentar las bondades de Ir. ilustro y respetable señora. ¡Descanse on
piz, y reciba su distinguida familia nuestro más sentido pésame.
—En las Carmelitas Descalzas do Vich, han fallecido santamente la Her-
mana Toresa del Corazón de María á los 70 años de edad y 42 de roligión,
y la Rda. Madre Asunción de la Sagrada familia á los 55 oñ >s de edad y 24
do vida religiosa. Religiosas ambas ejemplarísimas y ejercitadas en toda
suerte de virtudes.
—En las Carmelitas Descalzas do San José de Salamanca ha pasado á
mejor vida la Hermana Josefa de la Encarnación, á los 76 años do edad y 51
de religión, y deja muy buenos ejemplos que imitar á aquella venerable
Comunidad.
JUBILEO DE S. S.—Llegan notic r as consolado-
ras do la solemnidad con que en todas partes se
han celebrado las fiestas jubilares de Su Santidad
La gran familia católica esparcida por todo el
mundo ha dado testimonio del respeto y acata-
miento que profesa al Vicario de Jesucristo, ante
uicn deben bajar la cabeza todas las magestades
Ie la tierra.
dos los obje,tos que veía, sacaba con- se acostara sin antes haberse enco-
sideraciones y reflexiones que se mendado á esta Madre de miseri-
las hacía á José, le hablaba de las cordia.
penas del infierno con una energía José, escarmentado con el apuro
que no había usado hasta entonces; que habia pasado en manos de la
de los castigos de los hombres cri- policía, mostrábase dócil á las en-
minales, los males que causaban á señanzas de su madre y estaba de-
la sociedad, y mucho más á la re- cidido á no volver á ponerse otra
ligión. vez en semejante trance, ni dejarse
Llevábale á confesarse, á oir mi- llevar de sus inclinaciones poco
sa y sermones, sin perder ninguna dignas de un corazón noble. Entre-
oportunidad: 'mostrábase dulce con góse, según los consejos de su ma-
energía, cariñosa pero con tesón, dre, á la consideración de las terri-
complaciente pero al mismo tiempo bles verdades del Catolicismo, en
intransigente. No negaba Diana á cuya seria meditación se empapó
su hijo ninguno de los gustos con completamente su alma, y venían
tal que fuesen lícitos, al mismo á su mente pensamientos serios y
tiempo que jamás transigía con na- resoluciones valientes.
da que fuese contrario á la ley de T a l fué el resultado que tuvieron
Dios ó á la conciencia de madre; en el alma, en el corazón y en la
hacíale rezar con asiduidad ante la vida toda de José los consejos, las
imagen de la Virgen del Carmen, y exhortaciones, las enseñanzas y
jamás permitía Diana que su hijo ejemplos de Diana su madre.
bY g. de g. R
(Se continuará)
FUERZA DE LÁGRIMAS
Con ánimo de hablarle en confianza
De su piedad, entré en el templo un día,
Donde Cristo en la Cruz resplandecía
Con el perdón, que quien le mira alcanza.
Y aunque la fe, el amor y la esperanza
A la lengua pusieron osadía,
Acordéme que fué por culpa mía,
Y quisiera de mí tomar venganza.
Ya me volvía sin decirle nada,
Y como vi la llaga del costado,
Paróse el alma en lágrimas bañada;
Hablé, lloré, y entré por aquel lado,
Porque no tiene Dios puerta cerrada
Al corazón contrito y humillado.
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MORIR O PADECER
M. ¥.
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(CONCLUSIÓN V líPÍLCGO)
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Q
11
P^f^P^^WP^PI^^fflffif^HwPWPf?@
LrA CREACIÓN
Uflfl P f ^ Ü E B f l - S U VñliOt?
VI
Otro de los centros establecidos en Boma en pro de la restauración sa-
cro-musical, que, entre otros fines, tiene el de enaeñar y propagar el ver-
dadero canto de San Gregorio Magno, ó sea el llamado vulgarmente canto
de Solesmes, es la «Escuela Romana de música sagrada,» fundada por el
M. R. P. Hartmann, notable organista de la iglesia franciscana de Araceli
de Roma, y director del «Liceo musical cooperativo» fundado también en
la ciudad Eterna.
La «Escuela Romana de música sagrada» tiene el noble propósito de
tomar parte en la reforma de la música religiosa, formando verdaderos
maestros compositores, organistas, directores de capilla y de escuelas de
canto, y cantores de buen gusto artístico según el verdadero sentido litúr-
gico, secundando así los deseos, tantas veces manifestados, del Soberano
Pontífice, de la Sagrada Congregación de Ritos, de los Prelados, de cuan-
tos se interesan por el esplendor del culto católico, que están pidiendo es-
ta reforma.
Dados los altos fines de esta Escuela ó Instituto romano de música re-
ligiosa, su creación no podía menos de tener buena acogida y ser umver-
salmente aplaudida y ampliamente aprobada, no j a por la prensa, por los
buenos artistas y por cuantos ven en la reforma do la música religiosa y
canto gregoriano un asunto puramente artístico y litúrgico, sino también
por la autoridad de la Iglesia, como se ve en el bellísimo autógrafo que Su
Eminencia el Cardenal Vicario, Monseñor Respighi, envió al M.R. P. Hart-
mann, su fundador y director. (1)
Las importantes materias que se cursan en esta Escuela son: Alta com-
posición, en que está incluida la instrumentación (P. Hartmann); Artnónía,
contrapunto y fuga (R. Storti); Órgano (Boezi); Canto gregoriano (Rev. Relia).
El programa del Canto gregoriano está tomado del programa adaptado en la
Academia Gregoriana de Friburgo (método de Solesmes) dirigida por el Doc-
tor Wgner y aprobada por la Sagrada Congregación de los Estudios.
(1) He aqui el texto de dicho autógrafo:
«Molto Rvdo. Padre: Colla piú viva compiacenza ho appreso la notizia
datami da Vostra Reverenza della istituzione di una Scuola Romana di mtt-
sica sacra con programa contenente le materie proprie per un intero corso,
cioé: Composizione di stile sacro, Scuola di Canto Gregoriano, Scuola di
órgano.
302 HL MONTB CARMBtiO
gran restaurador del canto gregoriano, Rvmo. Padre Pothier, Abad de San
Wandrilo: «la verdad se defenderá por sí misma; al fin y á la postre, con el
auxilio del tiempo, y muchas veces sin discusiones ni polémicas estériles,
siempre sale triunfante.»
D J las varias revistas que podríamos citar aquí en confirmación de lo
que arriba queda apuntado, sólo vamos á mencionar una, y es nuestro cole-
ga El Eco Franciscano, de Santiago, del cual, dice La Lectura Dominical del 25
de Enero último, que «en una serie de doce artículos ha hablado con
grandes elogios del Canto Gregoriano restaurado por los Benedictinos de
Solesmes, restauración debida á los estudios perseverantes, durante más de
cuarenta años en las Bibliotecas de Europa, del Rvdmo. Abad do San Wan-
drilo, el tan sabio como modesto P . Pothier.» Y después añade: «Con labor
tan perseverante se trata de reintegrar en su solemne sencillez, tan reco-
mendable por Su Santidad, el canto de las iglesias.»
Para que nuestros lectores tengan una pequeña idea de esos artículos,
vamos á copiar algunas líneas de uno de ellos. Dice así El Eco Franciscano;
«Proverbiales son ya en el campo de la Música sagrada la precisión a Imi-
rable y la encantadora dulzura de que saben impregnar el canto gregoriano
sus más autorizados intérpretes los Monjes de la Abadía benedictina de
Solesmes. Cuantos han tenido ocasión de oirlo de su boca, contestes están
en no reconocerle otro superior ni más ventajosamente recomendable para
el culto católico. Todo en él hablu al corazón, como inspirado primero y
únicamente en el texto sagrado; su ritmo es el de la piedad, sus vuelos los
del fervor, sus acentos, en fin, los patéticos, quo vibrando al unísono con
la letra, destacan sin exageraciones los tónicos, más con el impulso del es-
píritu, en frase de Dom. Pothier, quo con el de la voz y del tiempo, á que
estamos acostumbrados.» En otra parte dice también: «.Contentos nosotros
con haber sembrado en buena tierra, esperamos en Dios, que El sabrá sazo-
narla en frutos de bendición, como en efecto parece haberlo ya iniciado en
nuestra amada provincia seráfica de Cantabria, en la que va tomando feliz
incremonto el tradicional canto de la Iglesia. Sirva este ejemplo á las
demás provincias de España y veamos pronto el día en que, imitando éstas
á la de Cantabria, oigamos resonar en todas las iglesias franciscanas tierno
y devoto el canto que, esplendente y vivo en otros tiempos, hoy por fortuna
va abriéndose paso en distintas Ordenes religiosas, gracias, sobro todo, al
incansable celo y actividad de los beneméritos F P . Benedictinos de Soles-
mes y de Silos; en quienes, tratándose do canto gregoriano, encontrará
quien quiera casa abierta para su instrucción, luz en sus dudas, y maestros
desinteresados, dispuestos siempre á enseñar teórica y prácticamente el
modo de realzar el culto católico por medio del canto, como de hecho aca-
ban de hacer con nosotros.»
Por lo que hace á E L MONTE CARMELO, nada decimos porque no nos
corresponde y porque nuestros habituales lectores no lo necesitan; mas si
alguno dudase de lo que esta Revista Carmelitana vione haciendo en pro
de la reforma del canto sagrado, ahí tiene la colección de los dos últimos
años y podrá saberlo por si mismo.
Ya se ve, pues, que aunque no contamos con una escuela de música reli-
giosa como la fundada por el R. P Hartmann en üoma, cmporo no es me-
nos cierto, quo algo nos vamos regenerando en este punto en España.
El ilustre fundador, director y profesor do composición do la «escuela
304 EL MONTE CARMELO
SECCIÓN CANONICO-LITÚPvGICA
Francisco, quien por lo regular la esta Corona por el Papa Pío IX son
delega ad decennium. una plenaria á los que confesados y
El modo de rezarla es como sigue: comulgados la rezaren diariamente
En el nombre del Padre-.. Amen. En- y durante todo el mes, rogando por
seguida se dice esta invocación: la exaltación de Nuestra Madre
Bendita sea la Santa é Inmaculada Iglesia: indulgencia de trescientos días
Concepción de la Bienaventurada Vir- cada ve\ al que con corazón contrito
gen María, añadiendo luego un Pa- la rezaren devotamente. P a r a ga-
dre nuestro y cuatro Ave Marías y nar estas indulgencias no es necesa-
Gloria Patri al fin. Repitiéndose la rio el uso material de la Corona
segunda y tercera vez la invocación bendecida al efecto; pues estas in-
Bendita sea... con Padre nuestro y dulgencias no son reales, 6 anejas á
Ave Marías y Gloria, como la pri- la Corona material; sino personales,
mera vez. anejas á la simple recitación de las
L a s indulgencias concedidas á preces. (Monsano, n. 778.)
A UNA ARREPENTIDA
Llora!... más no te ciegues con la pena;
si débil es la condición humana,
con la belleza la virtud se hermana,
y, pues vives aún,... ¡puedes ser buena!
Fuentecilla, poco ha, pura y serena,
aunque te juzguen hoy turbia é insana,
serena y pura te verán mañana
si fiel eres al cauce que te enfrena.
Bríos recobrarás en el quebranto
que á mitad del abismo te suspende;
¡cuántas hoy buenas delinquieron tanto!
Quien cayó y se levanta no desciende;
deja á los necios despreciar tu llanto,
Dios que le envía su valor comprende.
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BIBLIOGRAFÍA
IMPORTANTE
ESTAMPAS Y LIBRITOS
iiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
EL EMPERADOR FRANCISCO J O S é Y LAS CARMELITAS DESCALZAS.—Todavía
no hace muchos años que el telégrafo ponía en consternación a toda Eu-
ropa y sumía en amargo llanto al Imperio austríaco al publicar la inespe-
rada muerte, del príncipe heredero, S. A. el Archiduque Rodolfo.
La impresión que causó tan infausta nueva en el ánimo del Emperador
su padre, fué tan viva, que le habría ocasionado la muerte, si, sobreponién-
dose á todo sentimiento natural, no hubiera acudido á la Religión en de-
manda de algún consuelo que en vano buscaba en las grandezas del impe-
rio. Llamó á la Religión y ésta le sugirió la idea de convertir en convento
el palacio do Mayerling, donde murió el príncipe, con el noble fin de que
Ja comunidad religiosa rogase día y noche por el alma de su infortunado
hijo y por la prosperidad del Imperio.
Hoy el convente está ya terminado, y entre las varias órdenes que han
sido propuestas al Emperador para la nueva fundación, S. M. Imperial ha
dado la preferencia á las humildes hijas de Sta. Teresa, dedicándoles en
su llamamiento frases tan significativas, que, si el temor de traspasar los
límites de una crónica no lo vedase, las reproduciríamos íntegras; porque
son muy oportunas en estos tiempos, en los cuales tanto se trabaja por de-
nigrar á las religiosas, que, como las Carmelitas Descalzas, hacen su heroi-
co sacrificio de abandonar el mundo, para rogar á Dios en contemplación
perpetua.
Franoisco José que lleva tantos años al frente de su vasto Imperio, y
que por consiguiente conoce muy bien las necesidades de su pueblo, sabe
perfectamente que estas religiosas contribuyen más al florecimiento y pros-
peridad de sus subditos, que no esos políticos y estadistas de media talla
que tanto las abominan.
para premiar un Manual sobre los deberes del hombre en su vida política y en su
vida social, ha resultado ser autor del trabajo premiado, que llevaba por
lema tBeatus populus cujus Dominus Deus ejus,» don Dj,uiel Arbe Bandrés,
presbítero de Beriain (Navarra.)
La casa Gili se complace—y así nos ruega lo hagamos público—en dar
las gracias á los señores que han tomado parto en el concurso.
LA HORMIGA DE ORO.—La interesante ilustración católica de dicho nom-
bre acaba de publicar su número correspondiente al día 4 de Abril, relacio-
nado por entero, así en su texto como en sus grabados, con los sublimes
misterios que se conmemoran en Semana Santa.
Es un número verdaderamente extraordinario por la riqueza de su pre-
sentación, ya que todas sus páginas aparecen adornadas con hermosas orlas
impresas en color y dibujadas exprofeso con adecuados motivos de orna-
mentación, tales como diversas plantas y llores de Palestina combinadas
con trofeos de la Pasión del Salvador y con numerosos grabados represen-
tando escenas de la misma, reproducción de cuadros célebres.
RESUMEN POLíTICO.—La cuestión de los marinos ha venido á ser eclip-
sada por la cuestión de los estudiantes. La protesta de los de Salamanca
contra la policía que maltrató á uno de sus compañeros, y las represalias
de la policía contra osas protestas matando á varios estudiantes de la Uni-
versidad Salmantina ha sido el origen del conflicto que en pocas horas se
extendió á toda España, siendo los mayores focos Salamanca, Madrid, Bar-
celona, Valencia y Zaragoza, con manifestaciones, protestas, cargas, sabla-
zos, muertos y heridos. El partido republicano, recién constituido y con
alientos juveniles, se ha aprovechado de esta coyuntura ( s i n o ha tenido
parte muy principal en provocarla) mezclando sus elementos entre los amo-
tinados, para el logro de sus fines particulares.
Ha sido muy bien recibida una disposición emanada del Ministerio de
la Guerra para que se celebre con toda solemnidad y en público la ceremo-
nia de j u r a r los reclutas las banderas de sus regimientos, que antes se ve-
rificaba en el interior de los cuarteles. En todas partes se ha celebrado la
ceremonia con grandes entusiasmos del público. En Madrid tubo lngar en
la Castellana en la mañana del jueves 2 del actual, asistiendo el Rey con
toda la guarnición, y tomando el juramento el señor Obispo de Sión después
de decir misa en un altar de campaña erigido en medio del paseo.El teniente
coronel jefe del batallón de cazadores de Madrid, señor Paez Jaramillo,
dirigió la siguiente alocución:
«Mañana vais á prostar el sagrado juramento de fileudad á la bandera
española.
Cristianos sois; todos vosotros habéis comulgado. Acordaos mañana,
cuando juréis la bandera, de aquel saoto día en qu--", arrodillados ante el
venerable Cura de vuestro pueblo, recibisteis en el pan de los ángeles la
carne adorable y la sangre preciosísima del Salvador.
Do seguro que aquel día—el de vuestra primera Comunión—estabais
contentos y recibisteis con más alegría que nunca el beso y la bendición de
vuestras madres.
Así como entonces, ante la suprema grandeza de Dios, doblada la rodi-
da os sometisteis en un todo á su divina voluntad, mañana, de pie, cen la ca-
beza erguida y la vista al freote, vAi s á jurar también á Dios y á prometer
al rey seguir constantemente sus banderas, defenderlas hasta perder la úl-
tima gota de vuestra sangre y no abaadonar al que os esté mandando en
acción de guerra ó disposición para ella.
Al contestar sí juramos, Dios os bendice desde el Cielo, y la Patria que-
rida, nuestra adorada España, que es á la que juráis morir por ella, os pa-
gará agradecida el juramento con los besos santos de la madre, el orgullo
de la novia al verse preferida por un hombre que sabe ofrecer su sangro
por la Patria, la estimación y la envidia de los paisanos y el religioso ca-
riño de cuantos vestimos el honroso uniforme del soldado.
Tened fe; jurad con entusiasmo, y Dios colmará de alegrías vuestra vi-
da, por haberos acercado primero á sus altares como cristianos, y luego al
altar de España como ciudadanos, á jurar fidelidad á Jesús y á la santa
bandera de la Patria.
Dinora Coppinger
IX
exterior, por más que se esforzara costumbres, pues parece que éstas
en disimularlo. Sus conversaciones, se resisten y sufren una maléfica
si bien afables y expansivas; eran resión bajo el peso de aquéllas.
siempre de cosas divinas y celestia-
les y hablaba con tanta unción del
E ,os caracteres más dulces parece
que se hacen agrios y destemplados,
amor de Dios, de la gloria del cie- un espíritu humilde se hace alta-
lo y de las recompensas que Dios nero y el genio más azucarado se
tiene reservadas para los que le hacen algún tanto déspota, cuando
aman, que era imposible oiría sin el hombre ó la mujer han subido á
inflamarse en los mismos ardores la cumbre del poder. Parece que
divinos de que ella estaba poseída. desde aquellas alturas el ojo huma-
De esta manera pasó la Hermana no sufre terribles equivocaciones y
Dinora diez. años de vida religiosa, le sucede lo que al que encaramán-
al cabo de los cuales fué elegida dose hasta la cumbre de una torre,
Priora de su convento de Bostón mira desde allí que los que cami-
por la unanimidad más completa. nan por el llano, le parecen hormi-
En vano se esforzó la elegida en no gas, y por lo mismo los desprecia..
aceptar el cargo, la elección fué Y tampoco se puede negar el he-
tan á satisfacción de la, comunidad cho de que en esas alturas la cabe-
que no hubo más remedio que so- za se desvanece fácilmente, la vista
meterse á la voluntad de Dios y re- se va, se. padece un desvarío, se
signarse á llevar la carga y los ho- pierde el equilibrio, se cae y se es-
nores con gusto ó con paciencia. trella; y cuanto mayor haya sido la
No hay necesidad de decir que si altura que se haya escalado, tanto
la hermana Dinora fué verdadera mayor es el golpe que se recibe al
imitadora de Santa Teresa, la Ma- caer y más completo el estrella-
dre Dinora no lo fué menos. Tan miento.
pronto como tomó posesión de su Por este motivo siempre es con-
cargo, se hizo cuenta de que había veniente que el hombre suba poco
recibido el cargo y los honores no y que la mujer suba menos, por el
para ser servida sino para'servir y peligro que tienen de desvanecér-
que la mejor cualidad de una Prio- seles la cabeza y dar contra la tie-
ra es portarse como la más humilde r r a con todo su peso. El oficio de
y la última de la comunidad hacién- aeronauta es el más peligroso, pues
dose toda para todas para ganarlas si el hombre se eleva á grandes al-
á todas y representándose á Jesu- turas, es llevado por los vientos y
cristo en la persona de todas sus los vientos viento son: hoy soplan
hijas, servirlas á todas del mismo por una parte y mañana por Otra;
modo que si tuviera que servir al hoy elevan al hombre sobre las nu-
mismo divino Maestro. bes y mañana le estrellan contra
Así pensaba y discurría la nueva una roca ó le sepultan en él abismo
Priora y tan á pechos tomó el cum- de los mares.
plimiento de su deber, que la críti- L a madre Dinora conocía bien
ca más severa no hubiera podido éstos peligros y temblaba de pies á
hallar en ella motivo ni siquiera el cabeza al pensar que iba navegan-
más remoto, para poder censurar do en un mar alborotado y ella en-
su modo de proceder. cumbrada en el palo mayor del bu-
En todos los actos de la comuni- que, en el puesto de mayor peligro
dad era siempre la primera; no'de- y expuesta á ser sepulta'da en las
jaba uno solo bajo ningún pretexto, olas aí menor descuido.
huía las singularidades como si es- No es pues extraño que la amada
tas fueran una calamidad, y así co- hija de Santa Teresa buscara su se-
mo era rigurosa consigo misma guridad y su refugio en la humil-
y no se perdonaba la menor negli- dad, virtud que es el remedio con-
gencia en materia de observancia, tra todos los peligros de la vanidad
era sumamente dulce con sus sub- y del orgullo, no omitiendo ningún
ditas y tan. compasiva en sus penas medio que pudiera ayudarla á pre-
y sufrimientos que se podía afirmar sentarse ante sus hijas como'indig-
de ella que más'sufría con los ma- na de vivir entre ellas y tratándo-
les ajenos que con los propios. las con aquellos modos con que sa-
Es cosa muy fácil y por desgra- ben tratar siempre las almas humil- •
cia muy general, el que con las dig- des á los que están debajo de su ju-
nidades cambian algún tanto las risdicción.
SOLACES Y ENTBETENIMIKNTOS 319
L a devoción á la Santísima Vir- á Dios por medio de la Santísima
gen del Carmen era otra defensa Virgen del Carmen, empuñaba la
que la santa Priora buscaba en sus pluma y se arrojaba á la lucha, dis-
momentos de indecisión y de duda, puesta á no retroceder hasta conse-
ó cuando no veía claro el camino guir el triunfo.
por donde había de conducir á sus El año 1864 fué desastroso para la
bijas. ¡Qué tiernos eran los colo- ciudad de Bostón, por las muchas
quios que solía tener á las altas ho- víctimas que aquel año causó la fie-
ras de la noche, en medio del silen • bre amarilla. Esta enfermedad en-
ció más profundo, aquella bendita démica importada de Cuba se pre-
alma con su Santísima Madre! sentó en Bostón con síntomas los
Arrodillada y con sus manos eleva- más alarmantes y tanto más peli-
das hacia la imagen de la que era grosos cuanto que jamás la habían
el encanto de su corazón, solía di- conocido por experiencia, y como
rigir la plegaria con los ojos arra- se deja comprender los médicos no
sados en lágrimas de ternura: ¡Oh la conocieron hasta que se vio ex-
estrella benéfica decía, tú que con- tendida por toda la ciudad.
duces á la dicha sin fin á las almas Aquella epidemia tuvo un princi-
que tu Hijo sacó de la nada para pio muy insignificante, como le tie-
ser felices con su misma felicidad; nen siempre las enfermedades epi-
no permitas jamás que ni una sola ,.d é m i c a s . Los restos de un caballero
de estas mis hijas sean excluidas de % .norteamericano que había muerto
esos mundos de luz, de esas mansio- en la Habana de la fiebre amarilla,
nes de venturas sin término, de eran conducidos á Bostón, encerra-
esos gozos eternos y de tu dulce dos en una caja de cinc que iba á
compañía! bordo del vapor Alabama. Al lle-
Los fervores de la Madre Dinora gar al puerto de Bostón se rompió
en la sagrada comunión nadie pue- la caja, y los restos del caballero
de explicarlos sino es un serafín ó difunto se vieron esparramados por
su mismo ángel de . la Guarda. el vapor, y he ahí donde tuvo prin-
Cuando la sierva de Dios se veía cipio aquella epidemia tan terrible
con Jesús dentro de sí, no tenía en- que comenzó en el mismo vapor y el
vidia ni de los mismos ángeles. mismo día de la rotura de la caja.
¡Qué trasportes y deliquios tenían Son innumerables las defunciones
lugar en aquella alma endiosada! que aquellos días se registraron en
Mi amado para mí y yo para mi Boston, pues apenas se había cono-
amado repetía sin cesar en aquellos cido epidemia semejante que lleva-
momentos; jamás mi corazón ame ra al sepulcro tantas personas de
objeto alguno fuera de Jesús; aquí todas edades y de todas las clases,
le tengo, no le dejaré, á El amaré, y-no había familia alguna que no
.en El pensaré y aquí le prometo contara á algún miembro suyo en-
con amor eterno que estoy dispues- tre las víctimas que bajaban al se-
ta á sellarlo con mi. sangre. Con pulcro.
mis pensamientos y afectos le ala- También penetró la temible en-
baré; la luz del día, los fulgores del fermedad en el convento de las car-
sol, el brillo de las estrellas, la her- melitas donde era Priora la Madre
mosura de los campos, el murmullo Dinora y en poco tiempo se llevó
de los ríos y el canto de las aves; tres religiosas al sepulcro, dos no-
todo dedicaré á mi amado, con El vicias y una profesa.
me deleitaré mis delicias serán pen- Aquí fué donde la Madre Priora
sar en Jesús, amar á Jesús, y vivir dio á conocer la caridad fraternal
unido á Jesús. que ardía en su pecho. Apesar de
A pesar de tener la Madre Dino- ser contagiosa la fiebre amarilla,
r a tan íntimas comunicaciones con la Priora nunca se separaba de la
Dios, mantenía también coptinua cabecera de las enfermas, dábalas
correspondencia con el mundo. L a s las medicinas por su propia mano
cartas que escribía eran muchas, y ni de día ni de noche abandonaba
dirigidas todas á sacar de los erro- á aquéllas que tanta necesidad te-
res del protestantismo á tantos ami- nían de sus desvelos.
gos y conocidos antiguos; no dejaba Pero sobre todo sus exhortacio-
en paz á nadie hasta que le. veía en- ' nes á la virtud, sus consideraciones
t r a r en el seno de la Iglesia. Des- y reflexiones sobre lo poco que vale
pués de encomendar sus empresas este mundo, y sobre las grande re-
320 EL MONTO CARMELO
compensas que Dios tiene reserva- otra cosa y las primicias que aque-
das para los que le aman, tenían lla fundación condujo al cielo fue-
como fuera de sí á las enfermas. L a ron las tres jóvenes religiosas como
madre más cariñosa no hubiera te- tiernas rosas del nuevo jardín.
nido la mitad del cuidado que la Pero entre tantas víctimas cau-
Madre Dinora tenía de sus hijas. sadas por aquel contagio hay una
No omitió ningún medio para que que tiene célebre historia cuya re-
sus enfermas recobraran la salud, lación dejaremos para otra vez.
por más que Dios tenía dispuesta
fr. g. de i. ¥.
(Se continuará)
TRIUNFÓ
w
A Virgen Santísima es
Madre cariñosa, Madre
por excelencia de sus de-
votos carmelitas: así lo
vamos diciendo mil veces
en nuestros artículos de MARÍA
DEL CARMEN, y lo iremos repitien-
do con santo entusiasmo en otros
sucesivos que pensamos escribir
sobre el mismo simpático asunto.
No viene mal, hoy que estamos en
vísperas del Patrocinio del Santísi-
mo José, intercalar un breve pa-
réntesis dentro de aquella serie, pa-
fio lV-fiúm. 69
ra ocuparnos de tan excelso Pa-
triarca, es decir, de nuestro Pro-
,° de Mayo de 1903 tector por excelencia, de nuestro
~G>T<9 Padre por excelencia.
Una institución, que, como ya se
322 EL MONTE CARMELO
m
JÉÉÉÉMÉÉÉÉÉÉÉÉ^ÉMÉÉÉÉÉÉ^ÉÉIÉIÉÉÉÉÉttÉÉÉÉte)
(CONCLUSIóN)
Por la traducción
Fr. E. áe h i. F.
^É_""É^~'
á§^l^£^l^g^|l^§
D' zjJfo 'jlfe &JÍÍS (ZMÍS 2 IÍS wKQi^JlíSt*
? ^
A LA S A N T A CRUZ
Oh cruz bendita,
Leño sagrado,
Donde enclavado
Mi Dios está;
Emblema eres
De la esperanza,
De bienandanza,
De pura paz.
Bajo tu sombra las almas buenas
Calman sus penas y su dolor:
Y aquí renace la dulce calma
Y alienta el alma del pecador,
Duerme en tus brazos sueño glorioso
El que amoroso corrió hacia Tí:
Y amor encuentra en esta vida,
La paz perdida, y encantos mil.
Del Dios eterno
Fuistes el lecho
Donde su pecho
Rasgado fué;
Donde de amores
Crucificado,
Murió agobiado
De dolo cruel.
Al verte el padre
De la mentira
Tiembla de ira,
Huye veloz;
En cambio el hombre
Que aspira á santo,
Copioso llanto
Vierte de amor.
fr. i. M.a del $. Sacramento.
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A mi Madre la diré,
Postrándome allí de hinojos;
Porque te vieron mis ojos
Ya contento moriré. „ {Breve pausa)
¡Dios mío! yo entre galanos
Pensamientos desvarío,
Y acaso, acaso en el río
Se han ahogado mis hermanos!...
ESCENA II.
El mismo y el señor Obispo de Quilón que entra alegre
y delirante:
Obispo. No, hermano... hermano del alma; {Se abrasan)
La muerte rompió sus lazos,
Y me soltó de sus brazos
Por no verme con la palma.
Arzobispo. ¿Con la palma del martirio?...
Ob. ¡Ay, qué hermosa es, y que bella!
Una palma como aquella
334 EL MONTA CARMELO
No la he visto.
Arz. Del delirio
Os está oprimiendo el peso;
Ob. No, Padre, no; aquí en la mente
No hierve ya... aquel hierviente
Vapor del tren.
Arz. {Tocándole la mano y la frente) ¿Y qué es eso
Qué os asalta, qué os azora,
Qué os extremece?... ¡Ay hermano;
Tan convulsa vuestra mano,
Es de fiebre abrasadora!
Sosegaos: salvos estamos.
Ob. ¿Conque salvos?
Arz. Salvos, sí.
Ob. ¡Dios mío, pues si creí
Que ya juntos nos ahogamos!
Arz. ¿Lo veis?...
Ob. {Delirante) ¿Y aquél hondo foso?...
Arz- De allí salimos muy bien.
Ob. ¿Y cuándo sale este tren
De ese abismo?
Arz. De reposo
Estáis vos necesitado;
Ya pasó todo.
Ob. ¿Es verdad?...
Cómo hoy á la eternidad
El tren no nos ha llevado?
Arz. ¡Ea! Sentaos; no deis rienda
A vuestra imaginación.
Ob. Si no encuentro un corazón
Que me guíe en esta senda.
Arz. Llamad, á la Virgen.
Ob. Ya
La estoy á voces llamando,
Y la veo que auxiliando
A nuestro Arzobispo está.
, Arz. ¡Ay, cuan grato es tu delirio!
Cuando la Virgen no acude
Querrá, hermano, no lo dude,
Que sufráis vos el martirio.
Ob. Pues yo lo quiero también.
{Hace movimientos como para nadar)
Pero esta loca corriente
Me separa inmensamente
La corona de mi sien.
Ya está muy lejos la orilla
Donde se mecen las palmas,
Donde se gozan las almas,
Donde me espera una silla.
Ya estoy luchando otra vez
Con estas ondas furiosas...
¡Adiós, mis palmas gloriosas!
Volved pronto á mí, volved...
Arz. ¡Cuánto vuestra mente fragua!
¡Cuánto, cuánto habéis sufrido!
Ob. ¡Ay, todavía no he salido!...
DESPUÉS DE DESCARRILAR 335
ESCENA III
Entran los Padres León y Bernardo, éste cojeando
y apoyado en el primero:
Los dos. Ambos vivos aquí estamos.
Arz. y 01>. ¡Oh, venid á nuestros brazos!
Los dos. Dad á besar los anillos,
Arz. ¡Vaya un par de pajarillos!
Por poco os cogen los lazos!...
Conque, hermanos míos, ojo
Cuando volváis otra vez.
Ber. A mí me cogió la red
Una pierna y quedé cojo.
Arz. Más vale entrar en el Cielo
Cojo que con ambos pies...
Bern. En el cielo verdad es,
Pero, Señor, en el suelo...
Ob. Pues andaréis cojeando.
León. Que es un consuelo muy grande.
Arz. Para que por tierra no ande.
Bern. Pues vamos al Cielo andando.
Arz. Y vos ¿por dónde anduvisteis? [A León)
León. Entre muertos os busqué,
Y como no os encontré
M<í dije: "'Vivos salisteis.„
Cómo escapé de la muerte
Ni yo mismo lo adivino;
Salvo me vi en el camino,
Y al hallarme de esta suerte,
Y muertos doquier mirando,
Tuve miedo; pero al punto
Uno tras otro difunto
Fui poco á poco enterrando.
Era aquello el día del juicio:
Cadáveres destrozados,
Unos con brazos tronchados
338 EL MONTE CARMELO
Al borde de un precipicio,
Tres en la línea de hierro
Con el cráneo hecho ceniza,
Y un infeliz que agonÍ7a
Blasfemando como un perro.
Momento desolador
Para el pobre misionero!
Ver morir á un compañero
De infortunios, qué dolor!
Y entre tanto, el tren silbando
Con un silbar estridente,
-Que me traía á la mente
El del Infierno nefando.
Los cabellos se me erizan
Al recordar esa escena!
La atmósfera estaba llena
De gemidos que agonizan,
De ayes de los moribundos,
De ruidos de vendábales,
De quejidos infernales
De los abismos profundos.
Arriba amenazadora
De los truenos la voz ronca,
Y abajo surgiendo bronca
Tempestad aterradora.
Aquel teatro era horrible,
Aquel local espantoso,
Aquel ruido temeroso,
Todo aquello indescriptible.
Del humano corazón
—Pobre corazón humano!—
Fuera todo esfuerzo vano
Sin la Santa Religión.
Yo allí he prodigios hecho;
Pero no los hice yo,
Sino Dios que me ayudó
Y dio valor á mi pecho.
Un ángel de blancas alas
Mil veces tuve á mi lado:
Por ayudar á un soldado
Dejó las celestes salas.
La Virgen del blanco manto
También estaba conmigo,
A veces dándome abrigo,
Ora enjugando mi llanto.
Y no invento cuentos nuevos,
Si digo que en mi ejercicio
De enterrar... en ese oficio
Me ayudaron dos mancebos,
Hermosos, cual la hermosura
En dos cuerpos encarnada;
Y no digo apenas nada
De su gentil apostura,
Sus hábitos de estameña,
Y el color... el Carmelita:
DESPUÉS DE DESCARRILAR 339
El Peiade (Danzante)
(Se continuará)
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IiA CREACIÓN
UflH PRUEBA—SÜ VflUOl*
(CONCLUSIÓN)
dad hay una distancia infinita, como en una balanza; las nacio-
infinita es la distancia de la nes, los reinos y los imperios
criatura al Creador: finito aá son delante deÉlcomo si no fue-
infinitum, dicen los filósofosww- ran; sus jefes y gobernadores
lla proportio. Con razón pues como tronco que ni hasido plan-
podemos terminar parafrasean- tado, ni tiene arraigo en la tie-
do unas palabras de Isaías. (1) rra; sopla el Señor contra ellos,
El Señor es el que ha medido se secan y en torbellino los arre-
las aguas del Océano en el hue- bata como hojarasca. ¿Qué es
co de la palma de su mano, el el hombre, el poderoso, y el sa-
que con solos tres dedos sostie- bio qué son para que se compa-
ne la gran mole del universo y ren con su Hacedor? Tan solo
pesa los montes y los collados migajas que cayeron de la mesa
(1) Isaías o. XL. del más opulento Señor.
Fr. Marc&lo del M. í.
A SAN JOSÉ
Esposo casto de la Virgen pura,
A quién se rinde el cielo,
Amparo y guarda fiel de la hermosura
Que al Verbo trajo al suelo,
¡ Ah! ¡cuántas veces con abrazo santo
Al Niño tú estrechaste,
Y á su reir, tu rostro con encanto
En sus ojos miraste!
También el pecho mío, vil morada,
De sierpes asquerosas
Recibe de esos ojos la mirada
Sus hablas amorosas.
Que otorgues pido á la miseria mía
Seráficos ardores,
Con que volver al Hijo de María
Amor por sus amores.
de
BIBLIOGRAFÍA
IMIII1IIIIIIIIHIIIIIIIIIIIII
panas del convento de Carmelitas Uno de los rasgos que había con-
Descalzas tocaban á muerto, el pue- servado de sus costumbres antiguas
plo en masa acudía á las cercanías era la visita dominical á Ventachu- •
del templo, y centenares de bocas ri donde pasaba honestamente sura-
pronunciaban: "Miss Dinora Coppin- to jugando al mus y vaciando algu-
gerdied„La. Señorita Dinora Coppin- nos vasos de chacolí, pero todo en
ger ha muerto. L a s religiosas ele- medio de la armonía más santa, en
vaban sus plegarias en sufragio del medio de las conversaciones más
alma de la difunta Madre Dinora edificantes, sin ofender á Dios ni al
de Santa Teresa. prójimo.
A las ocho de la mañana se veía Antes de ir á la reunión de Ven-
en el coro bajo de las religiosas un tachuri Pranchi solía rezar el rosa-
sencillo féretro rodeado de seis rio y hacía el Vía-Crucis en la Igle-
achones. Encima del féretro yacía sia; y al dar la primera campanada
una joven religiosa difunta, pero de las Avemarias, aunque estuvie-
que parecía viva ¡tan pocas son las r a en la mitad del juego del mus,
señales que la muerte deja sobre la levantaba de su cabeza el enorme
írcnfc del justo! El féretro estaba sombrero de estilo arratiano, y con
adornado de azucenas. A la cabeza el mayor respeto del mundo rezaba
.de la difunta religiosa había un le- el Ángelus, todos sus compañeros
trero que decía: "pascitur inter contestaban á las Avemarias con el
lilia.,, mismo respeto, volvían á calarse
Aquel mismo día hacía doce años los sombreros y cada uno se despe-
que la madre Dinora se había día de su compañero y se iba en paz
convertido ante el prodigio del es- á su casa. ¡Ojalá que en nuestros
capulario del famoso Pranchi reali- días se imitara la conducta de Pran-
zado en el vapor Cincinati durante chi y sus compañeros!
aquella tempestad de que tienen no- Contaba Pranchi ochenta y un años
ticia nuestros lectores. y parecía que su robusta salud pro-
¡Qué admirables son los planes metía algunos años más de vida;
de la Providencia! ¡Quién hubiera sin embargo un domingo después
dicho á Pranchi las consecuencias de misa se sintió mal, parecía que
que había de traer el prodigio sentía frío, cosa algo extraña por
obrado por su escapulario, los cam- Agosto en Dima; al poco tiempo
bios de vida y conversiones prodi- sintió mucho dolor de cabeza. ¿Se-
giosas para gloria de Dios y esplen- ría tan sólo un malestar, sería tran-
dor de su Iglesia! cazo ó vendría á parar en pulmonía?
Adoremos una vez más los juicios No se podía precisar aquella enfer-
de Dios y las misericordias de la medad desde su principio, porque
Virgen del Carmen. podía resultar cualquiera de los tres
**# extremos.
A los quince días justamente des- Al día siguiente iba en aumento
pués de la muerte de Dinora murió la calentura, no remitía el dolor de
con la muerte'de los justos nuestro cabeza, antes al contrario iba en
héroe Pranchi, el principio de todos aumento, al poco tiempo apareció
los acontecimientos que acabamos un pequeño dolor al costado dere-
de referir. Vivía en Dima, llevando cho, y un peqáeño esputo de san-
una vida ejemplar y edificante. To- gre, sacó al médico de dudas; pues
dos los días oía misa y tenía media estaba claro que la enfermedad no
hora de oración ante la imagen de era otra cosa que una pulmonía.
la Virgen dei Carmen. Su confesor Una pulmonía á los ochenta y un
el Frailechiqui, le había instruido años siempre es de pronóstico grave.
en este santo ejercicio, y no le aban- Desde luego el médico recetó al
donaba por ocupado que estuviera. enfermo extracto de polígala, de
Continuamente hablaba de la Vir- chermes, antimonio y cápsulas de
gen del Carmen y de los prodigios quinina; pero todo era en vano, el
de su escapulario. Todos los años enfermo no sentía alivio de ninguna
que habían transcurrido desde su clase, aumentaba en cambio la de-
vuelta de Baltimore, había ido á bilidad y dolor de cabeza y la difi-
Larrea el día 16 de Julio á celebrar cultad de la respiración.
la festividad de la Virgen del Car- Creyó el C u r a párroco que era
men confesando y comulgando en llegada la última hora de Pranchi,
su honor. y pensó darle la noticia para que se
360 EL MONTE CARMELO
Fr. í.'ás i. ¥.
María del Carmen
L a Caridad
^ri^^
^ ¥ ^
Yo vi bajar, agonizando el día,
á un rayo reflejado de una estrella;
el primero tal vez que descendía.
En la aguja más bella
del templo enorme reposó un instante,
bajó besando la calada estría
y penetró en el templo. La gigante
bóveda, negra y fría,
abrió á la luz su inmensa nervadura,
y la luz jugueteó. Besó las flores
y los gordos querubes con figura
de paganos amores,
ascendió zigzagueando hasta la frente
de una Virgen, besóla, y la luz bella
se desplegó en aurora. Y lentamente
como durmiendo en Ella,
á la manera que en la noche el día,
apagóse aquel rayo de la estrella.
El primero tal vez que descendía.....
X.
Federico IY de Dinamarca
Y
los góticos monasterios del siglo XIII. Sola ella brillaba ahora en
el mundo, rodeándola cuanto Je más seductor puede halagar el
corazón de una joven, siendo el orgullo de la familia 3- el ídolo de
la noble y distinguida juventud de Lúea. Federico de Dinamarca la
conoció y no pudo jamás olvidarla.
En aquellos dos corazones rebosantes de juventud y rosadas
esperanzas, surgió expontáneo un afecto mutuo de amor y ternura.
La despedida fué muy dolorosa. Ninguno podía imaginar la inten-
sidad de una llama encendida con tanta rapidez y que había de li-
gar fuertemente por toda la vida, como un eterno recuerdo, el
corazón de un rey al corazón de una dama. Cuando los dos jóve-
nes hubieron de darse un adiós, que acaso sería el último, fué visto
al heredero de un trono, entonces el más poderoso de Europa, in-
clinar su cabeza y derramar abundantes lágrimas.
Así que hubo partido el joven príncipe, la desilusión y el des-
encanto amargaron el corazón de la niña, y su alma quedó mate-
rialmente desgarrada: entonces comprendió la vanidad de las es-
peranzas humanas, y reconcentrada en tristes y melancólicas me-
ditaciones, desechando en acto de heroísmo todas las tentaciones
falaces, corría á la soledad, al claustro; y aquella flor á quien blan-
damente mecían y acariciaban las seductoras brisas del mundo,
era transplantada á los jardines del Carmelo, (1) para desde allí
enviar al celestial esposo la ofrenda de sus purísimos matices y de
sus virginales aromas.
Cierto día, una noticia tan importante como inesperada, vino á
perturbar el reposado silencio del palomarcito teresiano de Flo-
rencia. Acababa de recibirse de Dinamarca un don precioso con-
sistente en un cofrecito que encerraba una carta y un retrato, cua-
jado de diamantes, del príncipe Federico. Cuál fué el sobresalto de
la religiosa al ver el retrato y carta del príncipe, fácilmente se
deja adivinar, según era grande su turbación. Ligera nube pasó
entonces por su frente pudorosa; arrebatado carmín coloreó sus
mejillas. Repuesta, sin embargo, de su primera impresión, ence-
rró el retrato en la cajita do había venido, y colocó sobre ella un
crucifijo; contestando en términos atentos y corteses al enamorado
príncipe, diciéndole, que para corresponder á regalo tan preciado,
le enviaba ahora ella el retrato del esposo á quien había entregado
todo su corazón, suplicándole reverentemente que no la escribiese
más en adelante; porque había resuelto dejar totalmente al mundo
y servir á Dios en la Reforma de Santa Teresa. Federico leyó con
avidez la carta de la religiosa, dejándose escapar al terminarla
O C R E E R O ENLOQUECER
iiiiiiiiiiiiimiiiiiiii
Cristianos ó dementes. •
La Iglesia ó el manicomio.
No cube medio.
El infeliz que se empeña en vivir divorciado de la fe, en no fia
su creencia á la palabra de nadie, en preeumir que sólo lo que él al
canee y vea, y sólo cuando él lo vea y alcance, ha de ser verdadero,
ha declarado guerra á la razón y al sentido social, y como tal tiene
que ser apartado de la comunicación humana.
No hay sociedad sin fe, sin sumisión de la inteligencia á la pa-
labra de otro.
La fe es nuestro primer arrimo en todos los pasos de la vida.
Nace el hombre, y cree que la mujer que le calienta en su regazo, es
su madre; que el hombre que le imprime el primer ósculo en la fren-
te, es su padre. El discípulo jura en la palabra de su maestro, y sin
esta fe sería imposible la enseñanza. La historia toda no es sino la
relación de los historiadores, y ella, mediante la fe que les otorga-
rnos, nos pone en comunicación con nuestros antepasados. ¡Pobres
incrédulos! ellos no pueden conversar con los que ya fueron.
El hombre, además de social, es un ser religioso, esto es, un ser
ligado por vínculos secretísimos de amor, de adoración y respeto con
Dios su Criador y su Señor, por cuya bondad saMó de la nada al ser
y en el ser es conservado cada instante de su vida, y de cuya mano
finalmente espera conseguir el objeto último de su destino. Pero la
Religión supone un conjunto de verdades que el hombre no ha po-
dido descubrir por sí, sino que ha tenido que recibir por superior
revelación. La naturaleza de Dios y sus infinitas perfecciones, y su
paternal providencia, y sus amorosos designios, el origen del hom-
bre, su destino, el culto que debe á la Divinidad, la expiación del
pecado, 1H existencia de otra vida de luz, de dicha, de perfecta bea-
titud, las virtudes que son el camino real para llegar á la región del
reposo colmado, y otras muchas verdades son de tal liuaje y tan ex-
celente que hablaudo de ellas hubo de decir Platón: «tenemos que
0 CREER O ENLOQUECER 373
| $
ROMANCES HISTÓRICOS
li
FL ORÁCULO DE SATANÁS CONVERTIDO EN APÓSTOL DE CRISTO
los sudores con que regamos todos estos surcos áridos, harán ger-
minar con el tiempo la buena semilla que allí depositamos y nos-
otroH ú otros recogerán un día abundantes cosechas. Y después la
misma palabra que nosotros llevamos á estos sordos voluntarios de
Kilaton (Oriente) Dios la hará escuchar sin nosotros á*los de Ubékon
(Poniente), de modo que de ella no caiga por tierra ni una sola síla-
ba». Picado en lo vivo por este trozo de estilo oriental, vuelto de su
abatimiento, se fué. A los dos días muy de mañana, vuelve á mí
muy sofocado y me dice, ó mejor dicho, me grita de muy lejos,
apenas me divisó:—«Padre, al llegar á mi casa ayer por la tarde en-
contré allí estos cuatro hombres, que habían llegado con todas sus
familias; ellos piden ser hechos cristianos». Ah!... Ah!... prorrumpió
en acción de gracias.
«Padre, me dijo en otra ocasión, ya no me atrevo ir á Ideglcadon
(desierto de los pastores), donde hemos fijado una cruz entre las ca-
sas de a'gunos nuevos cristianos, porque todos los paganos, !qué pe-
na! quieren maltratarme»—*¡Kollam! (Bravo!) y tu no reflexionas
que es el diablo quien furioso por la brecha que allí has abierto
contra su imperio, teme las consecuencias y trabaja por alejarte,
excitando contra tí cuantos adeptos le quedan! Vé sin miedo, y si al-
guno te honra con una bofetada en la mejilla, preséntale con gozo
la otra y verás cu 1 sea el resultado» —Sari! (Es justo). Y él supo
traerme bien pronto de allí algunos más neófitos. Poco después cos-
teábamos juntos :in valle, que mi venerable predecesor había reco-
rrido con frecuencia, y en donda dos ó tres familias se disponían
para el Sto. Bautismo. Mas otros muchos nos siguieron para decla-
rarse cristianos.— «Ahio, dijo Rayappene, el Kilaven Jívami (el viejo
Padre, esto es, el R. P. Agustín) no trabajó en vano por esta costa;
la suerte os propicia, \\ atraccióu comienza y al pisshaon (demonio)
trabajo le queda para conservar por el miedo el resto de su reba-
no.»—Convieue, en efecto, saber que entre otros muchos obstáculos
el miedo de que los mate el diablo, si le abandonan, retrae á un
gran número de gentes simples, que sin este temor se harían volun-
tariamente cristianos.
(Se continuará)
ZW&ÉMZÍ ^ J^Sll,J?í§^l¿
•) ^Jlfa "*W!) (*¡Kr (ym!^ P ^W^pjTO*"' Pm? ^M^.PmfíyiK^.^MfjO1
EL ESTUDIO DE U RELIGIÓN
IX.
Hntpe la Religión y la eieneia no puede h a b e r eonflietos
revelada por Dios. Por medio de la fe creemos los católicos las -co
sas, que se ha dignado manifestarnos Dios, con una seguridad y
certeza incontrastables.
Pues bien: solo lo que es falso puede oponerse á lo verdadero, y
siendo el objeto de la fe y de la ciencia, ó sea, de la razón divina y
de la razón humana, la verdad, aunque en distinta esfera, se sigue
que entre ellas no puede existir conflicto, disonancia ni contradic-
ción de ninguna especie.
Así como la gracia no destruye la naturaleza, sino que la per-
fecciona, según el axioma teológico, así tatr.poco la religión des-
truye la ciencia, antes bien la perfecciona, la engrandece y la
avalora por muchos conceptos.
^$¿$¿$|$¿$^$4$.L$4.$¿$4$t
SECCIÓN CANONICO-IiTÜRGICA
Varios son los modos de rezar es- to hasta el mediodía del sábado in-
tas preces. Según declaración de los fraoctava de Pentecostés inclusive,
Sumos Pontífices y particularmente ^en lugar del Ángelus Domini se re-
del Papa León XIII, deben rezarse, cita la antífona Regina cali, de pie,
á no mediar impedimento, de rodi- con su versículo y oración propios,
llas, excepto desde dichas las Vís- sin más. Los que ignoran esta antí-
peras el sábado hasta terminar el fona deben decir siempre el Ánge-
día de Domingo, que se dicen en pie. lus Domini, conforme queda dicho
Los sábados de Cuaresma que, se- arriba (1) V si ninguna de dichas
gún costumbre de la Iglesia se re- preces supieren de memoria, ni pu-
zan las Vísperas antes de la comi- dieren leer, basta que cinco veces
da, debe decirse de pie, como ordena digan la Salutación Angélica, ó sea
el Decreto del 20 de mayo de 1896. el Ave María (2)
(1) A cada versículo del Ángelus Estas oraciones deben rezarse al
Domini se dice una Ave María, y amanecer, al mediodía y al ano-
para terminar, el ora pro nobis, con checer, á la señal de la campana
la oración Gratiam Tuam. En Ro- donde hubiere costumbre de hacer
ma y en otras partes del Orbe Ca- esta señal, y donde no, á la hora
tólico se añaden después de la ora- acostumbrada. L a Santidad de Be-
ción tres Gloria Patri (2) en acción nedicto XIII concedió á favor de los
de gracias á la Santísima Trinidad que viven en Comunidad poder re-
por los.especiales privilegios conce- zar estas preces acabado el acto
didos á la Santísima Virgen, parti- común en que por casualidad se en-
cularmente en su gloriosa Asun- contraren al toque de la campa-
ción á los cielos. na. (3)
Todo el tiempo Pascual, á saber,
(1) Decret. 12 Febr. 1833.
desde el mediodía del Sábado San- (2) S. C. Indulg. 3 april. 1884.
(3) Regulares omnes utriusque
(1) In sabbatis Quadragessimse scxus, aliique inreligiosis domibus
orationem Ángelus Domini meridie, commorantes, si dum campanee pul-
recitandam esse stando; sabbato ve- santur aliquod opus exerceht, quqd
ro infra Octavara Pentecostés, me- ad regularem observantiam perti-
ridie, recitandam esse antiphonam neat, nilhominus supra memoratas
Regina creli. S. C. Indulg. ¿0 maiii indulgentias acquirere possint, dun-
18%. modo statim ac opus praeiictum ex-
pletum füerit, praefatas preces flexis
(2) Solans yAIonsano con otros genibus devote recitent Rsstrip.
autores. S. C, Indulg. 5Decemb. 1727.'
384 EL MONTE CARMELO
^-^ffe"""^-^
ELECCIONES.—En los Capítulos Provinciales celebrados en las tres Pro-
vincias Carmelitanas de España, Castilla, Valencia y Navarra, se han hecho
las siguientes elecciones de Provincial y Definidores:
Provincia de Castilla.—Provincial, el M. R. P . Venancio de Jesús María,
que en, diferentes ocasiones ha ejercido los cargos más importantes de la
Orden. *
Definidores, los RR. PP. Fernando de la Inmaculada Concepción, Basi-
lio de Jesús María y José, Jorje de Santa Teresa y Luis María del Sagrado
Corazón de Jesús.
Provincia de Valencia.—Provincial, el M. R. P . Salvador de la Madre de
Dios, cujas brillantes dotes oratorias son bien conocidas en toda Es-
paña.
Definidores, los RR, PP. Martín de la Sagrada Familia, Bortoldo del Sa-
grado Corazón de Jesús, Pascual de Cristo y Faustino de la Sagrada F a
milia.
Provincia de Navarra.—Provincial, el M. R. P. Víctor de la Cruz, que du-
rante mnchos años ha ejercido en Madrid el cargo de Procurador Genera 1
de la Orden.
Definidores, los RR. P P . Gerardo del Sagrado^Corazón de Jesús, Joaquín
de San Simón Stock, Celedonio de la Virgen del Carmen y Ángel María de
Santa Teresa, Director de E L MONTE CáEMELO .
Muy cordialmente felicitamos á nuestros nuevos Superiores, y rogamos
les conceda sus luces divinas y celestiales auxilios para el buen desempeño
de sus importantes y delicados cargos.
No podemos menos de añadir una especialísima felicitación á nuestro
muy digno Padre Director por la distinción de que ha sido objeto en e l
presente Capítulo Provincial.
CARTA DEL MONTE CARMELO.—Santo Monte Carmelo, Abril de 1908.
Muy R. Padre: hemos tenido el gusto de hospedar entre nosotros durante
varios días á Nuestro Padre General, P.- Rainaldo de San Justo. Antes de
venir á este Santo Monte había ya visitado nuestras Misiones de Siria, á
saber: Trípoli, Alexandreta, Covayart y Visoerri; en todas partes recibió
manifestaciones de cariño verdaderamente extraordinarias: aquí en Oriente
la venida del General de una Orden religiosa es un acontecimiento tan
extraordinario como puede serlo en una nación de Europa la visita de un
Cardenal ó de un Patriarca. Pero donde se dispensó á Nuestro Padre Gene-
386 EL MONTE CARMELO
ral un recibimiento si cabe más entusiasta fué en el Carmelo; á esperarle á
Caifa salieron todos los señores Párrocos de los diferentes ritos que están
en unión con la Iglesia Romana, los Cónsules de todas las naciones Católi-
cas, los Dragomanes de los Cónsules, con sus uniformes propios de cada na-
ción, católicos de todos los ritos, á saber: griegos unidos, maromitas y
latinos, y finalmente una banda de música.
Llegado N. P. General á la Parroquia, celebró la santa Misa que fué
oida por toda la inmensa muchedumbre, durante la cual la banda de música
interpretó preciosas piezas en la plaza de la parroquia. Terminada la santa
Misa, N. P . General dirigió su elocuente palabra al auditorio dando las
gracias por'tantas atenciones y muestras de cariño que le habían dispen-
sado las cuales eran una prueba patento de su acendrada fe, y de su amor
y unión con la Comunidad del S. Monte Carmelo, de la cual, bien que in-
digno, era su primer representante.
Por la tarde, después de haber cumplido las visitas de los señores Con.
sules y de otras personas de la alta aristocracia de Caifa, subió al Monte
Carmelo; la Comunidad le esperaba procesionalmente en la plaza del Con-
vento; entrando en la Iglesia se cantó un solemne Te Deum laudamus.
Después de dos días abrió la Santa Visita. En la exhortación de apertura
Nuestro Padre General nos habló de la satisfacción que se siente al tener
la dicha de vivir en el Santo Monte Carmelo, cuna de nuestra Religión, y
en el cual apenas podemos dar un paso sin que nos asalten santísimos re-
cuerdos. En la exhortación de despedida desarrolló este pensamiento: «de-
bemos guardar las reglas porque son santas: santas en su principio, santas
en sus medios y santas en su fin.»
El mismo día en que se cerró la Santa Visita tuvo lugar la tierna cere-
monia de la toma de Hábito del Hermano Luis María de San José; le im-
puso el Santo Hábito N. P. General, y pronunció una tierna plática el Re-
verendo Padre Francisco de Santa María, religioso de la Provincia Carme-
litana de San Joaquín do Navarra.
Al día siguiente, visitó N. P . General el lugar del Sacrificio de Elias, y
de allí partió á Nazaret; á la vuelta de Nazaret, hizo la Visita canónica á las
Madres Carmelitas vecinas al Carmelo; éstas están sujetas en todo á la j u -
risdicción de la Orden.
Finalmente, después de realizada la Visita, partió para Roma, habiendo
salido á despedirle hasta el puerto toda la Comunidad del Carmelo, los
Cónsules, la alta aristocracia de Caifa y numerosísimo público.—Suyo afec-
tísimo, El Corresponsal.
PROFUSIONES Y TOMAS DE HáBITO.—Murguía, 5 de Mayo, 1903.—Reve-
rendo Padre Director de E L MONTB CARMELO;
¡Qué grande y sublime es nuestra santa Religión! ¡Y qué de encantos y
bellezas tiene, aún on los mismos actos en que impone á sus hijos los más
costosos sacrificios! Indelebles <;stán en mi mente las dulces impresiones
que ayer sintió mi corazón al presenciar el tierno á la par que simpático
acto de la profesión religiosa de la Hermana María Teresa do Jesús en el
Convento de MM. Carmelitas Descalzas
Hace un año tuvo V. R, la'boudad de publicar en su Revista la toma do
Hábito de una señorita santanderina que dejando su nombre de María Es-
oajadillo y Aparicio ocupaba la Silla de Santa Teresa el en Convento de
CRÓNICA CARMELITANA 387
no párroco don Leandro Bago y Bueno, á quien tanto debe esta r. staura-
ción, y por la madrina y esposo que no han podido esmerarse más en aga-
sajos y obsequios.
Continúe Dios derramando sus bendiciones sobreestás buenas hijas de
Sarta Teresa, y reciban mil enhorabuenas la profesa y novicia comillanas.
Es de usted, señor Director, atento servidor q. b. s. m.—A. DOMINGO.
- Ha tenido lugar ea las Carmelitas Descalzas de Don Benito, la toma
de Hábito de la señorita Elvira Paz García de Suarez, q'ue al vestir el há-
bito Carmelitano ha tomado el nombre de Hermana María Teresa do J e -
sús; impúsola el santo hibito el señor don Francisco Pablos, Párroco de
Santiago, quien pronunció.tambión un elocuente discurso alusivo á tan tier-
na ceremonia. Fué madrina la virtuosa señora doña María Gómez Verlades
de Donoso Cortés.
Muy de corazón felicitamos á la Hermana María Teresa y á su aprecia-
ble familia.
NECROLOGíA.—Con gran sentimiento he nos sabido el falloiimiento de
nuestro muy querido amigo y ejemplar sacerdote don Emeteio Barriuso Is-
la, acaecido en Burgos á los 63 años de edad. Era el finado Terciario Car-
melita, muy apreciado en aquella ciudad por la bondad do su carácter y por
su vida edificante. Damos á su familia nuestro má3 sentido pésame.
—En las Carmelitas Descalzas de Tarragona falleció con la muerte de
los santos la Hermana Josefa Dolores de Santa Ana á los 74 años de edad
y 50 de muy bien aprovechada Religión.
—En Avila falleció santamente la virtuosa señora doña María Candelas
Marquina. Acompañamos en su dolor á su familia, y muy en particular al
qus fué su esposo el señor don Eusebio Santiago, suscriptor de E L MONTE
CARMELO, y á su hermana religiosa Carmelita Doscalza en Avila, María Ana
de San José.
—Ha fallecido en Madrid el que fué en vida nuestro amigo y snscrip-
tor el señor don Felipe Puig de la Bellacasa,
—Ha pasado ha mejor vida en las Carmelitas Descalzas de Sanlucar do
Barrameda la Hermana Rosario de San Juan de la Cruz, á los 56 años de
edad y 19 de Religión.
Encomienden nuestros lectores las almas de estos difuntos.—R. I. P.
*S
CARTA DE ROMA.—R. P. Director de E L MONTE
CARMELO:—Variadísimos comentarios se han hecho
de la visita de Eiuardo VII á S. S. León XIII. Es
el primer soberano inglés que ha pisado los umbra-
les del Vaticano desde los principios de la falsa
Reforma.
La importancia de este hecho, que tiende á con-
solidar las buenas relaciones entre esta, poderosa
nación y la Santa Sede, no se oculta ni á los mismos enemigos de la Igle-
sia Católica.
El Comité de sociedades protestantes de Londres ha formulado una pro-
testa por considerar la visita como una violación al juramento hecho por
S. M. el rey Eduardo en el día de su coronación. Pero los diarios londinen-
ses de major importancia como The Times y el Globo, cuyo testimonio por
ser de protestantes no tiene nada de sospechoso, aplauden la conducta del
Soberano.
Es innegable que, do pocos años á esta parto, se ha operado un cambio
profundísimo en !a opinión del pueblo inglés á favor del Catolicismo
En Inglaterra se organizan hoy peregrinaciones á Roma, como en las po-
tencias católicas; y hasta la. misma reina Victoria tuvo en el Vaticano sus
representantes con ocasión de I03 Jubileos de León X I I I en los anos de
1888 y 1893. Hoy es el Rey en persona q/iien vieDe á obsequiar al Sumo
Pontífice.
El día 29 del pasado, á las cuatro de la tarde, en hermoso lando se diri-
gía el rey Eduardo desde la Embajada inglesa al Palacio del Vaticano,
donde fué recibido en audiencia por León X I I I . Media hora duró la visita,
y al salir el Rey manifestó su admiración por la lucidez y claridad de i n "
teligencia que goza el Papa, no obstante su edad avanzada. "•
Es la segunda vez que León X I I I ha hablado con Eduardo de Inglate-
rra. En 1846, siendo S. S. Nuncio de Bélgica, .pasó á Londres, siendo muy
obsequiado por la Real Familia, y en esta ocasión conoció al que entonces
era Principe de Gales.
Entonces conoció también al célebre O'Conncll, y oyó desde una tribu-
na dol Parlamento, los memorables discursos de aquél campeón invicto del
catolicismo, que con su elocuencia arrebatadora arrancó á la Cámara de
los Comunes el decreto de Emancipación de los católicos irlandeses.
Su Santidad conserva gratísimos recuerdos do su estancia en Londres,
p o r l a s deferencias de que fué oojeto por parte de la Familia Real.
El día 2 llegó á Roma el Emperador Guillermo de Alemania, acompa-
392 EL MONTE CARMELO
les que no son suyos, sino de la Orden, hacer abstracción de ellos en pro-
vecho do nadie».
LAS AMENAZAS DE COMBES.—Según el periódico Le Soleil, el presidente
Combes, hablando con otro personaje acerca de las Congregaciones, se ex-
plicó de esta manera:
«Me irrita la actitud de todos los obispos que protestan contra mis cir-
culares. Yo bien sé que voy á ser interpelado en el Senado sobro la cuestión
religiosa en general, lo cual no deja de satisfacerme. Es imposible que yo
deje pasar inadvertidas las protestas de los obispos.
Las relaciones de la Iglesia y el Estado son tan tirantes que no creo
puedan continuar en tal estado, ni volver a ser lo que fueron. Háoese, pues,
forzosa la separación de la Iglesia y del Estado.
Yo mismo tomaré la iniciativa sobre esta cuestión al abrirse de nuevo
el Parlamento, y la haré cuestión de Gabinete. Quizi no me sigan, pero no
me importa; me retiraré sin dejar por esto de luchar.
Al cabo de tres años el pais será consultado de nuevo sobre la cuestión
religiosa, y yo emplearé toda mi actividad, toda mi influencia para que los
electores impongan á sus mandatarios la separación de ia Iglesia y del
Estado, y creo, ciertamente, que lo conseguiré.»
Dios sobre todo.
CONVERSIONES.—El movimiento de conversiones al catolicismo de los
protestantes ingleses sigue cada día en aumento.
He'aquí loque telegrafían de Londres al Petit Bien, periódico liberal:
«Ha suscitado muchos comentarios la conversión en masa al catolicismo
de setenta pastores protestantes, la conversión es efecto del movimiento
ritualista que desdo hace muchos años amenaza á la Iglesia anglicaca y se
agrava cada día.
«Los ritualistas encuentran demasiado frío el culto protestante, que es
poco aparatoso: han restablecido en los templos las ricas imágenes, los or-
namentos y vestimentas sacerdotales, el uso del incienso y del rosario, el
culto de María, etc.
>E1 ritualismo constituye así lógicamente el primer paso para el retorno
á la Iglesia católica. De aquí que siempre que los jefes de la Iglesia oficial
anglicana protestan contra el ritualismo, los adeptos de este contestan eon
su completa conversión al catolicismo.
«Esto es lo sucedido en la parroquia de San Miguel en Shoradioh; el re-
verendo Mydleton Evons, cura de la parroquia, había dirigido una larga
carta á los setenta pastores ritualistas intentando persuadirles á reingresar
en la Iglesia oficial, y los setenta han contestado convirtiéndose completa-
mente al catolicismo.»
EJEMPLO DB HEROíSMO.—Condenada á ocho días de prisión la señorita de
Lambert por el grave delito de haberss indignado públicamente contra lo a
que proscriben á los religiosos de su patria, ha rehusado apelar de esta
odiosa sentencia, prefiriendo sufrir la psna impuesta para confesar con ma-
yor valor su fe y alentar con su ejemplo 4 los católicos franceses. Entró
pues, con ánimo tranquilo y la frente elevada y serena en la cárcel de Ver-
salles. Su acción, tan noble como sencilla, contribuirá, sin duda, más que
todos los discursos juntos á inflamar el corazón con que resisten los buenos
católicos la presente persecución.
394 EL MONT/S CARMELO
J
^ ^ " " ^ -
EL TERMÓMETRO DE LA VIRGEN]1
(HISTÓRICO)
I III
tas exageraciones del amor pater- palabra en la boca á quien se les di-
no, lo cierto es que Loyolito era rigía en tono de interrogación.
precioso y que nadie lo reconocía ¿Para qué saber más? El niño te-
en aquella criatura pálida, jadean- nía la temible complicación, y, al
te, sudorosa y enflaquecida, cuya recordar sus lecciones en la clínica,
respiración parecía el aleteo de un su práctica profesional, lo que veía
, pájaro herido. en los libros, lo que escuchaba á sus
£1 doctor X, que no había podido compañeros en sus relaciones de
evitar el contagio de aquel mortífe- clientela, y al leer en la necrología
ro sarampión, en su primogénito, de los diarios cantidades enormes
temblaba ante la idea de na saber junto á otras pequeñísimas, cuyas
tampoco combatirlo y se pasaba las cifras correspondían á muertos y
noches en vela junto á la cuna del edades, adquiría el doctor el con-
niño, buscando síntomas, analizan- vencimiento de su desgracia, y con
do signos, discurriendo medios, los ojos cerrados, tan apretadamen-
mientras su pobre mujer lloraba sin te que parecían morderse las lágri-
sollozos, atendía al hijo de sus en- mas, con las pianos junto á los oídos,
trañas y rezaba en silencio ó en voz para no ver ni oir nada, se pasaba
alta ante la imagen de su Virgen las noches, con la compañera de su
del Pilar. vida, velando al hijo de sus amores.
La salvación estaba en que no so- El susurro levísimo de aquella le-
breviniesen complicaciones. Que tanía, que, cual cadena de flores y
aquella tos no se acentuase, que sollozos, salía constantemente de los
aquella anhelación no se convirtie- labios de la madre, mezclado con el
se en dispnea, que la temperatura chirrido de las puertas al abrirse ó
no subiese, que el pulso no se ace- cerrarse; la trepidación de los co-
lerase, que no viniese, en fin, la ches, que desempedraban las calles
broncopneiimonía. Eso es lo que pe- para ir á la estación del ferroca-
día la madre á su Virgen y el padre rril; el caer del caldo, para enfriar-
á su observación. Pero el mal se se, desde la cuchara á la jicara; el
agravaba, la esposa lloraba implo- medroso chispeo de la vela del San-
rando, y tenía esperanza; el hombre tísimo que servía de lamparilla de-
recelaba, huía de la certidumbre, lante de la Virgen, y todos esos mil
cerraba los oídos al estetóscopo, los ruidos extraños de las primeras
ojos al termómetro y el tacto al pul- horas de una madrugada de invier-
so, pero el fantasma le perseguía á no, le parecían crujidos y esterto-
todas partes, y én su cátedra de la res, crepitaciones y rudezas, que,
facultad y en los enfermos de su saliendo del pecho de su hijito, le
clientela, veía lo que no quería ver atravesaban las manos y le llegaban
junto á la cuna de su Loyolín. á los oidos, gritándole con ensorde-
Los mejores doctores, los más cedor lamento el nombre, terrible,
eminentes médicos, sus compañeros mientras la oscuridad luminosa de
en el claustro hacían guardia casi unos ojos cerrados por el esfuerzo,
permanente á su pena, cuidando al ardientes por el llanto y congestio-
niño, sorprendiendo las menores va- nados por el insomnio le hacían ver
riantes en el curso de la dolencia, escrito en las páginas de sus auto-
buscando signos de buen augurio y res predilectos, y con letras forma-
empleando los mejores remedios. das por esqueletos de pájaros y ca-
pullos de rosas, aquel nombre mis-
Nada le decían, pero ¡qué claro mo cuyo significado letal le horro-
que veía en su mutismo, el pronós- rizaba.
tico fatal! Sus visitas, más frecuen-
tes, eran, á la vez, más largas; en No cabía duda: Loyolín tenía una
ocasiones se reunían varios de ellos broncopneumonía doble, verdadera-
y modificaban el tratamiento del en- mente bestial, contra la cual nada
fermito; sonreían menos, y observa- podían ni antisépticos, ni balsámi-
ban más;'le abrazaban al despedir- cos, ni revulsivos, ni antihipertér-
se y tomaban esa actitud seria, can- micos, ni baños, ni sueros, ni can-
dorosa y suplicante, que tan bien táridas, ni ventosas.
conocía, para hacer imposible toda En aquella edad y con tal pujan-
pregunta. Todos ellos seguían tan za morbosa las broncopneumonías
amables, tan solícitos y más cariño- eran mortales siempre. Casi como
sos que nunca; pero tenían un no sé un aforismo lo decía él en !a clínica
qué en el semblante que cortaba la y así lo había aprendido en sus
S0LA0B9 Y ENTRETENIMIENTOS 399
maestros. ¿Cuántos niños enfermos el resto del cuerpo que lo asemeja-
como el suyo había curado, ni solo, ban á la vela del Santísimo que chis-
ni con la ayuda de los mejores mé- peaba agoni;/:inÍ3 ante la imagen de
dicos, con quienes se vio en consulta la Virgen.
L á los cuales tenía ahora junto á
oyolín?; y al formularse, en len- V
guaje interior, esta pregunta veía
en el horizonte de su imaginación Aquella noche, las últimas notas
multitud de palomas blancas cami- del carnet del doctor eran desconso-
nando hacia un sembrado de cruces ladoras; el termómetro subió á 42
negras, donde se posaban bajo la grados, las pulsaciones llegaron á
forma de cajitas nevadas guarneci- 150, las respiraciones alcanzaron la
das de plata, que servían de estu- cifra de 73, el aire salía en el pechi-
ches á cuerpecitos yertos y amari- to apenas entraba; mejor dicho, sa-
llos, escuálidos y rígidos, orlados lía sin haber entrado; no pasaba de
de rosas cuyos perfumes no eran la nariz que aleteaba con viveza
bastantes á disfumar el hálito mal mientras el pecho apenas se levan-
oliente de aquellas boquitas que taba. Un burbujeo tenue marcaba
eructaban la muerte, formando un el ritmo de la vida en la garganta,
nubarrón ahumado, en cuya man- y hubo momentos en que no se sabía
cha se destacaban dos cadáveres si el estertor salía del cirio y el chis-
amortajados con el hábito carmelita. peo de la cuna. Los dos eran tenuí-
Aquella fatídica apoteosis que simos como última expresión de exis-
servía de nimbo á los rostros queri- tencias que se acaban.
dos de su padre y su hermano del El pobre padre replicó á sus ami-
alma, que pocos meses antes tuvie- gos que se retirasen. Eran más de
ron en la pila del bautismo el cuer- las doce y media de la madrugada.
po de Loyolín y que ahora yacían Nadie era necesario.
para siempre en el otro lado de la Los criados se acostaron, y ya con
vida, acabaron de conturbar el áni- su esposa junto á la cuna del agoni-
mo abatido del profesor, el cual zante, retiró de la mesilla tazas y
creía muy lógica la pérdida del niño botellas, jicaras y cucharas, y mien-
que sentía las añoranzas del cielo, tras la pobre madre lloraba rezan-
las saudades del padrino y las nos- do, el doctor se dispuso á prestar los
talgias del lolo que se fué y no vol- últimos comunes cuidados, una mu-
vía. ñequita dé algodón mojado en agua
para humedecer los labios, y una
IV batista para enjugar el sudor visco-
so del semblante, que de tanto en
No había remedio; Loyolito se iba tanto solía llevar á sus propios ojos.
con los otros y en busca de ellos. Se
moría el hijo-querido. Se moría. No Los de Loyolín aparecían gluti-
cabía duda. Lo humano y lo divino nosos, entornados con una mirada
se aunaban para este fin; la tierra tenue, triste y llena de melancolía,
lo despedía y en el cielo lo llama- como rayo de luna reflejado en las
ban. algas húmedas de apartado rincón
Aquel cabello blondo y rizado se de la playa
oscurecía al mojarse en un sudor La esposa salió rápidamente de la
copioso que lo aplastaba contra las estancia y volvió á entrar con el
sienes; aquellas carnecitas sonrosa- manto puesto y el sombrero del doc-
das y duras como un capullo, pen- tor en la mano. Cogió la escultura
dían flacidas, forrando con holgura de plata de su Virgen, la puso en la
el esqueleto; la piel era un perga- cuna junto al ángel agónico y al oir
mino urente y flacido; la sonrisa una dar las cinco en el reloj de la plaza,
mueca de dolor velado; la mirada, besó la Virgen con lágrimas en los
dulce y melancólica, tenía una ex- ojos, apretó entre sollozos á Loyolín
presión de angelical ternura, triste, y seguida de su marido salió del
pero complacida, como si contem- cuarto y de la casa silenciosa.
plara las estrellas mirando hacia VI
abajo. Sonreía con la mirada y mi-
raba con la sonrisa, y el modelado Un siglo pareció á los desconsola-
de leche y rosas, adquiría un tinte dos padres el minuto que tardaron
violáceo en los labios, negruzco en en llegar al templo.
las alitas de la nariz y amarillo en Cuando se signaban ceñios dedos
400 EL MONTE! CARMELO
MaraYillas Eucarísticas
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* .«» «t» *t. \ír -A/ \1r S/ -Xr st# \t. -,1r *t. -ir 4* itr 4/ 4r ^fr \t. *lr -Sr \tf •!* d. \1» «I? -,\r
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DESPUÉS DE L A COMUNIÓN
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@IIIIIIIIIIIIIIIIIINIIIIIIIIIMNIIIIMIIIIIIIIlñllJllllllllllllllllllllllllllllllllillll.lirillllllllllllllllllllllllllllllllSl 8&"
FLOR. DE ESPANTA
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
ROMANCES HISTÓRICOS
(CONCLUSIóN)
ASPIRACIÓN
IIIIIIIIIIIIIIIIII
(DESPUéS DE COMULGAR)
^fk"-É^
D E SUEZ A COLOMBO
PROGRAMA
1.° Overtura «Cavallería Rusticana», Mascagni, para piano, por
don Pablo Baldúz.
2.* Poesía «Un recuerdo», por J. L, leída por el pasajero don
José Llisorgas.
3.° Fantasía de «El anillo de hierro», Marqués, para piano
y flauta, por el señor Baldúz y fray Vicente de Pamplona, ca-
puchino.
4.° . Conferencia sobre la India, por el padre Carmelita fray Juan
José del Niño Jesús.
5.° Poesía «¡Una limosna por Dios!» por Urefia, leída por el se-
ñor Llisorgas.
6.° «A Monseñor». Discurso final por el pasajero don Manuel
Alvarez.
7.° «Gian galop», Sherer, para piano, por el señor Baldúz.
Como ustedes han visto, he tenido que meterme en discursos de
once varas. «Queremos—me decían los organizadores de la fiesta—
que cierre usted la velada.» Por esta razón, luego que se cumplieron,
con aplauso de la concurrencia, los cinco números del programa an-
teriores al mío, leí el discurso que sigue:
«Invitado á colaborar en este acto, en el acto de rendir homena-
jes del corazón á fray Bernardo de Jesús, Arzobispo de Verápoly, me
vi en frente de este dilema: ó pasar plaza de desafecto á la venera-
ble perdona de Monseñor, ó aburrir á ustedes, durante unos instan-
tes, con la lectura de estoj renglones. No era dudosa la elección, por-
que imaginando, ó, mejor dicho, creyendo firmemente que darían
ustedes por bien sufrido el aburrimiento, con tal que no se tuviese
á nadie á bordo del Luzón, por desafecto á nuestro ilustre compañe-
ro de viaje, opté por el segundo extremo del dilema. Esta es la cau-
sa porque me decidí, sin vacilaciones de ninguna suerte, á aceptar
el inmerecido honor que se me dispensó al invitárseme á escribir
para esta fiesta.
Todos, señores, quien más, quien menos, todos tenemos alguna
presunción, todos padecemos alguna vanidad. De este vioio, común
á los hijos de Adán, el cual no tuvo en cuenta, al partir la manza-
na, que nos iba á partir por el eje; de este vicio tampoco yo me veo
libre, porque, mientras unos presumen de guapos ó de sabios, mien-
tras otros se envanecen de su talento ó de su ingenio, yo, quizá por
no hacer dejación de un derecho, del derecho á una vanidad, tam-
bién tengo mi envanecimiento de la franqueza, á la que suelo sacri-
ficar alguna comodidad en este mundo, sin saber si se me tendrá en
cuenta en el otro, Pero de la franqueza con que yo me envanezco, no
me sirvo solamente para combatir un vicio ó fustigar un defecto, si-
no también para encarecer un mérito ó ensalzar una virtud. Tan
útil como la censura que tiende á suprimir un mal, es el aplauso que
se encamina á celebrar un bien. Ahora me encuentro en el segundo
caso, en el caso de entonar algunas alabanzas á las virtudes de Mon-
señor, á quien tributaría, de buen grado, todas las que merece, sino
me lo estorbara la torpeza de mi pluma, que no halla formas en el
lenguaje para expresar mi pensamiento. Confío, sin embargo, en
DE SUEZ A C0L0MBO 423
^
MáMáMéMMááMáéákMiiMMMMMMáMáM] •p
^^(^0<^0-($^--00^^<^^<$^<^0<^^^0-\
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SECCIÓN CANONICO-LITÜRGICA
SOBRE LOS CÁNTICOS ¡GN LENGUA VULGAR
Grande es, sobremanera, el entu- lemnes del año (1); por más que se
siasmo que causan los cantos popu- trate de aquellas preces ó himnos
lares; esos c'ánticos que, salidos deí (en lengua vulgar) compuestos y de-
interior de nuestros corazones pro- dicados al misterio ó la festividad
ducen, no pocas veces, efectos sor- del día (2) Tampoco justifica el que
prendentes hasta en los corazones haya que distribuirse una comunión
más empedernidos. general. (3) Con todo, es digno de
Sabido es, por otra parte, que al*
gunos, llevados quizás del mejor (1) A n s e r v a n possit mos in ali-
deseo del bien espiritual del pueblo quam Ecclesiam, etiam Cathedra-
cristiano, van introduciendo estos lem, invectus, ut mulieres ac pue-
llae intra vel extra ambitum cnori
cánticos en los templos, creyendo no canat in Missis solemnibus, praeser-
estar sometidos á observar ciertas tim diebus per annum solemniori-
reglas y prescripciones al tratar de bus? Resp. Invectam consuetudinem
utpote Apostolicis et Ecclesiasticis
dar culto al Todopoderoso. Como praescriptionibus a b s o n a m , tam-
quiera que sea, conviene no olvidar quam abusum esse prudenter et
ciertas normas, supuesto que no quamprimum eliminandum, coope-
siempre están permitidos los cantos rante Capitulo seu clero ipsius
Ecclesiae curas et auctoritate Rmi.
en lengua vulgar. P a r a mayor cla- Ordinarii. 5. R. C. i7Sept. 1897. De
ridad dividiré estas reglas en tres Truxilo.
puntos: 1.° para las misas solemnes
y cantadas; 2.° para las misas reza- (2) A n a fidelibus intra Missam
cani possint juxta antiquum morem
das y 3.° para las demás funciones. a nonnullis annis interruptum, pre-
Primeramente, tanto en las misas ces vel hymni lingua vernácula,
compositi in honorem Sancti vel
solemnes como cantadas está prohi- Mysterii, cujus festum agitur? Resp.
bido todo aquello que no sea de la Affirmative de consensu Ordinarii
misma, (1) aún en las fiestas más so- quoad Missam privatam. Negative
quoad Misam solemnem sive canta-
tam, juxta. Ordinationis pro música
(1) Potestne tolerari praxis, sacra articulum 7 et 8. 5. R. C. 31
quod in Missa solemni, vel solum in Jan. i8g6.
cantu, praster cantum ipsius Missae
cantetur in chpro á Musicis aliqua (3) Licet aliquid canere lingua
laus vulgo dicta aria, sermone ver- vernácula in Missa solemni, dum
náculo? Resp. negative, et abusum sacra communiodistribuiturper no-
eliminandum. Decret. Gen. 22 maj. tabile tempus? Resp. Negative. R.
1894. S. C. 14 Jan. 1898. (N.° 3975)
426 KL MONTE CARMELO
BIBLIOGRAFÍA
Hemos recibido los cuadernos 17 inhumación ó sepultura bajo la tie-
al 20 de la H I S T O R I A DE LA SANTíSI- rra, y acusan en su consecuencia,
MA V I R G E N M A R í A , del desarrollo á la Iglesia Católica de obscuran-
de su culto y de sus advocaciones más tista y retrógrada, enemiga de la
importantes en España y en Amé- civilización y del progreso, por pro-
rica, obra editada con mucho esme- hibir semejante procedimiento fune-
ro, lo mismo en la parte histórica, rario, trabajando cuanto pueden por
mística y literaria, que en la mate- introducirlo en las distintas nacio-
rial, tipográfica y artística, pues va nes de la culta Europa.
cromada con preciosas láminas. España, que de antiguo viene co-
Se vende por cuadernos de 32 pá- piando, con no poca mengua de su
ginas, al precio de 50 céntimos de dignidad, cuanto de malo y perver-
peseta cada uno, en la casa edito- so encuentra en el extranjero, de-
rial de Felipe González Rojas.— jando, por supuesto, á un lado lo
Rodríguez San Pedro, 9—antes San bueno, como si en descatolizarse es-
Rafael—Madrid. tuviese su regeneración y engran-
L A CREMACIóN é INHUMACIóN DE decimiento, siendo así que debe to-
LOS C A D á V E R E S ANTE L A CIENCIA Y da su grandeza á la religión y á la
LA RELIGIóN, por el Dr. don Manuel Iglesia, y el vergonzoso estado de
de Castro y Alonso, Canónigo de la decadencia en que se encuentra, no
S. I. M. de Valladolid.—Las mo- reconoce otra causa que haber
dernas corrientes de oposición á la abandonado estos vivificantes influ-
Iglesia, á sus enseñanzas y á sus jos, ha dado en nuestros días el pri-
prácticas, que, desgraciadamente, mer paso para implantar entre nos-
merced al moviminnto sectario y de otros el sistema funeral de la cre-
lucha encarnizada, que se observa mación, no obstante ser una nación
en nuestros días—dice el autor de católica, en la que la religión oficial
esta obrita—se van extendiendo por del Estado es lo católica, y hallarse
doquiera, no perdonando asunto ni tal sistema prohibido por la Igle-
desperdiciando medio para presen- sia.
tar la batalla, ora de un medio En defensa de la verdad se propo-
franco y descarado, ora cubriéndose ne el docto autor de este folleto exa-
con el antifaz hipócrita de la civili- minar detenidamente, á la luz de la
zación y progreso, llegando hasta razón y de la ciencia, asunto tan im-
el extremo de no dejar en paz y so- portante, estudiando todas las cues-
siego á los mismos muertos, empé- tiones que con esta - se relacionan,
ñanse en sostener es más conforme para que brille, como no puede me-
á la higiene, á los sentimientos hu- nos, el sapientísimo modo de obrar
manitarios y á los adelantos cien- de la Iglesia al prohibir á sus hijos
tíficos, el sistema pagano de la cre- la cremación cadavérica.
mación ó incineración que el de la Agradecemos al señor Gilí el
BIBLIOGRAFÍA 429
ejemplar que nos ha enviado. Pre- ejemplares de esta importantísima
cio 1'50 pesetas.—Juan Gilí,—Edi- obra, digna por su elegancia de fi-
tor, Barcelona. gurar en las mejores bibliotecas.
Ofjiciun proprium Commemoratio- De nuevo la recomendamos á las
nis Solemnis B. V. Marice de Monte personas amantes de la Santa Doc-
Carmelo. —Nuestros Padres del Cor- tora y principalmente á los ""Supe-
pus D omini de Milán han publicado riores de nuestros Conventos. Ha-
con las debidas autorizaciones en biéndose hecho una gran rebaja en
un elegante tomo el Oficio de la fes- su primitivo precio, se vende á 15
tividad de Ntra. Stma. Madre del pesetas el ejemplar, más el franqueo
Monte Carmelo y su Octava, junto y el certificado, y el producto se des-
con las lecciones del primer Noctur- tinará á una obra piados
no de las Ferias y Homilías que
Cromos grandes, de la Virgen del
pueden ocurrir dentro de la Octava,
Carmen, S S . Corazones de Jesús y
y el Oficio de Nuestro Padre San
María,Inmaculada Concepción, San
Elias, con lo cual resulta una Sema-
José, San Antonio, Sta. Teresa, y
nilla completa y muy cómoda y útil
Niño Jesús de P r a g a . Tenemos un
para toda la Octava del Carmen,
buen surtido de preciosos cromos,
de suerte que con ella no haya ne-
oleografías y acuarelas, muy á pro-
cesidad de usar del Breviario para
posito para cuadros á los siguientes
nada durante esos días.—Consta el
reducidos precios:
tomo de 290 páginas impresas á dos
De 73 por 54 centros, á 2'50ptas.
tintas, negro y encarnado.—Precio:
„ 64 por 48 „ á 2
encuadernado en tela, cortes encar-
„ 52 por 40 „ ál'50
nados; 1'75 lira—encuadernado en
„ 52 por 40 (mas sencillas) á 1
piel, corte encarnado, 3 liras.—Los
pedidos al M. Rev. P. Gerardo Be- L a s recomendamos á las familias
caro, Carm. Deal%p,(Corpus Domini) piadosas, como muy propias para
Milano. fomentar en el hogar doméstico el
espíritu de la fe y piedad al que
La España Teresiana, ó peregrina- tanta guerra tiene declarada la
ción de un Flamenco á todas las fun- propaganda de cuadros obscenos,
daciones de Sta. Teresa.—Hemos re- hoy, por desgracia, tan en moda en
cibido ya y los tenemos á la venta muchas casas.
en esta Administración, algunos
V I A J E DE REGRESO DB MONS. BERNARDO á MALABAR.—Rvdo. P . Direc-
tor de E L MONTE CARMELO. Me permito la confianza de remitirle unas cuar-
tillas emborronadas á vuela pluma con sucinta relación del feliz viaje del
Mgn. Bernardo Arzobispo de Verápoly y de sus cuatro hermanos en Reli-
gión que le acompañan hasta su Diócesis para luego dedicarse en ella á la
heroica y civilizadora obra de evangelizar á los pobres idólatras indios.
El 28 de Marzo á las cuatro próximamente de la tarde y al disparo, del
cañón que daba señal de partida, arrancaba dol puerto de Barcelona el her-
moso vapor correo de la Compañía Trasatlántica Española Isla de Lutdn que
con majestuoso, aunque algo reposado andar, se dirigía á las que en otros
tiempos más felices, fueron nuestras Islas Filipinas. Al quinto día de ha-
bernos despedido de esta querida patria y abandonado sus hormosas playas
arribamos al importante puerto que abre la entrada del Canal de Suez. Mien-
tras el Luzón se aprovisionaba de carbón tuvimos tiempo de recorrer las ca-
lles de la floreciente ciudad de Port-Said y ocasión de admirar los diversos
caracteres de dos pueblos distintos, de dos razas enemigas y sobre todo de
dos religiones tan apuestas entre sí como son la religión cristiana y maho-
metana. El desgraciado hijo de Islam sumido en la más honda abyección
sin dignidad, sin conciencia y sin esperanza alguna de rehabilitación, se
encorva bajo el látigo que continuamente cruje en las manos de despótico
tirano; mientras «1 europeo vivo, hábil é industrioso encuentra en el comer-
cio y en la industria medios hermosos con que satisfacer las necesidades de
la vida y goza de honestos placeros que proporciona la sociedad civilizada
y cristiana. Una de las primeras y principales visitas que hicimos en Port-
Said fué á la iglesia ó templo que regentan los Rvdos. PP. Franciscanos
quienes prestan servicio religioso á unos seis mil católicos, número que ahí
parecerá muy reducido, sobre todo teniendo en cuenta que la población to-
tal es de 26.000 habitantes; pero quo no deja de acreditar el celo apostólico
de los mencionados P P . Franciscanos, si se mira que estamos casi en el co-
razón del mahometanismo, y que de los europeos un pequeño número son
ingleses protestantes.
De regreso á nuestro vapor presenciamos un espectáculo que no dejó do
afligirnos en gran manera. Siete vapores de los que cuatro eran turcos, uno
alemán, uno ruso y uno inglés llegaban en aquel momento abarrotados de
gente. ¿Acertarán los lectores de E L MONTE CARMELO á imaginarse qué gen-
CRÓNICA CARMELITANA 431
tes eran aquellas? A dónde iba ó de dónde venía tanto hombre y mujer, tan-
to joven y anciano? Eran fanáticos musulmanes que regrosaban de visitar en
la. Meca el sepulcro del falso profeta, y que volvían á sus casas llenos de
gozo por creer asegurado su carnal y fantástico paraíso con la santa pere-
grinación que acababaD de realizar. Al ver aquellas pobres gentes instinti-
vamente venía á los labios la plegaria del Prof. Z icarias: Illuminare Domi-
ne his qui in tenebris et in utnbra mortis sodont.
Aquella misma tarde el Cónsul español residente en Port-Said, acom-
pañado de otras ilustres personalidades, hizj uea visita al beñor Arzobispo
de Verápoly, y á las siete proseguimos nuestra marcha, duranta la cuál nos
sobrevino la Semana Santa en la que celebramos á bordo solemnísimas fies-
tas, de las cuales, así como de las que celebramos el dia de Pascua de Re-
surrección, nada he de decir, porque pluma mejor cortada que la mía se ha
encargado de hacer la reseña.
Y por ahora me despido de Jos lectores de E L MONTE CARMELO hasta que
pueda trasmitirles la noticia de la llegada de Monseñor Bernardo á s u
Diócesis.—De V. R. afmo. hermano Ff. Serapibn.—Colombo 21 de Abril
de 1903.
Una do las notas más simpáticas del acto que estamos reseñando ha sido
sin duda, el sormón, predicado por el canónigo santanderino señor Campo-
rredondo. '
Después de demostrar cuan fugaces y vanos son los placeres y los hono-
res del muudo, el orador describió en elocuentes párrafos los encantos que
en la soledad del claustro experimentan las almas justas.
Todo el discurso del sabio canónigo de Santander ha sido un modelo de
oratoria sagrada y de unción evangélica.
Reciba por ello nuestra sincera enhorabuena.—H.
Burgos 11 de Mayo de 1903.
MAS PROFESIONES.—En el Convento del S. C. de Jesús do Azcoitia, han
hecho su profesión las novicias Ascensión Castillo, Felisa Garayo y Pilar
Uribarri, ésta de Cortezubi de Vizcaya, y las dos primeras de Vitoria. Pre-
dicó en tan tierno acto el R. P. Aizpuru, de la Compañía de Jesús, conocido
misionero y célebre orador sagrado de gran Hombradía en todo Guipúzcoa,
y hermano de nuestro querido P , Luis de la Virgen del Carmen que hasta
haco unos dias ha pertenecido á la Redacción de E L MONTE CABMBLO.
En el exordio recordó el P. Aizpuru, con acento conmovedor, como hace
año y medio, asistió él en Toro al entrático de su madre querida, Ja her-
mana Joaquina del S. C. de Jesús, celebrando el santo sacrificio de la misa,
é imponiendo el velo de monja carmelita á aquella santa mujer, modelo de
esposas, de madres y de religiosas, y que hoy goza ya del mérito de sus
virtudes en el reino del Cielo. Este piadoso recuerdo de un hijo para con
su virtuosa madre hizo derramar abundantes lágrimas al auditorio que de-
votamente le escuchaba.
Reciban nuestra enhorabuena y religiosa felicitación las nuevas profo-
sas, y Comunidad de Azcoitia.
TOMAS DE HáBITO.—En el convento de Carmelitas Descalzas de Burgos
ha recibido el hábito religioso la señorita Josefa Sáenz de Lafuente, que en
religión ha tomado el nombre de María Patrocinio de San José. Es parienta
del fundador, del Convento de Murguía (q. e. p. d.) donde también tiene
otra hermana religiosa. La impuso el santo hábito y predicó una conmove-
dora plática el R. P. Bernabé. A la ceremonia además de los padrinos que
lo fueron don Domingo Sautu (de Murguía) y la señorita Inés González (de
Vitoria), asistió la anciana madre y familia de la novicia, el señor Párroco
de Apérrigue (Álava; y una numerosa y escogida concurrencia, resultado
toda la fiesta muy solemne.
—En Castellón de la Plana ha vestido el hábito de Carmelita la virtuosa
joven doña Rosilda Breva, Presidenta de la Asociación del Rebañito del
Niño Jesús, muy apreciada por sus excelentes condiciones de carácter y
por su piedad. Predicó en tan tierno acto el R. P- Carmelo, Superior del
Convento de San Clemente,'quo hizo un elocuente panegírico de la vida dol
claustro.
En el Convento de MM. Carmelitas de Consuegra ha ingresado la seño-
rita Juana Vizcarra y Aguirro, natural de Durango, tomando en la Religión
el nombre de María Carmen de la Sagrada Familia. La acompañó como ma-
drina la respetable señora doña Serafina Sancho; y la impuso el santo há-
bito y dirigió una elocuente plática el R P . Eulogio de San José, Carmeli-
ta Descalzo, tío de la Novicia.
Nuestra enhorabuena más completa á las nuevas novicias, y á sus res-
pectivas Comunidades y familias.
CRÓNICA CARMELITANA 435
I.
Ñ—^j,r'l¿S£f—'—-v -c^1-'-:•:•'."'•••• •'.••••-.'••'•• A. ••'.'•"•• Jx;.''•."••'• i-','.••'.•' •'.i.TT??
•4&m%
^ÉÉÉMoM^ÉÉÉMetefeÉMÉMíÉÉÉiMÉÉÉÉÉáÉMÉÉÉMÉÉ^^
GRATO RECUERDO
LA OCTAVA SEL CORPUS
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
¿QUÉ ES LA VIRTUD?
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
"—és"^-3
LA F E RACIONAL
A Z U C E N A S T ROSAS W
III
lia impotencia del diablo reconocida
(Se continuará)
^«^I^l^l^l^l^^l^l^l^^^^l^l^
(1) Nunca se viajó tanto como hoy, y nunca seguramente con menos
precauciones espirituales, á pesar de que nunca, tal vez, hubo mayores
eligros; pues son diarios los siniestros que ocurren por mar y tierra,
E orribles sus estragos, innumerables las víctimas. Por eso, y para que to-
dos puedan encomendarse á Dios en sus viajes, según el espíritu de nues-
tra Santa Madre la Iglesia, ponemos aquí las hermosísimas preces del Ri-
tual católico, traducidas á nuestro castellano.
466 KL M0NT8 CARMELO
m a-g-a-p-a-s-ia—B-n-a-B-ia-ii-ii-i
s^rw*^
f
BIBLIOGRAFÍA
La Beata Imelda Virgen de la Or- para disponer á los niños á la pri-
den de Santo Domingo.—Obra escri- mera comunión, para encender en
ta en francés por una Religiosa todas las almas un amor muy abra-
Dominica y traducida al español sado para con la Divina Eucaris-
por una Religiosa de la misma Or- tía, y para enseñar á todos ejemplos
den.—Los P P . Dominicos de Ver- de pureza, de fervor y de unión con
gara nos han enviado este libro, Diosqué imitar. —Véndese esta obra
que está dedicado á los niños de pri- en la Admón. de ''El Santísimo Ro-
mera comunión, de quien la Beatita sario,,, V e r g a r a ; al precio de una
Imelda es angelical Patrona. He- peseta en tela y 0'75 en rústica.
mos recorrido sus páginas y aspi- María. — Reflexiones predicables,
rado el perfume de la inocencia y con censura eclesiástica, por Regi-
del virginal candor de esta Santa no Martínez Diez, Dignidad de
de nueve años, encantadora planta Chantre de la S. I. M. de Vallado-
del jardín dominicano, que en el lid.—Un cuaderno, en cuarto, de 16
momento de recibir milagrosamente páginas, con piadosos pensamientos
por vez primera la Sagrada Euca- llenos de doctrina y santa unción,
ristía, se durmió en los brazos de muy á propósito para preparar ser-
su Amado Jesús y se fué con Él á mones sobre la Madre de Dios, sus
los jardines del paraíso. Es celes" excelencias y oficios y su devoción.
tial el encanto que produce la his- Se vende al precio de 50 céntimos.
toria de ese ángel en cuerpo de niña Del mismo autor hemos recibido
y bajo los blancos hábitos de Santo El Destierro y la Patria (poema,) un
Domingo, cuyo paso por este mun- cuaderno, en cuarto de 16 páginas,
do fué como una ráfaga de luz, 50 céntimos.
como una brisa perfumada, como Agradecemos al autor el envío de
una aspiración seráfica. L a devo- estos opúsculos que recomendamos
ción de esta Santita es muy propia á nuestros lectores.
CAATA DB ROMA.—M. R. P . Director: En el número de E L MONTB CAR-
MELO correspondiente al 15 do Marzo del presente año, apareció una sucin-
ta reseña de las fiestas Jubilares cebrebradas en nuestro convento de Bur-
gos con ocasión del vigésimo quinto aniversario del Nuestro Santísimo Pa-
dre el Papa León X I I I .
En ella se hacía mención de un precioso y artístico Álbum donde se co-
leccionaron las firmas de todos los fieles que comulgaron por Su Santidad
el 3 de Marzo, para ofrecérselo al Padre Santo como homenaje de adhesión
y amor inquebrantable.
El Álbum fué entregado por N. M. R. P . Procurador General á M. R i -
naldo Angelí, capellán de S. S. quien á los pocos días contestó con la si-
guiente afectuosa carta, que trasladada al castellano dice así:
Roma, Vaticano 8 de Mayo de 1903.
M. Bvdo. P. Procurador:—Tengo la satisfacción de haber cumplido el ho-
norífico encargo que V. P . Reverendísima se dignó confiarme.
He presentado á Su Santidad el magnífico Álbum enviado por los
RR. P P . Carmelitas de Burgos, con las firmas de todc s los fieles que en su
iglesia comulgaron por el Padre Santo con ocasión de su Jubileo Pontificio.
Su Santidad se ha dignado acoger con paiticular agrado y complacen-
cia tan hermosa demostración de amor, y en prueba de paternal afecto, en-
vía á los citados P P . Carmelitas y á todos los que suscribieron el atento
mensaje la Bendición Apostólica,
Con sentimientos de singular aprecio me declaro de V. R. devotísimo
siervo,— Binaldo Angelí Capellán parte, de S. S.
Nos complacemos en hacer pública esta carta para gloria de los católi-
cos burgaleses, á quienes suplicamos encarecidamente continúen rogando
por la importante salud de N. santísimo Padre, tan intimamente vinculada
á los intereses del catolicismo, y que estos días parece haber sufrido algún
pequeño quebranto.
Prior de Wincanton..—Tenemos en nuestra compañía al ,R. P. Benito
de Jesús, prior de nuestro convento de Wincanton (Inglaterra), bien cono-
cido ya por sus importantes trabajos histórico-crí ticos publicados en varias
revistas europeas.
Su amor á la Orden y su devoción al santo Escapulario le han traído á
la ciudad eterna, en cuyos archivos tiene esperanza de encontrar algunos
documentos que darán mucha lúa y esclarecerán algunos importantes he-
chos de la Historia del Carmelo.
Suyo affmo.—El Corresponsal.
Roma Junio 1903.
A NUBBTROS SUSORIPTORES.—Rogamos encarecidamente á los suscriptores
que se hallan en descubierto con esta Administración se pongan cuanto an-
tes al corriente del pago de la suscripción de este año, pues de semejantes
retrasos se nos originan los perjuicios que se dejan comprender.
CRÓNICA CARMELITANA 469
da, pues juzgamos que ha de ser muy eficaz para crear y consolidar en Es-
paña la unión do todos los católicos. Por lo cual abrigamos la plena con-
fianza de que todos los Obispos de esa nación han de aceptar esa idea, no
sólo con su asentimiento, sino también con su oooperación. Es, sin embar-
go, Nuestra voluntad que en la ejecución de la empresa y en la determina-
ción de las bases porque so han de regir estas Asociaciones, corresponda la
dirección á tí, que ocupas la más alta dignidad entre los Obispos de España.
Mucho te recomienda á Nuestros ojos tu actividad, tu experiencia y tu fiel
adhesión, por las cuales no necesitas para ello estímulos de ningún género.
Creemos, sin embargo, necesario desvanecer y estimular tu modestia, lo
cual hacemos gustosos, exhortándote encarecidamente á que te pongas con
ánimo valiente y esforzado al frente de tan alta o apresa, en la'plena seguri-
dad de que has de contar con el apoyo de todos tus compañeros de dignidad.
Y si, conociendo la debilidad humana, consideras necesario el auxilio divi-
no para tan grande empresa, Nos pedimos á Dios que se digne inspirarte, y
como prenda de las gracias celestiales, damos, con gran benevolencia, la
bendición r postólica á tí, á los demás Obispos y á los fieles españoles.
Dado en Roma, en San Pedro, el día 22 de Abril de 1903, vigésimosexto
año de Nuestro Pontificado.
Carta del eminentísimo Cardenal Rampollo.—Eminentísimo y reverendí-
simo señor de mi mayor consideración:
Tengo el honor de enviar á Vuestra Eminencia el adjunto autógrafo, que
nuestro Santísimo Padre, deseoso de asegurar y apresurar el restableci-
miento de la concordia entre todos los hijos de la Iglesia en la católica Es-
paña, se ha dignado dirigir á Vuestra Eminentísima. De este augusto docu-
mento deducirá fácilmente cuánto confía Su Santidad en la cooperación y
dirección do Vuestra Eminentísima. No dudando, pues, que haciendo con-
verger la acción común de los Obispos y de los fieles al noble propósito del
Sumo Pontífice, corresponderá Vuestra Eminentísima plenamente á la con-
fianza y á las esperanzas de Su Santidad, tengo el gusto de reiterarle el
testimonio del profundo respeto con que le beso humildísimamente las
manos. '
De Vuestra Eminencia humildísimo, afectísimo y sincero servidor M. Car-
denal Rampolla.
Koma 26 de Abril de 1903.
Señor Cardenal Ciríaco María Sancha y Hervás, Arzobispo de Toledo.
Dzclaraciones del eminentísimo Cardenal Sancha.—No puedo ocultar quo
cuando recibí y leí las dos cartas transcritas, sentí mi ánimo profundamen-
to emocionado. El encargo que en la primera me hace el Padre Santo, si
bien me da el honor muy superior á mis escasísimos méritos, me pareció
imposible de realizar, dado el estado de mi salud delicada y el agotamien-
to do fuorzns que invade la naturaleza humana a) Hogar Ja misma á la edad
septuagenaria, y verse abandonada de recursos que antes la fueron pres-
tadas por la asociación del vigor f í a i o é ictelectu il, propios de la juventud-
Esa causa polerosi, y otras no menos graves y de todos conocidas, de-
bidas al estado de los ánimos y á las condiciones especiales de la organi-
zación política y social de nuestro pais, presentir jn A mi visti, no sólo va-
cilaciones, sino temores de naufragios, repulsas inmerecidas y de esterili-
dad en los propósitos y esfuerzos.
Sin embargo de eso, y por encima de tolo, está la voz del R imano Pon-
472 EL MONTE CARMELO
tífico León XIII. El, desde las alturas de su supremo ministerio apostólico,
conoce con clarísimo entendimiento la naturaleza y condiciones de la lu-
cha actual, suscitada sin justo motivo por innobles pasiones y atávicos ren-
cores contra la Iglesia de Jesucristo y contra sus sagradas y veneradas
instituciones; y nadie que seriamente piense, podrá negar su indiscutible
derecho á la legítima defensa y a organizar para ella las fuerzas católicas
del modo y manera que lo crea más eficaz y conveniente.
Cuando el general en jefe de un ejército manda, no se permiten discu-
siones ni dilaciones. Rendirse prontamente á sus mandatos es deber estric-
to de generales, jefes, oficiales, soldados y de todos los que dependen de
su autoridad y están sometidos á su jurisdicción. Sin esa severa disciplina
y sin esa abnegación personal y colectiva, en vez de victorias y laureles,
sólo se logran y deploran oprobios y desastres.
La Iglesia, por frase bíblica, es comparada á un ejército bien ordenado
puesto en batalla. El Romano Pontífice, por supereminente manera, reúne
en sus manos todos cuantos poderes ordinarios y extraordinarios son nece-
sarios para dirigirla, gobernarla y administrarla, adaptando su funciona-
miento, sus pasos y sus movimientos á normas prudentes y sapientísimas,
de suyo fecundas en aprovechamientos para la vida cristiana de los pue-
blos, cualquiera que sea la elevación ó decaimiento de la cultura de los
mismos.
Por lo que toca á los intereses religiosos de España, no una, sino mu-
chas voces, ha trazado León X I I I orientaciones v reglas claras y terminan-
tes para conservarlos, aumentarlos y defenderlos, señalando como condi-
ción necesaria para ese fin la unión de todos los católicos, el respeto y aca-
tamiento á los poderes públicos constituidos y la acción individual y colec-
tiva dentro de la legalidad. Si hasta el presente esa laudable y apostólica
solicitud de Nuestro Santísimo Padre no ha dado los frutos abundantes
que de su nativa virtud han debido brotar entre nosotros, no es otra la
causa que la tenaz indocilidad á sus paternales llamamientos y prescrip-
ciones.
El Romano Pontífice deplora las divisiones y distancias que vienen per-
petuándose y tomando carácter habitual entre españoles hijos de la Iglesia
que profesan la misma fe, y sienten en su pecho los mismos entusiasmos y
amores por su patria y sus glorias históricas. Con la mira de aminorar y re-
mediar ese mal, de consecuencias funestas, vuelve á insistir y recomendar
do nuevo la unión de los católicos, realizable por los medios y en la forma
expresados en su mencionada Carta. Para dar principio, por mi parte, al
cumplimiento de la soberana voluntad de Nuestro Santísimo Padre, y en
busca de consejo y garantia de mayor acierto, mo trasladé á Madrid el día
11 del mes actual, á fin de colebrar una conferencia con el eminentísimo
señor Cardonal Casañas y otros reverendos y doctos Prelados, que á la sa-
zón se hallaban en aquella capital.
Reunidos el dia 12, dióse lectura de la susodicha Carta pontificia, y oído
con revorencia y sumisión lo que en ella enseña y anhela Su Santidad, se
acordaron por unanimidad los puntos siguientes:
l.o Publicación de los dos documentos de referencia, á fin de que sean
conocidos de los reverendos señores Obispos, clero y fieles 4 causa del in-
terés que para todos contienen.
• 2.° Sostener y apoyar la junta central de intereses católicos existente
CítOHÍCA GENERAL 473
gado con muchos pleitistas cuyas adoptada por el hijo por consejo de
desavenencias puedan producir bue- aquélla. ¿Pero la voluntdad de
nos sueldos para poder llevar una hierro de Juan se detendría en esas
vida cómoda y agradable. barreras para no llevar adelante el
Brígida era de parecer que su hi- proyecto de dar á Bernardo la ca-
jo fuera abogado ó cura, ó en últi- r r e r a de piloto desde luego, y hacer-
mo caso, médico. J u a n decía que le más tarde capitán del Pompeyo?
nada de eso; es necesario que sea No sólo no se detuvo, sino que dis-
marino, en la mar se gana mucho, puso desde luego que Bernardo hi-
las brisas de la mar son .muy salu- ciera varios viajes á New York en
dables; además, se ve mucho; claro compañía de su padre; para asi
está, á tantos puertos tiene que acostumbrarle desde niño á los tra-
arribar;—estoy deseando, decía, ver bajos de la navegación y que poco
á mi Bernardo subir por la escala á poco fuera tomando el gusto á
de cuerdas hasta la punta del palo aquello que tanto le repugnaba.
real, mandar izar las banderas á la Brígida se conformó con la voluntad
entrada del puerto de New Yorck ó de Juan, yBernardo no tuvo otro re-
de la Habana, soltar los cables y re- medio sino seguir á su padre.
montarse á alta mar, divisar á lo
lejos los barcos extranjeros, nave- Muy poco sospechaba J u a n que
gar más que ellos y burlarse de todo los resultados de aquella travesía
el mundo. que emprendía, serían tales que ha-
bían de abrir dos chorros de lágri-
A Brígida no le hacían gracia es- mas que no cesarían de manar de
tos rasgos de vanidad de su marido; sus ojos durante toda su vida. Diez
muy al contrario, hubiera deseado y seis años tenía Bernardo cuando
ver á su hijo con manteo y sombre- estas escenas tenían lugar en Cádiz
ro de teja, ó diciendo misa en el al- en la casa número 12 de la calle de
tar, ó predicando en pulpito, ó en la Constitución, y dos meses más
otro oficio cualquiera de la Iglesia. tarde de la resolución tomada, Juan
Mientras tanto el niño Bernardo y su hijo Bernardo se embarcaban
callaba, y hacía muy bien en callar, en el Pompeyo con dirección á New
pues nada tienen que ver sus padres Yorck.
con la vocación del hijo: ¿por ventu-
ra son los padres los que han de de- Antes de que Bernardo se embar-
terminar la vocación de aquél, ó son cara para una navegación tan larga,
ellos los que han de cargar con las Brígida tuvo el cuidado de poner á
obligaciones que impone el estado su hijo bajo la protección de la Vir-
que por su imposición ha abrazado gen del Carmen, haciendo una fer-
el hijo? vorosa novena á esta Soberana Se-
ñora en la Iglesia que los P P . Car-
Lo que corresponde á los padres melitas tenían y tienen íVnto á la
de famria, es educar ciistianamente alameda de Cádiz, á fin de que
á sus hijos, darles una instrucción puesto el hijo de Brígida bajo el
sólidamente religiosa, empaparlos amparo de aquella que es la Estre-
en las sublimes enseñanzas del lla de los mares, ella le condujera
Evangelio; pero la elección del es- sano y salvo á su hogar.
tado corresponde á aquel que ha de
llevar su carga. Mientras Brígida y Bernardo se
No sucedió así con Juan Albertini ocupaban en esta santa práctica,
su hijo Bernardo, Este nunca ha- J u a n estaba empleado en fletar en
l ía mostrado vocación, ni inclina-
ción para marino, porque la mar le
el Pompeyo cajas de botellas de vino,
Jerez y Valdepeñas, algunos cajo-
asustaba, y los encantos que J u a n nes de azafrán, muchos miles de sa-
hallaba sobre las olas, eran tormen- cos de trigo, centenares de cuarte-
tos para su hijo. Con gusto hubiera rolas de vino navarro, innumerables
escogido cualquier oficio ó empico botellas de sidra achampanada, y al-
con preferencia al de marinero; pe- gunos fardos de telas de Cataluña,
ro si su padre se empeñaba en ha- á fin de hacerse á la mar en la pri-
cerle marinero, ¿qué remedio le mera oportunidad.
quedaba? ¿resistiría ó se sujetaría? Uno délos cuidadosen qncBrígida
En esta alternativa se encontraba puso más diligencia, fué en revestir
Bernardo cuando resolvió no seguir á su hijo con la hermosa librea del
ni empezar la carrera de marino, escapulario de la Virgen del Car-
resolución apoyada por su madre y men, verdadera defensa en los mo-
480 KL MON1K CARMELO
CASO GRAVE
—...¿Y doctor, tendrá esto cura? Está intoxicada; corren
—Ardua y difícil empresa libremente por sus venas
será; muere con la sangre el torpe error, el escándalo,
inficionada la enferma. la lujuria y la blasfemia;
—¡Pobre España! ¿Y no habrá modo virus de muerte; substancias
de hacer que en sus ricas venas que se descomponen y entran
circule otra vez, como antes, en putrefacción, llevando
sangre limpia, sangre fresca, á sus miembros sangre infecta;
sangre del Cid y Pelayo, sangre que en vez de ser sangre
sangre cristiana sin mezcla? es podredumbre y gangrena,
—A corromper sus humores corriente de pus que acaba
han tendido las recetas de prisa con su existencia,
de todos los charlatanes no hay tóxicos más activos
médicos de cabezera que esos de que se alimenta.
que hace un siglo la visitan. —¿Y en qué botica los sirven?
—¿Y no hay remedio? —En la de más desvergüenza
—Pudiera, que hay.
sin dijd*, haberlo cambiando —¿En cuál?
radicalmente /el sistema —En la botica
de medicación, pues todo de la Libertad de imprenta.
cuanto ingiere la envenena,
L u i s RAM DE V I U
B. de Herbés
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AZUCENAS Y ROSAS
(CONCLUSIóN)
Por los años del Señor de 1207, en tiempo del Papa Inocencio III, era
Patriarca de Jerusalén Alberto, varón santo y devoto, y auque no fué
religioso, fué muy amigo de conservar y aumentar la religión.
Residiendo en la ciudad de Acre, á instancia de los Padres del Monte
Carmelo, recopiló de la Regla que Juan Patriarca de Jerusalén recopiló
de San Basilio, esta Regla del Carmen, y se la mandó guardar á los Pa-
dres con jurisdicción ordinaria que para ello tenía, porque los Patriarcas
de Jerusalén con jurisdicción ordinaria podían instituir Reglas de Reli-
giones, hasta que entonces el Concilio JLateranense determinó que nin-
guna Regla se hiciese sin autoridad de los Sumos Pontífices.
F u é amantísimo de Brocardo, Prior General que entonces era de la
Orden, y confiado de su prudencia y autoridad le envió á Damasco para
hacer las treguas con Saladino Rev de Siria y de Egipto, donde bautizó á
Maluco Soldán Virrey de aquel reino, sanándole las aguas del Jordán la
lepra mediante la virtud del Sacramento, el cual Maluco después vino
con Brocardo y recibió el hábito en el Monte Carmelo.
Con mucha razón se escribió esta Regla á los que vivían en el Monte
Carmelo, porque así como en aquel Monte congregó el Profeta Elias los
hijos de Israel para destruir los Profetas de Baal, así en esta Religión se
congregan los hijos de Dios para destruir los pecados enseñoreados en el
mundo. Lo segundo, así como Elíseo en aquel Monte, huyendo de los mu-
chachos que le afrentaban, se dio á la contemplación, así los religiosos
huyendo de los clamores de los segjares, recogidos se dan á la contempla-
ción. Lo tercero, así como en aquel Monte alcanzó la Sunamitis que su
hijo fuese resucitado, así alcanzará verdadera gracia y resurrección, el
verdadero religioso, del alma
Estaba este Monte Carmelo en la suerte de Efrain é Isacar, como dice
Nicolás de L i r a y el Maestro de las Historias; y aunque fuese primero
estéril, desde que le comenzó á habitar Elias, se hizo fértil de pastos y
aguas claras, como escribe el Abad Joaquín á Cirilo Abad. En este admi-
rable Monte moraron Elias y Elíseo y los hijos de los Profetas, como se
colige de las divinas letras, y en él perseveraron cerca del Nacimiento del
Señor, (1) como escribe el gran Cirilo Alejandrino cuando cuenta que Eme-
renciana, abuela de la gloriosísima Virgen, iba á visitar á los Padres del
Carmelo; y en este mismo moraban Brocardo y sus hqos á quien Alberto
escribe diciendo: A los amados en Cristo hijos Brocardo y los demás ermi-
taños que moran debajo de su obediencia en el Monte Carmelo cabe la fuente
de Elias salud en el Señor y bendición en el Espíritu Santo.
11
III
tión social tal como hoy se presenta en las naciones sin que las so-
ciedades é individuos profesen la verdadera religión?
El Socialismo, exagerando más de lo debido la potestad de los
individuos, ha contestado afirmativamente á esta pregunta. Enseña
que todo hombre por su nativa libertad está emancipado de las le-
yes divinas, y que puede libremente creer y obrar en lo relativo á
las cuestiones religiosas, morales, políticas y aún económicas, todo
cuanto se le ocurra. Todos los hombres son, según él, perfectamente
iguales sin que haya entre ellos otra distinción que de sexos y eda-
des. Deben fomentarse las inclinaciones de cada uno, y para que
estas fuerzas y tendencias de la naturaleza no tropiecen con dificul-
tades en su justa y legítima expansión, conviene no reconocer nin-
guna autoridad pública, y suprimir la propiedad particular y el
derecho hereditario.
El Liberalismo proclama la independencia del Estado de toda
obligación religiosa, y enseña que ia sociedad como tal no debe
profesar ninguna religión. Partiendo de este principio no reconoce
fuerza obligatoria en las leyes divinas y eclesiásticas, y cree que
solo la ley civil es fuente de todo derecho y justicia. La libertad de
conciencia, la libertad de cultos, la libertad de enseñanza, la tole-
rancia religiosa, etc. no son más que consecuencias legítimas de los
principios falsos sobre que se funda el sistema.
El Catolicismo con el fin de garantizar el orden en la sociedad en-
seña que todos, individuos y colectividades, deben profesar la verda-
dera religión, y, acatando las disposiciones divinas y humanas que
procedan de legítima autoridad, caminar á un fin sobrenatural. Se-
gún esto, deben las sociedades constituirse de tal suerte, que en ellas
haya una autoridad, representante de Dios, á quien esté subordinada,
y bajo su dirección busquen los miembros el bien común y los bie-
nes particulares de cada uno, subordinados al fin último que ha de
ser h felicidad eterna de todos en la posesión interminable de Dios.
Jamás se dio doctrina más pura y que mejor haya satisfecho las
aspiraciones del corazón humano, y por lo mismo no ha habido en el
mundo hombres más felices que los que han tenido la dicha de per-
tenecer á la gran familia del Catolicismo.
Veremos en los artículos siguientes las naturales consecuencias
que se desprenden de las doctrinas que á la ligera hemos expuesto,
para concluir que el Socialismo y el Liberalismo no pueden, por más
que se empeñen, resolver la cuestión social, y que, si queremos ga-
rantizar el orden en los Estados, es necesario volvamos los ojos á las
luminosas teorías que nos ha enseñado el Catolicismo.
fr. ¥. de US..
bMtáÉMÉlÉMÉÉtéÉMáÉÉáÉÉÉÉtotáÉÉÉÉÉÉÉÉfaltá
EN LA PLAYA
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I
UNA FIESTA RELIGIOSA
C. D. MIS. APOST.
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SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
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BIBLIOGRAFÍA
nes, y que adopte las medidas que su celo le sugiera para que nadie se
atreva en lo porvenir a verificar cambio alguno en el mobiliario que perte-
nece exclusivamente á la ciudad.
No se nos alcanza el motivo 4 que haya podido obedecer la triste inicia-
tiva del juez de paz de Pont a-Mousson, siendo así que la imagen de Nues-
tro Señor Jesucristo continúa ocupando el puesto de honor que le corres-
ponde en todas las Salas de audiencia del distrito de Nancy.>
No busquen los consejeros municipales de Pont-a-Mousson, para expli-
carse la conducta del juez de paz que les ha tocado en suerte, otro motivo
que éste: existen individuos que odian á Jesucristo, y que no pueden con-
templar sin indignarse, ¡desventurados!, la imagen del Justo.
NOTA poLÍTiCA.-^Sucesos de Servia.—Cuando ya estaba corrado el último
número de nuestra Revista, llegó la terrible noticia de que habían sido
bárbaramente asesinados los Reyes de Servia, varios personajes palatinos
y algunos ministros, por varios oficiales jóvenes que representaban el dis-
gusto que en el pueblo existía por la conducta de sus reyes. Crimen horren-
do y execrable por la forma en que se ha llevado 4 cabo, y que recuerda
las violencias de los pretorianos cuando cansados de un emperador le que-
rían sustituir con otro. El pueblo servio acogió con algazaras y público
regocijo estos hechos; y reunido el Parlamento, ha sido proclamado por
unanimidad Rey de Servia Pedro Karageorgevitch, que enseguida se di-
rigió á la capital de su reino 4 tomar posesión del mando.
Pero aquel gozo debía ser de muy el Pompeyo fué arrastrado por la
poca duración p a r a Bernardo. El tempestad hasta los bancos de hielo
día nueve por la mañana el cielo de Terranova; pero aquí en vez de
se presentaba encapotado, y la at- verse aliviado por la cercanía de la
mósfera tan pesada que casi no pa- tierra, se encontró en medio de ma-
recía propia de la estación; todos yores peligros luchando cara á cara
los tripulantes hacíanse observa- con'aquellos enormes témpanos de
ciones sobre el tiempo, que les mo- hielo, que más bien que témpanos
lestaba mucho y parecíales que to- de hielo, parecían montañas movi-
dos los objetos pesaban más, inclu- bles de roca ó espantosos peñascos
so el aire atmosférico. que venían á dar de lleno contra el
¡Es cosa singular! decía el gru- Pompeyo. Veces había en que la
mete; los oídos me zumban como si embarcación y el monte de hielo
me hallase en un globo á la altura parecían dos arietes que iban á dar
de cuatro ó cinco mil metros. Ape- un formidable topetazo para que- .
nas hubo pronunciado estas pala- dar ambos hechos pedazos. Juan
bras, Bernardo y dos marineros más creyó que llegaba su última hora.
comenzaron á echar sangre por las Parecíale que era un castigo que
narices, mientras que el resto de la Dios le enviaba por haber embar-
tripulación experimentaba idénticos cado á su hijo contra su voluntad y
síntomas, aunque ninguno podía de- con tanta violencia; pedía perdón á
finir exactamente su origen ó causa. Dios y se encomendaba á la Virgen
Este estado de la atmósfera me in- del Carmen que es la protectora de
quieta, decía el capitán algún tan- los náufragos. Acordábase de cuan-
to preocupado, y la cosa no parece to mejor le hubiera sido vivir tran-
que va bien. quilo en Madrid en el servicio de la
J u a n corrió á enterarse en el ba- Princesa de los Ursinos; pero el pa-
rómetro del estado atmosférico v so estaba dado, y era necesario se-
quedó como petrificado cuando vio guir.
que el barómetro había bajadlo con Juan creyó que era necesario
singular rapidez en el término de abandonar el barco, embarcándose
media hora, tanto que jamás había toda la tripulación en una pequeña
visto cosa igual. lancha y dirigir el rumbo á tierra
Todavía estaba hablando Juan, como que debía estar muy cercana:
cuando un fragor lejano, acompa- esperaba que de aquella manera
ñado de una especie de lúgubre podría huir de las embestidas de los
bramido, pareció ra'sgar los aires; témpanos de hielo y arribar pronto
el cielo que casi instantáneamente á Terranova, salvando así las vidas,
se había cubierto de una mancha aunque tuviera que perder el barco
negra en la dirección Oeste, obscu- y el cargamento.
recióse por todas partes con prodi- Mandó, en efecto, arriar la mayor
giosa rapidez; y de repente, des- de las lanchas que tenía en el Pom-
pués de un intervalo de profundo peyo, y mandar y ejecutar fué cosa
silencio, alguna de las velas del de un momento. Bajó toda la tripu-
Pompeyo fueron rasgadas, destroza- lación á la lancha, pero faltaba uno,
das y hechas girones, la mar se Bernardo. ¿Dónde se hallaba Ber-
convirtió en un remolino espantoso, nardo? Mandó J u a n que llamasen
el terrible aspecto que presénta- inmediatamente á Bernardo pues el
i la el meteoro, era capaz de asustar
al más valiente y experimentado
peligro era cada vez más inminente,
como que la lancha podía ser aplas-
marino. tada entre el barco y un témpano
El huracán empezaba á desenca- de hielo, pero Bernardo no apare-
denarse con inusitada violencia: dos cía. Fuese el mismo Juan en perso-
mástiles de la embarcación se rom- na en busca de su hijo, pasó un re-
pieron por la mitad, las gavias iban gistro minucioso al Pompeyo, pero
dejando el palo limpio, los postigos Bernardo no fué hallado; tras Juan
de las ventanas habían sido arran- salieron los marineros y registraron
cados de sus lugares, y los toldos y miraron cuantos rincones y escon-
completamente destrozados fueron dites había en el barco, pero aún
arrojados al agua. así, Bernardo no aparecía.
El ciclón- rugió durante veinti- Uno decía que hacía por lo menos
cuatro horas sin disminuir su furia dos horas que no se le veía á Bernar-
todo este tiempo, en cuyo intervalo, do; otro aseguraba que aquella ma-
SOLACES Y KNTRBTEN1MIENTCS Ol9
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M A T E E DECOR CARMELI
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t más ilustre de las regiones del Oriente, San Ángel, que así
se llamaba aquel hombre venerable, conoció en Roma por un
milagro de Dios al preclarísimo Santo Domingo de Guz-
mán, nuestro insigue compatriota. En el convento de Santa
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(1) Memorial, c. 22.
(2) Epist. ad Rustió.
533
pereza, fué siempre la misma, dividida en tres estados
que creo se significan por las tres estrellas del escudo.
El primer estado fué desde Elias hasta San Juan Bautista,
en el cual guardaron por regla la imitación de los Profetas, y
fabricaron conventos, unos en el monte Carmelo, como Elíseo;
otros en Sarepta, como Jonás; otros en Samaría, como Ab-
días; otros en Jericó y en Gálgala y en el monte Efraim y ca-
be el Jordán, llamados por nombre los Hijos de los Profetas
que quiere decir hijos, discípulos y subditos, como declara
Rabí Salomón (1). Y dice también el Abad Joaquín, que
aunque Elias fué el que comenzó la Orden, Elíseo fué el pri-
mero que fabricó conventos, de los cuales dice el Abad Ca-
siano en la colación del Abad Peona, que se entiende aquello
del Apóstol: andaban vestidos de mantos de piel de cabra etc.
y no contentos con ofrecer los diezmos á Dios, ofrecíanse
á sí mismos renunciándolo todo; estas son palabras de Ca-
siano. Y de la regla y conversación de estos Padres anti-
guos escribe Sozomeno, Doctor griego, en la Historia Tri-
partita (2): que Elias y Elíseo hayan sido instituidores y
primeros maestros de Religión, sácase del glorioso San Je-
rónimo, en la Epístola á Paulino donde dice: nuestro prín-
cipe es Elias y nuestro capitán Elíseo y nuestros maes-
tros los hijos de los Profetas. Lo mismo dice en el prólogo
á la vida de San Pablo primer ermitaño y de San Hilarión.
Y el glorioso San Isidoro (3), y el Bienaventurado Bernar-
do Abad del Monte Casino en la exposición de la regla de
San Benito, el P. Macario en el sermón á los monjes, Sozo-
meno en la Historia Tripartita, y San Bernardo Clarava-
lense en el libro á los frailes del monte del Señor que es en
Chipre; todos ellos hacen primeros fundadores de la Religión
en el viejo testamento á Elias y á Elíseo, y en el nuevo á San
Juan Bautista; y aunque las demás religiones á su imitación
las instituyeron sus fundadores, no reconociendo en la nues-
tra otros fundadores y hallando los particulares estatutos de
morar en yermos y devoción con la Virgen, y dándonos este
apellido los Sumos Pontífices en las Bulas, con razón celebra-
mos nosotros á Elias y á Elíseo en nuestro rezado como fies-
tas de nuestros Padres, y otros Profetas y Santos antiguos y
ermitaños, que en ninguna otra religión lo hacen.
FR. JERóNIMO GRACIáN DE LA MADRE DE DIOS.
("Fuente de Elias,,)
534
A LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL CARMEN
f-iirio del valle, nacarada rosa,
>zucena divina del Carmelo,
<irgen Madre de Dios, Madre amorosa,
inmaculada Emperatriz del Cielo,
Recibid mi plegaria fervorosa,
Qemido del que en Vos busca consuelo;
Wscuchadmi oración, Madre querida,
¡¿¡o me dejéis un punto en esta vida.
Qel mísero mortal Vos sois, Señora,
Mi amparo más firme, y más constante;
f a estrella sois del mar; Vos sois la aurora
non cuya luz se salva el navegante:
> Vos acudo, pues, en esta hora,
Repitiendo contrito y anhelante,
1
madre de Dios y tierna madre mía,
2¡o me olvidéis, Señora, en mi agonía.
MARCELINO F L O R E S .
"SIGNUM SALUTIS,,
K_ÍJIIIIIIIIIIIIMIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIMIIIIIIIII(|IIIIIIIIIIHI1IIIIIIIIIIIIIIIIIM1IIIIIIIIIIII1II¿\^ •
*j MISIONES CARMELITAS
.1 MARAVILLAS DE LA GRACIA ENTRE LOS ADORADORES DEL DEMONIO
"^1
IV.
EL DEMONIO ATORMENTADO POR EL SANTO ESCAPULARIO
|l i I I l I I I I I I I I I I I I I ! I I I I I I I I I I i ¡ I I I , i I 1 I
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SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
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^ BIBLIOGRAFÍA
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546
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CRÓNICA C A R M E L I T A N A
"547"
cuando el repique de la campana y un gran chupinuzo anunciaba la
llegada de S. E. en un bonito lando conducido por unos cuantos
hombres: apeado, fué recibido bajo palio, y así penetró en la Iglesia,
donde permaneció hasta el fin de la misa. Entonces el celebrante,
juntamente con los ministros salieron al altar para ofrecer el in-
cruento sacrificio, mientras un violín daba el tono á los cantores que
eran unos tres ó cuatro nativos, acompañando eus voces el violín, un
bombo y unos yerrillos, instrumentos propios de esta pobre gente,
sin los cuales y sin unos buenos chupinazos no hay función. Termi-
nada la misa Su Excelencia dirigió la palabra en malabar á los fieles,
teniendo pendiente de sus labios durante media hora á la muchedum-
bre que llenaba la Iglesia, manifestando con palabras sencillas y pa-
téticas el amor que nos mostró nuestro divino Redentor en la insti-
tución del Sacramento de la Eucaristía, y la gratitud que le debe-
mos mostrar por tan singular beneficio, y la cuenta que tendremos
que dar si no nos aprovechamos de tanto amor. Terminado el dis-
curso, Su Excelencia se dirigió á la sacristía, y revestido de capa
pluvial salió al altar procedido de unos catorce sacerdotes, entre
ellos varios misioneros, revestidos de capas y dalmáticas, y después
de haber incensado á la sagrada hostia, recibió de manos del diácono
la custodia, y entonándose el himno Pange lingua, empezó la proce-
sión, que recorrió una bonita carrera, cerrada con hojas y adornada
de variedad de banderas y exquisitas frutas, como plátanos, mangos
etcétera, hasta llegar á una ermita, edificada solamento para las pro-
cesiones del Santísimo Sacramento. Pero parece que el demonio no
estaba muy contento con la fiesta, pues comenzó á llover tan fuerte-
mente, que no hubo otro remedio que volver de prisa á la Iglesia,
donde después do haber incensado de nuevo á su divina Majestad, y
dada la bendición al pueblo, se reservó la sagrada hostia, terminando
así aquella hermosa fiesta. ¡Qué el Dios de amor derrame su gracia
sobre esta pobre gente, para que se aumenta el rebaño de Cristo, y ol
demonio vaya perdiendo su potento reinado en la India. Queda
de V. R. su hermano en Cristo Jesús.—Fr, Crescenciano de Jesús, C. D.
J u n i o , 15 de 1903.
<^= donde la celestial Princesa de la gloria tiene su trono. Todos los días
en el ejercicio de la tarde hay sermón sobre el santo escapulario,
j ^ | símbolo de las bondades matorrales de la Virgen Santísima del Car-
^ s men. A la vez que en nuestra capilla, se celebran análogos cultos en
1 la Parroquia de la Anunciación, donde predica también la Novena
"T^i del Carmen un Padre de esta Residencia.
"549"
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CRÓNICA a E N E R A L
K
L A ENFERMEDAD DHL PAPA.—Empezamos esta crónica bajo el peso
del dolor, de la tristeza inmensa que en todo el mundo católico ha
producido la noticia de que León X I I I está gravemonte enfermo, de
que quiza en estos momentos está agonizando, de que acaso está en
las puertas de la muerte. La noticia trasmitida por el telégrafo ha
producido honda excitación en todas partes: el llanto es universal:
universales son las plegarias y rogativas que se elevan al Cielo por
Sí
la preciosa vida del Padre Santo, y todos siguen con interés vivísimo
el curso de la enfermedad.
Ya parece que Su Santidad se había restablecido de su última
enfermedad, y en efecto ya concedía audiencias y pudo celebrar el
último Consistorio sin que se notaran en él síntomas de la más leve
fatiga, cuando nos ha venido á sorprender el anuncio do la terrible
desgracia que amenaza á la Iglesia.
Parece ser que los grandes calores, propios do la estación, la fa-
;rí
tiga que le debió producir la última recepción de los estudiantes
húngaros, el esfuerzo que tuvo que hacer hace unos días para pasear
á pie por los jardines del Vaticano y la humedad que habría por ha-
ber llovido los días anteriores, debieron quebrantar su naturaleza de-
bilitadísima j a por su ancianidad.
V', Al revelarse los primeros síntomas de gravedad, se constituyó su
médico el doctor Lapponi á su cabecera para prodigarle los auxilios
de la ciencia sin apartarse apenas un momento de su lado. Desde un
principio pudieron los médicos apreciar en el venerable Pontífice un
caso de pulmonía senil, muy difícil de combatir por la avanzada odad
del paciente.
Agravándose poi momentos en su enfermedad, se dispuso quo el
anciano Pontífice recibiera los últimos sacramentos, como lo hizo
V.\' con extraordinario fervor, revistiendo el acto conmovedora solemni-
dad y asistiendo con velas encendidas todos los Cardenales presentes
51
en Roma, muchos Prelados y los parientes de León X I I I . Al recibir
la Extrema Unción el Papa bendijo á los Cardenalos diciendo con
f
voz apagada: recibid mi última bendición.
Al publicarse en Roma el anuncio de la gravedad del Pontífice,
todos los alrededores del Vaticano se llenaron de gente ansiosa de
saber noticias, y las iglesias se llenaron también do fíelos quo implo-
raban de Dios la salud del Papa; y cuéntase, Como caso raro, que al
•i V
&13 . "550"
i ii M i i i i i, i i i i i i i i i i i ! i i i i ; M I i i i i i i i i i
I i II i I l I I I I I I I II I I I I i I I I I I I I I I I l I I , i I I II
(§\A *
No hay remedio, sino abrazarse á la Cruz como única áncora sal-
7 vadora. El Padre Santo prometió publicar dentro de poco una Encí-
•i clica, para alentar á los católicos en sus luchas contra el error.
La prodigiosa actividad de que ha dado muestras durante su lar-
go pontificado León X I I I , no se rinde ni á la acción avasalladora de
los años, y en el ocaso de su vida, lo mismo que en sus mejores díast
se dedica con asiduidad admirable á trabajos serios y profundos para
provecho común del pueblo cristiano.
Su salud, al parecer, se ha restablecido (1). Pudimos observarle
muy de cerca y por largo rato el día que se celebró el Consistorio
público, y no notábamos en él la más leve fatiga. Por otra parte, las
declaraciones del doctor Lapponi, médico de Cámara de Su Santidad,
son muy tranquilizadoras, y han venido á desvanecer por completo
la alarma que los rotativos habían producido con sus exageradas
noticias.
Suyo afectísimo, El Corresponsal.
Roma, 1.° de Julio de 1903
MONUMENTO á L E ó N XIII.—En la tarde del día de San Pedro fué
colocada con extraordinaria solemnidad la primera piedra del monu-
mento que, por suscripción internacional, habrá de ser erigido para
perpetuar la gloriosa memoria de León X I I I , el Papa de los obreros.
El monumento se levantará en el centro del patio de la gran basí-
lica lateranense, patio bellísimo, todo embaldosado de mármoles, limi-
tado en uno de sus frentes por el célebre pórtico griego y en los otros
tres por los edificios canonicales, espléndidamente restaurados por
León XIII; en virtud de tal disposición, vendrá á caer el monu-
mento á espaldas del suntuoso baptisterio, testigo mudo, pero elo-
cuentísimo, de la conversión del imperio romano al cristianismo, y
muy cerca también del triclinium do León I I I , que evoca en la men-
te de cuantos le contemplan los recuerdos de Carlo-Magno y de la
restauración del santo romano imperio.
Sencillo en sa concepción, como todas las obras maestras, el mo-
numento de León X I I I revestirá en su luminoso simbolismo extraor-
dinaria grandeza. Sobre un pedestal altísimo yérguese la hercúlea fi-
gura de un obrero que con su mano izquierda se apoya sobre un yun-
que, en tanto que con la derecha sostiene una cruz, en la cual tiene
fijos los ojos; en las cuatro caras del marmóreo pedestal aparecen
grabados con letras de oro los pasajes más importantes de las Encí-
clicas sociales, y en cuatro chaflanes construidos ex profeso por el ar-
quitecto, los nombres de las Asociaciones obreras católicas del mun-
do que han contribuido á la erección del monumento.
(1) Téngase en cuenta que, según aparece por la fecha de esta carta,
está escrita antes de haberso manifestado en el Papa los síntomas de
su enfermedad grave. ;,.
"553"
A título de cardenal protector de la Sociedad Artístico Opérala
presidió la ceremonia el eminentísimo cardenal Ferrata, al cual per-
tenece, en un todo, la iniciativa en el asunto, y con tal motivo pro-
nunció un admirable discurso en el quo recordó los actos que hacen,
verdaderamente de León X I I I el Papa de los obreros, ponderando,
al propio tiempo, lo admirablemente que está escogido el lugar del
emplazamiento, en medio de los recuer los más augustos de la histo-
ria, que dan perenne testimonio de cómo la Iglesia católica tiene en
su mano providenciales recursos para proveer á la salvación de la
humanidad, cualesquiera que sean las condiciones políticas y socia-
les de la sociedad humana en los diversos periodos de su historia.
554
4 v 4 1 - 1 M 6
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7"§
Solaces y entretenimientos
EL HOMBRE MISTERIOSO
ni
Hemos dejado á Bernardo en medio de los mares destituido de
todo humano auxilio. Los hombres no existían para él, y al universo
entero no le daba importancia alguna, porque no esperaba volver á
verle, á no ser en forma de agua, ó de pez ó de sol ó luna ó estre-
llas, ó de aire que sirviera para su respiración. Todo lo demás, lo
mismo le importaba que existiera, ó que dejara de existir.
Sentado Bernardo sobre un taburete á proa del barco, internába-
se en una no interrumpida serie ó cadena de pensamientos, discur-
sos, sueños y delirios. Ocurríansele las ideas más fantásticas sobre
su porvenir, formaba planes y proyectos los más extravagantes so-
bre el modo de ser que había de tener en adelante, y todo le parecía
lo más raro de cuanto en el mundo se había realizado. Sólo sentía
que la historia de su vida nunca llegaría á saberse de nadie sino era
por los tiburones y otros monstruos marinos.
Bernardo, como todos los hombres cobardes, tenía su aspiración
de ser valiente, y es un misterio, pero misterio que existe en más ca-
sos de lo que parece en la realidad de la vida; todos los cobardes se
imaginan como realizando hazañas valientes y empresas atrevidas.
En los momentos de sus fantásticas ilusiones, no hay hombres más
valientes que los cobardes, lo mismo exactamente que los mayores
proyectistas son los perezosos. Con las valentías de los cobardes y
con los proyectos de los perezosos, podría crearse un nuevo mundo.
Bernardo había tenido siempre un miedo atroz á la mar; la más
pequeña é insignificante ola le parecía un monte que le venía enci-
ma á aplastarle; un pequeño remolino en las aguas le parecía un ti-
burón que venía á devorarle y huía despavorido; una nube oscura
en el cielo, le parecía el presagio de una horrible tempestad. Ya he-
mos visto lo que le pasó durante la tormenta con que tuvo que lu-
char el Pompeyo en los bancos de hielo de Terranova. Pero de na-
da de esto se acordaba Bernardo. Ya era un valiente é intrépido ma-
§§£ ~ riño, y le parecía que con sola su persona gobernaba la embarcación,
IW- ~ 1ue desafiaba las tormentas, que pescaba ballenas con anzuelos y
fgjL — que capeaba los ciclones como el más hábil torero se burla en el re-
>í!V. ~K, dondel de un bicho de Miura ó de Veragua.
;¿£ Así discurría ó deliraba ó soñaba Bernardo al anochecer de cier-
IJ JJ. IJ.todía, en que un cielo espléndido y una mar tranquila presentaban
556
; ¿§|<;,.f$|^.^,...^
'*&•' la realidad de los objetos bajo ese aspecto poético, con que, en
^¡i ciertas épocas de la vida, se nos presentan las cosas.
, ¿^,. Pero cuando más embebido se encontraba nuestro héroe en sus
$10$: hermosos ensueños, un pensamiento terrible vino á cortar el hilo de
''"! sus dulces delirios, y sus pensamientos fueron transportados á otro
''íP1 terreno,
.fiS&r. ¡Q u é variable é inconstante es el humano corazón! Sin que la
'^S'4 realidad de las cosas varíe en un solo punto, el corazón del hombre
da miles de vueltas, cambia de situación, abraza objetos que poco
antes odiaba, rechaza afectos que en el momento anterior abrigaba
-VI -i.*
con delirio, y pasa de un estado á otro con más velocidad que los
pliegues de una bandera colocada en la punta de una torre, se aco-
-ffi modan á la dirección del viento que á cada hora sopla por diferentes
-r/fSSf' puntos cardinales.
'^ft'" Bernardo había formado en su cabeza un mundo ideal; un mundo
¿jk de vanidades, sin fundamento ni apoyo, se aglomeraba en aquella
J^ imaginación joven y ardiente; miraba su porvenir lleno de aven-
'$<$' turas, pero al través de unos colores que no le desagradaban; así
'7-?' estaba formando sus grandes proyectos, y absorto en sus pensamien-
'•%>'- tos, no deseaba otra cosa sino que aquellos días fueran deslizándose
f'ifi^kv P a r a v e r realizados sus bellos ideales.
"Q^f* Así seguía el curso de las cosas, cuando Bernardo notó con
•j$r. asombro que la luna que un momento antes le daba de frente, ahora
,¿i,_ le daba de espaldas; el mismo fenómeno advirtió en algunas estre-
M-^iSy- lias en que poco antes se había fijado. Bernardo no sabía explicarse
';í el misterio ni jamás se le había ocurrido fijarse en tal fenójneno.
'"*& Como nunca habfa sido aficionado á las escenas de la mar, jamás
.íííi&r. había querido estudiar nada de lo que en ella ocurría. Ahora se en-
'•'^j-S'r' cuentra ante un problema el más fácil del mundo, y que, no obstante,
;$'. Bernardo no sabe explicar.
,$*, L a luna que estaba á su frente ¿cómo había pasado á s u s efpal-
:
'®íT$ : das? L a contestación era fácil. El barco había dado vuelta insensi-
';,f blemente y sin que Bernardo se diera cuenta, y sin que la luna ni
^ las estrellas se trasladaran de lugar, como por efecto de una virtud
fíí%i-. oculta é invisible, la Casa flotante de Bernardo cambiaba de situa-
ción á todos momentos.
*3
No obstante, creyó Bernardo estar presenciando un milagro,
..4'a, creyó que el cielo se manifestaba sensiblemente y que algún suceso
%3'ty : funesto tenía que realizarse muy en breve. Era quizás un aviso del
j£ cielo para que estuviera preparado. ¿Sobrevendría una tormenta
"'íp como la pasada? ¿veríase en el terrible lance de tener que ir á pi-
.ñÚékv. que? ¿Llegaría á ser pasto de los peces? ¡Qué sustos iban apoderán-
VbL'"J dose de Bernardo. Lo peor de. todo era, que la luna continuaba
$t dando vueltas al rededor del barco, y las estrellas parecía que se-
Vfét guían á la luna como una comitiva de damas sigue á su reina. Fatí-
pjp dicos presentimientos se apoderaban del solitario marino, lúgubres
{í'% imágenes se representaban en su imaginación herida y terrores ja-
•ST
TP- *V $
m ^illllIllinilllllllIMIIIIIIlllllIIIIIIIIHIIIIIIIIIIMIIIIIlIIIIIIIHIIIIUtlIlllllllllllilllItlIlIlllllIIII
«J^jH más acierto, tenía menos miedo á la mar y encontrábase más incli-
" nado hacia lo sobrenatural que lo había estado antes.
Sentado, pues, aquella memorable noche, en su puesto de siem-
pre, púsose á discurrir seriamente en los destinos del hombre fun-
dando sus discursos sobre principios cuyo conocimiento poseía muy
<^2= ligeramente aunque tenía alguna tintura de todo. Bernardo había
visto mucho en Madrid cuando en compañía de sus padres vivía en
casa de la Princesa de los Ursinos; había recibido de su madre una
M\ educación religiosa bastante esmerada, y el tiempo que estuvo en el
_ colegio, fué bien aprovechado.
"T^l Sobre estos conocimientos que ya poseía, se- puso á pensar y me-
ditar á la manera que lo hubiera podido hacer el más profundo filó-
<&£= sofo ó el más estático anacoreta. Si ahora fuera mi barco á pique
¿cuál sería mi destino? ¿á dónde iría yo á parar? ¿continuaría vivien-
do? ¿El que me ha sacado de la nada, me recibiría con amor ó me
¥i rechazaría de sí con odio? Siento en mí algo que np parece ha de
concluir nunca, pero al terminar el curso de mi viaje, ¿podré tener
•=$21 asegurado un destino que haga mi felicidad?
Una inmensidad sembrada de estrellas veo sobre mi cabeza, otra
A r | inmensidad poblada de seres vivientes está á mis pies, y en medio de
- estas dos inmensidades me encuentro yo ignorando la senda que han
de seguir mis pasos
Mí P a r a que estas meditaciones pudieran hacer mayor impresión en
el corazón del joven marino, se prestaban sobremanera las circuns-
•<£?= tancias que rodeaban á Bernardo. Las estrellas del firmamento re-
flejaban su claridad en la profundidad de las aguas, la oscuridad
y silencio de la noche dejaban á la imaginación campo libre para
<N poder internarse en lo más profundo de los dogmas cristianos, la
misma grandeza de Dios que en medio de los mares se manifiesta y
<££= se presenta más imponente y majestuosa, el alejamiento más com-
pleto de la compañía de sus semejantes, la distancia misma de la
tierra donde el hombre descansa más exento de temores, todo se
«¡' reunía para prestar materia de meditación á Bernardo, para que
. - éste pudiera ver con más claridad las grandes realidades ocultas
v^§ ahora al hombre, para que las infinitas grandezas de Dios pudieran
presentársele tal como son, y la nada de los hombres en su más pura
miseria.
Tanta grandeza por una parte y tanta nada por otra, le tenía
anonadado á Bernardo. Entonces le parecía ó creía con claridad
• I que el hombre es menos que un átomo comparado con Dios, y com-
= prendía el horrible crimen que el hombre comete cuando levanta
<plz su frente contra el cielo y se atreve á contradecir á su Criador.
= ¿Quién os el hombre, se preguntaba, para volver sus ojos airados
A-?! contra el autor de tanta grandeza? ¡ Ah! qué espantosa es la majes-
| £ tad de Dios en la tempestad y en el trueno, en la inmensidad de
los mares y en la inmensidad de las aguas, y en la furia de los
vientos, en la extensión de los mares y en la hondura del firmamento,
559
en la altura de la mansión de Dios y en la profundidad de los
abismos.
Anonadado Bernardo en" la contemplación de tanta grandeza,
no se atrevía á levantar sus ojos al cielo. Parecíale que ofendía á
la infinita majestad con sólo fijarse en sus grandezas, y si bien es
verdad que también venía á su mente el recuerdo de las bondades
de Dios y sus inmensas misericordias para con los hombres, sin
embargó Dios se presentaba siempre grande ante su espíritu y las
obras de Aquél inmensas á los ojos de éste.
En una sola consideración hallaba consuelo, placer y alegría;, en
pensar que la Virgen del Carmen era Madre de Dios y Madre de
Bernardo. Si la Majestad de Dios le amedrentaba, la sonrisa de su
Madre le animaba. Decidióse pues acogerse á la protección de esta
bendita Madre para poder ser bien acogido en la presencia del di-
vino Poder.
Formó pues un plan de vida, tanto en lo tocante á la vida espiri-
tual como material, que le sirviera de regla mientras se viera pre-
cisado á vivir sobre las aguas. No de otro modo hubiera podido me-
todizar su vida un ermitaño de la Tebaida ó un fundador de una
orden monástica, como lo hiciera nuestro marino en su monástico
barco.
Esto nada tiene de particular; pues, si la historia nos ha transmi-
tido la noticia de los ermitaños de las montañas y de los desiertos,
nuestro Bernardo era ermitaño de los mares y de las aguas. Aqué-
llos tuvieron su fundador y su regla. Este por sí mismo era funda-
dor, regla, superior y subdito, con la diferencia de que aquéllos han
continuado por una sucesión no interrumpida en la Iglesia de Dios,
y éste por sí mismo empezó, continuó y concluyó. Dejemos para otro
día la historia de la vida monástico-marina de Bernardo.
F R . SAMUEL DE SANTA T E R E S A .
í 560
f
0.0. LEÓN XIII,
P O N T Í F I C E JWÁXIJVIO DE LtA IGIiESIA ÜlSllVERSAIi,
SUCESOR DE S ñ N PEDRO,
M A E S T R O i r í p ñ l i I B U i E DE HA V E R D A D ,
P A D R E DE TODOS ÜOS F I E U E S ,
R E Y DE ROJWA,
66
El Monte Carmelo,a
su director, Redactores tj todos sus cristianos lectores se aso-
A ñ o IV 1.° d e A g o s t o d e 1 9 0 3 fldíM. 7 5
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D Í E S 3 J E S Güfe GUÉ21
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¡J^I^ORE>MOS...!
iliiniiiiiiiniiiiiiiuiillll-
León
iMMiiiiiiiiiniiiiiiimiiii:
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errores subversivos en particular. Los atentados de que se libra-
ron el Emperador de Alemania y los Reyes de España é Italia
dieron motivo á la Encíclica Quod Apostolicé muncris publi-
cada en 28 de Diciembre de 1878 en que fueron vigorosamente im-
pugnados el Socialismo, Comunismo y Nihilismo. Por la Encí-
clica Etsi nos de 15 de Febrero de 1882 se quejó amargamente de
la acción masónica en Italia, y por la Hum.anum genus de 20 de
Abril de 1884 expuso la constitución de la Masonería y de sus sec-
tas afines y la desaprobó en todos sus grados. Con fecha 20 de Ju-
nto de 1888 publicó la Encíclica Libertas, verdadero é imperece-
dero monumento levantado á las libertades cristianas, en el que se
desenmascaran y se condenan con términos más explícitos el Libe-
ralismo, Racionalismo y Naturalismo. Y como si estas condena-
ciones no fueran bastantes á contener el error, con fecha 24 de
enero de 1897 dio la Constitución sobre la censura de libros. Y úl-
timamente el 22 de Enero de 1899 escribió su carta al Cardenal
570 KL MONTE CARMELO
-ÍSS = iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimiiiniiiiE
U!íü.'Bgg-
\ jlc slt jlc ale ilc de ¿b> JIC il¿ ¿I¿ lie Jlc ¿1£ 9lc -ít ste 3lt ilc ¿IC itc Jlc ¿le afc ale ilc ste J I í
¿&rffi*^
f
LA ASUNCIÓN
LEYENDA
SAN BERTOLDO
pues que San Gerardo fué martirizado, Guido se casó ccn una hi-
ja del Rey de Hungría, de la cual tuvo dos hijos, el primero fué
Aimero ó Adhemar que después fué Obispo de Puy y Legado de
la Santa Sede; y el segundo fué San Bertoldo. Los dos hermanos
acompañaron á su padre en la Cruzada de la Tierra Santa; y en
una ocasión en que se hallaba el ejército cristiano en mucha tribu-
lación y estrechura, hizo Bertoldo voto de ser Religioso de Nuestra
Señora en el Monte Carmelo si Dios les libraba de aquella tribula-
ción, y vio entonces por revelación divina que Nuestro Señor les
mandaba que quitasen los pecados del ejército y se convirtiesen á
El y El les ayudaría: hiciéronlo así, y Dios les dio la victoria.
Illllllllllllltlllllllllllllllllllil
MMMIMMMáMMMMMIMMááíMáMáMIái
v|))<§^<§)\(§) •(^; / %<^/#-(^;^)"(^A^><^/'^>-(^A^>
flIlllPf^PliPflPPPPIfPIPPIffPfflf^lf
LA CUESTIÓN SOCIAL
llllllllll
IIIIIIIMIIIIIIIIIIIIIM
IV
mar hombres sin religión, vanos serán tos esfuerzos y alardes de sus
sectarios encaminados á este fío, porque nunca se podrá borrar por
completo de la mente humana la idea de la religión. No sabe uno si
reírse ó compadecerse de los partidarios del Socialismo que promue-
ven alborotos y entonan el cántico de triunfo, cuando aseguran que
la religión es efecto de las preocupaciones y del temor pueril de las
almas pequeñas, y nunca fué universal al género humano, como
creen probar las investigaciones hecha'* por los exploradores entre
loa hotentotes, esquimales y lapones, entre los indios del Brasil,
Boüvia, Perú, Araucanía (Chile), y Patagonia, y entre los indígenas
de la Australia y muchos puntos del África; porque las investiga-
ciones precisamente de celosos misioneros, probos conquistadores y
exploradoros imparciales vienen á confirmar el consentimiento uni-
versal de todos los pueblos en admitir alguna religión. No hay nece-
sidad de apelar al testimonio de los misioneros católicos que para
muchos pudieran ser sospechosos para probar esta verdad; basta es-
tudiar con la detención que el caso requiere, las noticias etnográficas
é históricas de castas, pueblos y naciones que nos han proporcionado
los mismos naturalistas, para convencerse déla universalidad déla
Religión. Léanse las Revistas Geográficas é Históricas que en el mun-
do se publican, consúltense las obras de Benjamín Constant, Alberto
Reville, Quatrefages, Laurent, Cust, etc. que no son sospechosos
en la materia, y se verá que siempre ha sido y será verdad lo que
Plutarco aseguraba en otro tiempo, que es más fácil edificar una ciu-
dad sin suelo, que un pueblo sin religión. Esto se halla grabado en
el corazón de todos, esto nos atestigua con voz elocuente la propia
conciencia, esto nos demuestran los monumentos de la antigüedad
desparramados por todas las partes del mundo, y esto lo confiesan
bien á su pesar los enemigos del Catolicismo.
No es ciertamente el fin de estos artículos probar la obligación
que todos, individuos y sociedades, tienen de profesar alguna reli-
gión; pero, ya que los socialistas modernos pregonan á los cuatro
vientos y enseñan como tesis fundamental de su sistema que es ne-
cesario formar hombres sin religión y sociedades sin culto, hemos
querido dejar brevemente establecido que es un imposible y un ab-
surdo lo que piden.
Por lo demás, si llegáramos algún día á desterrar la religión de
la sociedad, entonces estallaría necesariamente la revolución más g e
neral de cuantas se han conocido en el mundo, nos veríamos envuel-
tos en una espantosa anarquía y habríamos tocado el término de to-
do orden y concierto. La historia nos enseña en sus páginas de oro
que los pueblos, cuanto más religiosos hayan sido, han dado más
pruebas de sensatez y. cordura, y á medida que hayan ido abando-
586 EL MONTE CARMELO
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
SOBRE LA EXPOSICIÓN Y RESERVA DEL STMO. SACRAMENTO
iiiiiiiiiiiiiiitiiiiiiniiiiii
(CONTINUACIóN)
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
INSTANTÁNEA
uiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
enseñanza en sus colegios, con su actividad, con su trabajo, con sus indus-
trias, todo lo acaparan y absorben.
Después de votada y aprobada la contestación al mensaje, vino la ya
tantas veces anunciada crisis, pero con la gran sorpresa de que no se ha
reducido á la salida del soñor Maura, ó á la salida de dos ó tres ministros,
sino que ha sido crisis total, cambio completo de gabinete ¿Las causas?
Nadie creo en la contenida ea los términos de la dimisión redactada por el
señor Silvela y prosentada á 8. M. Muchas causas se han aducido, pero la
que más ha crecido en la opinión pública, y que, de ser la verdadera, honra
al gabinete dimisionario y pone en la conciencia del entrante la nota de
poco escrupuloso en sus procederes, es la sinceridad y nobleza con que el
señor Mam-a ha procedido y quería proceder en las elecciones y en todos
sus actos políticos y de gobierno, á pesar de los aparentes y estériles triun-
fos que con ose procedor pudieran lograr algunos elementos. De suerte que
ol soñor Maura parece que ha dicho: ó me dejan que refleje sinceridad en
mis actos de ministro, ó dejo la cartera. Y como el señor Maura salía por
ese motivo, el señor Silvela, el señor Dato y los demás ministros no han
creído decoroso quedarse, y se han marchado todos, y ha venido otro mi-
nisterio en quien la opinión pública ha de temer que no hallará bastante sin-
ceridad en sus actos y procederes. "Viene, no obstante, á calmar estos te-
mores la creencia de que será un gobiermo breve, gabinete de verano se le
llama, porque no se hallan en él elementos de bastante fuerza para sacar
adelante una situación política algo difícil.
El Gobierno está constituido en esta forma:
Presidencia, Villaverde; Estado, Conde de San Bernardo; Gracia y Jus-
ticia, Santos Guzcnán; Gobernación, Alix; Guerra, Martitegui; Marina, Co-
bián; Hacienda, González Besada; Agricultura, Gasset; Instrucción Pública,
Bugallal.
Después de los funerales celebrados en San Francisco el Grande en
Madrid por Su Santidad León X I I I , la Corte marchó á San Sebastián doli-
do pasará, como otros años, el verano. De ministro de jornada ha ido ol de
Estado, señor Conde de San Bernardo.
>Jo
E l hombre misterioso
fafLa vida que Bernardo empezó y ginaciones ardientes, como son los
continuó haciendo en su convento italianos y los andaluces. Su canto
flotante, ó monasterio marinó, fué oído á media noche en medio de la
tan admirable y edificante, como ad- soledad y silencio de loe mares, hu-
mirable era todo lo que concurría á biera parecido la realización de los
su modo de ser, y edificante su reso-1 fabulosos "cantos de sirena,,.
lución de dedicarse por completo al Cierta mañana en que con todo
servicio de la Virgen del Carmen. el ardor de su corazón juvenil es-
Se levantaba por las mañanas á taba cantando unas sevillanas, al
las seis en punto, y rezaba delante mismo tiempo.que se paseaba lenta-
del escapulario que tenía colgado mente sobre cubierta del barco, pa-
en el comedor-capilla, todas las ora- recióle que aquel canto no cuadra-
ciones que sabia; por de pronto el ba á su situación, pues no le hacía
ofrecimiento de obras, tal como su ninguna impresión, no le alegraba
madre le había enseñado cuando ni le animaba, ni le entristecía ni
era pequeño. L a s sublimes enseñan- le conmovía.
zas de las madres, producen siem- Entonces se le ocurrió hacerse re-
pre magníficos frutos. Es verdad pentinamente poeta, componer unos
que se olvidan con frecuencia, pero versos dedicados á la Virgen del
también es verdad que dan excelen- Carmen y aplicar aquellas palabras
tes resultados en más casos de lo á la música d é l a s sevillanas. Hízó-
que parece. Después que concluía lo así: pero el misticismo de las pa-
todas aquellas oraciones, subía á labras, aplicado á lo profanó de la
cubierta del barco y cuando el sol música, y la letra de la Virgen del
saliente venía á visitar con sus ra- Carmen bajo las notas de una pete-
yos al solitario marino, éste se po- nera, hacía tan mala unión, tan ho-
nía á cantar con un gozo y placer rrible contraste, resultaba un con-
inefables, y no concluía hasta ver junto tan repugnante, que el deli-
agotado todo su repertorio musical, cado gusto musical de Bernardo no
y terminado todo cuanto sabía de lo podía sufrir.
memoria, lo mismo lo re igioso que Entonces creyó Bernardo que no
lo profano, lo mismo los cantos mís- debía contentarse con ser poeta y
ticos que había aprendido en la componer versos¡ sino que le era
iglesia, como los populares que ha- también necesario hacerse músico
bía oído en las calles de Cádiz. y compositor. A la verdad, no le
Bernardo tenía mucha gracia pa- faltaba tiempo al joven artista para
r a cantar, y no le faltaba gusto na- hacer sus composiciones poéticas y
t u r a l muy delicado para la ejecu- musicales y muy bien podía servirle
ción. Italiano de origen y andaluz de entretenimiento.
por educación y gaditano por aña- El resultado que á Bernardo le
didura, no podía menos de sentir dieron sus aficiones artísticas fué
una gran inclinación al divino arte, magnífico. Sentado en su taburete
propio de almas sensibles y de ima- de siempre en el mismo punto del
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS 599
barco, cada día cuando se acercaba más porvenir que un blando y trans-
Ja noche, cuando el sol retiraba sus parente sepulcro de cristal, en me-
rayos y se metía bajo las aguas en dio de las grandezas del Océano, y
el lejano horizonte, nuestro impro- una eternidad de gloria más allá de
visado artista empezaba sus compo- la duración del tiempo.
siciones. Aquella era la hora de las ¡Oh grandezas humanas, opulen-
inspiraciones. En aquella hora, en tas ciudades, palacios filigranados y
aquel lugar y en aquellas circuns- perfumados salones, qué poca falta
tancias, un artista griego hubiera hacéis al hombre penetrado de las
sentido perceptiblemente el aleteo grandezas de Dios y de las peque-
de la musa junto á su oreja. Ber- neces de los hombres!
nardo no le sintió; pero en cambio Así pasaba Bernardo sus ratos
sintió su corazón inflamado en amor variando los ejercicios y prácticas
á María, y no tenía que hacer otra convenientemente, á fin de evitar la
cosa que dejar al corazón que mani- pesadez que siempre trae consigo la
festara sus sentimientos virginales monotonía de los sentimientos, aun-
por medio de ¡a poesía y de la mú- que estos sean religiosos. Pero to-
sica. davía no hemos dicho nada de la vi-
Oíasele, en efecto, al joven artis- da del solitario marino. Después de
ta entonar aquellas melancólicas los ejercicios de la mañana, el tiem-
canciones y tristes endechas, en que po que mediaba hasta la hora de la
tan al vivo manifestaba los afectos comida, empleaba Bernardo en arre-
que le dominaban y el dolor que sen- glar algunas averías que había ha-
tía en el fondo de su alma. Los oyen- bido en el cargamento del vapor du-
tes eran los peces; el pavimento de rante la tempestad, como eran cajas
aquel vasio templo, la inmensidad rotas, barricas agujeradas que iban
de las aguas; el firmamento servíale vaciándose de su contenido, y algu-
de techo, y de luces las estrellas. Pe- nos otros desperfectos de poca im-
ro ¡qué triste es la nocturna voz del portancia.
marinero en medio de las inmensi- Después de la comida daba gra-
dades que le rodean! L a canción cias á Dios, pasaba algún rato de-
nocturna de Bernardo era sin em lante del escapulario colgado, y su-
bargo la expresión eterna del cora- bía á cubierta á sentarse en su tabu-
zón humano, que eternamente y sin rete y pensar durante un buen rato
cesar canta el destierro en que se en las grandezas de la eternidad.
encuentra, ó llora bajo el peso de También tomó como objeto de se-
un dolor que jamás remite, ó como rias meditaciones el hacer que el
eterno marinero siente la melanco- Pompeyo llegase á tierra. Pero Ber-
lía que le agita al verse precisado á nardo no sabía hacia qué lado estaba
vivir luchando continuamente en el la tierra; la brújula que le hubiera
mar de la vida. podido indicar algo, se la había lle-
Por esta razón el canto de Ber- vado su padre; pero aunque lo su-
nardo era triste y melancólico, co- piera todo, aunque estuviera viendo
mo triste y melancólico es siempre la tierra, ¿cómo podía dirigir allí el
el canto natural del hombre. Ya barco sin velas ni remos? Pensó por
hemos dicho en otra ocasión, que el un momento en componer y remen-
hombre naturalmente por medio de dar el velamen, pero uno de losmás-
la música no puede expresar sino tiles estaba roto, y todas las velas
el dolor, y el canto del hombre, estaban destrozadas de tal modo que
cualquiera que sea, siempre es can- era imposible rehacerlas. No hubo
to del desterrado, y si alguna vez pues remedio sino permanecer en la
canta sus alegrías es por medio de mar hasta que sobreviniera alguna
la lira destinada al llanto. otra tempestad y le condujera hasta
¡Qué cuadro tan interesante for- tocar tierra, ó hasta estrellarse con-
maba Bernardo en los momentos de tra alguna roca.
sus inspiraciones musicales! Un jo- Llegado el crepúsculo deteníase
ven en la primavera de su vida, ca- Bernardo en ver ponerse el sol; có-
si como una flor encerrada todavía mo el astroflamante del día colorea-
en su capullo, sin haber tenido ba con sus arreboles todo el firma-
tiempo para poder desarrollar sus mento, antes de meterse dentro de
colores y sus perfumes, acompañan- las aguas como suele parecer á sim-
do sus canciones con el ruido de las le vista. Una de las escenas más
olas y las armonías del cielo, sin E ermosas de la mar es ver cómo se
600 EL MONTE CARMELO
esconde el sol. Parece que las n e - , , cajas de uvas pasas, etc. Era la
gras ó verdes aguas de la mar to- mercancía que Juan llevaba á flete
man un tinte diferente en el mo- con el objeto de vender en New-
mento de ausentarse el astro que York. Pero como se vio precisado á
las iluminó durante las horas del abandonar el barco sin poder tras-
día. bordar nada de cuanto iba á bordo,
Aún á Bernardo le llamaba gran- todo aquel cargamento quedaba re-
demente la atención este fenómeno servado por la Providencia para ali-
y no se cansaba de contemplarle, mento del abandonado Bernardo.
pero de allí á poco quedaba Ber- ¡Inescrutables juicios de Dios!
nardo en tinieblas y le empezaba á Por un error • involuntario é incul-
agobiar la tristeza. Entonces volvía pable quedaba abandonado Bernar-
el músico á continuar sus melancó- do á merced de las tormentas, pero
licas canciones y despedirse del sol al mismo tiempo por una necesidad
hasta el día siguiente. involuntaria por parte de los hom-
El sol es el astro que da vida al bres, pero muy prevista por Dios,
hombre, y alegría y animación al preparaba el Criador de los hom-
corazón humano, parece que el mo- bres alimentos para aquella criatu-
vimiento del corazón se fortalece á ra que no podía tener amparo entre
la vista del astro del día y no hay los hombres. Una prueba más de
quien pueda dominar un movimien- que aquel que cuida de los pajaritos
to de entusiasmo al verle subir por del aire, cuida más particularmente
las colinas del Oriente: ¿á quién no del hombre su criatura predilecta.
le entristece un día nublado en que Es verdad que estos comestibles
no se ha visto el sol? parece que sin no eran malos ¿pero podía pasar
el sol no tenemos energía ni espíri- Bernardo con sólo aquellos alimen-
tu, las fibras del alma se enervan, tos sin carne ni pescado? Es decir:
los nervios languidecen y se enne- ¿puede vivir el hombre con solas
grecen los humores del cuerpo. legumbres, pan y vino? Por de pron-
No era pues extraño que la au- to, es necesario tener entendido que
sencia del sol dejara á Bernardo Bernardo se vio precisado á hacer
en la más triste soledad y que la en- el oficio de panadero y de cocinero,
tonación de su canto fuera triste y y desde luego se deja comprender
melancólico, como el estado de su al- que ni el pan sería muy rico, ni los
ma. A pesar de todo, Bernardo ce- productos de su cocina serían muy
naba con apetito, daba gracias á exquisitos,
Dios, rezaba el rosario y se acosta- A esta dificultad sobrevino otra
ba esperando á que el sol del día si- mayor, que era la falta de agua dul-
guiente viniera á visitarle con sus ce. Ya sabe el lector que el agua de
dorados rayos, y á avisarle que ten- la mar no es útil sino es para los
dría un día más de vida en este peces, no sirve para ningún servicio
mundo. humano. ¿Cómo resolvió Bernardo
En cuanto al alimento corporal estas dificultades? Tenga un poco de
nada le faltaba al joven gaditano. paciencia el lector, y se convencerá
Y a hemos dicho que á bordo del de que el ingenio de Bernardo agu-
Pompeyo llevaba su padre Juan Al- zado por la necesidad, resolvió sa-
bertini muchos sacos de harina, tisfactoriamante todas estas dificul-
centenares de cuarterolas de vino tades y otras mayores que sobrevi-
navarro, millares de botellas de nieron más tarde.
vino Jerez y Valdepeñas, muchas
MAESTRO I ^ F A I I I B U L E DE HA VERDAD,
REY DE HOfñR,
¡ V I V A P í O x::
L J
SU SANTIDAD PIÓ X
rroco, modelo del santo cura de aldea. Tan sencillo en sus costum-
bres y tan humilde en sus aficiones fué en Venecia como en Tombolo
y en Salzana. Bondadoso y amable, indulgente y conciliador, se
hacía querer de todos. Por eso le adoraban en Venecia y era en el
Sacro Colegio uno de los cardenales más simpáticos.
A estas virtudes hay que agregar la de su caridad inagotable y
espléndida. El cardenal Sarto repartía cuantiosas limosnas entre
los pobres de Venecia, hasta el extremo de que, cobrando un suel-
do de 40.000 liras, muchas veces se veía privado de lo necesario
para el sustento de su casa y de sus servidores. Por todo ello el
pueblo veneciano quería entrañablemente á su patriarca
Al salir Sarto de Venecia el día 26 de Julio, para tomar parte
en el Cónclave, no tenía ni esperanza ni deseo de ser Pontífice.
Para él, para su secretario monseñor Bresón y para un familiar
que los acompañaba tomó billetes de ida y vuelta.
La despedida que le hizo entonces el pueblo veneciano fué calu-
rosísima. Cientos y cientos de góndolas se habían reunido llenas
de gentes en la escalinata, patios y andenes déla estación ferro-
viaria. La municipalidad de Venecia le acompañó hasta el vagón.
Le decían que, sin duda alguna, sería elegido Papa; más por
amable deseo del pueblo veneciano, que porque en aquellos días
fuera verosímil la exaltación. El negaba.
—No lo merezco, no lo deseo, nadie piensa en mí...
La alegría de Venecia al ver que su hijo predilecto, el cura
campesino de Tombolo, el patriarca de la ciudad de las lagunas,
sucede á León XIII, ha sido grandísima como lo expresan los tele-
gramas de allí recibidos.
Al verle hoy asentado en la cátedra de San Pedro, con sus blan-
cos cabellos, sus ojos vivos é inteligentes y siempre sonriendo,
con su figura simpática llena de bondad y de dulzura, los católicos
hijos obedientes de la Iglesia, pedimos al Señor se digne conservar
y alentar á su augusto Pontífice y hacerle dichoso y que prospere
en la tierra y que nunca se vea en manos de sus enemigos. Así sea.
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TU ERES CEPAS
VICARIO DE CRISTO
Cristo es Cabeaa de toda la Iglesia, como dice San Pablo á los
de Efeso; y nadie puede poner otro fundamento á este sagrado edi-
ficio fuera del que ha sido puesto por Dios, como repite el mismo
Apóstol á los Corintios. Pero invisible Cristo á'nuestros ojos, encu-
bierto con el velo de la glorificación de su carne, dejó á uno de sus
Apóstoles, al que llamó CEFAS, como Lugarteniente y Vicario
suyo, ministro visible de sus gracias, jefe supremode su Iglesia mi-
litante cuyas llaves le confirió con plena potestad de abrir y de ce-
rrar sus puertas, de admitir y expulsar de su seno A los hombres
declarándolos hijos de Dios ó hijos del diablo. Y por esta represen-
tación y delegación divina que ejerce el Sumo Pontífice, se llama
Vicario de Cristo.
SUCESOR DE SAN PEDRO
Jesús dijo á Simón hijo de Joná, nombrándole representante su-
yo en el gobierno de la Iglesia: apacienta mis corderos, apacienta
mis ovejas. Y hablando en otra ocasión con sus discípulos, únicus
miembros entonces de la Iglesia que acababa de nacer, les dijo: yo
estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos, y las potes-
tades del infierno no prevalecerán contra vosotros, porque yo he
rogado pafa que tu fe ¡oh Pedro! no falte ni se extinga. Simón hijo
de Joná murió; pero su fe no se ha extinguido: al caer su antorcha
de manos de Pedro fué recogida por otras manos que la conserva-
ron igualmente viva y luciente y la trasmitieron á su vez, sin que
por un momento se apagara, á otras manos, y así ha llegado, á
través de doscientas sesenta y tres sucesiones, hasta Pío X que co-
mo León XIÍI y todos los anteriores Pontífices, se llama Sucesor
de San Pedro, porque suceden á éste en el divino encargo de con-
servar el depósito de la fe y alumbrar el mundo con sus luces, y
apacentar los corderos y las ovejas del Señor.
OBISPO DE ROMA
Por voluntad divina, sobrenattnalmente inspirada á San Pedro,
el Príncipe de los Apóstoles estableció su Sede Episcopal en Ro-
610 EL MONTA CARMELO
EL R E Y DE L A IGLESIA
Donoso Cortés
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E. i. f.
DESDE MALABAR
CONVERSIONES EN CHENGALAM Y NETTACMRY (COTTAYAM)
oficio de difuntos, así como en tiem- solemnes pro re gravi¡ ó causa pú-
po de Adviento y Cuaresma no se blica de la Iglesia; mas no en la mi-
toca el órgano, con canto llano, sa votiva de Passione con color mo-
ni se usa el canto llamado figura rado que en algunas partes se cele-
do. L a nueva edición corregida di- bra los viernes del año (3922).
ce: en el oficio de difuntos, como Es regla general para las Misas
tampoco en tiempo de Adviento y solemnes que cuando los Ministros
Cuaresma se toca el órgano, mas usan de Dalmáticas, por más que el
puede tocarse en la Misa de Requie, color sea morado, pueda tocarse el
de tal modo que, cesando el canto, órgano (2365). Puede así mismo to-
calle también el órgano (1). carse en tiempo de Cuaresma en la
El tercer domingo de Adviento Misa de la primera comunión de los
llamado Gaudete, como el cuarto de niños.
Cuaresma Lcetare se toca solamente El órgano puede suplir al canto
en la Misa y Vísperas (2345). Aten- del Gradual, Ofertorio y Postcomu-
dida la antigua costumbre puede to- nio, como Ite Missa est, siempre que
carse en.las Misas votivas de los sá- alguno lo recite en voz clara. Queda
bados, durante el Adviento y Cua- dicho en otra parte que está prohi-
resma; igualmente que en las Misas bido acompañar con el órgano al
Celebrante en el canto del Prefa-
(1) In officiis Defunctorum orga-
na non pulsantur; in Missis autem, cio y Pater noster (1).
si música adhibeatur, silent organa,
cum silet cantus; quod tempore Ad-
fr. Antero de hn áosé
ventus et Quadragesimse in feriali- (1) E L M O N T E CARMELO 1903,
bus diebus convenit adhiberi. pag. 67.
P^"
jfatáÉléi^
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IPfPlf^
BIBLIOGRAFÍA
"=» ^
CARTA DH ROMA.—M. R. P . Director: Aun no se han apagado los últimos
fulgores del ocaso triunfal de un. Gran Pontífice, y ya se eleva fúlgido so-
bre las alturas del Vaticano otro astro de primera magnitud.
El mundo lo ha saludado con entusiasmo, y los católicos se felicitan
por haber recaído la elección en persona tan digna de ceñir la Tiara de
San Pedro.
A las once y cincuenta minutos se publicó solemnemente la buena nueva.
Media hora antes principiaron ya á circular algunas voces acerca de la
elección del nuevo Papa, andando en boca de todos el nombre de varios car-
denales, que se suponían electos.
Entretanto la multitud iba apretándose más y más. La tropa, para evitar
cualquier accidente desagradable y mantener el buen orden, se trasladó del
Pórtico de Constantino á la escalinata de la Basílica. De improviso se abrió
la ventana de la Gran Logia que, estando on el centro de la fachada del tem-
plo, mira á la plaza do S. Pedro, y dos empleados de palacio extendieron so-
bre el balcón riquísimo manto de terciopelo bordado en oro resaltando en
el centro las armas de Pío I X .
Esto sucedía á las once y tres cuartos, cinco minutos después, apareció
la cruz que va siempre delante del Cardenal que proclama al nuevo Papa,
y luego el Decano de los Cardenales diáconos, acompañado d'í algunos
prelados. El público prorrumpió en vivos aplausos al aparecer el Eminentí-
simo Purpurado; pero á una señal de éste todos callaron, siguiéndose á los
estruendosos vivas el más profundo y religic so silenció. Entonces Monse-
ñor Machi leyó con voz potente y clara la fórmula do la proclamación que
os como sigue:
Annuntio vobis gandium magnum: habemns Papam Eminentisimum Dominum
Josephum Sarto qui sibi nomen imposuit Pius Decimus.
El nombre del Cardenal Sarto fué acogido con una salva de aplausos quo
interrumpió por broves instantes la lectura, que después se prosiguió por el
Cardenal.
H e c h a la proclamación, el pueblo corrió á la Basílica á recibir la primo-
ra bendición de Su Santidad, siendo milagro do la providencia que no ocu-
rriese ninguna desgracia en estos momentos.
Pocos minutos después, á las doce, poco mís ó menos, so vio do nuevo la
cruz, en la amplia ventana que se abre sobre ol dintel de la puerta central
de la Basílica, y precedido de algunos cardenales, apareció por fin Pío Xi
vestido de sotana blanca con osclavina encarnada.
630 KL MONTE CARMELO
El pueblo estalló entonces en atronadores aplausos, que se prolongaron,
hasta quo se sintió la harmónica y fuerte voz del Sumo Pontífice que ento-
naba los versículos que proceden á la Bendición Papal. Qué sucedió mo-
mentos después de recibir la bendición, es imposible decirlo. Momentos son
estos de la vida que so sientan, pero no so describen.
Sólo diré que las conversaciones de los particulares al tornar á* sus co-
sas, eran muy favorables al nu6vo Vicario de Jesucristo.
Al ser nombrado Papa por 50 votos en el último escrutinio, Pío X quedó
enteramente pálido, y hasta hubieron de sostenerlo algunos cardonales pa-
ra que no cayese al suelo desmayado.
Uno de sus primeros actos, dospués de dar la Bendición al pueblo, fué á
visitar acompañado de los Emmos Gotti y Satolli al cardenal Herrero, Ar-
zobispo de Valencia que desde el primer día del Cónclave se encuentra en
el Vaticano gravemente enfermo.
Su Santidad tuvo para el ilustre purpurado palabras do consuelo, con-
gratulándose mucho de encontrarle algo mejorado dentro de la grave-
dad y concediéndolo al fin la Bendición Apostólica.
Pío X cuenta hoy 68 años. Nació en un pueblo do la provincia de Vene-
cia el 2 de Junio de 1835, siendo su nombre de pila José Sarto.
Después de aprender las primeras letras en Riese, su pueblo natal, pa-
só al Seminario de Treviso y más tarde al de Padua, donde obtuvo brillan-
tes triunfos literarios.
El coló que desplegó como párroco hizo que el Obispo le nombrase canó-
nigo de la Catedral, catedrático de Historia Eclesiástica y Vicario geno-
ral de la Diócesis.
Muerto el Obispo, el Capítulo de Treviso le nombró Vicario Capitular.
Por dos años estuvo al frente como Rector del sominario do Mantua,
donde mostró tan brillantes cualidades quo le merecieron la estima y con-
sideración de León XIII, y el 10 de Noviembre de 1884 era nombrado Obis-
po de esta Diócesis.
Una vez Obispo, sus principales cuidados fueron la educación intelec-
tual y moral del cloro, y los cuidados de la Diócesis no le impidieron quo
contínuaso explicando la Teología Moral y la suma de Santo Tomás.
El sínodo Diocesano que celebró en Mantua es considerado como mode-
lo en la materia.
En los Congresos generales católicos mostróse Pastor fiel y prudente,
lleno de virtud y celo, y fomentador incansable de todas las obras buenas,
especialmente de la organización de la buena prensa.
.. En Junio de 1893 fué promovido casi simultáneamente al título carde-
nalicio y al Patriarcado de Venocia.
En la hermosa capital do la antigua famosa República era amado Pío X
eon delirio.
Es de carácter dulco y afable, y su presencia trae á la memoria á uno
de sus más ilustres predecesores, al inmortal Pió IX.
Los Carmelitas tienen motivos especialísimos para alegrarse de la elec-
ción del nuevo Pontífice. Profesa amor entrañable á la Orden á la cual
pprteneco como Terciario; en Venocia estimaba muchísimo á nuestros Pa-
dres, con quienes mantenía estrechísimas relaciones, así como con nuestros
superiores generales. Quizí en otra carta dé importantes detalles sobre esto
que acabo de consignar.
Entre tanto nosotros renovamos nuestra incondicional adhesión al su-
CRÓNICA CARMELITANA 631
falta algo que le es muy caro y precioso, algo que para su tranquilidad
necesita, aun hallándose en paz con Dios.
Ojalá que en Méjico no quede un solo habitante que, para la próxima
fiesta del Carmen, no posea tan rica prenda de salvación.
Al ver ayer, después de la Misu y durante la novena, y en los segundos
domingos de cada mes y muchos dias de la semana, tantos mejicanos y fo-
rasteros, hombres y mujeres, niños y ancianos, entrar en la Sacristía de la
Iglesia del Carmen y pedir con ansia el Escapulario del Carmelo, no puedo
menos de creer que Dios Nuestro Señor, en estos días de gran tribulación
para la Iglesia, se vale de tan maravilloso escudo paia armar á sus leales
y ponerlos frente á ese ejército de malvados y de locos, que parecen
querer borrar el «Non prsevalebunt» de la promesa de Cristo.
Y ahora, por vía de crónica, daré á los caros lectores una pequeña idea
de las fiestas celebradas en el Carmen de Méjico.
Después de una novena «suntnosa> (para honrar el estilo mejicano), en
que se han ejecutado composiciones musicales de primer orden, y durante
la cual han dejado oir su voz evangélica muy distinguidos oradorts, can-
tóse ayer la Misa de Santa Cecilia, de Gounod, por un coro de voces y de
instiumentos, digno en verdad de una de esas citedrales, por donde á me-
nudo desfilan las grandes partituras y los grandes artistas.
Al ofertorio escuchóse un inspirado concierto de violín, en que el señor
Eocabruna, acompañado al piano por el señor Giordá, arrancó al delicado
instrumento un torrente de suaves armonías, que elevaban el espíritu á la
contemplación de lo increado. Poco después, al gradúa 1, habíase dejado oir
la maravillosa voz del señor Blanquer, el celebrado tenor de la Capilla Real
de Madrid, en una hermosísima plegaria del Director de la orquesta, P . Ba-
randica.
El sermón lo dijo el P. Fr. Secundino Martínez cuya elocuencia notoria
nos revela de todo encomio.
Por la tarde, los Ejercicios que todos conocemos, se cantaron inspiradas
arias, terminando la función con la «Salve» del inmortal Eslava.
¡Quiera el Señor reinar en los corazones de todos los mejicanos, por me-
dio del amor, cada día creciente, de este bondadoso pueblo, hacia la Virgen
del Carmen!
Un Carmelitano
melitas y luego tomando al Niño Jesús, lo dio á adorar á los fieles quienes
reverentes lo besaron el pie. En estos momentos fué tanta la aglomeración
de gente, que gracias á la energía de un Rvlo. Padre Escolapio, no hubo
un atropello.
Damos la m i s cariñosa enhorabuena al May Rvdo. Padre Jerónimo de
la Santísima Virgen, que tanta parte ha tenido en 63t03 solemnes cultos,
desplegando los ardores ds su celo por glorificar al divino Rey y consagrar-
le un precioso altar ante cuyas aras las almas cristianas hallar in un con-
suelo en sus tribulaciones. También las damos muy cordiales al R. Padre
D m i e l de San José y Padre Gregorio de la Virgen del Carmen que nos han
dejado tan agradablemente complacidos. Soy de V. R. afmo. y s. s. q. b. s. m.
E Renshaw
San José y María Justa de San Bartolomé, poniendo con esto un digno re-
mato á los solemnes cultos del triduo de la inauguración.
La parte musical rayó, como siempre, á gran altura.
So han cantado hermosísimas Misas y otras composiciones délos maes-
tros Gounod, Riga, Eslava, Guilman, Olleta, Ledesraa, etc., con acompaña-
miento de annonium y piano, ejecutados admirablemente por el omínente
armonista don Sebastián Aldalur, y don Esteban Echániz aventajado jovon
do esta villa, hijo del organista de la parroquia, que dirigió, como él sabe
hacerlo, la nutrida capilla, la cual, dicho sea de paso, tiene honores do or-
feón compuesto de unos cincuenta músicos todos de Azcoitia, y tan inteli-
gentes en el arto que bien podría adjudicárseles el título do profesores.
El espacioso templo presentaba magnífico golpe de vista con los ricos
damascos que cubrían los muros del presbiterio, con los preciosos ramilletes
do flores y espléndida iluminación del altar, en cuyo centro se destacaba
bajo elegante dosel, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús: en fin, que el
decorado por su esplendidez y elegancia hace honor á los señores Presbít >-
ros don Josa Cruz Sjdupe y don José Otaño que demostraron on él su buen
gusto y habilidad.
El Corazón Sacratísimo reciba benigno estas pruebas do amor filial y
derrame á manos llenas sobre esta industrial villa sus copiosas bendiciones.
¡Bien por la villa de Azcoitia!
¡Viva el Sacratísimo Corazón do Jesús!
¡Viva la Santísima Virgen del Carmen!
¡Vivan las Ordeños religiosas!
«Ruja el infierno,
bramo Satán,
la fe de España
no morirá.»
El Corresponsal.
NOTA.—Aunque gustosos nos detendríamos á citar algunos ilustres nom-
bres.para elogiar su caridad y el celo desplegado en esta fundación, por
no extender on demasía los límites do esta reseña los omitimos en la
seguridad de que estarán escritos en el libro de la vida: tonemos que hacer
sin embargo una ex jepción que la conceptuamos do rigurosa justicia, en
favor de nuestro querido amigo y corresponsal, don Antonio IJnanue. Este
ejemplarísimo Sacerdote, digno Coadjutor do la Parroquia de Azcoitia, por
la devoción quo profesa á la gran Madre Santa Teresa do Jesús, tomó con
tal interés la causa de sus pobres Hijas do Alcibar, que bien podemos lla-
marle sin ofensa de nadie el fac totutn ó el instrumento providencial de quo
se ha servido el Señor para llevar á feliz término osa singular fundación.
Sabemos quo esta nota ha do molestar la reconocida modestia do nuestro
buen amigo quien no quiero para sus sacrificios más recompensa que la que
Dios le reserva en la otra vida; pero sírvanos á nosotros do excusa y á él de
inocente satisfacción el quo esto no sea más que un recuerdo y expresión
de nuestra eterna gratitud.
<~^-2¡Ms~-^
CORONACIóN DE P í O X.—El día 9 del corriente
se efectuó en la grandiosa Basílica del Vaticano
la solemne coronación del actual Pontífice Pío X.
Con un tiempo espléndido, un cielo purísimo y un
sol hermoso, dióse principio á tan sagrada cere-
monia.
Más de 50.000 fieles se'agolpaban en las inmen-
sas naves de la Basílica de San Pedro.
Delante de la Puerta Santa, el Sumo Pontífi-
ce, revestido de los hábitos pontificales, asenta-
do sobre un trono, ¡mientras los Cardenales ocupaban sus bancos espe-
ciales.
El Cardenal Rampolla, acompañado del capítulo y del Clero del Va-
ticano, pronunció en4atin un breve discurso de homenaje al nuevo Papa.
Después del besamano, el Papa subió á la "silla gestatoria,,, y piece-
dido de los dignatarios y de los Cardenales, hizo su entrada en la Basílica
á las nueve y media en punto por la puerta central, siendo acogido por la
multitud cqn delirantes aclamaciones, mientras que las trompetas de plata
de la guardia palatina dejaba oir sus estridentes clamores desde la logia
de la Bendición.
El Papa extendió su mano y bendijo solemnemente á la multitud pros-
ternada.
jfc A continuación*Pío X adoró al Santísimo Sacramento, y después, ro-
deado de todos los Cardenales, ocupó nuevamente la ''silla gestatoria,»
dirigiéndose á la capilla Clementina, donde dijo Misa.
El Papa admitió al acto de obediencia á Cardenales, Patriarcas, Arzo-
bispos y Obispos.
Después, con voz tuerte y clara, dio su bendición al pueblo.
Delante de la iglesia, las tropas, formadas en filas, dirigían el acceso
de la multitud á la Basílica y cuidaban de mantener el orden.
Los diferentes Cuerpos del Ejército pontificio cuidaban del servicio en
el interior del templo.
- Cuando el Papa llegó al altar para celebrar la mis^, los cantores de la
capilla Sixtina, dirigidos por Perossi, entonaron el Ecce sacerdos magnus.
En el ábside, á la derecha é izquierda del trono, estaban las tribunas,
que ocupaban la alta servidumbre vaticana, los caballeros de Malta, el
cuerpo diplomático y la nobleza.
Delante de las tribunas estaban los bancos destinados á los Cardena-
les, Patriarcas, Obispos, Abades y otros Prelados con jurisdicción.
Después que los Cardenales, Obispos y Abades realizaron el acto de
obediencia y sometimiento, los Cardenales besaron el pie, la rodilla y la
mejilla del Pontífice, los Obispos besaron el pie y la rodilla; los Abades el
pie solamente.
L a Misa comenzó según el ceremonial, permaneciendo todos los cir-
cunstantes de rodillas. En el momento de la elevación las trompetas de
plata sonaron en lo alto de la cúpula, en tanto que las tropas pontificias
presentaban las armas.
Terminada la Misa, el Papa, en su silla gestatoria y rodeado de los
fiabelli, fue conducido ante el podium, especialmente erigido delante del
640 EL MONTE CARMELO
55~"
ACIÓ María; pero María
es llamada aurora del
día; luego el tiempo
t r a n s c u r r i d o anterior-
mente era la noche. ¿En
qué sentido lo era? Demos una
ojeada sobre esa noche y esa au-
rora, sobre aquellas tinieblas y es-
ta claridad.
La humanidad toda, después del
pecado de nuestro primer padre,
quedó en el mismo estado que sue-
le quedarse el día tan pronto como
AñoW-flúm. 77 le falta el sol, ó en el momento en
que este recoge sus rayos.
de Setiembre de 1903 A la misma manera que cuando
el sol se oculta en el occidente, y
espira el día, la naturaleza queda
i sin esplendor, ni brillo, y la tierra
642 EL MONTA CARMELO
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiihiiiiiiniii
^ ^ " " ^ ^
¿DÚNDE MURIÓLA SANTÍSIMA VIRGEN? a)
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9ffllMMlM?n[9'í ^(PrtlTfertljKS) 'Sil
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Consolatrix afflictorum
Virgen prodigiosa y bella, Por el mar tempestuoso
Iris de risueña calma, De esta vida pasajera,
Eterno encanto del alma Cual paloma mensajera,
Y resplandeciente estrella: Caminaba presuroso
Con fulgurante centella Sin perder aquel reposo,
D e tu amor ardiente y puro, Patrimonio, rica herencia
Enciende mi pecho oscuro, De la candida inocencia,
Ilustra mi feble mente," Que nos viste de hermosura,
Y á tus pies humildemente Y rodea de ventura
P u l s a r é mi plectro impuro. Nuestra mísera existencia.
Son mis prístinos amores De placer el pecho mío
Los que quiero hoy recordarte, E r a entonces limpia fuente,
Sin los adornos del arte, En la cual tranquilamente,
Sin del lenguaje las flores; Como en sosegado río, •
Pero sí con los ardores Mi corazón nunca frío
De ese fuego bendecido P a r a amar á quien me amaba,
Que el corazón deja herido Complacido se bañaba;
Del fervoroso cristiano, Y al gozar de su frescura...
Que en el temp'o soberano De mi alma la hermosura
Se arrodilla compungido. Por instantes aumentaba.
E n la aurora de mi vida, ¡Con qué amor, oh Virgen Santa,
Cuando libre de pesares, Se escapaban á millares
Te erigía mil altares De mis labios los cantares,
Con la paz que solo unida Que formaba mi garganta
En el alma en tí embebida; A tu beldad sacrosanta,
Y á tus plantas celestiales A tu mirada que irisa,
E n mañanas estivales Cuando puro cual la brisa
Amoroso te rezaba, Que suspira en las mañanas,
Y tu ebúrneo pie besaba A tus plantas soberanas
Entre raptos divinales; Me extasiaba tu sonrisa!
Cuando libre de pasiones . Y en idilios amorosos,
En mis sueños recibía, Entre nubes de ambrosía
Transportado de alegría, A tu lado, Madre mía,
De tu amor la impresiones; Me cercaban presurosos
Y adoradas ilusiones Los instantes venturosos
Con empeñó prepotente, De esa vida encantadora,
Se agolpaban á mi mente, Más rosada que la aurora,
E inundado de consuelo, En la cuál ofrece el niño
Cual los ángeles del cielo, Los deleites del cariño
Suspiraba tiernamente; Con su risa seductora!
656 EL MONTE CARMELO
E. &. F.
^É^^É^É^^^É^Éa^É^WÉ^WÉ^É^iÉi^Éí
I.
MI CANTO DE HOY
II.
BIBLIOGRAFÍA
V.
LA CARIDAD CRISTIANA
MUERTE DE RAYAPPENE
El viernes por la mañana, continúa la relación del R. P. Elias,
30 de Noviembre (1888) el hijo mayor de Rayappene, que hacía un
mes se hallaba sobre la brecha y con sus medicinas (pues, como que-
da dicho arriba, era médico) había salvado un gran número de
enfermos, él mismo se sintió herido de la epidemia. Mientras yo
celebraba la misa, el P. Fernando C. D. Misionero apostólico en Va-
Uavaleg, á quien yo había llamado en mi ayuda para asistir á los mo-
ribundos, marchó apresuradamente á administrarle, y antes del medio
día el enfermo era muerto. Murió resignado y tranquilamente, enco-
mendándome la viuda y sus dos hijos, los cuales en la víspera ha-
blan sido atacados por la epidemia; pero sanaron dichosamente. Co-
mo el difunto era tan pobre, y había muerto heroicamente, yo pro-
metí señalar una pensión á su familia, al menos durante dos años.
Esta muerte á todos nos afectó mucho, y propuse al P. Fernando el
que nosotros mismos le diéramos tierra, haciéndole de este modo,
por decirlo así, los honores de la guerra. En efecto, hacia las cinco
¿e la tarde, después de haberle yo cerrado los ojos, procedimos al
666 EL M0NTB CARMELO
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
CARTA DEL MONTE CARMELO.—M. R. l \ Director: Tengo sumo placer en
mandarle la reseña de las fiestas que han tenido lugar en el Santo Monte
Carmelo, durante el mes de Julio.
La fiesta del Carmen fué precedida de una solemne novena, en la quo
se expuso todos los días el Santísimo Sacramento, y haciéndose inmedia-
tamente la. lectura correspondiente alusiva al acto, terminaba con la ben-
dición del S antísimo.
El diez y seis de Julio, día de la fiesta de la Virgen Santísima, comenza-
ron a subir los coches de las inmediatas ciudades á las tres de la mañana;
hubo varias misas de Comunión general, y á las ocho y media se celebró la
Misa solemne, cuya ejecución estuvo á cargo de los Padres Franciscanos de
Nazaret, así como el sermón que fué en lengua árabe.
Por la tarde se cantó la letanía y el Tantum ergo, dándose fin á la fiesta
con la bendición del Santísimo. A todos estos actos asistió de uniforme el
señor Cónsul francés con su señora, y todo el pueblo católico de Caifa.
El día 20, fiesta de San Elias nuestio Padre y fundador, se verificó en
el Carmelo la más numerosa y solemne peregrinación que se conoce en la
Tierra-Santa, porque se compone de toda clase de personas y de ritos.
Ocho días antes se ve á estos pobrecitos preparar las tiendas para las
personas que quedan al aire libre; y los tres días anteriores á la fiesta del
Profeta Elias, los emplean en venir en carabanas de cincuenta á cien per-
sonas. La mayor parte viene á pie; y los que vienen á caballo ofrecen la
particularidad de venir sobre altos camellos, metidos en cañizos capaces de
contener cuatro ó seis personas. Es admirable verlos venir en estas torres,
siempre cantando hasta que llegan á la cueva; allí llegados, ofrecen sus
votos á Elias con un recogimiento admirable: y debo decirles que, como oste
año ha sido la cosecha do los campos excelente, su entusiasmo ha sido su-
perior, y haBta el número de peregrinos, que otros años no llegaba á tres
mil. este año ha superado y excedido con mucho este número.
Una vez ofrecidos sus votos, comienza la corrida de caballos, (sin duda
debe ser para conmemorar la subida de San Elias al cielo); síguense las
danzas que no paran durante.el día y la noche del Santo Profeta, y este
año han sido dos los días de la danza porque cayó San Elias en lunes. No
crean nuestros lectores que el instrumento que usan para la danza, sea muy
superior; nada de eso, no es más que una gaita hecha de caña que tiene la
CRÓNICA CARMELITANA 669
propiedad de meter mucho ruido y ofender los finos oídos: sin embargo, he-
mos de decir que todos estos bailes y danzas son modestísimos y decentísi-
mos, y hastu muy agradables por su sencillez.
En este día de San Elias se confirió el bautismo en nuestro santuario á
seis personas, cuatro eran procedentes de Grecia, y dos Maronitas: estas
dos fueron bautizadas por el P. Franco de Santa María, religioso de la Pro-
vincia de San Joaqnín de Navarra.
El día 2? de Julio tuvo lugar en nuestra Parroquia de Caifa el solemne
funeral por Su Santidad León XIII: colocóse en medio de la Iglesia un ca-
tafalco de ocho metros do altura y sobre él la tiara pontificia: de las corni-
sas de la Iglesia pendían telas negras; cantaron la Misa treinta niños que
parecían Angeles del cielo, tocando la banda sólo marohas fúnebres, cuando
el coro callaba, y también tocó después de la Misa.
Una vez terminada esta, se procedió á la ceremonia que prescribe el
Ceremonial de los Obispos en los funerales del Papa, rezándose cinco ó seis
responsorios por otros tantos Sacerdotes separadamente, siendo el último
el celebrante acompañado del Diácono.
Asistieron al funeral los Cónsules de Francia, Alemania, Italia, Espa-
ña, Inglaterra y América con sus uniformes propios; todos los sacerdotes
residentes en Caifa que están en unión con la Iglesia Católica, la aristo-
cracia de esta ciudad y todo el pueblo católico, de modo que la iglesia y la
plaza eran incapaces de contener tanta gente. Dios haya escuchado las ora-
ciones de este católico pueblo.
Sin más, de V. R. afmo. El Corresponsal.
FIESTAS DEL CARMEN EN MéJICO.—Amado P. Director:
Tengo que hacer una crónica religiosa: la de las fiestas consagradas por
los carmelitas terciarios y cofrades do Méjico á su Excelsa Madre.
Mas, de tal manera hánse unido en ellas la piedad y la magnificencia, el
fervor y la pompa, la Religión y el Arte, que no puedo resistir al impulso
do hablarsobre ambas cosas,siquiera sea en graciado suadmirable consorcio.
Verdad es que, hablar de los Carmelitas y de sus fiestas, del Escapulario
y sus privilegios, del templo del Carmen y de sus fieles, es para mí hablar
del ideal de mis ideales, del cariño de mis cariños, de la maravilla suprema
y el encanto indefinible encerrados en la Virgen Santa del Carmelo, por la
bondad sin límites de todo un DÍ03.
Para los libre-pensadores, que nada piensan, y los materialistas,que nada
sienten; para esos infelices que tienen el triste don de verlo todo al revés,
y creen que el arte y la ciencia están en pugna abierta con la Religión, para
esos, precisamente, es para quienes deben escribirse notas como las presen-
tes.
Adornada la pequeña iglesia del Carjien con ricas bandas do terciopelo,
recamado de oro, que en caprichosas formas cubrían los muros, seguían el
cornisamento y cruzaban las bóvedas; iluminada la nave central «á giorno»
por bien dispuestas lámparas eléctricas, que, combinadas con lindas flores de
papel, constelaban aquel firmamento en pequeño, luciendo la hermosa ima-
gen de María, sus más ricas vestiduras, en lo alto del tabernáculo, desde
donde parecía sonreír con maternal regocijo hacia todos los ámbitos del
templo, y completamente henchido éste de fieles entre los que se veía á los
carmelitas. Teneros y Cofrades, ostentar con noble orgullo el Santo Esca-
pulario; no se sabía qué admirar más, si la devoción del pueblo mejicano,
670 EL MONTE CAHMELO
iiiiiiiiuiiiiiiiiiiiniiiiiii
E l liombre misterioso
L a gran^cuestión social que Ber- do cojer con una mano. De este mo-
nardo tuvo que resolver en aquella do, la falta de sal del primer día, fué
su excéntrica sociedad, fueron los remediada con la sobrante del día
artículos de la comida; el menú que siguiente, pero tan incomible era el
había de servirse á su mesa no sería pan del segundo día epor sobra de
lujoso, pero-tampoco debía faltar lo sal, como lo era el c¿ ' primero por
necesario para la vida. Quizás no su falta
podrían cumplirse las tres condicio- En el justo medio ó en esa gracia
nes exigidas por don Quijote, de que que consiste en el medio entre lo sa-
la comida fuera siempre "sabrosa, lado y lo soso, dio Bernardo el ter-
abundante y limpia,,, pero no había cer día. Resultó, pues, nuestro joven
de faltar la suficiente cantidad de un panadero que hacía excelente
pan que, por lo menos fuera comi- pan; al menos para Bernardo no de
ble, un plato pasable y algún coci- jaba de serlo.
do que no ofreciera peligro de pro- Del vino no había de tener ningún
ducir una enfermedad. cuidado-. No había que hacer otra
En efecto, á los pocos días de su cosa que agujerear una barrica y to-
permanencia en el barco, se le con- mar cuanto quisiera; pero Bernar-
cluyó á Bernardo el pan que su pa- do no se tomó ni siquiera esa moles-
dre había sacado de Cádiz; era por tia; había abundancia de botellas de
lo tanto de precisión, hacerse el vino Jerez, y, aunque no tenía des-
pan, y Bernardo, sin asustarse poco corchador para abrirlas, con un
ni mucho al emprender improvisa- martillo les rompía la punta, y el
damente el oficio de panadero, hizo licor quedaba en disposición dé po-
uq pan que al principio le pareció der ser bebido.
excelente. Mojó harina con agua L a cuestión de la carné le fué más
fría, extendió la masa á modo de difícil de resolver, y por cierto que
tofta muy aplastada, ó al modo del desde el primer día se encontraba sin
talo vizcaíno, la puso en una parrilla una sola onza de ninguna clase de
sobre brasas de carbón, á los dos mi- carne. Sin duda, la poca carne seca
nutos le dio una vuelta, y á los cuatro que había sacado su padre de Cádiz,
el pan estaba cocido, ¿pero podría se la había llevado él mismo al ha-
Bernardo comer aquél pan, ó tendría cer el trasbordo. Entonces se puso
algún parecido con la comida del jo- Bernardo á pescar. A falta de re-
ven del cuento? Por de pronto Ber- des hizo anzuelos con alfileres, que
nardo se había olvidado de la sal, y á la verdad, no dejaban de darle al-
no se acordó de ella hasta que el gún resultado, lo cierto es, que de
gusto de la comida le hizo entrar en vez en cuando, pescaba algún pe-
sospechas de que la causa del mal cecillo.
gusto debía de ser algo así como la No hay que hablar del modo co-
falta de sal. E n cambio el día si- mo Bernardo condimentaba y pre-
guiente le echó cuanta Cantidad pu- paraba los pocos peces que pescaba,
678 EL MuNTE CAKMELO
que tuvo vivos deseos de verla y sa- rada del hombre es la tierra, en la
ludarla, aunque no fuera más que mar e¡>tá el hombre contra su instin-
desde lejos. to y contra su inclinación, y por lo
Cuando después de una larga na- tanto, la mar no es para el hombre
vegación, se llega á divisar la tie- sino la morada de necesidad.
rra, aunque á larga distancia, es ine- Hagamos aquí punto, y dejemos
fable el gozo'que se siente en el co- para otro día el modo tan aventura-
razón del navegante, aunque no do y novelesco como Bernardo salló
pueda ver con claridad más que la á tierra.
cumbre de alguna montaña. L a mo-
ANÉCDOTA DE PIÓ X
AL PIE DE LA CRUZ
SONETO
A tus'piés, oh Jesús del alma mía,
Acudo á llorar de dolor transido
El tiempo aquel que dándote al olvido
Envuelto entre miserias me perdía,
Y rugiendo en mí la pasión bravia,
En sus malditos senos sumergido,
Tu costado ¡oh mi Dios! por mi herido,
Rasgué del pecar con la lanza impía,
Mas ved, Señor, que á vuestros pies hoy lloro
Aquellos días de infernal locura
Lejos del Mundo, en la feliz clausura
De vuestra casa santa donde moro:
Y desde do al morir, en raudo vuelo,
Quisiera que mi alma fuese al cielo.
Fr. i. M,a ásl Sí. Sacramento.
¡.^.. ^ . ^ . . (1í^./^. < ^ . / ^ . ( ^ . Y ^ . ^ . ^ . / ^ . . ^
[fPflfppp^^^
L A CUESTIÓN SOCIAL
por medios lícitos ha adquirido, pero nunca del derecho que, según
todos los principios de justicia, conserva á su legítima propiedad.
Sólo Dios que es duefio absoluto de todas las cosas puede sin
quebrantar ningún principio de justicia, privar á uno de todos los
bienes de fortuna, lo mismo que puede, cuando juzgue oportuno,
quitar á quien quiera la vida. Las autoridades de la tierra pueden
recaudar algunas pequeñas cantidades par», atender á las necesidades
y utilidades comunes de la sociedad, pero deben siempre respetar el
derecho de propiedad en los individuos sobre el resto de la fortuna.
En las necesidades extremas se declaran todos los bienes comu-
nes, hasta que salgan del peligro de la vida los ciudadanos, mas, una
vez evitado el peligro, continúan los dueños en la legítima posesión
de sus riquezas.
Pero supongamos por un momento que es posible realizar esa
distribución general de todos los bienes, condenar la propiedad pri-
vada y sustituirla con la colectiva, y hacer á todos los hombres igua-
les. ¿Cuánto durará ese estado? ¿Qué harán los individuos en esa si-
tuación? ¿Qué será de la misma sociedad cuyos ciudadanos tengan
los mismos derechos, y la misma riqueza con diversas necesidades y
condiciones?
No sé si calificar el proyecto y proceder de los socialistas más
bien de burla y escarnio á los pobres obreros y gentes incautas, que
de teorías científicas encaminadas al bien social.
a) Duraría en primer lugar ese estado de cosas el tiempo que se
necesitaría para satisfacer un capricho, dedicarse á un juego, ó co-
meter una injusticia. ¿Creen los jefes del ^socialismo y las gentes
que los siguen que con hacer la distribución general de bienes des-
aparecerían del mundo todos los ladrones y todos los hombres de mal
vivir, y que todos los vicios se convertirían en virtudes? ¿Piensan
que todos se contentarían con el mismo trato y con las mismas co-
modidades? No, aun entonces unos gastarían más que otros, y desde
luego tendríamos diversidad de fortunas; entonces también jugarían
los hombres, unos ganarían y otros perderían, y resultaría inútil la
distribución; entonces también robarían los hombres y vendría ne-
cesariamente la desigualdad.
"b) Lejos de mejorar la situación de los individuos, vendrían so-
bre ellos grandes desórdenes y conflictos sin cuento. Á unos no se lea
atenderla suficientemente en sus necesidades, mientras que otros se
verían satisfechos con un mezquino servicio. Y sobre todo, ¿quién
sería el que en esas condiciones quisiera trabajar? Es verdad que al-
gunos trabajaríau por virtud y deber de conciencia. Pero ¿cuántos
habría que deseasen trabajar, sabiendo que los productos de su su-
LA CUESTIÓN SOCIAL 689
dor ibau á ingresar en el erario común? Que empiecen los jefes del
socialismo á trabajar y á repartir las ganancia? entre sus iguales, y
darán una prueba de sinceridad.
c) Aun para los Estados sería insostenible la situación que
crearía la repartición general de bienes y la nueva administra-
ción y especie de tutela que en consecuencia se les concedería sobre
los ciudadanos. Si ahora son generales y muchas veces justas las
quejas y censuras que se dirigen á los gobernantes, ¿quién pondría
coto á los desmanes que entonces se cometerían por las autoridades?
Y aunque cumplieran bien con sus deberes, nunca habría medios
bastantes para dar gusto á las muchedumbres descontentadizas y
exigentes.
En una palabra, la mayor desgracia que Dios nuestro Señor pu-
diera enviar á los pobres obreros ó incautos jornaleros que con tanto
afán siguen las doctrinas de los socialistas, sería verse dirigidos por
el socialismo, porque este es el sistema más despótico que jamás ha
existido, y el que, invocando los derechos de la libertad, somete á
sus secuaces á las mayores arbitrariedades del capricho.
Fr. ¥. de k A.
(Se continuará)
(SoK*.-a-H-ia|-a-BHl-Ei-B-ll—B-H-H-B-H-a-15-ll I ^ s 3
ni
K J
- ^ " - ^ ~
E N CASTEL GANDOLFO
RECUERDOS Y CONTRASTES
bunal, donde sus acciones serían pesadas en fiel balanza; sin que
le fuera dado suspender del fatal platillo aquellas tajantes espadas
y aquellos poderosos cañones con que en otro tiempo contestara á
las repetidas protestas de su víctima indefensa, del augusto Pío IX,
de piadosa é inolvidable memoria. >
Muerto Menotti Garibaldi, la Masonería no podía dudar un solo
momento sobre el día en que había de tener lugar la manifestación
anticatólica. La Providencia, hiriendo de muerte á uno de sus prin-
cipales y más queridos miembros, les daba oportunísima ocasión.
¡Quien diría á Menotti Garibaldi, que su cadáver iba á ser el idoli-
11o en torno del cual había de quemare el incienso impuro^y derra-
mar libaciones infames, y hacer aquellas ridiculas idolátricas ce-
remonias!
Testigos oculares aseguran, que el desfile del'cortejo fúnebre
era horrible y espantable á la vista. Los emblemas dé la Masone-
ría tremolaban al viento victoriosos, y las logias más extrañas te-
nían allí su representación. "La Luz del Alba,,, "La Estrella de
Italia,,, "Estrella del Sur,., "Radosch,,, "Francisco Crispi,,, "Emilio
Zola,,, en fin, era aquello un continucsucedersede títulos curiosos,
abominables, espeluznantes. Así triunfó en las calles de Roma la
poderosa sociedad, favorecida por el gobierno, oficialmente católi-
co, del honorable Zanardelli, quien por su parte tributó al finado
los mismos honores que se tributan al héroe que muere en la bre-
cha defendiendo la independencia de la patria.
^Nosotros, para sustraernos á esta atmósfera viciada é infecta, y
cumplir con los sagrados deberes que la gratitud impone, nos tras-
ladamos, si bien por pocas horas, á un pueblecito humilde, donde
se respiraba aire más puro, el cielo estaba más diáfano y transpa-
rente, y más alegre la tierra. El aparatoso cuadro que la masone-
ría triunfante honrando-asu víctima, presentabaenRoma, contras-
taba vivamente con los sencillos preparativos de estos lugareños,
que aseaban sus calles y adornaban sus casas para festejar á su
Patrón, el glorioso San Agustín, que había de celebrarse el día si-
guiente.
• El pueblo de referencia es Castel Gandolfo, llamado de anti-
guo, villa dei Papi, que tan gratos recuerdos conserva precisa-
mente de Pío IX, víctima expiatoria de las iniquidades garibaldi-
nas.
Castel Gandolfo se levanta sobre las ruinas de la antigua Alba,
rival de Roma, vencida por esta en la memorable batalla (667 a. a.
J. C.) de los Horacios y Euriacios, destruida luego por Tulio Hos-
tilio, tercer rey de Roma. Aquí edificaron los Papas un palacio
con el fin de pasar en él los meses más calurosos del est>'o. Hoy el
palacio lleva el nombre de Pío IX, por ser el último papa que lo
habitó. Su posición topográfica es magnífica y de condiciones hi-
giénicas inmejorables.
698 ~ EL MONTE CáEMELO
no, que tienen á sus pies un canastillo de mimbres con los libros de
Arrio, Lutero y Renán; Pío IX y "juana de Arco por él beatificada;
San Juan de la Cruz, á quien la Virgen traslada á la otra parte del
río par*salvar á un inocente, injustamente acusado; un* hermoso
retrato de San Ignacio de Loyola, otro de N. V. P. Domingo de
Tesús María; una hermosísima copia de la Cena de Leonardo de
Vinci; y otras muchas obras, reproducciones generalmente, de las
más famosas del Renacimiento. Vienen en último lugar las habita-
ciones privadas del Papa. La pequeña capilla donde celebraba, tie-
ne por altar un^cuadro del descendimiento y está adornada con
preciosos frescos de Zuchari: una mesa de nogal, un escabel para
apoyar sus pies, y algunos cuadros de la Santísima Virgen, son los
muebles que adornan el escritorio y sala de estudio, contiguo á es-
ta se encuentra el dormitorio con el lecho donde murió Pío IX y un
reclinatorio con la inmaculada de Murillo, colocado á la cabecera.
Cuando Pío IX conoció que su última hora era llegada, mandó tras-
ladasen al Vaticano esta sencilla cama de hierro para morir en ella,
ordenando se volviera después de su muerte á Castel Gandolfo;
donde se guarda con religiosa veneración. Todo respira en las es-
tancias de este gran Pontífice suma pobreza, piedad y profunda
austeridad cenobítica.
En el ala derecha, ocupando una reducida parte del segundo pi-
so, está, como he dicho, una comunidad de Carmelitas Descal-
zas, á quien Dios permitió beber, hasta abrevarse, del cáliz de
amargura derramado á torrentes por los Cavour, los Garibaldi, los
Cadorna y demás corifeos de la Revolución Italiana. Invadidos los
Estados Pontificios por las tropas piamontesas, y tomada la ciudad
de Terni, las Indefensas hijas de Santa Teresa fueron las primeras
víctimas de tos furores democráticos en que se abrasaban aquellos
demagogos. Saqueados y profanados los templos, se presenciaron
en pleno siglo de las luces y bajo la dirección y mando de los pa-
ladines de la libertad y del progreso las mismas bárbaras escenas,
que, catorce siglos antes, cometieran los habitantes de las selvas
bajo el mando de Totila, Alboino ó Genserico.
Arrojadas por decreto inicuo de su pacífica morada de Terni,
las Carmelitas acudieron al generoso y magnánimo corazón de
Pío IX, quien las colocó en Roma en un convento llamado de Re-
gina Ceoli.
Expulsadas de nuevo de la capital, se trasladaron á Castel Gan-
dolfo en 23 de Abril de ,1873, dos años precisamente más tarde que
en el Congreso de los Diputados se aprobó tras de borrascosas se-
siones y entre las protestas y rugidos de la extrema izquierda, la
famosa ley Delle Guaxentigue, en virtud de la cual se confirmaba
al Papa en la posesión de los palacios del Vaticano, Lateranense y
de Castel Gandolfo.
Pío IX profesó siempre singular amor á esta comunidad, porque
700 EL MONTH CARMELO
^ - ^ " " ^ ^
SECCIÓN CANONICO-LITÜRGICA
SCBRE LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA COMUNIÓN
BIBUOGHAFIA
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIMIIIIIII
^(P^
CARTA DH ROMA.—R. P. Director: Ea cumplimiento de lo que en mi an-
terior prometí, ampliaré algún tanto mi información biográfica de Pío X,
sobre todo en aquello que se relaciona directamente con el Carmelo Re-
formado.
En periódicos católicos han aparecido algunos rasgos sobre el carácter
y condición de Pío X, quo son bien dignos de ser conocidos y sentimos mu-
cho no poderlos reproducir. Sin embargo, no puedo dispensarme do copiar
aquí un retrato de Pío X, hecho de mano maestra por una pluma española,
que conoció al Papa, siendo Patriarca de Venecia. Apenas puede decirse
más y mejor en tan pocas palabras hablando de la fisonomía moral y física del
Santo Padre. ««Paréceme, dice este escritor, que fué ayer la última vez que
tuve el consuelo de conversar con él El Cardenal Sarto no hablaba más
que sonriéndose.
En su cara que ha conservado toda la frescura de la juventud, más aún,
de la infancia, está estereotipada una dulce, bondadosísima, angelical son-
rrisa, que nunca le abandona. Con ella bendice, con ella reprende, con ella
consuela, con ella amonesta ó contradice y con ella se abre el camino de
todos los corazones.
Su tez es sonrosada y transparente; su mirada penetrante, sus cabellos,
crespos y espesísimos, forman un monte de nieve que á duras penas doma
el rojo solideo, su nariz proporcionada y más bien pequeña, su estatura ba-
j a , su persona fornida y robusta sin llegar á corpulenta, y el sello impreso
en toda sü figura, es él de la bondad; pero no una bondad inerte y pasiva,
sino una bondad exuberante, dominadora, eficaz, la bondad que nace del
•amor evangélico en su más ardiente expresión, pudiendo en este sentido
justificar más que ningún otro la divisa de ignis ardens »»
Esta viva pintura, qtie en su parte física la he visto confirmada con mis
propios ojos, está en su parte moral absolutamente conforme con las recien-
tes declaraciones hechas por un íntimo de Pío X.
Me refiero al R. P. Félix de la Virgen Dolorosa, carmelita descalzo, resi-
dente enVenecia. Este venerable y simpático anciano por extremo afable y
comunicativo, confesor nato de los Patriarcas venecianos, hace m&s de cua-
renta años que mantiene estrechísima amistad con el actual Pontífice. Ape-
nas supo el P . Félix la elección del Cardenal Sarto, se apresuró á escribir
una carta de felicitación á Mons. Bressán, secretario privado de Su Santi-
dad, ya que su modestia, no le permitía enviar un público telegrama como
su amistad parecía exigir.
CRÓNICA CARMELITANA 705
desde su nuevo templo y anexa morada conventual, son los llamados á traer
servidores á la Madre de Dios, volviendo á su amoroso regazo a tantos des-
carriados como andan por el mundo.
Un amante del Carmelo.
FIBSTAS SOLEMSB3 DSL CAKMBN íiN GRANADA.—Presente tenemos la re-
seña de las magníficas fiestas celebradas en el Convento do Carmelitas
descalzas de aquella ciudad para obsequiar á la Reina del Carmelo. Mere-
cen dichas Religiosas, terciarios y cofrades mil plácemes y enhorabuenas
por las funciones que han celebrado, y aunque no reproducimos la reseña,
con todo desde las píginas de nuestra revista hacemos notar la solemnidad
especial que han revestido.
E N HONOR D E L N I ñ O J E S ú S D E P R A G A . — E a el grandioso templo de San
Benito de nuestros Padres de Valladolid se ha inaugurado nn artístico re-
tablo y bellísima imagen del Milagroso Niño Jesús de Praga, cuya devoción
se está extendiendo mucho en aquella importante población gracias al celo
del Rvdo. P . Vicario, Fr. Fernando de la Purísima Concepción y demás Pa-
dres de su Comunidad. La fiesta que nuestros hermanos de hábito celebra-
ron con dicho motivo resultó muy solemne, altamente simpática y muy con-
currida. Bendecida la imagen y retablo, se cantó una misa solemne, y diri-
• gió á los fieles su autorizada y elocuente palabra el referido P . Fernando,
refiriendo con acento conmovedor las gracias inestimables que el milagroso
Niño de Praga dispensa á todos los que lo invocan y exhortando á todos á
su devoción.
El mismo Padre piensa en breve instalar en aquel templo la Cofradía y
la Asociación de los amiguitos del Niño Jesús de Praga. Dígnese este Divi-
no Infante aceptar todos estos actos de piedad y bendecir el celo con que
nuestros queridos Padres de Valladolid trabajan por propagar su culto. '
PROFESIóN RELIGIOSA.—La ha hecho Sor Josefina de Jesús María en el
Convento de Carmelitas Descalzas de San José de Santiago de Chile, el
día 17 del mes do Julio. Asistieron á tan conmovedora ceremonia numero-
sas familias de la alta posición chilena, entre quienes era muy conocida la
profesa, y todas derramaban abundantes lágrimas al oir pronunciar sus vo-
tos y abandonar para siempre al mundo á una joven rodeada en su casa de
todos los halagos que puede ofrecer la vanidad E a la misa ofició el Preben-
dado don Luis Capino Larrain tío de la profesa, y predicó don Julio Eche-
varría Larrain también de la familia. Reciba Sor Josefiaa nuestra más cor-
dial enhorabuena.
—El día 27 de Agosto, festividad de la Transverberaoióa del Corazón de
Santa Teresa de Jesús, nuestra gran Madre, tomó el hábito en las Carme-
litas Descalzas de Daimiel, Dolores Chiva Bidenes ahora Juliana de la Vir-
gen de la Gracia. Le apadrinaron don Manuel Gómez Rico gran bienhechor
del Convento y doña María Rodríguez tía del digno Capellán de aquella
Comunidad don Ramón Rodríguez Ramírez, predicando en tan solemne t e -
to el R. P. Fr. Ambrosio de la Virgen de la Gracia que arrancó abundantes
lágrimas de todos los corazones.
NECROLOGíA.—Ea las Carmelitas Descalzas de Toledo expiró dulcemente
en el Señor el 25 de Agosto la hermana María Virginia del Sagrado Corazón
de Jesús á los 45 años de edad y diez de perfecta vida religiosa, en la que
sobresalió por sus heroicas virtudes y dones celestiales.
CARTA NOTABLE.—El señor Obispo de Nancy
ha dirigido á las autoridades francesas la siguien-
te carta que retrata perfectamente á su Autor,
y expone claramente el suceso que la motivó: '
'Nancy 25 de Agosto de 1903.
Señor Prefecto: Con motivo de algunas pala-
bras dichas desde el pulpito el día de la Asun-
ción en la iglesia de Nomeney por un Padre do-
minico, me pide usted e,n su carta del 18 del ac-
tual que recuerde al párroco de la mencionada iglesia la circular del señor
presidente del Consejo de ministros, en que se prohibe á los religiosos el
ministerio de la predicación.
El señor párroco de Nomeney se sintió indispuesto el día de la Asun-
ción y no pudo predicar, y el teniente párroco tuvo que oficiar en la iglesia
aneja.
No queriendo que los fieles se quedaran sin sermón en fiesta tan grande,
rogó á un dominico que se hallaba en la iglesia que les dijese algunas pa-
labras.
Expuesto ya el hecho á que se refiere su carta de usted del 18, necesito
tratar, la cuestión de derecho que de nuevo promueve usted.
Ni usted ignora, ni puede ignorar el señor presidente del Consejo de mi-
nistros, que en virtud de mi autoridad episcopal y en virtud de la senten-
cia del Tribunal Supremo fecha 12 de Junio próximo pasado, el 21 del mis-
mo hice subir al pulpito de mi catedral al presbítero Ravénez, antiguo reli-
gioso de la Compañía de Jesús, y le mandé que predicara.
Esa sentencia del Tribunal Supremo confirma otras do las Audiencias
de París y de Riom.
Además, en estos mismos días, otro antiguo religioso de la Compañía,
el presbítero Soenhlin, á quien se seguía proceso por haber predicado, ha
sido absuelto sucesivamente por el tribunal de Troyes y las Audiencias de
París y de Rúen.
El señor presidente del Consejo de ministros ha debido ya desistir de la
aplicación de la parte de su circular en que pretendía, contra la justicia
más rudimentaria, que un religioso no puede quedar secularizado si su
congregación no se disuelve hasta en las naciones extranjeras.
' Es necesaria que renuncie á esas disposiciones de su circular relativas á
las predicaciones y demás ministerios sacerdotales de los religiosos disper-
sos, en virtud de esta soberana resolución del Tribunal Supremo: «No pue-
>de reconocerse que impliquen afiliación del procesado á una asociación re-
l i g i o s a , hechos tales como la administración de Sacramentos, la predica-
c i ó n y la celebración de la Misa.»
CRÓNICA GENERAL 709
por Canova; Pío VII; por Thorwaldsen; L^ón X, por Fabri; Gregorio XVI,
por Ami; y las de Adriano VI, Nicolás V, Pío II, y León I, por autores
ignorados.
La iglesia de Santa María de la Minerva contiene el sepulcro de Urbano
VII; asi como el de Julio I I con el famoso Moisés, de Miguel Ángel, está
en la Basílica de San Pedro aduíncula.
En Santa María de Araceli está la tumba de Honorio IV. La basílica de
San J u a n de L3trán, además de la sepultura de Inocencio I I I , encierra las
de Martín V y Clomente XII, ésta admirable obra de Maine y Monaldi.
La iglesia de San Francisco, en Viterbo, contiene las cenizas de Adria-
no V.
La catedral de Arezzo, las do Gregorio I X .
La iglesia de Santo Domingo, de Perusa, las de Benedicto XI.
Otras ciudades, como Genova y Ñapóles, tienen también sepulturas
pontificales.
Y por lo que se refiere á sepulcros de Cardenales, los hay en casi todas
las iglesias de Italia.
NOTA POLíTICA.—El asunto de la quincena pasada ha sido el feliz viaje
que S. M. y los Príncipes de Asturias, acompañados del señor Conde de San
Bernardo por parte del gobierno y de otras distinguidas personas, han rea-
lizado recorriendo algunos pueblos de Navarra, Rioja, alto Aragón, Soria,
Valladolid y Falencia, deteniéndose en las capitales de estas provincias.
Con este motivo se organizaron en dichos puntos magníficas fiestas, en las
que resaltaba el cariño y amor que profesa el pueblo español á su Jefe Mo-
narca. Mientras tanto la ex Reina Regente con la Infanta María Teresa es-
tá en Viena, ultimando, según dicen los periódicos, los arreglos de la testa-
mentaría de su difunta Madre la Archiduquesa Isabel.
Al Gobierno y á los republicanos lo que ahora parece preocupar más son
las futuras elecciones municipales. Por una y otra parte se hacen prepara-
tivos, por una y otra banda soplan reciamente vientos de amenaza; y no
hay duda que la vida del actual gobierno depende seguramente de las
elecciones de Noviembre.
Parece cierto también que el Gobierno tiene el compromiso de elevar
á Romero Robledo á la presidencia del Congreso; pero cuantas personas co-
nocen á fondo al actual Ministerio, aseguran que se sostendrá tan solo co-
locándose Silvela en la presidencia, y sino, hacen muy bien los fusionistas
en esperar el poder nuevamente para fines de este año.
El hombre misterioso
V I
Estimulado Bernardo por los más
Una tarde estaba Bernardo sen-
ardientes deseos de saltar á tierra,
tado en su taburete de proa, miran-
miraba á todas partes, por ver si
do al cielo y sin darse cuenta de lo
acaso llegaba el momento suspira-
que estaba haciendo, cuando héaquí
do de divisar el "suelo firme donde
que en el lejano horizonte, allá le-
pudiera sostenerse. su cuerpo sin
jos, muy lejos, como dividiéndose
tanto moverse y tambalear. Pero
en la superficie de las aguas, vio
parecía que la tierra se alejaba más
una bandada de gaviotas, que tan
•y más cada día, ó por lo menos no
pronto se movían hacia una parte
se acercaba, que era lo mismo. Día
como hacia otra, tan pronto se ele-
y noche tenía los ojos fijos, por si
vaban, hacia las alturas del cielo,
veía alguna luz que le pudiera in-
como se les veía sumergirse en el
dicar la cercanía de la tierra, pero
fondo de las aguas.
todo era en vano. Varias noches
había visto luces en la mar, pero L a alegría que Bernardo sintió
para el día siguiente habían des- al divisar á lo lejos aquella bandada
aparecido, como que no eran sino de aves marinas, fué inefable, soltó
las luces de algunos vapores que un grito de alegría, y se puso á re-
atravesaban aquellas alturas sin zar como llevado por un impulso in-
hacer caso del barco de Bernardo. terior que no se explicaba, fuertes
latidos daba su corazón al ver lo que
Por fin, Bernardo acudió á su re-
no había visto tanto tiempo hacía,
fugio de siempre; á la capilla del
y creyó ya que su dorado sueño ten-
colgante escapulario, allí se arro-
dría muy pronta realización, pues
dilló según su costumbre, y perma-
aquellas gaviotas indicaban que la
neció arrodillado durante un buen
tierra estaba muy cerca, y no le se-
rato. Sin embargo parecióle que no
ría muy difícil dirigir su barco poco
le había ocurrido ninguna idea
á poco hacia aquella parte por don-
nueva para poder abandonar el
de parecía que venían las aves.
barco y plantarse en tierra de un
salto ó vuelo ó como mejor le vi- No era pues un misterio para Ber-
niera. Solamente se vio, ó se sintió nardo la cercanía de la tierra. No
confortado de un espíritu de resig- se-necesitaba sino dirigir el rumbo
nación y paciencia para esperar del Pompeyo hacia aquella parte,
hasta la hora en que su Madre San- pues seguramente allí estaba lo que
tísima le manifestara el medio de deseaba. ¿Pero cómo podía dirigir
realizar su ansiado proyecto. aquel barco de destrozadas velas,
718 EL MuNTE CAhMBLO
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F R . FLoREncTO D E L NIÑO J E S Ú S
Carmelita Descalco.
Fué hijo San Simón de una familia muy distinguida del conda-
do de Kent, en la Gran Bretaña. A pesar de su honrada posición y
excelentes cualidades, el joven inglés se determinó á abandonar
cuanto antes la lisonja humana y aspirar á una elevada perfección.
Sólo contaba doce años, cuando se retiró á un profundo y sombrío
desierto; y pareciéndole mucho consuelo vivir en campos vastos y
espaciosos incomunicables A los hombres, escogió para morada la
concavidad de un viejo tronco, que le dio el sobrenombre de Stock,
que en lengua inglesa significa tronco de árbol. En este hueco cons-
truyó su oratorio, su cama y su celda, oraba en él día y noche,
practicaba penitencias increíbles, comía las raíces de yerbas que á
pocos pasos podia recoger, y sus virginales labios se empleaban en
súplicas y alabanzas á la Madre de Dios.
Ignoramos las consolaciones espirituales que recibiría del cielo
aquel extraordinario mancebo; pero es de suponer que serían mu-
chas y muy frecuentes, pudiendo asegurarse con los autores de su
vida, que fué tan familiar é íntimo su trato con la Virgen y los
Angeles, que más bien que un desterrado y hombre mortal, pare-
cía un bienaventurado del cielo.
En este ejercicio de vida llevaría San Simón más de veinte años,
cuando la Virgen Santísima le manda que lo deje, y se una á sus
hijos los Carmelitas que venían de Palestina. Obediente Simón á
tan explícita voluntad de María, abandona el desierto y corre á
alistarse con ellos. Entró pues en la Orden por el año de 1212; y
hecha en su tiempo la profesión, pasó á estudiar á la Universidad
de Oxford, donde recibió el grado de doctor en teología, brillando
en todas partes por su ciencia y santidad.
Ya saben nuestros lectores que por este tiempo levantóse en la
curia romana un clamoreo, pidiendo la supresión de los Carmelitas.
Era San Simón Vicario General de los Conventos de Europa por
delegación de San Brocardo, y como tal se presentó ante Honorio
á defender ala Orden, y alcanzar su aprobación; como por fin, lo
734 EL MONTE CARMELO
Sin embargo, San Simón no estaba aun satisfecho, quería que to-
do el mundo se convenciese de que el Carmelo era la escogida fa-
milia de la Virgen, quería desterrar de todos los corazones la más
mínima sospecha, quería una señal visible de la Madre de Dios
en prueba de ello, y para esto derramaba perennemente tiernas
lágrimas á los pies de la Virgen, su sustento era el orar día y
noche y dirigir oraciones fervientes á la Madre de los afligi-
dos, una de las cuales ha llegado á nosotros, y dice así traducida
libremente:
736 EL MONTE CARMELO
O T R O S ESCOGIDOS
Padre ignora este dialecto. ¿Qué hacer? Por dicha entre los leprosos
se encuentra un turco que habla la lengua del moribundo. Escogido
para intérprete acepta esta misión. Al priucipio todo va bien. El.
moribundo ha comprendido y cree que no existe más que un solo
Dios renumerador de los buenos y castigador de los malos. El miste-
rio de la Santísima Trinidad ofrece más dificultades. A pesar de la
exposición clara del Padre, el Turco dice al neófito que debe creer
que existen tres personas, que son tres dioses diferentes. El Misione-
ro ha podido apercibirse del error é interpelando á su infiel intér-
píete, le dice: ¿Qué es lo que le habéis dicho? Nada de eso. Hay un
sólo Dios, pero en un solo Dios hay tres personas.»—«Ah! yo me he
equivocado»—responde con flema el turco, y repite, pero esta vez
con exactitud, lo que el Padre ha enseñado. La vista del crucifijo
hizo comprender el Misterio de la Encarnación y de la Redención.
En fin, el pobre leproso pudo ser bautizado, y apenas lo fué, pro-
rrumpió en transportes de alegría en medio de los cuales expiró.
Era una tarde en la estación de grandes lluvias, el tiempo estaba
horroroso. El mismo Padre se encontraba en medio de sus huerfani-
tos, cuando de repente se deja oir un gran ruido, como si alguna co-
sa de peso hubitra caído toscamente. Se apresuraron á ver lo que era.
En efecto, á la puerta de la casa había sido arrojada, más bien que
depositada, una mujer pagana, herida de la lepra y moribunda y que
yacía extendida sobre una tabla. Ella reclama á toda costa el bautis-
mo. Mas ¿cómo se encontraba allí? Ella lo refirió después. Viéndose
á punto de morir, había suplicado con ansia el ser conducida á
un Misionero católico, á fin de recibir el bautismo. Pero ningu-
no de sus parientes quiso transportarla. Dichosamente algunos
turcos acababan de pasar y movidos de compasión tuvieron á bien
hacer este acto de caridad. Con todo ellos no querían tocar á la po-
bre leprosa, y pensaron colocar á su lado una tabla, sobre la cual la
enferma, que hasta entonces yacía en tierra, vino á colocarse rodan-
do. Ellos la condujeron así hasta la puerta del Misionero, donde la
arrojaron precipitadamente dándose á la fuga con toda la ligereza
de sus piernas. En el colmo de su alegría por haber llegado al fin de
sus deseos, la moribunda pide el bautismo, y el Padre la pregunta.
Ella se halla instruida y responde á las cuestiones que le son pro-
puestas; en vista de esto el Misionero arrodillándose cerca de ella, á
pesar del fango que en el suelo mojado por las continuas lluvias de
esta época se ha formado, hace correr por la frente de la leprosa el
agua regeneradora que forma los hijos de Dios y de la Iglesia.—
«Dios es mi padre, exclama la moribunda, Dios es mi padre!»—Este
pensamiento la hace olvidar todo lo demás. Ella rehusa todo alimen-
to y bebida. Tener á Dios por padre basta á su amor. Mas el Misio-
nero comprende ser preciso sustraer á esta pobre moribunda de los
torrentes de #gua que caen del cielo; y así ordena á sus huérfanos
la construyan una cabafia de follaje. Aquellos jóvenes ponen in-
mediatamente manos á la obra. Bien pronto estuvo concluida, sólo
que los artífices más devotos que inteligentes no hicieron el tejado de
la choza en declive, y la lluvia continua inundando á la recién bau-
tizada, que por otra parte no se cuida de la lluvia absorpta como es-
748 EL MONTE CARMELO
jo; en la muerte ayudo; y después de la muerte, salvo; haciendo ver como era es-
peranza de bienestar material y salvación eterna para aquellos pueblos la
permanencia de María entre ellos, pues pueblo devoto do la Virgen, tiene
que ser morigerado, piadoso, y por lo tanto tranquilo y feliz. Y terminó el
sermón consagrando squellos fieles á la Santísima Virgen del Carmen y pi-
diendo para ellos una bendición especialísima á la soberana Señora.
Reciban los pueblos de la Parroquia de Valdecilla, y en especial su dig-
nísimo cura Párroco, nuestra sincera felicitación y enhorabuena por este
acontecimiento, y hacemos votos al Señor que sea presagio de muchos bie-
nes y de moralidad y prosperidad cristiana.
ORDENAS SAGRADAS.—El día 6 del pasado mes el Excelentísimo é Ilus-
trísimo señor Arzobispo de Burgos confirió el sagrado orden del Presbite-
rado á siete religiosos del Colegio de Burgos, que acaba de trasladarse á
Pamplona después de dejar en la capital de Castilla muy gratos recuerdos.
Ordenóse también de Diácono el hermano Evaristo, terminándose este so-
lemne acto con la conmovedora plática que en ocasiones tales acostumbra á
dirigir á los Ordenados el celoso Arzobispo. Reciban nuestros buenos com-
pañeros la más cordial y sincera enhorabuena.
NECROLOGíA.—Aunque algo tarde vamos á tributar nuestro homenaje de
gratitud y amor al que en vida fué honrado, caballero, valiente marinoi
ferviente católico, á nuestro buen amigo don José Venero Ooejo, capitán
inspector de) puerto de Santander. Sus relevantes y excepcionales dotes de
mando le colocaron al frente de los mejores vapores de la Trasatlántica, y
en este delicado é importante cargo, su nombro se hizo famoso. Los servi-
cios que prestó á la Compañía, así como los actos heroicos que realizó en su
vida marítima son innumerables. Con su muerte España ha perdido una
de sus mayores glorias de la marina mercante, Santander uno de sus más
queridos hijos y el Carmelo al primero que so suscribió á nuestra revista
en Santander y á su más leal y verdadero amigo. Descanse en paz el bravo
marino que tantas veces desafió á la muerte y el fervoroso católico que
tantos ejemplos dejó dignos de imitarse. Mas si acaso su alm a necesitase
de nuestras oraciones, dirijan nuestros lectores una plegaria al cielo para
que corone cuanto antes sus grandes virtudes.
Pío PAPA X.
754 EL MONTE CARMELO
BIBUOaRJlFIA
Hemos recibido los cuadernos del 25 al 28 de la «Historia do la Santísi-
ma Virgen María, del dosarrollo do su culto y de sus advocaciones más
importantes en España y América», y su lectura nos entusiasma á medida
quo vamos leyendo sus hermosas páginas editadas con sumo esmero y ri-
queza literaria, tipográfica y artística por el renombrado editor de Madrid,
don Felipe González Rojas.
No nos cansamos de rocomendar esta preciosa obra que se vende por
cuadernos de á 32 páginas al insignificante precio de 50 céntimos de peseta
cada uno en casa^del Editor, calle de Rodríguez S. Pedro, 9, Madrid.
El hombre misterioso
VII
poder salir del laberinto, vio un la vista por aquella especie de .hen-
grupo de indios, hombres medio diduras que formaba el espeso ma-
desnudos con sus cabezas adorna- torral y no se cansaba de exami-
das con plumas de lorito, con sus nar, de mirar y remirar qué especies
narices y ambos labios perforados de hombres serían aquellos. Por
y atravesados con dientes ó colmi- una parte le venían ganas de pasar
llos de jabalí, lo mismo que sus ore- á donde estaban, por otra les tenía
jas, le metieron un miedo cerbal; miedo.
miraba con detención y sin desviar Se detuvo un momento sin saber
qué hacerse.
ULTIMA HORA
(AMORES TERESIANOS)
han de brotar los incendios del amor del prójimo; empujado por esos
dos incendios ha de atravesar los mares, y franquear las fronteras, y
vadear los ríos, y recorrer los desiertos, y hacer resonar su voz, como
la voz del enviado de aquel Dios que dijo: Levanta tu voz como la
voz de una trompeta y anuncia á mi pueblo mis juicios.
E3te es el espíritu de Santa Teresa y este es el espíritu do sus hi-
jos: llenar el corazón en la fuente del amor de Dios, é ir á vaciarlo
en el corazón del hombre; sea éste el civilizado europeo, el salvaje
africano, el afeminado asiático ó el culto americano; lo mismo el es-
túpido hotentote, el lividinoso1 chino, el errante cafre ó el ignorante
australiano.
¡Qué hermoso sería el espectáculo que en ese día darían á los
ángeles y á los hombres, los hijos de Teresa, si su ocupación en
el claustro no fuera otra que la de inflamar su alma en el amor de
Dios, para con esas llamas incendiar después las almas de todos los
hombres.
L A A M I G A D E LOS SABIOS
^-szÉ"""^
* V * l > * ! ' * F * * * * V * F * p V * V - F V * P ^ F V V * V ^ P M > " v V * p * F V V * F * * F * • * ( f
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^ ^
Sor Miriam.
Zaragoza, Convento de Religiosas Dominicas de SantaRosa.
•^T^""^^"
DESDE M A L A B A R
UNA SUPUCA.-CONVERSIOMS.-ESCAPULARIOS
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
QUINCUAGÉSIMO ANIVERSARIO
DE LA DEFINICIÓN DOGMÁTICA DE LA INMACULADA
DECRETO
U B B I S E T OB.BIS
BIBLIOGRAFÍA
(S ^ " © ( s T f ^ * Q)
N. PADRE GENERAL EN ESPAñA.—Como anunciamos en el número pasa-
do en el alcance de última hora, N. M. R. P . General ha venido á España á
visitar algunos Conventos y á venerar los sepulcros de nuestros Padres y
Reformadores Santa Teresa de Je3Ús y San Juan de la Cruz. La alegría y
júbilo que en todos los Conventos produce la presencia del Pudre común
de toda la Orden, es inmensa, asi como también lo es la satisfacción de Su
Reverencia al ver los sentimientos de adhesión y cariño filial que recibe de
todos los Religiosos, como se verá por la siguiente sumarísima reseña.
En Vitoria.—Al te^er aviso de que llegaba á España N. R. P . General,
salió á recibirle á Irún N. R. P . Provincial Víctor de la Cruz, para ofrecer-
le á la entrada misma de nuestra patria sus respetos y los respetos de toda
la Provincia de San Joaquín de Navarra. Juntos y acompañados del ilustrado
P. Secretario de N. P. General, se dirigieron á Vitoria, donde Su Reverencia
fué rocibido por toda la Comunidad con las ceremonias prescritas en el Ri-
tual Carmelitano. Al día siguiente de la llegada se celebró en honor de
N. Padre una velada literaria por los jóvenes estudiantes del Colegio Filo-
sófico de Vitoria, en que algunos colegiales pronunciaron bellísimos dis-
cursos en latín, francés, italiano y castellano, que demostraban los afectos
de gozo y afecto filial de que sus corazones estaban inundados con la visi-
ta de Su Revenóla, intercalándose los discursos con escogidas piezas de
música irreprochablemente ejecutadas. Al fin habló N. P. General, pronun-
ciando un hermosísimo discurso en latín. Hízose también en su honor una
tesis ó disertación filosófica, que dio á N. Padre idea de lo bien organizados
que están los estudios en los colegios españoles.
En Calahorra.—De Vitoria pasó N. P. General, acompañado de N. P. Pro-
vincial y del Secretario del primero al Convento de Calahorra, á visitar á los
Padres de la Provjnoia de Aquitania, y consolarles en la fiera persecución,
que en Francia han sufrido por los impíos decretos de un gobierno anti-
religioso y sectario.
En Begoña.—Después de pasar dos días con los Padres de Calahorra se
dirigieron Sus Reverencias á Begoña. En este punto se habían reunido
para ofrecer sus respetos á N. P . General, el P . Ángel María de Santa Te-
resa, Definidor Provincial, que representaba á la Comunidad de Santander
y a nuestra revista E L MONTE CARMELO, y los Rdos. Padres Priores de La-
rrea, Marquina y Villafranca de Navarra, en representación de sus respeo-
CRÓNICA CARMELITANA 789
A f!ÜESTf*OS SÜSCf*IPTOÍ*ES
— iiniiiiiiii
ENCíCLICA DE S U SANTIDAD Pío X.—En el si-
guiente número, empezaremos, Dios mediante, á
publicar la primera encíclica de Pío X, docu-
mento importantísimo que llova fecha del 4 de oc-
bre, festividad de Nuestra Señora del Rosario,
cuya poderosa intercesión invoca al final de la
Encíclica el Santo Padre, confirmando todas las disposiciones con las cua-
les la Santidad de León X I I I , do feliz memoria, consagró el mes dooc-
tubre á la Santísima Virgen, prescribiendo en todas las iglesias el rezo
público del Santo Rosario.
Comienza la carta de Su Santidad recordando las palabras de San An-
selmo cuando fué elevado al Episcopado. Las muestras de tristeza que dio
entonces el Santo Arzobispo de Cantorbery, Nos podemos—exclama el Santo
Padre—reproducirlas para mostrar en qué disposición de ánimo y de volun-
tad Nos hemos aceptado la misión t i n penosa de Pastor del rebaño de Je-
sucristo.
Dedica un sentido recuerdo á la Santidad del inmortal León X I I I y
examinando sintéticamente las condiciones de la humanidad á la hora pre-
sente en la enfermedad tan profunda que padece, proclama el remedio en
la Iglesia, á cuyo objeto declara como único fin en el ejercicio del Supremo
Pontificado, el de restaurar todo en Cristo, á fin de que Cristo sea todo
en todo.
Reclama el auxilio de los Prelados y de los sacerdotes, á quienes exhorta
y aconseja sabiamente y recuerda que no son solamente los hombres re-
vestidos de la dignidad sacerdotal, sino todos los fieles sin excepción, los
que deben consagrarse á los intereses de Dios y de las almas; desde luego
no cada uno según sus miras y sus tendencias, sino siempre bajo la direc-
ción y según la voluntad de los Obispos; pues el derecho de mandar, de en-
señar y de dirigir, no pertenece en la Iglesia á nadie más que á aquellos,
«puestos por el Espirita Santo para regir la Iglesia de Dios.»
«La asociación entre católicos con fines diversos; pero siempre por ol
bien de la Religión, es cosa que desdo mucho tiempo ha merecido la apro-
bación y las bendiciones de nuestros Predecesores. Tampoco Nos titubea-
mos en alabar tan hermosa empresa, y deseamos vivamente que se extienda
y florezca por todas partes, lo mismo en las ciudades que en las aldeas.
Pero al propio tiempo Nos entendemos que dichas asociaciones deben tener
por primero y principal objeto hacer que los que se inscriban en ellas cum-
plan fielmente los deberes de la vida cristiana. Poco importa, en verdad,
que se agiten sutilmente múltiples cuestiones, y que se diserte con elo-
cuencia acerca de los derechos y deberes, si todo esto no se resuelve en la
acción.
La acción: he aquí lo que reclaman los tiempos presentes; pero una
CRÓNICA GENERAL 793
La blasfemia, ese vicio que repugna toda ideu d> moralidad y todo or-
den en el deber; esa turbación asquerosa del alma corrompida, que forma
los hombres degradados, delatando las pasiones más ruines, acusa en la fa-
milia militar la más perniciosa decadencia de todas las que pueden anun-
ciar su completa descomposición; porque la blasfemia es el acto más cobar-
de y vergonzoso del hombre, y el hombro que no tiene vergüenza.y es co-
barde, no puede ser soldado, ni cabe en el seno d e familia alguna más que
como miembro podrido.
Tales razones me obligan á recomendará todos los jefes, oficiales y cla-
ses de tropa la más severa vigilancia para que ningún individu) del regi-
miento vuelva á incurrir en delito tan asqueroso; leyéndose esta orJen des-
pués de la lista de retreta, tres días consecutivos, para conocimiento de to-
dos y mayor vergüenza del artillero Luis González.—El coronel, Vallinas.»
En estos tiempos en que el indiferentismo religioso atenta descarada-
mente contra las más santas y venerandas creencias de la Iglesia católica,
son verdaderamente consoladores actos como el del coronel señor Vallinas,
que aunando estrechamente sus deberes de militar y buen crisiiano, preton-
demantener vivo entre sus subordinados el espíritu religioso, recordando sin
duda las gloriosas tradiciones de nuestro Ejército, que alcanzó siempre sus
más brillantes victorias á la sombra de la Cruz y con la esperanza en Dios.
NIñO MáRTIR.—Hace días publicó La Croix el siguiente conmovedor re-
lato:
>Un muchacho de catorce años repartía entre los mineros de L í Coron
La Croix, antes ó después-de su trabajo.
Al principio (hará unos cuatro años), los mineros lo despedían hasta con
injurias, excitados por los periódicos impíos que infestaban Le Coron.
Hoy, casi todos los papeluchos han desaparecido.
Un día, desde el fondo de la mina, le llama un minero y le dice:
—¿Eres tú el que repartes La Croix? Aguarda, que voy á tratarte como
el...—perdónennos nuestros electores si reproducimos la blasfemia aquí, pa-
ra excitarles á la reparación—como el orangután que lleva pintado cada
número de tu diario. (La imagen de Cristo agonizante en la Cruz).
T tomando una cuerda lo ata por el cuello y le suspende en el aire tanto
tiempo, que necesitó el niño siete meses para restablecerse.
El pobre muchacho, ya restablecido, se acercó á su buen párroco y le
dijo:
—He repartido La Croix, pero me han ahorcado.
—¿Ahorcado y vives? #
Sí, vivo, pero estaba ya para morir.
Refirió el pobre repartidor su triste aventura y el señor cura lo obligó á
dar enenta de lo ocurrido á los jefes.
El delicuente iba á ser castigado, pero la tierna víctima pidió gracia y
perdón para su ofensor.
Desde esta fecha 6.000 Croix diarias visitan aquellas poblaciones mi-
neras.
La fe de un niño que sufrió aquel martirio ha sido la ch¡3pa de fuego sa-
grado que ha producido este incendio de entusiasmo religioso.»
GUILLERMO I I RESTAURADOR DB MONUMENTOS CATóLICOS.—El Emperador de
Alemania, que ordenó que la restauración de la fachada de la Catedral de
CRÓNICA GBNURAL 795
«El nuevo Pontífice, qua Dios y la Milre dd Buen Consejo acaban de dar
á luz á su Iglesia, como lo decía poco ha el cardenal Perraud, es amigo del
canto gregoriano. Podía así deducirse del favor que dispensó constantemen-
te el cardenal Sarto al maestro don Lorenzo Perosi, maestro de capilla ante-
riormente de la Catedral do Mantua, luego de la Bistlica Patriarcal de San
Marcos, en Venecia, y hoy de la Capilla Sixtina en el Vaticano; pero lo de-
muestra con mayor claridad la Carta pastoral publicada en Mayo de 1895 so-
bre la música religiosa por el entonces Patriarca de Venecia, hoy Papa con
el amado nombre de Pío X. Citaremos los párrafos principales de la aludi-
da Pastoral, en la cual bien se ve qué vivo interés tiene el Papa por el can-
to religioso, que tanto contribuye á la dignidad y santidad de los Oficios
divinos. Después Je proscribir en absoluto la música profana en las iglesias
del patriarcado de Venecia, dice el cardenal Sarto que la Iglesia ha sabido
crear dos clases de música en que se hallan reunidas las condiciones esen-
ciales de la música sagrada: el canto greg oriano y el canto palestriniano; y
añade: «El primero de los dos(ó sea el canto gregoriano) es el canto estricta-
mente litúrgico que la Iglesia romana recibió del g r a n Papa San Gregorio,
según consta de una tradición ya doce veces secular, y difundió uniforme-
mente, al mismo tiempo que su liturgia, en todas las iglesias del mundo;
canto que es, por la santidad de su origen y de sus formas, el único que '
la Iglesia propone como verdaderamente suyo; canto que, en cuanto obra
de arte, causó siempre y sigue causando la admiración profunda de todos
los hombres educados en la cultura y ciencia de la música; canto que tanto
se levanta por encima de todos los gustos privados ó nacionales, que siem-
pre fué acogido, y lo es todavía, por el mundo entero como una música ver-
daderamente universal.»
Habla después el cardenal Sarto de la música palostriniana, tesa polifo-
nía clásica que llegó 4 la cumbre de su perfección en el siglo XVI, por
los trabajos de Pedro Luis de Palestrina», y dice de ella lo que sigue: «Ins-
pirándose en el canto gregoriano, tiene este canto en sus formas un carác-
ter de santidad y misticismo tan brillante, que la Iglesia le ha declarado
siempre conveniente en sus templos y el único verdaderamente digno de
figurar en ellos al lado del canto gregoriano. Siendo sumo su valor en cuan-
to obra de arte, pertenece por eso, no menos que el canto gregoriano, al
patrimonio de todas las naciones.
No contentándose con recomendar así el canto gregoriano, el nuevo Pon-
tífice supo añadir á ello la voz más eficaz de sud ejemplos. Los numerosos
cristianos que tuvieron la dicha de asistir á su coronación en San Pedro el
domingo 9 de Agosto, quedaron admirados «de la perfección con que Pío X
cantaba las varias oraciones de la misa y de la función, con una voz tan
musical, tan armoniosa, y siguiendo punto por punto las modulaciones del
más puro canto gregoriano.»
NOTICTA DESMENTIDA.—Dijeron La Tribunal y algunos otros periódicos
italianos que al recibir el Papa al Rdo. P . Amelli, Benedictino de Monte-
Casino, le prometió trasladarse antes de mucho al célebre monasterio. La
anterior noticia produjo vivísima emoción, tanto en el Vaticano como en
el Quirinal, porque en ella pareció verse el anuncio de un cambio radical
en las tradiciones pontificias, pero La Voce della Veritá declara categórica-
mente que no son exactas las palabras atribuidas al Papa.
CRÓNICA GKNERAL 797
quierda de la corriente del río, se dos esos árboles conocidos bajo los
ostentaban magníficas ulmáceas, esos nombres de árboles de la vida ó palo
preciosos álamos negros tan busca- hierro que pertenecen á esta familia
dos por los constructores y que tie- de las mirtáceas, de la cual se cono-
nen la propiedad deconservarsemu- cen cuarenta y seis géneros y mil
cho tiempo dentro del agua. Des- trescientas especies.
pués venían numerosos grupos de Es imposible ennumerar el sin
la misma familia entre los micocole- número de productos que en aque-
ros cuya almendra da un aceite muy llos ...bosques vírgenes están per-
útil. Veíanse también muchas lar- diéndose por falta de medios de ex-
dizabaleascuyas ramasflexibles, ma- portación. Toda esta riqueza que la
ceradas en el agua, dan excelentes . naturaleza parece estar ofreciendo
materiales para hacer cuerdas de al hombre, y que tan absorto y fue-
que se servían los indios para la fa- ra de sí traía á nuestro Hombre
bricación de arcos y saetas; y mu- misterioso, se ha perdido siempre y
chas ebanáceas de un hermoso co- se perderá todos los año3 por fal-
lor negro, rayado de caprichosas ta de vías de comunicación, y se-
venas. guirá perdiéndose, mientras sus po-
En las orillas del río de las Ama- seedores, la raza latina, no sepa
zonas existen; el guayabo de que se apreciar su valor; hasta que llegue
saca el dulce de guayaba; el árbol un día en que la raza sajona, como
del clavo que da los clavos de espe- ave de rapiña, clave su garra sobre
cia; el granado; la eugenia cauliflora tanta riqueza.
cuyos frutos sirven para hacer un L a canoa que conducía al hombre
vino regular; el mirto ugni, que con- misterioso continuaba su marcha
tiene un excelente licor alcohólico; río arriba, y á cada momento se
el mirto cy'wfilo cuya corteza cons- presentaban á los ojos de Bernardo
tituye una canela estimada; la eu- nuevos encantos de la naturaleza.
genia pimienta de donde viene la pi- Los indios que á remo conducían la
mienta de la Jamaica; el mirto co- canoa, parecían también cobrar ca-
mún, cuyas bayas pueden reempla- da momento más afecto al hombre
zar á este producto; el eucaliptus ro- misterioso, y este por su parte mos-
busto, que produce una especie de traba estar satisfecho entre aquella
maná excelente; el eucaliptus gunei gente que tanto miedo le había cau-
cuya savia se transforma en cerve- sado en un principio.
za por la formentación; y en fin, to-
(Se continuará)
ftr. -Samuel de Santa ferssa
"-^"~ÉW-J
r * * * ^
CARTA ENCÍCLICA
DE
(1) Efesoá, I, 10
(2) Coloaenses, III, 11.
(3) Salmo II, 1.
(4) Job, XXI, 14.
(5) I I Tesalonicenses, I I , 3.
804 EL MONTMCAUMKLO
„de nuestro Dios y del poder de su Cristo,,. Mas para que el resul-
tado corresponda al deseo, es necesario desarraigar por todos los
medios y sin perdonar esfuerzo alguno la iniquidad detestable y
monstruosa, propia de los tiempos que alcanzamos, la cual consis-
te en que el hombre quiere sustituir á Dios; restablecer en su anti-
gua dignidad las leyes santísimas y los consejos evangélicos; pro-
clamar valientemente las verdades enseñadas por la Iglesia acerca
de la santidad del matrimonio, la enseñanza de la niñez, la pose-
sión y disfrute de los bienes temporales, las obligaciones de los
, que administran la cosa pública; restaurar, por último, el justo
equilibrio entre las diversas clases sociales, conforme á las leyes y
las instituciones cristianas.
(Se continuará)
BIBLIOGRAFÍA
Hemos recibido los cuadernos del 29 alP2 de la «Historia de la Santísi-
ma Virgen, del desarrollo de su culto y de sus principales advocaciones en
España y en América» que el renombrado ediitor]de Madrid don Folipe Ro-
jas la está editando con aplauso goneral Je todos los amantes del arte y de
la religión.
Varias veces la hemos alabado desde las páginas de nuestra revista, y
siempre nos parece que quedamos cortos en tributar el homenaje que se de-
bo á obra tan superior á las que en esta materia se han publicado hasta
ahora. Muy de notar es sobretodo en los presentes cuadernos el precioso ca-
pítulo «IM Edad Media: María y España». Todos nuestros lectores que
quieran hacerse con tan magnifica obra, pueden acudir á casa del Editor^
calle de Rodríguez San Pedro, 9, Madrid, donde se vende por cuadernos de
32 páginas, al precio de 50 céntimos.
IÉNÉt#&;feÉtÉ^
^0^/0 ^0^000 <^/^y(^;'^^0%r0^^y^0
, L A OTRA Y I D A
SU EXISTENCIA
POESÍA VI
JESÚS MI BIEN AMADO, ACUÉRDATE
Oh Príncipes de la paz,
yo si te reconozco,
yo creo en tí.
De mi deseo ardiente
Señor, á cada instante.
Acuérdate.
Cantaba en otros tiempos el Santo Rey David, y así la música como las
palabras de sus poemas eran obra do Dios. Sí, Dios mismo le inspiraba las
plegarias que se le había de elevar y el modo como se las debía elevar. Si
hizo Dios tanto por la Sinagoga, natural parece que no se haya olvidado de
su Iglesia. Quién pues será el David de nuestro Testamento? Quién será el
cantor, no ya de la sinagoga, sino do nuestros augustos templos? Nadie si-
no el gran Gregorio, por quien Dios asoció la voz do la Iglesia militante á
los himnos de la Iglesia triunfante: «Militantis Eeclesiae vocem triunphan-
tis Sponsae suae concentibus sociavit».
Voy, pues, á exponer en pocas páginas algunas do las muchas y justas
razones que obligan á considerar el canto litúrgico como herencia legada á
la Iglesia por San Gregorio Magno, y en segundo lugar, cómo á pesar de
liaber transcurrido tantos siglos, el nuestro posee el riquísimo tesoro musi-
cal de la Iglesia primitiva.
La primera de las proposiciones enunciadas aparecerá evidente si prue-
bo que el antifonario (1) llamado Gregoriano es verdaderamente obra de San
Gregorio Magno.
Algunos, pero pocos y de contado por razones meramente negativas, lo
han puesto en duda desde el siglo xvn. Su parecer es que no se puede re-
montar la composición de dicho Antifonario hasta San Gregorio I ( f 004),
y que, cuando mucho, se le puede atribuir á San Gregorio I I I ( f 741), ó
tal vez á San Gregorio I I ( f 731). En todo caso no lo niegan el nombre de
Gregoriano.
Esta hipótesis, porque no se le puede dar otro nombre, es inadmisible,
-TW fcs-
CARTA D E ROMA.—M. R. P . Director: Un año se ha cumplido desde que
por vez primera saludamos á la hermosa Italia, recibiendo cariñoso hospe-
daje el día preciso do Santa Teresa de Jesús, en la populosa ciudad que tie-
ne la gloria de ser madre de Cristóbal Colón. Visitando en este día sus mu-
chas y elegantes iglesias, pudimos observar con cierta agradable sorpre-
sa, que la mayor parto tenían algún altar dedicado á la Santa, y en torno
suyo numerosos fieles que se encomendaban, fervorosos, á su poderosa'pro-
tección.
El mismo espectáculo se ofrece en Roma, donde la devoción á Santa Te-
resa es eminentemente popular, como lo prueba la nutrida concurrencia 4
los divinos templos, que con motivo de su fostividad la han dedicado so-
lemnes cultos.
Por no extendernos demasiado, resonaré aquí tan sólo las funciones ce-
lebradas en la nueva iglesia de nuestra Casa generalicia.
Cuando todavía no hace dos años, se consagró á Santa Teresa esta igle-
sia, colocóse en el altar mayor una estatua provisional de la Santa, hasta
tanto que se hiciera una que estuviese en armonía con su grandioso y ma-
jestuoso templo. La estatua se colocó en uno de los días de la Novena, sien-
do solemnemente bendecida por Monseñor Dionisio de Santa Teresa, Arzo-
bispo de Damasco.
La imagen de la Santa Madre, que mide tres metros de altura, de un so-
lo bloque_de mármol, es obra del aventajado artista señor Trabachii.
No son por cierto los tiempos actuales los más á propósito para que un
artista de corazón se dedique de lleno al arte místico en toda su pureza y
abandono el género realista que tanto priva, y único que suele dar gloria y
provecho. Por eso nos causa cierta extrañeza ver un artista que, entusiasta
por el arte, trabaje desinteresadamente, sin buscar otra recompensa quo la
dignificación de ese mismo arte.
Estas reflexiones nos hicimos al ver por primera vez expuesta le precio-
sísima imagen de Santa Teresa de Jesús.
Sabemos que el señor Trabachii ha estudiado con fe y entusiasmo en las
acreditadas escuelas de Roma las bellas artes, investigando en sus museos
y bibliotecas, en sus templos y oratorios el secreto del arte escultórico en
toda su corrección y belleza, única aspiración que siente en su aima de cre-
yente y en su corazón de artista.
CRÓNICA 0ARMBL1TANA 833
R.-I.P.
%
-~&Í9-ÉfF-'
*Í.ff AJÍ / ~*~ , 1 ' f~~* ~*>
lias playas, la-misión divina que te- Pensó por Jo tanto hacerse após-
nía que ejercer y los destinos pro- tol de los indios del'Apazonas, pre-
videnciales qn-» infaliblemente tenía dicarles las salvadoras doctrinas
que cumplir! Sabe.el hombre l o q u e del Evangelio, bautizarles, sacar-
está haciendo, pero ¿sabe el hombre les de las tinieblas y sombras de
lo que tiene qué hacer? De lo pre- muerte en qu¿ yacían y conducir-
sente y de lo pasado puede el hom- les al reino de la admirable luz dé
bre afirmar mucho; pero ¿puede Cristo. _ ,
afirmar tan siquiera algo sobre sus A la verdad Bernardo podía in-
destinos futuros? Quéjase el hombre tentar la realización de esta empre-
de su presente ¿pero sabe ese hom- sa. Los indios en medio de sus sal-
bre si su historia presente tiene al vajes costumbres, no se presenta-
guna relación con su historia fu- ban en malas disposiciones, podía
tura? aprovecharse de ellas; hacerse due-
Quejábase Bernardo de tantos ño de sus corazones y ganarles para
contratiempos que uno tras otro le el cielo en un momento oportuno
sucedían; pero muy lejos estaba que jio dejaría de presentarse muy
-Bernardo de pensar que aquellos- en breve.
contratiempos tenían una relación Nada tardó en presentarse ese
muy íntima, una coanexión divina momento. Un día se hallaban senta-
con la salvación eterna de todos des todos juntos á la sombra de'va-
aquellos que le rodeaban y cuyo in- rios frondosos árboles, y Bernardo
feliz aspecto le daba motivos más creyó que era llegada la oportuni-
que suficientes para colocarlos en la dad y decidióse á hablar.
línea dé los hombres más desgra- Bernardo tenía buenas cualidades,
ciados del mundo. ó se hallaba adornado de buenas
Bernardo no sabía qué hacerse; el disposiciones naturales para hablar
hablar no le pareció bien en medio en público. El sentimentalismo ita-
de tanta gritería, el callar no le liano de su corazón y su ardiente
convenía tampoco por si a.caso á al- imaginación andaluza, eran dos
guno de aquellos salvajes le ocu- grandes recursos para el don de la
rriese disparar su saeta; pero en me- palabra, y, aunque no tuviera pro-
dio de esta duda ó cuando Bernardo fundos conocimientos en religión,
se proponía hablar, Tomás López poseía, no obstante, una tintura de
se dirigió á la multitud é imponien- todo.
do silencio á todos, les manifestó Díjoles, pues, con toda sencillez
quién era aquel hombre que ienían que él no era ningún ser extraordi-
delante. nario ni ningún hombre misterioso,
Di joles coma era el hombre ex- sino simplemente un hombre lo
traordinario ó el Hombre misterioso mismo que ellos, nacido como ellos
que el Gran Espíritu les Jiabía en- y destinado á morir lo mismo que
viado para traer las noticias de otros ellos; que adoraba y reconocía al
mundos; cómo había llegado á aque- mismo Gran Espíritu que ellos re-
llas tierras y cómo era paisano suyo conocían y adoraban.
y que en adelante sería su compa- P e r o á ese Gran Espíritu, les ai-
ñero. jo, nosotros llamamos Dios y ese
Aquellos pobres indias escucha- Dios es el que ha hecho el sol y las
ban llenos de asombro lo que su je- estrellas, los vientos y las tempes-
fe les estaba diciendo, y apenas éste tades, las aguas de la mar y las
había dejado de hablar cuando to- de los ríos, los montes y las llanuras
dos aquéllos infelices fueron á pos- los árboles con sus ramas, sus fru-
trarse ante el Hombre misterioso, y tos y sus hojas, las aves con sus
á suplicarle que como hombre ex- cantos y su pintado plumaje, el león
traordinario enviado por el Gran con su rugido, el elefante con su
Espíritu les curase las enfermeda- fuerza, el mono con sus diversiones,
des que padecían. los monstruos de la mar y las aves
El corazón de Bernardo puesto del aire. Ese Dios es el que me ha
en contacto con los indios, se com- hecho á mí y os ha hecho á vosotros,
padeció de la profunda "ignorancia y ese mismo Dios que al nvsmo
de aquellos infelices de tal suerte, tiempo que es una misma natura-
que no pudo sufrir que estuvieran liza, son tres Personas, nos ha des-
irivados de la hermosa luz de la re- tinado una gloria infinita si nos por-
f igión. tamos bien, ftimbién nos ha reser-
814 EL MONTE CARMELO
vado terribles castigos si nos porta- Aquí fué donde Bernardo les ha-
mos mal. bló de las obligaciones de cristiano
Los indios escuchaban como ató- y de la devoción á la Virgen del
nitos las palabras del Hombre mis- Carmen y su Escapulario.
terioso, y apenas se atrevían á inte- Preguntóle uno de sus oyentes
rrumpirle; tal era la veneración que qué era el Escapulario, y explicado
empezaban á tenerle, pero hubo uno por Bernardo lo que significaba el
que levantó su voz y dijo que esta- Escapulario, replicó el indio que ya
ba dispuesto á hacer cualquiera cosa lo tenía y como prueba se lo sacó
para conseguir aquella gloria. por debajo 'de su vestido, que se re-
Pero sin hacer caso de él, Bernar- ducía á una piel de antílope atada á
do prosiguió su interrumpido discur- la cintura.
so, diciendo: después que el primer Bernardo se i admiró de lo que
hombre fué criado por Dios, el hom- veía, pero el indio le explicó el
bre ofendió á Aquel que le había he- misterio diciendo que su madre se
cho y Dios le castigó por la ofensa. lo había dado cuando era pequeño,
P e r o á fin de perdonarle Dios se hizo pero que más tarde se había esca-
hombre lo mismo que nosotros. L a pado de la casa, para vivir con más
segunda Persona de la Santísima libertad en los montes, pero que á
Trinidad se hizo hombre para per- pesar de todo nunca había permitido
donar nuestros,pecados y ese Dios que se le perdiera.
y hombre se llama Jesucristo. Jesu- Igual caso manifestaron dos in-
cristo tiene una Madre que se llama dios más y su jefe To:nás López, los
María, que también es nuestra Ma- cuales descubrieron allí mismo sus
dre. escapularios.
Al llegar aquí uno de los indios Viendo Bernardo tan buenas dis-
le interrumpió preguntando; ¿y dón- posiciones de parte de los pobre in-
de está esa Mana? yo quisiera verla. dios, les señaló las horas en que ha-
Y a la verás, le contestó Bernardo, bían de reunirse para ser instruidos
algún día la verás si llegas á ser en los rudimentos de la fe, bauti-
bueno. ' zar á los que todavía no habían re-
Yo estoy dispuesto á ser bueno. cibido este sacramento, y volver á
Está bien; pero lo que debes ha- las primitivas prácticas á los que
cer ahora, es portarte bien, cum- las habían abandonado.
pliendo todo lo que yo te diga.
-3«¡r
,.». «i?: i y^j .• ,•.". .t i.'... ..t??*
CARTA ENCÍCLICA
DE NUESTRO SANTÍSIMO SEÑOR PIÓ
POP, UH DIVINA PROVIDENCIA
PAPA X
ción de todas las cosas en Cristo. Pero nadie imagine que todo esto
dice relación-únicamente á los bienes eternos; también los tempo-
rales y la prosperidad pública experimentarán la benéfica influen-
cia de estas cosas; porque, una vez que se hayan obtenido esos re-
sultados, los nobles y los ricos sabrán ser caritativos y justos para
con los humildes, y éstos soportarán en paz y paciencia las priva-
ciones de su infortunada condición: los ciudadanos obedecerán, no
á la arbitrariedad, sino á la ley; y todos mirarán como un deber el
respeto y amor hacia los que gobiernan, cuyo poder no viene sino
de Dios (1). Pero, además, hay que entonces será para todos mani-
fiesto que la Iglesia, tal como fué establecida por Jesucristo, debe
gozar de plena y absoluta libertad y no verse sometida á ningún
poder humano; y que Nos mismo, al reivindicar esta libertad, no
sólo amparamos los sagrados derechos de la Religión, sino que pro-
veemos igualmente al bien común y la seguridad de los pueblos. La
piedad sirve para todo; (2) y allí donde reina, el pueblo estará ver-
daderamente asentado en la plenitud de la paz.
Que Dios, rico en misericordias (3), apresure en su bondad esta
restauración del género humano en Jesucristo, que no es obra del
que quiere, ni del que corre, sino de Dios, que usa de misericordia.
(4) Pidámosle todos esta gracia con espíritu humillado (5), mediante
una oración activa y continuada, fundada en los méritos de Cristo.
Recurramos también A la intercesión poderosísima de la divina
Madre, y para alcanzarla más abundantemente, tomando ocasión
de la fiesta en que os dirigimos esta Carta y que fué instituida para
solemnizar el Santo Rosario, Nos confirmamos todas las disposi-
ciones por las cuales Nuestro Predecesor consagró todo el mes de
octubre á la augustísima Virgen, y prescribió el rezo público del
Rosario en todas las Iglesias. Y os exhortamos, además, á tomar
también por intercesores al castísimo Esposo de María Santísima,
Patrón de la Iglesia católica, y á los príncipes de los Apóstoles,
San Pedro y San Pablo.
Para que estas cosas se cumplan según nuestros deseos, y que
todos vuestros trabajos tengan éxito feliz, pedimos que caigan
abundantemente sobre vosotros^los dones de la gracia divina. Y
como testimonio de la caridad-con que abarcamos á todos vosotros
y á los fieles puestos bajo vuestro cuidado por la divina Providen-
cia, cordialísimamente os concedemos en el Señor, Venerables
Hermanos, lo mismo que á vuestro clero y pueblo, la Bendición
Apostólica.
Dadu en Roma, en San Pedro, el día 4 de Ocubre del año 1903,
primero de nuestro Pontificado. PIÓ PAPA X.
(1) Romanos, XIII, 1.
(2) [ Timoteo, IV, 8.
(3) Bfesios, II, 4.
(4) Romanos, IX. 1G.
(5) Daniel, I I I , 39.
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II
INDULGENCIAS DE LAS ESTACIONES DE ROMA
En los días señalados en el Misal Romano Pontífice, ganarán las mis-
Romano para las Estaciones, los di- mas indulgencias que ganarían en
chos Terciarios que visitasen la esos mismos días, visitando en per-
Iglesia de la Orden ó aquella en que sona las Iglesias de Roma ó las de
está establecida la Orden Tercera ó fuera, cumpliendo todas las demás
en cu defecto la parroquia propia, y condiciones.
rogasen en ellas por la intención del
III
INDULGENCIAS PARCIALES
A. Cinco años y otras tantas cua- tenas, en cualquiera de las festivida-
rentenas i si acompañasen al Santísi- des de la Virgen que se celebran en
mo Sacramento cuando se lleva á los toda la Iglesia, visitando devotamen-
enfermos ó asistiesen á la Salve que te la Iglesia de la Orden ó de la
suele cantarse solemnemente por los Congregación ó en defecto de ambas
Religiosos en las Iglesias de la Or- su Iglesia parroquial.
den en los Sábados y vigilias de la C. De trescientos di s, cuantas ve-
B. V. María. ces practiquen algún ejercicio de
B, Tresañosy otras tantas cuaren- piedad ó caridad con corazón por lo
SECCIÓN OANdNICO-LtTtfRGICA 865
DECRETO
Abrogadas por completo todas las res. Después Nuestro Smo. Padre el
Indulgencias que por comunicación Papa Pío X, en la Audiencia de 28
con la Orden Primera y Segunda de Agosto de 1903, enterado de todo
respectivamente gozaban los Tercia- esto por elinfrascrito Cardenal Pre-
rios seglares de cualquier Orden que fecto, benignamente confirmó las In-
fuesen, por Decreto de esta S. Con- dulgencias que, contenidas en el
gregación de Indulgencias y Sagra- ante puesto Sumario, fueron en otro
das Reliquias, se mandó á los Supe- tiempo concedidas directamente á
riores Generales de las Ordenes Re- los Terciarios, y generosamente
ligiosas que tienen su Orden Terce- otorgó las otras en lugar de las que
r a propia, que propusiesen un nuevo antes gozaban por comunicación; y
índice de Indulgencias para sus Her- mandó asimismo que en adelante los
manos Terceros. Obedeciendo á este Hermanos Terciarios que viven en
precepto, el Prepósito General de el siglo, ya pertenezcan á la Orden
la Orden de Carmelitas Descalzos, de los Carmelitas de la Antigua Ob-
formó el nuevo índice indicado y lo servancia, ya á los Descalzos, gocen
sometió humildemente á esta S. Con- tan sólo de las Indulgencias, Privi-
gregación, la cual lo examinó con la legios é indultos que se enumeran
ayuda de algunos de Sus Consulto- en el referido Sumario. L a cual con-
866 EL MONTE CARMELO
A. CARD. T R I P E P I PREFECTO.
LOCO f SIGILLI.
Procurador General.
Máximas Espirituales
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i. ÍMíí de k iruz.
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BIBLIOGRAFÍA
E L R E L I G I O S O P E R F E C T O . — A S í se sagrado libi o del Apocalipsis y un
titula un opúsculo que se acaba de criterio firme y seguro sobre la pro-
publicar y el cual creemos que ha de funda materia de las doctrinas y sis-
ser de provecho espiritual á todos temas hoy dominantes en todos los
los fieles y Religiosos. órdenes de la actividad humana, y
Contiene la regla de conducta que que se resumen en la palabra Anti-
para su interior gobierno escribió el cristiánismo.,,
Beato Diego José de Cádiz, Misio- L a historia de la Iglesia católica,
nero Capuchino; treinta y tres con- asienta el Autor en una de las prime-
sideraciones que el santo Misionero ras páginas de su obra, desde su fun-
sacó de los santos Padres sobre la dación hasta su fin está encerrada
utilidad espiritual á todos los fieles en las revelaciones del Apocalipsis,
de la Santa Misa, y termina con una y después de explicar las diferentes
poesía á la Santísima Virgen en que épocas más ó menos calamitosas pa-
el bienaventurado recopila cuantas ra la Iglesia, concluye demostrando
alabanzas y elogios se le pueden que el Evangelio se ha predicado ya
tributar. á toda criatura, que la apostasía es
Este opusculito editado con esme- general, que Satanás es adorado
ro en la tipografía de la "Sagrada hoy de los hombres, sino más, al
Familia,., de Cádiz, consta de 32 pá- menos tanto como antes de la unión
ginas con su cubierta, con un foto- hippstática del Verbo Divino con la
grabado del Beato Diego, y su pre- naturaleza humana, ¿no será pues
cio es de pesetas 0,25. lógico deducir que los tiempos del
Se puede adquirir en la Adminis- Antecristo están ya cerca ó que han
tración de El Adalil Seráfico, Con- llegado?
vento de Capuchinos, Sevilla. Mil plácemes merece don Vicente
M. y Mañero por el excelente tra-
L o s TIEMPOS PRESENTES Y E L APO- bajo de su pluma, y agradecemos á
CALIPSIS DE S A N JUAN, por don Vi- la librería de San José el ejemplar
cente Martín y Mañero, Prebenda- que nos ha regalado. Se vende en
do de la Iglesia Metropolitana de la misma librería de don Isidoro Án-
Santiago de Chile. Este elegante gulo, Cinturería, número 7, Bilbao.
libro que consta de cuatrocientas y Hemos recibido asimismo la Ora-
ocho páginas, buena impresión y ción fúnebre que en honor de Nues-
magnifica encuademación, ha mere- tro Santísimo Padre León XIII pro-
cido expresivos elogios de la auto- nunció el Ilustrísimo señor Obispo
ridad eclesiástica, juez y arbitro de de San Carlos de Ancud (Chile) en
las opiniones. De él ha dicho la las solemnes exequias celebradas
Iglesia que no solo hay cosa en él en el templo de Santo Domingo en
que se oponga á la fe, y á las buenas Santiago el 30 de Julio de 1903. Es
costumbres, sino al contrario su au- muy de notar por su elegante estilo,
tor revela muy piadosos sentimien- bellas imágenes y preciosos datos
tos, largas meditaciones acerca del históricos del inmortal León XIII.
{JCARTA DH ROMA.—M. R. P. Director: Brillante sobre todo encomio resultó
la fiesta que en acción de gracias por la elevación al pontificado de Pío X,
celebró el 19 del pasado la colonia veneciana de Roma, en nuestra iglesia
de San Pancracio.
Esta antiquísima Basílica, de la cual quizá más tarde dé información
extensa, fué erigida á fines del cuarto siglo, extramuros de la ciudad, en la
antigua vía Aurelia, no muy lejos del Vaticano.
Los Papas la cedieron á los Carmelitas Descalzos, quienes edificaron
allí un colegio destinado á las Misiones.
En la mañana del día antes citado, se celebró en ella el santo sacrificio
de la Misa, y luego Monseñor Sazzareschi bendijo solemnemente el estan-
darte que la Colonia veneciana regaló 4 la confraternidad de San Pancra-
cio, compuesta de miembros de la misma colonia. Terminada esta ceremo-
nia, se pronunciaron en la plazoleta de la Basílica elocuentes discursos en
honor de Pío X, y se dio además una erudita conferencia sobre el glorioso
mártir del Cristianismo
Por la tarde á las cuatro, el Eminentísimo Cardenal Cas3etta era recibi-
do á la puerta del templo por N. M. R. P. Vicario General y algunos otros
religiosos de la Casafi-eneralicia, que asistieron en representación de la
Orden.
Su Eminencia, autorizado por Su Santidad, dio á los concurrentes la
Bendición Apostólica y entonó un solemne Te-Djum. Al terminar, los fieles
prorrumpieron en entusiastas vivas á la Religión, al Eminentísimo purpu-
rado y á Pío X, de quien tan gratos recuerdos conservan los hijos de la
hermosa Venecia.
Suyo afectísimo: El Corresponsal.
Roma, 2 de Noviembre de 1903.
E N HONOR DH N. M. RVDO. PADRE GENERAL—Amado P . Director: Bri-
llante sobremanera ha sido el recibimiento que nuestros Padres de Medina
del Campo han dispensado á N. M. Rvdo. Padre General.
El jueves 29 del pasado mes hizj su entrada á las Dueve menos cuarto
de la noche, á los acordes de la marcha real y repique de campanas. El ca-
tólico pueblo de Medina dio pruebas una voz más del acendrado amor que
profesa á los Carmelitas, acudiendo presuroso (apesar de lo avanzado de la
hora) al recibimiento del que es Padre común de toda la Reforma Teresiana-
CRÓNICA CARMELITANA 869
ADVERTENCIA
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doles con el esmero que tales per- la el nombre de la Virgen del Car-
sonajes merecían; y descansados men, traer una imagen de esta Se-
los tres comisionados del cansancio ñora, colocarla en el altar mayor, y
del viaje, emprendieron la vuelta dar á aquella colonia el de "La co-
llenos de gozo en compañía del uno lonia del Carmen.,, Así la llamare-
de los Padres franciscanos, que iba mos en adelante
á administrar los sacramentos á la L a iglesia se construyó en dos
tribu india. días. Cada indio cogió su machete;
Al quinto día del viaje llegaron unos cortaban maderas, otros las
el Padre franciscano, Bernardo y pulían, otros cortaban guano para el
los dos indios á la nueva colonia de techo, otros allanaban el suelo, otros
líi orilla del río ,de las Amazonas. sacaban cuerdas de las plantas de
Allí se conservaban en perfecta ar- heniquen para sujetar las maderas
monía y tranquila paz todos los neo por falta de clavos.
fitos ó catecúmenos de Bernardo ba-
jo la dirección de Tomás López, Todavía faltaba una cosa más
quien en la ausencia del Hombre principal. E r a necesario imponer
misterioso cuidó de sus antiguos su- el escapulario de, la Virgen del
bordinados con admirable solicitud. Carmen á todos los habitantes de
la colonia del Carmen, ¿pero quién
Los festejos con que fueron reci tenía tanto escapulario ó dé dónde
bidos el misionero y lqs comisiona- era posible proporcionarlos? A esto
dos, fueron dignos de la sencillez de quedó comprometido el P . Francis-
aquellos que los promovían. Nuevas cano. Señalóse pues un día en que
plumas en la cabeza, ramas verdes el misionero había dé volver, trae-
de palmera en la mano y aves del ría el número suficiente de escapu-
más vistoso plumaje que presenta- larios, se los impondría á todos
ban al misionero, eran los obsequios aquellos nuevos cristianos y se ce-
que aquellos infelices ó mil veces lebraría una función solemne en ho-
felices indios ofrecían con todo el nor de la V i r g e n del Carmen.
afecto de su corazón al enviado de
Dios. Todo se realizó á su debido tiem-
Sin pérdida pues de tiempo pro- po, y quedó constituida de una vez
cedióse al examen de los catecúme- aquella nueva cristiandad bajo la
nos en doctrina cristiana; y todos dirección espiritual de los Padres
aquellos que fueron hallados con Franciscanos de Sarita F e y la civil
suficiente instrucción, fueron bauti- de Bernardo con la cooperación de
zados aquel mismo día. Acto segui- Tomás-López. Quedóles una iglesia
do, aquellos que estaban ya bauti- sencilla una imagen bonita, una de-
zados recibieron los sacramentos de voción ferviente, una fe ardiente,
confesión y comunión; y he ahí có- unas costumbres santas, una paz
mo dispuso la Providencia, divina, celestial, una ciencia timorata y
que por los medios más imprevistos un corazón inocente, favores todos
para el hombre se convirtiera en concedidos por el cielo, por medio
una congregación de cristianos fer- del. Hombre misterioso.
vorosos una tribu completamente Aquella iglesia subsistía J.odavía
salvaje. hace veinte años, época e n ' q u e un
Advirtió Bernardo que lo prime- furioso ciclón le arrancó toda des-
ro que había que hacer era cons- de sus cimientos.
truir allí mismo una iglesia, poner-
JUBILEO DE L i n i C É D06MHTICII
DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
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884 EL MONTB CARMELO
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TOT^ PULCHRA
;, fué concebido? ¿Quién sino tú que eres sóloP„ Solo Dios, en efecto,
que hizo la naturaleza perfecta, que la adornó con los fulgurantes
ropajes d,e la gracia y la coronó de gloria y honor, podía, suspen-
diendo las leyes á que el hombre se sometió por la culpa, preservar
del contagio una parte de la humanidad, porción admirable, nobilí.
sima, toda pura, destinada, como dice San Bernardo, para unir lo
supremo de la divinidad con lo ínfimo de la humanidad.
Todas las obras de Dios fueron buenas, perfectas y hermosas,
porque en todas ellas hay orden, proporción y armonía: pero ¿á cuál
de ellas se podrá aplicar el apelativo Completo y absoluto de hermo-
sa, sin que al instante nos encontremos con algún lunar, algún de-
fecto que, si bien contribuye al esplendor del conjunto, impide Ja
aplicación de lo hermoso en su totalidad? Buenos, perfectos y her-
mosos son los cielos con sus magníficas lámparas de soles, planetas
y cometas, pero, si hermosura completa quiere decir, claridad per-
fecta de todo el ser; no les convendrá el calificativo en la amplitud
completa que se.le dá, porque sólo les conviene la claridad en su
superficie. Buenos, perfectos y hermosos son los montes, los campos
y los valles, coronados con sus empinadas crestas, vestidos de plan,
tas y flores, y esclarecidos con la variedad de sus panoramas; pero
tampoco son hermosos en su totalidad, porque á unos les falta la vi-
da, á otros la sensibilidad y á todos el conocimiento de la misión que
. desempeñan. Buenos, grandiosos y magníficos son los mares en
tempestad y en bonanza, y en la calidad y multitud de sus morado-
res; pero tanta grandiosidad y magnificencia nunca llegará á ser
hermosa en su totalidad, porque ni en sus anchuras, ni en la ca-
lidad de sus moradores, se encuentra la perla preciosa de la li-
bertad, que es la más magnífica hermosura. Bueno, perfecto y
hermoso debió de ser el hombre para quien fueron hechas todas
las otras hermosuras y en quien fueron estampados los rasgos de
la imagen de Dios; pero ¿qué fué de la primitiva hermosura? ¿Dón-
de están aquellos timbres tan preclaros que le hacían rey y señor
del mundo natural, racional y moral? Aquella hermosura de-ori-
gen desapareció en su cuna; aquellos timbres tan preclaros como
divinos, fueron rotos juntamente con toda su soberanía, para que á
ninguno más que á Jesucristo, nacido de María, y á María madre
de Dios pudiera aplicarse el calificativo hermoso en su plenitud y
totalidad. María, pues, entre las puras criaturas tiene más hermo-
sura que todas las criaturas juntas, porque es hermosa en lo natu-
ral, en lo racional y en lo moral, es toda hermosa.
Los defectos y desproporciones naturales de la humanidad, son
efecto de un cataclismo universal, conocido con el nombre genéri-
co de pena impuesta por una culpa, porque habiendo salido de las
manos de Dios íntegros, señores y dominando los elementos del
universo, necesariamente debían reproducirse y manifestarse pro-
porcionados, armoniosos, con el bello resplandor de todas sus par-
TÜTA PU1.CHRA 887
simiente hermoseando al todo que es la humanidad. Pero ¿qué pudo
impedir la hermosura de María, á quien maravillosamente conser-
vó Dios ilesa, intacta é íntegra en el orden natural? ¿Qué elementos
por destructores que fuesen, hubieran sido capaces de alterar, per-
turbar ni debilitar aquel candidísimo cuerpo, á quien el Espíritu
Santo destinaba para templo de Dios, y sagrario de la Humanidad
divina de Cristo, obra excelentísima que adorna y hermosea todas
las demás? "María estuvo tan libre de las miserias de los descen-
dientes de Adán, dice San Buenaventura, (1) que no sólo se cree
haberse divinamente librado de toda culpa original, sino de todas
las maneras de inclinaciones á los incentivos de la culpa; "porque
habiendo sido eternamente escogida para casa del mismo Dios, fué
por lo mismo la obra preciosísima, la primera maravilla de la crea-
ción,,, y el trono purísimo del divino Salomón, donde reflejan los
resplandores de la divinidad. La naturaleza se manifiesta en María
con toda la perfección, superioridad y belleza más hermosa que las
tiendas de Cedar, ir.ás que las pieles de Salomón (2).
Por buena y recomendable que sea la hermosura natural; pa-
lidece y se aja con la rapidez con que se aja la belleza de la flor,
si no está acompañada de la hermosura racional. No faltan ejem-
plares en quienes la naturaleza física ha sido tan pródiga y gene-
rosa que, á juzgar por sus proporciones, su organismo y su colori-
do exteriot'serían un conjunto de hermosura. Pero en esos seres
tan proporcionados ¿no se encuentran muchas veces sensiblemente
marcadas las señales de la más completa ignorancia é idiotez,
uniendo á la proporción de naturaleza física el desequilibrio más
absoluto en las facultades propias del ser racional? Pero no sucede
esto con María; porque además de la hermosura física que á manos
llenas le concedió la naturaleza, quiso Dios que sobresaliese tanto
en hermosura racional que (3) San Buenaventura, deduciendo de la
morada que sapiehtísimamente fijó en su seno el Señor de todas las
ciencias, la hermosura racional de María, asegura que no hubo
criatura más sabia, más prudente y más hermosa que María; por-
que en su alma purísima, justísima y refulgentísima están todos los
tesoros de la sabiduría y ciencia de Dios (4).
Pero sobre todas las hermosuras, está como corona y remate de
refulgente perfección la hermosura moral: porque de ella puede
muy bien decirse que (5) es el resplandor de la lus eterna, el es-
pejo sin mancilla de la majestad de Dios y la imagen de su bon-
dad, hasta el punto que la vista se admira de tanta belleza y can-
dor (6).
(1) Specul. V.
(2) Cant. I. 4.
(3) Specul. V. VIH.
(4) S. Ariseltn. .26.
(5) Sap. VIL
(6) Eccli.XLIII.
888 EL MONTE CARMELO
A DA INMACUDADA
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DE&DE NEW-YOHK
LO QUE SON LOS YANKEES
una; buena cantidad de áqHella moneda, bueno será que no se ponga á' in-
q u i r i r l o que no le importa.
D e este modo el yankee evita la murmuración, cosa tan frecuente en
otros países, y al mismo tiempo evita otra porción de disgustos que con
frecuencia trae el mucho hablar.
El carácter político de los yankees es muy sensato. Estos días en que
son las elecciones para Alcalde de New-York, hay discursos todas las no-
ches en gran parte de las calles de la ciudad. V a el que quiere, y está
oyendo durante el tiempo que le dá la gana, y se retira cuándo le parece;
pero no hay ni vivas ni mueras ni un sólo aplauso para el orador. Sólo de
este modo luchan los partidos, pero después que sale electo el Alcalde,
sea del partido que fuere, entonces le respetan todos los partidos y le de-
sean larga vida á nuestro Alcalde.
En el terreno religioso es donde encuentro al yankée menos sensato
que en ninguna otra materia. Como religioso el yankee, ó no es nada ó es
el más extravagante del mundo. Es verdad que en Ne/wr York hay mucha
religión, pero esas almas tan cristianas casi todas son forasteras: la mayo-
ría son hirlandeses, algunos italianos, poquísimos españoles, bastantes
alemanes, alguno que otro Sudamericano. Los hijos de éstos pierden algo
de la religión de sus padres, los nietos son menos religiosos que los hijos;
para los biznietos apenas queda más religión que lá religión del dollar.
Resulta de todo ello que el yankee como yankee tiene más de indiferente
que de religioso. ' '•
Algo influye en esta indiferencia la multitud de sectas y las innumera-
bles iglesias de diferentes religiones que se encuentran diseminadas por
los diferentes puntos de los Estados federales. Como el vulgo no siempre
sabe distinguir la verdad del error, fácilmente se inclina á tener por bue-
nas todas esas religiones, puesto que en todas le hablan de Dios; pero co-
mo para la práctica busJa la más fácil, de ahí el que los protestantes ten-
gan los pocos adeptos que todavía tienen, si es que esos pocos adeptos más
bien que protestantes no son completamente indiferentes.
De aquí procede también el que siempre que un sectario extraordinario
se presenta enseñando locuras y sandeces nunca vistas, le sigan las multi-
tudes como á un enviado extraordinario y le oigan como á un oráculo infa-
lible, recibiendo sus doctrinas como venidas del cielo y poniéndolas más
tarde al nivel de los mismos oráculos de la verdad.
Estos mismos días se ha presentado aquí uno de esos hombres extraor-
dinarios llamado Dowei. Este se ha dado á sí mismo el.titulo de "Profeta
de Sión, Elias 2.° el Restaurador,,. Dice que viene á restablecer la ciudad
de Sión, de donde dice ser Rey. L e acompañan cincuenta guardias vesti-
dos á todo lujo, cuarenta músicos todos profesores, y, claro está, tampoco
han de faltar "las hijas de Sión,,; y en efecto, lleva consigo una buena cor-
te de este sexo.
Este Profeta ha escogido para sus predicaciones el teatro de mayores
dimensiones que hay en New-York; ha invitado casa por casa á todos los
habitantes para que vayan á oirle y para que el espectáculo tenga más
atractivo, todas las veces que habla al público, que es todas las noches, lo
hace en medio de su lujosa guardia y rodeado de las "hijas de Sión,,.
No hay periódico, ni revista, ni papel de ninguna clase, qué no hable
todos los días del "Profeta de Sión, Elias 2.°,,, y tal es la concurrencia que
acude á oirle, que el enorme edificio de Madisson Square Garden, apenas
904 EL MONTE 'OABMELO
es capaz de contenerla. No es sólo esto, sino que este hombre viste con
más lujo que el Presidente de la República de los Estados Unidos, camina
en los coches y trenes de más valor que hay en este país, y después de todo
sus millones de dollars van en aumento.
En este punto, los españoles somos más listos que los norteamericanos,
tenemos mejor olfato que los yankees. Nosotros, los españoles, le hubiéra-
mos silbado, ó los muchachos se hubieran encargado de ello; ni la misma
presencia de las hijas de Sión nos hubiera podido contener en este punto; y
el Profeta Elias 2.° hubiera tenido que marcharse á otra parte con todas
las hijas de Sión y de Jerusalén y con todos sus músicos y guardias.
EL SOCIALISMO
Entre todos los errores el más funesto sería el que consistiera en afirmar,
como afirman algunos, que esos temores al socialismo son prematuros en
España, porque en España no hay socialistas... Para que en España no hu-
biera socialistas era menester que las mismas causas no produjesen los mis-
mos efectos y que el socialismo no fuera una enfermedad contagiosa, ora
menester, además y sobre todo, que España no hubiera sido una sociedad
católica... Dios es misericordioso con los que le siguen, blandamente justi-
ciero con los que le ignoran, desapiadado con los que conociéndole le des-
precian...; por eso reserva el socialismo, la mayor de las catástrofes sociales,
para las naciones apóstatas. España volverá á ser católica ó será al fio so-
cialista; ¿qué digo será? lo es ja, solo que parece que no lo es, porque ella
misma no lo sabe. El que está tísico padece de tisis aunque no sepa lo que
padece porque ignore su nombre.
(Donoso Cortés.)
iiiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiii
•SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
DECRETO
II
La Historia y la Tradición
Del mismo puerto de Barcelona salieron cuatro días más tarde que nues-
tros Padres, con dirección á Méjico, nueve hermanas de la Compañía de
Santa Teresa de Jesús, y el día 26 del mismo mes salieron otras siete. To-
das ellas marchan con el objeto de fundar tres nuevos Colegios teresianos
en las ciudades de León, Zamora y Fécax, solicitadas con extraordinario
nterés por los respectivos Obispos.
El 19 del mismo mes se embarcó en este puerto de Santander, en el mag-
nífico vapor de la Trasatlántica Alfonso XII, para la Isla de Cuba, ol Reve-
rendo Padre Claudio de S. José, de la provincia de Valencia. En Cuba se le
unirá al P. Claudio el R. P . Modesto, residente en el Convento de Matan-
zas, perteneciente á la provincia de Aragón, y ambos marcharán después á
Bolivia á dar etnpuje á las fundaciones que allí tiene su Provincia.
TOMA DE HáBITO.—En el Convento de Rioseco de Carmelitas Descalzas
tomó el hábito la distinguida y virtuosa señorita Catalina Gimeno.
Asistieron á tan solemne acto el clero de la población, sus hermanos
D. Antonio Gimeno, abogado del Estado, su esposa y la Srta. Angeles G-ime-
no, que hizo de madrina, predicando en tan conmovedor acto el Superior
de los Corazonistas de aquella población.
PROFESIóN RELIGIOSA.—En las Carmelitas Descalzas de Fuentes de Can-
tos hizo la profesión religiosa el 15 del pasado mes la hermana Carmela del
Sagrado Corazón de Jesús, descendiente de una ilustre familia de Burgos.
Celebró el sacrificio de la misa el capellán D. Felipe Capote Rubio, predi-
cando en ella el Rdo. P. Eugenio Garayo, misionero de la Congregación
del Sagrado Corazón de María de Zafra, y asistiéndola como madrina la
señora doña Soledad Calderón y Sart.
NECROLOGíA.— En el Convento de Carmelitas Descalzas de Sta. Teresa de
Rio de Janeiro ha fallecido santamente la Madre Guillermina del Corazón
de María á la edad de 70 años y 43 de profesión, digna hija de Santa Teresa
de Jesús por su gran corazón en soportar y llevar con suma paciencia y gozo
la larga enfermedad que le ha aquejado durante catorce años y que al fin
e ha llevado al s epulcro .
En las Carmelitas Descalzas de San José de Toledo expiró dulcemente
en el Seüor el 21 del pasado mes la hermana Concepción de la Santísima
Trinidad, religiosa corista y ejemplarísima, á los 56 años de edad y 27 de
Religión.—R. I. P .
L.v ALOCUCIóN DE SU SANTIDAD.—La prensa li-
beral de Roma, y con ella los periódicos principa-
les del Extranjero, dedican preferente atención á
la hermosa alocución pronunciada por Su Santidad
en el último Consistorio.
N:> obstante los diversos co-nentarios de la
prensa revolucionaria, todos ellos se encuentran
conformes en este punto: en que Pío X no es el Pontifico pasivo, inerte, en-
tregado exclusivamente á sus devociones, que ellos se habían figurado. A
Dios gracias, no ha existido ni existirá jamás un Papa tal y como fantasea-
ban los liberales que había de ser nuestro Santísimo Padre Pfo X.
Los Pontífices son jefes y rectores do una sociedad constituida por hom-
bres y no por espíritus puros, y por lo tanto, no es posible quedes sean in-
diferentes las cosas de la tierra; son padres de los pueblos y de los Reyes,
colocados a la cabeza de la humanidad para conducir á los hombres á la
eterna bienaventuranza, pero á través de las vicisitudes que van tojiendo
la trama de la historia.
Los liberales se muestran desencantados, pero ¿en qué se fundaban para
creer que Pío X habría de ser un Papa bueno, á lo sumo, para gobornar una
sociedad de ángeles?
Tampoco debe extrañar á nadie que el Soberano Pontífice se haya con-
dolido de la tristísima situación creada al Pontificado romano por la usur-
pación de los Estados de la Iglesia, puesto que siendo el Consistorio que se
celebraba el primero de su Pontificado, debía, según el uso establecido,
prestar juramento de guardar, inviolablemente, las Constituciones apostó-
licas y los derechos de la Santa Sede.
La misma indumentaria pontificia parece indicar la altísima importan-
cia del primer Consistorio. El Papa aparece revestido con amito, alba, es-
tola, cíngulo, gran túnica de soda blanca y capa magna, ostontando en su
cabeza la mitra; con todos los atributos, en suma, del Pontificado Supre-
mo; en tanto que para asistir á los restantes Consistorios ordinarios consti-
tuyen, según el ceremonial, la vestidura del Papa, el roquet), la muoeta de
terciopelo carmesí y la estola.
El acto, como se ve, era solemnísimo, y el Papa ha hablado con la so-
lemnidad requerida por las circunstancias.
Los NUEVOS CARDENALES,—El Emmo. Cardenal Merry del Val ha recibi-
do el título cardenalicio de Sta. Práxedes, y el Cardenal Callegari el de
Santa María in Cosmedin.
El eminentísimo cardenal Merry del Val, al celebrarse la ceremonia de
la entrega de la birreta cardenalicia á los nuevos purpurados, puso término
á su discurso, condoliéndose de no poder ofrecer, como su colega el obispo
de Padua, una abundante cosecha de buenas obras, ni otra cosa que su3 fir-
CRÓNICA GENERAL 915
descubren. Hay al menos dos jueces de la Corte suprema que nunca pasan
por delante de una iglesia sin quitarse el sombrero
»La muestra de reverencia que dan las mujeres es la de inclinar Ja ca-
beza y los ojos. Esto puede ser visto miles de veces cada día en Nueva York.
En los barrios donde moran extranjeros, las mujeres que pasan apresurada-
mente por delante de una iglesia, se detienen un momento, se santiguan y
rezan una pequeña oración en su idioma materno.»
EL CATOLICISMO EN HOLANDA.—El Journal de Bruselles publica interesan-
tísimos detalles acerca del progreso del catolicismo en Holanda.
La jerarquía católica fué restaurada en Holanda por Pío I X en el año
' 1853, y desde aquella fecha los progresos del catolicismo han sido rápidos
y constantes en los Países Bajos, como que en los cincuenta años transcu-
rridos se han fundado en Holandíi 156 parroquias y más de 500 iglesias.
El número de católicos, que era en aquella fecha de 1.800.000, ha ascen-
dido á más de doble, y las Comunidades religiosas han alcanzado también
considerable incremento, dejándose sentir su bienhechora influencia en
cuanto se refieren á la caridad pública y privada.
En 1853 publicábase en Holanda un solo periódico católico, y hoy se pu-
blican 13 periódicos y 43 revistas.
La Asociación de San Vicente de Paúl cuenta hoy 201 Conferencias
regidas por 13 Consejos particulares, y de las cuales forman parte 3.500 so-
cios qae practican visitas domiciliarias, legalizan matrimonios, cuidan de
la instrucción de los niños, visitan á los presos y ejercen otras muchas
obras de caridad.
Multiplícanse también las conversiones entre los protestantes, calculán-
dose unas quinientas anuales tan solamente en la Diócesis de Harlem, y en
300 en la de Bois le Duc, en la cual constituyen los católicos la mayoría de
la población.
«Esta es la magnífica contestación—dice el Journal de Bnixelles—que
podemos dar á nuestros librepensadores que anuncian á voz en grito, la
muerte del catolicismo, tan solo porque en Francia existen unos doce ó
catorce clérigos apóstatas.
Los PRELADOS SENADORES. -En la alta Cámara, el R i o . Obispo de Burgo
de Osma ha levantado su autorizada voz para pedir cuenta al Gobierno d?
esta nación católica del cumplimiento de las leyes que amparan á los fieles
en el ejercicio del culto y en la profesión de la única Religión verdadera,
que es la del Estado, el cual no puede t e r e r otra, ni eludir la obligación de
acatarla, cumplirla, defenderla y hacerla respetar de todos.
El venerable Prelado protestó elocuentemente de lo ocurrido en Bilbao,
en Santander y en Valencia, en nombre de todos los Prelados senadores, de
los cuales se hallaban presentes los que en aquel día estaban en Madrid.
NOTA POLíTICA.—Como anunciábamos en nuestro número anterior, se
celebró la magna asamblea de los liberales fusionistas para resolver el plei-
to de la jefatura de las huestes quo aoaudilló el difunto señor Sagasta, ha-
biéndose reunido con este objeto 409 ex senadores y ex-diputados de dicho
partido. Esta junta formará época en la crónica de los partidos liberales de
España por lo ruidosa y escandalosa que resultó. Habíase convenido que
resultase electo jefe el que reuniese dos terceras partes de los votos, pero
hecho el escrutinio, el señor Montero Ríos obtuvo 210 votos, el señor Mo-
ret 194 y el señor Marqués de la Vega de Armijo 1; por lo cual, después de
OROHICA GENERAL 917
tanto ruido SD declaró que no había jefe, porque ningnno había obtenido
los votos suficientes. Disolvióse, pues, la asamblea, con el convencimiento
de que por ese camino no se había de encontrar el Jefe, y con el convenci-
miento á la vez de que no era posible mantener ya concordes los diversos
elementos liberales, los cuales, conforme al doble criterio que dominó en a
célebre asamblea, se han dividido en dos bandos, el uno capitaneado por
ol señor Montero Ríos, al que prestan su concurso los señores Canalejas,
López Domínguez y Puigcerver, y sus simpatías el señor Marqués de la
Vega de Armijo; y el otro bajo la jefatura del señor Moret con los elemen-
tos jóvenes del partido fusionista de los que es el alma el inquieto señor
Conde do Romanónos. Dícese que á este partido se agregarán en breve los
señores Villaverde y Romero Robledo con los suyos, quedando los restantes
conservadores bajo el mando del señor Maura. Con esto serán tres los par-
tidos de gobierno que tengamos, el do la izquierda de los señores Montero
Ríos, Canalejas y López Domínguez; el del centro de los señores Moret
Villaverde y Romero Robledo; y el de la derecha, del señor Maura.
El partido del señor Montero Ríos, con el nombre de partido democrá-
tico, después de algunas reuniones en que los representantes de sus diver-
sos elementos han manifestado sus pareceres, ha hecho su presentación
oficial con un discurso pronunciado en el Senado por su jefe que, á la vez
que el programa del partido, ha presentado sus credenciales, reconocidas
por el presidente del Gobierno señor Villaverde á pesar de las protestas de
don Amos Salvador que es de la agrupación del señor Moret.
En el Congreso continúa la discusión de los presupuestos, abriéndose
paso, aunque con mucha lentitud, por entre la obstrucción de la minoría
republicana.Casi todos los jefes de las minorías parlamentarias han mediado
con el señor Salmerón para que la minoría que él dirige, desista de su acti-
tud, y en vista de no haber podido doblegarle, el Congreso, á propuesta de
su presidente señor Romero Robledo, ha acordado celebrar todos los días
sesiones dobles, para que á la vez que se discuten los presupuestos, haya
lugar de continuar el debate político hace días-paralizado, así como expla-
nar algunas interpelaciones pendientes y discutirse los proyectos de ley
que están sobre la mesa, algunos de los cuales, como el del descanso domi-
nical y el de reforma de administración local, revisten gran importancia.
Al discutir algunas partidas del presupuesto de Gracia y Justicia, algu-
nos diputados republicanos han mostrado su sectarismo rabioso atacando
duramente á la Iglesia católica, mereciendo las justísimas increpaciones de
las demás minorías y de la mayoría, y motivando un hermosísimo discurso
que pronunció don Eugenio Silvela.
M(Q om
El hombre misterioso
LA ESPERANZA EN UN MEDIADOR
Fr. /osé. i. 3.
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NUESTRO LIBERTADOR
Hay dos hechos en los anales del mundo, tan sobresalientes y
transcendentales que, sin ellos, sin admitir su importancia histórica,
no es posible andar con paso firme y seguro en el vasto y espacioso
campo de la historia.
Sin admitir con la Iglesia católica aquel primer pecado fuente
funesta de corrupción eepantosa, no se explica el desquiciamiento
total del hombre, el completo desorden que reina en su ser, su gran-
de incapacidad para seguir el sendero trazado por la recta razón; su
inclinación á seguir el camino de perdición y de muerte contra toda
razón y todo derecho; el desbordamiento impetuoso de todos los vi-
cios y de todas las malicias; la guerra continua á Dios su Creador y
su Padre; la grosera ignorancia sobre los deberes que le ligan al que
le dio todo lo que tiene, llegando á adorar á miserables seres que el
mismo hombre aplasta con su planta; su alejamiento de toda luz y
de toda esperanza; su postración en la ignominia y sombras de muer-
te; la anarquía en la familia; el desorden en los municipios, el des-
orden en la sociedad, el desorden en todos los grados y en todas las
esferas de la vida.
El mundo vivió, sin que nadie se opusiera, con el despotismo en
el padre en quien reconocía la ley bárbaros derechos sobre la esposa
y sobre los hijos; con el despotismo del señor autorizado para matar
miles de hombres, que gemían bajo las férreas cadenas de la escla-
vitud; con el despotismo en los rayes dominadores del mundo, cuya
voluntad era la ley del orbe y cuyo querer la causa de derramar to-
rrentes de sangre.
Así caminaban los pueblos y las naciones sin ideas salvadorasl
sin rumbo fijo ni norte determinado; y si no se admite el pri-
mer pecado, no sabe nadie á qué atenerse para dar luz sobre tama-
ños desconciertos, ó tal vez envuelto entre dudas y perplejidades es-
pantosas, le vendrán deseos de exclamar con corazón irritado: «Dios
es injusto» «Dios no tiene providencia.»
Pero no, nada de eso; Dios es muy justo y aún más misericordio-
so. El creó al hombre en el estado feliz de la inocencia y justicia ori-
ginal, colocándole bondadoso de todas las gracias y encantos debidos
é indebidos á su ser y dándole poder sobre todo lo existente,
926 EL MONTE CARMELO
El Jubileo de la
Inmaculada Concepción
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EL ALMA ENAMORADA
CANCIÓN MÍSTICA
Soñando y sosegada
Entre lirios blanquísimos dormía
A par de la majada,
Y una voz me decía;
"Ven del Líbano, ven, Paloma mía.„
Desperté presurosa,
Y el viento que en los lirios se mecía,
La fuente bulliciosa
Y el bosque repetía;
"Ven del Líbano, ven, Paloma mía „
Era ya el frío invierno;
La nieve me cubría por de fuera,
Mas de ese fuego eterno
Me abrasaba la hoguera
Que el mirar del Amado en mi encendiera.
Reíase la Aurora,
Y cuando en oro y nieve y luz bañaba
Su frente encantadora,
Parece que formaba
La hermosura sin par que yo buscaba.
Traspaso la montaña,
Y en sus olas sin fin con suave estruendo
El río que la baña
Su nombre repitiendo
Los pasos del Amado iba siguiendo.
"¡Oh si mirar pudiese
De su frente nevada los destellos,
Y sonriendo le viese!
¡Oh si tus ojos bellos
Prendidos los llevase en mis cabellos!
Si el cielo azul formase
Esos ojos y frente deseada,
934 ÉL MONTE CARMELO
O mi vida acabase
La flecha enherbolada
Que en el alma yo llevo atravesada!,,
Y con gemir sabroso
Iba á los valles y aguas preguntando,
Y su nombre dichoso
A medias pronunciando
Quedaba allá en el alma resonando.
Las doncellas graciosas
que en Judea los cánticos tañían,
Antes tan bulliciosas
Ahora tristes venían,
Los tímpanos y adufes escondían.
Nadie me respondía
Y con ansias de amor más se inflamaba
La herida que tenía,
Y más me apresuraba
A no sé yo qué luz que me guiaba.
Al son de sus tambores
Con cestillas de musgo y de romero
Volvían los pastores
De ver al que yo quiero;
Aquestos me mostraron el sendero.
Como la mar suspira,
Como arrulla la tórtola apresada,
Como canta la lira
Del alma apasionada,
Así llegué gimiendo á su morada...
Y el coro refulgente
De blancas.manos y alas rutilantes,
Pulsaba blandamente
Sus cítaras radiantes,
Como lluvia serena de diamantes.
Y (?ual bello lucero
Brillaba sobre aquel mar de armonía
Aquel Niño hechicero,
Y lloraba y gemía
Y yo también con lágrimas decía:
"Suave armonía del celeste coro
No acalles del infante los vagidos,
Déjame recoger esos gemidos
Que serán para mí rico tesoro.
Angeles, esconded las arpas de oro-
EL ALMA ENAMORADA ...... 935
iiiiiiiiiiiuimifiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii *
Pelioitación
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HEHBEHTO jSPENGBti
El telégrafo nos ha trasmitido el fallecimiento en Londres del filósofo
Herbert Spencer.
Spencer es uno de los filósofos modernos que más han propagado la teo-
ría del "asociacionismo,, en Inglaterra, su país natal, donde empezó á des-
arrollarse. Está fundado este sistema en la ley de Asociación de ideas, que
nos enseña que siempre y cuando percibimos dos ó más objetos simultánea-
mente ó que tengan cierta relación entre sí, cada vez que pensamos en uno
de ellos, tienden los otros á representarse junto con él en nuestra memo-
ria. Es, pues, el Asociacionismo un sistema filosófico que supone ser resulta-
do de sensaciones asociadas según la expresada ley, todos nuestros pensa-
mientos, juicios, razonamientos y facultades.
Dicen los asociacionistas que "lo que la gravitación es para la astro-
nomía, lo que las propiedades elementales de los tejidos son para la fisio-
logía, son las leyes de la asociación de las ideas para la psicología.,, Su
Único objeto son los fenómenos; ignora lo qué sea el alma ó el espíritu: es
experimental tan solo. El único, hecho pricológico que el asociacionismo
contempla como primitivo é irreductible, es la sensación, con la cual rela-
ciona el placer y el dolor, origen en su concepto de las emociones, de los
sentimientos, y de la voluntad, siendo por lo tanto una filosofía esencial-
mente sensualista. H. Spencer se opone en muchos puntos al pontífice
máximo de esta teoría, su compatriota Stuart Mili, el cual enseña que
todas nuestras sensaciones son productos exclusivos de nuestro espíritu.
Spencer reconoce que hábitos tan complejos (concepción, memoria, senti-
miento, voluntad etc.) no pueden formarse en la breve duración de una idea
humana, y admite que se transmiten por herencia. Así resulta que nace-
mos provistos de los principios que constituye la razón humana, y somos
diferentes del animal, porque éste posee instintos aun poco desarrollados,
aunque, según Spencer, no tardarán estos últimos en ser como los raciona-
les, pues en virtud la ley del evolucionismo de quien es integérrimo parte
dario, los seres todos por sus propias tuerzas desenvuelven paulatinamente
sus facultades y transforman su naturaleza. Así explica el universo sin la
intervención de un Di'is personal, pretendiendo "que los seres superiores
son los equivalentes de los seres inferiores de cuya evolución proceden.,,
No sé qué pensaría Spencer cuando viera que las descripciones de anima-
les que hizo Aristóteles hace dos mil años, perseveran hoy cual eran
entonces.
H. Spencer difiere también de Stuart Mili en que aquél admite la exis-
tencia del mundo exterior, pero aceptando la ininteligible explicación de
Hegel sobre el origen de las cosas, que partiendo de la noción del ser inde-
terminado, y por una serie de sofísticos argumentos, intenta probar que el
ser que no es, se torna esencia, y que su evolución lógica le impele hasta la
existencia; supone también una fuerza de desenvolvimiento inherente á la
materia, que es la sola eterna y se evoluciona sin fin. Y esto, y con decir
que no puede ser reconocido y determinado el Incognoscible que se des-
arrolla con sujeción á la ley de evolución, nos hará ver qué Spencer era
uno de esos filósofos cuyos sistemas injuriosos á Dios, y contrarios á la rec-
ta razón, han producido las más funestas consecuencias en el orden moral,
llevando en pos de sí la negación del orden sobrenatural y del orden inte-
lectual.
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(1) S. Greg. Turón, de Glor. Martyr. cap. 97. Et lib. 2. de Glor. Conf.
cap. 33 et 34.
(2) Honort. a S. Mar. in Animadvers. in reg. Crit. tom. 5. lib. 5. Di-
sert. 6. Art. 7.
938 EL MONTE CARMELO
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^^¡^^^^^^•^%^^^)^^^^^l,
Con esta obra que han colmado de elogios los Capítulos Gene-
rales que se sucedieron y ha sido digna del estudio de privilegia-
dos ingenios, logró el V. General ver acreditada la unión entre los
dispersos Conventos de la Orden.
En los últimos años de su glorioso Generalato la Reina de los
cielos se apareció al Papa Juan XXÍI la víspera de su advenimien-
to al solio Pontificio, cuyo coloquio y encargos que le dio en favor
de los Carmelitas los refiere el mismo Papa latamente en su bula
llamada Sabatina, y cuyo original se guardaba en tiempo del Pa-
dre Gradan, según el mismo Padre asegura, en un Convento de
Inglaterra. El Maestro Gerardo, murió poco tiempo después de
este suceso en la ciudad de Aviñón, residencia entonces de los Pa-
pas, corriendo el año de 1317.
E L ILTMO. G U I D O D E P E R P I N A N
Al maestro Gerardo sucedió el V. Guido de Perpiñán, llamado
también Gil de Terrena. Fué electo en el capítulo general celebrado
en Burdeos el año de 1318, y cuentan los historiadores que el sobe-
rano Pontífice Juan XXII pidió al capítulo que eligieran á Guido
como se hizo por unanimidad de votos.
Pero al poco tiempo de ser elevado á tan importante cargo, y
942 EL MONTE CARMELO
La reforma se hizo, sin embargo, más tarde, y en 1614 veía la luz la edi-
ción Medicea; pero ni á ella concurrió Palestrina, puesto que había muerto
en 1594, ni para ella se hizo uso de su manuscrito. Y aquí, en vez de discu-
tir el último punto, remito al lector á la segunda parte del estudio ya cita-
do de Monseñor Respighi.
Esta edición Romana ha sido reeditada por Pustet en el último tercio
del siglo pasado, y es la conocida hoy con el nombre de Edición de Batis-
bona.
Por último, qué importaría que la Medicoa nos trasmitiese la corrección
palestriniana? Sería al caso de repetir una vez más que no hay que jurar
sobre la palabra del maestro, y que también á veces se duerme el buen Ho-
mero. ¿Quién no ha oído repetir el juicio de Baini sobre el mismo Palestri-
na? <He aquí, dice en su memoria histórica-crítica sobre la vida y obras del
maestro italiano, al hombre más eminente que se ha conocido en el arte y la
ciencia musical armónica, convertido en menos que un niño, cuando quiere
poner sus profanas manos en el canto de los Padres y Doctores de la Santa
Iglesia Romana». Y es que la reforma necesitaba tanto un consumado ar-
queólogo como un eminente músico.
Quien desee conocer á fondo esa edición, lea los volúmenes n i y iv de
la Paleografía musical; y si no quiere ó no puede tomarse esa molestia, oiga
al menos la conclusión del autor, después de un análisis bien detallado de
la Versión de los manuscritos y de la de Ratisbona. Se refiere sobre todo al es-
tilo salmódico, y dice así: «La verdad es que esta salmodia (la de Ratisbo-
na), desde el punto de vista del arte, es una caricatura grotesca de la verda-
dera salmodia romana; desde el punto de vista gramatical, una negación ab-
soluta de las reglas más racionales para la adaptación de las palabras á la
música; desde el punto de vista práctico, un barullo inextricable de dificul-
tades....: es una pobre mártir á que ol reformador ha impuesto el suplicio
del caballetes, etc. (2).
¡Cuántos santorales de nuestras iglesias conservan las melodías primiti-
vas notablemente menos mutiladas que la Medicea y por consiguiente que
la de Ratisbona! Hablen si no las cifras. Abro la edición de Solesmes (ver-
sión de los manuscritos) y cuento las notas de una pieza cualquiera, del
gradual Justus ut palma, 295 notas, si no olvido alguna, componen la melo-
día del Justus etc. Vengo á la de Ratisbona y no cuento más que 138; y en
qué orden. ¡En qué desorden, debería decir!
Con la integridad y exactitud se perdió el ritmo de las melodías grego-
rianas; y, en vez do aquella fluidez y ligado perfecto con que eran cantadas
en sus días de gloria, desde entonces so las ejecutó; realmente se las ejecutó
como al reo en la guillotina; pero con el cuchillo de la lengua. El martilleo
usurpó el lugar del ligado. So dividían las sílabas y los grupos; ya no que-
daban palabras, ni quedaba melodía. Sólo quedaba una serie incoherente de
sílabas y de notas. He aquí la suerte del canto gregoriano en los tres últi-
mos siglos.
No me detengo á deplorar la pérdida de nuestras melodías, ni á descri-
bir las aberraciones á que condujo el olvido de la tradición. Gracias á Dios,
ya han amanecido mejores días para el arte religioso. Con la restauración
de la liturgia romana en Francia, cuyo campeón fué don Guóranger en el
única que hace hombres,. hombres mejantes, será el pueblo más gran-
cuya fidelidad al deber social ó do- de, más próspero, más pacifico, más
méstico, público ó privado, militar libre, más noble y más invencible de
ó civil, está á prueba de todo.,, todos los pueblos.
En la 1. a Parte, las Conferencias, Recomendamos, pues, á todos
Dios, Superior y Padre, El maestro y nuestros lectores, esta obra, que
la Autoridad, El discípulo y el respe- apreciamos de sumo interés en nues-
to, el Reglamento y la obediencia:—en tra patria, hoy que, al igual que
la 2. a parte, La instrucción ysusglo Francia, preténdese en la escuela y
rías, El trabajo y el deber, El estudio, en el hogar desterrar por completo
La recreación y el juego, La vuelta á el Santo nombre de Dios. Largos
casa, dicen admirablemente, como hemos sido y desearíamos más ex-
nadie lo ha dicho todavía, lo que tensión y tiempo de lo que dispone-
debe ser un buen estudiante. mos, para hacer de esta importantí-
L a 3. a P a r t e está consagrada á la sima obra de Mons. Baunard un
formación del buen hijo y del buen detallado examen.
hermano: Son preciosas las confe- Con respeto á la traducción, bas-
rencias: El padre, La madre, La fa- ta decir, que El Colegio Cristiano ha
milia, Los amigos, Los pobres.—En la sido traducido á nuestro idioma por
4. a parte, dedicada á la formación el R. P. Dionisio Fierro Gasea, de
del cristiano y del hombre, del ciuda- las Escuelas Pías, sacerdote enca-
dano del cielo y del ciudadano de la necido también en la enseñanza, que
tierra, se nos dá por único modelo á lleva consagrados á la educación
Jesucristo, Jesús en el templo, Jesús treinta años en España y en Amé-
en Na\areth, Jesús y los niños, Jesús rica. Nada han perdido la hermosu-
y los jóvenes, Jesús nuestra lu\, Jesús ra y la grandeza del libro al pasar
nuestro amor, Jesús nuestra vida, El á nuestro idioma.
Evangelio, El Evangelio universal, Sólo nos resta decir, que damos
etc., etc., hasta diez y seis conferen- las más expresivas gracias al labo-
cias, dicen todo lo que expresar se rioso editor D. Gustavo Gili por su
puede en esta materia. aiención con nosotrosy merece nues-
„ En las 5. a y la 6. a Partes, en nues- tros más cordiales plácemes por el
tro concepto principalísimas, se tra- esmero con que está hecha la edi-
ta lo referente á las cuestiones del día. ción y la índole de la obra que mu-
El hombre formado según las Con- cha falta hacía.
ferencias tituladas La inteligencia y Esta obra importantísima y de ac-
la verdad, La conciencia y la libertad, tualidad, se vende en casa del edi-
El honor, La voluntad y la fuerza, La tor, D. Gustavo Gili,—Consejo de
fé y la vida de la fé, La vocación, La Ciento, 285—Barcelona, á los pre-
patria, La parroquia, El dolor, La cios siguientes:
muerte y la eternidad y las Esperan- Un magnífico volumen'de 646 pá-
zas del cielo, será sin duda, sirviéndo- ginas en 4.° mayor, lujosamente im-
nos de las palabras del citado críti- preso sobre papel vejuradD, 8 pe-
co A. de Margerie, el hombre que setas.
necesitan los pueblos, de suerte que Ricamente encuadernado en tela
el pueblo donde existan hombres se- inglesa, con rótulos en oro, Ptas. 10.
Por falta de espacio y para dar cabida en este número al «índice Gene-
ral > no publicamos las fiestas con que celebraron nuestroB Conventos de la
provincia de Valencia la visita de N. M. R. P. General. Lo haremos Dios
mediante en el próximo número.
El día 2 tuvimos noticia de que había salido de Valencia N. R. P. Gene-
ral para visitar los conventos de Burriana y Desierto de las Palmas, acom-
pañado de su secretario, del fl. P. Provincial Fr. Salvador de la Madre de
Dios y del 11. P. Prior de Valencia Fr. Bernardino de Jesús. Nos consta que
N. R. P. General está comp'acidísimo de las atenciones de que ha sido ob-
jeto en Valencia, y que durante su breve permanencia en aquella ciudad se
ha captado las simpatías de todos los que han tenido el gusto de tratarle.
CENTENARIO.—Lo han celebrado con gran pompa y solemnidad nuestros
Padres de Calahorra, con motivo de celebrarse la fundación de aquel Con-
vento.
La solemnidad que han revestido los cultos celebrados los días 6, 7 y 8
del presente mes, ha sido verdaderamente excepcional por su magnificen-
cia y esplendor. Todos los tres días se cantaba Misa solemne por la maña-
na con exposición de S. D. M. y otros cánticos alusivos ál acto. Por la tarde
cantadas Vísperas y rezado el Rosario, subió al pulpito los tres días el
R. P. Esteban de Santa Teresa, carmelita descalzo, hijo del Convento de
Corella, tan conocido en varios puntos de España por su elocuencia y arre-
batadora palabra. El gentío que asistió á tales actos fué inmenso, y Ca-
lahorra toda ha manifestado una ve?; más el aprecio y estima en que tiene
á la Comunidad.
Felicitamos á los Padres de Calahorra por haber llevado á cabo tan feliz
idea de conmemorar la fundación de su Convento, y por lo bien que lo han
sabido realizar.
ODIO SECTARIO. —Los enemigos de Cristo tienen que serlo también de la
Cruz, y así lo demuestra el siguiente atentado de que dan noticia los pe-
riódicos franceses:
«Soldados alojados por el Ayuntamiento de Saintes en el Convento que
pertenecía á las Carmelitas, han destrozado la cruz del cementerio de dichas
Religiosas y han profanado con actos ignominiosos la Capilla».
Los Carmelitas de Saint Flour, expulsados de Francia, han fijado su re-
sidencia en la isla de Wight (Inglaterra).
PRIMER DOCUMENTO DE SU^SANTIDAD PioJX SO-
BRO LA REFORMA DESCANTO ECLESIáSTICO. —El
humo Pontífice Pío X para alentar los esfuerzos
de los redactores de La Rassegna Gregoriana se ha
dignado dirigirles las siguientes líneas escritas de
su puño y letra: «Convencidos asimismo por larga
experiencia de cuan maravillosamente influyen en
la
, , piedad y devoción, y por lo tanto en el verdade-
ro culto de Dios las puras armonías del Canto Eclesiástico, cual se exige
por la santida l del templo y de las sagradas funciones que allí se cumplen,
aprobamos y bendecimos do todo corazón á cuantos con ardor se emplean en
la necesaria retorma de la música en las iglesias, y entre estos, no los últi-
mos a los redactores del periódico La Rassegna Greqoriana»
Del Vaticano, el 27 Agosto 1903.
Pío Papa X.
RESUMEN POLÍTico.-Grandes evolución, s políticas se han verificado en
estos últimos días. El debate político, hábilmente planteado por D. Ramón
JNocedal na terminado de poner en relieve la división del partido fusionis-
ta. A un lado está ya el partido liberal-democrático con su jefe D Eugenio
Montero Ríos y su subjefe D. José Canalejas, y al otro lado están los mo-
retistas con su D. Segismundo al frente y el Conde de Romanones de lu-
garteniente. Han sido también muy elogiados los discursos de los diputa-
dos tradicionahstas Gil Robles y 8r. Arana.
El Gobierno empeñado en que cesara la obstrucción de los republicanos
y éstos negándose á transigir, hizo que so tratara de sesiones permanentes
en el Congreso; pero el Sr. Domínguez Pascual salvaba, sino se íaprobaban
los presupuestos el atolladero, de la Constitución proponiendo una levJ
en la
siguiente forma:
«Se autoriza al Gobierno para que rijan desdo l-o de Enero los prosu-
puestos generales del Estado, presentados por el Gobierno, caso de que para
flicna fecha no estén aprobados por las Cortes.» Aquí fué Troya- las protes-
tas de las minorías y el desacuerdo surgido entre los ministros en el Con-
sejo celebrado en la Presidencia, sobre las modificaciones que debía sufrir
la proposición del Sr. Domínguez Pascual, obligó al gobierno del Sr. Villa-
verde a dimitir, & causa de no poder legalizar la situación económica El
Key volvió á, ratificar los poderes al Sr. Villaverde, pero éste, después de
trabajar inútilmente para formar nuevo ministerio, resignó los poderes que
le otorgaron, con carácter de irrevocable. -
D. Alfonso llamó al Sr. Maura, quien después de segunda indicación del
Monarca, ha aceptado el encargo de furmar nuevo Ministerio, resultando
elegidos por el siguiente orden:
Presidencia, señor Maura; Estado, señor Rodríguez Sampedro; Gracia y
Justicia señor Sánchez de Toca; Guerra, señor Linares; Marina, señor Fe-
rrándiz; Hacienda, señor Osma; Gobernación, señor Sánchez Guerra; Instruc-
ción, señor Domínguez Pascual; Agricultura, señor Allendesalazar.
El señor Maura expuso á Don Alfonso y al Congreso que el programa de
este gobierno será el mensaje de la corona, leído á las actuales cortes.
Las fuerzas de Infantería han celebrado con diferentes festejos la fiesta
de su Patrona la Inmaculada Concepción, sin incidentes, en todas las pro- r
vincias.
ÍNDICE D E L TOMO IV
A Ñ O D E 1903
Artículos de fondo
Págs.
¡Vamos adelante! por la Redacción 3
Las modernas hipocresías, por Fr. Marcelo del Niño Jesús 6
Ensayo litúrgico sobre el oficio de N. M. Sta. Teresa de Jesús, por Fr.
Brocardo de S. José 11
Sor Teresa del Niño Jesús, por Fr. E. S. F 15, 49, 90, 132,
177, 255 325
El Estudio de la Religión, por Fr. Eusebio de la Asunción 19,181, 380
La Estrella del Mar, por Fr. Amado 41
Pensamientos, por A. Grelán r 46
El Catolicismo en las bellas artes, por Fr. Samuel de Santa Teresa
53, 137 289
Maria del Carmen, por Fr. Amado.. 81
La Espada del dolor, por N. I. C. D : 86
Existencia y personalidad canónica de la Venerable Orden Tercera
del Carmen, por Fr. Marcelo del Niño Jesús 97
María del Carmen, La Reina, por Fr. Amado 121
Nuestra nobleza, por Fr. Ángel María 125
A S. 8. León X I I I , por la Redacción. 161
María del Carmen, La Madre dulcísima, por Fr. Amado 16!}
Un pensamiento de L^'ón XIII, por Fr. Marcelo del Niño Jesús 166
Lo que somos, por N. I. C. D 167
Santo Tomás y el Curso de Teología Salmaticense, por Fr. Silverio
de Santa Teresa 170
María del Cirmen, La Madre y los hijos, por Fr. Amado 201
Un Cantor de las glorias Josefinas, por Fr. Eduardo de Santa Teresa. 205
Nazareth, por Fr. S. de la M. de D 210
En ñoma, Instantánea, por Fr. Silverio de Sta Teresa 226
María de los Dolores, por Fr. Amado 241
Fuente de vida, por Fr. Ángel María 246
Ecos del Calvario, por N. I. C. D 248
El ciprés de Lot, por Fr. Martín 254
Jesús Moribundo, por D. Mariano M. Maroto, Pbro 259
Reginu Coeli Laeiare, por Fr. Amado 281
Los díscipulos de Emaus 285
La Creación; Una prueba, su valor, por Fr. Marcelo del Niño Jesús,
299 345
Nuestro Padre, por Fr. Amado 321
María del Carmen; La Madre en el Cielo, por Fr. Amado 361
La Virgen del Mar, por Antonio G-. de Linares 3t5
Federico IV de Dinamarca y Sor Magdalena de S. J u a n de la Cruz,
por X .' 368
O creer ó enloquecer, por Fr. Ángel María 372
Santa, Santa, Santa, por Fr. Amado 401
Maravillas Eucarísticas, por Sta. María Magdalena de Pazis 405
La Adoración nocturna, ¿qué es? por Fr. Serafín 408
Flor de España,' por Fr. Pedro de la Madre de Dios 409
Aspiraciones (después de comulgar) por S. J u a n de la Cruz 415
De Suez á Colombo, por Manuel Alvarez 420
A mor y sacrificio, por Fr. Ángel María 441
El buen Pastor, por N. I. C. D 445
Grato recuerdo (La Octava del Corpus) por J. S. M 450
La fé racional, por Fr. Ángel María 453, 494 693
Azucenas y rosas, por F r . Plácido María del Pilar 457, 488,
Mes de Julio, por F r . Ángel María ¡ 481
95í El, MONTE CARMELO
Págs.
S. Alberto y la Regla del Carmen, por Fr. Jerónimo Gracián de la
Madre de Dios 494
La cuestión social, por Fr. V. A 497, 583, 686
El Carmelo, por el Exorno, é limo. Sr. Obispo de Osina 521
Mater, Decor Carmeli, por el M. I. Sr. don Alejandro Fernández
Cueto 524
Monte Santo y Simbólico, por el M. I. Sr. D. Alejo Diez Horce 526
EL día 16 de Julio, por Fr. Samuel de Santa Teresa 5S0
Prelados ó Superiores de la Urden Carmelitana, por Fr. Jerónimo
Gracián de la Madre de Dios 532, 580, 69(), 733, 823
El Monte Carmelo y los Ascendientes de la Virgen, por Federico San-
grador Migela 538
¡Lloremos!, por Fr. Ángel María 562
8u Santidad León XIII, por Fr. Valentín de la Asunción 566
Método de vida do León X I I I 574
La Asunción (Leyenda) ' 575
Felicitación á Pío X, por la .Redacción 6()1
Su Santidad Pió X (biografía) 602
¡El Papa ha muerto! ¡Viva el Papa! por Fr. A 605
Elección del Sumo Pontífice, por N 607
Tú eres Cefas, por G 607
Nombres de los Sumos Pontífices, por E 608
Siervo de los siervos de Dios, por L. M 611
El Rey de la Iglesia, por Donoso Cortés 612
A8sumpta e»t, por Fr, Samuel de Sta. Teresa 615
El Nacimiento de María, por Fr. Samuel de Sta Teresa 641
¿Dónde murió la Santísima Virgen? por Carlos Walker M a r t í n e z . . . . 645
La exaltación de la Cruz, por Fr. Ángel- María 681
Ed Castel G indolfo, por Fr. Silverio de Sta. Teresa 696
, Lo que va de Castilla á Castilla, por Fr. Ángel María 721
TSanta Teresa y el fin de su reforma, por Fr Jerónimo Gracián de la
Madre de Dios 726
Flores y elogios del Rosario, por Fr. Eduardo de Sta. Teresa 729
Santa Teresa de Jesús, por J . I. Valentí 761
Santa Teresa y el espíritu de Misiones en N. O., por Fr. Samuel de
Santa Teresa 767
La Amiga de los sabios, por Fr. Eduardo de Sta. Teresa 772
Santa Teresa, Doctora por Salamanca, por X. 775
Estilo y lenguaje de los libros de Santa Teresa de Jesús, por Fr. J e -
rónimo Gracián de la Madre de Dios 779
El Miáionero, por Fr. Samuel do Sta. Teresa 741
Carta Encíclica de Su Santidad Pío X 801, 841
La otra vida, su existencia, por Fr. E luardo de Sta. Teresa 807
Autores que han escrito sobre la Asunción de la Virgen por Fr. E. A. 812
La Raza latina y la sajona, por Fr. Evaristo de J. M 826
Espíritu de S. Juan de la Cruz, por Fr. p&¡ luardo de Sta. Teresa 847
Ñapóles por Santa Teresa, por Fr. Silvano de Sta. Teresa 853
Desde los Estados Unidos, por Fr. Samuel de Sta. Teresa 859
Jubileo de la Definición Dogmáticayae la Inmaculada Concepción,
por Fr. Ángel María / 881
Tota Pulehía, por Fr. Pedro Tomás de Santa Teresa 885
Los Católicos españoles y las fiestas jubilares de la Inmaculada Con-
cepción, por Fr. William 891
La Sta. Casa de Loreto. por Fr. S. M. D 893
Desde New-York, por Fr. Samuel do Sta. Teresa 900
La Esperanza en un Mediador, por Fr. José, C. D 921
Nuestro Libertador, por Fr. Eduardo de Santa Teresa 925
El jubileo de la Inmaculada Concepción, por Fr. Ensebio de de la
Asunción 930
Los polvos del sepulcro de Santa Teresa, por un crítico c r e y e n t e . . . . 937
INDIOS DEL TOMO IV 955
Págs.
Poesías
El Tiempo, por Antonio de la Cuesta y Sainz 8
En la hermita, por Luis Bam de Viu 14
El programa de Teresa, por Mariano Arenilla. 45
Sin espuelas: romances históricos por Fr. Fiorián del Carmelo Tere-
siano .- 57, 94, 134
A Jesús, por José María H e r r á i z . . . . . . 89
A Luis, mi hijo: por Blas Góinez Mata 105
Carta perdida, por Luis Bam de Viu 130
Done Tomas Catolicoen Escoletaco haguntzuiieari por Martín Ma-
naren Bieotz Garbico 176
A una virtuosa: por Antonio G. do Quevedo 200
El Vicario parlero: (Humorismo Teresiano), por Fr. Fiorián del Car
meló Teresiano 208
Ave María: (en el día de la Anunciación) por Antonio de la Cuesta y
Sainz 213
A Sor María Josefina de S. Antonio fen el día de su profesión) por Fray
José María del 8mo. ¡Sacramento 221
¡Mater Dolorosa! por Antonio de la Cuesta y Sainz 264
Fuerza de lágrimas, (soneto) por N. N . * . . . . . - 281
Morir ó padecer, por M. V 287
A una arrepentida, por Antonio G. do Quevedo 307
Triunfo: por N. N 320
A la Santa Cruz, por Fr. José María dol Smo. Sacramento .. 830
Después de descarrilar (juguete dramático) por Fr. Fiorián del Car-
melo Teresiano ; 332
A San José, por F. de V 348
A buen rey leal vasallo (romances históricos) por Fr. Fiorián del Car-
melo Teresiano 374, 412
Después de la Comunión, por Fr. Jerónimo de S. José C- D 406
Al Sagrado Corazón de Jesús, por Antonio de la Cuesta y Sainz 449
La vida futura: (gemidos d« Un alma desterrada) 456
Caso grave, por Luis Ram de Viu (B. de Herbés) 481
Origen, Antigüedad y Reformación do la urden de Ntra. Sra. del Car-
men¡ por Fr. Jerónimo de 8. José 484
En la playa, por Fr. José María del Smo. Sacramento 500
La insignia Carmelitana, por Khit 529
Signum salutis, por Fr. José María del Santísimo Sacramento 536
Poesía lírica del Papa León XIII (Traducción) 573
A la Asunción de Ntra. Sra., por Fr. Luis de León 579
Instantánea (en la muerte de su Santidad el Papa León XIII), por
Fr. José María del Smo. Sacramento B94
A la Asunción de Nuestra Señora, por Fr Arcángel de Alarcón 618
Consolatrix aflictorum, por Fr. José María del Smo. Sacramento.... 655
Poesías de Sor Teresa del Niño Jesús, traducidas por F. S. de M. 660,
737. v 815
Al pie de la Cruz, (soneto) por Fr! José María del Smo. Sacramento.. 685
Nota poética, (autobiografía) por Gustavo A. Becquer 695
¡Todos la tiran de la capa! por Fr. Florencio dol Niño Jesús C. D 728
Zaragoza y el Pilar; por Fr. Bernardo de la Cruz 732
Ya viene el Esposo (amores Teresianos) por Fr. Fiorián del Carmolo
Teresiano 766
Después del éxtasis, por Esteban Muñoz Donoso, canónigo de la S. I.
Catedral de Chile 771
A Santa Teresa de Jesús, (soneto) por Rafael E. Sánchez ...., 778
La Doctora del Carmelo, por Sor Miriam 781
Vejamen que se dan nuestros gloriosos Padres Santa Teresa y San
J u a n de la Cruz ? 851
Himno á la Virgen de Begoña, Patrona de Vizcaya (letra de D. Fran-
cisco Iturribarría, (Pbro) (Música de D. Ramiro de Inohaurbe) 858
A la Inmaculada Concepción, por Fr José María del Smo. Sacra-
mento 889
956 EL MONTE CARMELO
Págs.
A María Inmaculada, por Fr. M. P. C 898
La Llavo del Cielo, Diálogo de Navidad, por Fr. Florencio del Niño
JesÚ3 , 928
El alma enamoroda (canción mística), por Fr. N 938
Misiones Carmelitanas,
Desde Malabar, por Fr. J. V 214, 294, 416, 621, 183
Efemérides de las Misiones Carmelitanas de Mesopotamia, por Fr. Pe-
dro de la Madre de Dios 103, 141
Maravillas de la gracia entre los adoradores del Demonio. 264, 342,
377, 463, 540, 664 741
Desde Trichur (Cochín), por Fr. Plácido María del Pilar 26, 501
Sección musical.
El Canto gregoriano en Roma, por Fr. Emetorio de Sta. Teresa. .63, 217 301
El Gregorio del canto gregoriano 829, 906, 943
Sección Canónico-Litúrgica.
Misa y Oficio de Difuntos 27
Más sobre la música, por Fr. Antero de S. José 67
Sobre las cruces, rosarios y coronas, porFr. Antero de S. J o s é . . .106,
185, 223 305
Sobre el «Ángelus Domini> y «De profundis», por Fr. Antero de San
José :.. 383
Sobre los cánticos en lengua vulgar, por Fr. Antero do S. José 425
Itinerario ó preces del ritual romano al emprender un viaje , 465
Sobre las Misas de 8. Gregorio, por Fr. Antero de S. José, 507
Sobre la exposición del Smo. Sacramento, por Fr. Antero de San
José ' .543, 587
Sobre el acompañamiento del órgano, por Fr. Antero de S. José 627
Sobre la distribución de la Comunión, por Fr. Antero de S José 701
Decreto sobre el quincuagésimo aniversario de la Inmaculada Con-
cepción -. .'... 786
Nuevo sumario de las indulgencias de la venerable Orden Tercera.. 863
Extensión de las indulgencias al rezo del Oficio Parvo en lengua
vulgar 905
Bibliografía
Tratado novísimo para religiosas, acerca de muchos y graves decre-
tos publicados recientemente por la Santa Sode, por Fr. Esteban
Sacrest. O. P 29
Conveniencia de definir como dogma de fé la Asunción de la Virgen,
por Fr. Eusebio de la Asunción C. D 30
El libro entre espinas, ó el V. J u a n Dnns Scoto, por Fr. Samuel Ei-
ján, O. F. M 30
Prácticas preparatorias de instrumentación, por Felipe P e d r e l l . . . . . 30
La Asunción de la Virgen y la definición dogmática de este misterio
por D. José I. Valenti 30
Poesías originales, por Elisardo Sayans Ocampo 30
Historia de la Santísima Virgen María, editada por cuadernos en la
casa editorial de Rojas, 69, 230, 349, 428, 628 806
Almanaque de los amigos del Papa 69
Los niños mal educados, por Fernando Nicolay 186
La Sagrada Eucaristía, contemplada al místico resplandor del salte-
rio de David, por Soledad Arroyo 1S7
Vida del angélico maestro Santo Tomás de Aquino, Patrono de la
estudiosa juventud, por el P. Fr. Manuel Sainz, O. P 187
La España Teresiana, obra postuma de Mr. Hye Hoys 229
Directorium mysticum. Reverendisimi P. Fr. Antonii á Spiritu Sanc-
to, Carmelitae Desoalceati et Episcopi Angolonsis 230
Ensayo litúrgico sobr.» el oficio de Santa Teresa de Jesús, escrito en
francés por el R. P. Brocardo de Jesús María 308
IKDICE DEL TOMO IV 957
Pt.gs.
Chile.—Traslación de las Carmelitas Descalzas del Espíritu Santo de
Cnriinán á la Ciudad de Los Andes 267
Viajero ilustre.—Misiones en Solares 273
El Emperador Francisco José y las Carmelitas Descalzas.—El Arzo-
bispo do Verápoly 311
Bien venidos 812
Nuestro Padre General 813
Capítulos Provinciales 350
Carta de la Paz (Bolivia):». 351
Elecciones.—Provincia de Castilla.—Valencia.—Navarra 885
Carta del Monte Carmelo 385, G(¡8
Profesiones y tomas de hábito 386, 4H4
Iglesia de Chile. — Viajo do regreso de Mons. Bernardo á Malabar.... 431
Cambio de Superiores 432
Secretario Provincial.—Solemnísima profesión religiosa 4 '3
Prior de Wincanton (Inglaterra). —A nuestros suscriptores 408
A América. —Las obras de nuestra iglosia 409
Festividad del Corpus Christi en ErnakuLun 547
Fiestas en honor do la Virgen del Carmen 548
Expulsados de Suiza.—Solomno manifestación en Langhetto 549
Funerales de León XIII 591
Tres religiosos absueltos.—Fustas delCarmon. - Inauguración de un
altar 592
La Fiesta del Carmen en Méjico 031 009
Carta de Castellón 032
Azcoitia: El nuevo templo del Sagrado Corazón do Jefaús 085
La Virgen dol Carmen en Aguascalient^s (Méjico) 671
Cultos solemnes á la Reina del Carmelo en la Habana 672
Carta de Tarazona (Aragón). 675
Necrología 676, 707, 752, 790, 835, 871
Fiestas solemnes del Carmen en Granada 707
Carta de Chile 749
Carta de Ernacularn (India) 750
La Virgen del Carmen en Solares 751
N. Padre General en Eepañr 788
Desde Malabar 789
Voto en favor de la Virgen del Carmen.'. 790
Las Fiestas de Santa Teresa en Avila.—Peregrinación a Avila 833
N. P. General en A v i l a . - Un milagro obrado por los polvos del sepul-
cro de Santa Teresa 834
En honor de N. M. Rvdo. Padre General 808
La Virgen del Carmen y los Estudios Eclesiásticos en Méjico 912
Cambio de Residencia del Arzobispo de Vcrápoli 912
Misiones Carmelitanas 912
Toma de Hábito.—Profesión Roligiosa 918
Centenario.—Odio sectario 951
Crónica General
Carta de Roma 33, 234, 391, 552
«Motu proprio», de León XIII.—Comunidad necesitada 34
Homenaje obrero internacional á León XIII 34
Resumen político 35, 75, 115, 160, 195, £86 277, 310, 856 396, 438, 475,
514, 556, 596, 716, 757, 797, 836 876
La Comisión histórico-litúrgica de la Sagrada Congregación de Ritos 73
León X I I I y las Congregaciones religiosas de Francia.—Loon X I I I
y el Alcalde de Carpineto, —Venganza ejemplar 74
Conmemoración del Jubileo Pontificio en Roma.—Cumbos y l¡¿s Con-
gregaciones religiosas 113
Consecuencias de la expulsión de las Ordenes religiosas en Francia.—
Las cosas clara—Una protesta. La Iglesia Católica en el Pontifica-
do de León X I I I 114
ÍNDICE D¿L TOMO IV 959
Paga.
Profesión religiosa 115 159
E l J u b i leo Pontificio 156 198
Disposición edificante 158
E l V e n e r a b l e c u r a de Ars 159
Su ¡Santidad y los. C a r d e n a l e s 235
F r a n c i a y las C o n g r e g a c i o n e s R e l i g i o s a s 277
Combes y la F r a n c m a s o n e r í a — L i s C o n g r e g a c i o n e s f r a n c e s a s . — A u -
t o r premiado.'. 315
E l Gruneral de los C a r t u j o s y C o m b e s 354
E l C i n c u e n t e n a r i o de la I n m a c u l a d a C o n c e p c i ó n . — U n a e x c o m u n i ó n . 392
L a s a m e n a z a s de C o m b e s . — C o n v e r s i o n e s — e j e m p l o de h e r o í s m o 393
P r o t e s t a s episcopales en F r a n c i a . — L a conversión de C a n a l e j a s ó la
hipocresía de los a n t i c l e r i c a l e s . — L a sociedad a n a r q u i s t a 394
U n a c o n t e s t a c i ó n de la S a n t í s i m a V i r g o n . — E l próximo Consistorio.—
Los Oblatos de la B l a s s e n a 395
Q u i n c u a g é s i m o a n i v e r s a r i o de la p r o c l a m a c i ó n dt 1 d o g m a do la I n -
maculada Concepción 436, 753
I n v o c a c i ó n á la S a n t í s i m a V i r g e n . — L a r e o r g a n i z a c i ó n católica en
Cuba.— P e r s e c u c i ó n r e l i g i o s a en F r a n c i a . — L a s señoras de B i l b a o .
— R u s i a y los d e c r e t o s de C o m b e s 437
L a acción de los católicos. — I m p o r t a n t e s d o c u m e n t o s 470
D e c l a r a c i o n e s del E m m o . C a r d e n a l Sancha 471
L a Basílica de S a n J u a n do L o t r á n 473
N u e v o C a r d e n a l español.—La acción social de los católicos i t a l i a n o s .
—U n p r í n c i p e monje 474
J u b i l e o de la Definición de la Concepción I r . m a c u l a d a do la V i r g e n . —
D o c u m e n t o Pontificio 512
M i s a Pontificia el d í a 8 de D i c i e m b r e . — E l C a r d e n a l V a u g h a n . — E n
favor de los leprosos • 513
Odian á Cristo 514
L a e n f e r m e d a d del P a p a .-. 550
M o n u m e n t o a León X I I I 555
Muerte repentina, ,....' 556
Ú l t i m o s m o m e n t o s de L e ó n X I I I . — D u e l o u n i v e r s a l 596
T e l e g r a m a s de pésame 596
C o r o n a c i ó n de Pío X 639
P í o X y el C a n t o G r e g o r i a n o 640
Carta notable 708
M. Combes á E s p a ñ a 709
Hermoso Balance 7|0
IjMisiones e x t r a n j e r a s . — L a i g n o r a n c i a del clero 710
* I a s o n e r í a y Mons. G u u t h e - S o u l a r d . — C e n t e n a r i o del P. I s l a . — L a s
O r d e n e s roligiosas y los Estallos U n i d o s 711
E l ejército p o n t i f i c i o . . . . . . 712
Dos célebres c o n v e r s i o n e s . — P a p a s de familia pobre 713
L a l i b e r t a d religiosa en F r a n c i a . — L o s B a l k a n e s . — R e f o r m a s del Va-
ticano 714
L a s t u m b a s de los P a p a s 715
Coincidencia preciosa.—Nuevos Obispos de C u b a , — C o n t r a la r e l i -
gión y c o n t r a la ciencia 754
S a g r a d a C o n g r e g a c i ó n de Ritos.—La Beatificación de J u a n a de Arco.
— L a C a r i d a d lAica — D i g n o de aplauso 755
E l r e t r a t o do Su S a n t i d a d —El I l u s t r í s i m o señor Obispo de B a d a j o z .
—La S a n t a Cruz y Renán 756
L o s católicos de M a r s e l l a 757
E n c í c l i c a de S u S a n t i d a d Pío X 792
H o m e n a j e á Pío X . - R e g a l o de P í o X al A l c a l d e de Riese. — A n i v e r -
sario de la o r d e n a c i ó n s a c e r d o t a l de P í o X.—Un m i l i t a r c r i s t i a n o . . 793
Niño m á r t i r 794
O d i o sectario.— P í o X y la m ú s i c a en l a I g l e s i a 795
N o t i c i a d e s m e n t i d a . — L o s Z a r e s en R o m a . — E l viaje de L o u b e t . . . . 797
960 JfiL MONTE CAKMBLO
Págs.
Monseñor Merry del Val, Secretario de Estado.—Una S a l v a j a d a . . . . 837
Enoiolioa sobre la Inmaculada.—Los periodistas catódicos ante Pío X.
— El Emperador Guillermo á sus hijos 872
Movimiento católico y social. —Sectarismo rabioso.—Buena ros- i
puesta 873
Suicidio de un Ministro italiano.—Muerto de Una ¡Santa Fundado-
ra.—El primer Consistorio de Pío X.--Merry del Val. —En plena
anarquía 874
Pío X orador.—Menelik A Pío X . . . . .. 875
El pueblo de Roma ante el Papa 876
La alocución de Su Santidad.—Los nuevos Cardenales 914
Fiestas jubilares de la Inmaculada.—Una de las fiestas del Congreso
Mariano.—El saludo al pasar delante de una iglesia
Los católicos en Holanda.—Los prelados senadores.—Nota política.
Primer documento de Su Santidad.—Resumen político 9;>
Solaces y entretenimientos ,
Dinora Coppinger 36, 76, 117, 198, 236, 278, 317 35'
El Termómetro de la Virgen (Histórico) 397
La Víspera de la Primera Comunión . 43c)
El Hombre misterioso 477, 517, 555, 598, 677, 717, 758, 798, 838, 878, "918
Variedades
Confusión espantosa : '• . fi'J
Nueva iglesia lltí
León XIII—su última voluntad 200
Santa Teresa de Jesús, parionta de León X I I I 5,8
Tú eres Cefas 607
Anécdota do Pío X 0U
Ultima hora 760
Máximas espirituales 8t>tí
Los Misioneros católicos juzgados por un protestante 40
Anagrama de la Inmaculada Concepción 890
El Socialismo W9