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¿Se imaginan un doctor recetando una medicina, sabiendo que existe otra
mejor? Nosotros somos incapaces de pensar en una forma de competir
diferente a la que año tras año nos arroja mejores resultados. Estamos
dispuesto a cambiarla sólo cuando encontremos una vía más eficiente y
divertida de enseñar. La competición como un medio, como un ambiente
de aprendizaje cuyas reglas intencionadamente fueron revisadas para que
el estado de juego lleve a un crecimiento natural y placentero.
Este ebook tiene por misión informar a todos los elementos que componen
el fútbol infantil de nuestra propuesta de fútbol formativo. Especialmente
tiene la intención de informar a las familias sobre el proceso de competición
más adecuado para que sus hijos mejoren significativamente. Jugando.
Juan Antonio
Juan AntonioGallardo
GallardoBueno
Bueno
Felipe
Felipe Siminhuk
Siminhuk Da Costa
Da Costa
4 UNA PROPUESTA PARA COMPETIR, JUGANDO.
Juan Antonio Gallardo Bueno
Felipe Siminhuk Da Costa
En este ebook, iremos explicando cómo creemos es mejor llevar a cabo ese proceso de
crecimiento paulatino de nuestro alumnado. La planificación a largo plazo de objetivos y
contenidos didácticos nos invita a buscar una competencia del fin de semana, cuyas
condiciones estimulen lo entrenado-enseñado-aprendido durante la semana. Se entrena como
se juega, y se juega a lo que se entrena. No hay más.
Para contextualizar esta propuesta de competencias, tenemos que advertir al lector que en
Monterrey (México), se suele competir en más de una ocasión por semana, a diferencia de
otros lugares como en España, dónde los niños disputan un único partido semanal. Esta
circunstancia, lejos de ser un problema que algunos relacionarían con la carga de trabajo,
puede ser una oportunidad de aumentar la práctica deportiva y de enriquecer las
experiencias del niño con diferentes formatos de competición, diferentes grados de dificultad,
etc. Siempre y cuando, las finalidades estén bien claras y no se priorice la competencia, el
ganar, al aprendizaje o la diversión, según sea el caso. En cualquiera de los formatos o
modalidades en los que se compita, y sea el grado de dificultad mínimo o máximo, la meta
es formarse y no tanto, quedar campeón.
La propuesta de competición tiene unos principios que se deben cumplir siempre y que
expondremos a continuación para que tanto entrenadores como familias dispongan de un
criterio para evaluar la pertinencia de las competiciones de sus jugadores o hijos.
¿Cuáles son esos principios que debe cumplir nuestra formato de competencias en cada edad?
PARTICIPACIÓN
SIGNIFICATIVA
EXPERIMENTAR LOS
CONTENIDOS DE LA ETAPA
DIFICULTAD A SU
MEDIDA
SENCILLEZ. POSIBILIDAD DE
ENTENDER EL JUEGO DE
FORMA INTUITIVA.
PLACER DE COMPETIR
TOMAR DECISIONES
A SU ALCANCE
EXPERIMENTAR LOS CONTENIDOS DE LA ETAPA. No se compite para ver quien tiene más
dominio. No en niños que se están formando. La competición no es una evaluación de nuestro
nivel de aprendizaje. Es un medio más. Si una competición no sirve para vivenciar y
experimentar los contenidos que se están entrenando durante la semana, no es un formato
¿Qué sentido tiene pasar toda la semana trabajando la conducción del balón si durante el
partido no se tienen oportunidades de hacerlo? A nuestro modo de ver, las competiciones, en
sus diferentes formatos y con sus distintas reglas, nos ofrecen la posibilidad de aprender más
unos contenidos que otros. El fútbol 5 o fútbol sala nos facilita el aprendizaje de aspectos
técnicos relacionados con el dribling, el fútbol 7 es ideal para ir adquiriendo las primeras
nociones tácticas, y así, en función de lo que nos demande aprender en cada etapa, nuestro
alumno, debemos servirle un platillo donde encuentre esos nutrientes.
El fútbol 5, jugado entre los seis y los ocho años, nos da la oportunidad de
experimentar con mayor frecuencia el 2x1 y 2x2 que en cualquier otra modalidad de
competencia. Ningún formato de competencia favorece más el aprendizaje de la
fijación, y la pared que el fútbol 5. Dichos contenidos son entrenados a partir de los
siete años por lo que es ideal competir a fútbol 5 en ese período de edad.
El fútbol 5, nos permite experimentar de forma sencilla, los contenidos propios de la etapa.
¿se imaginan que van al gimnasio y su entrenador les aumenta la carga por encima de sus
posibilidades? Es más probable que os provoque una lesión a que superen el entrenamiento
sintiéndose más fuertes. Cada quien tendrá una carga ideal y es vuestro entrenador personal,
el indicado o indicada para decidir tal situación. Del mismo modo, son los entrenadores y
escuela de sus hijos quienes deciden qué competencia conviene al grado de experiencia de
sus hijos. No perciban competir en un formato más reducido como un paso atrás sino como un
paso necesario de una progresión que para quien será diferente.
El éxito en las decisiones da confianza y con esta, un jugador puede aprender mucho
más que otro cuya frustración constante le lleve al abandono y la desmotivación. A
menudo, las familias presionan a los entrenadores para que sus hijos con una edad
temprana compitan en el máximo nivel de dificultad. Es importante que la
participación en la competición sea acorde a sus posibilidades. Esto no quiere decir
que no se decepcione alguna vez o se frustre. Es parte del aprendizaje, pero competir
en un nivel más alto al que le permiten sus posibilidades conllevará a un problema
crónico de desmotivación, de falta de confianza y a un estancamiento.
EL PLACER DE COMPETIR. Solo aprendemos aquello que nos emociona. Competir debe
despertar emociones positivas que nos atraigan hacia la misma. A menudo, el ambiente que
se genera alrededor de los partidos, consigue generar en los niños una presión que los aleja
de ese placer. En ese sentido, hemos encontrado que el menor interés de las familias en el
fútbol con un formato reducido favorece un ambiente externo más propicio para el
aprendizaje. El placer de competir, no obstante no tiene que relacionarse a no sufrir esa
agonía de disputar un balón, esa frustración de fallar un lanzamiento a portería, o la
decepción de no haber obtenido el resultado que se esperaba. Todo lo contrario, esos
sentimientos acrecientan dicho placer. Pero siempre han de estar en unos parámetros
adecuados a la edad del niño, a su madurez y a su tolerancia.
Nosotros damos mucha importancia a la competencia. Nos alejamos de esas corrientes que
fomentan una enseñanza donde ganar o perder no tenga ninguna importancia. Si bien no lo
consideramos prioritario y entendemos que los entrenadores debemos buscar otros fines, el
niño debe entender que las demandas del juego, lo acertado de sus decisiones, tendrán una
íntima relación con la consecución de la victoria en la competencia. He aquí, que nos
regresamos al espíritu del juego libre en la calle. Pese a no existir recompensas externas,
cada jugador daba su máximo esfuerzo en pos de la victoria. Esa búsqueda del “ganar” (del
Sin ser un factor intrínseco a los formatos de competencia, el ambiente externo, influye determinantemente en el
carácter formativo o no, de la competencia. Un ambiente muy tenso, aleja al niño de sentir placer al competir.
Cuando el ambiente que rodea a una competencia, aleja a los niños de sentir ese placer del
que hablamos, bien sea porque no es divertida, no hay dificultades y resulta aburrido ganar
siempre por diferencias abultadas; o bien por factores mucho más indeseables, como la
presión de los adultos, papás gritando desde la grada porque quieren que el equipo gane,
etc., la escuela debe tomar decisiones que reconduzcan la competición hacia lo que es, un
medio para seguir aprendiendo. Las decisiones, irán desde competir en una categoría mayor,
distribuir los equipos de forma diferente o incluso, si fuera el caso de los últimos factores,
advertir a las familias de la expulsión inminente de sus hijos si se persevera en tales conductas.
Un jugador con una gran velocidad será muy destacado en fútbol 11, durante las
primeras edades pero con el tiempo perderá esa ventaja respecto a los que son más
técnicos. Esos jugadores con una velocidad por encima del promedio, requieren
participar en formatos de competencia donde el contacto con la pelota sea mayor y
donde la velocidad no represente tanta ventaja (Fútbol 3 o 5).
FÚTBOL 11x11 FÚTBOL 9x9 FÚTBOL 7x7 FÚTBOL 5x5 FÚTBOL 3x3
Es importante mencionar que esta propuesta conlleva una doble vía puesto que como hemos
mencionado, se suelen disputar dos partidos por semana y esto nos da la posibilidad de ir
añadiendo una modalidad diferente de forma anticipada. Por ejemplo, los niños de 7 años
pueden estar compitiendo en fútbol 3 y al mismo tiempo, jugar una segunda liga en fútbol 5.
En este sentido, muchas familias dan un valor mayor a la modalidad con más jugadores pero
ya hemos explicado porque tal disposición es un enorme error. Cada formato nutre al alumno
de una forma distinta y de alguna manera no es saltarse un escalón sino saltarse un plato.
Si con 9 años introducimos el Fútbol 9, es aun prematuro para exigir conductas colectivas
propias de una etapa posterior. Pero de alguna manera iremos familiarizando al niño a los
valores más colectivos. En México, hay que decir que esta modalidad se disputa en una cancha
muy reducida que dificulta muchísimo el desarrollo técnico, por lo que siempre que se pueda,
debemos esforzarnos por ampliar el espacio.
A partir de la edad de 11 años, es aconsejable la introducción del Fútbol 11. Si han visto la
propuesta de los diferentes países, observarán que sigue siendo prematuro respecto a la
mayoría de países europeos pero entendemos que dada la tradición del entorno, competir
en este formato favorecerá encontrar una oposición de mayor nivel.
En ese período distinguimos dos formas de jugar, compitiendo y sin hacerlo. Ya han visto la
tabla anterior en qué edades consideramos es bueno una cosa u otra.
BENEFICIOS:
1.- Máxima relación entre la competición y los contenidos de entrenamientos.
- 1x0 conducción, protección y lanzamientos.
- 1x1 Dribling con espacios para la intervención.
- 2x1 Fijaciones y pases al final de la etapa (7 y 8 años).
2.- Mayor participación real de los jugadores sobre el balón.
- Las intervenciones sobre la pelota son más claras y frecuentes.
- Cuando se interviene no se está tan rodeado y se dispone de más tiempo para
expresar su intencionalidad.
3.- Alto grado de éxito y sensación de competencia dado que todos los niños suelen
conseguir gol con facilidad.
- Todos los participantes de LIGA DESTACA anotan al menos un gol.
- El aprovechamiento del tiempo de juego es mayor y la intervención sobre el balón
refuerza su autoestima.
4.- Alto grado de versatilidad y polivalencia. No se especializan en ningún puesto.
- No hay puestos específicos. Todos atacan y defienden.
- No tiene sentido el planteamiento de estrategias defensivas dado que no es posible
cubrir ambas porterías al mismo tiempo con eficacia.
NOTA. Este formato de competencia no puede ser confundido con el propuesto para el Método
comercialmente llamado FUNNIÑO. A menudo se confunden método con modalidad deportiva.
El fútbol 3 es una modalidad de competencia y por tanto no puede nombrarse de una manera
específica sólo con fines comerciales.
Entre los 5 y los 7 años, los contenidos 1x1, pases y conducciones de más de un metro,
empiezan a ser bastante frecuentes. Estos datos fueron obtenido promediando partidos de
Fútbol 3 entre distintas categorías en una duración de 12 minutos en total.
BENEFICIOS:
1.- Máxima relación entre la competición y los contenidos de entrenamientos.
- 1x1 Dribling con espacios para la intervención.
- 2x1 Fijaciones y pases al final de la etapa (7 y 8 años).
- Relación ofensiva del portero con los jugadores de campo para solucionar la salida
desde atrás.
- Mayor dificultad en la progresión hacia ubicaciones de finalización.
- Importancia de las ubicaciones geométricas entre jugadores.
- Incidencia de medios técnico-tácticos grupales básicos.
2.- Tolerancia a la proximidad del rival en situaciones cercanas a la portería propia.
- Los jugadores se acostumbran a intervenir ante la presencia cercana de la oposición,
incluso en acciones cercanas a la propia portería que conllevan cierto riesgo.
- Sus intervenciones requieren mayor destreza técnica: mayor precisión en los pases y
capacidad de dribling en el 1x1.
3.- Aumenta la complejidad de la competencia pero se mantiene la posibilidad de
entendimiento.
4.- No hay especialización temprana. Los puestos no son específicos y el jugador no se encasilla
en una demarcación únicamente.
Los datos estadísticos son solo referenciales. Podemos comparar la frecuencia de aparición
de un contenido con otro, en un formato competitivo diferente. Como pueden observar,
algunos contenidos aparecen más que en modalidades de fútbol más amplias, y esto
desmitifica la falsa creencia que jugar a un formato más grande, es mejor. Además, estos
contenidos están contados en general en un partido, pero no es un promedio por jugador.
Con lo cual, en Fútbol 5 puede que cualquier participante realice algún 1x1 mientras que en
Fútbol 7 la estadística asegura que no todos los participantes tendrán oportunidad.
Aun nos queda muchísimo por instaurar el Fútbol 5 de una forma generalmente aceptada.
Hasta ahora, las familias lo aceptan porque la escuela decide el formato y la liga en la que
se participa pero queda mucho por hacer para que si la decisión dependiese de las familias,
fueran ellas mismas quienes optasen por ese formato.
Respecto a esta modalidad, hablaremos de un aspecto que nos parece muy importante que
es el espacio en el que se juega. Las dimensiones en las que se ha instaurado el Fútbol 7 en
México, ha provocado que no se vean los beneficios que sí se observan en Europa. El espacio
híper-reducido en el que habitualmente se juega, tiene consecuencias graves respecto a la
aparición de los contenidos que hacen más recomendable este formato. Más adelante les
compartiré una nota que publiqué en Facebook hablando de las diferencias entre el fútbol 7
europeo y el mexicano.
El Futbol 7, con todas su reglas, consta de una línea transversal frente al área que sirve para introducir la Regla del
"Fuera de Juego" o "Fuera de Lugar".
BENEFICIOS:
1.- Máxima relación entre la competición y los contenidos de entrenamientos.
- Medios técnico-tácticos grupales: pared, 2x1; coberturas, desdoblamientos, etc.
- Medios técnico-tácticos colectivos: circulación de balón, circulación de jugadores,
basculaciones, etc.
- Principios Específicos del juego muy afines al Fútbol 11.
- Importancia de atacar en anchura y profundidad.
- Importancia del pase y del juego cooperativo.
Posteriormente compartiremos con ustedes la reflexión que les anticipé sobre el Fútbol 7
pero cabría anticipar ahora un aspecto de vital importancia para el valor formativo de esta
modalidad. Un medio t-t colectivo como la basculación (recorridos defensivos), tiene que
ver con los movimientos que realiza todo el equipo para cerrar espacios cercanos a la
posición del balón y el adversario, dejando menor número de defensores en los espacios
lejanos. A su vez, el equipo que ataca, tratará de llevar el balón hacia esos espacios con
menor cantidad de adversarios. ¿Qué ocurre si estrechamos el espacio? Que tales medios no
tienen ningún sentido, ninguna lógica por lo que algo que es fundamental en el fútbol que
es tener presente el lado contrario al que se ejecuta la acción para buscar aprovechar esta
circunstancia empleándose para llevar el balón rápidamente hacia ese lado más débil, no
tendrá ninguna relevancia. Y si no sirve, no se usa. Así de sencillo. Si no se usa, no se
aprende. Es sólo un ejemplo que intentaremos facilitar su comprensión en la siguiente
figura.
Fútbol 7.
México. ¼
Cancha de
f Fútbol 11.
Diferencias de espacios en anchura y
ángulo de progresión a portería contraria.
Fútbol 7. Europa ½
Cancha de Fútbol 11.
La ampliación del espacio de juego tiene unas consecuencias muy importante sobre la
aparición de contenidos tan importante como la circulación de balón, los cambios de
orientación, etc. En México, la reducción excesiva del espacio ha provocado un fútbol nada
formativo, denso, donde a menudo la aglomeración de jugadores invita al juego directo, a
evitar pases en la zona cercana a la portería y donde el lanzamiento lejano se convierte en
el medio más frecuente.
“Un deporte que no tiene carga competitiva no debería ser considerado como una verdadera
actividad deportiva” (Horst Wein, Fútbol a la medida del niño. Vol. I,).
El alemán Horst Wein no fue el primero pero sí el que más popularidad alcanzó con su lema “fútbol, a la
medida del niño” que sensibilizaba al fútbol base de la época, sobre la necesidad de según sus palabras,
“modificar en las categorías benjamín (8/9), alevín (10/11) e infantil (12/13) la estructura de la competición,
pero sin que se pierda su esencia. Al adecuar o modificar las reglas de juego de los adultos hace falta tener en
cuenta el nivel de desarrollo evolutivo en el que se encuentran los practicantes de la competición, que lógicamente
es distinto si se trata de una categoría u otra”. Décadas después, el fútbol 7 ha conseguido abrirse paso a las
resistencias que se le oponían, sobretodo en México, donde llegó más tarde que a ningún otro lugar. Sin
embargo, los beneficios que Wein prometió no han acabado de verse en el fútbol infantil mexicano. Hace
unos días, unos colegas publicaban indignados como en determinados lugares, los profesores de algunas
escuelas exigían que se volviera a organizar ligas de fútbol 11. ¿qué ha pasado para que una modalidad
tan afianzada en otros lugares y tan avalada por autores y federaciones nacionales, no haya tenido el
éxito que se le presumía?
En esta nota, intentaré explicar mi punto de vista sobre lo que está pasando con el fútbol 7 que se puede
observar en México, y las variaciones que tiene tal modalidad, con el Fútbol 7 que se practica en otros lugares
del planeta donde parece que sus resultados han sido más notorios y sí se han cumplido los presagios del
señor Wein y otros autores. Antes de adentrarme en el análisis, he de dejar muy claro que como Director
Deportivo de una escuela, mis observaciones son diariamente contrastadas y mis argumentaciones no derivan
exclusivamente de la revisión de la bibliografía. Este acercamiento a la realidad del fútbol base mexicano
desde la práctica, desde la cancha me permite hacer frente a problemas que en el papel son obviados y me
permite ser sensible a los problemas de índole comercial que tanto escuelas, como ligas tienen en la búsqueda
de sus respectivas metas. Es decir, no soy ajeno a la problemática de los pocos espacios de los que se dispone
en el fútbol infantil por ejemplo, pero eso no me puede impedir ser consciente al mismo tiempo de las
consecuencia que ha tenido la reducción del espacio sobre el juego en sí.
Decía Horst Wein, que “el buen juego debería estar por encima del resultado”. Era muy explícito cuando nos
invitaba a los formadores a correr riesgos respecto al resultado pero en ningún momento solicitó que el
marcador fuera eliminado como parece ocurrir en muchas competiciones. El sentido con el que el alemán hacía
estas observaciones tenía mucho más relación con los contenidos de enseñanza y con la lógica del juego que
con una visión negativa del marcador. Sin éste último, no es posible competir y sin competencia, ya lo habéis
leído, no se puede hablar de deporte. Con esas observaciones respecto al resultado, pretendía evitar que los
formadores incurriéramos en un exceso de celo y contagiásemos a nuestros jugadores de un excesivo cuidado
del riesgo de cada acción. Tal vez, era conocedor que no arriesgar implicaría un juego nada formativo como
lo son los pelotazos, el juego directo, el tirar desde el propio saque de meta, etc.
Sin embargo, la reducción del espacio, de las dimensiones de la cancha que Wein situaba en el caso del
Fútbol 7 como un campo de 40x55 metros, ha tenido como consecuencias que un jugador pueda lanzar a
portería desde su propia cancha. La cercanía de las porterías entre sí en el fútbol 7 mexicano ha provocado
conductas muy conservadoras y un juego donde el eje central es protegido acumulando jugadores. La cercanía
entre defensores nos ha llevado a un juego con pocos 1x1, y donde la capacidad de alejar el balón hacia
campo contrario ha resultado en una conducta eficiente que hace ver como destacable lo que tiene más que
ver con el miedo y la fuerza que con el talento y la habilidad.
Del mismo modo que la largura de la cancha también la anchura se ha visto significativamente reducida y en
tales condiciones, la distancia entre compañeros de una misma línea no favorece la circulación de balón con
el sentido de penetrar por los carriles menos protegidos. Difícilmente podremos ver en Fútbol 7, una línea de
tres atacantes sin que deba darse un gran escalonamiento entre ellos. Tales situaciones favorecen las defensas
“presionantes” y con ello reducimos el tiempo con el que cuenta un jugador al recibir el balón para
El espacio pues, se ha visto significativamente reducido y con ello el tiempo con el que cualquier jugador en la
cancha cuenta para actuar sobre el balón sin que un oponente se le acerque amenazadoramente. Sin espacio y
sin tiempo, hemos creado una situación agobiante para los “iniciando” e ideal para los que disponían de algo
más de fuerza para el lanzamiento. Hemos simplificado un partido de fútbol 11 en un constante asedio a la
portería contraria donde el talento ha visto reducido su hábitat de desarrollo. Al talento como tantos animales
salvajes, le hemos reducido su espacio y con ello han ido desapareciendo. Nos han parecido insignificante
reducir las dimensiones, pensando que siendo menores en edad, quienes participaban, la simplificación era
lógica pero lejos de eso, hemos aumentado la densidad y con ello la intensidad de las acciones. Hemos pasado
de lo aeróbico que pudiera ser un juego con espacios donde el pase seguro facilitara los traslados desde una
portería a la otra, a un juego donde el lanzamiento o el centro hacia adelante convirtió los esfuerzos en algo
más anaeróbicos.
La cercanía de las porterías entre sí, ha dado mayor importancia al error y con ello, menos posibilidades de
jugar a quienes menos nivel profesan. Los jugadores de poco nivel tienen pocas oportunidades de jugar en una
competencia donde equivocarse equivale prácticamente a un gol en contra o cuando menos, una ocasión clara
del contrario. Así las cosas, muchos entrenadores, sabedores del bajo nivel de sus jugadores, han buscado en
el Fútbol 11 y en las mayores distancias, una manera de restar importancia a tales errores. La mayor cantidad
de jugadores les hace pensar en una relativa disolución del jugador con menos nivel (efectivamente,
intervendrá menos). Si bien es cierto que acaba tocando menos el balón, también lo es, que es menos exhibido.
El fútbol 7 propuesto por las ligas infantiles mexicanas ha dado los argumentos que no tienen por sí mismo, el
fútbol 11 en el resto de países.
Sin embargo, esto que argumento no me sitúa a favor de volver al fútbol 11. Lejos de tal giro, apuesto por
una modificación de las condiciones en las que se juega el Fútbol 7 con jugadores de iniciación. Propongo
sensibilizarnos de las consecuencias de la alteración de cualquier elemento estructural del juego para con tal
conciencia, modificar las dimensiones hacia una competición más adecuada para el fútbol. Fútbol a la medida
del fútbol. Regresemos a la propuesta de Wein y hagamos Fútbol 7 en unas dimensiones cercanas a la media
cancha de Fútbol 11 y no como hasta ahora hemos realizado, en un cuarto de cancha. Demos espacio al
poseedor y con ello, tiempo para pensar, para idear la jugada, la ocurrencia.
Por otra parte y centrando ahora el análisis no en las condiciones estructurales del juego sino en las meramente
organizativas de las ligas, dejemos de entregar trofeos prácticamente por competir. Campeón sólo puede
haber uno. ¿Qué mal le hace a nadie perder? Acaso no presumimos en nuestras redes sociales, aprender
mucho de las derrotas. ¿porqué los niños no van a asimilar con naturalidad la derrota? El fracaso es parte del
incentivo por competir. Piensen en. La frase con la que iniciábamos este texto, sin carga competitiva, uno no
está haciendo verdadero deporte. ¿cómo creemos hacer de nuestros jugadores, deportistas si evitamos la
derrota?
Yo mismo he procurado para ciertas edades, evitar la competición, pero ello no me ha impedido graduar el
acceso a la misma haciendo que cada vez, según avanzamos en las edades, que ganar adquiera mayor
importancia. “Competir es para cada uno de nosotros una necesidad tan natural y vital como la de comer,
dormir, jugar o sentirse querido” afirmaba el mismo Horst Wein.
(…)
La discusión sobre el fútbol 7 o el fútbol 11 me parece totalmente anacrónica aunque como digo, las
alteraciones con las que se ha implantado el fútbol 7 en México han dado alguna oportunidad a la modalidad
completa. Propongamos pues, una nueva alternativa al fútbol 7, el fútbol 7.
Las citas a Horst Wein han sido extraídas de su libro “Fútbol , a la medida del niño” Volumen I. impreso por
el Sistema Nacional de Capacitación en México DF.
Al igual que ocurre con el Fútbol 7, el Fútbol 9 en México también ha sido reducido pero en
este caso, la proporción de la reducción ha sido bastante menor.
BENEFICIOS:
1.- Máxima relación entre la competición y los contenidos de entrenamientos de la edad.
- Se dan los principios específicos del juego en su totalidad.
- Se simplifica la comprensión de los conceptos de atacar en anchura y profundidad.
- Mayor simplicidad para observar espacios libres y jugadores liberados de
oposición.
2.- Mayor importancia de la participación del jugador sin balón.
- Importancia de los desmarques y de la ubicación correcta.
- Importancia del concepto de “perfilarse” (orientarse adecuadamente).
- Mayor importancia de movimientos para beneficiar a compañeros (movilizar-
arrastrar o jalar marca (México)).
3.- Importancia del juego cooperativo. Factores de equipo.
4.- Mayor frecuencia de intercambios de fases en el ciclo de juego: ataque-defensa.
5.- Necesidad de movimientos de bloque. No se puede atacar si no hay un acompañamiento
de todas las líneas, al mismo tiempo no se puede defender sin una participación global de
todo el equipo.
El fútbol 9 es un paso previo al Fútbol 11 que aparece para evitar la desadaptación que se producía entre el Fútbol 7 y el
Fútbol 11.
Los jugadores ya en estas edades, comprenden el juego, y tienen una mayor sensibilidad
colectiva para experimentar medios técnico-tácticos grupales muy afines o idénticos a los que
aparecerán, aunque con menor frecuencia, en el Fútbol 11. La problemática del espacio que
referíamos en la modalidad del Fútbol 7, sigue apareciendo en el Fútbol 9, aunque en menor
proporción. Pero hemos de ser sensibles a este aspecto. Un campo reducido, sea en Fútbol 7,
Futbol 9 o Fútbol 11, tiene como consecuencia principal, provocar un fútbol más directo y
menos combinativo.
Haremos aquí una mención muy especial, respecto al Fútbol 9 que se practica en EEUU dado
que además de la reducción de espacios, en ciertas categorías se tiene prohibido el golpeo
de cabeza, por lo que la consecuencia sobre la lógica del juego es devastadora.
Lanzamientos muy lejanos, desde propia cancha, hacia la portería rival, sabedores que no
hay la posibilidad natural del despeje “cabeceando” de un defensa central. A menudo,
quienes modifican los elementos estructurales (número de jugadores, espacio, reglas, etc.), no
tienen idea de la magnitud de dichos cambios, por pequeños que parezcan, sobre la lógica
del juego.
Así pues, en México, esta modalidad ha ido creciendo cada vez más, incluso por encima del
Fútbol 7, del que ya hemos mencionado su problemática.
Nos parece muy apropiado, el compatibilizar esta práctica del Fútbol 9 con la del Fútbol 11,
cuando se tiene la oportunidad de disputar dos partidos durante el fin de semana. El aumento
de la destreza técnica es bastante notorio, especialmente si se juega sobre canchas estables
como suelen ser los campos de césped sintético o artificial.
El fútbol 11, bien jugado, es a lo que toda escuela de fútbol tiene que aspirar. Para ello, es
imprescindible abandonarlo en las primeras edades. Adaptar sus bondades poco a poco e
ir introduciendo a los jugadores en el gusto y la pasión por este deporte, respetando unas
fases imprescindibles.
Ahí, entraríamos en una discusión de si se está compitiendo bien en las diferentes canteras de
los distintos países. Ya saben, que el fútbol se estructura distinto en cada país. En México,
comienzan las categorías llamadas “profesionales” aunque realmente siguen siendo
participantes amateurs (Cuarta y Tercera División), con limitación de edades. En España, hasta
los 18 años, se está en una competición juvenil con categorías de nivel a las que se puede
acceder ascendiendo como club desde la más baja.
En México, las canteras de los equipos de primera división, disputan un torneo entre ellos, Sub
15; Sub 17 y Sub 20, donde se miden a jugadores seleccionados por los diferentes clubes
pero de su misma edad. Un jugador mexicano muy destacado, incluso de nivel de selección,
disputará la mayoría de partidos en esta categoría Sub 20. Un jugador de 19 o 20 años, en
España, puede que lo haga en Tercera División o Segunda División B, compitiendo contra
jugadores de más de treinta años, con experiencia en primera división y cómo se suele decir,
que se las saben todas. Es un tema muy interesante que tal vez discutamos más adelante.
Pero sí queremos recordar, que el fútbol 11 que sean capaces de jugar los chicos y chicas de
esta edad, dependerá muchísimo del desarrollo de sus capacidades y talentos. Que eso, sólo
se producirá en gran medida si cambiamos el formato de competencia en el fútbol infantil
actual. En muchos países, esta discusión aun no se ha dado y en otros, apenas empieza a
suceder. Países como Italia, Suiza, Holanda, Canadá o EEUU ya han mudado y adaptado sus
competencias. En otros, se hará pronto. Puede que en tu país no se esté produciendo a nivel
institucional, federativo, pero eso no nos impide ser conocedores de las ventajas de tal
transformación y procurarla para nuestros jugadores, para nuestros hijos.
Nuestra escuela ha conseguido ser de las pocas escuelas que no son cantera de un Club en
Primera División que gana un Dallas Cup en los últimos años. Ha conseguido además quedar
Sub Campeón en otra ocasión y suele ser de los clubes más tenidos en cuenta por la
organización para señalarnos como favoritos. Dicho torneo jugado en la modalidad de Fútbol
11 desde la categoría Sub-12, nos sirve para medir nuestros avances y cada día obtenemos
mejores resultados. Cada día, nuestros jugadores han tenido experiencias con un fútbol más
reducido y tienen más capacidad para entender el juego y sacar provecho de sus cualidades.
Se acerca el final de este ebook. Felipe Siminhuk y yo creamos una carpeta donde guardamos
las recomendaciones, y guías de muchísimos países que ni siquiera hemos mencionado en
ninguno de ambos textos1. Francia, Suiza, Canadá, Bélgica, Croacia, y muchos más países
que por espacio, decidimos no abordar de manera más profunda. En dichas carpetas
además, guardamos conversaciones con profesores amigos de muchos países. Algún profesor
respondió nuestras preguntas cuando ya habíamos cerrado la obra pero sus respuestas
llegaron a tiempo para que ambos aprendiéramos de esas personas. Las redes sociales son
una herramienta fantástica para compartir información, y por supuesto, también para recibirla.
Durante este tiempo he aprendido a hablar un poco más de portugués de lo que lo hacía en
la introducción a este libro. Conversei e assisti a reuniões online com colegas brasileiros quase
todos os dias e aprendi muito com eles. Espero pronto poder falar com eles muito mais.
Justo en estos días, nos toca preparar el regreso a las clases. Aun la incertidumbre por el
riesgo de contagio por Covid19 es bastante alta y no escatimamos en las medidas necesarias
como escuela para que cuando el próximo entrenamiento se produzca, sea con las máximas
garantías y protocolos sanitarios. Para competir aun queda un poco más puesto que los niños no
tienen o no deberían tener la presión comercial de los profesionales. Ellos ya han empezado a
disputar partidos en Alemania y en algún que otro país. Para que compitan los niños aun
falta y puede que hasta que eso pase, usted pueda leer y comprender desde este ebook,
que los niños compiten, juegan, para aprender y no para ganar. Que el Fútbol 3, es el juego
de la calle que antaño practicábamos y donde aprendimos en libertad a amar este deporte.
Puede que muchos entrenadores en estos momentos estén pasándolo mal porque el fútbol
representase una fuente de ingresos que hoy, con las canchas vacías los ha dejado en serio
peligro y desabasto. Espero también esa situación de precariedad despierte la sensibilidad
en todos nosotros y que recordemos que como ámbito, todos dependemos de los demás.
En ese afán de relacionarnos más, de compartir más, os dejaremos este ebook para que
puedan conocer cómo organizamos nuestro formato de competencia en la escuela y que ello
pueda servir a todos para reorganizar su contexto en base a estas nuevas o viejas ideas que
hoy exponemos. Si además, desea acceder desde la página web a leer el ebook antes
mencionado, le ayudará a comprender en profundidad porqué esta propuesta.
1
¿A QUÉ JUGAMOS? LA COMPETICIÓN IDEAL. Ebook al que podrán acceder desde la página
www.juanantoniogallardobueno.com
Este ebook es un viaje no sólo a lo largo del tiempo, puesto que explica cómo
se ha ido dado el proceso de organizar competencias para el fútbol base sino
que es también, un recorrido a lo largo del planeta. Comparar cómo se compite
en el fútbol infantil en cada región del planeta y observar las diferencias en
cada uno de los procesos, tiene como consecuencia inmediata, replantearte tus
propias costumbres, tus propios procesos y esa reflexión es precisamente la
meta que queremos alcanzar al escribirlo.
www.juanantoniogallardobueno.com
26 UNA PROPUESTA PARA COMPETIR, JUGANDO.
Juan Antonio Gallardo Bueno
Felipe Siminhuk Da Costa
Las familias están ahí, cuidando cada
detalle que pueda favorecer los planes
que ellos no hacen pero ayudan a
cumplir pese a que no estén, a
menudo, del todo de acuerdo. Padres
y madres sois el auténtico motor del
fútbol infantil, aunque a veces y al
mismo tiempo, suponéis un lastre para
el crecimiento deportivo de vuestro
hijo o hija en el fútbol. Para que eso no
suceda, requieren orientación,
información y este libro os dará una
visión bastante amplia de todo el
proceso.
www.juanantoniogallardobueno.com
UNA PROPUESTA PARA COMPETIR, JUGANDO. 27
Juan Antonio Gallardo Bueno
Felipe Siminhuk Da Costa