Está en la página 1de 30

'llA . .

, '
'QUIEN
',MATA
EL
ESINO? -

l''


11111
,,
Silvia Elena Tcndlnrz l Cnrlos [)ante Gnrcú1

penal -·"basado en la protección del lazo social-"· y se vuelve un crünen


contra la humanítiad en su conjtu1to.
Más allá de la fascinación n1ediática que generan los crímenes en un Tie1npos violentos
inundo donde el dar a ver co11voca al espectador, a través de este estu-
dio intcnt¡irernos aprehender la estructura particular de los criminales
psicótícos, que escapan al sentido, y se inscriben irren1ediablen1ente e11
vidas encarnadas en singulares posiciones subjetivas.

Buenos Aires, n1arzo de 2008


Silvia Elena Tendlorz y Carlos Dante García El fe11ó111eno de la violencia

La violencia fortT1.a parle de nuestra contcn1porant:idad. St~ ha vuel-


to c111nuchos lugares parle de la vida cotidiana --robos, secuestros, ase-
sinatos y clístintas fo1111as de ttltraje a las libcrlí1dc.s individuales--, así
con10 ta1T1bién, un inc¡uietante fenórneno social (lllf' trasciende nuestro
ticn1po y se expresa a través de 111at(lnzas y genocidios.
l,a st1bjetividad de la época está, en gran pilrtc, afccladil por el fcnú"
n1eno de la violencia y detern1inada por ella, con10 nn significante
"an10" qtte se ha in1puesto e11 el ciiscurso socinL En forrna dírccta o ii1di-
recta1 la violencia eslá 01nnipresente c11 el discurso clL' lu:; 1ncdios de~
con1u11icación de n1asas y en los cspecLÍ.culos tanto públicos corno prí-
vados.
La violencia co1no fenó1ncno 1nnnificsta la acción de una fuerza. Su
ctitnología así lo indica: derivada de vi"olo, y ésta dP vis, qul' en latín sig-
nifica fuerza. Por otra parle, no hay una unidad ('ll \;1 vinlcncia :;inn t1n;1
v;1ricd0d de fcnón1cnos que pueden estudiarse> dPsdt• di~;t·inlt)~ ;·thon.{;1--
jes teóricos. Existen actos de diferente rnagnitud que ('ni rilf1;in Vil riada:;
clasc:s de violencia.
La proble111álica de la violencia en los sínlon1as cnn!Prnpor<lncos nns
obliga a ubicar las coordena(ias desde donde pueda ser pensada por PI
psicoanálisis en su espccíficidad. Esto uos lleva a inh'rrog;1rnos acerca
de la estructurJ de la violencill y la de las subjctivicL1dl'~.; i11vPlucrad,1s,
n1ás alltl de líl diversidad de los fcnún1erHis l'll !ns qut> aqu('lla ¡-n.icda
n1anifcstarsc.
Estudios conten1poráncos, co1no los reallzadus por \·V;1ltcr l1c11jan1ín
o Wolfgang Sofsky, sociólogo a\en1án este liltin10, .<::l' ocupiln de in\~c.(;li­
gtlr este terna.
Wolfgang Sofsky en su libro La era del espanto P:x.;11T1Ín;1 L1 vio!euci;1 ;1
partír del uso de la fuerz<1 ejPrcida sobrt' el otro dentro de un n1arcu sin1- 111
121
búlico, y tarnbién, <.1quella sostenid<1 en un fil\, por ejc1nplo, el del
Eslr1do, que Sl' ocupa ele preservar un orden SLH.:·i.-11. Sit1 l'n1b,irgo, \·u,in-
',1/u1a l.ll'11a !t'1ut!dr!. J ('urlos [)ante C11rc(o ¿!\ lfllÚ'11 11wt11 el asesino?

do rJ(J l'\Í:;tt• 11i un 1n.1rcu siinbó!ico ni un fin que sosh_:ngan la violencia Jacques Lac~u1, sitúd el punto de exceso <t nivel del ernpuje del "goce
Y sv ¡>,1'.;d ,¡ _'iU t'jc1\'Ít'Ú¡ en sí n1isn10, se pone en juego en fonna directa su¡}l~ryoico", propio del discHrso cdpitalista que, a inodo de una
l<t s.ili:;LH't'h)~1 oh(t'llid,1 p\)r quien lll. L:jert\: sobre la víctirna. El paradig- "1naquinari,i enloLp_H~•:ida", no solo ilnpo1H' l'l dL'ber del ¡i11r11 todos l'arac . -
llld dt' l''..,t~1 ln,:-;·1i.\1 (';; L1 rnasacre, l:n la que apareniernt:ntc~ se rnata en el teríslico del consu1no, síno que gL~nera sus propios 1nargin<J1es por ful'.ra
llLuYo de tllld )' ll\'lT<l; vn rc;_ilidad, en ellc1 se ejerce Ja satisfacción de
1 del siste1na social, los llarnados seres hurnanos "desechables" o, cuino
IH.ltdr.
los clenurrlina el sociólogo Zyg1nunt Baurnan, "sobr<111tt•s hun1anos".
1\hurc1 l)ivn, principio, en csll' caso quedaría excluido L'l ejercicio
t'n Las n1odalidades que adnpL1 este pur fuera de la ley c¡tn'. regula los
1

persondl ch_· ,·ualquier índole, ya sea del orden dL~ ld


dl' u11c1 ';,l(j_,:L1t·1.·1ni1 lazos sociales, irrun1pen en la aprupiación del otro: ya sea d1.~ sus obje-
Vl'llg,111z,1, d(·l odlu o d('! rencl)r y, rnucho nH.:nos, la satisfacción de tos, de su t.ic:1T1pu, th~ su cut'rpo y hasta de· su propia vida.
111;iL1r. Lct:-; r,1zo1tt"; dt' Est,1do, l~n vi rnarco dt'. una le,galidad deterrnina- La agresividad en psicoan<i.lisis no es sinónirno dL! ch~strucción. La
lLl, rvcnrLii1 lcl~J tr<1sgrcsirH11..'s y los castigos prt:senles o inherL:ntes en agrl:'sividad l:'S pro1)ia ele la relació11 in1agi11ari<1 espl~l'ular. El par;Jdign1c1
1
tod,1 silt1aci(\n hvlil'd. de Ja agresividad n1ortífera está representado por la figura rnítica de
Sl!fsky indi(\I que L1 gul'rr.-1 salvaje es aquella en la que se practica la Narcü;o, que al languidect•r de an1or frente ,1 su in1agt~n reflejada en el
(Tll('!ddd. '!(lJJL\ t'()!llO eje1rlp!o las n1asacres de tutsis en r<.uancl:L Los agua 1 intenta alcanzarla, pL'ro cae y n1uerc a causa de ese nn1or. La des-
orgcH1izddtJn"; dt' l'~->ds rnatanza~ dieron la orden de no rnatar con arn1as 1 lructividad, en carnbio/ se ínscrib•: l'n otro registro. Freud la planlt:¡t
<H1to1n<-ilit"1s si110 t'tJn hachcis y cuchillos, bl!scando logra1~ de este con10 expresión de J;1 I)tilsión de 1nuer(-e, en tanto atraviesa la !Jnagen y
)
n1odor unc1 L'\:pvrivncia n1tis vívida en el cuc:rpo a cuerpo de la guerra y se dirige al ser del otro. La rnisn1a se inscribe t.:n las di(1.:rentes rnudali-
un \'Í<'l'lo dt' lt'rroi: snhre Lis VÍL:lin1as. Se percibe en su descripción que
!
(L1des de L'xpresil'ln del odio, que v;_u1 dL\sde el rechazo <11 otro hasta su
:,(_'. Lr;1L·1 d~, ,1!gd :n,1s que> la nieta dl:' g.1nar una aldea o un poblzido, n1<:is licstrucción.
bien, de Li Sdt1·;L1cc1¡\n dl' rnatar hacil•ndo sufrír a la.'> víctilTtas. La prugrt'.siva L'.Xtl~nsión dL' la violencia lleva a interrogo:irnos si ac<1so
!)l' v~iLl llldJHTd, l<t víoh~ncia puede ofrecer una ga1Tl<:l de satisfaccio- ésta es corn~lativa de alguna especificidad de la subjetívÍtL1d de la
JIL'S q11e V<111 n1tul1u rn,Ü; _¡JJ.i d(_~l lu_'cho de n-latar. época, o se tr<ctta rn<is bien, dl' una t)struclur<l particular lJlH' se n1anlfies-
Ll pldn!-eu l¡,. V\1c1llvr Benj:1n1ín en su libro Para ll/'111 crttica de 111 violen- t;1 t.:•n furrna diferente, de c1cul'rdo a los distintos períodos dt: la historia
i'i11 l'o11cierrh' :-;,_Jhn_· lodo .tl t'studio dl' la ntonopolización dt:• Lt viok•nci¡:¡ hLt1nan,i.
por p.1rtv d~'i t·:.c;tc1dn. 1\lt-~unos histori,1dorL'.S se han aplic~ido i:l estudiar
L1 rvL1ción «11trv \1 ioh'11cü1 y dt:recho, con10 len1a acuciante. cl~it el caso
d~: l':ric .! ftJb~;h,l\V1T11 quit:n pl<lnteil la necesídad de instituir reglas de Ja l.us "a11orn1n!cs"
v1nh"1h'Jd }ld!'d 1·vitdr que 1.•I poder dt>l Estado actúe en fonn;-1 indiscrirni-
nadc1 y, de esh• llH)du, podt•r 1nitig;ar Lt L'reciente violenci<t dl~nt-ro de Lis ¿Quién l'S un crirninal? ;.Sl~ trat<-1 de un sujl:'to dno1Tn;.d"? ¿Pnede
11

so1.·i~_·tl.hfes, }Hlt's, c1 Slt l'ntvndc·i~ "L1 peor cL1se dL' violencia l:'S Ja que p1,:nsarse la crin1indlidad corno una patología?
nad1t• pu('de CtintrnL1r". El pensador franci?s c;eorgl:S (._~anguilhern, l'H Lo nor111af y lo pato!ógi~
Es d co1nit'llZO';. dt'I siglo XX cuando podt:inos observar la gestación cu (1943), define an1bos tér1ninos a partir de la hist()ria bio-rnédic(L Ln
,~vi dvcl1ve_d.c L1 J1gur<1 p¿itern,-1, que h;1 conducido y ha producido la nnrrnal es un térrnino derivüdo de las institucionl's pedagógica y sani-
lt('Scoi n_¡ )Osll ·ll-H l dv _!ns idea les, los cu a les funcionaban !en1 pt~rando la taria, cuyas refrnTl1dS se producen cuino CtH1secue11cia de la [(evolución
;igresividíld .Y lt'llciH)fl propi.is dl:' la civilización. Francesa. Lo norrnal refiere a la norn1a, <t la rl'.gla que t1nifica lo diverso
1] 111.-ile_,;t,-1r ,·11 Id ,·tillura exd1ninndo por Sigrnund Freud, tal el norn- y reabsorbe las diferencias. Lo heterogéneo sufre una norn1aliza(·it)n
!}rv dl' U!HJ lll' :,tr·, t\.',l·ritos., li.1 advt'rlido tl:'1nprdnan1entt:-nos rL•ferin1os l'Uando es sonu.>tido a una L'xigencia qut: dt.:bt: c11n1plirsl'. "I,o norrnal 1
i1 la dl'c.itL1 d('l '.lO- sobre los riesgos lÍl: la desrnczcla pulsional: sin la (iíce C',lnguilhl'!ll, L:'S el efecto obtenido por L1 ejecuclón del proyecto
b.irreL1 t'tin Lt qul' ll)H'1«1 Li pulsión de vida, de acuerdo a los térn1inos norn1ativo, es la norntd exhibida t~n lil hecho". Es un concepto din<iini-
ín•udict110.';, Li p1il_,;j¡'1n de llHH'rlt': Sl'. l:'xpresa co1no la tendencia a la des- ,_~o y polérnico. Lo dllOtTnctl, corno negación lógica., es anterior en tanto 115
trLH'tivid<1d l',lr<1,·lvrístil·a de los hornhrL'S. gl:'nL'rador de la intención rh)rn1ativa. Por otrd parte, las norn1ds son
Silvia E/0111 Te11d!nrz 1 Carlo,s [)ante Garc{a
¿A q11ié11 n1nfa el ascsi110?

correlativas a un sisten1a social, puesto que su u_nidad virtttal tiende a


adaptación. La defh1ición psicosocial de lo norn1al en esos' l{'nninos
una organización. Michel Fottcault, filósofo francés conte111poráneo,
supone describirlos de acuerdo al sisten1a de deterrninisinos qnr- se des-
subr<1ya acerca de! texto 1nencionado anteriorn1enle, qtte ia norrna per-
prenden de las obligaciones en una comunidad delern1i11ada. En rPa!i-
n1ite fundar y legitin1ar cierto ejercicio del poder, por lo que puede con-
daclr la a1nenaza de la enfer1nedad es uno de los co1nponentcs de la
siderársela un concepto político.
salud. De allí que la salud del 11ombre norn1al no sc;:1 111Js que una fir··
¿Qué lugar se puede conferir, entonces, a lo patológico? Lo patológi- ciún, y lo norrr1nl, no otra cosa que un ideal.
co es defin.ido corno aqut'llo que se aplica a la enfer1ncdad_. En realidad,
No obstante, (~anguil11crn afir1na quf~ nadie se dice inocente "inoccn-
lo norn1al se opone a lo anor1nal, no a lo patológico; no obstante, la opo-
ten1er1te", puesto que conocer la adecuación a la rcgl¡¡ pt>nnilc co1n-
sición entre arnbos térrninos enunciados por Canguilhen1 es so_lidaria
prender las razones por las cuales esta regla se vuelvP necesari<L
de la introducci6n de un nuevo concepto en patología, el de "error".
C:anguill1ern trabaja el concepto de. salud a partir del de error, de la
En 1974-1975, Michel Foucault dictó un curso en el Colegio de
anon1alía, de las 111onstruosidades de las variaciones, para explorar los
1
Francia, que Da11iel Defert reto1nó en sus notas y publicú con t~J título
lín1ites de la lla111ada norn1nlidad. L,a salud deja, así, de ser considerad<l Los n11orn1nles. Este curso, realizado en la ci'Ítedra de "I listori<l del pen-
un concepto universal para en1pezar a co11ten1plar las particularidades. sa11liento", interroga en ese11cia a qt1é tipo de discurso fH'r!Pnccen las
La salud es un "caer cnfern10 y poder recuperarse". No se trata enton-
pericias psiquiátricas en rnateria penal; ta1nbién, cún10 se relacionan el
ces de una rnera capacidad adaptativa, si.no de poder lnstat1rar nuevas
crin1e11 y la locura, la perversidad y Ja puerilidad.;\ partir del análisis
norn1as en situaciones adversas. La adaptación correspo11de a la nor-
discursivo de las pericins psiquiátricas en n1ateria penal, Foucault
1nalidad: u11 organistno es norn1al si se adapta en su funcionan1iento.
extrae un tipo de discurso que presenta la particulmidad de poder
Sin en1bargo, puede no estar sano. El lín1ite entre lo norn1al y lo patoló-
deter1nin<ir directa o indirectan1e11te nn fallo de la justici<1 que concier-
gico es Jn1preciso porque lo norn1al supo11e criterios estadísticos que en
ne a la libertad y a la vidél de un hombre. El discurso de liis pericias psi-
ret1lidad correspon_<Jen a las norrr1as es ti pu ladas por una socieda({
<JLÜátricas obtiene su poder ele la institución judicial, por el hecho de
deterrninada. Más allá de 1.as n1ediciones cuantitativas, Ja salucl conlle-
que funciona co1no discurso de verdad, posee nn estatuln cicn!ífico v ('S
V<l la posibilidad de instaurar nuevas norn1as.
forn1tilado _por personas calificad<Is dentro de una instítucir'H1 cientíÍica.
Lo nonnal responde a criterios estadísticos y llpos, y se construye <1
Fottcault se dedica a investigar cón10 se v<i transforn1ando c'l acto
p'-1rlír de <1qucll.o que f'.S considerado dcse<ible en tu1 n10111ent-o y en una
sinrazón a lo Jnrgo de la historia de la psiquiatría. Rcsutla parc1d(Jjico
socicdctd dclcrn1inados. En definitiva, la norrna l~S el elen1cnto discipli-
que la }1Siquiatría se constituya a partir de los crírncncs, y no de las
nario regulador de las rcf;-1ciones sociales.
enfern1edades inentales. Esto se debe a que algunos casos requiPre11 la
Lo norn1al, cnteudído con10 valor, no se opone a la enfern1c_~dad y a intervención de saberes diferentes, ya que el judicial no alcan/.;1 par;i
la n1ucrle sino a la llan1ada "n1onslruosid;:id", en tanto fenún1eno inter-
1
dar cuenta de estos actos.
tnedio entre lo Jll(~dico y lo jurídico, según el análisis re<iliz;:1do por Poucault se ocupa de disccr11ir diferentes rnon1cntos. La cueshún se
Miclwl Foucault.
centra prüneran1ente en el castigo, luego, en el crin1cn en ~~í 111ís1no y,
En dctern1inndo 111on1cnto lo 11orn1al pé!sa a estar vinculado a la posteriorn1ente -en la 1nedida en riue se trata de encontrar la rnTÓll del
salud, y la ano1nalía, a lo patológico. Pero si se considera la diversidad, crin1en~, nos encontramos con el criininal. El desliz.arnicnto conducl.'
la frontera entre lo norn1al y lo p<llológico, deberá ser t~Xí'l!Ilinad<l en la del crünen que tiene una razún a] que no la tiene y finaln1cnle, al ;1ctn
singulnridad de cada sujeto.
instintivo. La crin1inología se abre así a la organicidad <l los signo~~
1
La enferrnedad no es una caída, algo a lo que se cede, sino el fruto orgt'inicos que pucd<ln establecer las carJctcrísticas del potencia[ rrirni-
del azar con10 efecto de las 1.eycs inis111as de la n1ultiplici1ción de la vida. nal.
No se trata de una in1prudencia, de una responsabilidad individual o
Foucault (_listingue tres figuras en el 8111bito de l;;:is anorn;1lícis: el
colectivt1, sino del hecho n1is1110 de que son1os únicos. Es por eso que n1onslruo, el individuo que debe ser corregido y el niilo n1'1sturbador.
161 (~anguilht>n1 prPficre hablar de "error" y no ele enfern1edad o 1nal.
La noción de n1onstruo está en referencia a la ley; refiere qlle: "su exis- J'l"l
Rechaza entonces defiuir lo norn1al o lo patolúgíco en relaci,'>n a la tencia 111isn1a y su forn1a, no solo es violación de ras leyes de {tl socie-
¿¡-'\ 1¡111i11 11111lí1el11se¡;iuu?

dád ,;[110 L11nhién de Lis leyes de la naturaleza". ('orresponde a un C'.orno consecuencia de l"iln, lo nláS in1portante ya no senin las cir~
dobll' rcgi.';tro: jurídil'tl y bioll)gico. El n1onstruo es un fenón1e"J10 extre- L·unstancias del crirnen, ni siquiera la l'ctsuística dé la intención tTitninal,
1110 y L1ni. Es 11nd t'\c~·pción, dondP lo irnposibh.-: se con1bina y n1ezcld sino la n1ec<-1nica y el juego de intereses que pudieron volver crirninal a
cou !ti prohíbldo_ L:; L\ persona que hay que corregir. un individuo. No l1ay ni entorno ni intención de crirnen, sino racionali-
Ln t'l si~')u '\V!IJ dpd'rece Lt l:l)n.1bi11ación de dos figuras, el indi.vi(luo dad inn1c1ru:-11te a la conducta crin1inal 1 su inteligibilidad nntur;il. El cri,.
11.1uns\ruo_-.;u y t·! desviado sexual. El n1onstruo interroga el sislcrna nH~n crüo11L·es SL'rá concl•bido con10 ,1lgo que ht•ne una naturaleza y el
11tt'dil'(i )'el judici;d_ ;\Jrc•dedor de los afios 'JH20-1830 van a exponerse cri11linal, un ser natural caracterizado. l)e l~sle n1odo, el LTirnen habrá
vi Cd~;u dt'. ]¡¡ nuijcr ,1ntropófaga de Séh:stat, l-Ienriette ('urner, el de logrado hacer inteligible el acto crirninal.
!.t?gt'r, el de P.ipdVOÍ!H', <'ntrl~ olros. (Jn fragn1ento (h:l Nut•vo (~'ódigt) f\~nal de la épt)Cd de la RL:volnción
1\'lou:;fruo \'S Ul\d 11ución jurídica que proviene del derecho ron1ano, francesa, de 1790-9l dice: "Los asesinos son L:xcepcione-s a las ley(;s de
v! l·ual distingtH' dos Cdtegorítis: la defonniddd y la lisladura 1 el defeclo 1<1 naturaleza, tocio su ser n101«11 est/1 apagado ( .. ) estcin al n-1argen de
y el 1nonstruo. Las ~-1fin-r1aL'ionL'.S de Foucault se basa11 en el libro de E. L1s proporciones corrientes ( ... ) Un asesino es un ser enÍL'rn10 en el que
J'vL.1rtln llisturio ile f1JS n1011struos IÍt'Sde In ant1;~iiednd hasta ntfr'sfros d(as una organización viciadil ha corron1pido todo~; los <1fectos". Este es uno
( l 8HO). Fl 1nllll:,lrt10 ,.,, considl:rado desdl: 1a Edad Media hasta el sjgio dL~ los textos en PI que progTl~sivan1ente se n1aniflesta un inovinliento
XVlll, l'o·1no l<1 1nvZl-'ld de lo hurnano y lo animal; la curnbinación de dos que !lt'.Va a hacer de la (·onducta crin1inal una _pa.lología. Esos 1T1uns-
t.'.c;¡ H'('lcs - el t'l:rdn con C<Üll~Z<l de carnero-1 de los sexos -hornbre y truos, por otra p<lrh:, eran inc('stnosos y antropófagos, pues trasgrt~dían
!lll!Jt'r, <1 l,1 ve1. , )' dl· !<1s l'orrnt1s --sin brazos ni piernas-. C'.onstit11ye la las dos prohíbiciones: la alinH:nti:!ria y la sexuaL Esta pt:rspl~ctivd fue
trdsgrvsión dt.' !(JS lf1nites natur,dl'S, de las clasificaciones y de In ley. ilustrada por diversos casos. El prírnero fue el de la n1ujer de Sélestat,
l L·1bL1111t),', dv trasgn>sión cuando el desorden naturril ,1fecta el derecho llue rnató a Sll hija y cocinó el n\uslo con repollo blanco, en 1817. Aquí
t-ivil, l'i c<u1ó1ticn o t•l n'ligioso. se encuentran Jos dos rasgos, los dos perfiles del rnonstruo de ese
l·:n c:td<i épüt'~1, St'gún Foucault, existen forn1as privilegiadas de~ t>ntonces: antropófago e incesluoso. f)e esta n1anera, Sl~ observa córno el
"n1ti11~;tnios": en L1 L'.d<1d Media, el ho1nbre bestial; en el I\.enacin1iento, concepto de n1011struo dorninó los prin1eros años de la psiquú1tría f>l~tHd
los her1na110~> '.)i;1n1l'S1.'s; en la époc<J cl/i.sica, los hern1afroditas. 1-Iash:t y la psicología crirnini.11.
1nedl,1dos d('I ~-iiglo XL\, existía un estatuto criininal de la rnonstruosi- Las investigaciones de estos casos tenían co1no interés aislnr 1<1 rncio·"
tL1d; la crir11i11;did<1d se vnlvi(1 un ele111ento necesario dl• la 111onstruosi- nalid,1d del crirnen y c1sí poder justificar las 111edidas punitiv<ls. J)e aquí
d<1d. l~stn rige lt,¡~,ta t'ornienzos del siglo X!X, donde conlienza a apare- se deriva el acto con o si11 razón, explicitado en el arth:ulo ú4 del C'ódigo
cer 1.1 hgur-i dvl "r11011struo rnoral''. l.a rnonstniosidad hasta entonces fr11ncés: "Nn hdy crirnt:'n ni delito si el individuo se c11ctH_~ntrd e11 esta··
co11lk•vi1ba un t\'1tíg111,1 de crin1inalidod. El par individuo-n1onstruo do de den1encia t'.n t~l 1non1ento dt~l acto". Para castigar debv d1:tvrn1i-
con~;tituíc1 !a kl1-:it\l del crirnen posible. En el siglo X!X la reL1ción Sl' 11,\rSL' la racionalidad intrín,•;eca del crirnen rnis1110, cardc!eríslil'i.1 de
invit'rle: de allí qut' J,l .c;ospcch,1 sistL"n1<ílica de 111onstrunsidad esté sub- toda L1 n1ec~1rÜL'a penal desde l'l siglo xrx hasta la dctualid•lli.
yacent-v vn lodo dChl LTirni11aL Progrcsiva1nente c•l código y la ley se orientan hacia la n'ÍerL:ncia y
l] c;:nnbio S(' produjo cuando el hecho n1is1no del castigo pasó a <1rti- hacia Ld saber psiqui<í.trico, según la hipótesis dernostrada l)or Foucault.
cularsl' con L1 na! urdlcza del crin1en. flasta el siglo XIX se casligaba no Al Slljeto en el dl'S<'.O de! crinien se k'. supone una falla, ruptur<1, inca·
por la ncltur,dvza dl'\ crin1en sino en forrna puntual, por el ataque al pacidad o debilidad. lJiversas nociones co1T10, por ejernplu, lcis de infe-
soberand. Por In Lu1tu el castigo era arbitrario y rilual. Posteriorrnente, rioridad, pobrl"Zii1 fealdad, inn1adurez, falta de desilrrollo, etc., no están
se lr~lió de en,·ontrilr en lo posible cierta n1edida de unidad enlre el cri- destinadas a. responder por la l'tH:stiún de la rl'Sponsabilidad del sujeto
lllCn y el c;1stigt>. ~l' L',1stigaba lo necesario, con el fin de que el crÍ.111en sino, por el contrario, ci 110 responder pur l~lla. Se est<1blt>Ct', en l'Onse-
no \l(J!vi<:rd ,i ocurrir, o st'a, para evitar su reiteración. Por ello, la nueva cuer1cia, alrededor del autor de la infracl'ión una zona de "indisccrnibi·"
tvcno!ogL1 del siglo xtx se vio obligada a buscar lo que los teóricos del lici<1d jurídica". El psiquiatra poco a poco Sl~ ha convertido L'n juez y el
181 dl'rl~t:·ho pv1.1<d y los nlisrnus jueces lla1nan "intt~rés o razón del crin1en", 119
juez, en n1édico.
t'l principio dv sti ~1p,1rición y repetición. Se desplaza nuevarnenll' la cuestión: en lugar de que !a sanción
Sii'vi11 Llena Tcndlnrz ! Carlos [)1111le Gan:(11 ¿A quién 11rnf11. el nsesi110?

penal recaiga sobre un sujeto de derecho reconocido co1no responsable, locura, den1encia, o perversión. Dicho térni_ino sufre postcrionncnl('
nos hallan1os frente a u11 individuo peligroso, inadaptado o enfcrn10, al una transforn1ación conceptual, por la cual conlicnza a incluir y ab;HTdr
qne hay que corregir y norn1alizar. fenón1enos 1nuy variados entre sí, dando lugar a quP se diluya in distin-
La hipótesis que estudia Michel Foucault se basa en que las técnicas ción entre lo norn1al y lo pt1tológico.
y los poderes de la norn1alización no son el resultado de la arn1oniza- c;rAcias a Lncan, a partir de la teorú1 del significnnt.c, el p;1s;1jc ;)[ ilClo
ción del saber n1édico y el judicial, sino de otro poder. concebido por la psiquialrí;i, pasa a convertirse en un conrl'pto de fun-
Al estudiar aq11ello que dice la ley en los térn1inos del Código T)enal da1nental inlportancia. ·ranlo en el acting out corno Pn t'l pé1s<ijc ;11 acto
de 1810, según su artículo 64, se disciernen rnuy bien cutíles so111as fun- poden1os enctn1trar una estructura significante qt1e p(>rrnilP "leer" al
ciones de la pericia psiquiátrica: debe pcrn1itir re<1lizar ur1a clara divi- sujeto en relación al acto, así conlo ta1nbién, u11a dinH'1u-;i(Jn libidinal o
sión entre enfern1edad y responsabilidad, entre causalidad patológica y de satisfacción, que conte1nplc1 la inclusión del objeto. En dc~finitiv<l, !ns
libertad del sujeto jurídico, entre terapéutica y castigo, entre rnedicina y conceptos de significante, objeto, ()tro y satisfacci(Jn, h;in creado un;i
penalidad, entre hospital y prisión. l~s el principio de la "puerta girato- concepción de pasaje al acto n1uy alejada de !J tcoriz<1tL1 por ta psiquia-
ria": cuando lo patológico entra e-n escena, la crin1inalidad, de acuerdo tría. Así corno Freud introdujo esa acci6n que cscapab;1 a J;1 volunl<1d y
con la ley, debe d~_'saiJarecer. constituía un desecho del discurso --el acto fallido--, L;1can 1'xlrnjo e[
pasaje al acto del n1undo de la psiquiatría y lo inlcgrli e inc<lrporó ,1]
can1po del psicoanálisis, despsiquiatriz<lndolo y gc1H'rali1./i.11dolo, ptH'S
i\cting out y pasaje 11/ acto entendía t]Ue "el pasaje al acto devela la estructur;:1 f11nd;n11('n!al d(•l
acto", según nos lo transnlite Jacques-i\lnin Miller c11 /IJacquc~; Lnc;111:
l_,aca11, en "Introducción teórica a las funciones del psicoa11álisis en observaciones sobre su concepto de pastlje nl acto".
criminología" (1950), propone que hay que extraer una estructura tal f\.esulta ftu1da1T1ental pties, subrayar los rasgos del pas,1jt> ni <H:lo.
que deterrrline un tipo de realidad para los actos de los sujetos. El acto Este reviste el n1o(lo ten1poral de la urgencia, con la caracll'rÍstic;1 sub-
a través del cual se destruye a otro es la n1anifestación de la estrt1ctt1ra jetiva de la perentoriedad. En su fcnorncnología o condurt;1 obs('rvablc,
fundarnental del ser hun1ano, sin llegar por eso, a ser cri1T1inal. Se trata se co11st-atn una discontinuidad; una ruptura de la conducL1 contínu<l,
de destruir a quien es la sede de la alienación itnaginaritL "El gesto de regular y constante, de 1<1 subjetividad, de la cadena de !l1otivos; que
c:nín --dice Lacart,.- no requiere de gran culpabilidad". Asf, exa1nina el queda por fuera del c;:llculo y de lo prcn1cditado por C'l sujeto n1i(~n10.
con1porta1niento de una nifin que le- rornpe- la cabeza con una piedra a Se deduce de psto que lo que se dice, o lo dicho de 11n p;1sajc ;1] acto,
otro niiio sin inattgltrarsc por ello un destino de crin1inal. surgP 11 J'OSf'criori del n1isn10. Prirnero tcncn1os el pas;1je ill acto y !tn'r-~0 1
Así corno Foucau ll sefla la que lo sin raztln abre el terreno hacia la su construcciún. Las consecuencias del n1is1no no conl!ev;111 1H'ce;;¡¡ri;1-
psiquiatría, lo inn1olivado conduce al exan1e11 de la lógica, que se orien- n1ente el bienestar del sujeto. Lo que lo acon1pailt1 por lo gcrH'r;1] es el
ta al pasaje al acto ho1nicida. El acto nlisrno de n1atar n1arca un <1ntes y pC'rjuicío de sí y no un fin útil. Sin crnbargo, a pnrtir de L1 rvfonn.ulaci<\n
un dcspu{>s, .rl~prescnla un punto de discontinuidad; estatuto del acto de ~~slc concepto por p.1rtc de Lacan, vcrPn1os que bien puede servir r1
por el cual cainbia ln posición del sujeto. una llHJdificación de la cconornía subjetiva, a una tnut-aci(ln subjetiva
¿C~órno poclen1os pensar el pasaje al aclo en relación con las estruc- que conlleve un can1biu radica! en la posición de dicho sujeto)-" no de la
turas clínicas? ¿l)ifieren ellas entre sí, o guardan esencialn1e11te la persona. [)e ahí que podnn1os preguntarnos si un suj('lo t's vl rnisn10
n1is1na correspondencia? antes y después del pasaje al acl.o: el sujeto, luego del pasaje <il <1clo Y" 1

El pasaje al acto no es un concepto anGlítico surgido de la práctica y no sertí el inis1nn.


ensef\anza de Lacan, sü10 una noción proccdc11te de ln clínica psiqui<:í- El pasaje al acto no es 111olivado en el se11tido de una C<lusa o 1noti-
lrica cl;,lsica, introducida en el siglo XIX por Ja crinlinología. En ese vo psicológico ni es ocasion;:idu, por un hecho exterior. c:uando puede
1110111ento de su conc('ptualización denotaba itnpulsividacl de co11duc- ser reconstruido, se ctnnprueba que es dcscnca<-Jenado por palabras o
201 tas auto o heteroagresivas, crin1ina!es, violentas, o delincuentes. frases. (~on1prender esto es fundan1cntHl yc1 qu(', a~;f co1nci :-JP deserll'il- 21
1

c:onllcvaba en ese <ÍITtbito una connotación patológica en térrninos de denn una psicosis por dctcrn1inadas coordenadas subjctiv;is coyunlur¡¡-
:l1fei11 Llt·1111 ii'1111!11rL 1 Cortos [)1111/i' C1nní1 ¿A iJllién 11111tt1 l'f n;;i:c>i110?

les/ y SL' co11:-;t·i! tiyv un síntorna neurótíco a partir de cierlas palabnis y se presentdn con10 una reacción de fuga frente al actll agresivo.
1·~;\'t1t'h,llL1~;1 !(J inis1no ocurre ron el pa.saje al acto_ El pasajL: al acto til'ne Mientras delira, ella no Sl' acerca al objeto y en este alejarse de su objt:~·
1

l<11nhil'.'ll sti ,-oyu11lur'-l dran1,)tica y sus cuordl'nad.is significantes. tu real, su.spt'ndt~ el <1ctu. Si se dirige h.1cia el acto podrá l.:'ncontrar una
L..i\·,1111 l'll su ~;1'i11i1111rio dl'i 15 dt~ n()vien1bre de 1967, n1enciona las resolución a su delirio.
di:;tii1L1c; g<JnL1s dv! dC!o: at'lo fallido, pasaje al Jeto, llcfing out, dCto an~1- I)entro del pasaje al acto se puede distinguir und din1ensión de nect:-
lítico. f)ivvr:;n:; dl'll\S. ¿Existe t·a1nbién una garna de los pasajes al acto? .sidad de la estructura y otra, de contingencia. An1bos datos tienen que
l,'.l ¡),i~,tjL' dl ;ll'to l't-> un acontecinliento que en la vida de u11 sujeto sie1n- estar perrnanenten1ente presentes en el exa1nen de lo acontecido.
prc .11.",1rrv.1 ('Ul)st·cut~11cias. En t:Sl~ sl•ntido supone una presencia rt:no- ·ranto el "acting out" con10 el pasaje al acto son nociones propias
11 1
'

v.td:1 dvl sujvlo yd qul-' este no es el 1nisrno antes y dc>spués. El pasaje al del psicoanálisis y no S<)n específicas de ninguna estructura en partícu-
,ll'lo incidt:' :,ul)n' el sujcln pero h1rnbién . ,.·princípalrnente-·, subre el deli- lar.
rio, t,d t'OHtt> [_t1l'il11 lu verifil~d en el c.:tso J\irnl'l~; o sobrl: 1a ídc•a fija, en No obstante, existen distintas particularidades del pdsaje al acto
L'l 1',L':>º dt' f(icdrdo BarrtcLL Pndría decirse que en estos casos el pasaje hon1icida que diferencian la l)osicíón del sujeto perverso, neurútico y
,¡] :ictíi lu1' exit\'):io, t:n tanto inodificó !,1 fuente de goce. psicóticn, Esto concierne no solo a la relación del acto con la fantasía,
Fn e! t'd.:-;() i\inH.°'V t'! pilsaje al acto resllitó exitoso JJlll'.S rn~rrnitió la sino tan1bién a la satisfaccíón involucrada y a los rasgos distintivos de
n'dtH'i'Ú,HI dt' l,J:; sí u tornas rnórbidos, alivi;indola así de los efectos dL! su las víctünas.
;\v!iric!. :li /\iirtt'-1' ;d ,ltllcar al objl~lo se alaca a sí nlis1Tl<l, se plantea La característica del pasaje al acto en la perversión, a diferencia de la
vn!o11L·c:; vi prohlt·1Hd del estatuto del objt'to: ¿de qué objeto SL' trata en psicosis, involucra la puesta en juego de un fr1ntas1T1a en la escena, por
('l )Jú:-,;1/t' '11 delo?; Jll"l'gunL1 ;1fí11 L'tH1 el título elegido para este volun1en Jo que la elecció11 dl' las víclirnas obedece y responde a una condición
"¿_r\ quit'n nL1L1 vi <i:>vsino?". ¿t:urií! es t:l objvto gl-'ntTddor del crin1cn? erótica particular.
Bivn jlll('dc ,,(·r 11na voz, unz1 in1.igen, u otro objeto. Esto sugiere que En cainbio, en el pasaje al acto psicótico está preserite la fuerza, el
í·xi: lL'li dt:,ti1\L1:; l1innas de pdsajt' al actn y nu tndds resultan exitosas, si
1
e111puje desarticulado, iIYtposible de contornear, del fantasn1a.
por ('':\Ílo >L' t'nti1·1Hle 1:1 nnitación ~:iubjetiv<l que iinplit:a un C<nnbin en Ja In neurótico es un critnina} inconsciente1 dice Freud; no obstante, el
rvL1cit)11 th•l >>ltjvto ,·011 lc1 (11vnle de goce. crin\l'n fantaseado puede volverse real bajo detern1inadas circunstan-
l'.I 1ld,'<ljt• ,ii ,iclo (_·s t111 intz,ntn de resolución de algo que Lacan duno- cias.
1n111¡¡ ru1 ''t'cdivjl\11 sin sdlida subjetivo". Si L1 angustia es, entre otras En todos los casos se trata de puntuar la in1plicación subjetiva rela-
L'o:;c1s, (11li(·.i !LtduL\:ión subjctivc1 de la presencia del objeto a, y !a dt~pre­ tiva al crin1en, antes y después del acto 1 y si acaso ella verdaderarnenté
;-;ión, 1T1,1ni!v.:;LH'!t)n dt' rnon1vntos de vacilación de la relación del suje- can1bia. Se trala de analiza1~ de acuerdo al psicoanálisis, el grado de res-
to t'Oll el ohjetn, el pdc;;1je al tlt'.!-O Sl'. inscribe Pll lln n1odo dQ relación que ponsabilidad del sujeto, de n1odo tal q1te pueda eval'uarse la adecua-
l'Xl'luv1' ;d (_){ro pvro, .d 1nis1no tlc'nlpd, preserva un nHiy partícular vín- ción -o no- de su res1)uesta al acto.
culo l'11ln' :;l1jc·tn y objt'tn. ¿Puede t'l pasajt' al acto l'Onstituir un¡1 scril' No toclos los hon1icidas pueden situarse en una estructura clínica
,',in !l(',1'.,d!' d .',t'r 1flld ~,olución d! l'a!!ejón sin s,11ida subjetivo'? ¿_El rasgu deter1ninada, de acuerdo a la clfnica chisica, por lo que de n1odo senci-
del ¡>.i:;c1jt' ,d c1, l\ i lo constituye el LJ110 solo o put:dt'. consistir en una serie llo y habitual se los califica con10 "canallas" o "crinlinales", sin n1<i.S. 'ral
d<' l Jno<? vez sea necesario recurrir en la n1ayoría de los casos o en una gran can-
l·'.l pd:,.ijl' ,il .1cltl se prvsentd en las diversas estructuras clínicas pero tidad de casos al concepto conten1poráneo de ''psicosis ordinaria",
su !u1h'1ún ~v f iudrí.1 considl'rar que no es la rnisn1a en cada estructura. donde los fenó1T1enos positivos resultan n1ás con1plejos de aislar o
Put·dc l1~·d1vr tiasdjes c!l dcto en la estructura de las psicosís qul' no ten- donde no se puede situar un franco desencadenan1ie11to de la psicosis;
gdn unJ funcir':i11 rt'~,olutoria J'l'Spc·cto del dc,lirio, que .Sl' rL~pitl'n: de ahí esto no significa afirn1ar que en todos los casos se trate de situaciones
la in1por ldlll'!d dt' l'\',duar la pt'ligrosidad de aquel que con1etl: un L:ri·· analizables,
l11l'l l. En los casos de los asesinos seriales psicóticos, la presencia de la ace-
22\
Lus ,u1_os de dc lirio dt' Airnée -por esto hay que evaluar 1nuch,1s
1
leración en los tien1pos transcurridos entre uno y otro crirnen, y que 123
VL'l\~s los p.isdjl's ¿¡¡ aclo durante el transcurso de varios afios--, aparecen n1uchas veces pern1ite identificarlos, como en el caso Dahn1e1~ lleva a
Sih1in Elena Tc11dl11rz 1 Cnrlo;:; f)mitc Garcú1 ¿A quién 111a/.a el asesi110?

interrogarnos <1cerca de si esta aceleración tnodifica la te111poralidad del el caso de Barreda o el de Aünée, ql1e se asen1cjan a un punto de ci!pi-
pasaje al acto. V'11e decir, ¿cui:'indo se puede decir fehacienteinente que tó11. Es un sín1.il de la operación lógica llainadn por Lacan ",t.;cparacit'Jn",
este ha concluido y cuándo, que ha retornado <l su funcionatniento? propia de la constitución del sujeto. l~s con10 si tuvil>rarnos un é>·i'n1il de
El acl'ins orl.t, d_cntro del disposilivo analítico, es un llamado al ana- sujeto. La serie de asesinatos los hace arlarPcer COJ11l) todos iguale',<;,
lista, a su interpretación. Consiste en el 1nontajc de un escenario que con10 la repetición de lo n1isn10: nuevan1cnte, la escena del crlnien con
t1ucda c11 relaci6n al lugar sin1bó1ico del ()tro. E11 el pasaje al acto, por su trazo específico. Eso lo diferencia de la rcpetici(H1 en la nPurosis en
el contrario, no hay Otro. En el prin1er caso, el acto puede ser incluido donde el fracaso de la repetición introduce sie1npr0 algn nuevo.
e11 una tn:una discursiva; en el segundo, se produce una discontinuidad En el caso de la perversió11 la repetición n1uestra que la estructura
que afecta la posición del st1jeto. del acto perverso es exactarnente la mistna, porque goza dC' esn, s;1bc de
I ,acar1 caracteriza el pasajP al acto con dos rasgos: salida de la esce- qué goza e intenta reencontrar el n1isn·10 goce.
na y una reducción o it1clinación hacia el objeto a. El sujeto sale del Ahora bien, en algunos hon1icidas no resulta claro si el pas;·1je al ;1cto
(Jtro dir.igiéndosc hacia el objeto: estructura y 1novin1íento direccional se sitúa lientro del inarco de una psicosis o el de un¡¡ pcrvt'r~;ión. Fallan
del pasnje al acto. I.,acan lo eje1nplifica co11 el caso fret1di<l.110 de la los fenó1ne11os positivos de la psicosis, no hay alucin<1cioncs ni delirios
"joven hon1osexnal' que al dej;:irse caer en las vías del ferrocarril, en
1
, y a veces, hasta se busca producir la división subjetiva de! otro, con10
su intento de suicidio, sale de la escena an1orosa en la que estaba invo- en la perversión. La 1nanera en que se presenta el sujclo pone Pll sus-
lucrada. pe11so el diagnóstico. Se traU1, entonces, de situ<1r en cada cJso el Psla-
I.__.a estruclura ten1poral que se pone en juego en el pasaje al acto en tuto del ho11lici<.1io.
la psicosis es L1 de la a11ticípaci6n. No obstante, pt1ede ser diferente, Desde la perspectiva psicoanalítica no es posible consl rui r un uni~
según los distintos tipos de psicosis: esquizofrenia, paranoia, delirio versal del criinert co1no tn1npoco de la clínica. Los crfn1P1H.'S son unos
pasional o n1elar1colía. Esta din1ensión ten1poral puede apreciarse con fen(nnenos en. los que se rnanifiesta en exl-ren10 un a\l'jarnicnto de los
justeza si se la ctHnpnra con la estructura te1nporal de la decisión. Una signos naturales de la enferrnedad y del saber establecido.
dPcisión resulta de un procl~So subjetivo, caracterizado por Lacan, por ·roela. una serie de con1posicioncs sociales y de ~;ubjetivitL1dcs que-
Ja presencia de tres ticn1pos llarnados lógicos: el instante de ver, el tien1- dan involucradas en un hon1icidio, y estos n1alices deben ser interroga-
po de co1nprendcr y el 1no1nento de concluir. El prin1ero y el últüno dos uno por uno para no eclipsar las singularidtides.
funcionan en la insta11taneídad. En can1bio, el segu11lio, el tie1npo de
ron1prendc1~ en la continuidad. La decisión que conduce al acto respe-
la la secuencia de estos trPs tiernpos, puesto que es to1nada luego de Ln cslmclura de In maldnd
11aber agotado y pasado por el i111pa5sc que supone el ticn1po de con1-
prender. P.obert r~esslet~ er1 su libro [)entro del 1no11struo, DlliC'Stra cú1no se u li-
l~l pas!lje al acto presenta Ja característica de crnpujar al Sltjcto desde liza en la actualidad el térn1ino "111onstruo", a partir del caso del asesi-
el instante de ver al n1e.Hncnto de concluir, prodttcie11do un cortocircui- no serial Jeffrcy Dh<ln1er. Ante la ause11cia de cxp.licaci('n1 sobre c:I con1-
to en el tienipo de con1prender. En ese sentido se prodltce una a11ticipa- porta1niento de este individuo dice: "'rie11e algo de satiinico, puesto que
ción. Así, la ausencia del tiernpo de comprender es correlativa de una escapa a toda explicación racional. aunque se dcn1ucstrc que tales
certeza que dirige las acciones. conductas tienen su origen en la infancia y en presiones gcnl'ticc1s". Por
No todo past1je al acto presenta ln característica ten1poral de la olra parte, prcse11ta al asesino serial John Wayne C~ncy ron un sublilu-
estructura de la psicosis. lo: "¿r'or qué un n1onstruo?". La respuesta que da es: "porque asesin()
En la serie de asesinatos llevados adelante por asesinos seriales exis- a 33 rnucl1achos entre 1972 y 1978, y sus crín1cnes cr<1n aterradores'',
te un efecto n1eto11ünico, porque ·-a diferencia de otros tipos de crírr1e- An.te la falta de explicación, se los non1ina con el térrnino "rnonsl ruo".
1
nes---, no hay nir1guna sustitución, ni extracción de goce qt1e produzca Estas consideraciones han dado higar a térn1inos co111u: "pervcrsos ',

241 nlgún alivio o suplencia. Se plaJ1tea 1nás bien co1T10 "uno n1ás, uno n1ás, "depravados' o "n1alvados", a1 referirse a lc1s Llscsinos.
1
, 125
y l'odavín uno rnás". En los otros casos se trata de "un n1enos", con10 en Cuanto 1nás brutal e injustificado se presenta el crlnv'n, nu'ís se t-icn-
)/lV/1/ tte1111 Ú'!ldílll'Z f Carlos f)n11tt' c;urc(¡¡ {-'' '/""·" '"'""'' .. ... ....,.
~ ~

de"a usar lo~_.térrninos dl' "rnal", "1nalcL'ld" 1 "perversjdad" 0 "diabóli- dice verdaderan1ente acerca de aquello que estci ii1volucrado en el acto
c'o ~)ara cald1t'i1rl\l~'. ¿(~ué lugar ocupan todns estas calificaciones? crin1inal.
Ln el af'lo '.!.()()5 Benedict Carey, del Ne11; Yórk 'T'iJnes Especial, publica ¿I~esulta legítin10 establect:_•r diferenciaciones entre diversos tipos de
una l1lJL.1 dnndc l1;icc referencia a un debate realizado en los EE.UU., crín1enes y sucesos crirninales'?
dCl:l'l'<l dl; L1 !Hvnte de los asesinos nHls brutales y la pertinl'ncia del con- El concepto Lie rnaldad fue· exarninado recienterr1e11te fH)f el psicoa-
11
cepto dl' "n1allL-1d dsociada n ellos. nalista inglés Cl1ristopher Bollas en su conferencia "La estructura de la
_[)ice: "!V1uch,1s vvces, los asesinos hacen algo n1ás que co 111 eter un n1aldad". Plantea distintos pasos en la constitución de la n1aldad.
cn1r1cn._ Algunos -~educen a sus víctin1as y las someten a torturas pro- En un pri.n1er n1on1cnto la bondad es presentada como .sugestión,
[(.H,1gadas. (Jtn>:; tienen gustos exóticos por la vivisección y la hun1illa- con10 seducción. J\ continuación, se crea un es1)acio potencial falso,
c~ion st'xt.ta,I. -~uc:hos realiz<-~11 sus rituales horrorosos tanto por placer donde se le ofrece a la víctin1a algo de lo cual carece. Esto produce una
L<H110 l_"H)! ~ Udllpller otra raznn. Algunos científicos forenses se pusieron dependencia n1aligna puesto que el sujeto espera recibir verdadera-
..1 peris.ir eu est.1 gL•nte no sin1plen1c11te con10 personas perturbadas sino n1ente a<-1ucl10 que le fuera ofrecido. lnevitable1nenlc emerge la "escan-
cou~o perst:1,1_c1~'.. 'n-~alas', ~n L~l se1~tid<~ _de que su salvajisn10 deliberado y dalosa traició11", que per1nite a la víctüna percatarse de que el seductnr
h.i.httu,d dcs.if1d l lld!q1ner L~xphcac1on psicológica o intento de trata- no es lo que aparento.ha ser. J)e allí se desprende la "n1uerte psíquica"
n'.1~·nt-o. La _1n,1.yorL1 dt:. l~)S psiquiatras suele evitar la palabra 'rrialo': de la víctin1a, por la experiencia de n1uerle que produce el asesinato de
dJC c·n '}lH'. ~u u~o(). prl:c1p1taría un juicio moral que podría derivar en s11 propio ser. Vivencia que antecede al hornicidio. Se trata de obtener
pe11,ls de. rnucrtc llHll'.Cesarias y oscurecería la con1prensión de los crí- la división subjetiva, 11acerle experitnentar el dolor de existir y hacer
ine~ies violent_os. ;~un así, rnuL'hos forenses dicen que su trabajo los 1
e1nerger así la a11gttstia. Esta secuencia concluye con el ' dolor intl'r1ni-
obli¡.4,1 c1 n·l!ex1un¡¡r sobre' t~l conct.•pto del n1al y algunos hasta adn1 ite 11 nable", que hace que eventualn1ent(· la víctin1a o sus fan1iliares nunca
qtH' no ptll';tvn vnconlrar o_tro té-rn1ino para ciertos individuos que har1 logren sobreponerse al fatal desenlace.
t'.\'d!t1ddo. 1:11 u11 vsíul•rzu por estandarizar qué hace q 1 u.--: un crünen se La falta de pasión tlel lado del asesino es lo que produce el horror
lor'.1v p_arttcuL1rrnenü~ atroz, un grupo de investigildore.s de la ele! lado de la víctin1a, que queda paralizada ante el shock de lo que
lJnrvers1d,1d.de Nuev<1 \'urk ha desarrollado lo que llan 1an una 'escala parece increíblt.>. _Para Bollas, la estructura de Ja rnaldad tiene su funda-
dL' dvpr;1vch'JOt1', qul~ califica el horror de un acto por la sun 1a de sus rncnlo en una vinlación de la fe del niíl.o en rt.>laciún a la bondad de sus
det.'1lll:S. 1nac1bro> Por ~)tra parte, un experto en personalidad de Ja pndres. El se~f de este ni\1o fue asesiuado siendo rnuy pequeüo, por una
LJnivt'rs1ddd dl' ( o!n1nll1a publicó una jerarquía de 22 niveles de conl- experiencia de abandono por parte de los padres o por un n1altrato
rorLn~Ul~uto !llidv,1do, l{llt'. deriv,1 de biografías detalladas de rn<-Í.S de extren10. l)e adt1lto, hace experirnentar entonces a sus víclin1as la n1uer--
.)00 c11uu11od('~; v1t"Jlt'ntos". te del sel¡· que experin1entó en su infancia, identificándose fina!n1ente
r1_ n_·s1dtddo d,'! d.ebtttl' revela distintos puntos de vista. Para algu- con el se~f asesinado de sus víclirnas.
nu~., el n~t1l cei l'Hdt>1H1co, constante y potencial en todos. ()trot-J afirtnan Esta perspectiva identificatoria se diferencia de una aprehensión del
l!L'.~: no Ue1H'. f-.;<'1.it1d_o ~:onsiderar la noción de n1aldad desde la perspec- problen1a concer)tllalizada desde el lado del goce, puesto que invo!t1c1·a
t1\¡l·',l.1~ L1 p~,1qu1aln<1 lorL~nse~ dado que dicha noción se sitúa a partir de un ele111.ento real. Los pasos detallados en su deS(Tipción ch~ la estructu-
t.i VJSiü!I t~t>l tlh:>vrv<tdor y se encuentra 1noldeada por valores cultura- ra de ia n1aldad n1iis bien dan cuenta de la estructt1ra de la perversión,
le~ Y. ~·el~g1l)So:-;. L~1 rH·u~·oc~~1:cia tan1bién tiene su opinión: los psicópa- en donde tiene cabida el "acto n1alvado": voluntad de goce con la que
L1s !I~_nl n t1nd dlll.'rl'lll'la fis1cd en la función cerebral. La discusión s-• se intenta producir la división subjetiva y su consecuente angustid. Del
lliSl'r1h1.: c·n 1_.1 tvn>;i()n _l:xistente entre los factores gt~néticos y los socia~ lado del neurótico pod.enios contar con fantaslnas })Crversos o i..'On la
ll_'s1,,<''.,!os t1_lt11nn> Ctlllt.'l:'.-r~ientes a los problernas fan1iliares y a los ITau- existencia de un pasaje al acto hon1icída pasional, pero la angustia, en
!llcL> 1'.1f.d11tt!cs. l•.n d~f1rutiva, concluyen que el concepto de Hlaldad es definitiva, queda del lado del sujeto.
lo ~;t.1t1t:a·11'.en1v11le "!uerte" en tanto ocultaría los problemas nlentales y El "sinvergüenza" que ejecuta el acto rnalvado logra, paradójica-
261
l~)-s 1<isgu:-; '.Hll'!l.'t'l u,dl's q Ul'. n1oti v Zlll los <-1ctos brutales de estos ase.sinos. n1ente, prod11cir la "vergüenza" del lado de la víctin1d, quien la asu1ne 127
Lit lodlls los l'dsus, Pl criterio ¡H.1rarnente cu·-1nt { 1·¡·<1¡1·v<> y e"St atj'lS ¡·ICO Jl(l(_¡ a subjetiv<:nnente ante la ausencia de vergüenza de su verdugo.
Sift1i11 Elena Tc11dlarz 1 Carlos [)anlc García ¿A q1tíé11 n1afa el asesino?

Existe er1 Lacan una "teoría del 111al no desarrollada; sin embargo,
1
' Esta perspectiva se aclara en la tC'rccr<t f'SC<tnsión n t'I !ercf'r n101n('!l-
podrfru1 difcrenciarBe tres nlon1entos conceptuales. to tPórico que se puede llevar a cabo en relación ni 111<\l. En t'l Sc111i1101 io
El prir11cro corrcspond.e al concepto de Ull mal interior, representado 17 el objeto a se vuelve plus de goce y rcsjgnifica ¡¡;~(los dos ti('rnpos
por el kakon. Este objeto particular es relon1ado por l,aca11 en distintos anteriores. La pérdida de goce que se produce por la acci6n de lo ,<>iin-
lugares. En "La agresividad en psicoanálisis" (1949) se refiere al kakoll bó1ico conlleva una recuperación de goce n trav(~S del objeto plus dC'
que ptoducc las reacciones agresivas en la psicosis. I~n otro párrafo, al goce. Al n1isrno tien1p(\ la inclusión del sujeto en un discurso dt'l('l"Ini"
co1nentar el lugar prirnordic1l que ocupa la posición depresiva en la teo- na un lazo social en el qtlc se aloja el objeto plus de goc(' en .su rc!ticiún
ría de Melanie Klein, subraya que la subjetivación del kakon correspon- al otro. Si este objeto/ autoeróticu, encarna el goce corno 1nal, snlo a tra-
de a la constitución del superyó. En "Acerca de la causalidad psíqttica" vés del lazo social, en su acción sobre el otro, podrcí to111;1r la fonna de
(1945) retoina este concepto a la 1nanera ele su tesis acerca de la para- la n1aldtld o la crueldad.
noia de autopunición: el enfern10 golpea en el otro el kakon de su pro-
pio ser. En definitiva, este objeto no es n1ás que el objeto a, plus de goce, /\ porlir de estos desarrollos poden1os prcgunt<1.rno:;, dL»<.;dc Jns npnr--
objeto éxtimo -al ckcir de ).-A Miller-, del que el psicótico se libera a tcs de Lacan1 cuál será el "enc1nigo ü1tcrior", el kakn11, que S(' l'linlina ;1
través de su pasaje al acto. través del acto hornicida y qué destino tendrá sobre el sujeto ltl suhjPli-
Al1ora bien, utilizando este tér1nino, Lacan sitúa de11tro del án1bilo vació11 de Stl crin1e11.
especular a t111 enen1igo interior que afecta a otro, la víctüna. E11 el terre-
110 inH1git1ario, el sujeto -por acción de tendencias autopunitivas, con10
en e] caso Ain1ée--, se agrede a sí n1isn10 a través de la perso11a a la que
dirige su acto hon1icida. Sin e111bargo, dentro de este án1bito iinaginario
se trata de i..1roducir la extracción de un mal real. El inal es un objeto
real, el kakon, que se presenta en la relación iinaginaria co11 el otro.
La can afirnla en su texto sobre psicoilnálisis y criminología: "A esos
111ales y a esos gestos, la significación del autocastigo los cubre por con1-
pleto. ¿l-{abrá, pues, que extenderlos a todos los crin1inalcs, c11 la n1cdi-
da en que, según la fór1nula en que se expresa el hun1or gélido del Jegis-
lacior, con10 se supone que nadíe ignora Ia ley, todos pueden prever su
incid('ncia y se los puede considerar, <le ahí, con10 buscadores de sus
golpes?". F.esporH.h'.tnos, desde Lacan, que la autopunición no significa
:.T
que el sujeto busque sus golpes, por lo que no puede exte11derse esta
afir1nación a todos los crirninales.
La segunda "teoría del nial", es enunciada por Lac;_u1. en el Se1ni11ario
7. Lacan 11os enseña acerca de un goce 111asjvo al que se accede a través
de una trasgresión. El das [)í¡¡g, la Cosa, objeto primordial, es velaLlo por
la acción del Ideal. A partir del exan1en del arnor al prójin10, concepto
elaborado por Fretui, Lacan concluye que el goce es un n1al, pueslo que
cntraíl.a el i11al del otro y, en definitivn, el llan1ado del preceplo bíblico a
an1ar al prójin10 hace oídos sordos a la tentiencia del hon1bre a la 1nal-
dad, a la agresión, a la destrucción y a la crueldad. Esta teoría del mal no
co1nporta el recurso de lo ín1aginario para acceder a lo real, sino que el
28 1 real queda ya incluido en el das [)ins;. En la rnedida en que el goce corno ¡29
n1al .-;e enlazél al sen1ejanlP nos enconlran1os con la /{n1aldad".
Crin1e11 y castigo'

Los actos de· un individuo no snn_ ~>in cons1.:cui.,~ncüis, st•a tanto p<-1r<1
l_'.llos n1isn1os corno pdra otros. Fn el co_1so de un crírnen, st.'.r<i prioritario
situar la posición de quien lo ejecuta en rel~ición a lo l:ll'Ontecidu.
Frenle d un <lClo crin1indl tas lcgislacíon(•s vigentes d1.:tenninan 1<1
eventual culpabilidad del t1cusadn y cuúl el castigo d aplicar. Para la jus-
ticia penal, la prern.ediL.1ción y l.:l estado dL· l:onciencía duranlt' el ,1(to
crin1inal, contribuyen, entn.: otros aspt•ctos, a establecer el grüdo de rv~,­
ponsabílidad lh~l inculpado. Pero la responsabilidad invocaLLi desde ld
lt'gislación no es h1 rnisnH1 qul' L1 drgurnell\-acL1 Lh~sde í'.I p~_;icodn,1lisi:-;.
No existe ninguna sociedc1d en la que Id relaciún vnlrc vl cri1tH'll y Li
ley no se nianifieste a través del castigl). Por olra p.trte, tod<1 socit'dad
exige· al castigado nn c1sentirnú:ntn subjt~livo rl:spl:'l'lo del lTirnvn l'Otne·
tido y de su castigo.
P,1rd FntH\1tdt la respons~ibilidad y L1 culpa son L1s dl)s reg!ds orch•
nadoras del dcrL·chn. EsLis, adL'HhÍs, co1Tl'Spondt n d dos pcincipills psi-
1

coa11Edítir'l)S fundc·u·nentdles. Sir1 crnbargo, llU t)OSt'.l'n el 1ni.-,1no vcilor en


uno y otro <únbito.
Por lo tanto debtnloS difcrencinr, pnr un lado los "lugdrcs" del cri-
1

nH'n: el del crinlinal, l'I d.t:'l psiquiatr<1 y el dt'I jut'Z, y por tilro L1 l':ulp.11
1

Li rl:spo11s<illllidad, L1 s~'llll·ncid y t:l cctstigo, co11sidvrdd,)~; L1nlo dc.c;de


Li ¡)t:rspectiv;1 del dl'rechn cnn10 dc sde L1 del psico¡1n.íli~;is.
1

i lou1if'Ítlios

El derecho pennJ distingut: L'l concepto de dL)lito rl:spvcto dl'l dl:


hornicídio; este últirno, cuy~1 significación .tlude a 1n,1t,1r a otra persona,
derivd etirnulógicanH~ntL: de ho1110 (ho111bre) y 1'idi11111 (derivildu de t·nrde ..
re, n1'ltar).
131
* Agradect'.nlos Ja coL1bor;1ción de !os doctores Nicolás l-':;izik y f<',1biu I'ic1ligor::J:.y
t:n la ori.:ntación relativa dl derL>cho penal del pn·st~nte f'<1píi1do.
Siftrin Flc11r1 n'11d!ar2 1 Carlos J)a11f!' Cllrcta ¿A quién rnal.ll el asesino?

f_':n rcalilL1d no pueden distinguirse an1bos conceptos porqtte perte- En re<1lidad es una clasificación de los delitos con fines ~;islcn1,íticos.
l'H'CPll a categorías distintas, El ho1n_icidio es uno de los tantos delitos El térn1ino delito no se utíliz.a solo, sino que los tipos pPnnles se prcv(>n
previstos {~n las leyes penales, tales corno el hurto, la estafa, el robo o en los códigos ordenados de acuerdo al bien jurídico qu(' prolegl'tt.
las JcsionPs. I~n fornla general y denlro de un conl:ext:o coloqui<1!, se ulili:1.<1 lt1
En cuanto a las nociones de critncn y delito, usadas frecucnte1nente palabra hon1icidio como equivale11te a asesinato, pero jurídican1cntc
con10 equivalentes, se diferencian en que este últ-in10 11nce referencia a hablando, el tér1nino correcto es el de hon1icidio. La palahr<1 "ascsin<l-
algo tnás gcnfirico, 1nientras que el pri111cro sugiere u11a acción n18s to" proviene de asesino, y esta, a su vez de un vocablo ;Írabt', fu1ch{chi11},
grave y específica realizada en contra de las per.so11as. En for1na ht1bí- 11ombre de los miembros de una secta religiosa <ie fun1adon s de hJch1s
1

tual, delito y criinr•n son considerados categorías universales, an1én de que, al ingresar en ella, hacían el voto ele n1¡itar a t11i.ic11 su jPfc les orde-
que existan actitudes que gent.~raltnente constituyan delilos, co1110 la nara.
conducta 1T1ala per se (con10 n1atar) y la n1ala i11 prohihita11z. 'Paradójica- Si bien el ho111icidio reniite a un solo y único aclo, la ley cst<:iblcce
nH:nte, hny conductas n1alas per se que puedc11 no estar prohibid<1s, con diferentes categorías a efectos de lograr un<:t regulación de la p('11,1. lJn
lo qut nos adcntran1os de este tnodo en u11 terreno más filosófico que
1

hon1icidio puede ser jt1stificable legalmente si se prollucc por ;:ilguna dv


jurídico. las causas t111e conten1plan una ause11cia de resp<n1s;;1b1l1drHi penal.
El delito puede definirse co1no una conduela antijurídica, culpable y Entre ellas, se enc1u~11tran: Ja defensa propi<1, la prevenci(1n dC' un deli-
punible, que una sociedad decide sancionar, de acuerdo a los diferentes to n1ás grave y el cu1nplinliento de un deber legal.
órdenes jurídicos y sis tenias políticos vi gen les en un tcrri torio y En térn1inos generales, una clasificaciú11 del lun1ücidio tic~1c l'n
1nonlenlo histórico detcr1ninados. C:ircunscribirlo a una época específi- cue11la las siguientes categorías: 1) el ho111icidio doloso, cu0ndo existe la
ca y puntual nos per1nite sortear las paradoj<1s y diferencias culturales intención de n1alar a la víctin1a; 2) el ilivolu11lario, liln1bién l.L1n1,1do cul-
que dificultt1n tula dcfinició111T1<:1s abarcadora. poso o 11egligc11.fe, cua11do aun conociendo el posible n•sultado dP la
La definición de delito es "condttcla típicJ, anlijurí(iica, culpable y nlucrte el individuo cree poder evitarlo, pero faHa y t'slél SP prodttcl'; y
punible", Al tratarse el delito de una construcción norn1ativa, para que 3) el prctcri11f'enc1:onal, que refiere a las intenciones del bunúcid,1, (p1ien
un acto l1tnnano sea considerado con10 tal debe cu1nplir con ciertos en principio buscó el perjuicio de una persona, sin pcnsc1r que esta
ret1uisitos. En prin1cr lugar, el hecho debe constituir una conducta (acto acciú11 })Odría llegar a causar su n1ucrte. "E1l es el ca~:;o de u1.1;1 persona
hun1ano voluntario destinado a un fin). En segundo luga1~ esta condue- que en1pt1ja a otr<1, ngrcdiéndola, y la víctirna tropieza y C<ll' golr1c;l11clo-
la debe ser típica, es decir, debe estar prevista en las leyes pc11ales. En se fatahnente su cabeza.
el caso del ho1nicidio, por cjen1plo, el "tipo penal" PS "el que n1atnre n La lcgislaci(n1 argentina difcrenci;1 varias categoríds ('.r-' h_o111icid.'1s,
otro", En tercer lugar, la conducta típica debe ser antijurídica. Esto sig- con la finali(lad de establecer una graduaciún de la pPnti. ~e d1fc·n'nc1a11
nifica que no debe haber ninguna ot-ra nor111a en el ordena11llento jurí- las clases de honüciclios, no las clases de honlicidas. Fl tipo pl'n;il gl'lll'·"
dico que pcr1nita realizar la conducta típica. For cjen1plo, la legítit11a ral (horn.icidio a secas), está previsto en el artículo 79, "l'l que n1;1L1rc a
defpnsa. lJn hornicidin con1etido en_ legítin1a defensa, no es delito. En otro será penado ... ". La pc11a prcvisL1 es de 8 <t 25 ;it1os dl' prisión.
cuarto lugar, !a conducta típica y antijurídica debe ser culpable. Esto Luego, el arl. 80 prevé las distintas circunstancias agr;1v;1ril(:s, l~('Jl<i1:i:1s
requiere que el sujeto haya actuado de for1na tal que pueda re11rochár- con prisión o reclusión perpetua. El artículo _81 prcv{• _una (!ts1n1_nuc1011
sel<' la conducta que realiz.<:1. Por otra pnrte, para la ley el sujeto ch~be de pena para los casos de hon1icidios co1ncl1dos en c11Yt1n~;ta'.H"ltlS ,1tc··
saber lan1bi6n que la conduela que realiza es típica y antijurídica. Por nuantes o crnociún violenta. El prin1cr inciso del 80 (vl cn11ot"1do c<.1n10
ültin10, dl't-:ic ser t;_1n1bién punible. Esto .significa que la ley no prevea parricidio), no solo conlc1npla el hon1icidio de padres, hijos y cónvt_igt•s,
un;1 t xcus¡_1 absolutoria. El Pjcn1plo 1ni-Ís usual es que los cónyuges no
1
sino el de los ascendü~ntcs y dcscendicntt\ por lo que abuelos _Y !ll('!os
son rcsponstiblcs d(' los hurtos y dt:fraudaciones que rec.íprocarnente tarr1bién estarían incursos en la pena agravada. El ;1rlícu!o (HJ del
rca!izan:11 contra ellos (art. 185 del Código Penal). Código Fenal indica que Sl' in1pondr<l la pdsión pt•r¡H'lua t'n lns c,1sns
12
1 l,e lPgislación argentina utiliza cl tr-r111ino de "delito", y en particu- de hornicidio de un padre, cónyuge o hijo; cuando se produ?.ca con 133
la1~ el de ''delito contra las pcrsonJsu, y no el de crin1cn o asesiní'lto. cnsatla1nienlo, alevosía, veneno u otro procedinúento insi<linso; por
·J1U'111 t:tn111 í1'!11llitr"t. ¡ (_'(lrfus f)1111te (,'onfr1 {' ' '/" ' " ' """"

''_prvc1n o ¡iu.i11_ll'~;¡¡ ren1unt_~r,1tori.:1"; por placer, cndlcia y odio racial; y estrictas condiciones, dado que la n1uerll.' tarnbi,~n está prt'Sl'nlc en la
Ílll,dnH'Hll', .'>t :-,t' !lvv<i d cabo con el propósito ele ocult-,1r otro delito. No gul'rra L) en la deh:1tsz1 personal. l)e cualquier 1nodo, c>xistt,n dt·litos y
i:li:_;'.._,tnte, t'.~~ ltJ~ c,1:->os d~: __1:1uc·rh' _de un fa1niliar (en los que se aplican crírnt>nes CtJnsider<1dos universales por \¡_¡ legislación intt~rncicionaL
l 11 t 1 L 10 d __ ) dJal:, dv pn~11on) esta vonten1plada una dis1rlinución de la ('ntrl'. t.:llos, t'.l genocidio. Por otra parlt:.:, para que la dl•fensd persundl no
pvnd _c,ltd!Hln ':x.1~-;l,111 circunsLn1cias atenuantes, conHi son el dar1o o Ja sea considerada un delito, debe probarse que no hubo un "exceso en Lt
('lH<>ClOll VtOJ('l!Ll iegítirna defensa".
L,_'. '"d('Vt>.·->í.,·1" cnnsi.._,te c'n el ernpleo de n1edios o n1odos de ejt~cución Pu(:de seil.alarsc que aquel crirnen que no recibe su castigo corn.:s-
qu('.t 1vndc1n d1n'l'fa y espt·cialnu:nte a asegurar li-t con1isión de un deli- pondiente, se transforn1;1 tan solo en un reproche n·1oral iníurioso contra
l_t_i. :-)\l!:1,c.L'1os dv ;ilcvnsía <1qul:l!os l~n los que se aprovecha la particular un,1 persona. Solo t'.l cast-igu t:onstituye a alguien en delinClll:~nh: o crin1i--
·'·.:tucJ,~l'.H~ ,l'.t'. _dt-~¡~,1li1niento e indefensión del agredido; cudndo Ia ejecu- ual, y es lo que transforrna la vagd noción de delito en u11 hecho cnncre-
L!l)11 l s s11h1t1 e 1nL'Sperach1, pur sorpresa 1 o cuando se hace 111 ediante lo. Est;,1blecer qut~ y cu;:iles conductas configuran delitos, crí111enes y cas-
,JCL'Ch,_1n,z;i, tr;11npd, cinboscada o celada. 'I'a1nbién lo son la nocturnidacl tigos, son facultades suberanas de quienes esl<:in a Ia cabeza de.: un .sish>
º,el L.l1sf'r,1zj qtt\~ iinpíden el ret:onncin1iento del autor del crirnen. Este 1na norn1ativo. El concepto de "cri1nen" es establecido y c1\:>ado por el
lr>riruno h,~ :provoc,idn L"n la doctrina jurídica rnuchas polénücas act~rca poder co1npete11le 1 y resulta indisoluble de la aplicación dt~l castigo.
d~-· ~,u_ ; 1g111JH·.ido prvciso. LJsua!nH_~nle la alevosía presunone la ¡)retne- Crin1en y castigo se vuelven así, las dos caras d(: una rnisrna nHll'1t'.da.
d1L1c1nn. r
,. 1;1 p_r~:cit) o pro1,1H:sa.ren1uneratoria es una circunstancia que le otor-
f-~d. '.d h_l:L h(~ ,u11 l_·'.1;·,H·ter a~e_lt~diblenH.~nle econón1ico. No es n(·cesario que Lll rcsponsnbilidod penal
l.i 'llnl_i il ]1 1{ sL1l 'to'.1_c'L·o1101n1ca St'd previa a Ja con1isión del hechn dclic-
lt vt_>r l\J .qtH'.S(' vvnlic!t,lt' objt:'t~va1nente. Lo dett~rn1inanll' es qut:• el sujetu Para que un juez pueda dcter111in<'lr la responsdb"ilid;_¡d pen,11 de un
c1t t1~0 ( tH11.vLL ~;_11 dl'C1on n1(iv1dn por l'Sta intencionalidad 1:~conóJnica. ü11pulado es indispensable que tenga en cul:nla la conjunción de dn~
Ll ('ns¡¡n;111ut·111ti .dude a una inlención ch,liberadd e inhun 1,1na de elen1entos:]) la inteligencia o discernüni1~nto del individuo, que le per-
;¡cn·cvnL1r!L) el d\l!or ,1 !a víctirna. Excluye los a(·tos rea!izaclos sobi~e el 1nill~ a este c1cceder a L1 noción del bil'l1 y el rnal, y 2) ];1 libre vnlunt¡1d o
¡·,1¡Líver,
.. ·. _ , o .SL'<L, _, H¡uetl) · ¡·c1.<1c1os con posterioridad a la rnuerte de l;i
. ,l ~)· rl'd libertdd, que le posibilita l'.Scnger entre uno u otro. 'rodo f;_iclor qu'-:
vít :. 1 ~n,t (<':-,t()~; !)udndn constituir otro delito diferente, con10 es Ja profa- prive de una u olr¿1 cundiclún suprin1e la irnpulabililLid.
!\J( iun dt' Cd(L1vvrvs). El crih;rio de inrputrtbilidad reside en la "conciencia" y en la libertad
¡:¡· ' 1rtículo ,)''I .t 1'.' 1_ <"l':í l !'1go !'en~1 ¡ contt•n1pla una st>rie de causas ate- de actuar. .Algunos considL'.ran que la iinputabílidad es !a consecuencia
1:H1.'1.11/'{':-; que _poc;d:1:1t;in d('Sdt: Ullil di.srninución de la pt~na hdsta una del libre albedrío, L~l cual, seglin el filósofo alent.'in (;oufried W. Leibniz
i_,H !1hlv exc<llL\'ldcJ\)J.l. l,d exc;\l\_·eh1ci6n es un beneficio que no se reLl- "t•s Ln1~1 propit'dad de la voluntad hurnana que pernlite <:legir entre dos
l-lllll,l (\JJi ld ¡n'n,i, sino con{:'! inodo en que c~l procesado transitará el accinnc~s: ésta quiero, é:sl,1 no quiero".
Santo 'l'oin;'ís dL•nonüna líbn: albedrío c1 la fuerza o Í.ll'ttlL.Hl que pl:r-
pnH't,>;,u,
_ ,. , . ('fl [ihl'rtnd
,1. S . 1h1T, . O f'lfÍVadn dt', l'lf·¡
· ~ · S'·- 1' ))!.('Il
- ]·1s', }J(')l ·
.1 <: s pn.:v1s-
Li.~ 'u lo:--:;. 1.-!e!th)', que_ Sl' 1111rnitdn son facton.~s a tener en cuenL.1 para n1ite elegir entre dos actos y dtjd ,11 hornbn: en una indetcr1ninación
("Vdludr dll ild ('1.1-cun:;l<1Jh'i<1, no es la única. Por esa r¡¡zón, no es corree- ,:i_ctiva 1 quv puede sL:r: a) de inicidtiva: libertad de cj~J'l'icio o contradit'-
:,º hdliL1r dv dt'lill),'; \:Xc<1rcvlablt'S y delitos no cxcarcelables. Entre ellas: ción, por la cual puedt> obrar o no obr,n~ aclu¡tr n inhibirse; h) Lh~ espe-
vi qitv !l\dLll\' ,1 u[H) l't1co1\lr;)ndosi.: en un esL.ido de en1oción violenta cificc1ci6n: pLH:'.cle ejecular uno y otro acto, l.~s dl'.t'ir, elet;ir t-érntinos espL:--
V. . que•
.
Lis c' 1r 1·un'-;L1nc·i,-1.<-;
~
hicierl'n t'Xl'LLSdble"·, Jo...:·-' L'lS<>s
e - ,
clci 11 t ·¡,L t,l:
· 111
· t en t ;,1 cíficarnente distinlos por eje1nplo: socorrl:'r a un lu:rido o rcrnat¡¡rlo; e)
1

t,dus,~r uu_ (LlrHi, per1J en vez de ello, se n1ata a la person<l L'n cuestión; de cuntrariedad: puL'de ejecutar un d.cto lícito o ilícilo. Par.1 sus segui-
( ucindn ~l~ produce l'.t n1uc•rte de1 hijo al nact:r o t:n el estado puerperal. dorL'S, el libre a!b{'drío es Id piedra '1lltjllldr del lh~recho, t:I funddrnvnto
!·:11 ~,t_is '.lllIL'tdu:--; _._,ig:11~'11ll:s S(? legisla en torno a la eutanasüi y al aborto. de las iru~ludibles nociones de culpabllicüid, in1pl1tabilúLld y rl'spo11s<1-
:341 bilidad. El hrnnbn' es libre y due11o cite sus actns (lil!er/us 11rl>itr11), p1wde 135
, _¡¡ liH'.ll v_l liu1n1ctd10 us c.onsiderado delito en todas L:ls J~gislaciones,

\ l llLll,u <I utro 1.:'s l'll(L'nd1do y C<lsligado corno hon·licídio solo bajo currH~tt•r un delito o evitarlo.
Silvia Elena Th11l/11rz 1 Carlos [)a11le Garcfa ¿A qr1ién 1nal11 el ascsí110?

Según Aristóteles y S<lnl.o ·n_nnás, el deJito es un acto hun1ano, racio- sufrir las consecuencias del acto delictivo: sujeto ünpulable y culpablt'.
rla! y libre. A est:a corriente, se ha opuesto el deterrninismo de Martú1 Ahora bien, 1-;j bien los sujetos declttrados inin1pntablcs son ~~icrnprc
Lutero, quien sostiene la idea de una lucha con la libertad del querer. irresponsables, puede ocurrir que, personas irnputa~)h's, con co11oci-
f)elern1inisrno quiere decir negación de ln libcrtad hu1nana y proclama~ ni.iento y voluntad plena del h_echo que ejecutan, sean 1rre~-;pons;1blc's en
ci(Jn del principio de que nuestros actos obedecen a una causa intrínse- aquello~ casos particular<~s especificados en el C:6digo Pcn.:11: el que
ca o extrínseca y t'sl<ln clelernünados por distintos factores: naturales, obra bajo la prcsi6n de una fuerza psíquica irresistible o ani.cn¡¡zado de
con10 Pl estado de nuestro cuerpo (del.ern1inisn10 fisiológico); por el un 1nal grave o inni.inente; quien trnta de evit<tr un 1nal n1<1yor; aquel
n1otivo que pesa sobre nuestra decisión (dctern1irlisn10 psicológico) o que actú~ en cumplünicnto ''ele su deber o en el lcgítiino cj<'rcicin de su
por el rnedio social (detern1inísrno social). Sin en1bargo, en la pr;.ictica clerecho, autoridad o cargo"; el que lo hact~ por "obcdicnrí;1 d('bidél", en
esta corriente adn1itc el libre albedrío, pues sí se consideraran los crín1e- defensa propia o en defensa de otras personas.
11cs y delitos corno hechos plenarnente deterrrlinados, entonces todo Esta serie de casos no es hon1ogénca. 1\lgunos se ccntrar1 en la rJro~
acto devendría irresponsable. pia persona y su posibilidad de rc.spne.sla, y otras, en J.1 relación del
(:ontlnuando esta línea de pensan1iento, la psiquiatría S(~ ·interesa individuo co11 1u1 agente exterior. En cada caso pndrú interrogarse ('n
por el abordaje de estos problen1as e intenta responder a la pregu11ta
1 qué incdida el sujeto qucd;:l incluido ---·o no-- en su accionar, l;-i\ el. casu
acerca de quién t~s in1putable y quién 110 Jo cs. de la llan1ada "obedie11cia debid;J"; esto, no solo lnvesligando o inda-
La psiquiatría en gencr81 concibe al hornbre con10 alguien libre y, gando el efectivo conscntin1icnto del sujeto a ejecutar ~·1 acto, sino tan'.-
por lo tanto, culpable- y responsnble de sus actos. Pero si quien delir1qne bién itr1pidienclo que dicho ü1slrun1ento legal se convierta en un<l lcg1·-
;i causíl de una enfcr1nedíld, es incapaz de comprender lo ilícito ele su
tin1aci6n_ del crin1e11.
actuación o, conociéndolo, es incapaz de inhibirse, no será considerado Los n1enores cie edad tan1bié11 son considerados ini1nputablcs; cs1o
rPspnn.c::abJc ni cnlpr1ble. da 111gar a deliberaciones acerca de la edad en que dcjar<ín dl' serlo, Y
En lo quP concierne a los s11jc•tos que pad.ccen una enfcrn1cdad n1en- las disposiciones que debPrrín aplicarse en caso de un crirn_c1: .llcv<1do <1
!ai, el C:ódigo Penal argentino, en su nrlículo 34, scllal<1 su no punibili- cr1bo por un n1enor. Esta inin1putnbilidad del rncnor ha p(l~;1l-Jil1L1do que
<h1d: " ... el c1ue no hllyil podido en el n1on1cnto del hecho, ya sea por el uso de Jos nifios con10 asesinos se consht11y;1 en un instruinento c<ldt1
insuficiencia de su facultades, por altera:ciones n1orbosas de h1s n1isn1as vez 11 1ás expandido en nuestro n1undo contcn1por,)11('0, t<1l conto se
o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecl10 no in1pu- observa en n1uchos países latinoan1crlcanos. La f;:1Ha de Ull<l rc.c;puc~ta
i-ablc, co1npr<'ndcr 1.1 cri1Ttlnalidad del acto o dirigir sus acciones". legal no reducida sola11H.~nte a una privt1ción de la libcrL1d en t:! c;)n!Tx-
En caso de co1nprobarse !a alicnaciún rncnlal el tribunal puede orde- to dP inst-ilntos correccionales que los estign1aliz¡:in coino \TU11111;1l('s,
nar la reclusión en u11 "n1anicon1io", que en la actualidad corresponde deja ;i los niños y a los adolescentes en un ú11p11ssc legal, problcn\a qtt('
a los hospitales psiquitítricos o ncuropsiquiátricos, durante el lieni.po aün no ha encontrado una resoluciún adecuada,
que se juzgue conveniente, p<Jra no poner en peligro la vida del cnfr~r­ Pu.r<l <llgunos autores, la culpabilidad sería la rcprohaci('111 th l rigen--
1

\1)0 y l<i de los denuts.


te porque no ha obrado confonne n su deber.
La culpabilidad jurklica está enlazacla al concepto de responsabíli- Le justicia diferencia el delito culposo (culpa) del doloso (d11l11) l:n
déld y ;1 la posibilidad de gobC'rnar sus acciones, por lo que todos aque- (~ste últin10, el elernento funda1nental es Ja inlenriún de prodttt-ir un
llos que pucda11 "con1prcndcr [a criininalidad del acto o clirígir sus daúo, n1ientras que en el pri1nero no Jo ('S, pues se al·ti'1,1 <'n f(lr111a cu!~
1
arcioncs' se>rtín considerados irnputt1b\es. Por ello, sostcneinos que la
,
posa bas¡índosc en cuatro ele1nentos: negligencia, itn¡H'ricial i1nprudc11-
culpa íurídica se presenta y adviene luego de con1etido el crirncn, cuan- cia e inobservancia de los regl'11nentos.
do a lrav0.s de un juicio, el individuo se vuelve rcsponsílble de su acto. Por otra parte, existe un dolo directo y otro indirecto. F! din'clo se
J_.a palabra "rcsponsalJilidad" deriva del verbo latíno respondco, que produce cuando se quien,: n1alar a alguien; el indirl'ctn, Clld!ld(.1 ,1[ intt'n-
signífica pnJnH'ter, ob\ig;:1r a, pagar su turno o a su vez. lar rnatar a una y.Jersona se rnala sir11ult<lnean1enle a olr;·1, a S<1h1cndt1s de
361 I ,a 1nisrnn se íundanH'nl'a ('ll las nociones dP irnputabilidc1d y culpa" que tan·tbién va a n1orir. El dolo directo, para cualqui('r delito, l'.S ctE\11"· 137
bilhL1d. Es rcspnns;1blc entonces solo quien tenga l<1 capacidad parr1 (lo la acciún que se realiza csl'<l dircctrllnenle dirigid<1 ;1 c,H1~~,1r el r('sul-
Ji1u111 1.11'1111 1(·11111ar2 1 t.nr!os tJ1111/¡ <:11rcú1
1 (' ' '/'"~" .. .. ' ..
,,, ,

La rdÍZ de estas divisionc's es "una herida t.'11 lo 1Y1c1,c, ínti1no cltd lion1·
brc St~gún L1~; palabras de Jt1dn l-\1b!o 11. Esil herida es lLnu,_hld l)\'.t'<1do
1",

d la luz d1.: !d ft~ ljlil'. "cadll uno lll~V<l dt:sde su n.icin1icn!1J, l'tlllHl una
herencia rt:cibida por sus prOtJ/'llÍtorP:-; 1 h<1sta el pccadn que l\hl,1 tu10

co111etl~".
'f'odo docurncnlo de la lglesid p<u·tt: del supuv:-;to de l.1 Íl', L1 cu<d
forn)a parte: del racionali.-;1no nrg,1nizddnr d1.•l pensatnicnto tc ológico. 1

Ld fe cristic111d 110 es ld cre1.,:11cid v¡H·i\ante dt'l llL.'Hrótict), sino la ¡·crtez¿¡


i.,h; 1.1 cn~l;n(:i<1 dt: qut: 1<1 Vl.'l"t..LH.l 1.:st-ci. y se htlild presi.,~nte t'l1 bis cusas sen-
siblt'.S. Segln1 Santo 'fornAs, L1 ccrt1.~:t.cl de creencia v~:i lo q11<: produc(: el
;1cto de fe.
L,1 vt:rdad del sufri1niento nl.'urótico hace' n~ferc>nci,1 <.t tontdr a la vvr·
ddd con10 cdus,1 por esn, fr:nonH'J1()tógic•11nentc~ 1 coincide con 1'1 verdad
1

1.Tisti;111<=1, donde la cu!pil ¡ipan'l'C conHi hipótesi~; c<nts<1l dl· Li desgracid.


El neurótico, sujetu sufrien.te, v~1cila en dist·inhis rnornculos, Pntn_' i.llri~
huir}¡¡ culpa i:ll ütro o atribuírSl'Ll a sí rni~;1-r10. /\1T1bos coinci(h:n en ¡¡Jgo:
la verdad de la Clilt)ª rc~sidlría i.:'n la culpa rnisn·ia. Por eso Lact1n ..1firn1a
que la culpabilidad St' transforn1<1 c•n un senti.tnien!·o de alcance l'pist{, ..
rnico, d,1do que la causa en el cristiano c1sun1c J.1 fl)rJT\a de Ja culp~i. El
lll:'Urólico hac(~ lo n1is1no, al asignnrl(:_' a la culpa un v;_-dor de Vl:'rdad.
1~1 psicoant'ílisis CLH:stiona L:i relaci15n dl~ L.t nc:urosis l"t)l1 la culp;1
put•sto que e~;ta no ocupa el lugar ch' la Vl:rd;,1d ni vl de la l'í.lu~;.-1. Fst<l
Lo !'11/¡){1 (OJ110./~'llÓ111e110 y co111u e::Jfr11r:t11n1 confusión y t->uperposición proviene> del psicod11tilisis niisino, de L1 afir-·
1nnción freudiana (ll' que' algunus delincucn.tes nu :1011 culp;,1bles dL'l
reviste cil"rla co1n¡>l"1··,,¡.,,i delito que con1cteu, sino que es una t'ulpil previa la que los en1pLrj.1 a
J ·,
"l <'1ilpd . es t.".1 t'l'i!ICL'plo que'
¡ . . - . . . ' y·1. .
, que su s1v~
lll ¡¡ d< () Vdlld t (Jl1:;1dvrilble11H-'UÜ~ SVP(¡n se fl) L"'i"l! ¡,· ·j . j ' F)l:rpct-rdr!n. La culpa se vuL~lve así 1'1 causa que prvccdv lll crirnvn, y(-~!
, ,·,. .' ·, .· ... . -n · " l e Ll'SLV un punl:o
{ 1< \,t.,ld.JlllJl!Ho( 1)~,H¡u1atr1co o p:;icoanalflico. castigo que' rccj\Jl-:' el crünlual es t•l efl'cto buscado in<:onscicnlt'n1cnll'.
- Ll11 . ';1l nli~;ino co11shtuye un ter.nfl central en las relig-iones, inherente Sin ernbargo, si bien la culpa fr(~ttdidna !'iene un carácterciJusal, t<11n··
1 . tdnos.. F·
.·. <h ric; u•.;. ."';{'r \"'·.' !·1t1n.
;i
_¡1 e' 11 ,)s, 1a culpa rerni!e a un
' n1odo de rcl·-1- hiC'n l'.S irH:onscicntl' y desconucidd. En ese punlo no coincide con Li
t.~1 .1n dt'l :;u¡elu < n1\ Id verdad cou10 l'ilusa; en el crist-i<inisnit\ dicha rel;-1- l'uip,1 crish<ln<l. La l'tdpa, en tanto r;1zún de t'SlruL:tur-1, resu!L.1 de L1
l ton, ddopL1 L1 forrna de· la culpa. constiltu:ión del sujeto del iuconsciC'nte. El padecirnienlo nc·urótico de
l·,n ").,¡ l"Íl'llCÍd y j
. ,1 vc1• ·ej d( j" , j, •.. ·
,,1can ,
d1fercnc1a tres sujetos: el rt>Iirio- la culp.1 es ld forn1a siuton1<i.tic;1 con !a qut'. vi sujeh) intenta finiquiL1r
:-,_1'., l'! d\' L1 CH'llt'i'.1 V i·l sufriente. El sujeto n.:'ligioso corH.iuce al ra¡'i(~~1<'l·· dich<1 culp<-1, corno estructura int:lin1inablc'.
IL.»Jl'Ul, l[!H' o1·g.'111Jz,_1 t>l P('nsa1niento teüJó¡ricu Y la funciór1 ¡ ',__, - -,- l~xisten divl.:'rsas forrnas de tratainit:nto dl~ la culpa a nivel fenun1l•·-
d 1 ¡) ). ¡, .. , 1 .·, I' ,. . n l csc1npcna··
' . -.\ i - .'l,tt vt_· .Jt Jo!L '.l an.i'.1s1s del sujeto de la ciencia hace presente en nico. lJna ele ellas es la creación del sínlorna. Las dift:rentc>s estructuras
f:i1 i:t.i llH.ludilJ]e lo:, rnc'cdn1sn1os de la obsesión y las ¡)arado1·~1s del ser1- clínicas siguen e! prncesarnicnto de L1 culpa por c<nnlnns diversos: la
lJJn1vnlo,· ! e1111·r}\ 1dl-¡ que ¡·'l".l'li.d cornparú con la religión. · r-:1 su1'eto
dl' l ·t ¡ J) · vacil,H:ión en alribulrta al ()trn o al yn en h1 neurosis; lil L't'rtezc1 psit'(\·
1

sul11v11te, ,-l'I de I·1


, cun-· lt· ¡· ·
,,u .i ana itrc<1, es aquel qul:' se declara cul 1able tica de su propia culpa, en la n1ela11cu!fa; o del ()tro, en la paranoi~1; y la
i_~.n el ii1u11do C1HÜt'll1})0.ril_nec.' l_a Iglesia se ha pronunciado enl-l 1 lú1~·1 negación de la n1isrna, en el pl'rverso. El exarnen dt:; los hunlicidios nos
381
I1" .
( l' !l'COJl{)('('t' i f · '
. .un t t."'iP\'L aZdllllt'nto global genertido pl)r la desigualdad
-< conduce a pn~star especial atención 11 !;1s psicosis y a la pervt"rsión; esto 139
l)., dnlc1¡.:,on1~,rno.c; idL·ológicos y la discrin1inación, entre otras ;·azones~ no significa que en la neurosis nn existan aL'Ciotll'.S crin1inak:s. Sin
Silvia Llena Tc11dlarz 1 Car!vs L)1111le Garc{a ¿A r¡itiót nwfa el asesino?

c1nbargo, cuando no se trata de un crii11c1i. asociado a fines de lucro, lo activa, por el influjo del retorno del an1or oculto tras el odio. Ese crirnPn
inás habitu<d es que e! nt~urótico se presente como un crüninal inccH1s- prirnordial n1arca el origen de la ley y funda la hase del scntíini.vnto de
ciente o itTiaginario. culpa ("Tótem y tabú", 1912).
Afinnar que la culpa posee ltn carácter cstructurtll resulta de cón10 l.,<1can reto1na el rnito de "Tótern y tabú" en el Sc1ninnrio 7, La <'f-in1 del
es concebido el goce en la constitución subjetiva, pues dicha culpa pivo- psicoanálisis, y n1uestra cún10 el asesinato fue en vono: L1 ;;11nbivtilcncia
tca entre el dt'seo y el goce. La faltn, qtic da cuenta tanto de la "castra- se pone al descubierto luego del crin1en, y el a1nor al padre cn1puj.1 ;i la
ción" freudiana ton10 de la inclusión del sujeto en la estructura, es sttb- culpa y a la obediencia retroactiva. J)e e.sta n1anera, P] <lrnor ;1 l p;idrc Sl'
jPtivada nccesariatTH-~nte co1no culpa por parte de 1111 sujeto, sea este vuelvt~ el reverso del superyó.
nc'urútico o no. El Sl~ntirnil~nto <.le culpabilidad no se deriva de ninguna Este análisis introduce una doble perspectiva: la subjctivació11 dP la
<'xperiencin vivida o aconlPcida sino de un afecto producido por la
falla del padre y el en1puje del superyó. El padre ideal frcudi;1110 re,c;ul-
estruct11.ra: con ese afecto se intentará cubrir la falta en c1 Otro. ta interpelado aquí por Lacan. El ghosl ele l.la11Ilet le revela a este que el
Esl<~s considcr<iciones refutan una supuesta identidad en_ ln n1anc-
padre ha rn.ucrto en la "flor de sus pecados". L,a falta del padre h;1cc así
ra Pn que ps abordada la culr>a en_ el neurótico, el cristi<1no y (:~1 psico-
su aparició11. I~ntonccs, si nos identific<1111os con el p;_idrl' p;ira s('r tnn
análisis. 'L1nlo el neurótico con10 el cristiano cre(:~n que la cuJpa es la
s~:veros co11 nosotros rnisn1os, ¿qué falta incorporarnos <-:uaudo lo i11cor-
causa de sus desgracias y esta "culpa in1<lginada" constituye la verdad pora1nos a él, <.1tte nos atorn1enta tanto a través de la culpd'?
para Pllos. Para el psicoanálisis la culpa PS algo que va 1n<'is allú del En ''l~l n1alestar en la cultura" (1932) Frt_:ud seí\ala Psta extn1í'í.a par;i··
fcnón1cno, en la rnedida de que cuestiona que la verdad de la culpa doj3. (=uanto ll1<ÍS renuncia el sujeto a lo puJsionaJ ·Cl fin de rc~~punder íl
llfirn1ada o rcconoci({a sea la culpa rnis1na. Si bien constituye la cansn los nu1ndatos del superyó y hacerse an1ar por él con10 csper;1 ser <lnl<1do
que cn1puja al crin1cn, la culpa no es necesaria1nente as1tn1ida por e] por el padre·-, 111ás aun1enta la severidt1d del supPryó. El ('1npujP al gnce
asesino, ni scfíalada por sus entrevistadores --·salvo que estos posean y s11 contra1Jartida, la culpa, la falta, la fall;i a gozar, dan cu1'n!-;1 de cst<1
una íonnación <1nalítica que les pern1ita aprehend<'r que la falla de paradoj<1.
rcconncin1icnto no es sin6nin10 dP y 110 significa ausencia dt' culpabi- En 1915 Frcud escribe un l('Xlo titulado" Algtinos l!pos de c;1r<irler
lidad--.
investigados })Or el trabajo psicoanalítico", donde inclu_vc un subtipo
l)csde !a perspectiva del psicoant'ílisis Ja culpa puede ser enlcndi(la que es "Los que delh1quen por scntirniento de culpabill(LHi'', ocup<1n-
pc'rfech111H'nlc con10 aque/Jn que t'1npuja <11 sujeto al ;1scsinnlo, o a los d.ose así especfficnn1ente (lel tenia de la dclincue11cia. J\llí planll'd los
suct>sivo.~ ast'.'--;Jn;üosr sin que el yo o la persona <1ue los lleva a cabo sea
casos en los que el acto delictivo o crin1inU.l t>s el Pfcctn de u11t1 co1H'iP11-
cnncic1üe dl' ello an!-cs, durant(' y después dC' su Zlccíón. Se trata de una ci<1 de culp;i qnc lo precede. t;a culpa es, entn11ccs, anterior ;1 L-1 f;dt<l. Los
culpa sin rcconocilnicnto yoico, ni afirn1ada en llnn verdad, sino desco- sentirnientos de culpa que (:n1ergen a C<lllSa de los deseos r'dípicll;.; de
nocida C' inconsciente, sin razón ni por qué: una "culpa-goce". poseer a la tTladrc y n1aU1r a] padre hacf'll de todo 11curúti1·0 11t1 criini
nal. En este Sl'ntído, la novt~la (~ri111cn y castigo Cl8úh}. de F('dor [)o:~­
toievski, resulta un paradign1a del pla11h~o freudiano. Fl proto1gonista
La rnzá11 del cri111cn con1ete u11 crin1e11 en busca de un c<tstigo por la culpa que lo prccvdc.
L,<l necesidad de castigo deviene, de ese n1odo, (~l rnúvil del crinH'll o t'I
Fl psico;1n;·Hisis subvierte la conc{•pción popular de la culpabilidad n1óvil que conduce al acto crin1inal. l~sto concierne a la //r;11,ón del cri-
al introducir la noción de scntírnicnto inconsciente de culpabilidad. 1ncn" que luego, desde la psiquiatría, será entendido y lcori1,;1do co1no
Esto conduce a Frcud J exanünar, de un n1odo novedost\ el crin1cn en los "n1otivos del crirnen". Frcud ubica en el lugar de la ~;in razón al
rclnci(n1 a su castigo.
inconscie11te, y la ntnnbra culpa inconsciente.
Para Frcud, el punto de partida n1Hico de la sociedad es el crín1cn Ei1 ese sentido Freud invierte la relación: no se es culpable después
tolé1nico: los hcrn1anns Sl-: sublev<1n frente al padre prin1ordial qtte con- de haber con1(~tido e] <lelo sino que la culpa "inconsciL'Illl'" es pn'vl;1 y
40! serva todas las n111jcres para sí, lo n1aL1n y, al hacerlo, e11 lugar de acce- la que crnpuja al n1isn10. Sl~ nos prcsc11t;1 entonces el problcrna de Lts 1111
der a l;1s 1nujcrcs deseadas, caen bajo el in1pacto de la obedic11cia retro- distintas inanifcst.:1cioncs de la. culpa, que no nccesariarucntc ;-;e c.xpn.>·
';1fu111 Lli'1fll l1'1111111rf. 1 cortos !J1111te Lurna

:;,in< t11n,n ~il'll! iH1ic'.1to dl' ('ulpa, sino que pueden eint:rger <l trdvés de y Vd ;1p,lrt'.l:l' la afírn1ación "soy l:ulpábll'", o ''tnl; n1~1rtirizo con los pen-
~Hn· L1 v1,1 dv un (Tll)ll'n o un robo. sarnienlos de rnuerle que tengo". En algunas oportunidades se presen-
¡,:11 lt1 ¡·udrld .de· Lis "NtH"VdS confl:rencias de introducción al psicoa" ta co1TH) .tusencia d(' culpa, convergiendo así con la hi~leria. En ca1nbio 1

1tci.li:,1:,'' (J\)J~ .J.J), J:n:ud nos brinda t:l ejerr1plo del acto fallido de nn l:'ll Li hish:·ria la culpabilidad ~;t~ n1anifiesta bajo la h)rn1a de ul\,\ IH:>l'c:si-

<lSl'S.ino/ que' ! rc1hiljab;_¡ en 1111 L1boratorio con bacterias, e indica que si dad de castigo inconscienh~, expresado por eje!l1plo, L'l\ lesio1H~S "acci-
!111h1cTd. podido tL1r con él previarnente y forn1ularle una advertencía el dc·nt;1les" al cuet·po. Esto no significa qul~ exlsl•t un reconociinivnto,
í\',e~;in<tto ¡1odrí.1 h,~bt:rst~ evítado. [)e este rnodo, aii.ade concl:'ptuahn~n­ sino que se trata de una confinnación indirocta.
lt·, poi ld v1.i. ¡f(· L111llerprctación1 la fLu1ción de advertencia. Pero Ja culpa conceptualizada por el psicoan/ilisis no es lit nlis1na
, _1\hor,1 bit·11, ('! pl<inteo f1\:•udiano introduce los rnotivos edípil'.'l)S. que Ja de la religión ni la de la jnsticía. "El SL~ntirniento de culpa . . . . dJl:e
Ll!o:; son r<·(1l!11tldos pl)r Lacan en t:I título de uno de sus artículos lla- Jaccp1es-1\lain J'v1iller--, t~s t~l ¡iathos dt> la re'.Jpun::;abilidad, L,1 p<llolngía
111:1do "ívlotivo dvl lTi1nen p.iranoico". En re,1lidad, el "n1otivo" habi- l'Sl'nclal del sujeto". Esta perspectiva tienl:' una clari.1 incidencü1 en la
tltd'.Oll'llil' t's. yoil'O y, po_r lo general, conciente, esto es, corresponde al dirección de la cura lh~ los p<1cientes en an<-ilisi.s.
~'l.:n11do (lH1t 1c11tc. f\_,ru l·reud Je <1lribuye tul sentido inconsciente y edí- En un texto de 1025 titulado '' J\Jgunas notas adiL'i011i:1les ¡¡ la int-er-
!'HCt.l, v:; dvcirl !ti .c;ustrttt~ del yo y sitúa a nivel de h) inconsciente. prelación dL• !os suefios t'.'11 su conjunlo", en el apartado "La responsa-
l)e'.-,dc tllld pvr:1pectiva generdl, Lacan producl' un vaciainienlo del bilidad rnoral por el contenido de tus stH:>ñus", Freud se: pregunta si
,·\)n·ll'n1do y d('¡ svnlidn, que rr1.otiva el acto crin1inaL En carnbio, freud sornus resp<H1sables del contenido de nuestrus s11t:í1os, sobre todo Clldn--
los 1_1H·luyv: di.·~;l':1 i1.1cons~·ientl' 1 culpa, e inconsciente, conducen y guían do nos resultan inn1orales. La respuesta L~S afirn1ativ<1, aunque el propio
lidci.i t:l hecho cr1rn1nal. 1-'.l dvseo h.1ci;1 la u1adre es cri1ninal, dice Freud yo lo desconozca. "I-n rnédico --afiade-- dejará al jurisL1 la tarer1 de insti-
y pLintcd. qul' un t'rinH'n, de ,1ctn:rdo a la rl:versibilidad del deseo el~ tuir una responsabilidad artiíiciahnente li1nit.1da ;11 yo n1l'tctpsicológi-
tlHH·rtc dirigido d los pddxes, puede tratarst~ t.'.n rl~alidad de un suicidio co". f)e esta rnancra presenta dos víns diferentes de concebir !el respon-
c.JinuJL1d(J. ! )v ,dh que put:d,i experin1entarse culpa frente a estos sabilit..lc)d: h1 jurldiCí:l y ia psicoanalítica. L<l jurídica concit~rne al ast'nli-
l !{'~,{'U:-;. nlientu yoico, la analítica convoca a los pensarnientos i1H'o11scícnles. Por
l,:¡ :;\•ti!í1nivi1lo dv cult)dlii!icLtd se rr1¿inifiest;_1 en forn 1a diversa e 11 la otr~1 parle/ Freud deja n1uy en claro que el jurista inst-ituye cün su tarea

1H'Uros.1s Y en L1 p.-,icosis. En el obSL'Sivo, los escrúpulos y turn1entns son unjt n:sponsabilidad ariificiahnente 'Ji1nitada al yo n1etapsit'oiógico,
cll' Cdr¿1cll'r l'01H:l(·r.1te. En c<1n1bio, la histeria actúa corno si nada supú:- labor que St~ ha extvndido 0n el n1undo cur1ten1poní.rH:o.
r.1 dv ..Jqt1t:! sv1it1u1u.:ntu. No nbs!.ítnte, la l1l'Cesidad inconsciente de cul·· Freud afirrna que el crirninal bl!SL'il cnrno fín ser castigado, y (¡uc
[hll~_il1lL1d c'sli'í ~;iernpre pn:svnlt' corno lín1ite interno y se presenta bajo dicha sanción, lo torna responsable. Así es con1t) en\¡-¡ doctrin,1 freudid-
L1 L1cliadil qt1l' Lt1c;in ILHnó l'l ''sin fe y sin ley" del sujeto histérico, na el paradójíco conce¡)lo de sen!irnienlo írll:onsciente dl'. culp<-1 es sus-
c:xprcscidu ii trtlvt'.'~.' de sus intrigas y de L:1s acciones qut' dcLllan peque- tituido por otro concepto: la necesidad de castigo.
Jhl:) o ~',r.tndt•s dCctdl•ntcs. El Cdstigo es algo que se vuelve necesririo, pero ni.) p.-ira el yo, es on,1
L:n !o:; tl\Xlu~, "El yo y t•l L·lio ' Cl923) y "El prl)ble1na econón1ico di'l lll'Cesidad t'.structural. Pard l.c1CiH1 "la respons,1bilid<1tt es th:cir, el ca~tí­
1

ni.l~;oqui:;i11¡¡º ( !tr(J), Fn:ud exp!it.'d L'Ón10 n'lt:diante t:l senh1nic:·nto dv go, t~s und característica l'SPncial lh: !a idea del hon1brl', que prt'vdl\:l'l'
(.ulp.1bdidlld .';ec"n.(·uc11\Td unt1 s,1tisL-1cción en la cnferrnednd y en el C<ls~ en un_a suciecLtd dada". Sl-' puL~dt• dpn'.Ci<1r que l'n t:sll' -pArr;1fo conflu-
ltgo, ¡Hlr vi :~u!r111HL'1lto que otorga. En la obsesión el sl'ntin1iento de cul·· yen: l~astígo, culpc1 frl'udíana y responsabílilLld.
p:1bílid,11.i })t!l'dl' :;t.:r con.ciente y observable en los escrúpulos, los auto- 1\hon1 bien, los t'astigos C<nnbian según Lis tr<insh)rrr1c1cio1H:s de L1
rt·_proche~; y !os ~{:J.rrnentos. En can1bio, en la histeria Ja culpa estú rn;is sociedad, y dL' acuL•rdo a los códigos punitivos. El castigo depende, de
o{·ulL1 y St' rn;·1niJ1vsta a travé's LÜ:l hecho n1isn10 de estar enfen110 . Se este n1odo, dt•l CHro de la época. Lc1 historia dL'l castigo con sus i111pa;;st's
lr,tl'.l t'.t." u1: ~-;cnt_iruil:nto d(: culpabilidad expresa.do en forn1a indirecta y, delernüna el canlino a seguir t'.n una invt:stigación ~;obre el castigo y c~t
t\11 u[t.1n_1c1 1n~;ttl11c1J,.111~1da, L'n tanto el sujeto no se ch:clara culp;ible. ()tro. [)e lci n1is11h1 n1anera se puede afinndr que la responsabilidad
421 can1bia. sPgún el discurso del ()tro. La t:ulpa, ¿dept:nderA c·utonces y 143
¿.l ual..L"S t·l .1sl'lllln11c:11tt) subjetivo de la culpabilidad en la histeria y
t•11 L1 oli_c,l·~1t)11? Fn:ud se ocup<1 de distinguirlos. En la neurosis obsesi- estarcí. deterrninada entonces por la épuca?
Silvia Llena 7hrdlarz 1 Carlos [)011lc Garc(n

En contraposición al clrnbiio jurídico, donde lil rcsponsabilidacl está


plc_narnente identificada con el castigo y la culpa, el psicoanálisis se
ocupa exprPsan1entP dP discritninar responsabilidad de ctilpa, al con-
ceptualizar esta corr10 un faclor estructural. l)icho en otros términos, si El concepto de responsabilidad
la culpa funciona corno causa, la responsab.ilidad es el efecto. Esto sig- en psícoaná lisis
nifica que la responsabilidad, en un sentido atnplio, es la reS}JUesta del
sujeto ante la culp<1 estructural; es el sujeto rnisn10 de la culpa, por lo
que no es el yo la insla11cia que la reconozca. Es el sujeto que se dedu-
ce de los dichos producidos por el fen(nncno de la culpa -o por su
auscncia··"", frente a -un hecho crin1ü1al. Esta responsabilidad debe distin-
guirse de aquella que se desprende de la experie11cia analítica y que ¿Qué significa que un s11jcto no es respons;1ble dt> un crirnc11 cnrn\'·
pcr1nite cnter1der por qué alguien debe hacerse responsable de sus sue- tic-lo'? ¿Qué j111plicancias tiene concebirlo cornu no rt'E;pon:;ah!c dl'l cri-·
ílos y de los conten.íLlos rle estos. En definitiva, la n.~sponsabilidad cu1a- n1en? ¿Por qué Lacan afírn1a que dcsresponsabili7.ar con!!cv" la idP,1 de
lítica resulta de cón10 haya sido abordada la culpa en un análisis. En desl1u1nanización de un sujeto?
este ni<1rco, la noción de rPsponsabilidad se idPnhfica con la de respues-
ta y t'.Sta, a su Vf'Z, con la de sujPto.
I~stas cuestiones nos conducir;-í_n a repensar el co11cepto de responsa- La cri1ni11o!ogtn y su. re/aci611 con ln psiq11iafr(11
bilidad y a cxa1ninnr sus argurncnlacioncs desde una perspectiva psi-
coa11alítica. El sentido del castigo y la con1probaci6n del crin1ct1 !i;111 tenidn, a lo
largo de Ja historia del hornbre, un des;1rrollo parrll('](l,
A finales del rnediocvo, con el rcdPscubrin1iento d('I dcn'cliP ron1;1-
no por parte de la Escuela de Bolog11a ---('11 T\onH1, los dt:11H't1lt\s l'r<1n
considerados enfcrn1os, rt1zón por la cual no rL'spondían pcn,_1Jrn('nh_'
por sus delitos-, se fue transitanclo desde una conccpciún dundc priina·
ba el juicio de f)ios a otra, n1cls hun1anitaria de! clerccho. /\nteriPrll"H'nl<',
en los tien1pos L{c la Edad Media, los locos (~1-;·111 suspechosns dl' pos('
sión dcn1oníaca irnputable a los peci'ldos qtH' c;1rgr1h,1n sus ,1lrnns. Fs
rcci(~n a fines del siglo XV!ll, a consecuencia de los lri!hajos d(' los <llil'-
nislas Philippc Pincl y Jcan Etic11nc [)0111iniquc Esquirol, cu;1ndo l'Oll vl
('ódigo Pena! de 1810 se decide proclan1ar la irrespon.<;abilicLHi de los
deincnlcs, ron1pien<lo, de eslc n1odo, con la tradiciún ch:l ,1nliguo régi-
111en y recuperando las contribuciones del derecho ron1ano.
En la últin1a nütad del siglo XIX aparece la ilnlropolngC1 cri111in,1l, Cjlll'
intenta analizar de n1anera cíenlífica el fc1H)n1cno crirninaL La di:--h·ipJi ..
na tiene co1no su. figura n1<1s irnporta11tc a ('csarc Lon1liroso (en el t-rc1ns·-
curso del período pre-Ion1brosiano, quienes se dcdicaro11 ;1] csludio de
los criininalcs se hallaban 111arcados por un p<irndig,ntil q1tt' privilegi,1-
ba la relación entre !o físico y lo rnoral ).
Si bien es Aristólelcs de Estagira (siglo lV a. e:.) quÜ'll funda el ('Stu-
dio del hon1bre cu la fisononlía 1 scrú (;ia1nb.:ittista Della I\Jrl.a, el verda- l45
d(TO precursor de Lon1broso, quien en -lb40, cstablcc('Zc;1 1u1.<1.'~ rt>L1cin-
',11e111 1,1c1111 í!'1111/11rx 1 ( urtos lh111ft' ( ;urní1

lll':; en!n' L1 ¡¡,(-!1()


" 1 . 1t1·1
i,
! cH:r
' t·
· ¡ os l'.r1n11nc1
· · ¡es y J<1s rabvzas de algunas afinna que no existen carach:rcs ancttórnicos netos, indiscuf-íhlP~; y tisio-
hv·,ti<J·, '".1lvdj(·~-, l·.st1i_c_, ('.'lt:1dit1s fnen)u continuados postc,riorn1ente por lógicos que dt~tenninen unc1 cunducta crírnindl, y dCL:nt(1.:1 la i1nporta11-
Jnlic11l!\ ( d~,¡i.1r L-iv,tll'r. Ln 1823 Pil'JTt' jl:an c;eorge (,'abanis intrlH.Íl!C(' via de lü~; L1ct.ures ~:;ociológicns. l'.l t:rirnen sertl vnlunces c·h~cto dl' la pre
1

lli_1 _el 1 'JtF'11l(J _n11_1 'vu d! ¡¡(rihuir a !os crilninale~; vi carticlcr de enferinos: punderi.lltl'ia dc:l 11tL'dÍl) :;:.lH'it1l, por ello: " ... la ~;ocit'.<Ltd q1H' c,1sligd a to;;
c,u]!(1l,1 r1uv . ,,. in.·,[1[!!_)''<1 p<tri1 ellos Llltll "cur¡¡ del crin!l'n". ;\i"to~; rn<is crin1Íni:lles no dt:be olvidar que tiene su parlt~ de con1plicídad en los
t,-inl\· (J()~Hl)'. [:rdll/ ln~;l'p}¡ ~;,¡Jj l/,l c1 S0Slt'l1Cf que la CrinÚnd.Jid;-\d perh:,·- delitos". {<rente ;i Lis dificult,1des de los alienist;1s p;1ra difcrt·ncic1r cnt-re
J'l'V( l: '.d ,1111:111(.l d(· l.1 i11ed1Clll<1/ :'S!tidi'.1 la fisonnrnía d(•l crirninn!, y niuy responsabilidad Clln1plct:d e irresponsabilidad ;_:¡h:;oluh1, y tun1ando
( ·'!ll ( 1<1l_111l nll, L1 J(Jr!lld del cr,llll'O. f<,n el can1pn psiqui;í.trico, Bvnedit'.'t corno rcfl~rencid los trabajos del fenrl Legrand du ~anlh', 'L1rde L'Stirr1d
1
/\ug~i~-,tr11 1\·JiJn't V /,1L'qt1<h;,.Joseph i'víon:<Ju ch: 'fours inlroducc·n ];1 q1tc> lo:; dlie11<1dos afccb1dos de dl'lirio dv pcrsvcución son rcsponso1bll. S
llUl'lO!l dt' !/c:~/'l/(J"i!Jl/h'}]f¡¡. parcialn1enh; L°ll' sus ¡¡ctns: surge así la noción de• respons;1hilid,Hl pdr-
·, ~--d d1d1 1 i_1J:ilo¡-~)d <'Ofll\l discip!i11tl (jlll' busca explic·ar los aspectos hio~ ,·iaL En c'sle período antilon1brosidno, llls psiq11ic1lr,1s se prorn111cian L'n
!(i_l',t' _(i:, \' ~'< 1 t'1_,il(·:, dvl_ ho1nl)r'--'1 11'1CL' baío el supul'stn de una L'specifici- contr,l dt:l L:oncvpto dl:' crirnin<Jl inn<ito.
tL1d di'! ho11dJ1T ,-rnnin.-d, <'xplic<ldd ,i p,1rtir del enlace dt\ •'it:rtas funcio~ En 18LJéJ, en e! ( 'ongre~o de ;\ntnipologL1 ( 'rin1inc1l de P,rrís, Valentiri
1:t·:; d<'l_ JIHl[vl(ltio 1'l)r\ dvtvr1nin.id<1s partc'.s del l't>rebro. En IK59 Pil'rre· J"vLignan concl-~ptu;-iliza la critnind!idacl co1no una fornl<'l de dl!gc>11era-
l .11i! l~J(J< td Jt1iHld L1 ,(.;lll'H•tLid de 1\11troptl!ogía 1 que·1n~1rca t•I cunlienzo ciún. St!gún su pl,rspt»:tiv,1, dl~hido a la acción de una 1H_~rencia psicop,l-
dvl_ 1l,·_:.Ltr1_(dltl _l!t· 1111,¡ tTin1i11\1logí;1 cun pn:-lL:nsiuiv.:·~; de alcanzar un lil:a1 infr•l:vúisct o lóxil~d, un nif-'10 1 nilcido con un detvrrnint1do (.'Sladn físi--
(',•;L1t11to c1t:11tilH'o_ J'.n 18/tl el rni·~nio
'
BroL'L"l
' e e 1··' 1• ,. 11 ]' dl .•l.'> ¡a ¡·-~scue ¡a
c'i·c·i co, 111leh:1.·tual y rnor;_1J, difíciln1cnh.' logre: una buvna ,tdaptaci611 a L1
dt· ,-\ulnip(d( donde ~;v rl·a!izan 1nt'dÍL'iones y ca1-egorizaciones ele vid,1 snci,1'!; L'Slo lo convertlrcí <'n un dcgenL'r<ido, propenso <l tocL1:--> las
lo_', cr;1nvq~, dt' I(),', ('ritninak•s. l'nfcrrncdades nH-'rüt1lcs. Fn CÍl:rtas circunst,111c\¡_1S l'Sta condición puvde
!\Tuc~,¡·n-Ul' L't l n /,' 1101110 1¡¡·
1' 11!('1.11'11fe, cuan( j o Lotnbroso [orn1.i!izd conducirlo al t.Tll'\1l-'rt. EsL1s dnonnalillad(:S o dl'ft:cto:; se cxprvs,u1 L'l1 los
pur p1.·111¡i_T,1 \'\·:- L1·; orivnLH'io1H::-; de esLi nueva ¡q)roxin1<1ción. ;\su c.'-:/'ig11u1:->ff<úcos llctrnadds dl' dcsc1u'rnt'ió11 y t•r1. las t-nr11:; JIH'llfn/!'s, t·nlrv las
t'll!v1hlv1. l(J:; c1·1111111,tl,'.,', lÍ1'JH'n u1·1d disposiciórt 11;1tur¡d dl cri1i1en, sin t=u.th~s pn.\dorn\n¡_1 e! desequilibrio crnotivo. r>t: esL-1 J"ll<HH'r<.l, t'I crirnvn
co11 .>\11l!1l',¡Jg.ti11,1 t'\l1t t'I_ n_tl'dio St)Ci,il. Es lo que dc'no1nina L·I "crinlinal
1 ejecut<1do por estns l'llÍt:rinos es 1111 acto producido por L--'Íl't'{t) dv ttntt
i ¡ l! '1 d ! ( J" ,). l • l t, 11 ·_1 ' 1(' 11tl j ivit 1uo~; qttl' p<H.¡CL'l'll und regrl'Si{in ntiivíc<1, físi obsesión crinúndl n1()rbitLt: .il vsl<1r vstos :-.ujl'toh 11\.ls pn.:di~>}Hll"~\o~-; qul'
l_''.),y ini,r.i!, 11,~l-'1_<1 L1J1d de '.,1s prill1l'l'dS vt<ipas dt'l dt•sarrnllo de Ja i.:sp('- n!ros ,i pn::)c·r1t<1r L1\Lts t"ll la volunL1d y L1 n1ur,ii, son 111,is proclives,\
l H. lJt111i.1_11:1. L.',lv ¡.1\'J1Si11n1c11to supont: lil'lil concepción !ineril act:rt:a de Ctlrl1l'[VL" dL·litO~-i '/ 1.Tín1cnv;;.
L1 vvoh1t'!O!l d(•l lHJ!nbre. Eu t:.'.l ca1npo dP la cri1ninología pudt·n1os distinguir entonce:;, Li
Fn J;¡ L_Jui11lil l:dit·i{n1 it;i!itl!la de su obra, llega a la conclu 0 ión de• que escui'fil ifa!f1111a qui~ suhray;1 la ¿¡ucito1níd a1ionn,1l ¡_·n el ('fÍJJÜn,11, dt-• ln
1

('! dv1101H111.id\ll" t\)JYn.111


u ' ' --
dt'
- -
todos
-. '
lo•;• dc•sv1·1,·!cis
. ' .
c'S stt "¡·,., ·1 j
. .
·1 · ¡ · ·
! l. o 1.:pt t,p ()¡-
(rt!J/Ci':>ll, que se alej,\ de L1 nlh_'ión de trdnsrnisit~i\ hvn.:~diLtriü y i.H.'e11hld

dv · Lu·, ¡_'L1~,i11l'il de s1guH:nte 1nanc'r'1: L'l crirninal inn<1tu c'i loco


L1 L_i tll'Ción exll'rior dv! 1nedio social.
tnor,1! u '_'¡-)iJz~¡ JtÍC(l, t•\ ,:rin1in.1J por pdsión, el crin1it1aJ Joco y el ,crin1inal Por otra parte, vsta úl!-in)a lnten\,1 sustituir vl corH'l'plo d(' castigo
dl' \)l\t~;inn .l)(' dt~~;pLt~~.t así la tnir<tda del 1.'rin1en al crüninal, del dcto di por el de profil<txis en rL·laciún al d{' co1stigo; pnr t·llo Lt IlllCit'in d<: peli-
pr'.ilaf'/HlL';L¡_ 'L11'.1b'.('11 Lo1nbrosl) se ocuparci de nit'dir y fotogr¡_:¡fiar los gro se vuelvt: re!evantv co11Hi n1t•dio de prvVl'J)t-·ión d.__,¡ cri1n1.•11. Sin
C!"dl'lt't)~, dt' !tl~, t'rlill!ll<l]C:S. en1bttrgo, la nÜSJlld resull'a re\ativan1l'nte ¡-trbitraria en h1nto t:s est<1bl(:-
i_,:n ,()¡ 1 t~s-l1.·i(H1 ci_l" h:orla lornbrosl¡¡na, ;\Jexandrl' 1.acassagne plante<i cida ;1ntes de que el crinH:n sea cun1etido efectivt1rnentL'.
Li i_~1po!L':-,1_·, dt• L1_llll}Hlrt.dr1_ci.1 del 1nec!io social, argurnentando que• las Puede pt>tYibirse entonces un Cdn1bio de los inodelos teóricos. En fr1
sot il'tL1dt'.', lll'1H'11 lu.', 1.TJ1n111~l!es que' se nierecen. En este rnoviniiento 1nedida en que el inler(s se despL1za dt·l crinH::n itl t.·:rirninal, l.1 pt•r1.1 ya
11~qn1L-;ddt1 ¡)tlr l_,,H·ds:;ignc p,u-i-iciparon t<in1bién n1édicos h~gistas, alic'- no serci U.JllC'l:bida t:>n rL:L:H:iún al pasado al acto crin1in<1\ en sí, síno t'll
1

l1J.\LJ~,, ''xpertu:; ¡ttd1ciales y suciólogos. ltl perspectiva de un;1 corr('cvión del criininal o dv unil protl'Ccit"in ,1 la
Fn_ 1g(>U_ c;c1hrie! de 'I'arde SL' unirá a esta corriente y llt_'.va a cabo un sociedad. [47
vsltr•Jiu ;1cl'rC<I de L1 responsabilidad <1ue depara el libre albedrío. 1'arde 'l'anto Lac~1n con10 FouL'ault se oponen tl L,1 idta Lh: que el c,1sligo
>hlv¡'n Elen111b1dln1z 1 Cario.<> [)1111/c c;arcú1 ¿A q11ié11 11111/a el asesi110?

conduce a Ja deshu111anización del crinünal, y a que "los ideales ch_~J to. f)e allí que se entienda naturahnente a In dPn1enci;1 co1no ·Causa dr'
hun1a1üsn10 se resuelvan en el utilitarísn10 del grt1poº, puesto que "el irresponsílbilidad, debido a una supr~'sión del disct'rnitníl'nlo l'n con·
crilTH'll y el cr.in1inal no son objetos que puedan cor1cebjrse fuera de su traposición a la nociún de obligación, que conlleva una alioll{'it'1n de la
reh•rencia sociológicn". Existe un sentido social del castigo que dcterini- libertad-·.
na rp1é es un criin.en, de allí que IJacan enfatice esta referencia. Por otra parte, el n1e11cionado artículo 64 del (_~<id igo Pen<il rcgL1·"
(~asligo no significa necesarian1ente prisión, sino tu1a s<u1ción que n1enta la cuestión de la responsabilidad, 11ero .no pone ('1 ;1cPnl( i sobre
actüc de rnodo tal que el sujeto no qth:'de por fuera de su acto y, al ella. La palabra aparece solo t'.n el Htulo lI cl('l citado artículo, y dirc lo
111isn10 tic111po, ptH~da apropiarse de a(1uello que produce una disconti- .siguiente: "f\.,rsonas que se pueden castigar, culpabl<'s o rcspnnsablcs
nuidad en su cxistenci<.1. por crirtH~11 o delito".
Entre 1624 y 1650, a partir de la publicación de Las cuestiones rnédico- El problema de la responsabilidad ocupa un lugar ir11porla1lt(' 1'11 L1
lcgalcs, Paolu Zacchias conüenza a ser considerado el padre de ln n1eLi.i- criininología. A partir del concepto de rcsponsabilídad pcndl pu('dc
cina legal crirninal. Su Quia tales vo!unfaf-e cnrenf realizo iinportantes establecerse si un Aujeto fue capaz de actunr con (_llsrl rnin1icnto, defini-
1

aporh•s a la doctrin<1 jurídica, a parl.ir de los cuales se drsprende la posi- do este co1110 11 la su1na de inteligencia s11fícientc par<1 ;ipreciar el valor
bilidad ch_~ no snncio11ar a dPter111inadns crinlintlles. Solo el 1nédico serd n1oral de u.rl l-1ecl10". Esto será el fundarnc11to no solo del prolile.1na de
la persona con1p('t(~nte pt1ra juzgar si un individ110 es loco y cu;_'íJ es el la iinputabilidad, si110 tatnbién de las consPCLH~ncü1s pcn<lh's dcri.v<:HL1s
grndo dP capacidad (lUP la cnfcrn1cdacl le pern1ite desarrollar. de los actos de ur1 dclir1cuente o crirninal.
[)entro del t'írnbilo legal, en Francia, con el (~ódigo Penal de 1810, se I~l C:údigo Penal de 1810 prevé tres causas de no i1npuL1l1ilidad: son
cstablL'cc>n las prüncras rL'l,1ciones cr1lrc la ley penol y la psiquiülrín. Su los casos de den1cncia, perentoriedad o rninoría pen¿1J del aul:or. J_,;1s dof-.i
artículo 64 estipula lo siguic11l.c: "No hay crin1cn ni delito si t~l dctt•11ido priineras son_ san.clonadas co1no actos de irrespons<1bilidad debido <1
cst;1 L'll estado de dPn1encia en el 1no1nc;1to de la acción o si fue forzado qt1e la voluntad se encuentra daflada; la tercera suprJn1c ia n'sponsabt-
por una fuerza que no pudo resistir". lidad a cattsa lle la edad del autor.
Este ilrlículo se organiza c>n torno a tres ele1nentos: el estado de Paralela1nentc, en 1838 y de11tro del don1inio de L.1 psi']Uiatría,
dcrncncia, 1<1 den1cncia en el n1ornento de la acción y la fuerza irresisti- Esquirol va a establecer l<1 clase de las 111.011011uu1ú1s, dentro de l.:i cual
ble. c·ada u110 dl' ellos puede ponerse en correspondencia co 11 los del agrupa todos los padccin1ientos rnenlalcs que afccl<1n ;1] L·nh'nno solo
criinen: la intención, la dccísi.ón y la ejecucilJn. A partir de esto resulta de 111ancra pnrcial. Si bien estos cnfcrn1os poseen C'J1 gl'ncral un asp('C-
rH'ccsario precisar el grado de alienaciún rnental padecido por unc1 per- to tranquilo y r1orrnal, bajo el efecto de fcnón1c11os dclir<lnte~: put:dvn
snnt1 parr1 podC'r establecer, de este n1odo, la respuesta que Ja sociedad llegar a co1neter un acto crin1inal. Se lrnta de in1pulsiutH'S [rente <1 lt1s
otorgará al crin1en con1elido. El acenlo estará puesto en la concon1itan- cuales el sujeto no puede oponerse con éxilo.
cia entre dcnH:'ncia y ncciún incrirninada. Esquirol distingue tres grupos: las n1onon11:1nfas i11tc/cr'lunlts "-en las
En verdad debe destacarse que el concepto de dcn1cncia no está cuales preclon1inan el delirio y la nlucinaci6n-·-; las 11fccfÍ!J(1S o razono1n-
rigt1rosa1nentc co11ccptualiz<1do l?n el n1arco del artículo 64, debido a tcs --en las que cocxistc11 los trastornos afectivos o dl' c;1r<Í.Clcr----·, y l.1s i11s-
que se encnenlra hon1ologado a la noció11 general de alienación 111 entaL U11ti1H1s o sin delirio -donde el enfern10 es l\l'vadn d <1ctos que L:1 ra:;/n1

Aden1<is, se pl<1nlca un problcn1<1 cuando se intenta establecer fehacien- y el scntin1iento 110 detcrn1inan, la conciencia reprueba y la voluntad no
h'n1t•nte la pn.?sP.ncia de un estado de den1encia en el n1on1ento en que lic11e la fuerza de rcprin1ir-.
se con1~ll' t:n cnn1cn: es el caso particular de las crisis epih~pticas, las La 111onon1anía instintiva plantea una gran controvcrsi;1 por Lis con-
c11ales f1nal1z<1n frecuentcrnenle con un estallo a1nnésico. secuencias 1nt,dico-legalL'S que genera. En la época L'n que nace L1 cspc-
(~on rcspt'Clo a lt1 fuc17.<l irrcsÍ.';tible, se puede lÍL'finir con10 la vet\i.a- cializacil>n psiquiátrica dentro del ca1npo de la jurisdicriún pcn<1l, L1
dcra itnpulsión crin1inal, <p.tc posee el carácter de lo inusitado; por ello "n1onomanít1 hornic.ida" se encuentra en el centro del confliclu entre
l;1 inteligencia cede ante t'lla. juristas y 111édicos, acerca de sus respectivas cornpclc11ci<1s.
481
L<.t 01:ir~ión con1ún considera qul' la responsabilidad legal inherente LTnos años antes clcl cstab1ccín1Ü'nlo teórico tl('. l<1s rno11onitn1fas por 149
a un 1nd1v1duo suptH\l' que este se conduce con libertad y discernin1ü.•n- parte de l~squirol se inaugura --en el afío J8J2-·--, en fonn<l 11h1tiifil'Sh1,
una nt.H'.Vd cr.1 en L1 dsistcncia a !os alienados. El régilnen de internación que- la noción de responsabilidad tal COinO PS ilr!Ículada (~f1 l'l c:~d.i~O
que insL1urc1 es definido dt> la siguiente n1anera: "S-i se v1H:lve necesaria Penal, solo p(;'rrni\'e dos alternatívris: l':'l juicid o el 110 hu lus¡¡r; el Jlllt'lO
L1. inltTt1c1l·ión del enferrno, t:s porque puede ser peligroso para sí solo pl)drá llevarse a cabo sf t:l inculpndo es considerado respons<lble
11lJS1nü o ptirtl otro, o sirnplen1<~nte si su estado n1ental exige condicio- de sut:l a.el os.
nt'~s l':·;~>eci;dL'S de cuidados y dl' vigilancia, la internación hospitalaria se Si blen todas estas cunsideraciones se desprt•nden de 1<1 legislación
llcvc1 _,1 c\1ho lliljll L1 forn1a dL' internación". Esta r('glarncntación apunta francesa, esto L:1n1bién se puede obSL'rvar en la Argentina, que sig:L? los
principalinerde d separar ,1J enfern10 de su n1edio habitual. nlisrnos principios relativos a la inirnputahilidad y la responsab1lich1d
L~d intern<1ciún se praclica de dos 1naneras diferentes: según sea en los tlan1ados "enfern1os n1c'ntales".
ped1d<1 pnr L1 f,uni!ia del t•nfern10 (internación llan1ada voluntaria, artí~ - i\hnra bit:n, ¿lns t'nfl:rrr1os son responsab!t:s de S'\IS crfrnc1u~s? ¿()ué
l'lilo_t.;_dv L_1 h:y de 1838), o si es ordenada por la autoridad públicn Jugar ocupa el crirnen en su econornía subíetivil?
<1drn1n1slrc1l1vt1 rl·pn'.'SL'!1tada por la policÍ<-1 (intern.:1ción bajo j1tez, artícu~
11
!o !B de la ley de 1838). El "loc\) conli(•nza a ser considerado un enfcr-
nlo p<1rd. el que SJ.' debe hallar un lugar donde pueda ser alojado; al Ln responsobi/idad es el neto
1:11s1nu liL'1npo, dvbt:T<i. resguardarse su líbertad ínclividual. La policía
~1v1H: podvr dt> dt'cisión al respecto, 111ientras que el procurador solo En el í:l.rnbito de la justicia el concepto ch-~ responsabilidad es tttiliLa-
1nlz·rv1vne coll finvs de in:-;¡)l~cción a fin de verificar las tareas. do dl~Sdl: fint'S del siglo xvn1 con una significación políticc1. Por ello,
!'.!¡~-!lo que co1_1l·ic>1T1t~ <l la_ prt>ll'c:·ión de la libertad individual, la ley cuando un político <ll't~pta un cargo, se t~nlil'ndt: que est<\ asu1niendo J¿i
dv 10.'iK v,i ,1 l'>,!t¡lULir rncdHL1s a fin dl' evitar una internación arbitra- tesponsabi!idad por los acnntt:cin1ientos que se producirán duran!(:' su
rL1 l)v l'>i1t> 1nodn, c;v inst¡¡ur,1, por un L1do, un control ;.-1dn1inistrativo
1nandato.
{_policL1) y otni jt1dlcL1] C!'rih11!ld] y procur;.1dor) y, por otro, la posibili- [)esde un punto dt• vista filosófico la responsabilidad puede ser d~fí­
d,td dt' dpvL1r dttlt'. ltl1 'J'ribunal contrd la iutern<1ción, confortTlL' lo estc-1- nlda con1o Ja aptitud para asurnir las conscc11_encias de~ los propios
blt,(·.i.dd por vl ,1r!ít'1do 29 dt' L11nt:11cionada ley. dCtos, ya sea en In personal co1no en L.\ relí1ción con otras personas.
:')i L1v11 110 ~-\isll' 1ir1d arht'ulación directa entré esta ley y l'l (~ódígo
Sin ernbargo, debe1TH)S <ltÍl11itir que estL' cnnccpto ha Cdn1b1ado c-nnr
~\'11;il, Li. J>r.1ct1.l·d dL•! .i)eri1<1jL' esí"ci detenninada por la labor del juez de nH::rncnte c'il h<1berse- ,1lejado dt: la significación polílit'<I Cjlll' l'uVO l'n SUS
111st n1t.·L 1u11, (¡ t1 H ·n \ ll':.1gna .i l perihi ent·•1rgado de realizar dicho pt:ritaje.
1
orígenes: es un hecho indiscutible que el hon1bn.: polílic(~ l1ll siL•n1prc
,. Jlo,,tl'r1oniH·11h·. ~.e .dd p,1<;0 a una nuev<l etapa lvg:d, cuyo eje t:s L1 <tSUH1t'. 1<1 rl'.sponsabilidad de los acontecírnientos producidos durc1nh'
(,11Tu!a1.- dv!. l.! d('. di(-H'1nhrr:: de: J90J, del Nlínistro dt'. Justicia Jacques :--;u rnanddhi, ni tan1poco la d(~ sus propios actos.
( lidUJJJH' f )¡¡·Ji,1 l'Jr(·u/;1r inlenta sitnar ;¡J n16dico perito en condiciones
¡ -c1 noción de responsabilidad deviene así un concepto . . eje, cent-rtJl en
111,1.c, t'L\l'd'.~, .1 !i11 dl' logrnr lH1<11nejor aprL'ciacJón dL: la responsabilidud
la distribución d<~ las pt:rlíne11cias de dt:ción en la:_; ;)rc:ds de L1 salud
de! 11H¡n1'.<1do_ J ,.t 1ni:-;1nc1 t'xigl! qul'. las preguntas plantead.as por el peri- n1cntal, el orden públil'O y ~:l psicodni\lisis, Por ellt\ ,dgunas per!ttrba . .
to l-tin1pl1111l'lltvJ1 d('tt·r1Y1in<!dos requisitos: debe indicarse si el inculpa- clones son de la inl'uinbcncia de L.1 sahHl 1nenlal nti~:ntras que otras
do~;(' ('11cnntr<llJ,1 t·n cst.1do de d('!TH_~ncia en el rnon1ento del acto crinü- conl'ic•nu?n n1cls .:1 la órbita de la justicia.
n;1L svgtút lo t>_·,L1Llvl·idu por el drlículo 64 del C'ódígo Penal; si el ('~Xa­ l)l:sdl: l'Sta perspectiv<:1, si alguien es cnnsidL'rado rt'spons,ible de
!lH'll p.',iqui,-ilril'O y hiológicu revela !t1 rn,¡rca dt: anon1alías rnentales 0 haber co1netido un crin1en, p11ede ser castigcido; de lo contr,1rio, dt'.be
~·ísil',1s q.L~l' :_;u¡)r11ll<H1 o l11L·11úen su respon.sabilidad; si !;e in1ponL: ¡,1 recibir un lrcitarniento. i .a crin1inología actúa de 1nodo t;_d que, al ah:-
1nltTU.ll·1on ,h·l 1nt·uJp,ido vn un asilo.
nerSl'. al diagnóstico de enferrnech1d n1ental, produce una _c;uspvnsit?n
EsL1 ci,rcuL1r pvr1ni!e ,1 los psiquiatn1s n1odular el diagnóstico, otor- del estado de derecho dl: 1111 sujL'lo. El psicoaniílisis, pnr l'l l:ontrarto,
gdndo d>il lHl tlll1'VO t>~>tdtutu di peritaje, que inlt'nta encontrar su lugar su¡)o11e un tratanúenío dirigido a un sujeto di! dvrecho .:1! que sie.1:·1. ~1,rt'
dt·~,dv l'llln1c111.o.·; dl·! :;igln x1x. s(~ lugra, dL~ este rnodo, un anudainienlo SL' cnnsideri1 n~spunsable de sus actos y cdpüz d(• tun1ar un.i pos1t 1on
501
eutrv !d j\lrídit't) y !o f)Siqui,i.trit·o.
fn:nte a clll)S, ind.ependh~ntL~rnenle de su enfernh~dad. !51
Ll prolil{'!lt,1 (¡trv ~;e pL1ntva L'll rclat'ión 11 los distintos casos reside en Para Lac<1n L'l sujeto siernpre es responsable de sus Ut'los, eso no sig-
Silvia fJc11n Tórdlorz 1 Carlos [)anfc Garc(a ¿!\ q11ié11 11111ta el tL~csi110?

nificn que sea culpable en relación a la sanción que convoca. Esto es En el contexto analítico cabría pregu11tars(' cún10 reconoc(' t;! <H1alis··
central en la discusión acerca de la pena de rnuerte puesto que el casti- ta la responsabilidad de un sujeto y si acaso equivale él! rcconoci1nien~
go en sí rnisn10 puede volverse una invitación al crirnen. to del yo. El ase11tin1ientn subjetivo tiende a ubic<1rsc f'll t•l "yo rccunn:;.-
l)esde sus prin1eros trnbajos l,acan ha destacado y a11ticipudo q11e co", pero la responsabilidad para el psicoan.ílisis no ps yníc;i sino <jlll'
viviinos en un tiernpo en que la noción de responsabilidad vacila cada atañe al sujeto y este ~no hay que olvidarlo·- es, en sentido ¡:_\c;tricto, u11
vez n1ás. Esta vacilación es correlativa del adveninliento de una pretcn- efecto.
si(Jn de objetivación del critnen, cttyo fin es reducir a aquella. Asin1is1no Poclrían distinguirse -entre otros- un di<llogo Jnzilítico, olro pericial,
ha señ.alado '"'"anticip<í.ndose a otras conceptualizacicn1es~ que vivitnos otro jurídjco, y otro psiquíátrico. En estos diferentes <in1bitns ptt('dcn
en una sociedad regida por ideales cada vez n1ás utilitarios, n1ás com- percibirse las díferc11cias en la relación de aquel qtH' hr1blil con su pro-
pron1etida en un n1ovi1niento acelerado ele producción, y en la cual se pia palabra: ya se lratc de la rclaciú11 que tiene con su propia p<11'1bra
intenta, por todos los rnodos, desconocer la significación expiatoria del aquel que se analiza; el que es peritado; quien alega, l'S acusado o juz-
castigo. J\sisti1nos a una época en la cual se hn pasado de utilizar el cas- gado y el que es diagnosticatlo. Por su parll', cabe considcrzi.r al que
tigo en su alcance ejen1plar a absorberlo bajo un fin correccional, casti- recibe esa pzilabra; esto es, aquel que analiza, el que pcri!"il, el qtH' ,1lcgll,
go que conlleva una significación de represión y que, cada vez, se torna acusa, juzga y diagnostica.
inás insoportable. Por fuer<J del diálogo estil, con10 lo dice Lacan, "];1 difusión de 1<1 tor-
L)ice L.Jcan: "Los ideales del hurnanisn10 se resuelven en el uli1itaris- tura, ína11gur<1da asirnisn10 en Bolonia co1no rncdío ch) pnH'h;1 c\p\ ,_Ti ..
1no del grupo. Y con10 el grupo que l1ace la ley no está, por razones nH~n. l.Jn hecho cuyo alcance no parece haber sido n1cdido ha~~ta ;1hora".
sociales, co1nplctJn1cnte seguro respecto de líl justicia de los fu11da111en- El dcsr)recio por la conciencia, que se n1anificsta en Ja rcn.parici()n gl'nl'-
tos de su poder, se rernile a un 11tur1Jnitarisn10 Cll el que se expresan, ral de esta práctica con10 proced.in1ien.to de opresión, nos ocuHa curíl es
ig·ualtnente, la subh~v<Jción de los explotados y la n1ala conciencia de los la fe en el htn11brc, que supone en la torlur<i, un rnélndo de <iplicación
explotadores, 8 los que la noción de castigo tan1bién se les ha hecho de la justicia. "Si en el nHn11e11to preciso en que nuestra sociedad h.;1
insoportable. La <111tino1nia ideológica refleja, aquí con10 en olras par- pron1ulgado los 1Jerecl1os del T-Ion1brc, idco!t)gican1cntc h;1ñ;1do:; en lil
les, el n1alestar social. Ahora busca su solución en una posición cie11tí- abstracción de su ser natur<1l, se hn abandonado el uso jurídico dl~ l;1 tor··
fica del prob1erna: a Fabcr, e11 un análisis psiquiátrico del crüninal, al tura -dice Lacan-, no ha sido ello en razón de una dulcificació11 de las
cual se debe rcn1itir, habida cuenta ya de todas las n1edid.as de preve.n- cosltn11bres, difícil el.e sostener dentro de la perspectiva histórica que
ci(ln contra t~[ crin1en y de protección contril su recidiva, lo que podría- lenen1os de la realidad social en el siglo XIX; es que el nuevo hon1l-1rc,
rnos designt1r con10 un<J concepci(lll sanil<1ria ck' Ja penología", abstraído dP su consistenci<J social, ya no es c:rcíbh~ ni l'n \\llO 11i en otro
¿J\ <Jl.ll~ se refiere Lac<ln cu<Jndo habla de una concepción sanitaria de sentido de este lérnlino, lo cual quiere decir que, no siendo y<1 ¡1t'C<lhle,
la penología? [)icha concepción supone resueltas las relaciones entre el no es posible ,1fu1dir fe <l su existencia con10 crinün;1] ni, con ('llo, ;1 stt
derecho a la violencia y el poder de una policía universal: Lacan hace confesión. l)c allí, pues, que sea 1ncncstcr lcner sus 1nolivo~;, junLHnc'n·
alu.sión a los efectos del proceso de Nuren1bcrg, c11 cl cual se prett:ndió te con los 111óviies del crinH:n, rnotivos y rnóvilcs que deben Sl'r con1-
n~prirnir, con el fin de ''elin1inar" los 1nales sociales. prcnsiblcs, y con1prensiblcs para todos, lo que i.inplic;:i, c:oino lo ha f(lr-
En l.111 pri111Pr n1on1cnto de su obra --antes de co11H·:nzar su cnscf'lan- n1ulado uno de' los rncjores espíritus entre <HJLH'llos qtn' h<ln inh'nlado
za, en su célebre lr<1b<1jo sobre las funciones teóricas del psicoan:íl.isis en repensar la 'filosofía pcn<ll' en su crisis, y ello con una rectitud :·;ocío)(i"
cri1ninología--, Laca11 sostenía que el psicoanálisis podía co\;:1borar con gica digna de hacer revisar un injusto olvido -hl'1no~~ non1bracln ;i
ln pretendida objetivación del cri1nen y en la aclaración de las vacilacio- 1'ardc---, lo que írnpllca, dice, dos conccsionl'S p;1r<1 la plPna rcspo11s<1bi
nes de la noción de responsabilidad, en t;111to el psico<Jn<í.lisis propone liclad del sujeto: [;i similitud soci<il y la id<'nlidad pcrson,11"
u11a d.iscrinti11;1ciln1 d1~l psi(1uis1nu P11 dift'rl'11tcs instancias. fJcbc co11si- La torturt1 s~.' distingue de la confesiún por dl'1it'g;1ci('111 _'y'.'-;(' C.\1·luyt'
dcrarsc que los aportes teóricos del psico~1ntllísis 110 tícncn con10 fin la toda posibilidild de di<ílogo.
52 1 objetivación del crirncn, en (~l sentido de una clin1inc1ción o reducción Corno lo scñc1la l,<Jcan, Freud reconoci() ('Sa forn1,1 d(' L1 confcsi('H1 lla \53
de la parhcip<1ción dl'l sujeto. n1acla negación en la cuJl el dií.ílogo se torna necesario ("La ncgaci(\11",
"''''n ,,,, 1111 101111111¿ 1 l llUOS Lhltllt' LilfC/i/
¿/\ iflllc'll 1//(1/i/ t'I 11.'il'Sl/IU!

J )~~:i ). J ,,1 i1n¡_)(irL·1rH'Íd de t'sa fnrn1,1 de confesión re.sí de en r¡ta.' L11nis1n;:


1

1 expresión c\v la división subjt.>tiVcl y l.:1 acción dl'l inc~n1st··ientc;_ .sujt_'to


::e nLulii-i1'~;tc1 t'll un t\H1tcxto dondi,• <-t{jUl:l que hah!d ---en cstl~ caso l'l
que solo cn1l:rge tl li.1 cuncil:ncia .i través de L1s forrnaCHlncs dt.'l 111CtH1S-
0

p~lCÍ\'l'Ü(\- pn:lvndl' decir un¡_¡ vc:-rdad; pnr utro lado, la verdild qtH: t'ientc. La can distinguirri aden1<.is e! "sujl:'ll) del ent.tnci<ldt/', aquel de!
t'llll'rf'/-' v:; di f(•rvntv th: ;1quelL1 que ~;e pn'.tendía con1u11icar. Se trata
qui~ se habla, del "sujeto de la cnunci;:ición/l, aqu¡__;} que habla y dejd L1
vnto11t'v!-; dt' dtJs vertLides distintas: t1rH1 1 intcncionat que el sujeto
n1;1rca de su estiln en el discurso. El "sujl'to dL:l inconsL:iente" no eslli ya
inll_'nL1 t\llllltnic,1r, y dtr;1, L1 quL'. es fin;.1ln1ente expresada a pesar dL' esa
asociado a la paL.1brc1 plen<-1, sino que aparece entre línt'as í.~n la articuld-
i11ll'11cit'in.
ción significante y se enLJza t'On un re;1l. . .,
~)on di:;tinlo:-; lus crH1h·xtos que enrnarcan los otros c!Lilogos; t'n t~llos Lal:an define al yo co1no una construcción in1aginar-id, cunftgurdc~l:n
L1 n_•LH·ir'lll que tivn(_' ~HjlH'l l)lll'. h;ibla con .su palabra rc•sulta detern1i11an-
fu11clan1ent,1! a pdrtir de la cual se constituyen los objt.:tos. La re\acJ~)n
tv y 111ut·lic1.-; vt·t\'.'-i se Vl.' rL'ducida d un int·vrrogatorio. l\Jr e~·ta razón, a---a fonna parte del inundo especular de n.-:lación t:'nlre el yo y sus ubJ~~
1

I,c1c¡11t L'.n su texld ~;obre crirninnlugía propunc rea!iE.ar un esludio sobre


tos. A diferencia ck~ L1 línea que va del s11jeto al ()tro1 L'.ll la cual t:il' ub1-
L1 St,'Jniu!L)gi<1 dv L-is forrnas c11ltuc.1ll'S en que se coinunica la subjehvi~ c;in el rnuro dl'l lenguaje y el inL'onscíente, la rL:la,_.ión a- a' oll:tltd t'OHlO
tL1d, princip;i!1nt'llte <.1ntc los problentas de la n:tícenci.1, la sin1uL.1ción y un obstí:'iculo para li1 e1nergencia del incoi1scienle. ¡_,~n t'sle i·exlo s_e
L1 n1vntird. En t111 lin·vl~ pero ilustrdtivo recorrido, uos recuerda que li! entiende por sujeto al an¡¡Jítit:o; sujeto en su a1)ertur~1 y no t:n su tota_li-
n';1tricL-i(')n DH't1Lll n•ílejc1 un<.1 ternt'ítlc~1carach"ríslica del hun1;n1isn10
dad; esto L'S un antecedente de la Sp11llu.11g tit~l sujt:to (conceplo de su¡e-
y qtH' !ti:-: jesuitc1s lll~gilrnn a codificar su uso. (.\1ando se refie-
cri';!i,111(),
lo barrado). I~l sujeto no ptH:de verse en dicha posición de :.-;ujclo, sin1)
n' ,\ Li vidd ~-,OCÍd] de Medio Ch·ientc·, identifiCtl er1 el r<etrnan ·-·u11a espe-
desde su yo, reconocido en su irnagen. Esta es su ilusión/ ~-.;u enga.t1o
(ll' protl'l't'iún contra Jn Vt'rdad-'- una pr.lcliL'd t>}'lltT<1liza--
cii• dv t'jt•r1.'1\'ÍU
fund;nnent¿1J. (~orno l:l sujl'lo t'rel' que L'S un yo, se dirige <-J otro yo, rc1n-
d;1 . .1\! n1t'nciuu:1r l.i cortesía china, con10 escalera del n:co1Hicin1ieuto
troduciendo así su c1lieni1t'ión fund;:in1('nL-1L Por esto 1.acan concluye:
tl"I pn\ji1no, dll1i1ill> que el Y<ing curnplt~ una función f'Sencial t~n el cere-
"El suíL;lo no sabe lo que dice porque no sabe lo que l:s".
n1011i,i! dv LL'i neg;itiv<1s. Esla:-; t·onfiguraciont~s pueden reducirsL: a la
l\1ra Lacan la n:sponsabilidad del ,1ni1lista supone hdllar en t.'l
lonn;i n1,i.'; \\lr;ll·!vrística dl: ('Xpn:sión del sujeto L>Jl el rnuudo occidL'll-
(,i]_ L1 pro(vsld dv inocencia.
paciente un sujeto, a fin dl' que salga de la ,1lienr.1ci(Jn i1nagin,1ria y
puL'da dirigirSL' a otro sujeto. En esta époc~1 1 L:I dn<'ilisis va <1 procurar que
P.1rd t•J l_;1cdn dv e:--;t' n101nento, el psiL'OanalisLt no solo era apto para
un sujc~to pueda instalarSl~ en 1<1 intersubjetividad y así puvdd sc'1· ex-
1110_,;tr;1r Li n",1Ji¡L1d dc'l crin1inal sino L1Jnbié11, ;ilguivn que podía pro·-
lr~·ddo de la ilusi<in yoica, posíhiliL:1ndo la l'lltl:rgc·ncia de L.1 pal.1hr,-1 vc~­
p(¡n·1onc1r 11n,i ·',,spt't'it> dt 1 di(·tarnen pt·ricial" ¡-1t·erca dt• L1 tca!id,0Hi de!
cL1der<1. La tr;111sfL<rencia t'.S t'nh:ndid;1 aquí corno i111aginarl<1, 1111 obsl<l-
cri11H'il. Proptinv lll qu1-' llct1T1i1"t~t:nicas1H:gativist;1s del yo" confiando1 culo c1 la dirección de la cura y propia dt: ! eíe ~iin1bó\icu, en tanta expt'-
1

qtH' p;irci l'I <111;i/isL1 Lis anoni<:ltías de estructura qut· descubn_• t'!l Ja pala-
rienci;1 de l.:1 pah1b.rn. El sujeto quedt1rc1 entonC<-'S, prirnordialn1L•rlte liga--
hr,i y en L1 co11d1H·!c1 del lTi1nin<-d se l:onstituyan en hitus en el canüno
dn a dicho orden sin1bólico.
ILH iil l!!ld vr·rd.1ll :-ll· dpuntab,1, por ello, ,1! d~scubrirnil'nto de una ver-
El planteo del sujeto t-ach<ldo introduce nuevos 1n,1tices: c_l sujeto de
d:1d ltH'llll:iC!t•nl,', nn !><1.s,·1da l\!l L1 rvalidad dl' los hechos.
Ja p<1l.i.br<'l que puede decir lo que es ---·ld verdad-· no es equivalente <-d
.-'\.-,i1n[,,11Hl, ]'\1dt·1no.-. n.'Cord . 1r que el cnnt·epto de sujt:to 110 es un
sujl'lo que se desliza entn~ lú1eds y que ningunn p¡1h1bra puede dprt'IV::'.11-
cip()rlt· fn·11d1d110 _-,inu que es una noción introducida por L,Jt';1n.
der. l\1<ctndu Lac.in utilíz<-1 el 1.:oncepto de sujeto constituy1:.~ntv o sujeto
Ldl-d!l, Jl C(ir11i1·11:/o de su cnseúcu1za en "Función y cainp~i de L:i
1
de J,t palabra, vsL.i c:sho/,ando que: el de~ivo es dt.~seo de rl:L'l)Jluciinicntd;
pdldlir<J y d('l 1,·11gttdje en psicn,¡n;ílisis" (l95J) 1 introduce e! "sujeto de
por ello decirnos que cu<:1ndo L'! s11jeto se n::l'OllOl.'l' e>..isle una _s¡¡t1sfac-
l.1 ¡),1L1hrd", v lri vin(ui<l L'On L1 p,d,1bra vacía y la plena. "Sujeto verda-
ci(·1n del deseo. Sin cn\IJ,1rgo, el sujeto ba1Tddo hat'e referc•nr1~1 a una
den)11 t'.'> .1q11t'l quv esLi en reL1ción L'On una palabra verdddera, el
división C'sencial qul'. se dt\sliza t'n la ct1dena signifil"<1nl<-'. El dt'Sl'O es
H1i~;i1H> qtt<' t'll Jl!!l6 en ''\7;1riantc:s dv la cura tipo"·- conct:plualiza con10
algo que se k: hurta al sujt>to, su rnetonin1ia. [Je est<1 1n.11u?r<'l, d! can1biar
"~,¡ 1jl'ltl ('(Jl)_•;J-i l t i_'y'l'11 le". No St'. trata de' un :-;ujeto constituido sino de u110
5:11 1 su concepción del LÜ!seo y d12 la clínic'<-11 se produce lllld v,u·idción l'n l,1
tjlll' cu11l t'Vd un progreso di<llét:til'O y pertenece ;iJ ,irnbitu de la expe- 155
dirección de la cura.
ril·11l·i,1 dlLilÍlÍ\'d ¡-;lJS dños nLiS tarde lo fonnula Corno "sujeto barrado",
Los t~rirninales no suelen preguntarse habitualiTicnte por qué rnatan.
Silvia Elnrn Tó1dl11rz 1 (~arios l)a11le Gnrcín ¿A q11ié11111afa el ascsi110?

I ,as respuestas que encuentran aquel1os que reflexionan sobre los crí- ción subjetiva del criinen, sin_ por ello reducir al sujeto al est-at·uto de un
rncncs conciernen al inconsciente, a la razón, o a otros tnotivos; pregun- enft.•rn10 1nental que no puede ser juzgado.
tas y f(~spucstas que, por lo general, proceden de personas "no crin1ina- Elizabeth J{oudinesco, a partir de ttn ditllogo con J<:icqucs l)crrida,
lcs". seüala un ca1T1bio in1portunte en la legislación franccs;1. En l'i ;1rtículo 64
Poco a poco Lacan se desplaza en su enseñanza: de poner el acento del Código Penal francés tie 1810 se estipula que "no hay crirncn ni
en lo sü11bólico, diferenciado de lo irnaginario, pasa a centrar sus pla11- delito cuando el in1pt1tado actúa en estado de den1cncia en el 1noi:ncn-
h:os en un concepto nuclPar, el de "goce". El goce lacania110 se distin- to de la acci611". E11 1992 el anterior artículo fue recinplazndo por el artí-
gue de la noción freudiana de placer, el Lust, q11e se rige por el lla1nado culo 122.1 qt1c dice: "No es penaln1e11tc responsable \;1 persona que
principio de placer. Mús allcí. del principio del placer Freud se encontró estuviera aquejada, c11 el n101nento de los hechos, ele un trastorno psí-
con otra satisfacción que la ohh. nida por placer. l)escubrió qt1c los seres
1
quico o t1europsíquico que 11ubiese anulndo su disccrni1nicnlo o el con~
hun1<111os se satisfacen en la insatisfacción, en el displacer, en el n1ales- trol de sus actos". Se reen1plaza así el "no hay crin1en" por un "no es
tar. A<1uello que c1i. f.reud aparece planteado co1no el dualis1no placer- penahncnte responsable''. En EE.UlJ. existe 1111 equivalente a esiC' artí-
displacc1~ en I~acan se articula con la 11oció11 de goce. El goce resulta, culo 122.1 francés que }Jt'rtnitc que los e.nfennos 1nenfah•s ~'ludun la
entonces, de la conjunciún del placer y el displacer. pena de n1uerte.
E11 los años 50, luego de realizar t1n vaciatniento de los "n1otivos" En los ticn1pos de su 1Jrornulg<lciún, el artículo 64 tenía co1rlu objeti-
-generaltncnte ele orden sociológico o yoico-, Lacan se dedica a exami- vo arra11car a los cri111ina1cs locos de la guíllotina borrt1ndo 1<1 huella del
nar Ja "s<1tisfacción crinúnal". Años n1tls tarde, centra su atención en e.1 crin1en, al enunciar que este no habla cxisl'ído con10 tal. l'.11 1<1 actu;1li . .
concepto psicoanalítico de "goce", involucrado en el pasaje al acto dact dicho artículo l1a dcsap<1rccido: la consecuencia de l'Sto son los
hon1icida. l)e esta n1anera, la satisfacción puesta e1i. jt1ego 1i.o re1nite a in.tenlos de lograr que se responsabilice cil loco hon1icida, <l lrav(s de
ninguna "razón", sino a un tratan1icnto particular del "goce", ig11orado tratarnicntos diversos, entre l'l!os el psícoancílisis, para qul' "IJH"t'hcn1.L1
por el propio autor dt'l critnen. El térinino goce, tal coino lo hemos des- la gravedad de su acto. Por lo tanto, aunque el critllin,11 "loco" no S(';1
tacado y lo señala Jacques-Alain Miller, conjuga "satisfacción", "libido" responsable penahr1ente, su acto no ser<'i anulr1do t·on10 sí !t1 crd pr('~
y "pulsión de nnierte", es decir, no corresponde al uso que se le da en viar.ncnll' a la aboliclc'n1 clel artículo 64··-
fornu1 corriente -referido exclusivarnentc al ¡.')lncer-, süi.o que co111pren- El l:ódigo Penal argcntir10 acerca de estos c1tfcr11H1;; t'1nu1ci,1 breve
de también d mal y el dolor. n1cnte que "110 son pu11iblcs", lo cual es diferente a a.fin11<1r que "no hay
LJesde la }Jerspectiva de 1. . acan, para que el castigo pueda obtener su crin1en" o <1 sci'í:alar l1uc no son "pcna!n1c11ll' n'spons,1\1\cs", l)c c;;h~
significación, e~ irnprescindible un 8Sentin1ienf'o subjetivo. Por eso afir- n1odo no qut~dd incluida la noción de responsabilidad.
1na que "la responsabilidad, es decir, el castigo, es ur1a característica En "La ciencia y la verdad" Lacan afirn1a que "de 1111eslT<"l pn:-;{ci(1n
rsencial de la idea del hon1bre que prevalece en una sociedad dada". Si de sujeto son1os sicn1prc responsables". Excluye así la 1.·u;1rL1dc1 de la
el sujeto no reconoce su falta, no puc<le dar una significaci()n a la san- figura hegeliana del "alrna bella", que se queja de los dc':~ó.rdcut'S dvl
ción. f{llP se le aplica por el delito que cc)lnetió; de este n1odo, el castigo 111undo sin hH11ar en cuenta de qué inodo participa t'll !'llo«,,
no 111odifica su <1cto crirr1inal. En el texto "El n1al y su perdón", ele La .fi'110111c110Ins1í1 dl'f t."·p1i-if11,
En la aclualidad, puede observarse que los ideales utilitarios ha11 l Iegel cxan1ina la relación entre lo univcrs;;il y las :;ingu!<lridadcs. l _a
originado la caída de la significación expiatoria del castigo -caract.erís- "convicción" <1nin1a a los hon1brcs que aclúlln y ~.;t' e11car11<1 c11 s11s
1ica de la 6poca anligua~, el cual tiende a ser reabsorbido bajo tn1 fin pasiones; a ello st' opOlll' la "concicnci<l juzgan te", íigt1r<HL1 por 1.'l
correccional. E.sto conduce> a un n1odelo orientado hacia el análisis psi- "8hna bella", que denuncia la violencia de la pt1rlicuL1rid;H[ .Y L1 l'011tin·-
quiátrico del crin1ina\ y a las 1nedidas de prevPnción contra el crin1en. gencia. del hon1brc de acción. Pe.ro la paradojc1 surgP cunndo, frente a Ja
Lacan consid~·ra t¡ue el psicoanálisis puede ¡¡yudar a aclarar la confcsión-·-"cslo es lo que soy"-, no sigue la rt'plica dt' l.1111isnlcl conh•-
noció11 c.le responsabilidad. Afirn1a que "el psicoanálisis resuelve un siún: la conciencia juzgante csgriI11e la dureza de su cor;.1:1l1n y J{conlra-
561 dilcina de la h'oría crirninológica: al irrealizar al crin1en, no deshun1a~ po11c: al rnal la bcJJeza de su aln1a, da a la confesión L1 l'Sp;1Jd;t rígida del 157
niza al crin1inal". Vale riccii~ el psicoan;ílisis se interesa por la significa- carácter igual a sí 1nisn10 y del silencio de quien se .rt'plicga ('ll sí 1nisn10
Si/71/11 F/1'1111 'fi·11dlilr2 1 Carlos l)n11fr C11rcí11 ¿/\ !/llll'll /!/!Ud i'l llSl'S/110:'

y 'A· 1iil'g,1 d reh,1jarsl: ,1 ntro". l)e esta n1anera, el <-1ln1a bella tie1h.' la cer- punto de destinu, bajdn del auto, y luego de una can1inata de unos 40
tv;_,¡ de .':>ll l'',l)J·ri!11, pl'ro no vn una acción rea! sino en su existencia l~n n1inutos, Paul s21ca un revólver y dispara, hirít:ndo al conductor. A con-
t•l di_•it'llf~;o de :itt jtiiciu. l~epi-esenti.l un ideal que se~ n:fugia en las pc1la- tinuación intenta huir con el auto, sin sélbt.:'r cnnducir. Lds incoherencic1s
!J1 <1~-i. J'.I juicill uniLlllTal c•s superado por L:.i reconocil11iento rnutuo de dt~ su <trgunu~ntación sobre el episodio crin1i11dl deterrninan que se¡1
L1:-; p.ir!icL1L1rltL1dvs y st1 L'Ventnal perdón. internado en un hospital psiquiátrico.
Fn·nll' ;i l>.->te pL1nteo, LaL';1n sostiene> que la posición <lt:l psicoanalis- Entre los ;1ntecedentes del enfenno figuran el etílisn)o y una religio-
t;1 debv ('\'.\'luir L1 ff.·rnura del alrna beIL.1. sidad inten1pestiv,l que h~ hact' pasar rnuchas horas en L1 iglesia, a pesar
Ser dt·cL1rJt_-!o n'sponsabll:' de un act-u le perrnite a un sujeto conser- de ser alguien absotutan1enh:: ignorante en ni.ateria de religión. El
v~1r su ln1n1dnicL1d, <'n l;-1 1nedicL:1 que se intentil producir su irnplicación rnisn10 es diagnosticLldo con10 hebefrénico debido ¡1 qut: en el estado
t·n dicho acl(} _y ¡¡sf podc:r lon1ar una posicíón frente a él. J)e todas for- poslerior al pasaje al acto pn-.:don1ü1;111 con10 afectos ld apatía y l<-1 indi~
rn;is, el psil'o.1n,ili:-;is nu trata acere¡,¡ de lo hurnano ni es una "ciencia del
1 fercncia total.
ho1nbre" ~-;ino un saber conjL•tural cuyo interés se centra en el sujeto y
I l~os autores utilizan este ca.so, junto con otros, a fin de aislar una con-
en L1 rvLH'i(\n de t:sll~ con sus objetos. En definitiva, L.1 responsabilidad ducta típica, caracterizada por los siguientes elernentos: violencia
~·11 1.·l p« icoctt1.ili.',is n~side en la rL'Spuesta del sujeto del inconsciente.
0 inn1otivada contra un dt:sconocido, fabulación novelesca luego de! cri-
n1en -que no puede ser soslenida durante 1nucho tie1npo-- y estado de
indiferencia total.
/)e! 111otiuu 11 l!I 1'll1Ls't1 tlel crilncn l_,a inco.hcrencia aparente de eslos crín1enes ha despertado el intc:rt~s
'~ de los autores en la rnedida en que aqtLellos se disting1Lc11 de la prerne-
L.it'<Jn, i1 p.1rtir de su tc:sis en psiquiatrín forrnulada en los afios '30, diL'lción del pcrst~guido o de la in1pulsión del den1ente: "lJado que
p.1rticip.1 dvl debate acerca del peligro social que represen.tan y de ta sie1npre hc~n1os ubservado estas reaccionc:s en la hebetn_•11ia 1 bu~;carnos
rC':->pon.·-;¿tbllidad qne le.s cdlx~ a du!·erminados enfern1os ac11sados de la causa en la rnisrna t'nft•rn1edad". Esto constituye c:I punto cie parlida
corneler lln cri1llen, y distingue L1 p;:1ranoia de autopunición del delirio del análisis del ka/con.
rt"ivindicaturit), ,iproxin1cJndo este t'1ltin10 al delirio de interprct;.1ción. El (;uiraud y (~aílJCUX COllSideran que fretüe il una Sl'.l1SclCiÓl\ doforosa 1
queruL1ntv o reivindicatorio es n1ucho n1As peligroso que las psicosis física y n1ent-al cxperirnL'ntada por el enfernltl --dt:cíc1 que no se sentí,1
;1u!opun1!iv;1.s jll!t'slo quL: recí\Je el peso energético ctel ideal del yo, l}llt.:' norrnal, que su cslado ernpeoraha y que "h~nía que h;,1cer algn" - csle
dv,1!t1 y ju~;tiftt':l L1 i1npuJsión hon1icida. En los delirios de interpretación con1ienza a buscar L'll forn1a aprc1níante u11a salida a través dt"l co11s11-
1.'1 peligro es n1vrHir~ n1t:'nos inmediato y dirigido, Cjlll'. en los delirios rno de alcohul, luego, buscando un dCl'JTiJn1il~nto a la polítiL·a y pL)Sfl:'-
<jUL'rul:1n(t>S. En l"l'<llit.Li(_t se debe t>v,1luar el peligro c11 caLla ca;-;n partí .. riorn1enle, n l<l religión. Sus pensarnientos lo van llt:vando hacia una
cu lar. idea, por la cual se le torna nt:C(:sario suprirnir el ITl;JI socitJL Pattl Ct)!ll--
l·'.n t'u,1ntn c1 los crín1e1H~S llevados a cabo por .sujetos psicóticos, es bina esta últirna noción con la de enfennedad; esto producirci la violen-
in1porlanll' distinguir los est~1dos delirantes ele los hornicidios inn1oti- cia de su reacción, cuyo fin ser~í librarlo de la enfern1t"dad -que esti1na---
vados. FI psiquicJtra francés Paul c;uiraud se ocupa de estudiarlos en destructora de su activicL:1d psíquica. "La reactión vio\cnlJ, dicen, apa-
dos artÍl'ulos: "Fl hornicidio inn1ot-ivado, reacción liberadora en los rece entonces a la vez con10 el últi1no sobresaltn de encrgL1 de un crrgd-
ht•befrt?nicos", j11nto cun Roger ('ailleux (1928t y, posteriorn1cnte, "Los nis1no que se hun.de en la indift-_'.n:ncia y la inacción, y con10 el rt'.stdla-
hornicidins inrnotivados" (19:3'1 ). do de una transferencia del deseo de 'curar la L'nfernH.-'dad' en 'suprinlir
l.J prin1er drlículo se: basa en el "caso Paul". En este, el crhnen se de- el rnal .socíal' (a través de un pa.ri·ilogisrrlo verbal y sitnbúlico fn~cuentt>
S;1rrolL1 d p;1rhr de algunas circunstancias banales. El rnencionado I\.1ul en los hebef:rL~nícos: n1atar el rr1al =~ nlntar a la enfern1edad)".
turn,1 un laxi y lv pidt~ ,1l conductor que lo lleve a un lugar detern1ina- Estas violt:ncias inn1otivadas no carecen, sin en1bt1rgo, dt~ cansa, cual
d1 ). !)urd11\-v el tr<'ly~\t-to se prL'senta con10 un estudiante de 111l:>dicina, es el esfuerzo de "liberación contra la enfer1nedad trdnspuesta p.ttuló-
58 1 hijo de uq l:(JJ\d(·, inicnlrd:) que el taxiSlíl refiere h<1berse desernpefiado gicanH.~nte en el rnund1J exterior". 159
co1Yltl 11n <lnliguo of.iL'ial de 1'1 n1arina irnpL'.rial rusa. Cuando llegan al Si bien el térrnino kal..:011 es utilizado particL1lannenle en el segundo
Silvia Elc11a Tenrlfarz 1 Carlos [)ante García ¿A quién 11¡¡1/a el osesi110?

artículo de c:;uiraud, su_ significación ya se encuentra presente en el pri- una desconfianza patológica. De su pasaje al acto liberador rt>st!ltan un
111ero, a través del postulado de u11a acción liberadora del mal. n1uerto y ur111erido grave entre los 1nien1bros de s1t farnilia.
En 1931 C~uíraud reton1a el caso Paul y precisa tp.te lo que verdade- l~l relato del paciente detalla las 6rdenes que lo irnpulsan "1r1aqui·

rarr1ente se quería elüninar era el kako11; expresión que pertenece a La nalmente" a tirar, sin entender lo que suced(!, ni reconocer a <¡uic'nes
introducción [1iológica al estudio de la neurología y la psicopatolog(a (1928), agrede. Esle paciente, cuyo diagnóstico es el de una psicosis alucinato-
texto prodttci<lo conjuntan1ente por el neurólogo suizo C.'onstantin Von ria crónica, logra describir no solo que actuaba sin finalidad illgun<1,
Monakow y el psiquiatra francés R. Mourgue. sino tainbién el estado de "bienestar" que lo cn1briagaba.
Los "crín1enes de kakon" (palabra griega que significa mal) represen- Lacan se opone a la argun1entación de c;uiraud, pt1rc11ncnl(~ neuro-
tan cris.is o co1nplejos net1rovcgetativos qt1e se producen en las psico- lógica, puesto que la 1nisn1a no conten1pla la acciún de los factorPs
neurosis, y están condicionados por trau1natisn1os de orden sexual. El sociales en la perso11a1idad.
paciente palidece de golpe y conlienza a transpirar, un sentin1iento Si bien la organicidad no explica la psicosis, los fcnúnH'no~~ que
doloroso de peligro ü111li11e11te lo invade -·por eje1nplo, una crisis car- c;uiraud aísla pueden ser pensados nuevainrnte a partir d(- los ronc('p--
1

dínca~·-, scgui({O de un_a viole11ta agitación n1otriz. El episodio dttra ape- tos desarrollados por Lacan.
nas algunos n1inutos, pero el sujeto queda aterrorizado frente a la evc11- (;uiraud refiere la Cmergt~llCÍa de lllla Sensación O CCJH'Slcsia de la
ludlidad de la r('aparición 1Je estos fenó111cnos. El indivitluo cree en un que el sujeto ü1tcntar<i liberarse a través de su r>asajc al ;1cto, al expcri-
gran peligro, lo sicnt:e, e intenta entonces defenderse a través de su apa- 1nentar un kako11 insoportable. De esta 111ancra, el fenén1H'JJO descrito
rato reflejo. por c;uiraud puede ser entendido con10 la invasión de goce que se pro-
f)urantc la crisis don1ina el esfuerzo por liberarse de un estado dolo- duce en la psicosis .
roso a través de todos los n1e<-lios de sus fuerzas psíquicas, qlte resultan Paralelan1entc a los ho111ícidios que aparPnlerncntc no cs!r'í111nof-iva-
insuficientes. Esta crisis de kakon se establece corno la liberaci611 de un dos por una ideCl delirante, encontra1nos aquellos 'JI H' fiE_'tH'n con10 ori-
cornplcjo de naturalezCl autcnT1;í.tica. Es por ello que solo el aparato refle- gen un delirio. E11 la segunda parle de su artículo "Los h.01nicidios
jo logra ofrecerle una salida. in1notivatios", c;uiraud se octtpa de otros dos casos en los que el acto
Monakow y Mourguc con1paran los lraslornos cardíacos (palpita- violento no parece estar destinado a "1T1afar la enfern1cdad'' _
ciones) y n. 'spíratorios que se producen tlurante la crisis, con aquellos En el prüncr eje1nplo, el de Enrique, está clara111enle indicado que el
fenó1ncnos quP gencral.n1ente aco1npafian al org:as1110 sexual. })e esta pasaje al acto responde a una orden alucinatoria. El paciente-, que sufre
tnanera, ~'stos autores plantean, a través de su tern1inología médica, que de un delirio n1ístico rnanifiesto practica el espiritisn10. /\ pc1rlir d\' una
1

algo del goce cst<l relacionado con el kakon. revelación, logrt1 identificar al Espíritu-guía que lo posee, con i<l íigura
Luego, utilizan el concepto de kako11, ya no para explicar un cuadro de su padre. En esa ocasión, el Espídtu le n1anificsta que el sact'rdotc
de neurosis sino uno psicútico. Para ellos el fu1ko11 da origen, por proyec- que había sido su antiguo director de conciencia habío \'iolildo <l su he_r-
ción, al sentinücnlo de persecución. La fue11te de los sc11tiJTüel1tos cor- n1ana: " ... el Espíritu 111e decía: '¡l{ay que n1atarlo! Soy yo, tu p;1dre, qtH'
porales dolorosos es ubicada en el exterior. "Este scnlü1úento desagra- te lo dice. El sacerdote va a venir. Viene'. En ese nHHnt'nto llc1~a sn
dable lo ator111cnia y lo crnpuja continuan1ente, a veces en for111a laten- novia, y la 111ata e11 lugar del sacerdote, si biPn él la habít1 n'C1HH'~-cído.
tP, otr<1s c11 fonna rnanifiPsla, a libc•rarse''. [)e allí que pueda producir- "Pero era necesario que hiciera un acto de fe. El Espíritu nH' poscí;1. c'on
se tnús o rnenos violl'ntaniente una reacción inadaptada de defcnsn del el t1HÍ.s grande I)esar IR estrangulé".
organisrno contril el kako11: desde una producción delirante hasta el sui- El segundo ejen1plo n1ueslra cún10 un padre 1nata <i su hi_j;1 parél s;1l-
cidio. varla de los pretendidos perseguidores. Los celos inconscientes scr;ín,
Estas úllin1;is consideraciones son relon1adas por (~uiraud, quien según c;tliraud, el 1nóvil del criinen.
pla11lt•a la t'll(J'ucij<1da con10 un sc11l.irnicnto doloroso de cxlrafiez¡¡ i11te- Los crhnenes cuyos tnotivos responden a un delirio µucclcn distin-
ri1)r. guirse claramente de aquellos que no los tienen. ¿P('ro (\r.;;1 n1otivaciún
60! En el caso Edouard, desarrollado en el pri111ero de los artículos de existe verdaderarnc11tc? !61
Guiraud, el_ knlcon representa ttn<l cenestesia dolorosa, una inquietud y c;uiraud intenta dc1nostrar que el delirio se constituye ;1 postr riori1
'Jl('IJj 1-/C//I! U/IU/O/L 1 1_,_¡!Jll/."' t/<i!JH 1.>UJt¡"

dl·l ,d ,H·tu ho1nil'icL.1, sin ernbargo, en el caso Paul, L1 causa del


r1<1:;.-tj(• knkon. Por ejernplo, en "La agresividad en psicoanálisis", di reÍt'rirse '1
c1c to p!!l'dc vr11·ontrdL';e en c:I pnipio ch_:Jirio dt!l paciente. las reacciones agresivas en las psicn,sis, habld dt'.l "knko11 oscuro ,1! que
! .,)\\l!l _c,(' int<Tl'.Sclr<i p¡_¡rticuli.11Tnerlll: e11 la distinción L}Ue realiza el p<:il"í.Hloide refiere su discordancj<-¡ de todo contacto vit-;il".
( illiLHid l'nln_· 1-r1ú1,'ne.~ del yo --en los que el individuo se cornporta Por otra partt~, al cornentar el Cdráclvr prirnordi,il dt: la pnsición
',t·gu11 ~-;t1 vlllu11Lld, L'On la ilusión de plena libertad~, y cr(111e11es del ello depresiva, concepto central en la teoría de l'vlelanie l(Jein, st1bray'1 el
11

ti¡iil·ns dv Li dc·inencL1 precoz, L'n los que eI organis1no obedece a extre1no arcaísrno de la subjetivación de un kako11", enlazci.ndolo ,11'1 pri-
1\in'cL1nivi1\l·, 1nil·n\L1s llUL' t'l ytl pl·rnt<1rH:ce corno espectador pasivo y n1era forn.1ación del superyó.
_c;1 lr¡)n-'t J(! ido En "Acerca de la causalidad psíquicd" aborda nue-van1c:T1te l'Ste tl'.n1n
:\d(·J!L)s, :ouhra_yci el inodo en que (~uiraud pone en evídt.'ncia la cuando, al contraponer las teorías de (;lliraud con !ds de }-lenry Ey, afir ..
d1'in·_-;j,'¡¡¡ :,iitdl(-J!lt·d ¡in.'senü: l'll !LlS honlicidios inn1otivados o crírnenL:s rna: "Y aün rnJs lejos va c;uiraud 1 n1ccanicista, cuando i..~f\ su artíct1lo
de·! ('!lo· "L1> qtll" el f-lujeto c]UÍl'.rl' rn;ll'ar aquí no es su yo o su superyó acerca de los hon1icidíos inrnotivados se llfana en reconocl~r q11e !o qut:
.-;ino ~;u v1dt'l.lllt'tL1d/ o, de in,tnera 1ncís genl:ríll, 'l'.l rnal', el knkon de Von el alienado trota de z1lcanzar en el objeto ,1l (_1ue go!pL'íl no L'S otra cosa
f\ltHLtktl\V y l\i\()urguv". que el k11ko11 de su propio svr".
ji] p<1:;,1jt.' ~d dt'lo de .l\l1nl't.' ~it~ clproxirn<l ;i! lT1i:'Ci\l1ÍSrno liberador, En una intervención t:·n la Sorlété PsyL·hanalytiquc de'. Paris (SPP), <il
"l!vvd ,1 c-ilJo t·l cH·to fdLd de' violt:ncla contra una pt'l'S011il inocerlte, 1:'.n cornentar la prt'sentación de Paul Schiff, f .acan declnra que el knkon a
¡·]<.'l!til h,1y tjllv v'-\r el sfrnbolo de! enen1igo inlt,rio1~ dt> lc1 <'nfernu~dad veces es con1prensible, pero no sien1pre. En la psícosis, "la agresión
1nis1n,1 dv Li \hTSUll<-diddd". adquiere la significación de un C'Sfuerzo para rornper el círculo rn,igico,
:-\ ¡),lrlir dt• !o H!l'ncion<1(to ,fnh.:rionnc'nte podc'n1os establecer la la opresión del inundo externo".
c;iguii:ntP dí;:,!illt'ÍÓn: Ahor3 bien, t>l sentido 1y1ás difundido dLd knkon t~s su con1paración
[)entro dL: estos se incluyen los crín1enes pasiona-
l) ('n'1ne111": il1-l yo: con el objeto n1c1lo de Ml~lanil~ J<ll:in, prvcursor d(•l ~;llpvryó. En rc<tli-
l('.';, \-i"Hno vi dl' ( ·harlutt{-.' C\Jrday l~n l,'rancia, estudiado por el psiquin- dad, con10 !o seílala Miller, el k11ko11 es el objt•tn: L'l ser q·ue golpea en vi
t1·<l lr<Hlcl'_', Lc>v_y-·\1dle11si. (.'orcL1y el 17 de julio de 1793 asesina a Jcan
11
t xterior" es el LFll:' constituye su Sl'.r inás fntirno.
1

Pilul f'vLirtd, quiv11 l1nhía (lesen1pefiado un papel rnuy actívo durante la No set-rata entonces de unn proye~:ción. La inclusión de los dvsd1To-
J{,~volul'i(í11 t'L1n,·¡__,~-;,1 oponi{~ndose ;1 lus (~irondinos. La pasión pur<1 svrcí llos topológicos pern1itc ro1npc·r con el vil:jo 1nito ddentro-afuerd a1
n·-;,1lLilii'I p()r l.l~vy-Vdlensi (;n el t:XJn1en de este• crirnc~n. situar t~l t•xterior conto lo n1¡is íntin10. Según Lacan, el '\\nL'n1igo extt'-
Fn v:;lt' ¡ ntnlo, _,;¡ nos <tb:.'l1t'1-r1os a la duraclón de) delirio, podrfan1os rior" qtll' Ai1THse golpea !a rcprtsenta a ella 1Y1isn1d, íl "ta 1nisn1a l'.n(cr--
di~;li!lgui1· t•1¡(n_' vi IL1rnado cri1nen pasional puro y (.'l criinen pasional 1nedad". rn knf;:o¡-¡ es, Sll pnYpio ser ldentifÍl'<1du al ohjetn 11 CO!l10 p!us-
dt"lir,nlte. [,o.'; p.ic;ion;iles desarrollan un delirio de reí vindicación tran·· de-goce. Así, el lcakon co1no objeto éxtin10 Jogra dPvt•lar L'Sla n1isteriosa
:;i!urlt\ n1Íl'11I r<1~-; qtH:, por el conlrdrÜ1, los que posel~n un delirio pasio- liberación hornícida.
it.d nh'H.Llidu 1n1nl'.! se c<Jltniln, excepto a través de un crin1en o por una En los dos prinll'ros casos analizados por (;uinn1d, i..·I psícóticu
lntvn1,1cit"1n. l.n:--i delirantes pd.sionales actl1i.1n con pn!rr1eclitación, Jc1 intenta liberarse de la invasión dvl gocl~ a través del pas<ljc ,11 ;:il'tn honú-
idvt1 dt.: liuinit'idid es una obsesión parc:isita, con10 una obligación; por cida. Su indiferencia posterior pondni de rnanificsto el Jrac,1so de sus
l·I C\l!llrt1rio, lti.s pcisiona[es puros tienen cil~rto grc1do dL> de.St'quilibrio tentativas. En el caso Edouard, el estado de "biene.'itar" represt:nt·d el
t'n1ntivn y Li idPíl dvl asc:sin;lto está totalrnente integrada l'.11 su pt'HS<-l- goce que lo lleva a atacar "1naquin¡:¡ln1ente". El enferrno se ilh~ntifica
111Íl'ntD. entonces a una n1jquina ele agresión que, a travl''s de una serie donde
~) ('rinu'111'.'; del elfo: l'jernplos de 1._•stc tipo son los pacientes i..'squizo- agrede li unn tras olro, intenta desen1barazarst~ del goce con el que con-
fn;nico:--, ,l!!<diz;Hlus por c:uiraud (l\nd y Edouard). fun(lt> su ser. Ain1ée, i1or el contrario, logra a través del crín1Pn cil:rta
J) c_'r/1111'11i'S del superyó: at¡uí puede incluirse el caso i\in1él.', dna!iza- tranquilidad, con una retracción posterior de su delirío. Este elc'rl'H.'nto
dt) ptir Lcic;¡n, y v! de la Sra. Lefcbvre, delirio de reivindicación_ estudia- f)Crrnite establecer un;1 clara distinción entre la rl'acción liberadora pro-
621 d\) po1· !a p,c;icnanalisla franct'.Sa Marie Bonaparte. pia de la esqliizufrenia y la que caracteriza n la p;,1ranoia de autopuni- 163
En .l rgu !1dS pnsi.1jcs de los Escritog, Lacan retOJT\il la cuestión del ción.
Silvin Llc1111 Tc11dlarz 1 Carlos [)a11fc G11rcfr1

(;uiraud y L,acan cnlie11den el concepto de kakon de un 1nodo dife-


rente. El goce del que estos pacientes intentan liberarse constituye el
punto de inh~rsecciún entre estos autores. Pero, n1ientras que c;uiraud
prest:nta cierta vaguedad respecto de la lógica interna del pasaje al acto El psicótico homicida: casos célebres
esquizofrénico! Lacan indica que el encn1igo interior presente en la
par<111oin de su paciente Airnée es de carácter pura1ncntc especular y
per1nanccP en el registro in1aginario, así co1no tan1bi<~n, sefiala la inter-
vención de tendt'11cias autopurlitivas.
En Airnée, con respecto al 1necanisn10 del pasaje al aclo, tropPza1nos
con la dificultad de precisar el rnon1cnto en el que este se desencader1a.
[)ebc destacarse que entre los casos presentados en este apartado, Existe una serie de casos de pasajes al acto hon1icicl<1s que, por dis-
solo el d(? Etlout1rd registra con nitidez la presc11cia de las voces aluci- tintas razones, se han vuelto célebres en los .-írnbilos de la psú1ui,1lrfa y
n;_1lorias, a las cuales él rrsponde con el asesinato de su novia. Incluso del psicoanálisis. Co1nenzaren1os exanlinondo aquellos qu(' fueron
e11 eJ caso de Ain1l'e, donde los motivos son claros! los resortes que la estudiados a partir de las conceptualizaciones del Edipo frf'udi,1110, de
i1npulsa11 i'l elegir f'l 1no111('nto de la agresión pern1a11ecen, sin embargo, rnodo de poder establecer claran1ente un enlace entn-~ el psicoanéllisis y
desccHH)Cidos. la crüninología.
En el período que precede a la agresión, ella se corr1port<1 con10 una A contiI1uación, nos ocuparen1os de un clásico de la psiq1tlJtría: t'l
vcrdadern pasional: un 1nes antes con1pra un gran cuchillo de caza. del pastor Ernest Wagnc1~ estudiado por l{obcrt (~rnupp, que constitu-
(_'oni.o lo indica Lacan, "en su estado de en1oción extren1a, Ain1ée se ye el contra-ejen1plo de la tc0is de En1il K.rt1Ppelin, rel<1tiv.1 al curso de
forja VEirdadcros razonrnnientos pasionales". la paranoia. Posteriorn1entc, nos dedicaren1os al caso J\i1n6l', que co11s-
J\vPrigua entoncPs la dirección del tral:ro donde trabajaba Z. "Unél tituyó la tesis en psiquiatría de l,<tctin. El 111is1no logrú un enonnc
hora después, en1pujada por su obsesión delirante, Aimée sP encuentra ünpacto e11los1nedios psiquiátrico, liter<:1rio y psicoanalítico de los ;1ílos
t'n la puerta del teatro y hiere a su víctin1a". L,a obsesión delirante apa- '30, es tlecir, antes del l.acan psicoanalista, que dcstirroll<1r;í su t-corí<l (ic
rccl' co1no único rnotor de la agresíón. Scgün lo confiesa ella rnis1na, la psicosis y enscfianza, a lo largo de los siguientes 50 ,·1f1os. Por ú!t!1Tl(l,
actúa bajo el efecto de Un<t pasión que la hubiera in1pulsado a atacar a nos detendren1os en el caso de las hcrrnanas Papin, que connlovi('ron a
cualquiera ([e los perscguidorPs encontrados por azar. la opinión pública a raíz de su snngricnto crirnPn, Ppisodio qtH' fue' reto,
Esta últJn1<1 afirrnación pone en cvidenci<1 el estado l;asional en el rnado oportuna111ente por I.,acan.
que se encuPnlTa 1\in1éc durante la agresi6n. Pero la víctin1a resulta ele-
gida t'tltr(~ los objetos que forrnan parte de su delirio. [)e este n1odo, su
pasaje al él.Clo es integrado t'n l<t trarna particular de sus ideas deliran- 1. La ¡;crs¡¡cctivo cdípica
tes.
En 1926 Franz Alexander y Hugo Staub publicon un libro titulado U
[)e la razón al inolivo, y del 1notivo a la causa: en cada caso debe ser crin1i1111! y s11s jueces desde el punto de vista psicoanalttico en el que siguen
preciNada la causa y situada la lógica del crin1en. Nos vemos conduci- Ja oric11t-aciún del artículo de Frcud "Algunos tipos dl' car;lctcr diluci-
dos así al estudio de los casos célebres dentro del árnbito psiquiátrico y dados por el trJbajo psicoanalítico" (de 1915, texto donde Frl'ud anali-
psicoan;ilít ico. za los casos de aquellos sujetos que "delinquen por scnlin1il'nto dl' cul-
pabilidad"). Los atrtorcs van a plantear que el castigo c.~ la condiciún de
la trasgresión. La culpabilidad que en1ana del cornplejo lle Edipo pn'Cl'··
de a la falta, es decir, es la necesidad de castigo ln que provoca el acto
641 criinínal que proporcionar;l llll cierto alivio subjetivo. nn olras p;1l,1bras! 165
puede decirse que es el castigo ciego del superyó el que cntpuja Jl deli-
to. Este lcxlo se convcrtircl en una referencia prínceps para una articu-

También podría gustarte