Está en la página 1de 3

La narrativa latinoamericana del siglo XX

-Investiga sobre las siguientes cuestiones.


a)  La narrativa del siglo XX en América Latina.
No cabe duda que la Revolución Mexicana (1910), la Primera Guerra Mundial (1914-
1918) y la Revolución Rusa repercutieron en la modificación de la conciencia de los
narradores latinoamericanos del siglo XX. Tras estos sucesos, los Latinonarradores de
dicho siglo sienten una preocupación regionalista y social, que pretende reflejar la
condición del hombre americano y redefinirlo en relación con el medio en que se
mueve.

Los Latinonarradores, a partir de la década del 10 del siglo XX ahondan en los


graves problemas de su tierra, tales como latifundio, explotación, incipiente desarrollo
industrial, luchas sociales, etc. Esta tendencia provoca el surgimiento de la narrativa
latinoamericana regionalista e indigenista, que predominó entre 1920 y 1940.

El Regionalismo como tendencia literaria se centró en el hombre americano


(guacho, llanero, indio, etc.) y en la naturaleza. Su relato busca ser un testigo de la
realidad americana, que expone, mediante personajes y tramas ficticias, los problemas
políticos, económicos y sociales de América, evidentes en autores como Horacio
Quiroga con Cuentos de la Selva (0000) Mario Azuela con Los de Abajo (1925) José
Eustacio Rivera, con La Vorágine (1924), Ricardo Güiraldes con Don Segundo Sombra
(1926), Rómulo Gallegos con Doña Bárbara (1929), entre otros. La visión de los
Latinoregionalistas acerca de la naturaleza es contradictoria puesto que, por un lado,
resaltan su belleza e imponencia; y por otro, la muestran como un fuerza terrible y
devoradora, hostil a hombres, quien a menudo resulta destruido en la lucha con ella.

El Indigenismo, en cambio, pretende reflejar la vida y las costumbres de los indios,


denunciando la brutal explotación a que son sometidos, así como el proceso de
aculturación que se les impone, evidentes en autores Latinoindegenistas como José
Icaza con Huasipungo (1934), Ciro Alegría con El mundo es ancho y ajeno (1941),
entre otros.

La narrativa latinoamericana de primeras décadas del siglo XX tiende a ambientar


sus relatos en el medio rural, reflejando un mundo propio, original y nuevo. Para ello,
en los narradores era constante la preocupación por documentarse acerca de las
costumbres, creencias y expresiones folklóricas del hombre americano. Pese a esta
innovación su técnica narrativa seguía siendo tradicional, puesto que el realismo
europeo seguía influenciándolos, aunque aportan con la incorporación a sus obras de
la lengua coloquial y dialectal. Este tipo de narrativa permitió el avance del
conocimiento de América y su expresión literaria.

A partir de los años 40 la narrativa latinoamericana experimenta el Vanguardismo a


razón de los siguientes factores: 1) Los aportes de intelectuales españoles exiliados
por el franquismo. 2) El distanciamiento de América Latina de Europa a raíz de la
Segunda Guerra Mundial y su consecuente baja disminución de la producción cultural
lo cual provocó echar a mano sus propios recursos, 3) Los avances de la educación
secundaria y universitaria en el nuestro continente, así como la emigración interna
hacia las ciudades que provocó el surgimiento de un público lector más interesado por
América. 4) La influencia de los narradores experimentales de Europa y Estados
Unidos. Y 5) La renovación radical de la lengua literaria, realizada por el Surrealismo.

Estos factores provocan una narrativa latinoamericana vanguardista abandone el


realismo tradicional, que se interesa por el inconsciente, que renueva la lengua y
resalta su función como herramienta del saber y de la creación de la realidad; que
libera la imaginación y revaloriza lo maravilloso, lo fantástico y lo mítico; y que busca
provocar un cambio radical en el lector, que lo obliga a abandonar sus hábitos de
percepción y sus rutinas mentales.

La narrativa latinoamericana vanguardista se caracteriza por su interés en el


ambiente urbano, en la indagación del mundo interior del ser humano aislado en las
grandes urbes y en la elaboración de relatos fantásticos entendido como un modo más
complejo de interpretar la realidad. En este tipo de narrativa los conflictos con la
naturaleza se esfuman, puesto que el ambiente urbano sustituye lo rural. La ciudad es
vista como el ambiente devorador y despersonalizador, que resalta la soledad y la
angustia del ciudadano. Es por ello que los Latinovanguardistas hacen hincapié en la
condición humana por sobre la condición social, abriendo camino hacia una búsqueda
de nuevos valores.

La búsqueda de nuevos valores terminó en el fracaso, dando paso a una visión


pesimista acerca de la civilización contemporánea imperante en autores como Juan
Carlos Onetti con El Pozo (1939), Juan Rulfo con Pedro Páramo (1955), José
Guimaraes Rosa con Grande sertao: veredas (1956), José Lezama Lima con Paradiso
(1966), Carlos Fuentes con La muerte de Artemio Cruz (1962), Julio Cortázar con
Rayuela (1963), Gabriel García Márquez con Cien años de soledad (1967), Jorge Luis
Borges con Ficciones (1944), Alejo Carpentier con El reino de este mundo (1949),
entre otros. Esto trae consigo el interés por la realidad psíquica; intensa búsqueda
interior en pos de la propia identidad y el interés por lo fantástico y lo maravilloso. El
primer interés alude al radical subjetivismo de la narrativa latinoamericana
contemporánea y el segundo, la importantización de la imaginación como la única
capaz de descubrir las dimensiones ocultad de lo real, que la realidad cotidiana,
material y concreta, nos impide ver.

b) Analiza la obra de Naguib Mahfuz  y  redacta   un comentario crítico sobre la


misma.
En “Akhenatón” (1985), Naguib Mahfuz retrata una de las épocas más interesantes de
la historia egipcia con la llegada al trono de un faraón obnubilado por sus creencias y
el deseo de reformar toda una sociedad. Su iluminación le lleva a imponer una deidad
a la que pocos egipcios pueden entender y forzar el traslado de la capital a una zona
retirada que más tarde recibe el nombre de Ajetatón. En pleno siglo XV antes de
Cristo, el país de los faraones expone un grado de organización incomparable, con sus
diferentes estratos sociales, ministerios religiosos y económicos, pero también unas
costumbres milenarias que vertebran el día a día de todos sus habitantes. Un joven
investiga el legado de Akhenatón unos años después de su muerte y descubre los
secretos de unos tiempos marcados por el miedo y la incertidumbre. En sus pasos se
percibe el esplendor de una civilización trastocada por los impulsos de un solo hombre
y las repercusiones de unos sentimientos apasionados. “Akhenatón” es el retrato de un
gigante en pleno cambio. Un coloso asustado por sus propios fantasmas.
c).Identifica las cinco novelas más importantes del 1945-1950 léelas y realiza una
sinopsis de cada una.

También podría gustarte