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Sentencias con relación al derecho a la vida

Constitucional II

1. Sentencia T-171/18

La señora Margarita Porras Barragán de 88 años, 20 de junio de 2017 solicitando la protección


de sus derechos fundamentales a la salud y a la vida en condiciones dignas, por la presunta
vulneración por parte de Medimás E.P.S. debido a la falta de atención médica integral. Funda su
solicitud en los siguientes hechos:

La salud como derecho fundamental autónomo

la postura de la Corte Constitucional giró en torno a la posibilidad de intervenir y proteger el


acceso a la salud de las personas por su “conexidad” con el derecho fundamental a la vida.
La mencionada sentencia señaló que todo derecho fundamental tiene necesariamente una
faceta prestacional. El derecho a la salud, por ejemplo, se materializa con la prestación integral
de los servicios y tecnologías que se requieran para garantizar la vida y la integridad física,
psíquica y emocional de los ciudadanos. En ese orden de ideas, esta Corporación indicó que “la
sola negación o prestación incompleta de los servicios de salud es una violación del derecho
fundamental, por tanto, se trata de una prestación claramente exigible y justiciable mediante
acción de tutela” .

“El juez constitucional, en su calidad de garante de la integridad de dichos derechos (Art. 2º


C.P.), está en la obligación de inaplicar las normas del sistema y ordenar el suministro del
procedimiento o fármaco correspondiente, siempre y cuando concurran las siguientes
condiciones:

a. Que la ausencia del fármaco o procedimiento médico lleve a la amenaza o vulneración de los
derechos a la vida o la integridad física del paciente, bien sea porque se pone en riesgo su
existencia o se ocasione un deterioro del estado de salud que impida que ésta se desarrolle en
condiciones dignas.

Decisión

Una E.P.S. (Medimás E.P.S.) vulnera los derechos a la salud y a la vida en condiciones dignas de
un usuario afiliado al sistema de salud en modalidad de cotizante (Margarita Porras Barragán)
cuando no ofrece una atención médica integral que permita determinar de manera completa
los servicios y tecnologías que requiere para tratar su patología y garantizar su dignidad. En
estos casos corresponde al médico tratante determinar, de manera autónoma y con
fundamento en su criterio científico, los servicios y tecnologías que sean necesarios para
proteger los derechos a la salud y dignidad del paciente.
2. Sentencia T-102/19

El 20 de abril de 2018, la señora Karen Lorena Páez Escorcia formuló acción de tutela en contra
de la señora Lina Gómez Ospino, por la presunta vulneración de sus derechos fundamentales a
la vida, a la seguridad e integridad personal, “los de los menores de edad” y, según se
desprende del libelo, a la honra y al buen nombre. Pasan a reseñarse los aspectos centrales de
la solicitud:

1. Hechos

A continuación, se relatan los supuestos fácticos relevantes que sustentan la solicitud de


amparo, tal como son narrados por la accionante en el escrito inicial:

1.1. En el municipio de Campo de la Cruz (Atlántico) se encontraban circulando unos


“pasquines” en los que se realizaban comentarios deshonrosos sobre sus habitantes.

1.2. El 7 de abril de 2018 la señora Karen Lorena Páez Escorcia tuvo conocimiento de que la
señora Lina Gómez Ospino había publicado en su cuenta de Facebook que ella –la accionante−
era quien había hecho afirmaciones ignominiosas acerca de la población campo crúcense.

1.3. La actora aduce que la accionada basó su acusación en una capture (fotos tomadas con
mismo equipo electrónico o tecnológico), en la que figuran su nombre de usuario y su escrito
de estado de WhatsApp; sin embargo, asegura que dichos datos fueron copiados de forma
idéntica a los de su número de teléfono celular, toda vez que el número que allí aparece es
distinto del que ella usa, es decir, fue fijado su mismo usuario y estado en otro equipo
electrónico.

1.4. La tutelante manifiesta que desde la publicación que de manera maliciosa hizo la
demandada –quien es hermana de padre de sus hijos menores de edad−, se han desplegado en
su contra y en contra de su familia una serie de amenazas y difamaciones −publicados también
en la red social Facebook−, quedando expuesta a burlas y vilipendios en la comunidad, a causa
del resentimiento de muchas personas que equivocadamente creen que ella es la autora de los
referidos “pasquines”.

Desde el artículo 2 de la Constitución se consagra la protección del derecho a la vida de todas


las personas que residen en Colombia como uno de los fines esenciales del Estado. A la vez, el
artículo 11 superior establece que el derecho a la vida es inviolable y, seguidamente, el artículo
12 prescribe que nadie será sometido a tratos crueles, inhumanos o degradantes.
La estrecha relación que existe entre la vida y la seguridad e integridad personal en tanto
derechos fundamentales ha sido reconocida por la jurisprudencia de este Tribunal,
enfatizándose que en determinadas circunstancias las autoridades tienen el deber de proveer
una protección específica, de cara a situaciones en las que una persona se ve expuesta a riesgos
en una proporción mayor a la de sus semejantes:

“[L]a jurisprudencia constitucional ha sostenido que la protección y el respeto del derecho


fundamental a la vida guarda una relación intrínseca con la garantía del derecho fundamental a
la seguridad personal, pues bajo determinadas circunstancias, con base en él, los individuos
pueden exigir ‘medidas específicas de protección de parte de las autoridades, con el objetivo de
prevenir la materialización de cierto tipo de riesgos extraordinarios contra su vida o integridad
personal, que no tienen el deber jurídico de soportar, y que las autoridades pueden conjurar o
mitigar’.”

Decisión

Por lo demás, y en línea con lo analizado ut supra sobre los principales eventos en los cuales
esta Corte se ha encargado de proteger directamente los derechos a la vida y seguridad e
integridad de las personas, huelga decir que las pruebas que obran en el expediente no dan
cuenta ni sugieren que la accionante esté expuesta un peligro significativo ligado a su posición,
función o actividad en la sociedad, como tampoco se evidencia que enfrente un riesgo
extraordinario o extremo en los términos en que lo ha definido la jurisprudencia constitucional.

En tal sentido, la Sala confirmará también la decisión de negar la tutela invocada en lo relativo a
los derechos fundamentales a la vida y seguridad e integridad personal.

3. Sentencia T-231/19

1. Solicitud
El 28 de junio de 2018, la ciudadana Ema, actuando como agente oficiosa de su hija menor de
edad Luna, presentó acción de tutela contra la EPS Coomeva, solicitando la protección de sus
derechos fundamentales a la vida, la igualdad, la dignidad humana, la salud y la seguridad
social, presuntamente vulnerados por la EPS a la que se encuentra afiliada al no asignarle citas
ni programarle los exámenes requeridos de manera oportuna. La accionante basa su solicitud
en los siguientes hechos:

2. Hechos
2.1. La accionante afirma que su hija de 14 años de edad es una paciente afiliada a Coomeva
EPS en el régimen contributivo, con diagnóstico de síndrome de Down no especificado,
amigdalitis crónica[4], trastornos funcionales de los polimorfos nucleares neutrófilos[5], y
requiere consejo y asesoramiento general sobre la anticoncepción.

2.2. En razón a las patologías mencionadas, indica que Luna requiere que su EPS le autorice y le
asigne oportunamente citas para: “Valoración por genética, ablación u oclusión de trompa de
Falopio bilateral por laparoscopia, consulta de primera vez por especialista en psiquiatría
pediátrica, consulta de primera vez por psicología, aplicación de prueba neuropsicológica 4
sesiones, consulta de control por otorrinolaringología y audiometría de tonos puros aéreos y
óseos con enmascaramiento” servicios y procedimientos que fueron solicitados[6].

2.3. Sostiene que, pese a que se comunica y acude constantemente a la sede de su EPS, allí solo
le informan que no hay agenda disponible en su propia red, ni contratada con un tercero. Dado
lo anterior, considera que la falta de asignación y realización de los servicios y procedimientos
enunciados vulneran los derechos fundamentales de su hija, toda vez que, por las condiciones
médicas, la salud de la menor se ha visto desmejorada.

2.4. Por último, exige que se remita copia del fallo a la Superintendencia Nacional de Salud,
para que la entidad accionada sea investigada y sancionada eventualmente por las conductas
descritas[7].

En cuanto al derecho a la vida, consagrado en el artículo 11 de la Carta Política como un


derecho fundamental, la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha establecido que no
significa la simple posibilidad de existir sin tener en cuenta las condiciones en que ello se haga,
sino, por el contrario, supone la garantía de una existencia digna. Así, no solamente vulneran el
derecho a la vida las actuaciones u omisiones que conducen o implican un riesgo de muerte,
sino aquellas que atentan contra su dignidad e incomodan su existencia hasta hacerla
insoportable[48].

Por el contrario, en la historia clínica que hace parte del expediente[132], consta claramente
que la orden de realización del procedimiento no fue fruto de una necesidad médica ante un
riesgo a la vida de la menor, sino una decisión voluntaria tomada a partir del asesoramiento
para planificación al que acudió la menor de 14 años de edad con su madre. En efecto, en dicho
documento consta:

“Conducta

PACIENTE DE 13 AÑOS CON SD DE DOWN QUIEN ACUDE CON LA MADRE PARA


ASESORAMIENTO DE PLANIFICACIÓN. CON LIBIDO ELEVADA.
SE EXPLICAN CONDICIONES RIESGOS Y BENEFICIOS DE LOS DIFERENTE MÉTODO (sic)
ANTICONCEPTIVOS POR LO CUAL SE DECIDE POR LA TUBECTOMÍA, SE PROGRAMA
TUBECTOMÍA POR LAPAROSCOPIA.”

De conformidad con lo expuesto, esta Sala (i) confirmará parcialmente la sentencia del 12 de
julio de 2018 dictada por el Juzgado Séptimo de Ejecución Civil Municipal de Medellín en
primera (y única) instancia, en cuyo numeral 1° se tutelaron parcialmente los derechos
fundamentales a la salud, la vida y la seguridad social de la menor Luna en contra de la EPS
Coomeva; en esa medida se mantendrán los numerales 3º que negó el amparo solicitado de la
exoneración de copagos y cuotas moderadoras, 4º en que se abstiene de emitir orden alguna
contra la Dirección Seccional de Salud de Antioquia; y 7° que advirtió a la accionada las
sanciones a que hay lugar en caso de incurrir en incumplimiento de las ordenes de la sentencia;
(ii) se revocará parcialmente el numeral 2 de la sentencia en comento, en el sentido de excluir
el procedimiento de ablación u oclusión de trompa de Falopio bilateral por laparoscopia.

Asimismo, se ordenará (a) a la EPS Coomeva que inmediatamente luego de notificada esta
decisión, autorice y programe la realización del examen genético ordenado, y que en adelante
se abstenga de generar obstáculos y demoras que afecten los derechos de sus afiliados, en
particular cuando se trate de menores de edad y personas en situación de discapacidad; (b) a la
EPS Coomeva que se abstenga de realizar cualquier procedimiento médico invasivo que no
consulte el consentimiento bien informado de la menor de edad; (c) a la EPS Coomeva que le
preste a la menor todos los servicios de asesoría y acompañamiento psicológico y médico en
materia de métodos de planificación sexual y reproductiva de acuerdo a su grado de
discapacidad y nivel cognitivo; para lo cual se deberán tomar en cuenta los estándares
internacionales en la materia y usar los métodos y herramientas para indagar el consentimiento
de la adolescente sobre las orientaciones y servicios que se le estén brindando; (d) a través de
la Secretaría de la Corporación, se ordenará enviar copias de la decisión y del expediente a la
Superintendencia Nacional de Salud para que investigue las omisiones y retrasos en el
cumplimiento de los deberes de la EPS Coomeva en el presente asunto; por último, (e) la Corte
ordenará remitir copia de esta providencia al Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión
Social de la Universidad de los Andes (PAIIS), para su conocimiento.

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