El monitor comunitario es un miembro por lo general de la comunidad, en su calidad de
voluntario, entre los antecedentes que debemos de tener sobre la historia del monitor es su habilidad para entablar una relación cercana entre los miembros de la comunidad y otras instituciones con el objetivo de gestión, como agente podemos ver desde entonces que el monitor tiende a ser un personaje de tal importancia que lo que tenemos ante nosotros es un integrante de la comunidad que se destaca por sus características como la mediación y el protagonismo dentro de las comunidades donde se desarrolla una intervención. El manual está destinado a potenciar los aprendizajes primero de los monitores para actuar de manera precisa con la comunidad, el punto de partida es entonces aprovechar las capacidades que ya desde antes desempeñaba dentro de la comunidad el monitor e ir desarrollando otras que tienen relación directa con la intervención para resolver un problema concreto. Las capacidades que se busca desarrollar en un monitor comunitario son de distintos niveles saber-saber, saber-hacer y saber-ser, el primer nivel está relacionado con los conocimientos básicos, el segundo con el desarrollo de las capacidades prácticas y el tercero es un nivel formativo que se refiere a tener capacidades, por ejemplo, para relacionarse con otros actores o instituciones y a partir de ellos conseguir recursos, fortalecer relaciones, etc. Es importante tener presente el papel que juega el Desarrollo Comunitario como una disciplina que busca el bienestar de la comunidad y no perder el objetivo de una intervención relacionada sustancialmente con promover el cambio a partir de generar espacios para la autonomía, por ello es necesario ir desarrollando un clima de confianza, y dejar fluir bajo ciertas pautas la actuación de el monitor o los miembros de la comunidad. Cumplido el ciclo del proyecto en ciertas etapas el rol del Desarrolladora(or) Comunitario(a) ya no será indispensable, ya con anterioridad se consideraron estrategias para potenciar capacidades en la figura del monitor, la ausencia del Desarrollador(a) comunitario no debe de ser un obstáculo para detener la intervención, al contrario es una oportunidad para que la comunidad pueda poner a prueba de lo que es capaz, es el momento para que los monitores(as) tomen en sus manos el manual y sean coprotagonistas de la transformación de la realidad en la comunidad.