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Largas, tediosas y aburridas. Así definen muchos profesionales las recurrentes reuniones de
trabajo, aquellas instancias creadas originalmente para discutir ideas y concretar planes de
acción, pero que, más de alguna vez, terminan siendo una verdadera pérdida de tiempo.
Las reuniones de trabajo debieran cumplir el papel para lo que fueron
hechas: informar al equipo de lo que está ocurriendo en la empresa o los objetivos que se
piensan concretar para revertir situaciones adversas. Sin embargo, en muchas ocasiones,
acaban convirtiéndose en una molestia tanto para quien la organizó, como para quienes
debieron asistir.
Esto ocurre, según los expertos, porque la mayoría de las veces, no se toman las precauciones
necesarias para evitar que estos encuentros se desvíen de los temas centrales por los que
fueron convocados, y se conviertan en la instancia para discutir las actitudes que molestan de
los compañeros o los grandes éxitos del jefe.
Por ello, resulta necesario dar un giro en la percepción que se tiene de estos encuentros y de
lo que significa sentarse con los pares a discutir aquellos asuntos que diariamente son
debatidos de manera informal y que, por ende, quedan inconclusos.
A continuación, los ocho pasos que se deben tener presentes si se pretende organizar una
reunión de trabajo precisa, dinámica y exitosa:
1. Planifique el encuentro e informe al equipo. Una de las primeras consideraciones que se
deben tener en cuenta si se pretende efectuar una reunión de trabajo, es la de informar con
anticipación la realización de ésta. Para ello, es importante que quienes vayan a asistir sean
contactados individualmente, por ejemplo, a través de un e-mail, que contenga el día, la hora
y los temas que se discutirán. “El error más grande es llegar a una reunión de trabajo sin una
planificación, y reunir personas que no tengan interés ni tiempo para escuchar lo que tienen
que decir los demás”, dice Darío Brieba, psicólogo laboral de la Universidad Central.
2. Exija la puntualidad de los asistentes. Una vez enviada la notificación es necesario recalcar
la puntualidad de llegada al evento. No se trata de aparecer en cada rincón de la oficina ni de
bombardear a los asistentes con post it en sus lugares de trabajo. Sin embargo, aclaran los
expertos, es necesario insistir en la puntualidad, ya que así será posible discutir los temas
agendados, sin extender demasiado la reunión (lo ideal es que éstas no superen los 45
minutos de duración). Según los especialistas, los horarios recomendados para llevar a cabo la
cita son a las 9:00 horas, cuando el día recién comienza, o después del horario de almuerzo, a
eso de las 15:00 horas.
3. Elabore una agenda de contenidos con los temas a tratar. Contar con una agenda de
contenidos es fundamental en las reuniones de trabajo. Si se informa con anticipación los
temas que se discutirán, los asistentes llegarán más preparados al encuentro y con distintas
ideas para proponer.
4. Acote los temas según lo agendado. Acotar los temas es uno de los tópicos más
importantes, señalan los especialistas. Esto, porque se si busca cambiar la impresión de los
asistentes de lo que es una aburrida reunión de trabajo, es necesario disponer el orden y la
prioridad de temas que se van a tratar en ésta. “Es muy fácil que el tema se desvíe y se
introduzcan dentro de la discusión otros asuntos que no forman parte de la agenda. Si esto
sucediera, quien dirige la reunión debe determinar si es un tema que pueda verse en el punto
de asuntos varios o bien, requiere que se incluya en otra reunión posterior”, sostiene Antonio
Dieck, académico de la Universidad de Monterrey. Para ello, explica Brieba, “el expositor debe
ser capaz de identificar cuando la discusión se está desviando a otro punto, y ser lo