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Cuidados de enfermería en pacientes gran quemados

Se basaran fundamentalmente: medidas generales (valoración), soporte hemodinámico


(fluidoterapia), medidas soporte ventilatorio, medidas prevenir la infección y control del
dolor.

– Medidas generales: cuando recibimos al paciente gran quemado sería necesario hacer
una valoración exhaustiva (antecedentes de interés), tipo de quemadura, extensión,
profundidad y traumas asociados.

– Soporte hemodinámico (fluidoterapia): el objetivo principal de la administración de


líquidos vía intravenosa es evitar el shock hipovolémico y el fallo renal. El cristaloide
indicado por lo general es el Ringer lactato ya que evita la acidosis hiperclorémica que
provocaría el suero salino en grandes cantidades.

 Posteriormente a las 24 horas iniciales podría añadirse un coloide, puesto que


estaríamos fuera del riesgo de alteración de la permeabilidad. No es necesario
transfusión a no ser que los niveles de hemoglobina se sitúen por debajo de 7 g/dl.

– Soporte ventilatorio: las lesiones en las vías respiratorias suelen aparecer a posteriori
(entre 12 y 24 horas después) por lo que será necesario estar atento ante cualquier signo
y síntoma que indique dificulta respiratoria. En la mayoría de los pacientes ante
sospecha de compromiso respiratorio se indicará intubación de manera profiláctica.

Se aplicarán las siguientes medidas: humidificación del aire inspirado, oxigenoterapia,


aerosoles, broncodilatadores y ventilación mecánica si existe compromiso.

– Medidas para prevenir la infección: Será necesario en primer lugar vigilancia a través
de cultivos de orina, herida, faringe y esputo. No está aconsejada la antibioterapia
profiláctica, ya que aumenta el riesgo de infecciones graves más precoces por
microorganismos resistentes.

En segundo lugar es fundamental el tratamiento tópico antimicrobiano: se utiliza en el


lecho de la herida generalmente se aplica sulfadiacina argéntica, sola o en combinación
con nitrato de cerio, además el paciente ha de someterse a inmersión en agua y
limpiezas por arrastre.

Por último el aislamiento del paciente es otra de las medidas a llevar a cabo ya que
disminuye la probabilidad de contraer infecciones.

– Control del dolor: se administrarán opiáceos en perfusión continua con bolos de


rescate. También puede ser de utilidad AINES, paracetamol y analgésicos tópicos.

Bibliografía
1. Guía Clínica. Manejo del paciente gran quemado. Santiago: Minsal, 2016. Disponible
en: http://www.bibliotecaminsal.cl/wp/wp-content/uploads/2016/04/GPC-GRAN-
QUEMADO-FINAL-18-MARZO-2016_DIAGRAMADA.pdf
2. Pérez MA, Martinez P, Pérez L, Cañadas F. Guía de Práctica Clínica para el cuidado de
personas que sufren quemaduras. Servicio Andaluz de Salud; 2011.
3. Chávez MA, Navarro BG, Peralta ML, Soto JC et al. Diagnóstico y tratamiento del
paciente “Gran Quemado”. México: Secretaría de Salud; 2009. Disponible en:
http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/040_GPC_
GranQuemado/IMSS_040_08_GRR.pdf

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