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El primero en usar el término con ambas connotaciones es John Henry Newman quien
intitula su autobiografía espiritualista Apología Pro Vita Sua en 1864. Pero las primeras
referencias pueden ser encontradas en la Apología de Sócrates (en la cual Platón toma la
defensa de Sócrates durante su proceso), pero también algunas obras de apologistas de
comienzos de la cristiandad como las dos Apologías del Mártir San Justino, dirigidas al
emperador Marco Aurelio.
La Iglesia primitiva
El mejor ejemplo de defensa del primer siglo se encuentra en el Nuevo Testamento, el cual
contiene que existió un hombre llamado Apolos que practicó la apologética de una manera
audaz. En el libro de los Hechos se le menciona más precisamente: "Llegó entonces a Efeso
un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y
enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor..." Hechos 18:24,25 (RV)
Y más adelante: "y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían
creído; porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando
por las Escrituras que Jesús era el Cristo"
Era Patrística
S. II, la literatura cristiana es sobre todo apologética. Contra judíos, paganos y emperadores.
Justino Mártir muestra el cumplimiento de la profecía bíblica en el Cristianismo. En el s. III,
Tertuliano continua con brillantez la apologética. En Alejandría Clemente compuso una
exhortación a la conversión “El Protreptico”. Orígenes sucede a Clemente, escribe “Contra
Celso”. Con estos autores la apologética alcanzó refinamiento filosófico. En el s. IV Arnobio y
Lactancio suceden a Minucio Félix, s III, se dirigen a los romanos para su conversión.
Eusebio de Cesarea en su “Preparación evangélica” responde a Porfirio. Él y Atanasio ven el
derrumbamiento del paganismo en el Imperio. En el s. V Teodoreto de Ciro realiza una
“Summa contra el paganismo”. En Occidente la apologética brilla con Agustín, contra los
maniqueos, “La ciudad de Dios”. Su obra la continúan Orosio, Salviano; y los papas León I y
Gregorio I.
El Medievo
S. VII, la apologética responde a los musulmanes. Juan Damasceno escribe diálogos entre
cristianos y musulmanes. Escriben debates, Isidoro de Sevilla, Pedro Damián (s. XI), Ruperto
de Deutz (s. XII). Abelardo escribe un diálogo no polémico entre un filosofo, un judío y un
cristiano. En el s. XIII Tomás de Aquino escribe la “Summa contra gentiles”, aborda verdades
como la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, la Trinidad y la Encarnación. S. XIII,
Ramón Martini escribe contra los sarracenos. J. Torquemada, Dionisio Cartujano escriben
contra los musulmanes. Desde el s. XIV escotistas y ockamistas sostienen que es posible
alcanzar la fe por la sola razón. Durante el Renacimiento M. Ficino, elabora una síntesis
entre la filosofía platónica y la fe cristiana. Defiende la inmortalidad del alma y la divinidad de
Cristo.
Siglo XIX
Siglo XX
M. Blondel estudia el dinamismo de la voluntad (L´Action, 1893). Que solo se satisface con el
don sobrenatural. La apologética debe demostrar que el cristianismo satisface el deseo
sobrenatural inherente, “método de inmanencia”. En Alemania, la apologética recoge la
fenomenología. Los años 30 y 40 se producen avalanchas de historias de conversos, T.
Merton, E. Gilson y J. Maritain. T. Chardin intenta una síntesis entre ciencia y fe.
Neoortodoxos, K. Barth y R. Bultmann rechazan la apologética. P. Teillich responde a Barth,
que la apologética es omnipresente en la Teología Sistemática. El anglicanismo dio agudos
apologistas laicos como G. K. Chesterton (quién luego se convertiría al catolicismo) y C. S.
Lewis. Corrientes protestantes encuentran en el Jesús histórico la norma de la fe.
Pannenberg insiste que la verdad de fe debe concordar con la razón universal. En la teología
posterior a 1940 hubo un resurgir de la apologética blondeliana. K. Rahner se acerca pero
rechaza el voluntarismo de Blondel. H. U. von Balthasar se opuso a Rahner por ser
excesivamente antropocéntrico. Aunque la apologética se ha practicado desde los orígenes,
tiene dudosa reputación. Muchos apologistas se han resistido al racionalismo apologético
para demostrar el hecho de la Revelación cristiana. En la teología actual la apologética es
inseparable de la fe y la teología.
Apologistas contemporaneos
Daniel Gagnon
Fernando Casanova
Jimmy Akin
Flaviano Amatulli Valente
Gleason Archer
Greg L. Bahnsen
Francis J. Beckwith
Craig L Blomberg
Edward John Carnell
G. K. Chesterton
Gordon Clark
Frank Morera
John N. Clayton
Paul Copan
William Lane Craig
William Dembski
John Frame
Norman Geisler
Michael Green
Mark Bonocore
Douglas Groothuis
Gary Habermas
Kimberly Hahn
Scott Hahn
Ken Ham
Hank Hanegraaff
Craig Hazen
Carl F. H. Henry
Dietrich von Hildebrand
John W. Hardin
Karl Keating
José Miguel Arráiz
D. James Kennedy
Greg Koukl
Peter Kreeft
C. S. Lewis
Benny Hinn
Katherine Kuhlman
Oral Roberts
Billy Graham
Alejandro Andrada
Guillermo Maldonado
Benedicto XVI
John F. MacArthur, Jr.
Patrick Madrid
Justin Martyr
Josh McDowell
Alister McGrath
Walter Martin
Albert Mohler
J.P. Moreland
Henry M. Morris
Lee Strobel
Clark Pinnock
Bernard Ramm
Hugh Ross
Jonathan Sarfati
Francis A. Schaeffer
R. C. Sproul
Tim Staples
Robert Sungenis
Martin Zavala
Cornelius Van Til
Thomas Aquinas
James R. White
William T. Whiteman
Carl Wieland
Nicholas Wolterstorff
Ravi Zacharias
Dr. Ergun Caner