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El agua influye en las propiedades de los alimentos y estos, a su vez, con sus
componentes influyen en las propiedades físicas y químicas del agua. La consistencia,
textura y otras características reológicas de los alimentos están determinadas por la
interacción entre el agua y los macrocomponentes; además, esto también repercute en su
estabilidad química y microbiológica.
2. Estructura
Esta polaridad favorece los enlaces entre moléculas de agua, permitiendo que el
agua sea una sustancia muy cohesiva, ya que cada molécula de agua puede establecer
cuatro puentes de hidrógeno con otras tantas moléculas.
Por otra parte, el oxígeno posee cuatro electrones más sin compartir, lo que tiene
dos consecuencias:
aw = p/p0
aw = ERH/100
Esta relación entre ERH y aw permite predecir que alimentos ganarán o perderán
peso al exponerlos a una atmosfera de una determinada humedad relativa.
Agua vecinal (0.5 ± 0.4%): es el agua que se fija a centros hidrófilos específicos
de moléculas distintas del agua, mediante enlaces de hidrogeno o por
interacciones electroestáticas entre los grupos cargados y el dipolo agua. El agua
vecinal puede constituir una monocapa ininterrumpida alrededor de una molécula
hidrófila. El agua vecinal se considera no congelable por debajo de al menos -40
°C e incapaz de actuar como disolvente.
Agua multicapa (3 ± 2%): es el agua que se encuentra formando sucesivas capas
adicionales en torno a los grupos hidrófilos del producto. Aunque existen enlaces
de hidrogeno agua-soluto, predominan los enlaces agua-agua. La mayor parte del
agua multicapa no congela a -40 °C; el resto también ofrece un punto de
congelación muy bajo. El agua multicapa tiene una capacidad limitada de actuar
como disolvente.
Agua inmovilizada (hasta ~ 96%): esta agua ofrece propiedades similares a la de
las disoluciones salinas diluidas, con un ligero descenso de su punto de
congelación y una capacidad normal de actuar como disolvente. Sin embargo, no
puede fluir libremente porque se lo impide la matriz de los geles o de los tejidos; es
retenida por capilaridad.
Agua libre (hasta ~ 96%): todas sus propiedades son esencialmente similares a
las del agua pura. Se mantiene retenida en las estructuras del alimento por
capilaridad o atrapada en las capas lipídicas; no se requiere aplicar mucha presión
para expulsarla.
El análisis del agua en los alimentos puede enfocarse desde dos puntos de vista
distintos. El primero consiste en determinar la cantidad de agua que el producto contiene.
Frecuentemente, el motivo fundamental de este tipo de análisis es establecer qué
proporción del alimento no está constituida por nutrientes más valiosos que el agua. el
segundo enfoque consiste en determinar la actividad de agua del producto. Este segundo
tipo de análisis proporciona una información muy útil sobre las propiedades y el
comportamiento del producto. En muchos casos, basta con conocer el contenido en agua
de un producto para predecir cuál va a ser su comportamiento. Por ejemplo, mucho antes
de que se introdujera el concepto de actividad del agua, ya sabíamos cuánto era
necesario descender la riqueza del agua de los granos de los cereales para evitar el
crecimiento de los hongos y la germinación de la semilla.
El contenido total en agua de los alimentos se puede determinar por tres métodos
básicos: gravimétrico, volumétrico y químico. Los métodos gravimétricos dependen solo
de la diferencia en peso de la muestra, antes y después de un tratamiento de secado
apropiado. El método de secado debe elegirse con sumo cuidado. Las temperaturas
elevadas aceleran la pérdida de agua, pero el riesgo de descomponer algunos de los
constituyentes de los alimentos, como los azúcares; además, pueden perderse otros
volátiles como los ácidos grasos de cadena corta. Antes de proceder al secado, suele ser
necesario desmenuzar el producto.
Los granos de cereal tienen que molerse y los productos húmedos, como las
mermeladas, tienen que dispersarse en una matriz particulada, de arena, por ejemplo. Sin
estas etapas preparatorias, el periodo de secado puede ser enormemente largo.
Cualquiera que sea el método adoptado, es esencial que la desecación se prolongue
hasta alcanzar
Carbohidratos
1. Características
Los glúcidos cumplen dos papeles fundamentales en los seres vivos. Por un lado
son moléculas energéticas de uso inmediato para las células (glucosa) o que se
almacenan para su posterior consumo (almidón y glucógeno).
2. Tipos de azúcares
Monosacáridos
Son sólidos neutros, incoloros, solubles en agua, dando soluciones viscosas que
cristalizan con dificultad. Poco solubles en alcohol e insolubles en general
en éter, acetona y solventes no polares; generalmente con sabor dulce.
Los monosacáridos, son los azúcares más simples, están formados por una
sola molécula, tal es el caso de la ribosa, fructosa y glucosa, siendo esta última la
principal fuente de energía para los seres humanos; no pueden ser hidrolizados a glúcidos
más pequeños. La fórmula química general de un monosacárido no modificado es
(CH2O)n, donde n es cualquier número igual o mayor a tres, su límite es de ocho
carbonos.4
Los monosacáridos más pequeños son los que poseen tres átomos de carbono, y
son llamados triosas; aquellos con cuatro son llamados tetrosas, los que poseen cinco
son llamados pentosas, seis son llamados hexosas y aquellos con siete son
llamados heptosas. Los sistemas de clasificación son frecuentemente combinados; por
ejemplo, la glucosa es una aldohexosa (un aldehído de seis átomos de carbono),
la ribosa es una aldopentosa (un aldehído de cinco átomos de carbono) y la fructosa es
una cetohexosa (una cetona de seis átomos de carbono).
Disacáridos
Los disacáridos son glúcidos formados por dos moléculas de monosacáridos y, por
tanto, al hidrolizarse producen dos monosacáridos libres. Los dos monosacáridos se unen
mediante un enlace covalente conocido como enlace glucosídico, tras una reacción de
condensación que implica la pérdida de un átomo de hidrógeno de un monosacárido y un
grupo hidroxilo del otro monosacárido, con la consecuente formación de una molécula de
H2O, de manera que la fórmula de los disacáridos no modificados es C12H22O11.
Son sólidos cristalinos, solubles en agua, poco en alcohol, insolubles en éter, con
sabor dulce, ópticamente activos.
Oligosacáridos
Polisacáridos
3. Azúcares reductores
Los azúcares reductores son aquellos azúcares que poseen un grupo carbonilo
(grupo funcional) intacto, y que a través del mismo pueden reaccionar como reductores
(dadores de electrones) con otras moléculas que actuaran como oxidantes (aceptando
electrones). Esta propiedad permite determinar la concentración de una disolución de
azúcar midiendo la cantidad de agente oxidante que es reducido, como ocurre en la
determinación de glucosa en muestras de sangre y orina para detectar la diabetes
mellitus.
Análisis químico
Monosacáridos reductores
Reacción de Maillard
Solubles en agua
Cristalinos
Mutorrotación
Desvía la luz polarizada
Poco solubles en etanol
Alto poder edulcorante (dulces)
Dan calor
Siguen la formula Cn(H2O)n
Pueden reaccionar a la oxidación debido a que reducen los reactivos de Fehling y
Torrens
Endulzante
Los azucares cristalinos y morenos se emplean para aportar dulzura en la cocina
doméstica y en la industria alimentaria. Los azucares glas o en polvo se emplean para el
glaseado en panadería y pastelería. Los jarabes de azúcar se emplean en bebidas o
como base para salsas de fruta, coberturas y jarabes de sabores. Los azucares también
se utilizan para contrarrestar sabores amargos y ácidos, por ejemplo, en salsas de
tomate, mayonesas o jarabes medicinales.
Color
Los azucares son responsables del desarrollo del color marrón de muchos
alimentos cocinados, mediante dos procesos: la reacción de Maillard y la caramelización.
La corteza dorada-marrón de los productos horneados, como las galletas y el pan tostado,
se debe a la reacción de Maillard, que tiene lugar en condiciones de calor entre azucares
(predominantemente la glucosa y la fructosa) y aminoácidos (proteínas). En la
caramelización, los azucares (principalmente la sacarosa, la glucosa y la fructosa) se
descomponen bajo el calor y producen nuevas moléculas que dan color y aroma; por
ejemplo, en productos como la salsa de caramelo y frutas caramelizadas.
Estas mismas enzimas intestinales son las encargadas de transformar a todos los
carbohidratos, como por ejemplo la sacarosa, lactosa, etc. Entonces todos serán
convertidos en monosacáridos: glucosa, fructosa y galactosa.