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Esp.

JONATHAN MANJARREZ MORALES


UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACION
Maestría en Ciencias de la Educación Énfasis en Enseñanza - Aprendizaje de la Lengua Castellana

NUESTRA ATROPELLADA REALIDAD EDUCATIVA


“La Educación en tiempos del COVID-19”

Era una domingo soleado del mes de marzo, yo, como de costumbre, me encontraba
visitando a mis padres en su lugar de residencia, una pequeña granja – que tiene por
nombre Villa Ana- en las afueras de Florencia, cuando de repente la tranquilidad que reina
en este lugar se interrumpió, súbitamente, por un anuncio de nuestro presidente (aunque yo
no vote por el) en el cual decretaba la suspensión de clases en todas las Instituciones
Educativas públicas y privadas de nuestro país, todo a raíz de las declaraciones realizadas
por la Organización Mundial de La salud (OMS), en las cuales catalogaba como pandemia
la creciente circulación del COVID-19 en el mundo; desde ese momento se ha despertado
en la humanidad muchos sentimientos y también hemos podido darnos cuenta la forma tan
brutal en la cual estamos afectando el entorno en el cual vivimos , y es que solo ver la
forma como los animales vuelven a los diferentes habitad, reclamando lo que es suyo por
naturaleza.

Ya en el entorno educativo, lugar en el cual me desenvuelvo, este tiempo me ha


permitido hacer unas reflexiones acerca de nuestro quehacer en este proceso de aprendizaje
de nuevas formas de aprender y de enseñar, ya que se han hecho evidente múltiples
situaciones que ameritan reflexionar y construir alternativas de solución en el marco del
reconocimiento y el respeto que cada uno de los actores de la interacción escolar merecen.

Es así, como he podido evidenciar la existencia de un sistema curricular parcelado y


con hacinamiento de áreas del saber. La gran cantidad de áreas y asignaturas que
estructuran el currículo nacional, muchas de ellas producto de las coyunturas sociales,
dificultan el trabajo académico de los estudiantes en estos momentos, al intentar dar
respuesta a los requerimientos que desde cada “parcela del saber” se hacen para cumplir
con los desempeños esperados en cada periodo académico. Por lo anterior considero que se
hace necesario definir las competencias básicas que requieren nuestros estudiantes,
seleccionar contenidos y diseñar estrategias interdisciplinarias.

Por otro lado, las serias limitaciones tecnológicas de nuestro contexto. La


inestabilidad del internet, la carencia de conectividad en los hogares, la no disponibilidad
de computadores, etc., nos coloca ante el reto de construir diferentes alternativas de
comunicación y formación de los estudiantes. La creatividad es el aspecto llamado a poner
en juego en nuestra labor profesional. Por eso los videos, el cinestudio, las conferencias con
personajes de talla nacional e internacional, las cartillas didácticas, etc., deben seguir
alimentando nuestro quehacer pedagógico para construir nuevas formas curriculares.

Estas limitaciones en las habilidades tecnológicas de quienes durante muchos años


desarrollamos nuestra labor profesional en el marco de la presencialidad temporal en un
aula de clases y que hoy nos “estrellamos” con una nueva aula, sin haber tenido el tiempo
suficiente para digerir el cambio. Esto nos obliga a transformar nuestras prácticas, pero
también al reconocimiento de ser un proceso que lleva su tiempo de maduración. La
mayoría de los docentes estamos trabajando ahora más horas de lo normal. El estar
pendiente de los mensajes de WhatsApp y las llamadas telefónicas institucionales, de los
colegas, de los estudiantes, de los padres de familia; el estar diseñando materiales
didácticos para subir a la plataforma, y para los que no tienen acceso a la misma, …, el
estar revisando lo que hace cada estudiante (en el aula la observación permanente del
trabajo del estudiante permitía valorar su aprendizaje), la preparación de la
videoconferencia por zoom o Teams, ha hecho que nuestra jornada de trabajo inicie muchas
veces a las 6 de la mañana hasta las 7 u 8 de la noche. Y ahí radica un problema enorme ya
que también somos seres humanos con familia y necesidades particulares que ameritan
nuestra atención.

De la misma manera, en el marco de la pandemia, he podido evidenciar nuevas


interacciones familiares. Jóvenes que están las 24 horas del día con su familia y padres de
familia que tenían como centro de interés su trabajo, ahora se ven abocados a interactuar
con sus hijos casi todo el día. Por primera vez en estas últimas décadas, el padre de familia
sabe lo que hace su hijo y cuáles son sus deberes académicos. Esta situación parece normal,
pero no lo es en aquellos hogares en que la disciplina y la autoridad de padre es limitada, lo
que genera tensiones antes que sana convivencia. Lo anterior hace necesario pensar en la
necesidad de fortalecer la “escuela de padres” así sea de carácter virtual.

Otra de las situaciones que podido analizar es la relacionada con la poca disciplina
de trabajo de los estudiantes. Afrontar un nuevo paradigma de aprendizaje sin haber tenido
el tiempo suficiente de preparase para ello, está generando estrés en los estudiantes. A pesar
de sus habilidades tecnológicas, la pereza, la indisciplina en el trabajo, la poca regulación
del tiempo se transforma en la queja permanente de “tener mucho trabajo”. Las tensiones
que está generando el trabajo académico actual, es producto del afán de iniciar “clases
virtuales” sin haber desarrollado procesos de “acomodación” a estas nuevas formas de
aprender y enseñar. Primó el afán que la necesidad humana de ajustarnos a unos cambios
abruptos sobre los cuales ninguno estábamos preparados.

Finalmente quiero dejar en claro que, si bien es cierto que las tensiones generan los
cambios, también es cierto que vemos como hoy el padre de familia se está involucrando “a
la fuerza” en el trabajo académico de su hijo, se están generando algunas reacciones de
intolerancia y hasta de irrespeto con el trabajo docente. No se reconoce que estamos frente
a un proceso escolar complejo en el que todos estamos aprendiendo, incluyendo los
maestros. Poe ende es necesario generar orientaciones al respecto dirigida a los padres de
familia. Hoy más que nunca la tolerancia, la alteridad, el respeto, la cooperación y el
trabajo en equipo se requiere para darle vida a la nueva “escuela virtual”.

Profesor. Dr. HONATHAN FAJARDO CABRERA.


ENFASIS DE FORMACIÓN II
SEMESTRE II– 2020
Florencia Caquetá, 02 de mayo del 2020

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