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Todo proceso de innovación parte de la


identificación de las necesidades latentes, debemos
clarificar en qué tenemos que innovar, un nuevo
producto o servicio, o un nuevo modelo organizativo
en la empresa, o un cambio tecnológico en
el proceso productivo, etc.
Esa necesidad puede venir dada, entre otros, por la
exigencia de los clientes, por nuestros competidores,
una nueva estrategia comercial.
La innovación, como proceso por el que se
transforma una idea en un producto o servicio
novedoso en el mercado, o por el que se incorpora
un novedoso proceso de fabricación o nuevos
métodos de organización o de comercialización en la
empresa (capacidad de innovación de la empresa).
La innovación de procesos es una estrategia
necesaria para cualquier tipo de organización, pero
es especialmente importante para las grandes
empresas por una razón muy concreta: supone
grandes ventajas para la dirección, los accionistas, los
directivos y el conjunto del equipo de trabajo.
El Proceso de Innovación. El proceso de innovación
gestiona un flujo de ideas y proyectos innovadores y
se suele visualizar como un embudo a través del cual
se filtran las ideas y proyectos de acuerdo con las
siguientes etapas:
El primer paso para la innovación es identificar oportunidades
y generar ideas. Para ello se pueden utilizar técnicas de
análisis de procesos, productos y servicios, así como técnicas
de creatividad que ayudan a pensar más allá de lo evidente.
En esta fase es importante aprovechar la inteligencia colectiva
del equipo y las ideas han de fluir libremente, sin someterlas a
juicios.
• Una vez detectadas las oportunidades y convertidas en
ideas, como los recursos son limitados hay que priorizarlas
en función de diversos criterios entre los que se suelen
incluir:

• La estrategia empresarial
• El impacto esperado en los resultados de la empresa
• La viabilidad de la implantación
• Se analizan y definen los requisitos para poner en práctica
las diferentes ideas y se valora la viabilidad y el plazo
necesario. Algunos aspectos que hay que tener en cuenta
en esta fase son:
• Los posibles cuellos de botella internos o externos.
• Las personas, capacidades y colaboraciones necesarias:
Muchos proyectos requieren la participación de distintas
áreas de la organización.
• Las autorizaciones, licencias legales o permisos necesarios:
estos pueden ser internos o externos y deben estudiarse.
• El análisis de beneficios y riesgos.
Es el momento de dar forma a los proyectos que
permitirán ejecutar las ideas seleccionadas,
estableciendo planes concretos de trabajo y
asignando los recursos necesarios.
Durante la misma es importante que todos los que
participan entiendan lo que se quiere lograr, así
como su papel. Además, hay que asegurar el
seguimiento de cada proyecto para comprobar que
se respeta el plan acordado, si bien, tratándose de
proyectos de innovación, puede ser necesario
plantear cambios sobre la marcha.
• Una vez finalizado el proyecto es importante
verificar si han habido desviaciones respecto al plan
inicial y analizar sus causas. Posteriormente, será
necesario llevar a cabo un seguimiento de los
resultados.
• Mantener un buen ritmo de identificación de oportunidades
e ideas para innovar.
• Generar ideas de valor, bien formuladas, que contribuyan a
los objetivos corporativos.
• Filtrar las ideas de forma adecuada para evitar que el
embudo se atasque con ideas que no aporten valor.
• Definir planes de acción realistas que permitan poner en
marcha las ideas más prometedoras.
• Conseguir la colaboración de todas las partes a la hora de
aplicar las ideas innovadoras, y vencer posibles resistencias
ante los cambios que pueden suponer.
• Motivar al equipo para que se mantenga alerta y no se
desanime aunque no sea posible poner en marcha todas las
ideas.
El Design Thinking es un concepto cuya metodología se
ha venido implementando gradualmente en los últimos
años en diferentes empresas como una forma de crear
productos y servicios que tiendan a satisfacer en mejor
manera las necesidades de los usuarios haciéndolos
parte activa del proceso de creación.

• El Design Thinking en la práctica


• Lejos de ser un concepto abstracto, el Design
Thinking plantea una clara metodología que puede ser
fácilmente implementada.
• Aunque existen diferentes aproximaciones,
generalmente abarca 5 pasos que definimos a
continuación:
1. Empatizar
A diferencia de las técnicas tradicionales que se valen de
investigaciones de mercados, focus groups, estadísticas y
otras prácticas un poco más ortodoxas, en el design
thinking la fuente de información primordial son las
personas y lo que estas experimentan en relación a un
tema en concreto directamente relacionado con nuestro
producto, servicio o la operación del negocio.
Por tal motivo no basta con simplemente indagar a ese
grupo que es materia de investigación en un ambiente
que puede resultarle extraño. Más allá de eso, es
necesario experimentar de primera mano lo que viven
estas dentro de su propio entorno de modo que se pueda
entender mejor sus necesidades, problemas y deseos.
2. Definir el problema
Luego de habernos puesto en los zapatos de las
personas para quienes estamos intentando resolver
el problema o necesidad, la idea será determinar
cuáles son las áreas de oportunidad (siempre y
cuando las haya y sean significativas).
Posteriormente se deberá especificar cuál o cuáles
son esos problemas o desafíos que se debe intentar
resolver y que nos llevarán a buscar una solución
innovadora.
3. Idear posibles soluciones
Dado que la interdisciplinariedad juega un rol importante
dentro del Design Thinking, el aporte de diferentes ideas
y perspectivas resulta crucial para encontrar soluciones
innovadoras a los problemas que se plantearon en el
anterior paso.
Aun cuando algunas ideas puedan sonar descabelladas e
incluso parezcan absurdas, la clave en esta etapa está en
fomentar la participación y en reconocer como válidos
todos los puntos de vista sin que la gente se sienta
intimidada. Hay que tener en cuenta que muchas veces
la solución a un problema puede venir de donde menos
se espera, y usualmente las ideas más extravagantes son
aquellas capaces de crear las soluciones más radicales e
innovadoras.
4. Prototipar modelos
Llegados a este punto la idea es hacer un diseño de la
solución y tangibilizarla bien sea con un prototipo físico o
digital.
Independientemente de si se trata de un producto,
servicio o proceso, tratar de representarlo bien sea con el
uso de tecnología avanzada (como por ejemplo a través
de software especializado o impresoras 3D), o quizás de
una forma más rudimentaria (usando maquetas o incluso
elementos como papel, cartón o plastilina), esto nos
ayudará a poder llevar a cabo el siguiente paso además
de poder hacer ajustes graduales al prototipo en caso
que se requiera sin incurrir en demasiados costos dentro
de ese proceso de mejora.
5. Evaluar y testear los prototipos
Finalmente se llega a la etapa en la que el usuario va a poder
interactuar con el prototipo y en la que nosotros podremos obtener
retroalimentación de su parte para hacer mejoras que nos ayuden a
ir perfeccionándolo. Sin embargo teniendo en cuenta que en esta
fase nos podríamos encontrar con que incluso hayamos hecho una
mala definición del problema presentando un prototipo que no
logre satisfacer al usuario ni siquiera en un grado mínimo, hay que
considerar este proceso como algo repetitivo en el que
dependiendo la evaluación que haga el usuario de esta
representación, deberemos devolvernos uno o varios pasos atrás
varias veces hasta dar con el resultado esperado por él y
perfeccionar el modelo lo suficiente como para hacerlo una
realidad e introducirlo al mercado.
Esto en caso que estuviéramos hablando del lanzamiento de un
nuevo producto o servicio (aunque también el desing
thinking puede aplicarse a un proceso o mejora al interior de una
empresa).
¿Cómo funciona Design Thinking?
Como funciona…
Ciclo del Design Thinking
#1. Centrado en el usuario
• Antes de generar ideas, hay que entender
realmente cuál es el problema del usuario.
• De verdad, nada de números estadísticos o focus
group tradicionales.
• Observando. Hablando. Analizando
• Porque sin problema que resolver no hay
innovación que valga.
#2 Visual y tangible: Prototipos
• Cuando aplicamos Design Thinking tomamos el
sombrero de un diseñador.
• La comunicación visual es efectiva y efectista. Nos
permite pensar desde ámbitos que no solemos tener
en cuenta con un enfoque tradicional.
• Aquí es donde puedes usar post-its, dibujos, esquemas,
plastilina, cartón.
• Aunque aquí lo importante es tangibilizar las ideas.
• Que se puedan tocar, porque este hecho favorece dos
cosas: la comunicación de ideas, a veces complejas y
abstractas y la propia creatividad del equipo.
• Olvídate de aburridos informes en Word para explicar
los retos
#3 Co-creación. Participativo
• Design Thinking busca la participación de las
personas.
• Cuanto más diferentes mejor, porque de la
diversidad podemos obtener ideas más radicales.
• Todas las personas que se puedan ver afectadas por
el problema o la solución deberían participar.
Incluso, co-crear con el cliente.
#4 Agilidad e iteración
• Design Thinking no es un enfoque analítico. Es de
acción.
• Debemos mostrar esos prototipos a los usuarios
para mejorar el diseño que hemos realizado.
• E introducir mejoras rápidamente sobre las ideas o
conceptos que estás desarrollando.
• Se trata de ir rápido, rápido.
#5 Confía en el proceso y las
herramientas
• Aunque a mitad del proceso puedes sentirte perdido es
normal. Créeme.
• Es importante confiar en el proceso. Tener claras las
fases y las herramientas a utilizar.
• Porque de ahí saldrán los productos y servicios
innovadores.
• En el proceso también tienes que animarte a ser radical
en la propuesta de soluciones a los problemas. Adoptar
nuevos puntos de vista, sin miedo a equivocarte.
• Puedes probar e iterar. Lo importante es aprender del
usuario y dar con una solución que realmente soluciona
sus problemas.
El proceso de Design Thinking
1) Exploración = Descubrimiento
2) Creación = Diseño del concepto
3) Reflexión = Desarrollar prototipos
4) Implementación = Lanzamiento y puesta en marcha
”Conocer la experiencia de usuario no es fácil ni
inmediato. No basta con imaginarnos qué puede
desear el usuario. Ni siquiera basta con preguntarle,
ya que muchas veces el usuario no sabe lo que quiere
hasta que no lo tiene delante”

(Steve Jobs).

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