Está en la página 1de 8

Universidad de Chile

Licenciatura en filosofía
Asignatura de filosofía moderna
Profesora María José López Merino

Prueba sobre Nicolás Maquiavelo

Integrantes:
➢ Bianca de Petris Cattaneo
➢ Francisco Cortez Paredes
14/08/2020
Preguntas.

1. Defina y explique las nociones de maquiavelismo y antimaquiavelismo y cómo


influyen estos conceptos en la concepción que tenemos del pensamiento de
Maquiavelo, incluso hoy.

2. Defina y explique la noción de Estado (stato) que utiliza y desarrolla Maquiavelo.

3. Explique y relacione los conceptos de virtú y fortuna desde la perspectiva de


Maquiavelo. Ponga un ejemplo que no sea alguno propuesto por el autor.

4. Comente el siguiente texto: “Yo sé que todo el mundo reconocerá que sería digno de
los mayores elogios el que un príncipe estuviera en posesión, de entre los rasgos
enumerados, de aquellos que son tenidos por buenos. Pero, puesto que no pueden
tener ni observar enteramente, ya que las condiciones humanas no lo permiten, le es
necesario ser tan prudente que sepa evitar el ser tachado de aquellos vicios que le
arrebatarían el Estado y mantenerse a salvo de los que no se lo quitarían, si le es
posible; pero si no lo es, puede incurrir en ellos con menor miramientos. Y todavía
más: que no se preocupe de caer en la fama de aquellos vicios sin los cuales
difícilmente podrá salvar su Estado” (96).

5. Comente el siguiente texto: “Tras reflexionar pues, sobre todas las cosas expuestas
hasta aquí, y pensando conmigo mismo si en Italia, en el momento actual, corrían
tiempos que permitieran a un nuevo príncipe obtener honor y si había aquí materia
que diera a un hombre prudente y capaz la oportunidad de introducir en ella una
forma que le reportara a él honor y bien a la totalidad de los hombres de Italia, me
parece que concurren tantas cosas en favor de un príncipe nuevo que yo no sé si ha
habido otro tiempo más propicio que el actual” (138).
1. El Maquiavelismo hace referencia a interpretaciones variadas que versan tanto sobre las
escuelas de pensamiento surgidas a raíz de la obra de Maquiavelo como a los escritos del
propio autor. No obstante, se podría hablar de modo general del maquiavelismo vinculado a
una visión independiente y pragmática de los contenidos de la moral a favor de la política, es
decir que se opera con la moral de forma instrumentalizada con miras en la preservación del
Estado.
Así, Corresponde a una manera de posicionarse frente a la contingencia de las
circunstancias que atañen a la realidad concreta y presente humana, de forma de hacerle
frente las amenazas y salvar los intereses inclusive a expensas de la correcta moral,
justificándose la represión o la crueldad si fuese útil y necesario. Claramente no se trata de un
deber ser como tal ni de ningún tipo de ideal, sino que se basa en la realidad de la naturaleza
humana y la forma en que funciona el poder.
Al llegar la obra de Maquiavelo a manos de cristianos, éstos interpretaron su pensamiento
como herético e inmoral, ya que si bien tiende hacia la conservación del Estado, lo hace
incluso en pos del sacrificio de las virtudes de bondad y justicia promulgadas por Dios:
“(...) sus parientes los “políticos”, aparecen como aquellos que han desarrollado una precípstica
orientada a “la conservación y aumento de los estados”, aunque sacrificando la justicia y la moral.
La propuesta fundamental de los políticos parece ser una apuesta por la “mudanza” y acomodo a las
circunstancias, sin prestas atención a las virtudes morales (...)”. (Forte, J.M. & Álvarez, P., 2008,
pág. 7.)
Al refutar y reformular su pensamiento, lo alteraron de tal forma que llegaron a hacer una
lectura muy lejana del sentido real que tenía el trabajo de Maquiavelo, asociándose al
maquiavelismo hasta la actualidad en el pensamiento habitual de las personas con una
doctrina “malvada” contraria a la honestidad y la justicia vistas según la moral tradicional
como necesarias para un buen actuar político y que parece defender que “el fin justifica los
medios”, razón por la cual se llamó a la doctrina supuestamente opuesta como
antimaquiavelismo.
2. Los tipos de gobierno que más comúnmente se daban en la época de Maquiavelo eran la
República y el Principado. Al analizarlos, Maquiavelo notará que a pesar de la forma de
Estado que impere en tal o cual momento, los hombres mantendrán una estructura organizada
de convivencia política y social. Por esto concebirá al Estado o Stato como una conformación
de un cuerpo político entre gobernantes, que ejercen su dominio sobre los muchos, y
gobernados que en tanto se sientan representados legitimarán el poder de quien los domina.
Es el Estado un fenómeno plenamente natural:
“Estas diferentes Formas de gobierno nacieron por acaso en la humanidad, Porque al principio del
mundo, siendo pocos los habitantes, vivieron largo tiempo dispersos, a semejanza de los animales;
después, multiplicándose las generaciones, se concentraron, y para su mejor defensa escogían al que
era más robusto y valeroso, nombrándolo jefe y obedeciendole. Entonces se conoció la diferencia
entre lo bueno y lo narrado, y lo malo y lo vicioso, viendo que, cuando uno dañaba a su bienhechor,
producíanse en los hombres dos sentimiento, el, censurando al ingrato y honrando al bueno. cómo
estás ofensas podían repetirse, a fin de evitar dicho mal, acudieron a hacer leyes y ordenar castigos
para quienes las infringieran, naciendo el conocimiento de la justicia, y con él que en la elección de
jefe no se escogiera ya el más fuerte, si no almas justo y sensato.” (Maquiavelo, N., 2011, pág. 380)
La razón de Estado, o fin del Stato, está relacionada con los cánones que se toman del
ideario político romano, fuertemente marcados por la sensación de pertenencia que genera en
los ciudadanos; principios sobre el poder de conquista, expansión y civilización, y de derecho
que organice a la ciudadanía bajo una ley racional que garantice el poder interno del Estado.
El Estado debe permanecer ante cualquier posible amenaza, por lo que está constantemente
orientado hacia su independencia y autoconservación, y esto es lo que todo gobernante
sensato tiene por objetivo principal de su actuar. Por esto que no toda persona es apta para la
dirección del Estado, sino solo aquellos que gracias a su capacidad superior (su virtú) puedan
resistir a la adversidad, hacer frente a la contingencia de los eventos siempre con
consideración del pueblo, y con ello lograr mantener a flote su legitimidad y la seguridad del
Estado. Un príncipe puede acceder al poder gracias a la herencia, en cuyo caso su legitimidad
radica en la fuerza de la costumbre y tradición y en su propia sangre, pero también puede
tratarse de un principe nuovo, en cuyo caso lo que le legitima y mantiene en el poder es su
propia virtud.
3. La mejor forma de atender a la situación particular del hombre, es como una
confrontación entre el capricho de la fortuna y la voluntad humana. La fortuna acaece como
una fuerza incontrolable e inexorable sobre la vida de las personas, que dirige el curso de los
acontecimientos:
“La fortuna es lo que la subjetividad humana, individual o colectiva, no puede prever o no es capaz
de realizar intencionalmente, así como causa de los efectos no intencionados o imprevistos que se
derivan del propio hacer humano.” (Maquiavelo, N., 2011, pág. LXXXIX)
La fortuna es representada como una deidad (la Tyché) que trae consigo la contingencia y el
azar, elementos de los cuales es inútil tratar de escapar. Sin embargo, significa también cierta
oportunidad, pues puede determinarse hasta cierto punto mediante el accionar de hombres,
gracias a lo cual se puede afirmar su libre albedrío. Con una virtú que sea suficiente para
permitir prepararse ante una posible desgracia llegan a convertirla en prosperidad (aunque
muchas veces la apariencia pueda suplir la carencia de virtud). Mediante el estudio de los
casos que se han dado en la historia, los hombres pueden llegar a ser capaces de prever parte
de su posible devenir. Maquiavelo acentúa la necesidad de adaptación del pensamiento y la
acción, mediante la deliberación y toma de decisiones, ante los desafíos de la fortuna, con el
fin de dirigirla hacia la consecución de los propios intereses. Y será esta capacidad de
adaptación y precaución, herramienta que posibilita el control de aquello que se nos escapa,
la que viene a asociarse al concepto de virtú. Si se da el caso, con el fin de lograr preservar la
estabilidad del Estado, un príncipe deberá desentenderse de la virtud propiamente cristiana y
aceptar la moral que más convenga a su situación:
“(...) la característica que define a un príncipe verdaderamente virtuoso debe ser la disposición a
hacer siempre lo que la necesidad dicta -sea mala o virtuosa la acción resultante- con el fin de
alcanzar sus fines más altos. De este modo virtú denota concretamente la cualidad de flexibilidad
moral en un príncipe (...)” (Skinner, Q., 198, pág. 54.)
A modo de ejemplo entre la relación de fortuna y virtud, se puede imaginar el caso de
alguna persona que, aún habiendo nacido en una situación desfavorable sin alguna
extremidad, como sin una pierna, haya igualmente podido, gracias a su audacia y
perseverancia, ocupar los elementos que tenía en contra y volverlos a su favor, convirtiéndose
en atleta paralímpico.
4. Respecto a la cita, se evidencia en lo dicho el realismo político de Maquiavelo. Hay una
falencia o limitación en la naturaleza humana, pues los hombres son guiados por la pasión y
el vicio, por lo que no son capaces de alcanzar enteramente la bondad ni las mejores
cualidades. En el ámbito efectivo de la experiencia las personas no actúan conforme a la
moral cristiana, sino según el vicio, por esto Maquiavelo propone una guía según la cual
conservar el Estado a pesar de las limitaciones de sus gobernantes (pues es objetivo de todo
príncipe el conservar el poder): pueden éstos justamente evitar aquellos vicios que les harían
perder el poder del Estado y cometer aquellos que lo preservan en su poder (aunque
intentando de todas maneras alejarse de vicio innecesarios), y esto gracias a la virtud de la
prudencia, más propiamente política, que dista largamente de las virtudes cristianas, más
propiamente morales.
No tiene por qué preocuparse un príncipe por cometer aquellos vicios que conservan el
Estado y resguardan sus intereses, pues, en tal caso se convierten en virtudes. Es justamente
en esta capacidad de adaptabilidad del actuar según vicios o virtudes, en lo que consiste el
actuar prudentemente para un gobernante: la acción se debe condecir con lo que requiere
necesario la circunstancia particular más que con principios inamovibles de fundamento
religioso, ya que quienes no son capaces de adaptarse a la fortuna son traicionados y
aplastados por ésta, lo que en último término conlleva en inestabilidad para el Estado:
“(...) un hombre que quiera hacer en todos los puntos profesión de bueno labrará necesariamente su
ruina entre tantos que no lo son. Por todo ello es necesario a un príncipe, si se quiere mantener, que
aprenda a poder ser no bueno y a usar o no usar esta capacidad en función de la necesidad.”
(Maquiavelo, N., 2007, pág. 95)
5. El texto citado lo escribe Maquiavelo a Lorenzo de Médici, nuevo príncipe, donde lo
incita a imitar la grandeza de líderes del pasado expandiendo su influencia en el territorio,
con el fin de que el principe nuovo sea capaz de legitimar su poder con la agudeza de la
prudencia, y traer así bienestar a toda Italia. Esta prudencia es necesario que acompañe a un
gobernante que aspira a obtener el honor y conservar el poder del Estado, pues dado que no
flaquece ante los altibajos de la fortuna, esto le permite anticiparse a la posible amenaza
externa, equipándose con armas propias, y a la interna, mediante buenas leyes:
“Maquiavelo sugiere que cuando nos favorece la fortuna es indispensable actuar como si un cambio
de fortuna fuera inminente. Por el contrario, cuando enfrentamos tiempos de adversidad, es
imperativo actuar como si la fortuna no fuera tan poderosa. Dicho de otro modo, para poder actuar
en tiempos desfavorables, el individuo necesita pensar que puede rivalizar con la fortuna: el que la
representa demasiado y espera el momento perfecto para actuar, o bien no hará nada o bien actuará
demasiado tarde.” (Duhamel, J., 2015, pág. 626)
Pues justamente la ruina que acontecía en tal época a Italia se debía, según la opinión de
este pensador, a que los príncipes hasta ese momento habían pecado de imprudencia, pues
acostumbrados a la buena fortuna no previeron la mala, lo que llevó a la decadencia:
“Para empezar, la causa próxima del declive italiano habría que situarla en los sesenta años de la
Paz de Lodi (1431-1494), un período que predispuso a los italianos a una cómoda molicie y les hizo
olvidar las virtudes militares y la necesidad de la guerra, asunto que dejaron en manos de ejércitos
mercenarios y de potencias extranjeras.” (Maquiavelo, N., 2011, pág. LXVII)
Y es justamente este escenario el más favorable para el principe nuovo, pues justamente
ante la ruptura y el desastre en el que se encontraba Italia, que una figura innovadora que
traiga suficiente virtud como para engrandecer nuevamente Italia, reuniría nuevamente el
sentido de pertenencia de los habitantes, identificándose el pueblo con los actos y
pensamientos de el nuevo líder que trajo la estabilidad perdida, y por ello, legitimando su
poder.
Bibliografía.

- Duhamel, J. (2015). “La fortuna favorece a los audaces”: Maquiavelo y la


subversión de un lugar común. Revista de Filosofía Moral y Política, N.º 53, pp. 617-
629.

- Forte, J.M. & Álvarez, P. (2008). “Maquiavelo y España. Maquiavelismo y


antimaquiavelismo en la cultura española de los siglos XVI y XVII”. Madrid:
Biblioteca nueva.

- Maquiavelo, N. (2011). “Obras completas. Estudio introductorio; El príncipe; El arte


de la guerra; Discursos sobre la primera década de Tito Livio; Vida de Castruccio
Castracani; Discursos sobre la situación de Florencia tras la muerte del joven
Lorenzo de Médicis”. Madrid: Gredos.

- Maquiavelo, N. (2007). “El príncipe”. Buenos Aires: Alianza.

- Sazo, D. (2013). “La revolución de Maquiavelo: el príncipe 500 años después”.


Santiago: CAIP - UAI - RIL.

- Skinner, Q. (1984). “Maquiavelo”. Madrid: Alianza Editorial.

- Várnagy, T. (2000). “Fortuna y Virtud en la República Democrática: Ensayos sobre


Maquiavelo”. Buenos Aires: CLACSO.

También podría gustarte