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ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

CARRERA DE DERECHO

TEMA
Unidad IV: Circunstancias que Modifican la Pena.

PRESENTADO POR
Jennifer Estefanía Ramos Jiménez

MATRICULA
10-4558

FACILITADORA
Mena Colón

ASIGNATURA
Penología del Derecho Penitenciario

SANTIAGO DE LOS CABALLEROS


REPÚBLICA DOMINICANA
Febrero 2020
1- Rinda un informe de la unidad No. 4 del programa de la asignatura, sin
olvidar el más mínimo detalle.

4.1 Circunstancias agravantes. Clasificación.

Garraud las define como: "Hechos que, uniéndose a los elementos materiales o


morales del delito, aumentan la criminalidad de la acción o la culpabilidad del
agente".

Son circunstancias determinadas por la ley, que se unen a los elementos


generales y a los específicos de la infracción, y tienen como consecuencia
necesaria, una pena mayor que la establecida en la ley, al definir las diversas
figuras de delitos.

La doctrina divide las circunstancias agravantes en: circunstancias agravantes


objetivas y subjetivas.

Son llamadas objetivas, cuando se unen a los elementos materiales de la


infracción, como las de que un robo se cometa de noche, en casa habitada, con
escalamiento o fractura (Art. 386 Código Penal).

Se dice que son subjetivas, cuando se unen a la culpabilidad, a la individualidad


del autor de la infracción, tales como la premeditación, la asechanza, los lazos de
consanguinidad y la edad de la víctima (art. 295 y 355).

Del mismo modo han sido clasificadas como especiales y generales. Las primeras
no se aplican sino a algunas infracciones. Las segundas se aplican a todas las
infracciones o a muchas de ellas. De esta clase tenemos la reincidencia y la
condición de funcionario público del autor del hecho (prevista esta última en el
Art.198 del C.P.).
Clasificación de las agravantes penales:

1) De carácter personal:  son aquellas que hacen referencia a la disposición


“moral” del delincuente, a sus relaciones particulares con el ofendido o a cualquier
otra causa personal, por ejemplo, preparar durante días o meses
concienzudamente el asesinato de la víctima o aprovecharte de una situación de
superioridad para ejecutar el delito.

2) De carácter objetivo:  son las que consisten en la ejecución física del delito o en
los medios empleados para realizarlo, por ejemplo, utilizar armas o instrumentos
diseñados para incrementar innecesariamente el dolor de la víctima o ponerse un
casco de moto para robar una joyería y no ser reconocido por las cámaras de
seguridad.

4.2 Circunstancias atenuantes. Cómo se determinan.

Las atenuantes son las circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal


que moderan la pena señalada para un delito.

Las circunstancias que modifican la responsabilidad que se contrae al cometer un


delito, contribuyen a medir de forma adecuada la pena que extinguirá esta
responsabilidad. La existencia de una infracción penal depende de la presencia de
todas las características que componen el tipo penal, pero el presupuesto
generador de la pena no se agota en las características que fundamentan la
responsabilidad criminal, puesto que en el hecho delictivo o a su alrededor,
pueden aparecer otros factores que delimiten la gravedad de la pena, siendo los
atenuantes uno de estos factores modificativos.

Los ordenamientos jurídicos frecuentemente conceden arbitrio judicial para la


apreciación de las circunstancias atenuantes.
4.4 Las circunstancias atenuantes en materia criminal y correccional.

Circunstancia que reduce o aminora la responsabilidad penal. Sólo podrán


considerarse circunstancias atenuantes de la responsabilidad penal de las
personas físicas o jurídicas haber realizado, con posterioridad a la comisión del
delito, alguna o varias de las siguientes actividades:

 Confesar la infracción a las autoridades.


 Reparar o disminuir el daño causado por el delito.
 Haber colaborado en la investigación del hecho.
 Haber establecido antes del comienzo del juicio oral medidas eficaces para
prevenir y descubrir los delitos.

4.5 Las excusas y su clasificación. Procedencia. Sanción a aplicar cuando se


ha comprobado la excusa

La excusa atenuante disminuye legalmente la pena. El papel del juez que constate
un hecho de excusa es determinar primero la pena que deberá ser aplicable al
caso, haciendo abstracción de la excusa, y sobre esta pena determinar la pena
aplicable por la excusa legal conforme a la escala establecida en el artículo 326
del Código Penal para la provocación:

Articulo No. 326 Código penal dominicano.- - (Mod. por la Ley No. 64 del 19-11-
1924, G. O. 3596; Ley 224 del 26-6-1984 y ley 46-99 del 20-5-1999). Cuando se
pruebe la circunstancia de excusa, las penas se reducirán del modo siguiente: si
se trata de un crimen que amerite pena de treinta (30) años de Reclusión Mayor o
de Reclusión Mayor, la pena será la de prisión correccional de seis (6) meses a
dos (2) años. Si se trata de cualquiera otro crimen, la pena será la de prisión de
tres (3) meses a un (1) año. En tales casos, los culpables quedarán por la misma
sentencia de condenación, sujetos a la vigilancia de la alta policía durante
un tiempo igual al de la condena. Si la acción se califica delito, la pena se reducirá
a prisión correccional de seis (6) días a tres (3) meses.
a) Si se trata de un crimen que amerite pena de treinta años de trabajos públicos
la pena será la de prisión correccional de seis meses a dos años.

b) Si se trata de cualquiera otro crimen, la pena será la de prisión de tres meses a
un año.

En tales casos, los culpables quedarán por la misma sentencia de condenación,


sujetos a la vigilancia de la alta policía durante un tiempo igual al de la condena. Si
la acción se califica delito, la pena se reducirá a prisión correccional de seis días a
tres meses.

Por otra parte, el homicidio, las heridas y los golpes excusables, cuando han sido
precedidos de una provocación, en los casos siguientes:

1ro. Si de parte del ofendido han precedido inmediatamente provocación,


amenazas o violencias graves (articulo del código penal No. 321), Sin que sin
embargo él esté llamado a considerar que su vida estaba en peligro;

Art. 321 código penal dominicano.- El homicidio, las heridas y los golpes son
excusables, si de parte del ofendido han precedido inmediatamente provocación,
amenazas o violencias graves.

2do, cuando el homicidio, las heridas y los golpes han sido provocados por un
ultraje violento hecho a la honestidad;

3ro. cuando el homicidio, las heridas y los golpes han sido cometidos repeliendo,
durante el día, un hecho material de escalamiento o rompimiento de paredes,
cercados, o fracturas de puertas o entradas en casas habitadas, viviendas o
dependencias (articulo del código penal . 322).

Art. 322.- También son excusables los delitos de que trata el artículo anterior,


cuando se cometan repeliendo durante el día escalamientos o rompimientos de
paredes, cercados, o fracturas de puertas y otras entradas de casas habitadas, o
de sus viviendas o dependencias. Si el hecho se cometiere de noche, se regulará
el caso por el artículo 329.

Art. 329.- Se reputa necesidad actual de legítima defensa, los casos siguientes:
1ro. cuando se comete homicidio o se infieren heridas, o se den golpes
rechazando de noche el escalamiento o rompimiento de casas, paredes o cercas,
o la fractura de puertas o entradas de lugares habitados, sus viviendas o
dependencia;

2do. cuando el hecho se ejecuta en defensa de la agresión de los autores del robo


o pillaje cometidos con violencia.

4.6 Inexcusabilidad del parricidio y casos que lo justifican.

El parricidio es el homicidio pero con un matiz particular, es cuando una persona


da muerte a cualquiera de sus ascendientes en línea recta, o se haya creado un
vínculo de filiación (ej: en la adopción). En nuestra legislación dominicana este
delito se encuentra consagrado en el artículo 299 del Código Civil Dominicano,
que reza de la siguiente manera: “El que mata a su padre o madre legítimos,
naturales o adoptivos, a sus ascendientes legítimos, se hace reo de parricidio”.

   En este delito son dos los bienes los tutelados: la vida humana y la fe y la
seguridad fundada en la relación de confianza que nace del vínculo entre
ascendiente y descendiente. El tipo penal exige que en el individuo que ejecuta
deba tener voluntad, pueda ser imputable y tenga una calidad específica (que
tenga filiación con la persona a quien se quita la vida). En cambio en sujeto pasivo
en este casi solo requiere la calidad de ascendiente consanguíneo en línea recta.

  Algo que no nos debe pasar por alto es que el tipo se concretice con
conocimiento respecto al parentesco, aquí es totalmente innecesaria, pues el dolo
(la voluntad), en términos generales, se configura con el conocimiento de todos los
elementos. Y es que el dolo necesariamente ha de comprender el conocimiento de
la calidad específica del sujeto activo y el conocimiento de la calidad específica del
sujeto pasivo, o sea, debe de existir el conocimiento de la relación de parentesco.
Ya que si el supuesto parricida desconocía que a quien mataba era su padre, su
madre o algún ascendiente, no le puede sancionar por un parricidio sino por un
homicidio.

 Es importante saber lo que acabamos de tratar ya que si ocurre este caso el
agente si desea eximir la responsabilidad penal deberá presentar pruebas
concretas; que según nuestra legislación serán los medios de prueba idóneas para
determinar las conductas culposas.

Es tan mal visto el parricidio en la sociedad, que no hay duda de que es un


agravante del homicidio y que incluso algunos doctrinarios plantean que debe de
verse como un delito aparte, como un delito con una esencia propia diferente al
del homicidio (creen que por el vínculo que tendría el ejecutante con el ejecutado
debería de verse mucho peor). Eso es debido a ser catalogado como unos de los
actos de mayor crueldad y despiadado que hay en el mundo, puesto que, es
inconcebible quitarle la vida a esos seres que te han dado la tuya. Actualmente se
escucha en la radio y en la televisión casos como estos repitiéndose una y otra
vez, y tanto la sociedad como los legisladores se lamentan día tras día por estos
horribles hechos mientras se buscan muchas más soluciones. En lo personal mi
solución está en la educación de cada familia, donde los padres tienen la
responsabilidad de educar a los hijos en los buenos valores y que sobretodo se
sientan amados; así no habrá ningún tipo de odio, ingratitud o avaricia (por los
bienes de sus padres) que lleven a los hijos a tal acto de crueldad.

4.7 Cuál es la naturaleza jurídica de la infracción excusable

Existen casos donde la ocurrencia de un crimen o delito puede ser excusable y de


este modo no contraer las duras penas que conlleva el mismo y poder reducirlas;
incluso también la ley consagra hechos como por ejemplo el homicidio o golpes y
heridas, que por alguna circunstancia no se reputan como crimen ni delito.
Es el caso de una persona que haya cometido un homicidio involuntario (le quita la
vida a alguien sin quererlo), que es excusable, es decir se puede reducir la pena,
cuando haya sido el resultado de provocación, amenazas o violencias graves por
parte de la víctima. Esto se fundamenta en el artículo 321 del Código Penal
Dominicano. Incluso se puede hasta exonerar completamente la pena si se
demuestra que el homicidio o golpes y heridas fueron el resultado del
cumplimiento de una ley (orden militar), o si fue en legítima defensa.
4.8 La excusa absolutoria de la legítima defensa. Su fundamento.

La legítima defensa es la reacción necesaria y proporcionada que se lleva a cabo


para alejar de si o de otro el peligro actual de una defensa injusta; esta no se
funda en la defensa general que el sujeto asume por no poderle tutelar el Estado,
sino en motivaciones que se invocan para todas las causas de justificación o para
un grupo de ellas.

Las excusas son hechos previstos y limitativamente enumerados en la ley, que


tienen por efecto, sea abolir complemente la pena, sea a determinar su rebaja del
mínimo fijado por la ley para la infracción en su estado simple.

Fundamento de la excusa de la provocación: La irritabilidad que provoca un acto


injusto de la victima dirigido contra el autor del delito.  

Las excusas pueden ser:

·       absolutorias

·       atenuantes. 

Las excusas absolutorias impiden la aplicación de una pena por razones de


políticas criminal.   Las excusas atenuantes son las que obligan a reducir la pena;
y se dividen en generales y especiales.

Las excusas atenuantes generales se aplican a todas las infracciones o a un


grupo de infracciones.  Ejemplo: minoridad y la provocación
Las excusas atenuantes especiales son las que solo se aplican a determinadas
infracciones.  Los elementos constitutivos de la excusa son: 

·       Un hecho de provocación, amenaza o violencias graves.

·       Que la victima de una provocación o de la agresión sea una persona.

·       Una cierta simultaneidad en entre la provocación o la agresión y el hecho


cometido por el provocado u ofendido.

Doctrina
En el Código Penal dominicano, la legitima defensa esta prevista en la parte
especial,  no en la parte general muy contrario a otros países de Europa y también
de América.  Esto esta justificado porque el legislador, de Francia de donde
proviene nuestra legislación, quiso aplicarla a la vida y a la integridad física, a
diferencia de los otros países donde se le aplica a todos los bienes jurídicos.

En la doctrina dominicana, según argumentos de Gregory Castellanos Ruano, si


una excusa (que solo exime de la aplicación de la pena – cuando es absolutoria –
pero no de la posibilidad de reparar los perjuicios), solo puede ser acogida en caso
de que la ley de modo especifico la contemple, con mayor razón una causa de
justificación  para ser acogida tendría que estar también prevista por la ley ya que
sus efectos son los de redimir de responsabilidad penal y civil, simultáneamente.

Para Artagnan Pérez Méndez “…debemos admitir que la legitima defensa es un


principio general que justifica todos los hechos siempre y cuando se cumplan las
condiciones exigidas y por tanto el principio establecido en el 328 tiende a
salvaguardar todos los derechos protegidos y reconocidos a la persona humana”.

El autor Vidal-Magnol expresa que la legítima defensa únicamente puede ser


reconocida en caso de protección de la vida, del cuerpo y del pudor.   Chauveau y
Helie, se extienden más allá, pues aparte de reconocerle en aquel caso, también
la reconocen en el caso de la propiedad, pero en este caso solo cuando la
agresión envuelve riesgo para la persona del propietario, y en cuanto al honor
sostienen que solo se protege si nos encontramos ante “ultrajes irreparables”, pero
no por simples injurias.

Robert Vouin es partidario de la extensión de la legitima defensa a todos los


bienes jurídicos, excepto en los casos de injuria, calumnia o difamación.  De
acuerdo a René Garraud, en su “Tratado Teórico y Practico del Derecho Penal
Francés”: no hay ni crimen ni delito, cuando el prevenido estaba en estado de
legitima defensa o en estado de demencia al tiempo de la acción.

Para Von Buri, en la defensa legítima hay una coalición de derechos y se debe
sacrificar al menos valioso que es el agresor, disminuido precisamente por la
agresión.  Hegel, sostiene con su reconocido método dialectico, fija el fundamento
de la legitima defensa en la falta de injusticia, “la agresión es la negación del
derecho, la defensa es la negación de esta negación, es decir, la afirmación del
derecho.

4.9 Legitima defensa y complicidad.

La legítima defensa o defensa propia es aquella causa de justificación de una


acción típica que impide que la conducta sea calificada como antijurídica, de
manera que se aplica la eximente completa o la eximente incompleta, que
supondrá la ausencia de pena en el primer caso (eximente completa), y su
reducción en el segundo (eximente incompleta).

La legítima defensa es la reacción necesaria y proporcionada que se lleva a cabo


para alejar de sí o de otro el peligro actual de una defensa injusta.

La legitima Defensa no se funda en la defensa general que el sujeto asume por no


poderle tutelar el Estado, sino en motivaciones que se invocan para todas las
causas de justificación o para un grupo de ellas.

Esta establece las circunstancias de ella misma debido a que se presenta en el


hecho. Por lo tanto, es apreciable sólo por los jueces de fondo y no sujetas
al control de la casación.
La complicidad es el acto por el cual una persona participa o se asocia indirecta o
accesoriamente al delito cometido por otro, por medio de hechos limitativamente
determinados por la ley, que no son un comienzo de ejecución, ni indispensables
para la existencia de la infracción.

Hay autores materiales del hecho, y autores intelectuales o instigadores, aquellos


que han concebido el hecho y lo han planeado.

Los cómplices son aquellos que han prestado su concurso a los primeros por
actos anteriores (investigación sobre la victima), concomitantes (transportación) o
posteriores a la infracción (encubrimiento).

Se es cómplice del hecho, no de la persona.

Las excusas absolutorias o atenuantes sobre el autor no benefician al cómplice.

Sin embargo sobre las excusas reales existe la disminución de la sanción, no en lo


que tiene que ver con las excusas personales.

Ej. El ataque para evitar un robo o la entrada con fractura a la propiedad al


disminuir la pena de su autor puede recaer sobre su cómplice.

El robo cometido por un sirviente, o el hecho de darle muerte a un padre, son


crímenes cuya sanción no es directamente la menor a esta que recaerá sobre el
cómplice.

Todo sistema que extienda a los cómplices las circunstancias agravantes


personales al autor principal; olvida una regla fundamental, a saber: que la
complicidad no es accesoria de la persona del autor, sino del hecho que es real y
no personal.

4.10 La demencia como excusa absolutoria de la pena.

La defensa por demencia es una defensa posible en material penal. A fin de


obtener la defensa por demencia, un delincuente acusado debe hacer valer que no
es penalmente responsable por violar la ley debido a que él estaba demente
cuando ocurrió el supuesto delito.

La definición de demencia varía entre las diferentes jurisdicciones. Sin embargo,


es importante hacer notar que para el propósito de una defensa legal, el término
demencia está regulado por un ordenamiento de la jurisdicción y la ley del caso y
no por la definición médica de enfermedad mental.

La mayoría de las jurisdicciones requieren que un profesional determine que el


acusado no fue capaz de distinguir entre lo correcto y lo indebido en el momento
del delito. Algunas jurisdicciones tienen un elemento adicional consistente en que
un acusado fue encontrado inocente debido a demencia si no fue capaz de
controlar su conducta en el momento del delito. Todavía otras jurisdicciones han
abolido la defensa por demencia, movimiento que la Suprema Corte ha sostenido.

También es difícil de probar una defensa por demencia temporal. Si un acusado


manifiesta una demencia temporal, entonces está afirmando que fue demente en
el momento en que ocurrió el supuesto delito pero que ahora ya está sano. Si un
tribunal acepta esta defensa, entonces el acusado usualmente no es enviado a
una instalación psiquiátrica y se le considera inocente del delito.

Aunque el éxito en la utilización de la defensa por demencia puede ser raro, su


existencia impone una verificación moral importante sobre el sistema legal.
Específicamente, permite la ley imponer un tratamiento en lugar de un castigo a la
gente que le falta capacidad para comprender sus acciones. En consecuencia,
protege a la sociedad, mientras busca proporcionar ayuda y una posible
rehabilitación al delincuente.

4.11 El constreñimiento o fuerza irresistible como causa de excusa.


Constreñimiento es fuerza, apremio o compulsión que se ejerce sobre alguien, con
el fin de obligarle a realizar lo que no quiere o a abstenerse de lo querido por él. El
constreñimiento puede ser físico o moral.

Constreñimiento físico, es aquella que es ejercida de manera material por una


persona con la finalidad de constreñir a otra en contra de su voluntad a causarle
un daño a una tercera persona

Art. 64.- Cuando al momento de cometer la acción el inculpado estuviese en


estado de demencia, o cuando se hubiese visto violentado a ello por una fuerza a
la cual no hubiese podido resistir, no hay crimen ni delito.

Si examinamos de nuevo el Art. 64 del Código Penal veremos que, además de lo


referente a la demencia, expresa que cuando en el momento de cometer la acción,
el inculpado se hubiese visto violentado a ello por una fuerza a la cual no hubiese
podido resistir, no hay crimen ni delito.

observemos que si la violencia es una causa de no culpabilidad cuando se trata de


crímenes y de delitos, por la naturaleza misma de las cosas hay que admitir que
para el que comete una contravención en tales circunstancias, debe existir
también una causa de exculpación. Es en tal sentido que se pronuncian la doctrina
y la jurisprudencia.

4.12 La violencia física y el constreñimiento moral. El estado de necesidad.

La violencia y la intimidación son hechos reprimidos tanto por el derecho


penal como por el derecho civil.

Se denomina violencia la coerción grave, irresistible e injusta ejercida sobre una


persona para determinarla contra su voluntad, a la realización de un acto jurídico.
Asume dos formas:

violencia física o moral. La primera, también llamada fuerza, tiene lugar cuando


la voluntad se manifiesta bajo el imperio de una presión física irresistible.
La segunda o intimidación consiste en la amenaza de un sufrimiento futuro aunque
inminente.

En Roma el derecho pretoriano atribuía a la violencia física o moral una


significación un tanto distinta. La primera -vis absoluta- resultaba del empleo de un
fuerza material que reducía a la víctima a un estado pasivo, convertida en
mero instrumento de la voluntad de otro; destruia la voluntad, y por tanto el acto
obrado carecía de existencia como acto jurídico.

La violencia moral-vis compulsiva- en cambio, consistía en el temor actual de un


mal inminente: debilita la voluntad sin destruirla. El acto no era inexistente, pero
como la voluntad estaba viciada, se

reconocía al sujeto el derecho a pedir la rescisión, independientemente de la


acción de daños y perjuicios. Se decía con una frase de los glosadores romanos
que explicaba la doctrina: "coactus voluit, sed tamen voluit". Es decir, puesto ante
dos males el coaccionado optó por uno: la celebración del acto; pero si eligió
consintió aunque imperfectamente. Luego, el contrato existe, aunque es
susceptible de anulación.

Esas distinciones han pasado más o menos desfiguradas al derecho moderno.

Estado de necesidad son las posiciones doctrinales en la teoría del delito no son
unánimes, si bien coinciden en la necesidad de eximir de pena a quien actúa
amparado por un estado de necesidad. Para un sector doctrinal el estado de
necesidad es una causa de justificación que ] del comportamiento típico-teoría
unitaria-. En cambio los partidarios de la teoría de la diferenciación consideran
que, según los bienes jurídicos en juego, en unos supuestos el estado de
necesidad actuará como causa de justificación y en otros como causa de
exclusión de la culpabilidad. Finalmente hay quien considera, según las
redacciones de los concretos códigos penales, que en algunos ordenamientos
jurídicos el estado de necesidad en el ámbito penal solo excluiría la culpabilidad.

El estado de necesidad se da cuando los intereses legítimos de un sujeto se


encuentran en un estado de peligro, y sólo pueden ser salvados mediante la lesión
de los intereses legítimos de otra persona. - El sujeto activo se encuentra frente a
un estado de necesidad: es una acción, diferente a la reacción que se da en la
legítima defensa.

El estado de necesidad es aquella situación en la que se vulnera un bien


jurídico protegido, incurriendo en un tipo penal, pero descartando la antijuridicidad
de la acción debido precisamente a la presencia de la figura justificante. Partiendo
de las consecuencias del estado de necesidad, cabe añadir que su
fundamentación gira en torno a la posibilidad que el Derecho otorga al particular
de dañar o poner en peligro un bien jurídico determinado con el objetivo de salvar
otro bien jurídico de igual o mayor trascendencia jurídica. Cuando el sujeto que
actúa en estado de necesidad lo hace lesionando intereses del sujeto de cuya
esfera emana el peligro, siendo éste -al menos- reconducible en términos de
imputación objetiva al comportamiento organizador del titular de la esfera,
hablamos de estado de necesidad defensivo, en cambio, cuando la acción
defensiva se dirige contra un agente absolutamente ajeno al peligro, esto es, con
estatus de tercero, hablamos de estado de necesidad agresivo. Esta distinción es
relevante en la medida en que el baremo de justificación, esto es, el límite de la
injerencia tolerable en estado de necesidad varía. Cuando se actúa en estado de
necesidad agresivo, sólo se pueden salvaguardar intereses que preponderen
esencialmente sobre los lesionados. Por el contrario, en supuestos de estado de
necesidad defensivo cabe lesionar intereses incluso más allá de los que
salvaguardan.

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