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DIVERGENCIA

Ángulo existente éntrelas ruedas de un mismo eje en función de la dirección de marcha del
vehículo y del paralelismo teórico entre las ruedas. En la práctica, las ruedas son divergentes
cuando sus líneas medias tienden a separarse, es decir, son divergentes, en el sentido del
movimiento. Por tanto, la divergencia es la condición opuesta a la convergencia.

Este ángulo se adopta durante la fase de proyecto del automóvil para obtener un desgaste
uniforme de la banda de rodadura. Su valor se obtiene midiendo la distancia entre los bordes de
las llantas a la altura de los extremos de los diámetros horizontales de las ruedas y hallando su
diferencia. Generalmente, dicho valor es de 1-6 mm. En los coches con tracción delantera, la
divergencia evita que la huella del neumático, bajo la acción del efecto de tracción y la flexibilidad
de aquél, produzca un par que tiende a hacer converger las huellas de los neumáticos delanteros.
En este caso existiría un desgaste excesivo de la banda de rodadura por la parte exterior. En
cambio, dando a las ruedas cierta divergencia, se obtiene el paralelismo de las huellas durante la
marcha. Además, la divergencia, es necesaria cuando las ruedas poseen un cámber positivo, para
reducir los deslizamientos del neumático.
Normalmente son ligeramente divergentes las ruedas motrices, incluso en los automóviles con
propulsión trasera. En este caso, la divergencia evita que las fuerzas desarrolladas por el efecto de
tracción flexionen el eje motor y que las ruedas de éste se conviertan en convergentes. Por el
contrario, para las ruedas no motrices, tiende a adoptarse cierta convergencia para evitar que
éstas, al girar bajo el empuje de las ruedas motrices, se aparten de la condición óptima de
paralelismo.

Lógicamente, la divergencia que se da a un eje determinado se establece tras estudios y pruebas


cuidadosos. Un valor demasiado elevado determinaría un desgaste de la banda de rodadura, sobre
todo por la parte interior.

El control de la divergencia se efectúa de manera periódica (cada 15.000 km, aproximadamente);


en general, es posible variar su valor actuando sobre la longitud de la barra de acoplamiento.
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CONVERGENCIA
Modificación de las ruedas de un mismo eje, consistente en desviarlas de su posición de paralelismo,
para hacerlas converger en el sentido de la marcha. Se llama convergencia el ángulo formado por los
planos medios de las ruedas (en posición de marcha rectilínea) con el eje longitudinal del vehículo. En
la práctica, cuando se efectúa el control de la convergencia y dado el valor reducido del ángulo, se
prefiere expresarla como diferencia entre las distancias de los bordes de las llantas de las ruedas,
medidas en los extremos de un mismo diámetro horizontal.  Estas diferencias pueden variar entre 1 y
5 mm, y corresponden a un ángulo inferior o por rueda.

La convergencia se adopta generalmente para las ruedas delanteras y a veces para las traseras, cuando
no existe puente rígido (este puente requiere un perfecto paralelismo entre las ruedas).

En las ruedas delanteras la convergencia tiene por objeto uniformar y reducir el desgaste de la banda
de rodadura, limitando los deslizamientos causados en la superficie de huella por los ángulos de
cámber. En efecto, con cámber positivo las ruedas, que giran en torno a un cono, tenderían a divergir,
desgastándose por el lado exterior. En tal caso, la convergencia hace rectilínea y sin deslizamientos la
trayectoria del punto de contacto de los neumáticos. En lá práctica, puesto que el contacto no se
produce en un punto, sino en una zona bastante grande, es inevitable que en los extremos de dicha
zona se produzcan también deslizamientos. El mejor valor para la convergencia lo establecen los
fabricantes tras prolongadas pruebas en carretera, a velocidad y cargas medias, en las que se obtiene el
ángulo que determina los desgastes más uniformes.
En el caso de la tracción delantera, las superficies de huella de los neumáticos sufren notables
modificaciones y desplazamientos a causa del par motor aplicado en las ruedas delanteras: en la
práctica, por efecto del radio de rodadura dichas ruedas tienden a cerrarse, aunque las llantas
permanezcan paralelas. En este caso la convergencia inicial debe ser nula o convertirse incluso en
divergencia, para hacer que, durante,! a tracción, las superficies de huella resulten paralelas.
En algunos automóviles con suspensiones traseras independientes se adopta cierta convergencia para
las ruedas posteriores, para aumentar la estabilidad del tren trasero en marcha rectilínea o para
obtener un efecto subvirador en las curvas (o disminuir el efecto sobrevirador), ya que en estas últimas
la trayectoria queda determinada en su mayor parte por la posición de las ruedas exteriores, que son
las más cargadas. Se comprende que en este caso la estabilidad de dirección en carretera se mejora, a
costa del desgaste uniforme de los neumáticos.
En todos los casos considerados, los ángulos de convergencia demasiado elevados aumentan el
desgaste de los neumáticos y los vuelven irregulares. (*Banda de rodadura.)

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