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DEBATES UNIVERSITARIOS ACERCA DE LO DIDÁCTICO Y LA FORMACION DOCENTE

Ana Malet y Elda Monetti Elda

CAPITULO 2
¿Qué aporta la Pedagogía a la formación docente?
¿Cómo se vincula con la didáctica?
MARIA CECILIA BOREL

La supervivencia de la Pedagogía se juega en su capacidad de lucha para activar el


arduo trabajo orientado a violentar ese continente fuertemente sedimentado del que
forma parte y que, al mismo tiempo, contribuye a edificar. [1]

La especificidad de la universidad en cuanto bien público reside tanto en ser la institución que liga el
presente con el futuro -por los conocimientos que produce y por la formación que promueve- como un
ser un espacio público privilegiado para la discusión abierta, lo que la liga aun proyecto democratizador
de construcción de ciudadanía crítica y reflexiva.
Por eso interesa el planteo de interrogantes tales ¿Cómo se relacionan las Ciencias de la Educación con
la Didáctica? En el sentido de construir obstáculos en aquello que por hábito consideramos cierto
estaríamos problematizando, a partir del análisis de la vinculación de esas disciplinas orientadas a la
formación docente, sus relaciones con las multiplicidades del presente, de la sociedad y de su historia.
En el ámbito de la formación docente, la Pedagogía ha sido interpelada y han sido analizados sus rasgos
identitarios como disciplina. Desde el propio campo de las ciencias de la educación, aunque nos hemos
preguntado ¿Qué lugar ocupa? ¿Cómo se relaciona con otras disciplinas? ¿Qué efectos produce en los
futuros docentes? ¿habilita una manera singular de reflexionar sobre el fenómeno educativo?
Específicamente desde su vinculación con la Didáctica, aprendimos que se ha registrado una división del
trabajo académico entre las dos. Tanto la Pedagogía como la Didáctica han reivindicado con éxito su
autonomía desde manifestaciones concretas: una se ocupa de la educación, la otra de la enseñanza.
Pero las clasificaciones son arbitrarias y los limites instituidos entre estas disciplinas no se originan en
una supuesta “naturaleza del fenómeno educativo”. Las teorías y disciplinas están históricamente
determinadas: sus componente, categorías e hipótesis remiten a necesidades y relaciones sociales,
situadas en un tiempo y un espacio; es decir, son producidas socialmente por sujetos activos.
Un buen ejemplo de esto lo constituye un texto enciclopédico, la Didáctica Magna de Comenio, que en
el siglo XVII nos llega un paradigma que incorpora la Pedagogía al programa de la modernidad, con la
pretensión abarcadora de “enseñarlo todo a todos”. Se inaugura así un discurso que plantea la
educación entendida como escolarización, representando la escuela, a partir de allí, la forma educativa
hegemónica.
Si la Pedagogía estudia la educacion y la escuela, como lugar privilegiado para el encuentro entre
generaciones, indagará particularmente en las múltiples configuraciones del proceso de transmision.
Encontramos al menos tres razones que se vinculan para pensar en esta cuestión: “1) que haya alguin
que quiera transmitirl, que se reconozca y se habilite desde ese lugar, 2) que posea algo para transmitir
y 3) que confie en el sujeto que va a recibir esa herencia, como legitimo destinatario de ese legado,
sabiendo que lo va a transformar pero no destruir” (Ickwicz, 2011: 63). Cuestiones
Si nos preguntamos: ¿Cómo puede plantearse hoy el territorio de la Didáctica General?, sin desconocer
la complejidad y problematicidad inherente a esa disciplina, sabemos que también se ocupa de la
transmisión, trabajando tradicionalmente con el que -los contenidos- y el como -las modalidades de
enseñanza-. Es innegable que el tema de la transmision no se agota en analizar sus modalidades ni en la
espeficación de sus objetos, ni siquiera en la variedad de sujetos comprendidos en la operación de
transmisión, quien transmite y a quien le transmite.
El tratamiento del tema del poder habiltia a la Pedagogía a configurar una análissi de la educación y la
esceual desde su consideración como un campo de tensiones, que expresa las relaciones contingentes
con la sociedad y su carácter histórico. Desde esta comprensión, el sistema educativo será concevido
como un espacio de lucha política de la sociedad y como un sistema de distribución social del
conocimiento. Al respecto, Hillert señala que:

[…] la tensión entre democracia y conocimientos se expresa con fuerza y claridad de la


pregunta: ¿Qué y cuanto es necesario saber para participar y goberar? […] ¿Cómo
ejercer la democracia cuando el objeto real es el conocimiento?. La cuestión del
conocimiento demarca asimetrías reales, diferencias verdaderas entre los seres
humanos, y además posiciones desiguales en relacion con el poder (2011: 33-34).

Por eso la mirada pedagógica en su indagacion sobre lo público en educación la considerará como una
cuestion de reparto, lo que supondrá debatir respecto de la parte de los que no tienen parte.
En tal sentido, desde la Pedagogía, consideramos que un análisis procesual e histórico de estos temas
conlleva una toma de posición que incluye lo político, ya que cualquier intento de transmisión categoriza
elecciones sobre el mundo (Frelat-Kahn, 2004). En realidad, es impensable por fuera de lo político, en
tanto los procesos de transmisión pueden constituirse en oportunidad de habilitación del sujeto o en
una operación que obture su emergencia. En esa operación de transmisión, como decíamos, estamos
asumiendo no solo quienes son los otros y quienes somos nosotros, sino también cual es nuestro
legado.
Sostiene en este sentido Hassoun que “una transmision lograda ofrece a quien la recibe un espacio de
libertad y una base que le permite abandonar el pasao para mejor reencontrarlo” (1996:17). El autor nos
remite a un ética de la transmisión, en la que las generaciones adutlas peudan brindar a laas
generaciones jóvenes una pedagogía o una enseñanza, pero fundamentalmente algo que les permita
asumir un compromiso en relación con su historia.
Sabido es que históricamente el lugar político que la esceual asignaba a los sujetos se constituía en uno
de sus rasgos de indentidad más fuertes. El interrogante de la escuela y su lugar de pedagógicos
articulados desde conceptos tales como violencia, desacuerdo, lucha, consenso, conflicto, participación,
acuerdo, historia, lugares, saber, control, generación, transformación, democracia, futuro, justicia,
filiación, lazos, cultura, pasaje, transmision, herencia, generación orden, ruptura, moratoria, certeza,
contradicción, asimetrías, sistema, poder, entre otros. Frente al tratamiento de estos postulados
pedagógicos no damos -ni tenemos- respuestas cerradas y no podemos -ni pretendemos- cancelar la
incertidumbre.

Me esfuerzo por evitar el enunciado perentorio. Los imperativos, aun disfrazados de


infinitivos, que indican leyes y decretos. Los articulos definidos que marcan la
exclusividad y totalización. Las partículas que rigen el absoulto: nunca, nada, todo,
todos. […] Las afirmaciones grandiosas. Altisonantes […]
Expreso un deseo: un experimento de lenguaje. Hacer delirar el lenguaje de la
pedagogía. Subvertir el texto que la sustenta. Poner del revés el discurso. Obligarlo a
hablar una lengua extranjera. [2]

Que disruptivas resutlan estas palabras extractadas de Da Silva. Si la interpelación hacia la Pedagogía
como disciplina se mantuviera y su supervivencia se jugara en esa capacidad para violentar el continente
fuertemente sedimentado del que forma parte y que, a la vez, contribuye a edificiar, una de las formas
de enseyar esa supervivencia podría constituirse en habalar otra lengua… ¿quizá ni tan “pedagógica”?
Notas

[1] Jódar, F y Gómez, L (2005)


[2] Da Silva (2009: 19-20)

Bibliografía

Benner, D. (1998). La Pedagogía como ciencia. Teoría reflexiva de la acción y reforma de la praxis.
Barcelona. Pomares-Corredor.

Borel, M. C. (2009). “Pedagogía, transmisión y niñez”. En Nocetti, B. et al. (comp.). Oportunidades.


Caminos hacia la protección integral de Derechos del Niño. Bahia Blanca: Libros en colectivo.

Carli, S. (2011). La memoria de la infancia. Estudios sobre historia, cultura y sociedad. Buenos Aires.
Paidís.

Da Silva, T. (2009). “Que sim, que nao”. En Grinberg, S. et al. (comps). Pedagogías desde América Latina:
Tensiones y debates contemporáneos. Buenos Aires: Libros Edición Argentina.

Freire, P. (1996). Política y educación. México: Siglo Veintiuno Editores.

Frigerio, G. y Diker G. (comp.) (2004). La transmisión en las sociedades, las instituciones y los sujetos. Un
concepto de la educacion en acción. Buenos Aires. Noveduc – Fundacion Cem.

Garcia Gonzalez, A. (2008). Clases de cine: compartir miradas en femenino y masculino. Cuadernos de
Eduación no sexista N°22. Madrid: Instituto de la Mujer.

Hassoun, J. (1996). Los contrabandistas de la memoria. Buenos Aires. Ediciones de la Flor.

Hillert, F. (2011). Politicas Curriculares. Sujetos sociales y conocimiento esoclar en los vaivenes de lo
publico y lo privado. Buenos Aires. Colihue.

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