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FACULTAD: DERECHO
ASIGNATURA: HISTORIA DEL DERECHO
PROFESOR: JHON FISHER MUÑOS
ESTUDIANTE: DECCY LILIANA RICO PARRA
FECHA: 22 DE SEPTIEMBRE DE 2010
1. LAME, Q. (1939). Los pensamientos del indio que se educó en las selvas colombianas.
Bogotá, Funcol, S.F
La lectura atrajo el interés de Lame, quien solicitó a su padre lo matriculara
en la escuela. Como respuesta, su progenitor le puso al frente un hacha, una
hoz, una pala y un güinche y le dijo que esa era la verdadera escuela del
indio. El muchacho optó por esforzarse y aprender con su tío los rudimentos
de la lectura y la escritura, utilizando la tierra, las paredes y las hojas de
palmicha para su deletreos. También por esta época, Lame fue escogido
como "paje" por el patrón de La Polindara. A cambio, su trabajo fue
descontado del terraje que debía pagar su padre, quien, con el tiempo libre
que le quedó, pudo sembrar un papal y con sus frutos comprar varias ovejas
y una vaca parida. Unos años después, en 1894, los terrenos de El Borbollón
fueron vendidos al dueño de la hacienda de San Isidro, en una transacción
que incluyó a los terrazgueros. El nuevo patrón redujo el tiempo de trabajo de
Mariano Lame de cuatro a dos días semanales, y lo autorizó para que
cultivara trigo en una huerta que lindaba con su encierro. La producción de la
huerta, que pudo atender gracias a la rebaja de su terraje, le permitió obtener
los recursos necesarios para cumplir su vieja aspiración de comprar
Pichinguará, un lote de 80 fanegadas, a dos leguas del Borbollón. Aquí, al
igual que cuando Manuel Quintín trabajó como paje, quedaba en claro
cuánto representaba para el indio, en términos de bienestar y de capacidad
de acumulación económica, el tiempo que debía trabajar para el hacendado,
a cambio de tener acceso a un pequeño "encierro". A partir de esa época
mejoraron significativamente las condiciones económicas de Mariano Lame,
quien ahora distribuía su tiempo y el de sus hijos entre el terraje, el cultivo de
Pichinguará y el negocio de compraventa de vacunos y caballares que allí
había establecido.
Manuel Quintín, se hizo cada vez más fuerte y con el tiempo adquirió fama
de licencioso, debido a su afición por las mujeres. Su fama terminó
beneficiando a los curas, ya que en 1899 Mariano Lame terminó costeando
las fiestas religiosas que se hicieron cuando las misiones visitaron el sur del
país. Con ello el padre trató de atenuar las continuas recriminaciones de los
religiosos por el comportamiento díscolo de su hijo. Este problema se vio
bruscamente interrumpido cuando en noviembre de 1899 Manuel Quintín y
dos de sus hermanos fueron atacados por un grupo de liberales que
buscaban atemorizar a la familia Lame, conocida por su apoyo al gobierno.
Manuel Quintín y Gregorio Nacianceno lograron huir, pero a Feliciano, el otro
hermano, lo mutilaron a machetazos. Esta experiencia lo predispuso a
ingresar a las filas del ejército gubernamental, en enero de 1901, cuando los
indios solteros que asistían a una fiesta de inauguración de la capilla de San
Isidro, fueron rodeados por una patrulla que buscaba enrolar soldados. Por
esa época Lame ya sostenía relaciones estables con Benilda León, con
quien se casaría poco después, haciendo uso de una licencia. Durante su
estadía en el ejército, viajó a Panamá como ordenanza del general Carlos
Albán, de quien recibió lecciones de lectura, escritura y nociones de historia.
Su estadía en Panamá fue relativamente corta, ya que a mediados del año
tuvo que ser trasladado nuevamente a Popayán, debido a problemas de
salud.
A pesar del concepto del abogado, Lame decidió estudiar el asunto por su
cuenta y adquirió el Código Civil, así como un libro titulado El abogado en
casa, textos ambos cuyo estudio y uso posterior le permitieron asumir
directamente la defensa de los derechos de los indígenas. También buscó
que el patrón le redujera el tiempo de terraje para reunir ciertos ahorros y
adquirir tierra propia; sin embargo, su solicitud fue rechazada tajantemente.
Empezaron entonces a germinar sus ideas sobre el derecho del indio a la
posesión de la tierra de sus ancestros. Exponerlas ante su padre, éste le
asignó una porción de tierra en Pichinguará, que había cambiado de nombre
para llamarse San Alfonso. La oferta no fue suficiente.
Manuel Quintín empezó a divulgar sus ideas de casa en casa, primero entre
el círculo de parientes y amigos y luego a los terrazgueros de las haciendas
circunvecinas. En un principio fue escuchado con recelo, pero poco a poco
sus actividades en defensa de los indios le fueron ganando ascendiente
entre ellos. Lame se había dedicado a enfrentar las injusticias de
mayordomos y vaqueros, presentando sus denuncias ante los alcaldes e
inspectores, basándose en los conocimientos adquiridos en los libros de
leyes. Para el desarrollo de tales actividades obtuvo la colaboración de
Jacinto Calambás, de la parcialidad de Coconuco, quien actuó como su
secretario. Luego el cabildo de la parcialidad de San Isidro lo nombró jefe,
representante y defensor general, hecho que muestra el respaldo que
obtenía entre su gente. Por esa época dejó de descontar terraje, a pesar de
las advertencias del mayordomo. Se presentó entonces ante el patrón, a
quien le habló de las leyes que impedían el desalojo del "encierro", donde
estaban los cultivos que él había plantado, y le explicó sus ideas sobre el
derecho ancestral del indio a la tierra. Para contrarrestar la influencia que iba
tomando Lame, los hacendados emprendieron campañas para
desprestigiarlo. Entre tanto, él continuó sus labores de adoctrinamiento, en
contra de la obligación del indio al pago de terraje. Nuevos indios se fueron
sumando a su equipo de secretarios, y entre 1915 y 1917 se incorporaron
indios de otras comarcas, como Tierradentro y Silvia, en el Cauca. Los indios
comenzaron a negarse a pagar terraje y algunos fueron detenidos.
3. TELLO, PIEDAD L. (1983). "Vida y lucha de Manuel Quintín Lame". Tesis de Grado, Departamento de
Antropología, Universidad de los Andes, Bogotá.
De otra parte, los mayordomos empezaron a ser amenazados e incluso
golpeados. El temor de los hacendados aumentó a raíz de la toma pacífica
de la población de Paniquitá, en 1914.
Ese año Lame se trasladó a Tierra dentro, atendiendo una llamada de los
indígenas Paeces, quienes luchaban contra la invasión de las tierras de sus
resguardos por parte de extraños radicados en Inzá. Decidió entonces ir a
Bogotá a exponer la posición de los indios y, de paso, visitó varias
comunidades indígenas del Tolima, que también tenían problemas de tierras.
En agosto de 1914 ya estaba en la capital, donde se entrevistó con Marco
Fidel Suárez, en ese momento ministro de Relaciones Exteriores, y con el
ministro de Guerra. Por iniciativa del primero de ellos se le facilitó el acceso
al Archivo Nacional; allí estudió las cédulas reales de los resguardos, a las
cuales se remitiría en futuros escritos. También presentó ante el Congreso
las denuncias formuladas por las comunidades paeces de Tierra dentro.
Movimiento Lamista
4. LAME M. (1973). Las luchas del indio que bajó de la montaña al valle de la "civilización". Selección y
notas, Gonzalo Castillo Cárdenas. Bogotá, Rosca de Investigación y Acción Social.
Bibliografía
3. LAME M. (1973). Las luchas del indio que bajó de la montaña al valle
de la "civilización". Selección y notas, Gonzalo Castillo Cárdenas.
Bogotá, Rosca de Investigación y Acción Social,.