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MUESTRAS BIOLÓGICAS UTILIZADAS EN LABORATORIO DE BIOQUÍMICA

SANGRE
La sangre es la muestra utilizada con mayor frecuencia para su análisis en el
laboratorio clínico. La sangre consta de dos componentes principales: una parte
líquida (denominado plasma, que contiene iones y moléculas disueltas) y una
parte celular (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). La mayoría de los
analitos de bioquímica clínica se encuentran en el plasma.
Parte de la preparación de la sangre para el análisis de estos analitos supone
eliminar las células. Esto se realiza mediante centrifugación de la muestra para
empaquetar las células sanguíneas en la parte inferior del tubo de extracción y
permitir la retirada de la parte líquida para su análisis.

Si la muestra de sangre se recoge en un tubo que contiene un aditivo que evita su


coagulación (denominado anticoagulante), la parte líquida de la sangre se
denomina plasma. Si la sangre se recoge en un tubo que no contiene
anticoagulante, esta formará un coágulo. Un coágulo es un semisólido gelatinoso
compuesto por proteínas entrelazadas que se forma mediante un proceso de
varios pasos conocido como cascada de la coagulación. Tras la centrifugación, el
coágulo desciende a la parte inferior del tubo junto con las células. El líquido que
aparece por encima de las células y del coágulo se denomina suero. El suero
contiene todos los componentes del plasma excepto las proteínas de coagulación,
que se consumen en la cascada de reacciones que forman el coágulo de sangre.
Los tubos utilizados para recoger la sangre tienen tapones codificados por colores
que indican, si los hubiera, los aditivos presentes en el tubo. Los aditivos pueden
ser anticoagulantes que permiten la preparación del plasma o pueden ser
sustancias incluidas para proteger a los analitos de la degradación química o
metabólica.
(TABLA DE COLORES ESTÁ EN LAS DIAPOSITIVAS)
Determinados tipos de anticoagulantes pueden no ser compatibles con algunos
tipos de pruebas. Por ejemplo, el EDTA es un anticoagulante que inhibe la
coagulación de la sangre secuestrando iones de calcio, los cuales son
componentes necesarios para las reacciones de coagulación. Sin embargo, las
muestras de plasma recogidas en tubos con EDTA generalmente no son
adecuadas para medir el calcio ni para cualquier método analítico que incluya un
paso de reacción que dependa de la disponibilidad de calcio.

ORINA
Es especialmente adecuada para las pruebas en los que se evalúa la función
renal, pruebas en las que se buscan los productos de desecho que se excretan a
través de los riñones y para metabolitos que se aclaran con rapidez del torrente
sanguíneo y se acumulan en la orina, como las drogas.
Las muestras de orina pueden estar concentradas o diluidas dependiendo del
estado de hidratación y la función renal del paciente.
A menudo, cuando las muestras de orina no se analizan inmediatamente después
de su recogida, estas deben tratarse con un conservante. Un conservante es una
sustancia que evita la degradación de los analitos de interés. La mayoría de los
conservantes se añaden para reducir el metabolismo bacteriano o evitar la
degradación química del analito o analitos de interés. Normalmente esto se hace
ajustando el pH a un rango ácido o básico. Algunos de los conservantes de orina
frecuentes son fosfato de potasio, ácido benzoico, bicarbonato sódico, ácido
acético, ácido clorhídrico y ácido bórico.

OTROS LÍQUIDOS
Otros líquidos aparte de la sangre y la orina, como líquido amniótico, líquido
sinovial, líquido peritoneal, líquido pleural y líquido pericárdico, se utilizan en
ámbitos clínicos limitados y en ellos se analizan exclusivamente unos poco
analitos especiales.
El líquido amniótico se utiliza normalmente para pruebas de la salud fetal.
El líquido cefalorraquídeo se utiliza principalmente para la evaluación de
pacientes con síntomas de enfermedades como meningitis o esclerosis múltiple o
de pacientes que pueden haber sufrido un accidente cerebrovascular.
Los análisis bioquímicos de líquidos como líquido peritoneal, líquido pericárdico
o líquido pleural normalmente se realizan para evaluar el origen del líquido, para
determinar si ha habido fugas desde los vasos sanguíneos debido a diferencias de
presión (denominado transudado, que presenta un contenido relativamente bajo
en proteínas) o debido a inflamación o a lesión (denominado exudado, que
presenta un contenido relativamente alto en proteínas).
La saliva apenas se utiliza en los análisis del laboratorio clínico, aunque se
reconoce como una muestra cuya composición refleja los niveles en el plasma
sanguíneo de muchas sustancias de bajo peso molecular, como drogas o alcohol.
La saliva también presenta ventajas para el análisis de hormonas como el cortisol
en pacientes pediátricos, cuando la extracción de sangre es demasiado dolorosa o
estresante.

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