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Enfoque estructuralista de la lengua.

*Antes del estructuralismo. Enseñanza tradicional.

Durante un largo tiempo, la enseñanza del lenguaje estuvo centrada en el conocimiento formal
del sistema de la lengua (gramática oracional y ortografía, principalmente), desde una
perspectiva normativa; asimismo, ocupó un lugar privilegiado el conocimiento académico de la
historia literaria (autores, obras, movimientos literarios), complementado con la lectura de
fragmentos de obras prestigiosas –como modelo de un buen uso de la lengua– y,
ocasionalmente, con la escritura de “composiciones” o “textos libres” sobre temas típicamente
escolares, sin un formato definido y con el maestro como único destinatario. Esta forma de
enseñanza partía, en gran medida, del supuesto de que la lectura y la escritura eran actividades
esencialmente mecánicas; por ello se daba gran importancia al trazado de las letras en la
escritura –de ahí los ejercicios de caligrafía–; al dictado y copia de textos, y a la lectura en voz
alta como evidencia primordial de comprensión lectora. Fue ésta la tendencia que caracterizó la
enseñanza del español, antes de la reforma de 1972.

Perspectiva estructuralista

El auge de la lingüística estructural en los años 60 ejerció una marcada influencia en las
propuestas educativas, en diferentes partes del mundo. El cambio principal lo constituyó la
sustitución de la gramática tradicional por las categorías aportadas por esta corriente. Se
planteó como finalidad que “el niño se convirtiera en un pequeño lingüista que viera cómo es la
lengua que hablamos”. Se describía la lengua según varios niveles: el nivel fonológico llevaba al
nivel morfológico, y éstos a niveles de análisis más elevados de frases, cláusulas y oraciones.
Ésta fue la perspectiva que rigió la elaboración de los programas educativos en 1972. **La
primera reforma a los libros del 59 se da casi veinte años después, en 1972, bajo los
lineamientos de la lingüística estructural. Poco a poco, la obsesión por la patria y la formación
del espíritu nacional se fue desvaneciendo; la prueba de ello es que la asignatura ya no es más
Lengua Nacional sino Español. La lingüística cobra importancia para ceder su lugar a otras
preocupaciones más acordes con el avance de la ciencia y del conocimiento sobre los procesos
que el aprendizaje de una lengua supone. El centro de esta perspectiva está en la lengua como
sistema, su organización estructural y la manera de relacionarse. Es una nueva revolucionaria
forma de concebir la enseñanza de una lengua, con el niño como actor consciente de su
aprendizaje hasta convertirlo en un pequeño lingüista capaz de descubrir “cómo es esa lengua
que hablamos, a experimentar con ella, a ponerla bajo el microscopio” (SEP 1972, p.22)…”Se
considera que la unidad de la comunicación lingüística es el enunciado. El análisis lingüístico
suele 17 arrancar, pues, de ahí y seguir un orden descendente en esta forma: enunciado-
palabra-morfema-fonema (SEP, 1972, p.93).
Enfoque estructuralista. Métodos onomatopéyicos o fonéticos

*Las letras se van enseñando una por una, en relación con su sonido; o sea que parte del sonido
o fonema individual y de su correspondiente representación gráfica. La meta es la síntesis: la
palabra y la frase, construidas poco a poco, a través de la suma de sus elementos*.

**El maestro Gregorio Torres Quintero publicó en 1908, “La guía del método onomatopéyico”,
introduciendo como novedad la onomatopeya en los sonidos. El fonetismo es la enseñanza de
las letras por su sonido y no por su nombre (a diferencias del deletreo que es la enseñanza de
las letras por su nombre y no por su sonido. La voz onomatopeya se aplica tanto a la propia
imitación de un sonido como al mismo vocablo que imita al sonido. Los métodos fonéticos
analizan las palabras en sílabas pero ahí se detienen, no avanzan más.

Por ejemplo, en clase se escribe en el pizarrón la palabra rosa. Se analiza en sus dos sílabas,
pronunciándolas separadamente y escribiéndolas también separadamente:

ro sa

Luego se emprende la tarea de descomponer cada sílaba en sus elementos. La primera sílaba,
ro, se pronuncia de manera que el niño pueda oír los dos sonidos de que consta: rrr….ooo, y lo
mismo se hace con la otra: ssss…aaa, llevando a establecer todo el proceso de análisis, así:

rosa
ro…sa
r…o…s…a

Ahora, lo anterior es simplemente fonético. En el onomatopéyico las cuatro letras de la palabra


rosa corresponderían a las cuatro onomatopeyas siguientes:

r. El ruido del coche: rrrr


o. El grito del cochero: ooo
s: el silbido de un cohete: ssss
a: el grito de un muchacho espantado: ¡aaa!

En ambos casos las letras se pronuncian, se escriben y se leen. Pero para Torres Quintero la
onomatopeya juega un papel relevante. El decía: “¿en cuál de los dos hay más motivos para
recordar las letras y por tanto aprenderlas? No cabe duda que en el onomatopéyico. En efecto.
La onomatopeya es un método ingenioso”.

Las características de los métodos onomatopéyicos son:

1. Son fonéticos, es decir, emplean las letras y no sus nombres (no se enseña “erre”, sino
“rrrr”).
2. Su fonetismos es onomatopéyico, es decir, que el sonido de las letras se obtiene de la
imitación fonética de los ruidos y las voces producidas por los hombres animales y cosas.
3. Es sintético, porque parte de los sonidos para formar sílabas y luego con éstas forma palabras
y frases.
4. Es analítico en cuanto a que en sus ejercicios orales se descomponen las palabras en sílabas.
5. Es simultáneo, es decir, asocia la lectura con la escritura y hasta después que el niño sabe leer
y escribir elementalmente, emplea los caracteres impresos.

Además contempla ejercicios preparatorios con caracteres educativos para la vista, la mano, el
oído y los órganos vocales. Ejemplos:

- El maestro pronuncia car…pin…te…rí..a. Al hacerlo golpea sobre la mesa a la pronunciación de


cada sílaba.
- Los niños cuentan las sílabas y letras.
- Los niños hacen ejercicios de maduración como los siguientes :

***Métodos silábicos (fonéticos)

El método silábico …consiste en enseñar la lectoescritura de lo particular a lo general iniciando


por la sílaba o poniendo especial énfasis en ella. La escritura y lectura se enseñan al mismo
tiempo.

Los pasos a seguir en este método son:

1. Se enseñan las vocales mediante su sonido.


2. Se enseña cada consonante por su sonido respetando el orden que va desde la que es más
fácil de pronunciar a la que es más difícil.
3. Cada consonante aprendida, se combina posteriormente con todas las vocales de manera
directa (ma, me, mi)
4. Con varias sílabas se empiezan a formar palabras.
5. Después se combinan vocales y consonantes para formar sílabas inversas (im, em, um)
6. Se pasa a formar las sílabas mixtas o trabadas, diptongos, triptongos y finalmente a los
dígrafos ch, ll, rr y la ñ.
7. Se promueve la lectura de sílabas en sus diferentes variantes, después palabras y al final
frases. La diferencia entre el método fonético onomatopéyico y el fonético silábico es que en
ése último se tiene un orden específico de enseñanza de las letras y el énfasis principal está en
la sílaba, no en el sonido. * Secretaría de Educación Pública (SEP). (1972) . Español. Primer
grado. Auxiliar didáctico. México: SEP. p.34 ** Adaptación. Barbosa Heldt, A. (1978). Cómo han
aprendido a leer y escribir los mexicanos. México: Editorial PAX-México. p. 47-67.

*** Adaptación. Tomado de


https://docs.google.com/document/d/1wMGB0wG24oilHvJXd3RR9f0DoPll5sdIKUlrS9f2hoo/edit?pli=1

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