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cuerpo?
formando parte de un todo. El poder identificar cómo responde nuestro cuerpo a las
diferentes emociones nos ayuda a poder liberarlas con más facilidad y a prevenir y evitar desde
Antes de comenzar, prueba a hacer lo siguiente. Cierra los ojos, respira profundamente y
recuerda una situación en la que te sentiste muy triste. ¿En qué parte de tu cuerpo se reflejó esa
Es posible que tengas la sensación de “tener un nudo en la garganta» y que también te resulte
difícil respirar.
Nuestro cuerpo, como parte integrante de nuestro ser que es, localiza físicamente las
emociones en diferentes lugares. Pasemos a ver algunos ejemplos claros de dónde y cómo se
Ira
Sentimos tensión en las mandíbulas, una especie de fuego en el estómago, a la altura del plexo
solar – el punto que se encuentra por debajo del pecho y justo encima del estómago. Nuestro
pecho sube y baja con rapidez y nuestro rostro se congestiona. Las extremidades también se
Miedo
Se nos encoge el estómago. El diafragma deja de funcionar libremente y se nos corta la
Tristeza
Sentimos dolor y opresión en el pecho que puede extenderse por los costados hacia la espalda.
Hay presión en la garganta, como si una mano la atenazara. Las extremidades se vuelven
Sorpresa
Nuestros ojos se abren y las pupilas se dilatan para tratar de recibir mejor el mundo exterior.
Aversión
Tenemos la sensación de que se nos encoge el estómago, avisándonos que lo que tenemos
Alegría
Nuestro corazón salta en el pecho y se irradia hacia todas las partes de nuestro cuerpo. Parece
Amor
Sentimos que nuestro pecho crece y se expande con algo tan grande que no puede contener y
desear fervientemente regalar y compartir. Una corriente de serenidad y placidez alcanza todas
Vergüenza
Nuestro rostro se ruboriza, los vasos sanguíneos de nuestra piel se dilatan y de esta
forma fluye más sangre. Eso es lo que nos da el color rojo al rostro cuando sentimos vergüenza.
prueba a hacer el siguiente juego con tu hijo. Este ejercicio es útil para personas que
Pídele que coja una hoja de papel y se dibuje. Anímalo a que lo decore como desee. Tened el
dibujo siempre a mano. Cuando veas que tu hijo está sintiendo una emoción muy intensa,
Pídele que te señale en qué parte de su cuerpo está sintiendo una especial activación:
¿Siente una presión en el pecho, un calor en el estómago, una especial tensión en las
mandíbulas, una opresión en la garganta? Procura guiarlo con tus preguntas y que sea
Anímalo a que coloree en la silueta aquella parte del cuerpo en la que ha localizado la
emoción.
finalmente, pregúntale qué nombre le pondría. Debatid entre los dos de qué tipo de
emoción puede tratarse. Cuando ambos estéis conformes sobre la emoción que está
tomar conciencia de ella y de cómo tu organismo responde a los distintos estados emocionales.
Desde muy pequeños la educación que recibimos en nuestras familias, la sociedad que nos
rodea, la cultura en la que vivimos inmersos, nos va dando pautas de cómo dar salida a las
diferentes emociones. Dichas pautas, a menudo no son las más saludables para nuestro cuerpo
y para nuestra mente y nos encontramos con que no sabemos muy bien cómo manejar esas
sensaciones que continuamente brotan de nuestro interior. Expresar algunas de ellas puede
La alegría, por ejemplo. Todo el mundo nos aplaude cuando mostramos felicidad. Pero hay
otras emociones, como la tristeza, el miedo o la ira, con las que a menudo nos encontramos con
ciertas dificultades. ¿Qué hago cuando me siento rabioso? Me han enseñado a que debo
“tragarme” el enfado y no expresarlo. ¿Cómo actúo cuando me siento triste? Soy un niño y
estoy cansado de escuchar que los chicos no lloran. Entonces, ¿cómo hago saber a los demás
que necesito de sus atenciones? Tengo miedo, pero todo el mundo me dice que no hay que
mostrar la debilidad, porque en ese caso, los demás pueden hacerte daño… Afortunadamente,