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Curso de seminario de investigación

Actividad evaluativa – Eje 2

Por

Flor María Benavides Igua

Andrés Felipe Berbesi Ibarra

Néstor Javier Robayo Rojas

Profesor
Vladimir Nova

Fundación Universitaria Del Área Andina


Facultad Ciencias Administrativas, Económicas y Financieras
Especialización en Gerencia Financiera
Bogotá D.C
2020

ANALISIS DE TENDENCIAS EN EL CONSUMO DE CAFÉ EN COLOMBIA ENTRE


LOS AÑOS 2010 A 2020

ANALYSIS OF TRENDS IN THE CONSUMPTION OF COFFEE IN COLOMBIA

BETWEEN THE YEARS 2010 AND 2020

Flor Maria Benavides Igua1

Andrés Felipe Berbesi Ibarra2

Néstor Javier Robayo Rojas3

1
Economista, Universidad de Nariño. Pasto, Nariño – Colombia. flormariabenavidesigua@gmail.com

2
Contador Público Universidad Francisco de Paula Santander. Cúcuta, Norte de Santander – Colombia.
aberbesi@estudiantes.areandina.edu.co

3
Ingeniero Agrónomo, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá – Colombia.
nrobayo5@estudiantes.areandina.edu.co
Descripción del problema

Según Giovanucci et al (2004) Citado por Federación Nacional de Cafeteros (2020), el principal
dinamizador del consumo de café en el largo plazo es el crecimiento económico expresado en
términos de ingreso; y aunque los países de ingresos altos son tradicionalmente reconocidos
como los principales demandantes de café, el consumo en países de ingresos medianos y bajos
está comenzando a ganar notoriedad. Estos países no sólo experimentan incrementos importantes
en el consumo de café ante incrementos del ingreso, sino que, si se comparan con los países de
altos ingresos, su consumo tiene una mayor elasticidad ingreso de la demanda (Galindo, 2011).

Según la Organización Internacional del Café (2015) el consumo de las economías emergentes
ha venido aumentando con un promedio anual del 2.3%, mientras que en los países desarrollados
la participación en el mercado paso del 61% al 50% entre el periodo de 1990 a 2012.

Colombia es uno de los países que ha venido aumentando el consumo de café de una manera
sostenida registrando un nivel de consumo de 1,8 millones de sacos de café verde en el 2019.
Como resultado, el consumo per-cápita de café verde pasó de 1,6 kg en 2010 a 2,2 kg en 2019
Federación Nacional de Cafeteros (2020). A pesar de que Colombia produce un café de alta
calidad la cual es reconocida a nivel mundial, el consumo per-cápita es relativamente bajo
comparado con otros países de la región como Honduras con 2,4 kg, El Salvador 2,8 kg, Costa
Rica 4,4 kg y Brasil 6,4 kg. Así mismo, si bien en Colombia el consumo de café se ha
concentrado en estándares de calidad más bajos, privilegiando la preparación al interior del
hogar, algunos hechos recientes sugieren que esto puede estar cambiando, debido a algunas
variaciones que se han presentado en los determinantes socioeconómicos de los patrones de
consumo.

Lo anterior indica que a pesar de que se ha aumentado el consumo de café en Colombia, se debe
identificar los nuevos nichos de mercado que han venido surgiendo a través de las tiendas de
café, mercado de cafés especiales, tendencias de consumo de las generaciones Y y Z y en
términos generales los mercados que surgen a parir de cambios culturales y de condiciones
socioeconomicas
Causas

Como señalan en el resumen ejecutivo Informe de la Misión de Estudios para la Competitividad


de la Caficultura en Colombia (2015) citado por Federación Nacional de Cafeteros (2020), “El
sector cafetero está mucho más orientado a la exportación que cualquier otro, pues exporta el
90% de la producción, es intensivo en empleo (en esto se parece al resto de la agricultura, pero lo
es más que los demás subsectores de la economía), y presenta una muy alta participación de los
salarios en el valor agregado.” Aunque la producción de café ha crecido rápidamente, la
demanda de café en el mundo ha experimentado un crecimiento lento. Consumir café de menor
calidad significa menores costos. La alta tecnificación del cultivo implica mayor producción pero
también lleva a que en el mercado exista mayor cantidad de producto y muchas veces de baja
calidad.

Los tostadores expresan ahora preocupación por el descenso de la calidad del café. Pero han
desarrollado tecnologías que enmascaran la amargura de los cafés más baratos y de menor
calidad, permitiéndoles así utilizar más de ellos en sus mezclas.” Esto demuestra que importa
poco la calidad que se emplea para el consumo interno, así perjudique la salud de los
consumidores. Al bajarse los precios, también bajan los estándares, propiciando que haya una
disminución del consumo y del interés por conocer los beneficios que puede contraer el consumo
de esta bebida.

Efectos

Colombia es un país que venido mejorando su economía en los últimos años y se ha posicionado
como un mercado con alto potencial debido al mejoramiento de los ingresos de la población y la
cierta estabilidad social que se bien desarrollando, sin embargo la agroindustria del café se ha
concentrado principalmente en las exportaciones descuidando el gran potencial que existe en el
mercado interno y teniendo a favor una producción que se ha mantenido por encima de los 14
millones de sacos.

Lo anterior también genera que se pierdan oportunidades para mejorar los ingresos de los
caficultores colombianos y los demás involucrados en la cadena de valor ya que al concentrar la
producción para las exportaciones se tiende a estar muy vulnerable frente a las variaciones que se
presentan en los precios de los commodities como es el café.

Otro efecto que conlleva al bajo consumo de café en Colombia se debe a que la mayoría del café
pergamino después de ser trillado y escogido como de alta calidad es exportado y consumido por
otros países; mientras que el restante que es un 10% representado en pasilla, es decir, café con
defectos o desperdicio, es el que se vende en el interior del país y es el que se consume por la
gran mayoría de Colombianos a un precio muy bajo.
Objetivos

Objetivo general

Analizar las tendencias que se han presentado en cuanto a consumo de café en Colombia entre
los años 2010 a 2020

Objetivos específicos

Identificar los segmentos de la población donde se encuentra el mercado de café en Colombia.

Establecer la importancia del mercado interno de café para la economía del país

Describir los principales hábitos de consumo de café que se están desarrollando en Colombia

Describir los nuevos escenarios en los cuales se está desarrollando el consumo de café en
Colombia y las tendencias de consumo en las poblaciones más jóvenes.
Justificación

La producción mundial de café en el año cosecha 2018/19 aumento 8,9% con respecto al año

inmediatamente anterior para alcanzar 173,7 millones de sacos de café verde de 60 kg, mientras

que consumo mundial de café creció 2.1% en 2018/19 con respecto al año anterior y alcanzo un

volumen de 164,2 millones de sacos, generando un superávit de 9,5 millones de sacos. El

consumo aumento en 2,2 millones de sacos siendo Estados Unidos el mayor consumidor, con

26,8 millones de sacos, 3% más que en el año anterior. La producción de Colombia en 2019

aumento de forma considerable y alcanzo un volumen de 14.8 millones de sacos, 8,8% más que

en el 2018. El consumo interno en el año 2019 se mantuvo en 1.8 millones de sacos, igual que el

año inéditamente anterior. (FNC, 2020).

El consumo interno anual de café en Colombia es de 2,2 kg por persona, 2,9 veces inferior al

consumo percapita de Brasil, el país productor de mayor consumo percapita, de 6,4 kg por

persona. Lo cual muestra el gran potencial que tiene Colombia para elevar el consumo interno

percapita aprovechando el crecimiento continuo que ha tenido en los últimos años y sobre todo

enfocando las estrategias comerciales para llegar a nuevos públicos objetivo como son las

generaciones Millennials y Centennials.

Es muy importante analizar las dinámicas y tendencias del consumo de café en Colombia

principalmente en la última década y reconocer el papel que ha tenido la industria cafetera a

través del tiempo en la generación de dividendos al país por medio de las exportaciones a

diferentes mercados internacionales, pero donde ahora se reconoce al mercado interno con un

alto potencial para desarrollar un mayor consumo de café con atractivo comercial y donde se

pueden explorar diferentes líneas de presentación para el producto.


Antecedentes

Mujeres y hombres empezaron a tomar café hace muchos años atrás, y los rastros de cultivo y

comercio “oficial” de café se remontan nada menos que al siglo XV. Hoy en día el café se

produce comercialmente en más de 50 países y en el mundo se toman más de tres mil millones

de tazas al día, uno solo o con la familia, los amigos y los colegas, sentado o andando, en casa o

en cafeterías e incluso en el espacio ultraterrestre. (OIC, 2019)

Millones de cultivadores de café, la mayor parte agricultores en pequeña escala, aumentaron la

producción un 50% en estas dos últimas décadas. Los países productores de café todavía

exportan la mayor parte de lo que producen y ganan alrededor de USD 20 mil millones en

ingresos de exportación al año. Se calcula que los ingresos anuales del sector cafetero en su

totalidad rebasan los USD 220 mil millones, más de 11 veces el valor de las exportaciones que

reciben los países productores (OIC, 2019)

A continuación se presenta un recorrido por diferentes estudios y análisis realizados en torno a la

producción y consumo de café en Colombia.

Los cambios estructurales en la caficultura mundial que trajo consigo el fin del pacto cafetero de

cuotas en 1989, sólo tuvieron pleno impacto en el consumo interno en Colombia a principios del

presente siglo. Esto se explica principalmente por la existencia de inventarios, políticas internas

de fomento del consumo, cambios sociales que llevaron a la concentración de la mayoría de los

consumidores en grandes centros urbanos y modificaron el estilo de vida, y a los cambios en los

hábitos de consumo que trajo la apertura económica.


Es así como desde mediados de los 80´s hasta 2009 el consumo de café presenta una tendencia

negativa que sólo registró un quiebre positivo a principios de la segunda década del presente

siglo. En particular, se pueden identificar cuatro periodos con diferentes tendencias de consumo

en este lapso de tiempo (FNC, 2014)

Una primera etapa tiene lugar entre los 70´s y hasta el año 87 cuando el consumo creció a una

tasa extraordinaria gracias a la existencia de un subsidio al consumidor. En su pico, entre los

años 86 y 87, el indicador de consumo anual se ubicó en volúmenes cercanos al millón

novecientos mil sacos. En tanto, el consumo per cápita en café verde ascendió a 3,9 kilos, niveles

por encima de los registrados por El Salvador (2,1), Guatemala (2,1), y Honduras (2,2), y

cercanos a los de Brasil (4,0) (Clavijo, Jaramillo, & Leibovich, 1994, citados por FNC, 2014).

Según el CNC (1987) el subsidio en un entorno de economía cerrada con una baja oferta de

bebidas sustituto, elevó la incidencia que en su pico, en 1986, llegó al 97,3% de los hogares

urbanos colombianos y generó una arraigada tradición de consumo de café con un promedio de

12,7 tazas diarias por hogar

Una segunda etapa se inicia con una caída vertiginosa del consumo a partir de 1987 cuando se

inicia el desmonte del pacto internacional de cuotas y hasta 1989, año en el cual el consumo

anual cae a 1,5 millones de sacos, para luego mantenerse con algunas variaciones entre los años

89 y 99 en los cuales oscila entre 1,3 y 1,6 millones de sacos año.

El tercer periodo dibuja una curva decreciente del consumo entre el final de 1999 y el año 2010.

Por primera vez después de la ruptura del pacto internacional de cuotas el precio de referencia

obedece a las condiciones del balance mundial cafetero. Es así como el incremento de precios
que trajo la reducción de la oferta mundial a raíz de la crisis de precio de comienzos de siglo y la

creciente presencia de bebidas sustituto, sumados a la ausencia de una iniciativa continuada de

promoción del consumo, contrajeron la demanda de café aceleradamente. El punto más bajo del

período es 2007 - 2009 cuando el consumo se ubica en un 1,2 millones de sacos y el consumo

per cápita de café en Colombia desciende a 1,6 kg, ubicándose por debajo del consumo per

cápita de café de los países de Latinoamérica (1,8 kg.). La incidencia en hogares desciende a

89% y el número de tazas diarias por hogar a 9,4 (CNC, 2007).

Una cuarta etapa se marca a partir de 2010, momento en que se consolida el Programa Toma

Café. El lanzamiento de la iniciativa coincide con una abrupta reducción en la cosecha cafetera

colombiana ocasionada por factores climáticos y por un consecuente exceso de demanda por el

grano nacional en mercados externos. Tanto los esfuerzos de Toma Café como el incremento en

las importaciones, que suplieron la baja disponibilidad de materia prima origen Colombia,

permitieron crear las condiciones para estimular el consumo doméstico, que se reactiva en 2010

después de 20 años de contracción (FNC, 2014).

En suma, en los años recientes se asiste a una renovada dinámica del consumo jalonada por la

innovación y un trabajo coordinado de la cadena cafetera reunida alrededor del Programa Toma

Café que pone la categoría Café nuevamente en la ruta del crecimiento con un volumen estimado

de 1,5 millones de sacos al cierre de 2013. Ahora bien, esta nueva dinámica permite avizorar que

aún existe un importante espacio para crecer y ubicar el consumo interno a niveles cercanos a los

observados en la década de los 90’s.

Aunque la Federación Nacional de Cafeteros se ha encargado del desarrollo de alianzas y

programas que promuevan el consumo de café, con el objeto de penetrar nuevos mercados,
aprovechar las oportunidades que ofrecen los mercados emergentes y mantener el

posicionamiento del país como uno de los mayores productores de café en el ámbito

internacional (Echavarría, Esguerra, McAllister & Robayo, 2015; FNC, 2015a), se requieren

iniciativas innovadoras que permitan acceder a mercados con valor o a eslabones más avanzados.

En las últimas dos décadas, el ingreso de los hogares colombianos se ha multiplicado de forma

considerable; el PIB de Colombia a precios constantes de 2015 creció a una tasa promedio de

3,8% (MHCP, 2019, citado por FNC, 2020a). Además, según las estimaciones del DANE

(2019), la población considerada como clase media consolidada también ha crecido

significativamente. Entre 2002 y 2018 pasó de representar el 21,7% del total de población al

30,8%, mientras que, la población en pobreza pasó del 42% al 27% en el mismo periodo. A nivel

interno, también se han identificado posibles cambios en las modalidades de consumo que

muestran un viraje hacia el consumo fuera del hogar y un crecimiento del consumo del café

soluble (FNC, 2020a).

Según Nielsen (citado por Amaya, 2019) en Colombia el consumo de café en el año 2018

alcanzó el 4%, cifra significativa, si se tiene en cuenta que el consumo a nivel mundial, subió en

ese mismo periodo entre el 1.5% y 2%. En una investigación el 85% de los colombianos

consume la bebida, el 39% lo consume en casa, el segundo lugar de consumo son las oficinas y

en tercer lugar en los establecimientos como Tostao, Juan Valdez, Oma, entre otros. El consumo

de café en Colombia se realiza a cualquier hora del día, pero según los datos arrojados por la

plataforma de nielsen el momento del día en donde más se toma café es en la tarde, prefiriendo el

café negro, en vez del espresso o las bebidas que vienen preparadas con leche. (Vargas Brand,

2018, citado por Amaya, 2019)


Las tendencias de consumo han cambiado últimamente, ahora las personas están dispuestas a

cambiar los estilos de vida, en Colombia, según Nielsen “Los consumidores en Colombia están

más interesados por saber los beneficios del producto que les vende en pro a la salud y además

que haya un valor como empresa.

Para Salazar, R. Y., Mora, C. & Duarte, M. (2019) las tendencias de consumo van de acuerdo

con los movimientos de localidad y respeto que se van extendiendo cada vez más en la

producción y en ese sentido ahora los consumidores están más informados, son más críticos y

reflexivos, por lo que se nota en ellos un interés internacional que los motiva a probar todo tipo

de cafés, apostar por múltiples características y reconocer ante todo el origen de los cafés que

beben cotidianamente.

Según FNC (2020a) Colombia tiene hoy un gran potencial para incrementar de manera

considerable su consumo interno de café. Sin duda, esta nueva dinámica de la demanda debe ser

aprovechada por el sector cafetero, no sólo para incentivar el consumo del café estándar, sino

para impulsar el consumo interno de cafés de mejor calidad y mayor valor agregado. Ello

implicaría que los consumidores colombianos podrían pagar un precio equivalente a lo que

pagan consumidores de otros países por el mismo café descontando los costos de fletes, seguros,

etc. En este sentido, es necesario contar con mejores estadísticas del consumo de café de los

hogares colombianos, diferenciando oportunidades según los tipos de presentación del café para

el consumidor final (molido, grano, soluble, entre otros) y la modalidad de consumo (al interior o

fuera del hogar).


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