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Por
Profesor
Vladimir Nova
1
Economista, Universidad de Nariño. Pasto, Nariño – Colombia. flormariabenavidesigua@gmail.com
2
Contador Público Universidad Francisco de Paula Santander. Cúcuta, Norte de Santander – Colombia.
aberbesi@estudiantes.areandina.edu.co
3
Ingeniero Agrónomo, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá – Colombia.
nrobayo5@estudiantes.areandina.edu.co
Descripción del problema
Según Giovanucci et al (2004) Citado por Federación Nacional de Cafeteros (2020), el principal
dinamizador del consumo de café en el largo plazo es el crecimiento económico expresado en
términos de ingreso; y aunque los países de ingresos altos son tradicionalmente reconocidos
como los principales demandantes de café, el consumo en países de ingresos medianos y bajos
está comenzando a ganar notoriedad. Estos países no sólo experimentan incrementos importantes
en el consumo de café ante incrementos del ingreso, sino que, si se comparan con los países de
altos ingresos, su consumo tiene una mayor elasticidad ingreso de la demanda (Galindo, 2011).
Según la Organización Internacional del Café (2015) el consumo de las economías emergentes
ha venido aumentando con un promedio anual del 2.3%, mientras que en los países desarrollados
la participación en el mercado paso del 61% al 50% entre el periodo de 1990 a 2012.
Colombia es uno de los países que ha venido aumentando el consumo de café de una manera
sostenida registrando un nivel de consumo de 1,8 millones de sacos de café verde en el 2019.
Como resultado, el consumo per-cápita de café verde pasó de 1,6 kg en 2010 a 2,2 kg en 2019
Federación Nacional de Cafeteros (2020). A pesar de que Colombia produce un café de alta
calidad la cual es reconocida a nivel mundial, el consumo per-cápita es relativamente bajo
comparado con otros países de la región como Honduras con 2,4 kg, El Salvador 2,8 kg, Costa
Rica 4,4 kg y Brasil 6,4 kg. Así mismo, si bien en Colombia el consumo de café se ha
concentrado en estándares de calidad más bajos, privilegiando la preparación al interior del
hogar, algunos hechos recientes sugieren que esto puede estar cambiando, debido a algunas
variaciones que se han presentado en los determinantes socioeconómicos de los patrones de
consumo.
Lo anterior indica que a pesar de que se ha aumentado el consumo de café en Colombia, se debe
identificar los nuevos nichos de mercado que han venido surgiendo a través de las tiendas de
café, mercado de cafés especiales, tendencias de consumo de las generaciones Y y Z y en
términos generales los mercados que surgen a parir de cambios culturales y de condiciones
socioeconomicas
Causas
Los tostadores expresan ahora preocupación por el descenso de la calidad del café. Pero han
desarrollado tecnologías que enmascaran la amargura de los cafés más baratos y de menor
calidad, permitiéndoles así utilizar más de ellos en sus mezclas.” Esto demuestra que importa
poco la calidad que se emplea para el consumo interno, así perjudique la salud de los
consumidores. Al bajarse los precios, también bajan los estándares, propiciando que haya una
disminución del consumo y del interés por conocer los beneficios que puede contraer el consumo
de esta bebida.
Efectos
Colombia es un país que venido mejorando su economía en los últimos años y se ha posicionado
como un mercado con alto potencial debido al mejoramiento de los ingresos de la población y la
cierta estabilidad social que se bien desarrollando, sin embargo la agroindustria del café se ha
concentrado principalmente en las exportaciones descuidando el gran potencial que existe en el
mercado interno y teniendo a favor una producción que se ha mantenido por encima de los 14
millones de sacos.
Lo anterior también genera que se pierdan oportunidades para mejorar los ingresos de los
caficultores colombianos y los demás involucrados en la cadena de valor ya que al concentrar la
producción para las exportaciones se tiende a estar muy vulnerable frente a las variaciones que se
presentan en los precios de los commodities como es el café.
Otro efecto que conlleva al bajo consumo de café en Colombia se debe a que la mayoría del café
pergamino después de ser trillado y escogido como de alta calidad es exportado y consumido por
otros países; mientras que el restante que es un 10% representado en pasilla, es decir, café con
defectos o desperdicio, es el que se vende en el interior del país y es el que se consume por la
gran mayoría de Colombianos a un precio muy bajo.
Objetivos
Objetivo general
Analizar las tendencias que se han presentado en cuanto a consumo de café en Colombia entre
los años 2010 a 2020
Objetivos específicos
Establecer la importancia del mercado interno de café para la economía del país
Describir los principales hábitos de consumo de café que se están desarrollando en Colombia
Describir los nuevos escenarios en los cuales se está desarrollando el consumo de café en
Colombia y las tendencias de consumo en las poblaciones más jóvenes.
Justificación
La producción mundial de café en el año cosecha 2018/19 aumento 8,9% con respecto al año
inmediatamente anterior para alcanzar 173,7 millones de sacos de café verde de 60 kg, mientras
que consumo mundial de café creció 2.1% en 2018/19 con respecto al año anterior y alcanzo un
consumo aumento en 2,2 millones de sacos siendo Estados Unidos el mayor consumidor, con
26,8 millones de sacos, 3% más que en el año anterior. La producción de Colombia en 2019
aumento de forma considerable y alcanzo un volumen de 14.8 millones de sacos, 8,8% más que
en el 2018. El consumo interno en el año 2019 se mantuvo en 1.8 millones de sacos, igual que el
El consumo interno anual de café en Colombia es de 2,2 kg por persona, 2,9 veces inferior al
consumo percapita de Brasil, el país productor de mayor consumo percapita, de 6,4 kg por
persona. Lo cual muestra el gran potencial que tiene Colombia para elevar el consumo interno
percapita aprovechando el crecimiento continuo que ha tenido en los últimos años y sobre todo
enfocando las estrategias comerciales para llegar a nuevos públicos objetivo como son las
Es muy importante analizar las dinámicas y tendencias del consumo de café en Colombia
través del tiempo en la generación de dividendos al país por medio de las exportaciones a
diferentes mercados internacionales, pero donde ahora se reconoce al mercado interno con un
alto potencial para desarrollar un mayor consumo de café con atractivo comercial y donde se
Mujeres y hombres empezaron a tomar café hace muchos años atrás, y los rastros de cultivo y
comercio “oficial” de café se remontan nada menos que al siglo XV. Hoy en día el café se
produce comercialmente en más de 50 países y en el mundo se toman más de tres mil millones
de tazas al día, uno solo o con la familia, los amigos y los colegas, sentado o andando, en casa o
producción un 50% en estas dos últimas décadas. Los países productores de café todavía
exportan la mayor parte de lo que producen y ganan alrededor de USD 20 mil millones en
ingresos de exportación al año. Se calcula que los ingresos anuales del sector cafetero en su
totalidad rebasan los USD 220 mil millones, más de 11 veces el valor de las exportaciones que
Los cambios estructurales en la caficultura mundial que trajo consigo el fin del pacto cafetero de
cuotas en 1989, sólo tuvieron pleno impacto en el consumo interno en Colombia a principios del
presente siglo. Esto se explica principalmente por la existencia de inventarios, políticas internas
de fomento del consumo, cambios sociales que llevaron a la concentración de la mayoría de los
consumidores en grandes centros urbanos y modificaron el estilo de vida, y a los cambios en los
negativa que sólo registró un quiebre positivo a principios de la segunda década del presente
siglo. En particular, se pueden identificar cuatro periodos con diferentes tendencias de consumo
Una primera etapa tiene lugar entre los 70´s y hasta el año 87 cuando el consumo creció a una
novecientos mil sacos. En tanto, el consumo per cápita en café verde ascendió a 3,9 kilos, niveles
por encima de los registrados por El Salvador (2,1), Guatemala (2,1), y Honduras (2,2), y
cercanos a los de Brasil (4,0) (Clavijo, Jaramillo, & Leibovich, 1994, citados por FNC, 2014).
Según el CNC (1987) el subsidio en un entorno de economía cerrada con una baja oferta de
bebidas sustituto, elevó la incidencia que en su pico, en 1986, llegó al 97,3% de los hogares
urbanos colombianos y generó una arraigada tradición de consumo de café con un promedio de
Una segunda etapa se inicia con una caída vertiginosa del consumo a partir de 1987 cuando se
inicia el desmonte del pacto internacional de cuotas y hasta 1989, año en el cual el consumo
anual cae a 1,5 millones de sacos, para luego mantenerse con algunas variaciones entre los años
El tercer periodo dibuja una curva decreciente del consumo entre el final de 1999 y el año 2010.
Por primera vez después de la ruptura del pacto internacional de cuotas el precio de referencia
obedece a las condiciones del balance mundial cafetero. Es así como el incremento de precios
que trajo la reducción de la oferta mundial a raíz de la crisis de precio de comienzos de siglo y la
promoción del consumo, contrajeron la demanda de café aceleradamente. El punto más bajo del
período es 2007 - 2009 cuando el consumo se ubica en un 1,2 millones de sacos y el consumo
per cápita de café en Colombia desciende a 1,6 kg, ubicándose por debajo del consumo per
cápita de café de los países de Latinoamérica (1,8 kg.). La incidencia en hogares desciende a
Una cuarta etapa se marca a partir de 2010, momento en que se consolida el Programa Toma
Café. El lanzamiento de la iniciativa coincide con una abrupta reducción en la cosecha cafetera
colombiana ocasionada por factores climáticos y por un consecuente exceso de demanda por el
grano nacional en mercados externos. Tanto los esfuerzos de Toma Café como el incremento en
las importaciones, que suplieron la baja disponibilidad de materia prima origen Colombia,
permitieron crear las condiciones para estimular el consumo doméstico, que se reactiva en 2010
En suma, en los años recientes se asiste a una renovada dinámica del consumo jalonada por la
innovación y un trabajo coordinado de la cadena cafetera reunida alrededor del Programa Toma
Café que pone la categoría Café nuevamente en la ruta del crecimiento con un volumen estimado
de 1,5 millones de sacos al cierre de 2013. Ahora bien, esta nueva dinámica permite avizorar que
aún existe un importante espacio para crecer y ubicar el consumo interno a niveles cercanos a los
programas que promuevan el consumo de café, con el objeto de penetrar nuevos mercados,
aprovechar las oportunidades que ofrecen los mercados emergentes y mantener el
posicionamiento del país como uno de los mayores productores de café en el ámbito
internacional (Echavarría, Esguerra, McAllister & Robayo, 2015; FNC, 2015a), se requieren
iniciativas innovadoras que permitan acceder a mercados con valor o a eslabones más avanzados.
En las últimas dos décadas, el ingreso de los hogares colombianos se ha multiplicado de forma
considerable; el PIB de Colombia a precios constantes de 2015 creció a una tasa promedio de
3,8% (MHCP, 2019, citado por FNC, 2020a). Además, según las estimaciones del DANE
significativamente. Entre 2002 y 2018 pasó de representar el 21,7% del total de población al
30,8%, mientras que, la población en pobreza pasó del 42% al 27% en el mismo periodo. A nivel
interno, también se han identificado posibles cambios en las modalidades de consumo que
muestran un viraje hacia el consumo fuera del hogar y un crecimiento del consumo del café
Según Nielsen (citado por Amaya, 2019) en Colombia el consumo de café en el año 2018
alcanzó el 4%, cifra significativa, si se tiene en cuenta que el consumo a nivel mundial, subió en
ese mismo periodo entre el 1.5% y 2%. En una investigación el 85% de los colombianos
consume la bebida, el 39% lo consume en casa, el segundo lugar de consumo son las oficinas y
en tercer lugar en los establecimientos como Tostao, Juan Valdez, Oma, entre otros. El consumo
de café en Colombia se realiza a cualquier hora del día, pero según los datos arrojados por la
plataforma de nielsen el momento del día en donde más se toma café es en la tarde, prefiriendo el
café negro, en vez del espresso o las bebidas que vienen preparadas con leche. (Vargas Brand,
cambiar los estilos de vida, en Colombia, según Nielsen “Los consumidores en Colombia están
más interesados por saber los beneficios del producto que les vende en pro a la salud y además
Para Salazar, R. Y., Mora, C. & Duarte, M. (2019) las tendencias de consumo van de acuerdo
con los movimientos de localidad y respeto que se van extendiendo cada vez más en la
producción y en ese sentido ahora los consumidores están más informados, son más críticos y
reflexivos, por lo que se nota en ellos un interés internacional que los motiva a probar todo tipo
de cafés, apostar por múltiples características y reconocer ante todo el origen de los cafés que
beben cotidianamente.
Según FNC (2020a) Colombia tiene hoy un gran potencial para incrementar de manera
considerable su consumo interno de café. Sin duda, esta nueva dinámica de la demanda debe ser
aprovechada por el sector cafetero, no sólo para incentivar el consumo del café estándar, sino
para impulsar el consumo interno de cafés de mejor calidad y mayor valor agregado. Ello
implicaría que los consumidores colombianos podrían pagar un precio equivalente a lo que
pagan consumidores de otros países por el mismo café descontando los costos de fletes, seguros,
etc. En este sentido, es necesario contar con mejores estadísticas del consumo de café de los
hogares colombianos, diferenciando oportunidades según los tipos de presentación del café para
el consumidor final (molido, grano, soluble, entre otros) y la modalidad de consumo (al interior o
su competencia con Juan Valdez. (Tesis inédita de pregrado). Universidad Militar Nueva
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