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La atmósfera está compuesta principalmente por nitrógeno (78%) y oxígeno (21%), y también contiene vapor de agua, dióxido de carbono y otros gases en menores proporciones. Se divide en troposfera, estratosfera, mesosfera y termosfera, siendo la troposfera donde ocurren los fenómenos meteorológicos. La atmósfera protege la vida en la Tierra al absorber la radiación ultravioleta y mantener una temperatura estable.
Descripción original:
Composición, Estructura y Evolución de la Atmósfera
Título original
Composición, Estructura y Evolución de la Atmósfera
La atmósfera está compuesta principalmente por nitrógeno (78%) y oxígeno (21%), y también contiene vapor de agua, dióxido de carbono y otros gases en menores proporciones. Se divide en troposfera, estratosfera, mesosfera y termosfera, siendo la troposfera donde ocurren los fenómenos meteorológicos. La atmósfera protege la vida en la Tierra al absorber la radiación ultravioleta y mantener una temperatura estable.
La atmósfera está compuesta principalmente por nitrógeno (78%) y oxígeno (21%), y también contiene vapor de agua, dióxido de carbono y otros gases en menores proporciones. Se divide en troposfera, estratosfera, mesosfera y termosfera, siendo la troposfera donde ocurren los fenómenos meteorológicos. La atmósfera protege la vida en la Tierra al absorber la radiación ultravioleta y mantener una temperatura estable.
TEMA: Composición, Estructura y Evolución de la Atmósfera
CHOTA, JULIO DE 2020
ATMOSFERA LA VIDA DEPENDE DE LAS CARACTERÍSTICAS CONCRETAS DE NUESTRA ATMÓSFERA, DE SU COMPOSICIÓN, SU TEMPERATURA Y SU CAPACIDAD DE PROTEGERLA DE SUS RADIACIONES QUE LA PERJUDICAN. La atmósfera tiene un importante papel en el calentamiento de la tierra. La atmósfera es como la manta de la tierra; si no hubiera atmósfera, la temperatura del planeta seria de 22 º C bajo cero. En este sentido debemos recordar que la atmósfera no se comporta como un receptor pasivo de las sustancias contaminantes sino que las distribuye, las dispersa o las concentra según una serie de factores como son el viento, la lluvia, las inversiones o la turbulencia. Por lo que respecta a las especies vivientes, lo que más nos interesa de la atmósfera es justamente la franja que está en contacto con la corteza terrestre, aquella que se solapa parcialmente con la biosfera. Pero se ha de tener en cuenta que esta franja en contacto con la tierra no es independiente de las capas superiores, alguna de las cuales tienen una importancia fundamental en el desarrollo de la vida. El aire que respiramos está compuesto básicamente por dos elementos: el nitrógeno y el oxígeno en una proporción muy aproximada de 4 a 1. En concreto, el nitrógeno ocupa el 78,084% del volumen del aire mientras que el oxígeno ocupa el 20,946%. También están presentes otros componentes en proporciones menores. El nitrógeno es una sustancia inerte que no reacciona con facilidad. De hecho, el nitrógeno reduce los efectos del oxígeno, un elemento muy activo. El oxígeno, en cambio, es muy reactivo y es, por ejemplo, el responsable de los procesos de oxidación. Las combustiones, una forma rápida de oxidación, son posibles gracias a la presencia de oxígeno. También la respiración de los seres vivos, animales y plantas es una forma de oxidación y es posible gracias a la contribución de este elemento. El resto del total, casi un 1%, está constituida por una serie de gases, el más importante de los cuales, cuantitativamente, es el argón. En proporciones mucho más pequeñas encontramos algunos otros gases como el neón, el criptón, y el xenón. También hay pequeñas proporciones de hidrógeno y óxido nitroso. Otros gases se encuentran en cantidades variables. El vapor del agua puede variar desde un 0% en zonas desérticas, hasta un 4%. Se encuentra concentrado en las partes bajas y su proporción disminuye en altura. Es también el responsable de la formación de nubes, interviene en muchos fenómenos meteorológicos y tiene una importancia capital en el intercambio energético entre la atmósfera y la superficie terrestre a causa de sus cambios de estado y de la absorción de ciertas radiaciones. La tierra es el único planeta que tiene una atmósfera donde el agua se puede encontrar en sus tres estados: sólido, líquido y gaseoso. Su importancia, en cuanto al desarrollo y mantenimiento de la vida en el planeta, es fundamental. El dióxido de carbono está presente en la atmósfera en una proporción muy pequeña, alrededor de 0,03 % de media. Pero tiene un papel muy importante en el balance de radiación del sistema Sol-Tierra-Atmósfera porque colabora en el calentamiento de la tierra en un proceso que se denomina efecto invernadero. Contribuye de una manera decisiva en el mantenimiento de la vida en formar parte del proceso de la fotosíntesis. Otros componentes variables de la atmósfera son el monóxido de carbono (CO), producto de combustiones incompletas, el metano, el amoníaco, el ozono, el dióxido de nitrógeno. A parte de estos componentes se debe considerar la presencia de elementos originados por la actividad humana o de los seres vivos y también de los procedentes del sol, los océanos, los ríos o los volcanes: partículas, polen, bacterias, polvo, humos, gases diversos, sales, y unos cuantos más, en proporciones mucho más pequeñas. ESTRUCTURA DE LA ATMÓSFERA Podemos diferenciar tres grandes regiones: La homosfera, hasta los 90 kilómetros, en la cual la presencia de la turbulencia mezcla constantemente los gases, cosa que hace que la composición sea idéntica a ras de tierra o a 60 kilómetros de altura. La heterosfera, de los 90 a los 1.000 kilómetros, en la cual a causa de la ausencia de turbulencia la composición de gases varia según la altura. Estos gases se distribuyen de acuerdo con la densidad, de manera que los más densos están más cerca de la tierra y los más ligeros más lejos. Se pueden diferenciar cuatro capas, que en orden de más interna a más externa son: una de nitrógeno molecular, una de oxígeno atómico, una de helio, y una de hidrógeno atómico, el elemento más ligero de todos, que acaba por confundirse con el espacio exterior. La exosfera, que se extiende a partir de los 1.000 kilómetros. Las pocas moléculas de gases que llegan a estas alturas se escapan al espacio. Hay varios criterios para segmentar la atmósfera, siendo el más usual el de la temperatura, en relación a la altitud. La troposfera es la capa más cercana a la superficie terrestre. Se extiende desde el suelo hasta una media de 10 o 12 kilómetros con un máximo de unos 17 en la zona ecuatorial, y un mínimo de unos 8, en los Polos. Este límite, denominado tropopausa, varia, además según la estación del año. En la troposfera se concentra la mayor parte de la masa total de la atmósfera. Es en la troposfera donde tienen lugar todos los fenómenos meteorológicos que originan lo que vulgarmente conocemos como "tiempo atmosférico". También es importante porque es aquí donde se produce el transporte de calor y vapor de agua y liberación y transporte de las sustancias y partículas contaminantes. Por encima de la tropopausa y hasta aproximadamente los 50 kilómetros de altura se extiende la estratosfera, en la cual la temperatura se mantiene constante en la zona inferior para subir después progresivamente hasta llegar a la estratopausa. Desde el punto de vista de la contaminación, la estratosfera es interesante porque puede acumular ciertos productos producidos en la troposfera. También lo es porque contiene la mayor parte de la capa de ozono, la máxima concentración de la cual se localiza alrededor de los 22 kilómetros de altura. Esta capa absorbe la radiación ultravioleta procedente del espacio exterior y permite así el desarrollo de la vida. Por encima de la estratopausa se sitúan la mesosfera y la termosfera. En la mesosfera la temperatura baja para alcanzar los niveles más bajos de la atmósfera. En cambio en la termosfera vuelve a subir y llega hasta los 1.000º C. La exploración y el estudio de la atmósfera se llevan a cabo mediante sistemas de exploración horizontal y sistemas de exploración vertical. Los sistemas de vigilancia horizontal son: La red de observatorios, situados cada 100 kilómetros, equipados con sensores para todas las variables meteorológicas y con la función de transmitir los datos para el pronóstico meteorológico. La red de observatorios locales y eventuales para el estudio de movimientos a microescala La exploración vertical es más importante, dado que da una información más completa del estado de la atmósfera, pero también más costosa y complicada. Hay diversas instalaciones y aparatos: • Torres meteorológicas con sensores de radiación, temperatura, presión, humedad, dirección y velocidad del viento a diferentes niveles de tierra. Alcanzan una escala de 100 metros de altura como máximo. • Radiosondas: son globos llenos de hidrógeno o de helio. Llevan sensores de temperatura, presión y humedad y un transmisor de datos. Hay la posibilidad de conocer la posición del globo y la velocidad del viento por un comando a distancia. Estas sondas son de duración limitada. Alcanzan una escala de 25 kilómetros. • Globo sonda: hay libres y cautivos. Los libres se dejan vagar a la atmósfera. Los globos sonda cautivos se denominan así porque pueden ser recuperados después de una exploración. Son muy grandes y por razones de seguridad no se pueden llenar de hidrógeno. Llegan hasta 1.000 o 1.500 metros. • Sodar: exploración de la atmósfera de forma indirecta. Se basa en la refracción de las ondas sonoras por capas de diferente temperatura y velocidad y da información de la estructura vertical y horizontal de vientos y temperatura. • Radar: se basa en el mismo principio que el sodar pero en este caso son ondas electromagnéticas • Satélites artificiales de órbita polar: giran alrededor de la tierra y pasan diversas veces por un mismo punto a una hora determinada. Esto tiene el inconveniente de que no se puede observar de manera continua un lugar en particular. Alcanzan una escala de 1.000 kilómetros. • Satélites de órbita geoestacionaria: giran a la misma velocidad que la rotación de la Tierra, y por tanto están fijos respecto a un punto determinado. En consecuencia permiten seguir la evolución de cualquier fenómeno meteorológico en una zona concreta. Están situados a unos 36.000 kilómetros de altura. El METEOSAT europeo y el GOES americano son de este tipo. GRACIAS