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LA ATMOSFERA

La atmósfera es la capa de gases que se encuentra alrededor de la Tierra,


evitando que los rayos del sol la atraviesen, protegiendo la vida sobre la Tierra,
absorbiendo gran parte de la radiación solar ultravioleta en la capa de ozono.

“La atmósfera está formada en un 78% de nitrógeno, en un 21% de oxígeno, en un


1% de vapor de agua y en una cantidad ínfima de otros gases como el argón o el
monóxido de carbono”

Está dividida en varias capas en las cuales ocurren diferentes fenómenos:

Troposfera

Esta es la capa de la atmósfera más cercana a la superficie de la Tierra, se


extiende hacia arriba aproximadamente de 10 a 15 km. Contiene el 75% de la
masa atmosférica. La temperatura y la presión baja a mayor altura por la
troposfera.

En la parte más alta de la troposfera se encuentra la tropopausa donde la


temperatura alcanza un mínimo estable. Algunos científicos llaman a la
tropopausa una “capa térmica” o “una trampa fría” debido a que este es el punto
donde el vapor de agua no puede ir más alto, ya que cambia a hielo y es atrapada.
Si no hubiera una trampa fría, la Tierra podría perder toda su agua.

El tiempo, que nosotros conocemos, también se produce en la troposfera. El


calentamiento desigual de las regiones de la troposfera por el Sol causa la
convección de corrientes y vientos. La tropopausa actúa como una barrera
invisible y es la razón por la que dentro de ella se formen nubes y el fenómeno del
tiempo.
Estratosfera

Esta capa se encuentra encima de la troposfera y tiene una profundidad de 35 km


aproximadamente. Se extiende desde la superficie de la tierra de 15 a 50 km. La
estratosfera es más caliente en la parte superior que en la inferior. La parte más
baja tiene una temperatura constante pero la parte de arriba se incrementa con la
altitud debido a la absorción de los rayos solares por ozono. Por lo tanto, la
situación de la temperatura es la contraria a la que sucede en la troposfera.

Mesosfera

Directamente encima de la estratosfera extendiéndose por encima de la superficie


de la Tierra de 50 a 80 km se encuentra la mesosfera, una capa fría cuya
temperatura decrece al incrementarse la altitud. En esta capa la atmósfera está
muy enrarecida, pero aún así es lo suficientemente gruesa como para enlentecer a
los meteoritos de precipitarse en la atmósfera, donde se queman, dejando rastros
de fuego en el cielo nocturno.

Aquí los meteoros que ingresan se desintegran convirtiéndose en las estrellas


fugaces que vemos algunas noches.

Termosfera

La termosfera se extiende desde la superficie de la Tierra a 80 km hacia el espacio


exterior. La temperatura es caliente, pudiendo estar a miles de grados. Está
formada principalmente por átomos cargados eléctricamente, llamados iones. Las
pocas partículas que se encuentran presentes en esta capa cuentan con una gran
cantidad de energía procedente del Sol.

A la termosfera le corresponde la heterosfera, una zona donde no hay distribución


uniforme de gases. En otras palabras, los gases no están bien mezclados; no
obstante, están estratificados en capas, en concordancia con sus masas
moleculares. En contraste con los gases de la homosfera (consiste en la
troposfera, estratosfera y mesosfera) que están distribuidos uniformemente.

En esta capa rebotan las ondas radioeléctricas de radios y televisores y pueden


llegar de un punto a otro del planeta sin perderse en el espacio.

Exosfera

La última capa de la atmósfera de la Tierra es la exosfera. Es la que une el


espacio exterior con las capas más interiores. Se trata por tanto de la capa menos
densa y sirve de transición hacia una zona sin gases ni gravedad aparente.

En esta zona la acción de la gravedad es mínima de modo que algunos gases


muy ligeros pueden llegar a escapar de su acción y perderse en el espacio
interplanetario.

Es precisamente en esta franja atmosférica en la que orbitan algunos satélites


meteorológicos y otros satélites artificiales lanzados por el hombre.

Composición de la atmósfera

la atmósfera tiene una composición que permite la vida en la Tierra

La atmósfera está formada por una mezcla de gases, la mayor parte de los cuales
se concentra en la denominada homosfera, que se extiende desde el suelo hasta
los 80-100 kilómetros de altura. De hecho esta capa contiene el 99,9% de la masa
total de la atmósfera.

Entre los gases que componen la atmósfera, hay que destacar el Nitrógeno (N2),
el Oxígeno (O2), el Argón (Ar), el Dióxido de Carbono (CO2) y el vapor de agua.
Es importante saber que la concentración de estos gases varía con la altura,
siendo especialmente acusadas las variaciones del vapor de agua, que se
concentra sobre todo en las capas próximas a la superficie.

La presencia de los gases que componen el aire es esencial para el desarrollo de


la vida sobre la Tierra. Por un lado, el O2 y el CO2 permiten la realización de las
funciones vitales de animales y plantas, y por otro, la presencia del vapor de agua
y del CO2, permiten que las temperaturas sobre la Tierra sean las adecuadas para
la existencia de la vida. El vapor de agua y el CO2, junto con otros gases menos
abundantes como el metano o el ozono, son los llamados gases de efecto
invernadero. La radiación solar puede atravesar sin dificultad estos gases, pero la
radiación emitida por la Tierra (tras calentarse con la energía solar) es absorbida
en parte por ellos, sin poder escapar al espacio en su totalidad. Gracias a la
existencia de este efecto invernadero es por lo que podemos vivir con una
temperatura estable. De no ser por la presencia de estos gases que retienen calor
y que generan este efecto, las temperaturas medias terrestres estarían por debajo
de los -15 grados. Imaginaos a esas temperaturas casi todo el año, sería
imposible la vida en la Tierra tal y cómo la conocemos.

En la atmósfera, la densidad, composición y temperatura del aire va variando con


la altura.

¿Por qué es importante la atmósfera?

la atmósfera nos protege de los meteoritos

Nuestra atmósfera es importante por varias cosas. Más que importante,


deberíamos decir que es necesaria. Gracias a la atmósfera la vida se puede
desarrollar en nuestro planeta, ya que absorbe gran parte de la radiación
ultravioleta del sol en la capa de ozono. En caso de que algún meteorito entre en
órbita con la Tierra y vaya a golpearnos, la atmósfera se encarga de desintegrarlos
en polvo a causa de la fricción que sufren al hacer contacto con el aire. De no
existir la atmósfera, la velocidad de colisión de estos objetos sería la suma de su
propia velocidad inercial espacial (medida desde nuestro planeta) más la
aceleración provocada por la gravitación terrestre, por lo que es de vital
importancia tenerla.
También hay que mencionar el hecho de que la atmósfera terrestre no ha tenido
siempre la misma composición. Durante millones de años, la composición de la
atmósfera ha ido cambiando y generando otro tipos de vida. Por ejemplo, cuando
la atmósfera apenas tenía oxígeno, era el gas metano quien regulaba el clima y la
vida que predominaba era la de los metanógenos. Tras la aparición de las
cianobacterias, aumentó la cantidad de oxígeno en la atmósfera e hizo posibles
distintas formas de vida como son las plantas, los animales y los seres humanos.

Otra función importante que tiene la atmósfera es la magnetosfera. Ésta es una


zona de la atmósfera que se encuentra en la región exterior de la Tierra que nos
protege desviando los vientos solares cargados de radiación electromagnética. Es
gracias al campo magnético terrestre que no somos consumidos por las tormentas
solares.

La atmósfera tiene gran relevancia en el desarrollo de los ciclos biogeoquímicos.


La composición actual de la atmósfera se debe a la fotosíntesis realizada por las
plantas. También es la que controla el clima y el ambiente en el que vivimos los
seres humanos (en la troposfera) generando los fenómenos meteorológicos como
la lluvia (de la que conseguimos el agua) y teniendo la concentración de nitrógeno,
carbono y oxígeno necesarios.

Acción del hombre sobre la atmósfera

el ser humano hace aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero

Desgraciadamente, el ser humano está causado una modificación en la


composición de la atmósfera. Debido a las actividades industriales, se aumentan
las emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el
metano y las emisiones de óxidos de nitrógeno que causan la lluvia ácida.

El continuo incremento de estos gases de efecto invernadero está provocando el


calentamiento global. Las temperaturas medias de todos los lugares del planeta
están aumentando y con ello, se desestabilizan los equilibrios de todos los
ecosistemas. Esto está provocando un cambio climático que se desencadena en
una modificación de los patrones del clima. Por ejemplo, el cambio climático hace
aumentar la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos
como los huracanes, tornados, inundaciones, sequías, etc. También se están
alterando los ciclos de fenómenos como el de El Niño y La Niña, muchas especies
se está desplazando o mueren a causa de los cambios en sus hábitats, el hielo de
los casquetes polares se está derritiendo con el consiguiente aumento del nivel del
mar, etc.

Que esta pasando con la atmosfera

De acuerdo con el estudio, el planeta experimentó un alza de 5 grados


centígrados en la temperatura hace 20.000 años, cuando la Tierra salió de la
última edad de hielo.

El registro geológico muestra que, entonces, cuando la capa de hielo que cubría
gran parte de América del Norte retrocedió hacia el norte, las plantas y los
animales recolonizaron áreas que habían estado bajo el hielo.

A medida que el clima continuó calentándose, las plantas y los animales se


trasladaron hacia el norte, hacia climas más fríos.

La diferencia, dicen los investigadores, es que ahora está todo ocurriendo más
rápidamente, a una velocidad “sin precedentes” y ya algunas especies están
haciendo ajustes en este sentido.

Severidad y frecuencia. Los investigadores también revisaron los resultados de


dos docenas de modelos climáticos para describir los resultados posibles del clima
desde hoy hasta el fin del siglo.

En general, se espera que los eventos climáticos extremos, como las olas de calor
y fuertes precipitaciones, sean más severos y más frecuentes.

Por ejemplo, los investigadores señalan que, con las continuas emisiones de
gases de efecto invernadero en el extremo superior de los escenarios, las
temperaturas anuales de de América del Norte, Europa y Asia aumentarán de
entre 2 y 4 grados C para las décadas de entre el 2046 y el 2065.

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