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Asignatura:
Derecho Notarial y Registral.
Actividad de Aprendizaje 1.
Historia de la Función Registral.
Introducción
Las funciones registrales son importantes en la actualidad por que a través de ellas se da
publicidad a los actos jurídicos que se inscriben en el registro, como contra presentación al
pago de derechos que hagan los usuarios del servicio para conocer la situación jurídica de
algún mueble inmueble o persona moral.
El Registro nació de la necesidad de llevar una cuenta a cada titular. Es decir que en un
principio tuvo una necesidad meramente administrativa sin propósito de publicidad pues no
se había descubierto siquiera la conveniencia de esta. La necesidad de la publicidad quedó
manifiesta cuando la clandestinidad de las cargas y de los gravámenes que recaían sobre
los inmuebles fue tal que se hacía imposible conocer la verdadera situación de estos
entonces aquel registro que nacido por una razón administrativa con miras a llevar una
cuenta cada titular, se convirtió en un registro con miras a la publicidad, y así, puede decirse
que el registro nació como un medio de seguridad del tráfico- jurídico.
El Registro Público es de gran utilidad a la sociedad toda vez que proporciona certeza y
brinda seguridad jurídica a las personas interesadas en celebrar un acto jurídico de no existir
el registro la sociedad viviría en un estado de incertidumbre.
Desarrollo
Los primeros intentos de publicidad registral encuentran su génesis en una solicitud de las
Cortes de Madrid de 1528, a partir de la cual se dicta una "Real Pragmática" en 1539, la cual
establecía que las ciudades o villas que fueran cabeza de jurisdicción, debían llevar un libro
identificado como Registro de Censos y Tributos, en los que se registran los contratos de
censos e hipotecas.
Con las Leyes de Indias, se reguló a los escribanos, quienes debían reunir una serie de
requisitos para ser nombrados por el Reino de Castilla. Su función era resguardar en su
poder un registro de todas las escrituras, autos e informaciones públicas que ante ellos se
otorgaran.
Con la Ley de Hipotecas Española de 1861, se enuncian una serie de principios rectores y
se le otorga al Registro una estructura organizativa de oficina pública, donde las
inscripciones se realizaban en libros y cuyo acceso era público. Se divide el registro en una
sección de hipotecas y otra relativa al dominio, y se sigue un sistema de folio real, donde en
una hoja se plasman las características de cada inmueble.
Sin embargo, no será sino hasta 1865 cuando, tomando como base la citada Ley
Hipotecaria Española, se crea el Registro Público, institución que comienza a funcionar el 2
de septiembre de 1867, día en que recibe el primer testimonio de escritura pública y cuya
primera inscripción se efectúa el 4 de septiembre del mismo año.
En razón del desarrollo científico que había logrado el régimen registral, se pensó en unificar
la dirección de los registros existentes, dictándose entonces la Ley de Bases del Registro
Nacional N. o 4384, firmada por el Presidente de la República, José Joaquín Trejos
Fernández, 25 de agosto de 1969 y publicada en La Gaceta N. o 194 del 28 de agosto del
mismo año, que crea el Registro Nacional como dependencia del Ministerio de Gobernación.
Además, vale la pena destacar que en el período comprendido de 1979 y 1980, se puede
afirmar que en este lapso se alcanzó un objetivo trascendental en la historia registral
costarricense, pues a partir de mayo de 1979 empieza a funcionar el nuevo sistema de
inscripción registral, denominado "Folio Real", basado en el trípode creado por la memoria
de un computador, la microfilmación y la representación gráfica del folio real, lo que, sin
duda alguna, colocó al sistema registral costarricense como el más avanzado; además,
aunado a ello se inició para esa época la construcción del nuevo edificio que hoy día alberga
a todas las dependencias del Registro Nacional.
El propósito fundamental del Registro Nacional es: registrar, en forma eficaz y eficiente, los
documentos que se presenten ante el Registro Nacional, para su inscripción, así como
garantizar y asegurar a los ciudadanos los derechos con respecto a terceros. Además,
custodiar y suministrar a la colectividad la información correspondiente a bienes y derechos
inscritos o en proceso de inscripción, mediante el uso eficiente y efectivo de tecnología y de
personal idóneo, con el fin de facilitar el tráfico jurídico de bienes, con el propósito de
contribuir a fomentar el desarrollo social y económico del país.
Código civil
Primera Ley Hipotecaria
Segunda Ley Hipotecaria
Ley Reglamentaria del Registro Publico
Ley del Registro de la Propiedad Raíz e Hipoteca
Ley de Creación de la Unidad del Registro Social del Inmueble
Régimen Jurídico Actual del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas
Ley de Procedimientos Uniformes para la Presentación, Trámite y Registro o
Depósito de Instrumentos en los Registros de la Propiedad Raíz e Hipotecas, Social
de Inmuebles, de Comercio y de Propiedad Intelectual.
En nuestro país la función registral se empezó a desarrollar en las últimas décadas del
Virreinato de la Nueva España, La Real Audiencia de la Ciudad de México aprobó mediante
el Acta del 27 Septiembre, 1784 la Instrucción de 1768, creándose las Oficinas del Oficio de
Hipotecas en los Ayuntamientos de Veracruz, Oaxaca,
Toluca, Querétaro, Celaya, Guanajuato, Morelia, Cuernavaca, Orizaba y Córdoba. Aunque
en 1821 se consumó la Independencia Nacional, el Principio VII de los Tratados de Córdoba
reconocía aún vigentes las leyes españolas y por lo tanto, lo referente al Oficio de Hipotecas
seguiría como hasta en ese momento.
Cada una de las 32 entidades federativas expide sus propias leyes del Registro Público de
la Propiedad con su Reglamento con fundamento en sus propios códigos civiles, y el
procedimiento de inscripción puede resumirse como sigue:
Todo registro se hace mediante solicitud escrita o por comparecencia del usuario, y se
acompañará de las copias del título que ampara al inmueble en cuestión y las copias del
plano o croquis de su construcción con las colindancias vecinas. Tras su análisis, el
encargado calificará la solicitud, y en un lapso menor a 10 días hábiles emitirá la boleta
correspondiente; toda inscripción formará un legajo que se cargará al sistema mediante folio
electrónico y, al igual que en el Oficio de Hipotecas, el Registro Público de la Propiedad
cobra derechos por la expedición de certificados, copias de los legajos que conforman al
volumen y la búsqueda de información.
Desde 1870, con la promulgación y vigencia del Código Civil Federal para el Distrito y
Territorios administrados por el Gobierno Nacional hasta el Código "Elías Calles" de 1928,
surgió la cuestión del Patrimonio Inmueble Federal que se separó del Registro Público de la
Propiedad Distrital, pues los inmuebles con los que el Gobierno Nacional cuenta son
inalienables, inembargables e imprescriptibles, pero aun así todos aquellos bienes raíces
que ha incautado, adquiridos con ánimo de dominio, arriendo o uso en función del Derecho
Privado, producirán efectos mediante inscripción ante el Registro Público del Patrimonio
Inmueble Federal. Cabe destacar que los actos jurídicos que les dan origen se otorgan ante
Notario Público con Fe Especial otorgado por la Federación para tales efectos y cuenta con
Libro Protocolo Especial; el funcionamiento de la Oficina Registradora del RPPIF es muy
parecido al del Registro Público de la Propiedad, y además las inscripciones crean Sendos
Oficios que se giran a la Contraloría de la Federación (SFP) y a la Fiscalización Superior de
la Federación para efectos de la Ley de Responsabilidad Federal de Servidores Públicos,
cuya publicación se hace en el Diario Oficial de la Federación.
Conclusión
De igual forma que cada persona sepa a quien acudir para proteger el derecho de
propiedad, que en este caso sería el Registro, quien es la institución que el Estado ha
creado para cumplir con el deber constitucional de proteger el derecho de propiedad y su
función es brindar Seguridad Jurídica al tráfico de bienes y derechos por el medio de la
prestación del servicio, asegurando dar publicidad formal y material de los actos jurídicos y
declarativos de derecho.
Bibliografía