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Este documento argumenta que los creyentes deben compartir el evangelio con un mundo necesitado debido a que (1) han experimentado el perdón y bendiciones de Dios, (2) Dios los llenó con su Espíritu para dar testimonio, y (3) Dios les confió la responsabilidad de llevar el mensaje de reconciliación. También enfatiza la importancia de la compasión, como Jesús la mostró, para aliviar el sufrimiento de los demás y presentarles a Jesús como su salvador.
Este documento argumenta que los creyentes deben compartir el evangelio con un mundo necesitado debido a que (1) han experimentado el perdón y bendiciones de Dios, (2) Dios los llenó con su Espíritu para dar testimonio, y (3) Dios les confió la responsabilidad de llevar el mensaje de reconciliación. También enfatiza la importancia de la compasión, como Jesús la mostró, para aliviar el sufrimiento de los demás y presentarles a Jesús como su salvador.
Este documento argumenta que los creyentes deben compartir el evangelio con un mundo necesitado debido a que (1) han experimentado el perdón y bendiciones de Dios, (2) Dios los llenó con su Espíritu para dar testimonio, y (3) Dios les confió la responsabilidad de llevar el mensaje de reconciliación. También enfatiza la importancia de la compasión, como Jesús la mostró, para aliviar el sufrimiento de los demás y presentarles a Jesús como su salvador.
Como sabemos, compartir el evangelio de Jesucristo (las
buenas noticias que, por medio de la obra de Jesús en la cruz y su resurrección, Dios ofrece perdón de pecados y vida eterna), es un llamado y responsabilidad de todos los creyentes. Hoy consideraremos algunas razones por las que debemos y podemos compartir el evangelio y lo esencial que es la compasión, para responder eficazmente a la comisión que Dios nos ha dado.
1. Podemos compartir el evangelio de Jesucristo
porque:
a. Porque hemos experimentado el gozo del perdón y reconci-
liación con Dios, por medio de Jesucristo. (Romanos 5:11, Juan 1:12) b. Porque hemos experimentado las bendiciones de Dios en nuestra vida. c. Porque Dios nos llenó con Su Espíritu para dar testimonio (Hechos 1:8). d. Porque Dios nos confió el ministerio y la palabra de la reconciliación. (2 Corintios 5:18-19). Uno de los propósitos de la iglesia (cada creyente), es ir a los necesitados, alcanzar a los perdidos, llevar sanidad a los enfermos, liberar a los oprimidos, y para eso hay que “ir” en busca de ellos. (Mateo 28:18-20, Marcos 16:15, Lucas 16:1-2,9, Hechos 1:8)
2. La compasión, un “genuino” interés por los demás.
(Mateo 9:36)
a. ¿Qué es compasión? Es un «Sentimiento de tristeza que
produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo.» (Diccionario Google) Compartir el evangelio: A un mundo necesitado
b. Al igual que Jesús, debemos tener compasión viendo a la
gente vivir fuera del plan de Dios para su vida. No debemos ver el dolor de la gente y su vida sin esperanza, y quedarnos quietos. Debemos y podemos presentarles a Jesús como el camino, la verdad y la vida, como el único que les ofrece perdón de pecados y vida eterna. c. Como creyentes, somos parte de los obreros que Dios ha enviado a recoger la mies (personas), que es mucha. (Mateo 9:37-38)
3. La historia del buen samaritano. (Lc. 10:27-37)
Extraigamos algunas verdades y realidades de esta historia.
a. Saber hacer lo bueno y tener ciertas funciones, no nos garantiza, que lo hagamos. (Así actuó el levita y el sacerdote: ellos no practicaron lo que sabían). b. Tener misericordia de los necesitados, sin importar quienes sean, es esencial para llevar el Reino de Dios a las personas. Nos convertimos así en prójimo de los demás. (Lucas10:33-34). c. Ayudar a otros puede significar, que tengamos que invertir aún de nuestros recursos económicos, pues la vida de una sola persona, como en este caso, vale más que nuestro dinero. d. (Lucas 10:34-35).
Conclusión
Dios nos ha capacitado para compartir el evangelio, aprenda-
mos a ser como Jesús y tener compasión por la gente que nos rodea, invirtiendo si es necesario, aún de nuestros propios recursos económicos para ayudar a los necesitados. Esto nos abrirá espacio amplio para compartir el evangelio de Jesús de forma práctica.