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Compartir el evangelio:

A un mundo necesitado
Introducción

Como sabemos, compartir el evangelio de Jesucristo (las


buenas noticias que, por medio de la obra de Jesús
en la cruz y su resurrección, Dios ofrece perdón de pecados y
vida eterna), es un llamado y responsabilidad de todos los
creyentes. Hoy consideraremos algunas razones por las que
debemos y podemos compartir el evangelio y lo esencial que es
la compasión, para responder eficazmente a la comisión que
Dios nos ha dado.

1. Podemos compartir el evangelio de Jesucristo


porque:

a. Porque hemos experimentado el gozo del perdón y reconci-


liación con Dios, por medio de Jesucristo. (Romanos 5:11, Juan
1:12)
b. Porque hemos experimentado las bendiciones de Dios en
nuestra vida.
c. Porque Dios nos llenó con Su Espíritu para dar testimonio
(Hechos 1:8).
d. Porque Dios nos confió el ministerio y la palabra de la
reconciliación. (2 Corintios 5:18-19). Uno de los propósitos de la
iglesia (cada creyente), es ir a los necesitados, alcanzar a los
perdidos, llevar sanidad a los enfermos, liberar a los oprimidos,
y para eso hay que “ir” en busca de ellos. (Mateo 28:18-20,
Marcos 16:15, Lucas 16:1-2,9, Hechos 1:8)

2. La compasión, un “genuino” interés por los demás.


(Mateo 9:36)

a. ¿Qué es compasión? Es un «Sentimiento de tristeza que


produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor
o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo.» (Diccionario Google)
Compartir el evangelio:
A un mundo necesitado

b. Al igual que Jesús, debemos tener compasión viendo a la


gente vivir fuera del plan de Dios para su vida. No debemos
ver el dolor de la gente y su vida sin esperanza, y quedarnos
quietos. Debemos y podemos presentarles a Jesús como el
camino, la verdad y la vida, como el único que les ofrece
perdón de pecados y vida eterna.
c. Como creyentes, somos parte de los obreros que Dios ha
enviado a recoger la mies (personas), que es mucha. (Mateo
9:37-38)

3. La historia del buen samaritano. (Lc. 10:27-37)

Extraigamos algunas verdades y realidades de esta historia.


a. Saber hacer lo bueno y tener ciertas funciones, no nos
garantiza, que lo hagamos. (Así actuó el levita y el sacerdote:
ellos no practicaron lo que sabían).
b. Tener misericordia de los necesitados, sin importar quienes
sean, es esencial para llevar el Reino de Dios a las personas.
Nos convertimos así en prójimo de los demás. (Lucas10:33-34).
c. Ayudar a otros puede significar, que tengamos que invertir
aún de nuestros recursos económicos, pues la vida de una sola
persona, como en este caso, vale más que nuestro dinero.
d. (Lucas 10:34-35).

Conclusión

Dios nos ha capacitado para compartir el evangelio, aprenda-


mos a ser como Jesús y tener compasión por la gente
que nos rodea, invirtiendo si es necesario, aún de nuestros
propios recursos económicos para ayudar a los
necesitados. Esto nos abrirá espacio amplio para compartir el
evangelio de Jesús de forma práctica.

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