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LA CARICATURA PERIODÍSTICA

EN MÉXICO Y

EDUARDO DEL RÍO (RIUS)

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LA CARICATURA PERIODÍSTICA

EN MÉXICO Y

EDUARDO DEL RÍO (RIUS)


POR:
JESÚS ARÉVALO ZARCO

PRIMERA EDICIÓN

2
A Mariana Arévalo, mi hermana
para que éste le ayude a encontrar
su vocación y que le ayude a
entender que el periodismo es una
carrera de muchas satisfacciones y
de mucho riesgo.

A todos los periodistas que


por sus trabajos han sido
perseguidos y asesinados por
conveniencias de políticos y
gente que quiere tener buena
apariencia ante la sociedad.

3
AGRADECIMIENTOS:

A mis padres por haberme ayudado a tener una buena educación y


así hacerme más fácil mi propia superación y la realización de mi vida.

A Jesús Arévalo Amezcua, mi papá y mi asesor, quien me orientó en


muchos aspectos para la elaboración de este trabajo, además de que
escribió el prólogo del presente trabajo.

Al profesor J. Carmen por el apoyo brindado y por habernos


encomendado esta agradable e interesante tarea, ya que durante la
elaboración de esta obra he tenido muchas satisfacciones al saber que
estoy culturizándome, además de aprender a redactar y de conocer el
proceso de la elaboración de un libro.

A mis amigos y a mi hermano por el apoyo brindado, siempre que


necesité alguna opinión o consejo estuvieron ellos presentes.

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LA CARICATURA PERIODÍSTICA EN MÉXICO Y
EDUARDO DEL RÍO (RIUS)

PRÓLOGO 6

INTRODUCCIÓN 8

CAPÍTULO I LA CARICATURA PERIODÍSTICA.


1.1 ¿Qué es la caricatura periodística? 11
1.2 Inicios de la caricatura. 17
1.3 El periodismo en la revolución. 22

CAPÍTULO II HISTORIA DE LA CARICATURA PERIODÍSTICA


2.1 El periodismo en la colonia 25
2.3 La caricatura periodística durante la revolución. 27

CAPÍTULO III LA CARICATURA EN LAS ÚLTIMAS DOS DÉCADAS.


3.1 Los siete maestros de la caricatura periodística. 31
3.2 El Gran Quezadilla (datos de Abel Quezada). 34
3.3 Datos de Oscar Conti (Oski). 35
3.4 Alberto Huici. 36

CAPÍTULO IV EDUARDO DEL RÍO (RIUS)


4.1 Datos biográficos de Rius.
4.1.1 Sus primeros años de vida. 40
4.1.2 Sus años mozos. 43
4.1.3 Sus años maduros. 47
4.2 Los modelos e influencias que tomó Rius. 50
4.3 Sus primeros trabajos como caricaturista. 52

5
CAPÍTULO V RIUS ANTE LA IGLESIA
5.1 Por qué se hizo “ateo”. 57

CAPÍTULO VI SUS IDEAS SOBRE EL CAPITALISMO.


6.1 Por qué se hizo comunista. 65
6.2 Cuba, la que cambió su vida. 74
6.3 Una polémica Cubana. 83

CAPÍTULO VII SU OPINIÓN SOBRE LA COMIDA.


7.1 Por qué se hizo vegetariano. 88

CAPÍTULO VIII OTRAS OBRAS DE RIUS.


8.1 Obras de Rius. 91
8.2 Libros y más libros. 96

BIBLIOGRAFÍA 99

6
PRÓLOGO

Que tal, me llamo Jesús Arévalo, y podría hablar mil maravillas


acerca del autor de esta obra ya que no es sólo una coincidencia el que
nuestros nombres sean iguales, el autor de este libro es mi hijo. Así que
procuraré ser objetivo y concentraré mis aseveraciones únicamente en el
trabajo en cuestión, dejando a un lado de este prólogo lo que guardo en
el corazón…

Cuando se me encargó ser asesor de un trabajo para Jesús sobre su


materia de Taller de Lectura y Redacción, en un principio, debo confesar;
no le di mucha importancia. Me imaginé que sería un trabajo escolar
como cualquier otro y simplemente eso de “asesorar” implicaba más que
nada una formalidad académica.

Sin embargo, vi con sorpresa que dicho proyecto no era un trabajo


rutinario, por el contrario, era algo a lo que Jesús le dedicaba muchas
horas de su vida cotidiana, y eso llamó mi atención, si bien yo se
perfectamente que mi hijo es responsable y dedicado; el tiempo reservado
para “su libro” era tal, que incluso pareciese que escribía su testamento.
El tema que seleccionó para su proyecto fue “La caricatura en México” y
me sentí muy orgulloso cuando me pidió prestados mis libros sobre la
materia, tengo algo de material, ya que he sido un aficionado sobre el
particular, desde siempre. Pero Jesús no se contentó con los documentos
existentes en casa e indagó, buscó, investigó sin cansancio. Realmente
puedo decir que durante este lapso de tiempo hubo un escritor en casa.

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Creo que ese es el principal mérito de este trabajo, lo infatigable que
fue el autor para con su investigación: diversas fuentes, material
publicado e inédito, gráficas y biografías, fotos y ensayos, libros y
revistas… en fin, la sala, su cuarto, el estudio, el comedor y hasta el
baño de nuestro hogar fueron víctimas de su búsqueda. Su
imparcialidad es también digna de mencionarse, ya que había ocasiones
en que la información contenida en dos fuentes distintas chocaba y
Jesús no se detenía hasta que encontraba algo que resolviera la
discrepancia en la información… puedo decir sin temor a equivocarme
que el libro que ahora nace es una excelente fuente para que el iniciado,
el aficionado y aun el conocedor se identifiquen, aprendan, conozcan o
reafirmen sobre el tema que en él se trata, es un trabajo lleno de
profesionalismo y entrega, de paciencia y tenacidad, de perseverancia y
tiempo…

Espero que el resultado todos lo encuentren tan satisfactorio como


yo. No me resta sino desear feliz lectura, y al autor, mi hijo; recordarle la
seguridad de mi apoyo y cariño…

Jesús
Arévalo A.

8
INTRODUCCIÓN
En esta obra no me voy a dedicar a hablar sobre aquellas caricaturas
que salen en la televisión, videos y cines; se va a hablar sobre aquella
caricatura que se publica en diversos periódicos y revistas generalmente
para satirizar los actos políticos a través de diversos dibujos cómicos.

En el primer bloque de capítulos (del I al III) se van a tratar diversos


puntos de la caricatura periodística, tales como el bosquejo histórico
(tanto del periodismo como de la caricatura del mismo género), que va a
tratar de hacer un recuento o recuerdo de la caricatura periodística
desde su origen hasta nuestros días (siempre viéndolo enfocado a México
solamente); ya que la caricatura periodística tuvo grandes repercusiones
tanto en la colonia, en el México independiente, en la revolución, en la
reforma y aún en nuestros días seguimos viendo diariamente nuevas
publicaciones de este tipo de caricatura.

En los últimos cinco capítulos se va a tratar sobre Eduardo del Río,


un caricaturista contemporáneo que ha trabajado en este oficio durante
más de cuarenta años; este “monero”, como él se autodenomina, ha
influido bastante en la actitud y los trabajos de nuevos periodistas, es un
hombre que tiene bien firmes sus ideales y que yo en particular admiro
mucho.

Lo admiro mucho debido a que es un hombre que nunca se dejó


llevar por las opiniones de los demás, tiene sus propias ideas que nadie
le ha impuesto; además, creo que si existiéramos más mexicanos como

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él, el “borreguismo” que muchas veces nos caracteriza y que no nos lleva
a nada bueno, se estaría acabando y cada día habría más innovaciones
tanto en la forma de pensar como en el campo científico y técnico.

En esta obra se habla mucho sobre Eduardo del Río, Rius porque es
una persona con una vida muy interesante; así como igualmente resulta
interesante saber sobre sus ideologías, y todos lo trabajos que ha tenido
en distintos periódicos y revistas; así como también conocer a muy
grandes rasgos, algunos de sus libros de muy variados temas.

Yo en lo personal no estoy de acuerdo con todas las ideas de Rius,


pero en esta obra, trato de plasmarlas cual si vinieran de él, para que el
lector pueda darse una idea más clara de sus ideas. A veces también he
pensado que a Rius lo que le gusta es llevar la contraria, ya que:

Viviendo en una familia muy católica y habiendo ido al seminario, se


volvió ateo. En un país capitalista, vecino al mejor ejemplo de capitalismo
en el mundo, se volvió comunista, o mejor dicho socialista. En el país de
los tacos, se volvió vegetariano.

Todo esto nos lleva a pensar y a preguntarnos si nosotros somos


como somos porque así queremos ser o bien, porque así nos lo ha
enseñado nuestra cultura y no podemos ser nosotros mismos.
ATTE. (de guayaba)
el autor.

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CAPÍTULO I

LA
CARICATURA
P E R I O D Í S TI C A

11
1.1¿QUÉ ES LA CARICATURA PERIODÍSTICA?

El origen del periodismo podemos situarlo en la época clásica, si


tomamos como tal los anales históricos y, en especial, los <<Acta diurna
populi romani>>, diario oficial del imperio.

En el renacimiento aparecen en Venecia las <<Gaceta>>, en donde se


da noticia del comercio marítimo.

La derivación del periodismo hacia la política se inicia en Inglaterra,


en la segunda mitad del siglo XVII. Los ilustrados franceses se oponen a
este cambio, defendiendo la prensa como instrumento de opinión.

En España, el primer periódico cotidiano es el <<Diario Noticioso>>,


que se comienza a editar en 1758. De gran importancia fue la labor del
<<Mercurio Gaditano>> y <<El Europeo>>, en el siglo XIX, para la
difusión del movimiento romántico.

En la actualidad son numerosos los diarios con una gran tirada, no


solo en la capital del país, sino en la mayoría de las ciudades. Un
fenómeno a destacar en estos últimos tiempos es la proliferación de la
llamada prensa del corazón.

El periodismo electrónico, el periodismo en la pantalla, ha comenzado


a funcionar en los países más avanzados. La informática y la
telecomunicación hacen posible sobre un soporte magnético o sobre

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pantalla de televisión, conocer las noticias casi al mismo tiempo en que
se producen.

El periódico audiovisual está en marcha en México desde hace


algunos años. La técnica es simple: se necesita un centro emisor, una
empresa o grupo informativo que transmita por radio o por teléfono un
flujo de noticias y que estas sean recogidas y transformadas en letra
impresa en la pantalla.

La sociedad depende hoy en gran medida, de los medios de


comunicación. El desarrollo social se mide por los medios de
comunicación de que se disponga.

El periodismo, que en fin es un género relativamente moderno que


maduró a lo largo del siglo XIX, parece caer entre las fronteras de la
historia (su tema esencial suele ser la historia contemporánea), de la
literatura (por ser, en algunos casos, vehículo de obras literarias) y la
didáctica (en cuanto informa a los lectores).

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El periodismo, desde su aparición se pone al servicio de los bandos
políticos. Por ejemplo, en época de liberales y conservadores en México;
«El Siglo XIX» defiende a los liberales, capitaneados por Ignacio Ramírez,
y ataca a «La Cruz», periódico de los conservadores, capitaneados por
Clemente de Jesús Munguía.

Antonio Rosales, soldado durante la guerra de los


Estados Unidos contra México y fundador del
periódico El Cantarito.

En esta obra, al hablar de “caricatura periodística” se refiere a todos


aquellos dibujos (generalmente cómicos) que se publican o se intentan
publicar en diversos periódicos y revistas. Estos dibujos, generalmente
van aunados a los acontecimientos actuales o a la noticia; y su función
es dar a conocer la opinión de algunos dibujantes sobre la noticia y nos
la hacen saber de la manera más amena posible.

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Otro género literario semejante a la caricatura periodística, es la
historieta, también se hablará de ella ya que muchos de los personajes
que hicieron monos, también hacen historietas.

Primero veamos qué es la historieta... La historieta es la forma de


caricatura destinada a divertir al lector en la que se representa una
historia mediante una secuencia de dibujos o fotografías y diálogos
estrechamente relacionados. Mientras que la caricatura supone un solo
impacto visual, las historietas comprenden varias situaciones narrativas
continuas, en las que la lectura tiene un papel importante. La fuerza de
este medio de comunicación masiva deriva, entre otras, de las siguientes
circunstancias: los temas están representados de modo que el lector
pueda identificarse fácilmente con los sentimientos y actos de los
principales personajes; los desarrollos son lo bastante breves para
retener la atención y generalmente emplean de modo abundante los
colores, con lo cual gana en vida y atractivo.

En México se publicaron en 1856 y 1857, como suplemento al


primero y segundo Calendario de Pedro Urdimalas, sendas estampas con
20 cuadros cada una bajo el título de Santa Anna a la faz de sus
compatriotas, que pueden considerarse como las primeras historietas a
causa de su carácter satírico y festivo, según puede advertirse por el
texto de algunas de las escenas representadas: “Santa Anna es herido en
un pie en Veracruz” (1838), “Se coloca el pie de Santa Anna en Santa
Paula” (1842), “Entra Santa Anna en México con la Constitución Federal
en la mano” (1846), “Cae un rayo cerca de Santa Anna en el camino de
Toluca” (1855), “Santa Anna sale para Ario y le coje una tormenta de
agua (1855)”, “Santa Anna se hace pagar en Veracruz lo que dijo se le
debía” (1855).

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La siguiente generación de historietistas mexicanos (1930 a 1950),
cada uno con su estilo personal, estuvo formada por AlfonsoTirado (El
flechador del cielo y El hombre invisible), Germán Butze (Pinito Pinole y
Los Supersabios), Abel Quezada (Máximo Tops y Rayo Veloz), Rafael
Araiza (Oreja de coliflor y La bruja Rogers), Gabriel Vargas (Virolo y
Piolita y La familia Burrón), José G. Cruz (Los hermanos Landers, Adelita
y las guerrillas y El Santo), Alfredo Valdés (Cuca Curvas, Pifas y Don
Simplicio), Leopoldo Zea Salas (Águila Roja y Bobby el inquieto), Antonio
Gutiérrez (El caballero azul), Francisco Flores (Flash el vengador), Daniel
López (Guerra interplanetaria) y Juan Reyes (Taburay y El hombre azul),
muy conocidos aún en la actualidad. En ese lapso nació en México el
primer diario de historietas del mundo: Chamaco, al que siguieron
Paquín y Pepín. En ellos se publicaron Rolando el Rabioso, de Gaspar
Bolaños; El Conejo Cornelio, Fantomas, de Valdés; Jack en China, de
Valdiosera; Torsón, de Ángel Zamarripa; Simplón Colilla, de Miguel
Patiño, y otros.

Otros dibujantes mexicanos de este género son Guillermo Yépez,


Rubén González, Jorge Aviña, Felipe Arcos, Bismarck Mier, Enrique
Ferrera, Narayanath Salazar, Constantino Nava, Alberto Cabrera, Manuel
Calles, José Pacindo, Arnulfo Valles, Edmundo Salazar, José Cabezas,
Joaquín Cervantes Bassoco, Manuel Moro, Rubén Lara, Guillermo Marín,
Jorge Carreño, Alberto Huici, José Suárez Lozano, Jorge Pérez Valdez,
Guerrero Edwards, Antonio Cardoso, Fausto Buendía, Antonio Monroy,
Cristóbal Velasco, Antonio Campuzano, Constantino Rábago, Melesio
Esquivel, Roberto Zambrano, Francisco Galiado, Héctor García,
Guillermo Cardoso, Sixto Valencia, Ricardo Reyna, Eduardo Ferrer,
César Cepeda, Luis Hernández, Ignacio Sierra, Pedro Núñez, Luis

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Hernández, Rogelio Canchola, Joel Kuri, Eduardo Martínez, Alfonso
Tirado, Ramón L. Gaytán, Adolfo Mariño, Rafael Gallur, José Gómez,
Ángel J. Mora, Alfonso Segura, Juan Alva López y Arturo Casillas. Son
argumentistas, entre otros, Yolanda Vargas Dulché, Fidel Lemus, Aurelio
Morales, Eduardo Lozano, Miguel Miranda, Héctor Denegri, Gilberto
Rábago, Javier Reynag, Daniel Muñoz y Rosalba de Valdez.

A Porfirio Díaz fue a uno de los


presidentes que más se le hicieron
caricaturas (quizá por su largo
periodo en el Poder)

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1.2 INICIOS DE LA CARICATURA.

La gran cantidad de diarios de la mañana, revistas ilustradas,


semanarios de caricaturas, liberales, católicos y extranjeros, que había
en la ciudad de México hizo que surgieran nuevos reporteros y literatos,
muchos de estos discípulos de los experimentados periodistas que se
formaron en el siglo pasado.

Con profesionalismo se dedicaban a buscar la noticia que interesaba


a sus lectores, ya que en esta época no había privilegios en las esferas
oficiales para los reporteros, estos continuaban valiéndose de muchos
medios para conseguir una noticia.

Aunque había libertad de prensa, continuaban abiertas las puertas


de las prisiones de Belém y Ulúa para los opositores.

El 4 de octubre de 1903, los reporteros fundaron la asociación


mexicana de periodistas, en un local ubicado en el callejón de Santa
Inés. Tenían las siguientes bases constitutivas: “ (…) Elevar la dignidad
profesional, (…) elevar el nivel intelectual de los periodistas por medio de
conferencias, publicaciones, etc. … Nadie podrá ser rechazado o excluido
de la asociación por razones de ideas (…) para ser socio de la agrupación,
se requiere tener carácter de periodista”.

Entre los que integraron esta asociación estaban: Luis Frías


Fernández, licenciado Carlos Pereira, Antonio O. Páez, Federico García
Alba, Agustín V. Casasola, Antonio Rivera de la Torre, Fortunato
Herrerías, Carlos Valle Gargen, Amado Nervo, Luis G. Urbina, Miguel

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Necochea, Manuel de la Torre, Carlos Rumarnag, Mariano Ceballos,
Rafael Medina, Irineo Paz, Pedro Halgestein, Enrique Bonilla, Salvador
Resendi, José Soriano, Ignacio Carranza y otros más.

Antonio O. Páez, miembro


de la Asociación Mexicana
de Periodistas.

La actividad de esta sociedad fue asombrosa con motivo de la


aparición de la peste bubónica en Mazatlán, organizaron festivales y
colectas para las víctimas; a los simpáticos voceadores les ofrecieron en
la Navidad y reyes, un festival donde se les repartió ropa y juguetes.

A iniciativa del fotógrafo de El Imparcial, don Agustín V. Casasola, se


fundó en el año de 1911, la sociedad de fotógrafos de prensa, de la cual
fue electo presidente por los miembros de la agrupación que la
integraban: Sr. Ezequiel Alvarez Tostado, Samuel Tinoco, Antonio
Garduño, José Almagro, Miguel V. Casasola, Jerónimo Hernández,
Abraham Lupercio, Miguel Uribe, Rafael Sosa, Jesús Prieto Solórzano,
Eduardo Melhado, Isaac Moreno, E, Sotomayor, H. J. Gutierrez, y F.
Aguiluz.

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Por esta misma época, el dinámico periodista Ignacio Herrerías, fundó
la asociación de periodistas metropolitanos, instalada en el local de la
avenida Isabel la Católica, No. 8, con nuevas bases para bien del gremio.

Don Venustiano Carranza fue muy buen amigo de los periodistas. El


7 de Octubre concurrió al banquete que le ofrecieron los directivos de El
Demócrata Mexicano, señores José Ferrel y Querido Moheno, al que
asistieron los señores José Luis Manuel Rojas, Serapio rendón, Ignacio
Herrerías, Mario Victoria, Ernesto García Cabral, Manuel Machorra,
Enrique Uthof y otros más.

Durante la serie de despedidas que recibió el licenciado Francisco


León de la Barra, próximo a dejar el poder ejecutivo, el treinta de octubre
recibió a los Fotógrafos de la Prensa, en Chapultepec. Agustín V.
Casasola a nombre de sus compañeros le dijo: “(…) faltaríamos a un gran
deber al no acudir a usted, que nos ha llenado de atenciones y finezas en
nuestro cumplimiento del deber (…) Usted ha inaugurado la etapa de la
libertad de la fotografía periodística (…)”.

Otra iniciativa del presidente de la asociación de fotógrafos de la


prensa, don Agustín V. Casasola, fue la de instalar una exposición de los
mejores trabajos ejecutados por los redactores gráficos.

El presidente de la república, don Francisco I. Madero asistió el 15 de


diciembre a la solemne clausura de la exposición, donde quedó
gratamente impresionado de los trabajos expuestos y les dirigió unas
palabras de estímulo y aliento para continuar superándose y que se

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proponía impulsar las artes y conceder pensiones a los artistas que más
se distinguieran en sus diversas actividades.

Ricardo Flores Magón y su hermano


Enrique F. M. En la cárcel de Los
Angeles, California, Estados Unidos.

El 5 de marzo de 1912, la Asociación de periodistas metropolitanos,


efectuaron una becerrada en la Plaza de Toros “El Toreo”, en la que
figuraban como matadores: Mario Victoria, Ernesto Herrerías, Enrique de
Llano y Antonio O. Páez; Picadores: Carlos Toro, Gerald Brandon,
Fernando Ramírez de Aguilar, Ernesto García Cabral, Santiago R. de la
Vega, Aldo Baroni; banderilleros, Abraham Lupercio, Miguel Casasola,
Gilberto Calderón, Gonzalo Espinosa, Joaquín Piña, Samuel Tinoco,
Alfonso Barrera Peniche, Leopoldo Toquero, Luis Tornel Olvera, Eduardo
Melhado y Luis Malváez.

Los acontecimientos políticos que se sucedieron posteriormente,


fueron motivos para que se disgregaran muchos periodistas de la
asociación.

En agosto de 1913, vuelven a reunirse los periodistas y forman una


nueva sociedad de la prensa. La primera Agencia de Información

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Fotográfica que se estableció en México, la fundaron don Agustín V.
Casasola y Gonzalo Herrerías en la calle de Nuevo México No. 76.

Herrerías fue llamado a dirigir el diario “El Independiente” y Agustín


Casasola con sus fotógrafos Refugio Martínez, R. Aguiluz, Agapito
Lazaga, Luis Santamaría y otros más, que no se daban reposo para dar
información gráfica a un gran número de diarios y revistas, tanto de la
capital como del extranjero.

A esto había que agregar, el envío de fotógrafos a los campos de


batalla durante la revolución constitucionalista, motivo por el cual, don
Agustín Casasola tuvo que recurrir a su hijo Gustavo (Autor de la
colección “6 siglos de historia gráfica de México”)* a que saliera con la
cámara fotográfica a suplir con los ausentes.

Con los conocimientos que había adquirido en el laboratorio y como


ayudante cargando la cámara, hizo su debut el 8 de septiembre de 1913
como informador gráfico.

Don Agustín Casasola,


padre de Gustavo C. (autor
de la colección “6 siglos de
historia gráfica de México)

* Colección de la que fue obtenida esta información.

22
1.3 EL PERIODISMO EN LA REVOLUCIÓN.

Con los trascendentales acontecimientos que se sucedieron en la


República, tanto los periodistas como los fotógrafos, acudían a cumplir
con su deber a fin de dar amplia información a sus periódicos.

En noviembre de 1910, estalló la revolución maderista en Puebla. Allí


estaban Ignacio Herrerías y Agustín V. Casasola.

Como el movimiento armado se extendía por todo el país, los


periodistas y fotógrafos se concentraron en Ciudad Juárez.

Al triunfo de la revolución, los periodistas siguieron a Don Francisco


I. Madero en sus giras triunfales y, después a la gran serie de
sublevaciones y asonadas que hubo durante el año de 1912, como la
revolución orozquista, zapatista, felicista, etc.

En el mes de agosto, un grupo de periodistas y fotógrafos salieron


rumbo al sur con objeto de llegar a entrevistar a Emiliano Zapata y dar
más amplia información de su revolución. Lograron llegar hasta su
madriguera. Emisarios iban y venían, pero el jefe suriano no los dejó
llegar a su presencia, viéndose obligados a regresar a la capital.

Mientras esto sucedía, de la ciudad de México salía un tren militar en


el que iban los corresponsales Ignacio Herrerías, Humberto Straus y el
fotógrafo Rivera. Al llegar el convoy a Ticumán fue asaltado por los
zapatistas e incendiado el tren, muriendo quemados la mayoría de los
ocupantes. Los periodistas efectuaron una manifestación muda de
protesta por tan alevoso crimen.

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En febrero de 1913 estalló el cuartelazo de la ciudadela y el elemento
periodístico expuso su vida en todo momento. Hubo de valerse de todos
los medios para entrar a la ciudadela. Allí estaban las verídicas
informaciones.

El triunfo de la asonada de la ciudadela, trajo como consecuencia la


revolución constitucionalista encabezada por don Venustiano Carranza.

Aquí es donde los periodistas y fotógrafos tuvieron que multiplicarse


para dar amplia información que la censura del gobierno que el general
Huerta lo permitía, pero don Agustín V. Casasola tuvo la percepción
clara del sentido histórico de su profesión y logró formar una gran
documentación para la historia y las generaciones venideras.

24
CAPÍTULO II

HISTORIA
DE LA
CARICATURA
P E R I O D Í S TI C A

25
2.1 EL PERIODISMO EN LA COLONIA.

El 1º de enero de 1722 se publicó en la Nueva España, la “Gazeta* de


México” a iniciativa del presbítero y después obispo de Yucatán, doctor
Juan Ignacio Castorena Ursúa y Goyeneche, la que editó seis números,
dejando de publicarse en el mes de julio debido a las críticas, censuras y
murmuraciones de los envidiosos que lo atacaron.

Castorena Ursúa nació en la ciudad de


Zacatecas, fue colegial del Real de San
Ildefonso de México, doctor jurista de la
Universidad, fue a España donde recibió el
grado de doctor teólogo en la Universidad de
Ávila, a su regreso a México coronó la mitra
de Yucatán, en su tierra natal fundó el
colegio de los Mil Ángeles, se destacó en
todos sus actos, murió a los sesenta y cinco

Constantino Escalante años de edad.

Anteriormente se publicaban hojas


volantes o gacetas, las que sin regularidad
daban las noticias de los sucesos más sobresalientes de la época. En
1728 volvió a publicarse la “Gaceta de México”, bajo la dirección de don
Juan Francisco Sahagún Arévalo Ladrón de Guevara. Esta vez se
publicaron treinta y siete números conteniendo cuatro páginas cada
uno, hasta 1739 en que se suspendió. De 1740 a diciembre de 1742,
salió a la luz pública un nuevo periódico con el nombre de “Mercurio de
México”. Después se publicó la “Gaceta de literatura de México”, por don

* En diferentes épocas escribían el nombre de “la Gaceta” con c. y con z.

26
Antonio Alzate y el “Mercurio Volante” de don José Ignacio Bartolache.
El 3 de noviembre de 1784, don Manuel Antonio Valdés, resucitó la
“Gaceta de México” el que fue impreso en los talleres de Zúñiga
Ontiveros, haciendo de él, un periodista oficial y terminando de
publicarse en 1810. En 1805, se fundó el “Diario de México”, el que fue
el primer periódico cotidiano y en el cual colaboraban Carlos María
Bustamante, Jacobo Villaurrutia y otros más.

Fernando Benitez, autor de la


novela el Agua envenenada.

27
2.2 LA CARICATURA PERIODÍSTICA DURANTE LA
REVOLUCIÓN.

José Guadalupe Posada fue un pintor e ilustrador de esta época,


muchas de sus ilustraciones se publicaron, sus obras ofrecen una visión
satírica de personajes políticos (Entre ellos Porfirio Díaz) contemporáneos
y una irónica transposición de seres legendarios a un mundo de
esqueletos y calaveras. Supo llegar al pueblo a través de sus
ilustraciones para una serie de vidas de santos, milagros, crímenes,
leyendas, etc., cuyos textos transcribía en imágenes simples, realistas y
de gran fuerza expresiva.

La oposición más franca a la dictadura del general Díaz fue la


presentada por la prensa revolucionaria. Publicaciones revolucionarias
como “El diario del hogar”, “El amigo del pueblo”, “La huelga”, “La
alianza de los obreros”, “El obrero” y “El hijo del ahuizote”, eran
clausuradas y sus impresores detenidos; pero esa actitud del gobierno
porfirista solo servía de acicate para que volvieran a la luz pública con
otros nombres tales como “El alboroto”, “El diablo alegre”, “El perico” y

Caricatura contra la
intervención francesa.

28
“El escándalo”. Todas esas publicaciones de pleno enfrentamiento al
gobierno de Díaz, eran consideradas por los intelectuales de esa época
como prensa de arrabal. Sin embargo, lo único que estos demostraban
con ese aparente desprecio, era la impotencia para detener la labor
informativa de dichos periódicos.

La actitud represiva del régimen en contra de las ideas de la


oposición, plasmadas en diversas publicaciones, así como la profunda
miseria existente entre los campesinos y obreros, hicieron posible el
estallido revolucionario a finales de la primera década del presente siglo.

EL AHUIZOTE. Por el sentido de


molesto, irritante e insufrible, que
se le da popularmente, el término
ha sido utilizado como nombre de
revistas satíricas. La más famosa
fue El Ahuizote (1874-1876),
fundada y dirigida por Vicente Riva
Palacio para hacer oposición al
gobierno de Sebastián Lerdo de
Tejada. Se presentaba como
“semanario feroz aunque de buenos
instintos”. Son notables las
caricaturas políticas que en él
publicaron Jesús T. Alamilla y José
María Villasana, y los artículos que
produjo el espíritu agudo y mordaz de Riva Palacio. En 1911, Miguel

29
Ordorica y Pedro Malabehar editaron un semanario del mismo nombre
que tuvo corta vida y desde el cual combatieron la Revolución. El
Ahuizote Jacobino se llamó una revista de caricatura y crítica que fundó
en 1904 Daniel Cabrera, en la que atacaba “el reeleccionismo y el
prorroguismo”. El propio Cabrera había dirigido anteriormente El Hijo del
Ahuizote (1885-1902), fundado por Manuel Pérez Bibbins; enemigo
violento del gobierno porfirista, este periódico se definía a sí mismo como
“semanario feroz, aunque de nobles instintos políticos y sin subvención
como su padre, y como su padre, matrero y calaverón”. En sus páginas
quedaron buenas muestras de caricatura política, de Cabrera y otros
dibujantes de la época.

Salvador Pruneda, caricaturista e


impulsor del noticiero mexicano,
también colaboró en la elaboración de
algunas ediciones de El Ahuizote.

30
CAPÍTULO III

LA
CARICATURA
EN LAS ÚLTIMAS
DOS DÉCADAS

31
3.1 LOS SIETE MAESTROS DE LA CARICATURA
PERIODÍSTICA.

Los maestros de los años cincuenta, en los años en que Rius se


empezó a interesar por la caricatura, eran indudablemente estos siete: el
Chango Cabral, Arias Bernal, Freyre - alumno de Cabral -, Audiffred, Fa-
cha (alumno de Audiffred), Medina de la Vega y Guasp, el valenciano
aislado en México que hacía en cartones que eran un prodigio de ingenio
verbal, pero que pocos entendían. Esos eran los siete magníficos, los
consagrados por el tiempo y su trabajo.

En segundo plano estaban el viejo Pruneda (Salvador) y los ya


maduros, que se movían mas en la historieta que en el cartón editorial:
Guerrero Edwards y su chicharrín, Gabriel Vargas con los Superlocos, y
el maestro Germán Butze y sus Supersabios, Bismarck Mier y su pocaluz
y Gaspar Bolaños con Rolando el Rabioso.

Una de las razones de que hubiera tan pocos caricaturistas en


México, era los pocos medios donde se publicaban caricaturas. Solo
había cinco o seis periódicos (Excélsior, El Universal, La Prensa,
Novedades, y los diarios de mediodía).

Tampoco había revistas humorísticas permanentes (excepto Ja-já,


que difícilmente podría considerarse una revista de humor). Por ello los
siete se consideraban los reyes de la caricatura mexicana, que veían con
temor el surgimiento de una nueva generación de moneros que
empezaban a dar de que hablar, por el nuevo estilo de humor que
estaban manejando.

32
Al iniciarse pues en el oficio del mono, Rius, tenía como maestros a
seguir (o a no seguir) a los Siete y a gente como Abel Quezada, Isaac o
Huici. Por afinidad de edad, optó por alinearse con los “modernos”.

Rius confesó su admiración por Abel Quezada, pero debe admitir con
agrado, sus simpatías por el trabajo de Alberto Isaac y RAM, que
empezaban por ese tiempo a destacar.

El estilo de Huici le gustaba también, pero el hecho de que no estaba


haciendo caricatura política, quizás por imposibilidad (confesada) de no
tener suficientes ideas para hacer el cartón diario, lo borraron de la lista.
A falta de esas habilidades, el narizón Huici se convirtió en un
extraordinario caricaturista personal.

Ideológicamente hablando, no le gustaba nada a Rius el trabajo de


Los Siete. No porque tuviera ya desde entonces ideas de izquierda
(aunque declara que desde que salió del seminario empezó a averiguar si
no había otras verdades que no fueran las de la Biblia), sino porque se le
hacía obvio que los cartones de Arias Bernal, Freyre, Cabral o Fa-cha,
se alineaban casi siempre por el lado del gobierno y de los intereses
norteameriyanquis.

La prueba máxima fue la campaña orquestada por la USA Embassy


en contra de Guatemala, que aparte de aparecer en los diarios, ganó la
publicación como libro de todas esas execrables caricaturas. “Siete
dibujantes con una idea” llamose el librito editado por la embajada.

33
Sus simpatías ideológicas se inclinaban más bien hacia la línea que
manejaban Isaac y Quezada, que sin ser consideradas de izquierda,
contenían una buena dosis de crítica a la sociedad priísta mexicana.

34
3.2 EL GRAN QUEZADILLA (DATOS DE ABEL QUEZADA).

El finado Abel Quezada fue junto con


Steinberg y Oski, el tercer ángulo de “La
Santísima Trinidad” del humorismo gráfico. Lo
primero que Rius conoció de él, fue una
historieta que se llamaba “La mula maicera,
Máximo Tops”. Después supo que estaba de
cartonista en Ovaciones y Cine –mundial.

Abel Quezada

Algo que sorprendió de Quezada a medio México (entre ellos Rius),


fue la frescura, el desenfado y la poca solemnidad que manejó el hijo de
Comales desde el principio de su carrera. Quezada se burlaba de todo,
hasta de sí mismo (cosa inusual en el medio), creando unos cartones
llenos de letreros por todas partes, que acompañaban a unos monos
malhechos y jocosos que se pitorreaban de los políticos, los arzobispos,
la nobleza pulquera, los nuevos ricos y los snobs (entre otros).

Aquellos monigotes de sus primeros años vinieron a revolucionar a la


caricatura mexicana que se hallaba anquilosada en las glorias de Cabral,
Arias Bernal, Freyre o Audiffred, que siendo innegables caricaturistas y
buenos dibujantes, se habían anclado en la fórmula rutinaria del cartón
tipo gringo. Como quien dice se habían acartonado.

35
3.3 DATOS DE OSCAR CONTI (OSKI).

En un libro de Rius, dice que el verdadero nombre de este novelista


argentino es Oscar Conti, y según la Enciclopedia Salvat se llamaba
Haroldo Conti; lo único que puedo afirmar con certeza es que firmaba
con el seudónimo de Oski todos su dibujos.

Oski nació en 1921 en Argentina. Es uno de los más importantes


narradores surgidos de la generación de los 60. Su producción está
marcada por la minuciosidad en la descripción, el notable tratamiento de
la temporalidad novelística y un gran lirismo.

Entre sus obras sobresalen Sudeste, Alrededor de la jaula, Con otra


gente, y En vida (en 1971, por la que recibió el premio Barial).

En los sesenta, la única revista de humor que se podía conseguir en


México –en español, claro- era la argentina Rico Tipo donde colaboraban
Divito, Lino Palacios, Cesar Bruto, y Oski, entre otros.

Oski apareció en el horizonte del humor gráfico armado de un


desenfado carcajeante y un dibujo infantil que les hacía factible dibujar a
los que no sabían hacerlo. Rius lo conoció años después y acabaron
siendo amigos, de esos que se escriben e intercambian noticias y regalos.

En su último viaje a México, le regaló algo inapreciable que Rius


conserva todavía como una joya: su paleta de pintor con el óleo todavía
fresco y con una dedicatoria personal completada con uno de sus
horrorosos y comiquísimos mono inimitables todavía.

36
3.4 ALBERTO HUICI.

Fue el primer amigo en el negocio de la caricatura de Rius. El cinco


años mayor que Rius, se había iniciado haciendo monos para la revista
Don Timorato, surgida para apoyar la candidatura de Miguel Alemán y
dirigida primero por Arias Bernal y después por Cadena M. Cuando una
serie de problemas político- económicos obligaron al Brigadier de
Aguascalientes a renunciar junto con el estupendo equipo de
colaboradores que hacía originalmente la revista.

Cinco cartones de Alberto Huici, el


caricaturista mexicano.

37
Renato, Fa–cha, Freyre, Cabral, Audiffred,
X. Peña y otros de esa categoría se fueron con
la música a otro lado, y Cadena se encontró
con el problema de llenar 32 páginas con algo
que pudiera suplir medianamente el trabajo
de aquellos monstruos del humor. Y descubrió
que había toneladas de cartones que chavos
nuevos habían estado enviándole al brigadier
a ver si los publicaba.

Alberto Huici

Entre esos “Picassos” (así los llamaba Arias


Bernal) estaba Huici y estaban un tal Abel Quezada y otro tal Alberto
Isaac, lo mismo que RAM, Puga, David Carrillo, Trisner, Narayanath
Salazar, Jorge Tovar, Bismarck Mier, Leonardo Vadillo, Jorge Carreño,
Becerra y otros que con el tiempo se convirtieron en famosos.

Cadena les dio oportunidad a todos. Huici firmaba entonces “de la


Torre” – su segundo apellido – y después adoptó el Huici como su
nombre de batalla, dejando de firmar a mano y adoptando una firma
hecha en tipografía.

Huici, ya fallecido, se convirtió en el guía de Rius al proceloso mundo


de las revistas y periódicos, dándole consejos y tips para sobrevivir en
ese mundo de editores tiburones que se hacen los occisos a la hora de
pagar, que ejercen censura sobre el trabajo y que acaban haciéndose

38
ricos a costillas de los pobres moneros que se inician en esta
bocabajeada profesión.

Huici trabajaba en Ja-já haciendo estupendos cartones a color con


chistes bastante flojos, pero muy bien dibujados. Huici le enseñó a Rius
a manejar el gouache* y a empinar el codo en La Mundial.

“La muerte y las máscaras”, pintura hecha con la técnica del gouache.

*Voz francesa del italiano guazzo, por aguazzo, es un procedimiento


empleado en la pintura a la aguada, con colores desleídos en agua y
goma, los cuales se dan por capas opacas. Se llama también guazza.

39
CAPÍTULO IV

EDUARDO DEL
RÍO
(RIUS)

40
4.1 DATOS BIOGRÁFICOS DE RIUS.
4.1.1 SUS PRIMEROS AÑOS DE VIDA.

Tercer hijo de un endeudado comerciante que murió antes de que el


pequeño cumpliera un año de vida, Eduardo Humberto del Río García,
nació en Zamora Michoacán el 20 de junio de 1934.

Su padre (Antonio del Río), murió cuando Rius tenía sólo seis meses.
La familia de su papá se negó rotundamente a ayudarlos, así que,
tuvieron que ir a quedarse a la casa de una hermana de su mamá. Toda
su infancia vivió en vecindades.

Rius, al igual que sus dos hermanos (Antonio y Gustavo), estudiaron


en el seminario de los salesianos por razones económicas. No podían
pagar una escuela particular y a la mamá no le gustaban las federales
porque eran socialistas y la mamá era sumamente católica.

Rius, al igual que sus hermanos,


fue educado en el seno de una
familia muy católica.

41
Fallecieron dos de sus hermanos y sólo quedaron tres. Para poder
trabajar en “algo”, emigraron a México D.F., Eduardo fue el último en
nacer.

La familia del zamorano era muy católica, y tenía muchos familiares


sacerdotes, pero de los tres del Río García, no se hizo ni un cura. Estudió
en el bachillerato de jesuitas. Un millonario llamado don Eduardo del
valle les financió a los tres hermanos sus estudios en el seminario.
Estudió en el bachilleratos, que luego se convirtió en el Instituto Patria,
precursor de la Universidad Iberoamericana.. En tiempos de Porfirio Díaz
su hermano mayor era cuasi - padre en la Iglesia de Santa Inés. Rius se
preparó muy bien en la escuela salesiana, Plutarco Elías Calles quitó
esas escuelas por ser católicas y el michoacano tuvo que buscar otro
lugar en donde estudiar.

De 1943 a 1950 estuvo en internados católicos. Con los salesianos


para llegar a ser cura, se tienen que estudiar cuatro años de latín, un
año de noviciado, tres años de filosofía, dos años de tirosinio*¹ y
finalmente dos años de teología, por lo que pocos llegaban a terminar,
Rius llegó hasta el noviciado*2.

Una semana antes de la ceremonia para darle la sotana, el director


del aspirantado llamó a del Río y le dijo que se tenía que regresar a su
casa, ya que no reunía las condiciones necesarias para ser cura
salesiano (era muy rebelde y no creía en las instituciones vaticanas).

*¹ Viene a ser el servicio social o bien, práctica del magisterio en una


escuela salesiana.
*² Cuando los invisten con la sotana negra, símbolo de pertenencia formal a la
iglesia católica, apostólica y romana.
42
Pero, ¿de qué le sirvieron a Rius 7 años con los salesianos?
(Confesado por él mismo en uno de sus libros). Su pertenencia dentro de
la iglesia lo convirtió en ateo respecto a todo Dios inventado por las
iglesias. Al zamorano le parecen totalmente ridículos los misterios de la
fe católica, por ejemplo, el hecho de que “Un niño naciera de parte de
una muchacha que tuvo contacto con un tal espíritu Santo y su
posterior ascensión al cielo con todo y zapatos”.

Otra razón que lo hizo separarse de la iglesia fue que ésta o mejor
dicho, los clérigos, desde tiempos muy remotos, han venido
comercializando la fe. Sin embargo, el michoacano agradece a los
salesianos que le hayan enseñado a comer de todo, a vivir con
privaciones, a tener una disciplina de trabajo y a jugar fútbol y trepar
cerros. Lo que no les agradece es que les tuvieran prohibida la lectura de
Salgari* y Julio Verne, que le hayan enseñado a odiar a Hidalgo, Juárez y
Morelos.

*³ Emilio Salgari fue un novelista italiano. Autor de numerosas


novelas de aventuras, alcanzó basta popularidad entre la juventud
con obras como “Il cosaro nero” o “Il re del mare”.

43
4.1.2 SUS AÑOS MOZOS.

Después de ser corrido del seminario, tuvo muy diversos empleos.


Primero como lavador de vasos en una cantina clandestina por el
mercado de Tacuba; luego embotellando refrescos en una también
clandestina embotelladora (El Popo), propiedad de sus hermanos
mayores; Luego en la encuadernadora de editorial América, editora de
Walt Disney; después como cajista en la imprenta de Santa Julia; luego
vendiendo libros, jabones y marcos de casa en casa; luego como
burócrata en estadística y finalmente en la funeraria Gayosso, donde
estuvo hasta 1956 contestando teléfonos.

Curiosamente se hizo caricaturista por accidente, tomando el lugar de


su hermano Gustavo (tres años mayor que Rius), que era en realidad
quien iba para eso.

Nuestro monero había decidido estudiar arquitectura; pero por no


tener papeles ni de primaria, y por la imposibilidad económica de cursar
toda la secundaria y toda la preparatoria, pagando materias y
presentando exámenes extraordinarios, se convirtió en trabajador de lo
que fuera.

Tras muchos intentos en varias ocupaciones a cuál más ajenas a sus


gustos, terminó estabilizado en la funeraria Gayosso.

Gustavo en cambio, ya había iniciado una carrera haciendo dibujos


comerciales y tiras que trataban de ser cómicas, para un periodiquito de

44
los salesianos titulado “el amigo de la niñez”, que se vendía domingo a
domingo en las iglesias de los salesianos.

Al regresar su hermano
Gustavo al seminario
(para volverse a salir un
año después) Rius se
encargó de sus trabajos.

Sin embargo, un día le dio la locura y regresó al seminario, de donde


había salido tres o cuatro años atrás. Quería ser cura. Antes de irse, le
dejó sus chambas a Eduardo; hacerles de vez en cuando dibujos a los
Henaine (Capulina y sus habanos), que tenían un negocio de mercería en
La Merced, casi enfrente de San Carlos.

45
Otros trabajitos que le heredó Gustavo fueron las tiras para el
periodiquito y las portadas para unos libritos que los salesianos sacaban
cada mes con novelitas fresas.

Lo que Rius dibujaba en la funeraria Gayosso no eran precisamente


monitos, sino cosas que tendían más al dibujo publicitario. Inclusive,
entró a estudiar esa carrera en San Carlos, con tan mala suerte que le
tocaron dos huelgas y se salió.

Entró después a las clases nocturnas de una escuelita de dibujo


publicitario en la colonia Guerrero, donde apenas estuvo dos meses por
falta de lana para pagarla.

A partir del regreso de su hermano al seminario (donde no duró ni un


año), empezó a hacer la tira, los dibujos para los Henaine y las portadas
para los libritos. Esto debe haber sido en 1952 o 53, pues ha perdido
todo lo que hizo.

Nuestro monero confiesa que su hermano Gustavo era el dibujante de


la familia; Gustavo prometía ser un buen dibujante y algún tiempo
trabajó en ARS UNA, la famosa agencia publicitaria, en donde Renau
hizo sus estupendos carteles cinematográficos.

Tenía mucha facilidad para el dibujo, pero le fallaban dos cosas: no


tenía constancia y no se le daban ideas para los monos.

46
El zamorano ya había iniciado sus colaboraciones en Ja-Já y había
decidido renunciar a la funeraria y dedicarse de tiempo completo a los
monos.

Don Jaime Arrangoiz, dueño de Gayosso, le había ofrecido


formalmente enviarlo a estudiar a St.. Louis Missouri la tranquila
profesión de embalsamador visto que el que la hacía de eso en las
funerarias, el Dr. Díaz Iturbide, paisano de nuestro personaje, ya estaba
cerca de volverse cliente de la funeraria. Rius lo pensó dos veces (o más),
pero finalmente decidió no irse del país y jugarse el futuro haciendo
monigotes. Así fue como el destino, que según los tangos es intallable, lo
puso en el camino en el que lleva ya más de cuarenta años de penas y
glorias.

47
4.1.3 SUS AÑOS MADUROS.

En 1962 Rius empezó a colaborar en el suplemento Marca Diablo de


paco Ignacio Taibo y las publicaciones Siempre!, Sucesos, Política, la
Prensa, Diario de México y el Universal.

Poco más de tres años después, cierta noche que del Río vagaba
pensativo por la ciudad de México, en una esquina encontró a Rafael
Viadana, veterano caricaturista afanado por ese entonces en la
fundación de una editorial con Octavio Colmenares, un empresario que
se hizo notorio en 1994, cuando el cantante Luis Miguel lo demandó
judicialmente por daño moral, Viadana le propuso al michoacano que
hiciera una historieta al estilo de la familia Burrón de Gabriel Vargas
para la nueva revista.

Rius emprendió un viaje en tren por pueblecitos de Michoacán y visitó


a sus familiares: - una familia de locos – refiere; mis parientes eran tan
asombrosos que no hubo necesidad de inventar personajes. Todo fue
cuestión de retratarlos con fidelidad. Ahí estaban ya de carne y hueso
con las características necesarias.

El resultado fueron los supermachos, habitantes del imaginario


pueblo de San Garabato de las Tunas: Una somnolienta localidad donde
se escenificaba lo que ocurría y se ocultaba en el país. El tiraje inicial de
20 000 ejemplares se duplicó en pocas semanas y antes de un año
superó los 100 000 por edición. A mediados de los años 60 se tiraban
más de 200 000.

48
Según del Río, la popularidad de la historieta enfadó al entonces
presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien ordenó a su secretario de
gobernación, el avieso Luis Echeverría Álvarez, hacer algo para disminuir
la virulencia de las críticas de la revista al régimen.

Por esas fechas murió Viadana de un infarto y Colmenares quedó


como único propietario de la empresa. Temeroso de Echeverría, el editor
empezó a censurar las tiras cómicas del michoacano.

Las discusiones entre caricaturista y patrón se volvieron frecuentes.


Finalmente, con auxilio de funcionarios del gobierno, Colmenares
consiguió registrar a su nombre los derechos de autor de Los
Supermachos, dejando a Rius fuera de la jugada.

El monero no se amilanó: persuadió a un exvendedor de libros,


Guillermo Mendizábal, de fundar en 1968 Editorial posada para publicar
una nueva creación de Rius: los agachados.

En el primer número apareció en portada un dibujo de Calzonzin y


Chon Prieto, (personajes inventados por Rius). De inmediato, Colmenares
envió a sus abogados a reclamar el uso de personajes que le pertenecían
legalmente. Furibundo, Rius debió inventar nuevos personajes, incluido
Octaviano Trastupijes, un inescrupuloso abogado inspirado por el dueño
de los Supermachos.

En los agachados, el caricaturista incorporó elementos novedosos:


grabados antiguos, fotografías, dibujos ajenos, y recortes de prensa. Más
tarde empezó a publicar libros (más de ochenta) en los cuales abordaba

49
con gran éxito de ventas una extensa cantidad de temas, desde la Biblia
hasta el vegetarianismo.

Por esa época, también fundó una revista de sátira política, bautizada
La Garrapata (el azote de los bueyes). Dicha revista fue co-dirigida
por otros tres talentosos moneros, Rogelio Naranjo, Helio Flores, y Emilio
Abdalá. La publicación pronto irritó al régimen y acarreo problemas de
circulación por la negativa del monopolio estatal (PIPSA) para venderle
papel, amenazas a empleados de la empresa e incluso el secuestro de
Rius en 1969 a manos de judiciales para golpearlo y amenazarlo de
muerte en caso de continuar atacando al gobierno.

Adicto al trabajo, Rius participó en 1994 en la revista el Chamuco


(Editorial Grijalbo). – A los sesenta y cinco años de edad me siento
satisfecho con mi trayectoria profesional, pues creo que contribuí al auge
gozado por el género actualmente. Con modestia puedo señalar lo dicho
por el subcomandante Marcos: << En provincia la política llegaba por
Rius o no llegaba, así era, punto>> -.

50
4.2 LOS MODELOS E INFLUENCIAS QUE TOMÓ RIUS.

En “Rius para principiantes”, el autor afirma: <<La verdad es que yo


no quería ser caricaturista, sino dibujante “serio”, o como se les dice
ahora, diseñador gráfico e ilustrador>>. Su sueño era hacer carteles,
portadas de libros, formato de revistas y hasta pintar cuadros. En ese
mismo libro dice que quería llegar a ser un Vicente Rojo, no un Rius.

Para comprender mejor los ideales que tenía nuestro cartonista,


veamos una breve biografía de Vicente Rojo, tomada de la enciclopedia
“Biografías”, de la editorial Reymo.

Vicente Rojo (Cataluña, España, 1932)Pintor, escultor y diseñador


gráfico. Estudió escultura y cerámica en la Escuela Elemental del
Trabajo. Llegó a México en 1949 para reunirse con su padre, republicano
exiliado al término de la guerra civil española. Naturalizado mexicano en
1949.

En 1950 estudió en La Esmeralda (1950) e inició su aprendizaje en el


diseño gráfico con Miguel Prieto en el Departamento de Ediciones del
INBA. Fue discípulo del pintor Arturo Souto (1953-1954).

Dirigió la oficina técnica de ediciones del Instituto Nacional de Bellas


Artes (1953-1954), fundó la revista Artes de México, con Miguel Salas
Anzures, de la que fue director artístico hasta 1963, diseñador
tipográfico de la Dirección de Difusión Cultural de la UNAM (1954-1956),
jefe de anuncios para cine de la empresa Tele - producciones (1954-
1955), asistente (1950-1956) y director artístico de México en la Cultura
(1956-1961).

51
En 1958 presentó su primera y única exposición individual de
pintura figurativa, La guerra y la paz, en la Galería Proteo. Cofundador,
director artístico y miembro del consejo de Ediciones Era (1959). Diseñó
el suplemento La Cultura en México y dirigió las ediciones de la imprenta
Madero.

A partir de 1964, su pintura se divide en grandes temas o series:


Señales, en la que trabajó con triángulos, círculos y cuadrados, «formas
geométricas básicas» (1964-1969); Negaciones, variantes sobre la forma
de la letra T (1970-1975); Recuerdos, donde, dice, «combinaba las
retículas de los cuadernos (de su infancia) con imágenes de destrucción,
manchadas y borradas... con los juegos que no tuve» (1975-1979); y
México bajo la lluvia, variaciones sobre la diagonal con base en
minúsculos cuadros poli - cromáticos (1979). En 1978 obtuvo la beca
Guggenheim.

Hizo el diseño gráfico original de Diálogos, Universidad de México,


Plural (con Kasuya Sakai) y el diario La Jornada (1984). Ha realizado
escenografías para las obras de teatro Divinas palabras, de Valle Inclán,
Historia de Vasco de Georges Schehadé; Mudarse por mejorarse de Juan
Ruiz de Alarcón y otras.

Ha expuesto individualmente en México, Estados Unidos, España,


Colombia, Cuba y Panamá; y colectivamente en Japón, Brasil, Francia,
Estados Unidos, Cuba, Canadá, India, Colombia, Suecia, Venezuela y
México.

52
4.3 SUS PRIMEROS TRABAJOS COMO CARICATURISTA.

El humor mudo de Rius nació en la revista Ja-já, de padres


conocidísimos. Todo mundo sabe que empezó copiándole
descaradamente a Steinberg (al menos todo el que vivió en esa época y
vio los trabajos de ambos caricaturistas), el revolucionario padre de la
caricatura moderna; rumano él y asilado o emigrado al iniciarse la
guerra a los Estados Unidos.

Desde que vio su trabajo, lo entusiasmó locamente con un amor a


primera vista y decidió adoptarlo como su padre, ya que no le había
tocado contar con uno, o mejor dicho, tuvo uno que se murió antes de él
conocerlo.

Ese padre que no conoció se llamaba Antonio del Río del Río (para
que no hubiera duda de lo aguado del apellido), pero se desempeñó en la
vida como comerciante del pueblo (en Zamora Michoacán), por lo que
dudo lo hubiera encaminado por el camino de la caricatura, y lo más
probable es que hubiera terminado su vida vendiendo cortes de tela a las
preciosas inditas tarascas que llegaban al portal de Zamora a comprar
cosas.

Así pues, sus primeros monos fueron calca de Steinberg, siguiendo su


línea de dibujo, pero adoptando él la idea de la caricatura. Rius notaba
que influían sobre él las ideas para elaborar chistes a partir de otros.

53
En ese tiempo llegaban a México muy pocas revistas de humor de
otros países. Y libros, no se diga; casi no existía ese género en la librería
mexicana.

Entonces se animó un día a entrar a la “Libraire francaise” del Paseo


de la reforma y bucarelli, a sabiendas de lo caro que resultaban los libros
franceses.

Pero pues había que hacer de tripas corazón y empezar a hacerse


una biblioteca relacionada con la nueva profesión que había decidido
iniciar en detrimento de su trabajo en la funeraria.

Así descubrió a los moneros franceses. Steinberg, padre y maestros


de sepa cuántas generaciones de moneros, ejerció sobre todos ellos una
fascinación que no ha vuelto a repetirse con ningún otro monero. La
aparición de su libro “Todo en líneas” en español, se volvió la Biblia de
todos.

La primera vez que Rius hizo un cartón para publicarse, trabajaba


todavía en la funeraria Gayosso como telefonista. Además era el
encargado de las ambulancias para enfermos no contagiosos, junto con
Claudio Obregón, el hoy aclamado y excelente actor, quien un tiempo
desempeñó en la casa de los muertos el mismo trabajo.

También, tenían que revisar los periódicos y recortar las esquelas que
aparecían con la firma de la empresa. Pese a todas esas actividades,
había días en que le quedaba tiempo para otras cosas, como leer los
periódicos o libros (que le prestaba Polo Duarte de su librería pegadita a

54
la funeraria), resolver crucigramas, o pintarrajear con monos las facturas
en sus partes de atrás.

Sus primeros cartones los hizo en Gayosso, aprovechando los ratitos


libres, el “tiempo muerto” de una funeraria.

No sabía nada de papeles, plumas o pinceles, ni tenía la menor idea


del tamaño a que debía hacer los dibujos. De modo que compró en la
papelería de la esquina de San Juan de Letrán y Avenida Hidalgo un
block dizque para dibujo, tinta china para pluma fuente, una goma de
migajón, y una pluma fuente Esterbrook de puntos intercambiables.

Con ese armamento se inició en la caricatura, haciendo cartones de lo


más babosos -y mudos- para la revista Ja-já de la casa Excélsior,
semanario de humor que dirigía don Pancho Patiño, jefe del
departamento de dibujo del susodicho diario.

Como su ídolo y maestro involuntario en la caricatura era don Saúl


Steinberg, aquellos primeros monos, eran casi calcados del insigne
maestro. Era un humor muy especial, muy raro, un poco intelectual,
siguiendo las modas de esos días, no solo de Steinberg, sino de toda esa
camada de caricaturistas europeos que habían surgido siguiendo al
maestro rumano, revolucionario de la caricatura. Algunos son Bosc,
Chaval, Trez, Canzler, el austríaco, Sempé, Paul Flora, Edme, Mose, y
otros por el estilo.

55
Un tiempo estuvo haciendo ese tipo de humor muy europeo, hasta
que cayó en sus garras un Rico Tipo, la revista argentina de humor
donde descubrió al otro maestro involuntario que tuvo después de
Steinberg: al añorado Oscar Conti, más conocido como OSKI.

Cuando Eduardo del Río empezó a trabajar en el periodismo, tuvo que


inventar su seudónimo, lo hizo latinizando su verdadero apellido para
que su familia no se enterara que andaba queriendo meterse al
desacreditado y corrompido gremio de periodistas; así surgió el famoso
seudónimo “Rius”.

56
CAPÍTULO V

RIUS ANTE LA
IGLESIA

57
5.1 POR QUÉ SE HIZO “ATEO”.

Volverse ateo en el seno de una familia de rancio catolicismo


zamorano, en la que se han dado monjas, curas, obispos, ¡hasta
arzobispos! Y peor aún, ¡¡¡Hasta santos!!! (Monseñor Guízar y Valencia
resultó de su familia), no es fácil ni recomendable.

Más fácil (y recomendable) resulta convertirse en ateo a partir de


haber estado en un seminario y haber trabajado para y en la iglesia
católica. Dice el dicho que el que de santo resbala, hasta demonio no
para, y parafraseando a Martí y sus conocencias de los Estados Unidos:
viví en las entrañas del monstruo y lo conozco.

Alguien dijo también que “la iglesia es la mejor fábrica de ateos que
existe”. Y basta haber estado en un seminario católico para volverse
anticatólico.

Después de su ignominiosa salida del seminario, ha dedicado buena


parte de los cuarenta años que lleva en este oficio, en estudiar y leer todo
lo que ha podido referente a la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Los trabajos que ha hecho (entre ellos seis libros de tema religioso), le
han valido al menos tres excomuniones. De una de ellas yo me enteré
visitando las tumbas de mis antepasados, en Ario de rayón, Michoacán.
Al salir del cementerio me llamó la atención un cartelito que habían
clavado en la puerta de la capilla. Curioso como he sido siempre, me
acerqué a leerlo, para enterarme de que por decisión del arzobispo de

58
México: todos los colaboradores y escritores de la revista SIEMPRE!
estaban excomulgados ipso facto y non plus ultra.

Después de hacer su libro “Puré de papas” que seguro le valió otra


excomunión, acabó convencido de que la iglesia católica es la institución
más nefasta que ha tenido la humanidad en toda su historia.

En un libro se publicó un texto declarado por Rius acerca de la Iglesia


Católica, es el que se muestra a continuación. Este texto tiene algunas
de las razones por las cuales Rius se convenció de lo anteriormente
mencionado.

Me da pena contarlo, con tantos buenos amigos católicos (y familiares)


que tengo, pero así es la cosa mi estimado chamuco. Bastará mencionar
unos cuantos argumentos que me han llevado a abrazar esa (gulp) triste
convicción:
 La iglesia inventó el antisemitismo que ha costado la vida a varios
millones de inocentes judíos.
 La iglesia financió las cruzadas, que costaron la vida a millones de
presuntos herejes e infieles “paganos”.
 La iglesia apoyó y financió la Conquista de América que costó la vida
de millones de indígenas de por acá.
 La iglesia creó la inquisición.
 La iglesia apoyó y financió la colonización de África, Asia, y medio
oriente donde aniquilaron a millones de seres humanos o los volvieron
esclavos.

¿Basta o le seguimos?

59
Ahora el lector podrá ver una paráfrasis de lo declarado por Rius en
“Rius para principiantes” sobre su “ateísmo”:

En realidad no me considero ateo tradicional, ateo que niega la


existencia de Dios. Creo que sí hay un Dios, que creó o inventó o hizo de la
nada todo esto, los insectos, las plantas, los seres humanos. No sé que
clase de Dios pueda ser, si una gran energía, o un gran arquitecto como
dicen los masones, o un gran espíritu como dicen los indígenas; pero me
resulta ilógico creer que este planeta y este Universo son un producto de la
casualidad y la carambola de la Gran Explosión, y que una florecita – con
todo lo que representa una pinche florecita – no haya sido producto de la
planificación a fondo por alguien o algo que está más allá de nuestras
pobres posibilidades de fabricación en serie de cosas y objetos
inanimados. Hasta ahorita, el ser humano no ha logrado crear algo
animado, ni siquiera en lo más cercano a eso que es la computadora. Tiene
que haber pues algo que lo hizo.

Pero de creer eso a creer en ese Dios injusto, cruel, exigente, alcahuete,
represivo, cuentachiles e intruso que predican todas las iglesias
inventadas por el hombre, hay un abismo, un abismote.

Más que ateo pues me considero antirreligioso. Estoy en contra de


todos los Dioses que ha creado el hombre, y en contra de todas las
religiones que ídem del ídem por el ídem.

Creo en una religiosidad natural, que nos permita entrar en contacto


con ese ALGO en medio de un bosque o a través de una relación íntima

60
con la pareja, o por medio del dolor que nos produce la pérdida de un ser
querido, o en el conecte con un trozo de música de Bach o Beethoven o,
como lo hacen los concheros y otros grupos indígenas, en la enajenación
divina de la danza.

Hay muchas formas de conectarse con ese ALGO y posiblemente haya


quien lo logre rezando en una iglesia o repitiendo mantrams arriba de una
pirámide tolteca. Cada quien con su vida y cada quien con su Dios. Y por
lo pronto me declaro agnóstico o sea que sólo sé que no sé nada. Y espero
que ese ALGO tome en cuenta mi ignorancia al respecto.

Rius ha escrito ocho libros sobre el catolicismo y cosas parecidas,


estos libros son: Manual del Perfecto Ateo, Con perdón de Doré… y de la
Biblia, Cristo de carne y hueso, El mito Guadalupano, Jesús Alias el
Cristo, La iglesia y otros cuentos, 500 años fregados pero cristianos, Puré
de papas; y también ha recopilado información de diferentes partes y ha
hecho de allí otros dos libros del mismo tema y son: La Iglesia de los
Agachados y Cada quien su Dios.

A continuación haré un breve comentario y resumen de dos de estos


libros: “Cristo de carne y hueso” y “La Biblia, esa linda tontería”(ya que
de los diez libros de tema religioso hechos por Rius, yo sólo he leído estos
dos).

Del primero se han publicado varias ediciones, y es, en resumidas


cuentas, un pequeño estudio de las diferentes hipótesis que los hombres

61
de ciencia han hecho sobre la figura humana de Cristo y otras figuras
menores de la mitología cristiana, recopiladas y comentadas por Rius.

Si usted se considera un cristiano fanático y cerrado, mejor ni lea este


libro. Pero si por encima de todo, piensa y razona y tiene su mente
abierta a las ideas, pásele con confianza.

El tema de este libro es más viejo que la Iglesia católica: ¿Cristo era
Dios o lo hicieron Dios?. Los primeros siglos del cristianismo fueron de
una lucha incesante y apasionada entre los defensores de las dos tesis,
hasta que a la larga la teoría de un Cristo "“hijo de Dios"” fue impuesta
como dogma…

Hoy ha vuelto a surgir, con el apoyo de la ciencia, la duda sobre la


figura real de Jesús, haciendo a un lado la leyenda y el dogma.

En este libro las primeras 143 páginas son con caricaturas de Rius y
muchos datos y análisis a manera de cuentito, las últimas veinte páginas
contienen citas textuales de diversos autores de este tema, entre ellos
están: Voltaire, Luis Lara Pardo, Hegel, Wilhem Dilthem, Federico
Engels, Luz María Durand y otros.

A mi entender, la religión se
basa, primordial y principalmente
en el miedo. Es en parte el terror

62
de lo desconocido, y en parte,
como he dicho, el deseo de sentir que
se tiene una especie de hermano mayor
que va a apoyarnos en todos los apuros
y disputas. El miedo es la base de
la religión; miedo de lo misterioso, miedo
de la derrota, miedo de la muerte.
El miedo es el padre de la crueldad,
y por lo tanto, no es de extrañar que la
crueldad y la religión vayan de la mano.
Sir Bertrand Russell.
El segundo libro (La Biblia, esa linda tontería) Rius se lo dedicó a
varios hombres necios que lo han enseñado a no tener fe y mejor pensar,
entre ellos: Carlos Marx, Charles Darwin, Sigmund Freud, Bertrand,
Russell y otros. También se lo dedica a Oski, que siempre quiso hacer
ese libro.

Un personaje que influyó en la


elaboración de este libro para Rius fue
Sigmund Freud, a quien Rius en lo
personal admira mucho y le agradece
que le haya enseñado a pensar bien
las cosas.

El libro es en sí una crítica de todos los “errores” de la Biblia, desde el


Génesis hasta el Apocalipsis. El libro, a guisa de epílogo, contiene un

63
texto hecho por Osho (un caricaturista y escritor) exclusivamente para el
libro de Rius.

Para elaborar el libro, el autor se apoyó en textos de Isaac Asimov


(Guía de la Biblia), de Voltaire (diccionario filosófico), de M. Barthel (Lo
que dijo verdaderamente la Biblia), de J. G. Frazer (El folklore en el
antiguo testamento), de Richard E. Friedman (¿Quién escribió la Biblia),
y por supuesto de La Biblia (Ediciones Paulinas y de la antigua versión
de Casiodoro de reina).

El material gráfico utilizado en ese libro, procede principalmente de


las ilustraciones de la Biblia que hicieron Doré y Carosfeld, este último
por cortesía de Rainer Hachfeld, de Berlín y del archivo Rius, y Dover
Books.

Para Rius, la Iglesia


Católica, Apostólica y
Romana es la peor
institución de todos los
tiempos.

64
CAPÍTULO VI

SUS IDEAS
SOBRE EL
COMUN ISMO

65
6.1 POR QUÉ SE HIZO COMUNISTA.

En 1958 Rius se estableció más o menos en Novedades, al contar ya


con lugar fijo los domingos, ilustrando la columna del oso Teisser
(corruptísimo pero buen periodista, muy al estilo del maestro de la
corrupción que fue Carlos Denegri). Cuando no soportó seguirle
ilustrando sus cosas a Teisser, independizaron su cartón y empezó a
hacer lo que él quería, aunque siempre con la espada de la censura de
Beteta encima.

Entre semana, también estableció un espacio más o menos fijo, y ya


estando en Novedades, segundo Periódico en importancia después de
Excélsior, era más visto su trabajo en ovaciones.

Sería por eso, me imagino, que un día recibió una invitación del
agregado cultural de la embajada de los USA, para asistir a la exhibición
de un documental sobre un caricaturista norteamericano, del que no
recuerdo bien el nombre pero parece que se llamaba Bill Mauldin, que
estaba en ese tiempo en el candelero. Ya en la pachanga posterior, entre
tragos de whisky, el agregado de prensa de la Embajada, Mr. Serban
Vallimarescu, le comunicó extraoficialmente que lo habían elegido para
visitar los estados Unidos con todo pagado, por invitación del
departamento de estado (Foster Dules, nada menos, el padre de la
Guerra Fría). Los anteriores invitados habían sido Fa-cha, y Freyre, y
obviamente se le hacía algo raro que él fuera el elegido para 1959.

Aceptó sin pensarlo dos veces. Si bien no simpatizaba el michoacano


mucho que digamos con los USA y su política anti – nuestra, no tenía

66
tampoco muchas simpatías con el otro bando donde Stalin seguía
haciendo de las suyas.

Así, el 20 de abril de 1959 salió por American Airlines rumbo a


Washington, vía Atlanta, para recorrer media unión americana. Era
primera vez que volaba. Abajo unas palabras de Rius referentes a su
viaje a los United States.

Con los Estados Unidos me pasó como con la Iglesia Católica: me bastó
conocerlos para hacerlos a un lado de mis simpatías. No hablo del pueblo
norteamericano, que es una gente muy vital, muy loca, sino de la política
del gobierno. (…).

El compromiso con la embajada era hacerle un folleto de mis


impresiones pero no les gustó mi proyecto y no se hizo nada. Me ofrecieron
entonces 50 dólares por cada cartón anticomunista y les dije que iba a
pensarlo. Y lo sigo pensando hasta ahorita…

El viaje a los USA fue mi primer salida fuera de México, con 24 años de
edad y sin saber inglés (hasta la fecha apenas me defiendo).

Un mes recorriendo New York, Chicago, San Louis Missouri, San


Francisco, Los Ángeles (horrorosa ciudad), Albuquerque, Santa Fe, Taos,
New Orleans, y Miami. Estaba planeando Puerto Rico o Miami y yo, menso
de mí elegí Miami. (a su regreso Freyre le confesó que en Puerto Rico era
donde soltaban la lana).

67
Al planear mi itinerario en Washington, junto con los burócratas del
State Department yo había pedido visitar también Salt Lake City, Atlanta
u otra ciudad negra, y algún establecimiento penitenciario,
preferentemente Jolliet, por razones familiares (un tío había residido en
ese hotel) y visitar también una reservación india. Fue lo único que me
concedieron de mis peticiones.

Empezaba mal el viaje y se puso peor, pues el mismo día que yo, llegó
Fidel Castro a Estados Unidos. Los días pues que debí de haber estado en
Washington, pedí cancelarlos y mejor pasarlos en New York, por el interés
que tenía yo como periodista de conocer a Fidel. No les parecía muy bien a
los gringos mi interés por el carismático barbudo, pero aceptaron mi
cambio.

En New York anduve tras las huellas de Fidel, su hotel estaba a media
cuadra del mío, logré colarme a una entrevista que tuvo en el diario
hispano La Prensa, donde logré hacerle un intento de entrevista (que se
negaron a publicarme en Novedades, pese a la friega que me llevé en
tomarle fotos y hacerle la entrevista), conocí a otros famosos barbudos
como Camilo Cien Fuegos y Regino Boti. En este viaje escuche Jazz como
loco.

Ni el catolicismo familiar ni el seminario salesiano le aportaron una


explicación satisfactoria de la vida. A los dieciséis años de edad estaba
lleno de preguntas que nadie le contestaba, ¿Para qué diablos estamos
en este mundo cruel y salvaje?, ¿De dónde venimos y a dónde vamos?,
¿Cuál es nuestra misión?

68
En el seminario tenían prohibida la lectura, hasta de la Biblia. En su
lugar estudiaban una versión color de rosa llamada Historia Sagrada,
donde se enteraban de las aventuras de los personajes bíblicos desde
Adán y Eva hasta Jesús el Nazareno. Vidas de santos y santas y
fragmentos muy escogidos de la literatura española del siglo de oro. Pero
ni esperanzas de leer a Julio Verne o Salgari.

Con otro seminarista de Guadalajara que más que cura quería ser
torero, Vázquez se apellidaba, un día descubrieron que en un torreón
clausurado de la vieja hacienda, los señores curas habían escondido los
libros que les confiscaban a los alumnos. Ahí encontraron sobre todo a
Julio Verne, que no sé francamente por qué no podían leer, con lo
inocente que era la trama de sus libros. Pero, con todo y lo interesante
que les parecía su lectura ( y más a escondidas), Verne no le decía nada.

Ya expulsado del seminario, las ganas de leer empezaron a encontrar


modo con los libros de su hermano el mayor, que toda su vida militó en
el Panismo, pero que al menos tenía libros que podían leerse con más
gusto y provecho que la vida de los santos. Rius recuerda uno que
todavía conserva y relee de vez en cuando, La importancia de vivir, el
clásico de Ling Yu Tan, que habla sabrosamente de un modo oriental de
vivir, muy distinto del modo judeocristiano en que lo habían
“maleducado” los salesianos.

Otra lectura a la que era muy afecto su hermano era la del “Triunfo
en la vida”, esa corriente proveniente de los empresarios gringos que
encabezaba en México don Juan de Dios Legorreta, que planteaba la
audacia, el tesón, la honestidad a ultranza, el ejercicio, el aseo personal,

69
la presentación, y todas esas virtudes que harían que el individuo
triunfara en el mundo de los negocios para crear una familia cristiana y
etc.

El objetivo de la vida, predicaba este Og Mandino del tercer Mundo de


los años 50, era triunfar y hacer pachucha, para poder vivir bien vestido,
bien comido, tener casa y coche propios y ver con cierta compasión
cristiana a los que se habían quedado atorados en el camino arduo de la
vida por culpa de una botella o un vicio mayor llamado “mujeres”. En
suma, The Mexican Way of Life, pero el pan y yendo a misa todos los
domingos y fiestas de guardar.

Superada la pequeña biblioteca de su hermano, el paso siguiente


rumbo a su politización, lo dio de la mano de Polo Duarte, el legendario
librero de usado que tenía su changarro junto a la funeraria de la
Avenida Hidalgo, su informal Universidad.

Polo Duarte fue una especie de Mecenas para muchos escritores


mexicanos. En su librería se reunían Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Carlos
Monsiváis, creo, Rosario Castellanos, Rodolfo Usigli, Fernando Benítez y
todo la camada que se inició en los años cincuenta. Con él conseguían
cualquier libro que necesitaran, a buenos precios y de segundo cachete.
Duarte, o los Duarte, padre e hijo, eran refugiados españoles y
republicanos, es decir de izquierda.

La vecindad de la librería Duarte con la funeraria, pronto lo volvió


cliente de los Duarte. Al paso del tiempo, Rius y el bibliotecario llegaron
a un acuerdo (que tenía con varios de los incipientes escritores): Rius le

70
compraba un libro y tenía la opción de quedarse con el o cambiarlo por
otro hasta dos veces. Es decir, pagaba uno y leía tres. Ignorante Rius de
todo lo que era literatura mundana, se dejó aconsejar por Polo respecto a
qué leer. Gracias a sus consejos tuvo oportunidad de conocer todo lo que
fue la literatura norteamericana de esos años: Dos Passos, Steinbeck,
Faulkner, Saroyan (su favorito), Scott Fitzgerald, Erskine Caldwell, hasta
Henry Miller, Upton Sinclair, así como la corriente francesa de moda:
Sartre, Camus, el gran André Malraux y muchísimos etcéteras.

Gracias a Polo leyó a Edgar Alan Poe, Maupassant, Ciro Alegría,


Rómulo Gallegos, Labrador Ruiz, Carpentier, Chejov, Pío Baroja,
Chesterton, Bocaccio, Víctor Hugo, Romain Rolland, Kasantzakis, Panait
Istrati, Stefan Sweig, Juan Rulfo, y al paisano que influyó tanto en su
trabajo: José Rubén Romero y su Pito Pérez.

Es por eso que Rius afirma que Gayosso fue su universidad, como un
agregado de la librería Duarte. Su facultad de Ciencias Políticas y
Sociales y de Filosofía y letras. Recuerdo que hasta Kierkeegard leyó con
don Polo, con poco éxito de comprensión de parte de del Río (confesado
por él mismo).

Más tarde, ya egresado de su Universidad, cuando entró a Novedades


y tuvo oportunidad de conocer a otros dibujantes y periodistas, un día
recibió la invitación de parte de Carlos Vigil, jefe del departamento de
historietas de Novedades junto con Marino Carrera, un viejo comunista
español, de entrarle a un círculo de estudios de marxismo.

71
En él participaban el mismo Carlos Vigil, su hermano Guillermo,
dibujante, Nikito Nipongo o Raúl Prieto, como gusten llamarle, Pedro
Zapiáin el recordado creador de Chanoc y otros.

En ese círculo de estudios se inició Rius en el marxismo, sacadísimo


de onda, pensando que se trataba de formar una especie de grupo
guerrillero, de lo que se trataba inocentemente era de aprender a
comprender la vida y a interpretar la historia de este mundo, y
humanidad que le acompaña desde hace un chorro de años.

Las nociones de dialéctica y la visión materialista de la filosofía de la


vida, le abrieron unas ventanotas enormes en su afán de entender las
cosas. Por fin estaba encontrando respuestas, aunque estas le
resultaban en muchos casos traumatizantes para un exseminarista
educado en las tenebras del catolicismo preconciliar de Juan XXIII.

Más tarde en 1961, tras su viaje a Cuba y los países socialistas, con
la influencia de sus compañeros de viaje, dos de ellos militantes de
izquierda (Froylán del Partido Comunista y León Roberto del PPS de
Lombardo), decidió afiliarse al Partido Comunista Mexicano, donde militó
más o menos siete años.

Obviamente, aunque resulte difícil de creer, la intención de meterse al


comunismo, vino a ser una prolongación de los ideales del seminario.
Allá se trataba de imbuirles la idea de cambiar a la sociedad con la
prédica de las ideas cristianas del Evangelio, meta bastante utópica si
bien se ve. En el marxismo igualmente, se trataba de cambiar a la
sociedad con la prédica de las ideas socialistas de Carlos Marx, meta

72
bastante utópica si bien se ve. Es decir, al menos a mi modo de ver, era
la misma lucha pero con diferente evangelio a seguir.

Con los dos sistemas de lucha se ha fracasado. El cristianismo no ha


logrado cambiar al hombre en sus casi dos mil años de existencia: cada
vez estamos peor. Y el marxismo con sus apenas 100 años de existencia,
tampoco lo ha logrado mucho que digamos, ni en los países mal
llamados socialistas, q.e.p.d.

Los documentos de Carlos


Marx se convirtieron en su
“Biblia”.

Sin embargo, Rius no se arrepiente todavía de haberse hecho


comunista. El marxismo le sirvió enormemente para enfocar su trabajo y
darle una dirección que sigue creyendo es la correcta. La militancia
dentro del Partido también fue fundamental en su vida y su trabajo, para
comprender sobre todo la inutilidad de militar en esa forma en una lucha

73
política. Sigue pensando utópicamente que el mejor sistema
socioeconómico es el socialismo que, comparado con este capitalismo
salvaje y criminal (según Rius), es el único que puede aportar soluciones
masivas a los problemas que está pasando la humanidad toda.

<<Falta algo que no he acabado de diagnosticar. Una mística, un


aspecto espiritual que le dé al individuo motivación suficiente y necesaria
para el trabajo en común. Un “algo” que convierta al socialismo en un
sistema diferente al que se practicó desde 1917 en la URSS y anexas,
muy diferente a esa broma tropical que se llamó socialismo cubano.
Espero confiado que algún día alguien lo encontrará, si Dios quiere…>>

74
6.2 CUBA, LA QUE CAMBIÓ SU VIDA.

Cuba, la isla con forma de un verde lagarto verde, diría Nicolás


Guillén, fue por muchos años el motor de sus inquietudes políticas. En
rigor puedo decir que Cuba y su Revolución cambiaron su vida.

Cuba, el lagarto verde.

Todavía andaba Fidel Castro por estas tierras, cuando entró en


contacto por primera vez con los revolucionarios cubanos. No he podido
saber a ciencia cierta si uno de los cubanos con quienes una vez
compartió unas gelatinas en un cafecito que se ubicaba en Puente de
Alvarado, era el mismo Fidel Castro.

Debe haber sido el año 1957, que se dio ese y posteriores encuentros.
Trabajaba del Río en Ovaciones y muchas veces asistía a ese cafecito
(creo que se llamaba Elite) a despacharse unas gelatinas y un cafecito, y
ahí se encontraba muchas veces a cubanos exilados discutiendo sus
problemas y hablando mal de don Fulgencio Batista, buscando la
manera de botarlo.

75
Producto de tantos encuentros fue que un día, lleno el café tuvo que
compartir la mesa con dos de ellos, que al saber que él hacía caricaturas
políticas, le proporcionaron información sobre su lucha, con la que
empezó a hacer cartones a favor del movimiento 26 de julio. Le
publicaron varias en el periódico Ovaciones y otras más adelante en
Novedades, donde se había refugiado tras la corrida del primero.

Había ya ingresado a la AMP, donde también asistían de vez en


cuando los cubanos para entrar en contacto con periodistas que dieran a
conocer sus luchas y tribulaciones en el exilio mexicano.

Al triunfo de las guerrillas y posterior fuga del tiranuelo Batista, el


primero de enero de 1959, algunos de aquellos cubanos se apoderaron
del edificio de la Embajada y entre sus primeros actos de nuevos
“embajadores”, invitaron una noche a un grupo de periodistas para
celebrar en forma la caída del mulato Batista.

Rius estaba entre ellos y esa noche recibió informalmente la


invitación para ir “alguna vez” a Cuba. La invitadora en esa ocasión fue
la Dra. Teté Casuso, que fungió como embajadora en aquellas
turbulentas primeras semanas de Castrismo.

Pasó la fiesta, y un día, a raíz de los juicios a los criminales de guerra


en La Habana, se decidió organizar la Operación verdad, llevando a Cuba
un avión cargado de periodistas, para contrarrestar las críticas que en
todo el mundo se habían soltado por los fusilamientos en Cuba de
militares y policías batistianos.

76
Tere Proenza (secretaria de Teté Casuso) le habló por teléfono a
Eduardo para invitarlo al viaje. Rius no tenía pasaporte en regla, pero sí
inmensas ganas de asistir y de conocer Cuba. Aceptó casi enloquecido, y
para cumplir el pasaporte, la embajada le extendió un documento que le
permitiera sortear los obstáculos migratorios por no tener pasaporte al
día.

Estaba ya preparando su maleta cuando le surgió una duda, ¿Si voy


a Cuba, podré contar al regreso con mi trabajo en Novedades? Tenía poco
de haber entrado al periódico, en ese tiempo prestigiado y lleno de
buenos periodistas, y aunque no tenía todavía lugar fijo, lo tenían como
bateador emergente, cuando fallaba el Chango Cabral o Guasp. Les
gustaba su trabajo, y ya le habían recién dado un espacio en las páginas
posteriores a las editoriales.

Optó pues por ir al periódico a pedir permiso de ausentarse dos


semanas. Beteta, viejo zorro político y exsecretario de Hacienda con
Alemán (dueño del periódico), le dijo de plano que si se iba a Cuba perdía
su trabajo en el periódico. En fin, para no hacerles el cuento largo,
terminó pudiendo más su temor al desconocido futuro que sus ganas de
irse a Cuba.

77
En 1961, sin embargo, se presentó otra oportunidad de ir a
Cuba…por carambola. Estando como ya dije anteriormente en la AMP
(Asociación Mexicana de Periodistas), le llegó una invitación para visitar
la Unión Soviética, de parte de la Unión de Periodistas Soviéticos. La
escueta invitación no decía más, así que en pocos días había una lista de

Por fin Rius iba a poder ir a Cuba.

más de cien periodistas deseosos de emprender el viaje a la mayor


brevedad posible.

Pocos días después llegó una invitación más detallada; los periodistas
soviéticos se comprometían a pagar todos los gastos desde el momento
de llegada de los invitados a Moscú. Ahora el único problema para la
mayoría de los invitados era cómo llegar a Moscú. La lista se redujo
bastante. De los 100 y pico de viajeros en potencia, quedaron solo
cuatro.

Eran: León Roberto García, nieto del Gral. Cruz, exjefe de policía
cuando Calles; Froylán Manjarrez, sobrino de Don Gilberto Bosques, en

78
ese tiempo embajador de México en Cuba y sobrino también de otro viejo
político cardenista, el senador Manjarrez. Los dos restantes eran Alberto
Domingo, de la revista Siempre!, donde también Rius colaboraba desde
1960 y el mismo zamorano. León Roberto y Froylán, no tenían problema
para costearse el viaje, pero Alberto y del Río sí, por exceso de falta de
circulante (entiéndase lana).

En una reunión de la AMP convinieron en un plan ranchero con el fin


de llegar a Moscú. La idea era esta: conseguir la forma de llegar a Cuba,
en donde podrían trabajar y juntar dinero para llegar a Moscú. Tenían
informes de que ya había vuelos de La Habana a Praga muy económicos,
y pensaron que una vez en Praga, no faltarían camiones que salieran
cada quince minutos a Moscú.

Moscú, punto de reunión de los


periodistas soviéticos.

Empezó Rius una campaña de estirar la mano ante sus amigos más
favorecidos por la fortuna, con tan buen éxito que en pocos días había
juntado lo que costaba el pasaje en avión a La Habana. Entre los
benefactores del viaje estaban Mauricio Ocampo Ramírez que era
presidente de la AMP, José Iza y su fábrica de suéteres Merlán, y Víctor
Cobarrubias que con su hermano atendía una tienda de abarrotes a

79
donde acudía nada menos que Fidel Castro (cuando vivía en México por
supuesto).

Ya con el boleto a La Habana, iniciaron los cuatro el viaje, con la


esperanza de llegar a Moscú antes de invierno. Periodistas como eran los
cuatro fueron atendidos luego luego en Cuba y alojados en un Hotel que
se llamaba en ese tiempo Rosita de Hornedo en el reparto Miramar, y
cuya característica principal era la posesión, en el hall del hotel, de un
piano que había pertenecido a un tal Ludwing Van Beethoven. La tal
Rosita de Hornedo, por otra parte, había sido la muy querida de un
millonario cubano, azucarero y político, que prendado de la anatomía de
Rosita, le regaló un Hotel con su nombre… y un piano de Beethoven.

Apenas empezaron a sentir los primeros calores cubanos, iniciaron


los contactos con la prensa cubana, a fin de trabajar, para conseguir el
dinero necesario. Rius estuvo haciendo cartones para los periódicos que
habían sobrevivido a Fidel (Hoy, comunista y Revolución, de los
barbudos) y le estuvieron publicando caricaturas en el recién nacido
semanario de humor “El Pitirre”, donde conoció a los jóvenes moneros
cubanos.

Una vez enterado los periodistas cubanos de su estancia, los


invitaron a conocer algo de Cuba y a escribir sobre los logros de su joven
Revolución. Visitaron varias cooperativas campesinas, viajaron al
bellísimo (he visto fotos) plan turístico de Guamá (primer plan loco de
Fidel) y sus aledaños lago artificial y criadero de cocodrilos. Recorrieron
la Habana, visitaron los famosos burdeles habaneros, jugaron algunos
centavos en el casino del Capri.

80
También se dedicaron en cuerpo y alma a tratar de hablar con Fidel
Castro para hacerle la clásica entrevista. No lograron entrevistarlo, pero
si saludarlo y cambiar palabras al pescarlo saliendo de la cocina del
Hotel Nacional.

Rius ya lo conocía (el lector ya lo sabrá si no se saltó las páginas


anteriores), pero nunca, en sus diecisiete visitas posteriores a Cuba, ha
podido hablar con él durante más de un minuto. Cierto que nunca lo
solicitó, pero estuvo cerca de tener con él una plática compartida con
Víctor Rico Galán, cuando el fallecido periodista de Siempre!, inició la
elaboración de una biografía del Comandante, que posteriormente
terminó por no hacerse a petición del mismo Fidel.

El inentrevistable (al menos para


Rius) Fidel Castro.

En esa oportunidad Víctor y Rius compartían el mismo hotel, y el


maestrito había accedido a que se quedara a su plática con Castro, que
se haría en su cuarto. Pero los ayudantes del comandante no accedieron
a que él se quedara y antes de su arribo tuvo que ahuecar el ala y
esperar otra oportunidad (que nunca llegó).

81
En cambio, y a cambio de la entrevista con Fidel, los cuatro tuvieron
varias con funcionarios menores y una con don Raúl Roa, entonces
ministro del exterior. Rius se dedicó más a entrar en contacto con los
caricaturistas cubanos, con quienes conoció otros aspectos de Cuba y se
acercó a otras realidades no oficiales de la Revolución. Ese primer viaje a
Cuba, vivido intensamente por la necesidad de trabajar, y mandar
cartones a La Prensa y Siempre!, es decir, vivido en contacto directo con
el periodismo cubano y sus protagonistas, le permitieron adentrarse un
poco tras los telones del espectáculo.

Siempre los periodistas son conducto de información no oficial y no


publicada, que solo comparten con otro del mismo pesebre.
Interioridades y confidencias, chismes y rumores, son materia siempre
dispuesta en las publicaciones de los periódicos. El periodista acaba por
ser parte importante de los procesos revolucionarios, por su constante
encuentro con los dirigentes, a los que “les sabe” todo, hasta el color de
los calcetines.

Siempre el periodista sabe lo que va a pasar antes de que se publique


en la prensa. Si es que se publica… me imagino que es por eso que se
persigue tanto a los periodistas, pues al no hacerse cómplices del poder,
se convierten, a los ojos del poder, en enemigos perpetuos y en potencia.

Este rollo infame es para decir que desde ese primer viaje, empezó a
saber “cosas” que no eran para publicarse, y que treinta años después le
servirían para hacer “Lástima de Cuba”, libro con el que, al decir de
algunos cubanos, “se viró” y le dio la espalda a Fidel Castro y asociados.

82
Su posterior ingreso al Partido Comunista Mexicano (al regreso del
viaje de la URSS), lo hicieron tener acceso a más información no oficial
de las realidades cubanas, a cosas que solo circulan entre camaradas y
no son publicables.

Indudablemente que esa Cuba que él estaba conociendo y esa


Revolución que apenas estaba naciendo y produciendo brotes de
esperanza, le gustaron al grado de entusiasmo. Sufrió el contagio de la
enfermedad que había atacado a millones de cubanos y cubanas, y se
prometió apoyar y defender como fuera, la causa de Fidel y sus
barbudos.

La Revolución Cubana es un
tema que Rius ha abarcado en
varios de sus libros.

83
6.3 UNA POLÉMICA CUBANA.

Nuez y Posada, sin duda los dos mejores caricaturistas que ha tenido
la Cuba Castrista, estaban en México en 1967 para presentar una
exposición conjunta de sus obras. Los dos eran viejos conocidos de Rius,
quien estuvo con ambos en comidas y cócteles, enseñándoles un poco de
la ciudad y platicando a pasto, al estilo cubano, sin parar.

En una de esas pláticas, Nuez y Posada se quejaron horrores de la


censura que los nuevos gobernantes habían impuesto al periodismo, y
muy especialmente a la caricatura.

Le señalaron al detalle lo que pasaba, la imposibilidad de hacer un


humor crítico de lo mal hecho y de los errores, y le pidieron que él, que
tenía buena imagen en Cuba, como amigo de la Revolución y cuyas
suyas caricaturas se publicaban frecuentemente por allá, hiciera un
artículo planteando la necesidad de la apertura en los medios y un
aflojamiento en la censura. Estuvo de acuerdo.

En ese tiempo Rius dirigía un suplemento de humor (El Mitote


Ilustrado) para la revista SUCESOS del transa editor Gustavo Alatriste,
que dirigía Nikito Nipongo, tras la renuncia del Gabo García Márquez,
como director y su retiro para escribir “Cien años de soledad”.

El artículo apareció en siete de las doce páginas. A continuación la


introducción íntegra del artículo (para que sepan más o menos de qué se
trato):

84
No es un secreto decir
que Cuba no ha dado grandes
caricaturistas a través de su historia,
un pueblo esencialmente musical,
extrovertido, builanquero, y aparentemente
superficial, no parece ser campo propicio para
el desarrollo de buenos caricaturistas.
Al menos así lo dice la historia
de humor cubano, que ha registrado
pocos nombres ilustres,
que pocas veces han salido de sus
fronteras.

Rius estaría muy orgulloso de poder decir que el Che Guevara y él


fueron amigos, pero mentiría, ya que según él, las circunstancias que se
presentaron, no fueron propicias. Yo creo que ambos se conformaban
con su mutua admiración.

Su primer encuentro con el Che, lo dejó traumado. Rius formaba


parte de una pequeña delegación de comunistas mexicanos, que
invitados por la contraparte cubana del PCC, estaban esperando la
llegada del Che a su despacho, ansiosos de conocer y platicar, con el
legendario personaje.

85
Llevaban casi una hora en espera del Che, hasta que su secretario les
avisó que, ahora si ya había llegado. Se abrió una puerta lateral y entró,
seguro de sí mismo y dijo: ¿quién es de ustedes Rius?

Mudo de la impresión, el interpelado solo atinó a señalarse con el


dedo y dar unos pasos hacia él, que le extendió la mano, le palmeó la
espalda y le dijo que le gustaba mucho las cosas que él hacía en el
Siempre!

Rius se sentía muy raro, hasta que el comandante guerrillero los


invitó a sentarse a una mesota para platicar un rato. Una de las
preguntas que Rius le hizo, fue en relación a la coca-cola del che (que así
llamaban los cubanos al sustituto de la coca que había inventado don
Ernesto, el jefe).

El secretario del Che le habló a Rius para decirle que don Ernesto
quería hablar con él. Tres o cuatro días después volvió a verlo, se trataba
de una petición que quería hacerle. El jefe de una revista venezolana
estaba muy enfermo y el Che le propuso a Rius que el se hiciera cargo.
También le dijo que llevara una exposición de el a Cuba.

Rius aceptó, después de tiempo. La exposición, se hizo en Cuba, pero


no trató solo del Che, sino de todos los caricaturitas mexicanos que
estaban a favor del Che y de la Revolución Cubana.

A pesar de que Rius ya no volvió a ver al Ché mas que en fotos, seguía
investigando de Guevara.

86
Por su parte el guerrilero argentino, le enviaba cartas, las cuales
facilitaron el trabajo de Rius en A, B, Che, que contiene la escena en que
acecharon al Che y a sus amigos tal cual el mismo Guevara la describió.

En la ilustración, se muestra una pintura que representa una


batalla de la Revolución Cubana.

87
CAPÍTULO VII

SU OPINIÓN
SOBRE
LA COMIDA

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7.1 POR QUÉ SE HIZO VEGETARIANO.

Ser vegetariano en el país de los tacos era visto como crimen de lesa
patria en los años sesenta. El que renunciaba a los bistecs y a la
moronga, se exponía a la cuchufleta pública, y privada, y la mirada
cuestionante de “¿y este cuate a qué le tira?

Rosita Dobleú, esposa de Rius y colorista de la historieta, padecía


desde varias centurias atrás, de un problema de tiroides combinado con
bichos de esos que se anidan de por vida en el intestino. Ninguna terapia
médica le había dado resultado, hasta que alguien le recomendó ver a un
médico naturista, el ya viejito Dr. Juan Sperl (creo que ya hasta falleció).
Su terapia consistió entre otras hierbas en volverla vegetariana. Y siendo
ella la encargada de la cocina, la familia toda tuvo que entrarle a las
ensaladas, extrañas combinaciones de vegetales hasta entonces
desconocidos para Rius y su familia.

También le recomendó la lectura de un libro del naturista chileno


Lezaeta Acharán (Manual de curación natural), que fue el primer libro
que Rius leyó sobre esas extrañísimas cuestiones. Pero la terapia dio
resultado y Rosita se curó de sus males con los métodos casi de
“brujería” de Juanito Sperl.

Animado e intrigado por saber más, Rius empezó a buscar literatura


del vegetarianismo, que en esa época brillaba por su ausencia en las
librerías, no sólo para conocer sus misterios, sino para darlos a conocer
vía historieta. Ya convertido al vegetarianismo, pudo comprobar “en
carne propia” que dejar la carne resultaba muy benéfico para su salud

89
física y mental, y lo más importante para Rius, que le permitía jugar sus
cascaritas futboleras en mejores condiciones(recordemos que iba en el
seminario, donde siempre se juega fútbol). Si antes de volverse hierbero,
apenas aguantaba medio tiempo a sus (en aquel entonces) casi cuarenta
años y bajo el calor ardiente del bajío morelense (jugaba en un equipo de
veteranos del Seguro Social, bautizado como el Atlético Reumático, con
puros médicos mayores de treinta y cinco años).

Rius, a partir de su
vegetarianismo, ha hecho
investigaciones y estudios (en
otros libros) sobre diversas
plantas medicinales y
comestibles.

De los estudios y práctica propia, salió su primer librito de comida sin


carne, La panza es primero, convertido al paso de las ediciones en el
libro de mayor venta en toda la historia editorial mexicana: más de
seiscientos mil ejemplares vendidos y varios miles de convertidos a la
hierba (que se come, no de la que se fuma).

90
Tras la difusión del libro y otros similares, se creó en México toda una
industria del naturismo, surgiendo cientos de tiendas en todo el país,
entre ellas una cadena de tiendas creada por la amiga del exitoso escritor
Irene Sánchez, en Guadalajara, que llevan por nombre La Panza es
Primero (en honor al libro pionero).

El volverse involuntariamente como el “apóstol del naturismo” (así lo


consideraban algunos), lo expuso a la difícil situación de ser considerado
por algunas gentes como una especie de gurú, combinado con
taumaturgo. En muchas ocasiones en que se presenta en público para
decir “tonterías”, se le acerca gente que le expone sus problemas de
salud, pensando que va a recetarles o a imponerles las manos para
curarlos al instante.

Eduardo del Río, además de La Panza es Primero ha hecho otros


libros de comida vegetariana como No consulte a su médico, El hierberito
ilustrado, 100 plantas que se comen, el cocinero vegetariano, y los
cómics naturistas de Rius.

91
CAPÍTULO VIII

OTRAS OBRAS
DE RIUS

92
8.1 OBRAS DE RIUS.

Necesitaría otro libro para hablar de todos los libros que ha hecho en
sus casi cuarenta y cinco años como caricaturista. Dios no lo quiera, ni
que tenga que hacer otro libro, ni que viva otros cuarenta años para
demostrarse a sí mismo que puede ser un buen caricaturista…

Y es que en realidad ésa fue la meta que se impuso en 1955 al tener


que escoger entre irse a St. Louis Missouiri a sacar su doctorado como
embalsamador, o dedicarse a la caricatura: ser un buen caricaturista. No
el mejor, ni el más popular, que eso se queda en sueño guajjiro, sino
simplemente bueno. Y sin demasiada exigencia, del Río siente que lo ha
logrado, con muchas dificultades y broncas de todo tipo, pero ha
cumplido consigo mismo.

Constantemente le pregunta la gente que cuántos libros había escrito.


Y hasta que no se puso a elaborar la lista, no cayó en cuenta de la
tremenda cantidad de libros que le habían publicado: ¡¡88 libros!! Y lo
pongo entre dobles signos de admiración porque es una cantidad
estratosférica de libros publicados para alguien que no se dedica en sí a
escribir libros, sino que se dedica a hacer entrevistas, dar noticias en
periódicos y revistas y hacer caricaturas para las mismas.

Su primer libro fue Cuba para principiantes, editado y distribuido por


él mismo. Hasta que sus compañeros vieron con ojos fenicios que tenía
pegue y podría ser un buen negocio. La segunda edición salió ya con la
razón editorial del Fondo de Cultura Popular, que así se llamaba la
editorial de su “glorioso” partido.

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Con el FCP editó los primeros libros (Marx para principiantes, La
joven Alemania, Lenin para principiantes, Caricaturas Rechazadas y
Rius en Política).

Estos libros se empezaron a vender muy bien, aunque al autor no le


fue muy bien por lo transas que resultaron los camaradas a la hora de
pagar los derechos de autor. Aparte de mala distribución, mala paga…

Rius ha tenido la suerte de ser aceptado y leído, fusilado y pirateado


en medio mundo. Tiene ediciones en prácticamente todos los idiomas
“civilizados” y hasta en unos rarísimos dialectos de la India y de África,
donde se han enterado de Marx y de Cuba por su culpa.

En Japón se dio el extraño caso de que le editaran el Hierberito


Ilustrado, que contiene puras plantas mexicanas. En Nicaragua, el
primer libro que editaron fue uno de Rius (sin pagarle un centavo por
supuesto).

A partir de su Cuba para principiantes se creó una editorial en


Inglaterra, que ha venido editando una serie titulada “for beginners”
(para principiantes) elaborada con el estilo que “inventó” y que se ha
venido imitando en muchos países y por muchos dibujantes, en México
lo mismo.

Solo quisiera añadir por qué y cómo llegó al libro. Un día Quezada le
dijo a Rius que éste iba a acabar haciendo novelas, pues había empezado
a hacer cartones mudos, había pasado luego al cartón con textos

94
mínimos; le había seguido con la tira cómica, luego con las historietas y
finalmente estaba haciendo libros con la proporción más de textos que de
dibujos… y que siguiendo ese proceso llegaría a hacer novelas sin un
solo dibujo.

La razón de esta degeneración profesional creo que ha sido su


necesidad de compartir con los lectores, la información y chismes de los
que se entera.
Con una caricatura es difícil explicar claramente un problema
político, religioso, científico, sexual, médico, nutricional, etc. Cosa que se
logra mejor con la historieta, y todavía más claramente con el libro, que
además, se queda y permanece para siempre y una simple caricatura de
un periódico, al día siguiente de que fue publicada ya está en la basura.
Rius es famoso por sus libros, no por sus trabajos en periódicos.

La convivencia con la raza de los editores es siempre difícil y riesgosa.


Rius lo aprendió desde Colmenares, y en el curso de su vida como autor
lo comprobó en carne propia: ¡Cave editorum!

Ha sufrido desde editores que tiran cinco mil ejemplares y le dicen al


autor que nada más hicieron tres mil, hasta editores que negocian con
editoriales extranjeras y ni le avisan al autor. Otros hay que le “jinetean”
al autor sus regalías durante años y le van pagando con gotero lo que le
corresponde por ley (debe ser la ley de Herodes).

Porque se da la maldita tradición de que, en la lista de pagos de la


editoriales, los autores vienen quedando en último lugar. Le pagan a la
secretaria, al impresor, al distribuidor, al diseñador gráfico, a los

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vendedores, al de relaciones públicas, al del papel, al elevadorista, al
personal de aseo, al de la bodega, al corrector de pruebas, al contador…
y si se acuerdan le pagan al autor. ¡Y es el autor quien les da de comer a
todos!, si no hubiera una obra, ¿qué demonios haría un editor?

Yo creía que eso solo pasaba en México, dado nuestro subdesarrollo


crónico y al parecer, perpetuo, pero no: también en el resto de países que
forman este planeta, los editores son de la misma materia. Lo mismo en
estados Unidos como en España, Francia, Italia, Inglaterra, Japón, Iraq o
Cuba, Rius ha sido víctima del gremio editorial con libros robados,
pirateados o no pagados con todo y contrato.
La excepción, al menos para Rius, ha sido Don Juan Grijalbo, que
pese a ser catalán, siempre se portó con Rius como si no fuera catalán,
como su amigo. Ya no está al frente de la editorial que lleva su nombre,
ya se retiró a rascarse sus partes nobles y sentimentales – dice Rius- (yo
lo dudo, creo que ya hizo otra editorial).

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8.2 LIBROS Y MÁS LIBROS.

A continuación se muestra la lista de sus ochenta y ocho libros


publicados:

Cuba para principiantes, Marx para principiantes, La jóven Alemania,


Lenin para principiantes, Caricaturas rechazadas, Rius en política, Rius
para principiantes, A B Che, Hitler para masoquistas, El pequeño Rius
ilustrado, Cristo de carne y hueso, Jesús alias el Cristo, La Biblia esa
linda tontería, La panza es primero, No consulte a su médico, El
yerberito ilustrado, La Revolucioncita mexicana, Compa Nicaragua, Rius
a la China, El mito guadalupano, Su majestad el PRI, La iglesia de los
agachados, Cómo suicidarse sin maestro, Primeras porquerías, El
segundo aire, ¡Qué tal la URSS!, Manifiesto comunista ilustrado, Obras
incompletas 3, La trukulenta historia del Kapitalismo, El museo de Rius,
La revolución femenina, Cuba libre, Historia rapidísima de España,
Almanaco, Manual del perfecto ateo, El diablo se llama Trotsky, Los
dictaduros, Diabluras, Dominó para principiantes,De Posada a Quezada,
Un siglo de caricatura en México, La vida de cuadritos, Palestina del
judío errante al judío errado, Mao en su tinta, 100 plantas que se comen,
Con perdón de Doré y de la Biblia, El hermano Sandino, Carlos de
Nicaragua, Lexikon Economikon, Como dejar de comer (mal), Economía
para ignorantes, El otro Rius, Guía incompleta del Jazz, Filosofía para
principiantes, Quetzalcoatl no era del PRI, Kama Nostra, La iglesia y
otros cuentos, La deuda y cómo no pagarla, La droga que refresca,
Santoral de la Caricatura, La Perestroika, El amor en tiempos del SIDA,
El cocinero vegetariano, De aborto, sexo y otros pecados, El mundo del
fin del mundo, Pobrecito Japón, Tropicalese barroquerías y más
turbaciones, 500 años fregados pero cristianos, toros sí toreros no, Pure

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de papas, Mis supermachos, Lástima de Cuba, Los comics naturistas de
Rius, De músico poeta y loco, El fracaso de la educación en México, El
PAN y otros males, Cada quien su Dios, La cultura no muerde, ¿Hay
libertad de prensa en México?, Machismo feminismo & homosex.,
Publicidad T.V. y otras porquerías, ¿Quién ganó la Revolución
Mexicana?, Juicio a Walt Disney, ¿De dónde vienen los niños?,
Marihuana y otras debilidades y Vera historia del Tío Sam.

En el libro A, B, Ché; narra


detalladamente la muerte del
Ché Guevara.

En la página siguiente se muestran las portadas de cuatro de sus


libros.

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BIBLIOGRAFÍA

DEL RÍO, Eduardo, Rius.


Rius para principiantes.
Editorial Grijalbo.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.


Mis Supermachos.
Editorial Grijalbo.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.


La Biblia, esa linda tontería.
Editorial Grijalbo.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.


Cristo de Carne y hueso.
Editorial Grijalbo. Edición corregida y aumentada.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.


La trukulenta historia del kapitalismo.
Editorial Grijalbo.

DEL RÍO, Eduardo, Rius.


La Panza es Primero.
Editorial Grijalbo.

AGUSTÍN, José.
Tragicomedia Mexicana 2. La vida en México de 1970 a 1988.
Editorial Planeta. Tercera edición.
Colección: Espejo de México.

ZAID Gabriel.
Contenido No. 408 Junio 1997.
El incansable Rius Ilustrado.
Páginas 85-87.

100
RODRÍGUEZ, Alfonso.
Lecciones de Historia de México. Tercer Grado.
Editorial Trillas.
Serie 2000.

CASASOLA, Gustavo.
6 Siglos de Historia Gráfica de México. 1325-1989.
Editorial Gustavo Casasola.
Tomo I.

CASASOLA, Gustavo.
6 Siglos de Historia Gráfica de México. 1325-1989.
Editorial Gustavo Casasola.
Tomo VI.

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