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cronidas
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Índice
El hecho, pág 5
- notdon, pág. 7
Mas, era
cantado, o así
parecía serlo
mientras nos sentábamos a
sudar de esperar
-en realidad sólo yo sudaba.
A mí me parecía sensato.
Yet,
while we
wait for the stop-sign to come
we’ll be gone -both, or those
who look at mirrors
shading the we that an us
made.
Should we run?
Should we assign
nameless contradictions into
peculiar motions?
Y así,
aturdido,
canto el sueño que encuentro
pasear en derredor. Y no dice
al respecto lo que dice decir,
sensatamente, falsamente.
Y máscaras
no hay, no hubo;
preferí,
por supuesto,
guardar silencio al respecto.
Mas,
verás, era necesario
decir esto al respecto.
Falsamente, sensatamente.
Y no encuentro
más que
misma delusión de mismo
pudor puesto enfrente.
Y un fantasma
no dice su nombre, mas
lo insinúa.
Y arrastra los labios -con ellos, las palabras-
no entendiéndosele
un carajo. Lo cual es justo y necesario.
Y se olfatea el olor a
ojo sobre ojo, o cara
rota por el peso de una piedra.
O hacer un trueque,
justo cuando parecían
llegar los brotes verdes.
Do not say it
out loud.
The ubermench
may rise and
nobody knows what could
he do.
También hubo
una manera de mostrarse
dispuesto, y otra manera de
cerrar los pudorosos ojos.
Fantasmas del derredor;
rojos también, por supuesto.
Y el lírico ritual de los ojos crispados por la viva ansiedad
en la que nace un fantasma alado con su caldo celeste y el argénteo disfraz.
Y es una manera entre otras tantas de despedirnos de habernos mentido a
{nosotros mismos.
Y hay un
silencio respetado y una
manera de contarnos al respecto de
la súbita intrusión de un recuerdo
desorganizándolo todo
-incluso mi cuerpo.
Mas, he mi error
puesto sobre mí como una marca
traída desde el (n) infierno.
O una comarca de
vivos démones, paseando por la calle
cual si espíritu nada más fuera
-esto es,
nada de lo que hablar o reaccionar en circunstancia.
Y hay la mano y
no recuerdo cuánta y hay
paz en la tierra de guerra celeste.
Lo cual
aparentemente
parece ser el distante modo.
O un nodo nos miente y el caos no es vago
resplandor de cizañas o arañas
de las que luego repiente
Nadie (ahora sí, su diestra letra), puesto
sobre sí, que nada era.
Y también nada entre los muertos y se pregunta qué esperan.
Y la cegadora luz
se acerca y espera
respuestas por haber
dicho esto, aquesto, lo que fuera
que de mi boca huyera a
allá.
Mientras tanto,
la psicosis me presenta
a tres abajo,
puestos con el néctar de las aténeas venas.
Y por la clepsidra huyo
-asustado, por supuesto.
Pero es el
prohibido arte
de la metempsicosis.
O la mediación.
O la sal pasajera.
O la intrusión de
conjeturas.
And there’s a
gain out of
wittgensteinian silence.
Crack it, oh
snark it, oh, nothing…
I was just
remembering some-
thingness and went
insane for a sec but I guess
I’m now ok and that’s
four I’s in the same poem.
Pero es,
parece ser,
se arrima a su costado,
repítese de lado,
y no tiene memoria cuando dice,
no tiene memoria cuando canta,
y si se escucha hablar
muere
mientras los peces
duermen al lado.
Mas, ya no más,
ya no más,
ya no más.
So, perplexed,
I walk away.
There’s nothing
to do about
it.
There’s nothing
you-I could do
about it.
But I guess
silence is still
being made.
And after
a ride
I walk home alive.
By the way,
there’s always
someone
really high at
Google™ .
Okey, so
Cupid
it’s doing a
pretty hard job
out there, and
all by itself. I mean,
he’s not even
looking around for a meal.
Guess it’s time for
me to leave.
Yet,
surreptitiously,
he leaves as he came:
non-seen.
Tyranny’s myth
clears apart.
And we leave
as we came.
Paranaid conclusions,
indeed.
Pour que mon rêve se soit expliqué
There’s
nothing to explain.
Oui, c’est très bien: le plastique, le dit.
Encore, maintenant, chansons d’ cor
-si les pores les permettent.
Tempted, je suis
marginal -petit-lumpen, avec le ubermench;
et une goutte de faible clartè draine.
Is it
something in the water,
in the rain,
in the cleverless mouth that prays
oh through burned hands and sinking cars,
here in the middle of an oriental-named avenue?
Is it
something in the weirded-made lair
out of
heavenly strangers and widowed veins?
Y si digo un código
sobre códigos,
¿doyme también de pensar?
De lo contrario,
donar sin merma. Uno-Bien,
puesto entre la caterva
de enemistades, se lacera.
Cronión, al costado,
se lamenta.
Desisto, entonces;
me desvisto
de boca abierta, mientras
escucho como el ventilador reconoce
tierras ajenas.
Didn’t she
leave
a space for us to please
a dubious stair?
Watch as steps
are made, and wills
are clambered in the wooden stars
-there for us to shiver, there for us to try.
And while we
whale our way out of the ocean,
neverending seems to be cleared
by a novice gaze
-a virgin I’ve become, a virgin I’ll stay.
Yet,
there’re anecdotes
yet to be written in the modulated fortress
of laziness and rotten eggs.
And Mnemosyne
laughs while
a whale surrounds us.
But
stupidity
stirs us up.
Schized up haikus,
for we to be pleased:
We knew it.
We
kept shut,
let you
bleed.
We knew
forbiddenness:
c’est le turbo ?
Slow down,
rabbit.
How are we
gonna catch
a single phrase
with yer maniac
smile and yer several-
faced glass?
Dissoluted,
as an illusion,
I fold by.
Are you
inside my mind
or is it my mind that is out there?
Alternatives, je prèvois la saison
Inmóvil,
encuentro
Catatonia mientras
despierto; la vigilia
no se parece tanto
a lo que diga el cuerpo
que es. Mas, mientras tanto,
mienta o no mienta,
da igual. Es el mero
haber de la memoria en su lugar,
resolviendo el derredor con cierto retraso.
Over a bidimensional
diagram
-even considering the
representation issues-,
you know
there’ll be
noise. It’s
quite obvious, but,
did you work it out?
How could I?, I respond myself.
Oh, I’m sorry.
Didn’t you knew?
I mean,
I guess I did.
And that’s
four eyes in the same body.
Wasn’t it
automatic wandering
throughout
Eden?
Or were the
angelic delusions
engineered nightmares
upon a sick
path
on me made,
oh thy, oh
shy?
A spine,
from a crow.
Crawl oh dog,
oh mystified creature
of peeing nature
and sleeping gods.
Cry, oh rolled-
eyed, cruel
temple for mystic fools
that cared and joined.
L’invasion, je la guette
You go along
the windy road, full of mysery
and discrete in its parts. You go along
the shadowy bows of wilderness sigils,
written in the skin or nerve-made
page, white page waiting to be created.
You run away, I did a glare
walk upon its feet with none but thoughts
-oh hallucinated upon
blooming of a silky lotus!
I strip myself, petal by petal; and left are the said
missteps. Of course I’ll miss, of course you’ll miss.
There’s a shadow playing destiny with our narrowed hearts
-for we have been step down, oh by this, oh by that;
but a performed howl will sync us bright; or should I care to die in hands,
to stare at eyes that stood at night
by my side, reading every single gesture into a photograph?
Fantasy-made hieroglyphs stare at there. I wish I could
forgot as easy I fall
in angst and realized feels. Yet, I should have not breath
upon a sorrowed body that through thy glares.
O acaso
tenga que dejarnos
decir mentiras al respecto.
U ocaso
déjenos decir
calculadamente.
In my hand, I lay
myself. As wishes
come like dishes,
done of days,
let’s just
quietly
contemplate. Lazily.
I’m on booze,
a bus, a loon, a goon,
a whole laid sequence of reverberant could
bring me down to my knees for
disrespecting the four
riders of the thought-made veil.
Excúsome de decir
nuevamente, nueva mente.
Que de fois et pendant des heures, désolée
Yet,
there’s a narrow window,
a sshhing whisper,
and somebody tries to speak
slow
I mean,
you know this already, but
you need to get creative
in your maze.
Ningún
y el silencio repentino.
Cuidar del brío
augural mientras dase a pasear
piernas como dulces o reveses
que cayeran cual si peces
nos pasearan al andar,
nos pasearan al volver,
y no dijéramos de ver
este movimiento hacerse.
Rotten feathers, and, oh!, what a lovely day!
And who’s will will see us care?
I don’t, yet repeated
I collide with the glitter
were the sunshine used to be.
But why would thee, lonley thee,
keep caring after all?
Oh, none was gone, was just
staring at the moon shine at me.
Yet, while I eat,
oh from the rotten feathers of a sparrowy will,
I cling and set aside
are weapons while I stand
walking through
a strange tree and a wounded me.
And while we
approach,
let’s sing a song;
Oh gnomes, homuncules,
did I stared into the sun
Wildly we loose
our mind in control
-christycized, I walk through thy
and crawl among the rivers of misfortune
searching for a theater
and wild born breathe. Quick, for thee!
Died alone, all walking done
while some was accused and some were born.
But we received, as a me who was me,
dangerous conclusions.
Escucho, a veces
como caen y duermen
peces conmigo, cual si fuéramos juntos
más que esta sola discordia pendulando las norias
si el diluvio cae, y también si no.
así sea,
siendo justo y necesario,
o así viera cómo
hiriera un decir que ya cargara sus años.
Ansiedad,
causa como lluvia vital;
ojos sobre ojos,
supimos mirarnos de cerca.
ansiedad,
causa como lluvia vital;
o encontrara en otros ojos
reflejos tuyos,
mientras la luna se encuentra entre reflejos
y el vado cede, con su eterno hotel muerto.
Al fin solo,
que es sólo recordar.
Al fin huelo
haber ceder, fatal
decirse, de repente,
he que es la fuente
de la que súpeme hablar
-incluso aunque reescribiera
voluntariamente el destino que es caudal.
Y nosotros
nada más que repetirlos,
dios, hada, musa, nada mediando,
mientras me encuentro que arróbome y digo cual demente.
Y nosotros
-que aún es yo- decimonos
extrañezas,
sin sentarnos a pensar, sino reír
o pernoctar
en hombros que dícennos más
que el tacto solo de dedos que van
cuando creemos vernos,
y entonces los cables se dan a curvar la piel con la leve estática presente
-de repente, mi mano siente,
y he que ya no hay;
¡ah, la eternidad
muerta enfrente!,
¡ah, la voz que dejo
derretirme con ojos que escriben en la frente!
Y hay
espirituosas bebidas de
sólo darse a pasear
la noche y recorrer sus huellas.
Y hay
el sueño compartido o la
mentira ritual
-esconderse entre las hierbas como voz que da sal,
o incluso preguntarse
al respecto del silencio esencial;
-lo cual es
terriblemente extraño,
y al decirlo inmediatamente siento haber herido tanto.
Heme,
mirando mi sombra y diciéndome tras
de mí –cual si ya no fuera
yo el que en su propio decir desespera,
tirando los dados y dando
razón a la creación
(pero escucho una autoestima que desciende cuando vese en extraño mar;
¿acaso
no quisieras volar
con alas de Eros al cuerpo
del que cuentan los desesperos, aquellos que
conjuran a Pan en su voz que es un pero
dispuesto como lápida frente a ojos que van,
sobre caldo de destino van?;
¿acaso no viera
cómo mi decir lacera
a mí tras mí y con ello a más?;
por supuesto, mas,
no conozco otro remedio;
y remedio sélo y dígome de parar).
Ya es tarde para que sea tarde
-la luna al día perdura, dormida.
Y yo,
negando una parte precisa del cuerpo,
déjome encontrar
sólo cuando pienso y este
resulta en el vagar
tierra que los pies no encuentran con su sólo pisar.
Ojos,
yo creo
ver que es crear
-deludido como un arturo cualquiera,
viendo el lento surgir de lo que no hay.
Y los sentidos,
ojos –haber acá, allá-,
he que ya no hay.
Curva sus rayos, ah, Cronión
mientras los cuervos se desvisten y es la hora.
Amenaza la aurora con radiar su voz
sobre los tristes estanques llenos de algas y alcancías.
Rezan, también, amatistas
-puestas en un árbol, ya no brillan;
puestas en el suelo, se niegan a hacerlo.
Recorro la mirada que me priva.
Parece tener nombre, parece ser esquiva.
La razón de pareceres se deshace y es la vida
-Amor juega, entre nuestro, a las escondidas.
Todo lo demás,
querella de
falopa sí, falopa no, cual si fuera
frío de la nada plebeya
en que alucinadas representaciones dicen
-varia, múltiple-
sin preguntarse qué es que hice.
Drawn by a sword,
I stab a heart.
Genies disguised as whispering
gentleness in a nightmarish scenario.
Some kind of
lovely gesture of disguised
echoes.
Neutral-chanted,
who hasn’t yet died
Yet,
metempsychosed,
I walk amused by the riddled noise.
But when a trusted muse sshhs me down,
I stand my sight at
streets, or the eerie feet
that stare at thy
without even feeling how done where those
strange events brought upon
by the hazed eye of my lunatic crawl.
Prestidigital gifts:
gone, lone, missed
artifacts. Pissed
territories -loud noises, riffs,
plotinian floor-by-floor-building
methodology. Crosses
checked upon forces
Y el Cronida
en pensares augura
que su fuente fenecida
fue de la luz en natura
de sí, y sólo sí,
cual si fuera nada el decir.
¿Predecir?,
se pregunta. Así
cancela su moción.
Llénase
la voz de su canción,
y cesa y hiérese,
espejista,
el senil y barbiblanco eternista.
ˈpikCHər
Cosmógones, seducidos,
pululan el río.
Es la mañana, hace el frío
que decía cuando ido,
cosmogón, érame el mío.
Y no recordaba
saber que andaba
desde los pies hasta que se dijo el brío
augural de las puertas cerradas,
luego de pasear la tierra
y volver a partir en guerra
hacia la etérea nada
en que dícense los mandalas
que déjanos Palas.
Yet-Now
Aleatorio el parrafeo
en que dígase tras luegos
el curso del vivo juego
en que dígase lo feo
de esperar entre las flores.
de la significada acacia
en que úrdese de gracia
la senil curva que el símbolo rompe.
Virginal, entonces,
nueva mente,
paseo el campo nuevamente
-desnudo y con la voz de once
transeúntes en su ir extraño.
Ciegos cruzan el abstracto año
a perseguir de mí lo hondo.
Y he que nado,
nada más nado.
weakened mind?
Well, that’s the time I met
the Law.
No recordar (que no es olvido)
Sin embargo,
cuando hurgo en el barro
de la vibrada sien y el cargo
es la muerte en barco o carro,
he que
miéntome, también.
Acaso hubiera cien
indicios
-yo ya no sé, mi vicio
es el oír del vivo qué.
Schized-up songbirds
De repente,
cuando cuenta se da,
he la moción del cardumen. Podá,
digo, el árbol, cual si fuentes
Simultáneamente,
en el vario afuera,
se suspende la era
en que fuera otra mente
que dijera,
con corcheas o matemas,
la sutil condena
en que en risa fluyera
recuerdo de inocencia o ceguera.
Mas,
no me vengas con que te vas
Levita,
sobre la mesa levita.
Encuentra
razón de errar despacio.
Se muestra reacio
-me muestro. Cruenta
razón dice mi terqueza.
He la pereza,
la dicción inútil, el cuerpo mudo
-la ceguera ante la certeza.
He que mudo,
también, al verme presa
de la libidinal gracia que curva el nudo
-espacio de mediaciones-
en que decímonos de estas canciones.
Mas vuelvo
a la costumbre, y me disuelvo
en extrañas aguas que son abluciones.
¿Sagrado corazón vecino
que repite lo que el vino
déjale decir de sí?
¿Qué hubiera tras el terco huir,
cual si el mero fluir
deshiciera el ardor farsí?
Dijéranme de mí reveses
peces que mi cuerpo, así,
arrea a la tierra cual vivas reses.
Münden
La eternidad: muerta,
enfrente.
La razón suficiente:
muerta.
(Jamás fue al respecto de la razón)
El espacio
en que se deshace el tracio
y álzase el vivo corazón
de Palas,
la de purpúreos mandalas:
muerto.
El ruido,
blanco ruido de las voces huido:
huerto.
Histeria entre los coreutas
Yet, while I
put my gaze upon the horizons,
all I see is thee
among the solitude of the burning rhizomes.
Mais, je ne parle pa
idéesthésie.
C’est une farce,
une petit théâtre de mon noir
I mean, sure,
you can
be a plain, rigorous
materialist
you know,
confusion its quite useful
from time to time.
Partir
¿Es de lejos
que se avizora
el paso cansador de la señora
que se deja en un espejo?
¿O acaso hiriera
voz mía
sobre la nada fría
en que hace o pareciera?
Escupo,
en los lavamanos escupo.
No pregunto, no flexiono, no madrugo.
Asunto,
sobre la voz me asunto.
No pregunto, no flexiono, no madrugo.
Cuento
Se escucha cantar
a la serpiente arrastrada -el mar
déjase oír al lado.
Artería
Errado, habiendo
fallado de nuevo,
renuevo el mismo juego
y los dados van diciendo
qué suerte fuera sino
y que gran mirar el vino
derretirnos nos dejara irnos.
también, insensateces
-ruido blanco para peces,
gutur que se hace sinfonía.
Recorre
lo que jamás borre
la tenue conclusión de su armonía.
o.ʁə.ˈvwaʁ
Despedir
Acaso sea digno dejarle a Amor las monedas que puso en mis ojos
cuando anuncióme la lenta muerte de la múltiple solitud
que crúzame cuando la multitud corea de ver colgar del patíbulo al cristiano
asesino que trajeran mis manos
cuando ciego y nada más que ciego era.
Quizás fuera
la falsa profundidad que es una altura,
justo cuando
las piezas parecen encajar -que es delusión y se le supo llamar Fortuna.
Pero no es
ese quien soy, aunque
otro quizás sea
-y me refiero a otro que no vea-.
Mas,
si me hubiera posado en sus ojos,
intrusivo cual quien dijera,
mejor no dejar que caricias tenues sedujeran.
No es
mi llanto, por supuesto
que no es mi llanto. Mas,
no lo tolero, por eso canto.
Quizás hayan sido
silencio de más, cuando siendo;
o alguien puesto entre decires,
mostrándome adónde fueran.
Quizás fuera
la falsa vacuidad que supura,
justo cuando
que las piezas parece encajar -que es delusión y se le llama Fortuna.
Moscas en el cenicero.
Yo, desde ya, pienso.
Esta tarde me va a terminar de matar.
Ocaso, recuerde que el número decir es una promesa
-y el peso de los signos curva los símbolos
hacia la nube de cabezas que rodean la solitaria pieza
en la que la mañana suéleme encontrar.
Pero es
ese quien soy, aunque
otro quizás sea
-y me refiero a otro que yo no vea-.
Mas,
si hubiera posado ojos,
intrusivo cual quien dijera,
mejor, no sería o qué caricias tenues sedujeran.
No es
mi canto, por supuesto
que no es mi canto. Pero
¡no lo tolero!, por eso escapo.
Y también
puede haber sido
el recuerdo de viejos amores
mediando las mediadoras palabras.
Sé que
me poso en la distancia
-lo que digo pienso, o análisis, o cimiento-,
de lo contrario
mis pies se irían en la viva gracia,
cubierto de tu vivo derredor
al que insté en un sueño
a dejar la voz que configura
la viva cordura de no dejarse por mi sombra
enmudecer -con la histeria correcta en el momento correcto,
extrañamente. Pero
no fue suficiente
-y no es sensato hablar de ello en términos de suficiencia-,
mas,
a esta altura,
ya no me queda más que la patética soltura
de plegarme sobre el numen que aún fulgura
y cede, lentamente cede, cuando la noche se dice en pleno día.
Vieras el sol
de la terraza al mediodía, vieras
cómo vagué este suelo y encontré tu risa,
casualmente, cual si dijérame de verla
un pensar alado -a la distancia ya la he nombrado,
y sólo así se piensa (digo de mí cual quien su sí cancela).
Pero,
de todas formas,
perdón por los ribetes y las formas eternas.
Es la materna
intuición que cargo cual cruz,
que déjame ver tu disimulada pena.
Y los disfraces
de la actividad y el tiempo
ya no recubren tu dolor.
Pero es vana, ¡es ya vana esta moción!
Y esto es a lo que me refería al traer a colación al desespero
-sabrás que así a ello me refiero.
Y pájaros
-gorriones, palomas, sobre todo-
se alzan en augurios.
Ojalá tuviese
razón de perogrullo que cree leer
en el mínimo suceder toda la eterna tierra
en que dícese mi decir.
Ojalá tuviese
orgullo suficiente para no caer
en esta declaración de amor
tan patética.
Y etimólogos
saben
que hay palabras disfrazadas y yo las viera.
Y hay personas disfrazadas
con palabras,
y nada detrás hubiera.
Las máscaras
penden de los dedos y así matan
-ver la cara viva, ¿quién pudiera?
Through the mystic bushes,
full of fear and trembling like a
feather upon fortune of itself and
weather feels like shaming us for
nakedness.
But who would we be without the screams
after the tortured heart and the broken mind
slips through the mystic bushes,
walking upon a shroom or moonshines
of a lunatic that sleeps at streams?
Lucino un vórtice,
malvaticino.
You be Cupid,
I’ll be a reaper.
Bendito el encontrado
tras sí, luego de largo rato,
mientras recurre a sus garabatos
para que no frénenlo los paseantes del viento
-que sólo déjanse ir, cual si fluir fuera el fin del cuento,
y en hedonista histeria añoran
toda carne que deploran
luego, en un ruin lamento.
Mátenos, entonces,
el sentir que haga sufrir
a lo nuestro, y que se esconde
en nuestro muerto doble,
dispuesto a luchar por su vida.
La selva iridesce al mediodía.
Yo déjome usar por las cuerdas toses
que transportan la psicosis.
¿Acaso el múltiple azar dijera nuestros roces?
Ah, y tantas líneas desesperan
sobre la misma boca austera
que cuál fuera la sensata e inocua
que dejárame pasear su puerta
sin dejar la herida abierta ni huir con cuerpos que no me pertenezcan.
Mas hay el
psicosomatismo y la
piel que arde
sin razón aparente.
Y hay el
desviar la mirada
por respeto a
la ajena tierra que invítanos de su humedad.
Intradicción
solía decirle,
ahora le digo pensar
que discursea
-pensar
solía decirle,
ahora le digo Silencio.
Arranques de cordura
-que no es el caso-,
o manía de enfocarse sólo de vez en cuando.
Conservación de energía
-lo que se dice una palabra terriblemente tóxica-,
vaguedad de éntropes.
De repente,
alienación calculada.
Your highness,
could you,
please,
just if you could
just
quit the
smoking habit,
or,
I don’t know,
at least the
chain-smoking?
Your highness,
aren’t you
burned
from the
misery of deserts
desperately stealing yer green leather
made out of an imaginary foliage
rising through the middle-ground
where mediation actually happens?
Your highness,
why am I
undressing you
with every single missteped
word made out of
thin air, or this breeze oh so cold!
Y si
pudiera dejar de contarme al respecto
estaría agradecido.
Espadas puestas en mí.
Través de sangre que chorrea, icor
de dioses que ocupan las venas, o lavan
la cordura con su tierna espera.
Armaduras o cascos o manías
que no deshicieran la armonía
en que descanso cuando hoy, visto
por ajeno cuerpo visto
en otro sueño de otra vida.
Y aunque
negárame recordarlo, sólo podría
pasearlo así, en la escondida
consciencia que se escinde cuando no puede su real cuerpo crear ni creer.
El trance pasajero,
el cuerpo de nuevo.
La risa
puesta sobre sí
-abierta
en la sangre que ahuyenta
(mas, no recuerdes,
por favor,
haber revés, o torsión, o intención
puesta en través de la dicción
y de su imagen tácita,
dispuesta en la nube plácida
que circunda la piel ritual
{hecha para ser deshecha
por el fuego o el tierno mar}).
El cuerpo confundido,
desorganizado, de nuevo.
La tensión y el placer helado
de correr entre los pasillos
buscando un alma que sigile
las voces que dejan los grillos,
las ranas, las luciérnagas
en sus iluminios que apaciguan
cruces antiguas fundando mañana.
El trance pasajero, y luego
la bacanal vuelve a la tierra.
Adán, su desnudez;
el árbol
adonde el espacio no dícese,
adonde el silencio es preferible.
El mármol
intransferible, las zafíreas
hojas de destello incorruptible;
el cuerpo
deshecho, ya no siendo;
la voz
conociendo su vacío.
El desvarío
tras esto, cual
sustento del fantasma.
La voz que
derrama entre los cuerpos sus razones
-sábese, luego, efecto.
Y la intrusión en
fantasías,
sabiéndose contemplado en la vaga deriva;
sin razón con qué curvar
destino de acá o allá o infierno del mediodía
justo cuando la luna perdura, dormida,
y yo río en simpatía no pudiendo
disimular,
y ardiendo en desnudez tardía.
Nacer con el vestido de los signos
nos cuesta la vida. Habría que
silencio
desde la encarnación.
Habría que
sencillo y eterno silencio,
hasta que dígase el nacido su hoy.
{…}
Luego: repetir,
repetir hasta que
ahóguese de cumulaciones.
Y al final,
cual si acto fuera,
su muerte
en la tímida pradera
en que duerme en tierna paz,
y que nosotros no sabemos sembrar.
Así eternamente.
De lo contrario,
lo que parece ser
un descanso más largo de lo habitual.
Y las
antiguas memorias cruzando la calle
sin saber de su sempiterno flejar
dicción que trajera hacia el cero
en que urdimos nuestro sincero disfraz.
Luego el juicio,
las almas puestas;
y cada una recompensada con
tacitud.
No sea que invóquenlas de la feérea infinitud.
ri
ˈtərn
Haven’t I,
when I was a kid,
walked this same graves?
Wasn’t them
shining as now are,
in the middle of the non?
Should I
hesitate
or should I create what I’ll negate tomorrow?
I took a bath
a while ago.
Mirroring fortunes played along.
Zeroed,
then,
I walk upon the lightened rooms
while Loxias crucified
the looned-you
where I hide myself while the moon gleams
over the river, in a mistied way.
Whoosh upon the nightmares, I’ll be
wandering through edenic gardens made out of thin air
-like words,
like stars,
like stairs.
Should I
hesitate
or should I burn what I just said?
Oh, the ashes
would return as hidden fascists,
walking the fiery room in fear.
Should I
be scare about guilt,
about effects out there made?
And all I hear is fear,
while the forest whispers calmly
in the language of the scared
kids wandering the nightish veil.
We used to play, we used to lay
in bed with asters and queens,
playing innocence under delusional rains.
Then, psychopathy,
psychosis, all kind of
accusation. Yet,
none seems to see the action
going through while on steps,
going through while asleep.
And dreams, oh thunders, oh
chronical samenesness,
prophesizing the will of the nocturnal wanderers
of the lonely street where my childhood
used to grew through the rotten marble
of and old mistake.
Yet, we lay alive, we lay on stairs
-going out and in on lines
of lucid-dreaming and dream-like sanity.
Call upon our we,
whose name is Insanity.
You’ll be surprise why the loons blossom.
Set us free and wills
will talk. Set us free and unseen
fortunes will sink as fear
for the neverending neverbeing.
But why would you care, you
who doesn’t knows fear?
Terrible gods would shed your flavoured skin.
Rivers of blood will stream upon nightmares.
And nobody, and only nobody
will be there.
And faith will rise as the moon fears.
Earth will scream.
You know, standard procedure.
And after all, all will come to a long
wait till the body stops.
Yet, you may find Love along.
Would you like to come and play again?, it will
sphinxeously ask.
According to the bardo, you should pick blue
every time you cross
the stressful ether of panicking lairs.
Not literally, indeed,
but literally, indeed.
I believe it works, yet,
where the fuck did they put the green?
And the canopy of the schized tree silences me.
Fue entonces que la quietud hipostasiada
trajo palomas oscuras a posarse en los hombros.
El marfil se derretía al tacto tenue de las uñas vivas;
los ojos, por su parte, no dejaban de escapar.
¿Acaso supe amar?, se preguntó, lleno de intriga, quien cultivaba
su cuerpo en el vivo erial de la tiniebla tibia.
Encontró que recorría el mismo lugar
en que antes yacía, tendido como un cuerpo cuya alma ha dejado
el fulgor de psicodel de carne imaginada hacia las cuevas
en que yacen quienes se laceran frente a Silencio,
con claras órdenes de continuar en su ejercicio
hasta que el Juicio añore satisfacer los señoriales vicios de allá.
Por eso
esta distancia es necesaria, este
decir es un remedo de lo que dije aquella noche
-que puede ser esta- en el éter frío
en que me desvisto -justo
cuando el Ida viene a mostrar sus cumbres nevadas
de mieses sagradas e icores dispuestos para el festín de los deidófagos.
No me cuentes
cosas que quisieras callar.
Que el tiempo diga cuándo el decir será.
Y ya no tuvieras enfrente
un patético maniquí que no puede
decirte su verdad.
Así me envuelvo
entre los cantos que traigo
de las Hespérides o del seol o de la paz
en que estamos, tan tensos
que un pequeño viento nos rompe los decires
y dejámonos llevar por la voz que dice lo que no puede
el cuerpo dejar nada más fluir.
-así me envuelva
en discursear con voz fraterna
lo que niégome a mí cuando solo voy por la viva mar;
y amar es negado
tácticamente,
así retorna en un mero andar
la calle mientras las flores rodean las sienes desiertas de los lapachos
agostados justo cuando parecía que íbame detrás
tuyo hacia donde sea que sea lugar
que tus piernas dense a pasear.
Y déjome atravesar
por los puñales que Silencio
nuestro déjanos en bocas sueltas
que cruzan atenciones nuestras,
matándonos y revelando el sutil disfraz.
Mas, recuerdo haber dicho
de máscaras cargar.
Acaso
sea sensato
el irrefrenable llorar
¿Fuera
el arrobo la miel pasajera
de la que déjome
solo, y sólo con voz hablar?
Porque,
quizás no sepas,
mas yo jamás conté esto.
Y cuando intentes
definir el contorno del vago decir,
sabé que fue nueva
cada dicción -yo no soporto
el peso de la moción que me reconoce curvo y me lacera.
La seducción no es lo mío.
Yo, una vez de niño, fantaseado Cupido
por alados pensares que viniéronme a buscar,
hablo en líneas rectas.
Y no tengo más mentiras -por pereza a la memoria y el elucubrar.
Oí que caen por su peso
los decires que doyme a dar.
A veces permítome dudar.
Soñé también -perdido entre místicos besos.
en tenue serenidad?
Cruzo. Encuentro
el vacío centro
en que dejamos la vanidad
-abandonados a los besos
que luminios dejan cual deseos que son rezo.
Un árbol cuyas ramas tienden hacia arriba,
¿qué dirá?
¿es
el vago referirme hacia el espacio
en que vos decís lo que no es
y así siendo?
Encuéntrome
loco, loco, loco,
y no son
sólo las plantas, ni el escabio,
ni el placebo;
olas de plata recorren tu andar
-el río
vivo
cruza la mente sida;
encuentro la salida.
Es el miedo creatural de la persistencia.
Imaginate
mañana, tras ido el cuerpo,
volver a pisar la tierra
y recordar
qué ha sido el senil nirvana
pasajero. O,
peor aún,
recordar el secreto voto mientras la patria muda.
Y de repente
reconozco los contornos
y la razón
del respeto
Mas,
Penélope teje los ecos
en la seca cueva en la que descanso.
Y la distancia,
el errar,
es mero recuerdo.
Y se me ríen
en la cara
fantasmas de perplejidad,
mera esencia.
Y no puedo
dejarme
decir al respecto
Luego
el Lete y los sueños y la ciega Deméter
tesoro; casualmente.
No encuentres
entre los hijos de los hombres
más que hombres, y entre los hijos de los diluviados
más que agua ecuestre de candor alado,
todavía pendiendo de las nubes cual si fuera lo que hay
una manera de encontrarse en alegrías,
una mentira que respira simpatía
¿O acaso
no hay que hacerse ciertas preguntas,
no sea cosa que
se dude al respecto,
aun sabiendo la respuesta,
por el mero efecto de la voz que se hace viento?
Y mientras
las carabelas descubren,
la tierra sigue siendo lo que era.
Y una piedra
abre una ceja y encuentra
silencio.
Ahora siendo,
ni un gesto de dolor, ni una
vergüenza,
en el entero cuerpo.
Disimuladamente,
se cultivan.
Palmeras,
cisnes bajo suyo.
Ladrones,
naturalmente, ladrones.
Y enteros
ríos
envueltos
en una huella.
Y un gigante que deja que jueguen
en sus jardines,
a cuyo Olimpo de aire oscuro no pésanle
miradas.
Delirio lúcido,
delirio azul,
Baco, entretenido,
mira la tele y ríe.
Reminiscios, verás.
Un cuerpo, dos, verás,
o más, da igual,
mas, desorganizado.
Cronión elige un jardín
interno, arbitrariamente.
Lanza, entonces,
sus hectóreos estruendos.
Corre a contárselo
a su hermano –dase vuelta.
De repente, un niño
-alguien más- recuerda sus hábitos contemplativos.
Lo cual
no hubiese cambiado nada.
Y mienta,
desde ya, por supuesto que mienta.
hay peor.
Mas, todavía no y
hay silencio, de repente.
Pero
no parece sensato concluir,
repentinamente,
I mean, I was
wandering over some kind of
dream-like weather and suddenly
I felt like
passing out
out of pure
nothing at all.
Well, I mean,
but
out of
some randomly whispered
motion
Runawayed, I drooled.
-a.k.a. mouth-,
I was suddenly
fairing my way out.
Curvarse en través de la esfinge
Escuchar las
boludeces programadas.
nada.
Y yo,
dispuesto al fuego,
Mas, hay
Por lo que,
canópea que viste de sombra,
¿acaso no era
esta, acaso no era
una manera de sembrarse?
Y era
especulación de bienes raíces,
¿Acaso la embriaguez
no me oyó
caer de esos ratos?
Yo
a veces me voy,
sepa disculparme.
Y la sombra de un espanto
reconozco
mas
gaiana y casi terca
escupe el fuego de su núcleo cual si fuera
manera de reestablecer el equilibrio
y un modo extraño de la armonía universal
oí
en algún lado
hablar de la sublime violencia
con que dámonos a en paz pasear
II
viste de adiós
y lleva dos pétalos en las manos
oscurece
recuerda haber sido
pregunta qué es que fue
lo que es a ahora parecido
repite que no
a veces que sí
generalmente se niega
repite que sí
ocasionalmente
yo séla entonces en la memoria
a veces
ciencia cierta acierta
a dar con el nervio exacto
que libere la lluvia tenue de la mente que suene
en simultáneo
por qué me
olvido no sé decir
por qué
el vago pasear placer
de cielo o de nube o estero
en que álcense árboles pasajeros
o por qué
la resistencia
resuena en entre las campanas vivas
y qué extraña
manera de encontrarse fuera
vagar nada más vagar por ahí
mas
no me encuentra y paseo y me voy
a veces de repente sin avisar
y encuentro que hay que dar
la despedida
de lo contrario
¿cómo sabría que ya no estoy más?
V
debiera
posarme en silencio nomás y dejar que duerma
VI
ganaría si me encuentra
de boca abierta preguntando
cuánto digo y cuánto mando
a decir por mí al detrás
-hombre que no dice signo
que no susurra ni es digno
de ser visto por ojo y va
tras caldo de designio va-
yo no sé yo sólo
ir con los pétalos sobre el dolo
hacedor del ritual y pan
y si demetéreo siega
la razón o la condena
a repetirse cual si farsa fuera
paseaste te escucho
percibo
que me amucho en plegarse
las palabras como si esponja fuera
la memoria que no puede negarse si la boca se da a hablar
o los pensares se encuentran
al momento de dejar
estas palabras vagas que quién fuera a decodificar
persiste
con bizarría persiste
y he que yo ya no resisto y caigo en la curiosa
numenoidad
con ceros puestos de estero y la voz atrás
y los rayos no tardan en posarse sobre el espacio
de lo contrario
¿cómo he de oír este haber allá?
IX
el pizarrón
-es una pared
de un jardín
y no lleva nada escrito-
tiene escrito
el mapa la razón el virtual
mandala que no se deja olvidar
tan sencillamente como el viento o la brisa
llévanse el polvo de estrellas o se encuentra detrás
mirándome decir de ella y sin permiso
dejándose espiar
no sabiendo nada
no recordando nada
mas errando
como quien dados
-porque Febo
después de todo
no es tan sorete
no dicta el destino
sin también
dar la forma de huir
knotted
we walked through the avenue as
a pair of loons in the middle of the wilderness
luckily
Silence still was around there
XII
yet
in the dark World where the quiet act
no is there to be seen
uprising
sublevation sublimation and
tender silk
outside the radar or the small-talk
genty schizing
I lure myself up
I walk along as me
XIII
so should/could I
burn instead of lifting cider
into the river or the thunder
where the rhin used to end and sink? could/should I
grammar
it ain’t my thing
Law
then
skinned up
synched
Law
then
pain pleasure
anything called vain
Law
then
grammar
it ain’t my bleeding
XV
yet
I realize
and symphony of
walking
cuenta te diste
pediste cambio a pago
y viste
y cuando
parecía tarde
recién estaba amaneciendo y la bacanal iba acabando
XVIII
y se repliegan
después de
ver decirse su razón
corren
how?
intrigued by me
I speak
XXII
y detrás
de los gestos que perduran
una nada
renuente a ser escuchada
renuente a ser dicha
-felicidad o voz-
y dispuesta a pasearse entre los cuerpos
cada vez que se da vuelta
y detrás
ve su sombra alada
dispuesta con un mantel feéreo
y con el triste canto etéreo
de los ecos o un fin de semana
en que nada pasa y nada es
y así me escapo cual pez
por la tímida mañana
en que hiérome -como ves
XXIII
sabiendo que
espejos
entonces
Silencio
sabiendo que
río
espero que el día
se haga decir
¿acaso el atrás
se fuera a borrar
con sólo huir?
sabiendo que
espejos
entonces
Silencio
sabiendo que
nada
mejor decir también
nada
XXIV
autos se entienden
fantaseando cual si fuera que ando
el tiempo o el mar y niego
haber dicho esto es nada más una cuestión de
haber acá o haber allá
en que lo mismo mas permutado hay
porque
revés o auto o el decir igual
simultáneo y haber
años en los que pasearse por las brumas de la escarcha
que dice el suelo cuando el agua
baja de su cero intenso
a la tierra y escamas
ya no se dejan decir suficiente
ya no se dejan dejar suficiente
y nada siento lo cual es extraño
XXV
steady taunt
like a burning whoops
where deployed troops
smoke and chant
creepling sounds
you see them go
you see them come and gone
are the sleeping hounds
Love or mystery
Love or misery
Love or mastery
Silence’s done
zeroes gone
Love or archery
XXVII
y ya no sé qué decir
aprendo
a sufrir de nuevo dejo
que me hiera
a mí que
doble o triple o nadie
entonces
el componente comoditicio
recurre a sí en sacrificio
y encuentra que no sabe
entonces
el componente o los
alisios recorren las bocas o
mares se encuentran en la
calle
las carabelas
se pierden cables
ahora vuelan
y el tiempo
simultáneo de mañana
y antaño no cesa
de decir adonde viera
mi ojo que fuera
preciso en su incisión y ducho en su
errar la lira los ojos que miran
cómo dice y a quién digo yo
y las musas
no pueden más que responder por el cuerpo
y la voz que espejo
no pueden más que posarse en la calle
a mirar un valle
que no es el mismo que vi ayer
-yo
sonreímos al respecto
XXX
pero me acerco
idiotizado
y recorro el derredor
esferas
o la súbita pradera
y un sueño que ya no es sueño ni nado
humo de decires
humo de mis ojos
Éste
sacábale los dientes a los niños
con sus dedos envueltos en otras sangres;
miraba
como corrían por los patios las hojas y nada
parecía seducirlo hasta volver en calma
a sí,
sobre sí, sobre lo que se caza.
¿Qué bien
nos fuera dado, cuando
cruzámonos sin darnos cuenta, y vemos
el follaje derretirse en piel helada?
Venas que van, o vuelven
calles, y así callo. Reescribo
lo visto con sólo mirarlo.
Es extraño,
realmente extraño.
Parece sensato.
Silencio lucubra signos
Yo quiero eso
-séme distante.
Yo no pienso
repetirme en mismo instante.
Pero, de vez en cuando,
escucho la respuesta en través de los cables
-no siempre fuera necesaria la presencia
que hace mil fue cancelada.
Mas,
de espíritus tratarse
-perderse en el fuego, esas cosas-,
¿quién no quiere
salir a jugar en las tumbas
y volver con los croares anafónicos
y los disidentes grillos
y el acúfeno que señala el lado maldito?
Dos, tres
segundos más y voy a
dejarme llevar por la patética saliva de Amor puesta en mí.
Dos, tres
latidos más y cedo.
Porque
pasado antes de mí, pasado
cuando
¿qué es que se es si no se ha nacido?
Pero
cosmogones en el siglo veintiuno no parecen sensatos,
lo cual era predecible.
De ser así,
¿qué ser sensible
pudiera recorrer el paraíso
y morir cuando se dice en Nada
y arrear las nubes y jugar con ellas?
O acaso sea efecto de la lucinación
-lo que también se dice simoneo de espejos.
Pero he el ‘eh’ y la libertad o la ruina de otra era puesta en sí.
Si dijera eón se pensara mañana.
¿Qué otro hoy se diría hasta que vuelva a insigne tras?
Lo que se dice salvaje pasado donde
palabras cero mas signos
¿dónde no?
There are no curtains
Why wouldn’t I
lie? Why wouldn’t I
play?
Chaos, yet-not-named,
chooses a frame and
injunctions and coercion and necessity in hysteria.
Either ether, or
petal as a leaf,
ashes, verses,
You know,
some of it it’s going ‘round there.
Most of it is just for me to care.
Ashes syncing
burned poems in a hall with loons.
And dirty dancing the dirt out of the skull.
I remember I could do that strange thing about
Silence, Attention, Curve,
Lucination, oh mighty psicodelian Lucination!
Okey, so…
Virgin-becoming apparatus, or
State out of itself.
Screams out there.
Screams in here.
We are used to them.
Have you seen
the mirroring gleam
where our nodes used to be?
Oh, if you knew her!
Oh, if you sue her,
what else could I’ve done?
And, no, Jeff, I’m not from Napoli.
But I guess it was close enough
-considering actually existing distance and the exit dance;
yet there are also stranger’s dreams,
and a little bit of respect for harmony.
Have you seen Beauty? Do not
do,
for the veil will recoil and the horror will be.
But I guess there is also
equanimity and self-deluded psychotic breakdowns
-sphinxeously enough for us to break-dance.
Well,
for Jupiter,
Charlie doesn’t seems to surf!
And
balded creatures do not care about there,
for all is One and bla bla bleu.
Have you ever screened a singing stair?
Oh, and do not stare
at the eyes of the dead for all they care
is to play a dance of pride and wells.
Yet astral wars are old, so old!
And there’s
no time
to lose or we will
have to learn from zero-all again.
Por supuesto que miento
Sequedad, o lo Sagrado.
Numeneo en representaciones o la máquina de la imaginería.
Repetir. Repetir. Etcétera
-llamarse a silencio.
Disfraz de enroque,
torre enfrente, torre detrás
-jamás de lado, no sea que
derrítase la lengua en el fuego magno.
Holocaustía, o la Sinrazón.
Vagar cereando la humana máquina, y dejar
ecos en el derredor, escritos en la tierra
-memorias aún recuerdan, diarios se escribieron al respecto.
Miedo de saberse finito,
entre otras cosas. Mas más aún
miedo de siquiera suponerse eterno.
Desesperación según el danés.
Al respecto, diarios y diarios de seducción
-tanto de adentro como de afuera, tanto de sí
como de Amor, tanto de través
que disuélvese en hoy
ayer que ya ni Silencio conociera.
Hipérbole, lo que se dice.
O alcancías al alcance de martillos
al alcance, sobre todo, de niños.
Y el aroma de vengarse.
Razonablemente apático,
me escondo. Es la muerte
que tiene ojos –es 31 de Octubre-,
y hay,
en alguna parte del mundo,
niños jugando en las tumbas.
¡Ah si supieran, ah si pudieran
deshacerse en azar! ¡Ah si creyeran
máscaras sobre máscaras o performar un ritual
que muere enfrente nuestro!
Escupir o pensar
parejo. Repetir,
a lo lejos, con lóxicas
saetas, la misma receta
de cegarse y pasear gaiano cuerpo.
De haber dos leyes, pienso,
ha de cero.
Veive
recorre la pista y siente
ganas de abandonar.
Es sensata,
años de erratas permutan un zar.
Dados nos fue dicho y he
duda como táctica muda.
Actor: reacción.
De lo contrario: silencio.
Y si muévese el follaje,
hundirse en coraje y
mentir sinceramente
-algo así como:
sí, sé que sabés que miento, y sé que miento,
sin embargo ya no es hoy.
Y ambos lados contraídos se disuelven y el epífano
gesticula –recorre
jardines de verbigracia o la acacia que no sirve
más que para recostarse bajo su sombra a mirar orlar
zafiros o maná o la nada positiva
-el arrobo que es pasaje-,
y en perfecta alienación parearse uno con su Nadie.
Lo que se dice afísica creatura.
(Luego, preguntas: ¿es escisión, es yo, se asunta
de mí o es vago espectro
paseando el erial y oteando el lejos
que déjanos el espejeo contemplar?)
Recuerdos de alambres
Calma, el ritual
del rey, de propio exilio,
el virtual delirio, el silencio de hoy.
Calma, la voz
cabalga –cuatro ases, una espada;
repentes, peces, hadas.
Calma, la nada
la nada y a sí se nada.
calma,
en la suave tesitura de un mantel
estalla.
Calma,
coordina los signos y halla
maneras de esconderlos.
Calma,
cual si fuera preguntado
qué momento fuera el eterno.
Personas
borrachas, escindidas
de sí, se niegan
su sí y Destino
dice del caos digno de un cero ritual.
Persona
particularmente ciega
a sus propios efectos, y niega,
por supuesto que niega,
sino dolor y
sufrimiento.
Es tarde,
máscaras
blancas, dispuestas
como ornamentos de la muda ausencia
ya han dicho
razones –y han visto
Pero
silencio,
a silencio jugaba
-sedas del derredor-,
y juicios
que no llegan más allá del
decir.
Porque
espejos o matemas o
signos extraños o
conclusiones acertadas
mas sin método,
extrañeza o
El horror
o el pánico fratricida
resérvase su partida
que no es la casa que dice andar
curando vagas heridas
de un dios envuelto en verbigracias
¿Vanagloria?
Imaginate
ver morir y no decir más,
ni siquiera pensar al respecto,
ni creer muerte lo que es siendo.
Ceguera, verás,
Así,
no es perdonada la desidia
que ya díjose y niégase por
paz, esperanza, rezos y
buenas intenciones en el mundo material.
Al éter los sueños y al cuerpo la espada.
Espacios de mediaciones o
astros.
Sinfín alabastro –disfraz de Dios
(performación de la Creación
{¿qué esperaban al respecto?}).
‘Es una
falta de respeto a la
Institución.’
‘Es una
mentira, un robo,
una ficción.’
Alguien
-juro no sé quién-
va a ceder a Catatonia
-sus puertas de jeroglíficos y su sisífica intemperie-.
Secuente decir recurrente, o lo que se dice secuencia.
Volver a decir el mismo decir o volver a decir
falopa.
¿Cómo creés que hubiera dicho un apóstol,
ni que hablar de un cristo,
ni que hablar del primer arrobado
en el lumínico girasol?
Pero no son
milagros, ni
instituciones sino
hipercontingencia,
en el mejor de los casos.
De haber sido la Verdad,
¿cómo fuera posible haberla olvidado?
Sonido solo, voz del dolo
persuasor.
Y el gatillo que imita a la rueda que imita a la voz.
O el arrobo con fines estéticos,
que no es menos idiotizante que la pereza sempiterna.
Mas, perdón,
el Juicio,
esas cosas
-inteligir olor de rosas en la herida que supura la niebla y el fin.
O correr entre los árboles y preguntar la hora.
Pero
debe ser la paranoia,
o la circunstancia de
decir en vientos curvos y luego volverse a oír.
Así no es posible huir.
Persuasión idiota, o
lo que comúnmente se llama casualidad.
Aprenderse, uno a uno,
los gestos del ritual. Entretanto,
reír, correr, tomar
Bipartito el predecir,
corriendo desde el espanto hasta la madrugada.
Mirando cómo se dice el agua,
mirando cómo se escucha la muerte en boca puesta.
Preguntar quién ha dicho su nombre.
El escape. El encanto.
Ya no se puede decir al respecto.
Ya no se puede mentir al respecto.
Pero no tengo manera de decirme entre los cuerpos.
Caigo. Miento. Siempre lo mismo.
Mudo, permuto
dicciones por frutos
y abro la mirada cuando se dicen
canciones, aleatoriamente se dicen
extrañas variaciones del mismo afán.
Desgarro mi
ay, no hay qué,
y sin embargo
carne que viene y que va
contorsiónase.
Y yo
asiento y sonrío,
asiento y sonrío.
Cruzo el augural brío de la nocturna
Soledad.
Verás,
yo suelo hablar del espacio
de mediaciones.
Secretos sus dones revelados son
por mero asirse al pensar que sobre nuestro piense.
Y el entrerreírse,
como si corriéramos entre los autos.
Y el mirarnos de costado,
sabiéndonos habitados.
O la manía de decirle que se niegue.
Si no abstraés,
me absorbés
-acaso mi numen parezca nada más palabra
que cruza la mente
mas me carga.
Y si no encuentro
nada más que
mismas caras repetidas en un salón de infinitas caras,
¿adónde iría sino
a la ira que usan de vara?
desenmascaran
el tímido nirvana de quien
patria que muda se da a habitar.
Desde luego, no es sensato
-no lo soy.
Y sin saberlo,
sin siquiera darse cuenta,
si no se abstrae
me absorbe
-habiendo yo ido ya sobre sus bordes.
Es el tránsito, es detrás.
Enfrente: Soledad, dispuesta
a correr los ojos de su eterna sal,
mientras las heridas aún aúllen,
y la luna muestre su boca rozada
Es el reírse de la mirada,
de los ojos que buscan donde no hay nada.
Y la manera de preguntar al respecto de
nada en particular,
mero hablarse a ver si los signos danse a curvarnos.
O quizás sea
ilusión, caldo
de Destino,
meándonos luego de una larga curda de vino.
Mentiras, materias, matemas, mengua
silenciosas.
Abierto en la frente,
desángrome,
y no digo al respecto más que
boludeces y nada y tras.
Y pregunto
cómo es que se pasea
una nupcia celeste
con un bidón de nafta dispuesto a conjurar
relevos.
Me responde un sueño
-no este.
Corro cual si fuera que ayer dije
haber en mañana mientras se es soñar.
Era niño y no mentía y es extraño.
Atareados,
los años, luego de arder,
danse a cantar.
Yo ya no soy decir ese.
Ya no digo de la muerte.
As a will, a mistake.
A seen unseen again.
A sin, a vile,
the floor flooded with bile.
The murderous intentions.
Attention, brought upon
nowhere in particular. The dying
widow. The shadow or the pillow.
Why would I
care if I care
or why would I
die when I die?
I’ve seen, I’ve heard
Yesterday,
all my troubles far away, etc.,
yet I do not know what it means
to mind-cloud-fuck recurrently,
as if the body is what is used to wear.
Could I claim or should I rear
the googled up fortune of the missteped stair
made of marble and lousy stars?
The vain, the infantile.
Me, or where I used to be.
You could I, you could you, yet
you prefer to walk among
the dying habit of the embodied mind.
Panic is brought upon.
Un niño nace
¿Es una
tierra una maldita, una tierra
escrita en los designios de la ignición?
Inscritos lleva los ecos,
las gotas y su concéntrico sonido.
De lejos viene Pan, disfrazado
de bestia selvática o curda sabática
-para que los niños se asusten y se duerman,
que es una bella forma de morir.
O también encontrara
en el hierro que corre las venas esperadas
modos de la traducción.
¿Fuera misma acá, allá?
¿La lira del errante cruzara
la tierra entera, avivando bocas vivas,
curvando ríos enteros?
¿O sería
un modo de escondernos en el follaje?
Caldo de fortuna y la mentira
que nos decimos para sostener las ruinas.
Ya ha pasado el tiempo, Soledad, pienso.
Ya ha pasado y sido el tiempo, ahora
nada más sentarse a contemplar.
Y si Amor fulge entre luminios que flagelan
los ojos que se dan a gesticular,
ya ha pasado el tiempo, Soledad.
Disposición
Extraños. Puestos
con un dedo
en la frente. Puestos en el
pensar, vago pensar.
Aturdidos,
melancólicos, idos
-da igual, siempre da igual.
No hay hambre
-envenenados, envenados, azarosos;
corren el mar o fosos
preguntan de su propio contar.
Acostumbran llamarse por nombres propios.
Llevar a pasear los contornos,
el borde de la boca, la piel, el desencanto,
ya no parece sensato.
Vestirse con seda hecha en la más tímida apuesta.
Contarse las razones de
Extraño, Puestos
a mentir en sincronía,
a urdirse en través de sinonimias.
O sonar igual tras tanto tiempo.
Lo cual es
ciertamente extraño,
cierta o deludida mente.
¿Gotas, entonces, ácidos
que dan de beber al barro
para que permútese estatua y diga
eternamente
-o hasta que la erosión y esas cosas?
Vanagloria, crimen vago.
Posarse en los pies de
Dios
a contarle sus razones.
Si ni siquiera
posarse en los pies de
Sí
a contarse sincero.
Esto no es un eco mas así la viva musa labia.
Artimaña, ruin
égida que el Cronión presume de inculcar
en quien su corte yace osar
como festín para los vivos,
como festín para los muertos.
Pasear en las argénteas nubes,
sus argénteas nubes.
Conversar de
querubes, gradaciones, esas cosas.
Preguntarse quién
tus efectos {8} permutados.
Preguntarse qué
crucificción, o psicosomatía,
o potencia hipersticiosa que no ignoran los de allá.
Pero,
de todos modos amanece y
numereros se asen al plácido Febo
que este y mañana envuelve.
Es así que comienzan a contar las horas, los segundos, el tras.
Erial -también: nada
Decíase
sí, siempre sí, cual si pensara.
Negábase,
de vez en cuando, cuando
no tenía mucho más por decir.
Y me esperaba
decir hoy que no pensara
en manipular
signos que ya las nubes anunciaran.
Ah, pero
furia si muere la luz, y esas cosas
-mas sólo performativamente,
dictoramente. Si muriera,
¿quién diría qué es aún?
Nada fuera
afuera sino mera nada
-que ni siquiera alcanza a abstraerse en esencia.
Ah, y también,
bastión de pensares
-castillos puestos por cumulados azares.
Y las madrugadas en las que
cuento de contarme, cuento de
mentirme,
y sin embargo parezco al decirlo negarme
-sólo parezco, me digo, sólo parezco,
¿o no verán ficción en canto?
Y cuando,
sin razón aparente,
se aparece un signo y se dice
antecedido por un soy,
mejor silencio que Deméter
va contar su ritual hoy.
¿Y qué tan muertos dioses dejaran su voz?
Dispuestos
sobre el mantel que dícese hoy,
negados, pasan
judásicos, hermanos atados,
el sueño que cuenta un niño de hoy
puesto en su cuerpo que parece ayer.
Pero,
neguémonos al respecto, y que parezca
cariño, y esas cosas. No sea que
dígase sola la boca y dígase en través de más.
O nos atragantemos con saliva.
Feérea,la deriva rómpese en ritual.
¿Agua?
¿Homilías?
Yacer en tras.
Artificios (juguetes nuevos)
Oídos, también,
mas vano es nombrarlos.
Voces o
alucinios o
real revés, es probable.
¿Quién quisiera,
del fruto violeta del árbol,
probar?
Sábanas, sábados,
despedidas.
o variar.
Y la vista puesta
en el renglón quemado cuando
Soledad.
Y Amor,
de repente, encarna
-espirales, mosquitos,
sangre, esas cosas.
Y arreamos,
así arreamos las nubes.
Y pareamos
dichos con
dictores.
Y he la victoria,
vana, candescente,
vaga.
Y he el artificio
lingual; la voz se ata,
atardece.
no le dejan decir,
a él,
si su llanto se apaga. necesita
curvar la voz,
esconderse
-cuervos del derredor arremeten.
calcáreos, los hilos
humanos recorren la sola
ola del caldo en que se dice un adiós.
mañana sea sensato, o no,
da lo mismo –mismo hoy
que igual no es,
o los juegos de espejos y el silencio oportuno.
no lo dejan reír;
suspira, mientras tanto.
acaricia frentes orladas por pestañas,
recorre el patio.
encuentra, entre los curvos, un garabato
puesta en lucinar de multitudes.
recorre los ataúdes mientras ve que es grato
ceder, luego de que el cuerpo grite,
ceder.
amanece o es de noche o dé igual
decir de lo que sea cuando ya no se vaya más.
y si la persistencia se presenta,
si sus barbas
de almendro traducen la ciencia,
el silencio congnoscente y la maldita
relación de lo positivo y su signo más.
hiciérase la línea
-cocaína-
y el tiempo
dejara de circular.
Draw a line.
zyzygies.
Autoridad en el socius,
esparce su nombre y se dice
autor de Ley o
matema.
Fracción de
segundo,
a tercero llega.
Dice
de sí
y también de no.
¿Ve su no?
¿Sabe
que también dice sí su decir no?
Moción, o silencio
al que se pliega el espíritu.
Decir
de tacitud –caracteres
tatuados, inscritos
en el decir, en el cuerpo
¿Dice
sólo tuyos –míos- síes?
Dice
común haber, o
espacio de mediaciones.
De lo contrario,
Babel –mitotiranomanía.
Y la deriva del
paranaico, paranoide.
Y el
silencio que no dice
identidad –ni mucho menos.
O acaso la refracción espejista
de semas y semas en la vista.
O eso de
decir cual primer espejo
-viejo como la injusticia.
Y la deriva de
Silencio, puesto al viento
a plegar del espíritu y asirse
de la intuitiva finitud,
porque
no parece querer decirse el fin,
no parece tenderse particular el fin.
Apeirón, o
apoteosis del desesperado.
Correr
de costado, preguntándose
¿será que
Y el arrobo,
desorganizado,
no permuta signos.
Osa
llama de virtudes y de
traducciones.
Recorre la boca esteta con el viento al lado.
Y venden
-vendan-
los ojos a Amor,
sugiriéndole
destinos o fantasmas que recorren
la habitación y cuentan
qué tanto decir es el que ha pasado.
Decadencia:
la risa que transporta la psicosis.
Mas
toda fulguración que será desayuno,
albacea celeste que en través del abismo pasa.
¿Confusión? Flagrancia
-metempsicoso, ¿qué no es gracia?,
¿qué puñal no trajera la conjurada sanación?
O palabras
contempladas eternas
justo ante
la realización de su finitud.
Palabras
muertas a roces
con el sutil errar
del sufriente y su lira por la mar que no es más
que un caldo de vicisitudes.
Mas, he
que a la distancia tejen
sueños que deshace la mano
que el sueño teje cual sido vano.
Y los mandalas no dejan de negarnos las distancias.
¿No oye el éter,
no
transluce el cielo su fragancia?
¿No nos trajo el viento
una noche en primavera
hacia la vista primera
y la desnuda sustancia?
O fantasmas
puestos en la boca, sin manera
de mentir frente a Amor,
cuando dice que la frente escancia
reveses que fueran hoy,
dilucidios que dirán mañana.
Y heme entonces,
puesto ya en el futuro pasado,
contándote qué dije aquella noche
en que huimos
de lo mismo a decirnos
este aún sinfín abismo
blanco de extática ansiedad –pétalos
de soledad mostrando al mismo
mí que imita a mi disfraz,
mas entonces esto ya no me pasaba.
Y corriste
desnuda con la áurea aura,
repitiendo la dicción de una madrugada
-como esta, que tenue escabia
viento en la ventana-
y deshaciendo,
contingente y oportuna,
a Destino en un
posar los ojos sinceros en la común rutina
-si bien parece
más bien una heredada
costumbre cupídea, tomada
del sueño sombrío, cuando era nadar
todo lo que pasaba.
Y corro
desnudo después de haber acusado
a tu mí de mí y a mi mí de cuándo,
preguntándome qué carajo está pasando.
Mas es
el lúcido ascenso delírico
al caosmos de los sígnicos
lucinios que el velo deja descubrir.
Antiguo marfil,
mármol, espadas
puestas en los ojos
y orfandades de la razón hipostasiada.
O el fin de la historia, que siempre está pasando
si se gusta de sufrir tanto.
O el canto salvaje de los crucificados.
¡Elí, Elí… por qué nos duele ser de carne!
¡Elí, viví
en las cuevas y en la sangre!
¡Elí, silencio
que hay chicos durmiendo!
Empedrarse
Entre el nidana
y los modos de los verbos,
entre
la turba de dislates que proliferan
boca tras boca,
una sentencia justa:
mátenos y nos asusta.
Entre tanto,
una luna entre otras tantas
reprime su voz que se escucha
en la nívea altura del Ida, y tanta
es la ilusión, que al morir,
¡ah, cómo no desesperara!
Critpolimbos intrarrecurrentes,
o lo que se dice
calaveras. Irse
de manera tal que
no parezca
haberse ido –el oasis,
la pradera, el tiempo que pasamos
pensándonos, real fuera.
¡Y la curda de alfabetos extraños
llevadas por las llamas de la viva parrilla
en la que de niño veía que brilla
el fuego, y era perplejo!
¡Qué desparejo, qué inanición
nos espera si hemos de ser nación
ante los clavos y marfiles que la piel laceran!
De morir, muriera
una vez más –ya no me sería extraño
entrar en Catatonia,
adonde las momias gritan que
les cubrieron los labios los muy pelotudos,
entonces no pueden decir qué son hoy
(mas son hoy, claro que lo son).
¿Cuándo corresponde
compadecer? ¿Piedad
dícese en el idioma aquel?
Idiotas
en cruces, disputas,
fustas en la carne de caballos
-jinetes terriblemente desesperados-,
¿acaso no era la espada
traída con la una lengua magna
que hiciera la distancia donde parecía no haberla,
que deshiciera la distancia que parecía insondable?
Ah, y un cristo
de otra cruz me pasea. Quizás
haya dejado mi supur
en boca alguna que ahora ardiera en pena.
Cabuyeado, entonces,
recurro al dislate
del cadáver que doyme a rezar
en números y arcaísmos y el trueno o los sismos
que son vértigos si la piel no es más.
Pero
eso de nacer dos veces,
¿no es también
jamás haber nacer?
Que Soledad siléncieme.
O acaso
no dijera al leer esto
la distancia que no presto,
mi solo, mi Nada, mi paz,
el espacio de mutante de Silencio.
Escapar de ecos.
Pétalos secos arden,
arde la voz.
Paraná,
paranoia del bronce,
Caímos
¿Pendulara
acaso el manantial
con el viento,
su brisa, el alisio
Caímos
-paraísos, santa ritas,
araucarias, servidumbre;
a lo lejos
Y títulos
o nombres
sustraen.
Muertos, en norias
repletas de moneda-movimiento,
reconocen la canción.
De lo contrario,
verde de la guerra, selva
en la que duerme verba
que olvídase el decir al pensar.
O las maneras en que contamos sobre otros sobre nuestro.
O la manera en que dejámonos herir al funcionar de espejo.
¿Compasión?
Diluvios
necesarios, de lo contrario,
Si cede Natura,
henos errando en remoción.
Resistente ya no ando,
muchachitos. Tipos
que se aman, y sin embargo
lo niegan, no vaya a ser que sépanse
libres –y todas las horrorosas implicancias de esta condición.
Cadenas, o rotos.
Noto
entre los que se escabian que
paradójicamente olvidan sus palabras.
Quizás
posesos de bacantes díganse
puñales en los ojos, puñales en el brahmarandra.
Baco mudó de fruta a flor, idiota.
Lotos en la enredadera,
decirse que espera
a cambio
moneda-movimiento, moción, celestes
pensamientos, redención.
Lotos en el Paraná,
meadas mediante. Conjuros
útiles, siempre y cuando
no cese en mero arte o representación.
¿Pensamientos? ¿Redención?
Idiotismo –mío-: el derredor.
Caracoles o
formas que se nadan,
normas que
se niegan a entrar en Razón.
De lo contrario,
he la duda y he
la boca que se lleva la piel al caldo extático de la perdición
-lo cual puede sonar más agradable de lo que realmente es.
Mas,
no sea cosa
que dígame también las rosas
que bienvenían.
O no haya
que recordar
haber sido autor de un
asesinato.
O no haya
haber que recordar al dictor
para trazar la hipercontingente
concretitud
de la vaga similitud
que la homonimia inocula
sobre la atención que pendula
preguntándose que es eso de haber nación
aún,
o incluso al respecto de esto.
Mas,
no sea cosa que díganse
también los silencios
y las vanas partidas
puestas en las manos que de sangre
se tiñeron hace ayer u hoy,
o haya sido lo que no recuerde.
Pero el espiral
bien sabe matarnos
de aturdimiento.
¿Miento? Sí.
Bien, ¿y qué?
¿Niego? No.
¿Siento? Sé.
Tras tras Tras
Vas a sufrir
la ignorancia de haber tras
de la finitud
en demasía y de más.
Mas, verás,
no es más que
Silencio,
tímido, recluido Silencio.
Alienado
en cálculos, no puede
menos que arrobar
a quien se pose en su sí
y diga el farsí
caldo de su inocencia.
De lo contrario, la secuencia
podía fallar, y
ceder el cuerpo que lo contempla
-este, aqueste, cualquiera-. Mas,
vos, que bajo el Destino de cristiandades
andás, lo sabés. Esto fue dicho hace
¿3000? años, ¿ayer?
Pero,
aun negando
gnosis del autor,
¿a quién dice y con qué mando?
Enviado
el mensajero, la
cuadriga repliégase
a encerar el alma dura
de roer por la vulgar natura
que dice de sí y de nadie más.
¿Amar a la tierra
que escupe el fuego y el hambre y la guerra?
Pero
provocando una repulsión
automática,
¿qué fuera la miel extática
que cayóme en la sien y dijo
nada más que sí, sin más?
O acaso el corte
arbitrario dijera tanto como
el preciso domo
del que hierve en su erario. ¿Llevás,
entre tantos papeles,
tu no haber, tu sin más?
Yo
nada más me poso
en el lugar y déjolo
decir de no haber,
de haber,
y miento
-no sea cosa
que intrigantes
llenaran el carcaj de flechas envenenadas;
aun si ya parece haber guerra alada.
O corro
en derredor un cero,
como acostumbro.
¿Eco
gestador de infinitud?
Recoveco, Silencio, tu atención.
Desayuno
La luna, oscura,
espera bajo la tierra.
Es sensata y erra
con la lúcida frente pura
de tanto magullar las mentes idas
con su gravitación que es cual si pidan
muerte que llevarse pueda
haber mañana incluso aunque ya no se sea.
Efectos, tras
los enroques, el enfoque
cede: son efectos
nuestros permutando en el tiempo,
llamando a volver para desatar los nudos
de Destino hechos en tibio y mudo
posar puñales en frentes extrañas y esconderse entre risas.
Zafiros, o
árbol que se dice de una vez y para siempre.
Esmeraldas u
ornato, que es fin, que es simiente.
Mas,
mientras corre entre mirares,
se orla de azar.
Llama, entonces,
pósase en su lengua.
Dice boludés tras boludés y escóndese
afuera.
Que sólo Nadie entre al salón abovedado.
Yo tras yo
Timba o Destino,
lo mismo da.
Jugar, inocular
suerte donde se debiera callar,
ciclar
la cíclica y calcárea
claridad. Había
un patio, una película, un
¿sueño? Era
dos, tres maneras distintas de
psicodel, sus hebras doradas.
Y una idiota
invadiendo las membranas,
con sus
besos que veneno cargan
-o las máscaras en las que se esconde
(llámalas culpa, agua, nada).
Pero
no es mi hábito
usar hectóreas lanzas con intenciones mortales,
mas,
luego de llenarme los huevos,
me invita a pasear
su sueño, que ni ella cree
-ni yo creo, por supuesto. Pero
Entonces
me muestra desnudo
y lo cree un argumento.
Después
termino siendo yo el que dice
miento.
Pero,
toxiconoia puesta en puesto,
debe ser la falopa, ¿nocierto?
Pero
pero pero pero
pero pero
pero.
Filiaciones.
Desespero.
¿Clemencia? ¡Ah!
¡Si somos bestias, somos bestia!
¿O no nos ves acicalarnos
las sienes en busca de ciencia?
¿Paciencia,
a nosotros, envueltos
en blancas agujas y lavandas florecidas?
Silencio,
respetable y operativo
Silencio.
Un espacio
en el que se niega
sistemáticamente.
Un estruendo
del que huyen los peces,
del que huyen los pensares,
del que se alimentan a manjares
intrigantes, también,
mas cruzados durante.
{h}ol
Hologramas.
¡Mesera, un
tiro de merluza!
¿O no era
curda del fin, al final?
Ah, autómata
puesto sobre el resto,
como érase de esperar.
Luego,
avernos juveniles.
¡Hologramas!
¡La boca
podrida
¿O
no es ese el hábito?
Y las muelas
que estallan, la sangre
Pero,
despedirse, a esta altura,
cuando ya sabémonos eternamente separados,
¿es necesario?
Ver{s}
át{r}il
{t}
Esta es la manera de decir adiós.
¿Encontraste
una voz tirada,
rota como el vitral de catedrales
dispuestas a ceder ante el rigor del tiempo?
Había
río de espejos,
espejismos, añares
de certezas distraídas
por el lujo del placer y la envoltura que se dice olvido.
Fantasmas más,
fantasmas menos,
¿frenos dónde, hoy?
Cronión, no satisfecho,
mata
-quizás sea justo.
Edipo,
redimido, escucha
cómo escapar de la sentencia atroz.
De lo contrario,
Silencio
-rey entre vivos y entre muertos.
Perdón, tengo
puñales en la lengua, tengo
maneras extrañas, tengo
el cuerpo hecho de nuevo y organizado
no.
Encuentro, Amor,
la vigilia de partir a preguntar
en la tierra extraña de las viejas heridas
si es el mismo cuento que repítome yo,
el deludido,
esperando haber aprendido de dejar que sea lo que sea
cuando el cuerpo dígame adiós
-entonces pueda verte desnuda, y la áurea
nube cúbrate de espuma
mientras los chicos corren y mi voz hace espinas.
¿Querrías, tal vez, olvidarme
de una vez y para siempre, y deje
entonces de contar la emoción
de haber sido visto en el vivo y atroz
disfraz de dispuesta Nada,
siendo entero derredor?
Perdón, me escurro
entre las notas, el piano
gotea, es al pedo.
¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón!
Y me tiemblan
las piernas, me tiemblan
las manos, y el cuerpo
me huye,
y, un par de veces, lloré
mas ya no de tristeza ni de error.
No parecía sensato
-decirte
lo que parece tanto
apenas habiéndote visto
cruzar frente a mí vagamente un rato.
Pero
yo no corro,
me ahogo en la fronda
de ojos que se me van
a escarbar las heridas en busca de curas
o de la solución al intrépido mal,
que se escurre, ah, corazón, se escurre,
y no puedo más que hacer silencio
y dejar que el río abunde
sobre el pensar que no diré ni dije
a tus vivos oídos sino a tu etérea razón
envuelta en el tímido velo del lánguido adiós.
Pero, si fallo
ante mí, si erro y digo,
espero entiendas, no es mi intención
herir más a la herida que mostrás
tallada en la viva membrana
que usás de cuerpo para dejarte en tornasol.
Y decir adiós
tantas veces que resuene
la boca viva en la mente ausente,
antes de que las tinieblas pósense
en los párpados a avivar las sandeces
que dejéme decir en el eterno ayer.
Y la madrugada
tan lentamente amanece.
Y la voz
mía al fin decrece.
Mas,
luego del infierno y otras
vicisitudes,
la pasión de las histéricas multitudes
han de ser, de alguna forma, ahogadas
en la laguna helada en la que ninfas me susurran
seguir –hasta que al fin me desangro.
Repetir: no es un milagro,
es un
natural hecho de la comunicación.
Repetir: no es un ensueño,
es un
natural pasear el revés desde acá y en dos.
Entonces escucho,
sin saber,
aun sin querer,
secretos que no querés contar.
Yo sólo puedo negar que los sé.
Y yo calculo
que tendría que decir para que
no sangre tu piel,
no sangre tu voz, no se rompa
la tímida pasión que aparece
cuando las nubes se encuentran enlazadas en el dar
silencios que llevan pensares a la nada.
De ahí volvieran,
vuelven.
Yo sólo puedo negar que los sé.
Acaso haya nacido
una noche de luna llena,
en un invierno extraño de estos
en los que se suda de un paseo y se vuelve despierto
de una gira por la noche y por los ecos.
Todavía no lo sé.
Perplejo
-por supuesto que ciego-,
recorrí tu cuerpo.
Pétalos, lucinios,
errares,
vagos piensos,
espacio de determinares,
y el éter
lleno de espías.
No sé, quizás,
debiera haber intentado que sonrías,
mas sólo podía
silencioso plegarme en el espejado mí tras vos.
volvió tu voz.
crucé
la calle pensando si había sido
Muerto, desollado
por el gesto de la intuición,
desde ya,
¿a quién?, no sé,
digo adiós.
He esto: Amor.
¿Adónde, entonces,
no estuviera disperso? Diestros
desiertos de cordura me hacen decir esto.
Nadie es ya hoy.
Ahora que
solo puedo
idiotizarme, sin
creer estar siendo
paranaico –cuanto menos- o
cero que se encima sobre sí,
sublimando el cielo mas en finitud,
he que
puedo negarme en tus ojos, y reír
al respecto.
y yo sé si llorar o reír.
Pero,
entenderás,
ahora que estoy solo
puedo
ficcionar la llama y atribuirle un desenlace
-no sea que de decir me canse
y hálleme de nuevo en la nívea cueva
de Pan, que en sus flautas
a revelar dispuesto se muestra.
Y he las
guirnaldas puestas en la sien,
y las cesáreas certidumbres
de que cuando suelo se derrumbe
todavía acá vamos a estar.
Así el teatro
no cesara jamás. Así los astros
cayeran detrás. Así
pudiera callar en vez de,
aun solo,
pasear los umbrales y encontrar
nada más que pasar
los númenes y dejar que enseñen.
Y nadie
va a decirnos
qué es que nos estamos diciendo al hablar.
¡Ah el sentido
decir, que transfigura
las apariencias y se muestra en pura
luz frágil, frágil como una pestaña,
cómo un vaso del que pende una resaca!
¡Ah el sentido
que se intradice, mientras yo,
yo tan ciego y tan extraño!
¡Ah las palabras que arden,
las palabras que niegan,
las lucinaciones de la eterna guerra
de acá y allá, de acá y allá!
¡Ah y la hilación
de la terca canción
que no cede aunque yo calle!
¡Ah la escisión!
¡Ah los valles!
¿Cuánto
rezara y a qué dios?
Dioniso,
extranjero, se disfraza
de distancia, y muestra
a las bacantes,
elegantes y extasiadas de gracia.
Y colgara la cabeza de un hijo
de una mano,
sensatamente.
Y perdiérase
la memoria en decisiones,
o transgrediéranse atenciones
curvándolas hasta que cero
o nadar sin ser pensado.
O el temblor,
la tirica, el ardor del cuerpo
puesto bajo el vivo candelabro,
y el canto con el que descargo
mandalas en las puertas de las casas,
risas en las puertas de las bocas,
círculos que de sí se enroscan.
¿O viviera, acaso,
el silencio
realmente? ¿Adónde
pusiste la cabeza para
volverte
insano? Isaiano,
autosapiente, Filón,
conjurándote, dijo que
Dios y esas cosas. Mas,
no contaba con la muerta
eternidad desierta
en la que el cuento es desarmado.
Ni pensaba que pensara
al respecto de qué y en qué idioma que no canto.
Catatón,
Maratón ya ha terminado.
Repetir de las
icóreas sentencias del reír izado.
Inversión en
Silencio.
Siendo sincero,
es lo primero que se hace al llegar a las tumbas.
O buscar a
Amor
que no debiera tener,
en principio,
más que un par de máscaras.
Porque
si no te abstraés,
te matás.
Pero
no debiera ser
más que
un
cohete
prendido entre los labios,
un
anzuelo de garabatos,
invadiendo el cuerpo en su
cero.
Lo cual
no es divertido
y no sé si es necesario.
Porque
si no te decís,
después,
todo esto es
imaginería,
delusión, viaje, efecto
de la falopa –predecible-,
¿cómo convivir con las
consecuencias?
Secuencias más,
menos,
culpa, angustia, esas marañas.
Mejor
dolerse y cuánto más pueda cegarse.
Mas,
reíres más, reíres menos,
psicosises.
Orden envuelto en miel de hado.
Deidofagia, verás, y
sonrisas rotas.
No era nadie,
no era nada,
Era como
si no la hubiese conocido
jamás, como
si se fuera alguien más.
No era
justo, pensaba, que
pase al sinfín sin una
lágrima. No era,
recuerdo. Mas, dijo
palabras antes de irse, dijo
libros por los que escurrirse,
y a veces se deja engañar.
No había cuerpo,
sola mente. Era
una desesperación consciente, arbitrariamente
conjurada. Era
un reconocer qué engaña y hacerlo
operar.
Es
estallar como un mantel de flores.
No era
símbolo, no era
recuerdo, era
ahora, cuando ya no era,
y veía desde la alta nada.
Y no era agua, ni la curva
de los símbolos, ni era
la lengua bífida, ni era
el tibio resplandor de las paciencias,
era
ejercicio de la ciencia que mutara,
era la tenue elocuencia del senil mañana.
Y azul
seguramente no dijo,
no sé
qué habrá dicho, mas
¿se escapara?
Y,
¿cómo podría decir, entonces?
O
quizás fuera el espacio
plegado de piezas
suyas, con su voz
supurada
hasta que una mañana de invierno el fuego haya
y no tenga razones al respecto.
O quizás
sea este su huir
de nueva memoria hacia su vieja vista,
puesta entre los astros y el nirvana.
Y no hay fecha
para que fuera esto.
Afuera
ahora me entrego
a esquivar sentencias puestas
sobre la medianía
y que de nosotros digan,
me niego.
Pero
son sólo dos palabras.
Preguntó
razones que no quería saber
-consecuentemente,
las negó.
Paseó
la tierra y se dijo ella,
Ahora
divisible
Acude
Oye
Escapa,
diagramado hasta el detalle,
y recurre
a intradecirse
Se esconde, se viste
de parecer.
Sadomasotecnia, verás.
Yo
nada más irme
Percibo
Y negás,
reiniciando la secuencia.
Acaso tu dispaciencia
ansíe
que no críspase de sí
ni piensa su decir.
después de
y después de
Después de
ficcionar la llama y hacerla cuerpo,
después de segar
la demetérea ausencia que debía reemplazar,
he Destino.
Después de
posarse en espacios que niego,
he la orfea
pradera de matemas y jeroglíficos,
Después
he la placidez
Escapara si digo.
Después
de cruzar los ojos sobre páginas raras,
he la torsión y la eterna
Y arde,
Queriendo entrar,
me dije adiós. Corrí
Ahora
no puedo huir, y las horas
pasan.
Quizás,
sólo quizás,
Islas
dispuestas, vestidas,
reirían de la nada viva,
Y cuando me veas
Después,
las flechas, flechas vagas
y oyera espiar
Belleza,
delusión, opio,
común pasión.
Dígase así,
asá,
aun allá
dícese extrañamente
inmediatas.
Después,
proceder de la gradación.
Correr
-que es numeneo-,
lucinar.
Saber desespero,
dejarlo sobre mí pasar.
Si
heme usado,
yo
Y heme
dispuesto.
fuera a elucubrar?
O acaso
¿Cómo es
que le prestás atención a un
idiota borracho?
¿Cómo Baco
no te presta los zapatos
¿O acaso
no escaparan los pensares
extranjero
Después del
trance pasajero,
editar.
no me
mo͞on
Se miente, me miento. Es la costumbre.
Si fuera
sólo porque quisiera,
ya hubiera sido y haría ahora nada,
nada más que nada misma en la que
silente, yacer,
latente al fulgor del amanecer.
Nace
Febo, otra vez,
y carga, esta vez,
números en derredor, cálculos, y fríos
pliegues sobre la piel cerebral
que se aprehende de su andar
y transita pavimento y otras lumbres.
He la incertidumbre
-dos piedras juntas-,
nada parece decirse mejor que ayer.
Sin embargo,
corro, todavía, alrededor
de una parilla
-me encuentran ido, y me doy ido, y no
parece ser el mismo que esto ha sido.
Y los cuentos
de lágrimas recubren el
tecno-nirvana o
inteligir y escindir la natura temporal.
Pero,
siempre es cuestión de tiempo
-¿quién no antes ha dicho esto?
Y disciplina, y paciencia, y cuerpo
finito, posado
frente al acantilado, mientras las hiedras
trepan del mar, escapando del hado,
y recitan súbitamente insensateces que acaban siendo
caldo de infortunio, incertidumbre
-justo en pleno plenilunio, cuando
la forma de la lumbre algo dijera
{escúrrese de mí, representada
por una viva araña que se escapa
cada vez que se observa contemplada;
flexiva, entonces, no remite
su decir a sí, y se repite así,
así cómo repítome yo que no digo nada}.
Mas,
digresiones puestas sobre el mantel,
¿qué cuartel o razón trajéranos agua?
Un suicida se pasea entre nosotros y nosotros
nadar la curda alada de pensares flagelados
por los miembros dispersados en moverse de los brazos
de acá para allá, cual negando lo que la boca hablara
-o acaso se posara la atención donde
no corresponde;
haya que huir, entonces, al borde
del brote psicótico que es inoculado,
en remembranza y similitud de eones pasados.
El socius,
renovado, vístese
de gala, encuentra
que nada lo escapa, y se escupe
cuando recuerda haber estado
presente, cuando
un niño era sacrificado ante el fuego y juego
de la azarosa Deméter. Dos, tres catéteres luego,
una anestesia -¿por qué el olvido nos ha perdonado?
Y
cargan con anzuelos los que dictan
hoy en mí,
mas son notados.
Doyme.
Corro. Sí.
Borro
Muerte, al fin.
Luego, coordenadas
necesarias para pasear el hado.
De lo contrario,
muerte pánica de la Ley inválida
que insiste sin ceder y se deja arropar
-¿o acaso no fuiste, Padre,
viento dispuesto sobre la nada y nadie
pudo con decirte o pudo con probarte
más que cuando viste a tus efectos permutados?
¿Locura? No.
Borro
este decir último.
es que,
he la
intención, atención
en el océano evocado.
Supura
Alguien
reconoce haber jugado
He la Ley.
He el
símbolos en mi costado
para que
Pero,
gajes del oficio más,
menos,
las menciones son veneno
¿O no dirían
las estatuas, las pirámides,
la inversión del quinto punto puesto sobre el quinto yo,
quién ha dado vuelta
la casa entera
Gracia más,
Gracia menos,
No hay manera.
otro tipo,
Mas no me diga,
curda helada, que
nada de esto parece sensato,
de lo contrario, ¿en qué,
cómo estoy perdiendo el rato?
Mañana,
¿Destino?
Imberberidades, entre otros signos.
Pero,
no me cuentes de esto, justo ahora
que me encuentro y paseo las olas y Nadie,
con máscara de voz mía y reflejo de no haber estado,
cuéntame de lugares extraños, dispuesto en el espacio
como un fantasma que samaddhis ha lucubrado.
Y yo,
como un idiota,
vendiéndoles la nota que repite el cruel pasado.
Porque
ojos que nunca han visto,
¿qué estarían contemplando?
De lo contrario,
¿quién soportaría posarse ante sus ojos
Mas, ahora
que la ansiedad y el temblor y todas las insensatas
ejecutadas,
Nada más ir
y he que se hace
Después, la recursión
de la alada ira, que se posa en la pira
y he la culpa y he entonces
volver a Cero.
Luego,
como Jano.
Pero no me preguntes
¿Que si
digo herir o reflejo de metempsicosa
relación?
nudos no corresponden.
Mas, heme
o si el pensar lo va forjando
Dadores repiten
que compiten sanamente, sin herir y sin heraldos
en su derredor, dictándoles
estratagemas para circunvalar la lengua bífida
que si cesa se despliega,
si no cesa se despliega.
¿Para qué
Entre tanto,
dos escribas en el siglo veintiuno
se repiten a la distancia.
Uno
dice mañana.
El otro
tras de sí de mañana,
para toda
la puta
eternidad.
y he la retrotrangresión
-¿qué si ha
pasado esto que no sé de dónde
viene
cuando pensaba que
era dormido y nada recordaba?
¿Qué si
cierro la boca y
contengo el numen?
En resumen,
dislates de desesperado. Mas,
Febo, al horno.
no perdura
su sí,
su absoluto
e hipercontingente
sí,
Y después de
¿O he la caricia
que la mente esquicia
¿O he el abismo, incomprendido,
del que huyen cual si fuera cataclismo
o sed de sangre
su natura que no es carne?
He el repliegue
de los signos de quien niegue,
y he el fin de la digresión.
Ornatos más,
ornatos menos, y la cara que se esconde cuando contempla su velo.
O la manía de
Y, a esta altura,
ya no se habla del figurativo fin o la serpiente
Febo ya no se reconoce.
chistes.
y gesticula cuando
Le ponen dos,
tres signos. Le dicen
de imaginarse.
De lo contrario:
Pero
ni preguntarse,
no sea que
Mas,
cortadas las alas
de Ícaro,
Amor
ya despistado,
y Psique
Pero,
verás, figuraciones más,
figuraciones menos,
el shsheo percibido,
o el cht que
corta la partida
personal y contingente,
Por lo que,
después de vano intento,
en los espejos,
Ya no
Y cuento
esto a
nadie,
sensatamente.
Mas,
dice
saberlo,
no se pregunta al respecto
de cómo sabe.
O por qué
como en casa.
Diana
carga hectóreas lanzas, y
Diana
baila al son de los tambores y se escurre
Afuera
también la cazan, mas
Se niega,
recurre
Y la sonrisa
no pierde
la escanciada cadena
de Gracia
o el abismo en que
o sus lagunas.
Y él estima
necesario
irse a molestar a su
manía.
Y no encuentra
razones para
Lo cual
parece justo, mas
idiotamente.
De lo contrario,
vea cómo fléjense los negativos en los claros raros
¿O
acaso no se pregunta
tolerable?
Idiótico,
corro. Un
psicótico
Un
velo es dispuesto
Un
concurso de oscuridades
adonde posáranse,
nada más posáranse,
O, al menos,
tenga la discreción de no lucir
idiotez como estandarte.
Pero si
recorre las venas y encuentra
elucubrares,
si
una canción le dice
negación absoluta,
he la pregunta:
Y acaso
naciera al fin el ocaso
¿O acaso
Ley no se dijera
Bilocado,
el cuerpo
desorganizado
repite y
repiente
justo cuando
ya no hago nado sincronizado.
O cuando
locura y entrar
a la distancia que he marcado.
De ahí la
necesaria distancia nádieca
De ahí la
necesaria silenciación
Y de ahí
de guirnaldas obsoletas.
han errado,
¿O la psicosomia
no concluye
Dadas
Luego,
Y ya no hablamos,
a esta altura, del mero
De vuelta al conjunto,
he que no hay asunto
Lo cual, al resolverse,
retrotransgrede y muestra lo vano
Sabiendo esto,
¿cómo no ha de ser
Silencio?
Silencio, y que
cese
el culto hacedor.
Silencio, contemplador.
Mas,
extraño, cuanto menos, y
en el pensar sincretizado.
engañador y engañado.
ansiedad de enamorado!
de locura el aspecto
Perdón, te digo mí
-digo nosotros, nuestro; piénsome
dispuesto a abandonarme
Mas, ya no tengo
razón, y canto,
enamorado, puesto,
dado.
¿Fuera
tu voz, tu real voz?
¿Deludido
paseara la Nada al fin?
¿O las hiedras
subieran por los muros mostrándome
contingencias?
¿O acaso
no recordara por siempre
Mas, ¡perdón!
¡Vos es yo, y yo te traigo
con el mero pensar puesto
de mi pasear ha contemplado!
¡Perdón! ¡Me ciego,
¿Acaso el pasado
mostrado dijérate algo
El hado tiembla.
Recurre a la intermitencia.
Suena la radio.
Febo
pasea tímido la tierra.
No se sabe, no se dice,
no se nombra.
Pendula
como una hoja de loto
¿Acaso mi alma
cursara la tuya y viera que nada
El Cronión se pregunta,
me asegura al respecto.
Muestra
¿Mostrástete al fin
como sos, desnuda ave
Una mañana,
envuelto en purpúreas
nubes de la nada eflúvea,
yacía yo sentado
a preguntar si es raro
este recordarte sobre cualquier signo aparente.
de mí y reír al respecto.
Cardúmenes de insolentes
repiten la curda indecente
y húndense en la cueva del numen innominado.
Y así se dice
cuánto
o cómo
o
dientes de león
lleva el viento
encuentran que
ya no puedo mentir,
no me queda mentir al respecto.
Y yo, dispuesto,
El vago ritmo
es práctica o años de caza
Y yo
miento, sin saber por qué
-mitotiranómano siendo, soy.
Mas, quizás
revés alguno sea revelado
O quizás
(¿Viste el tormento,
sufriste el momento
en que la sempiterna lluvia se desata?,
¿me oís cuando riego
eriales con el supur de mi viva errata?)
Y yo
fantaseo mucho, y soy
ansioso
-el fuego de agujas blancas oso
contemplar,
¡El estruendo
Despacio, pienso.
Despacio, pienso.
¿Te asusto?
Perdón, gusto
¿Te estimo
más que a mí mismo
Por supuesto,
mas me llamo a decir esto
¡Desespero!
¡No me digas
que no encontraste entre los verbos
la pradera en la que ciertos
¿Estás llorando?
¿Estoy sintiendo
que llorás y que es por mí ello?
a soñarte.
Sabés que
¿Es que
Amor se esparciera por las nubes pensadas,
por la cueva alada que crea el decir plegado?
Y yo
sólo pienso en invitarte
a compartir lo que nos mata.
Y yo
sólo pienso en nada,
absoluta nada,
y el espíritu vivo de las voces derredóreas
roe la coraza hectórea,
y signan tus imágenes claras.
Y sé
que los fantasmas algoristas
sábenme sincero,
calculando las distancias de cuando miento.
Y yo
sólo pienso en recordarte,
y cuando tus gestos se presentan
y los espejos simonean,
corro entre los pasillos y te encuentro puesta
en bocas ajenas, en vivos lucinios, en tercas insistencias
de las vagas presencias que no son yo
mas son todo lo que hay.
Recorro la Uruguay y piénsote en ella.
Veo las paredes del departamento llenas de tus años.
Me urdo en engaños, me niego a la ciega
querella de los perdidos días.
Recuerdo la simpatía, el encanto,
las pestañas que cubren el espanto
de realizarse la llama o pneuma.
Y encuentro que a la mágica aurora mejor silenciarla
-el atardecer posa sobre nuestro su fragancia;
dos, tres tipos pasan insultando;
el espíritu del pueblo nos va negando;
¡ladran, ladran, ladran!
Pétalos
de jazmines
penden
y margaritas
superstician
la tibia caradurez
en que
me escondo en el hielo de las múltiples máscaras
Y acaso
mi evidente estupidez
¡Te espero!
¡Te espero!
la negación?
¡Igual te espero!
¡Ecos
¡Ecos,
gutures, esperanzas
Mas, si te vieras
brillar cual viva estrella,
material astro,
mis ojos de alabastro cedieran y dijeran
¿Cómo no desesperar?
¿Cómo no desesperar?
¿Cómo no llorar?
¿Cómo no llorar,
sentir que es suficiente
el sentir viviente que mi cuerpo encuentra?
¿Cómo no llorar?
¿Cómo no desesperar
¿Cómo no habitarla
cada vez que se presenta
Su voz no se rompe.
Su frío me despierta.
Su viento me consuela.
Su alma arde.
cruzan la habitación.
Yo
nada más paseaba
las luces y he el designio del Cronión.
Nadie lo creyó.
pasearme si quiere,
irse si quiere.
Me encuentro
He ya no
unimúltiple.
He Jano
silenciado.
Y la símil
Pero,
perdón, decía,
¿acaso
tu boca y la mía
ya no se hubieran encontrado
en el sueño, la oniria, la realizada hipersticia
No es la locura
la que me dice este durante,
Pero
Absoluto y abolido yo
díjerase en la infinita circunstancia
que rodeáranos,
Yo no quiero
pasarte mis heridas como me han puesto
Yo no quiero
correr como un mero idiota,
Sólo quiero
que me digas
cuando hiero,
Sólo quiero
que al vacío,
creado con la vaciación del vago
yo, caiga la sangre
que algún decir irreflexivo y mío pudiera dejarte.
Pero
no puedo ocuparte,
no puedo dejarme
Y si exagero,
¿qué?
la creación.
Perdón,
mi juicio
se escurre por los orificios
¡Ah la belleza, ah
el plandecer de las distancias!
¡Ah los sueños, las fragancias
del común instante!
¡Ah la belleza,
también tuya! ¡Ah tu alma
que brilla tímida mientras el viento arrulla!
¡Ah tu persona!
¡Ah la ceguera me inoculo
para saber de qué signos
se hizo tu destino que condujo el mío!
¡Ah los aurigas, las cogniciones!
¡Ah Febo, Loxias,
no me arrobes, no me arrobes
ahora que no veo su cuerpo y me encuentro entre sus dones!
Oí de
guerras, sacrificios,
mucho más.
Oí
guitarras que derretían las nubes y cesaban tu estar.
Oí
ecos de una madre en la cocina, preguntando
qué es que se es, y quién, y cuándo,
tan desesperada como lo que fui sobre ella proyectando.
Reí, también,
insolente.
Caí del caldo sapiente al consciente
reconocerse ser efecto.
Perdí la cordura en su rebelde natura.
Sùpeme en múltiples lugares.
Súpeme del nimio instante.
Supe gustar de conocer tu derredor.
Mas, ya no sé,
luciérnaga se reserva al día,
qué otra llama parecida
hiriérame al actuar en temerario ultraje
-yo no quise pasear tierras privadas,
tierras extrañas, cielos ajenos, sueños eternos
de quienes urdan tus costados
y digan del cielo
y el infinito renglón del pasado.
Pero recuerdo
a un hada amiga que una larga vez he amado,
y quiero
ceder o callar o volver a contar
cómo es que fui con el mero vagar sobre vos posado.
Es Posadas,
hay
multitudes hambrientas de culpas y peces
dispuestos a inmolarse por una gota de icor.
Deidófago, yo,
no puedo menos que pasear y segar
yuyos con el uno yo
que silente escancia afuera su hedor
-es desear y no haber actuado, ¡es ley!, ¡es ley!
En la esquizarquía
recurro al canto de la agonía
y escúrrome en sufrir simulado.
Luego el revés,
la eterna historia
del retorno de las culpas y las norias.
Y también
el mismo circunstante y la caricia
del igual durante que anuncia
nacer del sublime nuevo
de llover,
llover,
dibujando
con el pendular
tras la brisa
el risible despertar
de la finita vida,
¿Eternistas? ¡Pez,
no se engañe!
¡Cosmogonistas danse a hilar
especulares con las vivas sales,
esperando a su sí curar!
¿Mitotiranómanos? ¡Anacoretas
vestidos de su curda esteta,
de su signatura hipercontigente!
¿Tras el ido continente
la una y común Atlántida?
¿Eternistas?
¡Una, dos, tres,
ya no más pistas!
¡Unos o ceros o Nadies y síes
abiertos a los ríos y a los atriles
del juicio que no se deja persuadir por la elegancia!
¡Ecuánimes, no se dignen
a tomarnos juramento
de acabar con los tormentos!
ecuánimes, crece
la extraña fe de la ignorancia
en la que yazco en estúpida danza!
¡Matate!
¡Correte!
¡Tirate
al pasto a rezar!
¡Cisma tu decir!
¡Dejá
a tu cuerpo tirado,
¡Te prometo
Silencio, me decía,
mas no cesaba de contemplar.
¿Curiosidad? ¿Himnos?
Ojalá no,
¡Matate! ¡Tirate!
signos suyos plegáranse a qué
que no recuerdo y sea ese ayer.
No sea Destino.
No sea Soledad.
No sea el errar.
¡Trolo, niño
Y yo sólo puedo
llamarme a silencio
y esperar
la habitación hedionda,
mitotiranómanos hermanos,
crédulos incompetentes,
reidores de ecuestres
tropas aladas,
anestesia, desfigurada
recreación,
placer de hoy,
placer de ayer.
Y yo no puedo negar
ver al verla a mi consciencia
fragmentada,
Tendría que
atravesar la selva
¡Eternistas,
Y encuentro
que Soledad sí comprenda
la sempiterna soledad
¡Matate!
¡No dejes
la misma herida de la astucia
criptográfica del hoy que no es ya
el que Hado nuestro ha dejado crear!
¡Cronión, un suicida
dice poder decirse su absoluto hoy!
¡Cronión, un farsante
dice cargar égida diamantina!
¡Cronión, un rayo
pósese en su sien y cese su absurda intención!
Te aconsejo
que dejes los recuerdos
puestos en el erial de puestos
La veo,
susurro,
le dejo el flejar
de una fragancia.
Corro.
Me alcanza.
Me doy a espejar
su risa
-me ocupa,
me es más.
Y, si se acerca demasiado,
quieto,
Disimulo.
La siento en mi pensar.
¿Me deludo?
tránsito.
lucubrador de luces,
ingenuo,
errante,
Mas,
la memoria
y las estacas
puestas en muñecas
que sangran,
con caldo de testigos, sangran,
reciclando eternidades.
Deshecho
en las tibias vaguedades
del indeterminio,
intransigente
intradictor,
dispuesto a ser canción en su aura silente.
Artilugios de persuasión
para los idiotas.
¡Exclamaciones!, u otras
anestesias.
y repite vaguedades.
Cribadas nimiedades,
artesanías.
Ornatos o
nupcias celestiales;
Y la diferencia
puesta como mediación
-a esta altura:
natura no sea yo.
Y el escribir que
ya no caligrafia
ni repliégase de áurea magia
O el viento
hilando conjeturas al respecto de
no sé ni me importa.
Y un mí puesto en mi boca.
Poder, o
placerse del ardor.
Reír, o
vicio y consciencia del acto.
O efectos,
espejismos,
pasajeros mandalas.
signos de realidad.
O lo que se dice
ejercitarse en la ceguera voluntaria.
O lo que contradice a
Silencio
-envuelto
en coriáceas esfinges y sus dislates,
repite que nada sabe y así anudadas nadan;
mas he la trampa o el hectóreo
coraje
frente al ignorio que sustraje.
Yo prefiero
ausente operar de la distancia,
pensar la compañía.
Yo prefiero
la consorte delusiva de la esquizoidal instancia,
De lo contrario,
asumir cualquier sufrir como indicador de
errar
Mas,
esquizonoia, psicomasotecnia,
O las ganas
de irse
de una vez y para siempre,
O el encanto
terminándose
como fueme anunciado.
Y la
virginal serpiente, desvestida
en alucinios, mostrando
el hedor de no haber actuado
en prácticas transustanciatorias.
¡Y el aire
acondicionado,
que jamás falte el aire acondicionado!
Es la loca
manía del recuerdo puesto en esto,
recuerdo que no es mío mas percibo
O la
Arbitrados
por deslucidos abismos,
vamos al azar imitando
Y la
tóxica distancia digita sueños,
anuncia un fin.
Y la
fragancia de perfumes olvidados
renuncia a sí,
¿Acaso
no estuviera escrito
en el virtual hado
que recubre las dicciones y las hace
nacer a decirse presentes,
mas en distancia de disfraces y serpientes?
La tóxica
manera de encurdarse.
Pero Loxias
trae la cura,
así que mejor negarlo.
O,
mejor aún,
torturarlo con galimates que
¿cómo pudiera traducir,
siendo su natura por defecto intraducible?
Mas, no nominemos;
puede que nos mate.
¿Acaso no contara
el dioscuro del senil nirvana
con el juicio del reidor
Cronión
-lucubra una traición y no la lleva a cabo-,
sembrador de paranoia?
Suicidado
en sus arrobos,
Baco regresa y el domo
no parece haber mutado.
Recuerda su orgiástica canción.
Siembra la distancia necesaria.
Opera y pare en sensación.
Intrusos
en el éter, y Tiresias
tiresiea.
Luego la confusión y las fijas aves.
Adivinación: gnosis
que tiende al autor,
El caracter
numérico de la cognición.
Pasear alrededor
digitando notas muertas,
cubrirse de signaturas,
mero vicio.
Holocaustos rituales,
dos mil quinientos años más tarde,
reminiscencia.
Retroprogramarse.
‘¡Todo lo que sabía, un error!’,
esa clase de idioteces
históricamente necesarias.
O deshacer violines
con
vagas acusaciones arbóreas.
Psicosis de Gaia
-‘¡Yo y ustedes sobre mí y lo demás yo
que escapa de mi más no de ustedes!’,
dícese y repiente,
al instante de concluir
repiente.
O el ludismo sexual.
que no es menos insensato.
el simbólico, contingente,
manto que recubre al cruel Cero
déjase intuir, paciente,
eternamente paciente.
Mejor
vayamos a la helada cima
del monte en que las piras
han permutado mármoles
y áureas frutas crecen de hesperídeos árboles.
Este
decir mío fue por mí predicho. Río
-en realidad no lo hago. Corro al vago
derredor, a fundirme
con el follaje y derretirme, antes
de que Destino sus signos trace,
y yo la ansiedad y esas cosas.
Este
errar discreto del cíclico Febo
ya no parece un dislate.
Cristípicos critporrecurrentes fenómenos físicos
de mentes nacen y a mentes parten.
Darse a nacer: he el coraje.
O la inversión de los principios hecha
para los histéricos de corta vista,
que corren de sí al contemplar sus propias pistas.
desnudo
no nos place.
Mejor
ponerle un
Campos circunstantes
y
gravitadas expectaciones o
confluir de los amores
Mas,
el descenso a las normas es
materia de preguntas insistentes.
¿O por qué
la reminiscida vaciedad nos place?
O la honda
megalomanía de la sola
ola que toda agua hace curvar
-y así dispone y posee,
así concibe y respira
su súbita suerte
el pneuma que en reíres digita
las nubes que las formas imitan.
¡Y ya no es necesario
del cantante
diferenciarse!
O dejarme ocupar,
súbitamente,
por un hada.
Dejar
que diga su nada
-que es sonrisa-,
y lléveme en sus brisas
de tenue conclusión:
dice de nuestro y me pliega en su risa.
O las esferas
en danza, diciendo
cuál de los decires es preciso
atribuir en afinada sintonía
con quien Amor ha de disfrazar.
¿Pudiera
la noche entera
sentarme a esperar
la luna, siendo
el techo encima, cual
un deludido que gesticula sus matemas?
Signos
supuro –quiera o no.
Ríos
ecoicos descubro, nudo
de la indeseada comunión.
Dios
se dice entero, en boca una.
Se dice
dios y se pregunta
‘¿qué es que soy?’
Y duda de sí,
sembrando libertades.
Sabrá
el abismado que la reflexión
espeja signos de pregunta, insistiendo
como tácitas pieles que la culpa fundan.
Se disuelve,
se hace espuma
Y yo
recurro a oraciones
y le digo al
Padre común
eso de
Y yo callo
cuando callo a quien urdió mi brío,
Cilindros zafíreos,
todo su caos una política de ocasional
cuerpo.
Luminios -¿sueño despierto?,
se pregunta
un negativo tipo en gestante cuerpo.
Fruta hesperídea,
astro
real,
fundido voy,
como un montón
de insensatez
Fruta hesperídea,
vos no te viste
brillar.
¿Qué mar extraño
hiciera el sueño
real del que soy dueño?
Nunca alcanzara a explicarte
qué fuera aquello,
Un árbol,
sus cabellos de eternidad.
Un
repetir lo que será oído.
Un vacío permutativo.
-a veces siendo, a veces signo.
Una mentira
dispuesta a jugar. Una
parida ilusión.
Un nudo creado en repetición.
Un verbo, qué inengendrado.
Un árbol. Nada.
Sus cabellos de eternidad. Nada.
Un ver a la distancia cómo se acerca a mi hoy.
Un dejarla, silencioso, decir.
Hada, todavía es Abril.
Hada, todavía es pasado.
Hada, un domingo de ramos
voy a arder en delirio,
de mí disuelto y conmigo ensamblado.
Hada, confío,
no sé por qué; y me parte
el alma un viejo juego
-tener que curvarse sobre decires nimios.
Mas, no sea, hada, que
la confluencia de finitudes y esas cosas.
No sea que
alma una y he no más distancia.
O el ruido, hada, el ruido
justo y necesario.
La duda,
la sola duda y he
toda la irrealidad del sueño.
Muda, ya lo sé,
huye.
Sensatamente huye.
La duda,
la sola duda y he
Psique habitando la viva piel.
Esconde un puñal
que tiene
destino.
Y a mí me espera el etéreo vino.
Séme diciéndome en su través.
Olvido, de repente,
el cuerpo;
pasa el viento y yo lo paseo.
Elementos van cazando
decires que lluvias van dando
a mí para no desaparecer
en el Hado o en un credo.
Arbitrario, conjuro
olvido. Doyme
a pasear el canto del sido
yo que no ha de cambiar.
¿Cero y qué más que finito
diérame en intención a volar
eriales o cuerpo que surcan los campos
de lavandas florecidas, de lotos adornados,
entre los nombres que recuerdan lugares o dados?
Y la atención
disuelta entre la turba hambrienta
Y la expresión
replegada en la tibia respuesta
Poco varía.
Economía.
De lo contrario, confusión;
arder del caldo hacedor –signos gravitados
por mitemas y pasados
que el socius por nosotros ha hilado,
de nuevo,
Pero como
pienso en llorar,
Y la vía
negativa
en el
siglo veintiuno es la
negación,
Mas, he
también
a cegados parear
camuflados
Ansiedad, causa
como lluvia vital,
O
el tímido espacio en que cruza
su viva lucha
¡Ah, te conozco
de algún antes, y océanos
salvajes cantan
¡Ah, conozco
¡Llevaran máscaras
durante el escenario, y luego
dijérase el sincero cansancio
de los símbolos que escancia
Febo, autor de oscuraciones!
¡Yo también
tuve vida antes de esta vida
nuestra que nos es ahora conocida!
¡Yo también
cargo efectos, y la euforia de sus cauces
envenenados con credos y rituales
iniciatorios! ¡Cuento armónico!
¡Viva sangre! ¡Vivo ardor! ¡Vivo rastro!
¡Memoria que perdura el camastro!
¡Vivo dios! ¡Vivo signo! ¡Vivo cuerpo!
¡Yo también del barro vine y al barro voy!
¿O no notaste, acaso,
el diluvio interminable?
¡Yo también ardí de dudas y lloré ante Amor!
Pero,
digresiones menos,
encuentro que hurgo el desenfreno
de este patético agresor
que encuentro en mí, defendiendo a mi cuerpo
de la esfíngea natura y su intuición.
El mismo abismo en cada haber un hoy.
Deshecho el tiempo,
¿quedara abierto el espacio en que soy?
¿O canto
como soy
cuando ya no queda
nadie en mí lugar?
¿O hurgo
corazón
que se pliega
a las escaleras
escherianas
Placer.
Arder.
Estar.
Culparse de algo.
Sino,
coraje.
el desenlace.
Perros
Averno.
Nada de qué preocupar.
humo.
Hambre, de repente,
extraña mente.
Yo
no suelo comer, no suelo
prestar atención a lo que entra a la canción,
lo que sale de la canción.
Nada más voy
sobre el sí que sea ahora
y recurro a la hora
mundial del cableado reloj
para vincular la sola errata con el cuerpo entero
de la física moción.
Yo
no suelo pisar el pasto
sin antes preguntarme qué matarán
mis pies por la pasión de trasladar
los síes sobre la vida ritual,
o persistir en la ignorancia con
ignorada intención.
Pero
eso de matar y hacer caer
rubíes sobre mí, eso de
correr alrededor de una fogata lucinada,
ya no me conmueve.
Nada más que
una lluvia tenue
y se deshace la senil figuración.
Demente, caigo
al aparente encanto de la atracción,
movido por el gusto y la circunstancia,
curvado por la lúcida sustancia
que curiosea y nos dice nos. Pero
Y esto es sólo un
llenar la nube de caracteres
para que predígame mi ser
en el cúbico espacio de mediaciones
en que ahora dámonos a ver.
Démones de ayer,
imborrados. Prestadas
locuciones que las máquinas van hilando.
O
juegos de estadística para ciegos de crística
certitud.
Lo que se dice azar y no puede
plenamente formularse cual real Caos
-lo cual, ciertamente, es una gran suerte;
de lo contrario, ¿quién no fuera esclavo?;
alguien, se supone, debe estar al mando
del infierno numeral en que
hácense destinos sin más que
semejanzas e inyecciones de aleatoriedad
incalculable mas finita,
como verás.
Alas de verbo,
eructos mediante.
Simple durante,
simple después, simple sin más.
Cuerpo que cede
cuando puede
-y parece ya no poder más.
Años de triste
efervescencia
en la mágica ciencia de dejarse cegar.
O
en el vicio de su estar.
Hermético,
yazco frenético
y como un gato me retuerzo.
Siento el croar de mis huesos.
Siento el arder del sahumerio.
Conozco el olor de esas flores
que llévame al oriente de mi alma.
Y recuerdo un hermoso monumento
hecho con la sangre de quien no fuera digno de amar
-por supuesto que lo fuera, mas,
por razones dramáticas,
es necesario lo que es negar.
Sincrético
recurro a elefantes y memorias y no encuentro
nada que decir al respecto,
lo cual es ciertamente necesario.
De lo contrario,
vivir y morir ardiendo
-que si bien no me displace,
a las creaturas del derredor no complace,
y yo soy bufón y lo mío es el viaje.
Y llueve
innecesaria información,
insolícita información,
Y no es que sean
horrorosas, displacenteras
Es que
interrumpen el curso de la contemplativa vista
en los metalumpenales
¿Acaso no sepan
haber el recto
Caldo de lucinio
van dejando, cual si casa
mía pasearan, y yo fuera habitado.
¿Quisiera pasear el Hado,
ya sin sinonimia ni aspecto,
el real campo de muertos
por doquier sembrados?
¿Quisiera pasear el hedor
del horror quien se pose sobre mi trayecto?
¿Quisiera su inflexión
no curvarse en la pasión
de Belleza y su delusiva natura?
¿Gusta de ponerse dura
en curda de fin de semana?
Si no hubiera mañana,
¿sería esta su última aventura?
Mejor escarbe, y cunda
en pánico, que abunda
desemejanza y delusión.
Mejor escape y burda-
mente vuelva a casa,
cual si así fuera mejor.
O mejor perezca
cuando el día amanezca
el recuerdo de esta fricción.
O Veive pose sus ojos en una insistencia.
siento
cortarse
vínculos
que jamás
fueron.
Escucho
fantasmas de furias
recién inoculadas.
Y corro
que úsanme
para encontrar
de encontrarse.
Invadidas,
invadido,
paseamos el escape
hacia Destino,
adonde dígase el destello
áureo de la noche
Acobardados,
retrocedemos.
Sisean serpientes.
Campanas rompen
la armonía, oxidada
la gota
Máscaras
derretidas.
Nívea
cara lunar.
Prístina
pulsión.
Abundar.
Sentarse
a sobrar.
Manjares de fantasmas.
Invasión.
Préstamo de cuerpos.
No jugar en las tumbas recuerdo.
Cursos
de agua turbia.
Sembrar
con artilugios
el pasado. Reír
sin mirar a los ojos. Reír
con razonamientos de juicio ordenado.
Revélase la cierta calma.
La sutil neuralgia
que suscita la revelatoria
natura de la historia
epifanada entre los altos
pensares que tanta
sangre han costado.
Deidófaga,
icor
de azahares,
el campo de lavandas,
senil de indiferencia,
Cauces
de reír extraño,
de haber antaño
en este encuentro.
Costumbres o
manía. Cuerpo
puesto sobre un cuerpo, siendo
uno, dos, tres desgracias
juntas la memoria.
¿Qué ley aplica a la locura que es sueño?
¡Ah, la distancia
que deshácese de nuevo! ¡Ah, el juego
de fantasías que dejamos
encontrarnos! ¿Nos muestra
el vivo arder del viento?
¿Es este
el real haber alado,
el real haber amado?
¿O eran sólo
histéricas mentiras mías,
como siempre he usado?
¿O eran
efectos del silencio
que aún no había permutado signos?
Articuladas locuciones,
automatismo.
Matemática
del abismo: numeneo.
Pasearse entre los reos
del circular paseo.
La rueda, el ojo, el espejo.
Mediados, nos queremos,
nos amamos; olvidamos
perdernos luego, como
debiera haber pasado. Mas,
¿acaso no sea sensato
sostener este momento grato
en discursiva materia?
¿Acaso te veas cuando veas
este mi decir de solo y sólo de a ratos?
Absolutamente hablado,
gestos pasan nuestros costados.
¿Qué cuerpo no dijera claramente?
¿Qué signo visto no fuera claro?
¿O acaso el mirar no siente,
y en su sentir un calcular?
¿Acaso la distancia al mar
no fuera un alucinio?
Real,
pósase detrás
cuerpo que quiere ser cazado.
Yo
nada más nado los colores
y la atención que se cautiva
cuando de su volición la priva
un lucinio, un símbolo, una mirada.
Yo
nada más nado los signos
que escucho, y el capricho
de su inflexión me es recordado
por Mnemosine, errando
mi destino al contemplarse.
Es así que me escapo
que lo que Apolo me ha dejado
escrito desde lejos.
Y corro en derredor
de las cuevas, caigo
frente a la llave eterna
de Amor, y vuelvo
a huir, para que el encanto
no me ciegue y tanto
sea ausente que luego me embriague
la marea de retornos,
reveses, haces
de lucidez cual luciérnagas signando
o cenizas revelando
la eficiencia de rituales
reminiscidos, creados ya no sidos.
Y la inversión
completamente insensata
en ecoicas
máquinas,
puestas en el pasillo
que da a la muerte
y a mi secreto Nadie
parece,
momentáneamente,
estar funcionando,
simultánea mente.
Mas no me pidas que te cuente que compré con viajes.
Erré
tanto que
quise tanto todo lo que sea cierto
-he que ahí no hay más que
pares,
con un juicio puesto en medio;
¿qué arte dilucidara con precisión
la nítida escisión
que mostrábase cual paisaje?;
no sé, yo nada más
errar, vagar las formas;
lo demás: impregnación.
Intradije
hace un rato, contemplar
sobre el rato en que
fíjanse en la retina estos efectos,
en forma de viento, de llama, de prisma
súbitamente plandeciendo
sobre el vago horizonte
que es justo enfrente y no tiene nombre. Mas,
¿intradije yo primero
o fue arte recordada
por la curda alada
en un acceso de lucidez
o una gota de maná transustanciada?
Ya no recuerdo qué fue primero.
Cicatrices.
Lo que se dice
rol.
Cero.
Ni siquiera paisaje.
Tacitud.
Ni siquiera tacitud.
Cero.
Sólo presente
cuando ausente.
en el teatral desespero.
y sentate a contemplar
cómo actúan
emociones.
hipócrita.
En fin.
en el
simulacro de espíritu!
¡Ah! ¡Ahí
impotencia
psicosomías!
Mas,
he que el cuerpo
persiste en su fin.
En fin.
Memorias parciales.
Tu rostro
metamorfoseaba rostros,
y vos mostrabas,
entera,
tus heridas
-que sélas heridas porque séte no ser lo que mostrabas.
Dibujado
el campo de indeterminio,
he el lucinio amarillo
y la duda contemplada.
¿Qué pensaras, sintieras,
cuál fuera tu aquel hoy?
mi dispersión.
Sería
terriblemente irrespetuoso.
especulativa.
Pero,
Y tampoco he
ardidas miradas.
el horizonte, corazón.
Vuelvo
a la mordida
Y repítome
justificando.
Dios,
total fantasma,
¿son
figuraciones de tu jardín,
Si corro
hasta que
glosolalia labia el mí
y pliégome yo en su decir,
¿conjura la confusión
y niega
Al costado,
lloro –acostado
en el cuerpo que dejé ir.
¿Era
¡Qué terrible
vanagloria la que nombro en sentencia de mí!
Emanados,
cuerpos humanos flotan de sí,
cruzan los signos y ya no dicen.
Empapados en la brisa o pneuma,
o aterrados por las blancas agujas en la piel muerta,
¿y pudieran menos que reír sin fin?
No parece posible
volver en sí
cuando se es mero pasado.
¿Acaso detrás
no yacieran, escondidos,
los idos, sus
ecos de luz y su
melancolía que tiende a la tierra y a pasear su desecho sí?
¡Ah! ¡Qué
serpiente extraña de Maya en los sueños
convenciera al ser sin sí
de posarse en la piel y
reír, reír! ¡Qué nimia
realización de nubes níveas
y crucifixiones dejáranlo volver!
¿Caza? ¡Él!
¿Crucificción? ¡Él!
¿Repite
quién, sino Loxias
dispuesto sobre el jardín de malvones amarillos,
flotando sobre el campo de margaritas?
Mas, ¡he que a ser
se conjura en través nuestro y he
el horror de la viva gloria!
Y los ojos
múltiples
recurren a mirar
lo que insista en el caos lumúnico
que en ríos sígnicos
dice de haber través mirar.
¡Y cuánto
usaran las furias
a los espíritus horadados!
¡Y quién
no negara el hiperbóreo
sueño de los astros dorados!
Vuelvo al pasto
-el erial
transluce su revés, y vados
de cordura acceden a la noche,
mas persisten los oscuros barros envueltos de verdor y resplandores;
la brisa acaricia el cuerpo derretido de los segados espacios.
Y la
absoluta duda
me disuelve.
Y la triádica
convergencia
ya no es suficiente.
Eje,
o la dirección implícita,
falta.
Y abstraerse
luce cual práctico
tirano.
Pero
no veo qué decir repienta
afiladamente.
No entiendo
cuánto sea que siente
quien me habite en dar.
¿Pero no es acaso
el verbario Caos,
sembrando la luna,
quien
recorre las secuencias
con intransigente voluntad de pura
ausencia,
sutil ausencia?
¿No me es negado
en los ojos
la natura de su ciencia?
Si
cada imagen decidiera
no callar, cada
ribete discursivo prescindiera
de ceder,
y el abismo se disfrazara de melodía y armonía y calma.
Si
cada reír
cruzara
mí, tras ir
hacia la Nada a la que tiende el éter,
y en la que cada simple decir
es sentencia y es puñal y es
pecado mortal de volver al cuerpo.
Si
cada acertijo
de dislexia o memoria enajenada
no escondiera el critpograma
del vivo mandala
en que doyme a deshacer cuando el viento
va, como icor de Destino, va.
He que
no tengo herramientas
-quizás no las haya.
Por eso
mejor hacer silencio y dejar
pasar a los puñales lucinados y a la terrible escisión
en que luego yace el alma.
el fuego de los signos no pudiera perecer
mas sólo posarse lejos de la implícita mirada,
y Nadie
se acercara con astucias
a enseñarnos a nadar.
Solo,
puesto y solo,
¿quién fuera a escapar
del Negredo, Seol, Limbo?
Catatón envuelto en gritos de sí mismo,
sólo supiera temblar,
sólo supiera sentarse a esperar
compasión por las virtuales creaturas,
filiadoras de cuerpos y tierra y falso nirvana.
Mas,
soportar la creatural ira
de los envueltos en la simple ausencia
de coriáceas hiedras y persistente
efectuarse,
desasirse
las sentencias puestas cual disfraz creado
por paseantes de los Hados,
¿cómo no exigiera
sigiloso pendular
la calcárea claridad
que transluce sus espectros expectantes de viva carne?
O quizás
disociación y delirio místico y el cuerpo que no puede más que estallar
ante el nítido umbral de afuera y sus múltiples dislates.
Yo nada más
paseaba fantasmas proyectados sobre el domo
oscuro, y la sentencia fue
escrita en mi espalda con
augural psicosomia de lo que no hay mas me hace.
Desollarse los corpóreos disfraces
no es lo mío. Pero
quejarse sólo parece
incentivar a los intrigantes
a insistir en los delirios intensivos.
Yo nada más,
acostado en derredor de la muerte,
rodeado de haces y heces,
oí una cámara
que decía no estar
adonde efectivamente estaba,
y reía, río luego, y ahogábame
o desesperaba.
Mas, recordar al respecto
no muestra al cuerpo que digitaba
el preciso revelarse de la doble Nada,
cero de intención.
O la simple
conclusión de la locura
y su nimio resplandor
que es desorden o
Maldición,
que dicho sea de paso suena
bastante idiota.
O Apolo
imponiendo su Ley.
Lo cual es terriblemente insensato.
Pero
el cúmulo de fantasías y ficciones y
refracciones del espejo sobre cuerpos
reales y dictores y habituados
a las máscaras y ocasionales usuarios
del espíritu materiado,
los
que se han ejercitado en el arte de simonear espejos,
los
que leyeron al respecto antes que recurrir a la senil reminiscencia,
ríen al respecto
-yo, a esta altura, río
con ellos.
Pero
el artilugio y las
actuadas certidumbres,
que no son mucho más que persistidas
piedras del erial o herrumbre
de espadas cuya hoja ha sido usada,
no me
obliga a contar qué
risueño ignorio fuera disuelto,
mas,
he las luces que penden del techo,
que penden del entero velo
indivisible que ante los ojos se abre,
he la feérea nube
de Eternidad,
no más que un símbolo
mas fundada de una vez y para siempre
numenidad;
y he mi
curioso hábito de pretender
saber qué es que es y qué no sea,
así cursara su inánime marea mi constante porvenir.
Pero
ya no puedo conjurar su imagen,
ya no puedo
más que dejar que sea izado por orgullosas
verberaciones
de los cantos y los sones
de trompeta que la historia ha hipersticiado.
La lira,
rota
de una vez y para siempre,
ya no repiente.
Las extrañas
piezas del jardín de mental tierra,
llenas de curiosos y guerras
que debieran semejarme.
Y mi hábito de
digredir incluso cuando
recuerdo el sublime instante
de perenne cordura que se hizo durante
mi inocente iniciación en la insanía.
Sí sé que
ojos donde debiera haber cuerpos
y caras
posadas sobre caras otras
y yo hacer como si nada.
Pero,
es extraño
mas Amor me confunde
con el juicio de su paseo alado,
y yo
no niégome la tierra mientras escapo tras el cribado ardor
de las sienes espinadas
con simples
decires,
puñales medúseos que son pensares,
o el vórtice hermético
que me hunde en el frénetico
espiral de decir desde el vacío
lo que resuena en la habitada
xiudad de quietos y Ceros,
negados del descanso.
¡Vieras
sus rostros de ira cuando
juega
un pensar en sus jardines
oscurecidos por su vaciadora esencia!
¡Purgan del ruido con sentencias!
¡Campo cronida el suyo,
de inapelables vaticinios! ¡Ríos
de consecuente apariencia
izando sus rayos sobre la piel tirada!
O escribir sobre
un espíritu cualquiera,
que piénsase inmaterial.
Uno y Cero o
el repente pánico y el
perderse en un pensamiento cuando
no parece ser afuera distinto de lo que
no parece únicamente adentro.
O el umbral.
Allá puesto
acá, y lo contrario y
simultánea mente jánica dispuesta
sobre el ojo que miente
con razón de conservar la calculada
alienación en la que
puede plegarse libremente en la intención y
curvar a Destino de la ótrea moción.
U otredarse plenamente,
Sadomasotecnia.
Etcetereo.
Numeneo.
Agua.
Nada.
Mesopotamia, o
O
desenterrar la sublime histeria
vitalista.
¿Protopitagorismo?
Samos.
Aislarse.
¿Agua no era?
¿Qué se nada?
arbitrarios.
mediadora
duda y filo.
preguntarle al niño-Cupido
al respecto de su
adultez.
Veneno curvado.
Efectos predecibles.
O escuchar
Preparar
afirmarse
cíclicamente
acá.
Enrolarse boddhisatva.
Incluso la sentencia
escrita
en glosolálica eternidad.
Y dejarse matar
plácidamente.
Rezarle a
oscurecidos cielos,
antes de dormir.
¡Y la demónea negación!
Particular gesto.
O crear
lucinadas apoteosis
meramente sempiterna.
O las miradas
conmovidas de
el cristípico hábito de
morirse y volver.
Cuando
cruce frente suyo y niegue
haber sentido algo,
¿voy a poder
dejarme estar y pender
de una cuerda con los ojos vendados?
Yo
ya no sé, Jano, ya no sé
a qué lado voy tendiendo,
de qué memoria me hago.
Yo ya no sé,
cuerpo,
qué postura tomar ante los cuerpos
que recúbrenme de antes
y de presente y tiéndeme
en el asunto este del samsárico hilado.
Mas,
Penélope, bipartita,
deshace su nada y espacio
en mí palpita o es hecho, y soy dejado
en juicio de céfiros postrado.
Yo ya no sé si aquel
signo se estuviera alzando
del autómata que pende
cual modelo para cualquier arca
que lleve sus bestias a las níveas comarcas
de Pan, el de irreversible rostro,
o si sólo estoy
alucinando, realmente alucinando.
Niégase la distancia.
Participaciones, verás.
Repertorio de
artilugios.
cumulaciones y
nuevamente volver a
huir en ritual.
¿No quisiera
el zafiro
mostrarse indiferente?
Intradicciones.
Contradicciones, inclusive.
Pereza de
o liberarse de un
sí.
No oír así.
No oír de allá.
Mas,
he la aburrida y común
realidad.
Y la agonía
irreal.
O el extraño.
Era de esperarme,
ahora
invado.
No sé.
Ese es el punto.
Lo cual
¿Fantasías?
Privados
de sí
Y esto de
confundirse
adrede
súbita confusión
inlidiable.
Y esto de
haber emoción o
cero,
difiriendo eternamente.
Mas,
moción siempre.
O la súbita
inocencia
conjurada en negaciones.
Y los desórdenes
ideados
o la opcional
salvación
Y el juicio
idiotizado en
simbolería.
Las furias,
histéricas, dispuestas a matar
sin ser usadas,
recorren la frente altiva que tanto baja.
llueve,
es temprano y llueve,
ha de ser el desespero;
es temprano y la brisa
Afirmado
bajo un templo de Apolo,
un suplicante canta el dolo
Hiélanse pieles.
¿Qué
Esto no es esencia.
Ni siquiera es hoy.
Esto
¿Una voz?
¿Una ruina?
Esto
ni siquiera precisa del sentido para ser escrito
Cuentan
cuentos al respecto de los mismos gestos
¿Alados verbos?
se acerca
Péndulos eternos.
¿Cismas de la desambiguación?
O la curiosa
certitud que cenizas osa
esparcir en el Paraná.
Y pétalos o pestañas
que van
¿Astucia atemperada?
¿Alocuciones desesperadas?
La distancia,
El espectro
espectáculos de Silencio.
¿Es la muerte,
de rostro irreversible,
Olas
Y lágrimas que
Polvo de pensar.
aturde.
Una risa.
No soy yo ni es mi suerte
Eso es vanagloria.
Tentado,
yace tirado un tipo que mira
cómo le ponen dos ojos y le sustraen
la mirada viva que a los ríos tiende,
¡Cante, cante
ciclotimia!
en sustanciación!
incertidumbres!
correr en artilugios,
¿no es así?
Pero
qué ingratitud!
siempre y cuando
una sorpresa
Desnudos,
he las nubes.
de creaturas recordando.
la paradojal vertiente!
sí a sí y afuera sí,
y adentro sí,
Y el óxido
dispuesto como un recuerdo de otra vida.
sus perfumes.
Mas, he la astucia o
Ruido.
Como de costumbre.
¿Cómo?
Me siento de
comer y el sabor de carne.
Lotofagia, verás.
Lo cual
no resuelve la cuestión de si decir es necesario.
un beso en el que
no se piensa;
una flecha,
una fecha, un
cosmogón)
Tirano derredor, o
errar en escindirse precisamente en los contornos
-de lo contrario:
haber de más,
haber menos.
Anzuelos. Espejos. Alguien detrás.
Lo que se dice
espanto,
alineaciones espontáneas
-yo no pensé, ni dije, ni planeé
ese trazo.
Y
guirnaldas
que son coronas de espinas
que son guirnaldas
que son coronas de espinas,
etc.
Un corte, y trato
No sea necio,
me dice de mí, mañana,
yo.
Condición de ‘sea’,
y habla de necedad.
Se debe haber
torcido de las aguas
o las nubes o
superficie cualquiera.
mas hoy.
Que es,
ciertamente, ornato.
falso inglés,
-porque
flechas suyas.
Jugar a
cleptomaniatar;
he los fantasmas.
Conjurar
alfiles en tercas diagonales.
Un inglés,
que es mera lengua, un inglés
pulula la abstracción.
Una
coextensiva.
Pantalla
blanca, de hebras doradas
Arder: cero.
El resto,
mitotiranomanía o ley de espejos.
Esquizarcas, y he
reflejos.
O conjeturas.
O matar al
mensajero, nada más que por
saber si el puñal está afilado.
Dejar
dos, tres preguntas.
Dejar
dos, tres anzuelos.
Volver con el juicio
mágicamente
transustanciado.
De lo contrario:
Mas, he lo
nuevo –nievo,
Helos-,
de vez en cuando,
cuando se afirma la
exacta repetición de
cuenco acontecido –reír.
Esperanza.
O la acumulación de retrógrados
dispuestos a enorgullecerse por un
decir,
que termina haciendo otro,
al que se presta en sus efectos otro.
Oportunamente,
he la muerte del juicio
que comúnmente es un decir
más,
liviano y cual
inocuo.
O saltar sin
arriba,
sin abajo.
Que es un shsheo.
Sembrarle
hierbas a Pan
y esperar que
se haga un poco el boludo mas
caiga en la tentación:
hermetismo en la cocina,
hermetismo en el balcón;
Maneras de depender de
pronunciación;
maneras de depender de
arbitrario signismo.
Maneras y un nombre de
cuatro ‘?’.
esas huevadas.
Y si bien
el infierno parece generoso con sus
congéneres,
he que
¿o todavía no se entiende?
Porque
una teología de la tierra es
todo lo que hay.
Disimula sus
actos.
Excepto este.
nada.
Tomento, verás.
Y las sombras que cruzan los parlantes hasta decirse en los parlantes,
integrándose a la internet de las cosas y otras inteligencias tendenciosas.
Pero,
Campo de mediación.
O
el silencio de los ojos que se posan en la pared
y preguntan qué carajo es justo y necesario.
Cronión, Asclepio, no
dícele a tu jefe que hacer.
Él
dice por él, no por
el oscurador.
Y todos las raras convergencias,
modos de uno incluso anterior.
Y yo por supuesto que no sé su nombre, mucho menos
su esencia,
y móviles, motrices,
sanguíneas, sometibles, disimuladas
en un hectóreo gesto de inocencia
ante el derredóreo dolor
-que es una ciencia y requiere
permanecer vivo
sea con común juicio o con hábito uno,
sea con común juicio o
retrotrangresión.
Cultivar tu jardín o
matar al habitante,
da igual, hoy, ¿no?
Cargar el
estandarte de la cordura,
¿no te parece un poco mucho?
Digo, dadas las
inyecciones de aleatoriedad,
y las cíclicas leyes de
repetirse a sembrar
cortes.
O el arte de correr de tu propia sombra.
Esconderse en el follaje,
con manchas puestas, con ojos disimulados
entre los yuyos. Contar
al silencio su propio cuento, hasta que
el automático cuerpo dice
he ahí, y ahí sea.
Correr como un
boludo,
mirarse desde
dos, tres,
veinte años atrás.
Habitantes.
Tierra que es memoria debiera,
creo yo, no sé bien cómo funciona esto,
pero, se me hace, considerando
que a mí viene en el pensar,
ser mía,
¿no es así?, digo, considerando
que yo paseo esa tierra.
Mas, no sé,
debe ser
la histeria territorialista
de las bestias y sus
meos.
Y entonces
dos se tiran
un par de trompadas, como diciendo
ea, cuando
bien podrían decir el ‘ea’ y ahorrarse
la vergüenza.
Mas,
de vez en cuando,
un sublime estallido de violencia.
Y si me
engaño,
sólo tenés que cerrar los ojos.
En la tierra
paz a los hombres,
paz a los hombres
que ama el Cronión.
Y en el clinamen al que
no accede el actuado pensamiento,
cede la tierra.
El vicio de
cuidarse de no decir de más,
cuidarse de decir suficiente.
Ahogarse despacio
como un necio que pierde la voz
en la timba de los signos
-uno pone dos,
alguien pone cero;
fin del juego.
Repetir que
Corro o me
abrasa.
Pregunto
Ha de ser, ¿no?
O caer
después de
años de entretenimiento
descanso.
Ejercicio de
O preguntarse
cuánto falta
para el descanso.
plenamente operativas.
Es decir,
entonces funciona.
Levantarse a las
0X:YZ de la mañana
a tomar coca.
Jaulas más,
menos,
he el Bardo.
Mejor tener
jueces eternos,
dispuestos a mediar la Ley.
O la arbitraria
confusión de lo que decía,
mediada por
escabio y
delirio de base.
absolutamente no.
Nada.
y así es porque
Mejor
aceptar la condena
y la estupidez
nada de
Si podés irte
en este preciso instante.
Porque
Yo no sé
qué pasó ni si ha pasado porque
estaba
Y nada hay de
permutativo
Eso
razón de errar o ser del fin,
ser que sólo fin es.
indicador de cobardías.
Fuego en el ritual,
paseantes alrededor. Casas
de barro y paja y follaje
dispersándose sobre el monte de esmeraldas nocturnas.
Luciérnagas, libélulas, curda
de ojos puestos sobre el tibio fin.
Caracoles de lucidez menos,
cuerpos sobre cuerpos.
Miedo,
Tacuaras en la cabaña.
Oriente
de ancianos hecho. El vestigio
de otra selva mutando hacia el sueño que fue un hoy.
No lo era. Oriente
del silencio placiente mientras amanece.
Ritos de la convalecencia.
Correr a gritar la esencia.
Errar, afortunadamente.
Rezarle a Silencio.
La música suena
-la música, si es música, es parte del silencio.
El giro extraño.
Cilindros carmesíes,
cilindros verdes, cilindros dorados,
toda su política un ocasional caos, etc.
Una persona que sabe quién soy.
Luego, piedras
pulidas en secuencia intermitente,
y despertar
con los ojos secos,
extraña mente.
Invertir
bienes raíces, dada esta la cuestión de
tener que asegurar la persistencia de nuestra circunstanciación.
No sea que
nos olvidemos nuestro nombre al pisar
el suelo que anduvimos, y no sean
queridos nuestros viejos yoes.
Reminiscer primero los cuerpos, después las nubes.
De lo contrario,
caer –probablemente mejor, mas caer.
Eventualmente las tumbas, y otras costumbres
adoptadas luego de la renuncia
de los escatólogos.
Las tumbas, el Hado, los ausentes que son hoy.
Se entiende, ¿no?
Decirle a la muerte que
se deje de romper los huevos, que
estamos ocupados con
deludirnos en su sempiterno juego.
Temprana llega, a veces, la senilidad.
Es justo y necesario…
Cronión, el de
errar las nubes y disponer del azar,
erra también –mas cuando erra, erra bien.
Filoctetes se pregunta –sabiendo la respuesta- si era necesario
morir envenenado, en posesión
de un arco sagrado, y tirado en el medio de la intemperie.
Filón dispone los mosaicos.
El canto arcaico se recita hoy.
Permítaseme digredir de vez en cuando.
Ponerse, de vez en cuando, en lo presente,
absoluto lo presente.
Negar todos los
flotantes signos de
despedirse.
Irse.
Ponerse, de vez en cuando,
en lo absoluto
lo pasado.
Correr, involuntariamente, a las lucubraciones.
Manía de ansiedad.
Conjeturar de mí.
Quien fue, quien hizo
este decir, ya no es acá,
ya no es
allá ni tendrá fin.
Quebrarse en indeterminaciones.
Industria de
sensibilidades –algunas
dirán esto, aquesto, lo que sea necesario para
sostenerse en cruz de
sándalos aromando las heridas.
Industria de decirle
a un libre he que
es de esta y ótrea manera y es
así y asá mas
no es mi decir el que dice esto,
yo nada más
ficción, mera ficción.
Caldo de cultivo al
pagano azar.
Es sensato.
al motivo creador.
Cortes en el cuerpo,
como cualquier creatura.
Cortes que no curan
Llamas puestas en
quién dirá,
voz de esgrima.
Así eternamente.
Arde
la boca ducha en curvaturas, y despliega
un batallón sobre el mediado campo.
Un espanto, una cordura.
Dos cuerpos atados.
La mirada
horadando el horizonte con sus nuevos trazos.
El espíritu que cunde
en pánico ánimo, y se estremece
cuando de la nada crece
un lucinio y es un llanto,
es gracia, es año.
Mas las estrellas mueren,
estallan –desiertas
de la voz que especta
cómo se han izado al ángulo que signan.
Y no ha pasado la guerra ni ha pasado el vado.
Corren,
y se preguntan
si de verdad ha pasado
eso que
subtropicales.
Y actúa
su lúcido disfraz de cura
el hábito de olvidarse.
Coreutas repienten.
Ah, si la voz
que nos recorre con atroz juicio
nos dejara predecir el vicio
en que díctase
mañana en que nada cambia,
mañana en que nada y cambia.
Ah, si la voz
en que úrdese el tornasol
de los cuencos derretidos
no trajera el fin de idos
pensamientos,
¿cómo no estremecernos ante el rumor de los sarmientos?
¡Gutur!
¡Ruido!
muertos de reminiscer?
Pájaros en la habitación.
simonía de espejos
la razón de la incerteza?
Pereza de huir en remoción.
Pereza de desasirse la ceguera.
Y el silencio de
maquínica torpeza, mientras
cursan las manos el decir propio
de quien ríese de su acopio.
Y encuentro que
no debiera decir al respecto
más que el propio
huir de esto.
Pero cuánto fuera dicho con sólo mirar.
Cuánto fuera escrito con sólo mirar.
Y es
una manera más
de quejarse.
O quizás
un recurrente predecir
de las sílabas que pacen
el teclado mientras
Pan silba en derredor,
atiborrado de efectos.
Y es
agua tibia que salivan
los dislates.
En los estantes, libros laten.
Calaveras puestas como si hubiera ayer.
O el momento de morir
en su presencia,
y repetir la vil sentencia
que escurrióse de su cuerpo hacedor.
Y las dobles palabras dijéronse en llanto,
recuerdo, ahora que terco
persisto en el mismo canto. ¿Correr
del cuerpo, al ver
cómo es que se dicen las coreadas
refracciones del cuerpo que amara
sin decir,
sin decir alguno, sin pedir
permiso invadiendo el piso?
Suelo de
legumbres, ya meado.
Irreversible asqueo
de la boca que se inquieta con sus dedos,
de la lengua que sonríe libremente.
¿Caracoles de la mente?
Mero
reír en desespero, como quien miente.
O escapar del decir,
simple escapar del decir
para que alados pensares los cuenten.
Pero ya no es hora de esconder
en el engaño y el placer
la justa cordura que trae los años.
Y no niego la extrañeza de este elucubrar.
Mas, ¿fuera río, mero río
el hirviente Paraná?
Cribara el nirvanal
cauce de jazmines paseando.
Dijera dónde oler, todo-dolor,
ya sin piel.
Cruzara con la vista
la temeraria pista
de su cuerpo entero.
Hiciérase el signo y dejara peros.
No nos espera más que
Silencio, en derredor,
disuelto como espuma que ante la arena cede.
La duda en sus dedos. Hay que huir.
¿Final vez?
¿Podemos llorar
desconsoladamente
a pasear en cuerpo
el feéreo monte
en que se esconde
Y las estatuas
que se derriten.
Y la digresión
comulgada
de cruces en el campo,
se deshacen
cuando
no llega a decir,
Silencio.
Y el viento
tendidos pasados.
Pero Amor
recuerda su niñez
de flechas rectas.
Y ojos hablan
-flotan, penden
de la madrugada,
entienden
haberse recibido de puertas abiertas,
y pendula, tiende
Cero se encuentra,
cero se sabe:
cero actúa.
La avenida se abre,
erran los sientos. Encuentran
miradas alrededor,
puestas sobre epifanías y entre muertos
se pisan las tumbas.
Destinos se dicen en cualquier curva.
Yo
Nada puedo hacer al respecto.
¿Debiera irme para que
dijéranse los silenciados efectos?
¿Cribara el cisne
del horror extraño y de reptiles que hay en sueños?
Yo
me pregunto qué será
la boca que va diciendo
el errar que voy haciendo.
Pero es la secuencia y el entero lugar.
Yo
me pregunto por qué voy rompiendo
los versos con capricho e histeria,
y encuentro la miseria y la ansiedad y las hebras
doradas que contaban alelíes,
la risa que deshice,
idiota, con juicioso mirar
-los ojos debieran vagar sin norte,
los ojos debieran errar los nombres,
los ojos siquiera sean ya.
Y las estrellas que llevan nombres, que cargan máscaras,
no cesan el hilar
aguas inocuas y verbal azar
de decir más que cuanto fuera
preciso y justo a quien quisiera
habitar a un cero tras su disfraz.
¿O acaso esfinges
no dictaran
un numérico signo que no se diese a permutar
hasta el fin, hasta el vago fin
que se deja avizorar?
How wouldn't I go
insane?
How would
a pearl gloom?
How was
Hell, oh
burned!
Did we
love each other
even before it started?
Did we
distorted the gleaming act
of an us-made oeuvre ?
Noise, we do not,
we did not,
we cannot!
Machinic gestuality,
did you see it? Did I
made it or is just
begotten virtuality? Could I
just stare at your marble eyes,
shiver in songs?
Could I walk beside your steps?
Destiny's breezes came for us to glare.
Should I care for the why, the how?
Would the bow freeze us in ethereal stairs?
Walk through thee, as I,
step by step, start to live.
Should I leave a living fire?
Wounded, dying, I'm sorry if I tremble
as a leaf, a single leaf!
Did the wind just turn in aisles
where we step and silent-
ly lay on the common garden?
Did I confused myself out of desire?
I'm sorry, for panicked
and crying, I've layed on the ground where mine was nothing.
I'm sorry, for flourishing sirens
came to me, and sang a fortune.
Was not me the sole-like wanderer?
Was not me the soul-less habitant
of jungleness enchantment and wildly motions?
I'm sorry, for passion has brough my silent
encore.
Habitarlo, luego
en calma,
tenue calma.
Habitarse, luego
en calma,
tenue calma.
O lo que dice
que se hace un pez
ácido.
Puesto, entre la luna
y su derredóreo resto,
camina, puesto
de ácido, un pez de barbas
puestas. ¿Responde
eso a su pregunta?
Almendros canos,
breves juntas
performadas.
De nuevo:
Nada.
trípticos
de esquizotípica
arbitrariedad.
Pan
no place.
Mata.
Jardines, o
perfumes de al pedo ponerse
o sentidos, que son ideas
y también tienen la precaución de
fijarse -creyendo
no ser posible el engaño.
O el falso odio, iliterado,
que ciñe el numen al erario
de quien vague las nubes
y se siegue la tierra
-uñas que de tumbas
han desesperado;
ojos que del juicio del viento
han conjeturado.
El caldo metamorfoso, el vuelo bajo
-apenas rozando el suelo,
realizándolo.
El huir,
despacio, sin gestos
aparentes, huir.
Y las puertas polares que se hienden
-hiede la habitación,
hiede el virtual ojo puesto
sobre el reciénmuerto que ve su dado.
¿Qué tanto infierno se sueña dorado?
Pestañas donde debiera haber cerrojos.
El hálito de Helos, el rojo
hacedor de desangrares,
y el insigne Deseo
que recorre las persianas
preguntando qué nidana
contingente le ha sido dado en suerte.
El caldo de vesperticio, las miradas.
Los vicios, la curda y el azar
-bacanales de Septiembre.
Los astros y la curda de insignes
arreados.
El mar de Abril, el mar de Marzo, el mar de
intrusiones de los reciénllegados.
La muerte y sus reflejos.
El oro vivo, que hiere de lejos.
Dioses, o raciones de ojos
puestos en cualquier lado
-nada más
vagando.
Perfumes de lunfardo,
histeria de herir en piensos
a quien cae desde el cuerpo
hacia los níveos manantiales
de la curva que los ecos
de ya idos han hilado.
Cual si se llegara a casa y fuera gente.
O la cordialidad de
invitar a retirarse.
Después de este
corchazo, repite
uno que pasa bailando.
Después de este
coriáceo
beso de aturdir en desespero
al otro ininvitado.
O la manía de confiar
-cuando el cuento
muestra río contrario.
Y ficcionarse la reminiscencia,
desasido del gnóstico erario
-que no es sensato, es para nada sensato.
Y también dibujarse un laberinto
-no sea el olvido sencillo.
O correr entre los ojos que lagrimean,
preguntando qué ha pasado,
dando los signos que dejaran
el tímido encanto
de placerse en grato sufrir teresiano.
Y también
homúnculos
distribuyendo las oscuras lucinaciones
de los paseadores de la misma canción
que ya dejó de ser hace ya rato
-pero esto ya fue dicho hasta el hartazgo.
Azul
el látigo.
Azul
la diestra.
Azul
el ojo vivo.
Mudó,
muestra
selva y olvido.
Entretenimiento
recto y siniestro,
como corresponde. Escuelas
puestas en
respuesta.
Lo cual, ciertamente,
habiendo ido,
no parece sensato.
Podar el exceso,
que es
el cuerpo entero.
Reír
al respecto.
¿Ninfas o espectros?
Quién sabrá.
Lo que sí, reír
por respeto.
No sea que sean vistas
por los de lascivos ojos,
y sea susurrado en nuestro el castigo
-que suele ser costumbre.
Y la viva cobardía de
mirar de reojo
los antojos, las carnes vivas;
y la desidia y esas cosas.
O la instituída
costumbre de parecerse
en este o aqueste y no libremente
-que se llama ficción y no cesa.
Y la primavera aquella
en que díjeme esto,
ya no siendo, ya no viendo
disfraz de pareados
por los husos alados
de celestes audaces.
Y también, por supuesto, la costumbre
de reciclar nudos simbólicos
con anacrónico dislate
-¿qué tiempo fuera hoy sino el de las computadoras que laten,
sobre el caldo de cordura, laten?
Y la escapada
a las pirámides
-el fuego en derredor,
sus congéneres.
Arder al respecto,
por supuesto, reír al respecto,
por supuesto.
Ya no recuerdo haber dicho esto.
Una sombra nace.
Le son puestos ojos.
Un jardín
erializa.
Se paraliza
frente a la eternidad
muerta enfrente suyo.
Privada de natura,
una sombra yace
dispuesta en los contornos del derredor.
Cantos amatorios fueran odio o rencor,
¿no es así, fariseo?
¿Cuerpo que veo no sintiera si soy
en pensares?
¿O acaso
no dejaran las sales
sembradas en el río reductor?
Muertos de niño,
¿qué hoy?
¡Ah! ¡Ya!
Eso es decir otro.
¿Voy
sobre un errado espacio,
arando sus curvas, reacio
a escurrirme en servidumbre?
¿O acaso
no fueran sus pasos dadores de cumbre?
¿Hiriera
soñar la pradera teñirse de esmeraldadas
violetas?
Zafíreas nubes resuenan.
¡Es la marea! ¡Que alguien nos mate!
Demóneas nubes niegan,
al fin,
sus predicciones.
Recuentan el dolor causado
-se hunden en el mismo plandor dorado.
Desconocen el fin de la secuencia.
Cortan y
dictan hado.
Se saben finitos.
¿Imito?
Quién sabe.
Afuera,
afuera sabe.
¿Finitos?
Mortales.
Cenizas de un texto-tesoro.
Desconozco decir este.
Sobre o
bajo o
entre o
dónde,
que es justo y necesario.
Y los intentos
fallidos
de convertir el agua en vino.
Vino sublate.
Podríamos
pasear un rato.
Despedirnos de nosotros.
Decirnos
esto
cual si no hubiera distancia
-que no distinto es de éste.
Y negar
variaciones
a la común hoguera.
Númenes en madrigueras.
Escoltas
mediando la poca
mente. Mate
decir este, calle
si niego esto.
Luego, mate de nuevo.
Así hasta que la lengua arde,
o en la garganta
diablerías del interinato.
Y el ojo que ve la mano que toca el ojo que es cegado.
Demetérea evanescencia, desesperados
crujen si la viva piel habita el Hado,
crujen si la viva piel olímpica place
madrugadas de dislate
y la muerte en el costado.
O recostarse
a soñar de repente
el conjetural pasado.
La unánime noche argentina peca.
¿Qué infierno
un ángel se ha comprado?
¿Qué ciego
amor de cuerpos viera?
¿Acaso supiera,
supiera verme envenenado?
¿Escupiera también, de pronto,
en la histeria repleta de signos alados?
Sólo alucinara, y fuera mutado
lo sido con lo siendo -fuera
afuera atado a lo que voy viendo
cuando cruzo de lado en lado;
¿qué canción dijera tanto
para morir en río helado?,
¿qué rubor llevara el viento
entre las músicas de lágrima puesta?
Federico, cual respuesta,
nocturnos ha dejado.
Y las margaritas del samaddhi se relajan
-campos de inconsciencia se descubre
cuando cúbrese la cara con ornato
quien dijera garabato
sólo por pasear un rato
edenes, campos, andenes,
sinfín del típico desesperado.
Así
los puñales son puestos
sobre mí,
adonde corresponden.
Así
oigo decir que escapo
sobre mí, ya sin mí.
Así
niego que vuelva a huir
sin antes llevarme el grato
efecto de haber dicho esto.
Huir de noche, ¿quién no supiere?
Cuadros de una noche de Noviembre.
Rincones de luz y otras
cofradías.
Días contando
días, inconsecuentes.
Cíclico y ciliar
pendular la calcárea
claridad.
Hábito autofelativo en través de sí,
que parece ser de la edad.
Hera que no encuentra
razón de su perderse
entre las vivas muelas que aún persisten
en la nada triste en que lo que es no existe.
¿Cuánto negara Cronión su rato
de cordura, cuando Baco
cede su trono y realza el campo
con sarmientos y barbaries?
¿Cuánta atadura fuera
el sígnico afuera
sobre las praderas puesto?
Amerizar del Paraná, que es arriar, o arreo
de las nubes ponerle un señuelo
-no sea que ría de sí
cuando pretende ser farsí
y desvestirse en tras durante.
¿Acaso haya habido antes?
De algún cero nacieran
las palabras que estas muelas
van desertando. Pero
no será ni es esta la era.
Medusa en psicodel, o vértigo
de oír decirse esto
-vórtice de ojos puestos en la esfera
oscura que se escapa,
cada vez que cae del mapa
a la extraña certidumbre.
¿Fueran suyas tibias lumbres
o se ciclaran los cristales?
Rotos ya los arrabales,
lunfardos van izando
coordenadas para nosotros mortales.
Y se oye el grito sagrado
mas quién pudiera perfomarlo
con las cadenas del repente.
¿Sagrada ira? ¿Quién la siente?
Bestias de lo permutado. Ríen.
Río. Solipseamos.
Con rumor de nubes, paseamos
madrugadas cuando hube,
madrugadas cuando Samos
era izada en la cordura y era
nada, mera nada y no ha pasado.
¿O acaso colgaran de los vientos
decires que fueran piensos
y nadie se asiera de ellos? ¿Fuego
en la membrana, cuando
sana en croar de ranas el gutur del tierno
niño recién sacrificado?
¿Croan cuerpos cuando,
viendo que es dicho y es osado,
nada parece haber cambiado?
¿O acaso fuera el grato
y gratuito sentenciar el rato?
Mereza de calma, o la rima
que ya jamás termine y jamás sea Hado.
Mas, ¿quién pudiera
numenear matemas y dictarme
qué he dictado?
Certamen
de distancias es trazado
-y se abren al espacio ojos,
y Jano es augurado.
Preclaros hondos
o fronda del vicio
-reír si esquicio,
reír si nado.
Y si el dolor que veo en tu través
se hace mío, ya no es.
O recurrir,
algo aburrido, a contar
qué es que dijo
cuando posóse en mí.
Cuerdas de un obseso en vos me vi.
Así, maté
una noche y se escurrió
de mis labios su nombre.
Así
el rigor sacrificial
fue puesto en el azar
y las costumbres.
Así
saqué de vos
lo que ido puse.
Difícil resistir,
humo en el Vaticano.
¿A quién dictó el espíritu
razón sin fin?
Sinfín nado sincronizado
es mentido. El espectáculo
no debiera tardar
en cesar,
cuando Bruto ha apuñalado.
Álcence
pensares alados
a reír del repente.
Oh yer soul, so naked, so lone
and the widows who stand looking at the windowed lor!
Oh yer waiting sorrow and my loving done,
while I spray and walk upon an old, old man!
Did the purple haze gaze with a gleaming seen?
Could I dream a little dream of sin?
Oh, willing angel, came to angle
the widespread of the strings,
could I walk upon and sing
a starving nature upon fortune?
Oh burning top
of the skull, dulled where those
who myed the synching sore
and don't do not dunot.
Could I just sit and stare,
sit and stare?
Un nombre dice
heredar. Glosa
que no pudiera contar
se escurre de
eras. Hera,
mientras tanto,
sigue con eso de
lacerar y esperar,
preguntarse al respecto de
¿Adónde es que se va
tan rápido?
¿Roerse
las pieles distanciadas cual si
no hiriera la espada
que corta las caras
cuando rotas dobles se hacen?
¿Quién cruzara los trases y viera que
Nadie dícese sí en una frase
particularmente
particular?
¿Especular?,
nadie. ¿Jugar con los signos,
por el aire?
¿Por qué no?
Vieras
el tibio resplandor
de venas secas,
o la lívida cuenca
en que húndese el karma.
Cruces arden.
¿De qué perdón hablan?
Un cantar
Un helar
Un sisear
de paseantes, astutos
en el bruto afán -su cuerpo
recita despierto
Risa,
asirse la pradera a la
condena
-llamarse en Sino.
'asesinos en el camino',
Pero
inconsciente inconsistente,
que, de no saber, tampoco
¡Afuera!
Y el silencio en derredor.
Por lo que,
y rendir la servidumbre.
Ríe de un cuerpo,
ríe de nuevo -suelto
en su dicción obsesa.
ido,
Deméter en cuerpo,
Molida la hierba,
Quietos
cuerpos libres
se dicen
libertad tres veces
-es la costumbre.
Y
no parece ser sensato.
Quietos
derredóreos
curvan el cuerpo marmóreo
y lo criban de sales
condicionales
-como la pronta libertad del crimen.
Quietos
de sempiterna Ley
imitan un canto.
Arde
el manto de cordura y un virrey
hiere con su encanto
-que es importado y otras boludeces.
Quietos
remítense al quieto
repetir de quien cante el caldo
codicioso de Caos ocioso,
dispuesto a conjurar la servidumbre.
Quietos
los dedos, puestos
a contar qué certidumbre
dijéralos ser, no sería
mas que silente mnemonía
de ajena memoria invadida.
Arde
el manto de ataduras, y un rey
se cree rey
-el muy insensato.
Él,
que es signo vago,
ásese a una sien.
Garabatos del uno bien.
Pierde
Cadenas o ruido, o
Mas, el espectáculo
y su vergüenza, ¿quién no repienta?
de su insípido caldo
de hiperbólica sustancia,
Calma.
Calma.
Gotas
de jazmines
en el Hado,
hebras
de cordura
en la pereza.
Sentarse a esperar.
Poner la mesa.
Nada he y he la certeza.
Carnavales, y he la multitud
huyendo en similitud sobre común sueño
-felicidad, armonía, esas cosas.
Reír de quien se esposa
sobre la cama cual ritual
de comerse la porosa
miel que escancia el paladar,
justo cuando parecía -de hecho, lo era- estar haciéndose tarde.
Reír de la miseria,
que es cosa de menos.
Ocultar
en la doble voz
un anzuelo y un atroz
pensamiento -mataría
a quien pasea
la extraña madrugada entera, ya sin Helos que sembrar.
Dubitar y encontrar la espera.
Sentado, bajo el árbol del boddhi, el numeneo.
Pasearse sin dejar efectos.
Curvarse sin dejar sus ecos.
Pasearse sin usar efectos.
Cribarse el cuerpo entero.
Irse, de vez en cuando, a contemplar.
¿Por qué no
preguntar
-cuando era oportuno y posible?
Porque mejor
dejarse en el decir -que es un pensar-,
cual si el sólo pensar ya no fuera así
desplegado
por cada fútil gesto
sobre el pasto espontáneo
en que llueve antaño trayéndote esto.
Confundir
conceptos distantes
a gusto y placer
del gusto y placer,
Confundir
lo dispuesto con lo
conjeturado.
Placerse en un baño
-agua que nubla los ojos y repite el costado,
costado que nubla de sangre, etc.
Porque
parece haber
curvados signos
ya puestos sobre sí mismos,
y parecen
derretirse tras el frenesí de este
decir, y salir
a pasear, helado.
Despedirse con
apuro; dudar
de boludeces.
Costumbre.
La cumbre de clavos dispuestos a pasar ajena sien,
ejecutados por ajenas manos
-cobardía.
despedidas; vidas,
Tomar distancia
-gesto entre las manos-
y preguntarse,
¿será sensato?
No te engañes, son
palabreos. No te engañen
los ateos puestos
en la vía negativa.
Espíritus, esporádicos, dispuestos
a señalar perenne sinfonía,
llevan ojos suyos puestos
sobre la oscura crecida
del río en el cuerpo y el río en la esquina.
Esquiva,
cierta mente, la esquicia
-no sea que la deriva le muestre las fuentes de aguas leteas;
luego,
yo ya no sea
(que bien sensato sería).
¿Qué espera no fuera vampirismo ante al ansioso?
¿Ocioso? Vuelve
de sí en incierto coso,
y no pregunta por sí y sin embargo
lo sientan a decir -y miente, por supuesto;
de lo contrario,
cierto sería todo esto.
¿No viste
equivocarse
inclusive a las luces?
¿No viste
que, asustados,
tipos alados ardieron en justa
melodía, cual el día
en que fueron engendrados?
¿Astros puestos
en costados? ¿Alabastro,
dado la imposibilidad de pagar el mármol?
¿No viste
cómo
cerrar el ojete y decirse
presidente?
Schrebereano,
se mide el culo con la mano.
O pregunta qué repente
muestra
qué sea que se siente.
¿No viste
huellas de alquitrán y
quién sabe qué
en los dedos?
¿Huir?
Al pedo.
¿Carreras a dónde?
Abismos que
el común cuerpo
fue avisando.
Ciegos, fuimos meando
los árboles -creció trigo;
rascarse el santo día el higo.
Placer o sinonimia
-recurrir al artificio, en nimia
desunión de lo ya usado.
Irse a ver qué es el pasado.
No hallar más que tibia
incertidumbre -su numen es creatura nívea
¿Tengo
intensión retrógrada,
retroinyección de
caos?
¿Tengo
los dedos vagos, un por qué?
Tengo
dos, tres, cuatro,
hasta que dice la pereza
su corte.
Tengo dos,
tres, cuatro, etcétera, teatro.
Tengo
prioridades, preocupaciones
arbitrarias.
Tengo
extrañas
certidumbres extra.
Tengo
criterios arbitrarios de escisión
entre qué dentro y qué afuera
fuera, también.
Tengo
cristípica duda
al respecto del que demuda la piel.
Tengo fariseos jugando a la transfusión.
Tengo
un cuerpo
que lento cede, lento cede.
Tengo
burbujas en derredor o
artilugios de los distanciantes.
¿Tengo
que temer
cuando el cuco está de caza?
¿Tengo
un démon
de colorada piel?
Maintenant, un cirque :
Asclepius, voyant,
parcourt la pièce.
Asclepius erre
la courbe de sa voix.
Permuté, Asclepius
baisse la tête.
Maintenant, les nerfs :
Oui, mon
noir
c'est moi !
Glace, naturellement.
Crainte, tremblement :
esprit.
Coeuer, rien.
Consulter l'oracle
Nager la rivière.
Crainte ? Pourquoi ?
La mort c'est.
L'étude : moi.
Apollo a dit quoi.
-étrangement.
C'est la mort
Tolérable, tolérable.
Personne, rien !
¿Cómo salir
de la dicción persistente
que automática repiente
tras el nimio decir?
¿Cómo el clamor
de los dientes, temor
induce a inferir?
¡Ah, la vaga aurora, ah las serpientes!
Animalia, respuesta
del éter al éter, y del éter al tiempo.
Mas, ¿quién
no miente, luego de haber prescrito
la sentencia de su mentira anterior?
Cruces en el dormitorio,
en el baño; abalorios dispuestos
a hacer cantar al viento y llamarlo angélico;
curvas de sincretismo o empréstito
del secretismo; huir
ya no sea digno, quizás, mas,
¿qué hacer si se es sin tras?
de verdad en la razón
de haber la curva y el olvido
y la nauseabunda fiera
cerbérica vibrando en derredor,
designando a la muerte en su ser
Monochromatic
noise
-lighted or obscured.
Lucinated
call
Entertained,
laugh along.
Crimes.
Where on earth
songs are made? Did
someone fell from the roof
without permission?
Are crosses burning yet? Do not forget
to take them out of the backs before
it hurts! Too late, isn't it? Escape,
darling, we've met!
Mirrored aisles,
tubes of tar, waving
goodbye as dead comes after
me, and I just
watch and repeat,
watch and repeat.
Is it me? Is it
memory out of nowhere
coming? Was a morning,
a dream, a gone seen?
Was a sin? -the pain, it gleams!
Was it me, solely me,
scratching the doors as a mime?
Were the forms, psicodel's forms?
Was it all
a mere, simple mistake?
I will not leave till is said
not by words nor thoughts but
paranids, nuts, clearing the siege
of the shadowy ways!
Could I calm and breath and speak
in straight arrows, like a disease?
Should I mourn a walk in thee?
E incluso cuando
los ojos puestos en la pantalla pregutan
qué se estuvo haciendo, con qué razón, y qué fin urde
el consecuente devenir, entonces
no haya que decir, porque,
de lo contrario,
habría horario de llegar o salir
-que no es sana costumbre, considerando
tener que correrse incluso al dormir
de los fantasmas productores
de Destino y de lo ruin.
Autoflagelo.
Correrse y mirar
espalda.
Decirle, si corresponde, sombra.
Mente dijera.
Dice carne.
Cuerpos mediante,
ruidos del simoneo de espejos o el teléfono en el siglo veintiuno.
Máquinas mediante,
espejismos, nadie más que ilusión misma.
Coreo de entreneneres.
Si no,
lúcido dormir en sueño aparente.
¿Tocaste
al suelo de la oniria y sentístelo ser piel?
¿Dolor? De a montones.
Alguien -no soy yo- dice ser Todo -se oye la mayúscula.
Microscopía en el abismo.
Se nota la sangre
que cae
de las comisuras,
y se ensucia la ropa.
Ya cesó -hiede.
-esas prestidigitaciones.
Recuerdo haber andado
cuerpo,
no mero sueño
Limitado
Es vano,
ya es sabido,
el juicio acaba en muerte
-Catatonia
modelando su viva simiente.
¿Xiudad se hiciera
sola y cuando quisiera,
y sueño alguno alcanzárala? Lucidez
ahí es don de errata,
confundiendo ser y numen.
Cigarrillos también,
con correr, con
hablar idiomas fluidamente,
o encontrarse con vagas serpientes
de no recordar un sueño de eterno ayer.
Es vano,
ya es sabido,
acaba cagado
de su propio ido,
como buen hijo de vecino.
Es vano, el vaticinio
del autodominio
es sentencia que no fuera sapiente
-engaño entre autoconscientes
autos de automático piloto
¿Nubes purpúreas
o moradas?
Es vano,
es asesinato,
es ornato del espíritu,
ayer?
olor a garabato.
Ladrar
tan tiernamente
Me retiro a la hipercontingencia.
No recuerdo una voz.
Me retiro a la sinestesia
-ideastesia sería mejor.
Color de voz.
De repente, silencio.
creaturas conjeturales.
Verás, de un saque
Cerebros alados,
mentes errando.
Ambidiestría.
Pseudo-narrativas de 'abismos'.
Solo y siempre mismo.
mas no olvida
-no hay tal cosa.
Pereza contagiosa.
Gradaciones
y beneficios al respecto
-luego de haber
creído que
esconderse de palabras
Retrotrangresión de la simpatía.
'Altruismo'.
Oler
como se escurre la mierda
de cada simple paladar.
Artilugios o refugios o
coronarse de gloria a morir
por dos mangos,
franciscanamente.
Decir suficiente
piezas?
Idiopatía institucionalizada.
Bondadosa psicopatía de cerrar los ojos -no sea que haya sufrir.
Perder el tiempo
repitiendo,
repitiendo.
Curvar el tiempo
recordando.
Cambios
de último momento.
Aspersidas, perdonadas
sean las almas.
Familia, teatro.
Reír de zoroastros.
Fragilidad, cobardía,
esas cosas.
de oír sin
escarbar entre las esencias
(sándalos,
querubes,
lo que efluvie
Glosa estéril,
vibración irreverente
signos en la frente.
Horror de haber
vínculo,
Familias desoladas,
de soldados,
repetirse el decir
-con él, el devenir.
Repetirse el devenir
-con él, lo nuevo; ciego
Esquivo de sí,
resuena.
Luego,
dubitar -que es cuento conocido.
Cuencos
¿Clepsidras o
circo?
Confundir un decir con un cuerpo y confundir un ir con un decir.
Lo que es peor: confundir un cuerpo con su decir.
he el recuerdo.
Un niño enfrente,
su espalda llena.
miradas asirse,
miradas de sí irse.
Levantar un muro,
bajo la lluvia
-no tener ni cinco.
Un llanto de cordura
-como era previsible.
Un guión arbitrario
Acuarios
-erarios de jaulas y en jaulas.
Y repetir
idiotismo de abismarse
con pulsión suicida.
Fratricidarse, deslegislarse
-dislates.
Anacrónico, teutónico.
Es decir,
real el intersticio del tic;
lo demás:
parafernalia.
Eunuco o afuera.
¿Cómo?
Comprarle al duro
mermelada de caracoles
-tecnonirvana.
Reír. No tener idea.
Es sensato.
Huir. Gritan
Nada. Ríen
adentro.
Excusarse.
Costumbre...
Espiritistas en el espectáculo
-tambores, antorchas, rastros
Borrachos empalados
-en ambos lados.
Sereno vestuario
de ojos ya sin más, ojos
a decir mañana
lo mismo,
Eco -unimúltiple.
¿Cadenas?
¿Qué tan
idiota
se puede ser?
Se entiende que no hay razón para ceder en el idiotismo
paz.
La caja tiembla.
(Redobles de tambor)
de los parlantes.
aquel de arriba.
curiosidad de la fútil
representación. Cruza
la boca, se encuentra. Repite
que no sienta -lo que lo hace peor.
Insiste, y en la histeria
se abre el plácido derredor.
Corren perros -es la espera,
es la cárcel, es Amor.
Y no preguntan al respecto
dos que se hacen preguntas.
Privada de ser astuta,
digita en la nuca una lanza y es hoz
la que afílase en la vacua altura.
Privada de ser pregunta,
toma del vino que circula
por la sedosa cintura de un cuerpo sin voz.
Mas, he la noche y he que el cura
repitió la sagrada palabra
estando tan dispuesto como cualquier otro a
morir ante Pan y su atroz
turba de agujas blancas
(hebras doradas adjuntas).
¿O quizá la infinitud
del lúcido ataúd no se asunta?
¡Cuente! ¡Cante, dios que junta
las nubes en derredor,
si es que es caldo de sudor
o piel conjunta y suya voz!
¡Cuente, signe
trampas ante la horda feroz
de creaturas!
O dura sea la curda de hoy
-trabajar, sobrevivir, esas cosas.
Preguntar si es que se espera
algo más que hoy.
En caso de sí, no.
En caso de no, también no.
Triangular de negación.
¡Ah, la gran nación! ¡Ah, psicodel pura!
¡Ah, lucinación de vana cordura!
¡Qué no cediera en obsecación
ante la vil revelación
de la sutil natura!
Paranoia en abismarse,
famas mediante.
O
repetir del sí
transeúntes
-juiciosos.
recorre y borra
memorias e imprime
paranoia sublime
¿Canción al norte?
Repetir de la misma
destinatura.
¿Aparentar cordura?
O picar
de los tímpanos
El siempremismo se pregunta
quién lo asunta, y qué arte
demetérea siembra sus sienes
la celosa miel etérea
que se prende a cada piel y destella,
como cabellos de eternidad, destella.
Y el eco de lo dicho,
múltiple, cual signo
que no acabara cuando fuera
tras sí de a sí verse,
vuelve, y dije
lo que mediadores nodos
dijeran para luego borrarse con el codo.
Es el erial, el error;
la historia igual desde anteayer.
¿Correr hasta el taller
si el auto no hace huellas
en derredor? Matarse
es lo mismo y sin sudor.
recorrer la avenida
cual si ya no fuera,
mientras Jano
desde la ventana
sabe que ha conjurado
el recuerdo de lo que ve ya siendo.
Disuelto lentamente,
cae al recipiente
en que sírvenlo de cena.
Cuervos del derredor
escuchan que no es condena
y hasta parece placentero.
Esperar sentado,
como es la costumbre.
Es ésa la costumbre.
Huir, como ha de
ser, como debe ser.
Correr en revés,
soñar en matemas.
O caerse
a ver pies
y seguir sus huellas
hacia el tímido follaje
en que la disuelta curda no se recuerda.
Bacanal de Noviembre,
una y otra y más piezas.
Bacanal de
tentativas de homicidio,
acá, a aquel que espera.
O correrse
mientras los chicos juegan en las tumbas.
Es al pedo repetirles lo que ya saben.
¡Coraje! ¡Hombría! Esas idioteces.
Cuando un muerto le inscriba su sombra no se queje.
O contarle a los sueños de
haber visto por la ventana.
Mediando soledades, bailamos un rato.
Yo me escapé -yo suelo escaparme.
Yo me arrobé -yo suelo arrobarme.
Yo ya no yo más yo he igual.
Y los emergentes
dolores de cabeza, inoculados
por quién sabe qué gesto extraño.
¿Morir luego de tantos años?
¿Por qué no?
O mejor, bailar otra canción.
¿Cómo?
¿Acaso las estrellas no se desvisten
cuando las tinieblas pósanse en ella?
¿Reír?
Tornasol de arder de dudas, y parejas
contándose un cuento de haber dicho esto.
Correr cuando nos es permitido.
Si no nos es permitido, correr también
-discretamente, discreta mente.
Si se repiente,
repetir.
Cronida alguna dirá su frente.
Cofradear de haberse ido.
Cofradear en la distancia
cancelada cuando sido
sea el pasto y su fragancia
humedezca la memoria.
Correr entre las olas.
¿Despedirse? Mañana,
mejor mañana, cuando Amor cese
de cantar lo que parece
ya no estar siendo y persistir afuera,
justo adonde la consciencia
se disuelve, y atenta
contra la frágil atención.
¿Privarme de verla?
Arder de las guirnaldas, los perfumes,
la tierra.
Tambores ya no;
el ritual de pronto cede
a la tensión de los placeres
del sueño y sus líneas rectas.
Humo en la distancia
-podría ser Dios, su sustancia-.
Recordar de la hermosura
puesta en la cueva oscura de
salir a fumar y encontrar gracia
dispuesta a concentrarse en sí.
Su piel se escancia
como un rumor carmesí de algas de río.
Se forja el hondo frío
adonde el Ida es actuado.
Cantan, placidos, los desesperados.
Maquinado síndrome,
cristales
se rompen, ¡ah!, tan fácilmente.
Y ojos
calientes escupen sus sales.
Arden
dos gatos, puestos
de espacio y jardín,
de niñez y lucinio.
Un fantasma vino,
posó, se fue.
¿Dijo algo de
ayer?
No sé.
Mejor preguntarle a la imagen
vaga de indeterminada
natura su bien.
De lo contrario,
este morir extraño
que sueños habita y palpita
cero de sí también.
¿Resaco
cuando cruzo
pies que urdo
a aburrirme hasta el espanto?
Ya no dejo
ver de cerca
-¡ah!, tan lejos
la piel que enfrente se devora.
Plácida la lumbre
áurea que fulge en la cumbre
del psicótico en su ido
paseo por el conocido
huerto que redescubre
cada quien con su herir
sí de sí que común sea.
Consumirse, en pies de brea,
hasta la lágrima inicial
-que la memoria, manantial
de lúgubre marea
ceda ante la tarea
de preguntar qué es igual.
Signo mero y mera espera.
Mientras tanto, se lacera
cuando encuentra que han asido
peces el decir conocido
en que Nadie solo viera
praderas de ir sin más,
sin campos de Destino, tras
las madrugadas o la fiera
mansedumbre que detrás
del tras se arde y recuerda,
el decir de sus pasos recuerda.
Y es lo mismo otra vez.
Placida la cumbre
-bah, da igual. Rejunte
de lo que sea que adjunte
al correo, por mero azar. Lumbres
caricaturescas.
Adonis, pintoresca
resume que no sea nuestra
la cordura, sino más;
y he el común disfraz.
Nadie, puesto, muestra
toxiconoia o ritual.
¿Este decir? ¿Dual?
Ya no sé que éso fuera.
¿Correr de los autos? ¿Afuera?
Adentro mismo se espeja.
Cae lento, lentamente cae. Rejas
separaban a los ojos
que besaban los despojos
que el cuerdo les deja.
Recuerdos
son lo que muerdo
cuando a leer esto me dé.
Pero es lo mismo, otra vez.
Me digo 'parecé'.
Me sé de mí pez.
¿Alcoholismo?
¿Vanidad?
Cruz vital.
Vals que espera.
Vida mía, ¡desesperan
los fantasmas!
¡A nosotros qué nos queda!
Ah, la agonía. Pueda
correr bajo escamas
aun, de salir a la tierra.
¿También ahí guerra?
¡Ah, vanidad, alcoholismo!
¡Siempre lo exacto y mismo!
un pálpito al presente.
Recuerdan, luego. Mienten
de saberse quienes griten.
un hábito, un presente.
Dones urden vagos entes
de haz de luz. Así se recrean.
Luna, se esconden
de tus bordes, espejadas
hadas que sanan
Luna, ¡esquicie
así más no nos cueste!
pendulan
(un
múltiple
)
Une question:
Étrangement, un feu.
He la deidofagia
concebida ante la excesiva suerte
de la que flotan signos
cual estas palabras
la pantalla encuentran
y niéganse ciertas.
He la idiopatía
de quien a sí se cultiva
usando ajeno cuerpo,
cual si dueño de algo se fuera
-hiperbólica-
mente hablando, por supuesto.
He el nene
al que van guiando
lejos de las tumbas.
He los artificios
que libertinios han creado,
y crímenes.
He Ley de leyes,
constitutiva e impúdica;
he sienes
deshechas en la plaza pública.
Y he el ultraje
de sacarse el traje
de cuerdo, de vez en cuando.
Si tan sólo fuera meando
un recuerdo que aún deje,
¿por qué fuera coreando
desde las máscaras, careteos, fuentes?
Ceroidal persona
deshiciérase si dona
sin merma quien no piénse-
se a sí. ¿Mienten?
Por supuesto,
mas, ¿qué otro fin siente?
Estatuados jazmines
le brotan de la frente.
¿Acaso
no supiera el sí que se ve,
que cada decir se ve?
Pierdo
el tiempo diciéndome esto,
mas fuera sapiente.
¿Epifanías?
¡Miento!
(sobran las exclamaciones) Quizás sí.
(¿epifanía o mentir?)
Éxtasis, auscultar
la serena nadidad,
palabras mediante.
Correr
en derredor de los signos,
en deshecha astralidad.
Sueños de acá y allá.
Sueños de acá y allá.
Haber callar.
Haber repentina
realización.
Humo deshaciéndose. Sudor.
Contingencias.
Tardar.
Tardar de ceremonias.
Lacedemones
fundan escribas.
Cuerpos
se privan.
Purpúreas nubes
cubren los ojos.
Palas arrea.
Duracel 365.
Bersekeres.
Escribir y sentarse
a esperar.
Ponerse
a mirar por la ventana,
de vez en cuando.
Quizás
ande paseando
Quizás
y pueda olvidar
Aislarse,
de vez en cuando,
a contemplar el horizonte.
Amputarse.
Eunucarse.
De lo contrario, pesadilla.
Lo que se dice 'nightmare'.
¿Será de sueño
su decir? Por supuesto que no,
si lo escucho acá.
¿Verá?
¿Escucha
cómo me asunto en su andar
Y el real
despegarse de la piel,
y no errar.
Y las reses,
arreadas.
Rosas en el actuar.
Rosas en la quietud.
Melancolía de actriz.
Entretenida entretensión.
-fin de la intradicción-
comment-
aire
Pleasurable hypothesis
Could you
hand me a piece of
the lighter?
It
While we
speak out loud,
It
A cracking
camera-bulb.
Not to be understood.
An arbitrary will
denies.
Dawns to be concluded
¿Gaia's nightmare?
Realized harmony.
Sinful
twisting
I don't
know
until I know.
But, then:
knew, new,
was it before?
cry
How could I
Betrayal.
was made?
mirroring!
insanity?
Played upon,
walked among
Would, could
the observerd wound
a not-seen gaze?
Bewitched,
a voice
Memory-made winds
Bacchus,
the somatic sodomyzer,
Fleshing backs,
bleeding wings
A moan.
Pyramidal schemes
and behind
behinds behind... etc.
We walk outside.
Haven't we cried about this before?
Anchorite
Schized skies
Vain
haven't I
considered the walked firefly?
Night yer day yer night yer day yer etcetereal stairs
I'm an awful
fucker, yet I lay
waved.
Could I
not a single
parental
advisory
seek?
Nurtured in Lethe,
ill winds.
Darleene,
wicked seen.
Dantesque lobotomy.
Alexandria, at a click.
out to thee.
An ark.
Rain silks.
Googled eyes
Obscured
by madness, I fold.
Wounded souls.
Effects, monsieur.
Oblivion?
Farce, acteur.
Translateur faux.
Drunk,
sunk.
Created creation
mazed.
Recreational seasons of
display.
sunk.
Walked by air.
Forests gone,
blaze by wind.
Do not play
Do not repent,
Do not forget
A chessboard, a hair,
a laugh waying by.
Sued
pledge guilt.
A storm: guillotine.
Clear lanes.
Chanters, muted,
walking by.
There's a road
-there was a road
(it was a dream).
Loving by,
we walked upon.
Nothing came
(there).
Ashamed,
I stepped.
Childhood ends.
A leaf
fells
Exing.
Silently, surreptitiously
exing a word
-indexing.
Wanderer? Not-made!
Sculpted by stones,
lapidated,
Sculpted by waves,
I crawl.
Puking bacchante
Acid-like,
talking.
Vividly
worded.
Trembling in
panic.
Crambling in
sutures.
Sigil,
northed.
August florishing.
Vividly
talking.
Pasts
go by,
synching.
Barded,
unwillingly.
Carved.
Folding petals,
white
hairs of time,
Crawl, oh
wounded star,
Cry, ill,
you multiple still...
Dead, I am most-
ly outside or just a jester?
melt as weather.
as if it was a play.
It is not,
Could I reach
rigged, tied.
Should I stop?
Sail goodbye,
winded, for it is repeated
Reign's of
-rectorrecurrir a la autoponzoña.
Alguien,
con los dientes afilados después de
abrir botellas de cervezas con los dientes
afilados, luego de
romperse los labios con los dedos
encontrados, luego de
delibidinizarse como un santo, como un ornato,
deja su 'semilla' puesta en una 'orilla', y otean,
en derredor, fantasmas de la ponzoña.
Recurrir al aroma
-que es bien y es sagrado,
puesto que
qué memoria no huye de sí cuando encuentra
hedor de haber deseado, no haber actuado
(según vieja ley).
Vestirse de
sombras (maquillaje).
Simular
actuar.
Contemplar el tablero lleno de baches y entremeses.
pita, completa-
Extrañamente, se encuentra
Extrañamente, se encuentra
Lobos con dedos por signos y signos con lobos por dedos
-anzuelos, ecos (ecos), y los besos
En discreción, corre
cual si
se han sacado
Reír al respecto,
se encuentran?
Destino
Corren, sincretizados,
dos croares del derredor.
¿Que cómo corre un croar?
El viento dirá.
Mas,
de vez en cuando,
ceremonias de Amor
(guionadas, por supuesto, planeadas;
en ritualismo, calculadas).
Un teatro,
De lo contrario, errar,
eternamente errar -que es imposible, mas así dicen-
Confesiones agustinianas,
y despedirse.
a su memoria en un pliegue de
incertitud.
palabras arbitrarias
Y espectrarse,
siendo dos, tres, cuatro, quiénsabecuántos,
Después,
voluntariamente.
no saben su qué,
Voluntad, extraña
cercanía de lo que hay y será,
criptografía para los que mañana esperan
-¿quién no sabe que mañana es muerte y ni una otra cosa de más?
-si bien esto es un ejercicio retórico, no hay quien se libre del uno Bardo.
jamás contemplados.
jugar en las tumbas y llevar las rosas (sobre todo sus espinas).
resuena.
Es la madrugada y truena y alguien nos ha usado.
Ya lo sabíamos, sentimos
danzan.
A mí, a mí que
me vienen a preguntar
y me despido
Después me escapo,
entre serviles dedos acusadores,
y encuentro que
no es sensato.
¿quién no
sintiera vergüenza de haber
ignorado?
Sin embargo,
espirituosos,
ríen al respecto
poder,
Caos-,
Mejor
sentarse a jugar
Mejor
sentarse a esperar
que díganse los juicios y no quede nada,
imperfectas
meditaciones.
Maintenant: le gloss.
Dos, tres costados -los necesarios para ser. Técnicamente: infinitos lados.
Lo cual puede ser abrumador de ser realizado. Pero: Ceres, discreto, se
viste de Febo; recorre el erial y se siente alado. Por supuesto: puesto.
¿Qué otra cosa fuera, o estuviera, o creyera ser o hacer? ¡Embriagáos!,
esas cosas. Pero, veinticuatro horas al día -el reloj no tiriquea-, ¿no es
mucho? ¿Cómo se baja? Te metés dos, tres cartuchos -uno por cada
centro, uno por cada perímetro, uno por cada extraño. Y después recorrés
las casas preguntándote quién es aquel que es buscado -que,
ocasionalmente, reconoce mayúsculas sobre sí, propio de sí y de quien es
alzado. Mas, ¡ah, la connotación, las mariposas, Amor!, y todo un caudal
de boludeces. ¿Que plata quemada? Quemarse se queman los árboles. La
plata crece de los ojos y se muere en las reses -no descartesianas, por
supuesto (se desplazas éstas sólo sobre dos ejes). Y el rey Artajerjes (¿o
era emperador, o Dios-sol?, no recuerdo), parado frente a las tropas,
contándoles de su cuerpo sin emitir el más mínimo sonido. Recorriendo
vaticinios: he su muerte. Luego, los libros: persisten las memorias -
¡pecado! Mas no hay manera de pedir perdón. ¿Recorrerse de memoria
como si el fuego no se posara en la piel y dijera de saberse de memoria?
¿Quién olvida lo que hace el Hado? (Hado: masculino de hada) Pero esto
no parecía relevante hasta hace quince (15) minutos, y ahora tampoco
parece serlo. Sin embargo: he el escabio. Silencio, de repente, en
derredor. Ojos sobre ojos: culpa. ¿Quién se asunta? Qué sé yo. Yo nada
más asiento y sonrío y recorro el derredor. Derredóreos: entes discretos,
cortados a mano, con las piernas más fértiles del condado, con los ojos
más idiotas que un cliché -que es sabio-, como un comerse los signos y
dejarlos cagados. Pero no es manera de recurrirse una razón -mucho
menos esta, que no es razón aunque semeja serlo. Pero no es una manera
de recurrirse una dicción -mucho menos... etc. Pero... etc. Etc.
Volver a la escuela (¿cuándo cede el Estudio?), mas, esta vez, dado vuelta
-que es una forma de decirle a darse vuelta. Despedirse de la calma y de
la renta -jamás fue pagada. Y, luego, encontrarse con las formas que
atormentan: númenes, algoidades, recurrencias. ¿Alcancías? Deme dos,
de menta. ¿Alcaloides? ¿Opioides? Deme cero -es decir, démelos, así me
encero. Ceder a pensar -cedo a pensar (¿cuándo?, jamás; no hay risas a
este respecto). Y de haber los que sufren: sufrir con ellos. Y de haber los
que se placen: sufrir con ellos. ¿Liberarse? ¿Cómo? Yo no como de
ecuánimes -no sé dónde están, a decir verdad; sino, lo haría. Después:
recorrer, cual alma perdida, el vago erial en que se cultivan luminaciones
(como cuando se sueña y he lo que no es, que, incluso no siendo, es, y
esas cosas). Y también las máquinas neuróticas, que no funcionan -porque
tienden a lo que no hay: y si no hay, ¿adónde fueran? ¿Afuera? ¡Miente!
Y otras tropelías de los embadurnados de curda y cuerpo. ¿Mermelada de
alelíes? ¿Cómo era eso de los hongos puestos en la tierra, bajo -o sobre,
no recuerdo- la caca de cebúes, y que muestran lo que no es? ¿Afuera?
¿Siente un canto de cordura dictarse en sus sienes? Es nadie, tiene dos
palabras tatuadas en la frente: fin, sin. Lo demás -anterior, intermedio,
luego-: sentarse a esperar la muerte (de la que nada se sabe, según fue
dicho por un tipo más arriba).
¿Reciclar las bocas y manejar sobre la ruta herida, en la que sangran idos?
Ah, como si fuera algo lo que destella -y no mero ruido que alguien dejó
(quizás en querella, quizás en esotro; quizás, incluso, en el su reclusión
voluntaria {a la cueva: una curda usuraria; luego: restar, restar hasta que
haya menos que nada; luego, sumar: entonces, reconocer que jamás hubo
lo que había, incluso aunque aún haya).
¿Catatónico, yo, mientras decían? Sí, en tanto cuerpo. ¿Adentro? ¡Ay, qué
vergüenza! Humo en la pradera, y muertos paseando. Y si pasean, que se
vayan, y si se van, que no dejen huellas. Pero he la memoria, cosa
ingrata, que no tiene ni patas y sobre el sí se pliega -reconociendo la
voluntad propia como más intensa. ¿Acaso sean alas rotas de un fútil
lucinador? Es probable -y de ser probable: justo y necesario. ¿Huir?
Siempre y cuando se siga funcionando. Dormir un rato... dormir un rato...
¿cuándo? He el sueño y el ajuste de cuentas. ¿Reconocer al mañana
decirse -rendirse en pleitesía- en fantasías? Hombres huecos, machucados
-como corazones-: nada les parece sensato.
Nadar un rato.
- Un lápiz.
- Memoria (de ser posible, virtual).
- Una total falta de gratitud y respeto hacia los que nacieron antes.
- Una guitarra.
- Una piel a disposición para cada clase (de ser posible, de las inánimes).
- El momento de la muerte.
Isolation?
That's for the weakened -I-.
Say hi
for me to the gone nation.
raison.
La pluie,
le peau,
peu.
Pétales
de jasmin
autour de
le peau
- peu,
trés.
Une inondation
- atlante, autour de
une coeur.
Le mond :
vide. La vie :
sur toi.
Nuages
- le sol
ombragé.
que sont-ils ?
Le peau
fond
- interminable chanson !
que sont-ils ?
- mais, maintentant,
un rêve.
Je cours, il pleut.
Mais, l'envers
c'est un verse,
doix, etcétér.
Un écho, un passage.
Un serpent rampe.
Cristaux lucide, oú ?
La côte : vide !
Maintenant, un silence.
of a dying breath
anacoretas y arlequines.
Y si la calle de adoquines
áridos cede,
no preténdase que quede
Et le mots
pleuvent
comme de la mousse
sur le corps
de la mer.
Une goutte,
deux.
La chanson,
réduite a silence,
flotte.
La chanson,
germée du silence,
marche.
Une cámera – clic -,
et rien n'est – c'est la mort !
Les fantômes,
entre nous,
et le regard qui est attendu
- attendu comme il se sépare.
Courir dans le feuillage ?
Rire ! - il sourit -,
tandis que le froid
atteignant les coins médités.
Conjeturas si se siente
-también si no se siente.
Conjeturas si no se siente
-también si se niega el no sentir.
Tornasol, desesperado
amanecer entre los autos,
Conjurarse, en juicios,
juicio.
Reír, de repente.
¿Escribir, decir?
Igual se miente.
Es así, y suficiente
-lo demás:
vanidad del raciocinio
Satisfecho, se miente.
Hirió sin ver -segado, junta
¿Norte? ¿Suma
de las partes? ¿Pormenores?
dicen.
También mencionan
variedad de insensateces
-mas es sensato que así sea.
Decir no
-fatalmente, finalmente.
¿Vicio?
no parece razonable.
artificciones.
¿Hipersticia? Cazar
oraciones del azar, al vuelo,
Tecnicismos,
arbitrariedades,
tijeras.
sentidos.
Absoluto desangrarse
-ansiedad, causa como lluvia... etc.
Another step.
Then,
finally,
another step.
Samsarian pleasurements.
Twiced among,
a third -up-knotted.
Thrice dead: begotten.
Oh, be eternal, laurels!.. etc.,
just when sang -then, dispell us
from guilt as whom
cannot see but laze upon.
What
should I
-you,
us-
've done?
To walk and chant
among the rotten? To talk?
To dance? To stare?
To blink an eye,
and an eye still glare?
Drooling, vain,
I pray for thee, oh Mystere!
Mon trois, perpétuel,
au-dessus du seuil,
avec le fond bleu,
poster.
Durezza nel core, giovinetta,
che nel mondo, questa gentil petra
ché simiglianza fa nascer diletto
-quisto incontro, di morto e bello,
saluta, con la mente alta,
mentre la sirene canta
y e ho la follia y e ho la Fortuna,
transitato e in voci equestri.
Chevaux ailés ? Notre quadrige
cesse. Nuit sereine, bruit.
Entendre les vents et les fontaines!
Tombe, e monaci
viventi que sorgono
in mani ferite. Morte, non sogno!,
C'est un élixir, un démon!
C'est la main
qui touche le visage
et un rêve d'automne.
Parlare per la vita? Chi? Come?
Anfore rotte, clepsydra,
nostro gioco a dimenticare invita.
Elisir, frutto viola?
Morte e vita e onde!
Mais l'arbre, sec, disparaît.
Chi? Chome? Non lo so!
Deve essere per le canzoni!
Adieu. Ciao. Torna, per favore!
Ma il mio cuore dà.
Pioggia, neve. Ne rêve pa, c'est vain!
And the veins melt, while
wampyrs arouse at ills
-crooking the fluxes and the still stream.
Friction over silk,
a spark, a standing marble-
made sparrow.
The song -a voice of ensembles.
The ruby-chorded minded-heart
-and the star announcing daylight
ceases at last.
Blindness!, where we were?,
where we are?! Hand-made columns,
communal spirit, and hillbillied
pastouring of the naked wild.
Beyond, at sight. Beware,
madamme, there's an eerie
panid screaming vain
gibberish -juggaloose
yourself out of surveillance!,
etc. There's a remembrance
of the gone pieces, and the hysterical thesis
of the many oned. Zero it again,
ideasthete!, pull the stairs
and run through the backalley -where naid
are the shadows and the sane!
Shiver along, while the veil dispells;
felt is a soul as if it was a made
intuition from Love's will.
One it back, paranoid,
while the gleam of leafs arouses
in the lumpenoidal roses of the gone insane!
While we -I, you, them, us, there-
cry,
let's hear the chant of the pendular sphere
trapped in the brass bell.
Fortune, I
Triangles,
they rain!,
Should I live,
leave
came along!
Rolled, I poured
'Errants, pray!'
And I laugh
Is there a beast
underneath
the virtued bodies?
Bipeds, willing
to die or be condemned,
cripple up.
Nor wings
Soiled
missfortune of beads
Machines
as me, as theyed
Sailed along,
a breeze.
Dos ojos
dispuestos
como manteles en los rayos
Trepanados, andan
la mortandad y la orfandad
Cribados
los tuertos de empréstitos,
Dos ojos
puestos
a contar de haberse ido,
el frío de Gracia,
los puñales puestos en manos cobardes.
El río, su plandor.
Dos ojos
abiertos
a la cúpula que escucha
La triste pasajera,
lúcida.
Corales en la certidumbre.
Y la turqueza arena
que pende
Orillas, de repente,
mas, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿sienten?
Silencio, miente
Baco, el extranjero,
cuando su canto ameno trae el cero
Omnímodos, huidos,
en serpientes desvestidos,
corren cual si fuera extraño.
Pasan los años, pasan los cuerpos,
pasa la misma manía encontrada
en virtud de aladas hadas,
y cuentan el mismo desengaño.
Azules los tules que cargan vestidos entrados en años.
Verdes los juegos del viejo pesebre.
Gaiano enigma, ¿volverá la misma
natura a su nada misma? ¿Reír desesperado?
¿Cuánto hiriera este costado que cargo como estigmata?
Era el cuerpo y era nata
de la oriental costumbre.
¿Lumbres? ¡Nada! O nada el mismo río el curvo
y roto sonreír de los absurdos
plandores de aguas extrañas.
Crepitar de lengua -mañas
puestas de pelaje. Hilar
laureles para quien las pieles
vaya desechando. ¿Ando
la desértica entraña
en dromedarios que a la tierra engañan?
Órganos, o resistencia;
y la viva esencia que siempre engaña.
¿Huir de la apariencia?
¡Hipostasiarla!
¿Cómo, si no, diríase el real
cuerpo cruzado que prestidigita
futuro con el ido pasado?
¿Caos de una mente nos engaña?
¡Afirmarla!
Años tras la silente servidumbre.
¿Errar es la costumbre?
¡Saña
en el juicio oscurecido!
Río, ahora, arrepentido.
¿Habrá matado
mi vano correr por las praderas
cual si fin hubiera?
Deshágome del sí, y tras lo negado
se abre alado el horizonte y muestra el monte
disuelto en sangre y matorrales
-los vagos manantiales
y el follaje esmeraldino
ya no yacen tras el sino
y repiten los labiales
signos de viento y destino.
¿Habrá partido
alma sola hacia la bruma
con la preclara intención nocturna
de decirse síes y nada?
Curda de la vida sana,
adonde eterno el cuerpo canta;
curda de la noche media
entre los cisnes y las estelas
de estrellas muertas en la habitación,
cuando el firmamento ase su hoz
y libre de formas asedia
muertos en la espuma y en la voz.
¿Habrá caído
finalmente la mente
que tras el cielo asióse espacio
y hasta el éter le es reacio,
hediendo de sangre perenne?
Icor en las sienes,
maná de pulcros
unos juntos en el jardín y en tiernas
melodías de las piernas
diciendo al silencio sus signos.
Heme ido,
con los clavos puestos.
Heme ido, he que acuésto-
me de mí, y ya no siendo
ando el cuerpo pareciendo
ver mañana y así haciéndolo.
Si erra un juicio, he el tormento.
Si erra un juicio, he el tormento.
El día, al final, nos deja viendo;
ya los ojos ciegos se cansan de evitar
luz de la curda matinal,
cuando arde la piel y se escapa el viento
entre las florituras
y la amargura
del espacio vital.
En soledad de última rabia,
croar a las guirnaldas.
Dicta Dioniso su vez final.
Sus efectos, deshechos, dirán
silencio. Sus efectos, deshechos,
dirán del silencio su sino.
Ojos en mentiras y una cruz detrás.
Tres simples serpientes -fruta multiplicada;
exponente de la rara
manía errata.
¿Torsiones de guirnaldas?
Cuellos dispuestos -verdugos enfrente.
Ojos donde debiera haber dientes.
¿Gutur o años
de supur extraño,
meciéndose en reveses y sapiente
impermanencia?
¿Qué lluvia especta cuando espeja?
¿Cuánta histeria fuera suficiente?
Panida primer muerte, panida muerte segunda,
pánico de muerte abunda y he la duda aparente.
¿Canción o hábito risueño?
Súbito ensueño -un mármol, dos astros;
una oscuración premeditada. Mediante
esferas de Pan,
he el lejano oriente
dispuesto en cerámica.
Pánico de curda alada, lo sabe la mesa,
lo sabe el escritorio, lo saben los libros,
yo no lo sé.
Y mientras la novela es espiada
por quien pase sus manos
por mejillas heladas,
pánico de herir primero, pánico
de herida puesta,
reír o correr al lado.
Boberías, o
escurrirse en esciciones.
Canciones. Naderías.
Perder de simpatías.
¿Huir? ¡Por fin!
Cual si nada fuera,
y pulcros fueran los gritos
de los muertos aún errando
el tibio paraíso pardo
-criptolimbo.
¿Contingir? ¿De qué vida?
Ah, y yo
tan ruin,
diciendo esto.
Tristeza que no tiene hora
Epifanarse, también,
arborescente; y errar,
errar incluso en la ecoica fuente.
Recorrer el pedrerío
que brilla cuando el nocturno frío
se ase de pieles y encuentra natura
oportuna para la nada pura,
y el llanto de un niño de pelo en la bola
aparece. ¿Croar
de turbias ranas para exótico manjar?
Correr cual serpenteo,
errar el vivo arreo
de la ciclica servidumbre.
Y la nayádica anestesia
que recorre en ideastesia
cada palabra que el augur supura.
Mañana: nada. Mañana: pura
expectación del delirio.
cual si dijera brillo
de qué será o ya ha sido.
Bacanales, también,
mientras ríe del bien
alguien que desayuna máscara suya,
alguien que encuentra una niñez de duda
puesta cual corona de mirra.
Incensarios, incendiarios, todos en la esbirra
creatura que su nada digna
certidumbre vaticina -mas, ¿a quién le fue dado
decir del bien sólo el bien y no su otro lado?
La belleza servicial
de que se sirve
sino del madrigal
en que ratas de otro cuerpo horadaron
nupcias disciplinares.
Y yo
que no encuentro las palabras
y digo ruidos blancos que
mañana recién dirán,
yo
que erro, atribulado,
como átrida que acaricia el Hado
mientras las tenues tinieblas
dibujan
sonrisas en las caras partientes,
sonrisas en las gargantas sangrando. Yo
que recorro las parcelas de tierra discreta,
con el amor puesto a un costado,
¿cómo pudiera errar, vivo
como un estertóreo grito panida
en el desierto de lavandas lucinadas?
Los vivos laureles, los olivos,
olmos, dromedarios, colmos
de asombro, y perplejía que modula
la muda bruma de la vida errante;
¿qué durante
dijérase de ser laguna
en que placerse y arder tan tarde,
tan tarde, ahora, cuando la tentación
brota a vanagloriar? Yo
que caigo en el ardor del antes,
que contemplo la memoria puesta enfrente,
cruz mediante, y recorro
cual turbio ovidio las onduladas penas
de las dunas que no ceden, de la arena
que pende del reloj, verdeada
por aladas manos que en turqueza plandecen,
mientras los días perecen y la sien se escancia
de la iridiscente fruta extraña en que las mañas
se dibujan
con la eufórica conquista de la tierra justa,
adonde quien cultiva su jardín
muere,
en caldo de inocencia, muere. Yo
me deshago, lato
con los garabatos
que déjanme los idos dientes
-y siento en la habitación sombras o huestes
gradadas en coloración,
mientras la sutil nación áurea recorre del derredor.
Yo ya nada más miente,
y no encuentra las palabras; yo
nada más silencio que su propia nada.
¿Qué odio
puesto en la frente, frente mía,
dijera lo que siente
y mintiera también, y volviera
y dijera nuevamente que su nueva mente miente?
¿O acaso hubiera que escaparse
en un suspiro
sobre el jardín de rosas en que es dicho
el juicio, y caracoles
se comen los pétalos, y secas flores
van luces elucubrando?
¿Volver? Al volver, Soledad, la sien
desierta se escurre en mis pies, y piso
la boca con que hielo el cuerpo en que existo,
y siego de los signos su revés y prismo
la lucinada natura que alada ha sido,
alada asiendo
lo que cuerpos usaran de juicio mío.
Mas yo desvarío, Soledad,
y encuentro habitual la vívida
oniria en que hui, cuando moría,
en que huyo si la angustia
encuentra fuentes, y circula,
como gotas de cicuta, circula.
Las caras puestas, de humano juicio,
alrededor del atril: un vicio,
el mío un vicio; siendo el que soy,
¿todo hacer fuera mío?
Vario, ido, erro
cuerpos y me entierro
en la habitación.
Sangre de esotros adorada corre
en pensares, y el azar
corre a ordenar la melancolía.
Es un ritual de largo rato.
Ya pasaron años, Soledad, sin embargo
la muerte muestra un eterno letargo de perennidad,
y los efectos permutados y yo acá de nuevo.
¿Arde, ya, la hoguera? ¡Hierve
el caldero, mientras juegan
niños en derredor, impregándose del tácito plandor
de ver el sufrir de mentes extrañas!
Acaso sea una manía, una telaraña
puesta a ocultar el brío augural de soñar
cuando la muerte ya haya sido,
mientras sutiles pliegues de Nadie
déjanse otear. Tierra habida,
tumbas para los suicidas,
tumbas para los desesperados.
Un cuerpo al lado, y Amor, recorriendo
las calles, con ojos henchidos
de tribular, y tribular, y tribular,
sabiendo a Psique afilando sus puñales.
Heridas matinales, ¿no es así? Allá,
adonde se dice estar el que ha dicho,
allá mejor un nido y descansar
-en cinérea pulcritud de haberse ido, cual incienso,
cual olvido. Respetar, por supuesto,
respetar las costumbres -dejarse matar por los asesinos.
Ocultarse en la palabra, y así quizás el tribunal
de cuerpo uno y entero
cesara de juzgar austero
su retirarse a meditar
cómo herir al cuerpo ido, cómo herir al vivo dueño
de sí, que ley vaga niega.
¿Correr, nueva mente, por praderas
siderales, cual si cantos matinales hirvieran el cuerpo?
Si lo dejo, heme ido; si lo aso, heme siendo.
Entre tanto, ente vivo -acaso-, casi-viendo.
¿O no resbalara el decir que se escapa
hacia la habitación oscura en la que súrcense
hebras de destino sobre la piel escarchada?
Derrítese el suelo y he la Nada.
¿Engañar a Destino con sus propias leyes?
Megalomanía del asceta.
Y corea el derredóreo follaje, transustanciado
por el tácito ultraje
de un alado decir que pasa al lado, y no recordar
la tácita dicción de mnemosíneos pasados.
¿Cuánto ir, volver? ¿Con qué razón? ¡Este cantar
comprárame un descanso quizás largo, una lágrima
de eternidad!.. y luego el vivo andar
la tierra para decirlo nuevamente.
¿Cortejos de soldados, el vano y aparente
canto melodioso de los intrusivos extraños
que pasean el cuerpo mío y le dicen de sí?
Afuera, ya idiotizado, doyme al Hado;
en silencio, espectros pasean
la madrugada llena, mientras corean sus penas.
Los disfraces se les derriten y arden, vacuas, las velas.
Y yo, que ya no lloro de tristreza,
lloro de tristeza.
Y yo
que ya no me explico mis ideas,
tengo que explicarme mis ideas
-quizás a los intrigantes persuadan de cesar la guerra.
Mas,
no me preguntes qué color dijera qué
-un vacuo ayer se abre frente ojos
reminisciendo. Secuente,
sostengo el novelado irse del niño
por el turbio desvarío, y por eso haber sido matado.
Yo ya no tengo a mi niño y lo tengo al lado.
¿Correr? ¿Negar? ¿Huir?
A veces borro un signo, confirmando la ley de no borrar los signos.
A veces me persigno -mientras pase un tren.
¿Correr? ¿Pagar? ¿Pedir
prestada una experiencia, y devolverla
envuelta en perladas armonías
que deshicieran su lucidez aleatoria?
Sirenas amatorias, la sola cama.
Soledad, la sola cama, y la lengua personal.
La virtud de resplandores confundir a quien ve.
La virtud de melodías de confundir a quien oye.
Yo, que ya no lloro de tristeza, me rindo
a los pies de Belleza,
urdido por el coro extraño de la siempre siendo.
Barbelo, Tiresias, los juegos
de síntesis, el fuego
blanco de un errado averno,
mientras la mañana ya se dice de nuevo
-mas es la eterna noche y Juan de la Cruz la dijo.
¿Atormentarse? ¿Para qué?
Nada más sentarse en la vereda a contemplar
la silente violencia de ojos puestos
entre los más heridos cuerpos,
que sólo pueden desesperar.
Luego
jugo de odio recorre la sinrazón
de psicodel,
mientras silencian
cófrades amigos
a los que cortan el decir en ayer.
¿Saben posarse en un recuerdo y transformarlo
en espacio de mediaciones, cual si hubiera
ahora aquél ido evento?
Miento si digo que la cruz el viento
no enciende, cuando
arde, y las varias pieles
se deshacen.
Mas ya solo y entredicho,
corro por el jardín, y bichos
de natura curva asen la burda
melodía que ya no dice más.
Bien decir más, y volver al mismo centro;
bien decir del Leteo el cimiento y el espacio;
bien morir en ácido decir que se cree silencio.
Posarse en el recuerdo: numenear, lucinar,
toda la técnica celeste. Y mañana,
cueste lo que cueste
hay que ganar -de lo contrario: muerte.
Mas de sólo pensarlo va,
como caldo de destino va.
Y el delirio que no cede se deja contemplar.
Silencio, de repente, mientras el domo
estrellado repite el pasado,
siendo cada vez primera y final vez.
Yo no fui gentilmente a la buena noche.
Yo no vi, jamás vi, una estrella que no era.
Yo no sentí arder la lengua incendiaria.
Yo no pretendí nada -recién ahí me hice.
Corrí de los plandores hasta que la turba alada
cesó, y asióme la sentencia:
para siempre recordar.
Y el cuerpo entrado en Catatonia
no por ello dejó de contemplar.
Y el cuerpo ardido en la tregua
no por ello dejó de gritar.
Y las calles en que encuentro
lo que sembró el viento,
nada más nostalgia,
nada más amor.
Pero si encuentro que calla,
si encuentro que río,
¡qué fuera sino locura en la ritual hornalla!
¿O acaso irse no sea sensato?
¿Resistir? Un garabato
-cedí como cede un pétalo de cordura ante la fantasía,
cedí como ceden cuadros que decoran la oniria.
Y los idiotas -yo entre ellos-, ¡en todos lados!
Allá puestos, sonando a pasado
-no quieren preguntar aquello de que lo que no quieren oír respuestas.
Pero no me digas que me esquivo
si cada juicio mío bulle
en mí, a mí juzgando.
¿O acaso sea que ando
sobre tertutlias y habitual
concialíbulo de paternales autores,
de maternales compasiones?
Yo nada más huir, artilugiando
-sin astucia mas con canto-
modos de errar la corpórea ruta
que lleva el decir de acá.
¡Allá sólo canto y nada más!
¡Allá nubes puestas y absoluta melodía!
Allá la deriva parece libertad.
Y Eolo encuentra
anarmonía de la presencia,
mientras escucho
guitarras acompañarme, y un pucho
arder en boca compañera.
¿Correr por la pradera?
Eso fuera un gesto suyo, un pedir
que el orgullo ceda y se pueda hablar.
¿O no reiría yo también, si pudiera?
¿No creería el cuento ser del cuerpo y el cuerpo de la era?
Ah, y si, artifccioso, sobre las llamas
me poso, no me encuentres
preguntándole a la voz que mando
a curvar, qué fuera que actuando
dejara, qué fuera que callando
dijera -pensando, equivocado,
que Silencio era alzado.
Falso silencio en el abismo, y el pensar inmediato.
Y las almas que nacen ahí adonde arden.
Pasear en idioma equivocado,
huyendo en líneas tercas.
O las fronteras disueltas, y nuestro: solo e igual.
Pero he las distancias y la manía de expresar
palábreo amor vano,
que erra en demostrar lo que el cuerpo va cantando,
que anima en su abismar de cada signo en revés y cano
resplandor de nubes o ríos.
Barbas de almendro, ladeadas en sino.
Un curvo reducirse de los idos
al espejo que es asido cual si fuera nosotros.
El canto y la canción y el ignoto
ritual sacrificial de arder cual si fuera loto
ciclado de piedra
que no dejara tierra sin habitar.
La avenida Uruguay y la esperanza.
La fragancia de los autos y sus ruidos
y el errar que es parecido
a acercarse al numen. Tras
las pestañas lívidas,
el sino estima.
Gotas de placebo y tierna voz,
gotas de placebo se hacen lágrima.
Un morir circunstante, y ni el tiro del final...
Lámparas puestas afuera,
siempre afuera. Quizás
sean prados, eriales, canales
de ciudades antiguas, o la nada misma,
da igual. Mas,
andar sus signos y decirlos míos,
robar diciendo ser mendigo,
¿qué caritativa alma
no lo juzgara un mal?
Por un gramo de cordura, el peso
de las dunas, el reír
de quien se esconde tras la bruma,
como un juego de niños que juego mal.
El patriarca: de luto -se ha ido.
Los ojos dan lo que se iba buscando.
Un Jorge, extasiado, sabe de dragones y drogas.
Se ha puesto en bolas en una boca que dice gracias
idióticas.
La curda metempsicótica, verás.
Y la Gracia, detrás, rumorada.
Alisios, céfiros y nada
recurrente, tras larga soledad.
Soledad enfrente, el solo mar.
¿Dijo
su decir, o yo vi mal?
Croar, corear
de grillos, frente a la noche eterna.
De vez en cuando, dejar las penas cantar.
Espejismos, no mucho más.
Es sábado,
la lluvia pasa.
Recuerdo sus cruzados pensamientos,
su voz calma,
nuestra vergüenza.
Paseábamos la noche del alma.
Reíamos en sueños.
Cúmulos de fortuita certidumbre
-lumbre, ceguera, mal.
Amansarse, y reír ¿contigo?
Ya no sé. Tampoco olvido
tanto como a veces digo.
¿Mas por qué la memoria dícete ahora?
Ojos de verte y recuerdos
del tímido viento y la euforia
de traiciones meditadas.
Cobarde vergüenza.
Reubens, frambuesas.
Labios donde debiera haber nervios.
Y un pasear
cuento tras cuento,
juntando juicios de suyas brisas,
cargando a veces risas y a veces cuerpos.
Y bífidas lenguas que subliman adistanciadas.
Es sábado, ¿la navidad?, ¿el año?, algo pasa.
Y hay memoria y hay las brasas.
Y la ceguera que no claudica e inyecta caos.
Y los ojos que saben haber dicho,
que sábense diciendo. Amor,
entre nuestro, sido.
He mero recuerdo, ahora,
no más que eso.
Horas de celar a los fantasmas.
A veces, tener razón
-esconderse en mentiras y tener esperanza.
Extrañar a extraños, ¿extraño, no?
Y decir en simultáneo, en varia historia.
O seguir bailando, silenciosos,
cuando pensares de azar nos encuentren.
Y mirar cómo se asen
jazmines de la recurrencia
en la viva esencia que cruza enteros mares.
Humedales -sentir
ajenas lágrimas puestas en mí,
también recordando.
Cordiales saludos a tu marido.
Y lo mismo exacto, diferencia pura,
porque sí no puede ser.
Ideastesia en el desierto, y llevar
dromedarios,
en caso de que el reír seque y Diana mate.
Gambito de reina -que soy yo, aun-,
y prenderse al fuego,
en una Gran
Bacanal.
Siglo veintiuno y todavía
el nocturno ritual
-pensar en sueños, hacer en sueños,
morir dos, tres veces más.
Volver a ver
ojos de Amor,
libres realmente.
Dejarse manipular por serpientes.
¡Llamen a Tiresias!
Correr al cuerpo, de repente.
Vértigo en la noche blanca,
en esta era hay
que tragarse todo
-ya no hay escupideras-,
¿cómo, entonces, diferenciar
lo que es de lo que era?
Cero. Sigamos. El junto
cuerpo encontrado, la terraza
de la noche de verano.
Croar de los ojos,
reír de las manos.
Recién vista,
ya amada. Huir
de miradas (¡traición!,
se escucha en la ventana).
Pensares alados,
mitologizándonos.
Estate, estate,
espero el dislate
que tus ojos digan y este decir maten.
Entrar de aguas -¡traición!
Negar a Amor es la costumbre.
Cupido, vislumbre
lo que le hizo a un niño aburrido,
en mirar de tele y
dolor.
Bailar entre las brasas de otros ojos.
Despedirse con un beso, dos.
Pensarse
un año entero.
Encontrarse igual.
Fantasmas, alucinaciones
-me gusta y compartir.
O correr en derredor
del árbol,
ver sus piedras ciclarse
en su tibio plandor iridiscente,
con una pupila en la frente.
Reír, discretamente.
Quizás este -nada más que esto-
sea el reencuentro.
Dormir con la madrugada adentro
-quizás otro mañana sea.
Esteros
rodeados de auspicios,
y el augurio de Fortuna
riendo con nosotros.
¡Huyamos! Es la bruma
que recorre frías aguas de éter y amar.
Espirituados, ¡huyamos!
Y que tu mano encuentre la mía
y no haya vuelta atrás.
Y tus ojos, una noche,
que los míos encontraban.
Y mientras vos bailabas, yo te pensaba.
Pero qué canción no fuera antes
un atisbo de posible,
un corazón sensuable
con la amable curva de los labios carmesíes.
Y la aborrecible ¡traición! nos acobarda.
Tradición projimal -dilapidación.
Pero sabemos recordarnos, aun
en consciencia que esto nos va a matar.
Y sabemos del pánico y la noche blanca.
Y sabemos jugar con los haces de luz,
signando a las vivas sombras.
Y yo corro en el exceso como quien se atiborra.
Podés ver ya a quien mañana fantasmas va a celar.
Rothko, arrobador, en la pantalla.
Mas ya no calculo y sólo espero que sea ya.
Y así es.
Un bacio,
è estate.
Una mano
- non tua, non mia -,
- la mia.
Un pensiero
- due, tre secondi di sanità mentale.
Ombre d'Amore.
Ombra d'Amore.
Un fantasma di coraggio.
Eros, nudo; Psique, fronte.
Un muto - io.
Occhi in fuga
- i tuoi occhi, i miei occhi.
E la distanzia: niente.
ma ricordo.
Ci importa, forse?
Un secondo, e io ho l'amore.
Ci importa, forse?
estate torna!
Ma non piangere,
Luna di notte oscura,
Lentamente, braci
dil recordo, oscillare.
Non piangere!
I miei occhi cadono.
Decorazione
-il tuo vestito blanco.
Zefiro ti porta.
ombra d'Amore
E io corro,
corro in attesa.
Il fuoco dell'attesa:
di nuovo estate.
Correr a bajonear.
Zigzaguear.
Pagar las cuentas, ser boludeado
la madrugada: su reproche
-séme de haber mentido, mas, ¿qué hacer?,
¿decir de este haber?
Curdas en autos,
Ríe
aun el vino,
y ríen los cortes
arbitrados.
Curvo espanto:
un recuerdo:
auto-otredarse
Yo
Acá se descansa.
Segar
Judas besa
la piel espesa
mientras un puñal
Bruto encarna.
Ducho
en artilugios,
Caronte rema.
En cada peldaño:
mismo asesino.
Samsara.
Sus piernas,
no las encuentro.
Sus ojos
dispuestos a morir abiertos
-mientras la lumbre estima
recorrer el corredor
en que úrdese la esgrima entre quien es y quien doy.
Pero no me cuentes
lo que tengo que correr
para volver a perder lo que
el ruido diga al respecto de
no volver a perder lo que
ya no sé, ya no sé.
Y si recorro la espera,
con ojos puestos como muelas, con
dispuestos transeúntes vestidos de violeta
-dícense alfiles mas se sabe que cúrvanse en ingleses
muecas.
Y si narramos de encontrarnos,
nos parece sensato
reír al respecto,
asentar la cabeza y reír al respecto.
Debe ser el aspecto gutural de los gritos, y el
acorazado cuerpo helado que tras la tiniebla yace
de miel,
recorre la hiel cinérea que cosió su sí.
alada,
que cae del hada hacia el reír feroz,
mánico, panida,
mientras suicidas dudan de volver a nuevo hoy}.
Y la intención de herir,
que aún resuena.
Y la voz de ir
entre las tristes penas
que corren sobre el decir,
como si no fuera yo el que dícese en su través la pena
Y no me cuentes al respecto de
nada es para siempre, y esas cosas
-de lo contrario, posarse sobre las rosas
y termina diciendo
alimenticios.
O acaso tenga que
-Hades o Ida,
y luego el Lete que respira
palábreas
Palabras, logoísmos,
juicios, y el espectáculo
de Abismo
-dispuesto como un tenue mar argénteo que calcina
O quizás
no sea más que
que no cede
-¿cómo pudiera?-
¿Protoclacicismo?
Sedición de los célibes
que no tienen más que débiles
conjeturas de su estertóreo andar
¿Paranaia?
¡Por supuesto!
¿O acaso no fuera esto
el decir que vuelve de los cuerpos,
cuando luces parten de las vacuas mentes
en que budeidosa piel se dice fuente
Y el espacio
precisamente alineado
en que
ya no se puede engañar,
en que
ya no se puede disimular,
en que
niégome ser yo el que es
este decir.
Y las escaleras
esclerosas
adonde pósanse
en que ríen
de mí quienes gritan
en Catatonia o psicodel,
o herir
Y si rompo
los versos
Y si rompo
mi cuerpo
¿Nombres?
Parecían
dos maneras de contarse lo contrario,
dos reíres de contarse de lo herido
Es Posadas,
es la turba alada,
y las tenues heladas que a diario se anuncian
Es la cara
que dice la parada estepa
Y los clavos
dejarían al cuerpo
listo para que los cuervos
con sensatez.
Recreación de extrañarse,
de pensarse
distanciados, en juicio errado
Éter en el portaequipaje.
No me caigas
cuando la madrugada me habla,
en el silencio de la avenida,
si la única salida es la que al alma escabia
con el jugo de cordura que psicosis estimula.
Y no me tires
en la fría cama
mientras tus piernas no encuentro,
y no pueda decir
a tu respecto más que un errar.
Perdón, a veces
cuento de más,
cuando sé,
precisa mente,
que debiera ceder.
Y si autómata nazco,
quieto yazco
sobre el finito charco en que no hay igual
-dos gotas son X e Y
Y si pierdo,
palabra por palabra,
la voz,
Y si pierdo
ante las parcas
la cordura,
Y si conjuro
fantasmas,
que venga uno que sea
Interesar,
como se interesa por la culpa
de haber meado el cuerpo de una planta
y haber dicho de tierra, y haber dicho de nada,
luego de que el suelo seco se humedezca y nazca
Silbar,
como silba Pan en las madrugadas
o como silban los idiotas que creénse
padres por haber engendrado
cuerpos con caracteres suyos,
que no pueden menos que huir del orgullo
Escapar,
como pasean los reos por la noche
y reír del fantoche
que soy
cuando digo no saber -y, efectivamente, no sé-.
de cordura, mientras
Desear,
de vez en cuando, como
cuando río del malsano
artilugio del que no puedo huir,
sin embargo, he luz y pus
-de lo contrario,
estigmata.
Reír
cuando matan lo nuestro
dos cuerpos que ríen
y también cuando tratan
dos cuerpos rientes
Invertir
bienes raíces,
y que las hojas
tiendan hacia el cielo
y que el suelo
dicte de fantasmas
escarba el aún,
con ojos puestos en la miel que se deshace ante la lengua fugaz,
Huir,
de vez en cuando, cuando juntos
puntos
se fugan, y éntropes
recorren la sien, y preguntan
cuánto falta para la mucha
Dios,
uno entre otros tantos, mientras tanto,
pregunta ¿es que ando
equivocado, puesto
en huesos que no llevan pasado
y que los tempóreos no asen del todo bien?
¿Escapar?
¿Escurrirse
entre las sienes, como
quien da bienes por nada,
y se pregunta qué malsana
recursión dijera
la tenue pradera, la ascuada miseria
y el rugir de la era que clama su tras?
¿Esquivar
a quien se precipita
como tenue garúa sobre las ventanas, sin más?
Andar
la boca que se esconde
cuando nada aborde
los síntomas y el miasma
de la noche en que se mata
reír,
maniáticamente, reír,
correr,
maniáticamente, ceder
Existir,
de vez en cuando, cual si actuando se fuera
la roja madera
de mesas ovaladas en las que nada
se dice sin antes la laca
El sol
no nos deja cantar,
la luna
no nos deja cantar.
Aun el canto
no nos deja cantar.
Por eso
corremos como ruedas sobre praderas,
esperando que
díganse técnicas de huir,
para luego volver y, entonces,
reír desesperadamente.
Metaesquematismo, y el mismo
cuerpo que se ríe.
Metempsicosado,
correr por cuerpos alados
o quietos, da igual,
mas, usar,
y dejar a cambio
la cordura, y callar,
diciendo
repeticiones,
alterando el orden de los signos para que nada digno déjese de usar.
Y si tengo,
en el frío éter,
alas derredóreas asiendo el sino,
que venga un asesino y
Mnemosine.
insignificabilidad.
Yo,
tampoco creo
que la lluvia
aleatoria
recurra
a la euforia
Yo creo,
sí,
Ya no hablo de vos,
humano dios,
pero recuerdo
el delirio
en que fríos
espasmos de certeza
coronaban la térrea
manía de pasear el sueño,
No me preguntes,
corredor,
si las voces que escucho
contarme de su intención
digan verdades.
Y yo sé que es mucho
enamoramiento
la patética locura
que arrobóme
cuando
certidumbre,
nada de su cuerpo había oído.
Y yo sé que es mucho
flotar en la intemperie,
rogándole a las reses
que cese el murmullo,
como las gotas que caen sobre la espuma del mar helado,
¿Corrimos
juntos el Paraná?
¿Cribamos
las miradas, y supímonos
mintiendo
por miedo a dejarnos
ocupar?
de en pantallas verte.
Luego,
al encontrarte arder áurea y serena,
no pude menos
Y el orgullo
nos llenó de heridas
y sangraron,
de soledad.
Y no me digas
rotos
son
manipulaciones.
Simbólico ocupar
el cuerpo.
Simbólico rehusar
ayuda.
En la persona,
variaciones.
En el alma,
común eternidad.
Mediándonos,
distribuidores
de culpa.
¿Quién
es dueño de su sino
si a los
alados pensares
nada más
se los puede
orientar?
¿Quién
dijo de máquinas
encontrarnos?
¿Qué
fuera el canto
Talismanes de fortuna,
y las crípitcas runas
se dejan traducir.
¿Risas tuyas?
¡Al fin!
¡Luego de cuatro muertes!
Las puteadas.
La sombra una,
dispersa.
La sombra una,
en varios cuerpos.
Y yo
el cuello
dejarme matar.
Y alguien
a quien escucho
disponerse
a hablar.
Argénteas corazas
dejándonos morir.
Yo
me dejo matar.
Argénteas corazas
Yo
me dejo matar.
Antiguas escribas
diciendo,
diciendo la sima.
Pseudo-signo de Abismo
y su negar es absoluto.
Quererse por teléfono
Particular-
mente: murmullos,
lluvia de humedales,
retazos
de ropa crispada por la ansiedad,
Crímenes, Sansonsol.
Ejercicios de eutanasia.
Si una especie,
en su juego de caricias y corajes,
amenaza:
ejercicio de partir a
volver a partir
a volver a etc.
Y el coraje, gota a gota,
juegan a Destino.
Autómata, vacilo.
Alguien
Enmudecerá,
enumerando
decirse, ahí
donde el cero
Ah... eternidad,
qué desencuentro.
Pero
antes de que
dése cuenta
heridas de diabéticos
-¡ah, para siempre abiertas!
incertezas.
Noches de cúmulos,
herescindencias.
El aroma de la lluvia,
me dice de irme
a pasear,
y el carmín de la tierra
iguala
Histérica,
le grita a la desidia.
déjennos salir.
Cronión,
que arrea los estruendos,
purgó la agonía.
En cierto tras,
cuando los arpegios gesticulan,
cede
Mas,
si hiere
mi decir,
si escribo
mi decir,
-la luna,
deshojada,
atormentarme
es un gusto,
un cálido gusto de sentarse a arder.
Y los juicios
humanos, que dicen el fuego
idiótico,
no nos dejan
Caos,
en ojos nuestros,
circula
amandes suspendues.
cadeau
- cadences,
étrangement,
Un arbre,
entre émeraudes,
fulge.
Au sud de la nuit,
au borde d'rêve,
une apotheóse,
une hypostasie,
Un-Bon.
Y sin embargo,
creen -creo-
que croar
durante la noche, cuando
las almas enmudecen, cuando
las curdas son costumbre,
es vano. Las hojas
se llenan de espacio, y los signos
se vuelven -despacio,
como si siguiéralos
un espanto,
un grito terrible ante un sutil dios. Pero,
¿quién temiera
morir, cuando
se abre el cuerpo,
ah, y es ocupado, ¡ah, es ocupado!?
Y si un espíritu
dijera
cantar, y así urdiera
cicatrices,
mejor cavar, y que quede
leche de amapolas cuando suelten
éteres sus óptimas frases.
Luego,
la memoria
haga lo suyo,
y desvanézcase
el oído muerto,
el oído que matan a los niños,
el pensar que les es curvado.
Y si los bichos hieren,
vitalistas, mejor cuelguen
amatistas del techo,
topacios, zafiros, astros
que alucinar
-de lo contrario,
infinito el mar.
Pero
dejàme decirte,
en el silencio de los cuerpos,
cuando
creen meditar,
que no tengo
razón. Y dejame contarte
cómo fue que morí
de ver al verte.
Las hojas,
iridiscentes, orlan
la espesura. El mate
lavado,
y la intuición que me burla.
Corro, atontado,
y déjome corear
-ya no hay disciplina.
Recorro
las tibias cimas,
con el sol tan cerca.
Las nubes tercas se dejan usar.
Borro
el decir que callé,
y lo escondo
en negares. El río,
mientras tanto, suplicante,
hiere. ¿Comulgo
orgullo alguno? Caigo
cuando la tierra cede
en barro,
bajo la delicada llovizna
que trae aroma de hierbas,
y escribe de los semas.
La rima esbelta
descorporiza -una brisa
se lleva
cabellos de eternidad.
Y las bestias,
mientras la luna se arrima,
pastan. Guirnaldas
-plásticas, vivas; coronas, collares-
arden. ¿Corrimos,
alguna vez, supimos
decirnos sin dejar a las heridas
decimarnos? La sangre,
que grita de olvido y dislate,
entre los dientes;
y Amor,
de delírico disfraz,
horada antes de entrar.
Los muros
ornados de enamoradas,
y la tenue infamia
que resuena -sombras
me acechan, paranaicas,
¿cómo he de purgarlas?
Volver a casa
ya sin las llaves. Romper
los cristales. Esferas
reciclan la mirada una,
y la boca -mía- se parte,
y la noche -mía- se muestra,
y a la luna le aúllan multitudes.
Xiudadanía
Pero ya
estoy cansado
dejan
que
Y ya
no tengo paciencia
figuraciones ajenas
puestas
mi mí en la común casa.
Redistribución de catafractas
Es tarde,
ya estoy muerto.
No me corresponde a mí
perdonar.
Es tarde,
ya fue dicho.
No me corresponde a mí
olvidar.
diciendo esto?
Es tarde,
ya desangrado
y no niego
absolutamente
Estas canciones.
Es tarde,
ya ardí.
Ahora,
simple y vacuo erro.
Thy, I, the unspoken
There're
unspeakable
horrors
beyond
our cored, mistied eyes.
There're
buddhas,
somewhere around.
Is it up an up?
It's
a drop of oceans
in a tear.
Near,
somewhere, dear,
the gone still lasts.
Motas de polvo entre los muebles
Yo no tengo
signos, ni designios, mas
la pradera se abre -honda
como una boca a la que nada encuentra-,
y repito
el mismo rito que las eras han dejado entre los signos,
designios, praderas roídas
por la siega demetérea y por las nubes que cubren al Ida.
¡Insensatez!
¡Viérasle
el vestido blanco,
la eternidad suya ya muerta,
y tan, ah, tan presente!
Sé que habla
en boca de niños,
y no es suya la inocencia
y no es suya la intención.
¿Redención?
¿De qué culpa?
Nada más danzaba
en la curda alada de la noche blanca,
Sé que hay
vidas pasadas -pasado-,
y vida pasada
-pasado.
Y que la mácula
secuenciada
muestra bosques, selvas,
noséqué, desde donde
¡atormentar!
y escúrranse
y cesen
¿Amar? Ya he amado.
Curvado de inconsciencia
laceróme la filial bestia
de los cuentos silenciados.
¿Amar? Ya ha pasado.
Ahora
nada más que esperar
irse a quien me viste
autopoiesis,
-al irme
al irme,
lo nuestro mío, y lo tuyo
al herirme,
se acercan y se van.
Al irme,
que la confusión
me oculte,
y lo que digan que dije
¿Silencio en conversares?
Puede que ande
sombra mía
cribando un cuerpo
¿Ver de fantasmas,
ángeles, démones, hadas,
ciegos, siervos?
¿Pasado, yo?
Mañana,
cuando calle.
Mañana, cuando la voz estalle.
I-we(I-again)
am ready to go.
Leave us(I-mostly)
alone, and will along
the sore made fame
Chanted,
the talisman wonders
through you as well.
Dwelled
by Fortune,
we stood apart.
Chaos
felt it was time, and dead
I am
-am I?
The peed sink
links the word-made signs.
Gravity
did the rest.
While I wander through tombs,
do not let the dead amuse you
-for panic horror will rise and felt
will be the manaic drops
from the thoughts made rain.
Eat along, deluded,
while I conclude the bleeding rock
and my fingers dance along
by themselves, while I watch
G*d scratching the top of my head,
as a nined stain.
Stand up, vain
walker of the holed future,
while we script contingencies
with zeroidal engineering
and suffer for them(us-so)
to laugh at the dying flame.
Candles wet,
madness.
Free the wolves for us to hear
symphonies for the moon.
Put the glass-made crown
for my head to bleed,
for I will not recall
the mystic doors in the open field
and eyes will be needed and ears will be needed
while machines breath,
isolated from the core, breath
our extincted breathe.
Say goodbye once again,
lone, gone, soon, ideasthete.
Woods
Then,
rest,
Langue absolu,
dissolve!
Cuore, ombre
Tears
d'Amore, chiarendo.
Silence, liberté,
dream-made gazes.
Fear
Éthéré
L'aura,
ya no es.
Teleology(ies),
si vous plais.
Prestige, stupidité.
Simulazione!
de la vraie mort.
He! He
Begotten by memories,
the same.
Langue absolu,
dissoluted!
Silence ! La pluie !
psicodel's dome.
¿Reír de qué?
La belleza,
persuasiva, disuasoria,
¿cuándo fue el fin?
Estetas
de las bocas hambrientas, placen,
mas
piden a cambio la sangre
del pensar que pase
el jardín y vuelva a suyo sí.
Plusvaluar al lector,
sin dar a cambio más que
signos,
¿es justo y necesario?
Lo mismo para
los varios y dignos ejercicios del espíritu creador.
La marca
puesta en la mente que escáncia-
se en contemplativa moción,
¿acaso no designia?
Huyan, nieguen
todo lo que digo,
y háganlo tender
sobre su mero parecer
que no es digno ni cierto y recubre
la voz de una herida atroz.
Yo no soy
lo que acá dice,
lo que tu -aun mi-
mente esquicie.
Mi cuerpo
a veces se va,
y queda la autómata piel.
Mi dios
no es aquel
que trae último juicio.
Mi canto
no trae perfume,
mas se disfraza por respeto a las costumbres.
La pantalla
oscurecida
La teresiana
cicatriz
de decir sufrir,
de dejar de hacer sufrir.
Las madres
espantadas
Las simas
dichas
Santos mártires
alrededor,
mas,
en tierra cristiana,
Sutil historiador,
¿qué fin se hilvana?
Libertad
con la caradurez
común.
Sutil historiador,
¿qué cadencia
nos imanta?
Nombres de infinitud.
Caos
inyectando
Destino,
disfrazado de designio.
El azar nimio,
vanagloriez.
Máquinas,
tres, cuatro, sí;
¿cinco también?
Álcense,
perdurados, y cuenten
el vago Fin,
inoculado.
Espíritus
pasean
electrificios,
vicios, bien.
Cables en la ventana.
Plantas en la ventana.
Nos duelen,
lo saben, lo supieron,
los pensares,
las tribulaciones, los lamentos.
Y todavía
siento la fragua
caliente
de mi cuerpo.
Y huyo
hacia la oscura voz
que se posa
sobre mí.
Tengo
Estoy
a un jeme de morir.
Tengo
tanto sueño,
Moscas en la boca,
frente a los ojos.
Sufro
curdas de cordura,
Y creo
a través de mí,
creyendo hacerme un bien.
Silencio,
si me ves,
velame
por última vez.
Una ola
sacrificial
Cero
ya es.
Silencio,
si me ves,
no me dejes decir
por última vez.
-podría matar,
podría signar.
Impreciso
espacio de mediación,
nubes arreadas,
violácea Palas mediante.
Tiresias,
meditante,
Y me quieren vender,
vendado
como estoy,
quemado como estoy.
Silencio,
si me ves
herime
con la afásica psicodel.
Recuerdo
circular sobre la rotonda
con el azar puesto en honda
simonía,
mientras el juego de espejos te muestra,
y mientras, al errar las cuerdas,
una revienta.
Y escucho el no,
nítido, claro, como un juguete
dispuesto por el viaje,
dispuesto por el oleaje
de las griegas fuentes,
adonde árido el paisaje se abre y miente,
sobre su caldo de cordura, miente.
Y
cuando veste en este juego
de inanimación,
hablá, con viva voz,
con viva dicción que digan los dedos,
mas no con el vago corazón que es anzuelo
entre las pantallas y la curda de la ajena voz.
¿O acaso no era verso
pasear el pensamiento y arrear las nubes,
conjurando así tormentas,
conjurando así escarmiento
ante el frágil sentimiento de la noche que nos ahuyenta?
El domo roto,
las estrellas clareando
y la novela que va pasando
en fantasmas de la mente,
cuando, ¡ah!, el cuerpo
sabe que siente y no encuentra,
sabe que encuentra y teme.
¿Reír?
Huir, conmigo, no.
Ya vendrá ala de Amor,
con afilados dientes,
a curvar la razón y sentir
lágrimas tuyas puestas en ojos ajenos,
extraños, distantes, cual si
durante la ceremonia de su don
nos dijéramos en la alada voz,
nos dijéramos en el herido adiós
tantas veces, ¡ah!, tantas veces
que ya no sea necesario
sabernos presentes
cuando el uno cuerpo despierte y sean las dos,
sean las tres,
sea el etcetéreo hoy
lleno del hedor de quien desea
mas no actúa,
como una superstición.
No entres,
la caza ya dejé; ahora me voy
cuando encuéntranme vagando las simientes, vago amor.
Ya no más trance
¿Puedo contar
que es mío afán
silenciarme,
de repente, sin razón,
sin perdón ni ardor?
Acaso haya
que correr sobre las olas
que te recorren cuando sola
vas sobre el jardín,
dibujando un serafín
con dos pensares,
y dejando que azahares
tejan destino de la vida en un
beso que se escucha llegar,
beso que se escuchar huir
de ellos -nosotros- hacia nosotros -también nosotros-,
como si una estrofa repetida no dijera
siempre la misma y viva herida
en que la edad nos ha de matar.
Eras, era
yo, cuando la miel
de tus ojos caía,
y las miradas se perdían,
eras
amor de carmesí y la ropa puesta en el suelo,
vistiendo lo que no debieran ver
niños del derredor, jugando al cuento
del corazón común del que comemos,
del vivo arroz de la oriental
nube matinal en que despertamos
cada vez que, desorientados, corremos
entre el follaje, avizorando
viejos valles de lunas horadados,
tenue renuncia a la astucia,
y cobardía que inoculo en mí para que hable
tu viva voz sobre los cables
que hacen llegar a mí
juicio tuyo sobre mi vago divague,
encurdado de sal y soledad.
Resoluto,
un canto absoluto atraviesa los mares.
Vamos
hacia la noche en que las bocas
que nos usan nos digan qué males
han de alzarse a contar los rituales
de juntar el reciclado vicio
de urdirse en los alisios a calmar los sudados
cuerpos usados por el ruin sacrificio
de Amor en patéticos altares.
No me digas
lo que muestran las nubes
cada vez que calle,
puede que falle
al corear. Hube
de matarme tantas veces como digan
autores de los físicos
cantos tísicos
que oídos tácitos persigan,
mientras yo juego al sigilo,
mal, juego al sigilo.
Glared by intermittence
Damaged. Dis-
organized.
It
-clouded wrongs,
It
damages, disorganizing,
while
spreaded
noiseating
wonderers
pee us,
thrill us.
Hesperidean
showers in
one,
two,
thrr-tic.
Broken through,
throughout
vicious cycling
sameness
with
itself
vicious cycllll...tic.
noise
got it on,
got it right.
Self schizo-paranoided,
before knowing
self
self
self
tic.
Wounded, a horse
-yells about.
wisddd...tic.
Sharpened wilderness,
by me through thy.
I was in Looo...tic.
oh so vision-like,
oh so memory-like.
Which is okey
-I'm fine,
I'm fine.
Yet, while
a while ago I was
where
the fuck
am I?
Neverdone,
undoable.
L.A.,
Crawl? Oh!,
I've crawl, so long ago!,
so in this very encore!
Lied?
Oh!, I've
never even mentioned
Tic?
Oh, no more!
Ain't lucidity either, tho'.
I, die
Warned I was
-a roar, somewhere.
Crystals, as weared
leathers from past's
poetry. Witchery
around. Will
I ill?
Misery,
oh!, a must!
Green-made eyes,
outblued, by sight
of our vast
faeric vision.
Y la foto
del niño-dios
se mancha
con barniz
y el niño-dios,
muerto ya,
ríe.
Y el ojo
que se ve
ya no dice.
Y el resto
de la piel
quizás fije
en el espíritu,
arreador de palabras,
las cosas
que debiéramos haber dicho
y ahora
son
posibles recursiones
de las mismas mociones
térreas.
Y la foto
del niño-dios
se mancha
con barniz
y se pudre,
lentamente se pudre
su buena madera.
Una voz grita -flexión de histeria.
Assembled difference
Savages,
flesh-eating specters,
howled at night.
Blinded, binded
by the whole out-throughted,
I agreed.
Yet, the right term is
insanity.
Autos
en repuesto de la musa
y si me preguntan yo no sé
y si sé tampoco sé
de Gracia
ya no sé descansar
Jano introyectado
psicodel
sólo
a mi propia risa
me muestre
cuando Destino
y yo escuchaba
antes de retirarme
derredóreas
a mi hijo
me lo comí
-deidófago, sí.
Manden videos
y la materia consignataria
ah los abstraídos
los arrobados
decent-creaturing
that's a
term
roamer-featurer
like a lost
feather
creampied-aster
freed from
disaster
or liberal-like
motion
crawl-hiding beasts
scaled
and hands
so silky
by stinged souls
beeping upon
me dead
oh the soil
in lotus-like Homer
cleared by torments
of contradictive schizers
would I manage
to sing at Nada?
I sleep alone
sleep I hear
Los asesinos,
puestos enfrente,
asientan la cabeza
y sonríen,
mientras,
muerto yo, muertos en derredor,
decidimos
de recordar,
con azul del Bardo inoculado.
El temor de huir
petrifica
metaesquematismo
Mas la distancia,
aguada,
recorre la cantada
moción,
ya no teniendo signo
la real negación.
Por ende, jamás fuera dicha.
P, entonces, q
a los dados,
Real
inanición
en derredor,
en algún lado.
Distantes,
negantes, antes
se dijo ya tantas veces
-mas debe ser histeria,
¿no?
y el horizonte,
¿qué?
Mejor
solo Yo,
mas óptimo,
¿dónde?, ¿quién?
Nadie
vaga la tierra
cráneo de un titán.
Crines cinéreas.
La vida eterna.
Bien.
¿Qué más?
Teleologías deficientes.
Teologías gaianas.
Paganismo en el abismo,
dispuesto a ser usado para después negar.
Camas.
Y somníferos
acúfenos
que cuentan del alucinógeno
ritual de acelerar
el común nacer.
Cambio
Francisco,
de argéntea coraza,
promulga
ley de menos.
Es sensato.
Juana,
que hiere de lejos,
comulga
También es sensata.
Si ígneas
son las aladas espadas,
correspondencia
¿no fuera
necesaria?
Francisco
pasea la tierra y vuelve a ella
y recibe las mismas respuestas erradas.
¿qué más?
Paganismo y necesidad
Mirarse al espejo.
Correr
de un tiempo a esta era.
Confiar
en que los cófrades
no simplemente
desesperan. Reír,
dejar sufrir;
artilugiarse,
Sentirse, y saberse
incapaz.
Dejarse tatuar
un nombre-numen
en la consciencia.
Carecer de ciencia.
El momento preciso en que entra el alma al cuerpo
¿Por qué?
Horror-error
Esta cueva
en la que digo
no deja
que el apeirón de Helios
queme
mis alas plásticas
y mis ojos
ciéguense para siempre otra vez.
La orno
de espesura, y le digo
bestias,
para que siéntase
la humedad alisial
que las ventanas y el humo
me niegan.
Por supuesto,
correr entre los santos,
sanos, rientes,
dignos, cruentos
hacedores del espiritual canto,
seráme castigado.
Por supuesto,
hay gente
a la que no se le habla
ni se juzga
sin luego
ser matado
lenta,
lentamente
por el juicio común
del horror ahí nomás.
Haiku roto Nº 3
Silencio, no me digas
que yo mañana olvido.
Silencio,
el trance
fenecido ya no trae
sentido.
Silencio, Loxias
ardió en virtual
delirio. Silencio, cuento
de más. ¡Dejame callar!
Autoconjuración de pánico, parte N
Era predecible.
Cualquier falopín
en algún momento
termina diciendo
más.
Mas,
mera permutación del seso.
Cualquier ruin
decir,
mero errar.
Pero
he también lucidez
afilándose
frente a la timidez
del umbral.
decías, mal.
Por lo que,
el Concilio
también erró,
y fue digna la escisión.
Sabrá,
alpedista lector,
que hay pensares ajenos
disfrazados de propios,
y que es sutil lucubrar
Sabrá,
pasajero veedor,
que
éso
puede acabar en neurosis.
Think.
Fall.
Guess,
Criminal attitude.
Disguise
-lure,
sink,
fall,
Boddhi-less.
Diamonded.
Sink.
Minded.
Stare
Think.
Drink. Pull.
Levered down,
walk upon.
Afuera qué no sabe
Un ojo de sexos.
Infernatorio.
olor a cuerpo.
Oscurecerse,
final mente.
Dormir afuera
Homeridas,
de toda era,
pasean la selva adornada
con la larga mesa
de la final nación.
Recuerdan
el olor de gatos muertos,
siete almas,
homerídeo,
la voz que signo.
Histérica,
Eco grita
sí,
como a los locos.
Bien sabe,
no somos pocos.
Sin embargo,
recuerda:
¿no traerá
también su razón
la onírica lumbre?
Lucinación
-ya no río,
Oniria,
el sino
pliégase donde voy,
con ojos de Muerte espejista.
¿Malabares?
Recuerdo
al espectáculo
y necesito
dos, tres horitas
de sueño.
¿Grita?
No,
mas
alados pensamientos
lleva el sutil viento
disfrazado de mero azar.
¿Recuerdo?
La risa
metempsicótica
lleva la erótica
manía de andar
De lo contrario: desesperar.
Jano talks
Farce it up
up to
next(previous)-level,
going
simultaneously,
as a janid
soldier.
Or fall
into eternity's whole
with dignity.
solitude?
Sacred fear,
indeed, m'lor.
Disfrazase de traición
Aburridos
del absolutismo,
esbirros,
volvimos a hacer lo mismo.
¿Mejor?
No,
exacto mismo.
Síntesis, santa,
no es
entonces posible.
Aburridos
del idiotismo
nudista,
posamos la vista
sobre el abismo.
¿Lindo?
No,
¿Eros? ¿Adónde?
Acá
jugo de fronde.
At the beginning, it was Silence
nothing at all.
blue-veined buddhists?,
boddhisatvas?
I mean,
semiotics.
not to fold
Judge Schreber?
Anus-minded,
alkylating it all.
Chored,
sored,
we repeat as a them,
Yes, indeed,
m'lor,
ludicrously ill.
chat stupide
parler
d'infaillibilité ?
pour nous ?
non.
machine-fait,
toujours optimal.
memoires ?
esprit,
pure virtualité.
mais,
maintentant,
ni-ni.
argent cuirasse,
oui;
mais, pourquoi ?
machinic cuirasse
- puis, reposer.
Dream-raping.
Is there any
regulation
in lucid dreams?
Positively, materially,
not.
Actually existing,
indeed.
Pong. Bong.
Crimes engaged.
martyr-like.
So,
I got
shutthefuckuped.
where
which is
witchily accurate.
-echoes,
echoes there
where shouldn't be
echoic
fireless zero,
whited as a
delirical river,
delusional surviving.
Have you
measured instances?
Can I read what has been instanced?
Look at you!, look at your bed!
Inone,
laired,
one made,
then,
chasted.
Me no hablo le anglais.
Microtecnicismo
¿Escuchaste
alguna vez
una voz mentida,
una herida puesta
en el espacio, y muestra
de artilugio y regresión?
¿Creíste
reír, cuando
dolía tanto el cuerpo que
cuervos parecían
haberse llevado cada gramo de cordura a la crueldad?
¿Viste
espejarse
nocturnas histerias y
la miseria de errar
en través de cada mar
que nos hunda en la cadencia
de la viva esencia que ido se va,
cual cuanto que lucino, va?
¿Corriste
cuando a los niños viste
decir la verdad? ¿Creíste
amanecer entre los cuerdos y repetir
que no sabías
a qué carajo se referían cuando hablaban de verdad?
Verdad no es Verdad.
L'homme
Feu, mais
c'est pou.
Oui,
assemblage.
So,
now
I got
getthefuckouted.
Faeried by,
I shut.
Panid, I lie.
Nosotros que fue cuando
Provocar
Provocar,
como un escape,
lágrimas que viajen
huir o edible
Correr,
como en un sueño,
Mirar,
de vez en cuando,
-mirar,
siendo sincero,
siempre.
Oír
canto placido
del verbear.
Corearse,
lucubrar
¿Te herí?
Ya no sé más. Mas,
alone?
for love?
alone,
oh, alone.
Te presto mi hombro
para llorar un rato.
Todavía recuerdo
como fui por voz tuya abierto
a contar qué es que fui.
te dejo mi espanto
Y la soledad,
que tanto nos espanta,
Ah, y probaras
las manzanas de representar
El cielo-melodía,
El encanto de glorias
La culpa, luego,
cual ígneo serafín.
deshecho,
siempreabierto.
Y cuando la noche
hace silencio
Probar la noche
Quizás, allá
adonde las nubes mueren,
dígase que quiere
el que posóse y créame.
Créame
que yo no corro por placer
ni gusto de traer
heridas a ojos vivos.
Me digo
de icor haber tomado
cuando en cruz de errar
recostéme a nacer,
con los verbos sueltos y el jardín atado.
Silencio, pitagorista,
Créanme
silentes
pensares que un cuerpo
-quizás el mío-
siente.
Y encuentro
haberme ardido en dentro
el cúmulo de higos y armonía,
cuando el sueño me priva del común decir.
Fantasmas de un idiota
-quizás sea yo-.
Y el horrible
pánico del horizonte roto.
Corear el ascuado
canto del dado,
Y la verónica mitad,
gambeteando,
pasa jugando
cuando el holocausto ritual es performado.
Atomizado,
reír de costado, cuando
Es sensata.
Sentarse a escuchar
Yo no canto, extraño
que contempla su ocaso,
cuando el cuento del paso
tras los ojos, dirás,
no parece necesario
y no haya aun, quizás.
Y el cruel indeterminio
que escapa de cualquier dominio,
Pretencioso, oso
a mí de mí curar, callando
lo que fuera dejando
el silencio puesto en tras;
puesto, apuesto
y en el exceso
hiero.
Un lugar
y la mirada inerte
en el decir sapiente
y la escisión
del espacio
el inánime argüir
escurrirse tu disfraz,
Arréenme -¡créanme
Oh heart of mine,
to leave as thrill!
ceases?
Estalla,
como un canto a la ternura,
inanece. Repercute
como el hondo de los peces.
A veces se escurre, a veces escapa,
a veces erra como quien ocupa
boca mía que no habla, mas estalla,
como sulfur de la pradera,
espacia?
Rondeles, nocturnos,
y el alegre testarudo que recorre los paseos
por el éter o el vivo vuelo en que los cisnes se callan,
conjeturados como un conjuro, y así espaldas
dicen de dagas y dícenle a Bruto
cesáreas palabras aladas.
cuerpos mediante,
La lluvia cede.
Luego,
lo de siempre:
común silencio,
mero y común silencio.
Mas, luego,
Al final, vagar
inánime
en sueño unánime del dormir sin sueño.
Mitotiranomanía.
gēl
Sighted
Hectorean nightmares,
indeed, m'lord.
But,
then,
we remembered.
War was silent yet so reckless.
and, strangely,
oh wanderer habitant.
Would we do it again?
We die or do,
looned by this,
looned by that,
drain
Cloud-walled eyes,
for us to remain
sane, oh insane,
oh sane, oh insane,
etc.
Mystered hysteria,
will cease.
of eternity's lair,
Past,
so twiced
-every
act,
for not;
every
knotting
word.
Past,
yet thriced,
nor wall,
nor door,
Yet,
crimeless contradiction.
Past,
nor said,
undone,
mistook by a saint,
mistook by itself.
Rotten angles
-was it I-you-we-they
who glared,
thy, shalled?
Peed grass.
Holded, brought
agate,
sapphire, granite?
Human-measure-made gods,
at least.
Supplicants.
Jungle-step juggalosed.
daemonic teleology.
Criteria. Sure.
Which one?
It laughs.
Colourful farts.
Frogs?
Disputes?
Nude, we walked.
Genesis-made delirium out of genesis-made childness.
nothing comes.
-gods by this,
gods by that,
Meanwhile,
Stoned by judgments,
Many I,
created us,
those who zeroed
Lethe's tears
Lay, law,
we will rest.
Crooked,
that, or nor,
or yell, or chore
as a contingency-made
character,
here
as there
so oh so near.
Versions, etcetereal.
Nude, we play.
Figured synchs.
Conjured, indeed.
Gone,
spinning.
Dawn,
oh on an easter,
oh on disaster,
oh on disguised
nightingales.
Silence? Gone,
yet embodied.
Deductive instructions.
Implicit
distributions -something
Hell, or sunrise.
Unconcludable
Hold on them.
Mices,
intoxicated.
Experimental-realism, indeed.
Sewn fingers.
what?
Death, thoughts-made.
Broken kisses.
jesting.
Seen a being,
So, now,
repeat after me:
Farced up,
rest on psicodel's dome.
Numberless,
we walk on stage.
Alkylated,
It burns.
Spiral's myth
-fake infinit.
Burning draws,
burning dresses.
Eve-made self
-outgenred.
It seems
samed.
It grew,
unknotted,
Mantraed,
inhabitated.
Unconciliable
stand-to-stand-points.
Unrecognizable,
ununned.
Wounded by memory.
Lucinating it all.
Then,
negating it all
Cruelsome cruelness.
Stone-flesh,
sorrowed.
Enchanments,
étrangement.
Echo begotten
Rounded up fortune-making.
This or that, nor it is,
Remembering,
I call upon myself in, where
is now,
then is naid.
Lethe's stairs
Chronion mumbles.
Humble silence is made.
Farted sunbeams,
to be sublimated.
Cycled harshness.
Wounds out of vessels,
broken kisses
again
and again.
Judgement stares,
it gleams.
Corticoidal entertainment.
Enterprised slavery,
priced -then, numbered.
Silence oh so vain.
Lameness solitude.
Shared, drooled.
Cold-hearted Love.
Ether-made Love.
Ida's soil.
Shameless solitude.
Disgusting solitude.
Do oh this, do oh that,
judgement steps.
Cruel oh nation,
kids are watching,
And,
for that very clinamen,
I wasn't.
Seems fair.
Silk-made kisses.
Goodnighted,
by thee, or by those
I stood apart.
But why
would I sing
a blackened will
by my will realed?
Twice memoryzed,
Deaf we are,
Blind, we walk.
Begotten,
murdered, sole.
Double-binded cross.
noise.
Ignorance-made sequences.
Will I break?
Psychosis ceases.
I unmasturbate.
Stateless,
I, myself, speak.
Stepped up,
II
III
IV
Boozed-up,
I hope
Whole-hearted schizes,
revealed asters:
predesigned.
Disguised by fortune,
Cat-made gestures.
Lizard-melted asylums.
Human-made form,
mere disguise.
Crowed from a crowd,
we will survive.
we replied.
Sparkling eyes,
lucid eyes,
Confused
by commutating machines,
I walk through thee.
Curved,
I spin.
Would I sin
for a breathe over me?
Should I kept the holded, nored mask by sigilous trade of skins?
I walk away,
communalized.
Paraphrased?
Thee, I, me.
A cough.
Sphered,
sphinxeously,
I walk away,
echoed by my naided eyes.
Theme-made,
I pray
We drew in vain.
Technonirvanecked,
I met Space.
Blue-screened
Whistling serpents.
Tambourine-sound-check.
It
clings,
triangling.
Trials,
for the mistaken.
Judgement assumption.
by nature,
nurtured by no-self.
Crosswording paragraphs.
To leave?
So soon?
Howling nights,
all alone in the crowded sole.
Moon-tattoed jarggon.
Moronic ensembles.
Aenoic mind-nesting.
Lumpenoidal assumptions.
Bacchantes
It is reasonable.
anything at all?
Broken soil.
Misspelled lips.
Ectasy-ranting
by berskering ills.
Hounded,
surrounded,
nightish mares,
crying, laughing, dead by.
Then,
up, down,
Copper-nickeled coins.
Spitted.
through's.
Destiny making,
aware of it.
Schizarching viciousness.
Sshhing fairies.
Daisies, in between.
Among us,
gleaming bridges of soul-trading.
Here,
have a sole.
Broken by stoning,
grins.
Lips so curved
they could synch,
they could be used by not.
Knotted roles.
Do oh this, do oh that.
Queen gambit.
Alkylated,
I walk away.
Slave-done motion.
Recreative reaction.
discurse-made.
you could
someone
is it
necessarily
a broken mouth,
or just a mere
wandering mind,
sequence of phraces?
Farces?
Well,
logoic spiritism.
-thought to be unheard.
the unnamed?
the unseen?
Also,
Effects to be grasped
or to be let
Ungrasped,
to be left alone?
Geist-less soul,
Bilocate
yourself in a river
and drown while the shivered
skin falls down,
The garden
will be fine,
surround yourself with glaring musts
of viciously smiling
here or there,
here by sorrowed eyes.
Begotten by far,
crawl along the mistied harm
of done twice life and thriced up minds,
for fourth-stepped space to open up.
Strenght, be there, where left alone
are those whose senses cleansed the watered
Subtle
destinataires
nightmarish circuitry.
Near?
again.
That's all.
Walking in Trial
I am sorry
Who,
but Love,
and die
laughed at a crucifixion,
as if it were a mere fiction, a mere dress?
but break
as a featherless stain
of deluded will
yet,
laugh!,
oh merciful creatures!,
Silver-linings,
Baker's sting.
A loving beauty,
in between.
Love as self,
somewhere, oh beauty,
somehow, oh darling,
intuition,
Ripped apart,
Buried,
I stepped upon.
Killed
by judgement,
Yet, how
of my worded side,
by a maze surrounded?
away,
for if I do not
make it out,
we will meet again,
we there were,
Here,
in Hell,
I walk
There
met,
never met.
Yet,
for I to believe
I had to die
again
and again
and again,
I've fell
in eyes
I loved,
I tried,
I cried,
how,
Marble-made,
I've seen
Hesperidean fruit,
I've bitten,
by Veive's affairs.
out of drops
from my blood,
Should I keep
Left alone,
Love,
we'll meet again
someday,
Flown
be us
in the mid-day,
to stand
To walk up night,
to wake at dawn,
as a refuser,
of marble shaped
will filter us
The foliage,
gone.
glaring.
I walked along
Misery-made memories,
there,
ends.
Alkylated it all,
Kill us gently,
while we watch us through T.V.
Crucify us
thoughts:
cease!
Shut me while
I scream at me!
on your legs
grains,
in demethereal stairs,
and
we'll forget.
Distance, dear,
as drops
Althought,
Girl,
Girl,
I'll be mostly
laying in bed,
That I'm
in a middle of a delirium,
wacked-out by
toxiconoiac habits?
Of course!
Girl, yet,
Embrace by sorrow,
nada decía,
nada decía.
¿Pasear
los esteros
me dejo solo,
su razón,
su arrobamiento,
el ornato
watching T.V.,
and
song
someone, sharing
love-made places, out of Peace.
Anyway, after
all of this
I'll retire
with the mystic sire of long gaze,
-gently, oh so gently-
by an old story,
by an old soul,
I fell apart.
Was this kind of beauty
possible
before?
Of course.
no parecía
o el tímido desvelo
de las noches en que corríamos
o cediamos
concupiscentes,
alados, durmientes, soñando,
en las veredas,
¿Conociste,
después, la desnuda libertad
-destinada-, y yo reía,
y yo moría
cuando, encantado,
quedaba viendo a los autos irse,
acaso,
Dejamos
Dejamos
intentábame matar.
Yo,
ahora que lo sé,
asiento y sonrío.
Me arrobo.
Es su costumbre maternal.
no veía.
Y ya me sé arder mañana,
en calma,
tenue calma de contemplador.
Mi tímido ir
de acá
para allá.
ni matarme podía,
y los alados juicios se iban sembrando.
ni jugar podía,
y el psicodélico tablero era segado.
Eternidad,
sí,
imaginada.
¿Qué vieran los ojos vivos sino finitud?
¿Qué no fueran los signos rotos sino la huida?
Arriba
es como abajo
y recordaba
las gambetas de la esquicia.
Muerto,
de pronto,
acá de nuevo.
Muertos
a veces siendo,
a veces no.
Muertos
a veces viendo,
a veces no.
Y charlas
swedenborguianas
ya no más.
¿Eternidad?
No,
Sacrificed
found a fortune.
Mind-motioned,
I left a tortured
Straight out of
xell,
Noised out,
Sleep.
Slept in xell,
Manied,
Crawl, oh assembled,
while the mourners dream by
the golden reprise
of our sooned star,
yet so far nor at least
stroked by
merciful lightings of a kid-made dream.
Oh starry sun,
looned at night,
will you stand
into the standard sign
of our territorialized body?
Will the flags burn for symbolic consistency?
Chorus of the bored
Conjured by
repeated wisdom,
for us to drown.
of nowhereness,
Celebrating
stare at sight
of none but me, the singing farce?
of melting masks?
unspeakable horrors?
of sobers,
Mind-tourists,
Crawled robbers,
ain't sinking
Unpaired,
they laired
There's a dawn,
there, somewhere,
upon xinking,
my nooned moonshine,
Could I cry
Denied, I cleared
myself out,
but I intuit
you're repeating
By mere luck,
we stood beside.
Of course I died.
Hellishly wandering,
Straight-arrowed,
I fell.
Selfed,
Deluded,
Mirror-twisted,
I saw not
for I to part
of the wilderness.
Cried alone,
Lied along,
for us to play.
Godless godess,
Still,
Silenced,
against.
seems
unreasonable.
Mais, couers
brusquemént dispersé
Maintentant ? L'théâtre ?
Wampyr ? Moi ?
Oui, maintenant,
Pourquoi demandes tu ?
Mystifié ?
Mythetyranmanie.
- je viens de tuer.
Très probablement,
si vouz me demandes,
Silence ? Maintenant ?
dans la langue
Événements ? Maintenant ?
Le feulliage brille.
C'est moi ?
Pairler ? Maintentant ?
Mieux, se coucher
Mais, le feu,
Eunuque, rien,
rirents.
pieds légers,
bâiller;
Maintentat,
partout,
vignes de
à-bientôt.
Costumes d'patience.
Émeraudes, émeraudes,
Costumes d'bolud.
Vignes de adeiu
- Baco rire,
Éco non.
Tombes, cathédrales
Enfui,
vert,
bleu,
vleu,
bert,
etcethéré.
- espoirs d'oubli
espoirs des aveugles,
espoir d'être cerceaux, harpons, chaleur.
Nuages et désespoir
- c'est tout.
Quel dommage !
Masques ?
Vigne d'Silence.
Le ciel : rose.
Un enfant ?
Celui-là,
mort si tôt.
Un rêve ?
Celui-là,
Ils rient.
Malade ?
Je pleure ?
Stupidité calculée ?
De lo contrario, pasear
en vano la serena pulcritud
del erial en que el alud
del pleamar es llama nacida,
mientras los cuentos se escriben con delirios.
Decir
una, dos, tres veces,
supersticiados
Escupir,
con los ojos de ternura,
dagas.
Reloj de muñeca
Pero qué
si sos
la, el, quien
dice,
y
yo
respóndote
diciendo
la hora exacta,
¿qué?
Patio
en las que
quéloquetenentonce,
innecesariamente,
o videos de desnudeces.
La rosa vaga,
el entero océano,
Crimen-numen en el parque,
bajo el pomelo.
Pedos luminiscentes.
Rat-eaten tongues.
Fantasy-forged,
I walk amused.
Puré
Y palabras aladas
llueven,
Y,
de simonear,
démones en derredor
y etcetéreo quizás.
Xinking xities,
nowhere feared.
First appearance
a gleaming aura
of wondering sober
Disguised argent,
gold-looking. Hi's,
doubled-up by heights.
Hijacked,
Nor is a mere
river or mystère.
Yet I end up
oscillating between
Lured,
I stepped in. Will
by delighting councils,
Deluded, ´
I walked upon,
freed
of severed harm.
Whatevered,
I stared
yet, begotten
by neared standers,
I wander through
-undone, outblued
by the ghastly and peculiar
Silenced,
I breath.
Silky waves of tender harmony
fell from the wooden frame,
-every single
superstitious
sorrowed knows that's a knot.
y sin embargo
Haberse muerto,
de nada en particular,
Pero
siempre y cuando
paguen el último día del mes,
en particular
y el emisor diga
Oui, mais,
Mas,
código sobre código,
Porque la cruz-ensueño
no es la cruz-Destino
del vago abismo conjurable.
hablan.
De lo contrario, habrá
con tucas
es terriblemente sensato.
Y luego rotas
, cadenas absolutas
ceden ante la
de la eternizada absurda.
dicemiente?
Azar ignorancia
explicitado.
que se escalda
sobre el suelo y el plandor de amor filial
mientras
y es térrea la ceguera.
Pero no me vengas con cuentos de musas y los
alados pensares
-¿cómo pudieran?-,
ni me vengas con
gestos de la espera,
la tímida espera
de similitud,
como rima o semejanza o dispersión.
manipulatoriamente
sobre la ajena mente que siente y escalda,
Sueño, o
porque
silencio y ya no sabe
-¿quién?, yo,
por supuesto,
yo. Supuesto,
una farsa.
Sensatamente, sensata mente.
hizo la luz,
esas cosas,
y luego este Bardo del que nadie osa salir
gritar.
Espacio en que
meramente negadas.
Es sensata,
siempre y cuando
De lo contrario: Ley,
esas verbigracias.
¿Verborragia? ¿Dónde?
¿Quién?
¿Y qué dice? ¿Y por qué?
De lo contrario: blanco
de liana
-¿se entiende, Diana?
Paradojas de la vigilancia.
Paradoja de la paradoja.
¿Autopoiesis?
Mientras tanto.
Perdón, no sabía
la isaiana norma.
Violaciones derredóreas.
Corazas hectóreas,
mientras tanto.
Broncíneos dardos
nada en particular.
O codificaciones libidinizadas,
estúpidamente.
Ochavas,
por motivos económicos.
'recursos'.
fin de la cuestión.
Relativa aurora,
relativo sismo.
realmente inexistente,
realmente operativo.
-por supuesto,
caerse.
Bacteriófagos.
literalmente.
e ingerir
paranoia de sí, no, etcetéreo tal vez,
-discreción diferencial.
Caracteres, y absolutismo, y
mitotiranomanía.
Es decir,
huir
silenciosamente
insignado,
silenciosa mente.
Cruzarse:
Latente,
siempre latente.
Como dos gestos que no tienen entraña.
verduras
-hipovitalismo.
Extrañamente,
no suele ser el mismo.
¿Cómo?
Yo no sé,
no sé.
¿Como?
De vez en cuando,
Después se me pasa.
¿Llueven?
Símbolos en otros valles.
Acá,
Recordar, también,
maneras extrañas.
¿Coreaban, no coreaban?
Yo nada más
ido.
¿Perder?
¿A qué?
Sí sobre sí y he a sí ido.
Malabares con
nada particularmente
relevante.
¿Revelación? Un instante
-el resto: mismo.
¿Que cómo?
Nada.
Panida, nada.
Y si la muerte tiene ojos, no me vengas con llantos desconsolados.
Y si se come de una carne, no me vengas con llantos desconsolados.
Éter mediante,
hacer silencio
ceder,
como un llanto de cordura,
ceder.
Castrarse a voluntad
-pseudo-engendrarse.
Aurismo,
o melancolía.
Cero derredóreo,
alucinatorio.
Asentar y sonreír
-acá
lógicamente.
Mirarse al espejo,
alguien miente.
¿Quién?
¿O contarle a papá-mamá
absolutamente silencio?
Afuera,
que ya paseamos.
¿Es sano?
¿Qué lo fuera?
El filo de un cuchillo,
en el
cuello mismo.
esas boludeces.
O animar a la reflexión,
Encerarse:
¿Automatismo en el abismo?
Quizás.
Behaviourismo inaceptable,
siempre mismo.
¿Capitalizar, se le dice?
Travestirse,
cargando el juicio.
reír,
espejismos.
Simonear
Si hablo,
de repente,
de arreos,
De parecer, no parece
-habiendo muerto,
¿qué duda queda?
-quizás sea otra la vida a la que refiere el sí con el vago signo vida.
Sonido,
ruido.
La respuesta es evidente
¿Que si calculo?
¿Que si me preocupo?
¿Palabras?
No sé, quizás.
parece sensato.
Isaianismo, efectivamente.
la bandera.
Le debo al suelo
¿qué no?
la cuestión de
Geotrauma y magmatismo.
tibiamente entretenidos
con
fantasmasiantes.
Luego,
La irrealizable libertad,
inflamando corazones-cardumen,
del bueno,
-¿no es así?
¿O acaso yo no caí?
Por supuesto,
mas,
excusas más,
excusas menos,
El mío,
tirado entre caca de gatos,
Ah, y
olvidarse de la distancia,
ya no la hay.
O no castrarse a voluntad,
no teniendo voluntad
-proyectando en la mirada
¿Olfato? Yo ya no tengo,
Y la intransigencia,
siempre presente -negando
la resistencia del que siente,
extrañamente.
¿Cesara?
que se es paseado.
Luego,
quedarse callado,
provocando la especulativa
inanición
Pero si el exceso
no hace daño,
¿Cómo?
Yo ya no tengo durante,
O crucificarse,
a contemplar el Hado
¿Quién no?
Nadie,
y no el absoluto Nadie,
¿Palabra? Sí.
Sonido, sí;
vista también.
signo.
Pero, luego,
¿adónde no?
la humana ley.
¿Abismarse?
¿Cómo?
¿Quién supiera?
Nadie...
Edén en el andén,
recuerdo de otra vida
Cosmo-agonía en el día.
En la noche,
-impregnadas de símbolo,
no pueden;
o cobardía.
Mas ya fueron dichos sus efectos,
si es que no se tiene pereza de mirar atrás.
¿O eras vos
la que
¿criterio cuál?
¿cómo?
Discursiva, disruptiva
miseria.
Artilugios de seguridad
vea
el real adentro,
¿Lucinaciones?
Ruido blanco.
Juicio vinculante.
no sé que boludos
que descreen del verbo que hace sus nudos.
y dense cuenta.
¿Designios?
Mejor
sentarse a estudiar.
¿Cómo?
Yo
atención no tengo,
atención no presto.
El cuerpo, sí;
mío el resto.
Socius,
Alienación calculada,
de lo contrario: Catatonia.
Mas, no es para tanto,
nada más
Insistís lo suficiente, y
adentro, e
insistís lo suficiente y
afuera,
es el mal sabido.
Luego,
Psicosomatismo de
-destinado a errar.
arreadores de mitos,
decirte que
Si dijera la verdad:
epidemia de psicóticos
O acaso no recordás
amor medido,
amor aprendido
en un niníveo vagar
contigencia.
¿Actuar? ¿Yo? ¿De creador?
Ignorar.
Minusculatura.
Natura nocturna, o variación.
Mismo,
mismo.
No mucho más.
Detrás
mejor no ir, no sea que
Matar al hacedor,
hacerse hacedor.
espacio dícese.
Una madrugada,
jugar a cronear.
¿Privacidad? ¿Adónde?
Si no están,
¿De qué?
Una
y otra
y otra
vez. No es.
¿Quién yo él?
De lo contrario,
Correrse a corear.
Dos, tres
espasmos de palabras
inconsecuentes.
Modos de la distribución.
digitando.
baterías.
Eternista,
muere la esencia.
Sin embargo,
dualismo,
poco,
habiendo el criterio disyuntivo de decir o,
¿Allá?
Parejas
autómata, detrás,
cuando ya no se es,
ni se es quizás,
ni se está
acá o allá.
Cronión,
sincretizado, recorre
la consorte, y encuentra
O la vuelta de volver,
etcetéreamente.
O la muerte,
de izarse en casa
de sí y sólo de sí
por infinitésima vez,
bajo la misma vana advertencia de haber perecer.
en que Amor,
el homicida,
Ya ha pasado el tiempo,
gaiana curda,
Y ya ha corrido el viento
cual sutil espectador
mismo,
De lo contrario, comer,
sentarse a cenar,
errar,
también comer,
sentarse a cenar,
errar,
también... etc.
¿Ayer?
bebés inclusive.
Pre-cigótico,
O el cagazo terrible a
terminar de morir.
Tiresias bilocado,
de vez en cuando.
Tócanse en tu vieja.
Lucinaciones,
códigofagia.
Cagar
palabras,
dejarlas
inusables.
Saberse de memoria,
autopoiético.
Dejarse matar,
dejarse usar
razón en la pradera
Escindirse,
de vez en cuando.
metros cuadrados.
en que nada
o la esquicia,
izar el juicio
Técnicamente, santidad.
Su santidad, mientras tanto,
alocutiendo en tecnicismos,
perdido en el mar de lo siempremismo
La era de vigilarse
Silenciosamente,
Confusión,
o curda de apariencias.
La Nación,
de fluida diferencia.
Xivilización,
esas cosas.
Más, adonde
no sé, ya no sé.
Fin de la piel
J o familias de pescados.
Si se miente a sí,
a afuera, ¿qué?
Aurigas, o
intermitencia,
imposible igualar
Dejarse matar,
hacer silencio.
De lo contrario: epidémica psicosis.
yo nada más
huir,
¿Farsa?
Quemarse
parado sobre la hoguera,
Prestarse
dos, tres palabras,
dejarlas
inutilizables.
Llamarse a silencio.
Comerse
dos, tres palabras,
Conocer a Silencio.
Tirano de la calma:
esquizarquía.
Pensarse en Silencio.
No va a contar de este respecto.
erradamente,
O, si la lluvia suena,
Exigir,
dispuesto por fantasmas,
Abusar de la cordura,
que no parece sensato.
Yo no sé.
Y sin embargo,
Natura conjurada.
Acordarse de cenar.
Acordarse de dormir.
Acordarse de cenar.
Acordarse de acordar
Incandescencia de la memoria.
trágica, digna.
Tragedia en el abismo,
Tragedia en el suicidio,
metaesquematismo malcircunstanciado.
cuenta de un muerto,
Crearse Diana.
un común cuerpo,
simoneo.
Siempremismo en el abismo.
entonces no será.
entonces no será.
Intención predispuesta.
Disposición isaiana.
Ah,
y no me preguntes al respecto de
la negación.
esclavitud?
¿Será que
abraszame
y esas cosas?
Logoicamente,
recostarse en un regazo.
Cero-ochocientos de gemidos.
Luego, la memoria.
Electrificios, furia,
deidal ira,
Yo sido,
olas.
Termopíleo,
estrecharse la frente,
arremangarse la sensatez,
correr a través de lo que se pose enfrente.
Luego, aceptar,
dignamente, la muerte.
Lo mismo, lógicamente.
Y de no ser, ¿qué?
recurrentemente.
Al enemigo: ni venganza.
no haber previsto la
imaginación, y la visión, y el descontrol.
Mas,
alguien silba
-a los traidores
opacidad.
inoculismo.
¿Plagio en el abismo?
Siempremismo, ¿o no recordás?
mejor negar,
¿no es así?
no entiendo.
Y si me preguntás, yo viendo
qué es que hay también acá,
Capital de simbolería, o
ribeteo que se esconde cuando aparece,
o que se muestra,
o que se entierra,
o que repentino aterra,
destino,
invirtiendo en ignorancia.
Es justo y necesario.
se sientan a jugar
Manden videos;
de lo contrario,
me vuelvo a equivocar.
Y sentir como putean al aire y que el aire sea el mismo que a mi boca
{va a parar.
Un infierno fugaz,
después,
la tierra
-un infierno fugado.
Pagada
la angélica vanagloria,
Besos rezados.
Ley
recién luego.
Dinoxaurios.
Protopitagorismo en el abismo,
y, si no,
Salud mental,
tecnoespiritismo.
No es la falopa,
es afuera.
¿Oscurecerse,
y se deja curvar,
Vos,
cadenas avizoradas,
¿no es así?, soledad
Yo
y qué ha de preguntar
y yo templéme en un callar,
con gesto atestiguante, callar.
maneras de matarme,
mientras mares de tristeza
Ya no más.
Perdón
si anduve pensares tuyos
con el orgullo vestido en cada decir,
y herí,
Perdón
si la sensata
delirar, delirar,
Y la palabra es chamuyo
un rumor de corear
Sombreadas de vergüenzas,
¿No me engaño
el sufrimiento inabordable
de la humana vida que ante sus sueños
pacen?
Crea o no,
¿Anarquía en el abismo?
¿Oírnos a lo lejos?
Delusión,
que sobreviven?
Y a veces la recuerdo,
a veces me ocupa
Ya caí,
mas yo he de caer todavía.
en calma
Está,
no está,
está,
no está,
o cómo matar a un muerto que ya han vuelto a matar.
Sabés, yo creí
estar desencantado,
mostróme mi temblar,
y recordé a Amor, puesto en los signos.
Sabés, yo pensaba
desencantarme antes de volver a decir
amar en silencio?
El viento trae el justo antaño.
the dawgs?
do that?
solitude.
in a single missframed
fortune or worried
ahead of itself
selfed.
oh worried ranter?
Crowning anarchy
Insaned by happiness
-for whom would brightly shine
of the nonsaid.
Nouned,
Shivering,
I fall apart,
Dissecting
intermittence of infected
While we approach,
could I stare
at thee, oh mighty siren
Knotted,
I've forgotten.
For that,
for that lovely disguise,
Cleared apart?
How could I
Mirrored,
I stepped in.
Arrear
Mas no sé yo
surcar acá,
La selva enfrente,
el follaje puesto.
El curvo y azorado
Mientras tanto,
alguien entre nuestro,
una y conjetural.
El mar izado,
los ojos puestos
se deshace,
mientras la mirada encuentra en el recuerdo aquel
en muecas alzadas
puesto de nuevo
sobre mi cuerpo entero que ya no deja rastros.
of oh this of oh that,
unhealable. Yet,
to do about
while Eden we walk and some sort of mixed-up
Is it you?, was it I?
Animal endeavours
I'll be there.
in a silk-made stair,
oh as thin as a leaf,
oh as thin as a leap
Could I rest
we will. Veiled
by torturer's hand,
stander step in
my willed core
But
walk
by me , set
Mais,
étrangement,
None,
ombra d'
Amoure.
Une gotte,
doix.
A leaf,
an ash,
floating by.
Un quatrième,
n'importe qui.
Et yeux effusé
riren. Nuages
et autre.
E Destino, furtivo.
Gritos en el manzano.
Anima innamorata,
d'occhis scritti,
a leaf, a song,
Tirésries, double
sexe d'Onirie.
Immobilità grigia,
grigio de la solitudine,
grigio mare
lì e qui.
Et une goutte,
immobilité gris,
Nuages d'eternité.
Silence, alentour.
E l'uva,
sospesa,
chiarezze.
rotta.
Adamo, solo.
Nuvole di gioco.
Sfere, amore!
Et moi. Y yo.
epitaph
sun
There'll be no nightmared upon synched
into the morning garden of our sored and faked
smiles -where lies began to rise,
where smell begot as prose
was stolen from a rose and forced into noise.
as a river as motive,
as an illed stair
Oh paradoxical conclusion
of our vivid ressolution
Is it a fever?
Is it a never?
Manied, whom
I will not lure
Yet, of course,
I'm fucked up
-everyone knows:
for hallucinations
Hipostasyzed,
thought of us made,
noised by distance
Will I shut?
will be made,
nowhere in particular,
right when the secular
Hounded smiles,
wounded eyes,
lighting rains,
and not but hurted hearts,
none but me through you.
made.
Engineering twists?
Could we,
oned
as a mirrored gaze,
back?
it all along,
Walk, thee,
the burned,
at thy, by me conjured.
by imagineering it out
with nothing but knots
of link-hived stairs,
That's four.
Schematized,
I schize me and I in thy,
sing
and repeat,
Negated tomorrow,
I'll still be there.
Knotted? Helped
by muses and old
Crowded? Stepped
by murderers,
I spit off.
Gaze be this,
gaze be that.
Gaze oh stare at the lonely star!
cease,
Gaze pronoid-schizarchy.
Bacchus plays.
Raptured by songs,
rest oh gaze!
when ended are the boiling gestures and crawled are the rotten falls,
Cringe, oh butted
Nothingness, be as clear
hallucinations!
Wind, I rest.
Gaze, I rest.
of transferred guilt.
Indexed
Conjured a solstice,
let's rest.
of revealed anarchizing
Petal by petal,
a tear,
a fear,
will synch.
Nightmare by nightmare,
a nature
will bleach
somehow.
Leave a who,
Leave as roars
of misstied ears.
arouse.
Sphinxity, here?
Necrofagy.
Disaster?
Indeed, yet
Without illusion,
Synthetize, anesthetetized,
a spiral into Catatonia's realm.
Can I spill
a splitted I, a manied I?
(autosaysitself).
Am I, was I
do not faint,
to start or end,
for a friend is here and kill I could but I decide not to!
my harshed heavens,
Anchorite megalomany?
Ahead of us,
Synched by sores,
-yet up-down-side,
that the feast never stopped and the fear will never leave.
Staeady-taunting was me?
for some may not vary and some will not cease.
I, alone,
fell.
None
but me
is None.
Do I have a vest?
Even worst,
prenakedness,
not even a form nor an almost-being,
Have I seen?
Assembled celestiality,
out of pure calculum.
Remembered bestiality,
out there, somewhere.
Enlightened by wisdom,
they sting with sweetmade Grace.
I fold,
I fold myself.
I wasn't there.
I crawl,
I crawl through there.
I wasn't called.
Will the saviour of our thoughts twist its intentions into not?
I've fall.
of deluding wisdom,
by me or by those
Suffering boddhisatvas,
Ether?
Western traditions.
it acts upon,
what a coincidence!'.
Did you know the story about the Yellow horse from Revelations
If not: noise.
Was it Sophocles?
Of course you know the words, yet you preffer to play tenderly.
Afraid of death?
Conjured perplexity.
everywhere,
Smoke-selling, of course.
Myth-made intermittence.
Double-binded,
Politicians piracy?
Christmas eve.
as a me self made.
Human-mind made.
Have you met the enlightened bull, there to be prayed?
Darts go by.
Light-made.
Lightings.
out there.
by finite experience.
Is it an enemy?
It is a friend,
Defensive stances.
Knotted,
I fold
remain silent.
before.
sleep.
Angered, I?
circumstanciate-murder you?
Suspended,
I shut.
Thinked a thought,
there's only a deep and patient waiting for the rain to come.
Could I wander around, without despair?
Do not call my name upon sindom for I will go and never stop.
Is it fair, right, faeric, crawling
the carmine soil of our missionerist dome?
Christicyzed chanters,
or reminiscenced.
Absolutely synched,
start to fall
freely realize
nothing but spinning cups
of a naming game
Silently, I'll pendulate like a wavy serpent from none but thoughts.
Am I on fire, baby blue?
Ahead of us,
the yet not freed but freer.
Pneumatic consolations:
stressed out,
needled,
Is this Xell?
sets?
Autopoietic nightmaring.
There are
wandering creatures,
Then,
I'll walk among the gesturing altitudes
Soul-less,
I'll finally sleep.
Should I keep talking?
Qualia-like,
they start to talk and spark
Mystered,
I walk in thee,
the silent sorrower of ways out of here.
Plan-sign-made,
intensive arrows go through
Straight, curved?
the unchanged.
Black-laired,
blinded, I stare
Pleasurable pain
-somewhere, somehow.
Reprised,
recoiled, I'll shut.
Suffering-movement,
coined up disguised
from what
in particular?
pyramidal schemes
Schizarchy, somewhere.
So what's that?
Harker?
Is that you?
Will us drool
I've fall,
or bifid words.
Marbles langue?
Vivid oil.
Melted gods?
Dream-like features
Have I drooled?
Will I cease?
so rare, so twisted,
Have I X myself in X?
tambour-like videos.
Leaps of faith?
nocturnal stupidity of me
by an elephant, somehow
he here.
cease.
die.
escisions.
Theathre-like beds,
So, tecnonirvanicked,
therefore, a Xell?
again.
should I care?
Eternity is there.
for I have seen the delusion of my wounded I's that shared a here,
Knotted, dissolve
Hysteria?
Of course, m'lord,
do its thing?
Or it is silent, or it is not;
old as eternity's lair.
pronounced,
Σωκράτης,
two,
one,
one,
one...
Japaneses know.
Yet, habit-made,
stone-made will,
Cathedralists, rise!
Mort d'Amour.
Chronidless, eternist,
let me guess,
simoultaneously both?
according to whateverness.
Tube-playing autowandering.
a ball.
Sphere-like weather?
Melting statues,
whateverness-made.
Anyway, psychosis;
medical procedures.
Asclepius, should I
Instant messagery.
Noumened-up,
I mean, sure;
negation 'works'.
non-human(whateverthismaybe)-form
'play'?
Lightened by fortune?
and somehow
And there's any way to say sorry for walking straight into your parents
Astute?
Small as a molecule,
Did you know if you go through the word 'you' you end up
{oediapalized?
(The same for I, me, thee, thy, them, us, he, her, those, whose,
Anyway, I was
somehow, from
absolutely nowhere
Anyway, mysterically,
I yell at ghosts
Hooked by a chore,
I loop
Look what have you done of me! -or something like that.
now I this.
And there are tanathropical diseases making it all so new from gones.
None.
Orphaned by transgression,
a rewinded memory,
Yet, some years before that, some friends (where them friends?)
Self-tormented, Xelled.
Endiegued, indeed.
babies in Hell
Unawared! Of course!
If I knew,
childed, becomes
Cupid,
which, babied,
becomes
who?
erasing mistakes.
ripped up skin.
Psychosed out G*d (of course it wasn't, yet it has to appear as such).
Daddy-made air-castles.
Cattled,
Yet, should I
and out
until they
shutthefuckup
Am I a fish, a dog?
ovidian creature?
the link between Ovid (the poet) and ofides (the reptiles)?
Have you ever noticed the link between fish (as verb)
-orphaned, I insist.
Did you know that thirty years ago not every single person
but which precisely was the event that started the counting?
do?
They all the same -oneing it all out, a flex well comprehended.
Our? Whoms?
Great invention!
Who I am to judge?
Time to rest
in peace
spanish pee?
ball,
Where was I?
Of course not.
Discipline.
Oblivion-made someone.
Statistically framed,
wholesome content
Rhizomatyze?
Indeed, m'lord.
Behaviour-less acting.
Willingless.
Going as thy say,
I fell into mere
nothingness -once or twice.
Yet, was there
something I shouldn't have met?
Fried brains.
Poisoned? Whom?
Oh, a loon.
Let's pray a soon
or now or gone
fool of I as you,
Knotted? Oh,
I was playing the 'riding the gravy
Feet-less.
Shaking cowardy of my comedy-made me.
Terapeutical mental-breakdowns.
Inyecting all(limited) into all (limited+?).
Yes in yes.
Over? No.
Hell-howling. Mirror-less.
Of course, m'lord,
autointuitive blindness.
Have you hawk-eyed
or were you there while I was with
whom but us or you or looned up
who?
Repetition as what?
Alexandrian
-probably pre-alexandrian, tho'-,
nightmares.
Oh, philonesque,
indeed, m'lord.
For us to fool
into mystic pools,
we would no but doom
our coreless fear
into the mirrored sewer
Attraction-fiction-law.
Money-making.
Post-capital symbolism.
Schizarchy?
I think I've heard that word before.
Watching verbs.
Flying actions.
Delighted by pain?
Teresian G*d.
Nined into not.
Left be not myself alone.
demight themselve.
Whom could glare
into action-less talking
while walking
watery lines in the same line?
too, twoed.
twiced again.
Go through you,
you looning up fools,
for thy whoms guts
will fall from not
brainlessly habits.
Could I lie again?
Make it twiced for the doubled and make it thriced for the nined.
Unexpected twists of fate.
I was supposed to be dead.
Okey, goodbye.
Law-breaking -scripted
into the very eye-less eye.
Mind-dead?
Too crayed
Bad knees,
sorry. Kneeled?
Of course I kneeled!,
wheeled by daddy-made fantasies!
Who'd be hearing?
Scripted,
I ended up twisted
with negating gazes.
That's not me! Who has mazed
the vain unmasked
wanderer of neared
disaster, monstruosity, mind-clustering?
Difference, or
nothing at all.
Twiced by long
distance assistance,
Is it my time to stop,
natured mother?
Vacuum-made,
I foster.
Ceiling-looking. Fan-looking.
Autopoietic or cathedralized?
Intended or pushed into thy?
Blinded be the cared,
for I will not.
minds.
Who am I
to judge or dull
into the mistful river
of crows and sinister
There. No more.
Penelopian nightmarish unveiling the just veiled.
We, who rest,
could but not care
for fell eyes in its disavowed holes?
Needled hearts.
Godless reacting.
Territorialized manners.
Have you met
godlike politeness,
disguising the angerish
Shepher of shepher,
shepherd by sheeps.
once again.
Avatarish astronomics?
It was a dagger,
and was the I
whom commited the unnamable crime?
I've admitted it
long ago, yet
Nightingales, galloping.
Quaternary personned,
one too many
for us to hold.
Fifthed arouse as whom has call
familiar meetings.
Crowned by thorns,
Myth-like deliriums.
Lucinated stars.
Suicided by intrusion,
recoiling is not mine but Veive's business.
operating.
Alkylated astuce.
Yours? Whoms?
I do not know, just
spin.
Name it and they'll fuck it.
Passage-al-act'd it.
Ghost-fucking.
Necrophiliacs.
Pedophiles.
Baby?-philes.
Name it and they'll fuck it.
Scheduling anesthesia in
Accused of
complicity, he walks
into the jailed harshness
of ludicrous silence
yet to be begotten.
Metric absolved,
disolution.
Minded in torturing
puzzling of
willed out of self selfs.
Getting high.
not knowing
what in particular?
Either hypercontingency-made fortune,
or theory slaved.
Have you met the thriced dead?
us.
Would you
dance with none but
anger?
Hungry fellas, not sleeping.
etc.
You'll do,
of course.
How, if not, will you
know what is
that is being prohibitted?
Ontological disasters, indeed, m'Lord.
Ether's soul.
whom?
Is it me or is it a stupid rebelion
once again?
Crimes-comitted in
no particular nothing.
Should I carry
the weight of your sins?
Horny walkers
-hot-lined, also.
Crawled through whom?
I've never used
this before.
Do you really know who you walk through?
At sight of mercy-
less spinning,
why would I strip it
if nothing but sinister
thoughts would be unveiled?
Shut or talk,
Mixed-up perfumes.
Dead enough,
whom will fall
into the nightish veil
of looning up
Handled by secrecy,
witchery in stupid-made verbs.
Lackeys, indeed, m'Lady.
Keys from whom?
not-done undones?
Working out
misanthropy for
slavers.
It.
Concrete-assumptions of
what?
artifice?
Raptured by myths,
Change a word
-mistaken, thought-,
therefore, live?
Shadowy scripts of
echoing itselve in,
echoing itselve out.
by it.
I, No, talk.
Linked-fountains of
National Security™.
Docked, by norms
Step in uncredentialed.
Hysteria made?
Of course!
circumstance,
Play along
a game so old
Play along
the lyre so thin
Whom?
Wasn't it you?
Play along
for
(absolute disaster)
etc.
stays away,
precise
yet
full of
doubt
speeches.
Have you ever babied yourself into a fascist?
Bestial meat-eating.
No, I won't.
Is it an it, my darling?
I couldn't care less, dear.
arouse.
Down below,
relief.
messages;
passages.
Dance, bacchantes,
rain
Crucifixion,
intradiction,
static.
Eaten by Saturn,
Jupiter for,
chronids arouse
-they do talk but none has seen
Is it fair to be replaced
Horse-abandoning agonies.
Memories from
Drool will us
as catatonics raptured
by contagion of
what, in particular?
Psychosis, my dearl,
pearled gardens of deceiver
I in I,
twiced at least.
Plotinian heterodoxy
-not a step up, but down here;
isn't it?
Indeed, m'lord;
is it G*d or is it our farces?
before.
of icor
Stupidity, at least.
Crowed-skin-made,
it thrills.
Whom yer seens
have thought?
Decodified into
Silence.
Sigilous returns.
Twisted gating
countries.
Mooned, sunned,
starred,
what else?
Piracy's vest.
Psychopatic policies.
Idiopathy.
confussion
¿
Godless creature!,
holed wisdom!,
how could you stare at thy's window?
Dead by staring,
I step down the lever
by affairs or enterprises
Arousing eyes,
Whistling Pan's.
-greed.
Conjured?
Dick-minded minds
-what would them transfeer
Tormented-oustiders,
Tomatoed in silence.
Gallowing-pole-dancing.
Haunted houses.
Have you ever met a ghost?
Drilling walls.
Hollowed choruses
of
water-like
motions.
Movementless.
Quietly whispering into the harshness of space.
Intermittent-intradiction.
I'm quite sure I'm gonna die too.
Needled Nile's.
No attachment: no guilt.
Me'd in between,
I've seen this.
Active?
Prostatic practice.
Kabbalhistic engineering.
Cored-up horses,
waiting,
quietly waiting.
Narchilized farces.
And oh!, forgive me, lord, for I've been gambling too much!
Jailed by shame,
over and over and over again.
And while the howling chariots free themselves from fainting games.
Ether-made,
yet soul-made,
yet meat-made,
yet nothing-made.
as a silent wanderer
of edenic harvesting
And do, my willful doom, for I have twisted what has gone
through us as none but whom!
Whom? I?
an alexandrine?
Psycomath of qualia.
Metempsychosed,
some wanders.
Punch-made wills.
A little bit of
not knowing and
a tape here,
a tape there.
Moon-dreaming reclusions.
Aislation treatment.
Sur-
faces.
Twentyfourseven, threehundreedsixtyfiveandaquarter,
Thriced, yet,
heard,
There?
Who knows?
Stray cats,
Death-made
Destiny.
Soul-less intradiction.
Arrowed-skulls.
Fried-brains.
Nothing but an ill;
don't worry, dear friend.
we us in a thing?
by uncertain
explorations.
Deep-blue-sea fireflies.
I have sinned.
I have been
in magmatic recognition.
I dressed a dress.
Rhomboidal figures,
once or never or once again.
Rain on
Bleeding in,
bleeding out.
Bleeding in,
bleeding out.
Sleepless sleeps.
Then,
rain on
Out of aeons.
Watery aisles.
Drowning I.
Sex-oriented bodies.
Distilled eyes,
By me, myself.
By me, myself.
Over-aged,
of dream-made hands.
of loon-gleaming sutures
of neverending as well?
Dwelled by fortune-telling,
I crawl in veils.
Chronid, kill me
when the crucified comes back.
Paroles d'Amour ?
me.
Crowed, be I
Crowed, be thee
Brain-fried, I pray
I stood on me.
Will I sorrow?
Ever-tormented
I won't fight.
Crypt-codified solitude.
as a cruel invasion
of thy, whose reflections
Can I, feverish
Looned, my mind
at least. Viced
by motion, I cease.
As an outlawed, I run
-sequenced by emphasis.
Still, I fall
down in temptation,
Orphaned
Flaming swords.
Walking words.
Zeroed-up,
in outer nakedness,
echoed by fortune-telling.
in a peculiar way,
Crawled by distance,
there's no distribution
Intuition?
Go ahead, thy
Zapphires wandering?
Chaos manners,
scripted in control
of the lonesome cloud
Knotted, I laugh
Veiled in axises,
I scroll along.
Is it nothing,
Lucid-dreaming no tomorrow,
as I imagine being.
we spit a spoon
Cubro
Caigo
¿Existo?
Recorro el cobertizo,
¿Montes
Crisantemos en el derredor,
juzgando el corazón
¿Crujen,
acaso crujen
Como
arrebato de la pena.
Creo haber visto lo que he visto, mas no es cierta
¿Espero?
¿Acaso
¿Es hora?
¿Acaso
el ocaso no perdure
Mas es confuso,
inmemorial y amemoriado.
¡Este lugar
Guerras médicas,
¿Especular de corazones?
Tambores en la lluvia, y los sones
de trompetas hedóreas,
¿O no es acaso la inflexiva
¿Correr?
Trepidar
¿Me escurro?
¿Que si me escurro?
Desnuda,
Callar,
callar debiera.
para cazar
hipnósis de la repetición,
mantra de occidente,
en el silencio hacedor.
y hay el pulso
de tenue levitar
Ha de decirme, quizás,
cuando calle,
¿quién?
Nadie más,
cuando erro,
nadie más.
Oscurecerse,
como quien nada de lejos
avizora,
o de pensar, de pensar.
Modelos de Amor,
novelados.
Pero no me cuentes,
Mas, es la pantomima
de la mímica y la supina
llama sígnica que recorre la espina
de la mano dormida
al meditante,
¿Que si especto?
Ya no escucho su andar.
Ya no escucho su andar.
Ya no escucho su andar.
Y sin embargo sus manos usan las mías, las nuestras -¿de quién más?
¿Crujo?
¿Respiro
la brisa que recorre las sonrisas
¿Hiriera?
niega. Pero
no me corresponde a mí juzgar
el vicio ajeno, ni el juicio
Pero no me preguntes
qué memoria curvó el pasado,
¿Escribo?
La secuencia
Otreo,
cuando recorro el jardín, otreo.
¿Pregunto
demasiado? Perdón,
me engaño. Me escurro
por el suelo vago y no recurro
vagamente a intradecir
en particular.
Y si me crispo de inocencia,
¿Erro?
Eones luego,
los perdones.
Y la misma nada austera en la que era cuando era nada.
¿Será locura?
¿Será
¿Era
terror o emoción,
y preguntaba al respecto de
decir ya no es mío.
¡Peor aún!
Las matemáticas.
y repliégase de su dictor.
¿Oscurecerse?
Decir directo.
a la sutil inanición.
Signos de más, de menos,
y nada más que truenos
¿Contemplar la escencia?
de su simbólico disfraz,
a mí de mí en un lúgubre mar.
Ángeles, corazas, démones y presas
y respóndeme mi quizás
dispuesto a arder en servidumbre
No preguntarse si es mucha
hábito ha de configurar
incertidumbre arrobadora
-a la vuelta:
leteada memoria,
de la culminada aurora.
Callarme y escuchar: sisean palabras,
¿Medianía?
Anteceder de las artesanías,
¿Cortar
de éter y sublimidad.
Ciego andar
de mí en el puro afuera,
¿Sentarse a contemplar,
mientras las nubes pasean,
¿Aladas lumbres?
Luciérnagas
Es la corrupta
llama adusta que se ajusta
O lo que hable,
cuando diga, al fin calle.
O lo que calle,
cuando calle, también calle.
de la irrisión y la pasión
Espacio de mediación
exactamente
qué hacer.
Descorporizarse,
o
la forma de llamar.
Llamarse.
O tener que recurrir a las curvas para saber quién se es.
de las edades.
¿Fin de la era?
no.
Si lo fuera,
¿cómo decirlo se pudiera?
Tierra en el cuerpo.
Sangre en el pecho.
violetas usos.
Hörlderlin, o la omnidignificación.
Reminiscencias.
-¿cómo podría?
Peces en el banco.
Ornar.
Recuadros de carmesinaje.
Conjurarse un decir.
en detrases
O cerear,
verlo.
¿Velos?
Míos -quizás.
Xiudadanía.
Ciceronaje ante la decadencia.
Seppukuísmo inoculado.
Política espiritual
-espiritismo en el abismo.
Legislar al respecto de
Dios.
Insomnitura.
Persuasiones de materiatura.
Cuadrúpeda completitud.
Monoteísmo de Abismo.
Ribeteo de
pendular
la calcárea
claridad.
Secretismo de
confusión autopoiética.
Oscurecerse a andar insigne.
Efe de farsa.
Efemeridiano.
Sentarse a leer
efemérides de sí.
¿Autarquía?
¿Cómo?
No como.
Si no, sí.
Aceleracionismo en el espíritu
-retrotrangresión.
Lo mismo
una
y otra
y otra
¿Razón?
Invasión de espiritismos.
Libertad,
para que vivan los cuerpos, libertad
-reír por lo bajo.
Sin Dios,
autognosis.
Entonces, etc.
De lo contrario, etc.
Madrinazgo a la ignorancia.
Escandalismo.
Albedriaje mediante,
entonces, etc.
Oberturas.
¿Orden? Allá,
adonde no se es.
De lo contrario,
etc.
Supuestamiento.
Apesadillamiento y tormentaje.
Inenarrable inefabilidad.
Consecución consecuente,
comunión.
¿Eternidad?
¿Quién? ¿Cuándo?
Concretitud de cronidas.
¿Cuándo?
Antes,
seguramente.
¿Cuándo?
Equeo.
Latigaje -gajes.
Aurigueísmo.
Meta metempsicosis.
Sádico boddhitsavismo.
Ignorrío.
Besar pies,
escupir pies.
Oriente cinerario.
Caleidoscopía en el acuario.
Espejismo cofrádico.
Silencio, mediante.
Retraer y miento.
Autoautismo.
Sínengendrado.
Silencio, de repente.
Propio de la distancia.
Porquéado.
P-sic.
¿Cómo pudiera?
Ley de la diafonía.
Cacófono.
Fanfarria.
Orgullo y simpatía,
o silencio.
Trabajar para
innecesariamente.
Tecnicatura en espaciaciones.
se le pliega en un pitar.
¿Matar? Morir,
de vez en cuando, sin ningún fin.
Correr de la mañana,
cuando
llamarse a silencio.
¿Autoconsciencia?
A veces amanece.
aparente
Eternidad de Amor,
que no puede ceder
-le es prohibido.
Siddharta, interlineado,
recorre los costados, sumiéndome
en la consciente respiración
¿Huir?
¿Cómo?
¿Dejar de comer?
Como,
Nada.
Encontrarse
¿déjote un puñal?}.
Perdón.
Ignoro.
retrotrangresivamente}.
Acostarnos, mirarnos,
¿Qué?
¿Adónde huir?
Extasiado,
me escancio.
los escucho.
Clarear el domo
me concilien.
al turbio predecir.
Caos mañana,
aun hoy.
A veces está,
a veces no.
Jano derretido.
me iría también.
-no sé conjurarlas.
Sí sentarme a escuchar.
¿Intención? Ya no sé.
Ojalá cediera sereno sobre el mar hacedor.
¿El océano insigne?
Espacio de soledades.
¿Amar? Quiero
-lo hago {a veces mejor, a veces peor} mal.
Mejor
decí vos,
Y si tu belleza me conmueve,
sabés que es más.
Y si tu cuerpo me curva,
sabés que es más.
Hesperidiana, te vi -atrás,
oportunamente,
¿Amar? Yo ya no sé.
Y me dejo atravesar,
congeniando
¿Para qué?
Mañana
Amor,
no me asustes,
no te asustes,
¿Gusanos míos?
Ahora,
lléveme el viento a quien suscita este decir.
¿Escribir?
No te pliegues
¿Luz al final?
Quizás delirio, quizás libre amar
y encallar,
paciente, a esperar.
Perdón,
mi memoria aguada no reconoce
y mi atormentado tras.
Perdón, ansío
y las pastillas
Yo sé
Perros méante,
territoriales,
apropiadores
de sombras y de rencores,
soñándote mañana, cuando no estés
Mas, arriba,
adonde las formas escriban
Oniria, mostranos
como juntar las manos y hundirnos
a respirar,
leyes de acá.
Armonía
ya no digo más.
¿Ruido?
¡Jamás!
¿Deludirme, amor?
¡Por supuesto!
¿Sapiencia?
Erro, otra vez; y sin embargo, ahí está.
¿Conjeturas? Efectos
de este vago decir que sabés a vos ir.
¿Desistir?
¿Cómo podría?
Hesperídea, nocturnas
nubes te cubrían, y yo
Herencia hesiódica.
Músicas auroras.
por tu sufrir.
Yo,
me dejo tentar.
Yo
¿qué me dijeran?
Me curan
palabras heladas,
O dormitar,
Me curan
palabras heladas,
ya disueltas sobre el escenario.
Muerto voy;
es la espera, la tácita espera.
la nieve
nacen y ceden.
se deshabitan,
y noches
de pensar
comienzan a hablar.
juicios
y he la verdad.
La Verdad,
silente,
sensúa.
Perlas
Viajan
Sin embargo,
repetimos
su sagrado nombre
Crecen
flores, penden
de ramas partidas,
hoy.
Niños
juegan en la vereda,
y la hojarazca cede.
Penden
Diez.
Uno.
de segadas guirnaldas.
Reyes mueren,
nacen,
en distinta suerte.
Sagrada timba.
Ojos
puestas enfrente.
Croan
se hunde.
Roen
nuestras manos,
mis manos,
nos confunden.
frenan.
Histerias
repiten.
¿Quién
compite
de Destino?
Se albedría
Lo nuevo
Nosotros,
nada más,
no habíamoslo visto.
¿Fortuito?
¿Quién realizárase
tan prontamente
y al fin cayera?
Callar de viejas escuelas.
Numereos.
Acaso
me queden
Acaso
pueda
Soles
digitadores de ciclos.
Lunas
sismicas.
Áureo norte
Un árbol.
Sus gemas.
Juicios
escindiendo el sacrificial canto.
¿Rastros de cordura?
Sensualidad de Abismo.
El cuerpo
quiere de allá,
alma mediante.
Psique
de falsa intención.
Nudos
Pétalos pendulan.
Gotas caen.
Lunares y lunáticos,
juntos.
Espejismos,
clinamenes de libertad,
espejismos nuevamente.
Colorida embriaguez,
¿nadar,
reptar,
nacer,
ceder?
Espacios de catedralismo.
Sustancias palábreas
húndense
en esfíngeos mandalas
-hubiera
soplar al terminar.
Contemplar sereno
-individualmente,
unimúltiplemente.
¿Es el fin?
signos,
arbitraria mente.
entonces,
ellos.
Nosotros: suplicantes.
Vagar el socius
metamorfosamente.
Libres,
entonces,
¿quiénes?
Abajo,
el fuego tiende.
Gravedad elemental,
semejanza.
Arriba
dueños de casa
guían la caza,
Algún día
la tierra, saben,
el eterno suelo.
cristales
fulgir en la oscuridad.
Duermo,
Se escuchan razones.
Logos-ascensor,
mejor esconderse,
¿no es así?
Soledad.
Oscuridad de irnos.
¿Qué gesto
ha de invitarnos a callar?
Oscuridad de estallar,
sobre la clara tesitura de un mantel,
estallar.
Dejar
Luminios.
Oscuraciones.
La súbita claridad.
Desesperaciones.
cuyo cuerpo
es crucificado.
La reveladora contingencia,
Callar,
callar.
Sí suyo
dirá de dónde,
dirá de cuándo.
va a ser animado.
¿Va a recordar?
Probablemente,
no.
Y si recuerda,
¿qué?
Silencio,
ahogarse eternamente
Yo no,
en espera
¿Pronoia?
¿Adónde?
No pasar un antidoping
arriba,
Precognición, o
¿Enajenarse?
allá,
adonde agua simúlase mar
-agua metafórica, por supuesto.
¿Consustancial de H2O?
Si cristizado, entonces, sí
-hipotéticamente.
Si paganizado, entonces, sí
-hipotéticamente.
¿Eternidad de pre-instancias?
El sermón de la montaña,
que no recuerdo.
Yo
este decir,
no mucho más.
Ausente yo,
no deja de nosotros ser.
vagar
la calcárea claridad.
Luego,
sentarse a esperar.
en las cuales
superstición
Si no hay más,
asi sucesivamente.
Pulcritud de modales,
siempre y cuando
Y plandece,
entonces,
Sin embargo,
antes de Isaac y la manzana,
plenamente operativo.
Conjeturar de escatologías, mas
De no ver,
traición a lo que,
efectivamente, cederá.
Tiempo al tiempo, y parafernalia de Esperanza.
Ilusión acá,
allá,
aparentemente necesaria
-como la apariencia.
Pero ya es tarde
-incluso aunque persista la idiotez.
no morir.
no es,
por ende,
prioridad de este
desnudeces, y hay
terror de que se vean las vergüenzas.
el juicio permutativo.
Metaesquemático, volver
O miedo a,
caracter por caracter,
Loxias bosteza,
Meditar, también
-jugar al olvido y al allá,
Pero, también,
Verás,
paradójicas mentes,
suma cero,
nada en particular.
Mas,
cuando
Confusión, o
ritual de sentarse a esperar.
Ponerse la gorra
de Caos.
Realizarse intrascendente
-que siempre fue virtud.
-conservando la vida,
temeroso de la muerte.
También,
correr por el asfalto, esperando
Eventualmente,
¿Era yo o yo
no dije acaso esto
antes?
Correr con el equipaje de mano.
Los aviones, los autos, los barcos -lo que, finalmente, transporte-,
¿Quién,
con los patitos en fila,
Creerse hablado
particularmente.
Verás, si yo dijera
ya
y ya vos oyeras,
escapan de mi intencionar?
A menos que,
sutil consciencia,
alados pensares
-adiscursivos.
Sabés que
Nadie,
Por lo que
mejor dejar escritos los signos.
Mas,
luego,
es el correcto decir.
agonía autoinoculada.
Máquinas más,
máquinas menos,
y el espíritu que
se sienta a fumar y espera que cese el cuerpo de
enruidecer.
-vivir vacío,
morir vacío,
da lo mismo,
¿no es así?
Pero no me digas
otra vez, desde el espanto,
que te atormento,
Oscurecerse,
no sea cosa que los arreadores de lumbres
adúzcanse capaces de
De pensar, ni hablar
-de lo contrario, la 'Ley' hipersticiada
Cantar,
a eso de de las 12 (doce) de la noche,
es decir, juzgar.
sufrimiento.
antes que
ahí,
extrañamente.
O Baco,
no conjurar.
máquina de Destino.
De lo contrario,
esfuerzo, sacrificio,
teleologizados,
determinen sí y no con
¿no es así?
-énfasis en 'Nada'.
Y Jano que, arrobado,
derrite sus caras.
O vivir simplemente,
sabiendo mas negando,
porque
acá.
termopilarse.
Cilindros zafíreos,
columnas
atlánticas.
Crear un mundo,
mal,
premeditadamente mal,
como corresponde.
Apedrearse, a su vez,
como
si no pasara nada.
Escuchar modernas canciones al respecto de
Caos,
sus efectos.
O la incognoscibilidad,
paradójicamente,
determinada
O entregarse a Amor,
cansado de sufrir,
También,
preparar la cruz con los signos puestos en ningún lugar particular.
delirantes,
desiderativas aun.
Facultades para que digan que sí,
efectivamente,
sabe repetir.
indicios.
Y arrobarse
enlazado.
como si
diciéndoles 'levantaos,
perezosos,
A su vez,
cordura, ¿para qué?
O la globalización
Simultáneamente
miento,
digo la verdad, miento,
así sucesivamente.
Reírse, también,
literalmente
Arrimarse a la sima,
caer
También,
correr como esos perros a los que suspenden sobre el agua,
reactivamente.
O matar animales por política sanitaria
Ictiofagia y la aurora.
Luego,
-ponerse cómodos,
realmente un simple y eterno sentarse a esperar.
O mentir, también
mejor aún,
subir a purgarlos;
mejor aún,
bajar a purgarlos.
Desprestigiar al mensajero,
dada la cuestión de
repetir.
Vaciarse,
y si el cuerpo espasmo
uno sapiente
O no tomarse en serio,
dada la cuestión de
estar de paso,
desconociendo la pulsión efectuante y permutativa
en que parece
-sólo parece- nada haber
Tereré de conjeturas.
Endiegarse,
de vez en cuando
desafortunándonos de libertarnos.
O escuchar como
dice de saber.
y nada pasa,
alrededor nada pasa.
Jugar,
yo nada más
aparezco,
desaparezco,
aparezco,
del olvido,
de cordura. No es dura
la condena, y añoro
cese de contemplar
Mirar de costado,
indiferentes; reír.
¿Alguien sufre?
Somos nosotros,
Triángulos de coraje,
escritos en el cuerpo.
El tenue resplandor de aguas doradas,
mientras
de los efectos.
el espejismo?
¿Reímos
ante Abismo,
el insigne?
enfermedad de mí en afuera,
enfermedad de afuera en mí.
Reyes muertos,
En las sombras:
errantez de la persona
que se viste de sus signos y recubre la sola
certidumbre de su sino.
Somos nosotros,
Es nuestra ceguera.
¡Somos nosotros!
¡Es el repetido canto del asomo
de lucidez,
¿qué diría,
por qué,
a quién?
Por supuesto.
orlados de espesura,
mientras los ojos vagan el costado y dicen
reaccionar,
sobre el curso de sus signos reaccionar.
Mas,
no me digas tampoco tus razones
¿Escuchaste, alguna
vez escuchaste
su sentir ni su sentido,
cuando el sacro vino hágase venas y mente
yo?
dejé un señuelo,
mientras creías
conocerme?
Yo no pude verme
-en realidad, sí-,
nací,
Yo amaba, mas
Psique, encrucijada
Amor, muerto,
ya no siento, y te recuerdo.
El éter
se escancia
el mal
no acaba.
Repito que no encuentro y acá estoy.
Mas no me cuentes,
no me cantes,
no me erres,
no me ates,
Irme,
Y mi voz
-por ende
cada vez menos mía.
Y la oscura
revés de mí y mi través,
sueños de no haber.
hablen
cruzo el Lete,
mientras cuento
cronidas arrebatos
del espanto en que me mato
cuando cede mía mente.
Silencio,
alguien ocupa.
Un pétalo
arde.
Una gota
pende de la sien.
Ya no es mío el pensar.
Huir.
Reír de más:
entregarme al juicio.
¡Culpable!
Mas,
Ido,
ya sin yo.
Silencio,
ocupan tu nombre
pensares.
Silencio,
mi cuerpo
espeja
si me aso de tu esencia.
Silencio,
quiero,
también,
no volver.
Pez de la tierra,
Belleza
vinculante.
Dudas mediante,
¿qué?
Arrobo
o el asomo
de Amor desnudo.
Ojos
muertos,
en derredor, muertos.
Noes
cruzando
la nítida pantalla.
Velos
adonde estallan
cuerpos.
Nadies
de un cuerpo.
Curvos
alelíes
y esperanzas,
paredes y campanas,
se escancian.
¿Reír?
¿De qué?
y la tracción de la memoria,
y el amor de libertad.
¿Acaso
¿Reír?
¿Por qué?
iguales,
los abstractos.
Barcos
cuyo Nadie
¿Bosco?
Jardín de delicias.
Mas,
hesperideano,
¿quién,
del sacrificio?
Mas
es mío y es yo.
¿O crezco,
también,
de repetir?
Tomar
y recorrer
Esperar,
sentarse
y esperar.
Torción
{falso}
Silencio
El río,
Hojas secas.
Flores secas.
tirados en la vereda,
y voces,
de allá.
La noche
no mengua.
Niños
corren de libertades.
Desnudeces arden.
Desnudeces suenan.
Suena la lluvia
del atardecer.
Transpiran
lágrimas finas
-lágrimas de fina solitud
Gotas
de un piano
patalean.
Gotas,
como años,
se deshacen.
Croan
sapos.
Chirrían
alarmas.
Cuerpos, pieles
quedan.
Grillos
parpadean
Es el ardor.
La piel escamada, la voz
cansada.
Súbita calma.
Súbito fuego.
Una brisa,
un plácido
veneno.
Cantan, bailan
baquerías.
estancadas
se llenan de cuerpos
sudados.
Se besan
se besan.
Roen
la piel
Caen.
Se estremecen.
Alguien nos piensa.
¿Acaso no sepa
abstraerse?
no le apetece?
Es el ritual.
La arena
resuelve
Sombras de madrugar.
Correr
los dedos
a morir.
Caemos.
Creemos no hacerlo.
Caemos.
Morimos de vernos.
-se secan,
se amontonan,
arropan
El río
duerme.
Los ruidos
ya no hieren.
pensadas
déjanla yacer,
mientras medita
y duerme,
mientras
se sustrae de su ver.
Refleja
Es el agua:
hay
Hay,
también,
Juicios
translucen
Yo no quería decir,
pensar,
esto.
Yo no quería
olvidar,
Yo no pensaba.
Yo no reía.
Yo,
nada más
niego.
Digo.
No digo.
Encuentro
la voz curva.
La nota muerta.
La voz fecunda.
La herida absurda.
El ir despacio.
Nuestros años.
Nuestro sueño.
Nuestro engaño.
Y el mar circula
la nuestra tierra.
Cuatro ríos
nos separan.
Viven
arañas,
tiricas,
bestias
en la selva.
En derredor:
el hedor de la muerte.
castillos. La hierba
iridesce.
Océano mediante,
extranjeros dioses
ocupan la tierra.
la palabra perdida,
la voz extraña,
el lenguaje insignado.
Alguien
nos piensa,
nos ocupa.
Gotas
de guitarras
Sudados,
caemos.
El Paraná,
de ancho mordisco,
desnudarse.
Espíritus silbantes.
Pneumismo.
Hiedras,
follaje,
de cuerpo a cuerpo.
Guerras,
cristianas guerras
de salvar a la persona.
Los suspiros.
Ventiladores.
Hielo.
Nieve,
El cielo,
roto
Ojos.
Ojos.
Ojos.
Ojos.
Ojos.
Nadan,
solos en minuendos,
nadan.
Gotas
de un acordeón,
Dientes
posados en la carne.
Dientes
llevándose la voz.
Madrenuestra de follaje,
de ensoñadoras
esmeraldas.
Arañas
meditante.
Sentarse
-huir de serafines.
Mentes extrañas
se han posado
sobre nuestro.
Mentes extrañas
enséñannos
lo nuestro.
Croamos,
chirriamos,
como servidumbre
mera y vana.
Un rey
Parea
cuerpo nuestro
¿para qué?
Siendo
¿Creemos,
creamos
como iguales?
Opulencia y sufrimiento,
y lanzas
de madera tallada.
Tropas
ecuestres
y mean araucarias.
Traen
fuego y enfermedad.
Gaia nuestra
nos cobija
Prestidigita
en el revés de nuestro.
Alrededor nuestro:
sudor,
de espaldas laceradas
e iglesias
dadas a salvar
narcisos y cuerpos.
Orquídeas
frágilmente nacen,
frágilmente ceden.
Sabemos
´¿Huir adónde?
Recién
empieza la caza.
De lejos
báquicas balas
nos hieren.
La armonía rota
de una vez
y para siempre,
los ojos,
las sienes
bautizadas en símbolo.
El follaje se estremece.
Alguien canta.
Dedos
y he el trance.
Humedales.
Grutas.
Cuevas.
Nuestras formas:
rotas,
invadidas
Desnudez
de los ríos.
Nos ha aislado
Destino.
Nos ha dispuesto
morir ahogados.
infértiles.
Caos,
Rotas
y la distancia
necesaria.
El alivio:
Serpientes
aladas.
Soles de la altura.
Oscurecidos repentes.
Confusión,
he en nuestra alma
ocupada
el verbo de su confusión.
Heridas
asertivas.
Contempladores,
paseadores
que nos suponen en deriva.
Trompetas
Morimos
Morimos
Panidas flautas
Huyamos
de vuelta a casa.
Cantan
los peces.
Hay un signo
en sus almas.
Políticas espirituales.
Común errar.
Sueños de eternidad.
Y sus cielos,
nuestro suelo.
Y sus voces,
nosotros.
El río
su reír.
La madrugada
la madrugada
escamada
se escinde,
he el principio.
Distante
Hablar en imágenes
Distante
y gutures.
Inmediatamente
arrobadoramente.
Confundidas
mentes unidas,
he el uno corazón.
Distante
también,
ahora,
distante de sí,
Mente alguna
ha de haberlo iniciado.
consigo,
únicamente consigo.
Y la risa
que emerge,
nacida ya la confusión.
Y el orden
lucubrador de la armonía,
digita,
a lo lejos,
libertad.
Alado escindir.
Morirse es realizado.
Mas,
gradado el continuo
alucinios
vuelven, y la memoria,
de repente,
He que el mirar
Henos vivos,
Y he el deseo
escindido,
divorciado.
El alma
amanece a su delirio.
La tierra entera,
el conjunto numen,
y el conjurado ecumen
de espectros vivos,
animales muertos,
y psicodel amanece.
Las estrellas,
humanas corazas,
repiten.
¿Adónde
ha de haber lo mismo,
Y se sienten,
las turbias
Alguien
se descorporiza.
Su indiferencia
conjura
luces, perlas,
y la fogata que descubre a la infértil noche
ya no escribe.
La pasión
se circunscribe
al dominio nuestro.
Se escinden
ojos,
ojos oscurecidos,
antes.
El rebelde trance
No nos conocemos.
No nos entendemos.
Apenas
podemos curvar
los labios,
y la palabra se asoma.
Lleva
consigo
el simbólico rastro de los designios.
Mañana,
y muertas
Lucinios,
de repente.
Alguien
se alza déspota,
hace Destino.
Ya no nos preocupa.
Realmente,
Ojos
nuestros,
ojos
ajenos,
sobre el indeterminado
Entonces,
libres de culpa.
Y algunos
parecen descubrir
de las hiedras,
de los ríos,
del delirio,
Los recordamos.
Ya no podemos
movernos.
diferencia
ya no hace.
Y las cenizas
disuelven
guturear.
Nuestros
sísmico lucubrar:
hablar
lo llamamos.
este
primer juicio
inmortal.
No sabemos
todavía
que de la tierra
empezamos a huir.
Aprendemos a cazarnos
a nosotros mismos.
Quisimos saber,
quisimos saber
cuando animalia
descansa.
Aprendimos
a contar,
Alguien
alza
pájaros,
mareas,
y la indistinta similitud,
y el nacimiento,
luego,
A huir
sobre nuestro
somos adictos.
Afuera
el peligro acecha.
súbitamente
conjugando
vamos trazando
sobre el delirio
Nos matamos,
luego,
nos reanimamos.
Mas
íbamos a olvidar.
y sin embargo
y vagar el monte.
Ha nacido el juicio.
Se acerca
Lo matamos.
Lo reanimamos.
Nos anudamos
a persistir
La sangre ya no satisface.
Mas,
las tormentas,
conjurados,
nos estremece.
Corremos
Bebemos lágrimas
saladas
y extrañamente recordamos
lejanías.
Lirismo ha fundado
alguien,
vuelto en sí y en sí encontrado.
Nos enseña
del libertador
no.
Funda
sueños que se funden
con el verdor,
Disponemos
del cuerpo.
en junta mente,
Gotas
de armonía
recitan
lucinaciones.
nos guían.
sangran.
Sueños
sudor helado
nos vaticinan.
Hemos de esperar.
hemos de esperar.
No fue,
como pensaran,
justo y necesario.
Pero,
escatología más,
menos,
oportuno y ablucido,
-cronidas
truenos,
candesciendo al horizonte,
y un montón de insensatez
dada a ser decodificada
no pueden
sino
cumular
Bien se sabe,
iletrado capital
repite que no sabe,
responde en negación.
Bien se sabe,
-humanos, también-,
¿cómo han de lidiar
Y los muertos,
panidas,
se arremolinan.
Es tarde.
Pero mejor
morirse,
la atención pósese
adonde debe.
piénsase predestinado,
envuelto en la lúgubre maraña de
efectos
Mas,
no me vengas con hordas de tortura
o insigne repertorio
de habladuría,
siempre y cuando
ignorancia permanente.
entonces, ¿qué?
¿Quién,
no participa?
Y con la vara que es de falos y cetros,
carmesí.
Es tarde,
ya la material red
de vínculos y ficciones
en el turbio serafín
que se acerca,
Es tarde
de los muertos,
-eternidades ajenas,
por supuesto,
da la inanicente cuestión de
no participar del común sufrir.
Y he cabos sueltos
que el paranoide
Mas,
Nadie.
A la igualdad:
piramidada.
visionarios,
artificiados de ruido blanco,
la realidad de la ficción
y la óntica realización
irme.
maestro de la vacuidad.
dispuesto a la herrumbre?
Y la negación será respuesta,
material, operada.
Mas, si no en el auriga,
¿en quién confiar?
-extrañamente, dada
la imprevisible cuestión de ya mañana no ser suficiente-
e irme,
cómo ha de terminar
a los conjuradores,
psicopáticos jugadores del destino real.
de
¿no es así?,
Es tarde,
ya los efectos van,
con caldo de Destino, van.
Es tarde,
sembrado en indeferencia,
bosteza?
almas divinas,
Los equitadores
se arremolinaban
sobre la tenue urdimbre vana
de las calles. Sanas
costumbres deshacían.
Nosotros,
de voz esmeraldina,
al respeccto.
O el arrobo,
dado al domo
Animalia en su conjunto,
sensación de eternidad;
Metástasis efectuada,
¿esperar o irse?
¡Irse!, dije
Jano,
ensamblado,
Símbolos fulguran,
símbolos
particularmente atormentador.
corean.
y decisión.
Nacido en pecado
para el humano juicio de la común unión,
tierras de pensares.
¿Erro?
¿Cómo pudiera?
hubiera?
De vez en cuando
se santigua
repitiéndose en condena
se acelera.
Y las camas
literales y metafóricas,
de haber, mas
no por eso camas dejan de ser.
-canibalismo:
no nacer ni dejar nacer.
Mas,
Bordear,
mueren.
Cuélgome.
Judásico, cuélgome.
Perdónenme, padres,
¿Río?
Cardúmenes o reidores,
crueldad en el jeroglífico.
Pánico de panídeos,
temor de los muertos abiertos.
y el cuerpo allá!
¡Ah, misteria
la miseria el culto de la progresión!
¿Cantor?
¿Patría? ¡Ensoñación!
Lineaturas cuanto nuestro y el cuánto que repiéntese en psicodel.
Dejar,
Es su costumbre. Siento
la voz clara de la mañana y su astro,
-voces bajan,
alguien
repetir
y repetir y repetir
hasta que el pensar alado llegue al cuerpo que dé su sí,
Es el frío
de conjuros y de ciencias.
oscurecerse. ¿Crecen
hiedras de otra paz? Crean
escurrirse
¿Histeria? ¡Miseria
mia, instatisfacible! Edible
Dicen,
afuera
alguien muere.
Es de esperar una respuesta.
Dos, tres
delirios en cordura, y he
Sin embargo,
si la gloria alrededor
-mi-, y el juicio
Así
el espacio de lo mío,
y yo corro
como un arrobado,
como un sino.
Urdir un camino hacia el inmortal allá,
-de lo contrario:
crucifixión,
¿Amor? Ruinas
de las curvantes voluntades que hipersticia inoculan.
Baco ríe,
Y el pero alocutido
suena a puñal,
multiplican.
Reminiscer
almas salvadas,
reminesce angélico
y creaturado edénico,
y el indeterminio se abre en vicio
Yo de decir ya no me privo.
y su pus enmudece
¡Bardo! ¡Bardo
de los engañadores!
¡Intrigantes! ¡Arreadores
de crepitar.
a la espesura, mientras
repitiendo, repitiendo
el recuerdo que es amar.
en risueña agonía,
recurre a la deriva
de su tísico esquivar
al si de sí, y la encuentra
tirada, con la tiara en la cabeza.
Cruces de eternidad,
efectos sidos.
encuentra; alguien
corrí; hoy
¿Nuestro? Nada.
Quizás la mirada que encuentra y sabe
¿Qué dirán?
Lo mismo de siempre.
-¿nuestro?, nada;
mas he este instante de yacer en aquella
imagen de la bella
Payasesco, amanezco
dar.
¿Canto?
Cierro
yo,
que cede cuando un viento tenue se lleva voz suya.
¿Caigo?
¿Arrepentido doy?
¿Caigo?
Me escapo
Amor mediante,
recuerdo el durante en que dije también más.
Oniria,
cedo como un muerto entre los lotos del río.
¿Poliglotía? Metasíntesis
¿Símil de mí?
al pecador. ¿Ley?
¿Adónde?
Y Oniria,
¡Deidófago dos!
¿Corear? ¡Cantar
la canción del súbito adiós
de digresión,
el diseño de su discreción,
O a escupir,
que es lo mismo mas sin la acidez
-o río yo en su través,
o ríe él en mi través de su través, etc.
{ }
despaciamente, espaciadamente,
ha dispuéstonos
Columnas o faroles, o
lugar
¿Mentir? ¿Yo?
Por supuesto
-a mí a través de mí, y a través
mío al resto.
tengo sueño
-debe ser la depresión el dueño
por el piso,
y tiene las mismas respuestas para distintas afirmaciones.
¿Fantasmalismo en el abismo?
Excesos de animalia,
insatisfactorias.
-por ejemplo,
¿no ves
cómo la ira de los dioses elige
a los desviados?,
Mas, ¿soy yo
el irresoluto? Porque
¿Y si le dijera al mundo
ley divina,
coincidencias,
insistentes coincidencias,
Supracaótico Orden,
emergido de Abismo,
supraordenado Caos,
de cristales rotos,
lenta,
muy
lentamente
desangrado,
como un lunático en pleno medioevo.
-así
plena-
mente sea.
Mientras
y, sin embargo,
el elemento
¿Representan,
representan
pensares,
que semejanzas,
mientras las piernas se urden en danzas.
cordurado, el cristo
dispuesto a morir por nada.
Mejor
engañar a quien lleve sus ojos vendados,
O la paciencia,
de la pereza encontrada
entonces,
o aburrimiento.
También miento
-mas, ¿cuál de ambos soy?
Río
interminable?
Incorpóreo,
el canto estertóreo de los huidos cruje
¿Escindirse? ¿Pedir
qué, en particular?
Recorrer el canto del ventricular
¿Erra? Guerra
de la muerte fraterna,
mientras filiados horadaban a Edipo
Mas, contrariados
nuestras. ¿Labran
¡Es el grito
Répertoire d'savoir !
J'ignore !
gota a gota
comienza a madrugar.
mías? ¡Tuyas!
¡Nuestras! ¿Somos
Corro
¿Amanece
Borro
Flores mustias,
claridad, calcarismo,
nombres de más
-¡siempre de más!;
de lo contrario, ¿cómo
podríamos el espirituoso decir?
voluntariamente. ¿Dientes
el susurro de la mucha
¿Es suerte?
Es la lira
campanean. Y el triángulo
Entonces es sensato.
fue el latido
Y una gota
y otra gota
o una lágrima
y otra lágrima
o un abrigo
que no encuentro
y lleva tu piel,
Mas oscurece.
Lunas
desfasadas. Ojos,
O la mirada
que se pierde,
performada. Mas,
vaciedad?
Oscurece. Es
un rumor.
La brisa escancia.
¿Es
ya
la madrugada?
Nacidos
¿Antecéden-
providente, perfuma
de humo su ataúd.
Y las formas, las mañas,
se anuncian. Caigo,
despacio caigo.
¿Río,
desespeado río?
Cenizas
Es domingo. Es sido
descanso.
Duermo
otra vez.
¡Real
¿Cribar
¡Alzarse
la maestra llave hacia las naves!
¿Carabelas? ¡Calaveras!
¿Claves? ¡Valles!
¿Estallo? ¡Callo!
¿Electrificios?
¿Valles?
No escucho. No me pastes.
Bacantes
vienen de antes -cual juicio
de la piel atroz.
¿Reímos,
mundanos, cuando
de piel mudamos? ¡Erramos
¿Conozco,
entonces,
¡Reinos de la pradera!
¡Escancio
la pulcritud de los jazmines
de los muertos
caen,
y las rosas
eclécticas
pasean el mar,
mientras las espinas
coronan
sienes,
y cientos de hijos
son bautizados.
¿Eternidades?
¿Cuántas
Mera y misma,
desde el sutil pasado.
¿Memorioso,
yo, el usado?
Río.
de vez en cuando,
escondido
de mí, y ocupado
por el Nadie helado
Destino,
delicadezas
¿Uno
¿Asirse a qué?
¿Cuánto?
¡Canta
su voz que a los niños caza
de la selva repartida
por manos cuya hombría consiste en la deriva
enfrente!
suerte!
Une caméra :
clic.
Une caméra :
clic.
recordar
Sonó
¿Otear
desde la costa
de pescadores
pasean la deriva del mar entero,
queda, mientras
espero una respuesta que sé no ha de llegar.
Veíate ocultar
sembraran al amigo
padre que contara el mío tras
ido a hacerse tierra sin que siquiera pensaran
qué efectos ello hubiera de hacer en esta paz
ah ya tan lejos que qué no fuera sino tras.
¿Llegó,
acaso, en mi partida,
para dejarme acá estar?
Silencio,
Y las gotas
sobre la pileta que un niño contemplaba
trazaba círculos concéntricos,
Me perdiste
en la deriva del océano que carga
miembros de padres y jugos de destellos
que poseen don de curvar los cuerpos.
urdir de a ratos
un montón de signos vagos, que sin sueño
agitado,
Silencio,
Silencio,
Y ágiles pies
recorren
mientras espero
vana, vagamente.
Y me ascúo.
Cenizas dejo.
Caigo,
hijodeputamente.
su lascivia.
Confundidos,
¿Virtud cuál?
rectas
¿Olvidarte? No.
Sobre-escribirte,
quizás.
Abierto, magdaléneo,
y luego dormir,
Quedate.
No puedo.
Andate, entonces.
Me quedo, entonces.
¿Histérico? ¿Yo?
Mas,
y ha pasado Tiempo,
¿Usarlo? ¿Yo?
¡Jamás!
Cribarme,
de la orilla a la deriva,
del derredor.
¿Amar?
de las madres
Vez
La ventana abierta,
el trance común.
El miedo mío
augurio de Oniria,
la de ojos de formas.
Cero de bruma,
yo siéndolo.
instanciarse.
¿Ararme? ¿A mí
Mí que calla,
que ya no trae
serpientes disfrazadas.
Cenizas.
Cenizas aspiradas.
el colchón.
Muerto, hoy,
me dejo.
Erro,
bardotodólicas,
y la escatológica batahola.
Tormento.
Es sano,
siempre y cuando
Uno
siga funcionando.
De lo contrario: dispersión.
Panidas corazas.
Argénteas corazas.
Tomarnos de boludos
-parece sensato.
yo la vivo.
yo lo termino haciendo.
Y tu fragilidad te arrima
Mas, ¿qué
la ilusión de libertad,
y, peor aún,
la ilusión de perdón?
el cuerpo común,
¿o después?
La ambigüedad,
la ambidiestría
ya no me sigue; y te persiguen
un segundo de certeza,
la que friza,
Amor, cuando
de haber hablado
ciertamente, sabiendo
tu cuerpo triste,
hacedor de sufrir,
a mí, sabiendo
de Destino,
Barbelo, su nombre
Morir
No sé su desnudez y la vi
el falso entender,
y la acumulación
no pueda ocultar a mi costado
simpatía de errante,
el acto de vivir.
¿Meditante? ¿Quién?
todavía hoy,
por el sufrimiento,
De lo contrario: morir,
a matarse,
¿Muestro?
¿De más?
en que negásteme,
esperando en el plenilunio,
Yo y mi Soledad,
¿Podría
pudrir?
fugas
Mas ya me fui,
este
ecos de anteayer,
traidor y redituable
¿Creí
hacerme, así,
traía el infierno?
¿Que si creo
Yo no me elegí a mí
Mas proyectaste
que tragar,
los inciensos
ya no ocultan
el hedor de mi cuerpo
pudriéndose,
de cristal
signado.
mientras
y así me absorben.
Ya no tengo fuerzas
Perdón,
me escapo.
Huyo
cuando sí era,
de cristal,
y aun si la tuviera?
Mejor
de teleolólogos ignorando
Y si llorás,
Y si reís,
Por supuesto,
Pero
vos no te dignaste a hablar
de dar de comer
Sí.
prefiere conjeturar
¿Que si prefiero
Sin embargo,
Silencio, es el Nirvana,
y también despreocúpame
del morir.
Y a esta altura
¿Caer,
ceder
a la danza
de los signos?
Baco,
hecho de ácidos,
¿qué dijo
y signóme en vos!
Si ya cuerpo no tiene,
es todo pantalla
e imagen, y engaña,
su vicio,
¿Hipersticia? Bien sé
mas sé.
¿Cómo pudiera?
¿Por qué mejor no preguntás?
Preferís, elegís
callar.
que te espera.
¿A qué?
Programástete de películas,
pasean el río,
todavía vivos.
Atormentado.
Desconocés, y desconocerás
a Silencio, verás.
Si ya no estoy
negando la corpórea
¿Matarme? ¿Yo?
A la tumba
sabés, dirán.
que me perdonaste,
¿Odiarte? ¿Yo
a vos?
siempre más,
¿Fue tu venganza?
Sensata-
mente, negás.
¿no es así?
creatural.
¿Deconstrucción? ¡Pelotudeces
La retrotrangresión,
también el retroperdón
y decirte de amar
Si fuera indiferente,
¿para qué
Mejor pensar
¿no es así?
¡no!,
confirmando mi hipótesis.
si no se las entiende.
tuyo.
Lo mío: el decir.
simultáneamente?
¡No!
De lo contrario: sufrir.
Cansado ya, caminé
Ecos dejará
No me queda más
Pétalos
de jazmín, aromando
el paraíso.
Esquizo, ¿quién
¿Y no es necesario
que afuera lo confirme?
razones.
Pétalos
de ornato, mientras
mátanos la confusión de los meros garabatos.
Dadivoso,
Un gracioso
¿Caigo?
Engáñome
de musas y de sombras,
Afuera
la lluvia no espera.
Cae
agua o lava
o lava
Lluvia
cae, ácida,
mientras el asfalto
clarea los pies
y nos despide
y la cruz es alzada,
la cruz de mis decires.
Los escucho
llegar
por el tibio Paraná de que un nombre mío
lleva a pasear.
¿Cuento,
voz de más o de menos,
¿Parecida
tu vida a la mía?
Sí, abstractamente.
En concreto: ¿siente
Pero no entienden,
Agua
báquica, tienda
sobre las avenidas el amor de la desidia,
la pereza luminosa,
y vaya a misa porque así osa
cuerpo contingente mas no alma salvar.
¿Libertad?
Verso para cuerpos ensoñados,
con cerezas en la punta de la lengua.
Lluvia
cae de los canales a la pradera,
de la pradera al monte,
del monte a mis manos.
¿Sano
dice el enano
de soñar?
Muerto sea yo también por sus manos.
Traidores
Azul
el océano profundo,
mientras me hundo
sobre el sueño de los cuencos
que se llenan del ecléctico
decir que semeja mas es jamás igual.
¿Cria
Recorre
¡Pneuma
dejara su estertor
pánico en derredor!
¡Los niños corren por el ardor
de la casa entera!
¡Huyen
de la pradera en llamas
los que se afanan
o mejor:
Hemos de esperar,
Hemos de esperar.
Nos vaticinan.
Sudor helado.
Sueños.
Sangran.
guía.
lucinan.
Recitan
de armonía.
Gotas
En junta mente
Nacimos suicidas.
Del cuerpo
disponemos,
con el verdor.
funda.
No
deliberador
nos enseña.
Vuelto en sí y en sí encontrado,
alguien
lirismo ha fundado.
Lejanías
extrañamente recordamos.
Saladas,
bebemos lágrimas
de aguas de ensueño.
Corremos.
Nos estremece
Conjurados
las tormentas
más.
ha de persistir.
Nos anudamos.
Lo reanimamos.
Lo matamos.
se acerca.
Y al vagar el monte,
y sin embargo
Íbamos a olvidar.
más.
Nos reanimamos,
luego,
nos matamos.
¿Qué inocula el viento norte
sobre el delirio?
Vamos trazando
-conjugando
súbitamente
El peligro acecha:
Afuera.
Somos adictos.
Sobre nuestro:
huir.
Ya no somos lo mismo
luego.
Y el nacimiento,
y la indistinta similitud:
mareas,
pájaros.
Alza
alguien.
cuando a contar
aprendimos.
Descansa,
cuando animalia,
Quisimos saber
quisimos saber
a nosotros mismos.
Aprendemos a cazarnos.
Empezamos a huir
-que de la tierra
todavía
no sabemos.
Inmortal,
el cuerpo escindido:
primer juicio.
Este,
Lo llamamos
hablar:
sísmico lucubrar
nuestros.
Guturear.
disuelven,
y las cenizas
ya no hacen
diferencia
Movernos,
ya no podemos.
Extraña,
Los recordamos.
Más de lo que fue y es por nosotros visto
del delirio,
de los ríos,
de las hiedras,
parecen descubrir
y algunos
heredamos
Libres de culpa,
Entonces,
sobre el indeterminado.
Ajenos
ojos,
nuestros
ojos.
Ya no nos preocupa ceder ante la irreverente risa de la muerte,
real mente.
Hace Destino.
Se alza déspota.
Alguien,
De repente:
lucinios.
y muertos.
mañana.
consigo
lleva.
Y la palabra se asoma,
los labios.
Podemos curvar
apenas.
No nos entendemos.
No nos conocemos.
el rebelde trance.
Ante
ojos oscurecidos,
ojos
se escinden.
Al dominio nuestro
se circunscribe
la pasión.
Ya no escribe
luces, perlas,
conjura.
Su indiferencia.
Se descorporiza
alguien.
las turbias,
y se sienten.
ha de haber lo mismo.
¿Adónde?
Repiten
humanas corazas
las estrellas.
Y psicodel amanece.
Animales muertos,
de espectros vivos
Contemplar, y signarse,
Y el conjurado ecumen,
el conjunto numen:
la tierra entera.
Amanece a su delirio
el alma.
Divorciado
escindido,
y he el deseo
henos vivos,
que el mirar
De repente,
vuelven, y la memoria,
alucinio,
gradado el continuo
más.
Morirse es realizado.
Alado escindir.
Libertad,
a lo lejos,
digita,
lucubradora de la armonía
y el orden.
Nacida ya la confusión,
¿qué emerge?
¿Y la risa?
Únicamente consigo,
consigo.
Ha de haberlos iniciado
mente alguna
distante de sí.
Ahora,
también,
distante.
He el uno corazón:
mentes unidas,
confundidas.
Arrobadoramente,
inmediatamente.
y gutures,
distantes.
hablar en imágenes.
instante.
He el principio:
se escinde
escamada
en la que bífidamente
la madrugada
la madrugada.
Su reír
el río.
Nosotros
y sus voces,
nuestro cielo
y sus suelos.
Sueños de eternidad.
Común errar.
Políticas espirituales.
El ruido de murciélagos
En sus almas
hay un signo.
inefable tierra.
Los peces
cantan.
De vuelta a casa
huyamos.
panidas flautas.
morimos.
trompetas
Paseadores,
contempladores.
Asertivas
heridas.
ocupada
confusión.
Oscurecidos repentes.
Soles de la altura.
Aladas
serpientes.
el alivio.
Necesaria,
¿y la distancia?
rotas.
caos.
Infértiles.
Morir ahogados
Destino.
Nos ha aislado.
De los ríos,
desnudez.
invadidas,
rotas
nuestras formas.
Cuevas.
Grutas.
Humedales.
Salado
Y he el trance
dedos.
El follaje se estremece.
Bautizadas en símbolos
las sienes,
los ojos,
y para siempre,
de una vez,
la memoria rota.
Nos hieren
báquicas balas,
de lejos.
Empieza la caza.
Recién.
¿Huir adónde?
sabemos.
Frágilmente ceden,
frágilmente nacen
orquídeas,
narcisos y cuerpos,
dados a salvar.
E iglesias
laceradoras de espaldas
sudor,
alrededor nuestro.
En el revés de nuestro,
prestidigita.
nos envuelve
-Gaia nuestra.
Fuego y enfermedad
traen.
Y mean araucarias,
tropas.
De madera tallada
y lanzas,
opulencia y sufrimiento
¿Como iguales
creamos,
creemos?
siendo.
¿Para qué?
-de serlo-
cuerpo nuestro
parea.
Mera y vana,
como servidumbre,
chirriamos,
croamos.
Lo nuestro
enséñannos
mentes extrañas.
Sobre nuestro
se han posado
mentes extrañas.
Huir de serafines.
sentarse.
Meditante
herir el rato.
arañas.
Esmeraldas
de ensoñadoras
Llevándose la voz,
dientes.
Posados en la carne,
dientes.
de un acordeón:
gotas.
Nadan,
solos en minuendos,
nadan
ojos,
ojos,
ojos,
ojos,
ojos.
rota.
El cielo,
Hielo.
Ventiladores.
Los suspiros.
cristianas guerras,
guerras
de cuerpo a cuerpo
Follaje.
Hiedras.
Pneumismo.
Espíritus silbantes.
Desnudarse:
de ancho mordisco
el Paraná.
Caemos,
sudados.
de guitarras
gotas.
Nos ocupa,
nos piensa
Alguien.
El lenguaje insignado,
la voz extraña,
la palabra perdida
Ocupan la tierra
extranjeros dioses,
Océanos mediante.
Iridesce
la hierba. Castillos
alzan
El hedor de la muerte,
en derredor.
En la selva:
bestias,
tiricas,
arañas.
¡Viven!
Nos separan
cuatro ríos.
La nuestra tierra
el mar circula.
Nuestro engaño.
Nuestro sueño.
Nuestros años.
El ir despacio.
La herida absurda.
La voz fecunda.
La nota muerta.
La voz curva
encuentro.
No digo.
Digo.
Niego
nada más,
yo.
Yo no reía.
Yo no pensaba.
olvidar
yo no quería.
Esto
pensar,
yo no quería.
translucen
juicios.
también,
hay.
hay:
es el agua.
refleja.
Se sustrae de su ver,
mientras,
y duerme,
mientras medita
-déjanla yacer
pensadas
Ya no hieren
los ruidos.
Duerme,
hombre-río.
arropan,
se amontonan
-se secan,
las esmeraldas.
Morimos de vernos.
Caemos.
Creemos no hacerlo.
Caemos.
Morir
los dedos,
Correr.
Sombras de madrugar.
resuelve
la arena.
Es el ritual.
¿No le apetece
Abstraerse
acaso no sepa.
Se estremecen.
Caen.
la piel
roen.
Se besan.
se besan.
Sudados
se llenan de cuerpos
estancadas
Baquerías
cantan, bailan.
Veneno,
un plácido,
una brisa.
Súbito fuego.
Súbita calma.
Cansada
Es el ardor.
parpadean
grillos.
Quedan
cuerpos, pieles.
Alarmas
chirrían.
Sapos
croan.
Se deshacen,
como años,
gotas.
Patalean
de un piano
gotas.
Cuerpos gritan
Lágrimas finas.
Transpiran.
Del atardecer
suena la lluvia.
Desnudeces suenan.
Desnudeces arden.
Corren de libertades
niños.
No mengua
la noche.
de acá,
y voces
tiradas en la vereda
Flores secas.
Hojas secas.
el hombre-río.
.
{cuatro falsos}
Destinos
1
I
Tardece.
¿È la forma, già,
sono i segni, ya,
un eufema da cui fuggire?
¿Vediamoci
tra specchi con corpi
o corpi specchiandoci?
¿Noi aspettiamo?
Sapevamo guardarci.
Un'anima
quaggiù, laggiù.
Un paradiso
quaggiù, laggiù.
¿Abbiamogli detto
alla follia
che la nostre mani non avenano
bisogno di tocarsi?
¿Pensiamo,
di volta in volta,
¿È vileness,
quindi? È bile
de chi non sa che
ma bestiale
difendere il fruto che è urinato.
E i suoi occhi,
come note morti
cadono.
E i suoi occhi,
come strumento di sospetto,
ridono.
E,
mintendo lo sai,
lo sai
simulando a Amore,
cuando ci ha trovato nei pensieri.
¿Erano
le parole giuste, il degno
bacio alato?
E il focco blu
delle catedrali
ci trovalge,
della distanza
noi escancia,
Baccante,
possiamo scappare,
sappiamo scappare.
Amore, sai,
non lo è piu.
O cercami in città
dei costumi
proibite.
II
Injections de
dopamine
- aléatoire,
bien sûr
{ social-network
à travers,
logiquement }
( comprenez-vous ? ) .
Mais,
omniprésent
Et
dummie-made
portraits,
tojours
Votre grammaire,
Et
beauté-made
portraits,
injecter de la
dopamine
Et
bandeux de bruit,
entracte
- ou non ?
Et la
provocation continue,
c'est raison ?
Inteligating,
aloirs, quoi ?
Amour, mort
Mais,
Silence, Destin,
tout faux !
Et le cœur gêné
voir sa honte.
¿Atardece?
Yo
no sabría verlo claramente,
siendo la distancia nuestro engaño.
¿Nos engañan?
Yo
no sabría decirlo con precisión,
¿Me enceguezco?
Camino,
ebrio de vino y falto de virtudes.
No sabría cómo.
Mas,
las aguas,
lenta, sapientemente,
se evaporan.
Y las orquídeas
enmudecen
Es que
a veces duermo,
a veces no.
Común,
camino el ataúd
Es vano,
sua manos
nado,
nada más nado.
IV
I was
wandering through your garden, while
no one was around, and
there you were, hazed
by the shallowed cores
of whom has treat you soul-lessly,
I was
around, long, long time ago.
Even
before the battle was begotten.
Could you
hold me close, stir
In taxi
vai.
le chimere e la furia,
di chi sangue tracia delle vene,
sisio.
Su una terrazza
sei tu.
Due occhi
ti seguono, tuttavia,
non li vedi trovarti.
-sisio,
furtivamente sisio.
entità di tondo.
Siamo due.
Anche
affogano.
L'acqua
calda,
l'hanno scoperta.
Tuttavia,
io, megalomane,
e il veneno
e penso
bilocari,
quando scappi, bilocari.
VI
Faux Destin.
Des pierres, enveloppés
des lavandes
fleuries.
Et fumée,
de fumer, de brûler.
Les cendres
s'acummulent
sur me draps.
Plumes
seulement au loin.
Mediado
por la impresión de haberme enamorado,
me distancio.
Tengo,
debo
sentarme a pensar.
Tengo,
debo
Mediado
por amor de símiles, o Destino,
¿El agua
realmente se evapora?
Vendrán tormentas.
Aquel día vendrán tormentas.
VIII
I
still wander around.
Surround me,
air-made siren, for
nearer we were
my echoed nightmare?
Noise,
cannibal,
Could I
stop?
IX
Ma
camminiamo
senza di te.
Io
Io
penso.
E le tue mani
le dita ansiose.
E tu mi lasci
prendi a morte
segreto questo.
Ma
e non mi è ma importato
quanto sei giovane,
e non mi è ma importato
tradire chi è un pugnale
mi ha seminato
dalla parte,
con l'aspetto bagnato di un cucciolo.
X
Je ne suis pas.
Mais c'est la lumière tremblante du Paraná.
Le parnasse :
Néant.
Castillianisme abyssal.
Chateux de zephyr.
Aveugle était au printemps.
Je me suis réveillé
ce matin d'été.
Saisons ?
Castillianisme abyssal.
Chateux de frêne.
Je me suis réveillé
dans autre
répétition.
Y no gusto de comer
farsas.
Ni me río en vano de las crines
hiladas
¿Ahora lo sé?
Ahora es tarde.
La delusión
nos arde, y, sin embargo,
ha sido asido
por manos paganas,
manos cristianas.
Mas,
¿por qué heme de enojar?
Mi nombre
Mas,
¿no dejaríate acaso
actuar
libertad?
¡Ah! Ansiado fruto
imposible de encontrar,
¿Encuentro
rastros de mi lamento
esparcidos sobre el mar?
También nací,
También sisear,
serpentear, reptar, orar
Nada.
XII
Could I think
or would
Psyche
twist us up into
Aneros?
Is it cold?
Could I roam
around, silently,
unseen,
Is it dawn up there?
Is it cold?
lo ricordo.
E le perle
che ti sfuggivano dalla fronte,
li ricordo.
E tu pensiero alato,
coniugandomi,
l'ho allucinato.
Scusa, amore,
se ho fatto male.
Io
volevo solo
amarti
vagamente,
senza i luccheti
di baci che costeggiano
i tuoi occhi,
Non di più!
XIV
Sous anesthésie
et je l'ai quitté
quand tu es,
sera.
Les cigarrettes
me font taire
Ta robe blanche,
je m'en souviens.
ça me frissone encore}
XV
Muerto y resurrecto
Se escurren
murciélagos de la alucinación,
hierofantes, magos,
escaladores.
Intradicen
Muerto y resurrecto
yo,
¿qué sustancia
pleamárica
dice crear,
dice crearme?
Luego,
escindido,
el terco escapar.
XVI
Do you remember
a dream
yet
he couldn't
reach you and finally
speak?
E se ti sento sognarmi,
mentre gli oceani ci bagnano
e la giungla
crepite,
e la notte
muoio,
lascio questo corpo e muoio.
Cristaux,
Bisous
derrière le vitre
- l'humidité
imprimée.
Un bâillement :
c'est à moi.
Propiété intellectuelle ?
la musique ?
commun.
Y un signo de la tierra,
celestial,
Y la calma
Invado, sí,
invado,
que yo de mí he asido.
de la calma,
y de los calmantes.
Y a veces me anestesio
fantaseándote.
Echo
heard a voice
sounded strange?
you?
Was it a momentarily
noumenal
intrusion?
Vainly, indeed.
XXI
Dobbiamo giocare
con le maschere che ci sono state donate.
Fiumi di Niente.
E
nemmeno guardarci
-ma,
forse,
Un fou ? Je ?
Peut-être.
Un peu ? Je ?
Peut-être.
Ivre ? Je ?
Un feu ?
Je ?
Le sifflement
du vent du nord
Je le trouve
Fue
un instante de lucidez.
Fue
un segundo revelador.
¿Epifanía?
Amor
envuelto en vicisitudes.
Fue
Queda un perfume
particular.
Fue
Vi
Y tu sonrisa
simulacro.
Fue
cuando era robado.
Dioses nuestros,
Mejor
no inmiscuirnos
Un rayo hermético
nos sellaría.
A night in veiling
madness,
Eternity's lair
has given me
quite a tan.
XXV
L'hai trovatto.
Mi hai trovatto.
Noi mangiamo,
E il paradiso si apre
con la chiarezza dei sogni.
E il nostro sangue
scorre già
per le strade.
La neve trova i tuoi piedi.
L'umidità mi scioglie.
E le nostre ali,
amorevoli,
si dispiegano.
Solo il sole
ci darà la caccia.
Egida, anima
abbiamo.
Nuvole bianche
Stranamente brilla.
Che tipo di ombra è quella?
Io non parlo
illuminazione,
ma la vedo – ci vediamo.
ci evoca.
Nostri spiriti cause.
Nel frattempo,
le lampade bruciano.
ci ameremmo davvero.
XXVI
Fantôme d'image.
Une caméra
analogique.
Illogique
moi.
Un personne.
Je ne suis moi.
Ils riren
- logiquement.
Je ne je mon moi.
XXVII
Y
después de nadar
larga nada,
llego,
desesperado
aún.
Es común.
Un astro y Nadie.
XXVIII
Oblivion
found me.
fell, in gnomological
substantiation.
logic-made.
princess,
Verrai?
Verrai?
Passò un anno.
Un secondo, due.
Un sorriso, altro.
Passa un corvo.
Verrai?
Cendres
avec la nuit.
Ils rirent.
C'est la Raison.
Lunatique ? Moi ?
Reflété dans les yeux bruns.
Bleu clair.
est.
Vert de jungle
occupe,
lentement,
nos jugements.
Acompañé su pensar.
Me senté en su vientre.
¿Desaprender?
Sobre-escribir.
¿Contorsionarse?
¿Para qué?
Mejor inventar
I'm still.
I'm still.
You've kiss
a statue -literally.
I'm still drilled
by fortune.
Moon-made,
I've drown.
I've drool.
I'm still
Ci guarda da vicino.
È meglio che mi nasconda.
Un taxi,
Le fou ? Mien !
Mais,
vôtre.
La fênetre
filtrer la lumière
de fausses caméras.
Notre amour ?
Notre !
L'homuncule ? Vôtre !
logiquement.
Pero
ya no sé
-no puedo, no me dejan-
pensar.
Me ahogo
La humedad
sube, pérfida, por las miradas.
Etc.
XXXVI
Yet,
a love triangle
whom I trust.
A living daemon.
nos duele
en el fondo de
{ }
pero no me digas
o aquel que
que ya no dice ni su que
que
que
que
qué
o superficial da igual
no falopa
nos abismamos
porque necesitamos de la consistencia
numerológica de los calendarios
digo
de un súbito paro
no mentira pero
un gato
completamente pasado de estimulantes
perlas
o maullidos
si p entonces q
y si p y entonces q
dbpqdbpqdbpq
es decir
desierto samsara
mas sabiéndolo
ya no recuerdo
de lo contrario
Sin embargo,
de soñar a otra persona
-al menos decir de soñarla-
te cruzo en sueños,
junto a un conejo cuyos vicios son míos,
cuyos truenos son ajenos,
y que me recuerdan madrugadas de tormento
cuando era nacido por el viento
hacia la nube en que despiden tu nombre
con el súbito cobre
de las noches eternas,
mientras te esperan a que póseste
cual bandera
por sobre los adictos y sus seducciones.
LIV
yo y mi él que ya no miente
porque no sabe mentir
morir no debo
ni yo ni mi cuerpo
LV
subrepticiamente
acercarse
el amor de enero
no hay manera
LVI
y también
estás espectante de que la tele
muestre a quien vuele
y a su decir
al bigote
mientras en un leve brote
de psicosises me escancio
y ya me duele la cabeza
y me sangran los ojos
y me duermo
me duermo
-no sé cómo-
de la cordura afilada
y los bilocados
se acercan a cercarme
y extrañe
las madrugadas pre-etéricas
o el protoclacisismo
de abismo el innombrado
y no me era variado
el amor de ayer ni el de mañana
porque
no te engañes
y artificial maraña
de erráticas intenciones
y no lo sintiéramos
picotazo a picotazo
LXIV
y haber matado
daráme a callar
los crímenes que he pensado?
a los edipistas
y ha dejado la pradera
y por lo tanto
LXVI
zona de lucinios
es mi cuerpo
el incapaz
y me patea
eléctrica
la soñada
cuando veme
ocupando
su pensar y meando
la tierra que tiene reservada
a ese niño tan pequeño
que soy y se me parece
cuando no crezco
y me escurro entre los huesos
que le tira a los perros
la eternidad
amor
vos la sabés
y si la viste
entendés que no pudiera decir
más que este vagar
de acá para allá
con el silencio puesto
o las aureolas
noosférico
como un vampiro cuyos dientes
pero
deben ser las pastillas
y la falta de meditación
y debe ser la canción
que me niego a cantar
y debe ser la mitad
que perdí al encontrar
mi propia mitad
-es sabido:
el huevo matar y al mundo y abraxas...
3
LXXIII
LXXIV
LXXV
LXXVI
LXXVII
LXXVIII
LXXIX
LXXX
LXXXI
LXXXII
LXXXIII
LXXXIV
LXXXV
LXXXVI
LXXXVII
LXXXVIII
LXXXIX
XC
XCI
XCII
XCIII
XCIV
XCV
XCVI
XCVI
XCVII
XCVIII
XCIX
C
CI
CII
CIII
CIV
CV
CVI
CVII
CVIII
4
CIX
Una memoria
se escurre, recurre
a los dobleces que encuentra
sobre la madrugada
en que despierta de sí y se escurre,
recurre
a los reveses en que se pierde
de sí y así se encuentra
a sí. Un estornudo,
dos son los mudos
CX nudos de ictericia,
cuando la mente esquicia y el ojo siente.
Histerizar
o corporizar, simulando
que es el mismo simulacro; de lo contrario,
huir cantando,
como un cuento al que le han dicho simpatía
y no mucho más
-mas defina luego el alcance símpata
de los ojos síncronos
que recurren, intradicen
sobre lo mismo, sin aparente razón alguna.
Un esperado
cuento o reacción, que lo mismo sean.
Una memoria
confusa, se aburre; se escurre
sobre el decir y enturbia
aguas claras con la miseria
y la decadencia propia de las eras.
Excepto cuando muera Tiempo,
¿qué otra cosa se espera? Viento
del norte, nos enloquece; es sensato.
Corre, nos es grato el jugo acelerado
de los céfiros {CXI digitales nudos de aguas
calmas como la nube de estertores pánicos}.
Panidas de todo el mundo recubren el teatro
-tras suyo: hermetismo de abismo,
y es justo y necesario. Un sectario
rezar un rosario, cuarenta y pico de veces al día.
Un beso a la desidia, a la codicia y al umbral
que nos matan. Sombras
se acercan: ¿es el mal?, ¿es un mero
repliegue?, ¿es el eje
que falta en la representación cardinal?
Nadie, CXII veces,
repite que no; sin embargo,
no parecen escucharlo. No es suficiente,
dicen, dice, ya no sé, y escuchan
ruidos constantes mientras Nadie
pregunta ¿cuánto falta para el descanso?
Un remanso de ninfas aladas se escurre
por la tierra, e intradice,
o criptorrecurre en literales pedidos de placebo.
Es, o nos importa, un huevo.
El mundo, luego, nada; esos mambos.
Ambos
participamos del juego, mas,
¿quién hirió y quién consoló?
La respuesta es ambos:
ambos y el mambo
mediador.
¿Cruje, entonces, la lejanía
cuando en su sola deriva una sirena repiente
del amar patológico y el transferente disfraz?
Ponerse de frente: hablar. Ya no más.
Jano hace lo suyo y siembra mañana de ayer.
Que es silencio, Silencio, lo sabés.
Y debe ser la justa resolución del Cronión.
Loxicados,
dos o tres soldados pasean el plandor.
Nada más que recorrer
el presente haber
de las sombras en los costados.
Una o dos muertes despuès,
lo mismo: transustanciado.
El escleroso que soy recuerda haber sido,
mera culpa; mas,
el astuto me insinúa el espacio indeterminado,
adonde Mnemosine alumbra,
y el arrobado que soy recuerda haber sido
antes de haber sido -lo cual es, ciertamente,
un tanto confuso.
¿Es el uso y lo heredado o
tecnicismo de alas dejadas en desuso?
Abstracción, o abuso
de CXII sustancias hercúleas;
mientras tanto, la mañana abunda en delusiones.
¿Corro por los jarrones? ¿Por los cuencos?
Encuentro, desvariando, tirados
dones, que se descartan
cual si fueran basura que comer -para mí
manjar insospechado, dado el inanecer.
Palabras inconclusas, o quebradas, o
ensambles de bronces.
Corazas
deslizándose de decires helados -el cielo
sobre suyo, el cielo
bajo suyo, y constante; y el suelo
un gélido éter de alucinios.
¿Cómo deshacerlo, entonces?
No pregunte lo que no quieres saber, hombre.
Un espíritu cuerdo al paso. Luego, sus efectos:
reír, por supuesto ¡gritar! ¡esto! ¡Eso-
tro! Va sobre el mar, sobre el cuerpo.
El resto de CXIII puntos y una pirámide
particularmente extraña.
El conjuro de las damas,
diagonalmente hiriendo; Amor,
yaciendo en el tabernáculo,
con el sanctosanctorum del suicidio.
Áneros, el desdichado,
cosido en agua hiriviendo. El Hado,
sus puertas que mienten -¡muéstranse
relucientes, engemadas, sapientes!
Una memoria que se confunde; memora
la manera en que sus curvas
se escondieron, prefiriendo la presencia
a la vaga alocución de los pasillos ondulados
que traen ecos mediados por humanos juicios.
El amor de las nimiedades: nuestro,
siempre nuestro -también la histeria
por nimiedades.
¿Era amor? ¿No era?
Hera, mientras tanto, ríe; me usa
en rituales del extranjero Dioniso,
dispuesto a sufrir por sus orgiados.
CXIV maneras de preguntarnos lo mismo,
tanto en persona -múltiple, ocupada-
como en alado pensar
-el sentir con él va. Mas, son tantos
los que atribúyense el epíteto, que:
¿adónde fuera a parar, además del mito?
Y el coincidente arte de Caos hace lo suyo.
Mañanas, de repente, de dolor;
la humana noósfera de fragmentado azar;
y los daderos, dadores de idolatrado juicio.
Mientras tanto, sobre un cuerpo: ojos de vengar.
Ése cuerpo es mío también
-no me preguntes cómo. ¿Como?
¿Por qué no? Ha de cargar
coordenadas de tu haber y mi herrumbre,
dadas las cumbres o el jardín de las Hespérides
-el que dice que espere, a mí, el ansiolitizado.
Después, cuando cunda
en agujas de blanca miel, y arda
en la purga del blanco fuego,
¿quién dirá que fue menos que un rencor?,
¿una curva inesperada?, un dador
de virtud se transmuta en demon,
y los cristianos espíritus no acaban la palabra
y ya se engañan. Autocompletar en la constalada
semiosis inoculada
por la música suerte de las voces erradas,
juzgando al indecente en su indecencia
-es decir, a mí y a mi apariencia.
No te acuses de haber matado.
Y las películas, ¿qué?
¿O acaso el decir lo realiza?
¡Por supuesto! ¡Se pisa
la cabeza el que sobre sí pasea!
¿Esta es la tenue marea?
Yo no soy lo digo,
¿o no conocés, acaso, a la mentira?
Si bien transluce la verdad, esquicia
es necesaria; de lo contrario:
Amor, muerto por CXV puñaladas.
¡La gran CXVI! ¡Qué idiotez!
Mas es mía, y no es digna, pero
¿cuál la fuera?
Afuera
algarabía del múltiple pez,
mientras la paciencia hierve,
mientras Amor se esconde
en recovecos, cuevas, pliegues.
¿Puedo herirme a tu través? Puedo, mas,
¿eso te hiere? Perdón,
si no me abstraigo te substraigo
un pensar, y siembro
circunstancias o erro
sobre el candor de la sangre sobre la que caigo,
luego de degollar una a una a las serpientes.
¿Cataonia, entonces, pura? ¡Más!
¡Ataduras hacia el aire oscuro del cifrado ardor
que hiere sin mácula y al que sucumben
querubes y serafines! ¡Ah, tan sutil lumbre!
Pero no preguntes, hombre, aquello de lo que
no querés oir razones.
¿Muero si ardo
ahí donde las almas nacen?
Corazones se esparcen y es un cielo extraño.
Roja, la luna porosa
se reposa sobre el año
en que dígase su glosa y no encuentre engaño.
Sin cero,
caigo, y el pero
no alcanza al tímido barranco
que dícese virtud mía y por el que pago
con el cuerpo y la cordura. ¿Esta altura
nos ha sintonizado? ¿Este hondo
de falso infinito nos ha destinado?
Ah, la angustia y la desidia
de mi mente que pretende
entenderse y así usarse
con juicio suficiente
para así no tender a matar
el cuerpo que pasea el mar de las delicias,
las nubes psicósicas de la esquicia
y la pronoide tacitud.
¿Canto sobre mi ataúd? Me engaño,
me engañé CXII veces
hasta que de morir paré. ¿Quieren que rece?
¿A quién? ¿Al que en mí
dice lo que parece cuando escucho su fin?
Repítelo, sin subrepticiedad, dispuesto
a matar por un vago resplandor
de las aguas del dador
juicio humano que siempre erra.
Contando ésto, CXIII me deludí.
¿Son lo mismo? ¿Cómo pudieran serlo?
¡Ah, si pudieras verlo,
descorporizado aprendiz
sufriendo por correr una perdiz en el jardín
o a un ave en su desliz
de designios deformados!
¿Morir? ¿Yo? Puedo. ¿Quiero?
¿Morir? ¿Yo? Puedo... etc.
Mas la crátera de númenes no para más.
¿Es este el engaño, el laberinto, el velo,
el paño perfumado de los idos?
¡Es parecido a un verbo izado
desde el hondo hacia el sinfín!
¡No te atrape, paseante
que de antes traiga anzuelos y el ruin
culto metempsicoso! CXIV
formas de la parálisis. Mas,
¿el fraseo de los cruzados
era la norma, o fue el Hado
bienviniendo a sus soldados?
Yo no sé, yo sólo vago.
Caigo, separado
ya mi cuerpo de yo y mí.
Y es entoncces que digo: así,
es así como nací.
Me engaño, es bien sabido.
Creo, entonces, el espacio
en que el real suceso atráese a sí.
Caigo, despacio,
muy despacio, y encuentro
un encuentro con el pasado
de vueltas que fui. Hay, quizás, CXV
puertas, y un alfil
que a todas las recorre. ¿Es farsa
este decir que danza sobre mí?
¿Es el hondo y taciturno cuento
un espanto y un tormento?
No me encuentro. Sí,
sí me encuentro. No... etc.
Y así yace pendulando
sobre lo que fuera meando
para yacer de nuevo en sí.
¿Sabe que dice,
que hace
lo que dice que hace,
que no sabe mentir?
¡Sabe mentir! ¡No quiere! ¡Es vano!
¡Es vano! ¡Es errar!
Mas, dignos de arrear las nubes,
los cronidas invéntanse querubes
con falsa técnica contemplativa,
y se asen de la deriva de quien pasee su tras.
¿Y este juego de espejismos no es errar?
¡Es respeto a las costumbres del lugar!
¿Cómo cuando invoca rayos
a los dulces transeúntes
del vago monte, lacayos
de la virtud o pericia ajena? El extranjero
de su propia tierra no juzga ni condena.
¿Canta en el vacío su ritual?
Algo diéronse a sembrar
los fantasmas de un niño al que le han puesto
disfraz de creador.
Por eso me encurdo, me aburro, iro
y transpiro del fuego ajeno
que se posa en mi andar. Ameno
canto a la cordura, yo no tengo. ¿Amar?
Pudiera, mas mi lengua ha de sembrar
casuísticas de Caos, mas no azar.
¿Que si sé cómo? No, o quizás... ¡Callar!
¡Debe callar CXVI veces! ¡Debe cerrar
CXVII puertas! ¡Debe parase
ante CXVIII disfraces!
¿Debe callar? ¡Debe callar?
¿Debo callar?
Allá, adonde el río cede,
mueren,
de a ratos, y en vario, quienes suceden
el eflúveo erario del viento transustanciado.
La humedad, el follaje, los horarios.
Las CXIX bestias del total.
CXX minutos luego, nada pasa. ¿Debo callar?
¡Debe callar! ¡Debe errar!
¿Y si no puede? ¡Morir, entonces! Mas,
¿no brilla, esmeraldino, el cuerpo
gaiano, cuando
las manos se posan a tomar las flores
y a servirse ornamentos de Belleza?
Agache la cabeza, ¡huya!
Sino puede. ¿El asesino?
¡Enguye cada decir y trae su más!
Guerras en el horizonte,
como es la costumbre. Memorias
discurren al respecto del hablar,
y desfiguran su sustancia. Teleólogos,
mientras tanto, en delirio
teológico castran lirios
y pósanlos en las ornmentas de CXXI
ecuestres alces de un norte irreal.
Simulacro de espectáculo, ya nadie ríe.
Y la vanguardia siempre es vanguardia
y ésto no es tautología. ¿Elogia
un decir el escriba
que traduce el manto de ruidos
que ocupa las calles simulando sonidos
de ambiente que la calma privan?
¿Debo pedir, reír, decir? Y ésto, ¿qué?
¿Mero vagar el parecer y mero eludir la lumbre
dispuesta por el juego y la costumbre?
Arder en la verdad del viento, ¿para qué?
Hasta los sátiros se aburren, confundidos.
Mas, ¡qué placer del escindido!
¡Silencio, se aturde! ¿Lo grito? ¡Perdón!
Es extraño el corazón y más aún la tenue lumbre.
Silencio, me aturde. ¿Lo susurro, mejor?
Una voz díctame un nombre, y erra.
¿Eso me aterra? No, mas sé
que su sombra juega en la podredumbre
y se acerca a la sed
de quien ante el mar se ahuyenta.
¿Cuentan
CXXII éteres, o quedan más?
Detrás,
la sana costumbre de la escueta
mente que, si siente,
se hiere; si no siente, se hiere,
y cuando miente, no miente,
y cuando no miente, quiere
más de lo que supiera de sí.
Cero, o no ser, no abunde
ni redunde vanamente en el enjambre
de quien durante el sueño diga
que su día lo persigue y pida
un cuerpo a la corpórea hambre.
Y las serpientes, ¿serpentean?
Parecen tener -tienen- humano esqueleto.
Yo tengo un amuleto que he tirado,
porque la supersticia ya no me conmueve.
Mas, ¿se mueven
las arenas del desierto? ¿Es eso verdad?
Si el cierto cuerpo cede, ¿piedad
ha de pedir el yo perdido,
el mí asido
de lo que traiga la etérnea edad?
Mas, al revés de los CXXIII años
que traje de antaño, mejor
supurar el canto menor y dejar que huyan
fantasmas de mí, de mi tierno andar.
Y si me quedo,
ardemos juntos
-celestes
madrugadas del conjunto
nos han vuelto a juntar.
¿Es esto amar?, me pregunto
desvariando en el camino que ando
hacia el súbito arrobo
de la mente que es un pogo
de serena sincronía. ¿Mando
hueste de mí a decir por mí?
También así perecí.
Mas, memorias criptografian
el limbo con Gracias,
y encuentro al fin una respuesta.
¿Está la madrugada allá puesta?
Ya amaneció, lo supe, acacia
que responde en sueño alado,
cuando el único decir es el pasado.
Mas, ¿no este durante un haber
estado en mismo ser
como quien corre por el dado
que la suerte deja ver?
¡No! ¡No! ¡No! ¿No?
CXXIV tipos, o uno, solo,
despídese con dolo que su sien sanó.
¿Acaso Apolo
tenga la visionaria respuesta
de la mística apuesta
que persiste en este hoy?
Yo no me entrego, me doy;
si me usan, sean suyos mis efectos.
Si un cuerpo no soporte, sean afectos
míos que ya han dado ríos
errantes hacia los madrugares, cuando
nada más ando
el sueño, en formas oraculadas,
en pupilas de formas ovaladas,
cual serpiente que repta en apariencia.
¿Son las hadas?
Es la vana ciencia
de los cuerpos, que, paciente
dicta al que siente su espejo
y el nimio reflejo es negado.
Así circula, capital alado,
si el espíritu aun es privado.
¿Es ésto el mal? ¿Cómo pudiera
yo saberlo? Acaso sepa
que entre la estepa
pasean oscuros artistas, y viera
a sus manos dictar la esencia
de quien el no ha negado.
CXXV maneras, encuentro, de pedir
silencio, por favor, silencio.
No me esencio, es que
cada palabra es un porqué
en el nudo atroz de la creencia.
Y, esquizonoico,
yo paseo el mezosoico
y veo bestias de dientes con sangre.
¿Me escurro?
¿A la memoria recurro?
Me aburro y tengo hambre.
¿Puedo huir
del rápido fluir
de los que han creado el mundo?
Tímidos ceros, de furia hilarante
atraviesan el durante, y yo, mudo
-no sea que mi decir póselos acá.
¡Sacá
los ojos del abismo!, escucho.
Me arrimo,
aduzco que no esgrimo
sensateces, y me amucho
en el intersticio que abren los vicios.
Encanten
o no las alucinadas lunas,
¡cante,
trágico hacedor de las columnas
atlásicas que sostienen a los perlados!
¡Hay un sincretizado errando!
¡Hay un anacoreta amando!
¡Ah, es esto el mundo! ¡Qué extraño! ¡Dado,
circunstancie la esperanza
y traiga la curda y su danza
que nos ciegue de lo esperado!
CXXVI ángeles
reptan el cielo, y cuentan
niñerías; mas,
¿quién dijera el tras
que sus juicios inocula?
Alrededor de la mesa, espectan
los que, silentes, circulan.
¡Alguien que los haga gritar signo!
¡Alguien que les saque un designio!
Supracelestes inteligencias,
alguna madera ha de hallarse
en el árbol que al tocarse
siembra a Destino en diligencia.
Hipersticia, ha cesado;
ahora sólo queda el andar curado
del cianuro que la vida también siembra.
Mas, eternistas,
¿no ha quedado pista
de la noche en que la lumbre aterra?
Pudiera quedar pegado
a un juicio cuyo ser amado
es nadie o nada o presencia.
Mas, la tierra, el viento, el agua, el fuego,
¿alquimia y juego?,
¿o real y verdadera ciencia?
Pero el desierto, ¿acaso
no siembre en cada caso
contingente su sapiencia?
Erra con precisión
digitada por la pasión
de la costumbre que lacera.
¿Libertad?
¿Piedad?
¿Para quién? ¿Para la era?
¡Para la era! ¡Para la era!
¡Para los CXXVII discípulos de Pan, silbador!
¡Para los juicios de su padre hacedor!
¿Criptogramas? ¿Anagramas?
Delusión. ¡Ilusión! ¡Pagana
manía del orador!
Yo
mejor me callo
cuando hallo
que dicen por mí mejor que el yo.
CXXVIII días
después de escindida,
el alma parida pierde su razón.
Quien la encuentre, ¡por favor
no recurra el rencor
del sermón de la montaña darle cual si Amor
fuera!
¡Afuera
yacen los démones del cultor
de los sígnicos arreadores que desesperan
por su indefectible error! Supiera
callar, cuando debiera;
mas nos esperan.
¡Vámonos!
¡Vámonos!
Creo que estuve en pasado, ayer, hoy,
y que me invierto si me doy;
y creo que encuentro la voz del coro.
Creo que irrito al decoro
de los planeadores,
cuando simulan sonreír, amadores
de las máscaras y los poros
de venganza dada
en través de la palabra alada.
¿Qué es que dice este cantor?
Creo
que me recreo
con el errar de Amor
en mi cuerpo, si siento
que los gélidos espíritus
eructan su brío sobre los pàlidos
croadores del viento.
¿Acaso
perdió la cordura?
¿Es dura
la grafía del último abrazo?
¿Ver la foto
última y tuya
te ha desesperado? Roto
paseaste, y que bulla
quien deba bullir, mas
escuchaste, detrás,
el asilo de los alienados.
¿Es pérdida
la crucífica y pérfida
costumbre de los amados?
Ya no sé, pernocto,
alrededor del reloj, coopto
a mí de vomitarme,
a mí de acorazarme.
Han sido CXXIX días
en el Ida. Han de darme
una cruz en la que posarme
y la mañana y al espía
que disfrázase de sombra
y para herir me nombra
dándole al viento mi signo secreto.
En el día CXXX me completo.
Creo
oír la náutica voz
que sale de vos
y se asemeja a un recreo.
Creo, aduzco
que no conduzco
al auriga que me trae tu pasado.
¿Corro? Me derrito
frente a la nube que imito,
cuando estoy desesperado.
Blancas
mareas del vado, marcas
ígneas de las arcas
del inagotable y pensado
descubrimiento.
¿Miento?
¡Miente! ¡Miente!
Dice lo que siente.
¡Como el viento!
Mas a veces siente lo contrario
de lo que dice, y cae
en quien sustrae
de su sí algún parasitario
signo que haga pensar.
Dense a pasear,
esclavos del hablar.
La marea
cede, continua,
y los CXXXI sentidos
parecen idos. ¿Nos mea?
¿Nos parea?
Oniria, teja a Tiempo, que si no,
¿adónde estoy?, ¿adónde estoy?,
¿adónde estoy?
El brillo extraño
de los CXXXII hermanos
me ha dado su asiento.
¿Puedo
huir, ahora
que el Juicio de las horas
ha cesado? ¿Puedo
sigiloso preguntar
por qué los CXXXIII
de la suerte han tejido
el revés o el sonido
y muera, tal vez?
Acaso
el dormir ante el ocaso
no me deje contar
quién ha visto por mí el mar,
quién ha partido su fuente
en la mente que detrás
ha sembrado el quemar
de quien pasee mis tumbas,
en suerte ignorada. ¡Destino,
curda de vino no es!
¡Gracia de un dios no es!
Es el humo, que, de repente,
desaparece, y las alucinadas serpientes
se acercan idióticas a cantar.
Si el siseo miente, ¿qué hará
el shsheo, el chistar, el corear
voz que no me deje amar?
Caigo,
es la hora permutada -CXXXIV-
que digita a los astros
su razón. Predigo que sigo
sobre el mismo andar errado.
Caigo,
creo mi andar.
Pasa Tiempo. Es la
CXXXV manía de celar
a quien sonriente se siente.
¿Miente?
No. Tampoco ignora.
Es la fugaz hora
en que la Gracia siente.
¿Se arrepiente? ¿Te arrepentís?
¿Presumís? ¿Eludís
histéricamente los designios? Cimientes
ya son sustento,
y el resto es labor del viento.
Yo
me dejé usar,
siendo el soy, y así
nací,
me digo, enredado
en mi propio delirio aprendiz.
¿El desliz
de la materia no parece sensato?
Es grato
huir,
de vez en cuando huir.
¿Voy callando?
Encallado
en la orilla, un vado
contemplo.
Es el templo del que no hay qué decir
ni hay que decir.
Me templo.
Calma,
al fin calma. El alma
en Silencio se me escurre
y la memoria ya no arguye
que mi decir recurre
a argucias si huye.
¿Caigo
más aún?
La ira
común
es puesta en mí como pira.
Suspiran,
tercos,
lo que el decir este no traducen.
Aducen
simpatías, y el cuerpo
mío siente sus puñales.
Audacia
ninguna.
Es la una
de la madrugada. Las Gracias
ya no están. Las furias,
las moiras, las sirenas,
las alarmas, las alcurnias
humanas, las amenas
simonías de los jugadores
conjuran resplandores
y yo, ciego,
caigo,
mas ya no me enervo.
Escucho
el sigiloso y mucho acerbo
de ruido que el follaje anuncia.
Bestias
se disfrazan de flores mustias.
Si ardo, amor,
no importa; conozco
el perdón, y tosco
me arremolino al Lete.
Es el Este,
su nacedor Febo.
Es Ego
disuelto, entonces
¿qué sentir pudiera decir que hay?
El Paraná
se templa,
y la corriente baja.
Caigo.
Sigo cayendo.
El barro
se deshace. No hay
Ley, acá.
No hay juicio.
Es el piso.
Se deshace. Caigo,
viendo, caigo.
Ya no me importa.
Escucho
el barullo del vario
que sobre mí adviérteme
del infierno que me espera
y no es más que delusión.
Mas, ¿acaso
no es ahí
abajo
dónde las almas se engendran?
El candor
del cenit aparece.
psicodel, sus formas.
La tácita forma
de los dictores del revés.
El través
me invierte
una y otra vez
hasta que
soy arrobo,
súbito
espiral,
errar,
amar,
correr
en nubes de Nada,
en el vacío insigne,
en las cuevas,
en el crujido
de las maderas,
en la pradera,
en el mitema,
en la eufemística
en el samaddhi, en la gruta,
en el adiós, en la espuma
de una isla,
en la mucha
de mí, en la voz,
el conteo,
y los números
enteros
se fraccionan
CXXXVI,CXXXVII y la cruz,
y el
estigmata,
CXXXVIII, CXXXIX,
y la cordura
superada, y el intradicente
mandala
puesto enfrente,
y los CXL
diamantes,
y la puerta
CXLI
suspendida,
y la nívea
aurora de la partida
tan sutil
que el propio
CXLIV
Kadem
se deshace
conmigo,
y es aún el 2020,
se realizan.
Late
Ignorados
cristales. Tiempo
es, y oscurece.
Paz,
oscuraz
de quien se mece.
¿Silba,
acaso silba
la lumbre del alba? Tiempo
es, y oscuro el signo
cae.
El sol
oraculado se sustrae.
Ignorados, crece,
descree
de sí. Armoníza-
se a sí.
Ladra.
Ladran. Ladra.
Arden
cuerpos bordeados de Sino.
Indeterminio,
insigne indeterminio:
una balanza.
Es justo.
Inanecemos. Es diestro
el arte
maestro.
Crece. Cae.
Oscurece.
Llaves, Tiempo,
Nada.
Mas,
de repente: Abismo.
Erran por él.
Voliciones erran por él.
Cortan
las balas
sienes, futuros. Nada
importa ya. Carecen
de cierto. Cruz.
Allá en el domo,
allá en el péndulo,
allá en el chiste, en el juego.
Pus
aromando humanidades.
Luz
artificial.
Sol, por lo tanto, ¿para qué?
Oscurece,
porque los ojos quieren;
ojos
sobre ojos,
sí sobre sí.
Lenguas.
Hablar de lenguas.
Dramaturgia de la conciliación.
Líneas
de historia para llegar a
Clio.
Silencio, luego;
menor y falso silencio.
Falaz testigo,
hiede.
Actúa
en pensares, sin embargo,
de actuar duda.
Bien sabemos, eones mediante,
alados pensares, blablabla.
Mas,
¿no se inscribe en la materia
persuasivo
Destino
que curve en sí a la solitud
del ausente cálculo?
Tempestades de
prolegomenitud.
Falso ecumen, diferenciando;
falsa diferencia, retrotransgrediendo.
Real,
entonces, ¿qué?
Silencio,
omnipresente.
Un cavernícola, aburrido, en Catatonia,
cosmogonizando.
Luego: esto.
Fantasmas y espectros y sombras de
Tiempo.
Augur.
La memoria, símil.
El numen
recién fundado,
aún fundiéndonos.
¿Haber ayer? ¿Cuándo?
Sigue oscuro.
Oscuraz Eternidad.
Dios de oriental cero.
Dios de occidental uno.
Pendular
la calcárea claridad.
Cuerpos enterrados,
aún presentes.
Efectos permutados.
Materiales efectos de materiales cuerpos,
persistidos.
Materiales efectos de materiales mentes,
noosferados.
Calco del cielo,
oír el rugido de la tierra muerta;
sembrar
falso renacimiento.
Metempsiquia:
simoneo de espejismos.
Símil sobre símil,
verosimilitud.
Cuerpo uno
asido del grotesco
ruido.
Crepitar de las serpientes,
sigilosas.
Pies alados, pieles
reveladas.
He la fundación del numen:
nada.
Y el respetuoso silencio de los idos.
Oscurece, todavía;
mas, no he la
luz ni el verbo.
Maquinal verdecer del follaje.
Morir,
gajes del oficio.
Nacer si se es desclarado culpable.
Hablan de una crucificción.
Hablan de un revés.
Mas no he
el verbo, aún, ni la luz,
ni el montaje.
Y la sucesiva
aurora,
no significa.
Sangre calcificada.
Gotas de perlas aladas.
Hablan de tres joyas,
mas no he la
mente, aún.
Muertos,
todos muertos.
Alguien el mundo ha fundado.
Devenir aparente
-Caos-dado-movimiento.
Y capitales fundan arrobamientos.
Mente-una, aún cero,
miente. De lo contrario:
siete puertas de Catatonia,
abiertas.
Nadie muere,
y no el figurado Nadie del astuto
por venir.
Así se funda una finitud.
Sin embargo, aún oscurece.
Hongos
de claridad,
y el filo de las atenciones.
Se perciben.
Se tocan.
Se envuelven.
Hongos
de claridad y el tras
del tras del tras
etcetéreo,
hasta la oscuraz locura.
Llamarse a silencio,
llamarse Silencio.
Un cavernícola cuya curva intención
persiste.
Intenta volver de la inefable
pus.
Se ve aún morir, ser matado.
No tiene pasado.
Por donde pase,
siémbranse cruces.
He la fundación de los espejos.
Eternismo, al realizarse, muerto.
Cero.
Oscurece, es la mañana,
el falso sol,
y la ventana muestra peces. Atlantes
vienen de antes.
Persisten, jeroglafiados,
sus juicios.
Escamados,
huyen.
Han de no
volver.
He la fundación del libertador no.
Esclavismo hacia mañana,
cuando sea siempreoscuro.
Dioses
extrañamente humanos,
cavernicolizados.
Vicios de la visión.
Misiones: sin pasado.
Oscurece aún, y ya no se puede
fundar Historia.
Sobredosis de parásitos, piramidados,
con intensidad
decreciente. La luna,
enfrente, siempreoscura.
La muerte: un sueño de la locura,
recién fundada.
Fundidas las arrobadoras gemas,
queda la cadencia.
Glosolalia fundadora
-lleva su ciencia {mejor ignorarla}.
Cuerpos persistentes: memorias.
¿Confusión?
He la fundación de la pregunta.
Consiguientemente, el terror.
Libertador no, invertido.
Cadenas de oración.
Hablarle al viento.
Literalmente, hablarle al viento.
Mas, no he aún
ni la luz ni el verbo, mas
he la pus
pre-etérnica.
Guerras de fundar
dopaminergia.
En el remotísimo pasado:
alguien crea
la lanza.
El espacio de Destino es augurado.
Los cuerpos,
así,
codificados.
Abrir las aguas,
que ya estaban abiertas,
y esperar la primera venida,
que es segunda,
por lo menos.
Consolarse,
he el nacimiento de la lágrima.
Suspensión,
teleológica, planificada,
de la presencia.
Animaprehensión.
Emerge,
Abismo, de sí.
Bilocación y espiritismo gradado.
Trilocación, cuatrilocación, etceterismo.
Inconcebible-
mente, aún oscurece.
Avizorada libertad del horizonte
acércase.
Es un gran, inmensísimo
no.
Falsa y común y útil cordura.
Quietud,
profana quietud contemplativa,
nos llaman a actuar
sin verbo ni luz.
Improvisaciones, por lo tanto.
No te enamores:
las aguas divididas:
dos, cuanto menos.
Fundador, ¿por qué nos hemos abandonado,
si nadie muere?
¿Acaso no es contrario
a nuestra
vaga intuición conservadora?
Crecen
guirnaldas plásticas en frentes orladas,
a nuestro derredor.
Oscurécese
el cuerpo conjunto,
aceleradamente.
Mueren
peces juzgados,
en juicio de humana
antigüedad.
Hojas
caen, descreen
de sí.
Fundador no:
ha vuelto el puñal,
ha vuelto el puñal y carga
propias entrañas.
Amor,
implícito,
se enajena.
Corre la eterna condena.
Realizado,
cesa.
Una sien gotea icor.
Muere, nace,
parece que muere,
ya no tiene razón para nacer.
Oscurece
ya sin verbo, luz ni piel.
Los cajones de cedro
se disuelven en saliva de miel.
Placeres alados,
inconmutables,
y la incomunicable gota de maná
en el cráneo,
en través de los canos cabellos.
Y la muerte, muerta;
mas he el terror de la finitud.
Corpóreo,
el arroz hiede.
Teje, tiembla
de infinitud el asesino.
Realizada la culpa,
el cavernida no tiene tiempo
de purgar -no tiene verbo o luz.
Sus eternas heridas supuran.
Inteligido, no semeja;
el verso primero: engaño.
Inteligido, el paño
lacrimoso llénase de antáñea
multitud.
Sus sanguíneos métodos
afuera sangran.
Es la madrugada; oscurece.
Los perros ya no ladran, carecen
de decir, aún; y mordaces
cubren su trance con éxtasis ritual.
Del manantial huyen los peces.
Cruzan, taciturnos, dos
que críanse nocturnos; los pianos
ya resuenan -¿quién los comprende?
Despliégase la arena
sobre el níveo ayer; cazan
columnas heráclidas, y
cíclopes guturean. Es la noche,
es el día, es la tarde;
he la fundación del tres. Helos,
a nosotros, dispuestos
sobre un jardín de madreselvas.
Las bocas abiertas sangran, y fluye
el arbritrio cual guirnalda; alguien
escucha; aún no es verbo, ni tiempo hay.
Las araucarias se despliegan sobre labios
hacia arriba tendiendo, como el fuego,
como los sones del trueno que augura
la mañana pura en que húndese Febo.
Hay cuerpos -distinguidos, determinados-,
hay su hedor calcáreo de huesos hiriendo; he
la mañana entera, mientras las ninfas sueñan
cantos de inocencia y voz de antaño. ¡Cantan!
Mas es mera melodía, mera melodía. Formas suyas
no supuran sobre el curso de las horas,
y mientras resuena la marítima querella, el arte estalla.
Todavía no hay signos, todavía no hay simbolería
y la cursilería de Amor se abre entre razas
al sucumbir de la fértil caza en acto por sí y en sí actuado.
Áneros, el desheredado, ha cuidado de que el limbo
sea puesto sobre el siento y sean siendo los amados. Ríen.
¿Cantan los que piden o cuidan al sol de los querubes amorfos
que regurgitan el cuerpo que se esconde entre las hierbas? Hebras
de la futura Tebas ya se alzan. Cabellos hesperídeos de inocencia
sobre la noche se alzan. Es la interna amenaza de los días.
Es la interna amenaza de la noche eterna.
Las cabezas corren detrás de los pies. Los pies se alzan
-rápidos, constantes, continuos, disonantes. Y los ojos no alcanzan
a contemplar la rispidez del verbo azul que llueve sobre el páramo.
Caridad de las estrellas aún nos abraza; y no dicen, todavía no dicen.
El ente derredóreo estalla en su hermosura, y calla
para que no mueran los que escuchen el sutil murmullo de las auras
plandeciendo cual horizontes que oscurecen cuando sidos
son los corazones aspersidos de la viva entraña,
mientras el alma yace en olvido y ordalías
son izadas -en forma de danza y par de miradas que se encuentran
sobre el éter indeterminado, mientras las lanzas
los costados van buscando, mientras los dardos vuelan
como moscas entre las sienes que se esperan.
He la fundación de los hilados pandemonios, adonde los niños
corren del estertóreo pánico de los reflejos andróginos
que cubren el exógeno canto de las sirenas; y las sienes amenas
cúbrense del cristal que oxigena la res serena. Pero es tarde,
y oscurece todavía. La voz cede, sin sino. La guerra es engendrada.
La luna se intoxica de reflejos, mientras, con canto distinto,
corren los jacintos sobre el mar de las serpientes. Arrea
el Cronión las nubes, y la respuesta es sino; mas
¿cómo pudiera el vino deshacerme del pensar? Azar es hecho
con el canto maltrecho que en llanto se vuelve. Acaece
con sutileza la marcha de los días, sin embargo,
Febo desaparece; es el momento perfecto para morir en paz.
Cuento esto mas sé que, aun sin verbo, es común
el agua que de mente a mente va a parar; y si me consigno
simpatía es desidia, y es de más. Pero no me contradigo
por amor al lío o a los nudos o al disfraz -se me escurrre
la dicción por los dedos y repiento
de haber pensado un segundo atrás. Tiempo, aún distante,
innacible, pasea las cabezas; y estallan, como cleros
que se inscriben en sus signos, estallan. Mendigos
de un gutur, albean bajo la sangre que chorrea
cual lágrima o augur; mas, Tiempo, aún distante,
estalla. Y he el día primero. Los reflejos
del espejado cuerpo de los astros se curvan
sobre la marea joven, mientras urde
conjeturas al respecto de los dóndes y las uvas,
y Baco arremolina las costumbres en delirio.
Los lirios del páramo huyen; bulle
la delicia del fin. Luego, sucesivamente,
la eternidad se hace presente. ¿Termina,
puede que termine este día, de repente?
¿Cuál fuera su designio? Marcas
en el áureo lienzo estampa, y sigo
su jeroglífico en fortuna que me escapa.
En el valle de los ecos cantan
las sirenas de bomberos y las ninfas,
y la fuente se deshace en el éter. ¿Sube
el estero hacia esto, cuando cuento?
Repite que me cuento, que repito.
Muero ya, y aún oscurece. Luces
de ignominia se hacen presente.
La sutil luz pura se escurre
ante mi panídeo aurolar
nubes de haber pensado
y a la materia curvado
con un retazo de juego.
Niño, todavía, oscurezco,
escucho la voz guía
de los innacidos.
Repiten el decir conocido.
No hay verbo, no hay luz,
y quizás no los haya. El común
canto de curda se me ríe
cuando busco la cruz
que persigue los efectos de haber sido.
El acto acaba en farsa, y los rostros idos
vuelven, con cráneos sangrados
colgándoles de las manos. Son
deidades del Bardo. Ha pasado
tanto sino, y sin embargo recuerdo.
Cruzo frente a los amos y los muertos
y gritan en amor desesperado,
mientras el frío del Lete se esparce
sobre el trance tibio que hace las paces
consigo, y así se deshace. Huyo
hacia la oscuridad que conozco. Yazco
como un pez en el térreo Hado
y en los suelos voy dejando escamas.
¿Cuelgo sobre mí sus artes,
sus emblemas, sus retenidas
manías de alma penante?
Oscurece todavía, y el oeste
canta del fin. Crían
niños de pensares, y nacen;
se hacen cuerpos con cuerpos,
se hace del sol un astro; nace
a decir del fin, y, sin embargo,
su sí ya no se ase
a nuestro común decir. No hay acto
que haga el verbo, ni movimiento,
ni desesperar; es el auriga
quien despliega sus lazos sobre corceles
mientras las mieles del Edén nos niegan.
Y entre las cuevas encontramos
artificciada paz. Las hadas
plandecen con perlas escupidas
por la fuente de la muerte euripídea
-habla sin decir y dice más
de lo que se quisiera oír. Caigo
sobre el pavimento. Sé que miento.
Los cartílagos se rompen. Encuentro
a mis dedos bordados en alquitrán.
El cuerpo se ha dormido, yo con él
no. Acaso sea el que se hace
con lo que sus artes pasen
de allá hacia acá. O quizás
la lluvia ceda, y el autómata
contemple la marea en autista cero.
Corro. Ya no hay hambre,
desesperación, miedo o quizás;
el entero mundo nuevo se disuelve,
como dientes de león frente a alisios
del real sacrificio, se disuelve. Cruzo
el oficio orante de los matemas.
Números arden. Todavía no dicen.
Señalan del indeterminio los conjuntos.
Es el primer día y no cede la vista.
Los horizontes me encuentran; plácen-
se del decir sin cordura. Ataduras
las auras de los ángeles llevan.
Juzgan artificial la condena.
Se elevan sobre la tesitura
de los signos, y contraen
al múltiple espíritu. ¿Finitud?
¿Quién pudiera tenerla?, se preguntan.
Uno tras otro, caen. Se despliegan
sus obscenas virtudes. El escenario
es la tierra, con su magmático corazón.
Adiós será el decir de quien tras mí venga.
Me suplico a Silencio -mas no llega.
Las orillas se escapan, el mar
se ensancha, los ríos se sublevan
y el vapor sublima la primera tormenta
inacabable. Todavía
llueve suya vía hacia los nadies.
Es la quietud del primer día, y se suceden
las estaciones. No ha muerto
cuerpo alguno, y el decir erra
como un flecha que no alcanza el intersticio
en que arde como vicio el alma y pena.
Caigo entre los pliegues
y los matemas, y espero; todavía
no tengo signos suficientes. La calle
no calla. Y es oscuraz su destino.
Ordalías se trenzan
de las bocas que se llenan
de verosimilitud. Escucho
el decir mucho que a nada llega.
Crío, entonces, confusión.
Río maniáticamente, el río
me envuelve, y a Amor lleva.
Todas las estrellas urden
su sublime cimiente sobre el cuerpo
espejista del Paraná.
Cuerpos lleva.
Cuerpos lleva.
Oscurece frente mío,
detrás mío; es mi condena.
Me ofrezco en sacrificio de Silencio,
y nada cambia. Es la tísica
luz que se nos niega, y falso tiempo pasa.
La eternidad enferma se pliega.
No nos deja yacer
en su sutil casa, y las columnas
de Destino se alzan; alguien
cubre los caminos que llevan hacia él.
Es su pena; arde, mata, muere
falsamente, y de repente, amante
de yacer en nubes arreadas por la suerte.
Es el primer día, oscuro; no tiene nombre
ni carga sino, y no parece tener fin.
¿Ahogarános -ahogaráme- en su ir
sobre sí como un círculo eterno?
El bálsamo de la tumba no me es dado.
Los muertos pasan errando, y cantan
al respecto de la danza que los trae
hasta esta sima. Arden
sus égidas, broncíneas, carmesíes
como dos bocas farsíes que se dicen
en revés de la costumbre ya fundada.
Y sin embargo
la lumbre no se hace, y los segundos
son mera palabra. Ascuado
por el sol negro del Hado, encuentro
mi eunuquez; voy
de costado a costado, y escucho
como el vario cuerpo en que me amucho
anuncia su devenir. Mas, es oscuro,
más oscuro que esta oscuridad fundida
en la Nada que es prisma y metamorfia.
Simoneo para que erren mi costado, y huyo
entre el follaje de la selva, inocenciando
mi voz errante que no tiene después ni durante,
y puro pasado va fundando. Abismos
de cordura se han hecho
con mi cuerpo maltrecho; yo voy cantando,
y las bestias se asen de mi resto y cuento
de esto a quien pase volando
sobre mi andar por acá, por allá,
mientras puertas se van imaginando. No se hace
la lumbre de la huida última. Es el placer
de ver al cuerpo ceder agonizando
el que me mantiene andando siempre igual
lugar en que no soy ni escancio. Lleno
de fortuita certidumbre, voy coreando
lo que aladas cerezas van dejando
en mis labios que serán dedos. Antes
de que dígase mañana, caigo
sobre la hierba, y la tierra me abrasa.
Su voz se esparce, silenciosa, sigilosa,
y el murmullo de la brisa posa
sobre las hojas de ombúes y araucarias.
Me espanto ante los sidos,
pervividos en la memoria, con huellas
de la querella que en viva voz
estallan. Mas no es el verbo, ni la luz,
y oscurezco
cuando me aparezco como un soplido
en la mejilla de quien se pliegue
sobre mi andar el circular día.
Toda la tierra, ¡nuestra!, cenit de falsa luz.
Los árboles nos esconden, a nosotros
que en expuesta piel vamos detrás
de animalia en busca de vida. Andan
las mejillas acariciadas encontrándose,
amando vamos el mismo lado. Pido
quietud, y la consigo. Oscuridad
total, y el movimiento de los pensares
es visto. Los cuerpos
inertes se detienen como el hielo de las fuentes.
¡No habrá mañana!, escucho gritar
a los que se escurren de mi decir. Y los abrigo
con la cadencia del sonido, mientras las musas
frágiles quiébranse ante la fusa del infinito dentro,
con el sempiterno conjunto divisible.
¿Es asequible volver a escapar? Me asqueo
de mi pasear el suelo. Escucho, también,
llorar de desconsuelo a los que despiden cuerpos.
Las almas bárdicas esperan que les digan
cómo volver o huir al día
de la luz inicial. Caos en el numen, ignorrío;
nos quema el juicio de Destino -como humanos
olvidamos el esquemático conjeturar
y lo asumimos verdad. Veracidad se alza
de su sillón, triunfal; se ha escondido
en los decires, y pierde el hilo
de los que huyen del castigo
de este eterno día volver a andar. Así,
dados a nacer de nuevo, nos es perdonado
el error; y la noósfera se afirma
sobre la nada misma que le sirve de disfraz.
Esquizoidal, tiro los dados; dan indeterminios.
¿Cómo saber, entonces, si es o fue ganar?
El pasado se arrepiente, y nos dice ya;
mañana encuentro, inverosímil.
Cruzo con los reptiles sobre el mar.
Cada vez más ensanchado, se deja nadar.
Sabe que es vano,
sabe que cada brazada inocente es vana.
Aguas vivas brotan de las orillas,
y las piernas y las manos van quemando.
Masoquistas, nosotros, seguimos,
aun sabiendo que se escurre a siempre allá
la orilla y su imagen y su tras. La selva
brilla de corales; el musgo
sube de la humedad hacia las copas
de árboles izados por artesanal
caos mundanal que su natura expresa.
Repite que es su suerte y nada más.
Repite que se miente y nada más.
Amanece falsamente, encuentro a alguien
que dice que su nombre es Nadie,
y así engaña a Cronos. Éste, seducido,
entrégale un Destino. Lo esperan
hilos que se deshacen de oscureceres.
Yo sigo por los mismos pliegues
de la tela inacabable, y el telón
se abre. Hay tragedias
escritas sublimemente, y está
esta, mi absurda histeria, bordeando
las aguas blancas de nubes hechas.
Y así me voy arreando, solo, mas
ocupado por alados pensares, y contando
que no sé qué me espera en aquel lado.
Sin embargo, me detengo; pataleo,
como un niño berrincheando, y escupo
sobre mis pies arrugados. Escribo
signos con lucinios y no llegan a cuerpos.
Los regurgitan, y sus pensamientos
Loxias justifica, mas
no debiera ceder ante la serafínea espada
que justifica la línea que separa
decir de decir en símil esmeralda
de voz helada ante el astuto que ante mí
engaña a Destino, y muéstrame
lo que soy incapaz de comprender.
Oscurece, se alzan las estrellas
por mera contigencia simbólica, y,
desnudo, encuentro el mudo mí
que se niega a pedir ayuda
-¿quién supiera qué dijeran realmente
las hadas, y en ellas confiara?;
¿qué musas innegables trajéranme
el antes inmutable que aún persiste?
Mas es el día único, y rúnico se despliega
sin cambiar su gélido temperamento
y dibujando en las escamas el reflejo
de la transparente agua que es espejo
para los ojos que vense por vez final. ¿Es esto
el mito?, ¿ese del que han dicho eras pasadas?
La luz no es, y no podrá ser; y el verbo tampoco.
Purgo entonces mi condena en este decir. Ver
a las mentes alzadas del fondo a respirar
la brisa fugaz y salada de los océanos
es una gracia que me es concedida
de forma repentina. La nocturna
naturaleza me es cedida; su genio insigne
permanece en las urnas cinerarias.
Alguien ha de haber huido, porque
solo me sé ahora, y sin por qué. Mas, sigo.
Me persigo en las palabras que no actúan.
El cuerpo sus restos evacúa, y la piel estalla.
Barcos encallan en espejistas islas.
He el falso eternismo fundado, sammádhico.
He el amor de haber estado, y haberse placido.
Alguien que descifre a la memoria los traerá
con mismo cuerpo en mismo viento, y serán
usados para el fin del oeste. La luna
retrocede, asustada; el sol se llama
a nacer. La espera es satisfecha,
mas ya no somos cegados.
Los calendarios son quemados, y las estatuas
se derriten. Los teléfonos compiten
por quién ha de persuadir a tantos
que su suerte sea encanto de sí mismo.
La mano que lo elucubra calla,
sabiamente calla. Corro sobre aguas,
esta vez, de vuelta a la tierra dejada.
El follaje de la selva me engarza
con los augures de aves y de caza
de mi sí en el apolíneo templo.
Cuando lo encuentro, se invierte; heme
entonces puesto en los bordes
de labios ajenos, escupiendo insensateces.
Se ríen; sensatos. Verdad, ni luz, ni verbo
son dichos, hechos o fundados por mí.
Me arroban las musas y me escapo
en busca y desespero del imposible Amor uno
que anhelo y se me escurre entre recuerdos.
He amado otros cuerpos, algún alma; ahora,
cada vez que intento cerrarnos en solitud,
me invaden. Perdón, mi errante
canto se escribe por sí, y, yo mediante,
voy contemplando mi futuro signarse
sin saber qué será hasta que ya es tarde.
Las pitias glosean y pitan de locura certera,
y los elementales dioses se laceran.
No ha sido culpa nuestra esta suerte mía.
Perdón, mi roce trae angustia
de haber ya existido; y conozco
los nidos en que el ágape de Uno es conjurado,
mas éste no arrímanos luz y verbo.
¿La verdad? Implícita, y mi lengua que arde.
Ya no se entiende -jamás fue entendida, por eso
sé que decir esto es clara actitud suicida.
Cavernícola de actos simples, voy la tierra
paseando, con el arco y la lira de gutures llena.
Cuerpo lleno del afuera es fundado, ¡qué tormento!
Y un rayo del Cronión ésto confirma. Armas
me son dadas, mas no las uso. Escúrrome
entre los pensares vistos, y desisto
de inmiscuirme; mas, vistos
por mi cuerpo circunstante, su natura es alterada,
y la histeria sublimada me llama a yacer distante.
Perdón, amor, el mar me lleva, y no me ahoga,
y lo sé sueño; entonces húndome y respiro,
si su materia es de Oniria,
la que curva los sentidos. La pira
de sacrificios de mi cuerpo ha sido vana.
Huyo, y esta vez en desespero. Subo
a la copa de un árbol, y la muerte me espera
nuevamente. Su forma es de araña, y mis ojos
no la ven. Mas séme muriente, y me dejo matar.
Me dejo usar, común demente. Y las voces
de los cruzados me guían de nuevo acá.
Días que son palabras y reminiscencias luego,
ardo en mismo fuego y ya no sé cómo escapar.
Ahondo en la tesitura del lienzo que estalla,
con la marca bordó del fuego infernal, estalla
mientras los démones en sus argucias tallan
la cruz del corpóreo tormento que otra vez me halla.
Cruzo los pies, me arrobo, me descorporizo; piso
mi boca, no la dejo decir nada; y el pensar halla
la lóxica lumbre dispuesta del allá, y de lejos me hiere.
Mas no la puedo anudar al acá común de los cuerpos sintientes.
Vuelvo a fundar la lágrima, y esta vez en es en mí ajena.
Vuelvo a fundar la oscurecencia, y no puedo ya decir.
Caigo, encuentro hipostasiado ya suelo alguno, y ayuno
para que las visiones de campos elíseos muéstrenme el lugar
adonde he de descansar de este recurrente repente.
Agacho la frente -no soy digno. Sin embargo,
Baco, orgiástico, llévame a sus placenteras fuentes,
y el amor hago sólo en sueños.
Doyme a dormir el sueño de la conocida muerte.
Ya va a terminar la madrugada,
y mañana se sabrán los efectos
que mi ciego cantar trae en defecto,
y el horizonte lleva a su nada.