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LIDERAZGO Y
CONDUCCIÓN
DE EQUIPOS
Secretaría de Coordinación,
Formación y Carrera
PRESIDENTE DE LA NACIÓN
Ing. Mauricio Macri
VICEPRESIDENTA DE LA NACIÓN
Lic. Gabriela Michetti
ISBN 978-987-3916-17-5
ÍNDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................…………………………….4
OBJETIVOS .............................................................................................................…………………..…….….5
CONTENIDOS ........................................................................................................................................6
METODOLOGÍA ....................................................................................................................................7
BLOQUE I:
ABORDAJE DEL CONCEPTO DE LIDERAZGO
1.1. LIDERAZGO. CONCEPTOS INTRODUCTORIOS………………………………………………………………….……….….11
1.2. ENFOQUES Y ESTUDIOS SOBRE LIDERAZGO: UNA APRETADA SÍNTESIS HISTÓRICA………………….…15
1.3. ANALIZAREMOS BREVEMENTE AMBOS CONCEPTOS DESDE LAS
PERSPECTIVAS MÁS DIFUNDIDAS..................................................................................................16
1.4. EL DESARROLLO DEL LÍDER: ENTRE EL “SER” Y EL “HACER”……………………………………………….……….20
1.5. EL DESAFÍO DE LA FORMACIÓN DE LÍDERES: IMPERATIVOS DEL PRESENTE …..............................22
1.6. UNA EXPERIENCIA DE CAMPO………………………………………………………………………………………….….…….23
1.7. ALUMBRANDO NUEVOS PARADIGMAS………………………………………………………………………………………27
BLOQUE II:
LA ORGANIZACIÓN Y LA GESTIÓN
2.1. INTRODUCCIÓN A LOS CONCEPTOS DE ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN …………………………………………29.
2.2. LECTURA PRINCIPAL: EL FUNCIONAMIENTO DE LAS ORGANIZACIONES……………………………….……32
2.3. LA ESTRATEGIA………………………………………………………………………………………………………….…….……..…36
2.4. EL CAMBIO ORGANIZACIONAL……………………………………………………………………………………………….….40
BLOQUE III:
DESARROLLO DEL PENSAMIENTO ESTRATÉGICO
3.1. PENSAMIENTO ESTRATÉGICO. CONCEPTOS INTRODUCTORIOS…………………………………………….…..45
3.2. LECTURA PRINCIPAL: SOBRE EL ESTADO DEL ARTE DENOMINADO ESTRATEGIA……………….……….49
BLOQUE IV:
TOMA DE DECISIONES
4.1. PRIMERA LECTURA: TOMA DE DECISIONES………………………………………………………….………68
4.2. ELEMENTOS ESENCIALES…………………………………………………………………………………………..…73
4.3. ETAPAS DEL PROCESO DECISORIO……………………………………………………….………………….……75
4.4. ESTILOS EN LA TOMA DE DECISIONES…………………………………………………………………..………79
4.5. TIPOS DE DECISIONES……………………………………………………………………………………….….………81
4.6. IMPLICANCIAS DE LA TOMA DE DECISIONES……………………………………………………….….……82.
4.7. JERARQUIZACIÓN DE LAS DECISIONES ………………………………………………………….………..……83
4.8. RECOMENDACIONES GENERALES PARA LA TOMA DE DECISIONES………………….……..……84
4.9 SEGUNDA LECTURA: DECISIONES: UNIVERSO, HECHOS, ÉTICA……………….……………….……85
4.10 EL PROCESO DE DECISIÓN REAL EN EL INDIVIDUO………………………………………………………88
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
BLOQUE II:
MOTIVACIÓN
2.1. CONCEPTOS INTRODUCTORIOS. …………………………………………………………………………………….………..128
2.2. LECTURA DEL TEXTO: LA DIMENSION HUMANA EN LAS EMPRESAS:
PRIMERAS IDEAS Y APLICACIONES………………………………………………………………………………….…….….130
BLOQUE III
LA COMUNICACIÓN EFICAZ
3.1. CONCEPTOS INTRODUCTORIOS…………………………………………………………………………………..145
3.2. LECTURA PRINCIPAL:
COMUNICACIÓN………………………………………………………………………………………………………..………148
BLOQUE IV:
FORMACIÓN DELÍDERES
.
BIBLIOGRAFÍA . .................................................................................................................................185
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
© Presidencia de la Nación
Ministerio de Seguridad de la Nación
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera
Subsecretaría de Formación y Carrera del Personal de las Fuerzas Policiales y de Seguridad. 2018.
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723
Permitida la transcripción parcial de los textos incluidos en este documento, hasta 1.000 palabras,
según la Ley 11.723 (Art. 10°), colocando el apartado consultado entre comillas y citado de fuentes. Si
esto excediera la extensión mencionada, se deberá solicitar autorización a la Coordinación de Diseño
Curricular y Articulación con las Jurisdicciones. Distribución gratuita. Prohibida su venta.
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INTRODUCCIÓN
Este manual les aportará a los alumnos conocimientos y habilidades para saber cómo conducirse en el
ámbito organizacional e institucional, en especial cuando deban ocupar roles de liderazgo y conducción
de equipos.
El objetivo principal es comprender el modo de planear, coordinar y evaluar las actividades del área de
trabajo donde les toque desempeñarse, utilizando información calificada y pertinente, como así
también soportes y herramientas adecuadas y eficaces, y para ello saber seleccionar, organizar, formar
y capacitar los recursos humanos requeridos, participando en la definición de los puestos de trabajo y
de estrategias de desarrollo personal.
Esto les demandará conocer y comprender los elementos de la personalidad que intervienen en el
comportamiento de las personas que integran a una organización y el concepto de motivación en sus
diversas teorías, así como saber analizar los distintos tipos de liderazgo, comprender el conflicto y
estudiar el proceso de negociación y las funciones y tipos de la comunicación en la organización.
Módulo I, abordará los contenidos relacionados a la visión sistémica del enfoque organizacional de la
institución, las categorías de análisis y el método estratégico aplicado al análisis político.
El Módulo II, presenta los contenidos relacionado a la conducción por liderazgo: Las relaciones de
líderes y liderados. Formación de líderes y los perfiles de los líderes.
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OBJETIVOS
Este curso se propone que el Técnico Superior en Seguridad Pública - Oficial de Policía pueda
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CONTENIDOS
Para alcanzar los objetivos de aprendizaje planteados como capacidades a desarrollar, han sido
seleccionados los contenidos considerados nodales para dar respuesta a las necesidades del Técnico
Superior en Seguridad Pública - Oficial de policía en materia de liderazgo y trabajo en equipo, de
acuerdo a una organización modular que los estructura en torno de cada una de esas capacidades, del
modo en que sigue:
BLOQUE I: Abordaje
del concepto de
Liderazgo
BLOQUE II: La
Organización y la
Módulo I: El Liderazgo y las Gestión
estrategias de gestión en el rol
Técnico Superior en Seguridad
Pública -Oficial de Policía BLOQUE III: Desarrollo
del Pensamiento
Estratégico
BLOQUE II: La
MÓDULO II: El Técnico Motivación
Superior en Seguridad Pública
- Oficial de Policía como
generador de equipos de
trabajo BLOQUE III: La
Comunicación Eficaz
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METODOLOGÍA
En este material y en los módulos en que está organizado, el cursante encontrará:
• Desarrollo de conceptos.
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INTRODUCCIÓN
El Módulo I desarrollará los contenidos y actividades vinculados a los siguientes objetivos planteados:
BLOQUE I: Abordaje
del concepto de
Liderazgo
BLOQUE II: La
Organización y la
Módulo I: El Liderazgo y las Gestión
Liderazgo y conducción estrategias de gestión en el rol
de equipos Técnico Superior en Seguridad
Pública -Oficial de Policía BLOQUE III: Desarrollo
del Pensamiento
Estratégico
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
BLOQUE I:
ABORDAJE DEL CONCEPTO DE LIDERAZGO
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ACTIVIDAD
a. Discusión Grupal
En torno a la cuestión del liderazgo se han producido históricamente muchas ideas erróneas
que en distintos ámbitos han generado el arraigo de verdaderos “mitos” sobre lo que
realmente significa el ejercicio práctico de la función. Si pretendemos crear las condiciones
para un eficiente trabajo en la formación de líderes debemos hacer aflorar esos mitos,
discutirlos y rebatirlos
ii Cada grupo que elija un relator entre sus integrantes, quien al final del tiempo
establecido para la discusión exponga ante el l grupo las conclusiones.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
El líder es ante todo un guía para el grupo, siendo capaz de ejercer una conducción eficaz y lograr
que las personas den lo mejor de sí, a partir de crear una visión y alinear detrás de ella los esfuerzos
de las personas.
El líder no necesita de la jerarquía formal para lograr que las personas lo sigan y lo respeten, puede
actuar tanto dentro de ella como más allá, por lo que su labor es crítica sobre todo en los
momentos de crisis. Es capaz de apelar a la “razón”, pero por sobre todas las cosas trabaja sobre el
plano emocional de las personas que es aquel capaz de generar un máximo compromiso y
dedicación.
a través de la
autoridad
genuina
creación e capacidad de
identificación persuasión
diálogo entre
entrenamiento
pares
Ninguna forma de influencia es superior o mejor que otra, si no que las mismas deben escogerse
ante distintas circunstancias y los propios condicionamientos que surgen las características propias
del contexto en que se desarrolla la actividad, las condiciones del grupo y de cada uno de los
individuos que lo integran. El área de influencia en definitiva es una confluencia de estas tres
dimensiones.
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Muchas veces se habla sobre el “estilo” de liderazgo de uno u otro conductor. A la luz de lo expuesto
en el párrafo anterior se advierte la falacia de este tipo de conceptos: la práctica del liderazgo no
puede subsumirse en un único estilo, sino en una serie de roles alternativos que deben cumplirse
según el momento.
Si bien se requiere el desarrollo de una serie de competencias que exigen una disciplina de
aprendizaje (se aprende a ser líder), la práctica cotidiana de liderazgo se establece a partir de
hábitos sencillo, pero respecto de los cuales hay que ser especialmente consecuente.
Lo que realmente hacen los líderes para poder construir su base de influencia se basa en
prácticas simples que tiene que ver con:
brindar
enseñnansas
inspirar a las crear vínculos prácticas que
motivarlas
personas entre ellas contribuyan a
facilitar su
tarea
No son necesarias las grandes acciones, pero si una ininterrumpida secuencia de pequeñas cosas
alineadas en una misma dirección.
Durante mucho tiempo se pensó que solamente podían ejercer un liderazgo eficaz aquellas
personas que tenían un don natural para ello. Desconociendo cuestiones básicas sobre el
comportamiento humano muchos afirmaban (y aún hoy algunos todavía lo hacen) que los líderes
“nacían” o, como también era común escuchar, caracterizar a una persona como un “líder nato”.
Este es otro de los mitos comunes que se cultivan sobre esta problemática.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
En todo caso, todos los seres humanos tenemos desde nuestra constitución la potencialidad para ejercer
roles de liderazgo en distintos planos y circunstancias, pero para que esa potencialidad se desarrolle hay
que entrenar competencias básicas que requieren de estímulo y guía.
Esas competencias no necesariamente tienen que ver con cosas “para hacer” respecto de otros, sino
que en la mayoría de los casos son prioritariamente cuestiones que tienen que ver con el interior de
cada persona: ante todo se es líder por lo que uno ES y no tanto por lo que hace. Las competencias
básicas para el desempeño de un liderazgo eficaz pueden enseñarse, obviamente requieren como
contraparte las ganas de aprender. Formarse como líder es un verdadero desafío para la superación
personal.
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LIDERAZGO:
Alumbrando nuevos paradigmas1
En los últimos veinte años en particular, ha cobrado especial atención por parte de los especialistas la
cuestión atinente a la formación de líderes, terreno en el cual todavía siguen observándose numerosos
vacíos que limitan la exposición de una teoría consolidada.
Warren Bennis, uno de los principales pensadores influyentes en la temática durante las últimas décadas,
nos advertía en alguna de sus primeras investigaciones, que la problemática del liderazgo probablemente
fuera una de las más estudiadas y a la vez menos comprendida de las ciencias sociales (Bennis & Nannus,
1982)
Merecen ser destacadas dos cuestiones que reúnen la atención de los principales especialistas
contemporáneos: la inexistencia hasta el presente de una verdadera teoría acerca del fenómeno de la
emergencia del líder (Selman, 2008) y las condiciones de desarrollo para los nuevos líderes en el marco
de los desafíos del momento histórico que atravesamos.
El estudio de la problemática del liderazgo ha sido objeto de distintas disciplinas científicas desde la
sociología, la psicología social y la economía, a la antropología, la biología y la pedagogía. Probablemente,
esta diversidad de enfoque, las más de las veces carentes de convergencias (al menos hasta estos últimos
años) ha contribuido a conformar el escenario que describíamos párrafos atrás: un gran conjunto de
valiosas ideas, que aun así dejan importantes huecos sin cubrir.
1
GROSSO, F. (2017): Liderazgo: Alumbrando nuevos paradigmas. RAIN. Revista Argentina de
Investigación en Negocios. VOL III, Nº 1. Junio 2017. Buenos Aires
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Lo que decididamente, desde todas las aristas del pensamiento se constituye en un campo de
coincidencia absoluta: la completa vigencia de la problemática y su carácter crítico para explicar la
dinámica social y orientar el conjunto de transformaciones institucionales que demanda la sociedad.
Es inconcebible el progreso social en el mundo moderno sin instituciones sólidas y resulta improbable
que las mismas puedan forjarse sin liderazgos sustentables, creíbles y eficaces que sean capaces de
orientar dicho progreso.
La historia del progreso de la humanidad (y también sus retrocesos) puede explicarse en función de
los liderazgos políticos y sociales que dominaron cada momento histórico y la vida de cada
institución, más allá de su dimensión, espacio de trascendencia y espacio de influencia bien podría
explicarse en los mismos términos.
El estudio de la evolución de ideas y teorías acerca del liderazgo en sus distintos planos de ejercicio
ha sido objeto de minuciosos estudios descriptivos por varios autores y hoy se constituyen en
referencia obligada de todo aquel que desea incursionar en la materia.
Hasta fines del S XIX difícilmente encontremos estudios sistemáticos sobre el liderazgo más allá de
que el término y sus connotaciones aparece señalado en numerosas obras. Esta carencia puede
atribuirse más bien al limitado desarrollo de las ciencias sociales en general y de las disciplinas del
comportamiento en particular hasta aquella época, más que a la carencia de preocupaciones
atinentes a ello.
Así el mejor cazador o el mejor guerrero según el tipo de cultura, era naturalmente el individuo que
era reconocido por el resto como aquel indicado para conducir el resto. Este principio elemental del
fenómeno de la autoridad, es un principio rector de toda jerarquía social y viene desde mucho antes:
puede reconocerse el mismo principio en cualquier ordenamiento de mamíferos evolucionados y
esto constituye el punto de partida del estudio del liderazgo desde el punto de vista de la biología
(Menéndez & Costa, 2011).
del liderazgo): el conductor era aquel que imbuido de una inspiración superior y trascendente era capaz
del sacrificio personal en pos de un destino de progreso para su comunidad que forjaba su grandeza
personal (Grosso, 2014).
La construcción de una verdadera mithopoeia del liderazgo estaría presente, con menor o mayor grado de
sofisticación (y deformaciones asociadas) a lo largo de más de 4000 años, hasta bien avanzada la
modernidad.
Las ideas de la ilustración y las transformaciones políticas y sociales que movilizarían y dieran origen a las
revoluciones de los estados europeos durante los siglos XVII y XVIII, generarían una nueva corriente de
pensamiento en relación a la problemática del poder dentro de las organizaciones sociales y los
fenómenos de la conducción y los individuos que la ejercen más allá de las institucionalidades que los
referencien.
No es fácil encontrar referencias concretas a un fenómeno como el que identificamos como liderazgo, si
bien textos clásicos de la época hacen referencia a los “” (García hombres extraordinarios que asumen la
responsabilidad del momento que les toca vivir, con decencia y sacrificio Prieto, 2009).
1.3. Analizaremos brevemente ambos conceptos desde las perspectivas más difundidas.
Uno de los anacronismos más importantes en materia del estudio del liderazgo es aquel que se expresa en
términos de la falsa disyuntiva a que nos somete el popular interrogante de si “los líderes nacen o se
hacen” que durante una buena parte del siglo pasado movilizo innumerables discusiones entre
intelectuales de diversos orígenes.
Los impulsores de esta controversia, en la amplia mayoría de los casos, abonaban la creencia que
solamente podían ejercer en forma práctica un liderazgo sustentable aquellos individuos que eran
poseedores de “condiciones naturales” que formaban un temperamento único e irreproducible, que en el
mejor de los casos podía mejorarse mediante estímulos culturales, pero que hacía estéril cualquier
esfuerzo formativo respecto de aquellos individuos que no poseían dichas condiciones de “origen”.
Aún a pesar de lo elemental y fácilmente refutable que resulta este pensamiento (más adelante nos
ocuparemos de ello), su influencia resultó perdurable, inclusive en teoría concebidas de una manera
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
mucho más sistemática y con sustentación científica, como la denominada “teoría de los rasgos”, hoy día
reformulada profundamente a partir del avance de las ciencias cognitivas (Heifetz, 2003).
Inclusive puede observarse que corrientes científicas consolidadas a medianos del siglo pasado, como el
estructuralismo en su vertiente sociológica como principal exponente, reconoce la figura del llamado “líder
carismático” como una tipología posible del ejercicio del poder, asociando directamente esta figura a una
base teórica que bien podría identificarse asociado a la idea de la natalidad del conductor.
Sin embargo, es el propio estructuralismo, el que incorpora una segunda idea determinante para la
definición del espacio del liderazgo y la concepción social del fenómeno que origina que sería prevalente en
la segunda mitad del siglo: la contextualización del liderazgo como fenómeno emergente y condicionado
culturalmente (Ashua, 2002).
En otras palabras: más allá de las condiciones que un individuo pudiera poseer el liderazgo solamente
puede efectivizarse en determinadas condiciones del entorno, introduciendo así una idea que no por
obvia resulta menos valiosa:
El liderazgo es un fenómeno social, que debe ser indispensablemente considerado a partir de un marco
comunitario.
Los factores realmente incidentes en esas condiciones de lo que llamamos “entorno” o marco contextual,
han sido fuente de distintas interpretaciones según las corrientes y pensadores dominantes en cada
espacio social. El estructuralismo, como corriente de pensamiento madre, ha influido notoriamente en
muchas de las concepciones de la psicología conductista (base de la hoy día llamada psicología
organizacional), la teoría sistémica y, especialmente, la psicología social como principales referencias.
Promediando la década del ’40, los psicólogos americanos Lippit y White, permanentemente
referenciados por los compiladores contemporáneos más representativos (Cuerva, 2009; Selman, 2008;
Roces, 2005), desarrollaros experiencias vinculadas al funcionamiento de los grupos bajo distintos
modelos de dirección, tomando como base la experiencia el comportamiento de grupos de niños de edad
escolar frente a sus maestros, en términos de los resultados obtenidos en el proceso de aprendizaje y las
connotaciones emocionales posteriores en la actividad del grupo.
El trabajo de Lippit y White tiene el valor referencial de haberse constituido en el producto de uno de los
primeros diseños genuinamente experimentales generados en la investigación sobre el liderazgo, si bien
puede ser observable en diversos aspectos. Tal vez, el más evidente las limitaciones emocionales y socio
demográficas de la población bajo estudio y en consecuencia la imposibilidad de poder llegar a
conclusiones de validez generalizada.
Sin embargo, estos estudios sirvieron para alumbrar otro de los más arraigados mitos en torno a la
problemática del liderazgo que se extendería durante décadas generando preconceptos que limitaron la
expansión del conocimiento en la disciplina: la supuesta existencia de “estilos” inmutables, formas
preestablecidas de ejercicio del poder inalterables y directamente asociadas al temperamento de uno u
otro individuo. A partir de allí, y durante mucho tiempo, se hizo común para muchos estudiosos del tema
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El “mito de los estilos” del líder, hoy día totalmente refutado por ciencias cognitivas, se constituyó como
un obstáculo importante para la verdadera comprensión del fenómeno de la influencia y el ejercicio
práctico del poder, cosa que ya observáramos y analizáramos en profundidad en algún otro trabajo de ya
hace varios años (Grosso, 1994).
Algunos años después de esos primeros diseños experimentales que mencionáramos párrafos atrás,
Herbert Simon (1948), uno de los principales referentes de los estudios organizacionales, fuertemente
influido por la psicología conductista, asociaría la práctica del liderazgo al ejercicio de un concepto que
denominaría “influencia organizativa” que se plasmaría más allá de las estructuras institucionalizadas
(rompiendo así con el pensamiento inspirado en las teorías de la burocracia) y se materializaría a partir de
distintos factores y fenómenos vinculares: la autoridad, la comunicación, el aprendizaje, la identificación,
abriendo así un espacio mucho más amplio y menos rígido en el marco referencial vigente en aquella
época.
Si bien el autor no lo explicita en su obra, claramente puede advertirse del análisis de ella, que sus
postulados representan un cuestionamiento devastador al principio de la existencia de “estilos” de ejercicio
de liderazgo, toda vez que la perdurabilidad del líder se encuentra condicionada en todo caso por la
capacidad del líder para elegir el mecanismo de influencia más apropiado a las circunstancias del contexto.
Simon se convierte así en pionero de la teoría dominante en el campo de la entonces incipiente psicología
organizacional, que definitivamente asocia la viabilidad del liderazgo a la flexibilidad en el planteo de la
interrelación social como un elemento distintivo del líder. También en esta dirección, comienza a insinuarse
una crítica a la teoría de los rasgos, toda vez que la ubicuidad social, destacada como atributo diferencial,
es claramente más un producto de la experiencia cultural que de condiciones innatas.
Con un marco referencial más acotado, pero inspirado es estos últimos conceptos, unas décadas después
Ken Blanchard (1986) y su equipo de trabajo, desarrollaron un modelo de fuerte orientación empresaria
que se constituiría a partir de allí casi en un genérico para el abordaje del estudio del fenómeno de la
influencia en el plano organizacional: nacía el concepto de “liderazgo situacional” que asocia la práctica del
líder a una demanda específica del liderado en función de la experiencia y condición emocional de este
último.
En esa misma línea, aunque con una perspectiva más genérica, nuestra teoría de la intersección
dimensional de influencia, desarrollada en un trabajo anterior (Grosso, 2004) recoge en este sentido la
tradición de esta corriente de pensamiento asociando la eficacia de la práctica del liderazgo a la elección
de mecanismos de influencia que contemplen la adaptación a una yuxtaposición de necesidades entre el
contexto social, las características del grupo y las particularidades de cada individuo.
Las influencias conductistas en la concepción del liderazgo fueron también basales para otra corriente de
pensamiento consolidada durante las décadas del 60’ y ’70: aquella derivada del campo de la psicología
social y sus principales exponentes.
Desde la mirada de la psicología social, el fenómeno del liderazgo es claramente un proceso de interacción
social fuertemente condicionado por las condiciones contextuales. Nace como un proceso emergente a
partir del cruce de una historia personal (las circunstancias propias de un individuo) con una determinada
situación social en un contexto histórico de coyuntura (Alexander, 2012)
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
El enfoque de la psicología social cobra muy rápidamente adhesión dentro de los estudiosos de las
dinámicas propias del liderazgo en contextos sociales de amplitud y comunidades abiertas, puesto que
desde sus postulados pueden explicarse la mayor parte de los liderazgos históricos de personalidades
políticas, sociales y religiosas de amplio alcance, aunque siempre fue mirado con reparos por parte de
aquellos especialistas concentrados en el análisis de realidades institucionales y agregados sociales más
cerrados y estables. La temporalidad del fenómeno, lo efímero del poder o en todo caso, la perdurabilidad
de los conductores en el desempeño de su rol son elementos que a partir de allí se instalan como centro de
la controversia respecto de la caracterización del líder y el entendimiento de sus competencias.
Debe observarse también que, al igual que las otras corrientes de pensamiento vigente en dicha época, la
psicología social no avanza más que en la conceptualización del fenómeno del liderazgo y la identificación
de competencias implícitas y prácticas de ejercicio, sin profundizar en las condiciones de desarrollo o en
todo caso del estímulo de las mismas. Las dos últimas décadas del S.XX fueron altamente prolíficas en
variedad y diversidad de escritos sobre el liderazgo, ya instalado como uno de los temas centrales en la
atención de las ciencias sociales.
Lejos de certezas y teorías consolidadas, aunque con múltiples coincidencias entre los pensadores más
relevantes en la materia, la última parte del S.XX recrea un conjunto de conceptos que marcan avances y
también limitaciones que podríamos sintetizar a partir de las siguientes sentencias:
Los líderes poseen una serie de rasgos personales que les son distintivos y facilitan
la elección y utilización de los mencionados dispositivos, pero estos rasgos de
forman a partir de estímulos generados en determinados espacios culturales. Las
supuestas condiciones “genéticas” que pudieren poseerse, no parecen establecer
una referencia determinista, sino en todo caso una predisposición susceptible de
estímulo.
Las condiciones de un marco social más amplio en las que se referencie el liderazgo
se constituyen en un condicionante para la emergencia del fenómeno, aunque esto
tampoco podría considerarse un factor decisivo sino más bien una orientación de
carácter general sobre el tipo de dispositivos de poder a emplear. Adicionalmente,
la incidencia contextual será también relativa en aquellos “microclimas” culturales
propios de sistemas sociales de menor permeabilidad producto de
institucionalidades estables (Grosso, 2002)
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Más que una cuestión de “estilos” (entendiendo como tal la preferencia permanente por la utilización de
terminados dispositivos de influencia) la práctica efectiva del liderazgo depende más de una alternancia
de roles dirigida a satisfacer necesidades propias del cuerpo social en que se ejerce. (Selman, 2008)
Este marco de referencia, producto de casi un siglo de estudio sistemático de la temática que nos ocupa,
dejaría sin embargo muchos interrogantes, verdaderos espacios de ignorancia que se constituirían en los
desafíos y búsquedas de la siguiente etapa:
¿Cuáles son en definitiva los elementos distintivos en el perfil de los líderes y como se traducen
en prácticas efectivas? Ante la ausencia de una taxonomía que sea representativa del
fenómeno.
Identificadas las prácticas efectivas de los líderes: ¿Son ellas producto de competencias
adquiridas o meros emergentes relacionales surgidos de una coyuntura?
Por último, y tal vez un elemento crítico no considerado en forma sistemática hasta aquel
momento: ¿Cómo promover el desarrollo de los líderes desde un marco formativo sistemático?
Si hay algo distintivo en el estudio de la problemática del liderazgo es que la materia se ha nutrido
históricamente de diversas corrientes de pensamiento y en una tendencia creciente, cada vez es más
representativa de un campo multidisciplinar.
Tal como la biología y la antropología signaron los estudios primigenios, la psicología (en sus corrientes
de raíz conductista) y la sociología construyeron el andamiaje teórico principal, las últimas décadas del
siglo pasado significaron una decidida irrupción en el campo de disciplinas como la lingüística, la
pedagogía y, fundamentalmente, todas aquellas derivadas de la Teoría Sistémica (que representaría
para el saber experto de la materia en los inicios del milenio, lo que el estructuralismo seis décadas
atrás).
Este conjunto de nuevos abordajes, significó la consolidación de tres ideas fundamentales que
ampliarían los focos de atención:
a) La primera de ellas, podemos vincularla fuertemente a la faz formativa: el ejercicio eficaz del
liderazgo depende esencialmente del desarrollo de competencias susceptibles de ser entrenadas
mediante procesos formales y a través de un enfoque sistemático que contemple didácticas específicas
para la finalidad (García Lumin, 2013). Veremos más adelante, que sin embargo estos primeros
enfoques sobre la formación de líderes (que significaron un notorio avance en el concepto de
desarrollo de los líderes), resultarían insuficientes para explicar la total dimensión de las necesidades
educativas de los conductores.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
b) Otra idea la encontramos en el terreno de la ontología del lenguaje, que asocia el fenómeno
de la influencia y el ejercicio del poder social a una configuración lingüística y simbólica, propia
de la especie humana y sus capacidades generativas a partir del lenguaje (Echeverría, 2005). El
líder, en su carácter de generador de contextos es en consecuencia el exponente de la dominancia
de una red conversacional que emerge como un fenómeno cultural en el que todos los actores
son capaces de perfeccionar el desempeño de sus roles mediante un aprendizaje colectivo que es
susceptible de sistematización (Greenfeld, 2011)
c) Una tercera idea en el marco de referencia teórico de ésta etapa, determinante para
completar el universo conceptual que nos interesa definir, está dada por el reconocimiento de las
condiciones interiores del líder, no vistas en este caso como un elemento genético, sino también
como producto de un proceso formativo y de superación personal.
Probablemente sea Kofman (2001), discípulo directo de Senge, quien incursiona con mayor
profundidad en el terreno de las organizaciones y sus fenómenos de liderazgo, asignando un
factor decisivo a un conjunto de habilidades vinculadas a la gestión de las propias emociones. De
esta manera, queda incorporada como parte indivisible (y con una relevancia cada vez mayor) la
dimensión intrapersonal del liderazgo, a la par de la interpersonal y al igual que ella reconocida
como un objeto factible de aprendizaje.
En algún modelo que definiéramos en un trabajo de años atrás (Grosso, 2002; 2004) definíamos
esta multidimensión como un proceso evolutivo de planos superpuestos que transita desde lo
personal a lo grupal y desde lo estrictamente situacional hacia contextos sociales de mayor
alcance como un proceso escalar de desarrollo: una práctica de liderazgo que se define desde el
“ser” al “hacer” y desde allí nuevamente a la propia esencia del ser humano. Tres focos de
atención quedan así definidos en el estudio del liderazgo y sus posibilidades formativas:
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LIDERAZGO
un plano interpersonal propio del desarrollo
de habilidades relacionales; y
Los desarrollos teóricos que analizamos de esta etapa cercana, permiten concluir en una serie de
conceptos claves para el desarrollo de una perspectiva acorde a los desafíos del nuevo milenio:
• La importancia de considerar el plano interior del líder como una base ineludible para la
emergencia del fenómeno
• La limitación que presenta un enfoque de formación de líderes que eluda este plano (pueden
observarse empíricamente numerosos casos de fracasos derivados de esta carencia).
Estos avances, que reúnen un consenso suficiente entre los especialistas como para poder imaginar a
partir de allí la pre configuración de una teoría completa, deja sin embargo varios interrogantes sin
respuesta, que pasarían a constituirse en el foco principal de la atención de estos últimos años y
moviliza las principales investigaciones contemporáneas sobre la materia.
Superada la controversia en torno a las posibilidades de formar sistemáticamente a los líderes, los
esfuerzos del nuevo milenio están concentrados fuertemente en encontrar las líneas directrices que
garanticen la eficiencia del aprendizaje a través de didácticas que puedan replicarse en distintos
espacios sociales y con individuos de distintos perfiles y procedencias.
Así observamos que proliferan experiencias de diverso origen tanto en ámbitos públicos como
privados destinadas a la formación de líderes: reparticiones estatales, empresas privadas,
instituciones del tercer sector, fuerzas armadas y de seguridad, organizaciones religiosas, entidades
deportivas y culturales… El imperativo de la formación de líderes ha calado profundamente en todos
los estratos de la sociedad contemporánea. El problema es que tan efectivos resultan dichos
esfuerzos y si realmente estamos yendo en la dirección correcta o, en todo caso, de qué manera
podemos generar esfuerzos más productivos en esa línea.
Si repasamos rápidamente la oferta formativa que involucra la materia que nos ocupa, se observa de
manera evidente un elemento que llama la atención: habiendo definido, como lo hiciéramos en el
apartado anterior, la problemática del desarrollo del liderazgo en torno a tres planos diferenciados
(intrapersonal, interpersonal y contextual), vemos que la amplia mayoría de las iniciativas se
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
concentra casi exclusivamente en uno de esos planos (el de las habilidades interpersonales), con
escasa atención a los otros (Goleman & Senge, 2014)
Esta descompensación se evidencia en una alta tasa de fracasos que refuerza en muchos casos el
escepticismo de muchos sectores respecto de la verdadera efectividad del esfuerzo formativo, generando
una peligrosa noción de retroceso para el campo disciplinar.
La dimensión intrapersonal como base de crecimiento del líder, el desarrollo de las competencias “del ser”
como base para la formación de individuos resilientes, equilibrados emocionalmente y orientados hacia su
superación personal parece ser en este marco la gran debilidad de la mayoría de los programas de
formación de líderes, no por una carencia conceptual o por la ausencia de un discurso acorde a la
necesidad, sino más bien por la ausencia de dispositivos conducentes que garanticen un aprendizaje
significativo en el terreno (Santha, 2013)
El eficaz desarrollo de competencias (en cualquier plano que nos ocupe) requiere invariablemente de una
sumatoria de condiciones que implica añadir a una predisposición del individuo, un entorno cultural
favorable y un conjunto de estímulos sistemáticos que provoquen una real experiencia educativa
(Meneghini, 2013), estos últimos términos de la ecuación implican el desafío de generar un esfuerzo para el
desarrollo de una verdadera pedagogía del liderazgo acorde a la relevancia e impacto social de la temática.
Diversidad y dispersión, como hemos visto, son elementos característicos que se encuentran presentes en
la actual realidad de la formación de líderes y, tal como observáramos esas condiciones dejan expuestos un
conjunto de “bolsones de ignorancia” respecto de mecanismos aptos para el desarrollo de competencias
esenciales para el ejercicio del liderazgo, especialmente en el terreno de las que identificamos como
competencias intrapersonales.
Es variada la producción generada en este terreno, pues obviamente no albergamos la pretensión de ser
originales en este descubrimiento, pero resulta también evidente que una buena parte de ellas se basan en
experiencias altamente acotadas y de difícil reproducción fuera del contexto que les da origen (Alvarez de
Mon, 2013)
Haciendo una lectura crítica de esta situación, junto a un equipo de jóvenes investigadores de perfil
interdisciplinario, pusimos en marcha hace unos pocos meses un trabajo dirigido a la búsqueda de las
respuestas que pudieran ser efectivas para esta coyuntura.
Nuestro primer desafío fue unificar el vasto territorio de las ideas delineadas hasta el presente sobre la
definición del tipo de competencias que movilizan nuestro trabajo partiendo de interrogantes elementales:
¿Cuáles son? ¿Cómo surgen? ¿Cómo se forman? aspecto no menor ante la ausencia de una taxonomía
unificada sobre el particular.
Hemos definido como competencias intrapersonales a aquel conjunto de cualidades propias de cada
individuo que se evidencian en un ser y un saber hacer que favorece su crecimiento personal y el
fortalecimiento de sus roles de liderazgo.
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sobre las que se edifiquen otro tipo de aptitudes de corte relacional que demanden en forma indispensable
la interdependencia con otros. (Grosso, 2016)
Atento a la vasta diversidad de competencias intrapersonales que distintos autores han identificado,
dividiremos las mismas en cuatro grandes categorías, con la finalidad de facilitar un marco de indagación
sobre ellas y sus condiciones de formación:
Comprensión del
entorno y visión
Orientación al
desarrollo y
capacidad de acción
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Hemos podido observar la relevancia decisiva del valor de la experiencia y la incidencia del entorno
cultural en el proceso de la formación de un líder, pero más allá de estas ineludibles referencias,
existen tres factores decisivos comunes, no siempre reconocidos y destacados en otras fuentes:
▶ Vocación transformadora, entendida como el deseo personal del individuo por transformar
realidades asumiendo un rol protagónico en dicho proceso
Conciencia y lenguaje, parecen convertirse así en la llave de un saber propio de los líderes que bien
factible es de transformar en una herramienta de aprendizaje para otros.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Ni la referida, ni ninguna de las investigaciones que se desarrollan actualmente sobre este terreno pueden
darse por concluidas, puesto que el terreno es cada vez más fértil frente a este tipo de investigaciones.
Lo que sí puede afirmarse es que el momento actual es especialmente controversial en torno a nuevos
paradigmas que parecen alumbrarse.
El desarrollo de disciplinas como la genética, las neurociencias y su convergencia tecnológica, hace que
muchos piensen que el futuro del desarrollo del liderazgo (como el de un vasto conjunto de habilidades
humanas) se conducirá irreversiblemente hacia el campo biotecnológico y que no está lejos el momento,
casi ficcional, en que nos encontremos con la posibilidad de disponer de una “píldora para convertirnos
en líderes” mediante la estimulación química de determinadas áreas de nuestro cerebro.
Otros, aun desde alguno de los citados campos disciplinares (Golombeck, 2008; Tevez, 2012) observan
con un marcado escepticismo está posibilidad, alineándose en un plano de pensamiento que prioriza un
componente bioantropológico, que asigna un rol determinante a la cultura y sus clásicos mecanismos de
intervención como respuesta central del progreso humano.
En esta última línea, nos inscribimos: creemos firmemente en la posibilidad de generar “jugadores
infinitos”, capaces de derribar el mito de la fragilidad humana a partir de un enfoque holístico sobre su
proyecto de vida y destino personal (Sinek, 2016)
Honrar esa visión desde el plano de la educación sigue siendo en nuestro criterio el desafío de una
concepción humanista.
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BLOQUE II:
LA ORGANIZACIÓN Y LA GESTIÓN
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Toda organización nace con un propósito específico que define su razón de ser y existencia, pero en
su devenir intervienen en ella distintos grupos participantes que cuentan con su propia gama de
intereses y expectativas que en muchos casos pueden generar conflictos y tensiones como
producto de la disparidad de los mismos. Es una función indelegable de quien ejerce la gestión de la
organización poder armonizar dichos intereses y proveer de los incentivos que cada grupo requiera
para seguir apoyando la organización y contribuyendo a su eficaz desempeño.
Identificar los distintos grupos de interés y sus objetivos específicos (tanto directos como
indirectos), así como poder conciliar los conflictos y generar los incentivos requeridos para la
participación de cada grupo es una tarea compleja que requiere de parte del personal responsable
de la dirección organizacional un permanente análisis sobre la dinámica y evolución de este campo
de fuerzas.
Se ha dicho con acierto, que el análisis organizacional más ajustado es el que se lleva a cabo
considerando la organización como un “sistema”, es decir, un conjunto de partes interrelacionadas
que opera como un todo y que no pueden disociarse al momento de tomar las decisiones. Cada una
de las dimensiones principales de la organización son interdependientes y lo que ocurra en el
espacio de cada una de ellas afectará inevitablemente al conjunto.
Son variadas y diversas las formas en las que puede efectuarse el análisis organizacional en
términos sistémicos y la forma en la que se caracterizan las dimensiones que lo componen. Una de
las más utilizadas es la que considera a la organización como un sistema abierto en permanente
interacción con el contexto que la rodea, un conjunto de políticas y decisiones de tipo adaptativo al
mismo (estrategia), una organización de funciones y tareas de soporte (estructura) y un conjunto de
creencias y valores que rigen los comportamientos de las personas que la integran (cultura).
Las organizaciones han acompañado al hombre desde sus mismos orígenes como especie y han
estado presente como pauta rectora de cualquier ordenamiento social tanto en el orden público
como privado. Durante el último siglo, el mayor desarrollo en materia del estudio sobre el
funcionamiento de las organizaciones, sus principios y técnicas de gestión se han generado en el
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terreno de las empresas de gestión privada, representando este conjunto de prácticas las de mayor
sofisticación y probados resultados.
Como consecuencia de este fenómeno, las técnicas de gestión empresarial se han convertido en un
genérico que se utilizan en forma adaptada a distintos tipos de realidades organizacionales (públicas,
productivas, sociales, etc.). El campo científico que se encarga de este tipo de problemáticas es lo que se
conoce como “administración” y se refiere genéricamente a todo lo que involucra el gobierno de las
organizaciones.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
ACTIVIDAD
El primer desafío de una buena gestión organizacional es comprender el conjunto de intereses que se
producen en torno de ella y como los mismos definen las expectativas y objetivos de todos aquellos
que en forma directa o indirecta participan de ella.
Definir este marco de influencias y objetivos diversos (que muchas veces pueden ser contradictorios
entre sí) nos permitirán tomar mejores decisiones en nuestra gestión y cumplir más eficazmente los
objetivos y políticas institucionales.
Actividad propuesta:
Formen grupos de discusión de entre 4 y 6 personas con integrantes del grupo de aprendizaje y
asignándoles un tiempo estimado de entre 45 y 60’ invítelos a debatir sobre los conceptos básicos
vinculados al fenómeno del liderazgo a partir de la siguiente guía orientativa:
…………………………………………………………………………………………………………………………………….
.
…………………………………………………………………………………………………………………………………….
.
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
…………………………………………………………………………………………………………………………………….
…………………………………………………………………………………………………………………………………….
…………………………………………………………………………………………………………………………………….
Cada grupo que elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para la
discusión exponga ante el conjunto del grupo de aprendizaje las conclusiones a las que se
arribaron.
Desde esta concepción y más allá de cualquier otra definición académica que pudiera ensayarse, el
fenómeno organizacional está directamente ligado a la propia naturaleza del hombre, su
comportamiento gregario y sus necesidades de un orden social que garantice su supervivencia y
condiciones de desarrollo.
En la literatura empresaria, este fenómeno se analiza bajo universos conceptuales propios y con una
metodología singular, que sin embargo no debe de hacernos perder la esencia del mismo: las
organizaciones tienen ante todo que ver con las personas, sus intereses y comportamientos.
2
Extraído de: GROSSO, F. – GIANI, O. (2006): Administración General y Estratégica. Editorial Universidad Abierta
Interamericana. Buenos Aires
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Es importante que este sea la esencia del pensamiento de todo directivo al momento de establecer
cuáles serán sus reales prioridades y que tipo de acciones deben prevalecer en su accionar cotidiano.
La mejora real del desempeño organizacional no pasa por el diseño de nuevos y ajustados
procedimientos y rutinas de trabajo, la reconversión de procesos o la incorporación de nuevas
tecnologías físicas –o por lo menos, estas cosas no son lo sustancial-
Esto significa que lo que hace que un conjunto de elementos sea “un sistema” son los vínculos que existen
entre las partes, sin vínculos no hay sistema, solamente un conjunto de partes desarticuladas.
Este concepto tan simple, es fundamental para comprender la problemática de la empresa y en general
de cualquier tipo de organización:
• La organización en la que cada área o sector funciona como una entidad aislada pierde
capacidad operacional.
• No existen problemas focalizados en una determinada área o sector, todos los problemas
organizacionales tienen características sistémicas, es decir, son problemas del “todo”.
• Cualquier cosa que se haga en un área o sector, repercute sobre el conjunto y crea
repercusiones imprevisibles en funciones que vistas en forma superficial pueden ser vistas
como lejanas entre sí
En suma:
Todo cambio
Nada se parcial
Todo tiene que
presenta en desencadena
ver con todo
forma aislada un cambio
integral
El “sistema organización” vemos que éste tiene características que le son propias y distintivas
respecto de otros sistemas:
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
1. Así, por ejemplo, podemos decir que es un sistema PERMEABLE en tanto está en permanente
interrelación con el contexto que lo rodea y no puede permanecer aislado de las influencias que
genera el mismo. También observamos a menudo que muchas de las organizaciones que fracasan
en su cometido, en algún momento de su historia han perdido de vista el contexto que las
rodeaba, no han percibido con la suficiente claridad hechos determinantes del mismo que
condicionaban su desempeño y no han sabido interpretar las tendencias del universo social que
las rodeaba a la hora de concebir su futuro. No dudamos, en este sentido, al afirmar que todo
análisis empresario debe necesariamente partir de una lectura detenida de las condiciones del
entorno y sus influencias.
3. Finalmente, podemos decir que nuestro objeto de estudio es también un sistema DINAMICO, en
tanto para supervivir necesita estar en permanente estado de cambio. En el momento que un
sistema de esta naturaleza se detiene en este proceso permanente se inicia su irreversible
deterioro.
Habitualmente pensamos que el cambio organizacional (y sus “formas socialmente definidas” bajo
denominaciones tales como reestructuración, reconversión productiva, reingeniería o similares) son
sucesos paradigmáticos que se dan en ocasiones en las que se afronta una profunda crisis de
supervivencia.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
• CONTEXTO
• ESTRATEGIA
• CULTURA
• ESTRUCTURA
CONTEXTO
ESTRATEGIA
CULTURA ESTRUCTURA
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
• Su ESTRATEGIA, es decir el conjunto de decisiones y políticas que tienen que ver con la
conducción de sus propósitos, el rumbo de la organización, el cumplimiento de sus fines y el
proceso de adaptación al contexto que la rodea, aprovechando las oportunidades y
resguardándose de las amenazas que el mismo presente, en función de las fortalezas y
debilidades con que cuenta.
• Su CULTURA, es decir el sistema de valores compartidos que la rige, dado por las
creencias, tradiciones, experiencias, saberes, mitos y costumbres de la gente que participa
de esa organización. La cultura es un importante condicionante del comportamiento de la
gente.
Estrategia, cultura y estructura (algunos de cuyos desarrollos analíticos enfocaremos más adelante) se
encuentran en permanente interrelación y se influencian y condicionan mutuamente. Cualquier cambio
que se promueva en alguno de estos aspectos arrastrará cambios en los otros. El inicio de toda actividad
empresarial parte de su estrategia, siendo la cultura y la estructura el “soporte” organizativo imprescindible
para una efectiva implementación de la misma.
2.3. LA ESTRATEGIA
La ESTRATEGIA es un proceso decisorio integral a partir del cual la empresa procura alcanzar un futuro
imaginado, parte de buscar la respuesta a preguntas tales como:
• ¿Dónde estamos?
• ¿Adónde Vamos?
• ¿Por dónde vamos?
• ¿Cómo sabemos que vamos por el camino correcto?
Desde este punto de vista, el PROCESO ESTRATÉGICO involucra cuatro grandes etapas:
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
EL PROCESO ESTRATEGICO
ANALISIS PLANEAMIENTO
CONTROL IMPLEMENTACION
Yendo más allá aún, y pensando en los distintos actores que hacen posible la existencia de la empresa
llegamos a la idea de VALOR. La idea de la CREACIÓN DE VALOR es clave en el desarrollo de toda
organización (más allá de la finalidad lucrativa o no de la misma). Eludiendo la tentación de definir al
mismo a la luz de las teorías económicas clásicas, optaremos nuevamente por la simpleza:
• ¿Qué cosas de las que generamos son realmente valoradas por aquellos a las que las dirigimos?
• ¿Qué cosas son aquellas que tratan de conservar porque representan algo verdaderamente
significativo para ellos?... eso es VALOR.
NO existe posibilidad alguna de fracaso en la captación y conservación del interés y compromiso de los
otros (clientes, proveedores, empleados, accionistas) si nuestro esfuerzo permanente es hacer cosas
valiosas por ellos.
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Aportes y EMPRESARIO
Retribuciones
CAPITAL RENTABILIDAD
INSUMO DINERO
DINERO PRODUCTO
Obviamente, existe una relación de valor primaria (porque es la primera en aparecer) que es la
relación entre la empresa y su cliente y la necesidad de crear valor para el mismo es el
permanente proceso de descubrir y satisfacer sus necesidades.
Pensar en
dimensión Todos deben Primero, el
presente - futuro
Crear Valor
ganar cliente
(sustentabilidad)
Estas variables tienen un fuerte efecto coyuntural y condicionan en consecuencia la mayoría de los
escenarios de corto y mediano plazo en los que se desarrolla la actividad empresarial. Su impacto es
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
determinante para la estrategia competitiva y las distintas políticas funcionales con las que la
empresa construye su gestión (el marketing, la producción, las finanzas o la administración del
personal, por ejemplo).
Pero también es necesario analizar el impacto de aquellas variables del entorno nacional o regional,
cuestiones tales como la situación política, el marco legal en que se desarrolla la actividad, la
situación económica y social, el ámbito cultural, las modas y costumbres de la sociedad, el marco
tecnológico, el medio ambiente, etc. Estas variables en general, no solamente afectan mi actividad
sino también el conjunto de actividades que se desarrollan en ese país y región y sus influencias
pueden ser tanto coyunturales como estructurales.
Algunos factores a considerar especialmente en este terreno son cuestiones tales como:
El estudio de las variables del contexto a nivel estructural es la base para el diseño de la
competitividad futura de la empresa, determina su posible influencia en la futura estructura del
sector industrial en el que competirá, las áreas de negocios en las que intervendrá y el diseño
organizativo a largo plazo que deberá sostener.
En una empresa, los focos de atención en estos distintos planos del contexto responden
usualmente a distintos niveles decisorios y planos estratégicos de acuerdo al alcance necesario de
la visión que debe construirse. Así, por ejemplo, los niveles de responsabilidad funcional y unidades
de negocios, cuyos horizontes de planeamiento se ubican usualmente en torno a los dos o tres años
focalizan su atención en el sector de actividad.
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
ALTA DIRECCION
(más de 10 años – tendencias
de cambio estructural)
GERENCIA DIVISIONAL
(5-7 años – contexto
regional)
GERENCIA MEDIA
(2-3 años – sector de
actividad)
Para ser consistente y verdaderamente competitiva una empresa debe guardar el máximo nivel de
coherencia y consistencia entre los distintos niveles de decisión.
Como ya se expusiera con anterioridad, una de las premisas ineludibles para que la empresa pueda
perdurar, consolidarse y crecer es su predisposición para el cambio y la vocación para que el mismo
sea un proceso permanente.
La DINAMICA DEL CAMBIO dentro de una organización está fuertemente condicionada por la
CULTURA imperante dentro de ella, de allí que con frecuencia se afirme, con acierto, que los
cambios culturales son los más lentos y trabajosos.
La influencia de la dirección sobre la cultura de la empresa es algo limitado, apenas influye en forma
directa sobre un pequeño núcleo de valores compartidos que son los que han impulsado los
fundadores desde su origen y se han mantenido inmutables a través del tiempo, por fuera de ello,
existe un amplio conjunto de elementos que forman parte de la convivencia e interrelación entre las
distintas personas que integran esa empresa.
Cada movilidad que se produce dentro de la organización (ingreso o egreso) genera de alguna manera
una transformación dentro de la cultura organizacional, por lo que la misma se convierte en un
fenómeno altamente complejo. También, no se puede dejar de observar que dentro de la empresa
existen distintos tipos de grupos de afinidad y referencia que forman distintas subculturas, lo que
puede provocar conflictos adicionales y mayores dificultades para una efectiva conducción.
Precisamente por ello, la estrategia de la alta dirección de la empresa para impulsar cambios
culturales pasa por tratar de ampliar el núcleo de valores compartidos y tratar que el mismo
prevalezca por sobre las subculturas.
El proceso de cambio cultural, fundamentalmente en las primeras etapas del mismo, cuando los
impulsores enfrentan lo que habitualmente se denomina “resistencia al cambio” es un ámbito de
conducción sumamente complejo y el mismo será abordado con detalle en otro trabajo de este
volumen.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Los instrumentos básicos de gestión para el cambio cultural pueden clasificarse en tres grandes
conjuntos de herramientas:
a. COMUNICACIÓN
Esencial para minimizar el número y la dimensión de los conflictos internos, a la vez de fortalecer la
credibilidad y confiabilidad de la dirección.
b. CAPACITACIÓN
Esencial para mejorar el grado de identificación y la alineación del recurso humano con las políticas de la
empresa, así como la mejora continua del desempeño.
La efectividad de los procesos de capacitación en las organizaciones pasa por entender los mismos
dentro de un marco amplio de aprendizaje continuo, trabajando sobre conocimientos, habilidades y
actitudes de cada individuo.
c. COMPENSACIÓN
Involucra en un sentido amplio el conjunto de compensaciones y beneficios que recibe cada uno de los
integrantes de la organización. Más allá de los aspectos salariales, debe plantearse en un marco amplio
de motivación considerando especialmente aquellos aspectos que hacen al enriquecimiento de cada
puesto de trabajo y la creación permanente de adhesivos sociales que retenga al personal más valioso.
En este último sentido, y puesto que su responsabilidad primaria tiene que ver con “lograr que las cosas
se hagan”, la labor gerencial está fuertemente vinculada a la conducción de la gente. Quien ocupa un
rol gerencial es directamente responsable del “clima” de trabajo en que se desenvuelve su equipo y en
función de esto del compromiso y dedicación de cada uno de sus colaboradores.
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
• La COMUNICACIÓN efectiva
• La GESTION DE PROYECTOS
Y, fundamentalmente:
ACTIVIDAD
a. Formen grupos de entre 4 y 6 personas para discutir en torno a las situaciones que a continuación
se plantean.
Se propone como objetivos de la actividad:
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
2. Estrategia de desarrollo:
¿Cuáles deberían ser los lineamientos generales y políticas de referencia en términos de ese contexto
descrito?
3. Estructura:
¿Qué criterios de organización de la función deberían prevalecer?
4. Cultura organizacional:
¿Qué sistema de creencias y valores es imperante en la institución y que principios alternativos deberían
impulsarse para adaptarse a los nuevos requerimientos?
b,Cada grupo elegirá a un relator entre sus integrantes, quien al final del tiempo establecido para la
discusión, exponga ante el conjunto del grupo, las conclusiones a las que se arribaron.
c.Vean los siguientes videos para movilizar la reflexión y el debate abierto dentro del grupo sobre los
conceptos vertidos en el presente bloque.
a. https://www.youtube.com/watch?v=RmdLvfEie04&t=76s
b. https://www.youtube.com/watch?v=290Q2_gvjnQ
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
c. https://www.youtube.com/watch?v=v8U9WVxcB8Y
d. https://www.youtube.com/watch?v=vFLduiV0aa0
e. https://www.youtube.com/watch?v=NALw7U2sTbM
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
BLOQUE III:
DESARROLLO DEL PENSAMIENTO
ESTRATÉGICO
La decisión estratégica es propia de contextos competitivos, es decir aquellos que presentan una
amenaza cierta respecto de un estado de naturaleza o un oponente racional que mediante su
accionar generará obstáculos para el cumplimiento de las metas y objetivos propuestos por la
institución o afectará en forma directa los intereses de sus distintos públicos de interés.
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
El elemento distintivo será en todos los casos la oposición explícita o implícita que se tenga una vez
realizada la acción y la forma en que nos adaptaremos en forma dinámica a ella.
En el marco de una organización (cualquiera sea su tamaño y actividad) las decisiones estratégicas de
plasmarán en distintos planos. Muchas de ellas serán comunes a todas las unidades operacionales que
forma parte de esa organización, y tendrán que ver con la supervivencia y desarrollo de la misma a largo
plazo. Su punto de partida es precisamente el establecimiento de una VISION y MISION corporativa que
sirva como rumbo general para el desempeño colectivo. Esto es lo que llamamos “estrategia
institucional” o corporativa.
Cada unidad, a su vez, tendrá seguramente sus propias decisiones estratégicas, propias de la necesidad
contextual de ella, sus condicionantes, posibilidades y la naturaleza de la oposición que deba enfrentar.
Estas decisiones suelen tener un alcance temporal de corto plazo y en todas las situaciones se hayan
subordinadas a la estrategia institucional. Hablamos en este caso de “estrategias de unidad” o
competitiva.
Los conceptos generales sobre el desarrollo de la estrategia proceden del campo militar, pero durante
los últimos ochenta años se han extendidos a muchas actividades (negocios, política, gestión pública,
etc.) alcanzando sus planteos y herramientas un alto grado de sofisticación en muchas de dichas
actividades.
Como parte de esta extensión de la idea de la estrategia a distintos campos se ha vuelto frecuente en
uso de expresiones como “planeamiento estratégico”, aunque dicha expresión es hoy día controvertida
y cuestionada por los principales pensadores del tema, toda vez que la estrategia se considera ante todo
un modelo de pensamiento alejado de la rigurosidad de una programación minuciosa y el planeamiento
en cambio es una práctica netamente operacional que, en todo caso, sirve como enlace entre el planteo
estratégico y los recursos a aplicar en el territorio.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
ACTIVIDAD
Pensar estratégicamente implica ante todo ser capaz de reconocer la complejidad de fuerzas y factores
influyentes en el contexto que rodea el marco de acción: cuales son las fuerzas competitivas definidas,
cuáles pueden ser en el futuro, que marco de alianzas (fuerzas cooperativas) pueden identificarse y que
rol pueden cumplir y que otros elementos del entorno pueden contribuir o entorpecer el desarrollo de
nuestras acciones.
Definir este marco de influencias y objetivos diversos (que muchas veces pueden ser contradictorios
entre sí) nos permitirán tomar mejores decisiones en nuestra gestión y cumplir más eficazmente los
objetivos y políticas institucionales.
Actividad propuesta:
Formar grupos de discusión de entre 4 y 6 personas y en un tiempo estimado de entre 45 y 60’, debatan
sobre los conceptos básicos vinculados al marco estratégico de influencia sobre la institución y las
oportunidades y amenazas que el mismo presenta:
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
4) ¿Qué factores del contexto nacional o regional pueden influencias en forma favorable o
desfavorable el desempeño institucional?
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
….
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
….
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…
5) ¿Qué tendencias del contexto internacional pueden considerarse positivas o negativas para
complementar dicho análisis?
Cada grupo elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para la
discusión exponga ante el conjunto del grupo de aprendizaje las conclusiones a las que se
arribaron.
En la actualidad uno de los terrenos en los cuales mayor desarrollo ha tenido la estrategia es el campo
de la economía y los negocios. Desde hace más de 50 años, pensadores de la actividad han trabajado en
la generación de numerosos modelos de análisis y el cultivo de herramientas de gestión que hoy día son
utilizadas por instituciones de todo el mundo, inclusive fuerzas militares (que, por supuesto tienen su
propia línea de pensamiento en muchos de estos campos, pero cada vez más la complementan con
literatura empresaria), organismos estatales y de seguridad. El presente texto extraído del campo de la
administración empresaria es un compendio de las ideas principales de la estrategia llevada al terreno
de los negocios y puede constituirse en una excelente metáfora para su adaptación a cualquier tipo de
actividad.
Si realizáramos una exhaustiva búsqueda sobre el extenso conjunto de producción literaria dirigida al
llamado “mundo de los negocios” y en general a lo relativo a la gestión y dirección empresaria de los
últimos cuarenta años, nos encontraríamos con que, probablemente, el término “estrategia” se
constituye en una de los más profusamente abordados y de los que ha originado más páginas,
exposiciones y controversias.
3
Extraído de: GROSSO, F. y otros (2005): Claves para el Desarrollo de la Empresa. Cap. IV. Editorial Universidad
Abierta Interamericana: Buenos Aires
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Es razonable que esto ocurra así, dado que como veremos a lo largo de este trabajo, el mismo encierra un
conjunto de ideas, teorías y modelos que se constituyen en la esencia misma de la moderna
administración de los negocios.
La palabra “estrategia” proviene del griego: strategos, vocablo con el que se designaba al general del
antiguo ejército helénico cuya función era disponer los planes de batallas y conducir las maniobras del
ejército en el terreno del combate.
Este concepto de planificación y maniobra, fue ampliamente desarrollado por la teoría militar a lo largo
de los siglos, conformándose en el “conjunto de teorías y principios propios del arte de la guerra”.
Los profundos cambios que comenzaron a producirse en los mercados mundiales a partir de la segunda
mitad de S. XX (a los que nos referiremos más adelante), llevan a que cada vez con mayor frecuencia los
conceptos y teorías de la estrategia militar se transporten por analogía a un mundo empresario cada vez
más centrado en el “hecho competitivo” como eje central de su problemática: Había llegado la hora de la
“guerra” de los negocios...
Pero antes de seguir avanzando con la historia de la estrategia y la asimilación de sus conceptos e ideas
al terreno de la dirección empresaria –al punto de adquirir una entidad teórico-conceptual propia-, así
como su evolución en el contexto actual, nos parece oportuno formular algunas definiciones iniciales
que nos permitan definir con mayor claridad el alcance del término en el marco disciplinar que nos
incumbe.
Como vemos, de esta primera aproximación a la profunda riqueza conceptual del término, podemos
desagregar una serie de ideas centrales que nos permitirán alcanzar una comprensión más acabada
sobre su naturaleza:
• “Conducción de los negocios”: La estrategia se refiere a la forma que la empresa define para
llevar adelante sus actividades generadoras de beneficios, aquellas que aseguran su
perdurabilidad y le permiten crear valor para sus públicos de interés.
• “Cumplimiento de sus fines”: La estrategia representa una elección sobre las acciones y los
instrumentos que se utilizarán para lograr el cumplimiento de los objetivos de los distintos
grupos intervinientes en la iniciativa
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
En suma, la ESTRATEGIA de la empresa es un planteo general sobre el desarrollo del negocio, en cierta
manera, no es otra cosa que un proceso político de fijación de objetivos y medio idóneos para
alcanzarlos. Como todo proceso en esencia “político”, es evidente que no es exacto (trabaja
básicamente con un enfoque de tipo ensayo-error), pues opera sobre situaciones de alta incertidumbre
y a partir de la especulación orienta a la empresa en una dinámica competitiva de permanente cambio.
El planteo estratégico de la empresa, se inicia con una idea que apunta a una búsqueda incesante
de oportunidades de negocio, requiere para ello una visión sistémica (abarcando el todo y sus
interrelaciones) sobre la organización y su entorno que implica consolidar un modelo mental (una
forma de pensar y comprender las cosas) que nos lleva a movernos en más de un plano.
La ESTRATEGIA en tanto una verdadera “cadena de decisiones”, también puede considerarse en
distintos planos y alcances decisorios. Básicamente, hablamos de:
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Para ser consistente y verdaderamente competitiva una empresa debe guardar el máximo nivel de
coherencia y consistencia entre los distintos niveles de decisión.
Definido este marco general de ideas, volvamos ahora sí al estudio de la evolución de las mismas.
Como planteábamos en los inicios de este trabajo, la literatura sobre la estrategia aplicada a los
negocios es abundante y sumamente rica en teorías y análisis que, en la mayoría de los casos, lejos de
contradecirse o refutarse entre ellas, constituyen un universo conceptual del que deviene en forma
acumulativa el instrumental utilizado por la dirección empresaria en los tiempos actuales.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Sí es cierto, que muchas de estas teorías se nutren de fuentes diferenciadas y siguen corrientes
diversas que enfatizan algunos aspectos por sobre otros, lo que ha dado origen a estudios sobre
enfoques y “escuelas” de pensamiento: Henry Mintzberg4, por ejemplo, realiza un interesante trabajo
de análisis y clasificación de autores y enfoques, identificando diez “escuelas” distintas de
pensamiento estratégico, cada una con sus autores referentes, sus principios, sus vínculos
interdisciplinares y modelos de acción, aunque aclarando –y en esto compartimos dicha postura- que
pensar en términos de orientaciones dispares e incompatibles en este sentido, sería fragmentar
artificialmente un universo de ideas que en la práctica no se manifiesta en modo alguno.
Desde este punto de vista, es indudable que más allá de las preferencias e identificaciones que cada
uno tenga, al ensayar una línea acumulativa de ideas que contienen el bagaje instrumental moderno
del “estratega” empresario nos encontramos con algunos puntos de referencia obligados.
Para el estudioso del tema así, serían referencia obligada los trabajos de Peter Drucker y Raymond
Chandler, durante la década del ’60 que establecerían los primeros marcos de referencia ideológica
sobre el pensamiento estratégico en los negocios o estudios como los que desde distintas ópticas
autores como Cyert y March o Miller desarrollaron en la misma época, ensayando para aquellos
primigenios conceptos algunas perspectivas procedimentales. Sí utilizáramos por analogía la parábola
del ciclo de vida de un concepto, podríamos decir que esta época representa la “introducción” al
terreno empresarial de ideas y conceptos prototípicos que comienzan a tener como referentes
empresariales a escasos adoptadores tempranos.
Un gran desarrollo en cambio, comienza a manifestarse en los años ’70, en los que surgen muchas
herramientas analíticas que quedarían incorporadas al instrumental de uso casi cotidiano en las
organizaciones. En esta época, por ejemplo, resulta de singular relevancia el trabajo de autores como
Igor Ansoff, introductor de conceptos fundamentales en materia de planeamiento, análisis del entorno
y estrategias de crecimiento; Bruce Henderson, que a partir de su archiconocida “matriz BCG”,
establece las bases del análisis de portafolio (uno de los aspectos en los que mayor riqueza conceptual
encontramos hoy día en materia decisoria); o George Steiner, autor del que para muchos se constituye
en uno de los trabajos más completos sobre la aplicación de los conceptos estratégicos a las rutinas
operacionales de la empresa.5
La década del ’70, fundamentalmente a partir de las crisis petroleras de sus primeros años, que
rompieron con un largo periodo de estabilidad y crecimiento general en los mercados mundiales,
dando origen al fenómeno que normalmente denominamos turbulencia (inestabilidad continua +
cambios inesperados), fue un momento de grandes avances y desarrollos, una verdadera “etapa de
crecimiento” de la teoría estratégica en los negocios que establecería las bases de la verdadera “edad
de oro” que sobrevendría en la década siguiente.
Esta época es a la vez, el momento de auge de lo que denominamos “corrientes prescriptivas” del
pensamiento estratégico, donde el énfasis está puesto en el desarrollo de modelos e instrumentos
cuya aplicación, presuntamente, encierra la “forma correcta” de hacer las cosas. En otras palabras,
el signo de los pensadores de la época en su vinculación con el medio empresarial es más una
inducción que una invitación a la reflexión, algo así como: “oye, este es mi modelo, mi forma de
hacer estrategia, ve a tu empresa y sigue estos pasos”.
4
MINTZBERG, H. – AHLSTRAND, B. – LAMPEL, J.: “Safari a la Estrategia”. Ediciones Gránica. Buenos Aires, 1999
5
STEINER, G.: “Strategic Planning: What every Manager must know” The free press, a división of Macmillan
Publishing Co., Inc. 1979
53
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Pero como decíamos en párrafos anteriores, son los años ’80 el momento de consolidación y
expansión del conjunto de ideas y teorías que forman las bases liminares de la “introducción a la
estrategia” que aún hoy se enseña en las principales escuelas de negocios del mundo.
Desde los primeros años de la década, la obra de Michael Porter, profesor de la Universidad de
Harvard se convierte en paradigmática y referencia obligada, fundamentalmente por la
introducción de sus modelos de análisis sobre la competencia y la dinámica de los sectores
industriales6 y del análisis sobre las estrategias competitivas de las empresas a partir de la
identificación de las fuentes de ventajas diferenciales de las mismas y su desarrollo7.
Con Porter como principal referente y trabajos de singular trascendencia de autores como
Mintzberg, Quinn o Lorange, el pensamiento estratégico aplicado a los negocios, comienza
paulatinamente a abandonar posturas prescriptivas y a introducirse cada vez más en lo que
denominamos “corrientes descriptivas”, donde el objeto central no es la modelización o el
desarrollo instrumental, sino la formulación política o el desarrollo conceptual. La contribución que
los teóricos de la disciplina realizan a las empresas, comienzan a abandonar el “hazlo de esta
manera” o “aplica este modelo”, para comenzar a ser el “piensa de esta manera y crea tu propio
modelo”. Esta es la etapa de madurez de la evolución del pensamiento estratégico y la que
asentaría las bases y antecedentes de las teorías que comenzarían a gestarse en los primeros años
de la década del ’90, que son los que dominan el estado actual del arte.
Como sucede con todo campo o dominio del conocimiento, los grandes cambios de concepción y
estructuras de análisis se producen cuando “el paradigma vigente es insuficiente para dar respuesta
a las condiciones actuales de medio”8 y de alguna manera eso es lo que ocurre con nuestra
disciplina a fines de los años ochenta.
Lo que significó para los mercados mundiales, la crisis petrolera de los años ’70 (a la que ya
hiciéramos referencia en párrafos anteriores), que diera origen al gran desarrollo de modelos de
estrategia empresarial, fue apenas una mínima expresión del quiebre profundo que representó el
final de la guerra fría, a partir de la emblemática “caída del muro” de fines de los ’80.
La crisis de los años ’70, representó –como explicábamos anteriormente- para las necesidades
competitivas de las empresas una demanda imperiosa de modelos y bases instrumentales que
permitieran operar sobre un marco turbulento hasta entonces desconocido pero enmarcado un
paradigma de similar estructura al anterior: de alguna manera podríamos decir que “cambian las
reglas del juego”.
La crisis de los ’90, en cambio, representa (en un fenómeno que analizaremos con mayor detalle en el
próximo apartado) la necesidad de definir nuevos modelos mentales y bases ideológicas, que permitan
explicar y reflexionar sobre una frenética dinámica de cambio que supera no solo lo conocido, sino lo
imaginable. La ruptura de paradigmas es drástica: no es un problema de “cambio de reglas” sino de
“cambio del juego mismo”.
De la misma manera que decíamos que a principios de la década del ’80 se elabora una transición de
corrientes prescriptivas a descriptivas (Porter es el más cabal representante de esta transición), los
6
PORTER, M.: “Estrategia Competitiva”. CECSA. Primera Edición . México DF, 1982
7
PORTER, M: “Ventaja Competitiva”. CECSA. Primera Edición. México DF, 1985
8
KUHN, T.: “La estructura de las revoluciones científicas”. Fondo de Cultura Económica. Madrid, 1975
54
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
inicios de los ’90 significan el definitivo destierro de los modelos prescriptivos y una acelerada
transición de las corrientes descriptivas al lo que algunos denominan la “estrategia cuántica” signada
por lo conceptual en el “más alto nivel de abstracción y relativismo”9.
El tradicionalmente llamado “ajedrez” de los negocios, se transforma en algo mucho más exótico: una
mezcla de juego ciencia de espacio multidimensional, practicado a la velocidad del más alienante
videojuego.
Más allá del permanente aggiornamiento –y consecuente vigencia- del trabajo de autores como
Porter, Mintzberg, Hax o Pfeffer, existen dos trabajos que se constituyen en referencias obligadas del
pensamiento empresarial de principios de los años ’90 y marcan de alguna manera un “antes y un
después” en la teoría vinculada: por un lado, el extraordinario trabajo de Gary Hamel y CK Prahalad
sobre la evolución del pensamiento estratégico en los nuevos mercados10 desarrollado desde la
Escuela de Negocios de Harvard; y por otro, el trabajo de investigación independiente desarrollado por
Peter Senge11, que enfoca el desarrollo organizacional y la problemática de la competitividad de las
empresas a partir de sus capacidades de aprendizaje. Esta última obra, si bien no se constituye en sí
misma (al menos en la concepción tradicional) en un “trabajo puro” de estrategia, representaría un
aporte clave a la concepción moderna del “estado del arte”.
En estos trabajos, se encuentran las principales fuentes e ideas-fuerza de lo que reconocemos como
configuración de la moderna estrategia de negocios y sobre los que cimentaremos nuestro análisis de
aquí en más:
o La idea de la estrategia como formulación conceptual y esencialmente política (lo que divorcia
definitivamente la idea de la formulación respecto de la modelización en torno a “sistemas de
planeamiento”); y,
o La idea de la estrategia asociada a un proceso integrador de fortalecimiento constante de la
competitividad organizacional.
Antes de abordar en profundidad el estudio de los principales conceptos que definen el pensamiento
estratégico moderno, creemos necesario referir con algún detalle adicional algunos de los elementos
contextuales, que por su impacto en el mundo de los negocios representan una referencia obligada en
este sentido.
Muchas de ellas, se encuentran en un entorno inmediato de la empresa, son aquellas que forman
parte de la realidad de su sector de actividad: sus competidores directo, sus competidores
potenciales, los productos sustitutos, la presión de sus proveedores y distribuidores, la acción del
consumidor y los cambios permanentes de sus gustos, las fuerzas asociativas o potenciales aliados,
etc.
9
DRUCKER, P: “Los desafíos de la Administración del S.XXI”. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1999
10
HAMEL, G. – PRAHALAD, C.K.: “Competing for the future”. Harvard Business School Press. Bostón, 1994
11
SENGE, P.M.: “La Quinta Disciplina”. Ediciones Juan Gránica. Barcelona, 1992
55
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Esta variable tiene un fuerte efecto coyuntural y condicionan en consecuencia la mayoría de los
escenarios de corto y mediano plazo en los que se desarrolla la actividad empresarial.
También es necesario analizar el impacto de aquellas variables del entorno nacional o regional,
cuestiones tales como la situación política, el marco legal en que se desarrolla la actividad, la
situación económica y social, el ámbito cultural, las modas y costumbres de la sociedad, el marco
tecnológico, el medio ambiente, etc. Estas variables en general, no solamente afectan mi actividad
sino también el conjunto de actividades que se desarrollan en ese país y región y sus influencias
pueden ser tanto coyunturales como estructurales.
Algunos factores a considerar especialmente en este terreno son cuestiones tales como: la
internacionalización de las empresas, la globalización cultural, el impacto de las nuevas tecnología e
industrias dominantes, los cambios demográficos, las nuevas tendencias sociales y políticas, los
aspectos ecológicos y medioambientales, etc. En una empresa, los focos de atención en estos
distintos planos del contexto responden usualmente a distintos niveles decisorios y planos
estratégicos de acuerdo al alcance necesario de la visión que debe construirse.
El signo de la época, sin embargo, y la gran interrelación generada por la llamada revolución de las
comunicaciones que actúa como gran catalizadora de la globalización, hace que en la mayor parte de
los escenarios competitivos (y sobre todo cuando nos encontramos en el terreno de la problemática
de la alta dirección), se encuentran sesgados por la prevalencia y criticidad de aquellas variables del
entorno más “macro”, las que denominábamos, párrafos atrás “tendencias de cambio
estructural”.
Las veces que nos han pedido que explicáramos este fenómeno12 hemos recurrido a una expresión
que define la transformación de los mercados actuales como un verdadero “cambio del proceso de
cambio” que se expresa a través de emergentes de singulares características.
Más allá del reconocimiento de fuerzas impulsoras que identificábamos anteriormente (la
globalización, los cambios demográficos, las nuevas tecnologías dominantes, la crisis “ecológica” de
las instituciones), para cuyo análisis y profundización nos permitimos remitir al lector a otros trabajos
anteriores13, nos interesa poner énfasis en uno de los principales efectos del impacto de ellas,
especialmente trascendente para analizar el nuevo marco competitivo de las empresas: la
denominada “convergencia industrial” expresión que se utiliza para describir el fenómeno de
dilución de los límites tradicionales de los sectores industriales, donde lo que se “fusiona” ya no son
simplemente empresas o grupos corporativos que se integran vertical u horizontalmente dentro de
un sector, sino ramas de actividad entera, amalgamando tecnologías, creando nuevas industrias,
áreas de negocio y categorías competitivas (industrias como la informática, las comunicaciones, la
electrónica de consumo o el entretenimiento son ejemplos por demás demostrativos de este
fenómeno).
12
GROSSO, F.: “Política y Desarrollo Empresario”. Primera Edición. Editorial Dunken. Buenos Aires, 1998
13
GROSSO, F.: “Liderazgo y Conducción”. Editorial Dunken. Buenos Aires, 2002
56
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
La ruptura de los límites de los sectores industriales asociada a la dinámica social que genera el
imperio de las nuevas tecnologías dominantes, hace que como ya lo advertían Hamel y Prahalad años
atrás14: “el principal factor clave de éxito de una compañía en los contextos actuales es su capacidad
de futurición, o sea la capacidad para identificar el campo de fuerzas en el que se plantea el futuro de
la empresa”.
Desde aquí, comenzaremos entonces nuestro análisis sobre los marcos referenciales de la estrategia
empresarial en el momento actual.
Los particulares condicionamientos que genera la realidad contextual de los mercados actuales sobre
las necesidades competitivas de las empresas producen profundos replanteos en el terreno de la
concepción y la implementación del conjunto de decisiones que denominamos “estrategia de
negocios”.
De esta manera, podemos decir que el primer imperativo a resolver por el “estratega” es un cambio de
postura en términos de conceptos y áreas críticas para la decisión.
o una VISION,
o un PROPÓSITO claro acerca de cómo cumplirla y
o un LIDERAZGO en los VALORES que permita la alineación de toda la organización en torno a
dicho propósito.
La estrategia lidera las ideas, se basa en lo imprevisto, lo nuevo, la verdadera ruptura... Las empresas
de hoy no necesitan “planificar estratégicamente”, sino fundamentalmente PENSAR
estratégicamente, partiendo de un enfoque de innovación radical que signifique desarrollar a pleno
las capacidades de toda la organización para concebir de una manera completamente diferente
productos y mercados.
14
HAMEL, G. – PRAHALAD, CK: op. cit.
57
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
El razón de ser de la moderna estrategia no es “adaptarse” a los cambios del contexto, sino “crear”
los nuevos contextos, idea que ha sido muy bien reflejada por Hamel y Prahalad al describir el
concepto de “arquitectura estratégica”15
La arquitectura estratégica a desarrollar por la compañía pasa ante todo por interpretar la misma no
como “una cartera de productos”, enfoque tradicional de la oferta, que nos vincula a un grupo
estratégico determinado por los factores claves de éxito de un determinado sector, sino como una
“cartera de habilidades y fortalezas únicas” (competencias esenciales) que representa sus
capacidades reales para crear valor, transformar la industria y desarrollar nuevas categorías
competitivas.
“Llegar a donde otros han llegado es necesario para seguir en el juego, pero los ganadores serán los
que tengan la habilidad de inventar nuevos juegos” nos plantea Gary Hamel en uno de sus últimos
trabajos 16 , proponiendo como punto de partida del proceso de formulación la sistemática
destrucción de las ortodoxias de la industria como mecanismo para el desarrollo de nuevos
negocios.
Existen dos conceptos fundamentales en la concepción de la estrategia para poder llevar adelante
un desarrollo de este tipo:
• Emergencia: la formulación estratégica debe contar con un bajo grado de estructuración para
proactivar el futuro deseado, pero a la vez absorber las oportunidades inesperadas.
• Incrementalismo: el planteo estratégico debe ser modular, partir del compromiso de los
recursos mínimos absolutos con que se cuente, pero contener en su desarrollo la escalabilidad de
cada proceso (es decir, la posibilidad de hacer cada vez “más grande” el alcance sin apartarse de su
raíz o nivel de foco).
¿Cómo definiríamos a partir de allí las etapas del desarrollo estratégico de la compañía? ¿Cuáles son
las verdaderas decisiones críticas que corresponden a la “hechura” de la estrategia?
15
HAMEL, G. – PRAHALAD, C.K.: op. cit.
16
HAMEL, G.: “Liderando la Revolución”. Editorial Norma. Bogotá, 2000
58
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
5. Cultivar las disciplinas del valor: asegurar la sustentabilidad de la compañía a partir de una gestión
integrada en torno al liderazgo en los productos, la excelencia operacional y el desarrollo de una
genuina intimidad con el cliente17
Ya manifestábamos en los inicios de este trabajo, nuestra convicción en torno al carácter “acumulativo”
de las ideas sobre estrategia de negocios y el énfasis puesto en las afirmaciones que realizáramos en
estos últimos párrafos, probablemente hagan necesario advertir al lector acerca de los riesgos de
adoptar estas ideas desde lo absoluto o como simple receta de aplicación universal.
La comprensión de los parámetros que signan la moderna estrategia de negocios, no implica “olvidar”
principios elementales de dirección o perder de vista universos decisorios tales como la creación de
barreras de entrada, la asimilación de la lógica competitiva de un sector, las integración generada como
soporte de la creación de un diferencial de costos u otros “principios” de la estrategia “tradicional”, sino
por el contrario descubrir frente a estos un nuevo menú de prácticas efectivas para responder a las
nuevas necesidades competitivas.
Imperiosamente grabado en los fundamentos esenciales del universo de toda empresa que aspire a
sobrevivir y crecer en los nuevos mercados, se inscribe un nuevo “abc” conceptual de idea y acción
estratégica que no podemos eludir:
Normalmente, salvo para cuestiones estrictamente operativas, odiamos restringir nuestros planteos a la
confección de “listas de control”, pero creemos que esta última colección de enunciados expuestos,
justifican su inclusión en una página destacada de nuestra agenda decisoria.
La afirmación que titula este apartado no trata de ser un ingenioso juego de palabras, sino
la reafirmación de algo que ya insinuábamos párrafos atrás: lo verdaderamente decisivo en
el éxito competitivo de una empresa es el PENSAR estratégicamente.
17
TREACY, M. – WIERSENA, F.: “La disciplina de los líderes del mercado”. Editorial Norma. Bogotá, 1995.
59
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Siendo más categóricos aún: ninguna formulación será efectiva si su concepción, diseño, puesta en
marcha y permanente ajuste proactivo, no se lleva a cabo bajo la conducción de un verdadero
“estratega”, o mucho más simple aún: algo tan sencillo como alguien (personas) con capacidad para
PENSAR estratégicamente.
a) Explorar los principios caóticos del entorno, indagar sobre los conflictos de valores y el
agotamiento de los paradigmas; comprender la complejidad, cuestionando los supuestos e
inventando nuevas condiciones para el desarrollo de la acción.
c) Concentrar esfuerzos en las áreas críticas de resultados, dominar la economía del valor, crear
superioridad relativa sobre los competidores y...actuar en forma inesperada.
60
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
“brillante” en su concepción.
Masa Crítica: Las decisiones estratégicas deben someterse a un severo análisis de viabilidad
en términos de la disponibilidad efectiva de la masa crítica de recursos indispensables para
asegurar su efectiva ejecución.
Sinergia: Las decisiones estratégicas deben apuntar a generar el máximo de sinergia positiva
entre los recursos aplicados, procurando su optimización a partir de concentrarse en los
puntos de apalancamiento que se constituyen en “llaves del crecimiento”.19
Desde el punto de vista de la EJECUCIÓN de la estrategia: es decir las acciones que se llevan a
cabo durante la implementación de las decisiones adoptadas:
18
GROSSO, F.: “Hablemos de Management”. Editorial Su Libro. Primera Edición. Buenos Aires, 1994
19
KELLY, K.: “Nuevas reglas para la nueva economía”. Ediciones Norma. Buenos Aires, 2000
61
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Es evidente que el éxito de una política de negocios, además de la pericia de sus ejecutores, se encuentra
fuertemente condicionado por las características y el sustento de la organización que la contenga.
• Su CULTURA, es decir el sistema de valores compartidos que la rige, dado por las creencias,
tradiciones, experiencias, saberes, mitos y costumbres de la gente que participa de esa organización.
La cultura es un importante condicionante del comportamiento de la gente.
• Su ESTRUCTURA, es decir su modelo operativo, la forma en que la empresa funciona en términos de
la división del trabajo establecida, la distribución de jerarquías y disponibilidades y los sistemas y
procesos que ordenan las tareas.
62
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Una organización inteligente, aquella que “aprende a aprender” se constituye en una organización
experta en la resolución sistemática de problemas, la experimentación de nuevos enfoques y el
aprovechamiento de dichas experiencias, el aprendizaje de las mejores prácticas de otras empresas y
una transferencia rápida y efectiva del conocimiento.
La gerencia, a través de su estilo de conducción y la naturaleza misma de sus actos, posee un rol
determinante en la formación de equipos de trabajo de alto rendimiento y el armado de redes de
compromisos confiables que sustenten, en el plano interno la idea de una verdadera “comunidad”.
Las organizaciones han cambiado sustancialmente en los últimos años, fundamentalmente porque –más
allá de coyunturas regionales particulares - han cambiado en un sentido radical las expectativas sociales
más amplias, que se materializan en una suerte de nuevo contrato psicológico con el trabajador que
demanda un mayor nivel de autonomía, flexibilidad y posibilidades ciertas de realización personal en el
trabajo, más allá de las compensaciones económicas.
A diferencias de la organización típica de la “era industrial”, hoy día las necesidades competitivas de las
empresas (innovación, diferenciación, servicio, etc) hacen que todas las pautas de la nueva gestión se
basen en la gente, en la búsqueda de creación de condiciones que posibiliten la plena utilización y
expansión de sus capacidades.
Por otra parte, y como un condimento adicional de este nuevo marco, las profundas interdependencias
de la organización con el medio ambiente, hace difusos sus límites, llevando la configuración cultural de
la misma a una autentica diversidad genética con la que hay que acostumbrarse a convivir22
Un ambiente cooperativo y un amplio clima de consideración por las personas, prácticas sustentadas en la
confianza más que en el control y una vocación por el permanente perfeccionamiento de las conductas
comunicacionales, son los fundamentos de un enfoque gerencial, que junto a una administración
verdaderamente interfuncional y participativa, constituyen un lugar donde la “gente valiosa” quiere
trabajar.
20
SENGE, P.: op.cit.
21
PETERS, T.: “El círculo de la Innovación”. Editorial Atlántida, Colección Negocios. Buenos Aires, 1994.
22
HAMEL, G. – PRAHALAD, C.K.: op. cit.
63
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
consignas, distintivos, etc.), sino que se genera en los proyectos, la gente y el enriquecimiento de los
equipos.
Por obvio que parezca: si queremos ser los mejores, tenemos que trabajar con los mejores y para poder
retenerlos... debemos cuidarlos, creando una estructura de oportunidades que haga exitosa a la gente.
¿Cuál debe ser la práctica cotidiana de la gerencia para ello? Podemos sintetizarla en muy pocas ideas:
Más allá de valores y principios, un párrafo aparte merece la cuestión relativa al diseño de la estructura:
No se pueden cambiar los modelos de negocios si no se renueva también la forma en que se distribuye el
poder adentro de las organizaciones.
Los nuevos modelos de organización del trabajo tienen que estar preparados para asumir la organicidad y
la emergencia del planteo de la estrategia, la burocracia interna, las jerarquías sobreabundantes y rígidas,
la formalidad extrema y la compartimentación creada por barreras funcionales artificiales son en este
sentido, peligrosos enemigos, verdaderos devoradores de la competitividad y el éxito estratégico.
LO QUE VENDRA...
Ni el más perfecto análisis prospectivo, ni la más consolidada vocación proactiva puede hacer que
detengamos la dinámica de los tiempos. El futuro encierra múltiples misterios insondables y la
imprevisibilidad absoluta es el terreno más común en el que nos movemos quienes tenemos la
responsabilidad de conducir organizaciones.
Sería desconsiderado para el lector –o en todo caso ingenuo de nuestra parte- si no reconociéramos el
amplísimo espacio de improvisación que encierra esta tarea, pero tengamos claro el alcance real de esta
idea: un gran músico es el que sigue con maestría sus partituras, pero su talento se mide cuando es capaz
de dejarlo fluir y sorprender a su auditorio con una fantástica improvisación en la que despliega todo su
virtuosismo, para volver luego a ajustarse a la partitura.
Este es el sentido del “arte”, quizás la más ancestral manifestación del hombre, quizás la más sublime y a
la que cada vez más se parece nuestra disciplina.
Y esta es, quizás por ello, una cabal analogía de la estrategia moderna y de quien desde el rol de
creador y ejecutor de la misma hemos denominado a lo largo de este trabajo como el “estratega”.
Su función es desestabilizar la rutina, crear una visión y darle significado, ser protector de las ideas
e impulsor de los principios que guíen a la empresa hacia su perdurabilidad.
64
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
ACTIVIDAD
La lectura recomendada anterior nos plantea un marco general de referencia respecto de la estrategia
aplicada al campo de la economía y los negocios, con la pretensión de que el mismo sirva de orientación
para realizar un ajuste adaptativo a realidades políticas e institucionales que son características de
nuestra organización.
Cada grupo que elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para la discusión
exponga ante el conjunto del grupo de aprendizaje las conclusiones a las que se arribaron.
Vean los siguientes videos para movilizar la reflexión y el debate abierto dentro del grupo sobre los
conceptos vertidos en el presente bloque.
65
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
1) https://www.youtube.com/watch?v=zM3FKJrAgco
2) https://www.youtube.com/watch?v=UWQcHv-uyPs
3) https://www.youtube.com/watch?v=GOf80xRG4Dg
66
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
4) https://www.youtube.com/watch?v=kgcnO6u11Aw
5) https://www.youtube.com/watch?v=RbrWnBcDbFM
67
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
BLOQUE IV:
TOMA DE DECISIONES
De alguna manera, en este sentido, mejorar la calidad de nuestras decisiones en todos los ámbitos
es mejorar nuestra calidad de vida.
68
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Cada acto humano es una decisión (aunque muchas veces no lo pensemos como tal) y si
descompusiéramos la misma como un proceso de distintas etapas observaríamos que detrás de
cada uno de nuestras acciones y conductas existe:
Este proceso se desarrolla con mayor o menor nivel de conciencia, toda vez que frecuentemente
actuamos en función de rutinas y hábitos adquiridos, lo que en la práctica nos genera la sensación de
hacerlo en forma “automática”.
En este plano se habla así de decisiones “programadas” cuando existe una hábito o rutina adquirida
respecto de la forma en la que damos respuesta a los estímulos den entorno (y de esta manera
soslayamos en forma consciente alguna de las etapas del proceso) y decisiones “no programadas”
cuando al no existir patrones de referencia previo (o haber fracasado los criterios que empleamos
habitualmente), nuestra mente conduce en forma consciente el proceso decisorio en cada etapa.
No podemos evitar la adquisición de hábitos y rutinas y por cierto que los mismos son necesarios,
pero debemos tener presente que toda mejora de resultados en cualquier plano, requerirá de hacer
explícito el proceso y reforzar cada una de sus etapas.
La mayor parte de los errores que se cometen en las decisiones y afectan los resultados de las
mismas se vinculan directamente con las etapas del proceso mencionado y pueden clasificarse como:
Debemos considerar, adicionalmente, que siendo la decisión un acto humano en modo alguno puede
aspirarse a la perfección de la misma y hay que asumir las contingencias que derivaran de dichas
imperfecciones.
El proceso decisorio está dominado por un marco de racionalidad limitada, puesto que los
componentes del mismo, bajo cualquier circunstancia, estarán dominados por nuestro plano
emocional.
Se ha dicho que en todo proceso decisorio están presentes juicios de hecho (componentes
absolutamente fácticos, objetivables y generalmente cuantificables) y juicios de valor (componentes
absolutamente valorativos, subjetivos y rara vez cuantificables). La paradoja de la conducción es que
a medida que crecen las responsabilidades dentro de un marco institucional, nuestros criterios
decisorios van a estar cada vez más condicionados por el segundo tipo de juicios, que por los
primeros.
69
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
70
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
ACTIVIDAD
Discusión Grupal
Los errores en el proceso decisorio (o simplemente la posibilidad de mejora de las decisiones que
tomamos) está fuertemente ligada a las distintas etapas del proceso decisorio y la mejora de la
calidad que podamos hacer de cada una de ellas.
Analizar en la práctica decisiones reales que hayamos tomado desde el punto de vista de la
revisión de las etapas del proceso nos permitirá comenzar a construir otra perspectiva de
nuestros criterios y alcances
Actividad propuesta:
Formen grupos de discusión de entre 4 y 6 personas con integrantes del grupo y en un tiempo
estimado de entre 45 y 60’ debatan sobre alguna decisión compleja que alguno de los integrantes
quiera aportar como ejemplo, analizando la misma desde su descomposición en las distintas
etapas del proceso decisorio.
Cada grupo elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para la
discusión. exponga ante el conjunto del grupo las conclusiones a las que se arribaron.
El proceso decisorio se halla profundamente ligado a las actividades de los individuos como así
también de las organizaciones; por lo que parecería innecesario analizarlo, más aún cuando una
buena parte de estas decisiones forman parte de nuestra rutina. Sin embargo, numerosas
disciplinas convergen en un punto en común que es la necesidad de mejorar nuestra capacidad de
decidir. Diariamente nos enfrentamos a situaciones que derivan en una decisión. De la calidad de
la decisión tomada y de su adecuada implementación dependerá el éxito o fracaso de la misma.
La toma de decisiones es un proceso metodológico a través del cual, se escoge el curso de acción
que mejor satisfaga los objetivos fijados con riesgos aceptables como respuesta a un problema de
decisión. La toma de decisiones es un proceso sistemático, un método racional que ayuda a
determinar el curso de acción mejor equilibrado entre la satisfacción de los objetivos perseguidos
y los riesgos inherentes a la alternativa.
El proceso decisorio puede ser posterior a un análisis del problema, donde una vez conocida la
causa, se quiere escoger alguna acción, o en cualquier otra situación, exista o no-problema previo,
donde se requiera tomar una decisión, y los caminos a elegir sean más de uno. Es necesario tener
en cuenta que los conceptos de toma de decisiones y resolución de problemas son sinónimos,
dado que ambos representan un mismo proceso. En efecto, la resolución de cualquier problema
requiere la toma de decisiones; y, viceversa, toda decisión implica necesariamente la existencia
previa de un problema a resolver.
23
Extraído de: GROSSO F. y otros (2005): Claves para el Desarrollo de la Empresa. Cap. 12. Ediciones Universidad
Abierta Interamericana. Buenos Aires
71
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Dada la importancia que guardan las decisiones podríamos pensar que todos los miembros de
una organización se encuentran entrenados y capacitados para ello. Sin embargo, la experiencia
nos demuestra, en muchos casos, lo contrario. A menudo nos enfrentamos a situaciones en las
que no es fácil definir correctamente un problema y, más aún, conocer y aplicar adecuadamente
un método para hallar la causa que provoca tal desvío. Debemos asumir que gran parte de los
directivos carecen de una mentalidad operativa de previsión de problemas, prefiriendo accionar
ante los mismos cuando se presentan.
A la vez, se suele tomar decisiones de manera deficiente al carecer de un método eficaz que
requiere de un código común y una terminología compartida por todos los integrantes. En la
práctica podemos observar que, frecuentemente, el proceso se centra en la discusión de
alternativas y soluciones posibles en lugar de determinar precisamente la necesidad que se
desea corregir, no se dispone de una técnica que permita valorar y ponderar adecuadamente los
objetivos perseguidos.
Por más obvio que parezca esta idea, muchos directivos manifiestan que para tomar una
decisión hay que tener en claro los objetivos antes de generar y evaluar las posibles alternativas.
Sin embargo, en la práctica cotidiana se observa que en todos los niveles de la organización y
hasta en la vida personal, pasan la mayor parte de tiempo discutiendo acerca de los cursos de
acción, sin haber preestablecido cuál es el propósito final de la decisión, sus objetivos y sus
límites. La falta de un objetivo claro hace más difícil y errático el proceso de decisión.
• Cada uno de los participantes se vuelve más rígido y defiende su idea o alternativa,
desmereciendo al mismo tiempo las alternativas de otros participantes.
En una decisión el tiempo mejor invertido es el que se utiliza para acordar los objetivos de la
decisión y sus límites; inversiones, costos, tiempo personal, etcétera.
Tomar una buena decisión consiste en trazar el objetivo que se quiere conseguir, reunir toda la
información relevante y tener en cuenta las preferencias del decisor. Si queremos hacerlo
correctamente debemos ser conscientes de que una buena decisión es un proceso que necesita
tiempo y planificación.
1
Antonio Milano, Resolución de Problemas & Toma de Decisiones, Ediciones Macchi,, 1993, p.14
72
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Por ello la única manera de tomar una buena decisión es a través de la aplicación de un procedimiento
el cual ahorrará tiempo, esfuerzo y energía. Muchos autores coinciden en señalar seis criterios para tomar
una decisión eficaz:
Todos los integrantes de la organización, cualquiera sea su nivel dentro de la misma dedica la mayor
parte de su tiempo a la toma de decisiones. Por lo tanto, la eficacia y la eficiencia dependen en gran
medida de cómo se lleva a cabo dicho proceso. En este orden, cabe distinguir:
En el proceso decisorio lo que interesa, en última instancia, es la eficacia de las decisiones que se toman;
vale decir, la resolución efectiva de los problemas. El método en sí mismo no es lo más importante. Sin
embargo, está demostrado que el que se adopta tiene una gran influencia sobre la calidad del contenido
que lleva a la decisión. En consecuencia, el método constituye un factor clave del éxito del proceso y,
por ende, de la actividad gerencial.
4.2. ELEMENTOS ESENCIALES
Para comenzar con el tratamiento del tema, es conveniente que tengamos una visión conjunta de los
elementos esenciales que juegan en cualquier proceso de toma de decisiones.
OBJETIVOS
Constituyen el nivel aspiración sobre el desempeño. Son resultados o atributos a lograr. Los objetivos
representan elementos, sean materiales o no, e inclusive tengan o no entidad real, respecto de los
cuales el decisor formula una expresión de deseo. Los objetivos se tienen en cuenta en la medida en que
inspiran efectivamente la toma de decisiones.
73
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Debemos hacer una distinción entre objetivos y objetivos reales ya que no necesariamente los
objetivos enunciados corresponden a las reales motivaciones de quienes los expresan. Tanto en
los individuos como en las organizaciones, los objetivos se estructuran en función de una escala
de valores que establece la importancia relativa de las distintas metas perseguidas. En la gran
mayoría de los casos, esta escala de valores se caracteriza por ser cambiante e inestable.
Los cursos de acción son las conductas posibles que caben para la consecución del o de
los objetivos perseguidos. La denominación de “alternativas” responde a la idea de elección,
implícita en el planteo de la decisión. Es decir, que decidir implica la facultad de elección, el
control sobre el curso de acción adoptado y un proceso activo por parte del decisor. Ante la
ausencia de algunas de estas tres condiciones, no hay decisión sino una mera imposición
El aspecto central de la fijación de líneas de conducta consiste en que éstas guarden relación de
medios afines con las metas u objetivos perseguidos.
VARIABLES NO CONTROLABLES
Las variables no controlables o estados de la naturaleza representan aquellos aspectos que
revisten importancia a los efectos de la decisión, pero que no pueden ser controlados o fijados
por aquél que debe adoptarla. La dificultad más usual en su planteo reside en la separación clara
de los aspectos controlables de los que no lo son.
EL HOMBRE
Representa el sujeto o los sujetos que enfocan el problema, que captan o proyectan la situación,
que establecen el objetivo, que conciben y evalúan los cursos de acción alternativos y que toman
la decisión. Es importante no perder de vista que, en el proceso, por más objetividad que se
pretenda, éste entraña un alto nivel de subjetividad, determinado por los actores del proceso,
donde juegan necesariamente sus respectivos estilos, valores, creencias, conocimientos,
intereses, necesidades, gustos, emociones, etcétera.
Sugerencias:
a. No atemorizarse frente a los términos aparentemente intrínsecos y confusos del problema
que se plantea a fin de reducirlos a un elemento formal. Como primer paso, es útil clasificar
los problemas conforme a los elementos de la decisión, lo que suele ser una ayuda para
clarificar las dificultades que el mismo presenta.
b. Esforzarse por ubicarse en el papel del decisor, a fin de definir correctamente los
elementos del problema. Muchas veces, ello puede hacerse mediante un cuidadoso análisis
de los elementos de juicio; en otros, se hace necesario suplirlos con cierto grado de
imaginación y sentido común.
c. Resistirse a la fácil y frecuente tentación de considerar no los objetivos o metas que surgen,
implícita o explícitamente del planteo, sino los que el lector opina que el decisor debería
tener.
d. Realizar un enfoque objetivo de las alternativas evitando dejar de lado a algunas de ellas
sólo porque sus resultados, aparentemente, no sean los esperados.
e. Tener presente la situación de decisión al clasificar una variable como controlable o no
controlable
f. Relacionar los distintos elementos entre sí, analizando en qué forma las alternativas
74
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
pueden ordenarse como una cadena de medios afines en relación a los objetivos del
problema.
g. Tomar a los objetivos como marco de referencia a fin de establecer cuáles de los
resultados emergentes ha de ser tomado en cuenta.
El proceso de toma de decisiones implica un proceso mental compuesto de los siguientes pasos:
A. Análisis de la situación
En esta fase se reconoce la existencia de un síntoma que se desea solucionar, teniendo en
cuenta el estado actual con respecto al estado deseado. La necesidad de decidir surge cuando la
persona responsable de tomar decisiones advierte que el universo llegará en un momento
futuro a un estado distinto al que anhela.
Esta brecha existente entre la realidad prevista y la realidad deseada se la denomina
oportunidad de decisión. Pero el proceso sólo se desencadena cuando existe conciencia de
una oportunidad de decisión.
En esta etapa se debe realizar el análisis de los síntomas, la averiguación de la eventual
existencia de un problema y el conocimiento del universo y de su forma de comportamiento, así
como los deseos del decisor.
En cuanto al universo, debe establecerse cuáles son las variables relevantes, cuáles son las
relaciones entre ellas y cuáles son las que influyen en su comportamiento y cómo influyen.
Deben definirse cuáles son las restricciones que impiden que las variables relevantes asuman los
niveles deseados.
En una segunda etapa se conforman los elementos de la decisión de forma tal de lograr un
diseño del modelo de decisión, una visión sintetizada y orgánica de la situación. Básicamente se
definen los elementos de la decisión y se precisan o definen nuevos elementos establecidos en
la etapa anterior, como ser;
de cada una de las alternativas. Ello implica la eventual redefinición del universo, la
posible introducción de nuevas variables, el examen del comportamiento y de la reacción
de todas esas variables a través del conocimiento adquirido en la primera etapa
.
Según Kepner y Tregoe2 el análisis de preocupaciones, que ellos llaman “Análisis de Situaciones”,
comprende los pasos siguientes:
1) Reconocer la situación.
Esto implica tanto situaciones actuales como futuras, ya sea desviaciones, amenazas u
oportunidades.
3) Establecer prioridades.
Esto incluye evaluar la urgencia, la tendencia y el impacto (sobre los recursos, la gente, la
productividad, etcétera) de los problemas involucrados en las situaciones.
En el tercer paso se señalan tres factores para establecer prioridades: urgencia, tendencia e
impacto. Los dos últimos pueden resumirse en un solo concepto: la importancia. Sobre esta
base cabe establecer con carácter general el siguiente orden de prioridades:
1) Urgente e importante.
2) Urgente o importante.
3) Ni urgente ni importante.
2
Kepner, Charles H y Tregoe, Benjamín, El Nuevo Directivo Racional, MacGraw-Hill de México, 1983
76
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
a. Evaluación de alternativas
En el análisis de situación se establecen las distintas alternativas y sus resultados asociados. En
esta etapa, en cambio, se les asigna un valor con el fin de elegir la de mayor valor.
Básicamente basta con establecer un orden entre las alternativas, desde la más preferida hasta la
menos agradable. Pero, para ello, se establecen valores numéricos, índices que reflejen las
preferencias del decisor.
En esta fase se fija una función de valor que establece cuán más preferida es una alternativa sobre
otra, o el orden simple de preferencia. Se utilizan para ello diferentes criterios y medidas,
desarrollados por la Teoría de la Decisión en general, pero especialmente por los modelos
específicos de decisión.
Esta es la etapa conceptualmente más compleja y que constituye el núcleo del análisis
decisorio y de la Teoría de la decisión.
En síntesis, esta etapa requiere la proyección de los efectos de los distintos cursos de acción
anticipando los posibles problemas de implementación que puedan llegar a suscitarse.
b. Selección
Al llegar a este momento del proceso el decisor cuenta con la información organizada que le
permitirá analizar, comparar y evaluar las alternativas que cumplan con los objetivos
preestablecidos y los riesgos de cada una de ellas.
En la selección se establece cuál es la alternativa más equilibrada, la que mejor cumple con los
criterios de selección u objetivos y que además tiene riesgos que se consideran aceptables;
aquella alternativa que cumple con el propósito de la decisión.
Cuando el decisor ha considerado las posibles consecuencias de sus opciones, ya está en
condiciones de tomar la decisión. Para ello debe considerar tres conceptos, a saber;
c. Implementación
El proceso no finaliza cuando la decisión se toma; ésta debe ser implementada. La
implementación puede ser llevada a cabo por aquellas personas que han participado en el
proceso decisorio, o bien, que éstas deleguen dicha responsabilidad en otras personas. Para ello,
debe existir la comprensión total sobre la elección en sí, las razones que la motivan, el
conocimiento de toda la información involucrada en el proceso, la internalización de la lógica
consecuente que ha fundamentado tal elección y, sobre todo, debe existir el compromiso de su
exitosa implementación.
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Una vez analizados los distintos pasos y elementos a tener en cuenta en el proceso de toma de
decisiones, relacionamos las posibles fallas3 en las que es frecuente incurrir durante el proceso;
• No realizar un buen estudio de la situación.
3
Russo J. Edward y Schoemaker Paul J.H., Decision Traps,Doubleday, 1989
78
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
• Considerar sólo la primera alternativa de que se dispone. Plantear los problemas sólo
como sí o no.
• Decidir entre las alternativas por intuición sin elaborar criterios. La mejor decisión es
la que considera el proceso lógico de análisis dándole cabida a la intuición.
• Error del manejo de grupos: Pensar que, involucrando personas inteligentes, las
buenas decisiones saldrán automáticamente, y, en consecuencia, equivocarse en la
administración del proceso grupal de toma de decisiones.
• Menosprecio hacia uno mismo por pedir feedback: Equivocarse al no pedir otras
opiniones o explicaciones adicionales para proteger el propio ego.
El Pensamiento Difuso, una rama de las matemáticas, se define como “el pensamiento
racional moderado por la intuición”. Pensar en forma difusa se emplea cuando la precisión no
es posible ni se desea. Roger Golde4 escribió Mudding Through, que habla de “el arte de
manejar un negocio como si no lo fuera”, para poder acotar la brecha entre la teoría de la
gerencia y la realidad de la vida en la mayoría de las empresas.
Russell Ackoff5, en Redesigning the Future, empleó el terminó mess –“confusión” para
describir el sistema de problemas según lo concibe la teoría de sistemas. Cada problema está
interrelacionado e interactúa con otros, de forma que incluso un problema menor constituye
una pequeña confusión.
Tomar decisiones con un método sistemático garantiza que se aborden todos los temas
pertinentes, que se reúna la información necesaria, que se comparen correctamente las
alternativas, que se evalúen las factibilidades, que se identifiquen las posibles dificultades y
que se consideren las consecuencias teniendo en cuenta los riesgos involucrados.
El estilo de cada decisor no solamente influirá en la calidad de la decisión sino también en
la eficacia y eficiencia de su implementación.
En verdad, no podemos afirmar que exista un estilo único apropiado para todas las situaciones que se
nos presentan a diario. Sin embargo, hay ocasiones en las cuales es probable que determinado estilo
produzca decisiones de mejor calidad que puedan ejecutarse con mayor éxito.
Cuando el decisor decide como decidir necesita conocer sus alternativas y reconocer los factores que
le indican que un estilo sería más apropiado que otro. La importancia radica en asumir una actitud
4
Golde Roger A., Mudding Throuh: The Art of Properly Unbusiness like Managment, Amacom, 1979
5
Ackoff, Rusell L., El arte de resolver problemas, Las fábulas de Ackoff, Limusa, Grupo Noriega Editores, 1993
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
flexible frente a la toma de decisiones de forma tal de poder modificar el estilo en función a la
naturaleza de la decisión y al contexto dentro del cual se toma y se ejecuta.
Decidir cómo decidir es una etapa vital, pero a menudo olvidada del proceso de toma de decisiones. La
alternativa que cada decisor escoja repercutirá en:
o La cantidad y la calidad de la información sobre la cual deberá basarse la decisión
o El grado de aceptación de la decisión por parte del resto de los integrantes de la organización
o El grado de comprensión y compromiso de los participantes en la ejecución de la misma
o La rapidez con que debe tomarse una decisión.
Podemos establecer una triple categorización de los tipos de decisión a que nos podemos enfrentar en
cualquier organización. De esta forma, podremos clasificar las decisiones:
• Decisiones programadas: todas aquellas que se corresponden con problemas estructurados y en que,
por lo tanto, es posible desarrollar una solución programada con anterioridad de aplicación genérica en
problemas similares (algo semejante a lo que pretenden hacer los planteamientos burocráticos y
mecanicistas de la organización).
• Decisiones no programadas: relativas a problemas no estructurados (por su dificultad intrínseca o por
la infrecuencia o novedad de este tipo de problemas), por lo que no es posible adoptar una solución
estandarizada y establecida previamente (lo que se conoce como programa de acción).
• Decisiones proactivas, dirigidas a la solución de problemas aún no existentes pero que se anticipa su
posible presencia en un futuro más o menos próximo.
• Decisiones reactivas, es decir, decisiones adoptadas ante problemas ya existentes y que, por lo tanto,
precisan de una solución más o menos urgente.
• Decisiones sistemáticas: aquellas en que el decisor adopta una secuencia estandarizada, en alguna
medida, de pasos y en la que el decisor se somete a unos principios básicos de racionalidad y
objetividad.
• Decisiones intuitivas: decisiones en que el decisor se deja guiar por su intuición y opta por
una alternativa determinada según sus preferencias personales, buen criterio, apetencias e
inquietudes, etcétera.
81
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
• Decisiones tácticas: son todas aquellas decisiones que se refieren a subconjuntos parciales
o locales dentro de un conjunto total, sobre períodos intermedios. Este tipo de decisiones afecta
sólo algunas partes del sistema con un mediano horizonte futuro. Lo táctico es un medio para la
realización de lo estratégico, y como tal puede llegar a influir en lo estratégico.
Racionalidad
Cuando una persona se enfrenta a una decisión, no sólo debe de comprender la situación que se
presenta, sino que debe tener la capacidad para analizar, evaluar, reunir alternativas, considerar las
variables, es decir, aplicar estas técnicas para encontrar soluciones razonables con riesgos aceptables.
Hablamos de una racionalidad objetiva; es decir, una racionalidad casi omnisciente ya que considera
todas las alternativas, predice todas las consecuencias y compara y evalúa todas las satisfacciones que
se derivan de las consecuencias.
Sin embargo, tal como afirma Herbert Simon, los estudios empíricos demuestran que el proceso de
decisión no se produce así. Esta racionalidad objetiva es muy difícil de alcanzar. Las personas no
pueden conocer todas las alternativas, no pueden predecir todas las consecuencias y normalmente no
pueden evaluar perfectamente todas las consecuencias. “Es imposible para un sólo individuo alcanzar
cualquier grado de racionalidad.
El número de alternativas es tan grande, la información que tendría que analizar para evaluarla es tan
amplia, que algún tipo de aproximación a la racionalidad objetiva es muy difícil de concebir”.6 Por ello,
hablamos de racionalidad limitada debido a la falta de información, tiempo o de la capacidad para
analizar a la luz de las metas buscadas; metas confusas; la tendencia humana a no correr riesgos al
tomar una decisión. A través de la racionalidad limitada, Herbert Simon enfatiza las limitaciones
cognitivas del decisor racional, su capacidad de información y de cálculo, como causa de desviaciones
en la decisión objetivamente racional.
6
Simon, H. A., Administrative Behaviour, Mcmillan Publising, New York, 1976
82
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Esta jerarquización nos permite relacionar un objetivo de un determinado nivel con otro de un nivel
superior. De esta manera se amplía la visión y se tiende a que la toma de decisiones contribuya al logro
de los objetivos fundamentales de la organización.
Racionalidad administrativa
Implica la utilización de técnicas que facilitan la aplicación del trabajo organizado, la selección y
determinación de los cursos de acción más adecuados en la comunicación de las personas.
Influencia organizacional
La facultad que tienen los participantes de decidir independientemente sobre ciertos asuntos es
sustituida por la organización, pues ella es quien establece la división de tareas, los estándares de
desempeño, los sistemas de autoridad, el entrenamiento y el adoctrinamiento. La influencia de la
organización se realiza a través de los siguientes medios: la autoridad, la comunicación, la eficiencia y
la identificación o lealtad organizativa.
La dirección tendrá entonces que controlar el proceso de decisión de los empleados llevando a cabo lo
que Simon llama una jerarquización vertical, detallando los procesos de decisión con dos técnicas: la
planificación y el control
Percepción selectiva
Las decisiones no pueden tomarse en el vacío, sino que han de ser tomadas sobre algún tipo de material.
Básicamente proviene de dos fuentes: externa y de nuestra memoria.
Los individuos reciben estímulos mediante las sensaciones, es decir, flujos de información a través de cada
uno de sus cinco sentidos; pero no todo lo que se siente es percibido, sino que hay un proceso perceptivo
mediante el cual el individuo selecciona, organiza e interpreta los estímulos, con el fin de adaptarlos
mejor a sus niveles de comprensión. Los individuos perciben sólo una pequeña porción de los estímulos a
los cuales están expuestos.
Cuando la percepción se recibe de acuerdo con nuestros intereses, se denomina percepción selectiva. La
percepción selectiva se refiere al hecho de que el sujeto percibe aquellos mensajes a que está expuesto
según sus actitudes, intereses, escala de valores y necesidades. Es decir, se opera un auténtico
procesamiento de la información por parte del sujeto, mediante el cual el mensaje despierta en el individuo
toda una serie de juicios de valor que se traducen en reacciones de muy distinto signo.
83
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Por esta razón, se puede decir que el individuo participa directamente en lo que experimenta. Esta
intervención no se limita a una simple adaptación, sino que se acompaña de una selección efectuada entre
los estímulos propuestos.
• Antes de tomar una decisión, examine todas las posibilidades; de forma tal de limitar las
metas para que sean más claras. La toma de decisiones se basa tanto en datos objetivos como en
valores subyacentes. Existe la tendencia de pasar por alto el efecto de fenómenos unitariamente
intrascendentes pero que pueden ser relevantes en su conjunto.
• Los resultados serán mejores si las personas participan en el proceso . Si bien la
responsabilidad de la toma de decisiones recae en una persona, hay ocasiones en que debe
aprovecharse la ventaja de contar con un grupo para tomar determinadas decisiones.
• La participación facilita la discusión y una aceptación más participativa . Asimismo, alentar
al equipo a participar en la confección del plan garantiza que el proceso decisorio gane legitimidad.
La participación favorece la capacitación y la motivación de forma tal que se amplía el aporte
potencial de cada uno de los integrantes. A la vez, esta interacción estimula la sinergia y lleva a
desarrollar una motivación favorable y un compromiso de colaboración efectivo a partir de la
combinación de las aptitudes y de la confianza en la capacidad del otro.
• La mayoría de las decisiones tomadas dentro de una organización tendrán consecuencias
para el personal, de allí la importancia de la comunicación de la decisión. Ésta consiste en una
comunicación eficaz; es decir, una comunicación clara y orientada a provocar una acción. Se debe
brindar la información pertinente y explicar los motivos de la misma a las personas afectadas,
motivándolas en el camino de la implementación efectiva.
• Siempre debe sopesar el impacto de las decisiones en sus colegas . Su decisión seguramente
afectará a otros actores. Antes de tomarla, involúcrelos; su decisión será aún más fácil de
implementar si previamente ha sido comunicada.
• Aúne la razón y la intuición a la hora de tomar una decisión . La toma de decisiones basada en
la intuición se caracteriza por el uso de corazonadas que lleva a una persona a escoger; todas
aquellas preferencias e influencias desempeñan un papel importante en el proceso.
• Lograr un equilibrio entre lo racional -ser razonable y prudente-, y lo intuitivo, es una regla
de decisión ya que permite poner en juego el poder creador al decidir.
• Considerar a la intuición como real permite analizar ciertas acciones posibles que están fuera de
nuestro modelo mental.
• Compruebe las predicciones con su intención y su experiencia . El hombre no vive en forma
racional y objetiva; no se puede subestimar el poder que tiene aquello en lo que uno cree. Las
creencias determinan lo que cada persona hace, quiere y sabe; por ello es fundamental revisar las
creencias e ideas sobre el futuro.
• Al tomar una decisión, considere todos los resultados posibles . Evite las decisiones basadas
en factores azaroso y apresurarse al decidir sólo porque otros lo esperan. Tómese tiempo para
desarrollar los criterios en que basará su decisión.
• Debe estar preparado para afrontar lo inesperado. El ambiente natural es de incertidumbre y
esta última influye en el proceso de toma de decisiones. Debemos aceptar que el futuro es
demasiado impredecible, por lo tanto, es conveniente adoptar una postura flexible que nos permita
planear y mantenernos alerta para cambiar de planes.
La toma de decisiones es una de las partes más importantes del proceso gerencial. En realidad, la
capacidad de hacer elecciones inteligentes es una habilidad fundamental en la vida. ¿Pero cómo
84
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
asegurarse de que las decisiones que tomamos son efectivas? Hammond, Keeney y Raiffa8 en su libro
Decisiones Inteligentes definieron la principal característica de las decisiones efectivas:
El proceso de toma de decisiones puede resultar errado si no prestamos atención a los posibles efectos
secundarios y las repercusiones a largo plazo, si aplicamos medidas correctivas con demasiada agresividad o
timidez, o si pasamos por alto premisas que deberíamos considerar9.
Las personas que toman decisiones deben aprender a usar la percepción lateral y la visión a largo plazo para
sacar el máximo provecho de su éxito.
4.9 SEGUNDA LECTURA: DECISIONES: UNIVERSO, HECHOS, ÉTICA24
Todo proceso de decisión implica el conocimiento del universo sobre el cual el decisor actúa. Este se proyecta
en una cierta forma de modelo descriptivo sobre el cual intenta modificar de alguna forma el
comportamiento futuro del mismo.
En cada una de las decisiones cotidianas, el hombre intenta modificar el universo; de forma tal que adopte
otro estado diferente a la situación actual; o bien, manteniendo inalteradas las condiciones de la situación
futura, preservándola de perturbaciones. Nos referimos a las decisiones adaptativas a través de las cuales el
decisor se adecua al conjunto de variables que están bajo su control frente a los sucesos incontrolables. En
segundo lugar, existen las llamadas decisiones de diseño que implican modificar los acontecimientos que
entorpecen el logro de los objetivos preestablecidos, dado que si el hombre no interviniera el simple
transcurso del tiempo haría que el universo no alcanzará jamás el estado deseado.
En ambos casos, el decisor desea un estado distinto por lo que se ve impulsado a intervenir, a modificar el
simple fluir de los acontecimientos, es decir a ejercer influencia sobre su universo. La decisión es la esencia
de la influencia que implica intervenir en el universo. La influencia es por lo tanto, el proceso por el cual una
persona modifica la conducta prevista de otra persona o del universo, teniendo en cuenta todos los
elementos que él abarca. Esta modificación consiste en cambiar la probabilidad de la conducta prevista del
universo.
Entendemos por universo a todo lo que compone el mundo del decisor; es decir, la realidad fuera del sujeto,
el estado de las cosas, su entorno, las circunstancias. Al hablar de universo nos referimos a una
representación, a una abstracción del universo aceptado como real por el decisor. Toda representación del
universo es siempre una construcción mental basada en ciertos criterios de selección y asociación.
Algunos autores lo definen como un insumo a la toma de decisiones y, por otra parte, como objeto en el
sentido que el proceso decisorio tiende a la modificación del universo para satisfacer los fines del
8
Hammond, J. S., Keeney R. L., Raiffa H., Smart Choices”, Harvard Business Press, 1999
9
Dörner, D., The Logic of Failure, Metropolitan Books, 1996
24
Extraído de: GROSSO, F. y otros (2005): Claves para el Desarrollo de la Empresa. Cap. 13. Ediciones
Universidad Abierta Interamericana. Buenos Aires
85
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responsable del proceso. Por ello, se afirma que el único universo válido para la toma de decisiones es el
percibido por el decisor y que ambos son uno sólo.
Como hemos mencionado el decisor decide para intervenir en el universo, es decir procesa el universo
correspondiente a una situación de decisión imponiendo sobre el mismo cierto grado de coherencia y
reflexión para que esa imagen del mundo sea procesable, completa y viable dentro de sus posibles
limitaciones.
El contenido del universo25 procesado por el responsable de la toma de decisiones depende de:
El Decisor
La particular visión del mundo por parte del decisor depende de sus preferencias, preocupaciones,
pautas culturales, personalidad, sentimientos. Cada persona tiene su propia elaboración del mundo.
Frente a una misma porción de la realidad, cada decisor tiene su propia, legítima y única visión de la
misma; por ello se afirma que existen tantos universos como decisores.
El Tiempo
Aquellos factores que influyen sobre las preferencias del decisor son cambiantes; cada instante de
tiempo se encuentra asociado a un conjunto de valores correspondientes a cada variable distinguida
por el decisor –el conjunto de valores potenciales contiene: valores posibles, valores establecidos de
acuerdo con el criterio del decisor y asociados cierta propensión a suceder. Una variable existente en
un momento determinado puede desaparecer o ser reemplazada por nuevas. Las modificaciones
surgen a partir de la naturaleza de las variables, pero no del tiempo.
El tiempo constituye un aspecto fundamental del universo. El tiempo surge como medida de
duración de los elementos del universo y, fundamentalmente, del hombre. Por ello existen tantos
universos como instantes de decisión. La dimensión temporal es inherente a cualquier sistema físico
al cual se aplica la decisión; todo sistema debe ser enunciado en función de un momento
determinado.
La Información
Entendemos por información a aquellos conocimientos que el decisor posee acerca del universo en
un momento determinado. Ante una modificación de la misma se produce una modificación del
universo.
El universo es siempre relativo a estos tres factores, por consiguiente, el universo y sus elementos
deben definirse en función del contenido; en relación a un decisor dado, en un momento
determinado y a un nivel de información en un momento definido.
En la situación decisión, el hombre que se enfrenta a este tipo de preocupación debe analizar desde
el presente cuál es el mejor camino a tomar antes de emprender la marcha; el futuro se imagina y
constituye un fenómeno presente. El futuro como tal no existe, sólo existe como expectativa, como
imagen del presente. Hoy manipulamos estimaciones presentes acerca del futuro comportamiento
del universo. El decisor escoge en base a un universo futuro percibido; la decisión se toma en base a
fantasías, deseos, expectativas, que no son futuro.
El estado del universo en un momento determinado es el conjunto de valores exhibidos por sus
variables en ese momento. El estado es el comportamiento del universo en un momento
determinado; es decir, la sucesión de estados que éste asume a través del tiempo. Todo universo
tiene la capacidad de asumir varios comportamientos alternativos de los cuales solo será el
definitivamente adoptado.
Actos y Eventos
En un universo determinado, una variable exhibe en un momento determinado un valor
determinado, al momento siguiente exhibe otro; es decir se produce una transformación cualquiera
sea la forma, el aspecto, la naturaleza que pueda adoptar en el mundo percibido. El decisor
interviene en su universo percibido actuando sobre el mismo con el propósito de producir un
cambio. De acuerdo con esta acción, podemos clasificar a estas transformaciones en actos y eventos.
La toma de decisiones es una teoría de los actos. La decisión es un acto dado que exige un proceso
previo de reflexión al ponderar cada una de las alternativas y al incluir un análisis anticipado de los
problemas de implementación que puedan afectar la decisión.
Toda decisión es un acto, pero no siempre es una acción. La decisión como tal consiste en un acto
simbólico, un acto de imaginación; sólo percibimos las consecuencias de la misma. La decisión puede
desencadenar o no en una acción. En consecuencia, no todo acto es una acción.
Los eventos pueden clasificarse en eventos dirigidos y eventos naturales. Los dirigidos con aquellos
sucesos deliberados de otro decisor dirigidos hacia el decisor; mientras que los eventos naturales
incluyen a todos los demás sucesos, incluyendo los hechos naturales y los sucesos que no están
específicamente dirigidos hacia el responsable de decisión.
Hechos y Valores
Todos los hombres llevan a cabo valoraciones continuamente; permanentemente juzgamos los
acontecimientos, las cosas, la información para poder decidir y actuar. Los valores motivan y definen
87
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las decisiones de las personas “desde dentro” de ellas mismas 26 . Lo que implica una cierta
consistencia, arraigo o permanencia más allá de las meras valoraciones ocasionales. Las valoraciones
concretas pueden ser consecuencia de los valores, o de meras preferencias.
Los valores tienen una dimensión subjetiva porque no hay valores sin alguien que valore. Esa
dimensión no agota el contenido de los valores, que hacen referencia a realidades que merecen ser
valoradas porque son buenas. Los valores se explicitan en las decisiones en la medida en que existen
en las personas. Esto vale para todas las decisiones, pero especialmente para las difíciles, porque es
entonces cuando se ponen de manifiesto los valores que posee el decisor. Son las personas las que
deciden actuar de acuerdo con ciertos valores.
Los valores son cambiantes y su jerarquía puede cambiar también; esto sucede cuando se modifica
el paradigma teórico del sujeto, cuando aparecen problemas o nuevas circunstancias.
La diversidad de valores viene complicada por la diversidad de hechos. Antonio Argadoña utiliza la
palabra hechos al referirse a todo aquello que, en la toma de decisiones, no pertenece al ámbito de
valores, como las relaciones económicas, las restricciones tecnológicas, las leyes, normas e
instituciones sociales, etc. Afirma que nuestra observación de los valores no suele ser directa, sino a
través de las decisiones. Y en esas decisiones se combinan valores y otras realidades, a las que llama
“hechos”.
Los valores deben buscarse en las conductas, porque son ellos los que guían nuestras acciones. A su
vez, los valores tienen una dimensión objetiva, que debemos tratar de encontrar siempre. Quedarse
en la subjetividad de los valores hace inútil el diálogo.
Tanto las declaraciones sobre los valores como las acciones que se derivan de ellos se mezclan con
los hechos Y hay que separar unos de otros, para que el diálogo sea fructífero. Cuando el debate se
centra en el contenido de los valores, en los aprendizajes que generan, en las acciones que se derivan
de los mismos y en sus consecuencias, es posible la comunicación efectiva incluso con aquellos que
no participan del mismo paradigma.
Herbert Simon sustituye el modelo racional a través de otro modelo que describe cómo se toman las
decisiones teniendo en cuenta la racionalidad limitada, profundizando las incógnitas de la psicología
cognitiva.
Según esta teoría, el hombre decide dentro de lo que Simon llama ambiente psicológico aceptando
premisas que limitan su ambiente y simplifican sus posibilidades de elección. El ambiente psicológico es
determinado por las necesidades y metas del responsable de decisión, como así también por su sistema de
percepción.
Simon define dos ideas que niegan la libertad y la capacidad humana de proponerse fines. En primer lugar,
describe el estímulo externo como iniciador del proceso de decisión, y en segundo lugar, describe el
modelo de decisión humano cual estímulo-respuesta de ensayo y error. El determinismo de Simon se
recoge con la frase “dos personas dadas las mismas posibles alternativas, los mismos valores, el mismo tipo
de conocimiento, tan sólo puede alcanzar racionalmente la misma decisión”27. Herbert Simon determina el
comportamiento humano en base al estado interno y el ambiente exterior; determinando el
comportamiento en la acción como así también los futuros deseados por el decisor.
26
Antonio Argandoña. Revista Empresa y Humanismo, Noviembre 2000
27
Herbert Simon, Administrative Behaviour, The Free Press, 4ª Edición, 1997
88
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Simon compara al hombre como un sistema que procesa de información en un ambiente tratando de
conseguir ciertos objetivos: “nosotros queremos saber cómo este sistema de proceso de información
llamado hombre, trata con la complejidad, con su capacidad de proceso de información para buscar
alternativas, para calcular consecuencias, para resolver incertidumbres, y si algunas veces –no siempre-
encontrar maneras de encontrar cursos de acción, que sean suficientes para satisfacerlo”. El
comportamiento estaría determinado por elementos irracionales que por los racionales. “Dentro de la
racionalidad, el comportamiento se supone que es perfectamente adaptable y flexible a las habilidades,
objetivos y conocimiento. En su lugar el comportamiento es determinado más por aquellos elementos
irracionales o no racionales que están en el límite del área de la racionalidad”.
En contrapartida, Aristóteles profundiza y amplia con un mayor número de elementos, la emoción, los
efectos y los motivos, en definitiva, todo lo que interviene en el proceso de decisión. Tiene en cuenta los
fines y el papel tan importante que juegan en la determinación de la conducta, ya que los fines no vienen
dados, sino que hay que descubrirlos siendo necesario la razón, la prudencia, para hallarlos. Además, la
teoría aristotélica en un intento de realismo intenta descifrar las contrariedades de la acción humana y por
tanto de la decisión apuntando a la discusión sobre los bienes del hombre.
Herbert Simon construye una visión acerca del hombre con una base cerebral, sin libertad, movido por el
estímulo externo y limitado por su poca capacidad de atención cierra el paso también a un ámbito de la
trascendencia, a un ámbito del porqué hacen las cosas, del sentido de la vida. Los procesos de decisión de
los individuos son, pues, manipulables y la dirección se encarga, entre otras cosas, de conseguir que
alcancen los objetivos de la organización y de resolver conflictos.
Aristóteles subraya la importancia del tipo relación existente entre los deseos y la razón en el actuar
práctico; destacando la relación que tienen las pasiones con la razón. Acentúa el carácter dinámico entre la
emoción y la razón en el momento de la determinación de la conducta. Es decir, las partes irracionales no
suponen una determinación sobre los aspectos racionales del hombre, sino que existe cierta
interdependencia en un doble sentido; de la razón a lo irracional, y de lo irracional a lo racional. La libertad
supone, en términos de Simon, que el modelo estímulo-respuesta está roto; no hay, pues, ningún estímulo,
o ningún tipo de atención, que nos determine la respuesta o el carácter ni, por otro lado, tampoco ninguna
razón que nos determine a actuar. En cambio, la libertad es un presupuesto básico en Aristóteles.
Sin embargo, la intervención de estos elementos irracionales del hombre sobre los racionales en los juicios
prácticos puede ser poderosa. Esto es así, por el carácter especial de los juicios prácticos: “porque el placer
y el dolor no destruyen ni perturban ninguna clase de juicio, por ejemplo, el de los ángulos de un triángulo
valen o no dos ángulos rectos, sino los prácticos, que se refiere a la actuación. En efecto, los principios de la
acción son los fines por lo cuáles se obra; pero el hombre corrompido por el placer y el dolor pierde la
percepción clara del principio, y ya no ve la necesidad de elegirlo todo y hacerlo todo con vistas a tal fin o
por tal causa: el vicio destruye el principio”28 . Muchas veces, el hombre puede ver lo que tiene que hacer,
con ayuda de esta racionalidad práctica, pero al final no sigue los dictados de ésta. Esto es precisamente lo
que le pasa al hombre incontinente que conoce lo que tendría que hacer pero que, sin embargo, no lo hace.
La causa de esta desobediencia de la razón, del problema de la incontinencia, Aristóteles la sitúa en la falta
de educación de las tendencias, de nuestras disposiciones irracionales, en la falta, pues, de virtudes. Esto
supone que las pasiones, estímulos o los placeres no determinan nuestra conducta, sino que, según
Aristóteles, con el adecuado ejercicio de la razón práctica y la intervención de la voluntad podemos no
seguir una tendencia o un impulso determinado.
La elección en Aristóteles es, pues, un deseo deliberado: “Y como el objeto de la elección es algo que está
en nuestro poder y es deliberadamente deseado, la elección será también un deseo deliberado de cosas a
28
Aristóteles, Ética a Nicómaco, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 1999.
89
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
nuestro alcance, porque cuando decidimos después de deliberar, deseamos de acuerdo con la
deliberación”. Incluyen pues, una parte irracional, un deseo, en el que intervienen las tendencias, y una
racional, una deliberación29.
29
Elisabet Garriga Cots, Departamento de Ética Empresarial, IESE – Universidad de Navarra
90
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
El Hombre y la Decisión
En la vida de todo ser humano existe un momento de la acción humana que arranca al hombre de
la naturaleza como un todo y lo sitúa en contraposición con ella. Este momento esencialmente
humano es la decisión. Cada persona decide desde sí qué hacer en relación a los diversos objetos de
la realidad.
Para algunos, el decidir es tan difícil que simplemente deciden “no decidir”, reduciendo este
momento al acatamiento de determinado tipo de sumisión a otra persona que asume la
responsabilidad y escoge. El mismo acto de la decisión humana revela nuestra libertad de elección.
La conciencia de esta libertad nos acompaña inevitablemente en el proceso de tomar una decisión.
Existe cierta tendencia a considerar el conocimiento de modo unívoco al poseer modelos acabados
de conocimiento proyectándolos en nuestras vidas e imponiéndolos en el momento de decidir. Sin
embargo, el conocimiento involucrado en la toma de decisiones no posee un objeto claramente
constituido. El conocimiento debe expresarse en correlación con el contexto de las decisiones
individuales y en el proceso de decidir siendo conscientes de nuestra libertad de opción.
El filósofo alemán Martin Heidegger sostenía que los seres humanos se hallan solos en el Universo y
tienen que adoptar y asumir sus decisiones éticas en la conciencia constante de la muerte.
El significado de la ética es difícil de establecer dado que las personas poseen diferentes visiones
acerca de su significado. Hay quienes la relacionan con sus sensaciones acerca de lo que correcto o
incorrecto; otros vinculan la ética con la ley o con la creencia religiosa, así como con los estándares
de comportamiento que nuestra sociedad acepta. El ser ético se refiere a estándares basados en
derechos que definen lo que debe hacer el ser humano incluyendo virtudes tales como la honradez,
la compasión y la lealtad.
Herbert Simon distingue dos tipos de proposiciones en el proceso de decisión; las proposiciones
éticas y las proposiciones fácticas. Las proposiciones fácticas31 son aquellas que tienen un contenido
empírico y contrastable; las proposiciones éticas designan un imperativo y son imposibles de
derivar lógicamente al contenido empíricamente observable. Simon afirma que tan sólo las
proposiciones fácticas pueden ser calificadas de correctas o incorrectas mientras que ante las
proposiciones éticas no es posible afirmar si son verdaderas o falsas, correctas o incorrectas.
El motivo de esta distinción es la imposibilidad de que el conocimiento de “lo que es” pueda llegar a
revelarnos el “deber ser”: “Ninguna cantidad acumulada de conocimiento acerca de cómo el
mundo es, puede decirnos como el mundo tiene que ser”32. Herbert Simon afirma que la única
manera de introducir valores es postulando su existencia después de haber pensado como debería
ser el mundo.
30
Heyel, Carl, Enciclopedia de Gestión y Administración de Empresas, Grijalbo, 1984, p. 425
31
Herbert Simon, Administrative Behaviour, The Free Press, 4ª Edición, 1997
32
Herbert Simon, Administrative Behaviour, The Free Press, 4ª Edición, 1997
91
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Esta caracterización de las proposiciones establece un problema en la decisión ya que supone que no es
posible afirmar su corrección. Para ello, Simon recurre al binomio medios-fines para explicar la toma de
decisiones. Por lo tanto, el proceso de decisión comenzará con una proposición ética que será tomada
como un fin. El problema de decisión se situará en elegir los medios adecuados para conseguir este
objetivo. Es decir, la decisión será correcta si los medios elegidos son eficaces. Simon sitúa a la
proposición ética como expresión de las preferencias del decisor. Los valores no serán criterios de
elección en la decisión.
La responsabilidad se halla íntimamente ligada al concepto de libertad, dado que sólo en el caso de que
la persona posea libertad de opción y decisión, sabe hacerse responsable de sus actos. La persona
responsable es aquella capaz de una actuación moral y que se enfrenta a una instancia legitimada para
el cuestionamiento ante la cual debe justificarse en lo que se refiere a las acciones, consecuencias y
efectos secundarios. Para que una persona pueda ser juzgada como responsable de un acto ésta debe
conocer las circunstancias y consecuencias de su acción y debe actuar libremente.
Tomar decisiones éticas puede ser difícil. Tomamos decisiones en un contexto plagado de presiones, que
en ciertos casos inciden en nuestras pautas morales. La toma de decisión ética requiere más que una
creencia en la importancia de la ética, requiere de sensibilidad ética en referencia a las implicancias de
las alternativas, la capacidad de evaluar hechos complejos y la habilidad para ejecutar decisiones con
eficacia.
Las características de la vida contemporánea muestran al hombre en una actitud más angustiosa; pero
sus decisiones son más auténticas porque su elección se produce a partir de la reflexión, teniendo a su
alcance más elementos de juicio, pudiendo comprender el carácter falsamente moral de algunos
preceptos. Por lo tanto, la existencia de varios códigos morales es algo positivo dado que se amplía el
campo de elección. El hombre es libre de escoger entre diversas formas de vida, orientar su conducta de
acuerdo a las distintas normas.
La conciencia moral aprueba o condena nuestros actos . Existen dos modalidades de conciencia
moral: la anterior y la posterior. La anterior reflexiona y valora la bondad o maldad de un acto. Ejecuta
dos funciones: aplicar una norma moral a las situaciones concretas que se presentan; y toma la decisión
que considerada adecuada una vez analizada la situación y la norma moral. La conciencia moral
posterior consiste en el juicio que emite la conciencia sobre los actos ya realizados.
La ética refiere a los principios que definen el comportamiento como bueno y apropiado. Tales
principios proporcionan medios de evaluación y de decisión entre las alternativas existentes.
Una decisión ética genera confianza, demuestra el respeto, la responsabilidad y la imparcialidad. Una
decisión es considerada eficaz cuando logra alcanzar el propósito deseado. La clave para tomar
decisiones eficaces es pensar en términos de nuestra capacidad para lograr las metas más importantes.
1) Discernimiento
Requiere conocimiento y juicio crítico. Se utiliza el término juicio para referirnos a la habilidad de
evaluar información de forma inteligente. Está constituido por el sentido común, la madurez, la
habilidad de razonamiento y la experiencia del tomador de decisiones.
El buen juicio se demuestra a través de ciertas habilidades para percibir información importante,
sopesar su importancia y evaluarla.
92
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
2) Disciplina
Las buenas decisiones requieren de disciplina, la fuerza del carácter para tomar decisiones encarar
acciones necesarias pero desagradables desde el punto de vista personal.
La virtud
El concepto de virtud está referido a las disposiciones espirituales del decisor que estimulan su
estructura de decisión, de forma tal de cumplir con su finalidad.
La ética de las virtudes es más que un mandato moral. El uso de virtudes demanda voluntad, pero
también uso de la razón dado que ante cada alternativa debemos evaluar lo bueno y discernir aquello
que es adecuado a la situación concreta y a las personas involucradas. Una acción es moralmente buena
cuando se lleva a cabo con convicción de conciencia, y equivale a principios y normas morales. Pero
también debe ser moralmente correcta, es decir, corresponder a lo que demanda la situación concreta.
Para ello, el decisor debe dedicar atención a las personas y relaciones involucradas en la situación, así
como as las consecuencias de las acciones posibles, ponderando todos estos elementos en forma
sensata y racional.
La sensatez
La sensatez es la medida de todas las virtudes, dado que une el reconocimiento con la voluntad.
Lo bueno no se debe buscar en un mundo alejado de la realidad. Bueno es aquello que es adecuado a la
realidad, y por ello debe ser reconocido en la estructura de esa realidad y en su concreción. Precisamente
porque ésta no es una fácil tarea, el decisor necesita de la prudencia; es decir requiere conciencia de la
situación centrando su labor en encontrar una forma racional de escoger un curso de acción manejando
los inconvenientes e implementando las acciones pertinentes.
Tomás de Aquino decía que la realidad en que nosotros nos movemos es muy variada, y los caminos para
alcanzar metas son variados; ellos no están dado, sino que deben ser buscados. La labor del decisor no se
restringe al reconocimiento de la oportunidad de decisión sino a la conciencia de la situación; es decir, el
decisor debe orientarse por principios éticos, entender hechos complejos e influir sobre ellos y
comprender aquellas situaciones difíciles, evaluando y controlando.
La conciencia
Sería absurdo negar la ausencia de cierta cuota de inseguridad en el momento de decidir. En su
conciencia, el hombre está consigo mismo; ella pronuncia una voz que tiene mayor rango que las ideas de
otras personas. Esto nos indica una unión entre la lealtad para con la propia conciencia y la búsqueda en
común de la verdad. La conciencia sobrepasa las obligaciones hacia el exterior, pero no hacia el entorno,
ni exime de nuestro comportamiento moral.
93
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Un juicio moral se formula en términos de lo bueno y lo malo, y orienta la acción con ayuda de
principios generales. Una decisión es tomada en relación al éxito posible, y se orienta a las
circunstancias de la situación. Pero un juicio moral debe ser no sólo bueno, sino también correcto, es
decir adecuado para la situación. La decisión debe calificar las posibilidades de éxito con orientación
al sentido moral de la acción.
Libertad y Voluntad
Una persona libre es autónoma, y de este modo su conducta es ejemplo de integridad, capacidad de
cumplir regularmente su deber. La libertad se da en nosotros como la capacidad de auto-determinación
tanto para la acción como para la inacción. En el momento de escoger, el decisor es consciente de ello. El
ámbito de las decisiones constituye aquel ámbito único en el cual el ser humano se edifica a sí mismo y
por medio de ello trasciende.
Nuestra libertad de acción, llamada libre albedrío, se refiere solamente a las decisiones internas formadas
directamente dentro de nosotros.
La libertad aparece bajo la forma de la llamada libertad de elección y libertad de acción. En virtud de la
primera, la voluntad no está necesariamente determinada al deseo de precisamente este objeto más que
otro. Por otra parte, en virtud de la libertad de acción, podemos ejecutar, o no, los actos mismos de
querer algo. Y así, en virtud de una y otra libertad, podemos elegir entre un objeto u otro, e incluso en
relación al mismo objeto.
En otro orden, el ser humano efectúa elecciones, utilizando aquellas fuentes psíquicas de acción que son
propias de un ser humano –intelecto y voluntad-. Esto no significa que otras potencias no jueguen aquí un
rol; los actos del intelecto y de la voluntad presuponen todo del material de la vida pre-psíquica. Sin
embargo, nos estaríamos limitando intencionalmente al análisis de sólo aquellos elementos de la libre
elección que determinan esencialmente la libertad de la decisión humana. Esto no significa que la
conciencia de la libertad experimentada en las decisiones sea conciencia de la libertad absoluta; por el
contrario, es conciencia de una libertad muy limitada.
Un acto humano tiene dos rangos característicos: es consciente, y se ejecuta con un sentido de mayor o
menor libertad. Es, por consiguiente, un acto que une al intelecto y la voluntad como los factores
esenciales, pero de ningún modo únicos, del aspecto humano de nuestra decisión.
Por consiguiente, el drama de la experiencia moral de un ser humano –de la libre elección- se da no en la
fase teórica del mero acto general intentado, sino precisamente en el momento de tomar una decisión, es
decir, en el momento en que la persona resuelve ejecutar o no algún acto, ya sea éste interno o externo.
94
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
de precisamente este y no otro bien. La persona debe determinarse a sí misma, por medio de un juicio
práctico y a la acción más que a la inacción.
Por consiguiente, la libertad de acción y de elección forma parte de la misma estructura de la acción
humana y la anulación de esta libertad constituye también la anulación de las condiciones necesarias y
suficientes para la acción humana.
Las opiniones de las personas involucradas en el proceso. Discuta la decisión con tantas
En este aspecto sea imaginativo y comprensivo, teniendo en cuenta los valores compartidos que
están en juego en el proceso de decisión. Dado que no puede valorarse todas las consecuencias de
una acción, la estimación de los riesgos es propio de una persona responsable.
Elección de la acción que producirá las ventajas más beneficiosas y el daño menor. Una elección
irreflexiva no podrá conducir a valores significativos.
Las instituciones no son lineales, las personas son todas diferentes entre sí. Tomar decisiones
implica el conocimiento de la realidad que nos circunda, donde el accionar depende del objetivo
perseguido siendo comprometido y buscando el bien común hacia el grupo, dejando de lado los
objetivos personales.
95
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
ACTIVIDAD
Tienen que ponerse de acuerdo entre todo el grupo para decidir que tres objetos de la lista deciden
llevar.
Analizar el resultado obtenido, las decisiones más difíciles, la forma en que se generó el
debate, los criterios de decisión utilizados, etc.
Cada grupo que elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para la
discusión exponga ante el conjunto del grupo de aprendizaje las conclusiones a las que se
arribaron.
Vean los siguientes videos para movilizar la reflexión y el debate abierto dentro del grupo
sobre los conceptos vertidos en el presente bloque.
https://www.youtube.com/watch?v=2Qoj50iicMI
97
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
https://www.youtube.com/watch?v=ZFgUe7zTzIU
https://www.youtube.com/watch?v=ZxbVps_fjxo
https://www.youtube.com/watch?v=2Qoj50iicMI
98
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
EL TÉCNICO SUPERIOR EN
SEGURIDAD PÚBLICA – OFICIAL DE
POLICÍA COMO GENERADOR DE
EQUIPOS DE TRABAJO
INTRODUCCIÓN
BLOQUE I: La
Formación de
Equipos
BLOQUE II: La
MÓDULO II: El Técnico Motivación
Superior en Seguridad
Liderazgo y conducción
Pública - Oficial de Policía
de equipos como generador de equipos BLOQUE III: La
de trabajo
Comunicación
Eficaz
BLOQUE IV:
Formación de
Líderes
99
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
100
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
BLOQUE I:
LA FORMACIÓN DE EQUIPOS
101
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
ACTIVIDAD
a. Discusión Grupal
El primer paso para comenzar a trabajar en el desarrollo de un equipo de trabajo es poder
hacer un diagnóstico lo más ajustado posible sobre las personas que integran el grupo, sus
intereses, motivaciones y predisposición para trabajar en forma conjunta.
b. Actividad propuesta:
1.Formen grupos de discusión de entre 4 y 6 personas con integrantes del grupo de
aprendizaje y en un tiempo estimado de entre 45 y 60’ debatan sobre las características de
algún grupo sobre el que alguno de los integrantes tenga responsabilidad directa y quiera
aportar como ejemplo.
2.A partir del análisis del caso propuesto haga un diagnóstico en términos de:
Características Observaciones
Lealtad al líder
Sentido de pertenencia
Valores compartidos
3.Cada grupo que elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para
la discusión exponga ante el conjunto del grupo de aprendizaje las conclusiones a las que se
arribaron.
102
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
La actitud cooperativa, aquella que nos guía naturalmente a buscar a otros semejantes para
desarrollar actividades y perseguir objetivos comunes, forma parte de la misma esencia del ser
humano y explica una buena parte de la evolución de la especie, su dominio y prosperidad.
Sin embargo, también anida en el interior de cada individuo un espíritu competitivo que en muchas
ocasiones frustra las intenciones cooperativas frustrando la posibilidad de crecer y obtener mejores
logros.
Es una gran paradoja, pero muchas veces el ambiente social en el que nos movemos y la carga
negativa que el mismo presenta inhibe aquello que debería surgir naturalmente: la confianza, el
esfuerzo mancomunado, el surgimiento de una visión compartida.
Es indispensable que los líderes combatan estas condiciones por las que las personas eluden la
cooperación pues eso forma parte de su labor y debe convertirse en una prioridad central de su
actividad.
Las personas pueden conformar un grupo de trabajo por una decisión organizacional o inclusive en
forma espontánea. De todas maneras, con el correr del tiempo y con mayor o menor nivel de
conflicto el grupo tenderá a evolucionar en la medida que afronten vivencias comunes.
Ese proceso puede acelerarse si aquellos que conducen generan las situaciones que permitan que la
calidad de esa convivencia mejore en forma cotidiana. Sin embargo, tener un grupo maduro,
interdependiente, profesional en su actividad y orientado al cumplimiento de objetivos no es muchas
veces suficiente para obtener un alto desempeño y poder sostenerlo en el tiempo. El objetivo de
todo conductor debe ser poder hacer de sus colaboradores un verdadero equipo.
Un equipo es mucho más que un grupo eficaz: en él, las personas poseen fuertes vínculos
emocionales entre ellas, la tarea se complementa y fluye con naturalidad en un marco de confianza y
alto compromiso.
103
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De ninguna manera debemos pensar que un gran equipo se conformará espontáneamente. Aun
contando con personal altamente capacitado y profesional en su desempeño no será suficiente para
poder extraer el máximo del potencial de las personas que lo integran.
• El trabajo se realiza en forma cooperativa, complementándose las personas en los roles que
cumplen
• Existe un soporte emocional muy fuerte basado en los vínculos que se generan entre las
personas
• Esos vínculos son también el origen de un genuino sentido de pertenencia: las personas
sienten el grupo y la tarea como algo propio y se comprometen en consecuencia.
• Existen fuertes valores compartidos y códigos comunes de comportamiento
• Se ha conformado una verdadera mística que hace que las personas se sientan inspiradas y
movilizadas hacia una mejora continua.
En todas y en cada una de las acciones del líder deben existir hechos concretos tanto hacia los
individuos en forma personal como en conjunto que refuercen estas ideas.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
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33
2.2. LECTURA DEL TEXTO: FORMACIÓN DE EQUIPOS DE TRABAJO
Las personas son el más importante recurso estratégico. El avance tecnológico, la comunicación
en red a través de sistemas en tiempo real, abre nuevos canales y reduce el número de capas de
la organización. Facilita la adquisición de información y resulta, a veces, factor de desarrollo del
conocimiento. Para explotar el avance tecnológico hacen falta aptitudes de participación.
Es preciso cambiar de enfoque, dejar de ver a los gerentes y al personal como herramientas de
gestión. Buscar allí el potencial, desarrollar las capacidades a partir de un marco de libertad, de
dinámicas y estructuras acordes. Encontrar los límites del comportamiento en la atracción
producida por la visión y sostenida por una cultura coherente en lo cotidiano. Para construir esta
sinergia necesaria para competir en el mercado, es condición desarrollar las relaciones de las
partes de la organización y las relaciones de los integrantes acorde al modelo y dinámica de los
equipos de trabajo.
Con Texto de Equipos
Las organizaciones existen para dar respuesta a necesidades que no pueden ser satisfechas de
manera individual o que, en todo caso, resultaría muy poco eficiente hacerlo de esta forma.
Ayudan crear relaciones predecibles ente personas, recursos, tecnología y trabajo.
Desde el punto de vista clásico, las organizaciones se han conformado mediante un diseño que
busca un desempeño eficaz (que logre los objetivos) y eficiente (que lo haga con la menor
cantidad de recursos, tiempos o acciones).
Este diseño esta sostenido en la división del trabajo, del conocimiento y de la información.
Busca lograr la integración de esfuerzos. La articulación de los mismos se realiza mediante
diferentes niveles de autoridad que terminan conformando unidades funcionales, espacios de
trabajo con una finalidad común y un conocimiento común. A través de esta estructura se
realiza la delegación de tareas la cual incluye asignación de deberes, autoridad y
responsabilidad. Esto se ve reflejado en forma habitual en el organigrama, el cual formaliza la
estructura. Hay que sumarle a este diseño, la adaptabilidad al entorno, es decir la posibilidad de
adaptarse a los cambios del mismo.
En este contexto, el modo de organización social más pequeño, con fines productivos, son los
equipos de trabajo.
33
Extraído de: GROSSO, F, GIANI, O y otros (2005): Administración General y Estratégica. Editorial Universidad
Abierta Interamericana. Buenos Aires
106
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
En la formación de equipos dentro de las organizaciones, están por un lado los factores
ambientales (tarea y tecnología) y los factores formales (metas, políticas, procedimientos,
programas, reglas, estructuras de organización, relaciones de autoridad, sistemas de control y
evaluación). La otra parte son las personas que aportan al trabajar diversos problemas y
propósitos personales. No es suficiente con la localización del equipo e instalaciones, con la
asignación de tareas, para que se forma en equipos. Pueden conformarse grupos por amistad o
intereses externos. Esto no es un equipo.
Tener en claro el concepto correcto y conocer la dinámica propia de los equipos, son factores
clave para poder mejorar el desempeño. Sin esta base, todo intento resulta en ensayo y error,
estando los costos a cargo de, por un lado, las personas integrantes y por otro la organización en
sí misma y su futuro. Muchas son las definiciones que alcanzan a los equipos de trabajo, la que
sigue proviene de mi propia experiencia de trabajo.
Un equipo es:
Trabajar junto a otros es diferente de trabajar con otros . Compartir el mismo espacio y el
mismo tiempo no es un indicador de que hemos conformado un equipo de trabajo. Tampoco lo
es el hecho de trabajar en la misma organización. Es necesario que nos hallemos incluidos en
tareas interdependientes. Es necesario que nosotros atravesemos varias etapas hasta aprender
a trabajar con otros. También es necesario esto para que los otros puedan trabajar con
nosotros.
En este tránsito hacia la conformación del equipo los integrantes deberán resolver diferentes
problemas.
Típicamente existen un conjunto de etapas probables por la que transitan la mayoría de los
equipos. Conocerlas puede resultar de utilidad para los integrantes y líderes, de manera tal de
poder anticipar problemas a partir de la comprensión de los fenómenos que más
probablemente ocurran.
107
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
1. Formación
La primera etapa es la Formación. En esta etapa los integrantes comienzan a conocerse.
Empieza la interacción que permitirá el conocimiento del otro. Cada uno de los integrantes dará
a conocer u ocultará cuestiones personales que hacen la imagen que desee transmitir. Cada uno
de los integrantes hará una evaluación casi sistemática de los otros integrantes. Existe aquí un
incipiente proceso que lleva a la aceptación mutua. Es característico de esta etapa la
incertidumbre respecto de la aceptación, el nivel de desempeño posterior y el grado de
satisfacción que proporcionará el equipo a cada uno de sus integrantes
En este punto creo necesario destacar que los equipos son formaciones artificiales, que es poco
usual elegir con quien se va a trabajar, o al menos no ocurre ello en todos los casos. Es
característica de esa etapa las relaciones de cortesía. Si bien las interacciones están marcadas
por una gran cautela, comienzan a emerger las iniciativas personales en los que respecta a la
interacción.
Si observáramos una película veríamos que las distancias físicas reales son bastante importantes.
Si el grupo estuviera reunido alrededor de una mesa veríamos que más de un participante estaría
reclinado hacia atrás o con los brazos cruzados, en posición defensiva, escrutando el medio. A
medida que avanza el proceso esas distancias se irán acortando.
Los integrantes se preguntan si serán aceptados por los otros. Es característico que, en tanto se
busque mayor aceptación, se ofrezca mayor aceptación a los otros como parte de la transacción.
En este sentido, dentro de este proceso de mutua evaluación, de mutua exposición, se irán
probando comportamientos e identificando los aceptados
Uno de los organizadores más importantes aquí es la confianza. Se construyen un conjunto de
expectativas reciprocas entre lo que cada integrante espera de los otros y lo que los otros
esperan de cada uno. El equipo comienza a existir internamente cuando se construyen (y luego
con el tiempo satisfacen) expectativas respecto del equipo como un todo.
Vale la pena recordar que el equipo, además de ser una configuración social e instrumental para
el logro de fines determinados; también es un medio para satisfacer, en parte, las necesidades de
los integrantes. En la etapa de formación los integrantes del grupo comienzan dirigir su atención
la tarea que se les ha demandado. La evaluación de las competencias del otro se hace, primero,
por el grado se sintonía, de perspectiva común y luego por la relación entre la capacidad y el
desafío planteado. Esta etapa concluye cuando los miembros empiezan a pensar como parte del
equipo
2.Confrontación
3.Normalización
El rasgo más característico de esta etapa es la funcionalidad. Aparece una medida interna de
riesgo asumible. La energía pasa del mutuo conocimiento y aceptación a la tarea. Se ha creado un
interior y un entorno en este proceso y se resguarda al equipo con decisiones y acciones que le
permiten supervivencia, cambio y crecimiento.
5. Disolución
La Disolución es la quinta etapa. Las organizaciones características de este tercer milenio son
eminentemente flexibles o tienden a ello. En este marco los equipos casi nunca son
permanentes, sino que se caracterizan por la temporalidad acotada de su existencia.
109
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
En la jerga habitual se utilizan casi como sinónimos la palabra grupo y la de equipo. Sin
embargo, en la práctica existen diferencias conceptuales y operativas que permiten distinguir
uno de otro.
Hace falta transitar por un proceso que involucre lo conceptual, o sea el modo de nombrar, de
entender y teorizar acerca de las situaciones; lo referencial, es decir la realidad a la que se
refiere, y lo operativo, el modo de hacer que será consecuencia y causa de lo anterior, para
pasar del grupo al equipo.
Para abordar estas diferencias y este pasaje de grupo a equipo, me voy a valer de un conjunto
de elucidaciones producidas en medio de un proceso de cambio dentro de una PyME, por la
gente allí trabajaba.
El primer aspecto que “pusieron sobre la mesa”, fue la necesidad de pasar de un modo de
trabajo, donde solo en ocasiones aparecía el trabajo en equipo, a un modo organizativo
permanente que permitiera desplegar esfuerzos en forma coordinada y sincrónica. Desde el
punto de vista teórico-conceptual se requería la apropiación de un lenguaje y teorías
particulares para denominar y entender los componentes, situaciones y estados. Así mismo se
buscaba internalizar tanto práctica como teoría para poder desplegarla en el momento
adecuado.
A este primer pasaje lo podríamos denominar:
“De la Organización transitoria a la Organización permanente”
110
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Un segundo aspecto estuvo marcado por la necesidad de entender y construir un espacio de trabajo
común. La división de tareas conllevaba de manera implícita, una división de responsabilidades. Esto
operaba sobre el espacio físico real generando lo que el grupo llamó “quintas con alambrados”.
Marcaban así, tanto la división de la tarea como de la territorialidad individual. Cada integrante se
preocupaba por mantener en buen estado su “quinta” y en salir airoso en términos de resultados.
Ese espacio era cuidado y defendido de intromisiones “externas”. Los subproductos generados por
cada integrante eran trasladados y depositados “del otro lado de la cerca”, en el área de otro
responsable. El pasaje hacia el equipo estuvo marcado por la conformación de un espacio común de
trabajo y responsabilidad (físico y simbólico). En este sentido construyeron la noción de
responsabilidad de equipo frente a la tarea total.
De este modo los subproductos eran solo estadios de un producto final. La responsabilidad de los
integrantes paso a estar orientada por la satisfacción de cliente final y del cliente interno. Este
último fue introducido como nuevo concepto de trabajo, entendiéndose al mismo como el
destinatario interno de los productos o servicios que cada uno producía.
111
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
“De las soluciones de compromiso sin compromiso con la solución, al acuerdo, consenso y
compromiso”.
Otro aspecto puesto en discusión, estuvo vinculado al proceso decisorio dentro del grupo. Una
característica propia del grupo era la primacía de los individual por sobre lo colectivo. Las decisiones eran
tomadas de manera individual y con criterios particulares. En algunos casos eran comunes y provenían de la
internalización de la experiencia, pero en ningún caso eran explícitos estos criterios. Además, no estaba
claro cuál era el margen de decisión de cada uno de los integrantes.
En este sentido se trabajó con el grupo la necesidad de establecer cuáles eran las decisiones que debían
pasar por lo individual y cuáles eran las que debían tomarse en forma participativa y colectiva; y cuales le
correspondían a la dirección de la empresa. Este proceso llevo en si mismo un perfil participativo de modo
tal que a lo largo del mismo se había realizado un entrenamiento para decidir en forma participativa.
112
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
La posición crítica, a veces hasta descalificatoria, aumentaba la distancia y ponía obstáculos para la
tarea. El cambio estuvo orientado hacia la aceptación y reconocimiento del otro, con sus
particularidades, pero teniendo en cuenta la mutua necesidad de integrarse para alcanzar los
objetivos. Para trabajar en equipo no es imprescindible caerse bien. Si trabajar juntos, escucharse,
cooperar y evitar reacciones emocionales excesivas. Las mismas habilidades que ayudan a tener un
buen desempeño, ayudan también a proporcionar satisfacción a sus miembros. Fue necesario
reflexionar acerca del contexto, de las actitudes, de la aceptación de las diferencias y poner en claro
malos entendidos operados a nivel comunicacional, para encontrar la perspectiva facilitadora de la
acción. Por otra parte, era necesario construir expectativas positivas más allá de la amistad. Saber
que los otros integrantes estarían allí donde cada uno los necesitara. Estas expectativas debían ser
positivas y reciprocas. Se genera así un contexto de seguridad donde la prioridad es la tarea. De este
modo, las expectativas, operarían como profecías auto cumplidoras positivas, es decir, generarían la
condición de posibilidad para que la integración ocurriera bajo un conjunto esperado/probable de
comportamientos que beneficiarían al equipo.
113
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Dice una voz popular: “el que no sabe es como el que no ve”. Cada persona opera de acuerdo a la
información con la que cuenta. La adquisición de la información depende de la fluidez del proceso
comunicacional. Si este solo ocurre como ocurría en este grupo, de manera accidental, solo se contará
con información parcializada. No existía aquí la conciencia de necesidad de compartir la información. Para
que esto ocurra es menester tomar conciencia de esto y construir el hábito, formal e informalmente. Las
reuniones semanales fueron el ámbito propicio para esta construcción. Poco apoco se desarrolló una red
de comunicación informal que hacía referencia a lo discutido en las reuniones. El contenido de esa
comunicación salió de la experiencia de vida, de las anécdotas de recreación, etc., para pasar a tener un
profundo contenido vinculado al proceso de cambio y la tarea. Posteriormente se crearon espacios y
tiempos más formales, destinados a la puesta en común de información, a la discusión de opciones para
resolver problemas y al proceso de mejora permanente. Cabe destacar que, en los grupos, uno de los
modos de exclusión de los integrantes por falta de vínculo, y en los equipos como modo de sanción a la
trasgresión de normas, es el retaceo de información y el aislamiento de los procesos comunicacionales.
114
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
“Del compromiso solo con uno mismo al compromiso con uno mismo, el equipo y la tarea”.
Desde hacía tiempo los resultados se alcanzaban por las sumatorias de los esfuerzos individuales. No
había sincronía en la tarea desempeñada, tampoco un patrón de comportamiento. El tiempo
presionaba sobre los integrantes para cumplir con los clientes. En muchos casos los recursos llegaban
en forma tardía y el grupo disminuía su nivel de eficiencia. Crecer y desarrollarse estaba
necesariamente condicionado por la planificación. Desde la situación de ese momento no podía
hacerse frente a una demanda de trabajo superior sin colapsar. Cumplir con los clientes había
incluido superar el horario de trabajo previsto, y consiguientemente aumentar los costos. Era la
situación la que controlaba a los integrantes del grupo y no al revés. Necesitaban planificar, y dentro
de los planes, incluir a los actores desde roles preestablecidos. Funcionar orgánicamente y hacer uso
eficiente del tiempo y los recursos. Poner voluntad, pero con un orden y organización
preestablecidos, sin superponerse.
115
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aceptación conformista frente a las situaciones de disenso. Dentro de esta nueva perspectiva, el
disenso cobró carácter positivo y permitió llevar adelante procesos de mejora diversos.
Para funcionar como equipo de alto rendimiento, debían construir un modo de hacer sostenible, una
cultura compartida, que permitiera esa calidad de acción. Escogieron y adoptaron un conjunto de once
cuestiones importantes. Estos “mandamientos fueron el tronco del quehacer cotidiano; y sirvieron,
además para orientar las incorporaciones de nuevos integrantes.
34
Diccionario de Maria Moliner Electrónico
35
Ibidem
116
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
“De la ausencia de reglas o reglas impuestas al respeto por las reglas del juego,
producidas e internalizadas por el equipo”
(contratación, planeación).
Podríamos identificar un conjunto de elementos que permitan acelerar el propio desarrollo de los
equipos. Conocerlos resultaría de suma utilidad para los integrantes y directivos, de modo de operar
como catalizadores del proceso. Entre la lista de factores identificables se encuentran los siguientes:
117
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Quien lidera debe propender hacia la auto organización del equipo a través de la comunicación de la
visión de un futuro que será un estado mejor y diferente del actual. Así los empleados podrán organizar
sus recursos para alcanzar los resultados deseados. Hace falta coordinar los recursos (capital, materias
primas y tecnologías) de manera tal que el equipo pueda alcanzar las metas establecidas. El líder dará
dirección y asignará recursos.
118
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
• Si la organización es mala el equipo trabajará en forma confusa, con falta de motivación, polemizará,
desistirá de la cooperación y estará a la defensiva. Así mismo el líder deberá diseñar sistemas de
información retroalimentados que permitan el avance positivo de la tarea. Evitará ser obstáculo en las
vías de comunicación, la cuales tendrán un flujo orientado a todos los niveles y direcciones. El líder
deberá ocuparse de cubrir las necesidades personales mientras se alcanzan las metas del equipo. La
comprensión de estas necesidades implica tiempo y esfuerzo. Es necesario conocer a los empleados
como personas para saber que los motiva. Hace falta sensibilidad para poder reconocerlas y diseñar
formas que las cubran mientras se alcanzan las metas de la organización. Lo que se espera de cada uno
debe ser comunicado. Así es necesario reconocer y recompensar el buen desempeño y corregir el mal
desempeño si ocurre. Quien lidera debe guiar y motivar el crecimiento personal de cada empleado.
• Objetivos mensurables de orden superior. Los equipos necesitan para vivir contar con
objetivos. Son el origen y finalidad de su existencia. Los objetivos que aborde un equipo tienen
que ser aceptados por el mismo. Se requiere, además, como característica muy importante, el
hecho de que estos sean mensurables, que pueda definirse con claridad cuando se han logrado.
Por otra parte, deben resultar desafiantes para motivar al logro, y ser de creciente complejidad
para desarrollar procesos de aprendizaje en el seno del equipo. Los objetivos pueden ser: nada
exigentes (equipos cómodos), exigentes pero alcanzables con esfuerzo, o dolorosos e imposibles.
Esto desata la ansiedad. Hasta un punto es útil, en demasía paraliza.
• Manejo de los conflictos y las crisis: el modo en que los equipos manejan los conflictos y las
crisis es crítico para su existencia. La posibilidad de percibir la crisis como oportunidad de
cambio, como límite a la repetición es uno de los factores que contribuyen al desarrollo.
Manejar la diferencia, integrando las perspectivas y un enfoque de resolución de conflictos
que se oriente por una estrategia gana-gana es otro factor crucial. Así, altos niveles de
conflicto conducen a altos niveles de desempeño.
• Recursos suficientes: Contar con recursos suficientes hace que el equipo se oriente a la
tarea y enfoque su esfuerzo hacia un alto desempeño, y con miras a la competencia o en la
pelea por los mismos. Retacear recursos es operar sobre la propia motivación del equipo
deteriorando su moral y su desempeño.
• Integración y coordinación. Uno de los modos de pensar una organización es como una gran
estructura compuesta por equipos de trabajo, un edificio de equipos. El grado en que cada
equipo es integrado a la vida de la organización total, y el grado en el que su labor se realiza
en forma coordinada con el resto, marca un sentimiento de pertenencia a un nivel mayor,
presta una significación importante para las contribuciones personales. Significa ser parte de
una empresa “importante, trascendente”. Lo opuesto sería el aislamiento
• Flexibilidad: La capacidad de enfocar los problemas desde diferentes perspectivas para
ofrecer distintas soluciones; la posibilidad de adaptarse a diferentes demandas y contextos
con modelos de pensamiento y comportamiento no rígidos, es otro de los factores esenciales
para el desarrollo
• Capacidad de innovación: Un equipo no solo debe poder proponer ideas novedosas, tiene
que poder pensar en conjunto y crear, sino que debe estar orientado a transformar la
realidad, a innovar efectivamente. Es capacidad de convertir las ideas en realidades, es
orientación a la acción, y es determinante para el crecimiento y el cambio.
• Recompensas de equipo: Un aspecto critico que promueve u obstaculiza el desarrollo del
equipo son las recompensas. Cuando un equipo obtiene resultados, las recompensas deben
ser para el equipo y no para algunos de sus integrantes. De ser así, se destruye la cohesión y
se rompen los lazos de confianza, convirtiendo el propio espacio en un campo de batalla.
119
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
2.2.F. LECTURA DEL TEXTO: LOS 5 PRINCIPIOS ESENCIALES PARA LA FORMACIÓN DE UN GRAN
EQUIPO36 POR FERNANDO GROSSO
Es probable que una de las ideas que más moviliza a las empresas en el presente sea el “trabajo en
equipo”. Al menos, en el marco de nuestra actividad profesional se ha convertido en los últimos tiempos
en una de las cuestiones que más consultas genera por parte de ejecutivos de organizaciones de las más
variadas actividades, tamaños y espacios de acción.
Con una inobjetable buena prensa a favor y enmarcado en un discurso “socialmente aceptable” y hasta
admirado en los ámbitos empresarios y profesionales, la idea de la formación y el desarrollo de equipos
de trabajo parecen convertirse en la nueva panacea del management moderno que paulatinamente va
desterrando la figura del “gerente-estrella” como supremo constructor de destinos de grandeza
competitiva.
Sin embargo, en el marco del entusiasmo que irradian las salas de directorio y los discursos fervorosos
de quienes dicen haberse reencontrado con una renovada esencia de la expansión del capital humano,
la realidad cotidiana (sobre todo aquella que enfrentan mandos medios y gerentes de pequeñas y
medianas empresas) muestra una contracara: en la práctica, la formación de equipos de trabajo
verdaderamente consolidados representa un desafío de difícil resolución.
Más allá de esfuerzos voluntariosos –y otros ni siquiera eso- parecería que forjar un espíritu
auténticamente cooperativo en las operaciones cotidianas termina siendo más una expresión de deseos
que una realidad tangible.
Son muchos los factores que inciden sobre esta realidad, el más claro sin lugar a dudas es la impaciencia
con la que muchos gerentes se movilizan en torno a estos objetivos y los prematuros abandonos que la
tarea de trabajar en el desarrollo del equipo arroja como consecuencia: Formar un gran equipo, no es
tarea de unos días o de estímulos aislados que se generan en los “ratos libres”. Es una actividad de
tiempo completo que debe desarrollarse en forma artesanal durante un largo periodo.
36
GROSSO, F (2007): Los cinco principios para la formación de un gran equipo. Suplemento PYMES, El Cronista
Comercial, 25/10/2007. Buenos Aires
120
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Lamento, en este sentido, la decepción que estas últimas palabras puedan generar en el lector, más si
aún considera que vale la pena hacer el esfuerzo de comenzar a diseñar la arquitectura de un equipo
exitoso (puedo asegurarle que los resultados que obtendrá a partir de un equipo consolidado
compensarán con creces el esfuerzo), quiero proporcionarle algunos principios esenciales que le
permitirán colocar cimientos firmes sobre los que se edificará un verdadero GRAN EQUIPO.
• La asignación de tareas que permitan a las personas poder emplear sus mayores capacidades (dejar
de pensar en términos de las debilidades de cada uno y concentrarse fuertemente en los puntos
fuertes, haciendo sentir a cada individuo en alguien importante a partir de sus condiciones)
• La inspiración de las personas a partir de una mirada de largo plazo que les permita visualizar su
crecimiento y progreso personal (las personas necesitan sentirse protagonistas de una historia
desafiante, no meros actores de reparto de la rutina cotidiana)
• El compromiso cierto de la empresa (encarnado en la actitud de sus gerentes) de comprometerse
plenamente con el cumplimiento de los proyectos y las metas personales de cada individuo. Las
personas no se involucran cuando sienten que sus sueños quedan subordinados al sueño de otros
(por ejemplo, grandes definiciones de visiones corporativas vacías de significado para el individuo
común), sino cuando entienden que la mejor forma de realizar sus proyectos es ayudando a otros a
realizar los suyos.
121
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Todo gran equipo parte de la figura de un gran líder, alguien profundamente comprometido con las
personas tanto individualmente como en forma colectiva. La carencia de un líder sólido a la larga
termina disgregando a las personas y permitiendo la aparición de intereses contrapuestos, luchas
de poder y mezquindades.
La labor del líder no es totalitaria, pero si totalizadora. Su conducta marca el rumbo, su acción
cotidiana debe concentrarse en la motivación de los individuos, el fortalecimiento de las relaciones
y una permanente dedicación a la promoción del desarrollo integral de las personas (y está claro,
que al decir esto no me refiero solamente a sus “competencias laborales”)
Por otra parte, un verdadero equipo cultiva como un principio esencial una lealtad a toda prueba
entre sus integrantes y esa lealtad comienza a construirse a partir de la lealtad de los individuos
hacia su líder.
Se dice con acierto que un fundamento esencial de un equipo es la existencia de una “visión
compartida”, pero para llegar a esta idea de un destino común, debe previamente construirse
un sistema de creencias y principios de conducta compartidos por todos los integrantes.
Nuevamente aquí vuelve a ser decisiva la figura del líder, puesto que es a él a quien corresponde
la indelegable labor de instalar dichos valores.
Los valores a instalar para conformar un auténtico equipo (confianza, espíritu cooperativo,
lealtad, humildad, etc.) no se declaman –obviamente, no es una cuestión de “discursos”-: se
vivencian y se transmiten en prácticas cotidianas, simples pero elocuentes, repetidas en el
tiempo. Los equipos adquieren los valores que sus conductores demuestran en su accionar
cotidiano.
Cuarto Principio: NO HAY UN GRAN EQUIPO SIN PROFUNDOS VINCULOS ENTRE SUS INTEGRANTES
Una gran paradoja: los grandes equipos de trabajo no se construyen desde el plano laboral, sino
más bien desde lo “extra laboral”. Las personas construyen fuertes relaciones cooperativas, cuando
comienzan a construirse entre ellas lo que llamamos “adhesivos sociales”, es decir afinidades que
hacen a su vida integral y no solamente al “espacio de la oficina”.
122
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Muchos creen que esto es algo que es prescindible e inclusive algunos creen hasta peligroso que se
genere un ambiente realmente amigable entre las personas. No existe postura más equivocada:
solamente cuando las personas se sienten a gusto con el entorno social en el que se mueven se
comprometen a dar lo mejor de sí y ayudar a que los otros también lo hagan.
Un gran equipo funciona más por las emociones que por la razón fría, sobre todo en la adversidad.
El impulso genuino de actividades que permitan que las personas confraternicen entre ellas y
desarrollen una verdadera red afectiva se constituye en un refuerzo de suma importancia para la
consolidación de los valores y la visión compartida.
Por último, una característica distintiva de un gran equipo es la existencia de un profundo sentido
de logro arraigado en cada uno de sus integrantes y la convicción que la unidad y el esfuerzo
compartido es capaz de superar cualquier obstáculo que se interponga.
Ese efecto mágico que llamamos “mística” (etimológicamente: algo destinado a unirse a lo
superior) o más corrientemente “mentalidad ganadora”, no es otra cosa que un exacerbado
sentido de pertenencia reforzado en forma permanente a partir de verdaderos rituales
compartidos y símbolos que nos recuerdan que “somos especiales”, que somos capaces de lograr lo
que nos proponemos.
La conformación de un gran equipo, en definitiva, no debe verse nunca como una misión que solo
pueden encarar solo unos “pocos elegidos”, ni tampoco como una empresa que requiere del
concurso de personas extraordinarias.
Si es en cambio, una tarea metódica que depende del compromiso y la disciplina de un conductor
que se asuma a sí mismo como un verdadero líder, que apueste al talento de las personas y a su
inagotable capacidad de ir siempre un paso más allá... ¿Que esto se trata ante todo de una
creencia? Por supuesto, de eso estábamos hablando: No es casual que las palabras “creer” y
“crear” tengan la misma raíz. En los momentos de mayor adversidad, cuando su escepticismo lo
invite a abandonar la tarea, mire simplemente alrededor y recuerde que todo lo tangible que lo
rodea, alguna vez fue simplemente una creencia.
123
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
TRAS LA GUERRA…
Corre el año 2026, finalmente lo más temido ocurrió: Los conflictos entre EEUU y la nueva
Rusia imperial y sus aliados de la Gran Corea Unida (GCU) han llegado a un punto crítico y la
amenaza de un ataque nuclear simultáneo es inminente e irreversible.
Por alguna razón, ha sido encargado de elegir a 10 personas de una lista de 20 que se
refugiarán en un lejano bunker de la Patagonia, para repoblar el mundo después de la
inminente catástrofe bélica.
Hay alimentos y agua potable suficiente para las 10 personas por el periodo que estiman los
científicos que será posible volver a la superficie (aunque no se saben las condiciones en las
que se encontrará). Solo pueden llevar adicionalmente una colección de las obras de William
Shakespeare o la teoría evolutiva de Darwin y las principales leyes de la física.
124
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
• Cada grupo que elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para
la discusión exponga ante el conjunto del grupo de aprendizaje las conclusiones a las que se
arribaron.
• Vean los siguientes videos para movilizar la reflexión y el debate abierto dentro del grupo
sobre los conceptos vertidos en el presente bloque.
https://www.youtube.com/watch?v=6pRLXB7JfI0
https://www.youtube.com/watch?v=gLEfiI8CbLQ
125
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https://www.youtube.com/watch?v=CAat9pDPSFQ
https://www.youtube.com/watch?v=Xb6kpj9k0TA
https://www.youtube.com/watch?v=oRK9tg1mbZM
126
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
BLOQUE II:
LA MOTIVACIÓN
127
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
La motivación es el impulso interior que nos guía a hacer cosas (“mover a la acción”). De
alguna manera podemos decir que es el “combustible” que alimenta nuestro cerebro guiando
nuestras conductas.
Se dice habitualmente que la motivación es un fenómeno individual condicionado socialmente.
Es individual, porque depende de factores que son propios de cada persona y no son
reproducibles en otros, se condiciona socialmente porque el entorno social en el que el
individuo se desempeña puede influir en forma positiva o negativa en la motivación individual.
El grupo no genera motivación individual y tampoco la anula, pero es cierto que puede facilitar
la misma o dificultarla según las circunstancias. Muchas personas son capaces de sostener su
motivación en cualquier contexto y circunstancia, pero en muchos otros se necesitará la
creación permanente de “incentivos” que permitan mantener la motivación a lo largo del
tiempo. La figura del líder es insustituible para despertar y sostener la motivación de los
miembros del equipo, ya sea para regular las condiciones en las que el grupo puede significar un
obstáculo para el desarrollo de la motivación individual o para crear los incentivos que alienten
la misma.
Para poder crear los incentivos adecuados para sus colaboradores, el líder deberá ser capaz de
reconocer los “mapas” motivacionales de cada uno de ellos, entendiendo que rara vez los
factores que motivan a una persona sean igualmente eficaces para el conjunto. En este sentido,
deberá tenerse en cuenta que el impulso motivacional de una persona surge a partir de una
combinación de factores que involucran:
128
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
129
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Actividad propuesta:
Considerando posteriormente la descripción que se realice sobre los individuos puestos como
ejemplos:
Cada grupo que elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para la
discusión exponga ante el conjunto del grupo de aprendizaje las conclusiones a las que se
arribaron.
2.2. LECTURA DEL TEXTO: LA DIMENSION HUMANA EN LAS EMPRESAS: PRIMERAS IDEAS Y
37
APLICACIONES
Sin embargo, esta consideración –y consecuente atención- a la problemática del factor humano
no siempre fue la misma: para las llamadas “escuelas clásicas” (Taylor, Fayol y sus
continuadores), esta cuestión era, en el mejor de los casos, una dimensión técnica más que
merecía el tratamiento de “un recurso más” dentro del engranaje de la producción.
El presente trabajo tiene por objeto reseñar brevemente el marco teórico de las primeras ideas
que durante la segunda mitad del S. XX fueron llevando al ser humano a su rol protagónico como
indiscutido foco de la administración moderna, con el objeto de brindarle al lector un panorama
referencial que le permita comprender los cimientos del pensamiento actual.
37
Ver: Grosso, F. y Pietrantueno, C. (2014): Fundamentos de Administración. Cap. VI. Editorial Universidad Abierta
Interamericana. Buenos Aires
130
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Es evidente que todo cambio en las organizaciones debe ser analizado a la luz de las transformaciones
sociales del entorno que la rodea y desde este punto de vista invitamos al lector a posicionarse
temporalmente en los primeros años de la década del ’20, cuando las naciones del mundo comenzaban
a recomponer sus estructuras sociales e instituciones después de la finalización de la Primera Guerra
Mundial.
La derrota de los imperios centrales significó mucho más que una mera cuestión bélica o territorial de
los países involucrados, como suele suceder con los conflictos de esta magnitud, su emergente real es
una serie de profundos cambios que abarcan tanto cuestiones políticas y económicas como sociales y
culturales que atraviesan en forma trasversal todo el tramado social de la comunidad mundial.
En el marco de la época que nos ocupa podemos, por ejemplo, identificar los siguientes elementos como
signos rectores de los tiempos:
• Una demanda creciente de participación social y de igualdad en todas las instituciones junto a
un rechazo cultural generalizado hacia toda tendencia de gobierno identificada con el autoritarismo
• Una creciente tendencia hacia la agremiación de los trabajadores que coloca a los sindicatos
como un factor de poder real dentro de las empresas, lo que trae aparejado un nuevo marco legal
orientado hacia la protección de los derechos del trabajador.
Los modelos de gestión inspirados en los principios de la “administración científica” presentaron muy
rápidamente sus limitaciones para dar respuesta a estos nuevos imperativos, pues su concepción
excesivamente mecanicista no era suficiente para resolver cuestiones que con el correr de los años se
convertirían, aún en los días actuales, en uno de los puntos centrales del management: como resolver la
indiferencia y el hastío de las personas que se encuentran sumidas en un marco alienante generado por
las tareas que la especialización y la excesiva división del trabajo habían delineado.
La teoría motivacional de los autores clásicos asentada sobre incentivos de exclusiva raíz económica,
funcionales al imperativo de mayor productividad (el tradicional pago por pieza o “a destajo”) probó
también sus debilidades y los conflictos organizacionales se multiplicaron y junto con ellos se produjo
una generalizada caída en el desempeño de las principales empresas.
Frente a estas realidades, fueron muchas las organizaciones que comenzaron a recurrir
profesionales de las nuevas ciencias del comportamiento para tratar de buscar salidas a esta
131
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
encrucijada y tratar de equilibrar las demandas de los trabajadores con las necesidades
competitivas de las empresas.
Una de estas empresas pioneras fue la Western Electric Corporation de Chicago, perteneciente a la
entonces emergente industria de las comunicaciones.
A partir del desarrollo de una serie de experiencias que realizaron ambos investigadores (incluyendo
iniciativas de formación de grupos para nuevas tareas, observación de trabajos de equipos ya formados,
entrevistas individuales y colectivas) se llegaron a una serie de conclusiones sobre la participación de las
personas, el desempeño individual y grupal y el rol de la supervisión que reseñaremos en forma puntual:
• Los factores económicos y ambientales no eran ni los únicos ni los más importantes para la motivación
para los trabajadores.
• La apertura a la participación de las personas generaba una mayor involucración y compromiso con las
tareas.
• La autonomía brindada a los trabajadores para regular sus tareas y la existencia de una supervisión
flexible eran un factor crítico para la productividad de los equipos.
• Los grupos tendían a establecer sus propias normas informales y los individuos que los formaban
actuaban de acuerdo a estos “códigos” no escritos.
• En todo grupo surgían referentes naturales que tenían una gran influencia sobre el comportamiento del
resto.
132
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
• La pertenencia a un grupo era un elemento sumamente valorado por cada trabajador y la posibilidad de
ser socialmente “sancionado”, un aspecto mucho más temido que las regulaciones disciplinarias que
formalmente estableciera la empresa.
Los estudios encabezados por Elton Mayo establecerían el principio de una nueva corriente de
pensamiento dentro de las organizaciones dando origen a lo que muchos llaman la “escuela de las
relaciones humanas”.
Muchos autores coinciden en que los estudios de Mayo carecían por su extrema focalización y un
divorcio absoluto de otras dimensiones y variables empresariales de una validez absoluta como para
poder convertirse realmente en una “teoría de gestión” y probablemente la crítica tenga bastante
asidero: algunas de las conclusiones parecen ser excesivamente simplistas y carentes de un real
contenido operativo para el día a día empresarial.
Algunos aspectos como el conflicto, la motivación o el liderazgo fueron observados e identificados, pero
su abordaje careció de una profundidad que permitiera entenderlos en toda su complejidad y alcance.
Es indudable que al igual que desde las cuestiones más formales de organización y funcionamiento de la
empresa podemos decir que hubo “un antes y un después” de Taylor, exactamente lo mismo puede
decirse en materia de comportamiento humano en el trabajo a partir de las investigaciones de Elton
Mayo: sus estudios fueron el punto de partida de varias corrientes de pensamiento que aún en nuestros
días representan lo más avanzado en nuestra disciplina.
La continuación de los estudios de Elton Mayo por parte de numerosos investigadores de distintas
universidades, permitió durante los años ’40 y ’50 la generación de numerosos aportes en la
comprensión de la perspectiva humana dentro del funcionamiento de las organizaciones.
Las principales líneas de trabajo en este sentido están íntimamente vinculadas a problemáticas tales
como:
En este apartado resumiremos brevemente los principales conceptos derivados de estas temáticas que
se han constituido en las bases fundamentales de la teoría moderna en torno a la dinámica del
comportamiento organizacional.
Una de las investigaciones más interesantes a considerar es aquella realizada por el profesor Kurt Lewin
de la Universidad de Iowa. Sus trabajos se dirigieron básicamente al estudio de la relación individuo-
grupo.
De estas experiencias se obtuvo la confirmación de la existencia del grupo como un factor determinante
del comportamiento dentro de las organizaciones al margen de la estructura formal de la misma y su
influencia sobre los individuos. Dentro del grupo, las conductas individuales de sus miembros se
convierten en conductas condicionadas por el comportamiento grupal.
133
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Los trabajos de Lewin demostraron la imposibilidad de actuar sobre los individuos para lograr cambios
en su conducta, ya que, al formar parte de un grupo, la acción debe dirigirse hacia el conjunto y no en
forma aislada.
En general puede observarse que todo grupo humano, con independencia de sus características y
finalidad, cuentan con un conjunto de códigos internos y reglas no escritas que regulan el
comportamiento de sus miembros. Sin transformación, en consecuencia, de este conjunto de normas no
se alcanzarán cambios en la acción de los individuos, para los que el sentido de pertenencia se convierte
en un adhesivo de singular fortaleza.
Desde ya, que no todos los grupos se caracterizan por tener los mismos rasgos y el
comportamiento colectivo también tiene signos que le son distintivos. Leonard Sayles, otro
investigador que incursionó en la temática, elaboró un modelo de análisis que clasifica a los
grupos en cuatro tipos:
Grupo apático: sus participantes no tienen actitud de elaborar, ni actúan con madurez;
continúan juntos por costumbre, pero tan divididos que no generan actitudes de acción
conjunta. Su influencia sobre el comportamiento individual tiende a ser mínima.
Grupo errático: tiene un comportamiento con altibajos, no hay conducta coherente; tanto
pueden comportarse con pasividad como de pronto responder con inusual agresividad
Grupo conservador: actúa con acción de conjunto, pero siempre muy aferrado a las pautas
que conocen; desconfían de los cambios
Grupo estratégico: actúan en acción de conjunto; tratan de mejorar y avanzar; no temen los
cambios; planifican su acción y evalúan las actitudes a tomar; altamente racional.
Las actitudes generales de los grupos, si bien tienden a presentar bastante arraigo, pueden
transformarse a lo largo del tiempo como consecuencia de muchos factores:
La figura del líder es directamente asociada a la influencia o la capacidad que posee una persona
para lograr que otros dirijan su comportamiento de determinada manera, no necesariamente
apelando a la autoridad formal.
Rensis Likert, uno de los principales autores dedicados a la temática, pudo probar a partir de
numerosos experimentos sobre el comportamiento grupal y la conducción de equipos de trabajo,
que los liderazgos que surgían naturalmente de los grupos y eran en su esencia participativos,
obtenían mejores resultados en materia de desempeño que aquellos liderazgos impuestos
formalmente, sustentados exclusivamente en la jerarquía.
134
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
En concordancia con esta línea de trabajo, R. Lippit y R. White (ambos pertenecientes al equipo de
investigación de Kurt Lewin), realizaron una interesante experiencia con grupos de niños a los que
sometieron durante lapsos determinados a distintos estímulos en cuanto a la conducción de sus
actividades.
A cada uno de los grupos se les asignó un tipo de jefatura de acuerdo a una tipología de liderazgo
ya conocida en ese momento:
1) Jefe autoritario: no mantenía un trato amistoso, sino que se alejaba del grupo, al
que mandaba con órdenes firmes, sin permitir la participación de los miembros.
Los resultados obtenidos demostraron que el grupo dirigido por un jefe democrático desarrolló un clima
cálido y amistoso; los miembros participaban de las actividades con interés y los resultados eran
sostenidos en el tiempo.
Aquellos que eran dirigidos por un jefe autoritario, obtenían resultados elevados en el corto plazo, pero
éstos decrecían rápidamente a medida que transcurría el tiempo, creciendo el desinterés, el desgano y
la irritabilidad de los integrantes del grupo.
En el grupo guiado por el jefe permisivo los resultados fueron escasos, tanto en producción como en lo
referente al nivel de satisfacción de sus miembros.
Estas conclusiones, como analizaremos con mayor detalle en otro de los capítulos de esta obra, no
deberían tomarse como absolutas, puesto que como ya quedara demostrado también en esa época, la
propia estructura grupal era determinante del tipo de liderazgo más apropiado detectándose en
consecuencia, grupos que:
135
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El análisis de la influencia del grupo y del resto de los fenómenos sociales que mencionáramos sobre el
comportamiento de las personas se constituye en un importante marco referencial que requiere,
necesariamente, ser complementado con un conjunto de ideas y líneas conceptuales que ponen su foco
en el individuo y cuestiones tales como su percepción sobre el entorno, que cosas los motivan y por qué,
que niveles de frustración y conflicto afectan su desempeño, etc.
La percepción
Uno de los aspectos en los que mayor énfasis han puesto los estudiosos de la materia es el de la
percepción: su importancia se manifiesta si se considera que todos los individuos en todas las
empresas, están cotidianamente en constante comunicación y expuestos permanentemente a un
proceso de ingreso de sensaciones, percibidas en forma absolutamente subjetivas.
El punto central de análisis es identificar los mecanismos a partir de los cuales los individuos
incorporan información del contexto y, desde de allí, conocer las interpretaciones puntuales que
se elaboran sobre la realidad.
Más allá que todos en algún momento afirmamos la presunción de objetividad en términos de
determinados sucesos que se encuentran presente en nuestro entorno, está claro que la
percepción es un proceso esencialmente subjetivo: difícilmente existan circunstancias que sean
percibidas exactamente de la misma manera. En todo caso, apenas puede hablarse de una
“convención compartida” en torno a lo que llamamos “realidad”.
Las tres primeras teorías mencionadas no incluyen el análisis de la personalidad del individuo
dentro de sus modelos y leyes de la percepción. La teoría conductista es quizás la más cercana al
ámbito de estudio de nuestra disciplina por su estructura sistemática: las relaciones de estímulo y
respuesta entre el individuo y la realidad que intenta percibir, se interpretan mediante el
concepto de sensaciones, aunque en todos los casos excluyendo de ellas a los factores de la
personalidad del individuo.
El enfoque conocido como new look es más moderno y completo que los enfoques anteriores,
puesto que entiende que la personalidad del individuo y sus circunstancias emotivas y afectivas
son factores condicionantes del proceso perceptivo. Se presume que un individuo percibe
esencialmente objetos significativos y no meramente formas o estructuras simples de objetos
dentro de un contexto determinado. De esta manera el fenómeno perceptivo está condicionado
por tipos de factores: los estructurales propios del objeto y los significativos propios de la
personalidad y de las experiencias y circunstancias del individuo.
136
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Esto demuestra que en el proceso de percepción del individuo actúan mecanismos de defensa
perceptiva que actúan como “filtro”, generando bloqueos en el reconocimiento de estímulos que
por toda una serie de factores que le son propios y diferenciados de otros individuos bajo las
mismas circunstancias el individuo considera inadecuados o inaceptables. En términos del new
look cada persona, en consecuencia, es poseedora de un verdadero sistema de codificación del
medio en que vive y elabora sus mecanismos de respuesta sobre la base de las limitaciones que
dicha codificación produce.
Otra de las cuestiones esenciales en las que los estudios derivados de la psicología sirven para explicar
el comportamiento organizacional de las personas es el proceso de motivación.
Son muchos los estudios realizados sobre la motivación y las teorías derivadas de ellos,
desarrollaremos a continuación en forma sintética los principales conceptos derivados de las
principales escuelas.
Para Abraham Maslow, el individuo se moviliza en función de sus necesidades insatisfechas y estas
operan de acuerdo a una jerarquía que naturalmente asigna prioridades de unas sobre otras (concepto
de “prepotencia” de las necesidades).
Las necesidades de mayor prepotencia son las fisiológicas, se encuentran en la escala inferior y cuando
están amenazadas prevalecen sobre cualquier otra. De allí en más se escalonan las necesidades de
seguridad, afectivas o de pertenencia, de autoestima y de autorrealización.
Al explicar el funcionamiento de su teoría, Maslow afirma que al estar insatisfechas las necesidades
fisiológicas, dominan de tal forma al organismo que hacen pasar a segundo plano todas las demás. Una
vez satisfechas estas necesidades, aparecen como prevalentes las de nivel superior y así
sucesivamente.
Uno de los aspectos más relevantes de este trabajo se ubica en que el modelo se ha realizado sobre la
base de individuos normales y sanos, que viven en una sociedad razonablemente desarrollada.
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De la madurez a la inmadurez
Chris Argyris, otro de los autores importantes de la psicología organizacional, ha elaborado una teoría
acerca de la motivación basada en el tránsito entre dos estados individuales: el de la inmadurez y el de
la adultez.
Desde esta óptica, la motivación del individuo se genera a partir del proceso de maduración de su
personalidad, mediante cambios del yo:
externo).
Por tanto, la estructura de la organización choca con las necesidades de las personas maduras, ya
que impone a las personalidades de los participantes el retroceso hacia un estado anterior y menos
maduro de desarrollo.
Las ideas de Argyris constituyen una crítica hacia las estructuras rígidas y centralizadas que, en su
opinión, desalientan al individuo al mantenerlo en un estadio de inmadurez y, fundamentalmente,
está dirigida a los principios y modelos de las corrientes clásicas de pensamiento y esencialmente al
modelo burocrático de inspiración weberiana.
138
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Estos últimos son los verdaderos factores motivadores y están vinculados con la satisfacción que
depara la función o tarea que el individuo desarrolla. Estos factores están representados por
cuestiones tales como:
Los factores intrínsecos son los referidos a la remuneración, a la seguridad, al medio ambiente físico
laboral y a la calidad de las relaciones humanas dentro de la empresa.
Cuando estos factores descienden por debajo del umbral de razonabilidad el individuo se siente
insatisfecho, sin embargo, elevar estos factores por encima del umbral de lo razonable y más allá, no
determina incrementos de la satisfacción ni tampoco de la motivación, cosa que sucede con los
factores extrínsecos.
El aprendizaje
Todo desarrollo individual del ser humano y, en consecuencia, de los grupos y las organizaciones
que integra, se vincula en forma directa a sus procesos de aprendizaje y es evidente que se
encuentra fuertemente condicionado por los aspectos que estudiáramos en los últimos apartados:
la percepción y la motivación.
Más allá del medio ambiente y de los estímulos que se generen, como hemos visto anteriormente,
los filtros perceptivos del individuo condicionan sus niveles de respuesta. No puede aprenderse algo
si no existe motivación para ello y por supuesto no existirá motivación si se manifiesta una
percepción distorsionada o un bloqueo frente a ella.
Los tres elementos citados tienen, a su vez, una relación sumamente importante con la
personalidad del individuo. Esto denota que cada uno, en función de su herencia genética y de las
influencias recibidas de sus grupos de anclaje y del medio cultural, tendrá una estructura de
personalidad con una definida estructura de percepción, con un determinado grado de motivación
para ciertas cosas y diferente para otras y con ciertas facilidades o dificultades para el aprendizaje.
Estos factores deberán ser especialmente considerados por los niveles gerenciales y de supervisión
al momento de diseñar sus modelos de trabajo con la finalidad de lograr una mayor efectividad en
el desempeño por parte de sus colaboradores.
Douglas Mc Gregor, uno de los principales pensadores del conocimiento psicológico aplicado a las
organizaciones, ha desarrollado una teoría fundamental en la explicación del comportamiento del
ser humano en términos del concepto que se tiene sobre él por parte quienes lo dirigen y, en
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consecuencia, el trato que recibe y el comportamiento consecuente que elabora. Este modelo se
conoce como “Teoría X y Teoría Y”.
Para Mc Gregor, el comportamiento humano en las organizaciones es producto directo del trato
que recibe por parte de sus superiores y que se encuentra condicionado por la percepción que
éstos tienen sobre las características de las personas que dirigen.
Teoría X Teoría Y
a. La administración es responsable a. La administración es responsable de la
de la organización de los elementos organización de los elementos de la
de la empresa productiva. empresa productiva.
b. Con respecto a las personas, éste es b. La gente no es pasiva por naturaleza,
un proceso que implica dirigir sus ni se opone a los fines de la
esfuerzos, motivarlas, controlar sus organización.
actos, modificar su c. La motivación, el potencial de
comportamiento para ajustarlo a desarrollo, la capacidad de asumir
las necesidades de la organización. responsabilidad, la disposición a
c. Sin esta intervención activa de la orientar el comportamiento hacia las
administración la gente se metas de la organización son todos
mostraría pasiva, incluso se elementos presentes en la gente. Es
opondría a las necesidades de la responsabilidad de la administración
organización. posibilitar que la gente reconozca y
d. El hombre medio es por naturaleza desarrolle por sí misma estas
indolente, trabaja lo menos posible. características humanas.
e. Carece de ambición, le desagrada la d. La tarea esencial de la administración
responsabilidad y prefiere que lo es disponer las condiciones de
dirijan. organización y los métodos
f. Es un ser intrínsecamente centrado operativos, de modo que la gente
en sí mismo, indiferente a las pueda alcanzar mejor sus propias
necesidades de la organización metas, orientando sus esfuerzos hacia
g. Por naturaleza se opone al cambio los objetivos de la organización.
h. Es crédulo, no muy inteligente y se
deja engañar con facilidad
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Al aplicar la dirección por objetivos, la empresa se propone controlar en forma adulta y madura a
sus individuos, a quienes se ha asignado una meta a lograr y se les ha nutrido de los recursos
necesarios para ello. El individuo será artífice de su éxito o fracaso y la empresa solamente
controlará los resultados.
El aprendizaje que la dirección por objetivos permite incorporar es sumamente importante, pues
la fuerza motivadora que genera permite lograr rápidamente una cultura organizacional de
sólidos valores compartidos.
Esta carencia es inconcebible en el marco de las organizaciones modernas donde se reconoce que
los aspectos vinculados al comportamiento humano se constituyen en el eje central para explicar
cuestiones tales como el crecimiento y la perdurabilidad de las empresas en el marco de una
competitividad sostenible.
• El plano organizacional: que comprende las condiciones generales de la institución que nos contiene
• El plano grupal: caracterizado por las particularidades del grupo de trabajo que nos ocupa
• El plano individual: dado por la situación de cada individuo puntualmente
Debemos tener en cuenta que de acuerdo al lugar que ocupemos en el espacio organizacional no
siempre podemos influir sobre los tres planos (por ejemplo, es probable que un mando medio o
departamental tenga una influencia limitada sobre políticas institucionales y tal vez, en contrapartida,
un alto mando no tenga llegada directa a cada individuo), por lo que las acciones previstas deberán
considerar las “compensaciones” que deben generarse a partir de un trabajo más intenso en los planos
donde si tengamos influencia.
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ACTIVIDAD PROPUESTA:
a. Formen grupos de discusión de entre 4 y 6 personas y en un tiempo estimado de entre 45 y 60’,
debatan sobre alguna las características motivacionales de algún grupo de trabajo propuesto como
ejemplo por alguno de los integrantes.
Sobre la base de la situación descrita el grupo deberá ensayar la construcción de una estrategia
motivacional que contemple las situaciones colectivas e individuales (al menos tomar como ejemplo
tres personas del grupo suministrado como ejemplo) de acuerdo al siguiente esquema de análisis:
b. Cada grupo que elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para la
discusión exponga ante el conjunto del grupo de aprendizaje las conclusiones a las que se arribaron.
c. Como actividad final, se sugiere que el grupo formular un informe completo sobre las iniciativas
generadas en el debate para su elevación a la autoridad de aplicación.
d. Utilicen los siguientes videos para movilizar la reflexión y el debate abierto dentro del grupo sobre
los conceptos vertidos en el presente bloque.
https://www.youtube.com/watch?v=9vYGA5vNdRI
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
https://www.youtube.com/watch?v=RSUykLfEmVE
https://www.youtube.com/watch?v=D2UJTwwd5kc
https://www.youtube.com/watch?v=isFN9SbYvgU
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BLOQUE III:
LA COMUNICACIÓN EFICAZ
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
1.Formen grupos de discusión de entre 4 y 6 personas y con un tiempo estimado de entre 45 y 60’
debatan sobre alguna situación de comunicación fallida en la que haya intervenido alguno de los
integrantes del grupo y ponga como ejemplo.
Sobre la base de la situación descrita el grupo deberá identificar posibles problemas generados en el
proceso de comunicación en términos de:
b) Codificación utilizada
c) Canal utilizado
2.Cada grupo que elija un relator entre sus integrantes que al final del tiempo establecido para la
discusión exponga ante el conjunto del grupo de aprendizaje las conclusiones a las que se arribaron.
Se ha dicho que el ser humano es un “ser lingüístico”, lo que significa que la esencia de su especie, su
supervivencia y evolución depende ante todo de sus habilidades comunicacionales.
La posibilidad de establecer vínculos productivos con otros semejantes, poder construir organizaciones
complejas y darle sustentabilidad a lo largo del tiempo depende ante todo de la calidad de las
comunicaciones.
A menudo se habla de distintos “problemas” que afrontan las organizaciones en su devenir cotidiano y
esa diversa gama de inconvenientes se asocian a cuestiones que tienen que ver son los recursos, la
forma que están concebidos los distintos procesos, las normativas que regulan su actividad o la
profesionalidad de sus cuadros.
Paro la mayor parte de las veces, esos diagnósticos son incompletos y detrás de cada uno de dichos
emergentes subyace un problema comunicacional: la raíz de todos los males que encarnan los
espacios en los que actúan los seres humanos se encuentra en conflictos que derivan de problemas de
comunicación.
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Como se advierte, al momento de pensar en la mejora de un proceso de comunicación son varios los
factores que pueden analizarse y, en consecuencia, identificarse como espacios de mejora: los procesos,
los medios, el espacio social y, fundamentalmente, las habilidades humanas. Sobre esto último en
particular, probablemente sea el terreno que mayor atención debería demandarnos puesto que se
constituye en el aspecto donde mayor impacto inmediato podrá tener la mejora que se genere.
Considerando específicamente la mejora del desempeño humano en materia comunicacional hay dos
elementos que deberán tenerse especialmente en cuenta a los efectos de estimularse y crear los
mecanismos apropiados para el aprendizaje.
El otro elemento central para el logro de una comunicación eficaz está relacionado con lo que
llamamos ASERTIVIDAD
La asertividad, es claramente una habilidad a desarrollar en el uso del lenguaje. Implica ser capaz de
expresarnos, defender nuestro pensamiento y nuestras posturas de una manera que minimice la
posibilidad de conflicto con el otro a partir de transacciones negativas del lenguaje. Una conducta
asertiva representa un compromiso con el respeto por la emocionalidad del otro y la regulación de la
propia emocionalidad, aspecto que claramente requiere de un entrenamiento especial.
146
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
147
Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Cualquier esfuerzo colectivo de los seres humanos requiere un entendimiento en común y el proceso
por el cual llegamos a ese entendimiento es lo que llamamos comunicación.
Todo lo que se realiza en nuestra vida personal o de negocios tiene que empezar con un objetivo
claro, pues de otra manera no hay posibilidad de alcanzarlo. Si no existe claridad en lo que se desea
lograr hay pocas posibilidades de que la comunicación sea efectiva. El objetivo de la comunicación es
producir una respuesta.
Una vez que el objetivo está claro, la próxima tarea consiste en considerar la meta de la
comunicación, hacia quién se dirige. Por lo tanto es necesario conocer a quien va dirigido el mensaje
para que las probabilidades de que llegue y sea efectivo aumenten.
La clave para una comunicación efectiva es la credibilidad. En la vida real al igual que en los negocios,
la credibilidad de quien comunica es fundamental para tener éxito en lo que se intenta trasmitir. Lo
que se diga sólo va a tener un significado para quien escucha si esa persona es creíble y confiable. No
se producirá acción o respuesta si no existen estos elementos.
La comunicación efectiva oral es verbal, vocal, visual. Es más importante COMO lo digo, que el QUE
digo. El elemento verbal es el mensaje mismo. El elemento vocal es la voz (entonación, proyección y
resonancia de la voz). El elemento visual es lo que las personas ven de la cara y del cuerpo. Para que
el mensaje sea consistente tiene que haber un equilibrio entre estos tres elementos. La emoción y el
entusiasmo de la voz trabajan junto con la energía y el movimiento de la cara y el cuerpo para reflejar
la confianza y la convicción de lo que se dice.
Existen algunos factores adicionales que tienen en general influencia en los procesos de
comunicación con la finalidad de lograr un conocimiento pleno de su contexto total.
▶ Factores psicológicos: El ser humano está impulsado por muy diversas motivaciones, que
son interdependientes y de las cuales los individuos suelen no ser conscientes.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Los estímulos e impulsos le llegan del entorno que lo rodea y reacciona y actúa de acuerdo a esquemas
de comportamiento del grupo al cual pertenece.
La empresa abarca grupos diferentes, tanto sean formales o informales. En cuanto al proceso de
comunicación, tenemos que superar la llamada “distancia social o distancia dentro de la organización”,
tratando de que la información que enviamos a la persona con la cual nos estamos comunicando cumpla
con su objetivo.
Es necesario captar sus normas y valores y estructurar nuestro proceso de comunicación de acuerdo con
ellos.
▶ Factores semánticos: Normas y valores de grupo igualmente que cualquier otro valor o norma
sólo se pueden expresar y comunicar por medio de símbolos lingüísticos y éstos difieren de grupo a
grupo.
Este fenómeno se refuerza por dos acontecimientos modernos: la especialización de tareas y funciones
en la empresa y por la introducción de un lenguaje científico, en términos abstractos (por ejemplo:
técnicos, marketing, finanzas, computación).
3.El sistema para verbal: o vocal son las variaciones del tono de voz, de timbre, el ritmo,
etc. Los estudios realizados demuestran que está en relación con el estado psíquico y
emocional del emisor y con la relación que éste instala con su interlocutor. Así, una voz
dulce expresa la intimidad, un tono áspero expresa enojo o agresividad.
4.El sistema del lenguaje: propio de la especie humana es el más elaborado de los
sistemas. Un emisor que emite una frase en cierto contexto realiza simultáneamente 3
cosas: produce un enunciado, una forma gramatical que tiene un significado y después
diciendo lo que dice, realiza por lo menos una acción que finalmente induce ciertos
efectos sobre su receptor.
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La palabra es el principal símbolo de comunicación. Sin embargo, muchas veces poseen más de un
significado y su utilización debe ser precisa para evitar confusiones.
Luego se deberá codificar o convertir esa idea en palabras, gráficos y otros símbolos de trasmisión
para que lleguen de forma adecuada y conveniente. Código es un grupo de símbolos que puede ser
estructurado de manera que tenga algún significado para alguien (gestos, dibujos, colores, sonidos,
palabras, posturas, números)
Aparato emisor: es el elemento del cual se sirve el emisor para trasmitir el mensaje.
Canal: es el soporte físico que hace posible la trasmisión del mensaje (medio) desde el
aparato emisor hasta el aparato receptor. Ruidos: son las interferencias u obstáculos que
distorsionan, confunden, enmascaran, deterioran o destruyen el mensaje
El siguiente paso es decodificar el mensaje para que resulte comprensible. Esta comprensión sólo ocurre
en la mente del receptor porque la decisión de comprender o no recae exclusivamente en el receptor. La
aceptación del mensaje y su utilización es cuestión de elección y el receptor ejerce control sobre la
posibilidad de aceptar o no el mensaje. En esta decisión influye la percepción acerca de la precisión del
mensaje, la autoridad y credibilidad del emisor y las implicancias de comportamiento para el receptor.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Existen tres tipos de barreras: las personales, las físicas y las semánticas.
Las barreras personales son interferencias Dificultades de escucha: pueden ser las presiones
de comunicación producidas por las emociones de trabajo, otras prioridades o sobrecarga de
y valores humanos y deficientes hábitos de comunicaciones.
escucha.
Desconfianza: por ejemplo, no darle a cada
comunicación la urgencia o la importancia debida
o sugerir algo sin decirlo.
Las barreras físicas son interferencias de Ruido: es cualquier cosa que interfiera o degrade
comunicación presentes en el entorno en que la comunicación en las organizaciones. Por
tiene lugar la comunicación ejemplo: distancia entre las personas, paredes,
lugares de trabajo poco cómodos.
Las barreras semánticas son resultado de Idioma: el emisor debe preparar el mensaje en el
las limitaciones de los símbolos con los que idioma del receptor para lograr que este se
nos comunicamos comprometa a alguna acción.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
COMUNICACIÓN INFORMAL
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COMUNICACIÓN INTERPERSONAL
REUNIONES
Las reuniones son un espacio de comunicación para: informar, capacitar, reflexionar, tomar decisiones,
etc. Sostener una reunión productiva es un gran reto para muchos administradores. La premisa más
importante para sostener una reunión productiva consiste en asegurar que sean el vehículo adecuado
para el tipo de comunicación que se requiere. Con demasiada frecuencia las reuniones se usan para
compartir información que se difundiría mejor mediante un breve comunicado escrito, por medios
electrónicos o cartelera o una rápida llamada telefónica.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Es necesario:
c) Desarrollar la reunión
Cumplir con los horarios de inicio y finalización, observar los límites de tiempo especificados en la
agenda, dejar espacio para que todos expongan sin que un interlocutor acapare el tiempo ni se
salga del tema.
d) Terminar la reunión
Este paso debe incluir una recapitulación, una especificación de los pasos siguientes y una
asignación de las responsabilidades. Muchas veces, las minutas de la reunión se distribuyen entre
las personas indicadas para que éstas las archiven, así como para brindarles información sobre los
pasos siguientes.
ENTREVISTAS DE SELECCION
En las entrevistas de admisión o selección, los jefes o gerentes transmiten información que les permite
decidir si el solicitante del empleo se adapta al puesto vacante. El entrevistador puede hacer preguntas
abiertas o cerradas. Para realizar las entrevistas se requiere efectivamente que quien las realiza comparta
datos sobre los comportamientos relacionados con el puesto y las funciones a realizar, la información
existente en el currículo y los resultados de las pruebas psicotécnicas realizadas por el postulante.
ENTREVISTAS DE EVALUACION
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MEDIOS ESCRITOS
Características:
INFORMES
Informes de investigación: son los presentados como base para medidas y decisiones,
suministran información, contemplan distintas opciones y recomendaciones específicas.
Ej.: abrir una nueva planta, hacer modificaciones en el proceso productivo.
CARTAS AL PERSONAL
Las cartas deben ser breves y legibles. Se utilizan para difundir información importante tales como
resultados, cambios en la organización, etc. Su ventaja radica en la rapidez de su llegada y el impacto
que provoca el remitente. Por ello, se aconseja no realizarlas en forma múltiple común sino
personalizada.
CARTELERAS
Este efectivo medio de comunicación se debe colocar en un lugar de tránsito seguro del personal y es
aconsejable que sea supervisado por el área específica de la empresa. Puede contener información
general, normativas institucionales e informaciones que intercambia el personal.
Es necesario que su contenido esté ordenado para que visualmente sea de rápida lectura y notorio el
cambio periódico de su información. Es necesario, para evitar malos entendidos, consignar en cada
mensaje los remitentes y su fecha de colocación y de retiro.
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
FOLLETOS
Sobre temas específicos se pueden diseñar sencillos y prácticos trípticos para el personal en el contexto de
campañas de concientización interna. Actúan como guías sistematizadas de procedimientos institucionales
que reúnen la información técnica, organizativa, histórica, etc. Ayudan a organizar y coordinar las
actividades. Además, como la dimensión de la comunicación es amplia colabora indirectamente en la
imagen creando una sinergia de discursos no necesariamente verbales evitando contradicciones.
PUBLICACION INSTITUCIONAL
Una revista interna informa, motiva y cohesiona al personal. Su importancia es que en ella confluyen
informaciones de diferentes áreas. Así, se produce una comunicación ascendente, descendente y lateral.
Además, la identificación de los integrantes con su contenido conlleva, por un lado, a la valoración de la
persona y por otro a reforzar un sentimiento de pertenencia. Estas publicaciones se adecuan a los hábitos
de lectura de cada cual, y crea una cita periódica entre la redacción, el personal y muchas veces su familia.
MEDIOS ELECTRONICOS
Las relaciones hombre-espacio / hombre-hombre en el contexto de la revolución científico tecnológica cada
vez se producen menos frente a frente. Un número creciente de redes se intercalan y organizan la
interacción. A partir de ello resulta necesario suscitar nuevas relaciones de intercambio, no sólo de
individuo a individuo, sino también de los individuos con la organización como espacio de pertenencia.
Entre las posibilidades que puede poner en marcha en una empresa se puede citar:
CASILLA DE MENSAJES; Sus ventajas son: rapidez, interactividad, multidifusión, facilidad de fijación del
destinatario. Sus mayores desventajas son la pérdida del contacto personal y la consecuente dificultad para
interpretar y trasmitir emociones y gestos.
INTRANET: Es una red interna. Presenta la ventaja de ser un medio rápido e instantáneo. Sólo se necesita
colocar las computadoras en red.
LISTAS DE DISTRIBUCIÓN Y FOROS DE DISCUSION: Pueden servir para motivar a los integrantes en el uso de
estas herramientas y estimular su pertenencia. Los temas pertinentes serían institucionales. En la página
web institucional se pueden prever también áreas restringidas.
Las actividades de relaciones con los empleados pretenden crear una atmósfera de confianza, respeto,
consideración para lograr mayor eficacia organizacional a través de la eliminación de barreras que impidan
la plena participación de los empleados y el cumplimiento de las políticas organizacionales. Estas
actividades buscan establecer comunicación directa de dos vías para proporcionar asistencia mutua y lograr
el involucramiento del personal dado que la comunicación interna transforma positivamente las relaciones
entre las personas en la organización.
Para ello todos deben sentirse autorizados para hablar, para hacerse valer y expresar sus acuerdos y
desacuerdos. Todo intento de comunicación debe generar un espacio para detenerse y hablar. La gente
debe sentirse segura, que no será descalificada ni castigada si comenta o comparte un problema. Según se
utilicen alentadores o desalentadores de la comunicación se creará un clima de confianza o de
desconfianza.
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
En un clima de desconfianza se tiende a no compartir ideas, se teme hablar por temor al castigo, no se
entrega energía, la responsabilidad no se comparte o se limita. Por el contrario, en un clima de confianza
se comunican las soluciones a los problemas, se mejora el clima laboral, existe un nivel alto de energía, la
responsabilidad por los resultados es compartida por todos.
ACTIVIDADES PRACTICAS:
En un patio de los suburbios una bella joven marcaba sus pasos tangueros, mientras su viejo compañero
acompañaba con su bandoneón
Tras el lapso que se asigna para la representación el grupo expondrá la versión de los hechos
representados
Se realizará una breve discusión sobre los resultados y los desvíos producidos.
Se distribuirá a las participantes tarjetas en las que se expongan las siguientes expresiones de
sentimientos:
En una ronda cada uno de los participantes tratará de trasmitir con sus gestos al resto del grupo el
sentimiento puntual que le haya tocado. El resto del grupo realizara la interpretación
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Tras el lapso que se asigna para la representación cada integrante expondrá los sentimientos
representados en cada caso. Se realizará una breve discusión sobre los resultados y los desvíos
producidos.
2.Se pedirá a cada grupo que elabore una respuesta verbal a cada una de las situaciones propuestas
utilizando mensajes asertivos en cada caso
3. Transcurrido el lapso asignado para la elaboración cada grupo expondrá sus propuestas realizándose
una breve discusión y elaboración de conclusiones respecto de cada una de ellas.
4.Vean los siguientes videos para movilizar la reflexión y el debate abierto dentro del grupo sobre los
conceptos vertidos en el presente bloque.
https://www.youtube.com/watch?v=YBWIMFjzy5o
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https://www.youtube.com/watch?v=ZHH4pjKJBrg
https://www.youtube.com/watch?v=R_GA7YPIad4
https://www.youtube.com/watch?v=pa-uPgmEP2A
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
BLOQUE IV:
FORMACIÓN DE LÍDERES
Superada la controversia acerca de la “excepcionalidad de las condiciones del líder” es natural que las
organizaciones hayan realizado en los últimos años cuantiosas inversiones dirigidas a responder a
una necesidad ineludible: la formación de competencias (habilidades evidenciadas) en materia de
liderazgo para sus cuadros directivos y de conducción.
Sin embargo, los resultados de tales acciones en una buena parte de los casos (sino en la mayoría) no
han arrojado el tipo de resultados que podían esperarse.
Las explicaciones en este sentido pueden ser múltiples: en muchos casos podrá observarse la falta de
continuidad en los esfuerzos realizados o la carencia de complementación de estímulos que vayan más
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
allá del clásico “curso”; en otros, podrá apuntarse a la necesidad de maduración de los propios individuos
objeto de los esfuerzos formativos ya inmersos en el campo de acción; pero sin negar la incidencia de
estos factores, nuestra experiencia nos guía a afirmar que la mayor parte de los fracasos se inscribe en
una problemática todavía más estructural: no entendemos acabadamente cuales son las verdaderas
competencias a trabajar para que el individuo pueda desarrollar realmente su máximo potencial.
38
Modelo Alfa+ ® (ley 22.362)
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Resumen
El estudio de la problemática del liderazgo en sus distintos ámbitos es vasto y comprende numerosos
trabajos acerca de las características comportamentales y las competencias del líder, así como de las
condiciones en qué se promueven las mismas.
Sin embargo, puede observarse que la amplia mayoría de las investigaciones están centradas en una
mirada parcial de dichas competencias, toda vez que abordan con singular énfasis aquellas prácticas
vinculadas a la interacción del líder con sus seguidores, pero con escaso nivel de profundidad aquellas
cuestiones más vinculadas al proceso de desarrollo interior del individuo que asume el rol de
conducción.
El presente trabajo expone las conclusiones arribadas sobre el descubrimiento y la formación de las
competencias interiores del líder, a partir del análisis de un conjunto de entrevistas en profundidad
desarrolladas con individuos que ejercen funciones de liderazgo en distintos tipos de organizaciones.
El juicio interpretativo derivado de las mismas permite ensayar un modelo de competencias y modelos
formativos asociados que representa una base de trabajo sólida para la construcción de una pedagogía
del liderazgo organizacional.
Palabras claves
Liderazgo – competencias – desarrollo personal – formación
Introducción
Desde los mismos orígenes de las grandes civilizaciones de la antigüedad, los seres humanos han
sentido una especial fascinación por aquellos a los que denominamos habitualmente “los líderes”:
individuos presuntamente especiales, con cualidades para conducir en forma eficaz las instituciones y
guiar a las personas hacia la consecución de elevados objetivos.
Los individuos comprometidos en una tarea común (en la función pública, la sociedad civil, el deporte,
la vida comunitaria y, por supuesto, en los negocios) pueden ser altamente profesionales, estar
dotados de las mayores habilidades y asumir con responsabilidad su rol, pero aun así carecer de ese
“plus” adicional que le permite alcanzar resultados especialmente destacados.
Es porque en todos los casos, estamos hablando de competencias (en un sentido amplio), que se
activan a partir de un proceso estrictamente racional, mientras que, como cualquiera puede
comprobar apenas haciendo un rápido inventario de las experiencias más relevantes de su propia vida,
sus grandes “desempeños” han tenido que ver en todos los casos con circunstancias donde un
componente marcadamente emocional estaba presente.
Son las emociones del ser humano las que generan el compromiso, la extrema dedicación, la puesta en
juego de lo más preciado y a la vez lo mejor de cada persona.
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Es una verdad incontrastable que, por las características de la propia naturaleza humana, es difícil
imaginar un agregado social que pueda perdurar y trascender en ausencia de jerarquías (el orden
natural muestra su sabiduría en torno a esta cuestión a cada momento): ningún grupo puede
desempeñarse en un alto nivel ni sostenerse cohesionado a falta de autoridad.
De la misma manera que muchas veces sobrestimamos algunas ideas ya partir de ello las cubrimos de
mitos perdiendo la naturaleza de su esencia, con esta cuestión del liderazgo, también muchas veces nos
suele ocurrir lo mismo.
Un líder no es otra cosa que un individuo que, siendo poseedor de una visión contenedora, una base de
valores sólida y consecuente con los intereses del grupo, es capaz de construir un tejido social
cooperativo entre los individuos, de fuerte contenido emocional, que, a partir de principios de lealtad e
identificación, movilice a cada uno a cumplir con la premisa primigenia que enunciáramos: dar lo mejor
de sí cuando las circunstancias lo exigen.
Superada la controversia acerca de la “excepcionalidad de las condiciones del líder” es natural que las
organizaciones hayan realizado en los últimos años cuantiosas inversiones dirigidas a responder a una
necesidad ineludible: la formación de competencias (habilidades evidenciadas) en materia de liderazgo
para sus cuadros directivos.
Sin embargo, los resultados de tales acciones en una buena parte de los casos (sino en la mayoría) no
han arrojado el tipo de resultados que podían esperarse.
Las explicaciones en este sentido pueden ser múltiples: en muchos casos podrá observarse la falta de
continuidad en los esfuerzos realizados o la carencia de complementación de estímulos que vayan más
allá del clásico “curso”; en otros, podrá apuntarse a la necesidad de maduración de los propios
individuos objeto de los esfuerzos formativos ya inmersos en el campo de acción; pero sin negar la
incidencia de estos factores, nuestra experiencia nos guía a afirmar que la mayor parte de los fracasos se
inscribe en una problemática todavía más estructural: no entendemos acabadamente cuales son las
verdaderas competencias a trabajar para que el individuo pueda desarrollar realmente su máximo
potencial.
Por un lado, nos estamos olvidando de algo tan importante como la ubicuidad contextual y el conjunto
de capacidades que permitirán al conductor reconocer las influencias de un entorno mucho más amplio
al que rodea al propio grupo, desarrollando aquellos que muchos pensadores contemporáneos
llamarían el “pensamiento sistémico”; por otro, y todavía mucho más importante aún para el desarrollo
de la personalidad del líder, lo que llamaremos “competencias intrapersonales”.
Las competencias intrapersonales representan lo que podríamos llamar el mundo interior del líder,
aquellos pilares sobre los que se forja el carácter que deberá relucir en las condiciones concretas de
conducción.
Antecedentes
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Una de las temáticas más desarrolladas en el campo de las ciencias sociales en general y de la economía
aplicada a la empresa en particular, es el estudio del fenómeno que en un sentido amplio denominamos
“liderazgo”.
Sin embargo, a pesar del considerable volumen de información producida sobre la materia, siguen
existiendo espacios inexplorados y carentes de respuesta en cuestiones tales como la naturaleza de las
competencias del líder y los mecanismos a emplear para la formación de las mismas, aspecto que se ha
mantenido como una constante irresoluta en la opinión de muchos de los especialistas más destacados
de las últimas décadas (BENNIS, 1982; KOTTER, 2001; YUKL, 2013). Desde medianos del S.XIX la
problemática del liderazgo ha sido observada por los distintos especialistas de las entonces incipientes
ciencias del comportamiento más como un fenómeno emergente propio de las características de
determinados individuos, propias de aspectos propios de su temperamento y decididamente no
reproducibles y obviamente tampoco transmisibles bajo modelos educativos formales.
Esta lectura, propia de la afirmación “los líderes nacen” define lo que habitualmente se caracteriza como
el primer gran paradigma en torno a la concepción de la problemática en la lectura de la mayoría de los
autores (DAFT, 2013) y si bien es una visión altamente controvertida y refutada por las investigaciones
conductistas de la mitad del último siglo, han tenido influencia en numerosas teorías derivadas del
campo de la psicología social. Los escenarios políticos y sociales de la segunda postguerra y la referida
consolidación del pensamiento conductista en el campo de la psicología, permitieron paulatinamente el
desarrollo de un paradigma alternativo, centrado en la idea del desarrollo de las cualidades del líder. La
expresión “el líder se hace” por antagonismo del concepto anterior, quedo expuesta como correlato de
una dualidad discursiva, en torno a una discusión que se instalaría en el campo de las ciencias sociales
durante los siguientes cuarenta años.
LUSSIER (2010) describe este periodo como la confrontación de dos modelos irreconciliables dados por
un paradigma genético, que destaca el carisma como atributo único y distintivo de quien ejerce el rol de
líder y un paradigma formativa, que atribuye al ejercicio del rol la práctica de diversos mecanismos de
influencia todos ellos sujetos al aprendizaje y la experiencia cultural. Dentro de la primera de estas
miradas, se volverían habituales expresiones tales como el “estilo de liderazgo” de una determinada
persona”, la “personalidad del líder” y expresiones similares, mientras que en torno a la mirada
formativa se hacen distintivas expresiones tales como “la pertinencia del rol” o la formación del
carácter. Nótese, como el lenguaje comienza a ser un elemento decisivo en la propia constitución y
caracterización del fenómeno (ECHEVERRIA, 2007)
A principios de los años ’70, una mirada presumiblemente conciliadora puede inferirse en algunos de los
postulados de la psicología social, que incorpora al análisis del fenómeno del liderazgo la dimensión
contextual y bajo la definición de un concepto caracterizado como la “emergencia del líder”, vincula
características especiales de la personalidad influidas culturalmente, con situaciones coyunturales del
entorno que propiciarían el fenómeno del liderazgo (MORALES, 2002; LOPEZ OCON, 2009).
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Parecía así, que hablábamos de dos tipos distintos de liderazgos, condicionados por la naturaleza del
entorno que los contenía: un tipo de liderazgo, con definiciones y características propias, propio de
marcos institucionales de alta estabilidad (por ejemplo, una empresa o una institución civil no
gubernamental) que requería de conductores que fueran capaces de afirmar su rol a largo plazo; y otro
tipo de líderes, de tipo más emergentes, propio de contextos sociales abiertos, de baja estabilidad
(por ejemplo, organizaciones políticas, sociales o el propio estado), donde el componente mediático del
rol daba una relevancia decisiva a la influencia contextual y su propia dinámica. Esta concepción, no
despojada de la posibilidad de numerosas comprobaciones empíricas, ha influido notoriamente muchos
de nuestros primeros trabajos sobre la materia que nos ocupa (GROSSO, 2002).
166
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
central de la temática que nos ocupa: la formación del individuo como una sumatoria de predisposición
más estímulo.
Es decir: el ser humano guarda n su constitución genética las posibilidades de desarrollar cualquier tipo
de competencias (es desconocido hoy día que incidencia genética real, pueden tener unas u otras), pero
requieren de un estímulo cultural sistemático para su materialización.
Esta idea está en términos generales, fuertemente arraigada en el campo de las llamadas neurociencias,
asociada al concepto de plasticidad de las redes neuronales (ABDALA, 2008; ALVAREZ GONZALEZ, 2014).
Debemos también a GARDNER (1998), una de las primeras visiones verdaderamente holísticas respecto
del fenómeno del liderazgo, al asociar el mismo con la interrelación entre distintos tipos de inteligencia,
fundamentalmente la denominada interpersonal (relativa al conjunto de capacidades vinculares y el
establecimiento de relaciones con otros) y la intrapersonal (vinculada a las fortalezas emocionales
propias de cada individuo y la forma en que las mismas le permiten desarrollar destrezas). Está claro
que, en ambos casos, el autor considera objeto pedagógico (es decir susceptibles de estímulo
sistemático para su desarrollo) ambos tipos de inteligencia.
Algunos años antes del trabajo de Gardner que referenciábamos en el párrafo anterior, otro pensador
contemporáneo ya había definido un marco de referencia concordante en muchos aspectos como base
para el desarrollo de las organizaciones: nos referimos a SENGE (1992) quien llevaría al plano
organizacional la idea del pensamiento sistémico y la capacidad permanente de aprendizaje
como mecanismos de progreso y perdurabilidad, poniendo especialmente en el concepto de “ dominio
personal” (que bien podría asociarse con la idea de inteligencia intrapersonal) como requisito liminar
del progreso y evolución del individuo y la necesidad de su proyección organizacional. En aquel
momento, Senge no profundiza aspectos puntuales sobre la formación de líderes, pero queda
establecida la idea de la posibilidad de desarrollo de competencias que en otras épocas podrían haberse
considerado propias de constituciones genéticas e inmutables y así se convierte en un referente
ineludible del moderno pensamiento empresario.
Otro autor de referencia obligada en esta línea de pensamiento es Daniel Goleman, quien de una
manera más sistemática aún, aborda la problemática del liderazgo desde un concepto que se ha
popularizado como inteligencia emocional (GOLEMAN; 1996) y que se encuentra firmemente enfocado
a la problemática que nos ocupa por dicho autor en numerosos trabajos posteriores (GOLEMAN, 2006;
2009; 2011; 2013). En todos ellos, queda claramente definida la idea que hoy en dominante en la
materia y que ha sido recogida por los principales referentes contemporáneos: la formación del líder
puede y debe ser integral, involucrando distintos tipos de competencias.
Todavía, sin embargo, como analizaremos más en detalle en los próximos apartados, no ha sido
simétrico el desarrollo metodológico de modelos formativos que sean integradores de la total
dimensión de este universo de competencias algo señalado también por distintos pensadores
contemporáneos (WYATT, 2013; BAZAN, 2014).
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Puede observarse claramente, que si bien hoy día contamos con numerosas y eficaces herramientas
didácticas para la formación de las principales competencias intrapersonales (por ejemplo, la
comunicación, el abordaje de conflictos o la negociación), no se ha verificado hasta el presente un
desarrollo similar para la formación de otro tipo de competencias (intrapersonales) más ligadas a la
fortaleza emocional propia del individuo. Estas carencias ya habían sido señaladas por muchos
especialistas desde hace más de una década (ALVAREZ DE MON, 2001) y nos ocuparemos más
minuciosamente de este análisis en el próximo apartado.
Está claro que el liderazgo se manifiesta en prácticas concretas de raíz interpersonal, pero se asienta en
condiciones del individuo que resultan indispensables para poder llevar a cabo las mismas, aspectos que
ya resaltáramos en trabajos anteriores (GROSSO, 2005; 2014). Una expresión popular y bastante
extendida en este sentido, es aquella que reza “no puede liderar a nadie, quien no se lidera primero a sí
mismo” …
Dos problemáticas se instalan a partir de esta línea de pensamiento y las mismas convocan la mayor parte
de las inquietudes actuales sobre la problemática del liderazgo: ¿Qué abarcan exactamente las
competencias intrapersonales?; y, ¿Cómo podemos formarlas de una manera sistemática?
Sobre el primero de estos interrogantes, la teoría vigente ha avanzado bastante. Probablemente la mejor
categorización y conceptualización de ésta dimensión intrapersonal, sea la aportada por KOFMAN (2001),
aunque merecen también destacarse los aportes de COVEY (2011) y SHARMA (2007). Sin embargo, a los
efectos de una mejor definición, citamos especialmente a RITT (2012, p.56) quien caracteriza las
competencias intrapersonales como:
“cualidades propias de cada individuo que se evidencian en un ser y un saber hacer que
favorece su crecimiento personal y el fortalecimiento de sus roles de liderazgo. Estos conjuntos
de competencias dependen en su generación y desarrollo de condiciones personales que
operan en forma independiente del contexto y el medio social más allá que puedan
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
constituirse en cimientos sobre las que se edifiquen otro tipo de aptitudes de corte relacional
que demanden en forma indispensable la interdependencia con otros”
Es necesario apuntar, de todas maneras, que sigue siendo objeto de análisis los componentes
puntuales de que implican este tipo de competencias, siendo necesario (como ya lo mencionáramos
en otros apartados) la elaboración de una taxonomía orientativa como requisito para llevar adelante
un estudio profundo sobre la materia. Respecto del segundo de los interrogantes, el terreno está
muchísimo menos explorado y carente en consecuencia de respuestas integradoras. Podríamos decir
que “sabemos lo que tenemos que formar en nuestros líderes”, pero todavía “no sabemos muy bien
cómo hacerlo”.
Son numerosos los autores que asocian la idea de la adquisición de una competencia intrapersonal en
forma directa con una “experiencia de vida”. En otras palabras, sucesos puntuales que afronta un
individuo que le permiten poner a prueba sus condiciones integrales y le permiten tomar conciencia de
su potencial y darle carácter repetitivo como práctica decisoria y norma de conducta. Asumiendo la
vasta variedad de estudios generados en esta línea, basta con citar a modo de ejemplo y referencias
ineludibles los trabajos de ALVAREZ DE MON (2004), GROTBERG (2006) y JERICO (2006), pero
parecería ser que en la mayoría de los casos estos análisis quedan en el plano empírico, rescatando el
valor de la experiencia y no diseñando los mecanismos que permitieran reproducir la misma en
ambientes controlados y como parte de una pedagogía específica.
En los últimos años se han ensayado distintas propuestas en dicho sentido desde distintos planos
disciplinares. Podemos señalar así que autores como GLADWELL (2007) o PASCALE (2004), han
realizado interesantes aportes desde el plano de la psicología organizacional y la economía del
comportamiento; ROCA (2006) o NEVILLE (2016), desde el plano de la psicología cognitiva han
construido algunos modelos que hoy se aplican en terrenos tales como la formación militar y el
deporte de alta competencia, e inclusive desde el plano de las neurociencias, contemos con aportes
que merecen ser especialmente considerados, como aquellos desarrollados por RIEZNIK (2016) o
BRAIDOT (2016). También requiere en este sentido rescatar la llamada “mirada bioantropológica”
encarnada por el pensamiento de autores como SINEK (2015) o SUZUKI (2013)
En todos ellos pueden observarse valiosos aportes que, sin embargo, terminan siendo parciales y con
un marcado sesgo disciplinar. Un ensayo de especial valía por su pretensión integradora es el realizado
por GOLEMAN y SENGE (2014) a partir del modelo denominado “triple focus”, que se propone un
formato de desarrollo integral a partir de la conjunción de tres conceptos ya trabajados por dichos
autores: el dominio personal, la inteligencia emocional y el pensamiento sistémico, integrando así la
idea de lo intrapersonal, lo interpersonal y lo contextual en un solo enfoque de trabajo.
Si bien los autores hacen referencia a distintas experiencias modelizadas en escuelas de enseñanza
primaria en Canadá, EEUU y Finlandia, hasta el presente no se han conocido aportes que hablen de
una sistematización del modelo que pueda ser reproducida y mejorada en distintos entornos y con
distintas poblaciones.
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Indagación
El ejercicio práctico de competencias en cualquier plano de la acción humana requiere de un proceso de
aprendizaje que implica en forma primaria el auto reconocimiento del individuo y de la misma manera la
identificación de aquellos estímulos que ha generado su adquisición. De esta manera, se hace viable la
sistematización de un proceso formativo que pueda reproducir dichos estímulos creando una experiencia
pedagógica que permita la formación efectiva de líderes.
Masculino: 43 Femenino: 19
Secundarios incompletos: 6
Secundarios completos: 18
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Como puede observarse, más allá de ser una muestra acotada, la muestra es especialmente heterogénea,
elección deliberada en vistas de la intención de universalizar conclusiones (más allá de reconocer los
condicionantes regionales influyentes desde una perspectiva contextual más amplia). Saludablemente, a los
efectos de la presente investigación, como se observará más adelante hemos obtenido bases de análisis
comunes entre los distintos casos, que una vez tabuladas han conducido nuestras inferencias en rumbos
tales como los que se describen a continuación.
Un amplio número de casos de los estudiados (53) se caracteriza por transmitir una idea sumamente
precisa sobre una perspectiva de la propia vida y su interrelación con el resto del mundo no exenta de una
importante cuota de espiritualidad (en algunos casos religiosa y en muchos otros no) que marca una
impronta que trasciende el deseo y las motivaciones individuales con un sentido de trascendencia y
convicción acerca de un destino personal ligado a una vocación de servicio.
En todos los casos, esta cosmovisión se encuentra asociada con la identificación de una figura formadora
(padre, maestro, profesor, primer jefe, etc.) que actuó como principal influyente, inclusive en los casos de
ausencia parental. También son destacables en este terreno manifestaciones en torno a estímulos
tempranos recibidos, experiencias de alta impronta y “puntos de quiebre” que han resultado de vivencias
intensas de fuerte impronta emocional.
Otro espacio de observación que también ofrece un generoso espacio de respuestas con puntos comunes
(56) se ubica en el campo del conocimiento propio: la identificación de virtudes y defectos propios y la
construcción mediante la misma de una sólida autoestima. No se observan, salgo casos muy aislados,
manifestaciones que pudieran asociarse con rasgos acentuadamente egoístas, sino más bien expresiones
que hablan de una gran autonomía personal con un sentido de “hacerse cargo” de las situaciones que
enfrentan, pero con un sentido solidario y hasta incluso extremadamente “protector” del grupo que
conducen.
Reconocidas y evidenciadas las competencias poseídas se orientó a los participantes en la reflexión acerca
de lo medios y mecanismos a que atribuían el desarrollo de las mismas.
Fuerte compromiso con el proyecto personal, deseos permanentes de superación y una gran perseverancia
fueron los elementos emergentes más generalizados y nuevamente surgió con nitidez la idea de una “figura
de referencia”, formador y ejemplo inspirador.
También es destacable por su generalidad en la manifestación (más allá de las particularidades con que
cada entrevistado lo expresa) la idea de “una vida equilibrada” y la realización de actividades que se
desarrollan en campos totalmente ajenos al del ámbito primario de actuación.
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
En esto existe una amplia variedad de opciones que se han mencionado: muchas de ellas vinculadas a
actividades que fomentan un campo mixto de acciones motrices, pero de fuerte contenido simbólico y
hasta místico (yoga, tai chi, artes marciales y distintas prácticas de meditación dinámica); en otros casos,
la actividad está vinculada a prácticas deportivas individuales y de fuerte compromiso físico: carreras de
resistencia, senderismo, ciclismo y distintas variantes de entrenamiento funcional. El concepto
dominante en estos casos es el de “poner a prueba los límites” y sentirse “capaz de superar cualquier
cosa”.
En otros casos, la actividad se vincula más a cuestiones artísticas, visualizándose también una amplia
variedad de opciones: artes plásticas, danza, lectura, cine, etc.
o Ninguno de ellos se manifestó en torno a que su única motivación tuviera que ver con su
actividad principal, por el contrario, la amplia mayoría de los entrevistados (59) le asignan un
valor determinante a sus “otras actividades” como fuente de aprendizaje y factor de equilibrio
personal.
o En todos los casos señalados, se apuntó también a dichas actividades como fuente primaria para
la formación de varias de las fortalezas adquiridas.
o Por último, se asigna un valor determinante a estas actividades en cuestiones tales como “el
equilibrio emocional”, la “paz mental”, la “fortaleza del carácter” o expresiones similares.
En otro orden, cabe destacar que por lo general los participantes, aún los de más alto nivel de
instrucción, no asignaron un papel demasiado relevante a su educación formal en su potenciación
como líder, en todo caso (y fundamentalmente en el caso de los graduados universitarios) solamente
reconocen las “herramientas útiles” que obtuvieron para su desempeño operativo.
Finalmente, otro factor que merece destacarse, es el alto grado de sociabilidad de los entrevistados, que
en la totalidad de los casos manifestaron la importancia asignada al marco de vínculos afectivos y
relaciones que los han contenido a lo largo de su trayectoria.
Discusión
Construir un modelo de formación de competencias para líderes parte de búsqueda de respuestas a tres
grandes preguntas: ¿Cuáles son las competencias que requerimos? ¿De qué manera se generan?
¿Cómo las estimulamos?
El fenómeno del liderazgo emerge de un acto de voluntad del individuo, el reconocimiento de sus
propias cualidades y su historia de vida (algo para lo cual cualquier ser humano está preparado) y el
desarrollo de una serie de estímulos que permita su expansión y aplicación práctica.
Con nuestro equipo de colaboradores, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a decenas de líderes
durante varios meses. Individuos que se desempeñan en organizaciones de distintos tamaños y
actividades, con distintos niveles de formación y, lo más importante, con distintas historias de vida.
Comparamos trayectorias, desempeños, habilidades evidenciadas, percepción directa de ellas por el
implicado y sus colaboradores, experiencias vividas… Y en ese marco de diversidad nos encontramos con
172
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Poder trabajar sobre este ensayo taxonómico ensayado al solo efecto de poder realizar un mejor
abordaje en el análisis, nos permite contar con un terreno amplio de reflexión acerca de los
mecanismos más apropiados para sistematizar las experiencias formativas requeridas para las
demandas contemporáneas de la formación de líderes.
Sin despreciar la propia experiencia áulica (aunque ya hemos visto que parecería no ser
determinante, al menos en la percepción de los involucrados), está claro que la misma debe dirigirse
a la creación de espacios genuinos de reflexión más que de “transmisión de información”. También
se observa nítidamente, que la figura del “orientador personal” como una figura clave en el
proceso de formación del líder, por lo que recursos ya conocidos como la mentoría, puede
convertirse en un pilar fundamental del modelo.
Un tercer aspecto a considerar es el campo de las experiencias que deben integrar el modelo.
Presumiblemente, los individuos involucrados en el estudio, han desarrollado un conjunto de
vivencias, en muchos casos en forma espontánea y/o circunstancial, en otros sistematizados en
actividades de indirecta vinculación (deportivas, artísticas, culturales, comunitarias) de las que es
necesario extraer conceptualmente los factores de impacto emocional y simbólico que las mismas
contienen.
En este último sentido, es factible inferir que, bajo un ambiente de riesgo controlado, deberían
reproducirse actividades que promovieran un ambiente de tensión creativa bajo presión y que
inspirara condiciones para la toma de decisiones en condiciones de incertidumbre y conflicto. Los
recursos en este sentido son múltiples y de alta disponibilidad, requiriendo de la lógica adaptación
que requiere su integración al modelo general.
Conclusiones
Está claro, al menos desde la definición, que desarrollar competencias es algo que va mucho más allá
de la simple transmisión de información en el mejor de los casos acompañadas por un conjunto de
acotadas experiencias lúdicas que pretenden instalar comportamientos.
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Se define en un campo interdisciplinar que requiere de una convergencia de saberes que abarcan
desde la lingüística y la pedagogía, hasta los más actuales desarrollos de la psicología cognitiva y las
neurociencias.
El desafío de la integración transdisciplinar sigue siendo en este sentido el principal desafío, junto a la
necesidad de contar con la pericia apropiada de los formadores que deberán llevar adelante tamaña
tarea.
Si en algo han cambiado rotundamente las organizaciones en los últimos años es que cada vez estamos
más convencidos de la insustituible capacidad de generar valor que tienen en las personas y la
necesidad de contar con ellas como factor esencial para generar competitividad y edificar el éxito a
largo plazo.
Así, hemos colocado en nuestra agenda directiva y le hemos asignado un rango estratégico a cuestiones
tales como el reclutamiento, la formación de nuestros colaboradores, el desarrollo de atractivas
propuestas de incentivos y la apuesta permanente a construir equipos de trabajo autónomos y
altamente productivos, cualquiera sea el agrupamiento de tareas o la dimensión de los proyectos que
nos convoquen.
Esta revalorización del talento humano, nos ha llevado también a repensar profundamente la manera en
la que impulsamos el desarrollo de las personas, su orientación, motivación, compromiso y,
fundamentalmente, la forma en que las mismas son conducidas. En otras palabras, en organizaciones
construidas en torno a las personas, ha vuelto a hacer prioritaria para todos nosotros la problemática
del liderazgo en los distintos estamentos de la organización.
Tal vez porque resulta claramente inconcebible una organización en la que pueda desplegarse en
plenitud el talento humano y las personas den lo mejor de sí con un fuerte compromiso y sentido de la
responsabilidad, si las mismas no son adecuadamente dirigidas: en la misma línea que el conjunto de
aspectos que mencionábamos anteriormente entonces, y más aún, conteniendo de alguna manera a
todos ellos, no es raro que la problemática del liderazgo se constituya en una prioridad de análisis.
39
Publicado en: InterPharma – Nro.61, Julio 2018
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Ya pasaron las épocas en las que imaginábamos que un gran conductor brillante e inspirador (o en todo
caso una pequeña elite de ejecutivos destacados) eran capital suficiente para llevar a buen puerto
nuestra organización en mares cada vez más turbulentos e imprevisibles.
Hoy entendemos que con eso no alcanza... Necesitamos construir una verdadera estructura de liderazgo
que atraviese longitudinalmente el conjunto de estratos organizacionales: líderes de ideas, líderes de
tareas, líderes de personas en la cotidianeidad de la acción.
¿Y dónde están esos líderes? ¿Dónde podemos encontrarlos? Son interrogantes que en muchos casos nos
llenan de ansiedades, ante la búsqueda de un recurso que claramente parece escaso en la sociedad
contemporánea (¡y, por cierto, que lo es!). Es probable que la respuesta no sea demasiado tranquilizadora
para muchos: más allá de lo cómoda y atractiva que resulte la idea de “comprarlos hechos”, esto no va a
ocurrir. Habrá que formarlos, con esfuerzo, paciencia y disciplina.
Formar líderes… Otra expresión que puede movilizar el escepticismo y la desconfianza de muchos (cada vez
menos, afortunadamente). Demasiado mal han producido en nuestra sociedad y en nuestras empresas
aquello que yo llamo los “mitos creacionistas” en torno al liderazgo. Expresiones tales como “los verdaderos
líderes nacen” o “su estilo de liderazgo es el indicado para nuestra organización” y tonterías similares, han
probado sobradamente ser irreales y claramente nocivas para el desarrollo organizacional. En todo caso,
quedan apenas resabios aislados de un viejo paradigma del liderazgo construido en torno a la idea de la
posesión de un “don especial” y se afirma, ya casi fuera de cualquier discusión seria, un nuevo paradigma
centrado en el desarrollo de competencias, que obviamente pueden (¡y deben!) formarse.
También en mi ejercicio profesional, interactúo con frecuencia con departamentos de recursos humanos y
consultoras proveedoras de los mismos que me hacen llegar propuestas de contratación para desarrollar
“cursos” sobre liderazgo y sus distintas derivaciones para gerentes y responsables de equipos, bajo el
formato de una serie de encuentros que rara vez superan las 10 0 12 horas (¿?) en un espacio áulico, a partir
de las cuales nuevamente se espera recibir el elixir concentrado que transforme mágicamente el
funcionamiento de la organización (propuestas que generalmente rechazo, por saberlas de antemano
condenadas al fracaso).
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
Nada de esto tiene que ver con formar líderes en serio, ni en las expectativas, ni en los contenidos y mucho
menos, en los formatos ideados. Poder desarrollar competencias que sean sostenibles en el tiempo requiere
de otras cosas, de otro enfoque y de otros recursos pedagógicos.
Desarrollando competencias
Está claro, al menos desde la definición, que desarrollar competencias es algo que va mucho más allá de la
simple transmisión de información en el mejor de los casos acompañadas por un conjunto de acotadas
experiencias lúdicas que pretenden instalar comportamientos. Fútiles iniciativas, que sin embargo parecen
haberse convertido en los últimos tiempos en el “último grito de la moda” para la formación de líderes
(producto nuevamente de los emergentes de esta era de inmediatez que nos rodea… y porque no, también,
de la necesidad de justificar presupuestos).
Desarrollar competencias es otra cosa: es un proceso prolongado y metódico que parte de reconocer y
potenciar cualidades del individuo, contextualizarlas y, recién allí, ensayar bajo un ambiente
monitoreado su transferencia eficaz a la acción.
Se define en un campo interdisciplinar que requiere de una convergencia de saberes que abarcan desde
la lingüística y la pedagogía, hasta los más actuales desarrollos de la psicología cognitiva y las
neurociencias.
No obstante, para no desmoralizar al lector en términos de lo que pudiera interpretarse como una
complejidad inabordable a partir de lo expuesto en el párrafo anterior, debemos decir que el proceso es
mucho más natural de lo que pudiera leerse, si nos acompaña la decisión de acometer la tarea con la
seriedad que requiere.
Construir un modelo de formación de competencias para líderes parte de búsqueda de respuestas a tres
grandes preguntas: ¿Cuáles son las competencias que requerimos? ¿De qué manera se generan? ¿Cómo
las estimulamos?
El fenómeno del liderazgo emerge de un acto de voluntad del individuo, el reconocimiento de sus
propias cualidades y su historia de vida (algo para lo cual cualquier ser humano está preparado) y el
desarrollo de una serie de estímulos que permita su expansión y aplicación práctica.
Las 9 competencias
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
Empezando por la definición de esto último, la formación del líder claramente debe desarrollarse en
tres dimensiones:
a) Una dimensión del YO, de carácter intrapersonal, que involucra los aspectos internos de la
persona (generalmente los más descuidados en los programas tradicionales de formación)
b) Una dimensión del OTRO de carácter interpersonal, que involucra el conjunto de habilidades
sociales y la forma en la que el individuo construye sus vínculos
c) Una dimensión del CONTEXTO que involucra el desarrollo de las capacidades para afrontar los
condicionantes del entorno y adaptarse en forma eficaz a ellos
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o la formación de un carácter definido por una alta FORTALEZA MENTAL: que permita
desarrollar una fuerte tolerancia a la frustración, sostener la eficacia en contextos de alta
presión, administrar el estrés y cultivar una férrea disciplina personal.
o Las habilidades para el DESARROLLO DE EQUIPOS: involucrar a las personas, motivarlas, construir
lazos cooperativos entre ellas, crear sentido de pertenencia e identificación
Como se advierte, trabajar en forma integradora sobre el modelo, requiere de un compromiso de continuidad
a lo largo del tiempo y una precisa alternancia de diversos estímulos formativos colectivos e individuales, que
no desprecian el tradicional espacio de encuentro áulico o las prácticas en el terreno, pero como piezas de un
esquema mucho más amplio que se complementa con otros recursos como el mentoreo, las inmersiones
vivenciales y un conjunto de recursos innovadores que hoy conocemos para el desarrollo de una experiencia
integradora que apunta, como ya mencionáramos anteriormente a la configuración de una transformación
emocional integral del individuo… Porque si todavía no lo hemos asimilado, de eso se trata la conformación de
un genuino liderazgo, que resulta indivisible de un aquilatado deseo de superación personal.
Lleva tiempo... desde ya; implica una inversión mayor de la que estamos acostumbrados a hacer... por
supuesto. Pero de la mano de esto se presenta una realidad también innegable: resultados sostenidos en el
tiempo, marcadamente superiores a los habitualmente logrados y una inversión realmente consistente en el
capital humano de la organización que permitirá un incremento constante de la productividad del conjunto de
nuestros colaboradores por el lógico efecto multiplicador que un buen liderazgo extendido.
178
LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
ACTIVIDAD de AUTODIAGNOSTICO
Ficha para el participante
a) El objetivo del presente ejercicio es que el participante realice su propio diagnóstico y evaluación
de competencias a partir del modelo presentado.
b) En cada uno de los campos deberá describir el grado de desarrollo que considera tener de cada
una de las competencias presentadas e identificar experiencias concretas en las que se hayan
puesto de manifiesto
c) Los resultados obtenidos podrá intercambiarlos con algún colega a fin de efectuar un control
cruzado y analizar las diferencias que pudieran existir.
PERCEPCION DE COMPETENCIAS:
Competencias percibidas:
Experiencias atribuidas:
Otros comentarios:
Competencias percibidas:
Experiencias atribuidas:
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Otros comentarios:
Competencias percibidas:
Experiencias atribuidas:
Otros comentarios:
Utilice los siguientes videos para movilizar la reflexión y el debate abierto dentro del grupo sobre los
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
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LIDERAZGO Y CONDUCCIÓN DE EQUIPOS I 25
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Secretaría de Coordinación, Formación y Carrera - Colección de Manuales para la Formación de Formadores
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INSTANCIA DE CONSULTA PERMANENTE
CONSEJO ASESOR FEDERAL SOBRE FORMACIÓN
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