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Semestre 2018-2
Septiembre 26
TRABAJO FINAL
Sin alejarnos demasiado de ésta, intentare abordar otras definiciones para hallar una respuesta
al interrogante de cuál será el modelo pertinente a la hora plantear un currículo, ¿plantearlo
desde el concepto de autonomía escolar o desde el concepto de currículo único?
La comunión entre las distintas teorías que confluyen en la construcción del currículo escolar
será el mayor desafío que se le presenta a cualquier sistema educativo, y especialmente en
Colombia, país en el cual por tradición desde inicios de los 90 se construyen los currículos
desde el concepto de autonomía escolar, fundamentados en el principio de autonomía
enunciado por la constitución de 1991 y muy bien defendido este principio, por la
organización sindical.
sin embargo, esta definición aunque difiere un poco a la primera ya que incluye actividades
y evaluación, no riñe mucho, pareciendo categóricamente más general la de nuestra ley
general por incluir la identidad cultural, local, regional y nacional acercándose mucho a la
teoría de Monzón (2010) quien platea el currículo como una “construcción cultural” útil para
explicar realidades empíricas y de características poco univocas y además en constante
cambio.
En Colombia existen dos posturas en cuanto a cómo debe ser construido el currículo: la
primera fundamentada en la ley general de educación, defendida por el movimiento sindical
y algunos intelectuales, y la segunda escasa en teoría, pero basándose en experiencias
internas y externas, a partir de las cuales se intenta sostener la tesis de los avances que se
lograrían con respecto a calidad de la educación, si se implementara un currículo único, que
abarque la concepción de desarrollo integral del ser humano desde una perspectiva holística
y que incluya el concepto de ciudadanía global.
Monzón (2010) hace un análisis hermenéutico del concepto y plantea esta dicotomía como
un problema de interpretación (del currículo como texto): primero habla de currículo desde
una perspectiva hermenéutica univocista llevado a la teoría curricular, veremos aquí la
construcción de currículos estrictos, perfectamente diseñados, estructurados y cerrados
correspondientes a este tipo de hermenéutica, y desde una perspectiva equivocista, un autor
(maestro, comunidad o estado) podría pretender escribir sin la intención de ser comprendido,
dejando realmente que sea el lector (el estudiante como constructor de su propio aprendizaje
rayando en lo local y sin objetivos universales) quien interprete su propio texto. Aparecen
en este punto los currículos analógicos como intermedios, algunas veces cerrados, otras
abiertos, reconocen la necesidad de saberes y habilidades de adquisición universal pero
privilegian los saberes locales e históricos. Mejor que un camino a seguir bien trazado, un
plan abierto de posibilidades, limitadas por algunas líneas guía que impiden infinitas
interpretaciones pareciéndose más a un modelo general, universal, que cada maestro deberá
adaptar para las necesidades del contexto educativo donde desarrolla su labor docente.
De acuerdo con Monzón (2010) la propuesta de currículo debe hacerse desde una perspectiva
análoga que incluya aspectos de las perspectivas univocista y equivocista, lo que no descarta
la posibilidad de una propuesta de currículo único, que deberá ser construida por todos, pero
para todos. Por lo tanto su planeación y proyección pensada desde la comunidad, el docente
o el estado debería hacerse teniendo en cuenta las posiciones de la sociedad ya que el
currículo es una construcción social.
Otras debilidades detectadas en estas comunidades educativas, tienen que ver con la
aplicación de la autonomía en procesos pedagógicos, pues aún se conservan tendencias
tradicionalistas basadas en la transmisión irreflexiva del conocimiento y también se acusa
de debilidad la participación de los padres de familia en los diversos ambientes y ámbitos de
la comunidad educativa ( Jaramillo., p. 134).
Como sucede en las demás profesiones, que tienen estándares mundiales construidos para su
accionar, los docentes se han centrado en actividades de diseño curricular sin las
competencias ni insumos necesarios, en muchos casos improvisando, lo cual los aleja de su
objetivo principal: los aprendizajes de los estudiantes, particularmente de aquellos con más
dificultades, aspectos centrales en una visión de profesionalización de la docencia. Por ello,
es fundamental suministrar a las escuelas modelos curriculares que sean realmente
funcionales, representados en objetivos concretos y material educativo que ilustre formas
eficaces de cumplir con la misión de enseñar (Duque, Celis, Díaz y Gómez, 2014., p. 116).
No quiere decir que la institución educativa no sea capaz, quiere decir que la institución
educativa debió ser instruida, antes de la inmersión en la construcción de su propio currículo.
Los autores que trabajan el currículo desde esta perspectiva están conscientes de la necesidad
institucional no sólo para evaluar y reformular los planes de estudio, sino también para
ofrecer desde un plan de estudios una perspectiva que invite a los docentes a innovar y
organizar su labor docente.
Díaz Barriga, (2003) afirma que esta realidad obliga intelectual y moralmente a los
maestros a generar o sistematizar propuestas para la elaboración de planes de estudio, tales
como la formación centrada en la investigación de los currículos de posgrado, en particular
los de doctorado; la organización curricular flexible; la enseñanza por competencias, o bien,
la incorporación de teorías cognitivas como la educación situada y la formación por
problemas (p. 8).
Finalmente nuestro autor citado afirma que los especialistas en planes de estudio son
conscientes de que los contenidos que se establecen en un plan de estudios no necesariamente
se llevarán a cabo al pie de la letra en un escenario escolar. De hecho, se esfuerzan por lograr
una formulación de contenidos mínimos que no siempre surgen de su cabeza, sino que son el
resultado del trabajo que realizan con un grupo de especialistas en cada una de las disciplinas
del plan. También hay conciencia de que las instituciones necesitan promover el trabajo
escolar a partir de un plan, ya que la educación reclama una orientación general, innovadora
y sensata que se plasme en un plan de estudios (Díaz 003., p. 9).
En una vista a Colombia en el año 2016, José Gimeno Sancristan fue entrevistado por un
periodista colombiano sobre su postura en cuanto al modelo de construcción curricular
colombiano, a lo cual afirma que en definitiva generar un currículo nacional de educación
con participación de todos los sectores sociales, académicos y no académicos, es el desafío
para la construcción de la Colombia del posconflicto, dejando el camino abierto a repensar
en una construcción de currículo en conjunto con la sociedad, pero siempre unificando
esquemas a partir del posconflicto.
El profesor Tapiero (2009) aborda una perspectiva nueva intentando fortalecer las
instituciones educativas en cuanto a la construcción de currículo, el realizó una investigación
en instituciones educativas en Colombia y con docentes para proponer el modelo de
desarrollo curricular neosistémica y dinámico a partir del concepto de autonomía, partiendo
de que éste concepto no está desarrollado al interior de las instituciones educativas,
incluyendo el concepto de autorregulación, punto en donde afirma se está fallando. El
profesor Tapiero a partir de esta investigación responsabiliza al liderazgo pedagógico-
administrativo al igual que a políticas de Estado de descentralización, recomendando una
vinculación de las instituciones de educación superior en cuanto la formación de maestros.
El saber aprender, en este caso, determina una extensión de formación aplicada a los maestros
desde las necesidades de la modernización escolar en el siglo XXI, para re-crear el
desempeño profesional de la docencia en la disposición permanente de enfrentar lo nuevo
desde el cambio que se opera en la aplicación de lo aprendido, de manera que la
modernización escolar se autorreferencie desde la cohesión de la institución educativa que
producen los desarrollos de la investigación educativa y pedagógica.
Otro aspecto fuerte tiene que ver con los materiales que siendo uniformes tienen la gran
ventaja de hacer accesible la educación a las clases más desprotegidas, de hacerlo gratuito,
de masificar su producción y bajar costos.
Otra forma de concluir es la referente a las ventajas que tendrá la aplicación de un modelo
de currículo único en Colombia, como por ejemplo la oportunidad de favorecer la identidad
nacional, los valores culturales y el principio de equidad e igualdad.
No podemos dejar de revisar las falencias del actual modelo de desarrollo curricular desde la
autonomía institucional, se debe revisar que hay una desarticulación en el sistema y que
ésta está muy latente en la normatividad a partir de la ley 715 de 2001 en el artículo 9, en el
cual lo que se generó fue un agrupamiento de las instituciones educativas para relacionar el
concepto de calidad de la educación con el termino cobertura, pero lo que se logró fue unir
unos centros educativos desprovistos de política en integración pedagógica y curricular.
REFERENCIAS
Duque, M., Celis, J., Díaz, B. Gómez, M., (2014) Diez pilares para un programa de
desarrollo profesional docente centrado en el aprendizaje de los estudiantes. Revista
Colombiana de Educación no.67. Bogotá
Palacio, J.G. (07 de noviembre de 2016). Crear un currículo social es uno de los grandes
desafíos para la Colombia del posconflicto. El colombiano. Consultado en:
http://www.elcolombiano.com/colombia/educacion/crear-un-curriculo-social-es-uno-de-
los-grandes-desafios-para-la-colombia-del-posconflicto-XD5317154
Jaramillo R., Rodrigo., Vélez S., German. (1999). Autonomía escolar y calidad: Estudios
de caso en la educación pública. Revista Educación y Pedagogía Vol. 16 N° 38.