Literatura
Una canción íntima para
sobrellevar
la marea alta
En momentos de crisis, el arte parece una muleta
que sostiene el espíritu. Un acercamiento a entender
qué es la cultura y qué representa en panoramas
inciertos. Cuál es su esencia.
I VALERIA MURCIA CORTÉS
S on las 6:00 y los niños se asoman
a las ventanas y a las puertas para
escuchar el cuento de la tarde en
Bahía Solano. No son tantos, no hay más
de una docena en esa cuadra, pero proba-
blemente ese micrófono y ese parlante sir-
ven para llegarle a más gente. Quien los
usa para narrar es Velia Vidal, promotora
de lectura, directora de la corporación edu-
cativa y cultural Motete y de la Fiesta de la
Lectura y la Escritura de Chocó (Flecho).
Sin sobrepasar el límite con el exterior,
los niños y sus padres se preparan, pues en
esa región la cuarentena se goza con una
buena historia. El de esa noche: El sol, la
luna y el agua. Alguien se los envió como
una recomendación para compartir duran-
te uno de los días de encierro y Vidal se lo
aprendió para narrárselo a los niños y sus
familias. El primer día que narró una
historia de esa manera durante la cuarente-
na le aplaudieron.
Instagram, durante el primer fin de
semana de resguardo en casa, se convirtió
en la más íntima de las salas de concierto.
Había, cada noche, por lo menos dos o tres
propuestas musicales en vivo desarrollán-
dose al mismo tiempo. Desde la privacidad
de sus habitaciones, sus salas, sus comedo-
res o sus balcones, artistas se presentaban
sin mayores arandelas. Sus canciones se
Foto Shutterstock
vestían con una guitarra, la voz y a veces
unas maracas o un cajón peruano, era
como volver a la raíz.
El arte, en sus diversas formas y hasta de
manera virtual, se cuela hasta en estos
6 Domingo, 29 de marzo de 2020
momentos o especialmente en estos
momentos. “Lo que hemos hecho en esta
crisis es poner en escena nuestras manifes-
taciones culturales en una nueva platafor-
ma”, dice Vidal. Lo que se escribe, se coci-
na, se baila y se interpreta es lo que ha
empezado a multiplicarse en las redes
sociales por estos días, “se están llenando
de lo que somos, solo que ahora lo estamos
mostrando de manera remota”.
Eso que cada uno es, esa parte que está
tan enlazada a la identidad y que se le
llama cultura. Ella está presente incluso
ahora, cuando se cayó la agenda de even-
tos: tanto de los que tenían un aforo de 50
personas hasta los que iban a albergar a
millones. Todos.
FORMAS DE ENTENDERLA
Para el antropólogo Edward Burnett Tylor
la cultura se trataba de un conjunto de ele-
mentos que cada persona adquiere al ser
parte de la sociedad. El arte, el conoci-
miento, la moral, el derecho y las costum-
bres entraban ahí. El tejido de conductas
que son aprendidas, observadas y manifes-
tadas por un grupo de seres humanos.
Por esa vía, también desde la antropo-
logía, Hernán Dario Gil Alzate, filóso-
fo, antropólogo y profesor en el Centro
de Humanidades de la Upb, explica que
“cuando hablamos de cultura se hace
referencia a los hábitos y las costum-
bres que adquirimos en la relación
social que tenemos con los progenito-
res”, principalmente. Menciona que es