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Duvier nagles
Vista hermosa
2019
Capítulo 13
En el aturdimiento de los últimos años, Úrsula había dispuesto de muy
escasas treguas para atender a la formación papal de José Arcadio, cuando
este tuvo que se preparado a las volandas para irse al senario, meme, su
hermana retirada entre rigidez de Fernanda y las amarguras de Amaranta,
llego casi al mismo tiempo a la edad prevista para mandarla al colegio de
las monjas donde harían con ella una vida espirituosa.
Úrsula se sentía atormentada por graves dudas acerca de la eficacia de los
métodos con que había templado el espíritu del lánguido aprendiz de
sumo pontífice, pero no le echaba la culpa a su trastabillante vejez ni a los
nubarrones que apenas le permitían vislumbrar el contorno de las cosas,
sino a algo que ella misma no lograba definir pero que concebía
confusamente como un progresivo desgaste del tiempo “ los años de
ahora ya no vienen como los de antes” solía decir sintiendo que la realidad
cotidiana s e le escapaba de las manos, antes los niños se demoraban
mucho para crecer no había sino que recordar todo el tiempo que se
necesitó para que Jorge Arcadio el mayor se fuera con los gitanos y todo lo
que ocurrió antes de que volviera pintado como una culebra y hablando
como un astrónomo, y las cosas que ocurrieron en la casa antes de que
Amaranta y Arcadio olvidaran la lengua de los indios y hablaran el
castellano, había que ver las del sol y sereno que soporto el pobre José
Arcadio Buendía bajo el castaño y todo lo que hubo que llorar su muerte
antes de que llevaran moribundo a un coronel Aurelio Buendía que
después de tanta guerra y después de tanto sufrir por el aun no cumplía
50 años, en otra época después de pasar todo el día haciendo animalitos
de caramelo, todavía le sobraba tiempo para ocuparse de los niños, para
verles en el blanco del ojo que estaban necesitando una pócima de aceite
de ricino.
En cambio ahora cuando no tenía nada que hacer y andaba con José
Arcadio acaballado en la cadera desde el amanecer hasta la noche, la mala
clase del tiempo le había obligado a dejar cosas a medias, la verdadera
que Úrsula se resistía a envejecer aun cuando ya había pedido la cuenta
de su edad y estorbaba por todos lados y trataba de meterse en todo y
fastidiaba a los forasteros con la preguntadora de si no habían dejado en
la casa por los tiempos de la guerra, un San José de yeso para que lo
guardara mientras pasaba la lluvia
Capítulo 14