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FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINÁMICA DEL ALCOHOL

ABSORCIÓN DEL ALCOHOL


El alcohol una vez ingerido se absorbe en parte en el estomago (20%), y
principalmente en el intestino delgado (80%) atravesando las membranas del
tracto gastrointestinal por difusión simple. La rapidez de absorción depende
del alcohol que llegue al intestino delgado, de tal manera que distintos
aspectos como por ejemplo;
● la presencia de alimentos en el estomago
● La cantidad de alcohol ingerida
● características de la bebida consumida influyen en la velocidad de
absorción.

La presencia de alimento así como la existencia de factores que dificulten el


vaciamiento gástrico, disminuye la velocidad de absorción del alcohol.. En
cambio, la absorción aumenta en casos de vaciamiento gástrico rápido,
ausencia de proteínas, grasas, o carbohidratos en el estomago (estas sustancias
interfieren en el proceso de absorción) La cantidad de alcohol absorbida puede
variar según el tipo de bebida y concentración alcohólica de esta. Así es que
las bebidas carbonatadas se absorben más rápidamente y también se ha
observado que concentraciones de alcohol por debajo del 10 % o por encima
del 30 % se absorben más lentamente que las concentraciones entre 15 y 30
%. Parte del alcohol ingerido se metaboliza en el estomago por medio de la
enzima alcohol – deshidrogenasa (ADH).
La actividad del alcohol- deshidrogensa gástrica es menor en las mujeres que
en hombres , lo cual contribuye a que con la misma cantidad de alcohol
consumido en las mujeres se alcancen mayores concentraciones de alcohol en
sangre que en el caso de los varones.
DISTRIBUCIÓN
El nivel máximo de alcohol en sangre se alcanza entre los 30 y 90 minutos
desde que se ingiere la bebida. Una vez absorbido el alcohol se distribuye en
todo el organismo, salvo en el tejido graso. El alcohol atraviesa con facilidad
la barrera hematoencefálica y placentaria. Además la leche materna trasporta
un 95% del contenido plasmático del alcohol.
METABOLISMO
Después de su absorción el alcohol, atraviesa el hígado antes de alcanzar la
circulación y distribuirse por todo el organismo. El 90 % del alcohol ingerido
se metaboliza por oxidación en el hígado. En el metabolismo oxidativo del
alcohol a nivel hepático se distinguen varias fases:
1.- En primer lugar se produce la oxidación del alcohol a acetaldehído,
proceso que tiene lugar en el hepatocito por tres vías diferentes
2.- Después el acetaldehído vuelve a ser oxidado, a nivel mitocondrial para
formar acetato.
3.- El acetato se biotransforma en acetil -CoA, que sigue la misma ruta
metabólica que el resto originado en el organismo (beta oxidación).

OXIDACIÓN DEL ALCOHOL A ACETALDEHÍDO


1.- Vía alcohol – deshidrogenasa Es la vía principal de metabolización del
alcohol. La enzima responsable de la conversión del alcohol a acetaldehído es
el alcohol – deshidrogenasa (ADH), enzima citoplasmática que se encuentra
en el hígado pero que también está presente en el tracto gastrointestinal,
riñones, pulmones y en pequeñas cantidades en el cerebro. El ADH no es
específico en el metabolismo del alcohol, pudiendo intervenir en el
metabolismo de otros alcoholes. La velocidad de conversión está determinada
por la cantidad de enzima disponible (70%) y por la disponibilidad del
cofactor NAD (30%). Este se transforma en su forma reducida , NADH dando
lugar a un aumento en la relación NADH / NAD, el cuales responsable de
muchos de los trastornos metabólicos observados en consumo crónico de
alcohol y en el alcoholismo. La actividad de la ADH aumenta con la edad y
disminuye en situaciones de déficit de proteínas, hecho que podría explicar la
disminución de la depuración del alcohol en caso de desnutrición , frecuente
en pacientes alcohólicos. El NAD puede hacerse más disponible por
administración de fructosa insulina y glucosa o por otras fuentes de piruvato.
Por ello la velocidad del metabolismo del alcohol solo puede incrementarse
ligeramente. Este proceso presenta una cinética de orden cero y debido a la
alta afinidad del ADH por el alcohol se satura con facilidad.

MICROSOMAL
Es una vía secundaria de la metabolización del alcohol en el hepatocito, que se
ha denominado “sistema microsomal oxidante del alcohol” (MEOS) y que
tiene lugar en el retículo endoplasmico liso de la célula. En el citocromo P450
IIE1 ó CYp2E1. Este complejo enzimático presenta una cinética de orden uno.
Además es una vía inducible y por lo tanto su actividad estará aumentada tras
la exposición repetida de alcohol, jugando un papel predominante en el
consumo crónico del alcohol, en el paciente alcohólico y cuando, tras una
ingesta masiva de alcohol , la vía principal sea insuficiente, siendo
responsable de 10 % de la oxidación del alcohol a concentraciones altas de
alcohol en sangre . La enzima responsable de esta vía es la forma fosforilada
del NAD, NADP, interviniendo directamente el oxigeno en este proceso de
oxidación. Este sistema es el responsable de la mayor parte de las
interacciones medicamentosas observadas con el alcohol.
3. VIA DE LA CATALASA
Es una vía metabólica inducible y muy minoritaria. La enzima implicada en
este proceso es la catalasa, que se localiza en los peroxisomas de los
hepatocitos y que requiere la presencia de agua oxigenada para ejercer su
actividad metabólica. Aunque la oxidación del etanol se produce
fundamentalmente en el hígado, existe la posibilidad de que exista un
metabolismo cerebral del etanol. Esta posibilidad se basa de la existencia a
nivel del SNC de sistemas enzimáticos capaces de metabolizar el etanol.

OXIDACION DEL ACETALDEHIDO A ACETATO La oxidación del


alcohol por cualquiera de las tres vías metabólicas, da como resultado la
producción de acetaldehído. El acetaldehído a nivel mitocondrial sufre un
nuevo proceso de oxidación que lo transformará en acetato. La enzima
responsable de este proceso es aldehído – deshidrogenasa (ALDH), enzima
que también precisa de la participación del NAD como cofactor. Solo una
pequeña parte del acetaldehído es capaz de evitar su metabolismo a acetato,
pudiendo pasar al torrente circulatorio y alcanzar el sistema nervioso central.
El acetaldehído es una sustancia que no atraviesa con facilidad la barrera
hematoencefálica: la ingesta de cantidades importantes de alcohol de forma
aguda, o la ingesta de cantidades más discretas en un alcohólico crónico que,
al sufrir daño hepático, no es capaz de “digerir” las cantidades de acetaldehído
que normalmente metaboliza hacia la formación de acético generara una
presencia en sangre de concentraciones elevadas de esta sustancia, lo que
posibilitara su paso a través de la barrera hematoencefálica. La relevancia
clínica del acetaldehído no se conoce totalmente. Tradicionalmente el
acetaldehído acumulado en el organismo ha sido implicado en los efectos
aversivos que produce el etanol. La acumulación de acetaldehído da lugar a
fuertes efectos tóxicos y al llamado “síndrome de sensibilidad al alcohol””
cuya sintomatología se caracteriza por vasodilatación asociada a aumentos de
la temperatura cutánea y efectos subjetivos del calor , frecuencia cardiaca y
respiratoria aumentada, hipotensión, nauseas, dolor de cabeza, sequedad de la
mucosa bucal y de garganta, broncoconstricción y reacciones alérgicas. En
este hecho están basadas algunas terapias farmacológicas para combatir el
alcoholismo que tratan de impedir el metabolismo hepático de acetaldehído
administrando inhibidores de la enzima alcohol – deshidrogenasa como el
disulfiran o la cianamida. Así mismo, los fenómenos de resaca se han
asociado a la presencia de acetaldehído en el sistema nervioso central y la
acumulación de acetaldehído en diferentes tejidos contribuye a las acciones
patológicas crónicas del etanol, como determinados cánceres del aparato
digestivo, garganta, cirrosis hepática, así como en el desarrollo de otras
patologías (cardiopatías, pancreatitis, síndrome alcohólico fetal).
BIOTRANSFORMACION DEL ACETATO El acetato obtenido en el
hepatocito es biotransformado en acetil – CoA mediante la acción de la
enzima

acetil CoA – sintetasa, localizada a nivel mitocondrial. Una vez formado el


acetil CoA, esté sigue una metabolización similar al producido por otra
fuentes del organismo.
ELIMINACION Entre un 2% y un 10% del alcohol, dependiendo de la
cantidad ingerida, se elimina sin metabolizar, atreves de la respiración, la
orina y el sudor. No obstante, estas pequeñas cantidades permiten determinar
indirectamente la alcoholemia, por lo que presentan un gran interés
toxicológico y legal.

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