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Dios Sostiene y Bendice a quien le sirve

  a)  El respaldo de Dios sobre el ministerio de Pablo era evidente, 1


Corintios 9:1-2). 

“¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesucristo nuestro Señor?
¿No sois vosotros mi obra en el Señor? Si para otros no soy apóstol, para
vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros
en el Señor”

El apóstol comparte aquí como el mismo Señor Jesús lo visitó y encomendó


el ministerio. Presenta ésta experiencia como evidencia que certifica su
apostolado. Una muestra de su obra en el Señor eran ellos mismos, cosa
que obviamente no se podía negar, eran ellos el sello del ministerio y fruto
espiritual de su labor, y aunque otros podían dudar de su llamado, para
ellos él era un apóstol... 
    
b)  Pablo expone los derechos del ministerio, 1 Corintios 9:3-7.

La frase “Contra los que me acusan” nos deja ver varias cosas: en primer
lugar había en la iglesia un grupo que ponía en duda y menospreciaba el
ministerio apostólico de Pablo (aunque él había sido el fundador de la
misma). En segundo lugar “acusaban” a Pablo de presentarse como apóstol
cuando él no había estado con los doce. En pocas palabras el apóstol no se
defiende con argumentos sino con hechos y evidencias reales de su labor.

A partir del versículo cuatro el apóstol presenta el derecho de sostén que es


propio del oficio. Pone como ejemplo a los otros apóstoles quienes tienen
familia (por eso la palabra esposa). Por tanto el apóstol tenía derecho al
sostenimiento de su familia. Es interesante ver como usa tres ejemplos
sencillos, pero contundentes:
-         El soldado, quien es sostenido por el gobierno que protege.
-         El agricultor, quien se alimenta del fruto de la tierra que ara.
-         El pastor, quien toma leche del rebaño.     

c)  Desde el Antiguo Testamento Dios revela el sostenimiento


para sus siervos, 1 Corintios 9:8-10.

En éste pasaje el apóstol se basa en Deuteronomio 25:4 para asegurar que


desde el Antiguo Testamento se enseña el sostenimiento de aquellos
dedicados a la predicación de la Palabra. De esta manera Pablo indica que
Deut. 25:4 tiene un significado más amplio y profundo.

El apóstol enseña aquí que Dios cuida en primer lugar a los hombres no
porque deseche a los animales, pues él cuida de toda su creación, sino que
de manera especial está atento y al cuidado de sus siervos. Es muy
interesante tener en cuenta que respecto a éste pasaje Lutero enseñó: “El
texto de Deuteronomio 25:4 fue escrito exclusivamente pensando en los
hombres cuyo oficio es predicar la Palabra, pues los bueyes no saben leer”.
       

d)  El sostenimiento es responsabilidad de la iglesia local, 1


Corintios 9:11-14.

Pablo expone ahora el derecho al sostenimiento y su fundamento es el


mayor valor de lo espiritual sobre lo material. Es un privilegio del maestro
participar de lo material de los cristianos, práctica que se hacia allí y por
eso Pablo dice: “Si otros participan de este derecho sobre vosotros ¿Cuánto
más nosotros?”.

El apóstol enseña que él decidió no recibir ayuda económica de los


corintios. Si en aquel momento criticaban y ponían en duda su ministerio
por otras razones, hubiesen podido aprovechar eso para decir que él
predicaba por intereses personales y económicos. También enseña que es
mandamiento de Dios el hecho de que la iglesia local sostenga a quienes
predican el evangelio, por eso dice: “Ordenó el Señor”.

Otro argumento que Pablo expone por el Espíritu Santo (porque toda la
Escritura fue inspirada por Dios) es la práctica del Antiguo Testamento
cuando dice: “¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas comen
del Templo, y los que sirven al altar, del altar participan?”. En el Libro de
Números 18:8-24, vemos como Dios estableció aquel sostén para los
sacerdotes levitas. Entonces Pablo parafraseando nos dice: “así como
anteriormente los que servían en el altar comían de él, también hoy el
Señor dice: quien predica el evangelio que viva del evangelio”.  

Debemos también destacar aquí la importancia del equilibrio, pues los


extremos son malos. El objetivo del ministerio no es el enriquecimiento, y
lamentablemente esto ha traído problemas en la iglesia. Pero cuando ésta
no es diligente en el sostenimiento de sus ministros y de ella misma también
hay dificultades. Por tanto debemos ser sabios y hacer lo correcto delante
de Dios, procurando siempre que el Nombre del Señor no sea blasfemado ni
cuestionado, para así no ser tropiezo.              

e)  Voluntariamente Pablo renunció al sostenimiento de la iglesia


de Corinto, 1 Corintios 9:15-18.

En ésta porción bíblica vemos una decisión personal del apóstol y aquí
mismo expone sus razones:
1)  Su gloria es predicar el evangelio allí sin un reconocimiento económico,
aunque tiene tal derecho. 
2)  Por comisión divina Pablo debe predicar el evangelio (es su deber), por
tanto hacerlo y recibir aquel sostenimiento sería lo mínimo que se
esperaba, y él quiere hacer mucho más. 

Es muy importante tener en cuenta el contenido bíblico en su totalidad, es


decir aunque el apóstol renunció al sostén económico de la iglesia de
Corinto, en otras ocasiones recurrió al apoyo financiero de otras
congregaciones (Filipenses 4:10, 14-18) y también trabajaba: Hechos 18:1-
4. Excelente estrategia en la labor misionera. 

f)  Pablo se negó a muchas cosas para alcanzar más almas para
Cristo, 1 Corintios 9:19-23.

Pablo se negó a recibir aquel sustento como una estrategia evangelizadora.


De igual manera fue su principio en muchas cosas; por amor y dentro del
marco de la palabra de Dios se adaptó a diversas circunstancias. Siempre
estuvo dispuesto para cooperar como ser humano en la obra salvadora del
Señor. No hacía nada incorrecto, por el contrario se esforzaba por alcanzar
a más personas según los medios que Dios mismo le permitía usar.   

g)  El caminar con Dios implica sacrificio personal, 1 Corintios


9:24-27.  

Sin duda alguna lo que Pablo había decidido hacer demandaba una gran
disciplina personal. Sus palabras hacen referencia a los juegos que se
celebraban cerca de Corinto cada dos años. Destaca que así como un
deportista debe abstenerse de muchas cosas para alcanzar el premio, él
también lo hacía pero en busca de un galardón incorruptible.

El apóstol tiene claro porque corre, es decir su servicio a Dios recibirá


recompensa celestial y eterna. No es en vano su negación ni su servicio a
Dios, por el contrario siendo conocedor de los galardones eternos opta por
someter su cuerpo y sus propios deseos, y con cuidado persevera, no sea
que habiendo llamado a muchos a la carrera cristiana, él venga a perder el
premio, aunque sea salvo.

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